Ciencia ficción Resistencia

Tema en 'Relatos' iniciado por Manuvalk, 30 Enero 2020.

  1.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Título:
    Resistencia
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    8348
    Capítulo especial basado en la tercera parte de la historia Los Viajeros (link al final). Abstenerse de leer quiénes no estén al corriente de la historia.


    RESISTENCIA

    Cada arca tenía una amplia y extensa calle que la recorría de arriba a abajo por el centro. Promesa eran tres arcas fusionadas en una única ciudad, por lo que dichas calles anexas eran las principales y por las que mucha gente transitaba, ya sea porque viviesen allí o porque había diversas tiendas de todo tipo de cosas.

    Veintisiete días habían pasado desde que la humanidad vivió su capítulo más oscuro, ahora llamado Colapso. Durante esos días y hasta más adelante, el caos se apoderó de la especie humana pues andaba descabezada, sin líderes para calmar la situación y con la herida de la destrucción de su cúmulo muy reciente.

    Los soldados de La Unión, bajo el mandato del capitán de la primer arca llamado Edwin Collen —fue la primera máxima autoridad en la colonia humana de Neonia— tomaron el control formando como medida temporal un régimen militar, hasta unas eventuales elecciones a las que varios candidatos se presentarían como gobernadores. Aquello provocó que hubiese revueltas en el interior de las arcas y situaciones de tensión muy frecuentes. Los neonianos no podían ofrecer mucha ayuda, más allá del pésame por la muerte del Sistema Solar.

    Lio tocó a la puerta de una de las viviendas que había en una de las extensas calles. A los cinco segundos, Ashley le abrió la puerta y le indicó con un gesto serio que entrase dentro. El hombre accedió y dio unos pasos al interior hasta llegar al salón, donde estaban varios de los que fueron sus compañeros.

    — Bien, ya estamos todos aunque por desgracia no podrá venir la persona que va a hacer esto posible — Dijo la joven Ripley en referencia a Sun Brume, una vez Lio había llegado — Si habéis venido, es porque sois conscientes de todo lo que ha ocurrido hasta hace poco.

    En aquel salón se encontraban Axlor, Dyrian, Guy y Amina. Lio tomó asiento junto al marciano mientras prestaba atención a lo que Ashley decía.

    — Todo comenzó en el momento en el que el comandante Karless contactó con los neonianos por primera vez — Murmuró la ya ex comandante de La Unión — Él no tuvo culpa de nada, solo hizo lo que cualquier otro explorador habría hecho: iniciar una relación cordial con otra especie inteligente. La culpa fue de nuestros representantes, quiénes accedieron a ayudar a los neonianos que, desesperados, pidieron que nos uniésemos a una guerra que poco después supimos que ellos mismos crearon. Aquello nos costó muchas vidas y recursos para que más adelante regresase El Supremo y... — Ashley parecía estar al borde de las lágrimas — ...y acabase con nuestro hogar para siempre. Todos los presentes aquí sabemos que los verdaderos culpables de esto son exclusivamente los neonianos. Ellos han permanecido en la sombra desde el principio, protegidos por nosotros mientras íbamos a librar su guerra y a solucionar sus problemas... pero eso se ha terminado. Puede que el resto no lo entiendan o simplemente no quieran verlo, pero a partir de hoy, vamos a hacer lo que debímos haber hecho desde el inicio: romper nuestra unión con los neonianos. Hoy, es el día en el que nos convertimos en la Resistencia.



    Cincuenta y dos días después de la destrucción del Sistema Solar

    La gente transitaba la avenida principal de Promesa tratando de recuperar una normalidad que muy probablemente nunca volverían a recuperar. Hacía casi dos meses de lo ocurrido con Colapso y la humanidad, aún asimilando lo sucedido, intentaba proseguir con su vida sin más remedio. Una joven asiática con el pelo corto hasta el cuello, un lunar en la parte izquierda de su nariz y un atractivo más que interesante, se subió sobre una fuente artificial que se hallaba en el centro de la calle. Con un megáfono en mano, la chica comenzó a llamar la atención de los ciudadanos, haciendo que algunos se parasen a escuchar lo que fuera a decir.

    — Hace cincuenta y dos días que perdimos nuestro hogar. En un instante, un cúmulo repleto de vida se ha convertido en polvo espacial debido a un ser de procedencia artificial llamado Supremo, quién se instaló en el cerebro de uno de nuestros ex comandantes, Naylon Karless, llevándolo a lanzar una bomba de energía que se hallaba en letargo en el interior de una nave derribada en éste planeta. Dicha creación y nave corresponden a una especie inteligente y extinta llamada sylerianos, quiénes tenían un enfrentamiento de proporciones interplanetarias contra los propios neonianos, en aquel entonces unos conquistadores — Explicaba Sun a la aglomeración de gente que cada vez crecía más — El Supremo, en aquel entonces, tomó el control de un neoniano al que se identificó en Xhander como Tymoth Ghaar, qué pasando desapercibido entre los suyos, pirateó una creación de su especie a la que todos conocemos como Rhajik. El Supremo es el nexo entre sylerianos y neonianos más allá de la historia que les precede, al igual que Naylon Karless ha sido el nexo entre neonianos y humanos, con todo lo que ello ha conllevado. La guerra Rhajik fue una guerra que no debímos pelear, Colapso fue un acontecimiento que no iba dirigido a nosotros, ¡los neonianos son una especie que no merece nuestro apoyo!

    Los gritos a favor de gran parte de la muchedumbre hicieron sentir una ligera satisfacción en la asiática, que veía como su mensaje calaba en algunos. Entre tanta gente, miembros del famoso grupo de Los Viajeros como Axlor Vaalot, Lio Santos, Ashley Ripley, Dyrian Clyne y Guy Lingard, escuchaban con detenimiento las palabras de Sun Brume.

    — ¡Perdimos seres queridos en la guerra Rhajik! ¡Perdimos el 97% de la humanidad con Colapso! ¡¿Y qué hemos conseguido a cambio?! ¡Un estado opresor en un planeta que no es nuestro, sino de los culpables de todo, los neonianos! — Exclamaba la mujer, con ira y rencor — ¡Por eso os pido, humanidad, que hagamos desde ya lo que debimos hacer desde el principio! ¡Formar una resistencia contra lo que queda de La Unión! ¡Expulsar a los neonianos de Neonia!

    Una vez más, los gritos de apoyo de los ciudadanos de Promesa se hicieron presentes. Pero todo aquello se transformó en abucheos cuando los soldados de La Unión se acercaron a la fuente en la que Sun Brume se encontraba.

    — ¡Apartad, joder! — Exclamo un soldado mientras se abría hueco hasta la fuente.

    — ¡Quiero la disolución completa de ésta reunión, ya! — Ordenó otro soldado.

    — ¡Se acabó ésta mierda de propaganda revolucionaria! — Gritó uno de los soldados mientras la gente se hacia a un lado para cederle el paso, hasta posicionarse frente a la mujer asiática — Queda detenida por incitación al odio, desorden público y obstrucción al cuerpo de seguridad. Baje de ahí, si es tan amable.

    El grupo de soldados era un total de cinco que se limitaba a patrullar la avenida cuando se percataron de lo que estaba ocurriendo. Su intervención no sentó nada bien en la gente, que comenzó a protestarles reiteradas veces mientras crecía el nivel de tensión en la zona.

    — ¡Y una mierda! — Gritó un hombre negro con una barba recortada y unas largas rastas — ¡No has cometido ningún delito de los que han dicho estas marionetas!

    — ¡¿Cómo nos has llamado, capullo?! — Uno de los soldados se encaró con aquel hombre de color — ¡Vete a tu maldita casa y deja de joder!

    El soldado, muy molesto, empujó con fuerza al protestante, que chocó con varias personas más que cayeron sobre una niña de unos nueve años. La madre, que se encontraba allí presente, ayudó a su hija a levantarse mientras ésta se quejaba de mucho dolor en el tobillo. Aquel empujón del soldado provocó que la gente se exasperara más ante la mirada de Lio, el más cercano a lo ocurrido.

    — ¡Bastardo de mierda, discúlpate!

    — ¡Que os jodan, nadie os ha dado el poder!

    — ¡No sois humanos! ¡Volved con vuestros dueños, los neonianos!

    Los comentarios dirigidos hacia los cinco soldados además de lo ocurrido solo hicieron que la situación se tensara más. Uno de los soldados que se encontraba justo delante del hombre de Ceres, decidió tomar la radio y pedir refuerzos ante escena que había montada. Sin embargo, antes de que activara la radio, Lio lo empujó con todas sus fuerzas, haciendo que el joven soldado cayera en brazos de otras personas, que se lo quitaron de encima y comenzaron a patearlo. Aquel gesto solo hizo que comenzara una batalla campal, momento justo en el que más soldados se dirigían al área.

    — ¡Tú, hijo de perra! — Señaló un soldado a Lio, quién lo había visto empujar a su compañero — ¡Id a por él!

    Santos comenzó a escabullirse de la tangana mientras un soldado se disponía a seguirlo, cuando de pronto el joven Vaalot le puso la zancadilla y éste cayó de boca al suelo. La jugada no le salió especialmente bien al marciano, pues uno de los soldados que fueron llegando a disolver la manifestación, había visto su acción. Axlor se dispuso a marcharse cuando una mujer soldado le golpeó con la culata de su Striker en la frente, dejándolo conmocionado. Vaalot se dolía en el suelo mientras la soldado se disponía a esposarle cuando de repente apareció Ashley, quién dio un rodillazo a la soldado de La Unión y se la quitó de encima a su compañero.

    — Tú siempre acabas en el suelo — Bromeó la joven Ripley en referencia a aquella pelea de entrenamiento que tuvieron ambos en la Luna, mientras le tendía la mano — Vamos, levántate.

    Axlor hizo una mueca mientras sonreía y era ayudado a levantarse. Con todo aquel embrollo, Sun se había escabullido y se encontraba junto a Lio en una esquina, llamando la atención de sus compañeros para que les siguieran. Guy se encontraba golpeando a uno de los soldados de La Unión con su propio Striker cuando Dyrian se lo quitó de las manos y le indicó con la mirada que debían irse.

    — Capullo, podría haber sido de los vuestros pero no queréis soldados con más huevos — Dijo Guy con rabia, recordando que semanas antes le habían rechazado como soldado de La Unión por suspender el examen psicológico.

    Mientras la revuelta seguía su curso de violencia hasta que más soldados la disolvieran, el grupo abandonó la zona para dirigirse al interior de una vivienda sin inquilinos que usaban como punto de encuentro para hablar sin ser vistos. El trayecto fue breve, tan solo dos minutos separaban la avenida de la casa abandonada donde se reunían.

    Sun fue la primera en entrar, abriendo con su llave y siendo junto a Ashley, las únicas que portaban una para acceder. Se trataba de un pequeño piso, con un salón pequeño, una cocina aún más pequeña, un baño y dos habitaciones, también pequeñas. De normal, el grupo no reunía allí a más de diez personas contándolos a ellos, pero aquel día había sido la primera vez que Brume salía cara al público a expresar la idea que tenían respecto a los neonianos y todo lo ocurrido.

    — Eso ha estado divertido — Dijo Sun mientras se dirigía a una de las habitaciones a dejar el megáfono.

    — Muy productivo, sí señora — Respondió Lio, que fue directo a la nevera a cogerse una cerveza — ¿Alguien quiere?

    — ¡Yo! — Gritó la asiática desde la habitación.

    — Por favor — Indicó Dyrian, recibiendo una cerveza de parte de su compañero criminal.

    — Saca una bolsa de hielo para Axlor — Le indicó Ashley, que se sentó en un sofá junto a un malherido Vaalot.

    — Claro — Dijo Santos, cogiendo la bolsa de hielo del congelador — Guy, ¿una cerveza, compañero?

    — No, gracias, no bebo alcohol — Murmuró Lingard con resignación — Desde que tomaba medicación que no bebo.

    — Entendido — Musitó Leo, aún con otra cerveza en la mano — ¿Vaalot?

    Axlor levantó el brazo en señal de sí y el hombre de Ceres se la llevó a la mesa. Sun llegaba de la habitación, sorprendentemente sin camiseta y mostrando su sujetador blanco ante la mirada de los hombres, que no perdieron detalle.

    — ¿Qué? ¿Acaso no habéis visto a una mujer en sujetador? — Preguntó la asiática, restándole importancia y sobreponiendo su comodidad — Anda Lio, ¿dónde está la mía?

    — Perdona, la he dejado en la cocina — Murmuró Lio, absorto y prácticamente fuera de la conversación — Ya te la traigo.

    — Trae también el botiquín de primeros auxilios, está también en la cocina — Indicó Ashley mientras colocaba la bolsa de hielo sobre el chichón que se le había formado en la frente al marciano, además de un corte profundo debido a los repetidos golpes con la culata del Striker.

    — Ash, pareces su madre, deja que se lo cure él solito — Le recriminó Sun, diciéndolo en un tono burlón.

    — Es cómodo que te lo curen — Intervino Lingard en la conversación.

    — Claro, sobretodo si es una chica guapa, ¿no? — Añadió Clyne, sonriendo de forma pícara.

    — Que os den a todos — Murmuró Axlor, desatando las risas de sus compañeros.

    Lio regresó con la cerveza de Sun y el botiquín requerido por Ashley. La quedada se prolongó hasta la noche, habiendo pasado toda la tarde conversando y hablando del futuro entre risas. En medio de esa conversación, fue Axlor quién afirmó que esos momentos alegraban la vida considerando la situación tan mala en la que se encontraban todos.

    Finalmente cada uno se fue por su lado, hablando en individual con otro compañero. El joven Vaalot se encontraba observando por la ventana que daba a la calle contigua a la avenida, viendo como un grupo de seis soldados realizaba un barrido por las calles en busca de algún rezagado, pues a esas horas había instaurado un toque de queda y quién quedase por la calle sería arrestado hasta el día siguiente.

    — ¿Estás bien? — Preguntó Ashley, apoyada sobre la esquina del pasillo que daba a las habitaciones.

    — Sí — Musitó Axlor, mientras veía como los soldados cruzaban toda la calle — Ya no podemos irnos, hay toque de queda.

    — No es la primera vez que nos quedamos aquí a dormir — Respondió Ashley, acercándose a su compañero por detrás — Deja que te vea eso de nuevo, siéntate.

    El marciano obedeció y en su rostro se evidenciaba una tristeza que no tenía a lo largo de aquella tarde de risas. Ripley le había cosido el corte y quería comprobar que la hinchazón mitigaba poco a poco.

    — Conozco esa expresión, Axlor — Dijo la mujer, preocupada por su compañero — ¿Qué te pasa?

    — Es Arva — Respondió Vaalot — Llevo semanas sin verla, la última vez me dijo que no quería que la buscara.

    Ashley tenía sentimientos hacia Axlor, por lo que hablar de su ex pareja no le hacía especial ilusión. No obstante, sabía que el marciano seguía enamorado de la piloto y eso le producía una tristeza enorme en su interior, principalmente porque ella sabía que estaba enamorada de él, aunque las posibilidades de que acabaran juntos eran pocas.

    — Dale tiempo, estoy segura de que contactará contigo tarde o temprano — Dijo Ashley, dándole esperanzas al chico.

    — Ni siquiera vino a verme cuando desperté de dos días de coma tras lo de Naylon... quiero decir, el Supremo — Murmuró Vaalot, cabizbajo y añadiendo a su nostalgia con Arva, el recuerdo de su mejor amigo Naylon — Tú estuviste ahí conmigo y te lo agradezco muchísimo, Ash.

    — Lo sé — Musitó la ex comandante de La Unión, que había dejado su puesto inmediatamente después de Colapso — Pero ella se interesaba por tu estado, Axlor, me preguntaba como evolucionabas y...

    — No hace falta que sigas — Murmuró Axlor entre la penumbra del salón que solo tres velas alumbraban — Quizá deba hacerme la idea de que lo que hubo entre ella y yo, ya es historia.

    — Quizá debas hacerlo.

    — Al menos esta causa me mantiene ocupado en algo, así que tendré tiempo para pensar cuál será mi próximo movimiento.

    — Es una buena idea, Axlor.

    Mientras Ashley y Axlor seguían conversando, Lio y Dyrian se encontraban en una de las habitaciones. La mujer se encontraba sobre el hombre de Ceres, practicando sexo mientras gemía muy lentamente para no llamar la atención de sus compañeros. Lio la tenía encima estando sentado al borde de la cama mientras acariciaba sus curvas y besaba sus pechos con detenimiento.

    El coito se prolongó veinte minutos más hasta que Clyne tuvo un orgasmo que le hizo liberar un grito, momento que Lio también llegó al clímax. Con total seguridad, el resto del grupo habría escuchado aquel grito de placer pero al dúo criminal le importaba lo más mínimo ya. La mujer se apartó del hombre de Ceres y se tumbó a un lado de la cama mientras éste se quitaba el condón usado y lo echaba a una papelera.

    — ¿Por qué nunca llegas al orgasmo antes que yo? — Le preguntó Dyrian de forma repentina — Es la tercera vez que lo hacemos y siempre te corres después de mí.

    — Porque a mí me pone el grito de placer que tenéis las mujeres cuando alcanzáis el orgasmo — Respondió Santos, de espaldas a la mujer, mostrando su esculpido cuerpo — Siempre ha sido así conmigo.

    — Muy pocos hombres aguantan tanto y normalmente es difícil hacer que una mujer alcance el orgasmo — Murmuró Dyrian, satisfecha con el polvo — Así que felicidades, campeón.

    — No sé cómo interpretar ese comentario, sinceramente — Dijo Lio, algo confuso mientras se colocaba los calzoncillos y los pantalones, sentándose al borde de la cama.

    — Interprétalo para bien, querido — Bromeaba Dyrian, que de pronto, se quedó hipnotizada con diversas cicatrices que el hombre de Ceres tenía en su espalda — La vida no te ha tratado especialmente bien, ¿eh, grandullón?

    — Primero, no me llames así. Odio los apodos de mierda — Lio fue directo, algo que chocó en la mujer — Y segundo, así es, la vida me ha jodido bastante.

    — Perdóname Lio, no quería ofenderte...

    — Ya sabes que a la próxima no debes decir gilipolleces.

    — Entiendo — Musitó Dyrian, algo abrumada por la seriedad repentina del corpulento hombre — ¿Se puede saber cómo te las hiciste?

    — Algunas en la Tierra y otras en Ceres — Indicó Santos — Problemas con contrabandistas, asesinos y demás escoria.

    Dyrian acariciaba las cicatrices con la yema de los dedos, hipnotizada por las formas de éstas. La mujer sentía una atracción total por él, aunque dicha atracción era más sexual que emocional. Sin embargo, estando con él, Clyne se sentía más segura y protegida que con cualquier otra persona.

    La mujer pasó su pierna derecha por encima de las piernas del hombre, mostrando una cicatriz de diez centímetros en el muslo. Lio la acarició y se volteó para mirarla, pensando que estaba muy cómodo con ella y que la atracción física era evidente, pero preguntándose si podría sentir algo más allá por alguien, después de Hillary.

    — La vi en nuestra primera vez — Dijo Lio, pasándole los dedos por encima a la cicatriz — ¿Cómo te la hiciste?

    — Con lo mismo que tú — Respondió Dyrian — Yo tampoco lo he tenido fácil.

    — Lo siento.

    — No lo sientas, no eso.

    — Siento que tengamos que haber pasado por todo eso, nadie debería hacerlo — Murmuró Santos, rememorando su pasado.

    — Cierto, nadie debería — Musitó Clyne, mirando fijámente a su compañero — ¿Crees que volveremos a pasar por algo difícil de nuevo? ¿Crees que nos haremos una nueva cicatriz, aquí en Neonia?

    — Espero que no.

    Mientras Lio y Dyrian mantenían su conversación en una de las habitaciones, en la otra se encontraban Sun y Guy. Éste último acababa de entrar a petición de la asiática, que quería hablar con él específicamente.

    — ¿Qué me quieres comentar, Sun? — Lingard estaba intrigado por lo que su líder quisiera contarle.

    — No es un secreto a voces que después de lo que ha ocurrido esta tarde en la avenida, más gente se unirá a nuestra causa — Dijo Brume — Si queremos hacer reuniones y viene más gente, éste sitio se nos va a quedar pequeño.

    — Evidentemente.

    — Por eso, quiero que te encargues tú personalmente de encontrar un lugar más... espacioso, en el que poder tener nuestras reuniones y a las que seguramente acudirá más gente — Murmuró la asiática, pensando con lógica — Piensa que necesitaremos una base donde planear más manifestaciones, acoger más personas e incluso colocar un arsenal...

    — ¿Armas? — Guy se sorprendió con aquello — ¿Nuestra causa no es pacífica?

    — Lo es, pero si seguimos así, seremos atacados tanto por la opinión pública de los que no nos apoyan, cómo de soldados de La Unión y neonianos — Indicó la mujer, decidida a salvaguardarse de posibles futuros ataques contra la recién formada Resistencia.

    — Oh, entiendo — Musitó Guy, comprendiendo la situación — ¿Y por dónde quieres que busque un lugar al que llamar base?

    — Se rumorea que hay laboratorios neonianos abandonados en los alrededores — Murmuró Sun, que estaba enterada de todo — Quizá debas alejarte unos kilómetros pero si encuentras uno en buen estado, o mejor aún, operativo, habremos dado un paso de gigante en nuestra causa.

    — Me dejaré la piel en esto, Sun, no lo dudes — Dijo Lingard, decidido — Todo sea por expulsar a los culpables de nuestras desgracias.

    — La idea es expulsarles, pero sino... las armas también servirán — Respondió la asiática, decidida a cruzar la línea si fuera necesario.

    [...]

    Sesenta y dos días después de la destrucción del Sistema Solar


    Texto bajo imagen en la que aparecen todos los que han sido representantes de La Unión desde su fundación: Eduard Carver (Tierra), Jefferson Stagger (Marte), Martha Thompson (Plutón), Chloe Miller (Luna), Cleo Allier (Marte), Hillary Murphy (Tierra). La imagen omite a Jim Baker (Ceres). Tampoco aparece Narisha Taaliv (Neonia).

    "Como máxima autoridad temporal de lo que queda de la humanidad, he decidido convocar unas elecciones a gobernador de Promesa y por ende de todos nosotros. Oficializo la disolución de La Unión, al no haber más representantes de otras colonias planetarias, dejando vacante el cargo de líder de nuestra especie a expensas de lo que ocurra en estas elecciones.

    Para postularse a gobernador humano, se requerirán una serie de requisitos tales como una mínima experiencia diplomática o política, liderazgo en cualquier ámbito gubernamental y previa formación académica, ya sea científica o militar. Se ha decidido que haya cuatro candidatos con estos parámetros a los que la ciudadanía deberá votar en una semana, dónde se celebrarán dichas elecciones con los cuatro candidatos ya presentes, que expresarán sus propuestas y medidas ante ésta crisis sin precedentes en la historia humana.

    Yo, Edwin Collen, seré uno de esos candidatos, presentando desde aquí y oficialmente mí candidatura a gobernador de la humanidad. Aquellos que consideren ser aptos para el cargo deberán pasar por mí despacho y realizar una entrevista con un jurado formado por un coronel, un científico, un ingeniero, un agricultor y un explorador. Solo tres serán seleccionados.
    Que éste sea un nuevo comienzo para todos nosotros."


    — Vaya, esto sí que es una sorpresa — Murmuró Dyrian mientras, junto a sus compañeros, observaban un cartel digital en medio de la avenida.

    — Y encima ese cabrón ocupa una de las plazas y se presenta con toda su cara — Dijo Ashley, indignada.

    Edwin Collen fue el capitán de la primer arca de La Unión que puso rumbo a la colonización de Neonia. Con él, llegaron los primeros doscientos mil humanos a un planeta fuera del Sistema Solar. Conforme llegarían las demás arcas, Edwin fue puesto como máxima autoridad humana hasta que se denominara a un representante humano de Neonia, que se uniría a los otros. No obstante, solo tres arcas llegaron al planeta y con lo ocurrido en casa, la humanidad se vio drásticamente reducida a solo seiscientos mil humanos.

    El actual y temporal líder de la humanidad, Edwin Collen, además de su experiencia cómo capitán de naves, poseía una amplia carrera militar, siendo uno de los hombres que se embarcó en la primera expedición a Plutón de la mano del comandante Stagger. A sus sesenta y cinco años, se había enfrentado a su peor momento: la destrucción de su hogar. Puesto de manera interina y temporal por La Unión como líder humano, con estos últimos sin líderes a los que pedir consejo, el señor Collen se vio obligado a sacar su faceta militar y tomó el control de la situación mediante la creación de un régimen militar, con los soldados de su lado.

    — Es una oportunidad — Musitó Sun mientras observaba con detenimiento el cartel.

    — ¿Cómo? — Axlor estaba sorprendido — ¿Acaso tienes alguno de los requisitos que piden para presentarse?

    — Mí padre creó la corporación Brume, una compañía dedicada a la investigación científica y la fabricación de naves espaciales, de hecho, vuestra Arcadia tiene componentes Brume — Explicaba la asiática — Cuando él murió, yo la heredé, convirtiéndome en jefa de más de quince mil empleados repartidos por todas las colonias.

    — ¿Y qué tiene que ver eso con los requisitos? — Preguntó Guy, que no lo entendía.

    — Pues que aparte de la previa formación académica que tuve en la AFE, al igual que vosotros, tengo experiencia diplomática y política, pues mí corporación tenía contratos gubernamentales tanto con países cómo con La Unión — Contaba Sun a sus compañeros — Me voy a presentar a gobernadora.

    Ashley, Guy, Dyrian y Axlor miraron a la asiática con una expresión de total sorpresa ante la noticia. El único que parecía fuera del devenir de la conversación era el propio Lio, inmerso en un mar de pensamientos y sentimientos que le brotaron al ver en dicho cartel a la última representante terrestre, Hillary Murphy.

    — ¿Acabas de oírla, Lio? — El joven Vaalot se aproximó, incrédulo, a su compañero — ¿Lio...?

    El marciano no tuvo que insistir más. Comprendía perfectamente lo que pasaba por la cabeza del hombre de Ceres, con la mirada fija en la única mujer que le había arrebatado sentimientos de amor puro. El resto del grupo, especialmente los que conocían más a Santos, sabían lo que ocurría. Lio ni se inmutó ante lo que hablaban sus compañeros, simplemente se quedó observando a su ex compañera y pareja fallecida con Colapso.

    — Todos la echamos de menos — Intervino Ripley, apoyándose en los hombros de Lio — Ella debía estar aquí, sería una excelente líder de nuestra especie.

    — ¿Creéis que el resto de nuestros antiguos compañeros nos echarán de menos? — Añadió Axlor, dubitativo — Hace semanas que no sabemos de Lill, Snow, Cinthia, West, Vanth, Arva...

    — ¿Vanth? ¿Ese neoniano? — Intervino Brume, molesta porque se hablase de él — ¿El que entabló contacto con Naylon y nos llevó a todo esto? ¿Ese ser?

    — Sun, que entendamos la culpa que tienen los neonianos, no significa que debamos odiarlos — Dijo Ashley, recordando que tuvieron sus diferencias con Vanth, pero nunca hizo nada malo — Vanth formó parte del grupo en algún punto de la guerra, tenemos amistad.

    — ¿Tendréis la misma amistad cuando lo mandemos junto a sus amigos en una nave dirección Vulkano? — Sun respondió con una pregunta — Entonces quizá os habéis confundido de causa.

    Tras estas palabras, Sun Brume se volvió por donde vino, seguida de Lingard, siempre pendiente de lo que ella necesitara y apoyándola en todo. Ashley, Axlor, Dyrian y Lio permanecieron en medio de la avenida, frente a aquel cartel que invitaba a mirar al futuro con personajes del pasado.

    [...]

    Sesenta y nueve días después de la destrucción del Sistema Solar


    La ciudadanía había sido citada en los exteriores de Promesa —siendo ésta en aquel momento la única colonia humana— para las elecciones. Concretamente, en un lugar preparado para ello. Un escenario de grandes dimensiones repleto de altavoces para escuchar a los candidatos, cuatro atriles para estos y el propio jurado que los había elegido justo detrás de ellos, sentados frente a una larga mesa, desde dónde les realizarían distintas preguntas de interés ciudadano.

    Los cuatro elegidos se encontraban detrás del escenario. Exceptuando a Edwin Collen, los otros tres candidatos habían recibido mediante correo la confirmación de su candidatura al haber sido seleccionados por el jurado. La segunda persona seleccionada había sido Tanya Winston, la que fue capitana de la tercera y última arca en llegar a Neonia. De cuarenta y tres años, Tanya no tenía experiencia cómo capitana más allá de su primera vez en el arca, pero tenía una carrera brillante como investigadora científica y había sido profesora en la AFE.

    Después estaba, para sorpresa del diminuto grupo que conformaba los inicios de la Resistencia, Sun Brume. La asiática se había colado entre esos cuatro candidatos y había sido, sorprendentemente para algunos, elegida para tener la posibilidad de liderar a la humanidad. La experiencia de Sun se basaba explícitamente en el manejo de la corporación Brume, con todo lo que ello conllevaba, además de sus estudios en la AFE como exploradora, aunque nunca llegase a ejercer de ello con tal dimensión cómo la de Los Viajeros.

    Finalmente se encontraba alguien muy familiar, Snow Carver. La mujer contaba con su corta experiencia como investigadora científica pero su papel en la guerra Rhajik y en los Viajeros llamaba mucho la atención, pues eran bastante reconocidos por haber sido la expedición que más problemas y conocimientos ha enfrentado. Además, su padre Eduard había sido representante terrestre y político antes, por lo que se preveía en ella una capacidad absoluta de liderazgo en todos los ámbitos.

    Mientras los cuatro candidatos a gobernador de la humanidad se preparaban para salir a la palestra, más de cien mil personas aguardaban frente al escenario. Al no poder colocarse seis mil humanos tan apretados, el resto lo seguían mediante la grabación de unas cámaras implantadas en la zona que lo retransmitían en directo. En Isharay, los neonianos también observaban en sus pantallas el evento, conscientes de que la persona que saliera elegida de ahí, tendría mucho que ver en el futuro devenir de su especie.

    La cosa no se hizo esperar y tras una larga e intensa media hora de espera, los cuatro candidatos subieron al escenario entre muchos aplausos y algún que otro abucheo de gente a la que le importaba lo más mínimo, pues no creían en políticos ni líderes. Edwin, Tanya, Sun y Snow saludaron al público que les votaría después de sus intervenciones explicando cuáles son sus planes de cara al futuro. Una vez los candidatos se colocaron en sus respectivos atriles, el jurado tomó la palabra.

    — Sean todos bienvenidos a las primeras elecciones para gobernador humano celebradas en Neonia, ahora nuestro hogar — Dijo un hombre del jurado — De aquí saldrá nuestro líder para los próximos cinco años, hasta unas nuevas elecciones. Vamos a escuchar una breve intervención de nuestros candidatos para finalmente, votar a quién más os convenza. Sin más que añadir, daremos un turno de palabra a cada candidato, que expresará su idea de un nuevo comienzo.

    Tras las palabras del miembro científico del jurado, el primero en tomar la palabra por orden de lista fue el actual líder humano, Edwin Collen. Éste se aseguró de que su micrófono implementado en el atril funcionara, dándole unos ligeros golpes con el dedo para comprobarlo.

    — Hoy me encuentro aquí para dirigirme a los míos de tú a tú. Sé que las cosas no han salido cómo estaban planeadas y sé que hemos sufrido mucho, especialmente hace poco, pero lo que sí sé que saldrá hacia adelante es la especie humana — Decía el ex militar en su discurso de presentación — Más allá de nuestras diferencias, en las que reside nuestra belleza, el sentimiento de hermandad en todos nosotros es total. Y debe serlo más, ahora especialmente. Estos dos meses he tratado de mantener el orden en un momento de incertidumbre y caos institucional tras lo ocurrido con Colapso, sé que no todos aprobáis las medidas que he impuesto hasta hoy, pero doy por seguro que sabéis que fue y es por vuestro bien y el de todos. Estas elecciones son prueba de que las cosas están volviendo a su cauce y de que vamos a levantarnos de éste golpe tan duro. La especie humana es una superviviente por naturaleza. Gracias por escucharme.

    Seguido de las palabras de Edwin se sucedieron aplausos aislados y multitudinarios de la gente que lo apoyaba, siendo especialmente los soldados de La Unión quiénes estaban a su favor, pues su carisma militar fue imprescindible para tomar el mando de la situación. La siguiente candidata en tomar la palabra iba a ser Tanya Winston, que sujetaba el atril con las dos manos y mostraba una pasmosa seguridad.

    — Principalmente quiero daros las gracias a todos los presentes y a todos los que nos seguís a través del directo. Dicho esto, me gustaría recalcar ciertas palabras del señor Collen, el cuál ha dicho que nuestro sentimiento de hermandad es total. Bien, señor Collen, si eso fuera así, no estaríamos en unas elecciones. Usted las ha convocado porque sabe del descontento de la población con su gestión de la crisis, convirtiendo lo que iba a ser una colonia de diversidad en un recluimiento militar, donde el mínimo acto de protesta era erradicado mediante la violencia de sus soldados — Tanya entró atacando al actual líder humano, cosa que pilló por sorpresa a todos los presentes — Es lógico que tras lo ocurrido haya un fraccionamiento de ideas y pensamientos en nuestra especie, y sí es ahí donde radica nuestra belleza, no en las meras diferencias. Sin embargo, yo tengo claro que la humanidad se sobrepone incluso a la diversidad de ideas, conviviendo siempre unidos por el bien común. Esta bien que no todos pensemos igual, pero de igual manera hay que mirar y remar todos a una misma dirección: comenzar de cero. Y yo quiero mostrároslo. Muchas gracias.

    Esta vez, los aplausos fueron más que con el anterior candidato, no obstante, hubo abucheos por un sector de la gente que no tuvo Edwin al finalizar su discurso. Tras las palabras de Tanya, era el turno de Sun. La asiática estaba confiada y observaba a las más de cien mil personas, allí de pie, mirándola. Entre esa gente estaban sus compañeros, los primeros de la Resistencia, confiando en que obtuviera la victoria en dichas elecciones.

    — Bueno, yo voy a dejar a un lado los discursos populistas y esperanzadores que nos han ofrecido el señor Collen y la señora Winston, para ofreceros la cruda realidad: estamos en esta situación por nuestros propios errores. Veréis, algunos de vosotros me conoceréis por haberme visto hace más de una semana en la avenida, concretamente en la zona de la fuente. Todo lo que me quedó por decir allí, lo diré aquí, y voy a tirar de hemeroteca — Explicaba Sun, ante la atención de todos — La humanidad prosperaba, había salido de la Tierra y había colonizado otros mundos más hostiles de su propio cúmulo hasta formar una red de colonias, algo impensable hace un siglo. La Unión decidió enviar una expedición aquí, al ver mediante los satélites que éste planeta albergaba las condiciones perfectas para la vida y para la expansión de la especie fuera del Sistema Solar. Ese no fue el error. Tampoco lo fue el contactar con los neonianos, sino el hacernos cargo de ellos. Sus problemas se convirtieron en nuestros sin motivo alguno, libramos una guerra contra máquinas fabricadas por ellos que se habían rebelado y que llevaban detrás una historia aún más antigua donde una especie fue atacada por los propios neonianos, derivando en lo que ha sucedido hace dos meses — Brume señaló una luz brillante en el cielo, que pese a ser de día, se podía ver con absoluta claridad — Lo de Colapso es algo que no era para nosotros, sino para los neonianos. Ellos nos han llevado hasta aquí, hasta el borde de la extinción. Dejémonos de discursos sobre el futuro y busquemos la verdadera raíz del problema: compartimos planeta con los culpables de nuestra desgracia. ¿Vamos a seguir creyendo en un futuro junto a ellos? ¿Vamos a seguir protegiéndolos de cualquier amenaza? Ellos nos han quitado la Tierra y el Sistema Solar, directa o indirectamente; ¡ahora Neonia debe ser nuestra por derecho! ¡Fuera los neonianos!

    A Sun no le hizo faltar finalizar con dar las gracias, puesto que una gran cantidad de gente allí presente comenzó a gritar en señal de apoyo a la asiática, dándole la razón a su discurso y poniendo nerviosos a los neonianos, que veían desde Isharay a su amenaza potencial ganar popularismo. Incluso los humanos que no estaban presentes en la zona y seguían las elecciones por la televisión, algunos de ellos, celebraron las palabras de Brume como si de pronto los pensamientos de miles de personas se hubieran fusionado para dar a luz a la candidata asiática. Snow, visiblemente calmada pero sorprendida por el discurso de Sun, tuvo que esperarse unos minutos a que la gente dejara de gritar mientras la chica asiática asentía con satisfacción y agradecía todo el apoyo mostrado en el momento.

    — Es triste que algunos de vosotros celebréis una ideología tan conservadora y dura como la de mí compañera. Si algo caracteriza a la humanidad, es eso, humanidad. ¿Habéis olvidado el significado de ésta? Es la capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas, y esto también vale para otras especies alienigenas — La intervención de la joven Carver enmudeció a las cien mil personas — ¿Acaso no os gustaría que, en una situación más crítica aún cómo en la que se encuentran los neonianos, otra especie benevolente nos ayudara? ¿Acaso no hemos cometido errores en nuestra historia, en la que relativamente hace poco nos matábamos entre nosotros y provocábamos guerras por recursos? ¿Celebráis también eso? Porque si es así, entonces la humanidad está perdida. No necesito decir nada más, que vuestra conciencia haga el resto.

    El breve discurso de la hija del fallecido Eduard Carver sentó cómo una losa para muchas personas que anteriormente gritaban el discurso de Sun. No fue hasta unos segundos después de silencio cuando la gran multitud comenzó a aplaudir y gritar en apoyo al discurso de Snow, que se sentía frustrada por lo que había visto. Aplausos y gritos en señal de apoyo no cesaron hasta pasados tres minutos, momento en el que el jurado instó a votar a la ciudadanía tras la intervención en la que los candidatos expresaban su idea ante todos. Cuando la gente se dirigía a votar a su candidato predilecto, aparecía una imagen de éste con todas las propuesas y medidas que iba a instaurar si gobernaba a la humanidad durante los siguientes cinco años. Aquellos que no estuvieron físicamente presentes en el evento, tendrían de salir de sus casas para votar por su candidato.

    Edwin Collen, Tanya Winston, Sun Brume y Snow Carver se encontraban ya detrás del escenario, preparándose para volver a casa y reunirse allí mismo al día siguiente, con los resultados de las votaciones que darían el poder a uno de ellos. La asiática observó como Lill Crane abrazaba a Snow Carver y juntos se iban del lugar.

    — Enhorabuena Sun, creo que tu discurso ha estado muy bien — Dijo Ashley, apareciendo tras ella seguida del resto de sus compañeros exceptuando a Guy — ¿Qué miras?

    — Nada — Musitó Sun, volteándose para atender a su compañera y cofundadora de la Resistencia — ¿Creéis que haya conseguido más adeptos a nuestra causa?

    — Sin duda — Indicó Dyrian, confiada.

    — Ha sido un discurso formidable, la verdad — Murmuró Lio.

    — Razón no te faltaba — Añadió Axlor, cambiando sorprendentemente de tema — ¿Dónde está Snow? Me habría gustado saludarla.

    — Se ha ido, hace rato — Dijo Sun, tejiversando la verdad — Dejad de comeros la cabeza con vuestros antiguos compañeros, está claro que no quieren saber nada de vosotros.

    — Quizá no nos hayan localizado, considerando que tenemos un perfil bajo... — Murmuró el joven Vaalot, que tras separarse del grupo durante los cinco meses después de la guerra Rhajik, ya no quería perder el contacto.

    — Vete a buscarlos si así lo quieres — Dijo Brume, algo molesta.

    — A ver, tampoco es par...

    — ¡Sun! — Lingard llegaba corriendo al lugar, cosa que llamó la atención de la mayoría y cortó la respuesta de Axlor — He encontrado un sitio para...

    — ¡Cierra la boca, Guy! — Le recriminó la asiática, consciente de que todos les observaban — Sé a lo que te refieres, llévanos allí.

    Era por la tarde cuando el grupo llegó al lugar del que Guy hablaba, con sacos de dormir y algo de comida. Se trataba de un laboratorio neoniano, ya abandonado, unas instalaciones que desconocían para lo que habían servido. Lingard informó al grupo de que lo había inspeccionado y el lugar era amplio, con una capacidad para albergar a cien personas en su interior.

    — Es un comienzo — Pensó la líder de la Resistencia mientras entraba tras Guy al interior del laboratorio.

    Lingard sonreía, satisfecho y suponiendo que su jefa estaba de acuerdo con el lugar. No obstante, había más.

    — Esperad ahí, ahora veréis.

    Guy pidió al grupo que permaneciera en la entrada para mostrarles algo. Efectivamente, al momento de dejar a sus compañeros a la espera, el hombre que había encontrado el laboratorio abandonado encendió las luces de este, iluminando su exterior y su interior.

    — Sugiero que destruyamos las luces de fuera, o al menos que le quitemos la corriente — Propuso Lio — No nos conviene ser visibles.

    — Tienes razón — Añadió Ashley, aproximándose hacia Guy, junto a unos controles — ¿Sabes cómo cortar la electricidad de las luces del exterior?

    — Esto está en neoniano antiguo, a penas he sabido cómo encender las luces en general — Respondió Guy, un poco molesto porque esperaran que lo hiciera todo.

    — Tocará destruirlas — Dijo Sun.

    Dicho y hecho, el grupo comenzó a cortar el cableado que llevaba la electricidad a las luces de fuera del laboratorio hasta apagarlas una a una. Una vez terminado, el grupo cerró la puerta y se instaló en el interior, formando un círculo en el polvoriento suelo.

    — Habrá que limpiar esto y traer camas de verdad — Decía Ashley, observando la cantidad de suciedad que había en el lugar — Pero esto podría ser una buena base.

    — Por el momento esto no está mal, pero si gano las elecciones, cosa que sabremos mañana, viviremos en un lugar mejor — Dijo la asiática, sin dar por hecho que fueran a permanecer en aquel laboratorio.

    — ¿Cuál es el plan si ganas las elecciones? — El joven Vaalot andaba un poco perdido con el objetivo principal.

    — Seré la líder humana porque me habrán elegido la mayoría y esa mayoría ya sabe que voy a expulsar a los neonianos dirección Vulkano, a uno de sus polos habitables — Respondió Brume con sinceridad y determinación — En ese entonces, no haremos nada más. Formaréis parte de mí consejo, os colocaré en puestos de poder y haremos que la humanidad mire finalmente por sí misma, cómo debería ser.

    — ¿Y si no ganas? — Preguntó Axlor, queriendo saber la alternativa.

    — Tenemos esta base y mucha gente que nos apoya, además, buscaremos la forma de obtener armas — Respondió Sun con firmeza — Si no podemos salvar a la humanidad por la vía legal, lo haremos por la ilegal.

    — Eso es arriesgarse mucho, Sun — Murmuró el marciano, preocupado con el plan — Seríamos criminales de cara al gobierno que haya ganado, con todo lo que eso conlleva.

    — Bueno, yo y Dyrian tenemos un currículum bastante criminal, así que... — Decía Santos con la mirada perdida.

    — Es por la causa, Axlor — Dijo Ashley — Es por el bien de la humanidad.

    — Nosotros no merecemos la extinción, los neonianos sí — Intervino Guy, sorprendiendo un poco al grupo — Tienen suerte de que solo vayamos a expulsarles.

    El silencio imperó durante gran parte de la tarde hasta la noche, donde se prepararon para dormir en los sacos. Axlor era el único del grupo que no parecía estar de acuerdo con la idea de Sun y su mente no dejaba de darle vueltas a aquello, a Arva, a su vida anterior... Esa misma noche, mientras todos dormían, el marciano se levantó y sin hacer ruido abandonó al grupo, siendo el primer desertor de la Resistencia.

    [...]

    — ¡Y con el cincuenta y cinco por ciento de los votos, Snow Carver es la ganadora de las elecciones, convirtiéndose en la nueva gobernadora de Promesa!

    Era el día siguiente y las cosas no estaban saliéndole bien a Sun. Unido a la misteriosa desaparición de Axlor, que no podía ser contactado sin explicación alguna, se sumaba la derrota en las elecciones de la asiática. La ganadora y actual gobernadora era Snow, partidaria de un futuro unido con los neonianos.

    Snow Carver lideraba el ranking con un cincuenta y cinco por cierto, seguido de la propia Sun Brume con un treinta y siete por cierto. Finalizaban Tanya Winston con un seis por ciento y Edwin Collen con un dos por ciento, fracasando estrepitosamente. Gran parte de la humanidad, fiel a la ideología de la asiática, se sintió impotente al igual que ella. Mientras la mujer abandonaba la zona junto a sus compañeros, era animada por partidarios de su idea de expulsar a la especie natal del planeta.

    — Ánimo, Sun, para nosotros eres la ganadora.

    — ¡De alguna u otra forma, expulsaremos a esos asesinos!

    — ¡Haremos que el resto se den cuenta del error que van a cometer!

    Sun mantuvo la mirada fija en el frente en todo momento, mientras Lio, Dyrian, Ashley y Guy repartían la ubicación de su base a esa gente que les apoyaba, pues se preparaba una reunión esa misma noche para abarcar la situación. El día transcurrió de una forma extraña para el grupo de la Resistencia, mientras esperaban el momento de la quedada general en la base.

    Poco a poco y a lo largo de la tarde iban llegando partidarios de la causa al laboratorio abandonado. Lio y Dyrian se encontraban en la puerta del laboratorio, con capacidad para cien personas, para dejar entrar a los cien primeros sin que se armara jaleo. El resto que acudiesen, verían lo que Sun tenía que decir en unas pantallas que el propio grupo instaló fuera, con Guy asegurándose de que estaban listas para funcionar.

    Sun se encontraba en el interior del laboratorio junto a su segunda al mando. Ashley estaba sumida en sus pensamientos y Axlor era el protagonista de estos. La mujer no entendía la marcha repentina del marciano, sin ninguna explicación, sin haber forma de poder comunicarse con él. Sabía que al joven Vaalot no le había agradado la idea de tener que pelear y suponía que por eso se había ido, pero ella al menos quería una explicación de su parte, algo que le dijera que volverían a verse. La asiática observaba a su compañera, consciente de lo que estaba pensando y sintió incredulidad hacia ella, al no entender como podía tener sentimientos por un hombre tan aislado y neutral como Axlor Vaalot.

    — Deja de pensar en él — Musitó Brume, directa — Nos ha abandonado y quizá incluso vendido.

    — ¿Qué dices? — Ripley se volteó, confusa — Axlor puede no estar de acuerdo con la causa, pero no nos traicionará.

    — Eso está por verse, debemos tener ojos en todos lados, incluso en aquellos a los que dejamos unirse.

    La noche se hizo y el grupo consiguió atraer a casi quinientas personas en su primera reunión multitudinaria. Como solo cien cabían en el interior del laboratorio abandonado, el resto permaneció fuera, observando lo que fuese a decir Sun por las pantallas instaladas en el exterior. Cuando estas se encendieron para dar imagen a la líder de una Resistencia que comenzaba a crecer, todos se posicionaron para oírla.

    — Gracias a todos los que habéis venido, significa que nuestra causa no es cualquier cosa, sino algo serio. Cómo bien sabéis, no he ganado las elecciones a gobernador de la humanidad y por ende me encuentro hoy aquí, ante vosotros, para hablar de lo que puede ocurrir. La candidata ganadora, Snow Carver, es una fiel defensora de los neonianos como al parecer el cincuenta y cinco por ciento de lo que queda de humanidad, lo que nos puede llevar a la extinción si no lo frenamos. A la extinción porque los neonianos siguen aquí y nos traen problemas constantemente, algunos vienen del pasado y terminamos pagándolos nosotros. Os hemos reunido aquí para hablaros de la Resistencia, algo de lo que hablé con una amiga, que a su vez trajo a amigos suyos que creían en esto y que se basa principalmente en expulsar a los neonianos de Neonia, puesto que ahora debería pertenecernos. Comenzamos siendo seis personas, una nos abandonó anoche, pero el número ha aumentado exponencialmente al haber dado voz a nuestra causa en las elecciones. Como firme defensora de la humanidad, os pido compromiso para afrontar lo que va a venir. Yo quería echar de aquí a los neonianos con pasividad y buen trato, pero veo que eso va a ser complicado. Por eso, habrá que tomar medidas más drásticas. Requeriré de muchos de vosotros para pelear. Sí, pelear. Porque vamos a tener que pelear contra nuestra propia gente para hacerles ver que están cometiendo un error. Nuestra causa comienza con incordiar a los neonianos. Debemos destruir sus cultivos, sus zonas de fabricación de esas máquinas asesinas, cualquier estructura que les beneficie... vamos a hacer que les sea un infierno vivir en su propio planeta. ¡Ahora Neonia es humana! ¡SOMOS LA RESISTENCIA!

    [...]

    Mil ochocientos setenta y nueve días después de la destrucción del Sistema Solar


    Sun Brume fue capturada por los soldados del gobierno en uno de los tantos ataques de la Resistencia a las fábricas de Super Rhajik. Pese que la organización no había matado a ningún neoniano, sí dificultaban el avance de estos mediante la destrucción de dichas fábricas, de cultivos y de convoys que viajaban con suministros en dirección a Isharay. Los neonianos tampoco respondían a esos ataques hasta que se hartaron de perder víveres. La asiática fue la primer miembro de la Resistencia en ser detenida por el gobierno de Snow Carver, quién les había aguantado durante casi cinco años, realizando manifestaciones y atacando instalaciones neonianas. Finalmente, la situación se volvió insostenible y el choque de ideologías en la humanidad era inminente. Continúa la historia cronológicamente aquí:

    Los Viajeros III: Secuelas de una catástrofe


    Conoce la historia de Los Viajeros desde sus inicios:

    Los Viajeros: La guerra Rhajik
    Los Viajeros II: Cara a cara

    Capítulos especiales (al igual que este):

    Un hombre de confianza
    El Supremo
     
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    Saludos. Debo decir que tenía muchas ganas sobre conocer más a fondo sobre la creación de la Resistencia, y sobre la líder de la misma.

    La verdad es que el impacto que tuvo Sun en la parte III no fue tan profundo, y yo no la veía como una simple revolucionaria cualquiera. Eso se debía a que en los capítulos donde ella apareció en la parte III, ella solamente estuvo en la celda o en una pelea. No se la ha visto coordinar al equipo, de hecho, Ashley y Guy fueron vistos más tiempo que ella al mando de dicha organización. Es más, yo no entendía la razón por la que ella era la líder cuando ese puesto lo pudo haber tomado cualquier otro. Ahora ya comprendo más la razón por la que ella tomó el mando del grupo, y de como estos la siguieron. Ella básicamente fue la que tuvo el valor de plantarse ante el gobierno provisional de Edwin, y de representar el pensamiento de muchos en el debate. Ahora ella ganó otro valor como personaje, y por eso creo que este capítulo debió de haber salido antes que la parte III en sí misma.

    Fue algo doloroso ver como el grupo de los Viajeros se dividió y perdieron el contacto, justamente, Ashley lo había mencionado en la parte II, intentando reunir al grupo después de la guerra Rhajik. Imagino que el evento que ocasionó el Supremo fue demasiado para todos y ya no lo intentó más. No me sorprende para nada que algunos tomaran un camino y otros se apartaran.

    Me sorprende bastante la ausencia de Amina en todo esto de la Resistencia, puesto a que ella era la informante de Ashley infiltrada en el gobierno. Ella no ha aparecido en este capítulo, más allá de una mención, y hubiera sido interesante saber más acerca de su rol en todo este asunto. No digo que me queje de que no haya salido, porque Arva, West, Cinthia, Vanth, Zyon y muchos otros ni siquiera aparecieron; pero este no era un capítulo para ellos. En cambio, Amina era parte de la Resistencia e incluso salió en la primera reunión, por eso me da curiosidad.

    Estaba claro que Edwin iba a perder, no solo porque la historia lo menciona sino por el trato que él dio a los humanos al comienzo. La verdad es que los discursos de los otros candidatos ajenos a Sun y Snow fueron bastante poco atrevidos, y no me sorprende que perdieran.

    Finalmente, el capítulo cierra con la Resistencia ganando más adeptos a su causa. Me conmovió bastante que Axlor se fuera, y dejame decirte que esto me hace valorar aun más al personaje ahora que se ha ido. Ver un poco más de la relación que mantenía con Ashley hace que uno entienda mejor el sufrimiento que ella pasó cuando se fué y cuando lo encontró muerto. Hubiera preferido la muerte de cualquier personaje (excepto Lill, Snow, Arva y Lio) por encima de la suya, en serio XD. Pero tengo que aceptar que ya no está.

    Ha sido un capítulo bastante explicativo con todo esto, y me ha gustado mucho leerlo. Los capítulos especiales son geniales, el de Lio, este y el del Supremo. Entiendo que los separas de la historia principal porque sus sucesos, si bien son importantes, tienen lugar mucho tiempo antes que la misma historia. Todos han sido unos buenos capítulos, y te felicito por eso.

    Será hasta la parte IV o hasta el capítulo especial que hagas sobre dicha parte. Saludos.
     
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  1. zaptersz
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