Gimnasio

La reacción de Alisha ciertamente le había sorprendido, y es muy probable que un gritito asustado hubiese escapado de sus pulmones cuando se encontró en medio de un ataque ninja de pelea libre. ¿Esa combinación siquiera existía? Bueno, debía haber habido en el mundo al menos una persona, en algún momento de la historia, que se le cruzó semejante idea por la cabeza.

¡Eso, o él era un auténtico visionario!

Pero bueno, se había pasado mucho rato vagando sin rumbo por la escuela y, cuando se encontró entre las piernas de Alisha —lamentablemente, no de la forma que hubiera querido—, la campana anunciando el fin del receso los sorprendió.

Un buen rato después allí estaba, arrastrando los pies dentro del gimnasio. Más dormido que despierto, se revolvió el cabello y bostezó sin decoro alguno ante la imagen vacía del recinto. Su voz hizo eco y soltó un gruñido adormilado, guardando las manos en los bolsillos. No había llevado su uniforme de Educación Física, así que no tenía mucha idea qué esperaba hacer. Por allá estaba la jaula llena de balones, así que se acercó y comenzó a picar uno mientras caminaba alrededor.

—¿Hola? —exclamó, por las dudas—. ¿Hay alguien aquí?

 

Alisha Welsh

Escuchar la campana que anunciaba el final del descanso justo segundos después de formularle aquella pregunta a Joey solo incrementó más mi malestar en aquel momento. ¿Llovía y encima no había podido dormir? ¡Qué asco de día! Liberé al chico del agarre de mis piernas y acabamos por dirigirnos a las clases juntos.

Conseguí no quedarme dormida de puro milagro, al menos debía admitir que el sol saliendo al final de las clases había subido un poco mis ánimos. ¿Cuánto quedaba para el verano? Demasiado, sí, pero ay, lo bien que lo iba a pasar cuando llegase. Con los pensamientos de posibles fiestas en las playas y siestas ininterrumpidas, las horas finales se me pasaron más rápido de lo esperado.

Así que... tocaba club, ¿cierto? No esperaba que alguien quisiese revivir el club de baloncesto, pero no me iba a quejar. Seguramente los deportes era lo único en lo que podía destacar en aquella Academia, y siempre había estado en todos los clubs, al menos ayudando de vez en cuando, relacionados con ello.

Cuando llegué al Gimnasio, sin embargo, no pude evitar soltar una de mis sonoras carcajadas.

—¿En serio, Joey? —pregunté, acercándome al chico, una sonrisa divertida, también algo pícara, formándose en mis labios—. Darling, voy a empezar a pensar que esto es cosa del destino~

 

Una sonora carcajada lo arrancó de sus cavilaciones sobre... la vida. Sí, la vida. Era una forma políticamente correcta de decirlo.

Los detalles no importaban, ¿verdad?

Se giró en redondo, atrapando el balón con ambas manos, y sonrió animado al distinguir la silueta de Alisha recortada en el umbral de la puerta metálica. Se encogió de hombros ante su comentario y le lanzó el balón con un movimiento preciso, curvando los labios apenas hacia el costado.

—Debe ser tu karma por hacerme esa llave horrible —se quejó, sobándose la nuca y fingiendo un mohín—. Estoy todo contracturado, ¿sabes? ¿Quién cuidará de mí ahora~?

Soltó entonces una risa corta y renovó los ánimos, echando un vistazo sobre su cabeza, hacia la puerta. No parecía que nadie más fuera a aparecer de momento.

—¿Club de básquet? —adivinó y exhaló con fuerza, meneando la cabeza en señal desaprobatoria—. Hombre, yo no sé qué pasa aquí. Se supone que soy el alumno irresponsable y he llegado primero, ¡y tú segunda! El mundo se ha puesto patas para arriba, no me quedan dudas.

 

Alisha Welsh

En pocas cosas tenía los reflejos que tenía para aquellas situaciones. Atrapé el balón que Joey me lanzó en ese momento sin mayor problema, comenzando a botarlo poco después sin perder la sonrisa divertida.

—Oh, no me digas~ Pensé que la lista de contactos de Joey Whickam era interminable, ¿nadie que vaya a darte un pequeño masaje? ¿De verdad?

Paré de botar la pelota entonces, dejándola bajo mi brazo mientras negaba con la cabeza, fingiendo decepción en mi rostro. Después le devolví la misma, en un tiro curvado por arriba.

>>Mira que al final vamos a ser nosotros los responsables y solo nos han hecho creer lo contrario toda nuestra vida. ¡Yo sabía que no podía ser siempre la mala en todo!

 

Soltó un pesado suspiro mientras meneaba la cabeza con los brazos en taza, profundamente entristecido.

—¿Qué te digo? Son tiempos difíciles. Uno se hace viejo y ya no es tan fácil como antes. La gente va y viene, las cosas cambian y las arrugas aparecen. —Risueño, se acercó a la chica por detrás y apoyó ambas manos sobre sus hombros, hablándole cerca del oído—. ¿Qué dices, Ali-chan? ¿Ayudarías a este pobre anciano?

Una risa baja vibró en su pecho y se separó de la chica, recibiendo entonces el balón por el aire. Lo atrapó sin mayores complicaciones y le dio otro pase, posicionándose a unos metros de distancia.

—Bueno, ¿te parece mover un poco el esqueleto para matar el tiempo? Quiero decir, de una forma sana e institucional. Después de todo, ahora somos alumnos responsables —comentó, divertido, guiñándole un ojo.

 

Alisha Welsh

—Uy, hacer trabajo social con mayores suena a algo que la gente responsable hace, ¿cierto? ¡Entonces acepto, por supuesto! —respondí, con alegría, en cuanto acabó de hablar.

Recibí el balón de nuevo y me acerqué a su posición, quedándome lo más pegada posible a su cuerpo para poner mi dedo índice sobre su nariz e ir bajando este, apenas rozándole, por sus labios, cuello y posteriormente pecho, parando en el principio de su pantalón.

>>Aunque... tienes pinta de ser un viejo verde, eh~ —murmuré, mirándole directamente a los ojos, haciendo un puchero claramente falso—. Y yo solo soy una chica indefensa~

Me mantuve con aquella actitud un par de segundos más hasta que finalmente rompí la tensión con una risa, alejándome mientras botaba la pelota de nuevo. Con paso tranquilo me dirigí hacia una de las canastas más cercanas y la lancé, encestando sin demasiada dificultad.

>>Está bien, ¿quieres hacer algunos tiro entonces?

 

No había movido un músculo desde que vio cómo Alisha comenzaba a acercarse. Era una chica bastante impredecible y energética, algo similar a él, por lo que sonrió calmado y aguardó expectante por lo que tendría en mente.

La piel de su dedo era tibia, y lo había rozado apenas con la punta de la uña. Su nariz, labios, barbilla, cuello y clavículas. Luego perdió la sensación y curvó los labios en una sonrisa ladina, bajando la voz a un murmullo sedoso y grave.

—Con calma, gatita~ Se supone que soy un chico bien ahora, no me gustaría... faltar a mis principios en medio del gimnasio. —Alzó su barbilla con apenas un toque durante unos segundos—. Aunque siempre estoy abierto a negociaciones~

Se la quedó viendo mientras se alejaba para encestar el balón, atendiendo —sin preocuparse en disimular— a las curvas que su cuerpo trazaba por debajo del uniforme. No era difícil imaginarlas, ¿eh? No cuando ya las conocía. Ante su pregunta, Joey se encogió de hombros y sonrió.

—Claro, preciosa. Sus deseos son órdenes —canturreó, acercándose a ella con las manos en los bolsillos—. ¿El mejor de diez?

 

Alisha Welsh

Reí ligeramente. Siempre era divertido estar con Joey, él y yo nos entendíamos bien al fin y al cabo. Volví a coger el balón que se había quedado en el suelo tras la canasta y me giré hacia el chico, de nuevo con una expresión provocativa.

—Está bien. ¿Y que te parece si el ganador puede pedirle lo que sea al perdedor~? —propuse, con una ligera sonrisa y un alzamiento de cejas.

Era terreno peligroso, lo sabía mejor que nadie, pero la vida era más divertido así. Le pasé la pelota y me alejé para dejarle el espacio libre hacia la canasta.

>>Los mayores primero~ —dije, haciendo una pequeña inclinación sin poder evitar reírme, incorporándome después con cierta expresión de curiosidad.

 

Alzó las cejas, curioso, y una amplia sonrisa se extendió por todo su rostro. Esa sí que era una propuesta, ¿eh? Observó a Alisha un par de segundos, buscando algún rastro en su expresión que le indicara broma o ironía, pero no había nada de ello. Iba en serio. Al final, ese club iba a ser más... interesante de lo que había estimado un primer momento.

—Sabes que no puedo decirte que no, linda~

Recibió el balón con ambas manos y le quitó la vista de encima sólo para dirigirla a la canasta. Separó las piernas, las flexionó y apuntó. La pelota se separó de sus manos y dio en medio de la cesta, rebotando debajo en vaivenes amplios. Volvió la vista hacia Alisha y le sonrió, retrocediendo ceremoniosamente.

—Todo suyo, señorita.

Contenido oculto: Dado

Joey: 1
Alisha: 0

1 = encesta
2 = erra

 

Alisha Welsh

Aplaudí ligeramente cuando vi que había encestado, con una ligera sonrisa. No tardé en coger el balón de rebote y me coloqué en la posición que el mismo me había dejado, preparándome para tirar.

—Vaya, ¿acaso eres una eminencia del baloncesto y no lo sabía? —comenté, con una risilla.

Poco después, sin embargo, cambié mi expresión a una de seriedad y, tras botar un poco más la pelota, la recogí entre mis manos, flexionando un poco las rodillas para elevarme después en un pequeño salto que me ayudase a lanzar a la canasta.

 

Chasqueó la lengua varias veces seguidas cuando vio que Alisha erraba y le sonrió, acercándose para darle unas palmaditas en el hombro.

—Tranquila, linda. Estoy seguro que sólo necesitas entrar en calor. Ya sabes, eres imparable cuando ya estás metida en el juego~

Risueño, buscó el balón y se posicionó para lanzar. Ver cómo la pelota volvía a entrar en la canasta le hizo soltar una risa por la nariz, entre incrédulo y contento. Venga, ¿sería de verdad una eminencia misteriosa del baloncesto? ¿Acaso allí estaba su talento oculto y jamás lo había aprovechado? ¡Ah, ya podía ver los titulares de las noticias!

"¡Joey Wickham, promesa desconocida del deporte!"

Meneó la cabeza ante las estupideces que se le pasaban por la mente y le guiñó un ojo a Alisha, coqueto.

—Bueno, quizá comience a considerar más en serio mi petición.

Contenido oculto

Joey: 2
Alisha: 0

1 = acierta
2 = erra

 

Alisha Welsh

Fallé.

Vi la pelota rebotar en el borde de la canasta hasta que finalmente cayó por fuera de la misma, haciéndome así fallar el tiro y perder un punto. Chasqueé la lengua, ligeramente molesta por aquello.

No solo eso, Joey había acertado ya dos tiros y eso me ponía en una situación comprometida. En parte, no me importaba haber propuesto lo que propuse pues... era Joey, no me iba a sorprender nada de lo que pidiese y tampoco me iba a resultar difícil cumplirlo, seguramente. Por otra parte, sin embargo, no me gustaba perder, y menos en algo como aquello.

—Parece que me estás distrayendo con tu atractivo natural~ —dije, con una ligera risa, tras escuchar sus palabras.

Y una vez más, me tocaba tirar. Me concentré al máximo, no pensaba dejarme vencer.

Contenido oculto

Joey: 2
Alisha: 1

1 = acierta
2 = erra

 

Se llevó una mano al pecho, fingiendo preocupación ante su comentario, y meneó la cabeza.

—¿Yo? ¿Distrayéndote con mi belleza? ¡Imposible! —Alzó los brazos al aire, mientras Alisha se retiraba y recogía el balón para lanzar—. No permitiré que ocurra de vuelta...

Cuando la pelota corrió con fluidez por la red de la canasta, rebotando luego en el piso de madera, volvió la vista hacia Alisha y le sonrió ladino.

—Porque voy a ganarte~

Contenido oculto

Joey: 3
Alisha: 1

1 = encesta
2= erra

Ya se le subió a la cabeza al pendejo este

 

Alisha Welsh

—Eso ya lo veremos, cariño~

Acertar aquel último tiro al menos me había devuelto algo de confianza. Aunque no podía negar que el pleno que el chico llevaba ya me estaba sorprendiendo, ¿no se había planteado apuntarse al club antes? Porque era realmente bueno.

De nuevo, volví a concentrarme al enfocar mi vista en la canasta y lancé la pelota, repitiendo la maniobra que había usado anteriormente, esperando repetir el resultado.

Contenido oculto

Joey: 3
Alisha: 1

1 = encesta
2= erra

 

Cuando Alisha pasó a su lado Joey no logró evitar pasearse la mirada encima de ella con aquella sonrisa llena de confianza; tanto como para exacerbar a los demás. Aquel estúpido juego se le había subido a la cabeza, y es que bastaban un par de cestas para que Joey se situara en la cima de la colina.

Era un muchacho simple.

—Estuve pensando —dijo, mientras se posicionaba para lanzar—, ¿qué pasaría si organizamos un... evento? Aquí, en la escuela. Creo que podría interesarte, linda. Quizá si gano...

El balón encestó y Joey le sonrió a la chica, entre fanfarrón y emocionado. Aunque bastante más de la primera.

—Pueda comentarte al respecto~

Contenido oculto

Joey: 4
Alisha: 1

1 = encesta
2= erra

Si Alisha erra el próximo tiro, Joey ya ganaría, rite? No quiero hacerme cacao mental adjsakj

 

Alisha Welsh

No pude evitar levantar la ceja al escucharlo, curiosa.

—¿Un evento? —repetí, tirando el balón por última vez a la canasta.

Solté un suspiro de resignación al ver que encestaba, pues ya no tenía manera de superar el pleno de Joey. Me giré, sonriendo ligeramente antes de darle un pequeño golpe en la frente con mi dedo índice.

>>Bueno, has ganado~ Pero que no se te suba a la cabeza, ¿eh?

Me llevé las manos a la cadera, negando ligeramente con la cabeza, pero poco después volví a recuperar la expresión de curiosidad.

>>Entonces... ¿qué quieres hacer, pequeño maleante?

 

Siguió el trayecto del balón con una expresión calmada, aunque la mueca de satisfacción curvando sus labios se mantuviera allí, inalterable. El sonido de la pelota rebotando acompañó sus pasos hacia Alisha y arrugó la nariz, sonriente, cuando la chica le picó la frente.

—Esto ha demostrado que tengo talento para embocar cosas en agujeros —soltó, conteniéndose la risa—. Nada nuevo bajo el sol.

Era un burdo de mierda, pero Alisha era su amiga desde hacía ya un tiempo y, honestamente, no creía que tuviera nada que disimular o adornar frente a ella. Lo conocía, sabía de sus mañas y sus aficiones. Una broma como esa no lograría espantarla. Joey soltó el aire de golpe, clavando su vista en la chica, y le quitó el cabello de encima del hombro.

—Ali-chan, ¿qué te parecería organizar un juego, aquí en la escuela? Algo así como... un evento durante el receso, para divertirnos y pasarla bien un rato. Podríamos ver de colar unas botellas de cerveza, o quizá algunos cigarros, y... ya sabes.

Guardó las manos en los bolsillos y se inclinó hacia ella, sonriente. Se acercó, le plantó un beso lento en la mejilla y volvió para buscar sus ojos.

—Ese tipo de cosas. ¿Qué me dices~? Aunque, bueno, no tienes muchas opciones realmente, ya que gané la apuesta y... ¿cómo era que dijiste? ¿Hacer lo que sea que te pidiera?

 

Alisha Welsh

No pude evitar reír cuando dijo aquello, algo sorprendida. Las bromas de Joey no me eran extrañas a aquellas alturas, pero a veces hasta a mí me tomaban desprevenida.

Lo escuché hablar, en silencio y prestándole toda mi atención, sonriendo ligeramente después de sentir sus labios sobre mi mejilla. Sin perder la sonrisa, coloqué mis brazos sobre sus hombros, rodeándole el cuello al juntar mis manos por detrás del mismo. Ladeé la cabeza, a apenas unos centímetros de distancia de la suya, o de su cuerpo en general.

—Tienes razón, no puedo negarme —admití en un susurro, con un ligero puchero—. Peero... la verdad es que suena bien~ Te ayudaré~ —aun hablando en voz baja, entrometí una de las manos en su cabello y jugueteé un poco con él, sin romper el contacto visual, hasta que finalmente me separé con expresión divertida—. Entonces, ¿a quién más planeas invitar?