Adventure Time Weird girl: El inicio de aventura

Para la actividad Origenes @Zil Kendrik y @Fenix Wayne.

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Miren a esas chicas de allá, una dice “¿te arreglaste el cabello?”, la otra le dice “si me puse unas extensiones, ¿no es lindo?”, para la última agregar, “Se te ve divino, ¿viste a Brad el capitán del equipo de futbol?, se ve guapísimo esta mañana”. Y eso, es todos los días, claro también esta cuando se ponen raras y se ponen con “amiga te soy irresistible, ¿no es cierto?, me amas”, sé que broma y que hay muchos chicos tontos pero ¡Vamos!, eso es…extraño.

¿Quién soy yo?, pues una chica muy peculiar se simplifica en eso, la clase de chica que seguro te da un puñetazo si llegas y le dices “Hola muñeca, te comen los pajaritos” o esas vulgaridades, pero puede derretirse ante algo romántico y caballero. Soy la clase de chica que vio mucho más interesante las caricaturas de los chicos por que tratan temáticas más grande que “Mejor amiga, vamos de compras”, pero no por eso me descuido, al verme no parezco ni payaso con tanto maquillaje encima ni el carnicero del mercado es más femenino que yo.

Esperen, doy un pequeño respiro, llevo corriendo todo el día, me arde el pecho y eso que soy un poco deportista, Maribel y sus amigas llevan intentando atraparme.


Flash Back:

Estaba Guadalupe en el patio, una chica muy buena onda, linda, lista, pero gordita, sí y para terminar, completamente fan de las cosas cursis, es un blanco para las chicas presumidas de “soy mejor con aire en la cabeza”.

— ¿Ya viste a esa Jaqueline?, la cerdita está aquí.

¬— Aish, no sabía que dejaran entrar animales a la escuela

Rieron jactantes a carcajadas mientras que la chica solo se sumergía más en sí misma, apunto de llorar.

— Dejaron a entrar a zorras… —me levante dejando mi emparedado sobre la mochila, colocándome mi gorrito blanco de gato que venía unido a mi campera— Lupi, ¿quieres sentarte conmigo? —le dije sonriendo mientras la abrazaba con mi brazo.

Ella me miró raro y se quedaron allí. Tal vez debí dejarlo hasta allí ya estaba ella a salvo, las tipas esas en su lugar, pero no lo resistí.

— ¿Así que por que no se salen?

Eso las enfureció. En la penúltima clase recibí una notita que me esperarían a la salida.

Fin del Flash Back.

La enfrentaría si solo fuera ella, pero es cobarde, me persigue con medio salón, ¿Me pregunto por qué soy tan popular?. Estoy cerca del viejo gimnasio tomando un pequeño respiro no fue lo más listo irme al lado opuesto de la salida, algo cae detrás de mí y me pongo al instante en guardia esperando ya un zarpazo hacia mi pelo, pero no, es un gato, de hecho un gato bonito y que con eso que no me agradan mucho los mínimos, muy flojos, pero éste tiene algo distinto.

— Psss…

¿Soy la única que acaba de escucha que el gato me hizo? “pss”. Me acerco un poco y lo miro, parece que me está analizando, muchos tendrían miedo yo soy un tanto rara. Miren que lo acabo de ver sonreír, le devuelvo la sonrisa.


— Eres como una galleta con los colores que tienes…—le digo al gato.


—Allí esta no la dejen escapar— se escucha a lo lejos y alguien se me lanza encima.


Forcejeo mientras me la intento quitar de encima, se escuchan gritos de “pelea, pelea”, algo me acaba de dar en la nuca ha dolido bastante, creo que choque con una piedra entre el forcejeo, tengo un poco de sueño y los gritos se acallan, estoy mareada, creo que me di duro en la cabeza, claro, ahora que ya estoy así, nadie le parece gracioso.


De pronto quedo todo en silencio, estoy seguro que no morí, porque siento todo, sin embargo no estoy en ninguna lado, es como flotar en uno de esos tanques de meditación, aunque si pasan varias cosas a mi mente de toda vida, recuerdos como estar jugando con mis primos a los superhéroes, como me quedaba perdida viendo algunas princesas de cuento y me emocionaba al no ser solo la que se queda esperando a ser rescatada, recopilando recuerdos siempre quise un mundo distinto, mas mágico, mas irreverente, pero mucho más real en el corazón, que todo fuera más profundo con más sentido con más entrega, se darán cuenta soy muy soñadora.



Un destello de luz, como el sol filtrándose en el follaje, el cielo destella tantos colores distintos como los de un atardecer, siento cierta pesadez en los ojos como despertando de un largo sueño, de pronto escucho que alguien me llama. Volteo y frente a mi está el gato, aunque algo en el me parece distinto, giro un poco la cabeza y hay un muchacho frente a mí, me sonrojo está demasiado cerca, me sonríe y yo lo hago nerviosa.

— Fue un duro golpe, es bueno que ya te encuentres bien— dice el chico dibujando una sonrisa.

—Gracias…—le sonrió mientras me ofrece su mano.

Viste de jeans, camisa de vestir y un pelo negro con un corte casual, además de unas peculiares orejas puntiagudas.

Se escucha un grito a lo lejos, el chico y el gato corren y yo intento seguirles el paso, mis ojos no pueden creerlo, frente a mi hay una enorme criatura como un troll justo en medio de más pequeñas casitas pisoteándolas, de estás surgen pequeñas gentecitas de colores corriendo despavoridas.

— ¿Nadie va a hacer nada al respecto?

— Esos son problemas muy comunes el este reino, hasta ahora nadie hace nada al respecto.

Volteo y veo que el gato está hablando.

— Me llamo Cake, el gato.

Sonrió un poco, después de todo me había parecido un panque.

— ¿Sería bueno algo así como una heroína? — agrega el chico pelinegro mientras pone en mis manos una espada dorada.

— ¿Yo?, este…—tartamudeo un poco, aunque la verdad la idea me entusiasma bastante.

Todo en ese lugar está bastante extraño, sus habitantes, el gato parlante y ¿Desde cuándo te dan una espada un chico con colmillos?, espera, ¿Colmillos?, ¿Acaso es un vampiro?, ¡Este lugar es genial!

El viento acaricia mi rostro, es una brisa casi mágica que solo en el reino de Aaa se puede sentir, mi pelo dorado como el sol era vuela por esta hasta el momento que pongo mi gorro de la campera sobre él y sonrió portando la espada en mis manos, no sé si es un sueño, la verdad espero que no, no sé cómo había llegado allí pero espero que jamás me vaya, de alguna forma en este lugar me siento en mi hogar.


— Yo no sé tu nombre— le dije al chico.


— Me puedes decir Marshall…


Comienzo a correr hacia el troll y Cake el gato me sigue.


— Me llamo Fiona mmm la humana y sabes creo que ¡Es hora de aventura!