Adventure Time Finn el humano. [hora de aventuras]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Hey Miguel, 18 Septiembre 2014.

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    Hey Miguel

    Hey Miguel Sobrevivió al Arceus Emo

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    Escritor
    Título:
    Finn el humano. [hora de aventuras]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2278
    Finn el humano.

    La Dulce Princesa estaba hecha un manojo de nervios, caminaba de un lado al otro del laboratorio esperando que la Reina vampiro volviera de la Nocheósfera.

    — Vamos, Marceline... date prisa—pensaba en voz alta, mientras que fuera del laboratorio se escuchaban explosiones seguidas de temblores que sacudían los cimientos del palacio.

    El Lich y su ejército de muertos vivientes estaban irrumpiendo en el castillo del Dulce reino, el cual era el único de Ooo que quedaba en pie tras la guerra que inició éste. Después de haber matado a Billy, el gran héroe, ningún ejército del planeta pudo detenerlo; mataba a todo ser al quien se acercaba y reclamaba como suya cualquier cosa sin vida. Todos los reinos cayeron ante su fuerza y poco o nada pudieron hacer los últimos héroes que quedaban.

    De pronto la habitación fue iluminada por un remolino de luz azul que hacía volar los papeles y anotaciones del laboratorio. Marceline había vuelto de la dimensión demoniaca con noticias de su padre.

    — ¿Qué hay, Bonnibel? —saludó naturalmente la vampira, ignorando la seriedad de la situación.

    — ¿Qué te dijo tu papá? —preguntó rápidamente la princesa.

    Marceline cambió la expresión en su rostro y procedió a contarle lo sucedido a la Dulce Princesa.

    — Veras... mi padre me contó que La muerte contactó con él quejándose de que La tierra de los muertos estaba sobrepoblada de almas, que los muertos llegaban uno tras otro y que todo eso era una molestia para él—la princesa escuchaba atentamente las palabras de Marceline—. Y ya que mi padre era el único capaz de hacerle frente, le pidió que lo detuviera. Mi padre se negó diciendo que tenía muchas cosas que hacer en su propia dimensión y que realmente no le importaba lo que sucediese aquí.

    — Pero si eso es cierto, Hunson Abadeer es el único que puede ayudarnos, ¡debemos convencer—Marceline la interrumpió poniéndole una frutilla en la boca.

    — Shh, shh, cálmate un poco, princesa—le dijo la vampira—. Cuando papá dice que no hará algo, nadie puede convencerlo. Pero logré que nos ayudara—dijo finalmente con una media sonrisa.

    — ¿Cómo? —quiso saber la muchacha de chicle.

    — Bueno, le insistí diciéndole que si a él no le importaba a mi sí—hizo un gesto con sus manos y flotó un poco hacia atrás—. Yo vivo aquí después de todo. Le dije que si esta tierra se destruía me tendría que quedar a vivir con él en la Nocheósfera.

    La princesa rió disimuladamente tapándose la boca.

    — ¿Qué sucede? —preguntó un poco molesta.

    — Nada, nada... solo sigue—respondió desentendiéndose del asunto.

    — Okey... —dijo inconforme con la respuesta—. Aceptó echarme una mano y finalmente me dio esto—aseguró sacando un pequeño artefacto parecido a un pequeño reloj pero con símbolos extraños en vez de números—. Se llama Tempus itinerantur o algo así.

    — Parece una especie de reloj, ¿qué es? —curioseó la princesa.

    — Es un dispositivo para viajar en el tiempo. También tiene un registro de las veces en que se ha cambiado la historia. Solo se ha cambiado 2 veces—indicó.

    — ¡Asombroso! ¡Eso nos servirá para regresar al momento en que el Lich mató a Billy!—dijo alegremente—...Pero, ¿cuáles han sido esas dos ocasiones?

    —Mi papá dice que una de las veces fue él, que fue al pasado a robarse un dulce a su yo de niño.

    — Qué malévolo.

    — Así es—estando de acuerdo.

    — ¿Cuál ha sido la segunda? —quiso saber la Dulce Princesa.

    Marceline calló unos segundos, le dio a la princesa una mirada de desconcierto. Al parecer no lo había visto todavía. La princesa se acercó y las dos miraron el pequeño reloj para ver el registro de cambios en la historia.

    Luego de mirarlo varias veces, las dos chicas se miraron e intercambiaron gestos de confusión.

    “Los perros Joshua y Margaret Murtons no adoptaron al bebé conocido como Finn el humano”

    — ¿Alguien fue al pasado para que unos perros no adoptaran a un niño humano? —preguntó aún mas confundida la Dulce princesa.

    — ¿Qué es un “humano”? —respondió Marceline con otra interrogante.

    — Ni idea—dijo la princesa.

    — ¿Será algo importante? —le preguntó la vampiresa.

    — Llámalo intuición real... pero creo que es algo muy significativo en todo esto—dijo a Marceline con un tono discreto.

    Marceline quedó en silencio y la princesa le siguió. Parecían valorar las posibilidades de que ésa fuera la respuesta a su situación. En el callado laboratorio este silencio era solo interrumpido por los pequeños temblores, resultado de la batalla fuera del palacio.

    — Finn el humano, ¿eh? —dijo finalmente Marceline, rompiendo el silencio.

    — Debes volver al pasado y hacer posible que el humano sea recogido por esos dos—explicó como una orden, pero al mismo tiempo consejo.

    — Entendido—respondió la vampiresa poniendo la fecha del evento—. Si falla y no era esa la razón...

    — Siempre puedes usar el reloj otra vez y salvar a Billy—animó la princesa.

    — Tienes razón... —dijo más tranquila—. Pero y si funciona, ¿no hay acaso posibilidad de que no todo sea como esperamos?

    — No puede ser un presente más triste que este... —respondió con una sonrisa un tanto afligida.

    — Correcto—dijo activando el dispositivo—. Nos vemos, Bonnibel.


    ...


    Marceline fue tele transportada a través del tiempo, viendo a cámara rápida los sucesos transcurridos en más de una década, demasiados y muy variados como para prestar atención en recordarlos. Finalmente el reloj emitió un sonido parecido a una tostadora al momento en que está listo el pan.

    — Hmn... No sé ve muy diferente al Ooo que recuerdo—se dijo mirando el bosque en el que se encontraba—. Ahora... ¿dónde estará ese bebé? —mientras abría su sombrilla.

    La muchacha empezó su búsqueda sobrevolando el bosque y vigilando los alrededores. De pronto oyó a un bebé llorar y fue hasta el origen del sonido.

    Al llegar a un pequeño claro en el bosque, vio una pequeña canasta de mimbre que tenía a una pequeña criatura llorona envuelta en una cobija.

    — ¿Tu eres Finn? —preguntó a la nada. El bebé obviamente no respondería “A menos que fuese un bebé mágico” pensó Marceline.

    — Bueno, no veo a ningún otro bebé por aquí—dijo tomando a Finn y examinándolo detenidamente—. Así que esto es un humano, ¿eh? Qué gorro más curioso—dijo mirando el gorro de oso polar que traía el infante. El pequeño Finn paró de llorar y miraba a Marceline con una mirada inocente y juguetona.

    —Bueno, vamos a buscar a tus futuros padres, pequeño.

    La primera parte del plan estaba listo, tenía al humano. Ahora había que encontrar a sus padres y volver al futuro, así de fácil.

    Después de estar un poco con el humano, Marceline sintió que tenían alguna especie de conexión, algo difícil de explicar pero muy fácil de diferenciar. Tal vez la Dulce Princesa tenía razón y devolver a Finn a sus padres sería lo que cambie la historia.

    De pronto Marceline sintió una oscura presencia, un olor podrido, algo maligno. Lo reconocería en cualquier parte, era el Lich. Entonces Marceline estuvo completamente segura de que habían acertado ”Gracias a Glob”, si él estaba ahí quiere decir que era importante. El futuro de Ooo dependía de ese bebé humano. La vampiresa se apresuró a encontrar a los perros Joshua y Margaret.

    Un grito de ira y frustración se escuchó en todo el bosque e hizo a los pájaros que estaban en los arboles abandonar la copa de los mismos y alejarse volando, el Lich no encontró a Finn en la canasta de mimbre y estaba furioso. Con su magia negra invocó perros putrefactos que rastrearían el olor del humano, estos rápidamente encontraron la fuente del olor y ladraron corriendo hacia donde estaban Finn y Marceline.


    ...


    — ¡Ahí están! —exclamó la muchacha divisando a una pareja de perros pasear por el bosque a unos metros de donde ellos se encontraban. Pero antes de que pudiera hacer nada, escuchó los infernales ladridos de unos perros que parecían rabiosos.

    — ¡Cállense pulgosos! —Bramó transformándose en una gigantesca y atemorizante bestia de puntiagudos colmillos y filosas garras. Esto ahuyentó a los perros y extrañamente no asustó al bebé, sino que lo hizo reír—. Eres tan lindo—dijo pellizcándole la mejilla mientras volvía a su forma normal.

    Pero antes de que pudiera hacer otra cosa, una veloz bola de fuego verde golpeó su sombrilla y dejó descubierta a Marceline ante el sol.

    — ¡Agh! ¿¡Qué rayos!? —gimió de dolor. Los rayos del sol la quemaban como fuego mientras se esforzaba por no soltar al pequeño, quien de seguro moriría si caía desde la altura en donde se encontraban.

    — ¡TÚ... ÉRES LA HIJA DE HUNSON ABADEER! —Vociferó una voz de ultratumba que se dirigía a Marceline—. ¡ÉSE HUMANO DEBE MORIR!

    Marceline cayó al bosque débil por los rayos del sol y trató de proteger a Finn lanzándolo a la rama de un árbol antes de caer al suelo. El pañal del niño se enganchó con la rama exitosamente y quedó suspendido en el aire.

    La vampiresa yacía en el suelo con varias heridas bajo la sombra de los árboles y lejos del sol por ahora, pero su factor de regeneración no le bastaba con lo debilitada que estaba. Por suerte, un pequeño bollo de canela pasaba por ahí de camino a su trabajo y tenía lo que ella necesitaba.

    — Hey... acércate—le susurró con sus escazas fuerzas.

    — ¿Sí? ¿Qué puedo hacer por usted sospechosa y posiblemente peligrosa extraña? —dijo el postre.

    Marceline lo agarró con fuerza y lo atrajo hacia sí, mostró sus colmillos de vampiro y los enterró, succionando todo lo que era rojo.

    — ¡Nooo! ¿Por qué? ¡esto es horribleee! —lloraba el bollo de canela.

    — Gracias por la comida—dijo la chica en forma otra vez.

    — ¡Eres un monstruo! ¡Mi... mi corbata ya no es rojaaa! —se lamentó.

    La vampiresa fue rápidamente hasta donde estaba Finn y lo recogió del árbol.

    — He vuelto, criatura—lo calmó.

    — ¡DAME A ÉSE HUMANO, VAMPIRO! —gruñó el Lich acercándose a gran velocidad alzando sus manos cadavéricas con fuego verde en ellas.

    Marceline se apresuró a dejar a Finn en tierra firme y se transformó en su forma bestial.

    — ¡SOBRE MI CADÁVER! —aulló la vampiresa.

    — ¡COMO GUSTES! —respondió el Lich formando una bizarra sonrisa en su rostro putrefacto. Formó varias bolas de fuego verde que luego lanzaba hacia la chica. Ésta las esquivó pero una le golpeó a un ave que iba volando cerca, el animal murió instantáneamente.

    — ¿Qué clase de poder es ése? —quiso saber, asombrada y a la vez asqueada por ver tal poder que robaba la vida con tan solo tocarla.

    El Lich y Marceline pelearon en una batalla desigual, donde la diferencia de fuerza era demasiado grande. La chica vampiro tenía que pensar alguna forma de deshacerse del brujo antes de quedarse sin energías osino Finn y ella morirían y Ooo jamás sería salvada.

    —Vamos, Marceline... piensa—pensó en voz alta llevándose a Finn lo más lejos posible para ganarse algo de tiempo, aprovechando que el Lich no era tan rápido como ella.

    La chica miró sus alrededores tratando de pensar en un plan, finalmente se fijó en el reloj y se le ocurrió un plan apresurado, pero era un plan, no había tiempo para hacer otra cosa.

    — ¡TE ENCONTRÉ! —berreó con una horrible voz el Lich mientras se apuraba en atrapar a su objetivo.

    Marceline puso en el suelo con cuidado a Finn y ajustó el reloj en una fecha, luego miró al brujo que estaba ya muy cerca, en el momento que la tocase, ella probablemente moriría.

    — No importa, ya estoy muerta de todos modos—se dijo a sí misma con una media sonrisa.

    — ¡UOGHHH! —emitió un terrorífico grito al momento de lanzarse hacia Marceline.

    — Nos vemos en el futuro, Finn—dijo sonriéndole con sus colmillos—. Crece para ser un héroe.

    El bebé le sonrió y estiró sus manitas queriendo tocar a la muchacha, pero en ese momento el Lich estaba sobre Marceline. Los dos desaparecieron en un vestigio de luz que los tele-transportó a algún lugar del tiempo, lejos del humano.


    ...


    Finn se quedó solo en el bosque y de repente tuvo urgencia de ir al baño, haciendo popó sobre una hoja, perdió el equilibrio y cayó sobre ella, entonces empezó a llorar.

    Una madre mariquita que paseaba con su hija por ahí cuando lo vieron sollozar sobre su suciedad, simplemente pasaron de largo. Finn lloró todo un día sin nadie que lo ayudase, todos los animales que pasaban lo ignoraban por completo, hasta que un perro en específico se acercó y lo alzó en sus brazos.

    — A ver, bebecito, ¿qué te pasa? Dime—le preguntó mirándolo—. Margaret, no se puede sostener una conversación razonablemente inteligente con éste bebé—se quejó con su esposa, la cual lo tomó en sus brazos cariñosamente.

    — Dámelo, querido. Lo único que quiere es amor y besitos para ser feliz—besándolo repetidas veces en la frente. Finn dejó de llorar y empezó a reír alegremente—. ¿Ya lo ves? Ya es feliz—le aseguró a su esposo.

    — Margaret, besaste a un bebé poposeado. Así que te mantendré en cuarentena absoluta hasta que limpies tu cara.

    El pequeño Finn estaba feliz con su nueva familia, Marceline lo había logrado. Ese bebé crecería para convertirse en el héroe que derrotará al Lich y salvará a la tierra de Ooo.

    La reina vampiro se jugó la vida apostando a que Finn era la salvación de su futuro, entonces fijó la fecha del Tempus itinerantur hacia su presente, en donde si todo salía bien, el Lich no gobernaría y Ooo sería un lugar pacífico en donde todas las criaturas vivientes pudieran vivir. Ella no lo recordaría, Finn no lo recordaría, pero la historia lo hará, por siempre.
     
    Última edición: 18 Septiembre 2014
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    Poemy

    Poemy Guest

    Awww.

    ¡Me ha encantado tu escrito! Realmente me parece fantástico. Tenía tiempo sin ver la serie, pero insisto... no tuve ningún problema al leerlo, siento como si no tuvieras que saber de la serie para poder leer éste buen relato.

    Una ortografía hermosa, no noté un solo error, sólo un dedazo por ahí, nada importante.

    Me pareció magnífica, divertida, tierna, graciosa y muy sencilla de leer; tu historia.

    Me encantó ese sentimiento maternal que Marceline sintió por unos momentos al ver al bebé, porque, ¿quién no se encariñaría con una ternura? aw.

    Ella fue muy valiente, volver al pasado y rescatar a Finn para tener un futuro mejor... es algo digno de una heroína.

    Tu escrito me recordó a la escena toda bonita donde veía que los perritos agarraban a Finn, ¡incluso la has narrado! es muy hermoso *-*
    Eso sí, ojalá hubieses mostrado a Jake ;-;

    Bueno, eso no cambia que tu escrito es realmente cómodo de leer, y jamás deja de entretener al lector, la trama y la lectura te atrapan, y estás obligado a amarlo.

    Puntuación 5/5 (excelente)

    Nos leemos~
     
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    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Me encantó, es justo lo que esperaba de la actividad y además de que la historia va perfectamente con la trama de la serie, se adecua perfectamente a los elementos que usa sin perder su sentido de originalidad. No sé si lo hayas hecho con esa intensión, pero Finn y Marceline tienen cierta relación en ese sentido de tener que ver en su pasado y ahora que narras que fue ella la que hizo que los papas de Jake lo encontraran no lo sé encaja de manera perfecta.
    Tienes una forma de narrar muy fluida, una excelente forma de estructurar los elementos para que encajen unos con los otros, bueno ya te lo han dicho,de verdad felicidades por el escrito, muy bueno.

    5/5
     
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