Shizuoka Shizuoka

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 6 Septiembre 2020.

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    Slam

    Slam Adicto Game Master

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    —Si matara a cada criminal que se me cruza me quedaría sin proveedores, tío— sonrió mientras pellizcaba un trocito de su cubo de opio para arrojárselo —Para tu viaje, pero si vuelves con vida me enseñarás lo que aprendiste

    Luego se acercó hasta los Asakura, en particular a Hinata y tosió mientras miraba a su espada con filo para llamar la atención al respecto y luego a la de madera —Estoy en un dilema, no quiero abandonar la técnica que me enseñaste, pero debo hacer honor también a esta espada... ¿serán compatibles?— le preguntó a su compañera.
     
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    Zireael

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    Noté que Rengo sonreía al recibir mis caricias como era usual y aunque no iba a decirlo allí, agradecí que pareciera estar bien. La compañía de Kohaku le había ayudado bastante, también ahora la presencia de Kuroki, de forma que solo escuché las interacciones ocurrir a mi alrededor. El padre de Kuroki iría también, así que con eso me quedaba un poco más tranquila.

    Me tuve que tragar la risa cuando Rengo se dirigió a la amiga de Tsuna, señalando su altura y preguntando qué había comido para crecer así. El niño no filtraba nada de lo que le pasaba por la cabeza, así que a veces también decía las cosas que los demás pensábamos pero no decíamos por mera cortesía.

    Había muchas cosas pasando a nuestro alrededor, conversaciones, despedidas, intercambios y aún así regresé la atención de forma instantánea cuando Rengo se giró hacia mí. Su comentario me hizo sonreír, lo que quería decir es que no me interpondría demasiado en su camino, en su proceso de madurez y ya, aún así sus palabras me hicieron asentir suavemente con la cabeza, en lo que lo recibía en mis brazos.

    —No lo diré más, no te preocupes —contesté a la vez que le dedicaba un par de caricias en la espalda de nuevo y aflojé el agarre cuando noté sus intenciones de separarse.

    Me dio por repasar el salón con la vista, reparé en Nagato y se me ocurrió que debía estar harto de nosotros, es decir, más allá del tema de la guerra. Con toda su cosa de que Kamakura solo criaba salvajes y no sé qué. Fuese el caso o no, Rengo volvió a captar mi atención al extender el listón en mi dirección y la imagen se amalgamó con mis recuerdos, lanzándome a todas esas veces que sus manitas habían hecho el mismo gesto, pidiéndome que lo peinara.

    Y alcancé el agradecimiento en medio de mi culpa.

    Una sonrisa diferente me decoró los labios, me alcanzó también los ojos y fue más parecida a las del mismo Rengo que cualquier otra que le hubiese dedicado. Cargaba consigo cierto aire aniñado solo por lo honesta que era y es que estaba cargada de un montón de cosas. Era nostalgia, cariño y liberación revueltas entre sí.

    —Siempre que quieras, mi niño —respondí, estirando la mano para tomar el listón.

    Lo rodeé, de forma que pude quedar a su espalda y me até la cinta a la muñeca un momento para poder desenredarle el cabello con los dedos, despacio, con el cariño de toda la vida. La imagen siguió superponiéndose con otras y parpadeé un par de veces, para desvanecer las lágrimas que sentí detrás de los ojos.

    Terminado eso, separé las secciones que siempre quedaban fuera junto a su flequillo, solté el listón de mi muñeca y le até el resto del cabello con él en una coleta alta. Le acomodé las hebras que, quisiera o no, siempre se escapaban y me quedé prendada a la visión, al listón entre la mata de cabello negro, más de lo que me hubiese gustado admitir.

    Había crecido un montón antes de que pudiese darme cuenta, era ingenuo, sí, pero había crecido.

    —Gracias —murmuré todavía a su espalda, incapaz de decirle eso mirándolo a los ojos. Mis manos alcanzaron sus hombros y le di un apretón suave—. Por proteger nuestros recuerdos.

    Tomé aire con cierta fuerza, lo solté para regresar a su lado y alcancé a dedicarle otra sonrisa antes de alcanzar su mano para sujetarla un momento. Fue apenas un instante, esas cosas que me permitía porque era un torbellino de emociones y así como Rengo no detenía sus palabras, yo a veces no detenía mis acciones.

    —Hablaré con Takeda y Takano un momento, ¿de acuerdo? Me quiero despedir —dije más por avisar que por cualquier otra cosa—. Es importante despedirte de la gente que quieres, ¡que no se te olvide!

    Se lo solté un poco para molestarlo, si debía ser honesta, y entonces me aparté de su lado para acercarme a los otros dos. Estaban despidiendo al grupo de Togashi, también al de Shinrin cosa que aproveché para acercarme a ella y darle un apretón fugaz en la mano como acababa de hacer con Rengo antes de volcar la atención en el que era mi objetivo.

    Miré a Takano, luego a Takeda y le sonreí a ambos con cariño, cuando relajé los gestos crucé los brazos bajo el pecho.

    —Acompañaré a Rengo y los demás a Kamakura —informé con calma—. No quiero que ninguno de los dos haga imprudencias en mi ausencia. Me enteraré así no los esté viendo.


    hold my tochopost

    ya estos feels con rengo me van a destruir, a mitad del post mejor me tomé un break porque iba a llorar (??
     
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    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

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    Shiori
    Antes del inicio de la reunión, una chica decidió saludarme de forma frenética, y sentí que debía corresponder, así que igualmente le devolví el saludo.
    Observé a Rengo saludarme con un sutil movimiento de su mano, algo que me hizo corresponder acercando mi mano a la suya con el fin de estrechársela. Acto seguido me preguntó si conocía a Kuroki, por lo que asentí con la cabeza.
    - A decir verdad, se trata de una historia extensa, mas si, hace mucho tiempo para mí fue una persona muy importante—. Añadí con una sonrisa, aún asimilando responder a tenerlo delante de mí— más ruego disculpes mi descortesia, me llamo Shiori, es un verdadero placer ¿Cuál es tu nombre?

    Pero, antes de que pudiera acabar mi frase, el niño me hizo resaltar precisamente mi estatura, lo que me hizo reír al preguntarme lo que comía para llegar a ser tan alta.

    — muchas verduras, mucha carne y mucho pescado—. Contesté, a decir verdad, nunca me llegué a preguntar las razones por las que había acabado llegando a ser tan alta, mas es evidente que, sabía que tampoco me lo había preguntado con mala intención.— Más si realmente anhelas crecer, intenta también entrenar mucho, creo que será lo mejor también—. Le dirigí una sonrisa dulce.
     
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    Gigi Blanche

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    Que Chiharu destacara que sabía cuidarse a distancia me ensanchó la sonrisa. Podía dar fe de ello, ciertamente, desde haberla conocido hasta verla actuando en la batalla, me había demostrado de sobra que era una gran arquera incluso para su corta edad. Quería creer que se mantendría a salvo, que sería precavida y algún día volveríamos a vernos, así como lo deseé la primera vez que partí de Shizuoka.

    Luego se acercó a Chiasa, la acarició y la pequeña ardilla cerró los ojitos, de lo más satisfecha con la atención. Repasé su rostro, oí sus palabras y asentí. Habíamos salvado los girasoles, era cierto, y con ellos a una ciudad entera. No podíamos obviar la importancia del hecho.

    —Hicimos un buen trabajo. —Alcé un brazo, apoyé la mano sobre su cabeza y le acaricié apenas el cabello, la sonrisa me cerró los ojos—. Volveremos a vernos, Chiharu-chan, y podremos beber una buena taza de té mientras me cuentas tus hazañas.

    Imaginé que el tiempo apremiaba, de modo que regresé el brazo a mi espacio y me incliné una última vez en despedida. Chiasa chilló, algo inquieta, pero se quedó en mi hombro. El detalle me dibujó una sonrisa ligeramente triste en el rostro y le rasqué debajo de la barbilla, en el pecho esponjoso a medida que caminaba de regreso con mi grupo original. Vaya, ella tampoco quería despedirse, ¿eh?

    Tras volver, supe que Kuroki deseaba vender unas armas que poseía pero no estaba seguro de sacarles buen precio. Dudé un par de segundos, nadie lo va a negar, hasta que decidí ofrecerle si no le gustaría que lo intente por él. Al fin y al cabo, había vivido alrededor de un año valiéndome de mi cara de ángel y de la elocuencia que había aprendido de Chiasa para negociar con aldeanos y comerciantes. Kuroki aceptó, pues, y me entregó sus cincuenta kunais.

    —Iré a negociar con el herrero, no me tardo —avisé un poco en general y me marché.

    Tampoco negaría que apenas puse un pie fuera de la casa feudal prácticamente esperé por que Chiasa brincara de mi hombro, dispuesta a cumplir con su no tan noble misión diaria. Regresó justo antes de que ingresara a la casa de armamentos y me guardé sin complicaciones la bolsita de monedas que vete a saber de dónde consiguió. Ya no me lo cuestionaba.

    Eché un vistazo alrededor, repasando el ambiente, y esperé que el herrero de Shizuoka no fuera un hueso duro de roer. Quería conseguir el mejor precio para Kuroki.

    —Hola, buenos días —saludé, amable, y palmeé la bolsa que llevaba encima; las kunai tintinearon entre sí y metí la mano, quitando un ejemplar con movimientos fluidos—. Le he traído algo que debería interesarle, ¿ve? Pero... no estoy seguro cuánto estaría dispuesto a pagar por ello.
     
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    Amelie

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    Amelie

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    Casa Feudal

    Kirara asintió ante Riku —Entonces entiendo que irás con Shinrin— dijo mientras buscaba entre su ropa, sacando los frascos que antes le había dado —Llévalos contigo, yo estaré bien —miró a Shinko —estaremos bien.




    Ujihisa atrapó el opio con una sonrisa en su rostro —Yo nunca muero —aclaró ante Ginko para después volver con los Tao.

    Hinata recibió a Ginko con un golpe en la espalda —El sable no es compatible con mi técnica —dijo para después sacudirlo un poco.

    —Pero podrás aprender de nuestro tíos— apresuró a decir Gon.

    Rei dió golpecitos sobre su pómulo con sus dedos —De mi madre —se notaba nerviosismo en su voz —Mi madre... seguro va a regañarme por algo, seguro algo he hecho mal.




    Rengo se dejó consentir por Yuzuki, era ya una especie de ritual establecido, algo que a ambos les traía serenidad.

    "Gracias"

    Levantó la vista, a pesar de que ella estuviera a sus espaldas. Sintió el apretón en sus hombros.

    "Por proteger nuestros recuerdos"

    Ladeó su cabeza son una sonrisa cerrando sus ojos, no dijo nada; sólo colocó su mano sobre la suya en su hombro. Hasta que ella se separó par tomar su mano nuevamente, fue allí que abrió los ojos.

    "Es importante despedirte de la gente que quieres, ¡que no se te olvide!"

    Yuzuki se alejó y él suspiró. Despedirse no era lo suyo, un detalle en su personalidad que le empezaba a pesar. Iba a adentrarse a sus pensamientos pero Shiori llamó su atención —Shiori... shi...—Rengo llevó su mano a la katana que aun portaba, ahora inútil junto a élshi puede significar tanto muerte como poema, qué interesante ¿No crees? —le sonrió —o el número cuatro —dijo extendiendo su mano mientras doblaba su pulgar en la palma, mostrando así sólo cuatro dedos —Pero Shiori —dijo dibujando en el aire con es misma mano los kanjis —Es como el listón que ayuda a dividir puntos importantes en un escrito, la marca que divide el conocimiento— después llevó su mano al pecho —Mi nombre es Rengo, significa... unión —sonrió mientras escuchaba su rutina alimentaria.

    —Entonces no crecí por no comer tanta carne y ser un vago con mi entrenamiento —soltó una risa sincera —Creo que siempre seré pequeño, me gustan más los vegetales que la carne — dijo desviando la vista hacia Kuroki, estaba algo callado porque se encontraba deprimido; y ninguna de sus tonterías parecía levantarle el ánimo, sacudió su hombro —Entonces eras una persona muy importante para muchas personas ¿Eh, Kuro? —le sonrió.




    Chiharu se sonrojo y bajó la mirada mientras Tsuna observaba la escena, le parecía adorable, en especial porque Chiharu jamás se había mostrado tan cercana con los niños y niñas en Shizuoka, siempre se mantuvo muy alejada por su entrenamiento y por ello era víctima a muchas burlas o bromas pesadas.

    Kohaku se alejó y ella levantó la mirada para verlo partir —Volveremos a vernos.




    Shinrin sonrió ante Yuzuki; no necesitaban decirse demasiado para entender que ambas buscaban la seguridad de la otra; después ella se dirigió ante Misato; los Tao quienes se reunían con Ujihisa nuevamente y por último llegó Riku, de parte del clan Fujiwara.

    Takeda llegó después de unos momentos para entregarle algo a Shinrin antes de despedirse en un abrazo sincero; Shinrin acomodó el hachimaki en la frente de Takeda —Vuelve a salvo— mencionó Shinrin.

    —Volveré— aclaró Takeda para después alejarse; era momento de partir.






    El rol de Misato y Riku continúa en Iwade









    Takeda le sonrió a Yuzuki al escuchar sus palabras, una sonrisa amable, a pesar del rostro cansado con las ojeras que parecían comenzar a formar parte de su rostro cotidiano —Cometeremos imprudencias — dijo con seguridad mientras Takano tallaba sus párpados con la palma de sus manos mientras mostraba los dientes en desesperación. Takeda miró hacia Yuzuki —Cuidemos de nosotros, así el día de nuestro reencuentro podremos recibirnos con sonrisas —Hizo una leve reverencia para separarse un poco de ambos y dirigirse hacia donde Shinrin.

    Takano miró a Yuzuki —Perdón que te deje la cargo de Kamakura; pero no puedo abandonar a Takeda, debo protegerlo; así como sé que tu harás con Rengo —miró al pequeño conversando a la distancia —Y terminamos rodeándonos de niños... —embarró su mano en su rostro hasta bajarla a la barbilla con fuerza —... Hayato irá conmigo —desvió la mirada —Idea de Takeda— volvió a Yuzuki —También vendrá Hashimoto, así que no debes preocuparte por nosotros; así como yo no me preocuparé por ustedes. Sé que estarán a salvo contigo y Jiin —tomó aire para dejarlo ir con fuerza después, casi como un bufido —Te extrañaré.




    Kojiro se alejó sin realmente despedirse de nadie; no quería, no sin un arma a su lado; observó a Togashi y le indicó que lo siguiera.








    El rol de Togashi continúa en Nagoya








    Sora también se alejó, era momento de emprender su camino.





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    Casa de armamento
    [Kohaku]


    Aquel hombre no parecía un armero, su ropa limpia, manos delicadas y un cuidado pulcro en toda su persona en general; sonrió al ver al muchacho y al escuchar el tintinear de las kunai perdió la compostura que siempre manejaba en los negocios; pues estaba escaso de materiales por la guerra y necesitaba desesperadamente ampliar su repertorio; por desgracia para él, fue algo que Kohaku logró observar a detalle.

    —Kunais... son muy baratas.... a 25 cada una— dijo para después observar como Kohaku parecía alejarse inconforme —Bien... a 30 cada una, es mi última oferta

    Puedes seguir intentando subir el costo; nuevamente con un dado de 20. Pero si fallas regresará a la oferta de 25.

    Pueden hacer lo que necesiten sus personajes antes de partir. Iniciaré movimientos mientras con los equipos de Shinrin y Kojiro

    -Ukita: reclutamiento de Emishi (Acompañarlo a Aomori)
    -Takeda: Entrenamiento y misión diplomática (Viajar a Niigata) (Acompañantes: Clan Asakura, Tsubaki, Takano, Hashimoto, Hayato, Ginko)
    -Rengo: Investigación de las artes espirituales (Viajar a Kamakura) (Acompañantes: Kohaku; Kuroki; Yuzuki; Shiori; Satou)
    -Jinrai: Reclutamiento de flotas (Viajar a Yamagata) (Acompañantes: Jinrai; Clan Fujiwara)
    -Sora: Misión oculta (Viajar a Tsu)
    -Shinrin: Búsqueda de la leyenda de Ogen (Viajar a Wakayama) (Acompañantes: Clan Tao; Misato, Riku)
    -Hideyoshi: Invitación de su viejo maestro (Viaja a Ibaraki)
    -Tsunayoshi: Misión diplomática secreta (Viajará a Nara) (Acompañantes: Chiharu; Sanada)
    -Kojiro: Nueva nodachi (Viajará a Nagoya) (Acompañantes: Fuji, Masamune; Togashi)

     
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    Slam

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    Ginko Harutomo

    —Vaya... ¿también me regañará mucho para enseñarme la técnica? Creo que mejor conservo la de Hinata, ya bastante me dolió aprenderla...— mencionó agarrándose la frente, luego de estabilizarse tras la sacudida.

    Lo cierto era que una escuela de combate con puños le servía mucho si quería medirse y todavía no había tomado una decisión respecto de matar, esperaba que las circunstancias de la vida no le dejaran remedio, pero aún no estaba listo para sentenciarlo activamente.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

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    Ciertamente no había esperado que quien me atendiera en ese lugar cargara semejante aspecto, lo cual me hizo pensar si no estaría más relacionado con el comercio y los negocios de lo que creía. De cualquier forma, atiné al detectar el claro atisbo de interés en sus ojos apenas mostrarle la kunai. Lo escuché sin cambiar mi expresión, y al ofrecer veinticinco monedas por cada una de ellas decidí jugar la carta de la ofensa. Sirvió, arrojándome una cuota de satisfacción encima, y al recibir su segunda oferta rumié brevemente. Decidí sacar otra kunai de mi bolso e inspeccionarla, regresando la mirada al hombre frente a mí.

    —Cuarenta.


    lanzo dado para el bonus del nivel 2 y ya luego el d20 *prende velitas*
     
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    madarauchiha

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    Al decirle el nombre, el chico empezó a hacer sus cábalas sobre el mismo, empezando por que "shi" de hecho si que significaría muerte como poema, por lo que reí asintiendo al escuchar que era interesante, o el número cuatro. Luego ví como decidía alzar esos cuatro dedos al aire, mirándome en esencia, sin dejar esa sonrisa y esa mirada curiosa en ningún momento, luego repitió mi nombre dibujando el Kanji específico en el aire, diciendo que Shiori era como el listón que ayudaba a dividir puntos importantes en un escrito, la marca que dividía el conocimiento, mientras que su nombre, era Rengo, que significaba unión. Le devolví la sonrisa, mientras pensaba en la cohesión de sus palabras.

    No miento si digo que, al final el conocimiento en muchas ocasiones se adquiere por la unión de más de una persona, en eso creo que somos compatibles rengo, más si, mis padres quisieron que me volviera alguien sabia, supongo que por ello deicideron bendecirme con este nombre—. Reverencié encantada por sus palabras, el chico sin dudas me caía bien, por lo que le devolví otra vez una dulce sonrisa mientas insistía en explicarme su rutina alimenticia, diciendo que quizás se quedaba por siempre pequeño porque comía poca carne y muchos vegetales, ya que éstos últimos eran lo que más le gustaba, solo para luego ir con Kuroki e intentar animarle, diciendo que era una importante persona para muchos, a lo que asentí, dirigiéndome también donde Kuroki.

    Lo hiciste excelente Kuroki, admito que te lograste lucir como general, fue un buen debut—. Sonreí con amabilidad— Y Rengo, de igual modo, creo que podremos lograr ser amigos, me has caído muy bien. ¿Como os conocísteis Kuroki y tu?—. Añadí con genuïna curiosidad tratando de cambiar de tema, intentando ver si era posible sacar a Kuroki de sus pensamientos, le conocía bien, sabía que era mejor alejarle de sus preocupaciones, porque tenía tendencia (A menos que recordara yo) a intentar pensar en como podría haber hecho mejor algo que ya no tenía remedio. Sí, había cambiado mucho, más ¿cuánto? Prefería estar prevenida al respecto.
     
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    Amelie

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    Gigavehl

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    Pero bueno déjame ganar tantita Exp ;-;
     
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    Zireael

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    La noche anterior me había desmoronado, el empujón de Takano había hecho que la vasija a medio unir y mi templo de bloques de madera se desplomaran al suelo. Él mismo los levantó, para ponerlos más o menos en el mismo lugar, con las diferencias suficientes para que esa mañana pudiese adentrarme en mi pequeña fortaleza, ver el nombre de Rengo repetirse por todos lados y no solo sentir culpa. Pude alcanzar ese agradecimiento profundo, porque esa clase de decisiones se tomaban ya no tanto por uno sino por los otros. La acción podía rozar la imprudencia, pero en esa clase de movimientos había un coraje que era imposible de negar.

    Nuestro niño había sido increíblemente valiente a su manera.

    Su mano alcanzó la mía cuando me detuve en sus hombros, el tacto se me antojó tibio y tuve que morderme la lengua para no darle las gracias una segunda vez. Ya no solo por lo que había hecho, también por haber vuelto a nosotros y por dejarme consentirlo como si el tiempo no pasara. Saber que podía hacer algo tan sencillo como acomodarle el cabello me traía una paz inmensa al corazón, sosegaba las emociones confundidas y las orientaba a su cauce de nuevo.

    De la forma que fuese, lo dejé con los demás para seguir a lo mío. Recibí la sonrisa de Shinrin, vi su despedida con Takeda y suspiré despacio, siempre era difícil despedirse. Pero así como uno se arrepentía de no haberse sentado a mirar el mar, se arrepentía de no haber dicho adiós si resultaba que no podría regresar o usaba esa despedida de empujón para volver, así pareciera imposible.

    Takeda me sonrió, el gesto fue amable a pesar del cansancio y le sonreí de la misma manera, porque la verdad es que al final lo importante era que fuese capaz de sonreír de esa forma a pesar de todo. Rodé los ojos al escucharlo decir que cometerían imprudencias y me encogí de hombros, como si no tuviese remedio, dejando salir una risa baja. El resto de su repuesta me hizo sonreírle con algo muy parecido a la ternura y lo seguí con la vista mientras se retiraba.

    La voz de Takano me hizo regresar la vista a él, negué suavemente con la cabeza y le eché un vistazo a Rengo desde donde estaba también.

    —No pasa nada. La tuve difícil eligiendo a quiénes acompañar, es lo que tiene dividirse el corazón en tantas partes, pero siento que tengo que estar con Rengo esta vez. Perdóname tú a mí por no acompañar a Takeda y por tener que separarme de ti por un tiempo —respondí con calma y me tragué la risa al oírlo decir que habíamos terminado rodeados de niños—. A veces necesitamos sus ojos para recordar las cosas importantes, los ojos de los adultos ven todo de forma bastante gris. Al final los niños son tan impredecibles como los viejos, ninguna persona te garantiza nada casi nunca. Solo queda confiar y proteger, dejando preparado algo por si todo se desmorona.

    Lo había soltado un poco al aire, como si estuviese hablando conmigo misma más que con él.

    Asentí con la cabeza cuando dijo que Hayato iría con él, además de que también los iba a acompañar Hashimoto. El viejo le había abierto el pecho a Takano, pero digamos que algunas alianzas se firmaban con sangre y ya de por sí al pobre desgraciado lo habían tenido los Taira, así que la cosa estaba balanceada.

    —Cuídalo, que coma, duerma y entrene bien. Tiene que compensar el ojo que le arrebataron —sentencié, repentinamente seria—. Cuida bien de Takeda, ya sabes, no por ser nuestro señor y todo eso... Por ser nuestro hermano. Si parece que necesita que lo zarandees, hazlo, pero en la cabeza le entran mil veces mejor las palabras. Puede que él y yo no seamos muy diferentes, con eso te haces una idea de qué podría servir.

    Lo repasé con la vista un par de veces, de arriba a abajo, me detuve en la cicatriz de su rostro y luego en sus ojos directamente.

    —Y cuídate a ti mismo como hasta ahora, por favor. No comas tan rápido, duerme cuando puedas y no te dejes ningún golpe sin revisar. Si relajas el ceño seguro también te viene bien, pero no seré tan codiciosa. ¿Qué si te estoy dando instrucciones como si fueras Rengo? Sí, pero si me reclamas barreré el piso contigo como hice con Tsuna.

    Me lo pensé un momento antes de escarbar entre las cosas que cargaba encima hasta encontrar los trozos de tela con los que me ataba el cabello, uno de ellos era amarillo, del mismo tono del kimono que había tenido que dejar en Tsu por las prisas. Estiré la mano para alcanzar la suya, mis movimientos fueron cuidados, delicados prácticamente y até la cinta alrededor de su muñeca sin fuerza, después de darle algunas vueltas.

    Ya ni me inmutaba verlo tenso, es decir, no me asustaba ni nada parecido, porque en realidad nunca me había provocado rechazo por ello. Solo sabía que así era, mucho más sabiendo que había tenido que trasnochar para reacomodar todo y vivía con mil preocupaciones encima. Todo lo que podía hacer era lo que había hecho toda la vida: insistir.

    —También te extrañaré y mucho. Tiene su encanto verte refunfuñar todo el tiempo, pero ya me estaba mal acostumbrando a que me consintieras un poco más —dije casi en voz baja mientras estaba con eso y me permití una sonrisa ligera al hablar, pues porque al desdichado no lo dejaba en paz un instante—. Te amo, que no se te olvide y si se te olvida, que Hayato te encaje una flecha por mí.

    Dejé ir su muñeca una vez terminé, deslicé el agarre a su mano y la presioné un poco. En Kamakura había tenido que ir con Shinrin y Takeda detrás de Kobayashi, ahora debía volver allá con Rengo y Jiin, al final digamos que uno siempre regresaba al lugar del que salía y con las personas que había crecido.

    —Mi madre debería volver a Minami, no porque las demás no sepan cuidarse solas ni nada, pero asumo entiendes lo que quiero decir. —Suspiré con cierta pesadez, todavía aferrada a su mano—. No que se pueda discutir mucho con ella si tiene otros planes, pero bueno.

    Dejé ir su mano con cuidado y seguí haciendo cosas conforme me venían a la cabeza. Retiré la katana que me había dado Masamune en Iwakura, la extendí en su dirección y volví a buscar su mirada, dedicándole una sonrisa suave.

    —Llévala contigo, Masamune le grabó mi nombre, no será un colmillo de serpiente pero sigue siendo parte de mí, aunque no tenga un nombre para sí misma siquiera.


    alguien que mE DETENGA POR FAVOR qué clase de tochaco es este

    me voy a autobanear
     
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    Amelie

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    Los Fujiwara se retiraron siguiendo a Jinrai; sería un desafío para un clan pequeño, pero irían a saber un poco mas de su historia y su el viento soplaba a su favor, conseguir aliados poderosos.




    Hinata sonrió ante Ginko —Rei es un exagerado; creció muy protegido— acarició la cabeza de Rei mientras este se alejaba, no le gustaban esas comparaciones; pero eran ciertas. Hinata y Gon había crecido con la rudeza del entrenamiento en Kamakura, pagando un alto precio por sus quejas. Ginko sabía de ello, pues a pesar de estar alejado y mantenerse en el área médica y gastronómica, conocía algo de la historia del clan que le daba cobijo.

    —Vamos, no perdamos mas tiempo; nada mejor que conocerla de frente —apresuró Gon mientras veía que Takeda se liberaba al despedir a Shinrin.




    Rengo sonrió ante Shiori —Lo conocí en esta misma ciudad hace ya varios soles; y desde entonces me ha acosado, no me ha dejado de seguir —comenzó a reírse para después levantarse —Los veré en la salida a ciudad —dijo sin mas para acercarse nuevamente a Yuzuki y Takano; a los cuales abrazó al unísono sin decir algo, sólo les sonrió y se dirigió hasta Takeda.




    Satou sonrió ante Kuroki —Aprovechemos el tiempo, salgamos de cacería mientras el resto organiza su salida. Por los viejos tiempos




    Rengo se detuvo frente a Takeda y lo observó para llamar su atención; Takeda se giró hacia él —Quiero que entiendas que no sirvo a ninguna causa; estoy aquí para ayudar a mi familia y amigos.

    —Lo entiendo —dijo con calma mientras guarba sus manos dentro de su haori mientras se cruzaba de brazos. —No eres un instrumento de mi clan; nunca lo has sido. Yo quiero que tú no sólo entiendas eso, sino que verdaderamente lo creas —Sonrió.

    Rengo le sonrió de regreso, para después bajar la mirada —Compartes la sonrisa de tu madre; no la pierdas, o perderás lo que ella ha dejado en ti —no podía disculparse, no podía; a pesar de querer redimirse, y no sólo él sino también a la persona que le ayudó a evitar cargar con la culpa que ahora le hubiese sido imposible soportar. Sin saberlo, Natsu lo había salvado de una decisión que lo hubiera obligado a huir nuevamente —Yo...

    Takeda colocó su mano en su cabeza; no le desordenó el cabello, porque vio que Yuzuki acababa de peinarlo; esto evitó que Rengo siguiera hablando —Guardar rencores o mostrar enojo con alguien que comete errores no le enseñará a no cometerlos, sólo le enseña a ocultarlos— separó su mano de Rengo — La mentira lleva a la obscuridad de mente; lentamente caerás y no sólo habrás traicionado a los demás sino a ti mismo. Y la traición no puede ser perdonada —Takeda conocía su relación con Natsu, por lo que trató el tema con delicadeza, no quería herirlo aun mas. Pero así como habló con Kuroki, hablaría con Rengo; pues para él, los niños no eran personas a las que se les debía ocultar la verdad, sino decirla con la mayor delicadeza posible siendo claros, porque los niños no eran estúpidos. Se inclinó un poco hacia él —Es como estar en el mar, el miedo pesa y te hundes; mientras que la verdad te ayuda a flotar. Es así como puedo estar en calma en la tempestad. Esa es mi verdad.

    Rengo soltó una risa sin levantar el rostro —¿Cómo puedes seguir adelante con el dolor? —Sus ojos se nublaron y rápidamente los limpió.

    Era una pregunta parecida a la que él había hecho ante Yuzuki en Kamakura, en ese momento no tenía la respuesta; pero ahora, con el peso de las vidas sobre sus hombros entendía. Se entendía.

    —En este camino sólo hay dos errores: no seguir hasta el final, o no haber comenzado—apretó con fuerza su mala en la muñeca; porque el dolor no se esfumaba, él lo sabía demasiado bien — No seguir adelante es perder la fe, haber avanzado sin llegar al final; y si uno no termina lo que ha empezado, todo el dolor en el camino ha sido en vano, todas las vidas... —desató el mala de su muñeca y suspiró cerrando los ojos; ya eran varios inviernos que no lo quitaba de su muñeca, sintió el frío y la ligereza de su brazo desnudo. Abrió los ojos y lo extendió a Rengo —La calma en medio de la quietud no es verdadera calma; mantenerse tranquilo en medio de la turbulencia, esa es la verdadera calma.

    Rengo sujetó el mala entre sus manos, observándolo con detenimiento para después levantar la vista y encontrar la de Takeda.

    —La felicidad en medio del bienestar no es verdadera felicidad, mantenerse feliz al enfrentar la adversidad, ese es el verdadero potencial de nuestra mente —Takeda no sólo hablaba para Rengo, sino para sí mismo; estaba apaciguando la carga de dos corazones, separándose de uno de los objetos a los que mas apego tenía. Ayudó a Rengo a atarlo a su muñeca para después volver a separarse, Rengo lo observaba en todo el proceso.

    Rengo sonrió y sujetó con fuerza el mala ahora atado a su muñeca; era un regalo, así como su listón —Eres a la persona que mas debería odiar en el mundo, mi existencia sólo fue planeada para servir el propósito de morir en tu lugar. Sin siquiera conocerte debía entregar mi vida sin poder preguntar nada...—Takeda lo observaba mientras Rengo acumulaba lágrimas en sus ojos que terminaron por escurrir —... siempre me pregunté cómo alguien podía dar algo por una persona que desconocía...— miró el mala, era obscuro debido al incienso —¿Por qué?

    —Esa es una respuesta que sólo tu puedes encontrar — dijo alejándose — Y no estarás solo cuando la encuentres.

    Takeda se dirigió a la salida, era momento de seguir su propio camino. Con la frente en alto.




    Takano no tenía ningún rechazo hacia Yuzu y sus palabras; incluso cuando parecía que le hablaba como a un chiquillo que no sabía hacer nada sin ella, él entendía sus emociones y no las juzgaría como antes podía recriminar, como lo llegó a hacer en Kamakura insinuando que no era demasiado listo; su orgullo no estaba herido, todo lo contrario, se sentía tranquilo al escucharla.

    Ató el listón amarillo en su muñeca y no pudo evitar sonreír —He de admitir que siempre tuve algo de envidia con Rengo debido al listón rojo —talló su nuca con fuerza mientras observaba el listón atado en la otra mano, apretó su puño y la miró —Hayato no necesitará clavarme una flecha, si yo llegara a olvidarlo sería yo quien terminaría castigándome por olvidar respirar — Yuzuki sujetó su mano, le sonrió; pues no podía prometerle no fruncir el ceño constantemente, ya era algo que hacía sin pensar, fuera por estar verdaderamente molesto o simplemente porque el sol le molestaba, ya era parte de él.

    Yuzuki soltó su mano y habló de su madre, era posible que ella tuviera los mismos planes ahora que la batalla en Shizuoka había terminado. Después le entregó el arma que Masamune le había dado, la tomó sin dudarlo; llevar pequeños fragmentos de ella le aliviaban la carga de la separación, y por primera vez entendió a Matsuda y Fuji, quienes aun seguían separados.

    —En Kamakura crecimos sin poseer demasiadas cosas, no cree apego con nada material, no tengo nada que pueda darte que te acompañe, aunque tal vez...—se inclinó a ella, sujetó su rostro entre sus manos para delicadamente acercarse a sus labios y besarla. Sin siquiera reparar en el espacio público en el que se encontraban.

    Se separó de ella —Mi vida es tuya—sonrió— Y ahora estoy seguro que no se te olvidará que yo también te amo.




    [​IMG]
    Casa de armamento
    [Kohaku]


    Tomó la segunda kunai, sonrió al notar un leve daño, minúsculo realmente, una pequeña tajada, seguramente por golpearse entre otras en la misma bolsa; su sonrisa se expandió ampliamente —Crees que nací ayer ¿Eh?— dijo señalando el defecto mientras negaba con la cabeza —Mis ojos no se equivocan, esto está dañado, hubieras tomado mi oferta y yo hubiera perdido dinero; ahora que he visto esto sé que no superan a 25 monedas. Tómalo o déjalo muchacho.

    Se queda en 25!

    Pueden hacer lo que necesiten sus personajes antes de partir. Iniciaré movimientos mientras con los equipos de Shinrin y Kojiro

    -Ukita: reclutamiento de Emishi (Acompañarlo a Aomori)
    -Takeda: Entrenamiento y misión diplomática (Viajar a Niigata) (Acompañantes: Clan Asakura, Tsubaki, Takano, Hashimoto, Hayato, Ginko)
    -Rengo: Investigación de las artes espirituales (Viajar a Kamakura) (Acompañantes: Kohaku; Kuroki; Yuzuki; Shiori; Satou)
    -Jinrai: Reclutamiento de flotas (Viajar a Yamagata) (Acompañantes: Jinrai; Clan Fujiwara)
    -Sora: Misión oculta (Viajar a Tsu)
    -Shinrin: Búsqueda de la leyenda de Ogen (Viajar a Wakayama) (Acompañantes: Clan Tao; Misato, Riku)
    -Hideyoshi: Invitación de su viejo maestro (Viaja a Ibaraki)
    -Tsunayoshi: Misión diplomática secreta (Viajará a Nara) (Acompañantes: Chiharu; Sanada)
    -Kojiro: Nueva nodachi (Viajará a Nagoya) (Acompañantes: Fuji, Masamune; Togashi)

     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

    Piscis
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    Ciertamente me descuidé, vaya. O, más bien, me confié. Debería haber revisado con mayor detenimiento las kunai para no cometer un error tan grueso, pero lo hecho, hecho estaba. Me esforcé por mantener la sonrisa cordial, sin demostrar la decepción que sentía, tampoco el leve enojo. Ya no con el hombre frente a mí, sino conmigo. Sólo pude asentir y aceptar la oferta, que había regresado a la original, antes de retirarme con el dinero.

    Chiasa se mantuvo en mi hombro durante todo el camino de regreso a la casa feudal, y una vez dentro me desvié hacia uno de los jardines internos para aguardar, tanto por el regreso de Kuroki como para partir hacia Kamakura. Fuera de la forma que fuera, ya lo había decidido. Kuroki había confiado en mí y no planeaba fallarle, además de que llevaba encima bastantes monedas.

    Suspiré quedo y alcé la vista al cielo, mientras Chiasa correteaba por el jardín. Sólo quedaba esperar.


    Ya este es mi último post con Kohaku, a menos que surja algo importante, cosa que no creo.

    De ocurrir el intercambio durante el camino a Kamakura, cosa que supongo va a ocurrir(?), Kohaku le dará a Kuroki 1,500 monedas. Algunas salen de su bolsillo, yes, but thats top secret (?
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Cuando quise darme cuenta de nada Rengo se había acercado a nosotros, nos abrazó a la vez y sonrió, le regresé ambos gestos antes de verlo dirigirse hacia Takeda. Todo lo que vi fue al menor de los Harima observarlo antes de regresar mi atención a Takano, su comentario del listón de Rengo consiguió sacarme una risa baja, cosa de nada.

    —No es mi problema que costara tanto contigo, te habría dado el listón mucho antes seguramente —atajé con cierta diversión en la voz—. Domesticar un lobo de lo profundo del bosque habría sido más sencillo, pero se ve que me gusta complicarme.

    Lo seguí escuchando, la sonrisa se me amplió un poco más con su respuesta sobre la flecha de Hayato y es que la verdad no esperaba otra cosa de su parte, no después de cómo me había ayudado ya. Era hosco, no tenía ni idea de qué hacer con la mitad de los desastres emocionales que se le cruzaban por delante, pero lo intentaba. Al menos por mí se detenía, buscaba las palabras y las ponía a mi alcance, como quien ata un bote al puerto. En realidad ambos hacíamos eso el uno por el otro casi desde que nos habíamos reencontrado en Tsu.

    Aceptó la katana, obviamente, y yo regresé el brazo a mi espacio. Eran pocas las cosas que nos pertenecían más allá de nuestras propias vidas, si le estaba entregando una katana en parte era porque cargaba otras dos encima y porque quisiera o no era de las pocas cosas a las que me aferraba, siempre dormía con las armas junto a mí. Eran extensiones, ramificaciones de mí misma y algo de simbólico había ya no solo en que esa tuviese mi nombre en ella, sino que la hubiese conseguido gracias a Fuji, quien me había dicho en Iwakura que lo estaba cambiando.

    Todo lo que tenía de Takano era, bueno, Takano. No era una queja, más bien solo lo estaba señalando porque lo único que cargaba conmigo y se relacionaba a él irremediablemente era la pieza de shogi que había tomado del tablero en el bosque, el solitario general de plata hasta entonces perdido. La gracia era que ni siquiera me la había dado, literalmente llegué, la tomé y me fui por dónde vine.

    Más o menos lo que hacía siempre con todo.

    No contaba con que al otro se le fuese a poner en funcionamiento la mente en ese momento, eso tenía que decirlo. Cuando quise darme cuenta me había invadido el espacio, sus manos encontraron mi rostro y lanzó al suelo cualquier cosa que hubiese dicho sobre no demostrar afecto en público. Atajé la intención en el aire y el corazón me golpeó el pecho con tal fuerza que creí que hasta él iba a escucharlo, aún así me dejé hacer con una docilidad que rozaba la estupidez y cuando se separó recibí su sonrisa. Me prendé de sus ojos, lo miré un buen rato, todavía tratando de acomodarme el corazón dentro del pecho.

    —Eres un idiota —reclamé en un murmuro y fruncí el ceño justo como le había pedido que no hiciera, dejando salir algo muy parecido a un bufido—. ¿Y así pretendes que me vaya? El mismo que me dijo que dejara las manos quietas, Dioses.

    Ya con eso me terminó de aflojar cualquier sentido de la contención que mantenía para no abrumarlo, le eché los brazos sobre los hombros, prácticamente me colgué a él abrazándolo con fuerza y liberé el aire contenido despacio en lo que me robaba la calidez de su cuerpo. Al separarme un poco llevé las manos a su rostro, le acaricié las mejillas y le dejé otro beso en los labios, pues porque quise simplemente.

    —No se me iba a olvidar, pero te lo agradezco —dije luego de regresarle su espacio por completo—. Volveré a ti.

    Lo repasé con la vista una última vez, alcancé sus hombros con las manos y los froté suavemente como hacía mi madre conmigo, ni siquiera lo pensé, solo me di cuenta cuando ya lo había hecho y solté una risa por la nariz.

    Me dispuse a retirarme entonces, un poco a regañadientes si debía ser honesta, me ajusté el haori y crucé los brazos bajo el pecho mientras caminaba a la salida. Caminé sin prisa, todavía con el pulso algo alterado y la cabeza liviana, como si fuese un chiquilla.

    En mi caminata al exterior, hacia la salida de Shizuoka suponía, comencé a tararear por lo bajo la canción que había memorizado por mi madre, la que había cantado Takeda en Kamakura antes de hacerse pedazos en mis brazos como un niño.


    tururu por aquí supongo que termino yo también con Yuzu, que si me quedo no nos vamos nunca (?) así que podría dar cosas por asumidas como que no se fue sin despedirse de su mami.

    QUE VENGA KAMAKURA OTRA VEZ, ESTOY LISTA
     
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    Amelie

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    Takano la vio partir; estaba allí de pie, pensando en lo que había hecho, aun sintiendo el calor de su labios para después tallar sus párpados con fuerza, pues no podía quedarse allí, ante la vista de repulsión que le causaron a Nagato quien seguía en su casa esperando que las visitas incómodas por fin se fueran de allí.



    Afueras de Shizuoka
    [Clan Asakura; Clan Minamoto, Clan Minami, Clan Harima]


    Akari estaba despidiendo a Yuzuki, le había informado de su regreso a Minami, dónde debía permanecer hasta ser llamada nuevamente; no volvería a Kamakura, no estaba en sus planes, por lo que acarició el cabello de su hija para después abrazarla con fuerza, deseándole lo mejor. Del mismo modo hizo con Rengo quien parecía estar absorto en el mala atado a su muñeca.

    Satou y Kuroki regresaron de la cacería, creando un buen suministro para su viaje a Kamakura.

    Shiori también estaba lista para su viaje; Tsuna se despidió de ella, deseándole un viaje libre de percances, esperando que el suyo también se desenvolviera de la misma manera. Y así, Sanada dirigió a Tsunayoshi y su hermana hacia la dirección opuesta a dónde Shiori se dirigiría ahora.

    Una carreta de paja llegó siendo tirada por Gon, y así, en ella subieron a Tsubaki mientras a todos se les entregaban sombreros de paja para ocultar sus rostros del sol. Los Asakura estaban reunidos junto con Takeda, Takano también ya había llegado con Hayato y Tsubaki. Tsubaki aun seguía atado de manos pero se veía bastante sonriente a pesar de su palidez inevitable por la pérdida de sangre por la madrugada, Takano lo ayudó a subir a la carreta para que descansara allí, de ese modo no se desmayaría y podría descansar. Ginko subió a la carreta, así él podría cuidarlo en el trayecto a Niigata

    Kohaku llegó al final con una gran bolsa de monedas las cuales entregó a Kuroki para por fin, emprender su camino hacia Kamakura, reuniéndose con el grupo.

    De ese modo, los grupos se separaron. La travesía iniciaba.







    El Rol de Ginko continúa en Niigata
    El rol de Yuzuki; Kuroki, Kohaku y Shiori continúa en Kamakura








    Ya los voy a etiquetar en un momento mas en sus nuevos temas :3 por el momento cierro acá Shizuoka Gigi Blanche Gigavehl Yáahl Slam madarauchiha me tardaré un poco porque voy a editar estadísticas primero :3

    -Ukita: reclutamiento de Emishi (Acompañarlo a Aomori)
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    -Jinrai: Reclutamiento de flotas (Viajar a Yamagata) (Acompañantes: Jinrai; Clan Fujiwara)
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  17. Threadmarks: Día 50_Clan Minamoto
     
    Amelie

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    El rol de Misato proviene de Nagano







    [​IMG]

    Sanada los había guiado por un camino que él conocía ampliamente; por lo que pudieron descansar en el camino. Yin no paraba de sonreír, era feliz estando a un lado de Misato; ni siquiera la cara de Nagato podría arruinarle su día.

    Tsuna y Chiharu se venían peleando; pues Tsuna quería entrenar en el dojo, sólo por hacer un poco de ejercicio; pero Chiharu le decía que aun era muy pronto para él, que debía dejar pasar más tiempo antes de seguir. Izamu los seguía alerta, con un estómago más llenito, el zorro comenzaba a tener pelaje brilloso al cuidado de Tsuna.

     
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    Ikoma-kun

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    Misato Aoyama

    Luego de un sereno viaje finalmente estaba de regreso en Shizuoka, habia pasado lunas desde que presencié en el frente, el choque de dos grandes ejércitos. Pero también fue el lugar donde pude conocer a una persona muy especial.

    El viaje no tuvo mayores problemas, hasta pudimos descansar en el camino. Tranquilamente pude observar el firmamento con Yin, hasta que el durmió antes que yo...duerme con la paz de un niño reflejada en su rostro.

    —La ciudad sigue siendo tan hermosa como siempre—admire a la lejanía la ciudad—Tengo ciertas tareas que cumplir pero espero estes listo para cuando podamos entrenar de nuevo.

    Observe a Tsuna y Chiharu peleando por quien entrenará en el Dojo, el entusiasmo es algo para admirar pero de entrenar con rencillas y berrinches solo traería dolores de cabeza.
     
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    Amelie

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    Shizuoka
    [Tsuna; Chiharu; Sanada; Yin; Misato]


    Shizuoka se mantenía alerta; su guerra tampoco había sido hace mucho tiempo atrás. Los campos externos a Shizuoka se mantenían fangosos y mal cuidados, pisados por cascos de caballo y pies pesados; los cadáveres había sido enterrados por los elementos, aun así el aroma a guerra seguía estando presente.

    Pero Misato tenía razón, la ciudad seguía tan hermosa como siempre; no había sido dañada gracias a los esfuerzos del ejército. Sus calles mantenían el mismo movimiento, los árboles seguían mirando al cielo, y su campo de girasoles seguía intacto.

    Al entrar a la ciudad, fueron recibidos con alegría; los ciudadanos agradecían constantemente, reconociendo el rostro de sus salvadores. Yin tomó la mano de Misato —Estaré listo — dijo sonriendo.

    Chiharu los observó y se sonrojó, y Tsuna la obligó a apartar la vista para que no los incordiara.

    Sanada señaló la casa feudal —Debo reportarme con mi señor; por favor, siéntanse libres de visitarnos si necesitan un lugar dónde descansar o comer —mencionó ante Misato y Yin, tomando una decisión sin la autorización de su señor; y sin más, partió hacia su destino.

    Tsunayoshi y Chiharu se dirigieron al campo de girasoles.

    Yin miró hacia el puerto —Iré a preguntar en el puerto unas cosas; podemos reunirnos en el dojo si lo prefieres — dijo hacia Misato.

     
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  20.  
    Ikoma-kun

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    Misato Aoyama

    El pueblo de Shizuoka nos recibía aún agradecidos por haber cooperado en su protección. Devolví el saludo de a la buena gente de Shizuoka, gracias a la sagacidad de nuestro líder aún existía esperanza para todos.

    —De verdad estoy contenta de verlos a todos con bien, veo claramente como su pueblo se levanta con orgullo.

    Sentí la mano de Yin y correspondí entrelazando nuestras manos. Lo esperaría para entrenar.

    Chiharu y Tsuna partieron al igual que Sanada a diferentes asuntos; incluso Yin decidió ir al puerto, imaginé que deseaba saber algo de su hermano quien decidió partir desde Shizuoka para retornar a China.

    —Cuidate cielo—me despedí mientras lo veía alejarse entre la gente, de momento había quedado sola con mis pensamientos, entre ellos rondaba la frágil paz de Shizuoka ¿Los Taira enviarían a alguien para tomar represalias? No podía saberlo.

    —Matsuda...

    Y justo había recordado cuando la..."emperatriz" se presentó en un pequeño campamento previo al ataque del ejercito Taira, esa noche salve a Fuji y quite un gran peso del corazón de Matsuda...uno de los poco shinobi Hattori en pie incluyéndome...¿Dónde podrías estar?

    Conocía la razón de mi estadía en Shizuoka, no podía perder mucho tiempo por lo tanto emprendí rumbo directo a Oyaji.
     
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