Fujiwara no Riku Lentamente me di vuelta mi posición, no me levanté, todavía permaneciendo en el lugar, mirando perdido hacia el techo. "Perdimos dos aliados en esta misión". Mantuve las voz baja, neutra, casi como si estuviera soltando algún tipo de desvarío a los oyentes. "Noishi...". No voltee a ver a Noishi o lo señale, no había porque de seguir llamando la atención sobre y afirmar lo redundante. En su lugar, trate de encontrar los restos de aquella persona que estuvo aquí por segundos. "Y alguien que se deshizo en pétalos". En algún lugar estaría su arco. Protegió a Noishi, tuvo éxito a costa de su vida. Pero tal como Bokuzo con Seikaiji, ese sacrificio fue vano. Solo la fortuna hace que Seikaiji siga aquí con vida. "Pudieron haber sido más. Poco faltó para que hubiéramos sido todos...". Lleve mi katana hasta reposarla en mi pecho, teniendola cerca de mi. Convencí a casi todos los demás de hacerlos también "Tome mi decisión de no apoyar a ninguno de los dos en su conflicto. Crei que podría apoyarlos a ambos a la vez, sin interferir a no ser sea necesario, pero solo fui demaciado crédulo". Tomado por sorpresa, no medir las capacidades enemigas. No haber revisado el entorno. Cometí demasiadas faltas.
Seikanji El aire helado de la noche le rozó el rostro antes incluso de que abriera los ojos. No era el aire cargado y espero de muerte del castillo… era limpio. Seikanji parpadeó, desorientado. La ráfaga helada que le arañó la piel fue como si quisiera arrancarlo del último hilo de sueño que aún lo retenía. Luego murmullos; voces, alguien agitándose cerca de él. Aún retenía en su cabeza la sensación del sueño, el rostro de Aki y la sonrisa que le devolvía la tranquilidad, como si el mundo no hubiera cambiado. Había sido tan real que aún podía sentir la calidez de ella en sus dedos, como si acabara de soltarla. Y luego la explosión entre las nieblas de su cerebro, dispersando esa sensación de tibiez para reemplazarla por dolor: el rostro de su maestro emergía todavía entre sus pensamientos. Seikanji tragó saliva. Se incorporó lentamente, apoyando una mano en el suelo. El cuerpo le pesaba; cada músculo dolía como si lo hubieran lanzado al Yomotsu. Pero el dolor físico era nada comparado con el vacío que le atravesaba el pecho. Noishi había muerto. Y Bokuso… Bokuso también. El hombre que le había dado disciplina cuando sólo tenía miedo. El que había escondido a sus hermanos cuando nadie más lo habría hecho. El que lo empujó a vivir lo suficiente como para poder ser feliz. Sin poder reprimirlo vomitó bilis y sangre mientras apretaba los dedos contra la tierra fría, buscando algo que lo anclara. No sabía cómo había salido del castillo y tampoco el por qué seguía vivo. Pero sí sabía lo que sentía: una culpa densa, una furia silenciosa... y un dolor que todavía no sabía cómo llevar. Abrió los ojos, respiró hondo y con el dorso de la mano se limpió la boca mientras se sentaba y recogía sus armas más para mantener su cerebro ocupado que por otra cosa. Estaba apoyado contra un árbol y se dejó estar allí, observando rostros que aún no alcanzaba a discernir con los ojos vidriosos. Oía voces pero no entendía ninguna palabra. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió pequeño. Como el niño que Bokuso había salvado... y que ahora tenía que seguir sin él.
[Kumo; Yuzuki; Hayato; Inukawa; Ukita; Rengo] [Yurei: Hashimoto; Rei; Inosuke] Yin se levantó al sentir el contacto de Misato; se notaba confundido por haberse quedado dormido —Estoy bien y —la observó a detalle; y después de darse cuenta que la estaba observando tan meticulosamente, se sonrojó —Tú, también te encuentras bien —dijo tomándola de las manos. —Un... animalote nos dejó dormidos y al parecer reparó nuestros cuerpos —mencionó Daigo con seguridad. Keita hizo los ojos en blanco —Seguro algún polen nos ha causado ese efecto — dijo mirando alrededor para después cruzar su mirada con la de Misato — Lamento haberla culpado en Fukushima —señaló las pertenencias de Misato —El incienso Taimo fue el que nos trajo hacia ti. Sé que debemos confiar en usted, y a decir verdad ahora nuestro clan está perdido —mencionó con tristeza — Kaze murió hace ya bastantes estaciones; Anzai nos ha traicionado y ahora Matahachi se ha retirado como responsable —la miró —Tal vez usted junto al señor Kaminari puedan formar un nuevo clan, uno dónde nosotros podamos establecernos nuevamente —bajó la mirada —Me siento muy perdido ahora. Perdimos el rastro de Anzai y ya no podremos ni siquiera vengarnos de su traición —golpeó el suelo — Sólo debí culparlo a él aquel día en Fukushima, no a usted. Daigo tomó el hombro de su compañero para tranquilizarlo, después escuchó las palabras de Riku —Arata mencionó que en Nirasaki, un extraño hombre con arco lo ayudaba en contra de los provocadores de incendios. Al principio pensaba que era yo; pero al decirle que yo no hacía eso se preguntó siempre quién habría sido tal arquero. Tal vez era quién nos ha ayudado hoy. Quizás nunca lo descubramos; ahora que ya no está más. Aoi recuperó su katana de Noishi; y mientras iba haciendo una montañita con el armamento en el suelo; dio con dos detalles importantes. Aoi pudo tomar entre sus manos una katana quebrada, su calidad de hechura se notaba al instante con un mango tallado, allí el mon Heike; la mariposa Taira. Aquello era lo que quedaba del arma que acompañó a Noishi todos esos años cuando ya su identidad como Minamoto se dispersaba. En el cadáver de Wu sólo encontró dos agujas sobrantes y una en el de Eiji. Recogió el arco de su aliado misterioso junto a las flechas. Por último se acercó al gordo que ahora tenía el cuerpo aplastado, revisó entre sus pertenencias buscando algo de utilidad; pero sólo encontró una misiva. Contenido oculto: Misiva Honorable Tadao no Momoi. Hemos podido contratar los servicios de Bokuso; si cumple le devolveremos a esos huérfanos sus tierras en Uji. Al shinobi lo extorsionamos cuándo iba directo a su tierra natal; tenemos su mercancía y también sus objetos para rastrear a los suyos; si al shinobi no le interesa su mercancía, tal vez le importe la seguridad de los suyos, pues le amenacé diciendo que esa información se la proporcionaría a Gendo. Mei vino hace ya varios inviernos atrás al Castillo pidiendo una audiencia con Akishino; tuvo que bastarle mi presencia. Pedía que sus hijos también se tomaran en cuenta para la selección de posibles enlaces matrimoniales con Taira no Tomoe, en su momento le expliqué que no estaba en mi poder esa decisión sino en la emperatriz; pero llegué a un acuerdo con ella de darles territorios a sus hijos desposando mujeres de nuestro clan. Ella aceptó dándonos información confidencial por su cercanía con los zorros negro y blanco la cual nos ha ayudado para prevenir ataques sorpresa de ese grupo. Así que su lealtad está enteramente con nosotros. Shiga ahora pertenecerá a su señor; los Nomiya de Gifu. Pueden encargarse de Eiji más adelante; ya también se ha hablado con Basho al respecto. No queremos traidores tan bajos como esos. Espero noticias de ustedes con respecto a la nueva ubicación de los Sugita. Así que espero que sean lo más serviciales con la señorita Mei; ahora están bajo sus órdenes directas hasta que un Nomiya ocupe Otsu. Tal vez eso sea suficiente para que nos diga dónde se encuentra dama Keiko. Sawayama no Kuyo. Contenido oculto: Recolección de Aoi Aoi no puede cargar con todo ese armamento, que ya tiene el límite encima. Pero los objetos que ya no son considerados como armas, las agujas o kunai pueden equiparse a su inventario. Katana= +10 (x9) Kunai (x6) Agujas (x3 con tetrodotoxina) Katana= +11 (irrompible) Arco=10 Flechas= 22 Katana Heike= ROTA Contenido oculto: Resolución del Kanketsu Este es un capítulo especial; es una búsqueda que se ha colocado a tu personajes de manera secreta. Y es de cada personaje saber en este capítulo si han logrado, están a punto de lograr o no lograron ese objetivo secreto. Akihito y Seikanji fallan; obteniendo dos de los tres requisitos. Akihito= Recelo: Afrontar los problemas escuchando y observando primero. El silencio también es un arma. [ACIERTO] Bondad: El ser el ancla de apego emocional para tu líder. [ACIERTO] Convencimiento: El sobreponerte a tu propio líder al sentir que debe volver a ser guiado. [FALLO] Seikanji= Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes. [ACIERTO] Asertividad: Afrontar los problemas con fuerza, siempre de frente. La voz también es un arma. [ACIERTO] Fortaleza: El ser un soporte físico y mental para tu líder [FALLO] Aoi= Tu personaje ha entrado al capítulo Kanketsu. Has hecho una excelente decisión al seguir las decisiones de Noishi. Este es un punto clave dónde tu personaje descubre algo importante Recelo: Afrontar los problemas escuchando y observando primero. El silencio también es un arma. Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes. Lealtad: Apreciar sinceramente a su señor. El menos útil es aquel que tiene sabiduría y capacidad sin poseer lealtad. Pronto te enviaré un mp para explicarte bien esto. Por el momento hago entrega de los 500 EXP por la habilidad obtenida gracias al Kanketsu. Actualizo ficha en unas horitas Las palabras de Akihito hicieron estremecer a Rengo; él también había experimentado algo similar a él. La culpa era algo tan difícil de descartar, no era sencillo simplemente asumir que sus errores o decisiones no les pertenecían por no poseer la intención de hacer daño en primera instancia. Lo abrazó con mayor fuerza sin saber que decir. Pero Yuzuki siempre tenía las palabras correctas. "No permitas que cargue toda la culpa. Da igual cómo o por qué ocurrió esto, que no lo cargue solo. Sé que puedes ayudarlo, que puedes sostenerlo. El amor nos da la fuerza para hacer esas cosas" Rengo se preguntó si podría hacerlo, pues a veces ni él mismo era capaz de sostener sus emociones; pero el amor daba mayor fuerza, Yuzuki tenía razón. Empezó a escuchar las palabras de Akihito, quién narraba lo ocurrido y Rengo negó por debajo. No porque condenara el acto; sino porque sabía lo que significaría para un clan como los Minamoto. "Huir" Fue su primer pensamiento que Akihito frenó al instante con sus palabras. ¿Por qué tendría que hacerse responsable de errores de planeación? Fue entonces que el recuerdo de la sangre de Hachi y después la ausencia de Rei lo hicieron comprimir su rostro en una mueca de tristeza. El tacto de Akihito lo volvió a traer al presente. Nadie iba a tocarlo, no enfrente de él; nadie le haría daño a Akihito sin pasar primero por él. Pero Yuzuki nuevamente actuó con una madurez que tampoco le correspondía, ayudando a Akihito con aquellas palabras. "Sé responsable de tu error, sí, pero tampoco te condenes por él inmediatamente" Rengo afirmó. Murai seguía vivo, Kato seguía vivo. ¿Por qué le harían daño a alguien que no actuó con malicia? Incluso Hachi no tomó su vida a cambio de la suya y la de Rei. Desvió la mirada a lo que temía ver desde el principio, Noishi. Su sangre. La mirada de enojo de su padre lo golpeó sin siquiera estar preparado. ¿Por qué su mente era así? Por qué tenía que traer a su cabeza las consecuencias; pero no tembló ante aquel recuerdo, sabía que ya no lo haría más. Si su padre ya no lo atemorizaba, podría defender a Akihito de quién fuera. Regresó su mirada a Aki. "La traición no puede ser perdonada" Las palabras de Takeda en Shizuoka aun le preocupaban. —No voy a dejar que nadie te haga daño — le aseguró Rengo — Confió en que Takeda entenderá que esto no fue una traición. Quisiste salvar a los tuyos. Tomar la vida de alguien por eso no es correcto, no es humano Contenido oculto Zireael Nekita Monpoke Ikoma-kun Ayeah rapuma Hibiki corrió lejos, Daidoji lo seguía mirando hacia atrás para ver si Ichi y Nana los seguían. —Esos malditos asesinos — dijo Daidoji hacia su hermano. —¿Crees que el águila de Kamakura pueda frenarlos? —preguntó Hibiki deteniéndose cerca de un árbol, dónde se escondió. —Frenó a Kozaemon, Kotaro y a Dai juntos — respondió Daidoji mientras Hibiki recuperaba el aliento. —Hibiki— Una voz que no era la de su hermano se escuchó arriba de ellos, entre el follaje de aquel árbol. Hibiki sintió temor de que fuera Ichi, aun así volteó levemente hacia arriba. Casi instantáneamente sonrió. —Anzai, maldición; casi me haces cagarme encima —respondió Hibiki dejándose caer al suelo por el susto que había sentido. Anzai rió para después bajar del árbol y sacudir los hombros de Hibiki para que se relajara. Fue entonces que el sonido más aterrador los obligó a comprimir sus facciones, paralizados con un asco que se focalizó en Hibiki; quién de inmediato se tapó la nariz y negó con fuerza. Los tres miraron a sus alrededores y a lo lejos pudieron verlo; era un hombre expulsando el mal de su cuerpo con tal dolor y sonoridad que obligó a los presentes a desviar la mirada por vergüenza y completa compasión ante aquel extraño al que no quisieron identificar. Tal vez, si lo hubieran hecho; algo complejo hubiera pasado, pues Hideyoshi era el diplomático de los Minamoto. —Vámonos —dijo Anzai apenado. Avanzaron entre los árboles hasta perder el sonido de un pésimo consumo gastronómico; ya que el bosque los ocultaba Anzai se detuvo. —No había podido contactar contigo y el resto por culpa de los criados esos de Kyogi — respondió Anzai mirando a la dirección de dónde Hibiki había escapado de Ichi y Nana —No logré robar el espejo, y no quería arriesgarme más a ser descubierto. —¿De qué nos sirve? Hemos perdido a nuestro líder y... Anzai abofeteó a Hibiki — ¿En verdad crees que Kuyo y Daidoji se han sacrificado en vano? —mencionó con lágrimas en sus ojos —Mi hermano y yo no teníamos sangre Sawayama en nosotros, aun así sacrificamos toda nuestra vida por el clan —cerró los ojos para contener sus lágrimas — Senkaku sigue vivo. Su vida por la de mi hermano. Aun vive el verdadero heredero. Hibiki lo escuchó y la emocionalidad de Anzai lo contagió, haciendo que se acumularan lágrimas en sus ojos. —Hemos iniciado nuestro movimiento; nuestros aliados nos secundarán —continuó Anzai— Escaparemos a China por el momento, tenemos todo planeado. Allí, los Sawayama recuperaremos fuerza y volveremos para desplazar a los Minamoto al volver. Hibiki miró al eclipse — Si es que aun hay algo a lo que volver. Anzai e Hibiki continuaron su camino en dirección a Fukuoka. Contenido oculto Dado de intento de robo en este post Hideyoshi había bebido suficiente agua; su cuerpo mejoraba poco a poco ahora que el mal ya no pululaba en sus entrañas; ahora era un hombre nuevo, la vida se había reiniciado aquel día. Logró encontrar a Kato; lo reconoció por sus ropas pues en su cabeza llevaba una cesta de mimbre; imitando la vestimenta de un komuso pero sin siquiera interpretar algo de música, en sus brazos sostenía a aquella mujer que peleaba por su vida. Sora miraba con angustia a la mujer, incapaz de hacer nada a pesar de tener el conocimiento. —No quisieron aceptar cuidarla en la clínica— Dijo Sora con angustia —Al parecer una nueva ley que prohíbe brindar ayuda a los visitantes. Nos han dicho que debemos pedirle el permiso a la señora que vive en el castillo. Con eso, avanzaron al castillo; dónde en el exterior se encontraron con Seikanji. Contenido oculto John Whitelocke rapuma
Fujiwara no Riku Quizás nunca lo descubramos; ahora que ya no está más. Escuché sus palabras, comprendiendo que no pidiera decir alguna hipótesis o algo sobre esa persona. "A veces las respuestas se enlazan de manera misteriosa". No perdía las esperanzas de que en algún momento ese misterio podría ser revelado. "Ha sido un aliado en el anonimato todo este tiempo, creo, si así lo estaría deseando, debemos descubrir su identidad". Señale un poco con la cabeza hacia Aoi y su habitual saqueo. "Por ahí estaría su arco, y la katana de Noishi". No estaba interesado en volver a meterme en un pleito innecesario. Los lamentos seguían corriendo por la habitación, seguido de ánimos y más para reconfortar. Que pesado era aquello. No tanto por la situación en si, pero no sentía que tuviera algo que aportar o alguien tuviera algo que decirme. Simplemente, aquí estaba, escuchando y observando. Faltaba Seikaiji... Aquello casi hizo me disparara hasta estar en pie, pero dude con tal de reflexionar que abría pasado con él. Si estábamos a salvo y todo seguía igual aquí, a pesar de lo improbable, quizás haya salido caminando... Probablemente, ha sido suficiente. Con menos reniego del que acostumbraba al dormir en el suelo, me fui levantando hasta ponerme de pie. Enfundado también mi katana que había dejado en mi pecho antes. Me fui acercando hacia el trío reunido junto al cuerpo de Noishi, lentamente, no queriendo ser una presencia que importune su momento. "Agradezco su presencia, lamento si arruinó su tiempo de confort". Me agache hacia el cuerpo de Noishi y lo recogí, cargandolo como... Aquella vez hice. "Pero me voy moviendo hacia el exterior". Quizás, Noishi se encuentre afuera. No lo escuché antes como debía, en este caso, tiene derecho a elegir que hacer con su propio cuerpo. Pero, ¿La verdad? No tenía ninguna idea de que hacer a continuación. Sea con Noishi, todos los cadáveres o el resultado final de esta misión. Me odiaba por ello. Contenido oculto Me llevo el cuerpo pa fuera si nadie se opone. Se oponían todos
Aoi Nobunaga Fue acumulando katanas una encima de otra, revisándolas con detenimiento tratando de determinar su valor. Dos de ellas tenían mejor aspecto que el resto, pero una estaba rota. Tras mirarla más de cerca, la reconoció como el arma de Noishi y la hizo a un lado en el pequeño montón. Guardó las agujas con sumo cuidado tras olisquear y reconocer el veneno que portaban: su favorito y el de Murai. También guardó los kunai y las flechas, recordando que debía recuperar las que le había prestado a Seikanji. Finalmente observó las tres armas destacadas de aquel monton de chatarra: una katana de aspecto bastante sólido, un arco, y el arma de Noishi. Odiaba no poder cargar con todo aquello, le gustaría poder llevar el arma de su líder a lo que restaba de su familia, aunque estuviera tan rota como él. Le dió un par de vueltas entre sus dedos mientras observaba a Riku cargar el cadaver con gesto interrogante. ¿A caso pensaba llevárselo todo el camino de vuelta? Sacudió la cabeza para sí y alzó la voz hacia él. — Deberíamos enterrarlo.— Murmuró al aire, mostrando su hallazgo al resto del grupo. — Y devolver lo que queda de su arma a su familia. Parecía más lógico cargar con una katana rota que con un cadáver todo el camino de vuelta, la guardó a la espera de una respuesta mientras escondía también aquella misiva entre sus ropas. El arco no parecía tener nada destacable por lo que lo descartó junto al resto de armas inútiles y finalmente envainó la katana de mejor aspecto. Aquello era todo lo que podría cargar sin que la entorpeciera por lo que dejó el resto a la vista para quien lo quisiera tomar y se dirigió también al exterior, no sin antes pasar junto al lloroso Akihito y dejar escapar un leve suspiro. — La culpa no es sólo tuya, todos se negaron a cumplir las órdenes por igual. — Murmuró a su paso. Era lo más parecido a una palabra de consuelo que era capaz de pronunciar dada su falta de tacto y su escaso entendimiento en psicología humana. Contenido oculto: saqueo Aoi se queda la katana irrompible, las agujas, las flechas, los kunai, la katana rota de Noishi (por ahora) y la carta.