Akihito Shishio De todas las cosas que hubieran podido suceder, que Hoshi dijera que quien los había dejado en ese estado tan preocupante no fuera prácticamente otro grupo armado sino mas bien tan solo una mujer lo preocupó. Esa declaración tan solo aumentaba más la extrañeza del estratega de ese ataque, ya no era nadie que inmediatamente se le viniera a la cabeza y tampoco entendía porque necesitaban llevarse el cuerpo del señor Akamatsu, ¿buscaban decirle al mundo que ya no estaba con nosotros? ¿Era simplemente mostrar poder? Suspiró apoyando su espalda nuevamente contra la pared en derrota hasta que una voz familiar lo hizo tensarse con ligereza. Se cruzó de brazos en un instinto de intentar luchar contra ese sentimiento, ignorarlo y centrarse todavía en lo que sucedía con los demás hasta que la inevitable confirmación llegó y sintió su corazón hundirse en confusión y preocupación, lo menos que quería era simplemente estar en un lugar confinado con él cerca sin saber cómo pudiera reaccionar. Ya ni siquiera le interesaba la revelación de aquel desconocido, solo deseaba que se fuera con Matahachi y poder fingir que no existía en su vida nuevamente.
Seikanji Yamagawa Con cuidado siguió las indicaciones de Aki, dejándose llevar por sus enseñanzas y por el trato amable que tenía para con todos los heridos; no era simplemente algo tan simple como coser una herida con pelo de cerdo y una aguja, era mucho mas. Casi parecía un ritual y Seikanji, absorto en los delicados movimientos de la arquera, observaba el tacto amable y la curación rápida, algo que simplemente hablaba de toda una vida ejerciendo la profesión. Intentó ser cauteloso con sus compañeros, tanto con Dozan, Akihito, Aoi y el propio Ryoshi; pero practicaba un poco más o experimentaba distintos tipos de corte con el resto de aliados que no conocía. Con las manos rojas de la sangre de enemigos y aliados por igual, se quedó en silencio, observando el rostro de Matahachi muy fijamente. ¿Qué hacía esa persona allí entre ellos? Hoshi le informó que había ganado dos enemigos muy poderosos al dejarse ver por el cazador de los Taira y el propio general Mori. No entendía la razón de su presencia allí: ¿era un aliado o simplemente un infiltrado entre sus filas? Estaba seguro que su shihan daría las respuestas necesarias una vez recupere su espíritu nuevamente, se veía herido, abatido y cansado. Las cosas se complicaban muy rápido en aquel mundo de sombras que estaban destinados a afrontar y andar. —A mi me gusta Hannya. —dijo en un susurro hacia Aki, mirando al hombre que rompió su naginata en combate. —Creo que lo llamare así. Observó a Hannya unos breves momentos para poder tener su rostro presente y luego miró a Hoshi. —¿Quién es esta mujer que nos atacó? —preguntó al herrero de Koga, esperando tener mas información de una enemiga que parecía formidable y temible a partes iguales. Y aunque no se había quitado la máscara al igual que Aoi y Akihito, sus ojos siempre volvían al rostro de Matahachi, esperando encontrar la respuesta a lo que su mente se preguntaba. ¿Cuál era su rol aquí con ellos?
Escondite subterráneo [Hannya; Cuervo; ¿?; Murai; Hoshi; Oshin; Kushina; Midori; Haku; Ryoshi; Dozan; Aki; Seikanji; Akihito; Aoi] Ryoshi afirmó a la pregunta de Aoi —Estuvo en Ritto; intervino cuando intervine en la pelea de Gendo con Dozan —mencionó mirando a Matahachi —Salvó a su hombre y ambos escaparon. Conocían a ese hombre, era evidente. Matahachi sonrió tranquilo, aun pálido por la pérdida de sangre — Sabía de ustedes; pero no sabía nada de éste ataque. Otsu era un sitio seguro para nosotros. Mientras Seikanji practicaba su nueva habilidad adquirida por Aki; Akihito esperaba en silencio. Hoshi notaba el cambio de actitud con los nuevos integrantes, incluso él se sentía incómodo. —Aki —mencionó Hoshi hacia la arquera, quién lo encontró con la mirada al instante. No necesitó decir más para que ella se acercara a Hoshi. Él se mostraba tenso ante la presencia de Matahachi y Rei. Hannya afirmó ante Seikanji —Tengo deudas que pagar contigo —dijo sin mostrar vergüenza alguna — La mujer de la máscara de zorra era muy rápida, una mujer muy hábil que murió con el esfuerzo de cuatro guerreros. Si ella sólo era una distracción, tiene sentido que la mujer que se quedara en Otsu fuera mucho más letal —Observó a los presentes, sus heridas, sus espíritus de lucha —Debemos ir a Koga, no perdamos tiempo. Hoshi miró a Hannya —Ustedes jamás han pisado Koga ¿No es cierto? —interrogó —Lo lamento, no puedo dejarlos ir con nosotros. —Necesitan nuestra ayuda —interrumpió Matahachi —Aun no lo entiendes, ¿Verdad, anciano? —miró Hoshi y después a Murai —No atacaron a matar; no huyeron cuando podían hacerlo. Nos mandaron señuelos para desviar la atención, hacernos perder nuestro tiempo. Si crees que Otsu era el objetivo final estás equivocado — Murai no reaccionaba; había por fin, caído inconsciente; Matahachi observó a Hoshi nuevamente —Están torturándolo, y dudo que esto sea lo único que tienen planeado —Matahachi le extendió su arco a Hoshi — Necesito una nueva cuerda... vamos a necesitarla. Contenido oculto rapuma Nekita Ayeah Pueden hacer un último post si lo desean; pero ya los voy a etiquetar en el siguiente tema.
Seikanji Yamagawa El ambiente tenso parecía expandirse en aquél túnel subterráneo como si fuera una mancha de aceite que sin freno fluía entre los nuevos personajes que se presentaban como aliados. Seikanji sólo despegó sus ojos de Matahachi cuando Hannya le habló. —Mantente leal a nosotros. —dijo con su voz amortiguada por la máscara. —De esa forma tu deuda quedará saldada, Hannya. Y eso empieza por explicar qué rol cumples en este momento. Observó a sus compañeros; Akihito consumido en un enigmático silencio, Ryoshi y Aoi unidos ante las dificultades y Dozan por supuesto siempre allí, atento y suspicaz. Murai estaba fuera de acción y Hoshi herido, incluso Haku parecía desconcertado, su voz se había apagado junto con la de las mujeres de su nueva familia. —El enemigo de mi enemigo es mi amigo. —dijo en dirección a Matahachi, recordando aquél fatídico encuentro con el general Mori y el propio cazador en Ritto. —Creo que debemos movernos. Habrá tiempo para respuestas luego. —"si es que seguimos con vida", pensó con un mal presagio antes de ayudar con el traslado de Murai.
Akihito Shishio Su mirada fue a dar directamente hacia Ryoshi mientras hablaba, ¿los habían topado desde Ritto? ¿Eso era lo que había causado aquella alteración en el Oyaji y por alguna razón habían tenido la necesidad de salvarlo, causando sentimientos encontrados. Primero, decepción de que probablemente no estaría allí viéndolo si se hubieran mantenido alejados y luego, desgraciadamente entraba lo segundo, gracias a eso había podido ir a apoyar en aquella batalla y en cierta forma, incluso en una pequeña escala lo hacia sentirse agradecido. Y prefería con todas sus fuerzas solo sentirse decepcionado. Respiró hondo para tratar de apagar todos esos sentimientos y se acercó a Hoshi para poder murmurarle algo, asegurarse que tampoco pudiera ser escuchado por los demás, aunque de igual forma estaba seguro que iba a decir un sinsentido. —Se que su relación con el dios Mara no está en los mejores términos, pero si usted a diferencia de Rengo es capaz de comunicarse con él todavía, pudiera ser incluso útil que sepa lo que se va a desencadenar y quizás...¿pasar el mensaje a Rengo?, necesitaremos mucha ayuda si ellos ya van a tener que venir con nosotros... O en el peor de los casos, los encontrara. Solo ese pensamiento lo hizo deslizar su mano sobre su kimono, encima de aquella bolsa que mantenía dentro de su kimono donde guardaba sus ingredientes, y ahora también aquel listón de Rengo guardado en un frasco para mantenerlo lo más asegurado posible para cumplir su parte del trato. Definitivamente prefería la mejor opción, mantenerse vivo y disfrutar otro día más.
Escondite subterráneo [Hannya; Cuervo; ¿?; Murai; Hoshi; Oshin; Kushina; Midori; Haku; Ryoshi; Dozan; Aki; Seikanji; Akihito; Aoi] Hannya miró a Seikanji —¿Mi rol? —preguntó confundido —El mismo que el tuyo, defender a los Sugita —dijo con firmeza. Después miró a Murai, quién seguía ausente. Matahachi afirmó ante las palabras de Seikanji. Hoshi observó a Akihito y negó con tristeza —Mara es quién decide que mente alojar; la conexión que alguna vez pude tener se perdió hace muchos inviernos. Deberemos confiar en que Rengo sabrá como encontrarnos. Y si él está cerca, podré saberlo. Contenido oculto rapuma Nekita Ayeah continúo en la guerra El rol continúa en Batalla por Koga
El rol proviene de Fukui [Kumo; Yuzuki; Hayato; Inukawa; Ukita; Rengo] [Yurei: Hashimoto] Por fortuna; Kumo, Inukawa y Ukita alcanzaron a Rengo, Yuzuki y Hayato. Estaban tomando una ruta distinta y lograron enderezarse a tiempo. La ciudad se veía como cualquier otra, con los movimientos usuales de cualquier establecimiento de población. Inukawa los ayudó a adentrarse sin ser vistos a través del río. Rengo sabía que ya era muy tarde para ayudar, lo sabía muy bien; a pesar de que Kumo les consiguió caballos para avanzar más deprisa, no quitaba el hecho de que habían llegado un día tarde. —El castillo La voz de Mara seguía oyéndose con claridad para los presentes. Avanzaron hasta aquel bastión, dónde el espíritu de Rei esperaba con desesperación junto a un espíritu de perrito que Kumo reconoció al instante que este ladró. —¿Inosuke?—preguntó Kumo y el perro le brincó encima traspasándolo por completo. Kumo sonrió. —Rei —se acercó Rengo hacia el antiguo cazador; tenía miedo, nervios y culpa en su interior. Él había sido la mano ejecutora de Hachi, la razón por la que él estaba en esa forma; era el padre de Akihito a quién no pudo llegar a ayudarle a tiempo, tenía miedo de que le dijera algo. Pero en su mente estaba latente el hecho de que Aki podría seguir vivo; pero también la idea de la muerte no era distante, tal vez su espíritu habría viajada hasta su madre y no hubiera permanecido allí junto a él y Rei. —Por favor, entren. Yo no puedo hacerlo. Noishi trajo a los chicos a eliminar el mandato en el castillo. Riku, Seikanji, Aki, Umineko y Misato lo acompañaban —sentenció Rei poniendo su mano y siendo repelido —Kousei ha entrado pero no ha regresado. La razón por la que nadie conoce de las misiones de Noishi es porque nunca deja testigos. Nadie que los vea sobrevivirá; sea guerrero o un simple civil —Repitió aquellas palabras que les dijo a los demás antes de separarse. —Eso explicaría el mutismo de la ciudad entera —respondió Ukita —¿Nadie se ha dado cuenta de esa invasión? Rei negó —Nadie ha salido del castillo. Por favor, sean mis ojos. Rengo afirmó entrando por dónde los demás lo habían hecho días antes. Por fortuna, Noishi se había encargado de no dejar a nadie vivo; o ya hubieran escapado para informar a alguien. No se escuchaba ruido, ni siquiera un poco. Contenido oculto Zireael un d20 si quieres descubrir cositas.
Yuzuki Minami Habernos adelantado no sirvió de gran cosa y no me quedó más que agradecer cuando Kumo, Inukawa y Ukita nos alcanzaron porque en caso contrario, por lo que se veía, habríamos acabado perdidos. Ni Rengo ni yo estábamos en las mejores condiciones para ubicarnos perfectamente, parte de mi mente seguía en Kohaku y los demás, en su reunión con Takeda y mi ausencia allí, una vez más. De nuevo, no se trataba solo de la misión de Inari, iba más allá de eso. Era simplemente lo que hacía, como madre suya, pero últimamente sentía mucha simpatía por mi propia madre, por los sacrificios que habría hecho por nosotras. Otra parte de mis pensamientos, también, estaba en Kamakura y mis hermanas, en vistas de lo que había pasado con la niña. Incluso así cuando la voz de Mara retumbó, lo que me sorprendió fue notar que empezaba a habituarme a ello y no me sobresaltó para nada. De cierta manera escucharlo también me permitía empatizar más con Ren, así que de alguna forma me consolaba y me acercaba más a él. Rei fue quien nos recibió y eso de alguna forma no me tranquilizó, estaba con un perro, Inosuke, el perro de los Fujiwara y pensé que con este desastre nadie podía descansar en verdad. Ni Rei, ni Hashimoto ni un pobre perro. Me agaché un momento para saludar a Inosuke, aunque no podía acariciarlo como no podía tampoco tocar a Hashimoto, y al erguirme escuché a Rei y pasé saliva con dificultad. —Iremos por ellos —dije hacia el hombre, firme—. Iremos por Aki, Rei, te lo prometemos. Tomé aire, lo solté y me puse al corte detrás de Rengo, llevando la mano a Ankoku, tensa. El silencio que cubría este lugar no me gustaba y no sabía cómo interpretarlo en combinación con las palabras de Rei de que nadie había salido. —Atentos a cualquier cosa —advertí a los demás. Mantuve la atención dividida en Rengo, Hayato y cualquier cosa que pudiese notar. Algo que me diese una pista de lo que ocurría, de lo que podíamos esperar allí dentro.