Nagano Nagano

(Hideyoshi )

Un guardia estaba al inicio de las escaleras, al mirar a Hideyoshi lo detuvo antes de que pisara el primer escalón para ascender al Santuario —Lo siento, pero ya no es seguro subir; en la noche cuido esta entrada para evitar accidentes, la gente suele subir y por la falta de luz y la humedad en el ambiente tropiezan; varios han muerto en la escalinata — dijo con seriedad —Los últimos visitantes bajaron hace unos breves momentos— dijo señalando la dirección hacia el dojo.

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(Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi; )

Takeda reaccionó ante el aviso de Kenzaburo; era la primera vez que escuchaba ese nombre "Masuyo" pensba mientras tomaba posición defensiva junto a Kenzabro y Togashi al ver que Mao daba el indicio de atacarlo; se estaban sincronizando como buen equipo.

El hombre escuchó la pregunta de Togashi, cuando planeaba contestar escuchó la voz de Mao.

"¿Dónde estuviste?"

Aquella breve oración caló profundamente haciendo que se hincara frente a ella, la voz de Mao siguió. Hideki bajó la mirada mientras mordía su labio inferior tratando de que las emociones no tomaran el control.

"¿Lo sabes?"

Las lagrimas de ambos cayeron a la par encontrándose en una mirada.

"En verdad, en verdad lo siento"

Hideki se acercó a ella estirando su mano temblorosa; con su pulgar limpió las lágrimas de uno de sus ojos para mirarla fijamente, para después abrazarla con fuerza; un abrazo doloroso donde ambos lloraban —Soy yo quien debe pedir disculpas; yo no merezco poder verte a los ojos, si hubiera estado allí...— limpiaba sus lágrimas sin separarse de ella —Pensé que te habían capturado para después... — dijo sin necesidad de explicar lo que vió cuando regresó a casa, no necesitaba decirle los detalles, no quería expresar lo que el pensaba que había sido el destino de Mao —Pensé que jamás te volvería a ver; esto siempre será culpa mia, tus lágrimas, tu dolor.

Takeda observaba con tristeza aquella escena, la historia de Mao aun le era un misterio casi en totalidad, jamás había querido forzarla a contar su pasado; sólo planeaba respetar su presente al decirle Ryouma, sin juzgar su pasado para preservar su futuro.

Hideki separó el abrazó para mirara a Mao nuevamente, sonreía con gran tristeza, seguramente era una mala presentación para aquel reencuentro, con su rostro descuidado y con su tacto frío.

 

Kenzaburô

Quedó a medio camino de desenfundar su katana, ya que la escena lo congeló. Sus dientes crujieron como dos castañuelas al ver el tacto de aquél sujeto con Mao; fue como si alguien estuviera usurpando su tesoro más preciado. El Ronin lo miró con odio y de pronto se dió cuenta que no había una razón especial para sentir aquello. ¿Eran celos? Aunque costara admitirlo sí que los eran.

—Será mejor que se reencuentren en privado. —musitó a Takeda. —Pero en la misma habitación donde estemos nosotros. —observó las reacciones de Mao. ¿Que sentiría ella?

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Cerca del Santuario

Fue interrumpido en su andar, estaba algo oscuro ya, y entendió al hombre que lo exhortó a volverse. No tenía ganas de armar alboroto, así que simplemente volvió sobre sus pasos.

"¿Dónde se habrán metido?", se preguntó.

Supuso que quizás ellos ya estaban en el Santuario, de ser así los esperaría en el dojo. Ojalá tuviera mejor suerte.

"Claro, seré idiota...", en un momento de lucidez.

Se dio cuenta que por <últimos visitantes> aquel guardia seguramente se refería a sus camaradas.

Contenido oculto: Movimiento

Hacia el dojo

 

Mao "Ryouma"

Su cuerpo se tensó y lo gimoteos pararon un momento cuando Hideki tocó su mejilla, su mano estaba fría y su rostro enrojecido, igual que ella. La abrazó con fuerza provocado que se arrodillara igual que él. Titubeó un momento, pero terminó por corresponder el gesto aferrándose a su espalda, dando paso a un llanto amargo. Tenerlo ahí era raro, tras años sin verse temía encontrarse alguien hostil, hasta el momento sus preocupaciones parecían ser erróneas.

Si él hubiera estado ahí... ¿algo habría cambiado? No pensó en él cuando atacaron su hogar, tampoco deseó buscarlo tras escapar. Temió encontrarlo transformado en otro, pero también lo dio por muerto varias veces. Ahora dolía pensar que no estuvo cuando más lo necesitaron, un resentimiento del cual sería difícil deshacerse.

Cuando se separaron del abrazo Hideki le sonrió, sin lograr apartar su dolor de la expresión. Mao fue incapaz de sonreírle de vuelta, sosteniendo su mirada con frustración y pena, en completo silencio. Dio un pesado suspiro, desviando la mirada al suelo.

—Ella... sonrió hasta el final —musitó, apretando los puños sobre su regazo—. Le sonrió a sus enemigos, confiada, a pesar de que su mundo se desmoronaba... fue atemorizante—. Su mirada amarga volvió a sostener la ajena—. Tú tenías que hacer algo, ¿no? —prosiguió con voz monótona—. Ella confiaba en que lo lograrías y volverías tras eso.

Con un suspiro volvió a ponerse de pie, volteándose hacia Takeda y el resto. Observó a Hideki por sobre su hombro, con aquella mirada seria que siempre solía acompañarla.

>>Y volviste... —Una pequeña sonrisa entristecida brotó—. Al final volviste.

Tras decir eso la seriedad amarga en su mirada volvió con rapidez, para observar el rostro de sus acompañantes. La tristeza en Takeda no pasó desapercibida, sostuvo con un más fuerza la mirada de Kenzaburo, casi como si lo regañara por la expresión agresiva que parecía mantener. Se cruzó de brazos, exhalando el aire por la nariz, su rostro aún se mantenía enrojecido por el llanto.

—Perdón por aquella escena —empezó desviando la mirada un momento—. Lo escucharon, ¿no? Su nombre es Hideki —prosiguió haciendo un gesto con la cabeza, intentando apuntar al hombre así—. Es mi padre.

 

(Takeda; Kenzaburô; Mao; Togashi; Hideyoshi)

Takeda afirmó ante Kenzaburo —Creo que no hay nadie más cualificado que tú para decidir que hacer, la conoces mejor que cualquiera de nosotros — se mantenía cerca del fuego, comenzaba a sentirse la hoguera, se alejó un poco volviéndose nuevamente una sombra mientras Hideki y Mao se mantenían siendo iluminados en la luz danzante del fuego.

Hideyoshi apareció en la puerta, esperándolos; pero el movimiento en el interior lo hizo decidirse a entrar, encontrándose con la escena de Mao junto a un hombre que desconocía.

"Le sonrió a sus enemigos, confiada, a pesar de que su mundo se desmoronaba... fue atemorizante"

—No me sorprende, siempre fue muy fuerte y decidida— mencionó Hideki con orgullo, pues había amado a su mujer con una intensidad que muy pocas personas podrían entender, y en su mente creyó que al mantener la guerra alejada de ellos, jamás los atraparían, pero estuvo muy equivocado.

"Tú tenías que hacer algo, ¿no? Ella confiaba en que lo lograrías y volverías tras eso."

—Mi amada Shizuka; confió en un hombre testarudo, él cual creía firmemente en todos sus hombres — levantó su vista hacia Mao —pero había un traidor, no sólo delató nuestra posición haciéndonos caer en una emboscada, la mayoría caímos a una fosa que habían disfrazado —se detuvo, nuevamente no quería darle detalles tan crudos a su hija —también el traidor dió toda la información sobre nosotros, para que perdonaran su vida—dió un golpe con el puño cerrado en el suelo — El líder; Gendo Taira se burló de nosotros, diciéndonos que no éramos un clan de guerreros, que sólo éramos un clan insignificante; los que seguíamos con vida permanecimos en esa fosa mientras veíamos como el fuego deboraba nuestro querido bosque, y pensamos que el aire nos terminaría asfixiando, terminamos desmayándonos. Cuando volvía a abrir los ojos, estaba en una clínica, me levanté y vi a dos de mis hombres aun con vida, pero ninguno estaba en condiciones para volver a pelear, su condición de guerreros les fueron arrebatadas por los Taira.

El apellido mencionado hizo que todos levantaran la mirada con odio, cada persona presente había sido lastimada de un modo u otro por ese clan que juraron destruír.

"Al final volviste"

—Volví; porque debo recuperar el equilibrio, por mucho tiempo estuve perdido en la agonía de la pérdida; pero le prometí a mi familia y a mis hombres en este lugar, que no descansaría hasta eliminar a Gendo Taira, porque todo lo que existe tiene una contraparte que es necesaria para la existencia. No existe lo inmutable, lo estático, sino que todo está cambiando continuamente, en un fluir infinito, armónico y equilibrado por las fuerzas del yin y el yang— mencionó haciendo recordar a Mao sus enseñanzas cuando aun era una niña.

"Es mi padre"

Hideki se levantó e hizo una reverencia a los presentes —Perdonarán mi falta de modales; mi nombre es Hideki Kobayashi; líder del clan Kobayashi; uestedes han permanecido al lado de mi hija, desconozco su relación con ella pero agradezco de lo más profundo de mi ser el cuidado que han tenido con ella.

Takeda afirmó —Mi nombre es Takeda —dijo sin mecionar su apellido —Él es Togashi — señaló a quien estaba a su lado —él es Hideyoshi — mencionó señalando a Hideyoshi que estaba detrás de ellos. Y luego tomó a Kenzaburo por el hombro —Y él; es a quien le debe esa gratitud, él es quien ha cuidado de Ryou...— se detuvo observando a Mao, aun no sabía si le permitiría nombrarla por su verdadero nombre —...es quien ha cuidado de su hija, su maestro Kenzaburo.

 

Hideki Kobayashi

Contenido oculto: Ritō no uta

Tras el sollozo amargo, constante y aún así recatado, el silencio reinó la estancia. El hombre observaba el frente, en busca de los rayos del sol que se colaban en la morada. Un silencio que podría parecer eterno, una falsa calma, su vista fijada en frente con una postura practicada por años, pensando tras la conmoción en todo lo que implicaba el reciente acontecimiento.

Y luego, tras ese momentos de reflexión con silenciosos cambios de expresión, dio un suspiro pesado bastante abatido. Procedió a desenredarse el cabello, meditando sus opciones con una expresión de pena, un reflejo del dolor que sentía por dentro. No podía culpar al Minamoto de sus acciones, había expresado en sus palabras una justicia que de momento no le contrariaba. Estaba haciéndose responsable de las acciones de alguien que resguardo bajo su sombra, de sus errores, robándose cualquier anhelo o deseo que ocultara algo tan nefasto como una traición. Y era algo que haría Takeda con su propia katana, guiada por sus manos, sin cargar en sus compañeros la muerte de uno de los suyos...

Eliminar a uno de los suyos... Dio un suspiro más pesado, cargado de cierto cansancio, mirando las manos sobre su regazo... pelear con el Minamoto no haría más que aumentar el dolor y desespero. En cambio, dialogar con él le permitiría alcanzar lo que esa niña, a la que había dejado atrás, fue. Le ayudaría a comprender aquella mirada fría de esos ojos que recordaba tan cálidos...

Shizuka lo había mencionado, la mirada filosa que poseía a tan escasos años...

Una mirada heredada de él...​

Sus parpados aún se sentían hinchados y era capaz de reconocer el rastro de las lágrimas sobre su piel, pero al menos el calor del momento se había esfumado y ya solo quedaba la templanza de quien a tomado una decisión, pasando por alto la desagradable presión en su cabeza, aquella jaqueca que a ratos se le sentaba tan rutinaria como respirar. Ató aquel cabello suelto en una firme y alta coleta, despejando su rostro de cualquier hebra que opacara su expresión, preparándose para ir en busca de alguien que pudiera ponerle al corriente de la situación con los Minamoto.

Y aunque en el fondo en verdad deseaba que su pequeña se encontrara con vida, confiar en Minamoto no Takeda requería de esperar la noticia de su muerte.

Y sí la vida le era lo más valioso del mundo, la muerte no podría quedarse atrás. Repasó en su mente aquella frase en el papel, mientras caminaba con absoluto silencio y seriedad por el pasillo, con paso armoniosos y lejos de invasivos. La espada que mata es la espada que da vida... Podría ser, la sonrisa que invadió sus labios sin demasiado recato demostraba como congeniaba por eso, aunque no demoró en volver al amargo silencio que significaba no expresar nada.

Pues sabía que Shizuka había tenido demasiadas palabras para atacar esa frase...

por lo que la katana no era más que la voz en la batalla.
​

Contenido oculto

No sé dónde estará la persona requerida, pero utilizo la habilidad de Recursos de Hideki para encontrarse con alguien que le ayude a informarse de la situación actual de los Minamoto y tal, así que envíamelo con quién estimes más conveniente uwu <3

Y nada, que me costó un montón hacer este post XD Con el rato supongo que me iré acostumbrando owo.
En cuanto pueda tiro los dados correspondientes para su ficha y tal <3

Contenido oculto: Ventaja, desventaja y estatus

Ventaja:
2.- resistencia física (+1 en defensa)

Desventaja:
6.- borracho (-2 en defensa)

Osea, quedaría con -1 de defensa.

Estatus:
1 muerto de hambre x2 = 2 monedas al día (pan y agua)
[falta de alimento -1 en fuerza][mal descansado -1 en defensa]

 

Dojo
[Hideki]

Unos pequeños golpes se escucharon en la puerta corrediza —Señor, soy uno de los informantes; he venido a escucharlo— mencionó sin entrar, pues momentos atrás se detuvo a entrar, sabía que el señor Kobayashi necesitaba unos momentos a solas.

También sus alumnos comenzaban a inquietarse; el mayor, Akiro; los mantiene calmados, repasando sus lecciones.

Contenido oculto

Mori puedes preguntarle lo que necesites :3

 

Hideki Kobayashi

En cuanto sus orbes reflejaron a los alumnos que poseía, algo pareció removerse en su pecho, obligándole a inhalar con fuerza de improvisto, para luego exhalar de manera poco perceptible, siempre por la nariz y discreto. Una reacción relevante, que seguro no fue vista por nadie, pues fue efímera y sutil. Lo que no fue sutil fue la voz abriéndose entre los murmullos de los alumnos junto el sonar de los árboles y viento. La mirada seria, aun sin llegar a ser tosca o agresiva, cayó sobre quien requería su atención.

Y a pesar de las turbulencias que crecían al interior suyo, fue capaz de brindarle al interesado una sonrisa afable, un gesto que reflejaba la intención que tenía de oír y ser escuchado. Un gesto tranquilo, alegre, entusiasta a veces, todo con recato; solo alguien que habría visto variedad de expresiones, matices de sonrisas, podría llegar a identificar una nostalgia bien camuflada. El anhelo de día anteriores, el sentimiento de no estar donde corresponde.

—Justo anhelaba tu llegada —habló con sosiego, manteniendo la sutil curvatura de labios, a pesar de que ahora las cejas no expresaban ninguna emoción. Aquella sonrisa, entonces, no era precisamente de alegría.

Giró el rostro hasta dar con el discípulo que más inviernos había sorteado de momento, Akiro, y esta vez la sonrisa que se extendió sí reflejaba cierto cariño y puede que una pizca de ternura también.
— Estimado Aiko, ¿puedo contar con tu ayuda para mantener la clase en orden durante mi ausencia? Intentaré volver lo antes posible —agregó lo último incluso más risueño, cerrando los ojos. No demoró en enfocar a sus otros dos alumnos, con calma y barriendo mejor aún de su expresión cualquier rastro de pesadumbre—. También cuento con ustedes para que repacen lo aprendido hasta el momento, sin incordiar demasiado a su mayor, ¿entendido? —agregó más emoción para hablar con los niños, sin dejar de lado el recato, terminando por cerrar los ojos otra vez al soltar la pregunta de sí habían comprendido. Los miró con calma luego, aun con la sutil curvatura en los labios—. Entonces, me retiro de momento.

Y luego direccionó su atención hacia el informante que poseía, haciéndole una leve reverencia.
—Lamento hacerle esperar —disculpó monocorde, aun amable. Volvió a erguirse, sosteniendo la mirada ajena con la sonrisa aún, algo más expresivo que al inicio—. Sígame por acá —dirigió tras voltearse sin prisas, mirándolo por sobre el hombro, antes de volver a centrarse en el camino delante de él, internándose en las entrañas de ese dojo que ya lo había acogido por bastantes días.

Siendo preciso para demorarse lo menos posible en generar un lugar cómodo para hablar, Kobayashi no Hideki preparó té para ambos. Mientras hacía lo correspondiente, empezó el interrogativo, aun logrando mantener la sonrisa, pero no ocurría lo mismo con la inquietud en su interior, la cual no demoró en aflorar otra vez, ahora que se encontraban en un lugar más privado.
—¿A sabido sobre los Minamoto? —empezó sosteniendo sin aparente problema la mirada ajena, prosiguió centrando su vista en las preparaciones del té—, sus objetivos actuales, a dónde van... o simples rumores...— Volvió a voltear para verlo por sobre el hombro, con la misma calma, pero con la sonrisa afilada y la mirada más entornada, podía incluso causar inquietud—. También me sería útil saber sí han conseguido aliados.

Al menos era suficiente para dar a entender que no era una simple pregunta de rutina.

 

Dojo
[Hideki]

Akiro afirmó ante su maestro haciendo una reverencia —Daremos lo mejor ante las enseñanzas del sabio — dijo con fuerza mientras los otros dos también lo reverenciaban —Gracias maestro, no lo decepcionaremos.

El informante siguió a Hideki, tardaron un poco en acomodarse, pues aquel hombre poseía gran paciencia, una que le daba ese semblante de serenidad ante las personas, tomó la taza y bebió antes de iniciar —Se sabe que los Minamoto lucharán en Shizuoka, defendiendo a la casa Arima— mencionó con certeza —Aunque parece que el clan es de escasos números, la gente se pregunta si son todos o llegarán mas a la ciudad. Su líder, Takeda Minamoto, sigue sin ser visto; haciendo que las personas murmuren, creando el rumor de que el joven nunca sobrevivió a la matanza del clan. —Dejó la taza frente a él —De sus alianzas no se sabe demasiado, sólo que Kanagawa está unida a la prefectura vecina, esto hace que la gente se pregunte si Kato Harima es el responsable de dicha movilización; o es Takeda Minamoto, el légítimo señor de Kanagawa quien está moviendo las cuerdas.

Contenido oculto

Mori

 

Hideki Kobayashi

La última sonrisa amplia que le brindó a sus estudiantes rebosaba de una alegría suave, silenciosa. El pensamiento de que no lo harían, de que aquellos tres jóvenes no lo decepcionarían cruzó por su cabeza, pues eran disciplinados y entusiastas por comprender cosas nuevas. A pesar de eso, ninguna palabra salió de su boca, tan solo asintió para luego dirigirse junto al informante al interior del lugar.

Al momento de sentarse, acomodarse, cerró los ojos, yendo un poco por detrás de su acompañante. Levantó la taza y bebió el té, sin despojarse de sus parpados. Dejó con suavidad el vaso de cerámica, sopesando las primeras palabras del señor en la oscuridad que le brindaban sus ojos privados de luz. Fue abriendo los parpados con lentitud, escuchando entonces que los Minamoto parecían escasos de números.

…El recuerdo de su hija se entrometía, entonces la leve sonrisa se tornó de manera casi invisible en una linea irrelevante, una expresión algo agotada.
—Uhm...— Exhaló despacio por la nariz, apenas audible. Entonces levantó el rostro, con esa sonrisa que en el fondo no expresaba más que cortesía, con apariencia alegre y a ojos cerrados—. Solo las noticias traídas por la sombra de un informante o el vuelo de un ave, fidedignas, nos podrán confirmar la real naturaleza de los acontecimientos en Kanagawa —finalizó tomando luego otro sorbo, sin emitir sonido alguno más el leve tope del vaso volviendo a topar con la mesa.

>>Y yo creo que, tal como los rumores desconocen sí realmente el último de los Minamoto sigue con vida...— Su rostro se desvió hasta que su mirada, calmada, topó con los rayos de sol filtrándose en el lugar—, nosotros seremos incapaces de imaginar todos los aliados que carga ese apellido tras suyo.

Otra vez la mirada cerrada, labios sonriendo de una forma impostada, aunque convincente, cayeron sobre el informante.
>>Aunque creo que lo realmente importante es conseguir gente que crea en Minamoto no Takeda...— Volvió a sostener la mitad ajena, algo más sobrio—, no tan solo en los Minamoto.

Tomó otro sorbo, para luego borrar su sonrisa, reflejando por fin la seriedad del asunto y no una expresión nacida de la amargura que le generaba la reciente carta.
—¿Sabe sí los Azai piensan involucrarse en la batalla de Shizuoka?— Cerró los ojos, pensativo—. Sí los Minamoto planean involucrarse en ella—. Lo volvió a observar, sonriendo con levedad, filoso—. Imagino que tendrán guerreros fuertes, una buena estrategia o bastantes aliados.

Otro sorbo más, ya ingerido más de la mitad del contenido.

Contenido oculto

Jajaja, sinceramente ya no sé qué hacer XD
Asi que sí no tiene mucho más que decir el informante, creo que dejaría pasar el tiempo hasta que Hideki termine sus clases (?)

Y puede que luego buscar un lugar pa entrenar uwu

 

Ginko Harutomo

—Hmm pero supongo que no nos queda de otra que esperar, quizás esté por llegar... ¿no?— lo cierto era que no conocía tanto a su tío, pero realmente necesitaba creer que vendría porque era su propósito, por eso estaba ahí, para que su tío lo perfeccionara en la medicina con la técnica que había visto en Kamakura. Dicho esto, se sentó por ahí cerca y se puso a esperar pacientemente mientras prendía su pipa y empezaba a inhalar.

 

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Dojo
[Hideki]

El informante afirmó —El señor Azai siempre permanecerá a un lado de los Minamoto; a pesar de que el líder de los Minamoto no quería continuar con el plan para asesinar a Kato Harima. Mandó a su hijo con uno de sus guardias más leales junto con los Minamoto, así que son aliados, creo que usted podría confirmarlo si duda de mis palabras— se terminó el té — Pero saldré a buscar mayor información al respecto, no lo defraudaré.

El informánte se levantó, agradeció el té y decidió partir. Mientras tanto Hideki pudo regresar a sus clases, las cuales acabaron con el trío de niños saliendo mientras revisaban sus notas. El dojo volvía a quedar vacío.

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Afueras de Nagano
[Ginko; Hinata; Gon; Rei]

Así esperaron mientras veían como el humo de la pipa de Ginko se iba difuminando. El tiempo pasó y los caballos se escuchaban; tres hombres subieron galopando a velocidad. Dejaron los caballos en los establos y Rei reconoció de inmediato a Ujihisa, tío de Ginko.

Ujihisa los miró —¿Dónde has conseguido opio?— preguntó intrigado —Anda, dale a tu tío un poco.

Hinata se llevó las manos a la cara en vergüenza mientras Yin, uno de los integrantes que acompañaban a Ujihisa, comenzó a reír.

—No deberías reír, Yin— mencionó Zeng cruzándose de brazos —El opio es de lo peor que nuestro pueblo ha dado a Japón.

—El opio, si bien es una droga; también al serlo es medicinal y ¿Por qué no? es recreativa —atajó Ujihisa —Él es el líder del clan Tao; Zeng— dijo señalando al hombre de pelo largo— Y él es su hermano menor, Yin— mencionó señalando al de pelo corto.

—Un gusto —mencionó Yin con una reverencia, juntó la punta de sus dedos y extendió sus brazos a la altura de su cabeza al inclinarse; una reverencia muy común en China, su tierra.

—Ella es Hinata; Gon y Rei Asakura —señaló Ujihisa respectivamente para después colocarse detrás de Ginko y sujetarlo de los hombros —Y el de los estupefacientes es mi sobrino

Contenido oculto: Tao

Ujihisa=

Zeng=

Yin=

Contenido oculto

Mori ya no tarda Zeng en ir al dojo xD ahorita entrenas
Slam

 

Ginko Harutomo

—¿Oh?— exclamó ginko bajando de su nube —¡Tío Ujihisa! Te daría si no me hubiera costado mi integridad física— rio. Luego saludó a los compañeros de su tío —Es un gusto conocerlos. La verdad que yo les estoy bastante agradecido..— mencionó a la pasada mirando su pipa. —Estoy aquí para que me enseñes una técnica que vi en Kamakura, me pareció muy útil e interesante, pero mi padre no podía enseñármela así que me envió a buscarte. Se trata de la acupuntura— se dirigió a su tío.

 

Dojo
[Hideki]

En el dojo entraron dos personas; eran Zeng y Yin de la dinastía Tao; Zeng portaba ropa característica china mientras que Yin utilizaba un clásico kimono japonés; miraron hacia todos lados esperando encontrar al dueño de aquel dojo.

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Afueras de Nagano
[Ginko; Hinata; Gon; Rei]

Ujihisa hizo una mueca al oír que su sobrino no le daría un poco de su opio —Te enseñaría si no me hubiera costado mi integridad física — sonrió; algo que no sorprendía a nadie de los presentes; pues Ujihisa era alguien así —Por supuesto que tu padre no podría enseñarte; debería dedicarse más a la medicina que a la espada— dio tres fuertes palmadas en el hombro de Ginko —Te enseñaré; pero no te será fácil; debes superar un par de pruebas antes ¿Estás preparado para ello?

—Iremos al dojo— mencionó Zeng —debemos seguir entrenando —dijo alejándose seguido por Yin.

—Nosotros iremos a visitar al señor Azai—mencionó Ginko hacia los Harutomo mientras Rei se quejaba por debajo, no le gustaba ir a las pláticas políticas; pero Gon lo jaló a pesar de que este quisiera escapar.

Hinata se quedó junto a los Harutomo.

Contenido oculto

Mori Slam

 

Ginko Harutomo

—Vaya.. sólo bromeaba porque no pensé que me lo pidieras enserio, ¿quieres una probada?— le dijo extendiendo su pipa —Es una imagen muy fuerte para mí, te pareces demasiado a papá, pero a él jamás lo vería fumar— Le parecía que Ujihisa iba a ser más como un hermano, aunque Ginko era hijo único y no poseía la experiencia subjetiva de ese parentesco.

—¡Estoy preparado!— dijo parándose mientras le daba una bajadita de presión y se tuvo que agarrar de algo para no caerse —Aunque si me das cinco minutos lo estaré más..— agregó reponiéndose para ver que Hinata aún seguía ahí —¿Qué hay que hacer? ¿Hinata puede ayudarme?—

 

Hideki Kobayashi

Se despidió de su informante reflejando la formalidad que este le brindaba, sin olvidar desearle fortuna y salud en su viaje. Luego las clases trascurriéron con la regularidad de siempre, aunque puede que los más perspicacez se percatáran de un silencio más, o un momento de distracción al observar el paisaje alrededor. La cosa es que siempre lograba retomar el hilo de su charla como sí nada le perturvara, tal vez gracias al simple hecho de monólogar. Se despidió de sus alumnos con la misma calma demostrada con el informante, agradeciéndoles su interés como ellos la trasmición de su conocimiento.

La sonrisa se esfumó de manera paulatina, mientras veía esas espaldas de distinta longitud volver a las calles de la ciudad. En cuanto se esfumaron un suspiro abatió su pecho. Observó el suelo de madera, apretó los puños, pensó en que sus dos fieles compañeros deberían enterarse de la noticia en la carta... pero aún no se sentía preparado para ello.

Luego, tras cerciorarse que cada cosa del dojo estuviera en su lugar, salió a la terraza para poder ubicarse bajo la sombra que le brindaba el techo y al mismo tiempo recibir el viento que hacía susurrar a los árboles de los alrededores.

Y a ese panorama no demoró en sumarse el sonido de una flauta; lenta, grave y lúgrube. El sonido no se vio interrumpido, ni si quiera con la llegada de dos forasteros. El músico se encontraba demasiado inmerso en su labor, pero al menos sirvió para que el dúo supiera dónde localizarlo. No fue problema alguno, pues estaba bastante a la vista.

Y cuando se hubieron acercado lo suficiente, Hideki detuvo el sonido del instrumento, dejándolo sobre su regazo con cuidado y precisión. Su mirada cayó sobre el hombre de largos cabellos, escuadriñándolo en silencio. Luego miro al compañero de este, y sin cambiar esa expresión seria con el ceño fruncido con levedad, habló.
—¿Qué se les ofrece?—. Y a pesar de su expresión, no fue agresivo, tan solo monócorde. Calmo, reflejando cierta fortaleza en su hablar.

 

Dojo
[Hideki]

Ambos observaron a Hideki pero fue Yin quien decidió hablar —Estamos de paso por Nagano; estamos esperando que nuestro médico arregle unos asuntos familiares aquí para partir. Y siempre que llegamos a una ciudad, mi hermano... —señaló a Zeng — busca a los maestros de los dojos para entrenar —Yin miró alrededor; a pesar de ser un dojo, no parecía entrenarse demasiado allí. Había más mesas de trabajo; rollos de lectura y madera pulida, sin rastros del desgaste físico de un entrenamiento severo.

—¿Es usted el maestro de este dojo?—preguntó Zeng mirando su complexión —¿Cuál es su cátedra en estas cuatro paredes?

Contenido oculto

Mori

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Afueras de Nagano
[Ginko; Hinata; Gon; Rei]

Ujihisa sonrió —Tu padre es muy rígido; así es la mente del samurai; es por eso que no me enfoco al sable, la medicina debe ser creativa; si nos limitamos a lo ya existente nunca avanzaremos en mejorar las técnicas; el sincretismo es necesario, por eso los conocimientos de China son básicos, incluso de sitios más lejanos. Viajar, conocer y moverse, eso es lo que hace un estudioso—observó a Ginko, para luego dirigir su vista a Hinata — Claro que Hinata puede ayudarte; será en quien probarás la técnica — dijo lanzando agujas hacia ella, paralizándola por completo, cayó al suelo con los ojos bien abiertos, no podía quejarse pero sus orbes lo decían todo.

—Vamos, cárgala; ¡A la clínica!— dijo mientras avanzaba sin ayudarlo con Hinata.

Contenido oculto

Slam pues Hinata es muy pesada xD tira un dado de 20; si sacas 10 o más de 10 la cargas con éxito, sino pues... la arrastras a la pobre.