(Natsu) Natsu avanzaba hacia la clínica, la ciudad era pequeña por lo que era sencillo visualizar los edificios; pero un galope lo hizo detenerse y colocarse en guardia. Un hombre delgado brincó del caballo, hizo salpicar el agua de la lluvia reciente mientras caminaba hacia Natsu sin miedo. Su porte era bastante soberbio y portaba una katana con una saya color rojo. —Mara me ha enviado— dijo con una sonrisa tranquila —Mi nombre es Rengo Contenido oculto —Al igual que tú, fui elegido por Mara, tenía una misión muy importante que cumplir en Tsu, misión que tú me arrebataste — dijo sin perder el porte y su aparente tranquilidad; se veía más joven que tu, incluso en estatura era menor; pero su voz no era más la de un niño. —Veo que perdiste a Shi — rio mientras negaba con la cabeza — Supongo que ya no escuchas a Mara en tu cabeza; yo lo escucho en estos momentos con gran intensidad; está demasiado molesto contigo, ahora Shi está en manos de alguien que no la merece, seguro Masaki es fuerte; pero no podrá controlar la voz de Mara — te examinó, miró tu porte, tu rostro enfermo y demacrado —Tú tampoco hubieras podido controlar su voz — dijo mientras colocaba su mano en la katana que portaba —Pero agradezco que tomarás la vida de Hana Harima; eso hubiera resultado muy difícil para mi — cerró los ojos y te sonrió; por unos instantes creíste ver a Takeda, pero seguramente era una ilusión por tu enfermedad. — Habrás perdido a Shi pero aun eres uno de los elegidos por Mara, es por ello que debes morir aquí; no quiero competencia, pues yo seré quien recupere esa katana; me pertenece por derecho Contenido oculto A un evento no puedes huir :( Natsu PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Renko nivel 3 Pv= 90 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho El relinche del caballo lo hizo posar su mano sobre el mango de la espada por inercia, manteniéndose recto en su posición pese a sentir la cabeza ardiendo por la fiebre. Mirando al joven que se bajó del animal con soberbia, obteniendo que por cuenta propia comenzara a fulminarlo con la mirada. Mara. Tenía que estarlo jodiendo. Su boca se movía pero tenía inconvenientes para escucharlo certeramente por la cefalea, fue entonces que leyó de sus labios el nombre de la espada que le fue arrebata, provocando que frunciera el ceño. —Pff —se permitió gruñir arrogante—, el que no parece controlar la voz de Mara eres tú. Sino pudiste cumplir tu misión en Tsu no es mi problema. Fue entonces que la figura frente a él se desdibujó trayendo a colación la figura de Takeda. Respiró calmo tratando de centrarse en el aquí y el ahora. Había tomado un caballo porque necesitaba viajar antes de que llegara el día en ese pueblo, había conseguido algo interesante y no tenía porqué perder más su tiempo. Una nueva espada, una nueva creación de veneno, de aquellos venenos potentes que si tuviese preparado lo apuñalaría con el, sin embargo no era estúpido. Su instinto le lanzaba sentidos de peligro, pese a tener con él aquella espada con nombre borrado. En este caso él no era el depredador. Era la presa. —¿Desobedecerás a Mara? —cuestionó seco—, prefiero tener un castigo de su parte que morir en manos de alguien como tú. Puedes escucharme, ¿no es así, Mara? No temía a la muerte, la cargaba a sus espaldas ante la apatía que corría por sus venas diariamente, sin embargo su camino no terminaría ahí. Utilizaría a quién tuviese que usar, asesinaría a quien tuviese que asesinar al estar cegado por la oscuridad.
(Natsu) Rengo negó mientras limpiaba la sangre que Natsu le había inflingido, una línea carmesí se miraba desde el hombro hasta su abdomen, no era muy profundo pero era un buen corte — Tus habilidades son buenas, pero tu resistencia es poca — Natsu había resultado mas herido con un corte en el pecho, del cual ya brotaba sangre, debilitándolo lentamente. — Tú hiciste lo mismo, desobedecer; si te hubieras dirigido a Kioto ya estarías rodeado de riquezas y nuevos camaradas — sonrió —Pero eso no es lo que quieres, es por ello que sé que eres digno de Shi, a diferencia de Masaki — avanzó hacia él —El elegido por Mara es aquel capaz de controlar su propia vida, somos solitarios; porque nuestra fuerza nos es suficiente — sacudió su katana haciendo que la sangre en ella cayera en una fina línea en el suelo, el agua la disperso al instante — Masaki es fuerte físicamente; pero su mente es un pozo de agua estancada; en cambio nosotros somos un mar, hay más profundidad de lo que mostramos a simple vista — por un momento sus palabras parecían amables y bastante consiliadoras hacia Natsu, a quien estaba considerando como su igual, no un ser inferior. —Mara siempre está presente; pero sus poderes han sido limitados; confío demasiado en los mortales y ahora está pagando las consecuencias — se preparó para tacar —No escucharás su voz a menos que tú seas quien le brinde fuerza; nosotros, quienes avanzamos en un camino gris; el bien o el mal no son un significado, nuestras acciones van más allá de lo que una simple persona pueda entender; es por eso que nos catalogarán siempre como personas que han perdido la cordura. Así que atácame una vez mas, demuéstrame que no me equivoco confiando en tus habilidades— sonrió Natsu PV= 45 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho Pese a sentir la sangre caliente deslizarse por su piel llena de tinta no lograba compenetrarse con el dolor, quizá por la fuerte fiebre en su cuerpo que adormecía sus nervios, o por el hecho de que las palabras de Rengo retumbaban como una pelota dentro de una caja cerrada, siendo sacudida desde fuera. Una sonrisa sacarrona se dibujó en sus viriles labios. <<Creí que me matarías, vieja estúpida>> <<Aún me sirves para los cultivos. No vas a llorar por una mano rota, ¿o sí?>> Su niñez se hacía siempre un espacio en aquellos momentos de agonía. Qué desagradable. <<Debes encontrar eso muchacho, aquí —el anciano se señaló el centro del pecho, risueño—, personas con las que compartir hasta que despierten calidez en tu interior>> Nuevamente el viejo, sentado en el césped bajo el incesante sol mientras trabajaba como un animal y en el proceso le brindaba un par de frutos secos para comer. Alimentarse era importante, porque el cuerpo lo pedía, pero las sensaciones que describía el anciano no era como si su pecho las gritara con urgencia. Al igual que el discurso sobre lo correcto e incorrecto, sobre lo justo y lo injusto, desde su realidad. ¿Pero qué era real? —Es de idiotas tener miedo a lo que está por verse y conocerse —habló por fin, sin mostrar ademán de temor en su mirar. El conocimiento y la conciencia no eran más que espejismos, meras ilusiones. Retrocedió sutilmente, apretando el agarre en la empuñadura. Shi era una espada oscura, filosa, palpitante por sangre. Sintió entonces el palpitar de la espada del viejo, como si cada que Shi aparecía hasta en palabras ésta reaccionara a cambio. —Mara no se equivocó confiando mi habilidad, Rengo —murmuró ambivalente, sintiendo el frío viento de la noche acariciarle los pómulos manchados del carmín de la sangre—, así que dime. ¿Qué tan dispuesto estás de compartir el camino desde aquí? Tenemos el mismo objetivo, a fin de cuentas. Tener a Shi entre manos. <<Estás obsesionado muchacho, obsesionado por un poder que no puedes comprender, limitándote a no temer. A veces rezo. Rezo para que puedas conocer una persona que te sane... Ya que yo no pude hacerlo>> Sin lugar a dudas estaba mareado, con ojeras profundas bajo sus ojos dorados. Enfermo; y aún así conservaba aquella aura de parsimonia como un río sin rocas fluyendo.
(Natsu) Rengo ni se inmutó del ataque de Natsu, no le provocó ningún razguño — ¿Compartir el mismo camino? — afirmó, eso era cierto —Caminar a mi lado será caminar junto a tu enemigo ¿Qué va a pasar cuando encontremos a Shi? justo lo que está pasando ahora, yo he decidido ya hace un tiempo que caminaría solo el resto de mi vida — lo observó, envainó su katana y le extendió la mano, lo había dejado bastante herido pero al menos no al borde de la muerte como lo había hecho Masaki, humillándolo y robándole lo que le pertenecía — Te mataría ahora si cargaras con Shi; pero no lo haces —rio al verlo de cerca — Además estás enfermo, yo soy un guerrero a final de cuentas; no voy a matarte si no estamos en igualdad de condiciones. Considera esto mi agradecimiento por iniciar mi misión; y las heridas son mi castigo hacia ti, por dejar que un cualquiera robara a Shi — Contenido oculto Ya no necesitas atacar; pero tírame un dado de 10 de tu defensa nada mas Natsu PV= 34 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho Respiró suavemente al sentirse librado de volver a tener que forzar su cuerpo para algo distinto a caminar, recibiendo la mano de él al verla extendida. Sino estuviese enfermo probablemente la hubiese rechazado, pero sin era casi seguro que terminaría decayendo su cuerpo en el barro. —Cuando aquello suceda... —frenó su hablar al continuar escuchándolo, alzando levemente las cejas al verlo reír tan frescamente. Le resultaba extraño, ese tipo de risas... no solían salir de sus labios. Le habían robado la espada de una forma miserable, y aquello lo tenía tatuado en su cerebro más allá de cualquier marca en su espalda. Sonrió entonces, apenas, o al menos hizo el intento por hacerlo. —Necesito ir al hospital —informó señalando su cabeza como algo obvio al tener la fiebre desbordando por su piel mientras fruncía el ceño, tornándose su respiración intermitente ante el mareo—, camina —entrecerró los ojos tratando de no apoyarse en el hombro ajeno. Podía ser tan orgulloso y soberbio así estuviese repleto de sangre.
(Natsu) Rengo sonrió, su espíritu parecía calmado a pesar de acabar de tener un combate que ambos creían al inicio que sería a muerte, a veces el destino y la suerte jugaban de maneras muy peculiares — Espero que al estar tan cerca no me contagies, aun debo recorrer mucho camino — dijo mientras sujetaba su mano, iba a jalar su brazo para que este se recargara en su nuca y así poder caminar mejor, pero recibió un codazo el cual le hizo reir aun más —Eres de esos, lo entiendo; tengo un hermano igual de orgulloso— Sujetó a Natsu tanto como este lo permitió, llegando con lentituda a la clínica que no se encontraba tan alejada —Te pude haber cargado y hubiéramos llegado hace mucho tiempo — dijo bromeando mientras entraban a la clínica. El médico estaba libre, Iwakura era una ciudad tan pequeña que aquella vista lo hizo alarmarse; corriendo a ayudarlos; miró a Natsu sangrando y bastante enfermo, ambos se sentaron en una mesa mientras eran atendidos simultáneamente, aquel médico no tenía ningún asistente así que se tomó un poco de tiempo. Descubrió el pecho lastimado de ambos, mostrando un cuerpo lleno de cicatrices en Rengo, Natsu tenía una gran cicatriz en la espalda, la cual rompía la continuidad de sus tatuajes, trató las heridas de ambos creando unas delgadas líneas bien suturadas. Luego el médico hizo que Natsu bebiera un líquido amargo —Para tu enfermedad, es un clásico ahora en épocas de lluvia. Serán quince monedas por tu tratamiento completo —Dijo hacia Natsu para después dirigirse a Rengo el cual volvía a vestirse — en tu caso son sólo cinco monedas— Rengo pagó su parte y miró a Natsu — ¿Qué dices? un trago en el comercio local nos ayudará a recobrar la sangre perdida. Natsu PV= 34 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho —Te contagiadas si te acercas demasiado, idiota. Se dejó llevar dentro de lo que cupo, al permitir poca cercanía hasta llegar al hospital, sintiéndose cómodo pese a que Rengo no dejaba de parlotear como un niño contándole un cuento a la mamá. Se sentó entonces en la camilla y dejó que tratarán sus heridas al sentirse inútil por la vista borrosa, hasta recibir el recipiente con medicina dentro para beberlo. Sabía que aquello lo recompondría rapidamente. No tenía un sabor exquisito como el té negro, pero podía tomarlo sin mayores complicaciones. —Bien —murmuró entregando el dinero a cambio del servicio para acomodarse nuevamente el kimono, mirando a su nuevo compañero de viaje entre las pestañas—. Tú invitas. Se paró entonces, enterrando las manos en los bolsillos del afelpado abrigo negro, sin deparar o preguntar algo de más al señor de la clínica. —¿Hay más caballos en la zona? —preguntó sin tinte de interés, como solía ser, mientras caminaban hacia el comercio local, escuchando algunas aves en el trayecto, al recordar el animal que había dejando abandonado, muerto no muy lejos de aquel pueblo.
Comercio (Rengo; Natsu) Avanzaron hacia el comercio; estaba abierto y podían olfatear el aroma del té acompañado de arroz —No creo que en un lugar como este tengan caballos a la venta, pero seguro comerciantes tendran alguno amarrado a una carreta; tendrías que robarlo seguramente— mencionó Rengo sin reparos —Puede robarme al mío; me dará otra excusa para volver a perseguirte. Entraron al lugar; sólo había un anciano tomando el té; su rostro era intimidante, pues tenía una cicatriz dónde alguna vez estuvo su ojo. Contenido oculto —Aquí tiene su té señor — decía una voz que Natsu reconocía, aquella voz lo llevó al recuerdo en Nara, dónde se sentó en la barra a comer cuando la misma voz lo antendía. Miró a la mujer que dejaba el té en la mesa frente al anciano el cual le sonreía de regreso. Era Fuji. Rengo observó con atención el comportamiento de Natsu —¿La conoces? — su mirada se tornó seria nuevamente. Natsu PV= 34 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho Lo miró sutilmente al hablar mientras tomaban asiento y recibía el té, inhalando el delicioso aroma que lo hacía sentir tranquilo. No tenía intención de robar a Rengo, mucho menos el caballo, sin embargo la idea de robarlo a un comerciante no estaba mal. Fue entonces que reconoció la voz, sin embargo no se permitió hacer ademán en su expresión más que para mirarla con parsimonia, volviendo su vista a Rengo mientras recostaba su mentón sobre su mano izquierda. —No —puntualizó cerrando los parpados—, solo me recordó una persona que conocí cuando era un niño —susurró—, luego de esto vamos al Shukusha, necesito ropa limpia —avisó. Ha hablar de su próximo destino. Además de dormir un poco.
Comercio (Rengo; Natsu) Tomaron asiento en una de las mesas, eran pequeñas, justo para dos o tres personas; Natsu sentándose de espaldas a Fuji mientras ella se acercaba a la mesa —Bienvenidos — dijo observando a Rengo —Veo que son viajeros, la ciudad no recibe a demasiados; aquí se especializan en el té verde, excelente para terminar de levantarse por la mañana — decía con su clásica jovialidad. Contenido oculto: Rengo Rengo le sonrió a Fuji dejando su katana en la mesa; algo que se solía hacer como intimidación. Fuji no reaccionó como él esperaba — Una botella con sake, dos vasos Fuji asintió —Algo de comer o será sólo la bebida — mencionó esta vez mirando a ambos, su mirada se cruzó con la de Natsu, esto la hizo abrir por completo los ojos en total incredulidad. — ¿Natsu? — preguntó Fuji — ¿Qué pasó contigo en Tsu? Desapareciste sin decir nada a nadie — estaba emocionada al verlo. Rengo también lo observaba, colocó los codos en la mesa y entrecruzó los dedos de sus manos para luego recargar su barbilla en ellos. Aquello le entretenía. Natsu PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho Fuji no podía ser más estúpida porque no tenía dos dedos de frente. Error, podía ser más estúpida e imprudente de lo que parecía. Se mantuvo quieto en su puesto, mirándola apenas con aquel aire de fastidio, de cállate, de lárgate. Sin embargo terminó notando la mirada divertida de Rengo hacia su persona, el renacuajo lo había pillado en las primeras palabras piadosas por culpa de la otra que no sabía cerrar la boca. Sin embargo sabía que el ignorar todo de lleno no sería posible para nada, pero mucho menos hablaría de más. —Mujer —siseó aburrido, como si el solo tenerla cerca le causara repelús—, creí que no volvería a verte —murmuró cerrando los párpados como si hubiese deparado más en ella, pese a no hacerlo realmente—. Solo será la bebida. Bebió entonces del té verde, volviendo sus orbes filosos a Rengo sin intenciones de invitarla a hablar con ellos. —Vamos, me siento asqueroso ahora. ¿Y cómo no? Aún estaba con barro en su kimono, manchas de sangre disueltas por la lluvia y la cefalea. Se levantó del asiento sin ademán de volver a cruzar mirada con Fuji, comenzando a caminar hacia la salida procurando esperar a Rengo en el trayecto hacia el Shukusha.
Shukusha (Rengo; Natsu) —Si hubieras compartido el sake que cargas contigo nos hubiéramos evitado ir al comercio, así no te encontrabas con tu amiga con la que evidentemente no querías charlar — dijo con tranquilidad mientras sonreía hacia la nada; parecía que con cada paso que daban podía conocerte más sin necesidad de que tú le dijeras algo; pero tú también comenzabas a entenderlo un poco, si se dió cuenta de la botella de sake que cargas es porque sus ojos están entrenados para ello —También me hubieras evitado gastar monedas Entraron al Shukusha, un lugar pequeño pero acojedor; un anciano los recibió gustoso —Bienvenidos viajeros. —¿Dónde están sus baños? Cómo verá el camino no ha tratado del todo bien a mi compañero — dijo señalando su rostro aun enfermo; a pesar de que Natsu comenzara a sentirse mejor, la medicina seguía surtiendo efecto —Un buen baño caliente nos reconfortará. El anciano los guió hacia los baños, indicándoles que podían dejar su ropa para ser lavada en unos cestos en la entrada o lavarla por ustedes mismos dentro de los baños y después de guiarlos al interior, dejó colgadas unas yukatas limpias cerca de la entrada, por si las ocupaban. Rengo se desvistió y se metió al agua caliente sin soltar su katana, la cual mantenía en su mano mientras esta se recargaba en una de las piedras, mostrando las cicatrices que iniciaban desde sus hombros; después recargó su cabeza también con los ojos cerrados. Natsu PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) Enfermo (-4 de defensa) Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8
Natsu Gotho Se bañó con parsimonia, limitándose únicamente a escucharlo hablar en el transcurso del camino hasta el Shukusha hasta terminar de asearse, secándose con una toalla el cabello húmedo. Comenzó a vestirse con tranquilidad sin darle muchas vueltas a la presencia de Fuji. —Me dijiste que tenías un hermano. ¿También está viajando? —comenzó a platicar mientras se miraba en uno de los espejos, denotando la tinta negra en su pecho. Necesitaba un retoque en la espalda... y hacer otro en el abdomen, deslizó sus pupilas hasta mirar sus propias mejillas en el reflejo. Su rostro ya volví a su color natural al disminuir gradualmente la fiebre, al igual que el malestar. Rengo era observador, tanto como para percatarse que traía consigo aquella botella de sake entre sus ropajes; no le sorprendería si ya se hubiese dado cuenta de los venenos que cargaba, sin embargo no le preocupaba, al menos por ahora. Dormiría un rato. —No perdamos mucho tiempo en este pueblo. No es como si hubiese algo importante que hacer acá —susurró comenzando a caminar hacia la habitación para lograr descansar un par de horas y viajar antes de que llegase la noche—, viajaremos en caballo.
Shukusha (Rengo; Natsu) Rengo sonrió ante la pregunta de su hermano —Uno de ellos, seguro que viaja, pero no sé dónde pueda estar, sé que no está muerto porque venimos de una familia bastante fuerte, hace dos años que no sé de él — dijo aun con los ojos cerrados mientras disfrutaba del agua. —Estoy de acuerdo, ve y descansa; cuando despiertes podremos hablar un poco más, hay historias que tengo en mente que seguro te interesarán — mencionó mientras se empezaba a sumergir en el agua para lavar su rostro, el permanecería allí un poco más, no necesitaba el descanso. Natsu despertó, aquel pequeño descanso le había ayudado a mejorar físicamente, Rengo esperaba en la entrada del Shukusha, se encontró con él para seguir su camino. —¿Conoces la historia de Shinku no Akuma?— preguntó hacia Natsu, le bastó mirar su rostro de confusión para entender que no lo hacía —El demonio carmesí— sonrió, Natsu comenzaba a entender a dónde iba aquello — Fue el primer portador de Shi; ¿No quieres conocer el sitio dónde aquella leyenda nació? — inquirió para decidir un camino a tomar —Su leyenda inició en la Prefectura de Kanagawa — dijo saliendo del Shukusha y guiando a Natsu hasta uno de las carretas fuera de la herrería —Podemos viajar allá atravesando Shizuoka — dijo mientras Natsu soltaba los amarres del caballo con suma facilidad — Creo que si quieres a Shi tanto como yo, al menos debes conocer su historia — Contenido oculto Te etiquetaré en la siguiente discusión Natsu PV= 60 Voluntad (+4 ataque) Timiez (-1 suerte) Rengo nivel 3 Pv= 80 Fuerza= 7 Protección= 8 El rol de Natsu sigue aquí
El rol proviene de Iwata Afueras de Iwakura [Shinko; Riku] Legaron al amanecer en Iwakura, una ciudad con grandes árboles de cerezo; a la mitad corría un río con corriente tranquila, también era un pueblo pequeño, así como lo fue Iwata. Shinko bajó del caballo dándole unos golpecitos en su pierna para revisar si este estaba cansado; pues aquellos bandidos los habían desgastado un poco. Shinko se veía agotado, por suerte los caballos no estaban en malas condiciones. Contenido oculto Monpoke
Riku Encontrarse con bandidos me recordó a esa vieja vida, aquella de la cual huí tantos años atrás. De cierta forma, esta clase de rivales dejaron de ser una amenaza, una revelación bien recibida. Antes de ingresar a la ciudad, note los arboles de cerezo. Escale uno con tal de revisarlo lo más posible, llegando a conseguir un recurso para elaborar una medicina. Es mejor tener a mano todo lo posible. Llegando a la ciudad, le echo un vistazo a Shinko. Su condición no es exactamente la mejor, lo cual me preocupa, no creo sea lo mejor partir inmediatamente de conseguir la katanas. Esa conversación misma podría llevar algo de tiempo. Miro el caballo que he montado todo este tiempo, comprobando igual que Shinko su condición. Se ve bien. Necesitara descansar, como todos. Suspiro al ir avanzando, llevando los caballos a descansar, bajo un poco la cabeza al mirar a Shinko. "Es probable te niegues, pero quiero insistir que descanses, es peligroso si te duermes en cada de armamento. Me encargaré de hablar con la herrara y, si queda tiempo, te acompañare en el Shukusha. No partiremos a ningún lado hasta llegando la tarde, los caballos también se merecen un reposo". Le dirijo calmado mis planes, esta vez sin tener un motivo oculto o extra. Dejo salir un bostezo, un tanto exagerado con tal de hacerlo notar. "Mientras la persona que buscamos se encuentre ahí, no iré a otro lado que no sea la casa de armamento. No haré nada que me exija de más, no seré terco en quedarme despierto, quien sabe que nos encontremos al llegar a Shizuoka". Eso es una verdad, los días de este viaje siguieron corriendo. Más y más cerca de la llegada de este ataque a Shizuoka. Los planes podrían adelantarse, llegando a este punto final, es mejor apurarnos. Llegar a tiempo para llegar a participar en la guerra. No dejaremos a Kirara y Taiyo solos, aun si llego tambaleando. Debo estar ahí. Pero hasta yo se que estando así no ayudara en nada a nadie. Contenido oculto Por si no adivinas, esta usando sigilo al caminar. Y, con eso, son las tres habilidades en un solo post. jejeje. De nuevo dejando la misma opción a Shinko que en Iwata. Si sede y decide descansar, ir al Shukusha y de ahí partir a la casa de armamento. Si se niega y quiere acompañar a Riku, partir directo a la cada de armamento.
Shinko afirmó ante Riku con sus ojos cansados, no dudó ni un segundo en separarse de él para dirigirse al shukusha; estaba agotado y necesitaba descansar; además, confiaba en que Riku no se metería en problemas, pues desde que lo conocío supo que aquel hombre siempre vería primero por su clan. Ahora no sólo confía en él, sino que su admiración hacia él era palpable, sus acciones en Iwata lo habían sorprendido por lo que ya lo veía como lo hacía con Kirara o Taiyo, internamente sabía que debía mejorar si no quería quedarse atrás. Casa de armamento [Fuji; Riku] Riku ingresó a la casa de armamento e inmediatamente el calor le golpeó el rostro; era de los pocos negocios que tenían su fragua a un lado, el olor a metal, sudor y leña era abrumador; el martilleo era constante; varios jóvenes golpeaban sables al rojo vivo mientras otros sostenían el fierro de la futura katana o kodachi evitando dobleces. Así también se encontraba el hombre mas mayor del lugar; sosteniendo aquel metal al rojo vivo con pieles para proteger sus manos, frente a él se encontraba una mujer con un mazo quien golpeaba ciertas zonas del sable para darle su forma. Contenido oculto: Fuji Riku no interrumpió hasta que la atención se puso sobre él. El hombre frente a la mujer le indicó que parara a protesta de ella, quien no había reparado en la presencia de Riku. —Tenemos un cliente — mencionó el herrero. Fuji se volteó y miró a Riku; era una mujer pequeña en altura; pero podía notarse su fortaleza —Bienvendio —mencionó ella seguido de una reverencia, se le notaba cansada, pero no borraba su sonrisa.
Riku Al ir respondiendo en mayor respeto posible, me inclino gentilmente hacia la mujer en un regreso de su saludo. "Espero disculpes la mal llegada de mí aparición". Una disculpa del comienzo, siento un poco de pesar por interrumpir su trabajo. Entrar en tu elemento, ignorar todo al rededor, tal acto de interrumpir no sería fácilmente perdonado por todos. "De momento, puedes llamarme Riku". Una cortesía normal, presentarse, porque vengo a algo más que una simple compra de armas. Me fui erguiendo lento, aprovechando el movimiento en observar. Mirando a los jóvenes de la tienda, pensando cual de ellos podría ser quien busco. Mujer. Es todo lo que se de esa persona. Por suerte, bien podría ser la persona quien tengo delante. Una coincidencia afortunada si resulta ser ella. Un dialogo que pensé durante el viaje, considerando posibles variables. Si todo aquí presentes saben quién es, que pertenece a los Minamoto. Ser discreto, ir a lo seguro, decidí seguir ese curso lento. "Lamento informar que no soy tanto un cliente como podrían pensar, estoy buscando a alguien. De parte de un aliado, ". Sonrío tranquilo al mirar la mujer, negando toda posibilidad de hostilidad que podría tener. "Y creo podrías ser tú. Por las prisas del momento, no se me dio la información para ubicar a esa persona. Herrera". Resalto un poco la última palabra, suficiente para dejar en claro la única pista relevante. "Y apostada en esta ciudad, es todo lo que se. Incluso un nombre, tan esencial como podría ser, lo desconozco". Trato de sonar despertado o irritado por los datos faltantes, con todo lo sucedido no lo culparè. "¿Me permitirá el poder conversar con usted en privado? Confirmar si eres esa persona antes de revelar mí asunto". Me acerco un poco ella, bajando un poco la voz para un susurro solo para que solamente ella lo escuché. "Solo soy precavido. Si estoy lo correcto, tenemos una relación en común, y creo es mejor si no se genera escándalo". Me referí a Takeda al hablar, su nombre y su vida podrá ser desconocido para todos aquí. Menos para quien es su aliado, el herrero de su Clan. Mencionarlo a èl, al Clan Minamoto y Fujiwara. A un completo desconocido, no lo considero la gran idea. Si es ella, espero pueda unir los puntos y así podré presentarle la misiva.