Gifu Gifu

Bosque
[Seikanji; Hannya]

—Perder el rastro es mi especialidad —dijo ante Seikanji — he tenido que eludir a aquellos que me han buscado; es un arte de detalle que se puede dominar si es que te interesa aprenderlo —dijo con serenidad —Pero debo advertirte que si deseas aprender de mi... el entrenamiento será exhaustivo, nadie ha terminado mi adiestramiento con éxito.

Hannya señaló el movimiento debajo de ellos antes de que pudiera responder sobre despertar a las mujeres; Hannya comenzó a descender para observar como las mujeres abrían lentamente los ojos.

Primero fue Shinrin, la hermana de Rengo; al verse en aquella situación no entró en pánico, observó sus alrededores y clavó la vista dónde él y Hannya se escondían sin realmente poder verlos. Después la otra mujer se levantó e intentó zafarse de las cuerdas al instante, algo que no logró.

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rapuma
No posees intimidación así que por cada pregunta debes tirar un d20 y obtener 15 o superior. Puedes hacer varias preguntas en el post el cual no podrás editar. Si editas el post anularé los dados.

Camino a Casa (Este)
[Akihito; Aki; Rengo]

Rei se detuvo para escuchar las palabras de Akihito; lo miró con severidad y esa mirada se fue suavizando; parecía que iba a responder pues abrió ligeramente la boca. Pero al darse cuenta la cerró, afirmó y siguió su camino, de la misma manera que Akihito.

—De defenderse solo...—dijo Rengo— pero te defiendes bien con la palabras ¿No? —sonrió—Eso debo yo aprender de ti; creo que a veces soy muy imprudente.

—Es bueno que te des cuenta solo —respondió Aki

—Es importante conocer nuestras debilidades; pero sería mejor poder usarlas a tu favor. Si yo hubiera cerrado mi boca nos hubiera evitado tantos problemas — dijo sonriendo con preocupación.

Los tres avanzaron para entrar a la casa dónde el resto se preparaban para partir.

Murai y Haku los recibieron.

—¿Y Hannya y Seikanji? — preguntó Haku para después mirar a Rengo.

Rengo se adelantó y explicó lo sucedido. Algo que alarmó a Murai.

—Hannya mantendrá a Seikanji seguro; pero necesitamos que vuelvan pronto. Hemos divido al grupo que se dirigirá a Kioto...— las palabras de Haku fueron pronunciadas con preocupación; se notaba en su voz que él no estaba de acuerdo.

—Iré a Kioto con nuestro prisionero y con Hannya. Los demás se dirigirán a las islas Okki.

Murai no estaba incluyendo a un gran grupo que lo siguiera. No quería la fuerza de Seikanji o Rengo; la inteligencia de Hoshi; ni las habilidades del resto.

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Nekita

 

Seikanji Yamagawa

Como siempre, Seikanji guardó silencio ante las palabras de aquel hombre que siempre lograba captar poderosamente su atención. Los segundos volaron suavemente hasta que el joven Yamagawa afirmó con convicción.

Seikanji se arrodilló y apoyó los puños en el suelo.

—Por mis errores hice mucho daño a gente que quiero. Asesiné a mi familia, ocasionando un sinfín de tropiezos que nos costó nuestro centro de operaciones. Por favor, necesito ser más fuerte, no puedo dejar que mi falta de experiencia me permita seguir lastimando a los míos.

Se reincorporó al tiempo que Hannya le senalaba a las prisioneras. Seikanji afirmó y salió a su encuentro, deteniéndose tres pasos por detrás de las hojas, revelando a medias su cara de demonio.

—Shinrin Harima. —habló con su voz distorsionada por la máscara. —Por nosotros sigues respirando pero únicamente por ti siguen vivas. Fue muy inteligente usar las sanguijuelas en el último recurso. —dejó que el silencio se propague lentamente tras sus palabras . —¿Quienes fueron sus atacantes? ¿Por qué dejarlas con vida?

 

Bosque
[Seikanji; Hannya]

Hannya ya no pudo contestar a las palabras de Seikanji; ambos se acercaron a ambas mujeres las cuales ya los escuchaban atentas.

—No sabemos nada — respondió Oboro.

—Nosotros hemos salvado sus vidas; no deben temer, las liberaremos. Hemos hecho una promesa a el joven Rengo —respondió Hannya.

—Debo reunirme con él —reclamó Shinrin —Necesito hablar con él.

—No sabemos quién o quienes las atacaron; exponer a los más inexpertos puede causar algo que no podamos controlar. Es por ello que no viajarán con él — Explicó Hannya.

Aquella explicación hubiera bastado para cualquiera; pero al parecer Shinrin no se dejaría vencer por aquella simple respuesta.

—No puedo dejarlo ir...yo también he hecho una promesa que debo cumplir —Shinrin forcejeaba para salir de las ataduras; pero le era imposible. A pesar de que no fue desarmada, sus manos fueron contenidas perfectamente.

—¿A quién le has prometido que te mantendrás junto a Rengo? — Interrogó Hannya.

—Puedo rastrearlo, lo encontraré... — mencionó Shinrin con enojo, eludiendo la pregunta. Pero aquellas palabras molestaron a Oboro, pues con esa simple oración le daba al enemigo la razón para eliminarlas de una vez por todas. Oboro maldijo por debajo y Shinrin se dio cuenta de su error.

—No — dijo Hannya tajantemente — Ya no podrás rastrearlo —Hannya miró a su compañero — No lograremos nada con ellas. Debemos irnos.

Oboro se notaba impresionada; al parecer no planeaban matarlas a pesar de todo.

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rapuma

En este post voy a tirar un d25 por convencimiento de Hannya. Si obtiene 15 o superior, en mi siguiente post podrán obtener algo de información.
Si Hannya falla, Seikanji puede lanzar un d25 también por convencimiento; pero deberá obtener un 20 o superior

 

Seikanji Yamagawa

Apretó sus puños y mordió su labio al escuchar qué tan obstinada resultó ser la hermana de Rengo. En otro punto de partida aquello habría sido la sentencia de las mujeres, pero en las circunstancias en las que se encontraban era distinto. Seikanji observó en silencio el intercambio con sus rehenes.

—Solo harás que se lastime a si mismo. Y no vamos a permitirlo. Desiste en tu empeño, Harima, o serás tú la que cause un desastre. —gruño con rabia sus palabras, ocasionando que salgan más graves por su máscara.

Seikanji sabía que tenían que irse, pero antes quiso dar énfasis a sus palabras. Sabía que aquella piedra que iban a dejar libre podría traer problemas; daños a los suyos y represalias en su clan.

Sin volver la cabeza atrás, desaparecieron en la vegetación, dejando sus palabras flotando en el viento como una sutil amenaza. Sólo entonces el bosque volvió a tener vida; el sonido de pájaros y el constante susurro de hojas en el follaje.

 

Akihito Shishio

—Oh, en parte. También decirte que no considero que conmigo tengas que disculparte por algo, y tampoco sabía si querías que alguien más escuchara de esos temas entonces por eso no había preguntado...me alegra saber que ese viaje resultó en algo bueno para ti, tu familia y amigo, tu instinto no estaba equivocado.—Explicó rápido al recordar el hilo de sus ideas para luego sonreír con levedad ante sus palabras, sí, tenía otra clase de fortalezas pero tampoco es que le hubieran sido útil en todo el tiempo que llevaba fuera de casa.

—No se como podría enseñar prudencia pero...si agradecería cualquier ayuda de tu parte para mantenerme aquí, gracias.

Escuchar el anuncio de Haku una vez que entraron a la casa lo sorprendió, imaginaba que el plan involucraría como mínimo a alguien que no conocieran en Kioto y sobre todo, a Murai lejos de allí por la creciente enemistad que se había visto con todas las huidas que se hicieron para llegar allí, ¿qué tanto habían discutido como para cambiar el plan de manera tan brusca?

—...No deberían tardar en llegar, pero, señor Sugita...¿su presencia en Kioto no sería un peligro considerable para usted?

 

Aoi Nobunaga

Vio llegar a Akihito antes incluso de lo que hubiera esperado y frunció ligeramente el ceño tras su máscara al comprobar que su número había disminuido aun más.
A pesar de ello no hizo preguntas, las respuestas terminarían por llegar solas.

Se acercó al grupo principal y aguardó en silencio, esperando finalmente la orden que los hiciera ponerse al fin en movimiento.

Ella no era una estratega por lo que no pondría en duda los planes de Murai, se limitaría a seguirlos como había hecho hasta la fecha siempre que no fueran un suicidio o una total estupidez.

 

Bosque
[Seikanji; Hannya]

Ambos comenzaron a avanzar alejándose del par; por un momento, Seikanji creyó ver la silueta de Reiko acercándose a él; pero no era su loba, era un lobo macho quien lo miró profundamente. En sus fauces había sangre, y su mirada parecía perdida, estaba débil.

Hannya se preparó para atacar.

—Esperen— dijo Shinrin mientras se arrastraba hacia dónde iban sus pasos —Por favor, no le ataquen.

El lobo reaccionó a la voz; intentó olfatear y al hacerlo mostró signos de dolor. Bajó su hocico y lo arrastró con fuerza en el suelo, luego se dejó caer y comenzó a rascar su nariz con ambas patas delanteras.

Seikanji conocía a los lobos, por lo que se inclinó a él y le lanzó agua a la nariz, algo que alivió al instante al lobo el cual se sacudió el exceso de líquido. Hannya lo observó intrigado.

El lobo avanzó hacia Shinrin y Oboro reaccionó sobresaltada. El lobo se restregó en el rostro de Shinrin con aullidos lastimeros para después comenzar a roer las cuerdas que la ataban. Nuevamente Hannya se puso en alerta e iba a salir con Seikanji.

—No atacaremos; él me ha dado a entender que buscan la seguridad de mi hermano — dijo Shinrin con sinceridad mientras fue liberada por el lobo, ella dejó sus armas frente a ella. Una katana, kunai, y un tanto. Seikanji notó que Hannya clavó la mirada en dichas armas.

—Ayudaste a mi lobo —Shinrin acariciaba al lobo con calma; este seguía soltando aullidos lastimeros. Shinrin miró en dirección a Seikanji — No sé a la perfección quiénes nos atacaron—Inició— No sentimos el veneno hasta que fue demasiado tarde. Al sentir los efectos fue cuando apliqué las sanguijuelas; pero casi de inmediato fuimos atacadas por Kiba —dijo desviando su mirada al lobo; al cual acarició con profundo cariño mientras limpiaba la sangre de sus fauces.

Oboro entendió de inmediato a Shinrin, la miró —Cuando cayó el polen...

Shinrin afirmó hacia Oboro para después mirar a Seikanji —Confundió los sentidos de mi lobo, y lo engañó haciéndolo brincar hacia nosotras. Ya débiles por el veneno —dijo sacando un frasco con sanguijuelas para colocarle una al lobo. Él también estaba envenenado.

—Nos envenenaron; confundieron al lobo para atacarnos y para culminar... envenenar al lobo con nuestra sangre —reclamó Oboro.

—Por eso se ocultaron en los arbustos... para que el lobo dejara de atacarlas —habló Hannya para que Shinrin afirmara — Jamás vieron a sus atacantes...

Oboro bajó la mirada con frustración.

Habría sido un asesinato perfecto. No hubiera dejado ningún cabo suelto, aliados atacándose unos a los otros hasta el exterminio.

—Gracias por la información— dijo Hannya indicándole a Seikanji que lo siguiera. Las mujeres no hicieron nada para detenerlos, Shinrin comenzó a ayudar a Oboro a liberarse.

Al estar a una distancia segura; Hannya miró a Seikanji —Cuando un domador conoce a otro; entiende perfectamente lo importante que es cuidar a los suyos. Creaste un vínculo con Shinrin al ayudar a su lobo, la convenciste demostrándole que nosotros no buscábamos atacarla. Bien hecho; gracias.

Hannya suspiró con pesar mientras se seguían alejando del bosque para regresar a dónde el resto —Quien las atacó...— Empezó a desenvolver aquel evento— Es un plan muy elaborado para sólo buscar muerte a un grupo que se podría eliminar sin demasiados problemas —dijo refiriéndose a Shinrin y Oboro — debió haber sido alguien que actuaba solo. Si hubiese sido un grupo habría atacado sin problema alguno. Seguro se vio en desventaja y tuvo que actuar con inteligencia —dedujo Hannya —Un estratega... no sabría decir si era un shinobi; pero si posee gran habilidad de sigilo. Y un posible desconocimiento sobre la habilidad de herbolaria de Shinrin.

Hannya parecía que hablaba solo — Buscaba algo de ellas... seguramente lo obtuvo. El lobo no estaba en los arbustos atacándolas, seguramente lo alejó para hurgar en las mujeres cuando ya estaban inconscientes —Hannya detuvo su andar en seco y miró a Seikanji — Algo de valor obtuvo el atacante; algo más valioso que armas de buena forja —apretó los puños — Estoy seguro que esto ha sido obra de un maestro en perfumería...

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rapuma +150 EXP ficha actualizada

Casa (Este)
[Seikanji; Aki; Murai; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Fureku; Hoshi; Mako; Hiro; Hajime; Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo]

Ryoshi avanzó a la par de Aoi; Dozan mantuvo distancia al no sentirse requerido en aquella plática. Él sabía que se movería a dónde Ryoshi y Aoi fueran, por lo que el resto no le preocupaba. O al menos eso quería creer.

Aki afirmó con fuerza ante las palabras de Akihito —Será mejor que vaya alguien que no llame la atención.

Murai escuchó la voz de Akihito y Aki para sonreír con amabilidad —Agradezco su preocupación. Si, es un peligro para mi ir a Kioto —dijo sin vacilación —Pero si huyo, destruirán todo lo que me he tardado en construir. Y eso es algo que jamás permitiré.

Fureku no se contuvo y abrazó a Murai con fuerza; algo que imitaron el pequeño Hiro y Hajime. Los dos niños se pusieron a llorar y Fureku los acompañó.

Fue en ese instante cuando Hannya regresaba con Seikanji. Rengo los miró y les explicó que Rei había ido a acompañar a Matahachi para luego preguntarles por Shinrin y Oboro.

—Ellas están bien —dijo Hannya hacia Rengo para después comentarle lo sucedido a los presentes.

Habló de como habían encontrado a Shinrin y Oboro. Y de su encuentro con lo que Hannya creía que era un maestro en perfumería.

—¿Un colega tuyo? —preguntó Murai mientras acariciaba el cabello de los niños y Fureku para calmarlos.

—Seguramente. Ha usado polen para poner al lobo en su contra — afirmó Hannya — Repartiré mi mezcla para evitar ser rastreados hacia las islas Okki.

—Tú, nuestro prisionero y yo no iremos a esas islas. Haz la mezcla y entrégasela a los demás, nosotros seremos visibles en Kioto.

—Yo... —por primera vez, Hannya titubeó. Se mostraba inseguro.

—¿Aun no estás listo para volver a Kioto?— preguntó Murai mientras Fureku lo observaba con atención.

—Jamás estuve más listo que ahora. Lo acompañaré.

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Nekita Ayeah

 

Seikanji Yamagawa

Se detuvo y por inercia llevó una mano hacia Hannya para hacerle detener. El lobo era mucho más grande que Reiko pero con la misma mirada inteligente, como si pudiera leer tus intenciones. Seikanji pocas veces había vivido ataques de animales salvajes en sus múltiples viajes, pero si había aprendido, gracias a su hermano Manzo, crear un lazo conexión de respeto entre especies; fue por eso que guardó la calma y observó desconcertado el comportamiento del animal al oír la voz de Shinrin.

Rebuscó entre sus ropas hasta encontrar la pequeña cantimplora entre sus pertenencias para librar al lobo de su sufrimiento. No contó con la astucia de acariciarlo para tranquilizarlo, por lo que desde una distancia prudente lanzó agua al animal y esperó. Sonrió por debajo de su máscara al verle recuperar el olfato y correr hacia su ama.

Escuchó las palabras de Oboro y Shinrin intrigado, describían un ataque planificado con anterioridad, mucho antes de la reunión que Akihito había presenciado. Arrugó el entrecejo, pensando cuántas posibilidades habría de que aquél enemigo en las sombras supiera que Rengo ahora se encontraba con ellos.

Afirmó como toda respuesta a las mujeres, no quería revelar su voz en presencia de Kiba, era un animal astuto, quizá tanto como Reiko, por lo que dejar que el animal reconociera el timbre de su voz no era lo mejor. Así desaparecieron con Hannya, dejando a Seikanji pensando sobre Shinrin y Rengo; ahora entendía, quería el bienestar para su hermano, una férrea voluntad de querer su bien. Era entendible y ahora sabía que las palabras de Hannya eran ciertas, con la confianza ganada entre cazadores, se desistiría en dar con su hermano.

Pero muy adentro suyo aún sentía reverberar las palabras de Murai en aquella mañana entre los caminos de Shiga.

¿Qué fue en verdad? ¿Compasión o estupidez?

—¿Reconociste algo en las armas de Shinrin Harima? —preguntó en cierto momento a Hannya, mientras regresaban. —Te vi prestarles especial atención. —Seikanji intentaba caminar con la misma destreza que su compañero pero le era difícil seguir un ritmo tan rápido y a la vez tan cauteloso. —¿Qué es el polen?

Preguntó confuso, parecía ser una herramienta fantástica y muy efectiva.

Cuando regresaron a la base lo primero que Seikanji hizo fue quitarse la máscara y dejarla sobre su cabeza. Cuando observó que sus compañeros se encontraban allí se relajó. Miró a la médica y fue como si toda la tensión se esfumará de sus hombros, no se dió cuenta que había mantenido la respiración hasta ese momento.

—Shihan, ¿Cuál será el plan de acción desde las islas Okki? ¿Como nos moveremos sin usted?

Seikanji compartía el temor de Aki y Akihito sin saberlo, pero también estaba intentando evitar las islas; serían unos meros criminales escapando, dándole la razón al Imperio.

 

Akihito Shishio

Hizo una pequeña mueca de preocupación al escuchar su respuesta, entendía su punto de no querer dejar que todo se siguiera desmoronando pero no entendía tampoco como su presencia en el lugar simplemente haría que no lo hicieran. Ya casi lo habían asesinado y tampoco nada los detuvo para quemar todo Koga, tomar a los suyos.

—No se si presentarse frente a ellos vaya a privarles de intentar hacerlo, creo que los inspiraría a hacer más...como desequilibrarlo a usted o a quienes ellos saben que dejó atrás. —Alegó todavía con cierta preocupación y quizás lo más discreto que pudo para tampoco alterar más a los niños, no deseaba decir de forma más directa que pensaba que matarían a su padre sí o sí al llegar a Kioto o lo harían ver como todos allí presentes desaparecían para terminar de hundirlo.

Y además, aunque sabía bien que no tenía idea de lo que estaban planeando en realidad, aunque podía hacerse solo una pequeña idea de lo que tendría planeando al saber los involucrados, tampoco le aseguraba que no intentaran hacer algo parecido a lo que pensaba.

—...Pero seguro ya tienen mucho de eso contemplado y asegurado...—Como con Rengo, solo le quedaba confiar —. Regresen con bien y nosotros haremos lo qué nos corresponda desde nuestro lugar.

 

Aoi Nobunaga

Observó pensativa a todos los presentes, escuchando las palabras de sus compañeros.

También a ella le gustaría conocer sus próximos pasos a seguir.
A diferencia del resto, Murai no era estúpido por lo que Aoi no creía que fuera a Kioto a inmolarse... Estaba segura de que tenía un plan.

Dio un paso discreto y se colocó junto a Akihito, dedicándole una fugaz mirada tanto a él como a Seikanji antes de asentir para mostrar su acuerdo.

Seguiría a aquel grupito que le habían impuesto desde el inicio de su misión hasta el final de la misma. Pues gracias a ellos habia encontrado a su nueva familia y se sentía extrañamente en deuda con aquella misión.

 

Casa (Este)
[Seikanji; Aki; Murai; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Fureku; Hoshi; Mako; Hiro; Hajime; Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo]

Hannya le había dicho a Seikanji que hablaría de los detalles después; primero debía enfocarse en crear la solución para evitar ser rastreados.

—Deberán asegurar las islas — dijo Murai ante Seikanji mientras Hannya se dirigía a una habitación — La ceremonia en Kioto se realizará en dos soles, ustedes avanzarán por la prefectura de Ishikawa a guía de Ryoshi y cuando zarpen llegarán a las islas cuando la ceremonia en Kioto se esté realizando —se acercó ligeramente a Mako, ella afirmó a pesar de que él no pudiera verla. Tomó sus manos y depositó dos bellas esferas de cristal tallado y pulido. Murai las sintió a detalle hasta diferenciar una ligera protuberancia en ellas, con gran habilidad las llevó a sus cuencas, colocándoselas.

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Nuevamente tenía un par de ojos. Mako los revisó, los reacomodó y le enseñó a Murai a sentirlos. Así siempre mirarían hacia al frente.

—Esperarán a que regresemos. Yo tomaré otra identidad — comenzó su tratamiento, uno que ya había hecho por años, aunque esta vez requirió la ayuda de Mako para dejar perfecto cada detalle. Tardó un poco hasta que por fin estaba listo.

​

—Siempre quiso que el onmyoji de Kamakura visitara Kioto ¿No es cierto, Hoshi? — Murai ahora se veía completamente cómo Hoshi.

—Es arriesgado, a pesar de que no busque hacerme daño. Tendrá a Ishikawa a su lado, te descubrirán rápidamente —respondhió Hoshi.

Murai extendió su mano —Dámela...

Hoshi instintivamente llevó su mano a su katana. Era un arma que nadie había visto desenvainar.

—Sé de tu promesa, Hoshi. No la desenvainaré, y si algo me llegase a suceder. Hannya se encargará de traerla de regreso.

Hoshi se desprendió de aquella katana. No era un elemento que resaltara, al menos no desde la saya. Era un arma sobria, el único detalle particular que tenía era unos ligero corte en la madera, seguramente del desgaste de algún bloqueo.

Hannya volvió y le entregó a cada uno una bolsita con un popurrí —átenlo a su obi — al instante, Reiko comenzó a sentirse desorientada; por lo que Hannya ató algo distinto al cuello de la loba, y casi al instante se relajó.

—Hannya, nuestro prisionero y yo partiremos de inmediato a Kioto para no perdernos la ceremonia —dijo Murai acomodando la katana con gran cuidado en su obi.

Fureku tomó la mano de Murai — Podemos... descartar todo. Olvidar el plan, vivir los que aun estamos vivos en reclusión y...

Murai colocó su mano en la cabeza de Fureku —Ya es muy tarde cómo para abandonar todo. He perdido demasiado como para darme por vencido. Estamos cerca...

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Nekita Ayeah rapuma
Pueden escabullirse y seguirlos; pero para ello deberán tirar un d20 y obtener 15 o superior. Si no lo logran los descubrirán al instante. Este dado lo pueden tirar en sus posts anteriores si lo desean.
En nuestro siguiente post, ya será en las islas Oki. Por cuestiones de tiempo y tram, esta vez nos saltaremos una prefectura (Ishikawa) dirigiéndose de una vez a Shimane en barco

 

Seikanji Yamagawa

Se mantuvo en silencio tras las órdenes de Murai y el posterior cambio de apariencia, tomando la identidad del herrero. Seikanji se quedó absorto mirando aquél arte que su maestro había perfeccionado a tal punto que nadie podría diferenciar entre el real y el disfraz. Era algo realmente muy interesante de presenciar, sobre todo viniendo de la mente maestra del shihan.

—Y si no vuelven... ¿cuales son nuestros planes, shihan? —intentó ser lo más frío posible ante aquella pregunta pero era algo que le aplastaba el pecho; sabía que todo podía salir mal en Kioto, quizá fuera la última vez que verían a Murai y Hannya. Seikanji necesitaba saber qué harían si eso sucediese.

No dijo nada respecto a la conversación que tuvo con Konan y el propio Murai muchas lunas atrás, claramente la situación había cambiado y él no era nadie para interferir en las decisiones de sus superiores. Hizo una reverencia ante los invitados a la boda antes de mirar a Haku y decir:

—Ya nada podemos hacer aquí. Es hora de movernos.

Y como una acción que ya hablaba de algo innato en él, miró en dirección a la médica y le sonrió para intentar tranquilizarla.

Irían a unas tierras que no conocían y dependían de los piratas para explorarlas. No es que desconfíe de Ryoshi o Dozan, los consideraba valiosos aliados, con una poderosa voluntad; pero en una isla donde reinaba la anarquía siempre era peligroso saber cuál sería el siguiente paso.

 

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[Seikanji; Aki; Murai; Haku; Oshin; Midori; Kushina; Fureku; Hoshi; Mako; Hiro; Hajime; Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo]

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Murai soltó una risa ante el comentario de Seikanji, después colocó su mano sobre su cabeza —¿No volver? Eso no es de shinobis... nosotros siempre volvemos



¿Cuál será el resultado de nuestra misión? No lo sé, todo ha cambiado; hay factores nuevos, y por ello no someteré a todos al mismo riesgo. Pero el tiempo es preciso, no podemos retirarnos y reagrupar, se debe de actuar o perderemos la única oportunidad creada por nuestras propias manos—sonrió a los presentes —Mi cuerpo vive y muere cómo el efímero rocío que en la hierba se evapora sin desaparecer realmente

Murai ya no era más un guerrero, estaba a la altura de un civil. Aun así, aun era inteligente, aun tenía astucia que sería envidiada por sus enemigos—No tengo miedo a la muerte; no por ello me dirijo a ella como un samurai. Esa es nuestra diferencia con ellos; un shinobi no debe respetar el código del bushi; no debe respetar las reglas establecidas, puede hacer trampas, o mentir para vencer a su adversario. Podemos recurrir a todas las armas, a todos los métodos, todas las artimañas. Podemos huir si somos descubiertos —sacudió su ropa, manteniendo una elegancia que sólo él sabía ofrecer — Sin embargo...— seguía sonriendo; pero ya no era una burlona, había un dejo de tristeza en ella — el shinobi no carece de valores ni de moral; se lo debemos a nosotros, a nuestro clan —soltó una ligera risa —Si quieren un plan; es ese. Escuchen, estén atentos, cuiden sus espaldas... cumplan el sueño que todo shinobi desea. Verdadera libertad.


No hay para el shinobi ni agradecimiento, ni gloria, ni reputación de valor. Su honor no tiene más importancia que la de un animal. La primavera es suave en la tierra, las hierbas y los árboles crecen y florecen. En verano, hace calor, hierbas y árboles crecen y se desarrollan. En otoño, hay agradables frescor, las hojas de los árboles adoptan el color del oro y luego acaban cayendo. En invierno hace frío, nieva, hiela y las hierbas y los árboles se marchitan para convertirse de nuevo en raíces. Hay así mucho fenómenos que producen durante las cuatro estaciones o durante un día, sin que nadie pueda decir exactamente quién los dirige, o no darse cuenta de lo que sucede hasta que ya está hecho. Lo mismo ocurre con el shinobi de talento: su sabiduría es inmensa como el Cielo y tira de los hilos en la sombra. No pueden prenderlo, detenerlo. Cuando te cruzas con él, parece un hombre sin inteligencia. Su secreto es sólido como la tierra y profundo como un abismo, de modo que su perspicacia nunca lo sacará a la luz.

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Nekita Ayeah rapuma

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El rol continúa en las Islas Oki​