[Gremio] Salón Principal

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La habitación con el cual el gremio los recibe por primera vez es una abarrotada sala llena de gente, mesas, canciones, peleas, olor a comida y cerveza, juegos de cartas, risas e insultos. El Salón del Gremio es una enorme estancia, tanto que pareciera que ocupa la mayor parte del edificio. Pueden notar incontables mesas, todas ocupadas por aventureros cansados, mercaderes y nobles haciendo negocios, y plebe, que al parecer, se encuentra descansando luego de un largo viaje. Las mozas y camareros se dirigen de un lado al otro, intentando cubrir las demandas de gente sedienta y hambrienta, y respondiendo con una sonrisa a todos los cumplidos y piropos que reciben. El ambiente es alegre y festivo, y cada tanto, un grupo se enfrasca en una pelea, que los hace rodar por mesas, tumbando todo a su paso, hasta que son separados por sus propios aliados o por otros aventureros. No faltan las canciones cantadas con voces roncas y ebrias, aunque la voz que las lidera suele ser completamente melodiosa y armónica. El sonido de instrumentos también se hace notar, logrando una atmósfera casi mágica, acentuada por el hecho de que todas las mesas, platos, vasos y sillas rotas por la trifulca anterior comienzan a ser reparadas de forma automática, tal vez por efecto de algún hechizo que se encuentra en el área.

Varias cosas logran llamarles la atención, por encima de todo el espectáculo que se devela ante ustedes. No solo los variopintos aventureros que se encuentran en el lugar, entre los cuales se destacan una joven humana, sentada en uno de las mesas, en una pose bastante relajada, mientras toma de un enorme jarro de cerveza, y una lanza se apoya en su silla, la parte derecha de su cabeza se encuentra rapada, y una fiera cicatriz surca su rostro, desde su ojo izquierdo hasta la comisura de sus labios; un enorme y musculoso dragonborn dorado, de aproximadamente unos dos metros veinte centímetros de alto, con sendas y fieras hachas colgando de su espalda, se encuentra enfrascado escribiendo algo en lo que parece un cuaderno, su vejez se logra notar en sus escamas decoloradas y su blanca barba; un semiorco bajito, con grandes lentes, una complexión robusta que le da una forma cuadrada, y vestido con una extraña túnica color púrpura, parece muy entretenido mientras juega con lo que parece una lechuza, que desprende una extraña aura; y por último, un tiefling de atractivo rostro, piel de color lavanda, completamente tatuada, cuernos adornados con joyería, enfundado en una ropas holgadas de llamativos colores, y una capa que recuerda la cola de un pavo real, parece estar enseñándole a algunos aventureros más novatos un extraño truco de cartas; sino también un enorme Tablón de Anuncios y lo que parece ser una Ventanilla de Recepción, bastante concurrida, de hecho. Unas escaleras suben hacia los otros pisos del edificio, y varias puertas seguro llevan a más lugares por descubrir. Todo el Gremio se abre ante ustedes para ser descubiertos, pero tal vez lo mejor sea registrarse lo antes posible. Quién sabe qué beneficios traería eso, ¿no?

Áreas Conectadas:
Escaleras: a Habitaciones y Biblioteca [Temas a crear]
Ventanilla de Recepción
Tablón de Anuncios
Puerta Derecha de Roble: a Sala de Entrenamiento
Puerta Izquierda de Pino: a Invernadero y Bestiario [Tema a crear]
Puerta Derecha de Hierro: Tienda y Forja [Temas a crear]
Puerta Izquierda de Abedul: Boticario y Tienda de Alquimia [Temas a crear]

Contenido oculto: IMPORTANTE

¡Bienvenidos a Aventureros de Erä! Habrán notado que los llevé directamente de la ciudad al gremio, sin dejarles interactuar con la primera en ningún momento. Esto es así simplemente para que todos tuvieran el mismo inicio, y no tuviera que ir persiguiendo personajes por toda la ciudad. Puede que algunos de ustedes estén ansiosos por recorrerla y descubrir sus secretos (o puede que no, y todo mi trabajo haya sido en vano), pero todavía eso no estará disponible. Dentro de poco abriré los temas de la ciudad, una vez que todos hayan entendido más o menos la mecánica y la dinámica del rol, y podrán recorrer el mundo a sus anchas. Por ahora, disfruten de interactuar con el Salón Principal del Gremio. Pueden intentar acceder a varias localizaciones distintas dentro del edificio, aunque puede que algunas estén cerradas excepto para miembros. También pueden interactuar con la gente del Salón, o incluso, con ustedes mismos, los jugadores. Yo distinguí un par de NPC’s (non-player characters, o personajes no jugadores), pero eso no quiere decir que es imposible interactuar con el resto. Tienen una gran variedad de personas con las cuales rolear, y una miríada de cosas para hacer. Después de esta primera presentación, pondré debajo de este spoiler las cosas que irán agregándose, como juegos de mesa, otros NPC’s, etc.

¡Vamos, anímense! ¡El mundo de Erä se abre ante ustedes, para que lo descubran y exploren, y se enamoren cada vez más de él!

Morde Bruno EVF medusgamerXD FerTwo Di Majorana Pippia rapuma Amane EliLover

 

Contenido oculto: detallito pequeño

Como este es mi primer rol no sé si puedo empezar así como así, pero creo que no pasa nada, ¿no? Si me equivoco en algo lo edito o lo borro.

Ankaeri

Sentía que su corazón iba a explotar. Estaba ahí, en la gran ciudad, y más concretamente en el salón principal del gremio. No había hecho realmente nada aún, pero ya se sentía como una aventurera. Tocó instintivamente el violín que estaba en su mochila. Sentía que Iktsu estaría orgullosa de ella si la pudiera ver.

Con tanta emoción en el cuerpo no podía pensar en que debía hacer. Creía que lo mejor era ir al tablón de anuncios o a la ventanilla de recepción, pero sentía que debía de hacer algo antes. Pensaba en hablar con algún aventurero más para no sentirse tan perdida, pero veía que la mayoría estaban en su mundo. Entonces pensó en hablar con algún otro ser que se encontraba en esa sala, pero todos daban bastante miedo. Parecían tipos duros, ese tipo de gente con la que no quieres ningún tipo de problema. Además, como era una Tiefling, sabía que alguna gente repudiaba a los de su especie. Ella nunca lo llegó a vivir por si misma ya que vivía en el bosque y cuando iba a algún pueblo la mayoría de la gente la trataba con amabilidad por traer comida o materiales, pero ahora que estaba en un lugar con tanta gente variada sabía que podía haber alguien así.

Quizás podría hablar con el dragonborn, ya que eso de que estuviera escribiendo le parecía muy interesante, pero tenía el presentimiento de que eso le iba a molestar. Como su curiosidad la estaba matando decidió acercarse lentamente a donde se encontraba. Se quedó ahí por unos segundos callada, completamente quieta mirando como el dragonborn seguía escribiendo. Buscó un momento de valor y dijo casi susurrando:

—Hola. ¿Qué escribes?

Esperaba que el viejo no se molestara por su comentario. Aguantó la respiración, esperando a que dijera o hiciera algo.

 

Contenido oculto: Imagen

El viejo dragonborn se mostró sorprendido de que alguien se le acercara, y mucho más de que alguien le hablara. Se compuso rápidamente, y enarboló una sonrisa hacia la joven tiefling que tenía en frente.

— Oh, discúlpame por la expresión de recién. Me has tomado por sorpresa.— dice, con una voz grave, pero a la vez afectiva, como la de un abuelo. Suelta una pequeña risa, y vuelve a dirigirse hacia Ankaeri.— Este es mi pequeño cuaderno bitácora. Aquí llevo escrito todo lo que acontece no solo en mi vida, sino en este mismísimo salón. Debido a mi edad, tengo que pasar mucho más tiempo adentro que afuera, por lo que decidí que llenar mi tiempo haciendo una pequeña cronología sería algo entretenido.

Puedes notar como mueve su voluminoso cuerpo un poco, para hacer espacio en la mesa, y señala una silla a su izquierda, sonriendo afectuosamente.

>> ¿Te apetece sentarte conmigo? Puedo ver que eres nueva, ¡te tiembla hasta el alma de los nervios! Dime pequeña, ¿cuál es tu nombre?

 

Ankaeri

—¡Mi nombre es Ankaeri!—tartamudeó llena de alegría mientras hacía un triángulo invertido con sus manos a la altura del ombligo. Era un gesto que recordaba desde siempre y que seguramente le había enseñado la propia naturaleza, y siempre lo hacía cuando estaba muy emocionada. Conocer a alguien nuevo al que le puedes llegar a caer bien es algo que a Ankaeri siempre le hacía feliz.

Se sentó rápidamente sin dejar de mirar al dragonborn con una gran sonrisa. Sentía que su boca era un volcán y que iba a tener una de sus "erupciones de palabras".

—¡Eso suena muy interesante! Seguramente ha visto y vivido muchas cosas increíbles. Realmente sí que parece entretenido. Al escribir algo así seguro que te das de cuenta de muchos detalles de la vida diaria que la gente normal no les da importancia hasta que piensas en ellos. Hace tiempo un joven de un pueblo me dijo que la mejor forma de organizar tus pensamientos es escribiéndolos en algún sitio. Lástima que era analfabeto. Intenté enseñarle a leer lo básico, pero el pobre muchacho no podía de ninguna manera. Lo suyo era trabajar en el campo y cazar algunos conejos, lo cual es triste, porque puedo decir que realmente tenía muchas cosas que contar. Por lo menos Iktsu pudo recopilar unas tres historias suyas mientras íbamos de viaje por varios caminos del bosque. Eso me recuerda a que me parece increíble la cantidad de pueblos perdidos en la nada que existen. ¡Es que hay algunos que ni siquiera están en los mapas! Yo simplemente estoy paseando por el bosque mientras escucho a la naturaleza y de repente veo pequeñas casas. No sé si esto ocurre en otros reinos, pero me parece un poco extraño...—se dio de cuenta de que había empezado a hablar sin control, algo que le pasaba muchas veces. Miró al dragonborn dejando ver una disculpa sincera en su mirada—Perdona, me pasa a veces. Como no suelo hablar con mucha gente y cuando lo hago es para decir hola y adiós, cuando tengo la oportunidad de decir algo más empiezo a hablar sin parar de cosas aleatorias. Perdona si no ha entendido de lo que estaba hablando. Y bueno, ¿cual es su nombre?

 

Daardendrian Baltazar (NPC)

El dragonborn miraba con una sonrisa como la chica que tenía al frente vomitaba palabras de una manera energética. Cuando hubo terminado, se sacó sus lentes, cruzó sus manos sobre la mesa, y le dedicó una sonrisa cálida.

— Un placer conocerte, Ankaeri. Mi nombre es Daardendrian Baltazar, aunque todos aquí me dicen simplemente Baltazar. No sé quien será esta Iktsu de la que me hablas, pero parece una persona fascinante. Y tú también lo eres. Se nota que tienes tantas cosas por contar. Y eso es genial. Comúnmente, la gente llega aquí en búsqueda de una historia que puedan relatar a sus conocidos, alrededor de una fogata o bajo el techo de una taberna, rodeados de comida y cerveza. Pero parece que tú ya tienes esa parte cubierta, ¿eh?— volvió a soltar una de sus cortas risas, graves, pero suaves a la vez.— Dime, ya que obviamente no vienes aquí en busca de historias, ¿qué fue lo que te trajo a este lugar?

 

Ni aun habiendo entrado en el gremio había dejado de sentirme extraño. Ciertamente, no estaba acostumbrado a las multitudes propias de la ciudad, y el hecho de que el gremio estuviera lleno no me ayudaba en absoluto. Me quedé durante un tiempo cerca de la puerta, observando con curiosidad el lugar. Olía a alcohol y, de vez en cuando, a vómito; el ambiente era de fiesta —aunque yo aún no sabía qué era eso—, y las peleas, continuas, resultaban ser también breves.

Pude notar dos lugares más diferenciados del resto. Uno era una zona de pared con muchos papeles que ignoré por completo. Otro, mucho más concurrido, parecía ser el lugar donde uno podía rega... reg... lo que pusiera en el papel que me dejaron aquel día en el bosque.

Así que me dirigí al lugar, pero... por el camino alguien llamó poderosamente mi atención. Sentado en una mesa, alguien como yo, dorado, con amenazantes hachas colgando en su espalda. A partir de ese momento supe que no era el único de mi raza, y me emocioné. Tenía tanto que preguntarle... pero estaba hablando con una tiefling y no quería molestar. Ya tendría tiempo de preguntar más tarde...

Contenido oculto

Argus no sabe ni quiere saber escribir... pero esto está escrito...

¡Exacto! ¡DISONANCIA LUDONARRATIVA! (?)

 

Hando "Puño de HIerro"

Desde lejos se podía ver el reflejo de luces en el Salón Principal, recortando el arco de los inmensos ventanales. Un rumor vago de música y voces y tintineo de vasos recibía al visitante como un pregusto increíble. Luego las puertas se abren y una marea multicolor se desploma sobre el monje. Se huele el aroma de excelentes licores y de perfumes femeninos. Hay resplandor de espadas, rostros enrojecidos por la buena comida y bebida.

Hando quería pasar desapercibido; vestía una túnica marrón muy gastada por los incontables viajes; sus pies descalzos pisoteaban la madera del suelo, sacando un ruido inusual en su andar. Manga con manga se paseó entre la gente, esquivando a las mujeres que repartían la bebida, evitando la cofradía de guerreros. Leyó el tablón de anuncios y siguió sus pasos: dos seres ya le habían ganado la curiosidad y eran los únicos dragonborn del recinto. Nunca había visto uno y para él, donde su Dojo practicaba el adoctrinamiento de los dragones, era un momento extraordinario. ¿Estaba nervioso? ¿Ansioso? Nadie nunca podría saberlo, su expresión era imperturbable y así estuvo mientras atravesaba el comedor. Hando era indiferente a ese tipo de fiesta. El reglamento no las mencionaba y eso sólo podía significar que carecían de importancia y no merecían un segundo pensamiento.

Se acercó a la ventanilla de recepción, parecía ser el primer paso obvio para empezar. —Hando. Puño de Hierro. —solo se podían ver sus gruesos labios, la penumbra de su capucha ocultaba su rostro.

Contenido oculto

Reual Nathan Onyrian Tengo que postear en el apartado de "Ventanilla de Recepción?" :P

 

Ankaeri

—Como he vivido toda mi vida en la mitad de la nada, me di cuenta de que si me ocurría algo nadie me iba a recordar o echar de menos, excepto mi gran amiga, la cual hace años que no veo. Quiero dejar algo a este mundo. Quiero que la gente me recuerde por mis buenas acciones. Además, también quiero encontrar a mi amiga Iktsu. Si me vuelvo famosa por mis aventuras me será más saber encontrarla, o al menos saber que fue de ella. Por eso estoy aquí. Porque quiero dejar de ser una tiefling extravagante que pocos realmente recuerdan y porque quiero encontrar a mi amiga—dijo como si estuviera repitiendo un discurso que llevaba siendo repetido en su cabeza millones de veces.

Entonces vio otro dragonborn que estaba cerca de ellos. Llevaba una gran túnica, como si quisiera pasar desapercibido, y parecía que quería acercarse a hablar. Al haber estado hablando con total libertad no sentía ningún tipo de vergüenza en conversar con otro desconocido. Ya se sentía liberada, así que clavó sus ojos en el extraño y lo señaló para gritar:

—¡Oye! ¿Quieres sentarte con nosotros? ¡Yo soy Ankaeri! ¿Cuál es tu nombre?

 

Daardendrian Baltazar

— Ah, esa es una noble motivación. Y muchos de aquí comenzaron con esa misma meta en mente. Volverse reconocidos, encontrar a alguien más, ser alguien.— respondió el Baltazar, abarcando con su brazo todo el lugar.— Ahora, ¿por qué no me cuentas un poco sobre esta tal Iktsu? Cada vez que la mencionas, tus ojos se iluminan, y tu voz se emociona. Parece una persona muy importante para ti.

Notando como su acompañante se dirigía a alguien más en la multitud, Baltazar volteó su mirada hacia la figura cubierta por una túnica que estaba a unos metros, observando la conversación de aquellos dos. Podía notarse bajo la capucha su hocico draconiano. Baltazar hizo gestos para que se acercara, con una sonrisa.

>> Ven, niño. Deja de espiarnos desde lejos y únetenos. La pasarás mejor así.

Contenido oculto

Pippia cuando quieras dirigirte a alguien, lo mejor es que lo taggees como acabo de hacer contigo. Puedes ponerlo en el mismo texto como hice con Morde, o en un spoiler aparte como aquí.

 

Ankaeri

—Sí...—suspiró volteándose a donde estaba Baltazar—Ella es una persona muy importante para mí. Es humana. La conocí hace 7 años. Ella estaba perdida por el bosque, y yo la ayudé. Luego también ella me ayudó a mí. Vivimos juntas por unos años, y nos volvimos inseparables. Es la persona que más me conoce, y creo que yo soy la persona que también la conoce mejor. Juntas hicimos muchísimas cosas. Un día desapareció sin coger sus cosas, y aún sigo sin saber porqué. Quizás lo más lógico sería pensar que ya no está con nosotros, pero no lo creo. Si fuera así, hubiera pasado en el bosque, y en ese caso la naturaleza me habría dado una señal, pero no lo hizo. Quiero que esté orgullosa de mí, que cuando nos volvamos a ver podamos hablar con tranquilidad y ser felices. Si la encuentro sé que podré dejar de ser aventurera en paz y vivir con ella el resto de mis días. Quizás después de estos años ya no me quiere volver a ver o algo así, pero al menos necesito saber que está sana, salva y feliz—sonrió melancólica—. Podría contar muchas historias sobre el tiempo que estuvimos juntas. Por ejemplo, recuerdo la primera vez que fuimos las dos a un pueblo perdido en el bosque. Iktsu no hablaba con nadie, y había una anciana que no paraba de intentar entablar una conversación con ella. Además, no paraba de pellizcar sus mejillas, y se podía ver que Iktsu estaba algo molesta por eso. Luego alguna otra vez que pasamos por el mismo lugar sí que le hizo caso a la anciana. La verdad es que la señora era muy adorable, y al final se acabaron llevando bastante bien. Aunque bueno, Iktsu siempre ha sido una persona poco habladora excepto conmigo. Le gustaba observar y escuchar, aunque luego cuando volvíamos a casa siempre me contaba las cosas que descubría. Esos eran tiempos tan dulces...

 

Lo cierto era que la cola para reg... re... bueno, eso, era muy larga, así que me había quedado observando a la tiefling y al otro dragonborn, hasta que pronto me hicieron señas para que me uniera a la conversación.

— Gracias por invitarme —dije con una sonrisa—. Me llamo Argus... o bueno, así me llamó la primera persona que conocí. Encantado.

Me retiré ligeramente la capucha, lo justo para que mis interlocutores pudieran ver mi rostro. En cierto modo estaba algo nervioso por hallarme ante alguien de mi raza por primera vez.

— Tengo tantas cosas que preguntar... —seguí diciendo. Pero dudé un momento— ... no sé ni por dónde empezar.

Me empecé a reír de mí mismo. Por un lado me sentía extraño en aquel lugar con tanta gente, pero por otro... la sensación de estar hablando con alguien de mi raza era de alivio, como si me hubiera quitado una losa de encima.

 

Bruma.

El viaje había sido agotador y sus piernas doloridas agradecieron que, finalmente, las puertas del gremio de aventureros se abrieran ante ella. Suspiró larga y tendidamente al ver lo concurrido del lugar y se caló la capucha hasta la nariz, ocultando así su rostro de miradas indiscretas.
El peso de sus botas levantaba ecos sobre el suelo ennegrecido por un pillar de pisadas y cerveza derramada (por no hablar de otras substancias) y un par de enormes dagas plateadas tintineaban en su cinturón amortiguadas por la pesada capa de lana gruesa.

Se acercó al mostrador donde se aglomeraba la mayor parte del gentío y se colocó discretamente tras un hombre igualmente encapuchado. Sonrió para sí al ver que no era la única que ocultaba su identidad y aguardó en silencio a que terminara para inscribirse en el gremio tras él.

 

Daardendrian Baltazar [NPC]

Baltazar miraba con una sonrisa como las palabras brotaban de la boca de la tiefling, contando todas sus aventuras. Soltó una pequeña risa contenida, y esperó hasta que la joven hubiera terminado.

— Bueno, espero que puedas cumplir tu propósito y encontrar a esa persona que buscas y de la cual hablas con tanto fervor. Aunque estoy seguro que lo lograrás.— dijo, apoyando una enorme manota en la cabeza de Ankaeri y sonriendo afablemente.— Y miren quién decidió unírsenos al fin. Encantado Argus. Ven, toma un asiento. Akaeri se encontraba relatándome unas asombrosas aventuras sobre su vida en el bosque.

 

Fern.

La chica había ingresado al salón principal del gremio, observó con desprecio a muchas de las criaturas que le rodeaban.

—¿En serio tengo que caminar con estar cosas para entrar?—Prensaba para sí misma mientras sentía un gran asco a todas las criaturas que rozaban con ella, fiel a sus pre-juiciosas e inmaduras costumbres, acarreadas desde su infancia, se adentraba más y buscaba, logrando encontrar una mesa vacía, sentándose en ella y reposando unos momentos, soltando un suspiro, para luego hablarle a un camarero —Eh, ¿Me podrían dar un vaso de agua y pan?—Le dijo al camarero mientras observaba el sitio.

Viendo a varios chicos rodeando a un dragonborn —¿Y ahora los pavos desplumados se volvieron populares?— Pensó mientras esperaba, un tiefling contando cosas.

Una ves recibió su pedido se levantó, y decidió comer mientras caminaba hacia el gremio, para ver un poco, y convertirse en "aventurera", yendo a la sala de recepción.

 

— Akaeri se encontraba relatándome unas asombrosas aventuras sobre su vida en el bosque.

Apenas me estaba acomodando en el asiento cuando el otro dragonborn dijo aquello.

— Así que tú también has estado viviendo en el bosque —le dije a Ankaeri con asombro.

Primero otro de mi raza y ahora alguien que había estado sobreviviendo en los bosques. Cada vez me impactaba más todo aquello, y apenas acababa de llegar. Y sin embargo, al mismo tiempo me embargaba la emoción. Sabía que de aquello acabaría obteniendo algo de información...

 

Bruma

Se abrió paso con sigilo entre la multitud y se acercó a un joven que limpiaba jarras con un trapo para pedir algo de comida y bebida. No importaba lo que fuera mientras alimentara por lo que aceptó sus recomendaciones y se las llevó a una mesa alejada una ve servida.

Sacó la guía y comenzó a ojearla lentamente mientras comía, había demasiadas letras ahí por lo que tardaría una eternidad en leerlo todo pero no tenía prisa. Era paciente.

Comenzó por el índice, sonriendo con orgullo cada vez que desentrañaba una nueva palabra.

 

Hando "Puño de Hierro"

Leyó la guía lentamente, deteniéndose en cada paso para asegurarse no perderse nada. Esto era muy diferente del dojo por donde vino. No sabía que tantas razas vivían y trabajan juntas con un único fin, que era el ser renombrados o famosos. Él tenía otros objetivos, uno que iba más allá de la comprensión... pero este medio podría ser una buena herramienta para su fin. Por el momento seguiría la senda del aventurero, ya que es como su maestro le había dicho: "Hay muchos fines en esta vida, es tu decisión utilizarlos para llegar a tu meta".

Leyó nuevamente el tablón de anuncios y arrancó uno de los papeles que trataba sobre una epidemia de globins, bichejos horribles y verdes pero no mas altos que su rodilla. Se quedó quieto unos minutos y recordó la guía. Era recomendado ir acompañado las primeras aventuras y Hando era un hombre práctico, su orgullo no era manchado por pedir ayuda, ya que de un modo u otro tener un compañero a su lado sería otro fin para llegar a su verdadero propósito. Herramientas para su objetivo.

Encontró entonces en una mesa alejada a una criatura que recordaba de la cámara de iniciación. Ella también se había convertida en aventurera relativamente hace minutos y podría ser una buena elección. Pero tal vez una buena elección podría ser un aventurero más experimentado o alguien que podría resolver el inconveniente con palabras, como bien decía el anuncio, se pagaría más en ese caso.

Entre el gentío encontró un tiefling de atractivo rostro, piel de color lavanda, completamente tatuada, cuernos adornados con joyería, enfundado en una ropas holgadas de llamativos colores, y una capa que recuerda la cola de un pavo real, parece estar enseñándole a algunos aventureros más novatos un extraño truco de cartas. Se acercó y se colocó a su costado con el anuncio sobre una mano.

 

Ankaeri

Ankaeri sonrió ante el asombro de Argus.

—¡Sí! Nací y me crié en los bosques. Soy hija de la naturaleza—hizo una extraña reverencia al decir eso, como si estuviera presentando un puesto importante que tenía, aunque realmente no lo fuera—. Me alegra saber que hay alguien más como yo que ha vivido en la mitad de la nada, aunque supongo que tú conseguiste sobrevivir de formas distintas a las mías. ¡Me alegra conocer a gente como nosotros, compañero de bosque! Seguramente has vivido y has visto cosas increíbles. Además, eres un aventurero novato como yo, ¿verdad? ¡Entonces podremos hacer misiones juntos y nos veremos muy a menudo!—empezó a mover los brazos de la emoción—¡Qué genial!

Se sentía muy feliz de tener la oportunidad de hacer amigos en su camino para convertirse en una aventurera. Al menos si no lo conseguía por falta de fuerza o mente tendría el recuerdo de nueva gente entrando en su vida.

 

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Luego de una pronunciada reverencia hacia su joven público, que se retiraba del lugar asombrado, el tiefling se sentó holgadamente sobre una de las mesas, y tomando directamente de la jarra, le dio un gran trago a lo que fuera que esta contuviera. Se limpió con un delicado pañuelo que sacó de sus ropas, realizando ademanes extravagantes. Reparó en la presencia de Hando a un costado, y con una sonrisa encantadora que podría desarmar a cualquiera, se dirigió con una suave voz al novato.

— Pues, mi noble amigo, ¿qué es lo que te atrae hacia mi lado en esta bella mañana? ¿Acaso deseas ver mi proeza con las cartas? ¿Quieres que te lea el futuro? ¿O simplemente vienes a admirar a Mollymauk Tealeaf? Vamos, escupe ya. Tu rostro lleno de determinación me llena de intriga.— dice, acompañando todo de gestos pronunciados.

Vuelve a tomar un trago directamente de la jarra, mirando por encima con sus ojos rojos directamente a los ojos de Hando. La mirada resulta, en cierta manera, encantadora y aterradora a la vez

 

Hando "Puño de Hierro"

Le devolvió la mirada pero sin un ápice de sentimiento; era como si sus ojos color miel estuvieran cegados por una lúgubre promesa de perfección imposible de descifrar. Le mostró el anuncio que portaba en la mano derecha para que lo leyera. Cuando tuvo libre su mano la juntó con la izquierda, de ese modo juntando ambas mangas de la túnica.
—Podríamos dividir el botín de la misión si se resuelve sin violencia. Estoy seguro que podría resolver el problema sin llegar a la fuerza física, le he visto encantando al público. Pero en caso de que no pueda ser así no dudaré en exterminar cada uno de esos globins con mis puños. ¿Le interesa la oferta señor Mollymauk?