Su ilusión

@Borealis Spiral, un día me dijiste que querías leer una historia de empalagoso romance, una de esas como para vomitar y que por más que buscaste, no encontraste pues las que lo tenían, eran más dramáticas que nada, así que mira, pensé en hacerte una pequeña y empalagosa historia romántica, así que esta te la dedico. Va para ti mi amada hija.

(Historia editada y contada en tercera persona en Youtube)

Su Amado Villano
Primero​

Se quitó la camisa de nuevo y probó con otra. Por alguna razón ninguna parecía quedarle bien. Suspiró cuando por tercera vez se probó la camisa azul que ya había descartado todas esas veces y al verse en el espejo frunció el ceño. ¿Por qué estaba tan preocupado? De todos modos no es que fuera a llegar la reina de alguna nación importante. No, la persona que estaba por llegar no era nadie importante.

¡Diantres! ¡Por supuesto que era importante! Solamente había que ver en su corazón para que se dieran cuenta lo importante que esa persona era para él y era por esa razón que no terminaba de gustarse. Por lo regular, su apariencia era lo de menos, pero hoy era diferente. Dentro de poco estaría frente a ella y quería verse de lo mejor. La incertidumbre hizo brillar su mirada. ¿Lo recordaba? ¿Lo había olvidado? Tantos años lejos sin volver ni una sola vez podían haber resultado en olvido.

—¡Caramba! —Exclamó perturbado —¡Me muero de los nervios!

Y como no, su reina, esa chica que había erigido un reino en su corazón y que lo gobernaba desde que estaban en la secundaria, aunque ella no lo sabía, regresaba esa tarde y de hecho, la algarabía de sus jóvenes vecinas que la cálida brisa le hizo llegar a través de su ventana abierta, le indicó que ella por fin había llegado, así que más rápido que el mismísimo flash, se acercó a la ventana y miró desde el segundo piso la casa de enfrente.

Sí, allí estaba Nancy recibiendo los abrazos de su familia en cuanto había bajado del taxi. Sus padres y sus dos hermanas no pudieron esperar a estar dentro de la casa para prodigarle sus atenciones, para decirle a viva voz lo mucho que la habían extrañado, recriminándole dulcemente el no haberles permitido ir por ella al aeropuerto, pero según, ella les había dicho que viajaba con unos compañeros y del aeropuerto los acompañaría a su lugar de hospedaje, pues como eran extranjeros, no conocían la ciudad, así que ella los dejarían bien instalados y eso.

Y él también la había extrañado. Mucho. Seis años lejos habían sido demasiados y como la familia de ella, no se contuvo y dejándose finalmente la camisa azul, pasándose con simpleza los dedos por el brillante y oscuro cabello, tomó el ramo de flores que esa misma mañana había comprado y salió presuroso de su habitación bajando la escalera ruidosamente.

—¿Qué pasa? —inquirió su padre que asomándose por la sala, lo miró extrañado — ¿Se incendia la casa o algo así?

Adrián lo ignoró y salió a la calle con la misma prisa y fue su madre quien le respondió a su esposo.

—Llegó Nancy.

El padre sonrió mientras su hijo iba muy nervioso a encontrarse con su ilusión.

 

No, querida @Borealis Spiral, sigue siendo narrado desde la perspectiva de Adrián. Como es por drabbles, entonces la historia avanzará un poquito lenta, lo cual aceleraré poniéndote de mínimo dos drabbles por semana, así que espero disfrutes este también. Qué bueno que te gustó el primero xD

Segundo​

Adrián cruzó la calle y fue tan rápido que antes de que el taxista terminara de bajar todas las maletas de ella, él ya estaba a su lado tendiéndole el ramo de rosas blancas y Nancy, mirando primero a Adrián y luego las flores, las tomó con una sonrisa generosa.

¡Cielos!, pensó Adrián, cómo se ha iluminado todo.

—Gracias —agradeció ella oliendo las rosas, ajena por completo a los pensamientos y sentimientos del joven—. Qué bonitas están.

—Bienvenida —dijo él pensando que la voz de Nancy había madurado, pero tenía una tonalidad suave, dulce.

Dulce, pensó ahora Adrián. Como toda su apariencia. Miró su rostro sonriente, en el que destacaba el color avellana de sus ojos por el brillo que la alegría les concedía. Se notaba que estaba feliz de volver a casa. Los pasados seis años la habían convertido en una mujer muy linda. No había crecido más, así que tuvo que levantar la cabeza para mirarlo al momento de decirle:

—Adrián, qué gusto me da verte.

Y él quiso gritar de felicidad porque sí lo recordaba, cuando menos se acordaba cuál era su nombre, pero no gritó porque se quedó mudo, perplejo y casi tembloroso por el abrazo sincero que ella le dio.

La sintió tibia, su cuerpo delgado y menudo rozando el de él. ¿Cuántas veces soñó con esos brazos? Suspiró incapaz de moverse, porque en sus delirios nocturnos, cuando ella lo abrazaba, él la besaba. Conocía por sus sueños esos labios y sintió miedo de traicionarse, de reaccionar tal como lo hacía en ese mundo fabricado por su inconsciente.

—Venga, Adrián —escuchó la voz de don Fabián, el padre de Nancy —, ayúdame con las maletas, ¿quieres?

Claro que quería. Necesitaba moverse para salir de su congelamiento, así que tomando un par de las pesadas maletas, las hizo rodar hasta las gradas en donde levantándolas en vilo con una gran fuerza, una que Superman debilitado por la kriptonita envidiaría, subió a la casa de la familia Renzo, sus vecinos de toda la vida. Detrás iba Fabián cargando con otra más pequeña y después de él Nancy, acompañada de Bianka y Alessia, sus dos hermanas, por lo que su madre, doña Clariee, se había quedado en la retaguardia, sin embargo fue la que se apresuró a abrir la puerta mosquitera para que pudieran entrar al interior.

—¡Pero válgame Dios! —Exclamó don Fabián en cuanto entraron y en el pasillo dejó caer el equipaje —¿Qué traes aquí, piedras?

—Claro que no, papá —respondió la joven mientras Adrián también soltaba las maletas flexionando los brazos, pues sí que estaban grandes, llenas al máximo y por ello muy pesadas—, les traje algunos regalos.

Así que Nancy abrió las maletas y de ellas sacó una infinidad de cosas que puso en manos de su familia y cuando Adrián sintió aquel muñequito en sus manos, quiso llorar.

—¿Para mí? —Preguntó y la ilusión en su corazón se desbordó porque sabía lo que el muñeco representaba.

 

@Borealis Spiral, que sagaz eres... bueno, esas son pistas de que tal vez lo sea. De que es fans, es fans, pero no sé si ser fans es ser friki. Y bueno, aquí te dejo el que sigue, ojalá te guste también. Si pues, a mí también me gusta la variedad.

Tercero​

Y aunque lo sabía, bajó la mirada para que ella no viera lo feliz que se sentía. Observó el muñeco, uno de acción, pero lo más peculiar de él es que era su viva imagen, pudo notar sus facciones aunque el pequeño rostro de plástico llevaba un antifaz y el recuerdo de aquella época pasada, donde ambos idealizaron un sueño, lastimó su mente y su corazón y la sentida felicidad se agrió un poco.

—Muchas gracias por el obsequio, está muy... mono.

Nancy sonrió por su expresión y a media voz, explicó:

—De nada. Tengo un amigo que trabaja en una empresa que fabrica juguetes, así que él me hizo este, aunque dice que no logró el perfecto parecido de la fotografía que le di de ti para que lo hiciera.

La felicidad al escucharla volvió a dulcificarse. Nancy llevaba una fotografía de él. No solo no lo había olvidado, sino que quizás acostumbrara a mirarlo en la foto. Aunque él nunca le habló de su amor, ellos se llevaban bien, se entendían, se agradaban. Ella parecía tenerle el gran afecto de la amistad, o eso le pareció a él en aquellos años de secundaria y preparatoria, entonces, ¿por qué Nancy de pronto, después de graduarse, había decidido irse? Era algo que todavía no comprendía y era algo que la familia de ella no había podido explicarle tampoco.

Solo se había ido dejándolo en la más completa soledad. Ya no estuvo a su lado para seguir planeando aquello, para trabajar hombro con hombro en el más grande de los proyectos que desde que eran pequeños habían hecho, porque desde entonces los unía una misma pasión, pero un buen día ella se fue, desapareció de su vida dejando su mundo en tinieblas. Ni siquiera Batman, el caballero oscuro habitó tan densa oscuridad. Se había ido su sol, su luz, su ilusión, pero él era fuerte y se sobrepuso y en vez de guardar rencor por lo que pensó era un completo abandono, permitió que su amor creciera y este maduró al grado de prometerse que si la volvía a ver, no la dejaría marchar de nuevo. Esta vez le declararía su amor, pero no ahora, porque no era el momento ni el lugar correcto, así que mirándola a través de la cortina que eran sus pestañas y que mantenía bajas para ocultar el amor de su mirada, le dijo:

—Ahora me voy porque necesitas estar con tu familia y descansar, pero mañana te llamo. Necesito mostrarte algo.

—Claro —asintió también con la cabeza —tienes razón, estoy muy cansada, pero estaré esperando esa llamada.

A continuación, antes de que él se volviera para salir, ella lo tomó del brazo y alzándose, le dio un beso en la mejilla. Adrián dominó el ligero temblor que lo recorrió y también el impulso de mover solo un poco la cabeza y tomar aquellos labios con los suyos. Esos tiernos y suaves labios que tantas veces había soñado.

 

@WarvsDark, que feliz me ha hecho tu comentario y... ¡niña! ¿Cómo se te ocurre pensar que puedes haber molestado? Eres bienvenida a leer y comentar esta historia, que si bien está dedicada a Bore, no significa que otros no puedan leerla y hasta comentarla, si quieren... (Marina sueña bonito, no pierde la esperanza que un día todos los que la leen le comenten, aunque sea para que le digan que los hizo vomitar ewe), se vale soñar, ¿no? Okey, preciosa. La historia es pública y bienvenidos sean todos xD Por cierto, War, sus padres sí saben por qué se fue, pero no quisieron decirle a Adrián, pues es uno de esos secretos familiares.
@Borealis Spiral, bueno, entonces publicaré hasta que me dejes comen, y si te tardas un mes en responder, tú serás la culpable de privar a Sati de leer y a otros, claro si es que otros leen. Bien, pongo el que sigue y si aparecen más de... 500 palabras, es por todo este rollo. El escrito en sí tiene 498. Y claro que sí aparecerán los villanos también.

Cuarto​

—¡Nancy! —Gritó Bianka desde el pie de la escalera, mirando hacia arriba. Pasos apresurados en una de las habitaciones que había en el segundo piso fue lo que escuchó primero, luego asomó por el pasillo la figura de su hermana —. Te llama Adrián.

Nancy bajó corriendo por la escalera y tomó el inalámbrico que Bianka le tendió. Llevó el aparato a su oreja después de acomodar detrás de esta el negro cabello que llevaba suelto y antes de responder pensó que debía darle su número de celular a Adrián... pero mejor no, pues no tenía caso.

—Adrián —respondió en un susurro. ¡Cuántas veces pronunció su nombre en medio de las largas noches en las que no podía dormir! Pero eso él no lo sabía. Que tenía un nombre lindo, que le encantaba pronunciarlo y que por él, había derramado muchas lágrimas.

—Nancy —dijo él ahogando un suspiro. Todavía le parecía un sueño el que ella hubiera regresado. La había pensado gran parte de a noche y todo el día y hasta había maldecido el tener que ir a trabajar, pues lo único que deseaba era estar a su lado, mirarla... besarla y tocarla.Estaba loco, sí, porque no podía cambiar sus responsabilidades por ese deseo y para colmo, había surgido un problema con una de las imprentas y no había podido salir en el horario acostumbrado, sino hasta que se arregló el desperfecto de la máquina. Como asesor de la editorial, debía estar al tanto de que esta funcionara correctamente—. Te veo en... una media hora, si no tienes otro plan, claro.

Y mientras Adrián pedía al cielo que no lo tuviera, Nancy daba gracias por no tenerlo. Ella había estado esperando su llamada todo el día. Hacía horas que se había arreglado y aunque la inseguridad había estado presente desde que él le dijo que la llamaría, ella había seguido adelante con eso. También quería verlo. Lo había extrañado tanto y ahí, en ese enorme hueco que se había formado en su corazón después de aquella noche fatídica, brilló la esperanza, pero era muy débil el resplandor.

—Te espero —dijo y colgó antes de decir las palabras que desde que estaba en la preparatoria pugnaban salir de sus labios: Te amo.

Así que ahogándolas de nuevo, esperó con aparente paciencia la llegada de Adrián y cuando finalmente llegó, retuvo sus pasos de correr para que estos no la llevaran a sus brazos. Se acercó de manera tranquila, una pequeña sonrisa ocultando sus verdaderas emociones mientras examinaba su adorable apariencia, sin saber que lo mismo hacía él con ella y que para el hombre, Nancy estaba más bonita que la Mujer Maravilla.

—¿A dónde me llevarás? Ansío saber qué es lo que me quieres mostrar.

—Te llevaré al lugar mágico. Te mostraré el sueño.

—¿El sueño?

—Sí, nuestro sueño.

Nancy se estremeció al recordar. El lugar donde habían pasado horas, días, meses, años. Un lugar donde hubo inesperados roces físicos que dieron luz al amor.

 

@WarvsDark, tú comenta cuando quieras, no importa si Bore no ha comentado. Sobre el lugar, bueno no es la gran cosa, el entorno de este será narrado de manera gradual. Gracias por tu comen.
@Borealis Spiral, emmmm, ¿tan empalagoso? Bueno, aquí va xD

Quinto​

Y el estremecimiento se mantuvo interno cuando la tomó de la mano para llevarla con él, apretándola cálidamente, lo que la hizo sentir el anhelo de que no la soltara nunca, así que se dejó llevar por el conocido camino que tantas veces habían recorrido, de su casa a la de él entrando por la puerta que accedía al jardín y él no le permitió observar lo bonito que estaba; las flores apagándose un poco, como si se dispusieran a dormir ante la ausencia de los rayos del sol que terminaban por ocultarse en el horizonte, arrulladas por el rítmico son de los grillos que comenzaban su canto nocturno.

Adrián la condujo por el sendero franqueado de cuidados rosales hacia una puerta que la casa tenía por la parte de atrás y por ella subieron al ático. Allí contempló admirada la estancia. En el centro había una mesa adornada con un mantel. Sobre ella había dos candelabros con un par de velas rosadas, una fuente con comida comprada del restaurante italiano, dos platos, un par de cubiertos, dos copas, una botella de champán enfriándose y dos vasos llenos a la mitad con agua.

Nancy se dejó conducir hasta la silla que estaba en uno de los extremos. Permitió que él la retirara para que pudiera sentarse y mientras lo hacía, miró a su alrededor. Los recuerdos la golpearon a pesar de que Adrián había cambiado los muebles del ático, el lugar mágico en donde habían fabricado su sueño. Dos de las paredes antes vacías estaban tapizadas con una enorme cantidad de dibujos. Reconoció algunos de ellos, aquellos que él hizo antes de que ella se fuera, pero la mayoría eran nuevos. Suspiró antes de decir con voz emocionada:

—Continuaste con el proyecto.

Él asintió, pero no dijo nada. Encendió las velas y sirvió el pollo marinado en salsa blanca en los platos junto con un poco de pasta, luego tomó de la fuente con hielo la botella de champán y sirvió el burbujeante líquido en las copas.

—Brindemos, Nancy —alzaron sus copas y él continuó—: Por tu regreso.

—Y por el proyecto —dijo ella sintiéndose de pronto culpable. La vergüenza por haberlo abandonado después de prometerle su apoyo fue tanta que en ese instante deseó ser Susan, la mujer invisible y desaparecer de la intensa mirada masculina. El rubor cubrió su rostro y sintió deseos de llorar. Lo había traicionado. Volvió a sentirse como esos días antes de huir.

—Nancy —sintiendo él su sentimiento, la levantó y la abrazó. Detestaba verla triste y más si él era la fuente de su tristeza.

Ella levantó su rostro hacia él, los ojos iluminados por las lágrimas, sus labios temblorosos insinuando también el llanto y no pudo controlarse. Tomó esos labios tan deseados y la besó, tan apasionadamente que su ser vibró, su alma despertando del letargo en el que ella lo había sumido con su ausencia, sin importar nada más que las intensas emociones que los invadieron a los dos.

 

@Borealis Spiral, gracias por tu comentario. Hay cosas dulces que de pronto se tornan algo amargas. Me gustaría que todo fuera dulzura, pero...

Sexto​

Su primer beso.

Él la apretó con fuerza y ella levantó los brazos para rodear su cuello en donde acarició con manos temblorosas su nuca, pasando los dedos por el negro y corto cabello del joven, presionando ansiosa para profundizar el beso, a su vez él acarició la espalda y estas fueron también sus primeras caricias, así como el inicio de algo.

Algo que Nancy se había cansado de esperar, por eso había cometido aquel acto no planeado y el que le trajo enorme sufrimiento obligándola a marcharse con el objetivo de no volver jamás, pero con el paso del tiempo el dolor fue desplazado, o eso había pensado ella a la hora que se planteó regresar. Se dijo que todo había quedado en el pasado y estaba lista para enfrentarlo, sin embargo pospuso el retorno al hogar que la vio nacer hasta la propia ausencia de Tony, quien tomaba ahora esas vacaciones de verano, lo que le había dejado un tiempo libre que no encontró como llenar... así que aquí estaba.

Saboreando lo que había pensado jamás tendría por culpa de la impaciencia que la dominó, pero le bastó verlo para saber que se había engañado todos esos años. Lo amó antes, lo amaba ahora y lo amaría para siempre.

En el beso ambos probaron las lágrimas de ella, porque en medio de la desesperada pasión estaba todo ese arrepentimiento. El de ella por haber perdido la esperanza, no obstante la joven no supo en ese instante que Adrián se recriminaba arrepentido por no haberle dicho antes cuánto la amaba.

—Nancy —susurró él contra sus labios, sin querer dejarlos —, no sabes cuánto te extrañé. Te amo, Nancy.

Y fue al escucharlo que ella recobró la cordura. Se separó y al hacerlo ambos sintieron la frialdad de la separación. Se miraron. La mirada de Adrián no pudo ocultar el amor que reflejaba la excitación del beso y la de Nancy mostró una turbulencia de emociones. Se secó las lágrimas con el dorso de las manos, obligándose a detenerlas, pues estas estaban empecinadas en brotar más cuando descubrió el amor oculto de él y ella se sintió como una villana, como Hiedra Venenosa que tenía un gran poder de seducción y con ese poder manipulaba a los hombres. ¿Podía ella manipular a Adrián? ¿Aprovecharse de su amor? Porque eso es exactamente lo que sería si aceptaba su amor sin ser ella libre. Ahora estaba Tony.

—Adrián... yo...

Él levantó la mano y la silenció. Se aclaró la garganta que sintió de pronto seca y dijo:

—No me digas nada ahora. Sé que ha pasado mucho tiempo y es posible que mi declaración te haya tomado por sorpresa, así que... mira, cenemos que la comida se enfría —a continuación la sentó y desplegando una sonrisa tomó asiento también, comportándose como si nada hubiera sucedido, pero antes de comenzar a comer se bebió de un trago el champán de la copa.

La evasiva de Nancy lo había asustado mucho.

 

Rara... que diga, Bore, aquí el drabble que sigue. ¿Odin? ¿Ese Odin que estoy pensando? Vale, eso está bueno, pues quiero conocerlo más. Ese es un personaje muy bueno, pero antes termina con lo que te has comprometido. ¡Termina ya esa eterna historia! Ya sabes a cual me refiero.

Séptimo​

Doblegando la sensación de miedo, Adrián comió con apetito fingido, porque su inquietud le había robado el hambre. Miró a Nancy con seriedad y ahora sintió una emoción que hirió su corazón. Ella parecía haber olvidado lo que había sucedido momentos antes entre los dos. Ese había sido un gran beso. Suspiró intranquilo sin dejar de mirarla. Después de su desbordado llanto, la joven despedía una tranquilidad envidiable, tanto así que al parecer disfrutaba cada bocado que introducía en su boca. Por un momento había pensado que después del beso, ella rechazaría cenar con él, pero no. Ahí estaba y sin dejar de comer, miraba complacida y curiosa los dibujos de las paredes, entonces, quizás porque la mirada de él fue larga y muy penetrante, lo miró abriendo mucho los ojos, ya secos de las lágrimas y dejando el tenedor en el plato, se llevó la mano al rostro y murmuró:

—Perdona, quizás me veo fatal después de esas lágrimas.

La invadió la vergüenza. Había pasado por alto que quizás el maquillaje que se había puesto al arreglarse, se había corrido con las lágrimas. Posiblemente el Guasón se mirara mejor que ella.

—¡No! —Exclamó Adrián cuando la vio hacer el intento de levantarse —Está bien, quiero decir, te ves bien. Es solo que me preguntaba ciertas cosas. Como por ejemplo, ¿qué hiciste en el extranjero todos estos años? Pero la más importante, ¿por qué, Nancy? ¿Por qué te fuiste así tan de repente?

—Ya veo —Nancy desvió la mirada de nuevo a los dibujos. —Es comprensible que te hagas esas preguntas. Yo también me he hecho algunas mirando todos esos dibujos—. Se levantó sin que Adrián objetara y fue a colocarse enfrente de una pizarra que contenía unas imágenes en frecuencia, las que contaban una pequeña historia sin necesidad de diálogos.

—Estos dibujos son nuevos, así como la historia.

Adrián se acercó y miró los dibujos que había hecho algunos meses después de irse ella. En la historieta aparecía una joven perdida en un tétrico y espeso bosque. Entre los árboles había ocultos varios pares de ojos que la vigilaban, siguiéndola a través de varias páginas en los que la chica buscaba una salida de tan espeluznante lugar, entonces ante ella apareció alguien, un hombre vestido todo de blanco que le daba la espalda, y ella en ademanes suplicó su ayuda, pero el hombre al volverse la asustó tanto que la hizo retroceder, el horror pintado en su rostro, los ojos desorbitados mientras se echaba hacia atrás, pero el hombre, el que carecía de rostro, abrió sus brazos y extendiéndolos como mantas, la abrazó y la envolvió, atrapándola y llevándosela con él al elevarse en el aire, ascendiendo hasta desaparecer y los varios pares de ojos al ver aquello, lloraron incansables y solamente pudieron dejar de llorar cuando sus párpados se cerraron sin querer abrirse más.

Nancy tocó los dibujos recorriéndolos con los dedos y no pudo evitar estremecerse cuando dijo:

—Siento que esto tiene un gran significado.

 

@GRSara, ewe, ¿de nuevo te cambiaste el nick? ¡Quiero cambiarme el mío! Bien, nop, ni siquiera estaba pensando en Iron man cuando le puse nombre a ese aun desconocido personaje, solo necesitaba un nombre cuando estaba escribiendo y Tony se me vino a la mente, pero qué buena idea, lo puedo utilizar en memoria de Tony Stark. Qué linda interpretación le diste a la historieta, me encantó. Gracias por leer y tu comentario, en cuanto a Tony... ya se sabrá más adelante quién es y qué relación tiene con Nancy.
@Borealis Spiral, gracias también por seguir atenta. Pues mira que sí acertaste a la interpretación. Como dije, ya se sabrá quién es Tony... awwww, y ahora siempre que digo Tony, se me viene a la mente la imagen de Stark, el de la película, claro xD. Bueno, dejo cap antes de que esto sea más largo que el mismísimo capítulo-drabble.

Octavo​

—Lo tiene —asintió Adrián y tomándola de los hombros, la hizo volverse a él. Recorrió su rostro con una mirada llena de ansiedad y su voz cuando habló, sonó llena de dolor—. No solo me dejaste sumido en un mar de sufrimiento cuando te marchaste, sino que tu familia también se lamentó por días. Esos ojos que ves ahí nos representan y el cerrarlos significa que tuvimos que resignarnos y enfrentar el dolor de tu ausencia. Esa chica eres tú, el bosque es esa tristeza, esa amargura, el profundo pesar que vi en ti esos días después de nuestra graduación y el hombre sin rostro es la razón que desconozco, la circunstancia que te apartó de los que te amamos. ¿Por qué Nancy? ¿Por qué irte así, de pronto? Y lo peor es que tu familia, que sí sabía el porqué, jamás quiso decirme nada. ¿Qué sucedió, Nancy?

Ella se soltó y retrocedió negando con la cabeza, su mirada llena de los dolorosos recuerdos de esos tristes días. Si tan solo hubiera conocido entonces lo que Adrián sentía por ella, jamás hubiera perdido la esperanza. Su familia la ayudó al ocultarle a él por qué se marchó. El tormento fue más profundo y arruinó la falsa apariencia de tranquilidad que había puesto a su imagen. La energía de su corazón fue tal que lo hizo palpitar desenfrenado mientras que un torbellino emocional la azotaba inmisericorde de nuevo. Tormenta no podría crear una tempestad como la que ahora había en su ser.

—Lo siento, Adrián —Balbuceó triste.— Yo no sabía lo que entonces sentías por mí, si tan solo me lo hubieras dicho, yo...

Se calló y dándose la vuelta, se dirigió apresurada a la salida, pero él la detuvo tomándola del brazo.

—¡No! —Le dijo abrazándola con fuerza—. Esta vez no te dejaré ir.

—Adrián —susurró ella contra su pecho. Sintió la calidez de los brazos de él y deseó dejarse llevar por la bella sensación que logró transmitirle. La seguridad que la envolvió al sentirse estrechada de tal manera fue tanta que cerró los ojos y apretándolos con fuerza, oprimió las lágrimas que pugnaron por volver a brotar, porque comprendió que esa seguridad y ese amor no le pertenecían. Le hubiesen pertenecido si Adrián le hubiera hablado de sus sentimientos antes, pero ahora no.

Así que abrió los ojos y lo empujó, pero él no quiso soltarla.

—Adrián —repitió la joven, luego, tras un largo suspiro, continuó con voz rota—: Volveré a irme, Adrián. No puedo quedarme.

Sus palabras fueron como si el tridente de Aquaman se hubiera clavado en su corazón y la pena lo embargó sumiéndolo en el mar de la desesperación. La apretó más contra sí y susurró en su oído.

—No te irás.

En ese momento se prometió que haría lo imposible para retenerla, porque no estaba dispuesto a perderla de nuevo, aunque por el momento tendría que dejarla ir, así que la acompañó de vuelta a su casa.

 

Ay, @Borealis Spiral, no me digas eso, se supone que es de romance, puro romance, no de misterio, mucho drama ni nada de eso. ¿Acaso la estoy complicando sin darme cuenta? Mmm, quizás, lo siento si es así. De todos modos sigue leyendo para que te enteres qué detiene a Nancy de corresponderle a Adrián.

Noveno​

Conforme a su plan, que en parte era que Nancy se acostumbrara de nuevo a él, en los siguientes días estuvo muy pendiente de ella, invitándola a salir y en esas salidas se concretó principalmente a llevarla a los lugares que solían frecuentar cuando estaban en la preparatoria.

—Este lugar no ha cambiado nada —dijo Nancy probando su helado de napolitano, que era el que más le gustaba y miró a su alrededor.

La fuente de helados seguía igual, con los mismos colores en el interior, los mismos dibujos representando la diversidad de postres que podían conseguirse allí y las mismas mesas y sillas que en la placita al aire libre, ofrecían ampliar el disfrute de los clientes al ofrecerles un buen descanso y frente a una de esas mesas estaban Adrián y Nancy comiendo sus helados después de haber pasado un activo día en la playa, surfeando y corriendo en la cálida arena en compañía de las hermanas de Nancy y los amigos de ellas, mas los demás habían preferido retirarse pues tenían otras cosas qué hacer, pero de alguna manera, Adrián la había convencido para que aceptara acompañarlo a comer un helado.

En el pasado, le encantaba cuando ella y Adrián después de pasar la tarde en el ático de él, el lugar mágico, salían a caminar y casi siempre terminaban en esa nevería. Los recuerdos la hicieron sentir nostalgia. ¿Cuántas veces soñó despierta en ese lugar que él se le declaraba? ¿Cuántas veces esperó que él le confesara que se había enamorado de ella? ¿Cuántas veces deseó confesarle sus sentimientos verdaderos a él? Muchas veces, sin embargo ninguno de los dos habló. Ella lo comprendía. En ese entonces ambos eran muy tímidos en cuanto al amor, sobre todo él. De cierta forma era un inmaduro al respecto y eso hizo que ella se perdiera a sí misma cuando llevada por la desilusión de la larga espera sin obtener ningún resultado, hiciera lo que hizo.

Suspiró contristada. Ella había hecho su vida en el extranjero. Tenía a Tony, una buena casa, un excelente trabajo en el que iba ascendiendo a pasos agigantados y tenía también muy buenos amigos.

Pero a pesar de su triunfo en el extranjero, se sentía vacía a veces y al mirar a Adrián supo por qué. No lo tenía a él y ahora, entre más tiempo pasaba a su lado, más comprendía que lo necesitaba y se dio cuenta de algo terrible: que había cometido un gran error al volver, porque cuando pensó que estaba preparada para enfrentarlo, se había engañado. No podía enfrentarlo sin salir lastimada de nuevo. Hizo a un lado el helado cuando sintió un tremendo frío interior, como si Mr Freeze se hubiera adueñado de su completo ser, helándolo para robarle el calor que la presencia de Adrián le daba.

—-Adrián— le dijo con voz dolida —No hay futuro para nosotros.

Y Adrián iba a contradecirla cuando el celular de ella sonó y al responder, la escuchó exclamar:

—¡Tony!