Drabble de Inuyasha - Un Encuentro Sin Sentido

Un Encuentro Sin Sentido​

Tal vez sería algo que flotaba en el aire lo que provocaba que el Gran Youkai actuara de manera tan extraña, pero no podía descifrar que podría ser.

Llevaba horas caminado sin sentido, ni dirección aparentemente definido, hasta que se detuvo frente al llamado Pozo devora-huesos, fue entonces que se dio cuenta de sus actos y en ese momento se formo una sola pregunta en su mente: ¿Cómo fue que llegó a aquel pozo? y, a la que, para su molestia no tenía respuesta alguna. Estaba totalmente confundido, pero su orgullo de Youkai jamás le permitiría mostrar una debilidad así, era indigno para alguien de su nivel. Además, demostrar debilidad era acto solo de inservibles e inútiles humanos.

Una ráfaga de viento meció su cabellera plateada, llevando a recorrer el sitio rastros de su aroma, con su fría mirada examinaba el sitio donde se encontraba aquel pozo, y dedujo que estaba cerca de una aldea humana.

No era normal del Youkai dejarse llevar por supersticiones, por lo que estaba aún más confundido, ¿Cómo fue que pasó? ¿Cómo se dejó llevar por tonterías como esas? Frunció el ceño al no comprender que sucedía; no era su costumbre quedarse con dudas respecto a nada.

Su altamente desarrollado olfato le permitió captar rápidamente un aroma proveniente del pozo-devora huesos, era un aroma malditamente conocido, que rápidamente llenó aquel sitio asfixiándose con él.

—Kagome—, Salió de sus labios como un susurro casi imperceptible que fue borrado por una nueva ráfaga de viento y al mismo tiempo le llenó las sensibles fosas nasales de aquel aroma combinado con el propio.

Entonces salió del pozo vistiendo su extraña y singular traje que no dejaba nada la imaginación y cargando una gran y extraña bolsa color amarillo, ella aún no se había percatado de su presencia, por el apuro de sacar la bolsa del lugar.

—Humana— Su helada voz hizo eco en el claro, el sordo sonido de un objeto siguió a la voz era la bolsa que la miko soltó de entre sus manos.

—Sess… Sessh… ¿Sesshomaru-sama que hace usted por estos rumbos?

Vocifero la miko aterrada la miko.

A lo que él fríamente contestó:

—Lo que haga no haga el Gran Sesshomaru, no es de tu incumbencia, humana.

Dicho esto, giró sobre sus tobillos de manera delicada para comenzar a caminar elegantemente con dirección contraria a la chica que aún no salía completamente de su asombro. Una tercera ráfaga de viento azotó el lugar, meciendo de manera más fuerte las largas hebras plateadas del que con orgullo fuera el Lord de las tierras del oeste.