Ubicado en: Calle Principal En plena Calle Principal, podréis encontrar un gran letrero de madera. Este es el Tablón de Anuncios de los Trabajos de medio tiempo en Hanazawa. Todos los distintos lugares de la ciudad rural que buscan un empleado de medio tiempo publican aquí sus anuncios para todos los interesados. Si buscas ganar algo de dinero extra por media jornada de trabajo, ¡esta es tu oportunidad! Empleos disponibles actualmente: Restaurante “Estamos cortos de personal en esta época, y buscamos jóvenes para cubrir medio tiempo como camareros. Estudiantes de secundaria admitidos. Consultar por Sato-san en el Restaurante sobre la calle principal.” Paga: 1500 Yen + Propina Beneficios: Exp Requisitos: Ninguno. Máximo de empleados aceptados por día: 4 Supermercado “Necesitamos alguien que ayude a colocar y reponer los distintos productos que llegaron de la ciudad. Paga en el día. Estudiantes aceptados.” Paga: 1200 Yen + Bonus extra por buen trabajo Beneficios: Exp Requisitos: Ninguno. Máximo de empleados aceptados por día: 3 Maid Café “Nuestra cajera renunció; necesitamos de una chica que pueda cubrir temporalmente a la persona en la caja. Debe estar dispuesta a llevar puesto un outfit de “maid” durante la jornada laboral. Estudiantes de edad secundaria aceptadas.” Paga: 2000 Yen Beneficios: +2 Magia Requisitos: Sólo mujeres. Máximo de empleados aceptados por día: 1 Puesto de Pesca “Requerimos de un joven fuerte para que nos ayude a amarrar los botes y ayudar con su mantenimiento. Debe tener predisposición para el labor. Estudiantes de segundo y tercer año de secundaria admitidos.” Paga: 2500 Yen Beneficios: +2 Fuerza Requisitos: Sólo hombres. Al menos 25 de Fuerza. Máximo de empleados aceptados por día: 2 Puesto de Ramen "Últimamente mi espalda está produciendo muchos dolores. No es fácil ser viejo. Necesito una persona que ayude un poco con la cocina. Cualquier persona es bienvenida en este establecimiento." Paga: 1300 Yen Beneficios: Exp Requisitos: Ninguno. Máximo de empleados aceptados por día: 2 Contenido oculto ¡He aquí los Trabajos de medio tiempo! A partir de ahora, sus personajes pueden incursionar en el mundo laboral (?) -Para aceptar un trabajo, simplemente rolea aquí que examinas el anuncio y menciona el trabajo que decides realizar. Luego postea en el tema del lugar de trabajo (por ejemplo, Restaurante o Supermercado) y comenzará el trabajo. -Trabajar en el día te dará varios beneficios, tales como Dinero y Exp, pero también consume tiempo. Después de trabajar sí puedes seguir roleando normal y hasta puedes pasar tiempo con un Arcana, pero no podrás aceptar otro trabajo ni participar de un club escolar (cuando estos comiencen) hasta el día siguiente. Así que debes elegir a qué te dedicarás ese día con cuidado. -Los empleos se actualizan tras transcurrir un tiempo, así que debes estar atento a si se presentan nuevas oportunidades exclusivas (yo avisaré los cambios en un tema aparte). -Sólo se puede aceptar un trabajo por día. Si al día siguiente, u otro día más adelante, si decides hacer el mismo trabajo, simplemente debes dirigirte nuevamente al mismo lugar (por ejemplo, si ya trabajaste una vez en el Supermercado, al comienzo de otro día puedes rolear directo en el Supermercado y etiquetarme allí diciendo que trabajarás ahí ese día). Si nunca has trabajado ahí, siempre debes pasar por aquí antes de comenzar un nuevo trabajo. -Se permite aceptar múltiples trabajos, pero sólo en distintos días, no en el mismo día; en un día, sólo puedo aceptar uno. Ejemplo: hoy Oreki decide trabajar en el Restaurante. Al día siguiente, viene aquí y decide trabajar en el Supermercado. Son libres de elegir su trabajo en el día... siempre y cuando cumplan con los requisitos, claro. Cualquier duda a mi perfil o MP :)
Anna Hiradaira Soria El recorrido por Hanazawa podría haber sido super bonito, el asunto era que no estilaba reparar en los pequeños detalles y cosas así, más bien disfrutaba la... ¿dinámica? Es decir, quizá no recordara el color de las flores que pasé por la esquina, el olor dulzón de la brisa o la ancianita disfrutando del sol fuera de su puerta, pero me grababa las sensaciones del pavimento bajo mis suelas, la resistencia del viento contra mi piel, la sangre corriendo y cosas así. Lo hacía sin darme cuenta, y aún así con la fuerza suficiente para renovarme los ánimos y llenarme de energía. No lo sé, igual ya lo pensé demasiado y me duelen las neuronas. Venía tan enfrascada en el trote y el baile que casi me pasé de largo el tablón de anuncios. Lo advertí de soslayo, fue un chispazo de papeles, letras grandes y todo eso, y regresé sobre mis pasos. Fui repasando los diferentes trabajos con la yema del índice, tarareando la canción que iba escuchando. No tenía una idea como tal, confiaba en el poder de las grandes corazonadas ¡y la tuve! Sonreí ampliamente y asentí, retirando la mano para enderezar mi camino hacia la tienda que ya había conocido el otro día: el maid café. ¡Usar un traje de maid era mi sueño! Bueno, no tan así, pero de repente le tenía muchas ganas ¿y había razones sobre esta tierra para negármelo? ¡No, señor!
Shiori Kurosawa Al final mis pasos me habían guiado de nuevo al distrito comercial y aunque una vez allí pensé a hacerle una visita a Sakura-San mientras caminaba el tablón me llamó la atención. Al parecer esta vez sí había anuncios, de forma que me detuve y les eché un ojo. El del Maid Café me llamó la atención, sin duda, la había pasado bien con Hiradaira allí pero al pensarlo con cabeza fría, aunque podía hacer la caja sin problema, lo cierto es que hacer inventarios y acomodar mercadería se me daba bien. Lo había hecho tantas veces ya que ni siquiera recordaba la cantidad. —El supermercado será~ —dije para mí misma y cambié la dirección de mis pasos. A ver si dejas de chuparte en dos días el dinero en el Maid Café, los cuchillos y capitas azules, Shiori.
Yule Shirai Mientras paseaba por el concurrido distrito comercial, con los auriculares puestos y una melodía aleatoria sonando a todo volumen, reparé en el gran letrero de madera que solía pasar por alto a menudo. Quiero decir, yo, escogiendo un trabajo de medio tiempo. Por favor, si era una bola de nervios y de caos en sí mismo. Dudaba poder pasar del primer día sin que me echasen por cualquier desastre que mis dos pies izquierdos causasen pero ahí estaba, deteniéndome para leer con mayor detenimiento mis opciones. Llevaba adelantada bastante materia por mero aburrimiento, y tampoco era como si me esperase algo en casa que no fueran videojuegos o mangas. Además, el dinero podría venirme bien para comprarme nuevos tomos antes de que papá me cortase el grifo. No era mi culpa que saliesen nuevas ediciones cada semana, y mi estúpida compulsión no podía ver un hueco vacío en mi estantería. De modo que terminé por animarme a aceptar uno de ellos. El trabajo en el supermercado. Trabajar en un restaurante terminaría muy mal, no tenía fuerza suficiente para hacer las veces de pescador y tampoco era una chica. Así que... la elección estaba más que clara. Total, tampoco iba a durar demasiado.
Sanji Allende El día estaba precioso. Los pájaros cantaban, el sol bañaba mi rostro, y por alguna extraña razón, no me detuve a molestar a nadie por el camino. Eso sí, estuve silbando todo el trecho, con los manos entrelazadas tras la cabeza, dando largos pasos. Ocupaba mi espacio, la verdad. Pensé en pasar a visitar a Sakura, ya que un té y una charla tranquila no me harían para nada mal, ya que andaba sin ánimos de esforzarme, pero mis ojos se detuvieron en el reluciente tablón que ahora adornaba la calle. Me acerqué a verlo, pudiendo notar que ya varios anuncios habían sido tomados. Al parecer, algunos estaban ansiosos de hacerse con un poco de dinero. Lo cual no era una mala idea. Batallé en mi interior sobre qué hacer. ¿Debía rendirme y holgazanear durante el resto del día, dejando que toda mi economía se basase en matar mocos y luego venderlos a personas con dudosos gustos? ¿O tal vez debería hacer un poco de trabajo honesto y ganarme mi pan con sudor y esfuerzo? Dios, debía frenar. Que me pasaba. Por un segundo, pensé que iba a volverme bueno. Parecía que nadie había tomado el del restaurante. Ser mozo, ¿eh? No era mala opción. Más si pagaban toda esa cantidad. Más propina. Había trabajado ya de camarero en mi casa, al otro lado del océano. No debería ser tan distinto aquí en esta isla. Así que, sonriente, tomé uno de los anuncios de trabajo en el restaurante, y me dirigí directo hacia allí. ¿El resto habría buscado ya algún trabajo? Sería gracioso encontrármelos. Y por gracioso me refería a que lo sería solo para mí. Contenido oculto Bueno, esto es todo lo que podría soltar el finde, creo (? Si puedo mañana, me escabullo y posteo en el restaurante, pero bueno, quería ya dejar esto en claro nomás :D
Akiko Brooks Nagi y yo llegamos hasta el tablón de anuncios que había en la calle principal, y me detuve delante de él, temblando ligeramente. Yo... yo nunca había trabajado. Bueno, en realidad sí: trabajé cuando vivía en Tokyo una vez, en una pastelería, y solía ir temporalmente, pero... —A-A decir verdad —me atreví a decir, mientras observaba, con un dedo índice en la comisura de los labios, las distintas ofertas—, la única vez que he tenido un trabajo a tiempo parcial fue en una pastelería de Tokyo. La dueña era amiga de mi... padre, y me acogió y enseñó a hacer dulces. Trabajé a veces allí, pero... estaba sola, en la cocina, cuando todo estaba cerrado. Entraba, hacía los pasteles, los dejaba preparados y me iba antes de que abriese, colocando todo en las vitrinas. Yo sola. No como estos trabajos, que... serían con gente. Empecé a analizar las ofertas. Un trabajo era en el puesto de pesca. A-Aquel chico del puesto era... mono, sí. Pero, uhm, parecía algo duro, no sé si me veía en él, a decir verdad. Luego otro trabajo era de... ¿m-maid? ¡P-Por encima de mi cadáver...! ¿Qué más había? Uhm... reponedora en un supermercado o camarera en un restaurante, ¿eh? Como camarera tendría que atender a clientes. De reponedora no tendría más que colocar cosas del almacén, ¿verdad? Era... era más fácil optar por el trabajo del supermercado, sí. Sin duda. Era lo más fácil, lo más sencillo, lo más tranquilo para mí. Complicarme la vida con el restaurante, pasar vergüenza de esa manera... no tenía necesidad de pasar por eso. Así que volteé la mirada hacia Nagi, y, cuando la vi ahí abajo, viéndome reflejada en ella, notando esa energía suya de inseguridad, tensión y, a la vez, algo de entusiasmo, yo... yo... Ni siquiera sé por qué lo dije. ¡Ten la boca cerrada, Akiko! Luego siempre te arrepientes. Siempre, siempre. ¿Por qué tenía que trabajar en primer lugar? Ya ni me acordaba. —¿Te parece si... preguntamos por el trabajo de camareras en el restaurante? Cielos, Akiko. A veces te odio, mucho. ¿Qué pretendes? ¿Probar que puedes hacerlo? ¿Demostrarle a Nagi que ambas podéis? ¿Demostrarle que no eres tan indefensa como pareces? ¿Que puedes hacerlo? Eso parece, sí. Pero, ¿puedes, Akiko? ¡¿Puedes?! Porque ese temblor en tu voz me dice otra cosa. Agh, maldita vocecilla interior. Me falta el diablo y el ángel en cada hombro. Contenido oculto Well, yo ya lo he propuesto (?) Mori postea en el restaurante si quieres y te llevas a la jirafilla uwu
Nagi Watanabe Vaya que era rápida la chica, pero bueno; lógico, teniendo en cuenta que era como verse a un espejo, solo que yo sentía cargarme un mal humor que venía acumulando desde quién sabe cuando, y ahora, tras todo este embrollo, había salido sin más y no planeaba ocultarse otra vez. Porque, vamos; uno puede ser lo más paciente del mundo, a la espera de que las cosas cambien y tal, pero como bien nos había dicho el perico humano: hay ocasiones en que simplemente tienes que enfrentar tus miedos y mantenerte firme ante las adversidades, tan intuitivo como analítico en el caso de estar solo. Por lo que en verdad era un alivio poder ser un grupo considerable de nueve personas. Y aún más una alegría que Akiko existiera de por sí, a pesar de que esperaba que no le molestara mucho sí empezaba a pegarme como lapa o algo a ella. Tendía a ser así con las personas a las que les agarraba confianza. La cosa es que tan solo la vi con una sonrisa resignada, con una pizca de genuina diversión sincera, mientras se alejaba a un paso que ya veía lo difícil que me sería seguirlo. Luego negué con la cabeza, manteniendo la sonrisa casi de orgullo y ternura al encogerme de hombros, antes de empezar a trotar para intentar alcanzarla, acompasándome lo mejor que podía a su paso sin mayores complicaciones luego. Me había logrado subir un montón el animo tan solo con dejarse llevar por la espontaneidad, como yo pocas veces me permitía; por lo que no podía evitar sentir genuina alegría por ella, más al imaginarme todas las estupideces y tonterías desagradable por las que tuvo que pasar para parecerse tanto a mí. Me daban ganas de protegerla y todo, a causa de esa tontería de instinto del "Hermano Mayor" —¡Pero Akiko-senpai, eso es increible! —exclamé con clara exaltación en mi voz, aun anonadada por todo lo que veía; como era común en mí, por mucho que exclamara o intentara gritar, a pesar de que mi voz sonara bien y todo, el volumen en realidad nunca llegaba a ser más que el neutral y natural como mucho. Lo tenía bajo de por sí y casi nada podía hacer al respecto, por lo que dudaba que mi comentario llamara la atención de alguien a los alrededores. Guardé silencio luego, tranquila y algo indiferente, solo por no tener una emoción más alta que la otra tras la sorpresa, aunque lo mejor para describirlo tal vez era "paciencia"; seguí los movimientos de mi senpai con suavidad, en busca de no perderme de su línea de ideas. Para cuando por fin volteó a mí, yo en realidad la observaba con esa mirada casi de perrito mojado, reflejando felicidad de más y ternura por la situación en sí como por ella. Aunque escuchar su propuesta me hizo tensar toda la expresión, conteniéndome el aire dentro. Vamos, que era un caos para socializar sin temer a estropearlo todo, o encontrarme con alguien atemorizante... Pero el Parque de Pesadillas ahora me parecía mucho peor que cualquiera de esas cosas, aparte... —Mientras sea contigo me da un poco igual dónde, senpai. Yo nunca he trabajado en mi vida —sinceré tras un suspiro resignado, bajándole la intensidad a la tensión en mi cara—. Con suerte y aprendí a hacer huevo frito sin quemarme con el aceite, ¿entiendes al punto de absurdez que llega eso? —cerré los ojos mientras hablaba, sin poder contener una risa ligera al final, echándome solo un poco hacia atrás, aun con las manos en mis bolsillos y todo ese asunto de parecer una vaga otaku a kilómetros. Me acerqué un poco al cartel, en busca del afiche que abría leído ella. >>¿Dónde queda y cuál es el horario? Mientras no se cruce con la salida del cole de mi hermanito, no deberían haber problemas —hablé con una calma que hace muchos meses no sentía, y algo de nostalgia me invadió todo el cuerpo; extrañaba los momentos hermosos que compartía con Natsumi y Haruka, pero estaba segura que ellas se alegrarían mucho de saber que me está yendo genial en Hanazawa... A excepción de las estupideces del hombre perico, claro. Ah, y de seguro también amarían conocer a alguien como Akiko, la adorarían o algo; más aún con esa altura que se cargaba. Contenido oculto Chale, Akiko hasta ya le devolví en parte los colores originales a Nagi ;w; I love them. Puedes acarrearlas al restaurante ahora sí gustas uwu Ya sabes que Nagi te sigue en silencio como perrito faldero
Diane Yamaguchi No tardé mucho tiempo en llegar a la plaza por mi propio pie. Ya hacía tiempo que vivíamos en Hanazawa, y aunque aún me costaba, podía ir a los lugares más relevantes sin problemas. Caminar no me molestaba, aunque a ratos notaba una ligera punzada en las piernas, fruto de las incontables horas que pasaba de pie al día. Únicamente mientras estaba en clase podía reposar; quizás por eso me gustaba tanto poder dedicarme a mis estudios. Con el pensamiento en mente de buscar algo que hacer, llegué a un tablón donde ofertaban trabajos para los ciudadanos, bien remunerados. Repasé todas las ofertas con la mirada, atónita. ¿De verdad había tanta demanda de trabajo aquí? Alcé la mano para coger una de las ofertas, con los ojos ligeramente empañados. Realmente podría ganar bastante dinero... Sería un alivio en casa. Sin aún creérmelo, encontré una que me llamó mucho la atención. —Es... perfecto —susurré. En el supermercado buscaban ayuda. Estaba acostumbrada a ordenar y guardar alimentos, a gestionar la casa: ¡podría con ello! Y no ocuparía mucho tiempo, así que podría regresar a casa temprano para cocinar. Corrí al lugar en cuestión, esperando que aún no se hubiesen cubierto las tres plazas que ofrecían aún.
Oreki Tojo Se acercó con mano en el mentón llegando cada una de las propuestas de empleo algunas les parecían más tentadora que otra. —veamos...estaria super genial trabajar en un restaurante después de todo debe tener un templo de sabores esperando a ser degustados...pero mmm...solo me limitaría a servir platillos—Oreki dirigió su vista a la propuesta del mercado una donde tendría la sencilla tarea apilar productos en las estanterías— suena bien, muy bien...oh y el maid café es obvio a quienes buscan y la pesca no me llama demasiado, vale que es solo un empleo por un rato donde ¡Podre obtener algo! Oreki finalmente había enfoco su mirada llena de un brillo de ilusión sobre la oferta en el restaurante, estaría "como en casa" al estar rodeado de aromas exquisitos aunque ¿Eso sería una distracción para el? Para nada ¡el olor de un buen platillo era motivador a cualquier hora! Tojo vio en los empleos una forma más divertida y llevadera de transitar las semanas hasta su temido encuentro en el dominio. —¡A la carga!—vocifero animado mientras corría raudo hasta el restaurante ¿Estarían alguno de sus compañeros allí? Su curiosidad no podía esperar para saberlo.
Riamu Yumemi Fue bastante más fácil de lo esperado conciliar el sueño aquella noche. Pensé que toda aquella extraña situación me lo complicaría pero tuve que acabar tan agotada sin darme cuenta que caí rendida al tocar la cama. Y cuando me desperté al día siguiente, decidí que de verdad de la buena todo aquello de los Trickster y las Personas tenía que ser cierto porque los sueños que tuve nada tuvieron que ver con la Velvet Room y todo lo sucedido. La cosa en ese momento era, claro, intentar descubrir quiénes eran los otros nueve estudiantes con esos mismos poderes. Al menos conocía al que se había despertado conmigo, aunque no lo había visto por la escuela en todo el día, pero eso era todo. Y no es que fuese el tema de conversación más fácil de sacar tampoco, claro. La única opción que se me ocurría era buscar a la chica del otro día y preguntarle por lo de la Herrería, a ver si conseguía sacarle algo, pero quizás fuese un poco raro de buenas a primeras. Ah, qué remedio. Por el momento, tendría que encontrar entretenimiento en otras cosas. Después de las clases, como siempre, me dediqué a dar un paseo por la calle principal del pueblo y en aquella ocasión llamó mi atención el tablón de trabajos que había a mitad de camino. Me quedé mirando los anuncios mientras mordisqueaba una chuchería, con una ceja alzada antes los papeles. Aunque mis padres me dejaban gastar el dinero que me daban como me diese la gana, la verdad es que había pillado la costumbre de trabajar a tiempo parcial en Tokio también, por aquello de la satisfacción personal y por hacer algo con el tiempo libre, así que la idea de retomarlos en el Hanazawa tampoco me resultaba del todo extraño. —Uhm... El traje de Maid seguro que me queda bien, pero igual no es la mejor toma de contacto con el mundo laboral del pueblo. Lo del Restaurante suena a mejor opción, y así me voy acostumbrando a atender a gente, síp. ¿Y dije eso en voz alta exactamente por qué? Pues vete tú a saber.
Anna Hiradaira Soria Ayer volví a casa más que contenta. ¡Todo había salido bien con Miyuki! Me ponía muy contenta la idea de haberla ayudado, aunque fuera un poquito, en el camino para superar sus miedos y vencerlos. Todos podíamos ser superhéroes, ¿a que sí? Y que mis estupideces le sirvieran a alguien, bueno... hacía retroceder los míos. Quizá volvieran a ganar terreno cuando la noche cayera y el silencio invadiera hasta el último rincón de mi pequeño mundo, pero algo era algo, ¿no? ¿Las clases? Aburridas pero necesarias, algo así como los trámites. Me emocionaba bastante seguir ganando dinero y ese pueblo parecía estar lleno de trabajos a medio tiempo, ¡incluso más que en Tokyo! Pedazo de ofertón. Revisé el tablón, todo se veía igual exceptuando... ¡Ah! ¡Había dos vacantes en el puesto de ramen! Ayer me había pasado la tarde a la orilla del río y ciertamente era un lugar bonito, me apetecía regresar. Además, aunque igual me hiciera ilusión la idea de ver a Ebihara-senpai, prefería darle un poco de espacio. ¡Sabía que podía ser muy agobiante! Demasiado, incluso. Asentí, habiendo decidido mi destino, y enderecé mi camino hacia el río.
Sanji Allende La tarde había pasado de manera bastante aburrida, a decir verdad. Anna y la otra chica habiendo estado hablando de cosas sobre ser amigas y otros temas aburridos, por lo cual decidí directamente irme de allí. No iba a lograr nada quedándome tirado sin hacer nada más que esperar. Aunque, para ser sincero, Anna me había sacado una pequeña sonrisa con sus arrebatos de energía y demás. Para ser alguien tan pequeño, tenía bastante guardada adentro. ¿Sería algo así como los ratones y demás, que tenían que gastar constantemente energía para que no les de un paro cardíaco? Me iba a asegurar de preguntarle eso luego, cuando la viera. Como siempre, las clases fueron... aburridas. Eran más como una pequeña parada en el camino. Molestar en clase era impresionantemente difícil, con lo estrictos que eran los maestros. Obviamente, eso era también un desafío, pero uno que me agotaba, así que veía siempre con buenos ojos cuando el timbre trinaba en mis oídos y me cantaba una canción de libertad. El trabajo del otro día había sido bastante fructífero, así que tampoco sería mala idea repetirlo. De paso, podía luego pasar por alguna tienda para comprarme algo. Todavía teníamos que volver a ese parque horriblemente decorado. De solo recordarlo, me daba escalofríos. Tanto moco. El tablón de la otra vez se encontraba casi igual, excepto por una nueva adición: el puesto de ramen, que se encontraba cerca del río. No era mala opción. Cerca del agua, fresco, y con una buena vista. A pesar del fiasco que me llevé de no poder molestar a la enana, el río sí que me había relajado. Así que, con paso decidido, me dirigí hacia el puesto de ramen, mientras afinaba mi ukelele.
Shiori Kurosawa No quería una respuesta yo tampoco, esa era la verdad, pero la recibí de todas maneras y no me quedó más que oírla pues porque no era ninguna maleducada. Me limité a asentir cuando hacía falta, para que supiera que la escuchaba. La cosa con las palabras de Nagi es que una cosa era hablar y otra hacer, en rasgos generales yo me movía por el hacer antes que el hablar. Las palabras en general eran un poco traicioneras. ¿Que siguiera haciendo lo que me pintara en gana? Obviamente. Como si quisiera más gente muerta, Dios. Tampoco era que desconfiara de la habilidad de Nagi, en lo más mínimo, sabía que si tenía que usar arco y flecha o a su tigre, iba a hacerlo, pero detrás de mi forma de actuar había un miedo visceral que no podía ignorar de la noche a la mañana. —De acuerdo~ —respondí a lo de que iba a acompañarme hasta la calle principal. Solté un suspiro mientras me acercaba al tablón, quitándome el cabello del rostro con un movimiento de mano y le eché un vistazo general a todos. De nuevo el supermercado, el restaurante, el puesto de pesca que quedaba obviamente descartado y estaba el del puesto de ramen, que aunque me llamaba la atención, no era mi primera opción. Las palabras de Watanabe me hacían eco todavía pero lo cierto es que no tenía tiempo ni ganas de andarlas rumiando, de forma que seguí con mi plan. Mis ojos fueron a parar al anuncio del Maid Café que había visitado ya con Anna y pensé que podría intentarlo, total ganaba más dinero que en el supermercado y todo. —Bueno, creo que iré al Maid Café para ver si todavía tienen el puesto, así que ya sabes dónde encontrarme si me necesitas para algo más tarde o si quieres hablar conmigo un poco más, ¿sí? —Le dije a la castaña cuando despegué los ojos del anuncio—. Ahora sí me voy yendo. Hasta luego~ Luego de despedirme de ella me encaminé al local.
Oreki Tojo Tan rápido como el podía devorar un Onigiri, llegó hasta la tabla con las ofertas de trabajo, le observó por un momento hasta llegar con la sorpresa de que el puesto de Ramen requería empleados. —sabia que el puesto del viejo iba a triunfar ¡su sabor rivaliza con los grandes! Por un minuto sintió la tentación de prestar servicios en el puesto pero sentía que más de uno pediría una vacante. A fin de cuentas, tenia tanto futuro como un buen restaurante. —entonces creo que ire...¡Al supermercado! Algo simple pero al final algo útil— escogio con entusiasmo, esta vez procuraría dar su maximo y así tal vez reciba una buena recompensa... todo sería bien recibo.
Contenido oculto: Fire Drill Nagi Watanabe Bueno, ya había hecho todo lo que podía, así que ante la última respuesta de Kurosawa simplemente seguí divagando en mi propia mente, mirando el cielo como siempre hacía cuando no quería caer. Mira el cielo, y verás como es más fácil sentir que todo es liviano, a diferencia de la tierra, que al mirarla solo te quedas pensando lo doloroso que es estrellarte con ella. ¡Pero bueno, que yo no era una cerebrito ni nada de eso! Me palmeé las mejillas con fuerza, cerrando los ojos, para luego sacudir mi rostro con algo de brusquedad. Solo así sentía que podía eliminarme las malas cosas del cuerpo; como sí moverse las espantara, se esfumaran, como sí de verdad tuvieran un espacio físico... Vaya, eso era, ¿no? Lo que Sayuri necesitaba era algo que podía hacer sin nosotros, pero no todos tenían la fortaleza de levantarse una, otra y otra vez tras una caída, cada vez más y más dolorosas. A veces también quería solo desaparecer, como sí nunca hubiera existido; pero morir de tal forma era imposible, así que siempre terminaba por descartar esos pensamientos. Las desgracias no se superan con violencia o muerte, se superan con calma y determinación; Haruka me decía eso una y otra vez. Sonreí a lo lejos cuando vi a la bola de energía, Oreki, tomar rumbo quién sabe a dónde. Solté una sonrisa liviana, enternecida y a paso calmado me acerqué al tablón de anuncios. Y mira, pero... ¿quién lo diría? Ir al puesto de ramen me sonaba como la mejor opción. Me generó un sentimiento extraño, una mezcla de melancolía y falta de algo, que me robó de los labios y nariz un suspiro abatido; no sentía que era un trabajo insoportable, pero tampoco me nació la necesidad de ir por puro gusto y placer... Era porque el señor ya estaba anciano, ¿no? Yo nunca conocí a mis abuelos, nunca hablaban de ellos en casa... tal vez por eso sentía la necesidad de ayudarlo; nunca tuve a alguien sabio y ya cansado que me aconsejara sin discutir conmigo de por medio. Así que, ante ese simple pensamiento, opté por ese trabajo: Iría a trabajar al puesto de ramen... Oh... Fijándome bien... parece que los cupos están ya agotados. Solté un suspiro pesado, algo deprimida. No demoró en encojerme de hombros y caminar con mi abatimiento a cuestas, cabizbaja. Tendría que ir al restaurante, tampoco había ido del todo mal ayer, y puede que me encontrara con alguno de mis compañeros de... ¿Pesadilla? La idea me saco una leve risa socarrona, que logró que alzará otra vez el rostro hacia el horizonte. Contenido oculto Gigavehl Holi, sí quieres interactuar con la niña me avisas uwu
Nuvoir Yang Bueno, ya había llegado aquí y como era de esperarse no había mucha variedad. Cómo fuese no parecía tampoco que ningún empleo fuese demandante, solo era a medio tiempo y las pagas eran decentes. Hum... parece que los empleos del puesto de Ramen estaban llenos, y unos pocos entre el Restaurante y el Maid Café. Aunque el primero sonaba un poco más tentador, esos 1500 yenes tampoco eran despreciables. Así, pues, tomé el trabajo del restaurante que al parecer ya habían otras dos personas allí, tal vez debiera considerar trabajar ahí mismo por un par de días más. No lo sé. Igual y con suerte podía empezar a trabajar en el tema de las Arcanas, la verdad es que por todo lo descubierto por los demás suena a que ya llevan progreso...
