Misión de: Shinrin; Riku; Misato; Kiba; Yin; Zeng y Ujihisa Avanzaron en caballo hacia dónde Kiba los guiaba, para la sorpresa de los presentes fue un recorrido corto, en parte gracias a las montas pero también la distancia no fue grande. No había tomado un descanso por lo que estaban agotados, todos menos Ujihisa quien había dormido en su paseo en Iwade. Dejaron los caballos antes de entrar a la ciudad dónde fueron bienvenidos, lentamente Kiba siguió el rastro hasta una casa junto al río, allí el lobo se sentó, el rastro terminaba allí; pero no había nadie. Todos comenzaron a buscar dentro de aquella casa mientras Kiba permanecía sentado, observando como todos se movían. Pero fue Riku el único que se asomó un poco hacia el río; y allí, atado a uno de los cimientos que mantenía esa casa a flote; una flecha se clavó a un lado de Riku, en la flecha había otro listón, esta vez color púrpura, y en ese listón había atado un mensaje "Ahora mismo los estoy viendo. Pero no soy el único" Misato reaccionó al instante; pero Zeng estaba mas lejos de ella; la flecha se clavó en su hombro con fuerza, Zeng cayó al suelo. Un ataque sorpresa el cual incendiaba aquel sitio Yin sugirió tirarse al agua pero Shinrin los detuvo diciendo que era lo que seguramente el enemigo esperaba Los locales comenzaron a movilizarse; confundidos por lo que estaba sucediendo. Riku planeo una táctica que los ayudaría a salir con el menor número de daños posibles. El humo se acumulaba mientras Shinrin sujetaba a Kiba para que este no saliera corriendo en desesperación. Todos siguieron el plan de Riku lanzando los barriles; al instante fueron acribillados por flechas mientras ellos escapaban por la puerta hacia el otro lado de la ciudad ocultos en el humo. Riku; Misato; Shinrin y Kiba sabían ocultarse; lo hicieron sin problemas; pero fueron los Tao quienes mas problemas tuvieron intentando mantenerse sigilosos; nuevamente Yin lograba ocultarse siguiendo las instrucciones de los shinobis; pero Zeng y Ujihisa no tuvieron la misma suerte, ambos recibiendo una flecha mientras escapaban, Zeng estaba gravemente herido. Pero los ciudadanos no estaban huyendo, y no atacaban al equipo; apuntaban a un enemigo superior en números. 30 ENEMIGOS El mismo chico que les había robado en Iwade acudió a su auxilio, y con él sus compis! 7 shinobis que se distinguían por el color de los listones atados a sus brazos, la mujer del listón rojo la conocían era Ayame, la informante de Kenzaburo. Misato reconoció a Ayame y la llamó por su nombre; Ayame miró a Misato; los demás shinobis se sorprendieron de que conociera su nombre, pero Ayame no miraba a Misato por ello, bajó la mirada al instante sin responderle para concentrarse en el combate. Yin alineaba a cinco enemigos para asesinarlos de un sólo corte; para después dañar a dos oponentes mas antes de colocarse a un lado del shinobi del listón verde; junto a él atacaron con una sincronía que mandó a su rival a una muerte instantánea. Riku no se quedó atrás, deteniendo a dos enemigos esquivando sus ataques para después usar la escuela de su maestro sobre aquel con mayor fuerza; quien comenzaba a jadear por el dolor infringido. El rival de Misato tampoco era un digno oponente para ella, de un tajo ya lo tenía temblando; no tardaría en caer. Los demás se mantuvieron en pelea, menos Ujihisa quién esperaba atrás por si tenía que curar las heridas de alguien. Zeng se mantenía esquivando los ataques junto al joven del listón azul, ambos dejaron a su oponente con la vista nublada, iba a morir pronto. La pelea fue larga pero no hubo bajas al bando de los Minamoto; los shinobis aliados se mantenían en pie y ningún aldeano resultó herido; sólo había treinta cadáveres, todos de enemigos Ujihisa comenzó a moverse entre sus aliados iniciando por Zeng quien estaba herido desde aquella casa abandonada en el cruce del puente. Los aldeanos apagaban el fuego que las flechas habían desatado; por fortuna no se extendió a los bosques alrededor, los incendios eran contenidos y las pérdidas materiales serían mínimas. Misato mencionó a Ayame que le hubiese gustado poder ayudar a Kenzaburo; Ayame no respondió Riku aun dudaba del joven del listón azul (quien era el que les había robado en Iwade) pero se explicó su plan, uno simple, el poder guiarlos hasta acá para que su maestro los pusiera a prueba: el famoso shinobi entre shinobis Kaze. Hablaron de la caída de Iga ante los shinobis de Koga para después mencionar que ellos eran los Fujibashi, otro clan aliado a los Hattori así como los Momochi. Mostrándose como verdaderos aliados. El joven del listón azul devolvió las cosas robadas Misato mencionó que quería hablar con su maestro cara a cara para formar una alianza, a lo que sería algo imposible "Lo llamamos Kaze; pues el el viento. Invisible pero no imperceptible. Él fue quien nos reunió a todos nosotros señaló a cada uno de los listones. Y quiero creer que si no ha intervenido en esta linda reunión es porque busca lo mismo que tú " haciendo alusión a la alianza Los Fujibashi se presentaron: Daigo (listón azul); Anzai (listón verde); Ayame (listón rojo); Arata (listón rosa); Handa (listón morado); Tanimoto (listón amarillo); Keita (listón naranja); Endo (listón café) Hablaron del riesgo que eran los shinobis de Koga, principalmente la familia Sugita e incluso se habló de caer en Koga y eliminarlos. Pero el joven Daigo y otros mas se negaron, pues sabían que en Koga también había mujeres y niños; a lo que personas como Handa mencionaron que Murai no se detendría ni con eso, haciéndose la pregunta de "¿Por qué nosotros si?" Anzai mencionó que no se actuaría con imprudencia Riku propuso buscar a Kaze; pero Anzai negó, mencionando que sólo Kaze se mostraría cuando se necesitara, que no debíamos buscar a alguien que no quería ser encontrado, pues podríamos dar pistas al enemigo para hacer lo mismo. Decidieron separarse para seguir sus caminos; pero Ayame se uniría al equipo para mantener contacto con Daigo directamente. Los shinobis se despidieron y repartieron en distintas direcciones
Misión de: Seikanji; Kaien; Akihito y Junpei El día había transcurrido sin ninguna actividad para los nuevos reclutas en Koga; Seikanji y Akihito esperaban nuevas instrucciones debido a las palabras de Kodoku la noche anterior; pero nadie parecía llamarles, de hecho, ninguno de los ninjas que conocieron el día anterior parecían estar presentes, sólo habían visto a Tomoe cerca del cuartel y a Haku caminando por la muralla. La noche había llegado a Koga y Aoi y Ryoshi llegaron a la ciudad, dejando atrás a dos caballos agónicos por el trote al que fueron sometidos; eran caballos que habían sido tomados de Fukui ya que carecían de dueño. Escalaron la muralla; Ryoshi con facilidad mientras Aoi caía. Al ver esto Akihito le extendió una mano para ayudarla Allí notaron que Kodoku estaba amarrado a un árbol, Kaien ayudó a soltarlo. Ryoshi se preocupó al ver que Aoi si estaba realmente herida Mako, la esposa de Murai apareció para decirles que no bajaran a Kodoku, que aquello era un castigo por haberle robado a su padre Mako observó a Aoi, sabía que la nueva aprendiz de Wu llegaría a Koga, pero no esperaba que viniera acompañada; por lo que asumió que aquel hombre era su sirviente Seikanji mencionó a Mako que había sido él quien había robado a Murai y no Kodoku. Explicó que Murai le había dicho que velara por sus propios intereses y eso hizo; por lo que Murai debería estar satisfecho. Kodoku lo apoyó y Mako cedió. Akihito preguntó por los demás; pues no los había visto en todo el día. Mako le explicó que Haku estaba vigilando la muralla esperando la llegada de Aoi para evitar que fueran acribillados por los guardias; pero de los demás no dijo nada. Kaien y Kodoku bajaron del árbol; el primero con gracia y el segundo con un fuerte estruendo; peor que la caída de Aoi. El tiempo parecía transcurrir lentamente, no había nada que pudieran hacer mientras esperaban, no estaban los principales representantes de Koga; en la clínica, Aoi fue atendida por un aldeano de Koga mientras Ryoshi la acompañaba. A Kodoku lo curó su madre por el fuerte golpe que tuvo al caer del árbol tan torpemente. Fue hasta medio día dónde fueron reunidos nuevamente en el cuartel general. Murai los esperaba dentro de la habitación; y para algunos, resultó importante notar la ausencia de aquellos miembros del clan Sugita, ahora incluyendo a Kodoku y Mako quienes no estaban con ellos. Sólo Tomoe estaba presente. Murai dio la bienvenida a todos, incluyendo a Aoi y Ryoshi (no preguntó por sus nombres) Murai les preguntó a los presentes si habían usado bien las monedas (las que robaron) Murai los felicitó por haber tenido las agallas de robarle después les soltó la sopa: irían a matar a Shura Akamatsu Seikanji preguntó detalles sobre aquella misión para después mencionar que no confiaba en Ryoshi Akihito mencionó que al menos deberían saber sus nombres para poder comunicarse Aoi les dijo que un asesino jamás revela su nombre Ryoshi les aclaró que él no era un aliado para ellos, él sólo estaba allí por Aoi. Murai levantó su mano mostrando el mon dorado que le había otorgado Gendo a Ryoshi, sonrió mientras lo deslizaba entre sus dedos con facilidad. Ryoshi estaba sorprendido y buscó entre sus cosas, efectivamente había sido robado. Murai mencionó que Ryoshi (sin mencionar su nombre) había aceptado la oferta de Gendo Mori para ser su discípulo, diciendo que se había vendido por muy poco Ryoshi se quejó mencionando que él no respondía al nombre de nadie Akihito preguntó sobre la misión, asumiendo que serían discretos; Murai respondió diciéndoles que esta vez no quería discreción, era una agresión abierta. Aoi les mencionó que podían llamarla como quisieran; para después mencionar que antes de irse quería pasar por la armería Seikanji preguntó cómo realizarían la misión y Murai respondió que debían partir esa misma noche, sin mayor detalle. Era una prueba, un fuerte entrenamiento. Ryoshi mencionó que quería un enfrentamiento con Murai, y Murai respondió diciendo que Ryoshi ganaría porque él era ciego Tomoe salió a buscar a Hoshi a órdenes de Murai para que Aoi hiciera sus pedidos Hoshi entró y Murai le pidió el favor de ayudar a Aoi con velocidad a pesar de que a él le gustaba hacer las cosas con extrema calma, el aceptó a regañadientes Aoi trató con respeto a Hoshi, algo que el anciano apreció mientras preparaba su katana y le vendía kunais Hoshi trabajó a marchas forzadas en su taller para después volver; a pesar del esfuerzo no mostraba gota de sudor, sus manos no se veían sucias ni su cabello ennegrecido; era un hombre pulcro y de prístina apariencia. Aoi se armó para un futuro combate. Murai le entregó el mapa a Akihito para que él los guiara hasta su objetivo "Usen cualquier método para matarlo; y recuerden... a mi no me deben honor... a mi no me sirven muertos... si la tarea se complica prefiero que huyan de combate, si eso llega a pasar, Shura habrá visto sus rostros y vendrá a Koga. Si eso sucede... lo recibiré." Así iniciaron su viaje a Higashiomi.
Misión de: Hideyoshi y sus montañas: Masaharu; Genichi; Reijiro y Shinkai. Hideyoshi fue llevado hacia el castillo en la madrugada junto a varios de los prisioneros; esperaban ver sangre y destrucción a su paso; pero no fue así. La ciudad parecía funcionar al igual que el día anterior; los establecimientos abiertos, la gente en sus calles; la única diferencia es que al ver la comitiva del Emperador, se hacía a un lado. Akishino iba montado a caballo blanco al frente; no portaba ningún yoroi, sólo un haori y kimono finos, tenía algunos detalles en hilo de oro; a su lado cabalgaba Sayuri, detrás de ella iban los hombres con los que había peleado el día anterior. Al otro costado de Akishino se encontraba otro hombre quien no portaba tampoco ninguna clase de yoroi. No había conversación entre ninguno de ellos; permanecían solemnes en su camino por las calles; seguidos de mas hombres a caballo, incluyendo a los diplomáticos Eiji y Takechi; detrás de ellos seguían los prisioneros a pie, siendo jalados por guardias quienes si iban a caballo. Al llegar al castillo, los portones fueron abiertos sin ningún tipo de resistencia. No iba a haber resistencia; pues en interior ya había un ejército esperando a su Emperador; los cuales al verlo entrar vitorearon. Ninguno de ellos parecía estar manchado de sangre; no se les notaba cansado, no había nada en ellos que reflejaran un arduo combate. Ya no existía el emblema Miura; sólo se veía el emblema del Emperador por cada rincón de aquel sitio. Los estudiantes que antes recorrían aquellos sitios ya no se encontraban mas. Algunos ahora eran prisioneros. Al entrar; la comitiva se dividió; algunos prisioneros fueron arrastrados hacia otro lado distinto al cual Hideyoshi era dirigido, al parecer este era llevado al jardín trasero... y allí estaba la sangre. Un grupo de soldados rodeaban a un joven que se veía exhausto mientras los gritos de una mujer se escuchaban tan fuertes que parecían retumbar en cada rincón; en los árboles no había pájaros, y las hojas ondeaban paulatinamente, como temiendo a caer en el pasto manchado de rojo; la mujer era Shoko, quién fuese líder de la casa Miura. Era sometida por dos hombres; obligándola a mirar aquel enfrentamiento; Hiruma (su hijo) era lanzado de un lado para otro; mientras este trataba de sostener el sable; era tan lento que no alcanzaba a rozar a nadie. Se notaba que aquella arma no era suya; una kodachi, una que Hideyoshi logró reconocer de inmediato, era de su maestro. Al buscarlo con la mirada lo encontró; se encontraba atado a uno de los árboles; amordazado y tratando de moverse; a su alrededor también había hombres quienes a cada movimiento perforaban levemente alguna parte de su cuerpo. Akishino se dirigió a Hideyoshi"...El abandono de los deberes propios implica la violación de las leyes naturales. Tú ya las has violado al permanecer aquí y no correr con tu señor; pues cuando investigas y razonas a fondo la cuestión de importancia relativa, la confusión debería cesar. Y es así porque en una situación de vida y muerte, si existe peligro inminente de dañar a personas importantes, como a tu señor Takeda o el pueblo, uno no debe dudar en morir sin pensarlo dos veces; aunque si esas personas importantes para ti no corren peligro alguno, entonces lo correcto es que conserves la vida... Ya has fallado una vez; ahora dime... ¿Quién de ellos debe vivir? Dame un nombre; y yo otorgaré piedad" Hideyoshi admitió frente a Akishino que había deseado más de lo que debería; y que ahora dejaría atrás sus deseos... después de el último que iba a expresar: "Perdona la vida de Aoshi, señor Emperador. Este será mi último deseo, y a cambio de ello, dejaré los deseos a un lado. Seré un simple instrumento de ahora en más, para ser utilizado para la diplomacia y la política, o para lo que sea necesario. Takeda me permitió el ser un hombre de deseos, y nunca debí haberlo permitido. Ya no hay más de eso para mí, en esta tierra... ni en esta vida" Hideyoshi ya no era el mismo. Los episodios vividos en Miura lo habían afectado psicológicamente. No había vuelta atrás. Akishino afirmó sin mirar a Hideyoshi, mencionó levantando su mano frente a los guerreros que peleaban con Hiruma; cerrando el puño haciendo que los soldados a su mando atacaran al unísono a un joven que no sabía defenderse. No lo torturaron mas; fue una muerte rápida. El grito de Shoko inundó cada rincón del Castillo; mientras que los guardias atacando a Aoshi cesaban; dejando al hombre mirando aquel asesinato sin la posibilidad de intervenir; su misión de protección había fallado. Sayuri reía ante aquel escenario mientras Akishino se mantenía tranquilo; no reía, ni siquiera mostraba una sonrisa "Has entendido, Hideyoshi. Este error que has cometido no sólo recae en tus decisiones; este es un error de tu señor. Takeda es joven e idealista; un Imperio no se construye así, es un error dejar viva una semilla sin rumbo" Shoko cayó desmayada a brazos de los guardias que la sostenían mientras Aoshi miraba con furia hacia la dirección de Akishino. ¿A quién veía así? ¿Al Emperador, o a su alumno? "Haber dejado con vida a Hiruma hubiese creado a un joven lleno de odio, que al crecer se volvería un idealista al creer que matándome solucionaría todos los problemas de nuestra nación. Hoy has tomado una decisión correcta, una que yo no tomé; yo bajé mi arco aquel día... y ahora Takeda cree que su supervivencia fue el destino. Los errores se pagan con sangre. Hoy con esto, has evitado que en el futuro más muertes a tu nombre" La noche había llegado a Ibaraki; Hideyoshi fue llevado a las mazmorras; el fue lanzado a unas sin nada en el suelo; sólo algo de paja. Aoshi también fue llevado allí después de que sus heridas fueron atendidas. Ambos guardaron silencio. Frente a ellos, otras rejas funcionaban como prisión; pero allí había mayores comodidades; futones y algunos pergaminos para lectura ligera. Fue allí dónde llevaron a Shoko después de que ella recuperara la conciencia. Ella se dejó caer cuando los guardias la dejaron en el futón; se mantuvo allí inerte a pesar de tener los ojos abiertos. Después de un rato, los pasos de los guardias se volvieron a escuchar; esta vez un hombre de un parche y un joven (Rei y Matahachi)entraron arrastrando a dos rostros conocidos para Hideyoshi. Eran Kuroki y Shiori; acompañados de otros tres prisioneros; una mujer de cabello castaño; un joven y una niña que al parecer era ciega. Kuroki, Shiori y el joven fueron arrojados en la misma celda que Hideyoshi y Aoshi; mientras que las otras dos mujeres fueron arrojadas en la celda con mejores comodidades. Matahachi no dijo nada; saliendo de las mazmorras; fue Rei quien se despidió burlón para después seguir a Matahachi Momoka trató de alivianar el ambiente, dando ánimos a los encarcelados Sho le mencionó a Hina que estaba allí cerca de ella; pero su voz era muy baja, afónica, como si estuviera lastimada por gritar demasiado. Las palabras de Momoka estaban llenas de vitalidad y amor; y para la mayoría de los presentes, las palabras entraron huecas a sus oídos. Aoshi permanecía en silencio mirando a Shoko, la mujer que no parecía querer moverse de su posición letárgica; Sho, el hermano de Hina tenía una garganta débil, junto a un espíritu destrozado. Hideyoshi estaba en la misma posición. Eso era lo que hacía el Imperio, el clan Taira y sus allegados; despojaban al más noble guerrero de todo ideal de justicia. "No... necesitan... matarnos... para destruirnos...sólo míranos" mencionó Sho ante Momoka.
Misión de: Aoi; Wu; Ryoshi El barco entró a los territorios de Fukui; habían ayudado a unos pescadores, por lo que les entregaron cincuenta monedas por la buena acción. Wu fue quien decidió ayudarlos, mencionando que no se podía vivir únicamente de mala reputación, pues se debía ser inteligente para ser lo suficientemente carismático para que tus súbditos te idolatraran. El puerto era visible; no precisamente por la tierra en el horizonte, sino por la nube de humo negro sobre ella. Wu mencionó a los presentes que ese era obra de "El asesino del fuego" Gendo Mori Ryoshi mostró algo de temor al enterarse de ese modo, de que Wu y Aoi pertenecían al clan Taira Ryoshi mencionó que no quería involucrarse en guerras, pues ni él ni sus hombres eran precisamente guerreros Wu le aseguró a Ryoshi que no entrarían en una guerra en Fukui, si había humo negro es que Gendo Mori había terminado con aquella ciudad, la cual ahora servirá al Imperio Descendieron en el puerto, estaba completamente vacío; pero no destruido. Al caminar por las calles llegaron hacia dónde el cuartel se derrumbaba por las llamas. Ryoshi los siguió encargando el barco con sus hombres que se mantuvieron alerta. Wu los llevó hasta las ruinas del cuartel, el sitio dónde provenía el humo negro. Había un rojo intenso que enmarcaba una silueta que les daba la espalda, mirando el fuego con tranquilidad. El calor del fuego se sentía debajo de la escalinata, Ryoshi incluso colocó su mano frente a su rostro, sintiendo como aquel aire quemaba. Wu aplaudió haciendo que la silueta lentamente girara hacia ustedes. Por contraluz, tardaron un poco en reconocer el rostro que los miraba con una grata sonrisa. Era Gendo Mori. En aquel hombre no había rastro de cansancio, ni un atisbo de miedo o tristeza en su mirada soberbia. Siguió bajando los escalones sin bajar la vista jamás, se detuvo a cinco escalones arriba de dónde ustedes se encontraban. Negó levemente mientras se colocaba en posición de descanso marcial; piernas abiertas a un ancho de hombros; su mano derecha sosteniendo la muñeca del brazo izquierdo por la espalda. Gendo les recriminó el fallo que tuvieron en Sado al no traer a Takeda. La tensión que creaba Gendo hicieron que Ryoshi sintiera verdadero terror. Él era un simple comerciante, un guerrero y saqueador esporádico si la situación lo demandaba; y ahora estaba en una conversación con Gendo, el mejor guerrero del Imperio, quien al parecer buscaba a Takeda, el último de los Minamoto. (En la mente de Ryoshi "¿En qué car$%&@ me vine a meter?") Aoi se mantuvo serena, aceptaría su destino cómo viniese y demostraría a aquel hombre que ella podría ser muchas cosas, pero no era una cobarde, pues era así como Gendo calificaba a todos los shinobis: cobardes Wu defendió su oficio y a su nueva aprendiz frente a Gendo; quién sólo respondió ante Wu mencionando que ser útiles no les quitaba lo cobardes Wu mencionó que enviaría a su alumna a Koga; Gendo preguntó por Ryoshi y Wu mencionó que él no era alumno suyo. Ryoshi aclaró que el no había venido hasta allí buscando reclutamiento, y en un momento de idiotez, miró a Aoi, y con esa mirada indicó a Gendo la razón por la que se encontraba allí Gendo al instante desenfundó su katana y apuntó hacia Aoi; pero al instante Ryoshi se interpuso bloqueando cualquier ataque de Gendo, quien no parecía esforzarse realmente. Ryoshi sacó aquella flauta que cargaba, y de ella desenfundó una katana. Aquel joven nunca estuvo desarmado, sólo aparentaba estarlo. "El guerrero del silencio. La flor roja en el pecho, y una shakuhachi en el obi. Un simple comerciante no baja de su barco sin razones" aclaró Gendo, haciendo que Ryoshi bajara su acto de ser un simple comerciante asustadizo. Ryoshi le respondió a Gendo que si su reputación lo procedía, que ahora entendería que él no es un cobarde. Gendo soltó una risa sonora. Ryoshi se giró ante Aoi "¿Crees que ahora si merezco conocer tu nombre?" Aoi le dió su nombre a Ryoshi Gendo le dijo a Ryoshi que sería ahora su aprendiz; Gendo desprendió su emblema de su ropa; un mon de la casa Mori, era de oro. Lo entregó a Ryoshi a quién le brillaron sus codiciosos ojos; y antes de irse, Gendo le dijo que lo esperaría en Kioto. Wu mencionó a Ryoshi y Aoi que debía regresar al mar a ocuparse de unos asuntos del Imperio. Ryoshi le dio su barco porque el acompañaría a Aoi a Koga Wu advirtió a Ryoshi que sólo había mencionado la llegada de su aprendiz a Koga; Ryoshi mencionó que con el nuevo emblema que tenía, seguramente lo dejarían entrar sin conflicto alguno. Wu sólo rió y mencionó "No conoces a Murai..."
Misión: Kojiro; Togashi; Masamune y Fuji Togashi era un trabajador arduo, sus martilleos duraron hasta la madrugada. Ginza, el comerciante de Yamamoto terminó de hacer negocios con Togashi Con el dinero que había conseguido, le dijo a Ginza que quería comprar un yoroi; pero fue Yamamoto quién interrumpió diciéndole que de eso se encargaría él Yamamoto colocó la armadura en Togashi, diciéndole que fue tejida con el azul Minamoto, y tenía un nombre: Usukane "oro fino" Togashi mencionó a Yamamoto que estaba preparado para aprender más y ser un mejor herrero. Yamamoto le habló a Togashi sobre cómo utilizar la madera, y cómo un herrero no sólo debía dominar el metal. También le entregó una madera que decía "Armería" con eso podría entrar y salir de Nagoya sin que le cobraran peaje Togashi colocó la katana de Benkei y la nodachi Haiku en su cintura. Decidió dejar en la armería su cajita con piedras de afilar, pues pretendía regresar esa noche. Se despidió de Yamamoto con una última reverencia y salió a las calles. Togashi le robó a un ladrón que celebraba haber robado Togashi siguió caminando para ver si lograba encontrar a Kojiro; quién no parecía estar en mercados o locales; así que Togashi se dirigió hacia el shukusha. Togashi avanzó hacia el shukusha y en el jardín del exterior pudo encontrarse a quién buscaba; era Kojiro bajo la sombra de un cerezo; y en su mano, había descendido una golondrina. Kojiro estaba absorto en aquella noble ciatura. Togashi llamó su atención recitando un haiku Kojiro sonrió mostrando los dientes sin despegar la mirada de la golondrina hasta que esta voló de su mano; no por culpa de la voz de Togashi, no por el viento, no por la sonrisa pronunciada de Kojiro; simplemente voló porque aquello era natural, voló porque tenía alas para hacerlo, era libre y no era consciente de ello. Ambos hablaron sobre la poesía; y Togashi le preguntó a Kojiro su opinión sobre el mar Fue entonces cuando Kojiro le dijo a Togashi cómo conoció a Jinrai, la persona que se convertiría en su padre y cómo él cambiaría el significado del mar para Kojiro, de algo que temía a algo que ahora adoraba. Togashi entonces dirigió la mano hacia su cintura, donde relucían tres armas guardadas en sus respectivas sayas. Con mucha delicadeza extrajo la saya más larga, que asimismo tenía una tsuka de una longitud mayor a la de las katanas normales. La tsuka tenía un entramado de hilo color azul marino y la tsuba brillaba en un perlado gris. Ante la mirada de Kojiro, Togashi colocó la nodachi sobre ambas palmas de sus manos, para que el joven pudiera ver la imagen que había tallado sobre la saya: las olas del mar. Togachi le entregó la nodachi sublime que había forjado y ensamblado; su nombre era Haiku. "Con ella podrás alcanzar las victorias que tanto anhelas y seguir volviéndote fuerte. Serás la primera golondrina que vuele por encima de las nubes... llevarás el mar en tus manos y con él darás orgullo a tu padre. Yo sentiré de la misma manera, pues sé que con el tiempo nuestro lazo se volverá mucho más fuerte. Como con Gonsake. Seremos hermanos" "Togashi... Me has devuelto no sólo el deseo por seguir en la senda del guerrero; también me das aquello con lo que me arrebataron ese deseo. De mi derrota y tú perseverancia ha nacido nuestra convicción, de tu habilidad ha nacido Haiku; y mi fuerza la blandirá para honrar tu nombre" Qué nivelazo de bromance señores y señoras. Kojiro imitó a Togashi, ambos levantaron el rostro hacia el cielo con una sonrisa, habían encontrado familia dónde menos pensaban encontrarla. Togashi entró al shukusha a descansar, había pasado la noche en vela por la forja, así que debía recuperarse. Togashi había descansado; recuperando la energía perdida por su desvelo; sus músculos aun dolían pero se sentía como una victoria, no era un dolor el cual no lo dejara moverse, sino al contrario, lo motivaba a seguir. Fuera de su habitación ya lo esperaba una mesita con una comida ligera; un poco de arroz y sopa de pescado, se mantenía tibia debido a que la tapa había mantenido el calor. También había agua fresca y un poco de licor de ciruelo; tal vez un regalo adicional de Kojiro en la paga. Togashi comió y después se dirigió al santuario, dónde Kojiro estaba conversando con Kawa, al parecer, la pequeña le explicaba el por qué debía lavarse las manos; mientras que Benkei se encontraba alimentando a las carpas del estanque. Togashi le presentó a Benkei a Kojiro como su hermano Togashi le dijo a Benkei que estaba preparado para el desafío que habían acordado, mostrándole la katana que había forjado para ello Kawa afirmó con gran felicidad; Benkei se notaba tranquilo mientras que Kojiro estaba impresionado; pues no concebía la idea de ver a un monje peleando con un samurái, con el mejor herrero de Japón. Todos levantaron una oración para antes del combate Benkei inció el ataque golpeando a Togashi sobre el nuevo yoroi; su mano sintió el impacto, el golpe iba a ser mucho más poderoso pero el escudo tan liviano en Togashi lo protegió perfectamente. Y antes de que pudiese decir algo al respecto; recibió un fuerte golpe en golpe de Togashi en el abdomen; también era fuerte, así como su mismo abdomen. Benkei esquivó el ataque colocándose con un paso estratégico detrás de Togashi; tomándolo del cuello del yoroi y empujando con su pie derecho el izquierdo de Togashi hacia adelante; empujando con su mano del cuello del herrero hacia atrás; mandándolo directamente al suelo. Togashi se levantó; arremetió nuevamente contra Benkei; pero su defensa fue mayor; y Benkei volvió a hacer el mismo movimiento. Era algo curioso, por fuera, Togashi se veía intacto; pero por dentro sufría los estragos. Así continúo el combate, y unas costillas rotas después... Benkei ganó. Togashi se aproximó a un costado del patio, cerca de Kojiro y Kawa, allí donde había dejado sus katanas a resguardo para poder luchar con mayor comodidad. Colocó a su preciada Asahi en su cintura, tras lo cual empuñó la otra katana, la que había forjado para aquella ocasión. Pues en aquel duelo, tanto la victoria como la derrota eran positivas. Sereno y respetuoso, Togashi se aproximó hasta Benkei. En el corazón del patio de aquel templo de paz, con Kawa y Kojiro como testigos, extendió la katana hacia el monje. Su acto de entrega. Dándole así a "Sohei" Togashi mencionó que seguiría con su entrenamiento, debía buscar materiales para seguir forjando, así que invitó a Kojiro y Kawa para que lo acompañaran, ambos aceptaron, Antes de irse del Santuario, Kojiro mencionó a Benkei que entendía de su oficio; pero también mencionó que sería un gran hombre para la guerra Fueron al exterior de la ciudad, cruzando la muralla. Había grandes árboles cercanos y era un sitio perfecto para recolectar lo que Togashi necesitaba. Kawa ayudó a Togashi con sus heridas para después mirar a los altos árboles. Tanto Kawa como Kojiro le ayudaron a Togashi a recolectar ramitas Kawa le preguntó a Kojiro el por qué no usó a Haiku para cortar las ramas de los árboles, en lugar de treparse a uno y recolectarlas con las manos "Haiku es una fina arma de combate; no un hacha para cortar madera. No desgastaré su filo si es que yo puedo recolectar la madera con mis propias manos " Togashi le preguntó a Kojiro por qué había elegido la nodachi sobre la katana Kojiro mencionó que para entender esa decisión, debían conocer su vida (Parte de la ficha de Kojiro) y concluye en que "La nodachi me definió aquel día; la hizo un amigo para mi pensando en mis debilidades, para que estas no fueran un problema" Togashi al escuchar la historia de su hermano, entendió no sólo por que usaba la nodachi, sino también entendió su orgullo; el por qué le había dolido tanto ser derrotado por Kato "Por eso deseabas derrotar al águila, por eso te sentiste sin alas" pensaba Togashi para después hablar "Ahora tienes nuevas alas... Le dijiste a los tuyos que podían volar contigo al son del viento de Jinrai Sasaki. Los esperaste junto a tu padre, les dieron la oportunidad por varios días... y ellos tomaron una decisión. Por eso es que no hablaría de una "promesa rota". Ni de tu parte ni de la de ellos. Fueron decisiones nacidas de la perspectiva de cada uno, buscando su lugar en el mundo, como todos nosotros. Aunque no sabemos qué es de ellos ahora, ojalá estén bien y hayan encontrado su corriente de viento en el cual volar... ¿Quién sabe? El día menos pensado tal vez haya un reencuentro. Las mismas circunstancias que nos han hecho coincidir en este bosque, en este mundo inmenso, bien puede llevarte cara a cara con la parvada. Sería poético" Togashi inmerso en la historia de la infancia de Kojiro, y del cómo sus amigos fueron adoptando nombres de aves que se asemejaran a sus habilidades; Togashi preguntó qué ave sería él y cúal sería Kawa Kojiro mencionó que sería grosero darle a Kawa una característica si no la conocía tanto; pero mencionó que Togashi sería como una grulla "Tu presencia trae paz y buena suerte alrededor. Fuerte y resistente; capaz de resistir la migración. No hay ave que se pose sobre la grulla, ella está coronada, de un rojo que no puede ser manchado" Kawa mencionó que aun no estaba lista para hablar de su pasado y ambos la entendieron; pero ella mencionó que tal vez se asemejaba a un cuervo. Togashi le dijo a Kawa que el cuervo era una buena analogía, y destacó las cualidades de Kawa Togashi mencionó a Kojiro que aun debía aprender algo de él, e irían al puerto para ello, no sin antes pasar por el mercado a comprar algunos materiales. Kawa se ofreció a comprarlos por él y así ellos podían adelantarse al puerto. Togashi le dio el dinero a Kawa y un extra para que se comprara algo El avance al puerto fue calmo; así como la marea aquel día. Kojiro avanzaba observando al horizonte; algunos barcos pesqueros comenzaban a regresar al puerto; mientras otros salían por otras rutas, esperando tener mejor suerte. Los barcos mercantes se mantenían atados a los muelles, y constantemente eran descargados y cargados de mercancía. Kojiro guio a Togashi; al parecer conocía ya aquel sitio por su recorrido mañanero. El sitio les daba un espacio abierto; no sólo para observar el horizonte, sino también para colocarse en un punto donde Kawa podría localizarlos fácilmente sin que ellos estorbaran la rutina de los mercantes. Kojiro le dijo que entendía que quería aprender su escuela (porque dudaba que Togashi quisiera aprender de él el arte de la pesca) le lanzó un remo y el se quedó con otro "Mis alumnos son seres especiales; no entreno a aquellos que no logren crear en mi ni un atisbo de asombro. Porque la escuela Ganryu será la mejor de Japón; y no aceptaré que mis alumnos sean menos que extraordinarios. Y no dejaré que nadie deshonre mi apellido. Jamás." "Hermano. Me has dicho que honrarás mi nombre blandiendo a Haiku. Tengo igual deseo de honrar el tuyo a través de tu escuela, por lo que no dejaré de esforzarme para llevar Ganryu a lo alto" mencionó Togashi, dando inicio al combate Afirmó ante las últimas palabras de Togashi para después salir disparado hacia él. Kojiro no esquivó el ataque, no se movió, recibiéndolo de lleno; pero aquel impacto no le afectó en lo más mínimo, a pesar de haber conectado; a pesar de que Kojiro no utilizaba ninguna clase de protección. Después, Kojiro atacó sin vacilación, un golpe de abajo hacia arriba y después un golpe de arriba hacia abajo; dejando a Togashi un recuerdo, ardor en el pecho, fue rápido pero parecía que Kojiro fuera marcando cada movimiento a pesar de la velocidad; así Togashi, quien estaba lo suficientemente atento, logró observarlo para aprenderlo. "El movimiento de la golondrina se considera como un vuelo indescifrable; como el viento. Tan pequeñas pero tan rápidas al vuelo. Se extingue el día; pero no el canto de la golondrina. Tal vez utilice ese poema y lo ponga en una tablilla en mi dojo" "La grulla afina; Sus alas y su canto; Con la golondrina" recitó Togashi para imitar los movimientos de Kojiro Kojiro sonrió ante su poema para después prepararse al ataque de Togashi; y sin borrar ni un segundo su sonrisa, esquivó su ataque; viendo como golpeaba la arena con gran fuerza, creando una línea que levantó arena por los aires. Aquel ataque obligó a Kojiro a afirmar ante tal despliegue de habilidad, para después acercarse y con su remo pretender romper el de Togashi; así daría por concluido la lección; pero la reacción de Togashi logró sacarle una expresión de genuino asombro; pues su hermano había retirado su arma, arrastrando la arena consigo, dejando que el remo de Kojiro golpeara en el mismo sitio en el que Togashi había creado un patrón de movimiento por su ataque. Creando así juntos una marca en la arena mientras ambos mantenían la mirada sobre el otro sin soltar sus remos. El aplauso fue lo que los sacó de ese ensimismamiento, era Kawa. En el hombro cargaba los cueros; y de su obi, una pequeña bolsita que antes no tenía antes. Se acercó a ustedes y señaló la arena dónde ambos habían golpeado: 力 Habían creado juntos, el kanji de "Fuerza" Togashi había aprendido la escuela Ganryu Togashi le preguntó a Kawa que se había comprado para ella; ella les contó que se compró un cascabel, pues su madre le había dado uno de pequeña; dijo que había hecho muchas cosas malas, pero merecía el perdón después agradeció a Togashi por el regalo. De esa manera, los tres volvieron a la ciudad para después separarse entre las calles de Nagoya. Kawa al santuario; Kojiro al shukusha y Togashi de nuevo a la armería. Togashi volvió a la casa de armamento cuando Fuji y Masamune parecían terminar su entrenamiento a ojos de Yamamoto quién sólo parecía limpiar instrumentos; al parecer para él había sido un día tranquilo. Ya era de noche Fuji le dijo a Togashi que era un hermoso yoroi, Togashi le agradeció y preguntó por su entrenamiento. Masamune mencionó que el entrenamiento de Fuji había terminado por el día de hoy; y él se iría a dormir. Del mismo modo apareció Yamamoto, quien le confió su armería a Togashi mencionando que se iría a dormir. Fuji decidió quedarse con Togashi Togashi recordó que Takeda mencionó que ella había revivido la espada que ahora el portaba: Asahi. Togashi le dijo que aquella arma era un muy buen trabajo. Togashi le dijo a Fuji que si le podía explicar como fabricar arcos. Fuji tomó un arco en sus manos, uno que ella había tallado, su trabajo era muy bueno; no se comparaba al de Yamamoto o Masamune; pero se acercaba. Lentamente le fue explicando el proceso de cómo tensar la medara después de ser tallada, el tipo de de hilo y cómo mantener la rectitud de la veta. Togashi le preguntó por qué había elegido el camino de la herrería. Así que Fuji contó su historia (Ficha de personaje) Togashi agradeció a Fuji la explicación y sobre todo, haber revivido a Asahi. A Togashi se le dificultó un poco el trabajo con madera; así que cambió a la construcción de sodes, dónde hizo un mejor trabajo Togashi notó que las manos de Fuji temblaban débilmente. Fuji observó a Togashi en silencio hasta que él preguntó sobre su temblor; ella sabía que era evidente, aun así creía que tal vez Togashi la ignoraría debido a su concentración enfocada a su oficio. Pero no fue así Fuji mencionó que estaba muy preocupada por Matsuda; pues seguía sin saber nada de él Togashi le ofreció agua a Fuji, y mencionó que tratara de no pensar lo peor Togashi hablaba desde la pura perspectiva, desde su visión: no negaba la existencia de las dificultades, pero afirmaba que las dificultades no anulan por completo el éxito y el bienestar. "Yo lo sé, Togashi. Pero...la incertidumbre me está matandoDesde que tomó el camino shinobi... tomó un camino que yo no soy capaz de seguir; yo pensé que si había peligro, lo enfrentaríamos juntos, y no ha sido así, ahora no sé dónde está o si se encuentra bien... Gracias por escuchar. Yo... debo descansar" y con esas palabras, Fuji salió corriendo Togashi se limitó a mirarla irse, en silencio, sin hacer ademán de detenerla porque sabía que eso sólo acrecentaría su malestar. Aquella conversación obligó a Togashi a recordar de nuevo a Kanade y Gonsake, sus hermanos. Alzó la mirada hacia la casa vacía, donde el crepitar de la forja era el único sonido que lo acompañaba. Él lo sabía: sus ojos volvían a mostrar esa falta de brillo que no se veía hace tiempo, esa aflicción que nacía de la ausencia de Kanade y Gonsake. Porque aunque se había vuelto mucho más fuerte en lo físico y mental, seguía siendo un ser humano: el dolor de sus pérdidas nunca lo iba a abandonar. Junto a Kanade y Gonsake aparecieron los recuerdos de Kenzaburo, de Mao, también del viejo Takagi. Habían renacido por los caminos que decidieron tomar, pero le dejaron muchas cosas a su manera. Pensó en Tetsuo, su gran amigo, preguntándose cómo llevaría su vida como señor de Nagano. Takeda, Takano, Hideyoshi, los demás Minamoto. Recordó el día que compartió con Kojiro y con Kawa, su duelo contra Benkei "Aunque algunos hayan renacido, todos están presentes, porque son parte de mí. Ellos me dan la fuerza que necesito para seguir adelante, aunque no pueda verlos" Togashi pensó nuevamente en Fuji y el amor intenso que profesaba por Matsuda. Se preguntó si alguna vez sentiría algo parecido por alguien (Akari cof cof) Togashi aprovechó lo que quedaba de esa noche para hacer tres sodes más. Luego se dirigió hacia el patio a picar las piedras de hierro, cromo y carbono. Tras lo cual, ya cansado y con la mente despejada, se fue a descansar al Santuario.
Misión: Kohaku; Yuzuki y Rengo. Himawari y Kyoko decidieron seguir a su hermana en Kamakura (Yuzuki); después de los eventos con los enmascarados, no dudaron en seguirla, no sólo por admiración; sino que también tenían curiosidad de ver Kamakura, saber como las llamas lo habían afectado. El ascenso al monte Genji se sintió pesado; era el cúmulo de cansancio y recuerdos de aquel sitio; la vieja casa de Take a las faldas del monte, ahora por siempre vacía; esta vez nadie cuidaría amablemente de los caballos, ya no habría historias, ya no habría cálidos recibimientos. Al llegar a Kamakura; notaron como los ciudadanos estaban reparando el viejo puente destruido; algo que había durado varias estaciones en ese estado. Los tejados no tenían ceniza ni musgo, al parecer; por fin comenzaba a reconstruirse una ciudad que se mantuvo en deterioro. Ryohei, el sirviente del castillo los recibió; no porque realmente los estuviera esperando, sino que estaba supervisando las labores de los ciudadanos, les dio la bienvenida de manera seca. Kohaku preguntó a Ryohei por Rengo. "La mano de Rengo es diferente a la de Kato" mencionó Yuzuki al ver las labores en Kamakura Kotono sonrió al escuchar el nombre de Rengo pronunciado por ambos; ella jamás había visto Kamakura, el hogar del hombre al que tanto amaba, las lágrimas no tardaron en llegar mientras negaba por debajo. Yoro la miró y la abrazó con fuerza. Ryohei mencionó que Rengo estaba en el dojo, los guio hacia allá Ingresaron al dojo un poco obligados por Ryohei quién no les permitió decidir hacia dónde ir, al ingresar notaron una figura conocida al centro; practicando con una espada, el cabello; el emblema Minamoto en la espalda... con un movimiento grácil se giró sosteniendo la katana en posición de ataque; pero se detuvo al verlos. Era Takeda. Era Takeda; debía serlo, pero aquello no tenía sentido; estaba demasiado lejos como para estar en Kamakura tan rápido, a menos que en su camino decidiera retroceder. Aquel hombre les dio la bienvenida; pero su voz lo delató, era Rengo. Ryohei le dijo a Rengo que tal vez sería bueno que les explicara lo sucedido a los presentes; pero Rengo desvió el tema de conversación, diciendo que debían ir al castillo a descansar, se veían agotados. Kohaku mencionó que descansarían pero antes debían hablar con él. Kohaku mencionó el sacrificio de Take y cómo se había convertido en pétalos y ceniza Yuzuki apretó el jarrón dónde llevaban los restos de Take diciendo que debían traerlo de vuelta a su hogar, después de que este los salvara de los demonios carmesí. Rengo los miró mientras explicaban lo de Take; mientras tanto Himawari y Kyoko esperaban en la entrada; Kotono cargó a Yorokubi, esperando otro tipo de recibimiento del muchacho jovial que había conocido brevemente hace un par de estaciones, no era el mismo ¿La guerra lo había cambiado tanto? Rengo se disculpó por el enfrentamiento con los demonios carmesí, era un cálculo que no había tomado en cuenta. También se disculpó con Kotono y Yoro por la bienvenida. "pétalos y ceniza... Si esos fueron los restos de Take; eso indica que era lo mismo que Itami. Un shikigami. Seres formados de papel y especias para proteger y servir a su creador, a veces también son creados con algún toque personal del emisor, en estar caso: pétalos... no conozco a nadie en Kamakura que tenga afinidad por las flores... Hana dejó a Itami; yo jamás he creado uno... tal vez... Take nunca quiso acercarse a mi, siempre asumí que era por ser llamado "niño demonio" pero tal vez le estaba prohibido hablarme... ¿El señor Hoshi? " Rengo parecía estar hablando consigo mismo más que explicando a Kohaku lo sucedido. Kotono le preguntó a Rengo que le había pasado, pues su actitud era muy diferente. Rengo le dijo que tuvo que tomar una decisión que esperaba que Yoro nunca tuviera que tomar. Rengo les inició la explicación del por qué estaba vestido de esa manera "Ha llegado una misiva importante, de Ibaraki... Han capturado a Hideyoshi; morirá en dos días si Takeda Minamoto no se presenta, y no sólo eso; el Imperio hará un ataque sorpresa en una Prefectura aliada en tres días, allí dejará el cuerpo de Hideyoshi; como un inicio a la casería de los Minamoto. Debo ir, ganar un poco de tiempo mientras ustedes van a Niigata e informan de esta situación" Rengo le dijo a Kotono que él quería permanecer en Kamakura para cuidar de ella y Yoro; pero ya no podría hacerlo debido a esta noticia Kohaku entendió que Rengo remplazaría a Takeda, y que no les daría opción de réplica a su decisión tomada. Así que asumió su realidad Rengo miró a Kohaku y le dijo de la misión que le encomendó a Kuroki y Shiori, de buscar a Sho Kamino en Yamato. Le dijo que no podría continuar con la misión junto con él, que debía asumir su verdadero destino le mencionó que ocultó a shi y que no debía preocuparse por ella "Terminé haciendo lo que prometí no hacer; he fallado a mi misión, el tiempo me ha alcanzado y no pude quitar la responsabilidad de los hombros ajenos; he vivido inútilmente; pero al menos moriré cumpliendo con algo a lo que estaba destinado. Cumpliré una de mis promesas mientras rompo las otras. Por favor, discúlpenme con Takeda; también he fallado a lo que me dijo en Shizuoka, así como le he fallado a cada uno aquí presente. Pero esta decisión da tiempo al clan, trataré de que con mi sacrificio, la vida de Hideyoshi sea perdonada. Lamento no ser tan inteligente, lamento no haber sido fuerte... si hubiera dejado atrás mis emociones tiempo atrás... tal vez hubiera tenido más tiempo. Debo irme" Avanzó por el dojo hacia la salida, se detuvo unos instantes; pero no pasó nada. Volvió a avanzar. Ryohei lo detuvo y le entregó el abrigo que Natsu le había prestado a Takano tiempo atrás. El clima indicaba lluvia. El rostro de Rengo seguía vacío; pero una lágrima se había escapado. Sin decir nada mas, salió del dojo. Una voz se coló en la mente de Kohaku, una voz que le rogó que hiciera algo para detener a Rengo. Pero no había sentido alguno en seguirlo Nadie pudo detener a Rengo; y el silencio llenó aquel lugar después de las últimas palabras de Yuzuki "Necesito tomar un poco de aire, no me siento muy bien. Lo siento mucho, hubiera preferido que no lo viesen así" Himawari y Kyoko se decidieron por quedarse en Kamakura acompañando a Kotono y Yorokubi, ya lo habían hecho una temporada en Odawara así que parecía lo más normal; Ryohei le entregó un caballo a Yuzuki para que ella y Kohaku pudieran continuar su viaje a Niigata. Y así partieron con los corazones destruidos, en silencio; sabiendo que no podían hacer nada.
Misión: Misato; Riku; Yin; Zeng; Ujihisa; Kiba Dejaron sus caballos y miraron la ciudad de Tsu; era una ruta que Riku había elegido para llegar lo más rápido posible a Niigata. Se acercaron a dejar sus caballos, en la ciudad se sentía un ambiente interesante, mucho ruido por la mañana. Ayame les avisó que iría a explorar un poco la ciudad, tal vez lo único que necesitaba era estar un tiempo a solas. Ujihisa mencionó que iría a husmear la clínica mientras que Zeng dijo que quería entrenar. Yin y Misato se dirigirían a la casa de armamento mientras Zeng y Riku se quedaban a entrenar En la casa de armamentos se habló de negocios; pero también Misato preguntó por su arma que encontró en Kamakura: la katana amatista. La herrera mencionó que era forja de Hoshi Harima Misato recibió esa información y con ella dejó a cambio la información mas importante que le pudo haber dado a un habitante en Tsu: "¿Recuerda cuando dije que había sostenido unas batallas interesantes? pues debo decirle que es algo relacionado con armas creadas por Hoshi...el espiritista de los Harima. Seguro recuerda también sobre el horrible asesinato hace varias lunas aquí en Tsu, aquella mujer fue discípula de Hoshi y hermana de mi maestro, su muerte fue a manos de un compañero...un traidor en mi viaje, todo para robar el arma que ella custodiaba, obra de Hoshi también, el arma fue robada de nuevo en Higashiomi por un Taira el cual...otros amigos y yo derrotamos, los Kami intervinieron y evitaron mi inminente muerte aquel día...recuperamos el arma pero el traidor escapó, sin embargo uno de mis maestros supo lo que hizo; lo confronto y mato cobrando así su crimen en Tsu" Misato y Yin salieron de la casa de armamento para dirigirse nuevamente con Zeng y Riku, los cuales aun no terminaban su enfrentamiento. Yin no dejaba de sonreír porque la herrera dijo que era pareja de Misato y Misato no la corrigió Llegaron a los establos en el momento en el que Riku ganaba ante Zeng en un combate Misato sugirió a Yin que ellos también debían entrenar, Yin no estaba muy convencido pero Misato lo logró convencer diciendo que confiara en ella, porque él ya había demostrado lo que ella significaba para él. Mientras tanto Ujihisa curaba las heridas de Zeng y Riku después de aquel entrenamiento, Riku le dijo a Zeng que debían intercambiar sayas, pero Zeng se notaba muy confundido. "No lo he demostrado lo suficiente. Lo que usted significa para mi. No quiero dañarla; aunque sé que entrenar es necesario y por ello debemos pelear; pero sobre todo, no quiero faltarle al respeto. Porque no sólo la respeto como la mujer que es, también lo hago como la guerrera que constantemente me ha demostrado que vale el esfuerzo seguir peleando. Me inspiras a ser mejor; y por eso sé que no he demostrado lo suficiente. Misato yo..." Y Yin no pudo terminar de hablar porque inició el combate. Zeng parecía ser una persona con mentalidad firme; alguien con ideas claras con respecto al combate y el alcance de sus objetivos; pero a pesar de no demostrar demasiadas emociones, Riku notaba que aquel hombre no estaba atento; estaba bastante disperso; al grado de no recordar que se habían desarmado mutuamente, quedándose con las katanas equivocadas. Zeng levantó el arma con la saya de flores y él mismo notó que estaba completamente distraído, la verdad era que veía las acciones de Yin con atención; era su hermano menor, lo que quedaba de su rota familia; y allí estaba, dejando raíces fuera de su natal China. "Lo lamento. Nuestras armas fueron un regalo de nuestro padre, un regalo que pidió desde Japón; de este país. Fue nuestro último regalo antes de perderlo a manos de Yuan... Masaki. Incluso a él le dio una antes de exiliarlo; con ese regalo de despedida lo asesinó... para que después la abandonara a cambio de esa arma maldita. A veces las emociones te hacen olvidar parte de ti. ¿No crees?" Zeng se disculpaba con Riku mientras intercambiaban sayas. Mientras tanto, no sólo Yin había esquivado el ataque de Misato; ella también había evadido sus palabras; por lo que Yin se mantuvo en silencio mientras recibía el ataque de Misato, bloqueándolo; aun así, sintió la fuerza del golpe. Él suspiró y con decisión atacó a las costillas de Misato, un golpe bastante fuerte. A Yin se le notaba preocupado; pero no bajaría el ritmo al entrenamiento. Su rostro mostraba la necesidad de querer disculparse; mientras su manos se mantenían firmes en posición de ataque. Riku le contó su historia sobre las katanas que poseía, mencionando el apellido Okudera; para saber si en la mente de Zeng aparecía ese apellido; pero no fue así. Zeng y Riku tuvieron una conversación sobre la familia. Zeng le contó sobre lo que para él era ser un Tao, y lo que para Yin era ser un Tao. Le dijo a Riku que él ya había adoptado el apellido Fujiwara; pero que eso no lo alejaba del apellido "Okudera" y debía pensar que si en verdad quería conocer más de su familia, y tal vez... buscarlos. Riku aclaró que si tenía dudas y curiosidad; pero que ahora tenía un deber mayor con su nueva familia Shinrin también volvía con su lobo Yin hizo una reverencia ante Misato; tanto como disculpa como por respeto al entrenamiento. No pudo decir nada mas, parecía estar conflictuado con sus pensamientos. Yin había ganado. Riku le preguntó a Shinrin si encontró algo útil, a lo que ella respondió que encontró a alguien y hablarían con ese alguien en el barrio viejo. Ujihisa curó las heridas de los presentes para que después todos siguieran a Shinrin y Kiba hacia el shukusha. Yin sólo afirmó ante las palabras de Misato sobre entrenar nuevamente en un futuro; sus manos temblaban. Al llegar al shukusha Hiko Kagami los recibió con una gran sonrisa; reconocía a Misato y al parecer ya había entablado plática con Shinrin a la que recibió sin ningún problema; allí también estaba la herrera que al parecer ya estaba esparciendo las palabras de Misato con la mujer adecuada para ello. Seneatsu también se encontraba allí limpiando; levantó la vista y se ruborizó al ver a Misato Quién quería hablar con ustedes era Sora, y a su vez mencionó a Hiko y Seneatsu que develaran sus verdaderas identidades Ambos revelaron que pertenecían al clan Momochi y que Seneatsu fue el responsable de regresar el haori cuando Takeda lo perdió en Tsu, entregándoselo a sus aliados: Los Fujiwara. Y que él estuvo cuidando de Takeda la noche que perdió a su madre; pues temía que cometiera suicidio Hiko mencionó que Suzu, aquel hombre que cantó en Tsu junto con Hana; se había quitado la vida tras la pérdida de Miko (Hana) Seneatsu se sentía culpable de no haber cuidado a Hana como era debido; y por ello juraba lealtad a Takeda. Misato reveló que el asesino de Hana había caído bajo las flechas de Obata, y que agradecía la alianza brindada por el clan Momochi para con los Minamoto, revelando que ella era shinobi del clan Hattori. Sora mencionó que la culpa de Hana sólo recaía en Hana. Y que por desgracia esa responsabilidad recaía en los hombros de dos niños (Kohaku y Rengo) Hiko se lamentó que siempre las cosas cayeran en los hombros de los niños. Pero fue Seneatsu quien habló, mencionando que estaban en guerra y que nadie tendría infancias felices Misato contó como fue su infancia, otra a la que no se le permitió ser niña; y ahora como adulta, sabía lo que tenía que hacer con esos recuerdos. Y debían estar preparados para enfrentar a los shinobis de Koga Riku afirmó y le preguntó a los presentes si conocían algo del famoso Kaze, líder anónimo de los Fujibashi. Hiko mencionó que sólo Obata y Hamami vieron el rostro de Kaze. Misato le preguntó a Sora que haría después de esta junta; ella le respondió que buscaba al dragón del cual hablaban constantemente Riku intentó resolver allí el acertijo (Cuando golpeen los Shibobis de Iga, serán como relámpagos, cayendo con estruendo, sobre la montaña de Sawa" mencionando que si se refería a Iga, el acertijo incluía a los tres clanes; habló del relámpago como un destello, posiblemente en una tormenta; pero no sabía si literalmente o figuradamente y de la montaña de Sawa no tenía idea Riku después de intentar resolver el acertijo le preguntó a Hiko si podía investigar algo por el: a Kaori Takashima y Keisho Okudera. Hiko prometió buscar información al respecto, por un momento recordó el apellido Takashima, pero recordó que era un niño y no una niña. Y de Okudera, recordó que tenía una hoz de ese herrero. Misato también intentó resolver el acertijo diciendo que tal los clanes creen el caos perfecto para provocar dicha tormenta Ayame mencionó que ella y Daigo creen que la montaña de Sawa es una analogía, tal vez a la actividad conocida como sawanobori, que es seguir un río arriba sobre una montaña Misato había mencionado a Kyoko, una shinobi del clan Momochi. Hiko mencionó que ella fue muy cercana a Hamami. Y Misato aclaró que ella se encontraba en estos momentos con un shinobi del clan Hattori: Matsuda. Y ambos habían seguido el rastro de la Emperatriz en su aparición en Shizuoka Riku le pidió a Hiko ver la hoz y ella accedió, también le preguntó sobre el joven Takashima, ella le dijo que tocaba la flauta y le había robado monedas. Riku siguió intentando resolver el acertijo, pues su combustible era que Murai no volviera a derrotarlo. Hiko estaba confundida conque Kyoko y Matsuda siguieran a la Emperatriz, pues ella estaba embarazada y a punto de dar a luz en Kioto Misato mostró la misma confusión que Hiko, mencionando que tal vez era alguien haciéndose pasar por ella con las habilidades del clan Sugita. Los Tao seguían escuchando información nueva para sus oídos; desconocían tanto de los movimientos internos de los Minamoto; y sabían el por qué era así, aun así, los hermanos se miraron uno al otro en evidente sorpresa; incluso Ujihisa enarcó una ceja. Todos mostraron preocupación por Kyoko y Matsuda. Shinrin sugirió rastrearlo pero Ayame dijo que podrían con ello caer en una trampa Seneatsu le dijo que se mantendría en contacto con Riku, ya que ahora él también era un Fujiwara. Sora también mencionó que seguiría con su busqueda Y de esa manera todos se dispersaron, listos para continuar su viaje.
Misión: Seikanji; Akihito; Kaien; Aoi; Ryoshi Era de madrugada cuando llegaron a Higashiomi; una ciudad árida con algunos campesinos que trataban de recuperar la tierra con lo poco que tenían; el sitio se veía desolado, aquel lugar se diferenciaba por tener un cementerio muy cercano a la ciudad, uno muy grande a comparación de sus habitantes. Todos aguardaron en silencio menos Ryoshi y Kaien, ninguno de los dos tenía grandes habilidades de sigilo por lo que permanecían expuestos a simple vista; pero a los habitantes no parecía molestarles, simplemente agachaban la vista y seguían su camino. Seikanji le dejó un mote para referirse a Aoi: Yuki-onna; como el yokai. Después puso un plan de acción, ir a la clínica y dividirse en parejas. Akihito también comenzó a armar un plan de ataque, pues no les habían dado instrucciones claras. Pero antes de que eso pudieran realizar cualquier acción, notaron movimiento al horizonte. Eran cuatro samurái montados en sus caballos; uno cargaba una naginata; otro llevaba un arco, otro portaba kodachis y el último tenía una katana. Seikanji; Akihito y Aoi se escondieron; Ryoshi fue jalado por Aoi a pesar de que él no iba a ocultarse. Y Kaien permaneció allí en plena calle Los tres caballos se acercaron y los jinetes miraron a Kaien; el hombre de la katana principalmente. Aoi apuntó perfectamente; su objetivo era su rival, el hombre con el arco. Ryoshi observó atento el cómo Aoi sujetaba su kunai y la lanzaba; siguió aquella arma la cual se clavó perfectamente en la yugular de aquel hombre quien al instante calló del caballo alertando al resto que al instante desenvainaron sus armas. El arquero estaba muerto; y sin él, no sólo no tenían ataque a distancia; no tenían quien lanzara la alerta de ataque sorpresa. Estaban rodeados. El combate iniciaba. Uno que iba a ser mucho mas fácil del que se esperaba. Kaien había huido (Insane se sale del rol :( ) El líder que portaba la katana preguntó quién los había enviado Seikanji atacó al hombre de la naginata quién no pudo prever el ataque, recibiendo el impacto directamente; ambas kodachis se clavaron en su cuerpo y aquel hombre gimió de dolor De la misma manera; Akihito atacó al hombre de la katana en mano; clavando su katana al pecho del hombre quién tampoco pudo hacer nada ante tan rápido ataque, el hombre levantó la vista hacia Akihito La emboscada había sido un éxito. Pero la pelea aun no terminaba. Mientras Seikanji y Akihito peleaban arduamente. Aoi y Ryoshi andaban de carroñeros con el cadáver del arquero Aoi tomando el arco y Ryoshi robando todo lo que le fuera de utilidad, ignorando el combate. Aoi apuntó a Shura, quien era el hombre de la katana. Y apostó con Ryoshi a que le daba en el cráneo Seikanji saludó a Shura mientras peleaba con su oponente, el cual se molestó a tal grado de herir seriamente a Seikanji mientras Akihito también se veía en graves problemas con Shura, ya que Aoi no dió al cráneo y Ryoshi se reía por eso. Y de la nada, el sonido de una flecha resonó cerca del oído de Seikanji para dar con la naginata de Yiren quien bloqueó sin problema. Era Aki, había llegado a ayudarlos Ryoshi en un instante miró a Aoi apuntando a Shura nuevamente; después observó a Akihito para sonreír mientras corría ante Shura mientras de su flauta de bambú bloqueaba el ataque que iba dirigido a Akihito quién intentaba huir sin éxito, tropezándose en el camino. Mientras tanto; Aki y Seikanji continuaban la pelea contra el hombre de la naginata; quien por nada logró esquivar el ataque de Seikanji el cual iba con una fuerza que le provocó un fuerte escalofrío mientras miraba aquellos ojos. Aki enfocó su vista en los dibujos en el suelo, ahora manchados de sangre; después miró a Seikanji, aquel joven ocultaba un demonio debajo de esa piel amable; pero no podía detenerse, debía seguir intentando; esta vez enfocó su vista en Akihito y se alivió al sentir que Akihito había sido rescatado por Ryoshi; tensó el arco hacia Shura. La flecha color rojo de Aoi se clavó en el pecho de Shura quién a pesar de la evidente agonía se mantuvo de pie; dispuesto a un último ataque Shura se concentró y cortó en el aire la flecha de Aoi para después dirigir su ataque a ella; algo que Ryoshi no esperaba y aquel hombre le ganó en velocidad cortando por las costillas a Aoi, causando una herida tan grande que comenzó a sangrar de manera acelerada. Akihito también trató de eliminar a Shura pero le fue imposible romper su defensa. Mientras tanto; Aki lanzaba una de sus flechas rojas hacia Yiren, dando en el pecho mientras Seikanji se acercaba a gran velocidad con ambas kodachis; causando un daño monumental a su oponente; quién lentamente cayó de rodillas para después azotar en la tierra, levantando polvo a su alrededor. Había muerto. Shura le dijo a Ryoshi que desenvainara su katana o mataría a alguien. Esto no lo hizo. Seikanji en el embate había dejado caer sus dibujos los cuales Aki recogió después de matar a Yiren. Allí, pudo ver el odio reflejado en los ojos de Seikanji Aki sintió algo de temor al ver a Seikanji, después su mirada se suavizó y este le preguntó el por qué estaba allí. Ella mencionó que vino en contra de las palabras de Murai, y después le entegó sus dibujos Ryoshi corrió junto a Aoi, preparándose para defenderla; pero Shura sonrió, girándose a velocidad hacia Akihito, engañando las reacciones de Ryoshi. Pero Akihito se mantuvo atento, observó las pisadas de Shura, su movimiento abrupto de hombro que se dirigía hacia él; y con ello, con un movimiento orgánico esquivó el ataque ya carente de fuerza de Shura quien inmediatamente borró su sonrisa; no se llevaría a alguien con él a la tumba. "Tuviste suerte..."mencionó Shura ante Ryoshi para después sentir la flecha de Aoi traspasando su pecho. Haciendo que cayera de boca hacia el suelo, muerto. Ryoshi pidió un médico para Aoi, se notaba el miedo en su mirada. Seikanji recogió todas las flechas rojas características de Aki, diciendo que debía ocultar su presencia allí. Después le recriminó a Ryoshi de que si hubiera desenvainado, Aoi no se encontraría herida Ryoshi miró a Seikanji; no podía defenderse a aquellas palabras acusatorias, así que se las tragó mientras Seikanji continuaba hablando, tensando el agarre en su arma que a simple vista parecía una simple flauta de bambú; después sintió el tacto de Aoi en su pecho, la escuchó y trató de tranquilizarse, su tono de voz lo hacía; pero aquel rojo lo volvía a llevar a la preocupación latente. Akihito agradeció por la presencia de Aki y también le dijo a Ryoshi que gracias a él, el se mantenía con vida. Un intento para calmar una pelea entre él y Seikanji. Aki mencionó que se dirigieran a la clínica, allí podría atenderlos a todos y agradecía haber desafiado las palabras de Murai, pues ahora se encontrarían sin un médico que pudiese ayudarlos. Entraron a la clínica; estaba completamente abandonada; los cajones estaban abiertos y sin nada en su interior. Aki rebuscó un poco para ver si encontraba algo de utilidad, no había nada mas que viejas manchas de sangre. Akihito que era el más herido e inició con sus tratamientos, no mencionó que lo que buscaba era un poco de sake para darles antes de iniciar las suturas con cáñamo; pues aquello siempre era lo más doloroso; aun mas que la cauterización que sólo duraba unos segundos. Después continuó con Aoi; mismos procedimientos para culminar con Seikanji. Aki preguntó si volverían a Koga después de esto. Seikanji sugirió dirigirse a Iga para hacer un dibujito Ni Akihito u Aoi parecían estar de acuerdo en viajar a Iga, pero Seikanji insistió; diciendo que tal vez encontrarían algo de utilidad Aoi mencionó que no arriesgaría su vida por algo tan banal, después le preguntó a Ryoshi que opinaba él le dijo que no tenía interés alguno en ir a una ciudad que seguramente ya había sido saqueada, pero que el la acompañaría si ella decidiera ir Aki mencionó que ya había roto protocolo al seguirlos, y que si iban a Iga, ella podría curarlos si algo pasaba Akihito mencionó a Aoi que ella podía volver a Koga para avisarle a Murai del éxito de la misión sin informar que Aki les había ayudado y del viaje a Iga. Diciendo con esto que iría con Seikanji Aoi mencionó que no dejaría que se suicidaran y así decidieron todos ir a Iga; como una bella familia disfuncional. Antes de irse. Seikanji pidioó unos momentos, pues su loba parecía captar el rastro de algo en aquella clínica. Aoi también encontró algo, una simple libreta cosida algo desordenadamente; tenía algo de sangre y parecía interesante. Al abrirla leyó algo "Un regalo para usted, mi maestro; espero que le sea de utilidad, tal vez para escribir sus recetas o algo de importancia. Satou" Aoi la investigo interesada en encontrar recetas de venenos o algo similar; la siguiente página decía lo siguiente "Muy estimado y estúpido alumno: Este regalo es papel desperdiciado; eres un despropósito... ya ensuciaste las hojas con tú sangre, te lo regresaré porque ya no sirve así; te lo aventaré a la cara la siguiente vez que intentes salvar a alguien y termines mal herido. Somos médicos; deja malgastar tu tiempo con un arma; si no sabes proteger al menos aprende a enmendar, sirves más estando vivo que muerto, deja de ser tan inepto" Ryoshi comenzó a reírse, se había acercado para leer lo que Aoi había encontrado "Me cae bien ese médico. Sería interesante conocerlo" Aoi mencionó que serían grandes amigos, y le ragaló la libreta. Reiko, la loba; al parecer había captado el olor de la libreta que Aoi encontró primero. Akihito insistió en partir y eso hicieron.
Misión: Kato; Satou; Jiin Una ciudad desierta, pero no lo fue hace mucho; aun había ropa colgada en algunos hilos, aun había piedras sin hierba mala en las entradas; el sitio había sido abandonado hace poco. Kato avanzó hacia la clínica, allí había un poco de humo, tal vez alguna hoguera o un ligero incendio. Jiin y Satou lo siguieron; allí, pudieron observar a una mujer mientras parecía tomar una siesta Jiin trató de detener a Kato, diciendo que no podía hacerle eso a Azami Oe La mujer se alertó con aquella voz; mientras que Kato simplemente se zafaba del agarre de Jiin para después desenvainar sus dos katanas. Jiin intentó persuadirlo, diciéndole que no podía matar a la madre de Shinrin Kato siguió avanzando hacia Jiin, Jiin se preparó; la única manera de detener a su padre sin matarlo era dejándolo noqueado. Dejó a Kato pasar, lo atacaría de manera sorpresiva; Jiin se preparó y atacó a su padre quien inmediatamente lo logró contener el ataque, mandándolo lejos de una patada mientras se acercaba a su enemigo. Oe le dijo a Kato que no debería gastar su tiempo allí; que debía volver a Kanagawa dónde su enemigo ya había pisado terreno Kato no respondió y atacó sin réplica; todo sucedió tan rápido a vista de Jiin y Satou; con ambas katanas perforó el pecho de la mujer y mientras ella intentaba responder con su arma, Kato soltó una katana dejándola clavada para desarmar a Oe y quebrar su arma. De esa manera, tan cercanos se observaron; Oe ya agonizaba. Jiin ya no podía hacer nada en esas condiciones, lo sabía; Azami Oe estaba condenada a la muerte; así como Oe ya no podía atacar a Kato sin un arma. Cuando éste sacara las suyas... se desangraría. Oe extendió su mano al rostro de Kato, quitándole el cabello de la cara "Es aun sor...prendente... verte matar a aquellos que deberían importarte... con tanta... facilidad... No hay amor... no hay piedad... no hay nada en ... tu... mirada..." Kato no parpadeó; Oe, en un intento desesperado buscó entre su kimono las agujas, sólo alcanzó una que logró clavar en el pecho de Kato, cerca al corazón; Kato no se inmutó. y sacó las katanas; dejando que la sangre fluyera a libertad. Oe caía, y fue Jiin quién logró sujetarla antes de que cayera al suelo. Kato recriminó a Jiin, diciéndole que si lo acompañaba simplemente para detenerlo, que mejor se quedara a enterrar muertos para dejar de estorbarle Jiin mencionó a Kato que pudo haber tenido piedad; por Shinrin. Kato sólo respondió "En la piedad, sólo encontrarás traición" Kato siguió avanzando, dejando a Jiin con un cadáver en manos. Satou también estaba impresionado; pero el siguió a Kato, tomando algo de la clínica antes de partir. Jiin se quedó allí; hasta que Azami Oe diera su último aliento; pues nadie merecía morir en soledad.
Prisioneros del Imperio: Kuroki; Aoshi, Shiori, Sho, Hideyoshi; Shoko; Hina y Momoka Pasó un día entero sin que nada sucediera; un guardia fue lo único que vieron en las celdas; a Kuroki; Aoshi, Shiori, Sho y Hideyoshi les entregó simplemente agua y un poco de arroz seco. A las mujeres les entregó agua, arroz y un poco de pescado. Y se mantuvo allí hasta que todos comieran para que no hubiese un intercambio. No todos comieron, alguno permanecieron sin alimento alguno en sus estómagos por voluntad propia. Escucharon mucho bullicio fuera, algo sucedía. Varios guardias bajaron por ustedes, dejando atrás a Aoshi, Shoko y Hina. Los ataron muy bien y los arrastraron hacia el jardín del Castillo; allí los obligaron a caer de rodillas; allí permanecieron Kuroki; Shiori; Momoka; Sho y Hideyoshi. Hideyoshi reconoció el escenario; era muy parecido a lo visto con Hiruma; pero esta vez, en lugar de que fuera aquel joven; era un rostro que la mayoría de los presentes reconocía, estaba peleando en desventaja numérica y con un arma oxidada. Era Takeda. Este logró esquivar a los hombres y acercarse a Akishino quién en su confianza de que Takeda no hiciera nada imprudente, descuidó su defensa; Akishino desenvainó su katana; pero no fue tan rápido. Takeda logró alcanzar con su katana el pecho de Akishino; fue un corte transversal que dejaría marca. Un hombre de pelo blanco (Taiki) gritó que aquello era una insolencia mientras Matahachi ya apuntaba al corazón de Takeda Akishino levantó su mano para tranquilizar a los hombres; quienes ya estaban preparados para asesinar a Takeda en el acto. Luego apuntó con su katana hacia Takeda. "Los míos son mi castillo. Déjalos ir, y yo permanezco, esa fue tu promesa. Y si no la cumples, cuando muera tú vendrás conmigo." sentenció Takeda Estas palabras alertaron a el hombre de cabello blanco a un lado de Akishino quién detuvo a Matahachi interponiéndose entre él y su objetivo, después miró con odia a Takeda mientras este limpiaba su katana con la mano desnuda, también cortándose en el proceso. Taiki mencionó a Akishino que debía detener a todos, para que no lastimaran a Takeda Akishino pidió a sus hombres que lo desarmaran y no le hicieran daño; mientras que sacaran de vista a todos los rehenes cumpliendo con las palabras impuestas por Takeda a consejo de Taiki Fue Kuroki quién primero reconoció a "Takeda" pues era Rengo, suplantándolo. Y no sólo eso, sabía que había creado un pacto de sangre con el mismísimo Emperador Momoka mencionó que si alguien estaba dispuesto a dialogar con ellos, pues no quería sangre innecesaria; pero el Emperador mencionó que aquello no pasaría para después alejarse Rei hizo una reverencia a Akishino para después moverse hacia los prisioneros. Matahachi seguía con el arco en manos, la flecha sin guardar en el carcaj, atento hacia la figura de "Takeda". Taiki golpeó en la boca del estómago a "Takeda" quién dejó caer su arma con facilidad, debilitado. Matahachi se reunió con Rei, ayudándolo a jalar a los prisioneros cubriéndoles los ojos y amordazándolos para que no hablaran mas Rei los jalaba hacia un sitio incierto; ahora con varios de sus sentidos perdidos, no sabían a dónde se dirigirían; sólo escuchaban cada vez más distantes las voces de los reunidos en aquel jardín del castillo. Mientras tanto, Akishino hablaba con Taiki, mencionándole que este era uno de los señuelos Harima. Le dijo a Taiki que lo dejaba en sus manos, mientras se alejaba Taiki, sometió a Rengo, miró en su muñeca el talismán amarrado al mala, de esa manera Rengo había ocultado su energía espiritual de Taiki, le quitó ese talismán. Taiki se dio cuenta que Rengo había bloqueado sus emociones así que decidió arreglar eso para poder torturarlo a gusto. Descubrió la frente de Rengo; esté se sacudió un poco para alejarse de Taiki; pero el acto fue irrumpido por un ataque sorpresa, una kusarigama golpeó la mano de Taiki haciéndolo sangrar levemente; el arma regresó inmediatamente a la mano de su dueño. El dueño era Hoshi; quién recuperó la kusarigama y la tomó por el filo sangrante; se le notaba cansado, y sus ropajes estaban sucios, seguramente debido a un viaje forzado. Taiki le advirtió que no hiciera nada imprudente Hoshi no miró a Taiki mientras este hablaba, simplemente se dedicó a observar a Rengo; después de ver la falta de emoción alguna en los ojos del joven; clavó la mirada en Taiki y lo amenazó "Desbloquea sus emociones, hazlo; entrega tu voz a cambio de la suya. Y si dices las palabras incorrectas; yo decidiré tu futuro" Taiki se quejó, diciendo que la energía obscura debía ser erradicada y que Mara era un ser malvado y que no podrán controlarlo; pero al final tuvo que acceder a la orden de Hoshi Taiki besó la frente de Rengo para devolverle sus emociones Después miró a Hoshi quién limpió su arma y mano. Tras esto, Taiki se dirigió al castillo, en su mirada sólo se podía ver el odio. Hoshi miró a Rengo; este al instante mostró miedo, se intentó arrastrar en el suelo para huir pero estaba atado y no podía hacer demasiado mientras Hoshi se acercaba; se hincó frente a él y desató sus manos para después, sin ningún movimiento previo para avisar su accionar, lo abrazó "Buen chico; todo estará bien" Rengo se quedó petrificado en aquel abrazo; lentamente las lágrimas comenzaron a caer mientras su cuerpo mostraba un temblor involuntario. Había recuperado sus emociones, y tenía miedo, mucho miedo.
Misión: Ukita y Rokujou La mañana llegó a las montañas; era de madrugada, aun no se veía el horizonte iluminado; pero ya no caía la ventisca, sólo dejó a su paso el frío, uno que siempre cubría el Norte de esos extremos de Japón. Soreku se levantó y observó a ambos aun dormir, comenzó a preparar un desayuno ligero con los huesos sobrantes; era un simple caldo de agua caliente con huesos, los cuales liberaban un poco de su sabor al agua. Era una comida de emergencia, un simple engaño al estómago; aun así, el olfato lo percibía reconfortante. Ukita abrió los ojos seguido de Rokujou; ambos recibieron el caldo y lo bebieron enseguida con sus manos y narices frías. Soreku habló "La ventisca se ha ido; pero ha traído algo mas; creo que deberían levantarse y estirar las piernas; abrir esas puertas y mirar al horizonte. Ahora les pertenece el primer rayo del sol de esta mañana. Hoy verás a través de mis ojos" Ukita lo miró para después avanzar con Rokujou hacia las puertas; las deslizó y una ráfaga de aire desacomodó el cabello de ambos, obligándolos a cerrar momentáneamente sus ojos para después abrirlos y ver frente a ustedes un interminable número de soldados; algunos con nieve en sus ropajes; entre ellos destacaba una mujer al frente, llevaba una máscara de zorro. "UKITA. LA VENTISCA NOS HA LLAMADO; NOS HA ANUNCIADO QUE UN NUEVO LÍDER HA SIDO ELEGIDO. LOS EMISHI RESPONDEN A TU VOZ; CABALGAREMOS A TU LADO" Era Oki, y todos los emishi Oki avanzó hacia Ukita quitándose la máscara, diciéndole que su hermana estaría orgullosa de él haciendo que Ukita llorara Todos los emishi levantaron sus armas gritando "GAMAN" Ukita apretó los labios y manos para intentar no bajar la mirada. Y con ello; el primer rayo de luz acaricio sus rostros de frente; creando las siluetas de los emishi a contraluz; el frío dejó de ser un problema, se sentía el calor, uno mas allá del sol "Por fin te han aceptado como su legítimo líder; no por matrimonio con Usagi, no por herencia de Soreku. Estos hombres responden a ti, Ukita" Ukita miró hacia Rokujou "Somos parte de la manada; Roku, estos hombres y mujeres son nuestra familia; así como también lo son los Minamoto " Ukita iba a girar para buscar a su padre en el viejo templo; pero algo lo detuvo de mirar atrás. Manteniendo su visión a los emishi que respondían ante él. Levantó su puño al aire. Y todos gritaron al unísono "GAMAN" El vitoreo continuaba mientras Rokujou se giraba para buscar nuevamente a Soreku en el viejo Santuario dónde habían pasado la noche. Pero para sorpresa de Rokujou, no estaba allí, el santuario estaba vacío; tampoco había rastro alguno de los dos lobos que lo acompañaban. Oki siguió a Rokujou, y notó sus heridas; que a pesar de estar cauterizadas, podían infectarse, así que decidió ayudarlo Rokujou mencionó a Oki que era admirable que ella estuviera dirigiendo el ejército pero ella le explicó que no tenía ningún mérito en ello. Explicó que su padre era el líder de Hokkaido antes de ser masacrado, después huyeron a Aomori dónde Soreku los recibió como familia, aquel ejército eran hombres y mujeres del Norte que respondían a su padre y Soreku; y ahora respondían a Ukita Rokujou no entendía que había sucedido con Soreku ¿Ha dónde había ido? al terminar de curar sus heridas, volvió con Ukita y preguntó por su padre y por el plan de ahora en adelante "Los emishi cabalgaremos hacia Niigata; allí nos reuniremos con Takeda Minamoto. Mi padre... lo he liberado de el cargo de Aomori, ahora podrá continuar con la misión que ha querido realizar por varias estaciones...Cazará a los demonios carmesí" Ukita y Rokujou se reunieron con los emishi; era momento de movilizarse; era momento de regresar con Takeda. Tomaron barcos que básicamente eran pesqueros; los atiborraron de personas y caballos para partir hacia Niigata. El viaje sería pesado.
Misión: Ginko; Rokujou; Takano; Takeda; Besshou; Hashimoto; Hayato; Los Fujiwara; Los Asakura; Ukita; Oki Se adhieren después: Riku; Misato; Shinrin; Kohaku y Yuzuki Ginko y los demás disfrutaron de tres días en paz hasta ver los barcos al horizonte Las costas de Niigata se llevaron de barcos aliados; algo que se sabía por las misivas recibidas; tanto de Sakata, como de Aomori; eran Ukita y los Fujiwara acercándose a puerto aliado, rodeado de sus nuevos camaradas, números de guerra, aliados que ayudarían a su lucha. El clan Asakura los recibía; no el señor de Niigata. También estaba allí Takeda, junto a Takano; Besshou; Hashimoto y el pequeño Hayato. Ginko acompañaba al clan Asakura, quienes estaban felices porque el clan se volvería a reunir en su totalidad próximamente; pues los primos de Hinata y Gon regresarían de una misión; haciendo que Rei estuviera de buen ánimo; siendo que había tenido malos días a regaños de su madre. Ukita descendió de un barco junto a un nuevo hombre que lo acompañaba, era Rokujou. Ambos se notaban cansados y sudados, las ropas invernarles de Aomori eran lo peor en el clima cálido que ahora rebosaba en Niigata, además de que habían viajado en exceso de tripulantes y olor a caballo; aun así, estaban alegres pues en el camino pudieron ayudar a unos pescadores a encontrar su camino y ellos les ofrecieron algo de monedas a cambio; al parecer esos pescadores se perdían seguido. Takeda corrió hacia Ukita para abrazarlo; en ese instante Ukita notó algo distinto, el tacto era distinto; Ukita se separó dándose cuenta que Takeda había perdido un brazo. Fue entonces que los Fujiwara también se acercaban hacia ellos con una mirada perdida; algo distraídos, tanto que no vieron la falta de brazo en Takeda. Se hicieron las presentaciones correspondientes Ukita se mantuvo a un lado de Rokujou; su reacción ante Takeda era como la de un viejo amigo, por ello no lo presentó como su señor; no habló de él realmente; simplemente se dejó distraer por la nueva apariencia de Takeda; mientras tanto, Kirara, la líder de los Fujiwara se acercaba a ellos mencionando que quería hablar con Takeda. Ginko le dijo a Hinata que abandonó su técnica por otra y Hinata le grita Un sirviente se acercó corriendo ante los líderes del clan Asakura; recibieron un mensaje y fue Toshikage quien se acercó a Takeda y Kirara, para informarles que Shinrin, Misato y Riku habían llegado Shinrin; Misato, Kiba y los Tao estaban allí; Ayame había vuelto a desaparecer. Misato y Riku dieron el informe de su misión; Riku guardó algunos detalles pero lo aclaró; demostrando que no quería ocultar nada Takeda escuchó y también narró lo sucedido en Sado. Kirara anunció la muerte de Jinrai Por un momento los presentes guardaron silencio, era un golpe muy difícil; a pesar de que las interacciones con Jinrai fueron escasas, era un aliado, uno muy valioso. Y con su muerte habían traído aliados navales Shinrin quién había estado callada ante las palabras de Misato; no pudo mas, corrió hacia Takeda para abrazarlo de manera desprevenida, frente a todos los presentes Se separaron para volver a las formalidades. Ukita fue el primero en explicar como entre el y Rokujou lograron vencer la prueba en las montañas de Hokkoda; y gracias a ello, habían conseguido la joya que colocaba a Ukita como el nuevo líder legítimo de los emishi. Riku trató de calmar a Kirara, mencionándole que no debían buscar venganza por la muerte de Jinrai; pero Kirara se notaba convencida que ese era el camino Misato y Riku hablaron de lo sucedido en su misión y sobre todo, acotaron en los Sugita. Desde Ogen hasta sus deseos por eliminar a los shinobis de Koga; ambos mencionaron lo importante que era evitar que se movieran con la libertad que ya lo hacían Takeda reafirmó, y dijo que Iga no ha caído; pues aun está la escuela Hattori en algunos miembros, los Fujibashi y los Momochi en acción Mientras tanto, Hinata, Gon y Rei se separaban un poco; pues escucharon a Ginko retar a Hinata y aquello parecía interesante. A pesar de todo, los Asakura había estado viviendo tranquilamente por una buena temporada, para ellos aun existían las risas. Tsubaki llegó corriendo hacia dónde todos estaban; algo no estaba bien; en sus manos, una misiva desenvuelta, la cual entregó a Takeda quién la leyó con preocupación creciente. En ella se informaba que Hideyoshi había sido capturado Y a su vez, decían que también tenían a "Takeda" Takano especuló que se trataba de Rengo. Ukita se ofreció a rastrear a Rengo y Hideyoshi; pero Takeda se negó, mencionando que por una misión así... Matsuda permanecía perdido. Kaori sugería avisar a los aliados, aunque eso implicara volver a separarse Takeda se preguntó si los shinobis de Koga sabrían que no se trataba de él quién había sido capturado. Mientras tanto, Hinata, Gon y Rei seguían entrenando felizmente. Rokujou insistió a Takeda en el plan de rastreo sugerido por Ukita, Takeda volvió a negarse; pero Ukita mencionó que no sería un plan de rescate, sino de obtención de información; así no correrían peligro al ir a manos del mismísimo Emperador. De esta manera, Takeda aceptó. Se decidieron alertar a sus aliados; pero Yin propuso la ayuda de los Fujibashi para ello. El tiempo transcurría entre aquellas decisiones que se estaban tomando en conjunto; Takeda escuchaba a los demás, no era un líder autoritario. Mientras tanto en la caballería a las afueras de Niigata, llegaban Kohaku y Yuzuki; esta vez sin compañía; Kotono, el pequeño Yoru y las gemelas se habían quedado en Kamakura, ayudarían a la restauración del lugar y estarían a salvo dentro del castillo fortificado. El caballo que Ryohei le otorgó a Yuzuki no soportó el trote extremo; en cambio el de Kohaku lo logró, una buena noticia, la necesitaban después de lo que habían pasado en esos días; la relación jinete-caballo había llegado a ese extremo, compartían la fuerza. Lentamente; Yuzuki y Kohaku fueron guiados hacia la casa de los Asakura; allí se reunieron con el resto. Las palabras de Yuzuki hicieron que Takano desviara la mirada, pues recriminaba el estado de Takeda; pues él era quien se sentía con esa responsabilidad, él falló al defender a Takeda de un simple ataque; Takeda recargó su brazo en el hombro de Takano al notar aquella reacción. Después avanzó hacia Yuzuki y Kohaku mientras Yuzuki explicaba lo sucedido con Rengo, aquellas palabras lo entristecieron; Shinrin y Takano se miraban entre ellos, mostrando la preocupación por su hermano menor y por la situación de Kato y Jiin; en especial Takano mostraba mayor preocupación al escuchar de los demonios carmesí. Ukita escuchó que Kato iría tras los demonios carmesí; mencionándole a Rokujou que tal vez encontraría a su padre: Soreku. Kohaku se fue al templo. Yuzuki se acercó a Takeda y Takano para apoyarlos. Takeda reaccionó al tacto de Yuzuki y sonrió tranquilamente; asegurándole con ese gesto que se encontraba bien, que no debía preocuparse por él; parecía distinto, se notaba más seguro a pesar de todo. En cambió el tacto hacia Takano se sintió también distinto; a diferencia de Takeda, Takano no reaccionó, desvió más la vista y apartó el brazo. La seguridad que ahora veía en Takeda, parecía mermar en Takano. Misato sugirió que podía buscar a los Fujibashi; Yin la seguiría a dónde ella fuese. Takano comenzó a hablar de las opciones que se tenían como clan para esos momentos; al parecer la reunión no duraría demasiado; los Asakura escuchaban atentamente junto con Ginko (quién terminó de entrenar con Hinata); preocupados de las decisiones que se aproximaban. Riku comenzó a maquilar algo; hilando las ideas una por una. Pues trataba de entender las acciones de Rengo, preguntándole a Yuzuki. Gracias a esta pregunta Yuzuki advirtió "Lo matarán si Takeda no se presenta, atacarán a alguno de los aliados y dejarán el cuerpo de Hideyoshi allí. Nos van a cazar como conejos." Tanto Takeda como Takano miraron a Yuzuki ante sus palabras, la pregunta de Riku hbaía sido precisa, pues aquel detalle de una invasión se les estaba escapando por completo, pues aquello no venía en la misiva entregada por Tsubaki. Había estado escrita en aquella que había sido dada a Rengo. Riku con toda esa información intuyó que separarse no era la mejor opción; pues en alguna prefectura aliada encontrarían una guerra, y sin los números suficientes serían eliminados fácilmente, por lo tanto tenían que apostar por una prefectura para ayudar. Takano observó a Riku, estaba cansado; esa fatiga a la que él estaba plenamente acostumbrado, para bien o para mal. Takeda también lo observaba, aquello lo tenía preocupado; no sólo debía pensar en la vida de Hideyoshi y Rengo, sino también la vida que habita en toda una prefectura. La ausencia de Obata lo hacía aun más difícil. Nadie sabía a qué prefectura avanzar, fue en ese momento que Takano conectó ideas gracias a las palabras de Riku "No será Aichi; Mie; Nara; Niigata o Yamanashi" y de este modo, Takano sacó sus mapas (los que le había robado a Hashimoto quién también intervenía ocasionalmente en la lluvia de ideas) Takano mencionó que Shizuoka y Nagano estaban en desventaja numérica debido a la última guerra, por lo tanto son elementos fáciles de atacar. Takeda negó que pudieran atacar Nagano, él conocía la ciudad y era impenetrable. Pero Hashimoto mencionó que el enemigo atacaría de dónde menos se lo esperaban. Hayato mencionó que el había visto el acribillamiento del enemigo en persona, asegurando que atacarían de un lugar en alto. Por lo que Takeda reaccionó ante el templo de Buda en Nagano, el punto más alto en las montañas. "Si en verdad siempre creyeron que estábamos en Kanagawa, nos estarían advirtiendo que atacarían a uno de nuestros aliados, obligándonos a dividirnos entre el ir con Takeda y esperar futuras órdenes de acuerdo al intercambio con Hideyoshi... la misiva enviada ahora a los aliados proviene de alguien que sabe que al que tienen en sus manos no es Takeda. Quieren que Takeda de su posición, mientras ellos disminuyen nuestras fuerzas y nos obligan a dividirnos para eliminarnos fácilmente. Estuve a punto de acorralarnos estratégicamente" mencionó Takano con frustración Después agradeció a Riku, pues gracias a él se logró pensar más allá de lo evidente. Takeda tomó el mando, mencionando a Misato que su misión seguiría. A Ukita y Rokujou modificó sus objetivos, rastrearían a Shiori y Kuroki, para después alcanzarlos en la guerra. Takano y Shinrin se miraron con confusión; y preguntaron a Takeda si esa nueva instrucción significaría que abandonarían a Rengo. Takeda debía tomar las decisiones difíciles, y ya no iba a huir de ellas. "Mis palabras no lo han abandonado; mi alma tampoco. Pero no cometeré el mismo error que he hecho antes; desconocemos las capacidades del enemigo; ir a buscarlo es posiblemente condenar la misión de búsqueda a un fracaso. Aun no sé nada de Matsuda. No soportaré no saber de ustedes después. He perdido demasiado. No pienso regalar más vidas al enemigo. Debemos colocarnos en una posición que haga imposible la derrota y no pierda la oportunidad de derrotar al enemigo. En la guerra, el ejército victorioso sólo busca la batalla después de haber obtenido la victoria, mientras que el ejército que está destinado a ser derrotado primero lucha y luego busca la victoria. En su misión sé perfectamente que tienen la ventaja; sé de sus capacidades y no los envío a una misión a ciegas. A ustedes los estaría enviando a un sitio sin saber a qué atenerse; no conocemos el número de enemigo, no sabes qué es lo que moverá sus acciones. Y por ello no tomaré ese peligro. Si yo pudiera asegurarles el seguro regreso de Rengo; enviaría a quienes fueran necesarios por él. Pero no puedo hacerlo, porque puedo decir que mientras busquen crear esa falsa boda, Rengo está seguro. Y deseo con toda mi alma, que a Hideyoshi lo podamos rescatar si es que Nagano es su objetivo. Así que por favor, esta vez; confíen en mis palabras. No porque sean las correctas, sino porque no soy nada sin ninguno de ustedes. Tan rápidos como el viento; amables como el bosque; impetuosos como el fuego; flexibles como el bambú y sobre todo, inquebrantables como la montaña" Mientras tanto, Kohaku usaba una de las escamas y el talismán que Rengo le había dado para crear una conexión espiritual. Esta vez... con alguien distinto. Una conversación que lo llenaría de respuestas a la par de dudas. Después se discutió acerca de la ubicación de Togashi y Fuji; pero a diferencia de Kuroki y Shiori; ellos estaban en una ciudad aliada, gran y amurallada; además de ir acompañados de Kojiro y Masamune, por lo que no se veía necesario una misión para rastrearlos. Aun así debían informarles su movimiento a Nagano, fue cuando Hashimoto se ofreció a hacerlo. Mientras tanto, Zeng parecía hablar sobre las opciones posibles para el clan Tao con Ujihisa, quién había permanecido sentado hasta atrás sin mostrar interés alguno. Kohaku llegó después del templo, aclarando que Rengo estaba con vida. Takano cruzó su mirada con Kohaku, así como también Shinrin; de los dos Harima, sólo la segunda reaccionó con alivio para después voltear su mirada a Takeda; quién había relajado sus cejas, una expresión más en calma. Takeda escuchó las palabras palabras de Misato con satisfacción; confiaba plenamente en ella, misión a la que era enviada, era una misión exitosa a pesar de las dificultades. Y en ella tanto en Kuroki... quedaba algo de Obata, y aquello silenciosamente lo reconfortaba. Kohaku pidió a Takeda poder hablar en privado, Takeda accedió Mientras tanto Yin se notaba preocupado por Misato "Señorita Aoyama. Cada paso en la misión que compartimos anteriormente, siento que mi clan y yo fuimos más un estorbo que una ayuda genuina. Yo iría hasta las montañas más altas a su lado si usted me lo pide. Mi hermano siempre estará preocupado por mi; pero también debe entender que yo soy capaz de tomar mis decisiones, incluso más allá de mi deber con mi Nación ¿Quiere que yo esté a su lado? Porque si su respuesta es afirmativa, no necesita saber mi accionar; porque iré a su lado, siempre" Misato le mencionó que siempre podrían seguirlos, y que tenían que partir cuanto antes. Riku mencionó que el seguiría instrucciones de Kirara; ella mencionó que debían ir a apoyar a Takeda en Nagano; pero le dijo a Shinko que él se quedaría en Niigata, pues estaba preocupada por su seguridad y la permanencia del clan Fujiwara Pero Shinko se negó gritándolo dejando a los hermanos mirándose con tensión. Ukita le mencionó a Rokujou que debían irse de inmediato Los Asakura parecían ser los únicos alegres junto a Ginko, a pesar de haber accedido a ir a la guerra. Todos menos Rei, quien permanecería en Niigata, pues no podía permanecer sin algún Asakura hasta que sus hermanos volvieran. Kohaku reafirmó a Takeda que el causante de la muerte de Hana había sido Natsu, un dato que ya había sido entregado por la última misiva de Obata; pero saberlo también de Kohaku caló nuevamente. Yuzuki había notado las facciones de Takano todo ese tiempo; por lo que se acercó a él a disculparse y explicarle de la misión que Rengo le dio a ella y Kohaku en Odawara. Ujihisa se separó de los Tao, mencionando que si los Asakura van a guerra, el debía ir con ellos Zeng también se despidió; le dijo a Yin que entendía dónde estaba su corazón; por lo que se iría sin él, no sin recalcarle que siempre podría volver a casa. el partiría a China Los jóvenes Asakura se unieron en un abrazo, prometiendo que regresarían Takano mencionó a Yuzuki que ambos eran inútiles, dándole la razón a Kato. Pero la mujer enmascarada que había estado allí presente; levantó su mano y Takano se colocó por inercia en posición defensiva. Y de un movimiento, ella dejó caer la máscara, descubriendo su rostro y con su mano atacó a la máscara que dejó caer al suelo frente a ambos. La máscara se rompió y la mujer los miró con fuerza; era una mirada parecida a la de Takano "La perfección es inalcanzable. Incluso para Kato. Y pensar en alcanzarla es prepararse para fallar. Aquí están, reprimiendo todo. Si sienten tristeza, sáquenla; si sienten odio, libérenlo. Ese es el único lenguaje que importa" La mujer se presentó ante Yuzuki como Oboro Turusuke; madre de Takano. Les mencionó que todos cometían errores, y ella buscaría el castigo por los suyos en ese momento Oboro se acercó a Ukita y confesó "Mi nombre es Oboro, y fui uno de los demonios carmesí... He asesinado a todo el clan Nishimura en Hokkaido bajo órdenes de Dai; líder de los demonios carmesí. He estado esperando mi juicio de parte de los hombres del Norte, porque yo soy culpable del derramamiento de sangre en tus tierras" Riku calmó a los hermanos Fujiwara, dándole la razón a ambos, para que se entendieran los puntos de vista. Pero fue la voz de Shinko la cual fue más poderosa, diciendo que jamás que quedaría atrás. Takeda le explicó a Kohaku lo que sentía "Natsu pudo haber tomado más vidas que sólo la de mi madre. Pudo haber matado a Takano en Tsu, o haberlo dejado morir en Kanagawa; salvó a Rengo, y sé también que salvó a Kuroki, así como también me ayudó a mi después de salir de Nara. Al parecer, sólo Hana era su objetivo; no era un simple asesino despiadado, pudo haber hecho mayores daños con nuestra confianza. Su traición no la perdono; hubiera tomado las mismas medidas que decidió Obata; también estoy bañado en sangre, tanto de aliados como de enemigos... Y siempre será más de la que mi cuerpo pueda perder. Sólo nos queda levantar la vista y seguir avanzando, sin cubrir el rastro de sangre detrás, porque sería imposible cubrir el mar con hierba seca" Ukita observó a Oboro; su mirada parecía perdida hasta escuchar las palabras de Yuzuki sobre no tomar sangre por sangre; Takano no mencionó nada al respecto, pensaban igual, a pesar de que Oboro representara algo para él. Takano conocía la historia de Ukita, entendería su accionar. Rokujou se colocó frente a Ukita, hizo que este reaccionara dándose cuenta que Rokujou había reaccionado por su mano en la katana; era su compañero, y lo leía perfectamente. Rokujou parecía reaccionar como lo que Ukita haría si su prudencia no lo mantuviera al margen. Pero antes de que alguien más interviniera; las palabras de Yuzuki suavizaron asperezas; evitando al menos que entre los presentes se desatara el caos. Ukita le aclaró a Rokujou que todos eran del mismo bando; después se dirigió a Oboro "Yo hablo por la gente del Norte; pero no hablo por la familia Nishimura; hay un hombre en Kamakura, él es quién debe decidir tu juicio; hasta el día que vuelva a cruzar caminos con él, mantente a nuestro lado; pelea por nuestra causa; pero no confundas mi prudencia con perdón; tus acciones deben tener consecuencias" Oboro no se veía conforme "Los Asakura dijeron lo mismo; que eran los emishi quienes debían decidir mi destino; y ahora tú me envías con otro ejecutor. Y tú insinúas que Kato no me ha alcanzado. Ni lo hará; no es de él el derecho de matarme. Y si lo intenta; me darán muchas ganas poder saludarlo. Eh, Takano. Si eso pasa, presta atención; te vendría bien ver como le rompen la cara a tu padre." Shinrin se acercó a ellos y miró a Oboro; quería preguntar por su madre; pero no se atrevió. Mientras tanto, los Fujiwara parecían haber solucionado sus problemas; a pesar de ello, Kirara se notaba insegura; no quería que Shinko pasara más peligros; pero también entendía su resolución y no lo frenaría. Los Asakura también se veían listos para partir; sólo estaban esperando a que Takeda estuviera listo. Ukita mantuvo su mirada fija a Oboro, ella lo notó; hizo una leve reverencia y procedió a retirarse. Mientras que Shinrin la seguía discretamente. Mientras tanto, Yuzuki se presentaba formalmente con Rokujou, a su vez, Ukita le pedía a Takano que se acercara para hablar más en privado; Takano accedió. Kohaku se desprendió de la máscara ante Takeda. Kohaku se estaba mostrando ante él como era, sin la máscara. confesó su miedo, sus preocupaciones, su dolor. Para después culminar con la pregunta refiriéndose a Rengo "No vamos a dejarlo morir, ¿verdad? No vamos a librarlo a su suerte" Takeda no podía caer ante Kohaku; esta vez no era por debilidad, sino todo lo contrario. Y cuando iba a hablar, las palabras de Kohaku ganaron el sonido; golpeándolo con cada palabra. Takeda comprendía a Kohaku, su dolor lo sentía a carne propia, entendía perfectamente la impotencia que este sentía; no sólo por la situación con Rengo, sino también con Hideyoshi; y las lágrimas de Kohaku pesaban mucho; pero las miraba, era su deber. "No puedo prometerte algo que no sé que pueda lograr; así como tampoco es justo que te culpes por no poder hacer nada ahora que no está con nosotros. Ante nuestras limitantes, lo que podemos hacer es creer en él, confiar en que recuperará lo que ha perdido. Que entenderá por qué un pincel no es más fuerte que un sable. Sabrá definir que los pinceles no sirven para la guerra ni los sables para escribir poesía; pues su mano será más poderosa al saber cuando tomar el pincel o el sable. Lo sé. Este sentimiento es difícil ¿No es así ? Sé lo que es tener una piedra en el corazón, y hay días que es tan pesada que no te permite dar ni un sólo paso. Pero tú no tienes que estar solo para ello; siempre puedes venir a mi, puedo ayudar con el peso. Yo entiendo..." Con esas palabras trató de calmar el pesar de Kohaku Kohaku le reafirmó que más que su líder también era su compañero, y debía entender que él tampoco estaba solo Prometió estar allí con él, como servidor, como aliado y también como amigo Kohaku no lo vio; pero Takeda cerró los ojos, apretando su expresión para contener el llanto; no por querer ocultar su sentir, simplemente fue un reflejo, y no quería que su voz mermara. Porque en todo este tiempo jamás se había sentido como un verdadero líder; hasta que perdió absolutamente todo. Tuvo que caer en lo más bajo para poder levantarse y ver con nuevos ojos. Tuvo que ser traicionado para entender el verdadero valor de la justicia; restaurar el clan para entender el verdadero valor del respeto; confiar en sus amigos para comprender el verdadero valor y fuerza que tiene la amistad. El camino era empinado y pedregoso; pero no lo estaba recorriendo solo "Si es cómo amigo te pido que veamos siempre a la misma altura; tus palabras siempre serán escuchadas si caminas junto a mi, que tus consejos me permitan despejar la niebla cuando mi visión se obscurezca. Así como lo hizo Kenzaburo, cómo lo hacen Takano y Yuzuki. Siempre tendré tiempo para escucharte. Gracias, Kohaku. Gracias por mostrarme quién eres, por entregarme tu confianza como yo te entrego la mía. Recompensaré tu lealtad y la valentía que estás mostrando en este momento. Y bienvenido... ... ahora podrás reír y llorar con nosotros bajo el mismo cielo" Kohaku culminó agradeciéndole y diciendo lo siguiente "Si algún día te apetece, seré el oído que escuche tus historias. Sobre Chikusa, o cualquier persona que sobreviva en tu corazón. Puedes asumir esa libertad" De esa manera; Kohaku y Takeda terminaron aquella plática, saliendo de la habitación renovados, como si recién se hubiesen lavado la cara, era un buen sentimiento; a pesar de la melancolía detrás de ellos. Afuera esperaba el resto, listos para movilizarse hacia Nagano, y ver si sus suposiciones habían sido las correctas.
Misión: Kato; Satou La ciudad de Fujimi era sólo ceniza; el olor a madera quemada aun prevalecía; pero el olor a muerte era mucho más prominente. Un águila surcaba los cielos mientras un grupo de tres hombres parecían estar buscando cual carroñeros entre los escombros. Cuando se giraron; a dos de ellos los recibió un corte vertical el cual lograron esquivar parcialmente. Era Kato Un hombre que parecía ser el líder reconoció a Kato y comenzó a hablar; pero como ya es costrumbre, Kato ni lo dejó acabar para iniciar el combate Y en sólo tres movimientos; su rival caía al suelo, con su katana destrozada en el último corte. Kato se levantaba intacto, ni una gota de sangre fluía de él; sólo la sangre de su enemigo. Satou ya había terminado con uno de sus oponentes; para que en el siguiente movimiento, tanto él como Kato atacaran al restante, dejándolo sin oportunidad de moverse. Katou envainó sus katanas mientras Satou lo seguía. Chale con Kato... ni para un resumen de 10 números me dejó...
Misión: Misato; Yin; Ayame Yin guio al grupo por dónde Ayame les indicaba; ella estaba alerta a alguna señal, al parecer conocía el método que empleaban los Fujibashi para comunicarse. En el camino encontraron bandidos, lograron derrotarlos pero llegaron a Ueda cansados. Misato decidió que lo mejor sería buscar juntos por pistas para dar con los Fujibashi, dirigiéndose a el comercio local Al llegar al comercio pudieron notar que era uno de Kumiko, un arte de madera que consiste en paneles de madera que se mantienen juntos con simple presión, sin ningún tipo de adhesivo o clavo; esa presión se logra gracias a un meticuloso cálculo, corte y arreglo; el resultado final son patrones complejos, los cuales son utilizados en algunas puertas corredizas. Un artesano estaba trabajando en un panel mientras algunos aprendices observaban en silencio. Detrás de él, una bella celosía se mostraba en las puertas shoji del comercio, maravillando a los observadores; en especial Yin quedó maravillado con los patrones. El artesano no levantaba su vista; se mantenía concentrado, por lo mismo Yin no quería interrumpirlo, en cambio buscó alguna pista; toda la madera tenía un simple color pardo, por lo que destacaban los demás colores, como los verdes de los kimonos de los aprendices; el verde opaco del artesano. También se escuchaba el tintineo de un furin y la brisa golpeando las maderas recargadas en la puerta. Entre los tres trataron de buscar pistas de color Misato se acercó al furin, de él colgaba el color rojo; el color de Ayame Ayame comenzó a inspeccionar sus pertenencias, y entre ellas encontró una misiva que no reconocía; miró a Misato y Yin, jalándolos un poco para que nadie los estuviese escuchando. "Han seguido el sonido del furin; el cual se emite después de que el viento pasa. Leen estas palabras mientras yo vuelvo a escabullirme. Pero les he dejado un regalo" Ayame volvió hacia dónde estaba el artesano con el Kumiko; ya no estaba allí, sólo los aprendices Misato entró al comercio; el olor a madera era fuerte; en el interior no había nadie trabajando, pero nadie los detuvo; Yin y Ayame también entraron para verse hipnotizados por los tonos de café de distintas maderas. Pero había algo que destacaba; en una de las mesas de trabajo había una roca; al parecer se iniciaba un tallado en aquella piedra; a un lado había unas flores violetas. Misato revisó la roca y pudieron notar que había tierra fresca, la roca era una tumba; por lo que fueron al cementerio local Llegaron a aquel sitio; pero no había rastros de una tumba faltante; fue entonces que Ayame les señaló al horizonte; subiendo unas rocas había un campo de flores violetas. Lo siguieron y encontraron un cementerio privado. Y allí, en una de las tumbas, de rodillas estaba un anciano con kimono verde. Misato preguntó directamente si tenía un mensaje para ellos, algo que tuviera que ver con los Fujibashi El anciano le entregó una misiva a Misato y unos inciensos Ayame le insistió en que le dijera quién lo había enviado pero el anciano mencionó que el tampoco había visto su rostro Ayame decidió rastrear a los Fujibashi pero Misato mencionó que iría a la herbolaria primero Tanto Ayame como Yin decidieron seguir a Misato hacia la herbolaria; en el interior había una modesta estantería con algunos ungüentos y frascos. El hombre los miró y se acercó lentamente. Misato preguntó al herborista por agujas para bufotoxina El herborista se acercó a una de las cajoneras debajo de la estantería; de allí sacó una pequeña caja de bambú la cual abrió frente a Misato; era un juego de diez agujas "Su costo es de cincuenta monedas; son los objetos más costosos. No son piezas hechas por herreros ni artesanos; las agujas son creadas por alguien anónimo que de vez en cuando pasa por los pueblos vendiendo su inigualable arte. Ha tenido suerte señorita; justamente hoy me visitó esa persona extraña" Ayame preguntó detalles por esa persona misteriosa; el herborista mencionó que la persona tenía una altura media "No tengo más; venía completamente cubierto con una capucha; no vi su rostro en ningún momento; portaba una máscara completamente blanca y en sus manos usaba unos guantes de tela. No vi ni un sólo milímetro de su piel, y su voz tampoco se mostró ante mi" Misato compró las agujas; el herborista les agradeció la compra; y con eso, decidieron seguir su camino, el cual fue tormentoso; seguramente caerían enfermos por el mal clima, dónde primero se encontraría con los comerciantes ambulantes, y con ello, a Takeda y el ejército que se dirigía a Nagano Misato los pondría al tanto diciendo que continuaría su misión buscando a los Fujibashi; Takeda lo aceptó y le dio monedas para su viaje Misato no interactuaría con los comerciantes ambulantes
Misión: Seikanji; Aoi; Akihito; Aki; Ryoshi Llegaron a Iga; nuevamente se encontraron con una muralla la cual debían escalar; no había otra manera de entrar. Ryoshi miró a Aoi después miró a lo alto de la muralla y de sus sosas sacó una kusarigama; la cual lanzó para ajustarla a la parte superior de la muralla; jaló un poco para revisar que esta estuviera ajustada para después volver su vista a Aoi y decirle que se sujetara de él para subir Aki les preguntó a Akihito y Seikanji si sabían escalar Akihito mencionó que sabía escalar; pero que sería más cómodo hacerlo como Ryoshi y Aoi "Han de tener mucho tiempo unidos, se mueven como dos libélulas sobre el agua, pareciendo flotar" mencionó Aki al ver cómo Ryoshi y Aoi subían la muralla sin problemas Reiko se resguardó en las piernas de Seikanji antes de que este la tomara para iniciar su ascenso; preguntando antes a Aki si había pisado antes Iga; Aki mencionó que tenía prohibido por Konan y Murai el acercarse a Iga y allí se sinceró con Akihito y Seikanji, mencionando que ella no era una shinobi; ella sólo había sido acogida en Koga Ryoshi descendió con su cuerda dando brincos en la pared; no sin antes revisar que el terreno fuera seguro, lo era. Al tomar el piso, se levantó un poco de polvo. Asegurándose de que Aoi también pisara a salvo. Y justo cuando decía esto; vieron a caer al resto junto a ellos; primero cayó Akihito; quién se llevó el golpe más fuerte; seguido de Seikanji con Reiko para culminar con Aki. Aki se raspó las rodillas, pues intentó detenerse de la muralla sin éxito; curó sus heridas para seguir con las de Seikanji y Akihito, quienes tampoco habían caído bien, raspándose con la muralla antes de caer de sentón. Reiko había caído sobre Seikanji, amortiguando el golpe para después chupar la cara con raspones de su amo en un intento de curar sus heridas; Aki tuvo que intervenir después de atender a Akihito. La aldea estaba en completo abandono; aun se mantenía en buen estado; pero el silencio era innegable. Ryoshi miró a Aoi explorar el sitio; evadía un poco su vista y eso le causaba gracia, la dejó ser; no quería espantarla, sabía que debía acercarse con cautela, que no debía saturarla; así que también, con la cabeza en otro lado, miró por la aldea sin realmente prestar atención. Seikanji le preguntó a Aki desde cuándo había vivido en Koga; Aki había escuchado las palabras de Seikanji y bajó la mirada; se le notaba algo esquiva, como si no quisiera responder; a pesar de que la respuesta ya estuviera formulada en su mente, su boca temía, algo la detenía; en ella había algo que la frenaba a actuar, a hablar. Pero mencionó que desde que era bebé, Hoshi la había llevado a Koga porque había sido abandonada Akihito mencionó a Aki que debía compensar todos sus servicios médicos; pero ella se negó diciendo que no cobraría nada a quienes ya consideraba como su familia Aki se levantó para imitar a Aoi y buscar algo, no sabía qué buscaba pero lo haría para mantenerse ocupada. Seikanji y Akihito también trataron de dar con algo de utilidad pero al parecer los misterios de Iga se quedarían así: ocultos, como Obata hubiese querido. Al parecer, su fuerte presencia aun cuidaba sus secretos desde la tumba. Pero había algo que podían ver sin necesidad de buscar demasiado; había montículos de tierra con armas en ellos. Eran nueve. Cinco de ellas estaban juntas; dos de ellas estaban separadas; y las otras dos restantes también permanecían unidas. Aki se colocó frente a estas dos últimas y se hincó para después juntar sus dos manos en un aplauso fuerte para después cerrar sus ojos y orar. Aoi se detuvo ante las tumbas e inclinó la cabeza respetuosamente ante aquellos que dieron su vida en la masacre de Iga. Después Aoi le recriminó a Seikanji el haberlos llevado hasta Iga "Ahí tienes tu obra de arte. Dibuja rápido para que podamos volver" Seikanji mencionó que sería un bonito dibujo; luego sugirió tomar las armas y quemar Iga Aki se quedó así: al escuchar la idea de Seikanji Seikanji tomó una de las armas; Ryoshi iba a decirle que lo que tenía sentido pero al ver el arma en manos de Seikanji la reconoció La oración de Ryoshi se quedó al aire mientras este se aproximaba a Seikanji y observaba el arma que este había levantado; torpemente intentó arrebatársela, Seikanji no hizo mucho esfuerzo para simplemente alejarse de él, evitando que le quitara su nuevo objeto. Pero en la mirada de Ryoshi no había burla o enojo; sus ojos eran genuina preocupación, se quedó allí, frente a Seikanji paralizado, observando el arma, de la cual había un listón amarrado a ella. Ryoshi se quebró, mencionando un nombre "Kaori" Ryoshi se dejó caer de rodillas y comenzó a rascar con sus uñas aquella tierra, ya seca y asentada, siguió escarbando como un animal que buscaba un refugio, siguió y siguió ante la incredulidad de los presentes. Aoi sin entender por qué, se unió a ese proceso. Aki intentó detenerlo pero este sólo la empujó; continuó hasta golpear con algo, eran huesos de una mano, escarbó mas hacia arriba para dar con la manga de un kimono, el cual levantó ligeramente para allí encontrar un viejo vendaje, uno que él reconocía perfectamente. Colocó sus manos completamente llenas de tierra sobre ese vendaje para después colocar su frente en el suelo. Ryoshi temblaba, como un animal con frío, y lentamente, su llanto caló en el oído de los presentes, era como escuchar a un niño llorar. Seikanji reafirmó ante Aki que debían quemar Iga, y le preguntó si tenía flechas incendiarias a lo cual ella negó Aoi abrazó a Ryoshi, tratando de calmarlo Aoi se negó ante Seikanji, pues no perturbaría a los muertos con sus acciones. Akihito también se negaba a la idea de Seikanji, diciéndole además que el fuego no era discreto Aki también se unió a Aoi y Akihito "El fuego... Esa es la marca que Gendo Mori deja a su paso. Y yo... no quiero ser como ese hombre. Además, aquí están Kizaru y Hidaru, no es nuestra decisión disponer de sus restos" Ryoshi notó como Seikanji dejaba aquella katana a su lado; no la tomó en sus manos, no pudo; así como tampoco pudo arrebatársela a Seikanji; después sintió el abrazo de de Aoi, y con naturalidad se dejó abrazar para voltearse hacia ella y abrazarla con fuerza; aquello que a Aoi le era difícil de demostrar, a Ryoshi le resultaba tan natural que ni siquiera tuvo que pensarlo, simplemente actuó manteniéndose sobre ella, sin avergonzarse de su llanto; no porque no le importara, sino que simplemente no podía evitarlo, estaba siendo vulnerable; le era imposible detener aquel dolor "Era... era mi hermana... La he perdido...Mi hermanita..." "Eras el más fuerte de nosotros cuatro, Ryoshi... Ahora mírate... patético; ocultando el rostro" y es allí dónde una persona nueva se hace presente; develando el nombre de Ryoshi a los demás, pues sólo Aoi lo conocía. Así cómo sólo él conocía el de ella. Ryoshi no se movió del abrazo de Aoi, como si aquella voz jamás hubiese llegado a sus oídos El misterioso hombre miró a Aki y Akihito"Este hombre tiene razón; el fuego es el único que elimina todo a su paso. La ceniza no habla. Si nadie te ayuda, seré yo quien lo haga; quemaremos esta aldea" Aoi protegió a Ryoshi y preguntó por el nombre de aquel hombre misterioso Seikanji usó las palabras de Aki a su favor, mencionando que podrían con el fuego evitar sospechas sobre Koga; también dijo que Kizaru y Hidaru vivían en sus corazones y no en ese montículo de tierra. Después se dirigió al hombre misterioso y aceptó su oferta, para también preguntarle desde cuando los estaba observando y qué ganaba ayudándolo. Akihito seguía insistiendo en proteger las tumbas pero el fuego no podía controlarse tan fácilmente. El hombre misterioso mencionó que estaba vigilando a Ryoshi; mencionó que tenía una promesa que cumplir y que se estaba distrayendo por la debilidad que tiene ante las mujeres El hombre misterioso le dio su nombre e Aoi: Dozan Dozan le entregó "sake barato de puerto" a Seikanji, así propagar el incendio Seikanji por fin dibujó Iga Luego, Seikanji junto a Dozan, comenzaron a preparar todo para el incendio. Aoi sugirió moverse antes de que iniciara el fuego Akihito también estaba de acuerdo con Aoi pero no se fue sin las armas de Kizary y Hidaru. Aki también siguió a Akihito Ryoshi miró a Aoi, se separó un poco al escuchar su voz para limpiar su rostro; intentaba guardar las lágrimas; pero su rostro enrojecido no podía miró la katana, por un instante pensó en quitar el listón; pero no lo hizo "Que todo se lo lleve el fuego..." después agradeció a Aoi por comprenderlo, disculpándose por lo mismo y preguntándole si aun confiaba en él pues se había mostrado débil ante ella Aoi le respondió que confiaba en él ciegamente y sin que él se diera cuenta, tomó el listón de la katana. Abrazó a Ryoshi y se fueron de Iga junto a Aki y Akihito Mientras los demás se alejaban de Iga; Seikanji y Dozan comenzaban el incendio; sólo necesito una chispa, la cual creó con el choque de una piedra y su katana Seikanji le preguntó a Dozan si los acompañaría, el afirmó. Iga se incendió con velocidad; no quedaría nada en pie. El fuego lentamente consumiría toda la aldea, y la muralla evitaría que se propagara al bosque.
Misión de: Rei y Matahachi Prisioneros: Kuroki; Hideyoshi; Momoka; Sho; Shiori Avanzaron por los caminos Tochigi para dar con un extraño hombre; quién al ver a Rei y Matahachi bajó la mirada. Los rehenes iban en la carreta amarrados y amordazados; siendo cubiertos por una manta y paja la cual picaba sus rostros constantemente. Nadie habló en ese cruce; pero ustedes escucharon el sonido de los metales, sabían que había una persona pasando junto a ustedes. Momoka sacudió un poco la paja la cual cayó a los pies del herrero, el cual se alertó. Matahachi suspiró por debajo mientras Rei parecía ir más disperso; Kuroki también intentó moverse pero al parecer sus amarres no lo dejaban de ningún modo. Hideyoshi y Shiori decidieron aprovechar el recorrido para dormir y recobrar fuerzas. Sho, al sentir la vibración y el intento de gritos de una mujer; decidió hacer lo mismo, tuvo suerte, la carreta pegó en una piedra justo cuando el se sacudía; haciendo que tanto la manta como la paja cayeran por completo, descubriéndolos. Seguían sin ver nada, pero ahora los podían ver a ustedes. Rei se giró y miró al hombre quién ya veía a los jóvenes atados; le dijo que no se preocupara de lo que sucedía y alertó a Matahachi El herrero miraba a Kuroki, lo conocía. Rei reconoció al herrero y Matahachi propuso un trato para que la situación no se descontrolara; su silencio a cambio de todas las armas de los rehenes. El herrero habló con Matahachi sobre su carcaj antes de aceptar la propuesta, asegurándose de que los prisioneros no iban a morir La carreta seguía moviéndose con tranquilidad; habían pasado días y sólo les daban agua para mantenerlos vivos; el alimento fue negado; por lo que sus cuerpos estaban completamente agotados, no sólo por la falta de energía, sino también el calor y el estar en la misma posición por demasiado tiempo les trajo mucha fatiga. Matahachi les quitó las ataduras. Rei le recriminó a Matahachi su "buen corazón", advirtiéndole que eso le traería problemas Matahachi tomó el arco y disparó a Kuroki en la pierna, haciendo que Rei retirara sus palabras; diciéndole que le gustaría tenerlo como hijo, así podría estar cada vez más cerca del emperador Momoka le dedicó unas palabras a Matahachi antes de irse, sobre cómo en él veía buenas virtudes "Y en verdad agradezco que queden hombres así incluso en filas enemigas, a pesar de que todas formas sigbnifique tener que matarlos de ser necesario." Rei se burló de Matahachi Hideyoshi les explicó a los presentes que sus hombres murieron Kuroki se quitó la flecha y lanzó cuero a los presentes para que comieran algo Sho dejó caer la pieza de cuero que Kuroki les entregó y con la poca energía que tenía, dirigió su puño hacia el rostro de Kuroki, conectando el golpe de manera lateral siendo que Kuroki no opuso resistencia "Los samurái, siempre quieren solucionar problemas que no les corresponden, ¡Siempre empeoran todo! Hina pudo haber permanecido a salvo en el resguardo del palacio... Mis hombres... seguramente los torturaron antes de matarlos" Kuroki le explicó a Hideyoshi lo que había sucedido desde la última vez que se vieron; y le dijo a Sho que sus hombres estaban bien, porque vio algo que así se lo aseguraba. Momoka se compadeció de Sho, tomó sus manos y le mencionó que debían continuar, que no se rindiera allí. De esa manera, avanzaron a paso cansado hacia la ciudad; la cual los recibió con una brizna fresca de agua; el ambiente rocoso daba una sensación de frío. Había personas en las calles, y los miraban, en su mayoría parecían ser mujeres; al fondo se podía escuchar y ver el hermoso flujo de la cascada. Mientras tanto... Llegaron por la tarde después de sentir un temblor muy cerca de ellos; Kiba; el lobo de Shinrin iba con Ukita, ayudándolo a rastrear a Kuroki y Shiori; gracias a que Yuzuki tenía el mismo talismán de protección que Rengo entregó a Kuroki; así que básicamente, se guiaron por el olor a sangre, Kohaku lo sabía muy bien. Llegaron hasta encontrar una carreta con dos hombres a bordo: Matahachi y Rei Iban armados. Pero Kiba se detuvo allí. Alguien de ellos traía la sangre de Rengo. Ukita logró plantar algo en la carreta para rastrearlos si era necesario. Al llegar a Shimotsuke; Kuroki; Momoka; Shiori; Hideyoshi y Sho, fueron recibidos en una ciudad de puras mujeres, las cuales al notar su deplorable estado, los llevaron al shukusha para que comieran y bebieran Kohaku entró a la herbolaria; había una mujer mezclando una hierbas; Kohaku ya estaba bastante entrenado en distinguir ingredientes gracias al conocimiento compartido de Riku. La mujer lo miró extrañada, pues le parecía extraño ver a un joven en Shimotsuke Momoka hablaba con Sho en el shukusha para alegrarlo un poco La mujer que había escuchado a Momoka estaba sonriendo al ver que la joven mujer disfrutaba de la comida mientras los demás permanecían en silencio; observó a Sho y trató de entender el por qué de aquella formalidad entre Momoka y él, curiosa de tener a personas interesantes en su mesa. Kuroki preguntó que tendrían que dar a cambio de esa hospitalidad; porque no tenían dinero ni objetos. Las mujeres dijeron que sólo conocimiento En ese instante, un par de pasos adicionales entraron en el shukusha; hubieran pasado desapercibidos si no hubiese sido porque la mirada de las mujeres se clavó en los nuevos visitantes; que a diferencia de los primeros en llegar, estos tenían ropas más limpias y un físico menos enfermizo y cansado. Ukita al sentirse observado de tal manera lo hizo colocarse en alerta, algo que logró transmitir a Rokujou. Al estar más enfocado en las mujeres, que ya eran al menos unas diez; no pudo notar la presencia de rostros conocidos en una de las mesas cercanas. Kohaku se presentó ante la mujer en la herbolaria y preguntó el por qué le parecía raro ver a un joven como él en Shimotsuke; ella explicó que ya hace diez inviernos, todos los jóvenes y hombres se fueron en contra de su voluntad Mientras tanto su gato tiró un florero Ukita reaccionó a la mirada de Rokujou y separó la vista para dirigirla a la mesa que enfocaba la atención de su compañero; los ojos de Ukita se abrieron por completo y su boca no pudo evitar abrirse ligeramente ante la sorpresa. No sólo era Kuroki y Shiori, a quienes buscaban; sino que también en la misma mesa se encontraba Hideyoshi; una persona que no esperaba ver, incluso temía que no lo volvería a ver jamás. Ukita le explicó a Rokujou que habían encontrado a los que buscaban. Ukita se acercó a Kuroki; Shiori; Momoka; Hideyoshi y Sho para decirles que su líder los había mandado a buscarlos Kuroki pidió a Ukita hablar en privado. Kohaku preguntó a la mujer en la herbolaria si los hombres y jóvenes de Shimotsuke habían ido a una guerra; ella le explicó la guerra de Utsunomiya en dónde su hijo había perdido la vida; Kohaku le dio sus condolencias intentando reconfortarla; para después salir hacia la cascada a recolectar manzanilla. Hideyoshi parecía disperso a los eventos, su mente estaba en los recuerdos aun así comió y bebió para recuperar su energía, como por inercia más que por iniciativa propia. Cuando Kohaku buscaba manzanilla, encontró un cúmulo de arbustos de hojas verdes con ocre y flores rosas. Y junto a ellas un joven que hablaba "Algunos la conocen con el nombre flama de oro, crecen salvajes y sin control..." El joven decía que debían quitar la flama de oro y dejar crecer más manzanilla Kohaku le respondió al joven y éste había hablado con suma tranquilidad, hasta que levantó el rostro y miró a Kohaku perplejo, se giró detrás de él para cerciorarse de que no hablaba nadie mas, que su pregunta no iba dirigida a alguien entre las flores. Al darse cuenta de que estaban solos volvió su mirada hacia Kohaku. Estaba inpactado de que Kohaku pudiera verlo Kohaku le reafirmó que podía verlo; y el joven empezó a hablar sin parar Le preguntó si le gustaban las flores y Kohaku mencionó que si, además de que era herborista; el joven misterioso mencionó que su madre también lo era, y que su padre había sido guerrero. Luego le pidió que lo siguiera, llevándolo a un viejo cementerio. Hideyoshi salió del shukusha y avanzó sin rumbo por la ciudad, hasta ver a lo lejos a Kohaku, decidiendo seguirlo. Al rededor de Kohaku crecían los arbustos de flama de oro; al grado de que las tumbas podían pasar desapercibidas a ojos poco entrenados. Kohaku podía leer la inscripción en la roca "Ohara Shimotsuke" "El primer arbusto lo sombré yo. Un regalo que le dejé a mi padre el día que me fui de aquí... Me gusta la flama de oro porque me recuerda a mi padre; y la manzanilla me recuerda a mi madre; y a ella, la flor que da la flama de oro le recuerda a mi..." Kohaku habló de las flores con aquel joven "Lo entiendo, me ocurre igual con los girasoles. Mi hermana decía que le recordaban a mí, y ahora que ya no está... siempre me recuerdan a ella. Uno encuentra cierta clase de consuelo en las flores, ¿cierto? ..." y también, Kohaku le preguntó su nombre, dando el suyo al joven frente a él El joven escuchó la explicación de Kohaku, había perdido a seres queridos y no se sentía capaz de reconfortarlo, por lo que se mantuvo en silencio mientras Kohaku terminaba de hablar, reflexionando en cada palabra, pues él nunca se detuvo a pensar en lo que verdaderamente podían significar las flores, le gustaban; pero ahora comenzaba realmente a entenderlas. El joven mencionó que no recordaba su nombre y observó a Hideyoshi acercarse, preguntándole a Kohaku si él era su padre Kohaku negó, diciéndole que sólo era un aliado. El joven afirmó ante Kohaku, para después levantar la vista detrás de Hideyoshi una silueta se acercaba, no era amenazante, se movía con el mismo aura que desprendía Hideyoshi. Lentamente los pasos lo fueron alcanzando. Era Reijiro, una de las seis montañas de Hideyoshi; el cual se desplomó frente a él, con su haori lleno de sangre, aun respiraba. Kuroki le explicó a Ukita lo sucedido con Rengo; lo sucedido en Yamato, en Ibaraki; quienes eran Rei y Matahachi. Ukita después comenzó a explicarle lo que sucedió en Aomori; como en el camino consiguió un gran amigo y aliado en Rokujou, con quién ahora compartía confianza absoluta. Cómo ellos tuvieron que enfrentarse al padre de Ukita: Soreku. El cómo tuvieron que ir a las montañas Hokkoda para enfrentarse a un destino que Ukita había estado evadiendo, y cómo ambos habían salido victoriosos en una misión que se creía imposible de conseguir; ahora, Kuroki no sólo hablaba con el viejo guardia de Nara: Ukita Nagasada. Estaba frente al actual líder de los emishi; los clanes del Norte. Y con ello llevaba una cicatriz en el rostro, y una mirada distinta, revitalizada pero melancólica. Tras explicar que había sucedido a grandes rasgos en Aomori, Ukita procedió a explicarle lo sucedido con Takeda; cómo había perdido su brazo derecho en Sado ante Fuyu; y cómo gracias a la ayuda de Riku, se había planteado la posibilidad de un ataque en Nagano. Por lo que el clan se dirigía a ese sitio, esperando encontrar ejército enemigo. Kuroki sugirió ir a Nagoya, Ukita consideró que era buena idea, pues allí estaban los herreros, tanto Fuji como Togashi; acompañados de Yamamoto y Masamune. Era buena decisión siendo que Kuroki; Momoka; Shiori; Hideyoshi y Sho estaban desarmados. Ukita escuchó la relación que Kuroki le explicaba, no habían estado en misiones juntos, por lo que desconocía el vínculo que Kuroki compartía con Rengo, entendía que eran amigos; pero no sabía que Kuroki lo sentía como un amigo muy cercano, recordando la amistad que había visto en Matsuda y Yamagata, o Takeda y Chikusa. También le explicó el por que perder su katana había sido tan importante, el recuerdo de Mao también parecía perseguirlo. Ukita también le dijo que si era necesario llorar, que lo hiciera, que el lo iba a apoyar. Que era importante despejar la mente, por lo que cargar con tribulaciones era darle ventaja al enemigo Hideyoshi le pidió ayuda a Kohaku para llevar a Reijiro a la clínica. Kohaku aceptó y le dijo al joven Ohara que lo esperara en la cascada (Si su padre era Shimotsuke Ohara, al menos tenía asegurado su apellido: Ohara) Kuroki le explicó a Ukita que buscaba respuestas, quería entender todo con respecto a lo que sentían sus amigos. Ukita entendió esa visión de juventud, y le dijo que las emociones son como las estaciones; siempre cambiantes. Momaka le preguntó a Sho cual era su mayor temor, este respondió que ya se había realizado: perder a Hina Las mujeres notaron mucha alegría en Momoka y le preguntaron cual era su fuente Momoka respondió que era del amor de sus padres y también de sus amigos en Gunma; explicando que también conocía a Ashikaga Seizo (señor de Gunma) también mencionó ante Sho que él era un gobernante y por ello debía recuperarse y volver; pero si no estaba listo podía "arrastrarlo" con ella. Kohaku y Hideyoshi se dirigieron a la clínica, en el interior había una mujer de cabello muy largo. Su mirada parecía desinteresada al verlos; pero su cuerpo avanzó con velocidad hacia ustedes, recargó a Rejiro en uno de los tapetes de paja que había en el suelo, mostrando la austeridad de aquella pequeña clínica; la mujer tomó un cuenco con agua; otro lleno de menjurjes y objetos variados y comenzó a revisar las heridas sobre el tapete de paja. Después inició con la limpieza, extrayendo de Reijiro puntas de flecha. Al parecer Reijiro las había rotó en su interior y dejado allí; deteniendo un poco la hemorragia pero propagando una severa infección. La mujer le dio un líquido blanquecido para que bebiera Reijiro; y lentamente el hombre se fue relajando hasta quedarse plenamente dormido; respirando con normalidad nuevamente. Ella no dijo nada, y siguió atendiendo a las heridas de Reijiro, con calma y precisión. Al terminar, limpió sus manos en el cuenco para después observar a cada uno, primero pasó su mirada por Kohaku, después por Hideyoshi; se levantó y buscó más objetos, extendiéndole a Hideyoshi una botella pequeña. Era sake, y por su olor; era sake barato. Era para que Hideyoshi no se desmayara (Así de mal lo veía) Momoka había revelado que Sho era un dirigente; causando interés en varias de las mujeres; otras le preguntaron por el otro soltero en cuestión: Seizo Ashikaga también preguntaron a Sho que había sucedido con Hina, él explicó que había sido raptada junto a Shoko Miura (señora de Ibaraki) esto causó un largo silencio en el shukusha, para ser opacado después por sus condolencias. Momoka defendió a los dos solteros: Sho y Seizo; diciéndoles básicamente que no era sencillo conseguirlos. Las mujeres reaccionaron con risas a las palabras de Momoka, no burlonas, eran un tanto pícaras; pero no ahondaron más, tal vez ellas sabían de antemano que buscar un hombre de alta cuna era un sueño ridículo. También la joven junto a Sho soltó una risa cuando Momoka mencionó que le había ganado, no había envidia en su rostro, era un juego agradable entre las mujeres, uno que tenía límites que no excederían. Momoka preguntó por el nombre de su interlocutora; ella respondió "Ninguna mujer en Shimotsuke tiene un nombre; somos una unidad. Respondemos al unísono." Las mujeres preguntaron el por qué el Imperio los habían liberado en lugar de matarlos Hideyoshi le dijo a la mujer en la clínica que sólo estaba cansado, no enfermo; ella le dijo que nunca subestimara el cansancio, que podría matar a cualquiera. Les aseguró tanto a él como a Kohaku que su amigo se recuperaría. Kohaku se despidió de Hideyoshi en la clínica, diciéndolo que lo vería más tarde en el shukusha, pues debía atender otro asunto Kuroki habló del dolor con Ukita y este le respondió "Aun quedan los enemigos más fuertes; y si planeamos avanzar a un lado de Takeda; debemos ser conscientes de que seguiremos perdiendo. Cosas... ciudades... amigos... Saca todas tus frustraciones, todas y cada una de ellas; llóralas, grítalas, escríbelas; porque son dolores que pocos pueden entender, es sufrimiento que peleamos porque alguien más no tenga que pasar por ellos. Y es con todo ello que debemos seguir adelante." Hideyoshi se despidió de Kohaku y de la mujer para después ir a descansar al shukusha. Los sueños premonitores de Hideyoshi se habían convertido en pesadillas, unas que habían sido palpables, reales. Tenían un peso importante en su mente; por lo que a pesar de que su cuerpo se estuviera recuperando del cansancio, en su cabeza las tribulaciones no lo dejaban descansar por completo. Necesitaba sanar, no del cuerpo; sino de espíritu. La noche se hizo presente en Shimotsuke; el día se había escapado en pláticas interesantes. Aun había mucho por hacer a la luz de la luna. Kohaku se reunió con el joven Ohara en la cascada; le preguntó si podía ayudarlo en algo, si tenía algún arrepentimiento. Tal vez por eso ese joven seguía allí, rondando Shimotsuke El joven Ohara negó ante Kohaku; pero al momento de darse cuenta que la luz era escasa decidió hablar "No tengo arrepentimientos; yo hice lo que tuve que haber hecho, por mi familia, por mi pueblo. Entiendo que no puedas quedarte mucho tiempo, y es por eso que si quiero pedirte algo...Llévame contigo" Kohaku estaba confundido "¿Llevarte? ¿Adónde?" Momoka narró los acontecimientos en Ibaraki; las mujeres callaron en todo el proceso, se les notaba impresionadas a la gran mayoría. Pero cuando comenzó a explicar el cómo los transportaron de allí sin Hina y la otra mujer, sus miradas se ensombrecieron y sus sonrisas se desvanecieron por completo. Por último habló de Rei y Matahachi, y el detalle de posible traición las hizo mirarse unas a las otras. Estas mujeres eran fáciles de leer, eran mujeres que no querían ocultar sus pensamientos, era evidente; aun así ocultaban sus nombres. El nombre de Takeda hizo que todas clavaran la mirada en Momoka, Momoka hablaba de Rengo pero las mujeres lo habían entendido, diciendo que ese Takeda era un señuelo, estas mujeres sabían demasiado "Verán... Shimotsuke es un refugio para mujeres como podrán notarlo; la gran mayoría de nosotras víctimas de la Guerra de Utsunomiya, dónde los hombres de este pequeño poblado fueron llevados a combatir a un ejército con entrenamiento, nuestros hombres eran la mayoría granjeros y agricultores; sólo los Ohara tenía casta samurái. Aquí hemos ocultado a mujeres que son víctimas de la búsqueda de esposas para los altos mandos del clan Taira. Y es por ello que se han llevado a la señora de Ibaraki... Las mujeres nobles son escasas, por ello la descendencia no les ha sido sencilla" El joven Ohara le explicó a Kohaku que quería seguir viajando, salir de Tochigi y conocer el mundo. Que le pedía eso como un favor, y que sería bueno recorrer el mundo con un nuevo amigo Pero antes de irse, debían de pedirle un objeto a su madre Kohaku habló "En ese caso... Tienes que saber que acompañarme implicaría topar con una nueva guerra. Hay una bruma muy espesa sobre Japón y decidí luchar para intentar quitarla. Creo en las personas junto a las que peleo, también, de modo que no me retiraré. Puedes ver el mundo a mi lado, pero no te prometo que sea demasiado agradable. Es un mundo que arrebata constantemente. Si nada de eso te genera dudas, me encantaría que vengas conmigo ¿Sinceramente? Me gustaría tener un amigo. Yo también... llevo demasiado tiempo solo" Con eso, Kohaku y el joven Ohara pactaron viajar juntos, este último le explicó que lo que debían recuperar de su madre era un broche: una luciérnaga. Kohaku y el joven Ohara se dirigieron a la herbolaria; dónde el gato parecía alertar su llegada. La mujer en la herbolaria recibió a Kohaku, este le pidió hablar con ella y ella aceptó; ofreciéndole té... pero muy diferente a cómo Kohaku estaba acostumbrado, era té frío. Kohaku le narró su encuentro con el joven Ohara y cómo este se quejaba de la flama de oro "Me dijo que su madre no quería quitarlas, que le recordaban a él. También me dijo... que las flamas de oro le recordaban a su padre. Y que la manzanilla le recordaba a usted" La mujer lo observó con una sonrisa lateral mientras negaba al escuchar que había visto un muchacho en aquel campo de flores; después con cada palabra, la sonrisa se fue borrando y su rostro se detuvo en un semblante de confusión para después transformarse quedarse inmóvil mientras en sus ojos se comenzaba a formar un aura cristalino, un brillo característico que anuncia una tormenta. El joven Ohara le mencionó a Kohaku que ella no sabía si creerle así que le aconsejó "Dile que aun recuerdo el aroma de este lugar, que siempre ha sido de mis recuerdos favoritos; dile que lamento haberme escapado, haber seguido los pasos de mi padre sin siquiera despedirme de ella. Pero que sepa que siempre la tuve presente; y que nada de lo que hice las estaciones venideras fue para deshonrarla, la enorgullecí, yo lo sé. Y jamás me despedí porque jamás me había apartado de ella, porque todo lo que hice fue por ella. Y que es por eso que hoy estoy aquí a tu lado, Kohaku. Que gracias a ti puedo decirle que volveré a casa, porque yo no he venido a despedirme, sabe que no me gusta hacerlo; y que nunca lo haré. Sólo a avisarle que de nuevo tengo una misión. Dile que aun tengo los ojos de mi padre y que aun necesito que esos ojos vean los horizontes que juraron ver..." Kohaku así lo hizo, y mencionó que buscaban obtener el broche de luciérnaga La mujer dejó ir el aire contenido lentamente, entendió que de alguna manera, su hijo estaba allí "Siempre has sido libre, hijo mío. Siempre has sido el más fuerte, sigue iluminando el camino. Siempre se hacía notar, siempre ha brillado a dónde fuera que decidiera ir. Es mi más grande orgullo, sé que cuidará de ti. Eso es lo que siempre ha hecho, es protector desde su nacimiento." El joven Ohara la veía con la mirada cristalina mientras ella buscaba entre sus ropas el pequeño broche de luciérnaga, el cual entregó a Kohaku. Kohaku le prometió que le devolvería el broche; pero la mujer no quería dejarle una carga al joven frente a ella " Siéntete libre, esta decisión la ha tomado mi hijo; no desfallezcas por tener que volver. La única promesa que quiero que hagas conmigo, es la misma que prometió mi hijo. Jamás mires atrás, lo que queda adelante siempre es más prometedor, lo que queda atrás sólo mira tu espalda y sonríe al verte caminar cada vez más lejos. Si tu pasado se encuentra con tu futuro, eso era el destino; pero si no se cruza en tu camino, no debes buscarlo. Se ha ido" Kuroki le mencionaba a Ukita que buscaba un propósito en la vida; Ukita le mencionó que su curiosidad era una buena cualidad, y que no debe descartarla. Rokujou y Shiori si aliaron y decidieron ir a la casa de armamento, dónde una mujer los recibiría Shiori mencionó si se podía apiadar de ellos, que habían sido robados; pero la mujer no se tocó el corazón, ella quería que le pagaran por su trabajo (que osadía xD) y amenazó que si seguían molestándola se enfrentaría a ellos de una manera más... física. La mujer estaba preparándose para el combate, la intimidación de Rokujou no le afectó en lo más mínimo; pero al notar como sus oponentes lentamente se alejaban de la idea de la confrontación, volvió a recargar su peso sobre la mesa, completamente aburrida, ignorando el como el par se ruborizaba. Las palabras de Shiori la habían hecho fruncir el ceño; pero lo suavizó nuevamente al escuchar " no somos como ellos" de parte de Rokujou; ella también era transparente en sus sentimientos. Los miró irse sin más, no iba a detenerlos. Shiori y Rokujou se fueron al shukusha a descansar... juntos... ¡en la misma habitación! Antes de irse, Kohaku preguntó por el nombre del joven Ohara "Nuestros nombres regresarán cuando el ocaso se levante. No puedo darte su nombre, él debe ser quién debe dártelo" Después mencionó que debían dormir, guiándolos hacia la vieja habitación del joven Ohara. Allí pasaron la noche. en una habitación austera pero con un calentador suficientemente fuerte para no sentir el frío de la noche. Kuroki le mencionó a Ukita que una mujer le había dicho todo lo contrario con respecto a su curiosidad. Ukita miró sorprendido a Kuroki cuando este mencionó a cierta mujer con respecto a su curiosidad; desvió un poco la mirada, notándose algo incómodo; al parecer, había entendido esas palabras en otro contexto, uno que lo había tomado desprevenido en ese tipo de conversación "Siempre puedes contar con los hombres del clan si necesitas conversar... desde combate hasta de mujeres. Pero por el momento creo que es necesario el descanso. Necesitan recuperar energías" Todos durmieron plácidamente
Misión= Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa; Shinrin; Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. Pero quedarían sólo: Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. El camino a Nagano fue irrumpido por el sonido de las aves sobre ustedes; aquello no era normal; los caballos también comenzaron a alebrestarse, algunos no obedecieron a sus monturas y salieron corriendo despavoridos. El pánico comenzó a a azotar en las filas mientras se preguntaban si aquello era... Todo comenzaba a moverse ligeramente; inició despacio, de un lado a otro, algunos árboles simplemente ondeaban sus hojas; pero después sus troncos comenzaban a tronar y algunos incluso a desquebrajarse. Fue tan rápido que no pudieron hacer demasiado cuando el suelo a sus pies comenzó a abrirse con violencia, no hubo tiempo de estrategias, fue reacción natural el querer alejarse de aquella grieta de suelo blanco; el galope de los caballos continuó acelerándose, y aquellos a pie apenas podían seguir. Un terremoto era algo aterrador, algo que ninguna fuerza humano podía detener. La naturaleza siempre estaba allí, para recordarle a la humanidad lo insignificantes que eran. A Matsumoto por la mañana sólo llegarían: Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. El grupo de Yuzuki llegarían a Nagano solos Se habían separado; habían terminado en una ciudad cercana a Nagano; pero tendrían que subir para alcanzarlos. Takeda y Takano se preocuparon de no llegar a tiempo; pero Oki los tranquilizó "Nuestro ejército se especializa en montar a caballo, llegaremos más aprisa que cualquiera de los suyos. Si bien, no podemos llevar a todo sus hombres con nosotros; a ustedes podemos llevarlos. Aun hay mucho que no conocen de nosotros; y por Ukita los seguiremos y demostraremos lo que los hombres y mujeres del Norte pueden lograr" Shinko le demostró a Riku su preocupación por su hermana, no le gustaba que estuviera sola Tanto Ginko como Riku deseaban continuar y no perder el tiempo en aquella ciudad Gon afirmó ante el deseo de Ginko de apresurar paso, diciendo que tanto él como Ginko eran el cerebro de los Asakura Riku advirtió que en el peor de los casos, el se haría pasar por Takeda Riku le preguntó a Shinko si podía hacer un favor por el, otorgándole una lista de cosas a comprar; Shinko afirmó pero se sujetó a él "¿No vas a dejarme atrás? ¿Cierto? " a veces se olvidaban de que Shinko todavía era un niño; así como varios en el clan Minamoto Takeda aceptó el plan de Riku; pero le pidió que no tomara medidas extremas; pues tenía un clan al cual regresar Riku aseguró a Shinko que no lo abandonaría; para después decirle a Takeda que lo que hacía no era por él Takeda sonrió y afirmó a Riku; no era el primero que le decía esas palabras; pero el último que se las dijo terminó tomando su lugar. Takeda lo sabía; la gran mayoría no estaban allí por él; estaban por su apellido y por un profundo odio hacia el mismo enemigo. Shinko volvía corriendo con las compras de Riku; todos los demás ya estaban preparados. Gon ya había comunicado sus palabras con los aliados en Matsumoto; sus tropas los alcanzarían; pero todos los jinetes cabalgarían a paso forzado. Sería un viaje pesado; pero estaban entrenados a ello. Y así partieron hacia Nagano... pero encontrarían a unos comerciantes en el camino
Misión= Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa; Shinrin; Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. TURNO 0= El camino a Nagano fue irrumpido por el sonido de las aves sobre ustedes; aquello no era normal; los caballos también comenzaron a alebrestarse, algunos no obedecieron a sus monturas y salieron corriendo despavoridos. El pánico comenzó a a azotar en las filas mientras se preguntaban si aquello era... Todo comenzaba a moverse ligeramente; inició despacio, de un lado a otro, algunos árboles simplemente ondeaban sus hojas; pero después sus troncos comenzaban a tronar y algunos incluso a desquebrajarse. Fue tan rápido que no pudieron hacer demasiado cuando el suelo a sus pies comenzó a abrirse con violencia, no hubo tiempo de estrategias, fue reacción natural el querer alejarse de aquella grieta de suelo blanco; el galope de los caballos continuó acelerándose, y aquellos a pie apenas podían seguir. Un terremoto era algo aterrador, algo que ninguna fuerza humano podía detener. La naturaleza siempre estaba allí, para recordarle a la humanidad lo insignificantes que eran. A Nagano por la mañana sólo llegarían: Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa y Shinrin junto a sus soldados correspondientes. El grupo de Takeda se perdería El amanecer llegaba a Nagano; quedaba ascender la montaña; ya había humo en la montaña. Kirara mencionó que Riku y Takano habían tenido razón, el ataque efectivamente había sido en Nagano Sólo era la mitad del ejército, Yuzuki debía asumir el liderazgo. Varias opciones se propusieron; pero siguieron el mando de Yuzuki Minami avanzarían, no podían esperar a que los demás aparecieran Kirara afirmó ante Yuzuki, le estaba dando la razón, debían avanzar. Kaori y Hayato también parecían coincidir mientras Toshikage, Hinata y Shinrin parecían más preocupados por un ataque tan directo. Ujihisa se mantenía al margen mientras Tsubaki se unía discretamente; en su rostro se notaba la preocupación al no estar a un lado de Takeda Kirara preguntó a Yuzuki si asumiría ser la General en esta batalla; los Asakura aseguraron a Yuzuki diciendo que la seguirían si ella aceptaba Yuzuki aceptó el cargo, preguntándole a Shinrin por sus consejos; pero ella calló. Misión de: Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa y Shinrin junto a sus soldados correspondientes. TURNO 1= Ascendieron la montaña siguiendo las instrucciones de Yuzuki; el humo seguía subiendo al cielo y el sonido cada vez era más cercano; eran gritos de guerra, no de desesperación; gritaban al unísono para después ser seguidos del impresionante golpe a piedra. Era el sonido de los arietes golpeando la imponente muralla de Nagano. Mientras los enemigos golpeaban; Yuzuki alineaba a su ejército estratégicamente. Kirara y Hinata tomaron la delantera hacia los invasores con ariete. Toshikage y Kaori avanzaron con dificultad por las montañas hacia el río. Yuzuki, Tsubaki y Hayato se quedaban atrás, observando desde el punto más alto. Las demás tropas esperarían nuevas órdenes antes de movilizarse. La muralla parecía resistir; mientras que internamente, los ciudadanos de Nagano peleaban para evitar que el fuego se propagara. "¡NO DEJAREMOS QUE AQUELLO QUE MI PADRE CONSTRUYÓ CAIGA ESTE DÍA!" Gritaba Tetsuo movilizando a los pocos que quedaban en Nagano; mientras los civiles se refugiaban como les era humanamente posible. TURNO 2= Los ataques continuaron; los artilleros del bando Minamoto iniciaron la ofensiva, dando su ubicación; el enemigo ahora sabían que estaban allí; pero el precio fue perder un escuadrón ante los Minamoto, a cargo de Yuzuki Minami. Los gritos del escuadrón al caer alertaron a los escuadrones alrededor; pero sus gritos y conmoción no sólo alertaron al enemigo; sino también a aquellos que peleaban para mantener Nagano de pie; a pesar de que cada vez ardía con mayor voracidad. "¡LOS REFUERZOS HAN LLEGADO! ¡QUE RESISTA NAGANO!" Gritó Tetsuo inundando el ambiente con nuevos ánimos, al darse cuenta de que sus aliados no los habían abandonado. TURNO 3= Las tropas de Yuzuki Minami comenzaron a mermar a el enemigo que trataba de destruir la gran muralla de Nagano; aquella construcción tan fuerte mostraba su gran dominio estructural, que a pesar del tremendo daño que sufría, aun aguantaba. Los escuadrones siguieron colisionando; esta vez con una baja para cada bando; había caído el primer escuadrón de los Minamoto y el segundo Taira. En el interior de Nagano aun se mantenía en pie a pesar de las llamas. Tetsuo mencionó que si sus aliados lograban derrotar al enemigo en las murallas, abrirían las puertas para que los civiles escaparan; mientras que los guerreros se quedarían a defender Nagano y un ejército menor se movilizara para derrotar a los artilleros "No podemos permitir que nuestros aliados entren a Nagano y sean acribillados. El señor de Nagano puede caer; pero la ciudad se mantendrá en pie, y si falto yo; un Minamoto tomará mi lugar; pero si cae Nagano, la prefectura cae en manos enemigas y sopesará un problema militar mayor" mencionaba Tetsuo ante Terunobu. TURNO 4= La muralla de Nagano se debilitaba mientras que esta vez las estructuras dentro de ella se mantenían sin daños considerables. Tetsuo se preparaba con sus hombres para defender mientras los civiles comenzaban a organizar su escape. Los escuadrones en defensa a la muralla atacaron al enemigo; quienes seguían enfocando su energía en destruir la muralla la cual aun se mantenía en pie; las defensas lograron eliminar a uno de los enemigos mientras que Kirara y otro escuadrón atacaron a un escuadrón Taira que estaba perfectamente organizado; los rostros de aquellos guerreros era feroz, en su mirada no había miedo, no había duda; era la mirada de aquellos que sabían que morirían, aun así estaban preparados. Y fue por ello que resistieron mientras perdían a toda la infantería. Kirara apresuró su escuadrón apoyando al escuadrón aliado que atacaba al conjunto que comenzaba a perder a toda su infantería; aquel movimiento sería lógico, entre menos enemigos y más superioridad numérica, mayor serían las probabilidades de éxito. Nadie pudo haber previsto que el enemigo estaba preparado para llevarse a quién fuera necesario. "POR NUESTRO SEÑOR AKISHINO!" Gritaron algunos mientras usaban el ariete en contra del escuadrón de Kirara; barriendo por completo a todos, tirando a Kirara de su caballo, sepultando su pierna debajo de este. Ujihisa corrió a ayudarla; cavando una zanja con sus manos para sacarla arrastrando. Kirara sintió el goteo de sangre sobre su cuerpo; no era la suya. Ujihisa cayó sobre Kirara y fue allí que ella notó la flecha. Lo sostuvo en sus brazos —Te sacaré de aquí... —mencionó Kirara preocupada mientras Ujihisa tomaba su mano, deteniendo cualquier intento, notó como el enemigo los rodeaba, ya era tarde. Miró a Kirara a los ojos, haciendo que ella entendiera el predicamento sin siquiera pronunciar palabra. Ujihisa sacó de su bolsa una pipa, colocó el opio que su sobrino le había dado y miró al enemigo, dio una fuerte bocanada y sonrió disfrutando la droga aun en los brazos de Kirara. "Gracias Ginko..."mencionó mientras su cuerpo comenzaba a perder fuerza, dejando caer los brazos "... me diste lo necesario para morir sin dolor..." Kirara lo observó y sus manos comenzaron a temblar mientras aun lo sostenía "Esto... es culpa mía... " sus lagrimas comenzaron a caer sobre el cuerpo de Ujihisa mientras el enemigo se acercaba para capturarla; pero ella, ya había aceptado la muerte allí mismo, derrotada ante su fracaso. TURNO 5= Yuzuki vio caer el escuadrón de Kirara y movilizó a los demás para ayudar. La parte de la muralla que era atacada del lado sur-oeste ya casi se había librado de todos los enemigos; dos mas y los civiles podría escapar si las tropas Minamoto cubrían posibles ataques del los escuadrones enemigos que atacaban la muralla de lado sur-este. Dos escuadrones fueron eliminados; uno Minamoto y otro Taira; de esa manera, se logró recuperar a Kirara; quien parecía estar completamente fuera de sí. No reaccionaba a ningún estímulo, sólo buscó recuperar el cuerpo de Ujihisa, el cual cargaba ahora a su espalda, sin sostener arma alguna. Esta ocasión, Nagano recibía un fuerte impacto de parte de la lluvia de flechas incendiarias; los edificios se comenzaban a consumir, poniendo en peligro a los civiles. TURNO 6= Los ciudadanos de Nagano lograron contener el fuego en esta ocasión; demostrando que no caerían tan fácilmente ahora que los aliados les estaban abriendo el camino seguro; se acercaban a poder escapar sin aparente peligro. Los escuadrones Minamoto avanzaban, destruyendo a dos de los rivales a uno en contra. Más escuadrones aliados aparecían en por el sur, dispuestos a avanzar bajo la estrategia de su General. TURNO 7= La vida de la muralla seguía disminuyendo; el rival no quería caer con facilidad y soportaba los atacas mientras seguía en ascendió; del lado sur-este el daño cada vez era mayor, aun con tres escuadrones atacando con todas sus fuerzas. Pero los edificios y su gente detrás de la muralla no caían; el fuego no se extendía, se controlaba. Al nor-este el escuadrón de Kaori caí; pero en el momento que la tomaban como rehén; un escuadrón liderado por grandes cantidades de emishi lograron demostrar nuevamente su poderío, derrotando al escuadrón y rescatando a Kaori antes de tan siquiera ser arrinconada. En su rostro se notaba el dolor de haber perdido a su gente, pero se mantuvo firme mientras se unía al nuevo escuadrón. Esas acciones tranquilizaron a Toshikage y Hinata que se acercaban a ayudarla. Dos escuadrones se abalanzaron contra el escuadrón #8; y por su exceso de confianza, uno de ellos cayó ante sus filas. Y los demás escuadrones parecían ir mermando el número de enemigos en sus filas. El movimiento entre las montañas comenzaba a cansar a los escuadrones; y la nieve no ayudaba a todo el cúmulo de fuerza. TURNO 8= La vida de la muralla seguía en descenso; no tardaría en caer la parte sur-este de la muralla; y si no lograban vencer al escuadrón guardián del lado sur-oeste, no podrían iniciar el despliegue de civiles. Tanto Hayato como Tsubaki se alarmaron al ver como aquel escuadrón resistía, pues su estrategia parecía ser digna de relatos pues superaba a los escuadrones aliados que se acercaban a ellos. En el norte también se perdía un escuadrón y otro mermaba en sus fuerzas. Kaori asumió el mando del escuadrón 9 quienes la siguieron sin objeción. En el interior de Nagano sufrían daños; a pesar del fuerte esfuerzo por evitarlos contra un gran número de enemigos; aun así, aun se mantenían en pie. TURNO 9= Por fin la muralla sur-oeste había sido liberada; el enemigo eliminado; de manera inmediata se abrieron las puertas; los civiles comenzaron a desplegarse bajo el liderazgo de lo que parecía ser un par de niños; ellos guiaban a los civiles, incluyendo a ancianos y heridos hacia el sur, dónde podrían esconderse de la invasión. Los guerreros permanecieron en Nagano, apagando exitosamente el fuego que quería consumir la ciudad. Pero el retumbar de las paredes al sur-este detuvieron a Tetsuo quién señaló la dirección a sus hombres "¡LA MURALLA CAERÁ! "alertó, siendo inminente la invasión de los enemigos al sur-este; pero gracias a la general Minami; los civiles habían logrado escapar justo a tiempo. Los escuadrones Asakura al norte retrocedieron; y no fueron seguidos por el enemigo, al parecer ellos eran contención para evitar que se llegara a los arqueros que asechaban Nagano a las alturas. TURNO 10= El movimiento se concentró en el ataque a la muralla; dónde Tetsuo y sus hombres se aproximaban, no tardaría en caer y entrarían a la ciudad. Pero aquello no parecía representar un problema para un número mayor de guerreros dentro de Nagano, siempre que no derrotaran a Tetsuo o tomaran la casa feudal. Mientras tanto, en el exterior los escuadrones descansaron por su movimiento por las montañas.
Misión de: Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa y Shinrin junto a sus soldados correspondientes. Se unen: Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. Tras su separación; el equipo de Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes; se encontraron con unos comerciantes ambulantes Allí sería dónde Riku se reencontraría con Dazai, un viejo conocido; quién ahora era un comerciante junto a su esposa: Kumiko. Ginko compró varias cosas, entre ellas un juego de "memoria" pintado a mano con escenas muy extrañas; Riku pareció reconocerlo diciendo que posiblemente relatara una profecía Misato se encontró con ellos después de venir de Ueda; le dijo a Takeda lo que había descubierto diciendo que debía moverse nuevamente en búsqueda de los Fujibashi; Takeda entendió y la dejó ir con una buena compensación económica Shinko se ofreció para entrenar con Riku, este aceptó Oki entrenó con Ginko, quién mostró su nueva técnica aprendida de Xiao Dazai interrumpió el entrenamiento de Riku y Shinko. Intentando alebrestar a Riku, pero al que molestó fue a Shinko, no dejaría que insultaran a Riku en su presencia Riku le dio la oportunidad a Dazai de tomar venganza si eso quería; pero Riku esquivó el ataque de Dazai, demostrando su superioridad; con eso tuvo Dazai para mencionar que ya no era más un cobarde Shinko y Riku retomaron su duelo dónde ganó Riku Oki ganó el duelo con Ginko Dazai se despidió de Riku, diciéndole que la próxima ocasión que se encontraran, debía comprarle algo, que no fuera avaro Siguieron su camino a Nagano... una guerra los esperaba. TURNO 11= La muralla en Nagano había caído; pero en los guerreros de Nagano no había miedo; sus civiles estaban a salvo gracias a las acciones de la General Minami; sabían que sólo quedaba pelear para defender su territorio; su gente estaba en camino a la libertad. Mientras que la muralla caía con estruendo, los escuadrones Minamoto llenaban el horizonte en la helada nevada; una nueva esperanza recaía en Nagano. Takano guiaba a los escuadrones intentando ver todo el escenario; pero él no tenía el terreno alto, Yuzuki si; él seguía su mando sin realmente saberlo. Takeda y Takano vieron los tres escuadrones a distancia, estaban en el templo. Eso molestó a Takeda; pues allí había ofrecido la katana destruida de Chikusa. Oki avanzó con los emishi a velocidad, ganando terreno. El ejército Minami se movilizaba, mientras podían ver como la muralla se derrumbaba y los escuadrones enemigos ingresaban a Nagano, a su vez, los escuadrones que bordeaban la muralla se comenzaban a desplazar hacia abajo, significaba que ingresarían a la ciudad. Hayato le señaló a Yuzuki nuevos escuadrones al sur, parecían ser aliados En Nagano el enfrentamiento a los escuadrones se dio directamente en contra del escuadrón de Tetsuo y Hideki; Hideki resistió intentando combatir al enemigo; mientras que el escuadrón que atacó a Tetsuo parecía poder eliminarlos con facilidad; pero Tetsuo intercedió antes de que el metal golpeara; apuntó con su arco y disparó una flecha que cortó una contención dónde nieve se había estado acumulando; creando una avalancha ficticia frente al enemigo, haciéndolo retroceder con sólo un movimiento. "¡MI PADRE CREÓ LA FUERZA DE NAGANO; Y ESA NO ES SU MURALLA!" Gritó Tetsuo hacia el enemigo y señaló a sus hombres "HAN ABIERTO L¡ASÍ QUE ELIJAN; PUEDEN PELEAR CON NOSOTROS O CONTRA NOSOTROS!" El escuadrón enemigo frente a Tetsuo no lo pensó demasiado; giró a sus hombres y atacaron con todas sus fuerzas a un aliado que no esperó aquel ataque; cayendo en la nieve, atónitos ante tal traición en plena guerra. Tetsuo había convertido a un escuadrón enemigo y eliminado a otro sin derramar una sola gota de sudor. TURNO 12= Las edificaciones seguían resistiendo; Hideki y Terubonu se colocaron frente a Tetsuo al ver como este peleaba contra el enemigo. Terunobu observó a los aliados que se acercaban al sur Mientras tanto al norte; el ejército de Takeda avanzaba hacia el templo en las montañas; Oki y sus emishi cabalgaba a gran velocidad, alcanzando a los enemigos. "¡SOMOS EMISHI! LOS HOMBRES Y MUJERES QUE USTEDES LOS DÉBILES LLAMAN SALVAJES. Usen sus armas para nosotros... o verás porque el sur teme a la gente del norte" Bajo aquella amenaza, un escuadrón se viró hacia su antiguo aliado y atacó con tal furia que lo destuyó; con eso, se unió a las fuerzas de Oki, las cuales liberaban el paso para Takeda y Takano. TURNO 13= Las edificaciones seguían resistiendo; se mantenían en pie; los aliados se aproximaban cada vez más. Al norte; los Asakura peleaban siendo alcanzados por escuadrones emishi que fueron cayendo ante la fuerte estrategia de los dos escuadrones Taira, quienes eliminaron a dos escuadrones y también aniquilando el escuadrón que comandaba Kaori, tomándola prisionera. El escuadrón Taira restante estaba rodeado; por lo que amenazó con asesinar a Kaori si intentaban acabar con ellos. "¡LA VIDA DE UNA PERSONA NO VALE LA DE CIENTOS! ¡ELIMÍNENLOS Y SALVEN NAGANO!" Toshikage se estremeció ante las palabras de su esposa; mientras ideaban una estrategia. Oki se adelantó a Takano y Takeda para ir limpiando el terreno mientras otros escuadrones los protegían desde la retaguardia. TURNO 14= Las edificaciones seguían resistiendo; se mantenían en pie; los aliados se aproximaban cada vez más. Al norte los enfrentamientos se acrecentaron; Oki perdió a sus hombres pero otro escuadrón la alcanzó para respaldarla después de que el escuadrón de Takano la rescatara eliminando al enemigo. Creando una triangulación perfecta para seguir avanzando. Takeda mencionó que con el ataque a Nagano, su enemigo trataba de dejar en claro que era lo que sucedía si se nombraban abiertamente aliados de los Minamoto Takeda buscaba ir al templo a enfrentarse con ese General; pero Takano insistió que debían ir a la ciudad, a proteger Nagano; pues al perder a sus escuadrones, el General enemigo se retiraría, no perdería su vida en vano. Takeda confió en Takano, y no se dejó llevar por la ira Riku se acercó al enemigo; quien mantenía a sus hombres preparados para eliminar a Kaori mientras ellos morían al unísono, siendo completamente rodeados. Toshikage iba a interceder cuando el que por el momento parecía ser el líder rival levantó su arma sobre Kaori; pero no hizo el corte mortal, colocó su mano cubriendo el filo sin fuerza para no cortarse; demostrando que no haría daño a la mujer. Kaori tomó el liderazgo del nuevo escuadrón y agradeció a Riku su buen juicio Al sur, dónde la muralla fue traspasada; seguían colisionando los guerreros; pero parecía ser imposible que el enemigo tocara el suelo de la ciudad. Los aliados se acercaron y Tetsuo pudo reconocer el rostro de su líder: Yamagata Hidetoshi "Será mejor que cambies tu alineación; estás del lado de los perdedores" la voz de Yamagato convenció a los rivales "Ninguno de los tuyos pasará de este punto, caerán uno a uno. Han perdido, y ya deberían admitirlo" TURNO 15= La ciudad ya no parecía estar más en amenaza por las flechas; podían controlarlas con facilidad. Al norte seguían avanzando; Takeda estaba dispuesto a atacar al enemigo restante alrededor de la muralla, sin perseguir al General enemigo que ya parecía estar retrocediendo, dejando a su paso humo. Habían destruido el templo; pero no a su gente. Kaori también avanzó siguiendo a los emishi; Riku hizo lo mismo mientras Ginko buscaba alcanzarlos a paso forzado; Toshikage y Hinata esperaron. Tetsuo estrechó manos con Yamagata, después de que éste lograra convencer a otro escuadrón de arqueros a su causa. Yamagata explicó a Tetsuo y Terunobu que él se encontraba allí por el joven Tsunayoshi; hijo de Nagato "Fue Shizuoka quién pidió nuestras fuerzas; a palabras del joven Tsunayoshi "No podemos repetir lo sucedido en Gujo" Aquellas palabras no sólo rompieron a Tetsuo, también a Terunobu. "¿Escuchas eso? ¡PADRE, HERMANO! ¡NAGANO NO CAERÁ! ¡NAGANO NO ESTÁ SOLO! ¡NO ESTÁ SOLO! ¿OYERON?" Gritó Tetsuo al cielo TURNO 16= Los civiles habían logrado escapar con éxito; ya no estaban en peligro alguno; algo que relajó a Tsubaki y Hayato quienes sonreían ante Yuzuki. Al norte los emishi rodearon al enemigo; por desgracia un escuadrón cayó. Al sur; Yamagata dirigía a los suyos destruyendo un escuadrón; mermando a otro y perdiendo a uno recién convertido a la lucha. Mientras que Tetsuo parecía seguir a Yamagata. "No dejaremos todo a nuestros aliados" mencionó Tetsuo ante Hideki y Terunobu. Mientras se preparaban a dejar la muralla destruida para unirse a Yamagata para erradicar a los enemigos restantes. Ambos comandantes siguieron a su General al ver como los aliados llegaban a respaldar Nagano. Shinko entró a la ciudad para ayudar contra las flechas; pero no era necesario, los guerreros ya estaban organizados y en ventaja numérica; algo que alivió a Shinko, quién sorprendido buscó rostros conocidos a la distancia. Takano y Takeda se incorporaron hacia la dirección de Riku; incapaces de seguir el ritmo de Oki y los demás emishi al frente. Hinata sonrió al ver a Ginko unirse a ellos; pero se mantuvo alerta a nuevas instrucciones. TURNO 17= Los escuadrones avanzaron rodeando al enemigo; al norte los emishi con Oki y al sur Yamagata quién convertía a los enemigos en aliados. Esto provocó la huida del General enemigo; quién no mostró su rostro, sólo dejó a aquellos artilleros a tomar su destino. La nieve no los había debilitado; la nieve los había fortalecido. Nagano no era sepultada; Nagano era la avalancha que destruyó a su enemigo. Tetsuo levantó su arco al cielo, mirándolo con el rostro lleno de sudor y lágrimas; Nagano no había sido abandonado, se mantenía en pie gracias a sus aliados "Míranos padre; nunca estuvimos solos. ¡NAGANO VIVE!" Terunobu brincó a un lado de Tetsuo en celebración. Hideki mantuvo la compostura mientras los observaba. Los guerreros en Nagano gritaron con júbilo mientras Shinko intentaba buscar un rostro conocido entre los presentes, comenzando a sentir preocupación Hinata había reído ante el comentario de Ginko para después volver a separarse ligeramente a comando; pero los gritos de victoria resonaron por toda la montaña nevada, haciendo énfasis en la victoria. Tsubaki y Hayato se alegraron al instante al ver como el estandarte rojo caía "¡LO HA LOGRADO!" Gritó Tsubaki sacudiendo el hombro de Yuzuki mientras Hayato sólo sonreía discretamente, mientras un par de lágrimas escaparon sus ojos. El vitoreo continuó por largos instantes, hasta que los escuadrones comenzaron a avanzar hacia Nagano, dónde podrían reunirse cómo era debido. "¡Todos avancen hacia Nagano! Recuperen a los heridos, también al escuadrón que retrocedió pasada nuestra posición. Fujiwara tiene que estar con ellos, su familia la necesita." Las instrucciones de Yuzuki, su General, fueron claras. BATALLA POR NAGANO長野の戦い GANADORES: MINAMOTO/MINAMI
Misión de: Toshikage; Kaori; Hinata; Hayato; Yuzuki; Tsubaki; Kirara; Ujihisa; Shinrin; Takeda; Takano; Oboro; Oki; Ginko; Riku; Shinko; Gon y Xiao junto a sus soldados correspondientes. Las llamas se habían apagado; la ciudad permanecía en absoluta obscuridad, no había luces en los locales ni hogares; no había habitantes en Nagano; eran los gritos de dolor y alguno que otro murmullo los que se hacían presentes en una ciudad recién invadida. Los civiles estaban en resguardo, tal vez volverían hasta la madrugada; por lo que la ciudad estaba llena de soldados heridos; cuerpos recuperados. Serían Ginko y Gon quienes al buscar ayudar a los heridos, descubrirían la realidad al ver a Yuzuki a un lado de Kirara quién se aferraba a un cuerpo sin vida. Al ver la escena, Gon tomó el hombro de Ginko con fuerza mientras desviaba la mirada al suelo y apretaba su puño restante. Aquel cuerpo sin vida era de Ujihisa. Las lágrimas de Kirara iban acompañadas de gritos de dolor; gritos que guiaron a Riku y a Shinko, hacia su líder, hacia su familia. Pero no fueron los únicos en acudir, detrás de Ginko y Gon se acercaban los Asakura, quienes quedaron petrificados ante la escena. Fue Toshikage el primero en reaccionar, acercándose a Kirara para tomarla del hombro, ella levantó la vista y Toshikage asintió; tomando a Ujihisa en sus brazos. Kirara cedió al instante, levantándose a prisa, para después correr a la salida de Nagano, siendo seguida por Shinko y Riku. Tetsuo se acercó a Yuzuki e hizo una reverencia, después se arrodilló frente a los Asakura. Ginko se acercó a Ujihisa y mencionó que esto fue decisión de su tío Toshikage le dio el espacio a Ginko quién despedía a su tío en brazos; pero para sorpresa de los Asakura, no hubo lágrimas, fue un proceso que el mismo Ujihisa hubiese hecho si los papeles hubiesen sido opuestos; era el tecnicismo clásico de los Harutomo, estaban acostumbrados a ello. Pero Hinata era la que dejaba mostrar sus lágrimas, sin caer en una exhuberante demostración de tristeza. Tanto los Asakura como el mismo Ginko mostraban una formalidad decorosa y elegante. Ginko mencionó que debía ir con su padre a avisarle de la muerte de su tío en persona. Oki se ofreció a ayudarlo. Los Asakura preguntaron si necesitaba de alguno para el viaje; pero Ginko se negó Y mientras esto sucedía; Ginko encontró las pertenencias de su tío; su pipa, tenía el opio que Ginko le había dado recientemente, estaba consumido parcialmente. Se había ido sin dolor gracias a él. También estaba su katana; un juego de diez agujas, un conjunto de medicamentos y un cuaderno tejido; completamente en blanco, aun así, parecía que era abierto constantemente. Shinko observó a Kirara, esperando que los mirara y les dijera que todo saldría bien; pero no fue así, todo lo contrario, cayó al suelo en llanto. Riku observaba en silencio Shinko intentó levantar la moral de su hermana sin éxito; mecnionó que los Fujiwara necesitaban un líder; así que la desafió por el puesto Kirara no reaccionó; así que Shinko asumió el liderazgo "Me he convertido en el líder del clan por derecho; con mi espada protegeré a los míos...El clan Fujiwara necesita ser fuerte; somos lo que quedamos de él; y es inconcebible que se desmorone por la indecisión. Yo, Fujiwara no Shinko, recuperaré esa fuerza que hizo al clan imparable... lo prometo" Riku levantó la voz; no quería que el clan se desmoronara; habló de la fortaleza y sobre todo de cómo el amor lo unía a ellos; pero Kirara no podía levantarse, sólo pudo aceptar el cariño en un abrazo; pero no pudo responder con fuerza. Yuzuki se disculpó por tomar el lugar de Takeda en la guerra Ginko parte con Oki a la brevedad hacia Kamakura. Tetsuo fue el primero en agradecer a Yuzuki; diciéndole que sin ellos, Nagano hubiese caído. Takeda mencionó a Tetsuo que ellos acudieron a Nagano porque Nagano acudió en Shizuoka Después Takeda se disculpó con Yuzuki por colocar aquel peso sobre sus hombros "Nunca se está listo para las despedidas; y siempre llevamos con nosotros las vidas que se dieron por nuestra causa. Es un camino difícil; pero cuando se logra entender que siempre se caminará en tormenta, dejamos de detenernos a exprimir nuestra ropa. La lluvia nos agrega peso; pero si nos dejamos vencer y caemos, nunca veremos un día con sol" Takano también se hincó frente a Yuzuki, casi al instante Takeda se levantó, dejándolos solos. Takano colocó su mano en el cuello de Yuzuki, y la llevó a su pecho en un abrazo "Lo has hecho bien" Yuzuki agradeció a Takeda; para después confesarle a Takano que tuvo miedo de perder a todos antes de que ellos llegaran. Shinko le mencionó a Riku que recuperarían la fuerza de Kirara, Riku contestó "Lo sé. Volverá cuando sea el momento. Para bien o mal, compartimos la misma fuerza. Cuánta con nosotros así como nosotros contamos contigo". Ginko se despidió de los Asakura, mientras partía con Oki a toda prisa; sin ser detenido por nadie, de esa manera, un pequeño grupo de emishi avanzaron hacia Yamanashi. Hayato también se acercó a Yuzuki y le agradeció la confianza, dijo que a su lado, el no vio el miedo en ella, sólo su decisión. Yuzuki le encargó a Hayato cuidarla Takeda miró hacia el humo en la cima de la montaña; la última vez que pisó el templo que ahora se perdía en las llamas, fue cuando había ofrecido la katana de Chikusa en oración; estaba junto a Kenzaburo; Mao; Hideyoshi y Togashi; había perdido a Kenzaburo en Shizuoka, la ubicación de Hideyoshi y su seguridad le eran desconocidas, agregando un peso a su angustia; Togashi aun no llegaba a Nagano junto con Hashimoto; y Mao... la vida de Mao pesaba en todo su cuerpo. Por simple inercia apretó su puño en búsqueda de las esferas de madera , no estaban más en su brazo, eran de Rengo ahora. Estaba de pie mirando al cielo nocturno. Hideki se acercó a Takeda; confrontándolo por la muerte de Mao, quería oírlo de su boca Takeda miró a Hideki a los ojos; no rebajaría su mirada. Sabía que era un tema delicado, y que por más que él también sintiera un dolor profundo por sus acciones no podía quebrarse frente a Hideki. Y habló con la verdad. Hideki le preguntó por qué no hubo perdón "Me temo que mis sentimientos son distintos a mi deber con la justicia, señor Kobayashi; la justicia demanda credibilidad. Y siempre debo sobreponer la justicia sobre mis propios deseos. Lamento que las palabras sinceras no sean agradables; así como la traición no puede ser perdonada en esta guerra. Jamás he negado mi dolor ante mis acciones; he sido honesto con usted y mis principios; pero si usted ve en mis acciones una traición a mis directrices, por favor, sea usted la mano ejecutora" las palabras de Takeda fueron tajantes Hideki recriminó a Takeda; diciéndole que él no sería quien tome represalias por sus decisiones, sería Japón. "Soy arma del pueblo japonés; soy consciente al saber que mis anhelos y deseos son los de mi gente. Lo que debo hacer es proteger a mi gente, no pretender mi propia expansión." Hideki miró a los presentes; habían ganado una guerra, habían salvado a un pueblo; pero ninguno sonreía. Yamagata interrumpió, explicándole como a él mismo le fue difícil confiar en Takeda; pero al final lo siguió "Si usted se detiene un poco a ahondar en su mirada, entenderá que allí vive el dolor; pues siempre se lamenta el no haber sido capaz de detener el enfrentamiento en primer lugar" Y obvio, pues allí Takeda lloró pero cerró los ojitos para que no fuera evidente. La noche transcurrió con una despedida a los caídos, entre ellos a Ujihisa; que a deseos de Ginko, se llevaron a cabo rituales Taoistas, dirigidos por Hideki y Xiao. Nagano se encontraba herido; pero no destruido. Tal vez nadie podría conciliar el sueño aquella noche; pero habían cumplido con su deber.