Aichi Nagoya

Nagoya
[Togashi; Kojiro; Yoshitame; Ukita; Fuji; Yamagata; Hayato; Inukawa; Inuzuka; Takano; Hashimoto; Tsubaki]

En cualquier cálculo que Takano hubiera imaginado, jamás hubiese esperado aquel golpe que lo mandó directo a la inconsciencia. Togashi; quién se había presentado ante Takano como un hombre sin esperanza o fuerza, ahora le respondía con todo el ímpetu y la fortaleza de un guerrero digno de ser admirado.

Los que presenciaron aquel acto no pudieron reaccionar a tiempo; fue Kojiro quién sostuvo la caída de Takano al ya conocer los movimientos de Togashi.

Después del impacto que causó tal acción, la primera en reclamar fue Fuji; pero de su boca sólo salieron palabras inconexas. Todos sabían que sólo había dos maneras de detener a Takano y una de ellas no estaba presente.

—Entonces cuál sería nuestro siguiente movimiento, si es que no avanzaremos ni a Kioto o Nagoya — Mencionó Yamagata, mirando la sangre que comenzaba a salir de la nariz de Takano —No lo mataste ¿Cierto?

—Aun respira — Aseguró Kojiro mientras Hashimoto lo relevaba, cargando a Takano mientras Hayato caminaba preocupado a su lado. El pequeño también se notaba frustrado, pero no sabía como actuar.



—Avanzaremos a Wakayama —intervino Yoshitame

—¿Estás pensando entonces en abandonar por completo a Takeda y Yuzuki? — la voz de Ukita era firme — Necesitamos pensar en un plan, no podemos dejarlos a la deriva.

—Yo respondo a los Minamoto — Yoshitame tranquilizó —Y hemos hecho una promesa en Wakayama; Saitama estará en Wakayama para defenderla si es necesario. Ahora que han capturado al verdadero Takeda, el enemigo creerá que todos los demás sucumbiremos. No será así. Los Minamoto han iniciado una revolución, Takeda ha avanzado por dónde ningún señor lo había hecho por temor al Imperio. Ya dimos los primeros pasos junto a él, no podemos retroceder... ni siquiera por él.

Aquellas palabras dejaron en silencio a los presentes. Tardó unos segundos más en romperse.

—¿Avanzar sin un líder? —Intervino Yamagata —Eso se convertirá en caos, causará una pelea interna por el poder. Sería un error avanzar sin alguien a quién seguir. Las personas no se mueven por simples ideales, lo hacen por creer en una persona, sin ella, todo volverá a ser estático o peor...

Tsubaki se notaba más incómodo que cualquiera de los presentes, tal vez se debía a las órdenes que el mismo Takeda le otorgó, pues Tsubaki había buscado huir de Nagoya desde mucho antes de que existieran más problemas allí, tal vez pensaba que esa estrategia de su señor había sido un grave error. Pero Tsubaki agudizó los sentidos, su mirada de volvió asesina.

—Sal de allí — reclamó Tsubaki con su katana preparada.

Al instante, un hombre salió de entre los árboles, miró a Tsubaki quien al instante se relajó.

Contenido oculto

—Fuyu me ha encargado avisarte que las tropas de Aichi están preparadas en Mie— dijo el hombre misterioso hacia Tsubaki. Aquel hombre portaba una armadura muy típica de los agricultores que eran forzados al campo de batalla; cargaba consigo un pico de arado simple y algo oxidado, en su espalda colgaba un suegasa para protegerse del sol —Haremos que el señor Minamoto se sienta orgulloso de nosotros.

Tsubaki afirmó —Gracias, Akira— dijo ante aquel hombre que respondía al nombre de Akira; después miró al resto —Takeda organizó a las tropas armadas de Aichi; no podíamos perder toda una prefectura, mucho menos una tan grande; ha unificado la fuerza de Aichi y Mie. Gracias a Kuroki, la dama Aiko pudo escapar de aquella matanza en el castillo; ella junto a sus dos damas de compañía las cuales pudieron repartir el mensaje a nuevas órdenes de Takeda

Akira miró al grupo — Es por esta razón que han revisado tanto el ingreso a Nagoya; se han dado cuenta que su ejército no está. Pero no pueden inculpar a Takeda; no pueden perseguirlo porque él está allí.

Tsubaki afirmó —Takeda está dando un fuerte movimiento político y militar, no es el Imperio contra los Minamoto...

— Es el pueblo contra el Imperio — las palabras de Hashimoto se externaron con un gran asombro; bajó la mirada y sonrió.

—Takeda aun no ha caído — continuó Tsubaki — Su fuerza no mermará incluso en cautiverio.

—Se han comenzado a llamar Take gundan —intervino Akira; Take gundan... el ejército del bambú.

"El bambú que se curva es más fuerte que el roble que resiste"​

Y allí, en la mente de Togashi llegó un viejo recuerdo; una conversación que tuvo con Takeda en el mercado de Gifu, cuándo Togashi usó una moneda para reflejar el estado del Japón acutual. Ambos en ese momento estaban preocupados, no tenían demasiados bienes y aun estaban confundidos sin saber a dónde avanzar.

" También me gustaría que ambas caras de la moneda brillen; pero para que se sostenga debemos crear cimientos firmes, así la moneda sería inamovible a cualquier factor"​

Ahora estaban en Nagoya; tanto Togashi como Takeda. Pero no podían verse, no se verían en un tiempo. Pero ninguno de los dos tenía dudas, ya no estaban confundidos. Podían golpear la moneda... pero ya era inamovible.

Takeda había prosperado por la ferviente lealtad de Kenzaburo; la empatía de Kohaku; la tenacidad de Kuroki; la obstinación de Mao; la discresión de Misato; la inteligencia de Hideyoshi; el amor de Yuzuki; la perseverancia de de Togashi; la tranquilidad de Ginko; la bondad de Shiori. Incluso del secretismo de Natsu y la fortaleza de Riku. Takeda había crecido con sus encuentros, con su lealtad.

El terreno ya estaba cimentado.

Contenido oculto

Bruno TDF Hay dos opciones:

1. Avanzas a Wakayama con Yoshitame y Kojiro
2. Avanzas a Mie con el resto

Sea cual sea tu decisión; puedes tirar un dado de movimiento d10; puedes hacerlo en un nuveo post o en el anterior. Sólo avísame si es en el anterior.

 

Togashi

Pero es importante pensar que debemos vivir lo suficiente para ver a Takeda cumplir sus palabras. Morir en esta guerra... sería un desperdicio.
​

Esas fueron las palabras con las que Takano le pidió prudencia cuando marcharon juntos hacia la batalla de Shizuoka. Indiferentes al paso del tiempo y de las experiencias, Togashi las había arraigado con fuerza en su espíritu y bajo esa idea se movía en los asuntos de los Minamoto. Siempre que existiese la oportunidad, buscaría preservar la integridad física propia y la de los suyos; era esa la noción por la que se había mostrado ligeramente diplomático frente a agentes del Imperio como Akechi y sus hombres, en lugar de responder con el acero de sus armas. Consideraba lógico el enojo que le provocó ver al propio Takano incumpliendo sus palabras, queriendo regresar a la ciudad que lo estaba buscando como un fugitivo. Togashi lo había golpeado para salvarlo, porque no daba por seguro que le perdonasen la vida en Nagoya; además, si Takeda y Yuzuki estaban de rehenes, lo usarían para doblegarlos. Pero el impacto de su puño fue, también, una recriminación personal.

Luego del incidente del golpe, el clan parecía hallarse a la deriva. Fue Yoshitame quien logró encauzar parte de las revoltosas mareas al revelar su plan de acción, pero sus compañeros tuvieron razón al afirmar que avanzar sin líder podría significar un caos. Togashi mismo dudaba del sentido del viaje a Wakayama, porque la boda en Kioto se consumaría como un hecho real, inapelable ante el más profundo escepticismo. Se llevó una mano al mentón con el ceño fruncido, en un vano intento por aportar ideas que no lograban acudir a su mente. ¿Qué se suponía que debían hacer?

Notó la mirada de Tsubaki. Sus ojos serenos se volvieron tan súbitamente asesinos, que Togashi se alarmó por la sola impresión de ver su semblante. El causante fue un hombre que respondía al nombre de Akira. Surgió de entre los árboles como una sombra, pero Togashi alejó la mano de su saya al percibir que Tsubaki lo reconocía. Escuchó con atención el intercambio general del grupo, sorprendido, todo lo referido al movimiento de ejércitos, el significado militar y político.

Por reflejo, el herrero miró en dirección a Nagoya. Apenas una sombra de su muralla lograba notarse entre los troncos que se interponían en el camino. Takeda estaba allí, a apenas pocos kilómetros, pero fue consciente de que pasaría mucho tiempo antes de verse las caras nuevamente. La última vez que se encontraron... fue cuando el Minamoto debió dar a Kojiro la trágica noticia sobre su padre, ni siquiera tuvieron tiempo de sentarse a mantener una plática en condiciones... Como la que mantuvieron en el mercado de Gifu, cuando ambos estaban con dudas, a punto de caminar un sendero del que nada podían adivinar. Esa noche hablaron sobre Japón mediante la metáfora de una moneda, donde Togashi planteó que tenía una cara que relucía al sol, pero que se sostenía sobre el lado estampado en el suelo, cubierto de sombras. Era la idea del lujo sostenido por la pobreza, de los opresores sobre los oprimidos. Una metáfora de la honda desigualdad que afectaba esas tierras. Togashi había expresado su deseo de que ambas caras brillasen en perfecto equilibrio…

Las palabras de Takeda reaparecieron con tanta claridad, que se sintió otra vez de pie en el mercado oscurecido por la noche:

Debemos crear cimientos firmes...​

Takeda, rodeado de enemigos, acaba de hacer un movimiento extraordinario. Los ejércitos de Aichi y Mie ahora les pertenecían, todo gracias al líder de los Minamoto. Había puesto un gran cimiento, con el que la cara oscura de la moneda comenzaría a buscar su propio brillo…

El pueblo contra el Imperio.

Asintió para sí mismo, pero no se sonrió. Seguía preocupado por lo que fuese a ocurrir. Pero en una situación como aquella, haría lo que mejor sabía hacer: confiar en Takeda.

Se dirigió hacia Ukita y los demás.

—Yo también he hecho una promesa a Wakayama —dijo con calma; ahora sabía cómo debía continuar; miró hacia Yoshitame y Kojiro—. Avanzaré con ellos hacia esa prefectura, porque estoy más que dispuesto a cumplir con mi palabra —cerró los ojos con cierta solemnidad—. Sé que Takeda estaría de acuerdo con los movimientos que hagamos a partir de este punto... Debemos seguir construyendo sobre los cimientos que dejó a nuestro alcance.

Con una reverencia y palabras rápidas, se despidió de todos. Estaba aliviado de verlos con vida, pero el deber los obligaba a separarse una vez más. Antes de retirarse, se giró una última vez para mirar el cuerpo inerte de Takano. Le había dejado una buena marca en el rostro.

—Díganle que no me arrepiento, que lo golpearé más fuerte si vuelve a cometer una imprudencia —mencionó—. Y principalmente cítenle estas palabras: "Debemos vivir lo suficiente para ver a Takeda cumplir sus palabras". Él sabrá de quién vienen.

Contenido oculto: decisión

Avanzar a Wakayama con Yoshitame y Kojiro

 

Nagoya
[Togashi; Kojiro; Yoshitame; Ukita; Fuji; Yamagata; Hayato; Inukawa; Inuzuka; Takano; Hashimoto; Tsubaki]

—Lo escuchará de mí —dijo Hashimoto hacia Togashi — Resonará fuerte; pero lo entenderá.

—¿Aun está el pequeño barco? — preguntó Tsubaki a Akira; este afirmó —Los llevaré a él; después regresaré a nuestro punto de encuentro — miró al resto — Los demás, síganlo.

Akira avanzó por el bosque.

—Los veremos del otro lado — dijo Yamagata mientras se escabullían en el bosque junto a los demás.

El último en irse fue Ukita —Nuestro anonimato murió hace tiempo — les recordó —Cualquier decisión recae en todo el clan —recargó su mano en el hombro de Togashi — Buena suerte.

Con estas últimas palabras, el grupo se perdió en la espesura. Y con ello, Tsubaki los guio hasta llegar a un pequeño bote a las orillas del mar; iba a comenzar a explicar su funcionamiento y él cómo llegar al barco que se veía a lo lejos cuando Kojiro ya comenzaba a desvestirse para lanzar todo lo pesado al bote.

—No te preocupes, Tsubaki. Regresa con los demás; se guiar un barco por el viento y contrarrestar el oleaje, si no supiera; mi padre me reprendería volcándolo —soltó una ligera risa y miró a sus acompañantes —¿Qué esperan? suban al bote; yo lo empujaré —Kojiro había lanzado prácticamente todo al bote, quedando sólo con sus interiores y un haori que ajustó con un obi; pero antes de avanzar miró hacia Tsubaki —Hey... ¿Sabes qué ha sucedido con los Yoshioka?

—Sólo uno ha salido con vida; escapó hacia Nagano con el herrero Yamamoto — le indicó — Kuroki también pertenece a esa escuela, él se dirigió a Shima con el monje Benkei, Kawa y Shiori.

Kojiro miró hacia Nagoya y dedicó una leve reverencia —Habrán insultado mi apellido en el pasado; pero fueron guerreros que pelearon y murieron con su señor; merecen respeto.

—¿Y las armas de Yamamoto?— preguntó con gran preocupación Yoshitame

—Las destruyeron antes de la invasión — respondió Tsubaki, y con esa respuesta pareció que a Yoshitame le hubieran clavado un tanto en el pecho, su dolor fue real

—¿Entonces... sus guerreros están armados con herramienta de arado cómo Akira? — preguntó Kojiro

Tsubaki negó —El monje Benkei entregó sus armas recolectadas, quedándose sólo con una. Ese simple hombre ha armado a todo un ejército.

Kojiro sonrió con satisfacción —Gracias, Tsubaki. Nos encontraremos de nuevo

Este afirmó y se despidió de los presentes. Kojiro se despojó de su haori lanzándolo al bote para comenzar a empujar con fuerza, haciendo que el bote se adentrara al mar; rápidamente saltó de nuevo al interior. Entre los presentes remaron hasta llegar al barco y así emprender camino a mar abierto hacia Wakayama.

Contenido oculto

Bruno TDF Te etiquetaré en el nuevo tema :3 posiblemente en unos días.

---

---

---

El rol continúa en Wakayama​