Nagano Nagano

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 21 Septiembre 2020.

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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Me encontré mirando curioso la puerta, abierta sin ninguna advertencia o aviso previo, y a la mujer que se encuentra al frente.

    Una apariencia... e incluyo un temperamento familiar. Un doble.

    ¿Coincidencia? Recordé, el cómo los hijos Harimas serían sustitutos de los hijos Minamoto.

    Los modales de un animal desenfrenado, no es que yo lo hiciera en primer lugar, pero no es alguien con quién solo es una pérdida de tiempo pedir por hacer las cosas con moderación.

    Podría responder por mi, si, pero en su lugar solo incline la cabeza y mire a Shinko. Considerando, las presentaciones deben ir por su parte como líder, más si está persona podría ser importante.

    Que ella no sea formal no significa que deba de actuar de la misma manera, al menos de momento, también, importa que se percate de quien es la persona que dirije.

    En secreto, me prepare mentalmente por cualquier imprevisto.
     
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    Amelie

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    Castillo
    [Takeda; Takano; Yamagata; Yin; Yuzuki; Misato]


    Tanto Takeda cómo Yamagata abrieron los ojos completamente, impresionados al notar la confianza que tenía Misato al mostrar tal artefacto frente a ellos. Yin sintió el tacto de Misato y colocó su mano sobre la suya; ambos entendían el sentimiento de cada uno.

    —Siempre implacable en tus misiones — mencionó Takano — pero aun estamos en un territorio endeble recién atacado por el enemigo; recomiendo discreción con la información, que a veces las paredes hablan

    —Confiamos plenamente en sus habilidades para desempeñar de mejor manera esta habilidad; ¿Tienes algo en mente? — preguntó Takeda hacia Misato.

    Habitación Fujiwara
    [Hayato; Yato; Hikari; Kirara; Shinko; Riku]

    Shinko sintió la mirada de Riku; él sabía que debía hablar; Kirara no movería un músculo; permanecía sentada con el rostro sumergido entre sus rodillas, sus brazos abrazando sus piernas, completamente encerrada en su propio abrazo.

    —Su nombre es Riku; y es miembro del clan Fujiwara —mencionó Shinko con un toque de molestia en su voz, no le gustaba que se acercaran de ese modo ante su familia, y mucho menos sin que ella se presentara primero siendo que fue ella quién entró a esa habitación sin avisar. Pero Shinko aun era inexperto, por lo que no reclamó estos detalles.

    La mujer sonrió al instante —¡Otro Fujiwara! — dijo ante Riku —Entonces no hay problema alguno —miró a Kirara intentando buscar su mirada, no la encontró —¡Yato! ¿Qué haces aun afuera? Entra vamos...

    Yato entró a la habitación con el rostro hacia abajo. La mujer lo miró; después observó a Kirara; siguiendo el recorrido por Riku y al último miró a Shinko. Suspiró —Este es Yato —señaló al hombre a su lado, principalmente enfocando su mirada en Kirara —También un Fujiwara — observó cómo Kirara no se inmutó; en cambió, Shinko sonrió.

    —¿En serio? — preguntó inocentemente Shinko, jalando a Riku de la manga demostrando su felicidad. Al darse cuenta que estaba siendo muy infantil, lo soltó y borró su sonrisa para mirar a aquella mujer —Y tú eres...

    —Hikari Shingen —sonrió

    —Shingen no Hikari; nuestra señora de Yamanashi —aclaró Yato.

    Shinko la observó con tristeza y después desvió la mirada —Hermana de...

    Hikari afirmó —Mi hermano era Yami —bajó la mirada; Kirara apretó sus manos con más fuerza, tensando su cuerpo —Es momento de eliminar a Murai ¿No creen?

    Todos los presentes levantaron el rostro al unísono. Hikari sonrió.








    El rol de Togashi proviene de Nagoya







    Entrada a Nagano
    [Hashimoto; Fuji; Togashi; Kojiro]


    Llegaron a Nagano un poco más tarde de lo previsto; y en la entrada pudieron ver lo que la guerra había causado; pero Nagano seguía en pie, y su gente no parecía desmoronada por la destrucción, aquello sólo podía indicar que la guerra había sido ganada.



    Escucharon un shamisen entre el grupo de personas reunidas fuera de Nagano, eran civiles. Y había un joven al centro con un shamisen; calmando a los presentes con su música.

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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Ante tal declaración imprudente, quede sorprendido unos instantes, para luego ponerme de pie y pasar rápidamente junto a ambos.

    Hacía la puerta a un abierta, mire fuera de la habitación y escuché ante cualquier anormalidad que podría llegar a ver, y la cerré.

    Paranoia, tal vez, pero no estoy para el desatender el comprobar ante cualquier oído. No cuando ya ha habido mucha información filtrada.

    De pie a espaldas a las puertas, les hable estos dos invitados. "Me veo a favor de preguntar, por el bien del objetivo". Hablándole por primera vez, a la señora de una prefectura, no fui demaciado formal en mí elección de un primer contacto. "¿Es está una oferta parte de un plan más grande?". O solo una declaración sin preparación...

    No les tilde de imprudente o que carezca de preparación, pedí por detalles. Información.

    En mí anterior post tire un dado, de sigilo para saber si hay chusma alrededor (cosa espero no sea así...)

    O al menos para ir retomando el uso de las habilidades :astronauta:
     
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    Habitación Fujiwara
    [Hayato; Yato; Hikari; Kirara; Shinko; Riku]

    Hikari siguió sonriendo al escuchar la voz de Riku y con sus ojos le indicó que mirara hacia Kirara. Había levantado el rostro con el resto —Lo dije para que me escucharan; para que prestaran atención. Porque el ambiente melancólico hace guerreros ineficientes —miró a Kirara quién volvió a desviar la mirada.

    Shinko dio un paso al frente —No iremos a una misión suicida; si buscas preparar al clan para una afrenta directa con los Sugita me negaré; cómo líder de los Fujiwara.

    Hikari lo observó con atención y negó; después miró a Yato, que también desvió la mirada; sólo Shinko y Riku parecían sostener algo de fuerza en sus ojos. Bufó. —Quiero ver si los Fujiwara pueden seguir el ritmo de los Shingen; quiero que me acompañen a Yamanashi. Necesitan un poco de iniciativa; ¿Qué mejor que ir a casa para entender sus raíces?

    —No abandonaremos a los Minamoto —se interpuso Shinko

    —¿Y crees que los Shingen lo hacemos? —negó —Shinko, no entiendes aun de política. Tu lealtad ante los Minamoto no recae en tu presencia, sino en tu servicio —le dio una palmada en la cabeza; Shinko se quitó al instante.

    Hikari observó a Riku —Esto es un plan mayor; quiero que entiendan su legado. Los Fujiwara no son meros vasallos; son un clan más poderoso del que creen. ¿De qué me sirve llevar a un clan extinto a una pelea con su rival directo? — dió un aplauso, era para llamar la atención de los presentes, despertarlos — Detesto ver al clan Fujiwara tan... —apretó sus puños — Murai ya ganó. Y ustedes no se han dado cuenta.

    Monpoke Puedes tirar un dado de 20 para ver si convences a Hikari de que el clan Fujiwara no está muerto
     
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    Misato Aoyama

    Las palabras de Yamagata daban cuenta que debíamos afinar un plan mejor, pero no era el momento, había regresado desde Tonami de una peligrosa pero fructífera misión.

    —Asi será mi señor—estornude aún afectada por la lluvia—hay detalles que aún no reveló pero serán contados en el momento más seguro y adecuado. De nuevo disculpen—me incliné ante los presentes.

    Pensaba hacer unas compras en la armería y visitar la herbolaria—aclare para dejar en claro que no deseaba una suma enorme de monedas—solo las necesarias 800 monedas estarían muy bien—finalice con una sonrisa en mi rostro aún pensativa en el porvenir, había caído un gran peso en mis hombros del cual debía saber manejar.

    —Vamos Yin debemos tratar tu fiebre, no quiero que pases más penurias que en nuestra misión—toque la frente de Yin y luego la propia para recordar que necesitaba reponerme.
     
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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Hvb .

    Shinko, no entiendes aun de política. Tu lealtad ante los Minamoto no recae en tu presencia, sino en tu servicio

    Suspiré en silencio mientras se llevó acabo ese intercambio, cualquiera lo llamaría una ofensa. Pero hacer un llamado de atención solo sería perder el tiempo.

    Y decir más, agregar a las palabras de Hikari, solo me hará sonar a estar de su lado.

    No estoy en contra del liderazgo de Shinko, estoy de acuerdo con aquello que elija. Confiar como siempre hago, en que crecerá, ya lo haga echo y seguirá haciéndolo.


    Detesto ver al clan Fujiwara tan...

    Ahora, esto no estoy a favor de ignorar.

    Tomo aire, y hablo firme para confrontar su declaración. "El clan sigue prevaleciendo". Tal como su flor que sobrevive a la tempestad.

    "En el andar de esta guerra hemos cambiado". Mire a Shinko, quien cuando lo conocí no pronunciaba ninguna palabra. A Kirara, quien ahora mismo se encuentra pérdida, sin rastro de su fuerza y ambición anterior. "Y no todo cambio es bueno".

    A quienes se fueron.

    Y a mí mismo.

    "Pero perduramos ante esos cambios. Caemos, perdemos una parte de nosotros y cambiamos... Y nos levantamos cuando sea el momento, porque perseveramos y seguimos cambiando, creciendo. Luchando siendo un nuevo yo por cada herida infligida".

    "Se sigue en constante cambio, y se seguirá así, terminamos siendo superior a lo que fuimos. El único que se estanca es aquel que se rinde, el que teme el dar un solo paso más. Nosotros no vamos a renunciar, a un si nos tiran cien veces se seguirá hacía adelante con tal de levantarnos al final,".

    "Cambio y perseverancia, ese es el significado que le doy a la flor del invierno. Para sobrevivir y prosperar en la tempestad".
     
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    Bruno TDF

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    Togashi
    Entrada a Nagano

    Conforme el viaje se iba alargando más de lo planeado, Togashi tenía claro que las probabilidades de llegar a la batalla eran muy bajas. La guerra se trataba de una explosión de violencia y dolor que, sin embargo, pasaba veloz como un relámpago: eso le había quedado claro desde la batalla de Shizuoka. No obstante, supo mantener la compostura, su paciencia fuerte, entregado a la confianza que tenía por su clan. Además, la buena salud de la que parecían gozar los caballos le servía asimismo como un pequeño consuelo, los animales no fueron demasiado exigidos en la travesía.

    ___

    Su corazón, sin embargo, sufrió un vuelco cuando vieron en el horizonte las muralladas de Shizuoka destruidas, todavía humeantes. Tragó saliva, con la mente llena de preguntas, entre las cuales Tetsuo era el centro de sus preocupaciones. Esperaba que hubiera salido airoso de su primer gran desafío como señor de Nagano. Aceleró un poco para aproximarse a la entrada de la ciudad, seguido de cerca por Hashimoto y Kojiro, este último parecía resplandecer con su yoroi; aunque Togashi tenía algo más para darle.

    Vista de cerca, la destrucción en un principio pareció desalentadora. Sin embargo, Togashi pudo ver mucha gente por las inmediaciones. Observó las expresiones, los ademanes y oyó atentamente las voces de quienes conversaban, notando que flotaba en el aire una moral bastante alta para el nivel de desolación que los rodeaba. Ninguno parecía especialmente desmoronado por los efectos de la batalla, lo que a Togashi le dio le pauta de que, al parecer, la batalla había salido bien para Nagano. Pero no suspiraría tranquilo hasta encontrarse de frente con sus camaradas Minamoto…

    Había una pequeña música surgiendo de no muy lejos. Aunque Togashi seguía algo preocupado pese a tener indicios de que su familia había ganado la batalla y de que Tetsuo estaba vivo (pues de otro modo la gente se vería deprimida por la pérdida de su señor), las melodías del shamisen ayudaban a relajarlo aunque sea un poco. El sonido provenía del centro de un grupo de civiles, donde un joven interpretaba la tranquilizante música. Tras intercambiar una mirada con sus acompañantes, Togashi se bajó de su caballo y, pidiendo amablemente permiso, se acercó para observar de cerca al joven del shamisen, para escucharle tocar.
     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami

    Misato había crecido rápida e impecablemente, eso no iba a dudarlo nadie. Estaba especializándose, era asombrosamente diligente y sus misiones, en general, resultaban un éxito, cosa que era mucho decir viendo nuestro historial. No había pasado demasiado tiempo con ella, pero no hacía falta, de hecho la forma en que Takeda hablaba con y de ella era suficiente para dar todo lo demás por sentado.

    Mientras la muchacha hablaba me mantuve al margen, con la cabeza revuelta de nuevo, y es que una parte de mí no quería hacerse esperanzas con nada llegados a este punto. Podía verse como resignación, porque lo cierto es que en el momento en que Rengo entregó sus emociones en Kamakura se había llevado un fragmento inmenso de las mías, del fuego que se me revolvía en el centro del pecho.

    Si había defendido Nagano con éxito era algo que agradecerle a los Dioses.

    La huida del General Taira no nos dejaba del todo en una posición de ventaja, no en ciertos aspectos, pero sí nos había adelantado hacia una dirección. El plan debía pulirse, perfeccionarse, porque un paso en falso podía arruinarlo todo de maneras que ya de por sí conocíamos y era lo que menos se nos apetecía, no si queríamos siquiera hacer el intento de reparar lo que ni siquiera sabíamos cómo se había roto.

    Takeda ahora podía permitirse darnos dinero si lo necesitábamos, a costa de su brazo, y a mí no me parecía que fuese un precio equiparable en lo más mínimo pero tampoco era que pudiese volver a colocarle la extremidad en su lugar y lo cierto era que tampoco nos manteníamos del aire. Suspiré con cierta pesadez, despedí a Yin y Misato y regresé mi atención a los tres hombres.

    Recién ahora conocía a Yamagata, no me había detenido a pensarlo, y eso tampoco me detuvo del todo de extender mi mano para aferrarme a la muñeca de Takano. El agarre fue delicado, si acaso fue mi forma de atarme a algo para evitar que la cabeza se me siguiera elevando como un montón de humo por el tema de Rengo. El gesto cumplió su objetivo a medias, parpadeé un par de veces y sacudí la cabeza ligeramente, poniendo mis piezas en orden.

    —¿Ya conversaron de lo que vamos a hacer de ahora en adelante? —pregunté bastante al aire, para que me respondiera cualquiera de los tres—. El General que huyó y todas esas cosas.


    agárrenme que vengo a toda potencia
     
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    Amelie

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    Salón de Audiencias
    [Takeda; Takano; Yamagata; Yin; Misato; Yuzuki]

    Takeda afirmó ante Misato —Buscaré la manera de seguir enriqueciendo al clan

    Yamagata afirmó ante Yuzuki, mirando con asombro al ver cómo Yuzuki se aferraba a la muñeca de Takano; pero se detuvo de preguntar, al menos en esos momentos mantendría silencio; pues la pregunta de Yuzuki era más importante que su necesidad de saber que pasaba entre ellos.

    —Wakayama — mencionó Takano concentrado en aquel tema — Necesitamos ese puerto, y tengo seguridad de que no nos será difícil obtenerlo.

    —De esa manera podemos asegurar la protección de Nara, quién se ha descubierto como aliada Minamoto— Takeda colocó su mano en el hombro de Yamagata.

    —Seguramente el enemigo se expandirá ahora que ha conquistado Ibaraki; puede que busque ocupar Chiba para atacar a Kanagawa; o tomar Fukushima para rodear Niigata — intervino Yamagata

    —Por eso hemos decidido avanzar a Wakayama; proteger a nuestros aliados y expandir cerca del territorio enemigo; demostrando que ellos no son los únicos que planean rodear a su rival. A su vez también obtener fuerzas en Toyama e Ishikawa — las palabras de Takeda sonaban mucho más seguras que en otras audiencias —Ishikawa y Wakayama tienen puertos muy importantes, puertos que necesitamos para crecer.

    —Pero esto debemos planearlo cuando conozcamos la situación de todos nuestros aliados; por el momento debemos esperar aquí en Nagano. Y debo mencionar que es grato también tener a la señora de Yamanashi en Nagano, eso nos ayudará a que la futura audiencia entre líderes pueda ser la más acertada— acotó Yamaagata

    —Dime que no has convocado a Nagato —mencionó Takano con evidente desprecio

    —¿Por qué haríamos eso? —dijo Takeda con una sonrisa a ojos cerrados —Sus hijos están aquí en Nagano; ¿Para qué pedirle al señor de Shizuoka que abandone su territorio?

    Takano sonrió y afirmó. Aquello, aunque fuese algo cómico de ver en Takeda, quien siempre se ha mantenido respetuoso ante las jerarquías, era un avance en sus pasos como líder; tomando decisiones que antes dejaba que los demás tomaran por él. No buscaba complacer a los demás. Algo había ganado en Niigata, a pesar de perderlo todo.

    Después de esas palabras; Yin y Misato salieron para ser escoltados por un sirviente hasta la habitación médica.

    Yáahl
    Kuno Vizard continúas en la habitación médica.

    Habitación Fujiwara
    [Hayato; Yato; Hikari; Kirara; Shinko; Riku]

    Hikari dejó hablar a Riku mientras observaba como Kirara no levantaba la mirada; Shinko observaba a Riku con nueva fortaleza, y Yato seguía perdiendo su mirada en un horizonte lejano.

    —Muy lindas palabras, si —dijo ante Riku —Pero la palabrería no está sacando este clan adelante; y lo que lo está hundiendo es la falta de organización. ¿De qué sirve tener fuego en la mirada si se mira al cielo en tempestad? ¿No lo ves? —llamó la atención de Shinko quién al instante la miró a ella; como una madre regañando a su hijo — No quiero pequeñas hogueras que calienten en un día de lluvia; tampoco quiero ver incendios que carcomen todo a su paso sin control —dijo colocando su índice en el hombro de Riku —cambio y perseverancia; ese es el significado que le das a la flor del invierno, la cual sobrevive y prospera en tempestad. No estoy de acuerdo con tus palabras. La flor del invierno debe demostrarme una de esas dos virtudes; el cambio o la perseverancia.

    Se alejó de Riku y esta ves jaló a Yato para que se colocara junto a Shinko y Riku, en el sitio en el que pertenecía — El cambio me demuestra la evolución ante la tempestad; la perseverancia habla de una constancia, el permanecer inquebrantable ante la tempestad. No son nada de lo que has dicho; yo miro ahora a los Fujiwara y veo como la tempestad les ha arrancado todos los pétalos. La flor del invierno debería ser la más fuerte en contra de las adversidades, no la más débil.

    Habitación Médica
    [Yin; Misato; Shinrin]

    Al entrar a aquella habitación pudieron notar a Shinrin arreglando el lugar; la ausencia de Ujihisa era evidente, principalmente para Yin quién se había mantenido callado.

    —Han regresado —mencionó Shinrin mientras se acercaba a ellos, al sólo observarlos notó lo que necesitaban —La enfermedad de viajero siempre resulta un problema —dijo mientras buscaba entre las cajoneras los remedios necesarios, mientras tanto les indicó que tomaran asiento.

    Yin y Misato se sentaron en un par de almohadillas, aquel sitio estaba muy bien equipado y se sentía la comodidad tan sólo en el aroma, fragante y ameno.

    —Ujihisa salvó mi vida y la de mi hermano —se sinceró Yin en ese momento —Siento que no pude agradecerle lo necesario. Sin él, no estaríamos aquí.

    Shinrin se acercó a ustedes y les entregó los remedios.

    —Gracias —mencionó Yin y lo bebió de inmediato.





    Calles de Nagano
    [Kojiro; Hashimoto; Togashi; Fuji]


    Togashi se acercó al sonido del shamisen; y antes de que llegara a él, Fuji lo detuvo —Me adelantaré al castillo; debo hablar con Takeda de inmediato — Hashimoto también mencionó que iría directamente al castillo; debía buscar a Takano.

    Kojiro los observó irse y siguió a su hermano por la gente para terminar frente a aquel joven.

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    Su interpretación mantuvo a las personas completamente anonadadas, sus movimientos eran rápidos y certeros; y su concentración era absoluta. Al terminar su interpretación, recibió aplausos de las personas presentes, aquel joven simplemente agradeció con una leve reverencia mientras se sentaba a descansar un poco. Las personas a los alrededores hablaban de la música más que de la guerra reciente, y habíaan estado tan absortos en la presentación que no habían notado a Togashi y Kojiro entre ellos, al verlos con detenimiento, se alejaron con reverencias.

    Kojiro miró a aquel joven, maravillado en la interpretación que acababa de escuchar —Otro tipo de poesía — dijo con melancolía.

    El joven levantó la vista, observándolos. Sus atuendos destacaban del resto, por eso las personas no dejaban de reverenciarlos; vestían como genuina casta samurái; y caminaban entre las personas comunes.

    —Mis señores—dijo el músico —¿Desean que interprete algo en específico? —dijo un poco nervioso.

     
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    Yuzuki Minami
    Salón de audiencias

    No me pasó desapercibido el asombro en el rostro de Yamagata, pero tampoco me echó atrás y mantuve el agarre en la muñeca de Takano en lo que recibía la respuesta a la pregunta que había formulado. El que respondió fue, de hecho, el mismo Takano y giré el rostro en su dirección, volcando toda mi atención en él, la información la complementaron los otros dos hombres.

    ¿Wakayama?

    Íbamos a cercar Nara.

    Comprimí un poco los gestos sin darme cuenta, podía culpar de eso a Takano también porque se me estaba volviendo una costumbre, y tuve que relajar el rostro de forma consciente. Era natural que tuviésemos que tomar puertos importantes, claro, pero también era cierto que por ahora lo que correspondía era quedarnos en Nagano, evaluar la situación de nuestros aliados, conversar con los líderes que correspondiera y todo lo usual.

    Solté un suspiro que cargó hastío cuando escuché que Takano mencionaba a Nagato y dejé ir su muñeca solo para llevarme los dedos al puente de la nariz, molesta. Nagato era una de las personas más irritantes que habíamos tenido la desdicha de conocer, nos trataba como un montón de estúpidos, lo que contrastaba con sus hijos de hecho. Al menos Tsuna no era un mal muchacho, había sido criado en una jaula, pero nada que una repasada por el suelo no hubiese arreglado y es que además estaba su condición de salud.

    Relajé la postura cuando Takeda preguntó que por qué haríamos eso siendo que los muchachos estaban aquí y la tontería me arrancó una risa baja, de pura suficiencia. Crucé los brazos bajo el pecho y me permití repasar a nuestro señor con la vista, por mucho que me costara hacerlo ahora que había perdido un brazo y suspiré con cierto alivio.

    Perdíamos cosas para ganar otras, ¿no?

    Para rearmarnos o destruirnos.

    —Bien —solté, tajante, y lancé la vista hacia un costado aunque fue más que todo para contener la risa—. Ya me costó demasiado no dejarle ir un golpe a Nagato una vez como para tener que contenerme una segunda. Tsuna es mucho más accesible.

    Tomé aire, volví a soltarlo y regresé la vista a Takeda antes de pasarla a Yamagata y finalmente a Takano, hice una inclinación para los tres.

    —Cuenten conmigo para lo que necesiten, como siempre. Los tiempos requieren de todas las manos posibles, ¿cierto?
     
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    Misato Aoyama

    Nos despedimos de Takeda y el resto para ser dirigidos hasta la habitación médica para recibir los remedios correspondientes a nuestra afección. En la habitación diversos instrumentos y remedios estaban organizados y listo para alguien que esté carente de buena salud. En la habitación estaba Shinrin, organizando todo en la habitación.

    Observé de reojo la expresión melancólica de Yin, estábamos en una habitación medica, por lo cual suponía que aquello le recordaba a Ujihisa pues...era su trabajo. Shinrin se acercó y nos examinó para luego facilitarnos los remedios para recuperar nuestra salud.


    —Para un médico salvar una vida es la mejor recompensa, Yin—Dije meintras sostenía en mis manos el remedio— y más si es de su familia, el fue uno de ustedes y vio por ustedes hasta el final... siempre sentiremos que no agradecemos lo suficiente a aquel que preserva nuestra salud... vivimos tiempos de guerra y nada garantiza una vida larga para nosotros, pero, si hay una forma para agradecer a Ujihisa es fortalecerme y no entregar tan fácil mi vida—afirme para tomar el remedio no sin antes agradecer a la prometida de mi señor. Solo unos momentos más y estaremos libres del malestar.
     
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    [Takeda; Takano; Yamagata; Yuzuki]

    Takeda sonrió —Muchas gracias, Yuzuki

    —Señorita Yuzuki —repitió Yamagata — Sé que Takano es carente de modales mínimos; pero me sorprende que Takeda los haya perdido —le recriminó mirándolo, después volvió hacia Yuzuki —Mi nombre es Yamagata, hijo de Eizo Hidetoshi. Crecí en Nara, junto a Fuji Hatsu y Matsuda Koreaki hasta que éste —dijo mirando a Takeda — vino a irrumpir nuestra armonía

    Takeda soltó una risa sincera.

    —Entonces... —siguió Yamagata y señaló a Takano y luego a Yuzuki — ¿Desde cuándo tienes novia? — sonrió con malicia —Pensé que morirías joven y virgen

    [​IMG]

    Takano se le fue encima a Yamagata; el golpe se escuchó recio y hasta el mismo Yamagata mostró sorpresa al sentir el dolor en su pecho. Takeda los intentó separar, pero le fue imposible, ahora sin una de sus manos su fuerza era mucho menor. Los presentes lo notaron, así que Takano detuvo sus golpes en contra de Yamagata que ya estaba en el suelo sobándose el pecho.

    —También soy consciente de la nueva cicatriz —dijo ante Takano —Te queda, te hace ver más agresivo. Concuerda con tu actitud.

    Habitación Médica
    [Yin; Misato; Shinrin]

    Yin afirmó ante Misato —Lo sé —tomó el medicamente de un sorbo, haciendo una mueca de disgusto, siempre le parecía un sabor muy amargo — Nos encontramos a Ujihisa en el mismo barco dónde nosotros viajábamos encubiertos desde nuestra Tierra para Japón, viajamos de ese modo para no alertar a nuestro hermano; a quién conociste como Masaki. Nuestros hombres nos alcanzarían después en puerto —soltó una ligera risa —Era un barco de comercio de incienso; o al menos eso era su principal materia, pero descubrimos que también transportaba opio —negó aun sonriendo — Mi hermano al enterarse iba a enfrentarse al capitán del barco; pero Ujihisa al ver que estaba causando alboroto lo detuvo; le dijo que si se callaba y evitaba un contratiempo en el viaje, le ayudaría a mitigar su problema con el mareo dentro de la embarcación. Recuerdo que me sorprendió que ese hombre supiera del mareo que sentía mi hermano; significaba que era alguien observador. Pero su acento no era el mejor —volvió a reír —parecía que hablaba chino como si deseara burlarse del idioma; nunca supe si realmente lo estaba haciendo o genuinamente su acento estaba mal trabajado —miró a Misato — Mi hermano obviamente se negó; pero Ujihisa lo noqueó —la risa de Yin resultaba contagiosa —Yo me alarmé; y cuando iba a reprochar... también me noqueó. Todos nuestros hombres abordo tuvieron el mismo destino — ocultó su rostro con sus manos, con vergüenza— El resto del viaje lo pasamos encerrados en una habitación, Ujihisa se había encargado de mantenernos callados. Pero nos cuidó y alimentó.

    Dejó ir el aire en un suspiro—Cuando llegamos a Japón y nos liberó; mi hermano iba a matarle. Pero estaba tan enfermo por el viaje en mar que calló desmayado. Ujihisa lo curó con una técnica impresionante —le mostró el frasco vacío a Misato —Podía curarnos sin medicamentos; con técnicas de mi Tierra; con eso ganó la confianza de Zeng, y desde entonces viajó con nosotros, intrigado en nuestra cultura —levantó la vista hacia el techo —Ujihisa... era un hombre extraño; pero noble. Un buen amigo, el primero que hicimos en Japón... a pesar de su presentación.

     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Salón de Audiencias

    Reflejé la sonrisa de Takeda sin demasiado problema y solo desvié la atención cuando escuché a Yamagata llamarme por mi nombre, fue hasta ese momento en que caí en que tampoco nos habíamos presentado formalmente. Lo escuché presentarse, había crecido con Fuji y Matsuda y eso por alguna razón me brindó algo más de confianza, quería decir, para desenvolverme a su alrededor.

    Estaba por imitarlo cuando vi el intercambio de miradas, primero se enfocó en Takano y después en mí, de forma que vi venir el golpe antes de que siquiera abriera la boca. Con todo cuando soltó la gracia subió de tono más de lo que hubiese esperado y aunque mi reacción no fue ni de cerca igual de explosiva que la de Takano, sí que me dejó la mente en blanco un instante, suficiente para que Takano se le fuese encima sin el freno de nadie.

    Takeda intentó separarlos, pero con el brazo faltante no tuvo caso, igual estaban montando un espectáculo así que Takano se detuvo a sí mismo en cierto punto. Suspiré, me colé frente a él y estiré la mano para posarla en su pecho, haciéndolo retroceder un par de pasos, hecho eso giré el rostro en su dirección, contuve la risa y deslicé la mirada a Yamagata en el suelo.

    —¿No te parece que el joven Hidetoshi tiene un punto? Con lo de la cicatriz —dije casi en un murmuro, me había echado encima cierta formalidad impostada al hacer la pregunta inicial, pero la diversión se me coló un poco en la voz al seguir hablando—, y todo el resto. Además, mira qué bonito, acaba de llamarme tu novia. ¿Debería comenzar a llamarte cariño o algo así? Ah, me lo voy a pensar.

    Alcancé a darle un toquecito en el rostro a Takano, apenas para distraerlo del otro idiota que claramente había hablado buscando picarlo, aunque yo solo había optado por seguirle la gracia. No tenía demasiada escapatoria, si éramos honestos, Yamagata había hecho su entrada triunfal a la irreverencia y yo, bueno, había perdido el poco recelo que le guardaba hace bastante.

    En cualquier caso, me acerqué a Yamagata y extendí la mano en su dirección para que se levantara, le dediqué una sonrisa ya de paso, mera complicidad por haber molestado a Takano. Mientras esperaba su reacción procedí con la intención que había tenido antes de su comentario torciera todo.

    —Como ya escuchaste soy Yuzuki, hija de Shiro Minami. Crecí con los Harima como podrás imaginar. —Me presenté con calma a pesar de la situación general—. No creas, la cicatriz lo suavizó un poco... Sería el colmo teniendo en cuenta que no es la primera vez que me resta tiempo de vida con semejantes sustos.


    me estoy riendo mucho lo prometo JASHJE gracias por tanto y perdón por tan poco
     
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    Amelie

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    Salón de Audiencias
    [Takeda; Takano; Yamagata; Yuzuki]

    Takeda cerró los ojos mientras reía discretamente; Yamagata seguía en el suelo pero su sonrisa demostraba una victoria absoluta que Takano no podía soportar. Pero el tacto de Yuzuki evitó que se le fuera nuevamente encima.

    Mientras Yuzuki también se unía a la burla, el pequeño Hayato ingresaba nuevamente a la habitación, observando lo que sucedía con confusión. Takano solo apretaba los puños y la mandíbula, sabiéndose en desventaja; y sabía que nada de lo que dijera le ayudaría; era un estratega, también sabía cuando la partida estaba perdida.

    Yamagata le aceptó la ayuda a Yuzuki, poniéndose nuevamente en pie con su ayuda —Una Minami; es todo un placer. Será entretenido tomar sake a tu lado mientras me cuentas cómo fue crecer con ese salvaje —miró a Yuzuki compaginando miradas — Y si le dices cariño o mi amor frente a cualquiera; te pago cincuenta monedas cada vez que lo hagas.

    Takano se acercó a Yamagata dispuesto a seguir con el altercado físico; pero fue Hayato quién lo detuvo en seco con sus palabras —¿Qué es morir virgen?

    Yamagata explotó en risas estridentes, mientras Takeda tapaba su rostro con su mano, intentando ocultar la risa que aquel comentario le causó.

    —¡AHH!— el grito de Takano fue de frustración; se giró hacia Hayato, eliminando de su mente el atacar a Yamagata; y levantó a Hayato del cuello de su kimono por detrás de su nuca; como un animal cargando a su cría —Vamos a entrenar—y así se llevó a Hayato.

    Hayato estaba confundido pero feliz.

    Yamagata miró a Yuzuki —Tú y yo vamos a ser buenos amigos


     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    Escuche atenta la historia de Yin sobre su encuentro con Ujihisa, al igual que yo, Ujihisa mostraba un evidente interés en la cultura china, un hombre algo particular.

    A medida que iba contando todo parecía tener un tono divertido incluso no pude evitar en acompañar a Yin con su contagiosa risa, el había llegado a ganar la confianza de los Tao por su completo interés en la medicina china, parecía que Yin tenía suerte de conocer a entusiastas en su cultura, desde hacía generaciones Japón parecía querer marcar distancias del gran imperio que le brindo inspiración para ser una gran nación. Apoyaba que Japón buscará su propia identidad pero no por ello debíamos resentir de China...luego de tanto...

    —Como siempre tienes una muy linda e interesante historia Yin—pude sentir como los síntomas de la enfermedad se desvanecian; la Jaqueca y la fiebre habían desaparecido— El remedio es importante pero acompañarlo de una linda historia acelera el proceso.

    Dejé el envase vacío para que Shinrin dispusiera de el, agradeciendo nuevamente sus atenciones para con nosotros.
     
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  16.  
    Zireael

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    Yuzuki Minami
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    Takeda no había entervenido más, pero se le notaba entretenido con lo que estaba sucediendo frente a él y nadie podía culparlo. Era genuinamente divertido, de ahí que hubiese pretendido molestar un poco más a Takano, además que esa clase de momentos servían para aliviarnos, podíamos dejar de pensar en lo que debíamos hacer o lo que nos preocupaba.

    Podíamos solo ser.

    En medio del revuelo no había notado a Hayato regresar a la habitación, eso y que estaba muy ocupada viendo la tensión en el cuerpo de Takano, como presionaba los puños y la mandíbula. Creía recordar haberle dicho que evitara eso, para que no se arruinara los dientes, pero los hábitos eran algo difícil de modificar. Su falta de reacción también me dio a entender que daba la batalla por perdida.

    Hidetoshi había aceptado mi ayuda, así que afiancé el agarre para que pudiese levantarse y me mantuve a su lado después, con la vista puesta en Takano. Solo vi al primero cuando habló y noté su intención de compaginar miradas, cosa que me arrancó una risa bastante suave.

    —El placer es mío —concedí, cruzando los brazos bajo el pecho—. Me convenciste desde que mencionaste el sake, me vendría bien, y unas monedas nunca se rechazan. No me malentiendan, lo llamaría así de gratis también, pero pobrecillo, no quiero provocarle una crisis.

    Noté las intenciones de Takano de volver a arrojarse sobre Yamagata, de hecho estuve por interponerme directamente hasta que la voz de Hayato me alertó de su presencia y la pregunta me arrojó una corriente de agua fría directo en la espalda. La risa de Hidetoshi se me contagió antes de que pudiese acabar de procesar lo que estaba pasando y el grito de Takano logró hacerme soltar la carcajada, por mucho que intenté contenerla.

    La pregunta del pequeño Sugawara fue suficiente para que borrara de las opciones la pelea, pescó al niño del cuello del kimono como un perro a su cachorro y dejó la sala, excusándose en que irían a entrenar. Era su huida, pero a Hayato le brillaron los ojillos con ilusión así que no había mucho que hacerle.

    —¡Hey! —Lo llamé mientras se alejaba y tuve que hablar entre la risa que ya me estaba poniendo los ojos llorosos—. Cariño, cuídalo bien.

    Mi propia tontería reinició mi risa, me llevé las manos al estómago y tuve que tomar muchísimo aire para conseguir recuperar la compostura. Enderecé la postura, parpadeé algunas veces para aclararme la vista y volví la atención a Yamagata.

    —Ya me hacía falta un cómplice, ahora que lo pienso —respondí a la vez que le dedicaba una sonrisa bastante amplia—. Han sido tiempos difíciles, algo de diversión era necesaria ya. Molestar a Takano es como molestar a un niño, tiene poca paciencia y muchísima energía que estalla al mínimo roce. Siempre fue... complicado de tratar, como un animal asilvestrado, pero la constancia erosiona cualquier montaña, ¿no les parece?

    Suspiré con cierta pesadez.

    >>Que sepas que no olvidaré la oferta del sake, eso sí.
     
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    Monpoke

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    Fujiwara no Riku

    Mi expresión se entristeció un poco por sus palabras, pero no baje la mirada. Y continúe hablando tranquilo sin dejarme guiar por las duras palabras. "Lo mío no es ninguna palabrería o una hoguera, o si quiera una llama verdadera". Negue. "Es mi fe, todo lo que he llegado creer desde que soy parte de este clan".

    "Una flor puede vivir sin sus pétalos si se conserven las raíces".

    "He dicho lo que yo veo, en lo que creo y siento, y puedes decirme que no vez lo mismo. Esta bien. Pero yo no desechare mi visión, seguiré creyendo y teniendo fe ante toda circunstancia".

    "Hasta hacerla real".
     
    Última edición: 7 Julio 2022
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    Amelie

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    Salón de Audiencias
    [Takeda; Yamagata; Yuzuki]

    Takano se fue gruñendo sin contestarle a Yuzuki, aun cargando a Hayato con la poca delicadeza a la que estaba acostumbrado. Yamagata no dejaba de reír mientras que Takeda comenzaba a recuperar compostura —Me tendrán que perdonar —habló Takeda con formalidad fingida —Iré a encontrarme con Tsubaki y Hideki en el dojo —también se retiró del salón de audiencias.

    Yamagata le indicó a Yuzuki que lo siguiera.


    Yáahl continua en comedor
    Comedor
    [Yamagata; Yuzuki]
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    Yamagata la llevó a uno de los salones para poder hablar con soltura; el sitio estaba abierto y unos sirvientes pasaron a dejar dos jarras con sake y dos masu; eran cajas de cedro japonés, a diferencia de las tazas de porcelana; Yamagata sirvió el sake mientras podían escuchar el aire colarse por la puerta.

    —Corre por mi cuenta —dijo tomando un masu y bebiendo de golpe; después miró al techo — Supe lo sucedido en Saitama, con la niña... —se refería a Mao — Takeda tuvo que hacer lo que Kenzaburo hizo por él en Nara. Matar por traición —bajó la mirada en dirección al sake, sirviéndose más— Si no hubieras estado allí... tal vez hoy no vería a Takeda reír, tal vez... —negó y miró a Yuzuki— Has hecho mas que suavizar al idiota de Takano —levantó su masu frente a Yuzuki— sólo quiero que seas consciente de ello. A tu salud... —sonrió —General Minami. Bebe a saciarte, que estas paredes se mantienen de pie gracias a tus decisiones —bebió de golpe nuevamente.



    Habitación Médica
    [Yin; Misato; Shinrin]

    Yin sonrió hacia Misato —También ayuda la compañía —mencionó con un ligero rubor en su rostro.

    Shinrin les sonrió llevándose los frascos. En ese instante un hombre entró; lo habían visto en Shizuoka en la clínica local; pero no habían interactuado con él.

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    El joven los miró, les dedicó una sonrisa y luego se dirigió hacia Shinrin —He terminado de atender a los integrantes del dojo —mencionó a Shinrin mientras se limpiaba las manos, moviéndose alrededor de esa área que tenía bien conocida; seguramente él era el médico de la familia Azai —Puedes volver con tu señor; agradezco tu ayuda, esto ha quedado nuevamente ordenado —revisó los cajones con una gran sonrisa; se notaba que a él no le gustaba ordenar todos los instrumentos y medicamentos.

    —Satoshi, con la guerra muchos de sus suministros se han terminado —aclaró Shinrin

    Satoshi tomó aire con fuerza y suspiró —Se siente bien quedarse sin insumos; prefiero que mi trabajo sea más pesado que el de aquellos en el santuario —Una manera sutil para decir que había más heridos que muertos. Satoshi miró a Misato y Yin —Mencionaron que habían llegado; no los veo mal para el recorrido que me han contado que hicieron. Desde Wakayama hasta... — se cruzó de brazos de brazos y miró a Shinrin

    —Toyama— respondió Shinrin, quien al parecer era la que había contado del recorrido que había hecho con Misato para después contarle de cuando se separaron para la guerra allí en Nagano.

    — Va a ser pesado para ustedes ahora que se planea regresar a Wakayama, tal vez... no todos debería de ir — Satoshi desvió la mirada y comenzó a limpiar sus manos con agua fría de un cubo de madera; cómo si se estuviera preparando para un procedimiento médico —Les daré un consejo, uno de médico —mencionó sin levantar la vista de lo que hacía —Yo he cuidado de los Azai desde que era pequeño; y mi maestro siempre se me dijo que priorizara la salud de mi señor sobre la de cualquiera. Por ello siempre busqué que el señor Takami estuviera en optimas condiciones; y así fue hasta el día de su muerte en Shizuoka —comenzó a limpiar debajo de sus uñas, las cuales estaban finamente cortadas — Su señor... es muy joven; pero ha perdido un brazo, ya no debería tomar frente a un ejército.

    Shinrin dio un golpe sobre la mesa, haciendo que algo del agua del cubo se saliera mojando la madera. Satoshi la observó, después tomó una toalla y secó el agua fuera de lugar.

    —Lo he visto entrenar por las noches y...

    —Silencio...— mencionó Shinrin con voz baja pero mirada pesada sobre el médico de los Azai.

    Yin apretó la mano de Misato, mostrando la incomodidad que sentía en esa conversación.

    —Eres la responsable de su salud; y por no querer dañar su orgullo...—Satoshi miró a Shinrin —... podrías llevarlo a la muerte.

    [​IMG]

    —No dejaré que eso suceda

    Satoshi volvió a suspirar.

    Yin miró a Misato —Tal vez... sea mejor que vayamos a entrenar...— dijo en voz baja hacia ella.





    Habitación Fujiwara
    [Hayato; Yato; Hikari; Kirara; Shinko; Riku]


    —Estoy de acuerdo, la flor puede vivir sin pétalos. Una flor no nace para verse bonita. Pero quiero que entiendan que los que están pisando esta madera es lo que queda de las raíces que tanto quieres proteger. —Mencionó Hikari para después estornudar. Rompiendo la tensión del ambiente —Debo ir con el médico; no cargo conmigo remedios— dijo tallándose sus cansados ojos para después dar media vuelta, lista para irse de la habitación.

    Yato comenzó a seguirla pero Hikari lo detuvo —Iré sola

    —Pero... yo también necesito medicina— la voz de Yato se escuchaba algo ronca.

    Hikari negó —Yo te la traeré, tú quédate — dijo empujándolo para dejarlo adentro mientras ella salía de la habitación.

    Shinko miró a Yato —Creo que necesito saber... por qué si eres un Fujiwara... —Shinko aun era joven, trataba de sonar formal y formular bien sus preguntas, pero terminaba creando oraciones con poca fuerza —¿Por qué no estuviste con nosotros desde el principio?

    —No sólo Tadashi ha sido un traidor para los Fujiwara —inició Yato— Mi padre; Sumitomo también lo fue....— Yato se colocó de rodillas frente a Shinko, algo que incomodó al muchacho quien se acercó a Riku tomándolo de la manga; al notar sus acciones, lo soltó de inmediato —Mi padre... el dio a Murai los nombres y ubicaciones de todos ustedes...

    —Por eso... por eso nos acorralaron... Pero Tadashi fue quien...— la respiración de Shinko se aceleraba ante sus recuerdos

    Yato negó —Fueron ambos, hay más detrás de todo lo que ellos...

    —Subaru...Hiromaru...Fuyume...Masahi...Doi —
    la voz de Kirara se levantó ligeramente.

     
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  19.  
    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Salón de Audiencias —> Comedor con el cómplice

    Takano se había ido gruñendo como un perro todavía sujentando a Hayato como un cachorro, Yamagata seguía riéndose y Takeda estaba recuperando la compostura, finalmente se excusó para retirarse con Tsubaki y Hideki. Lo despedí con una inclinación y cuando noté a Hidetoshi indicándome que lo siguiera así lo hice, ya de paso me enjuagué los ojos con el dorso de la mano por el ataque de risa.

    Acabé siguiendo al muchacho que me guió a uno de los salones, donde unos sirvientes dejaron dos jarras de sake junto a dos masu. Lo observé servir el licor mientras me ponía cómoda y estiré la mano para sujetar una de las cajas de cedro cuando terminó. Agradecí con un asentimiento de cabeza cuando dijo que corría por su cuenta y suspiré, la risa del salón de audiencias me había aflojado bastante el cuerpo.

    Sus palabras de lo ocurrido en Saitama me volvieron a tensar ligeramente eso sí, recordé cómo había corrido detrás de Kobayashi como si fuese una presa y la había pescado de la misma forma, encajándole el filo de la katana en la garganta. Todo lo ocurrido en Saitama estaba guardado en mi mente de formas extrañas, se arremolinaba y colisionaba con mi propia justicia, pero había ocurrido.

    Había atrapado a una niña para que el señor le diese fin a su vida.

    Pero había salvado a otro de las cenizas.

    Y al que había criado lo había perdido.

    Bajé la vista al masu, escuchando todo lo que él estaba diciéndome y me permití una sonrisa algo amarga. Yamagata estaba reconociendo lo que había hecho, no solo al acercarme a Takano, sino por el mismo Takeda y aunque lo agradecía en esas mismas decisiones había mucho dolor, mucha sangre también y no sabía muy bien como lidiar con ellas de forma directa.

    Con todo, alcé el masu también aunque no me parecía del todo correcto brindar por mí misma, por mucho que mis acciones sostuvieran estas paredes y solté el aire de golpe antes de bajarme el sake de un trago, justo como él, y volver a bajar el masu.

    —Era solo una niña —dije casi en voz baja, presioné los dedos contra el masu y alcé la vista a Hidetoshi. La severidad en mi mirada estaba dirigida a mí misma, no a él—. La cacé y se la entregué, sin más, porque nos había traicionado. Traje a Takeda de regreso, está allí riendo con nosotros aunque se haya dejado un brazo en el camino, pero no cambia lo que hice. Los niños que pierda de ahora en adelante, al que quizás ya perdí, ni siquiera sé si tenga el derecho de llorarlos... pero es el peso de la elección que hicimos. Si tuviera que acompañar a Takeda de nuevo lo haría porque es mi señor, pero también es mi hermano.

    Sacudí la cabeza para sacarme de encima las sensaciones que me estaban corriendo por el cuerpo, me puse una sonrisa más tranquila en el rostro y estiré el masu en dirección a Hidetoshi, esperando que volviese a servirme.

    —Podría acostumbrarme al título, eso de General Minami no termina de sonar mal —bromeé para poco después repasar el espacio con la vista—. Es lo que Takano hubiese hecho, es la única certeza que me queda al ver estas paredes en pie todavía.
     
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    Ikoma-kun

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    Misato Aoyama

    Desvíe un poco al percibir el rubor de Yin, alegraba mi corazón verlo sonreir y con bien. Entonces uno de los médicos, uno que había visto fugazmente en Shizuoka entro para inspeccionar su sitio de trabajo.

    Al llegar se refirió a nosotros sobre cómo nuestro viaje fue más ameno que problemático; problemático o no era crucial para un futuro cercano y no estaba excentos de peligros.

    Satoshi entonces señaló la importancia de proteger a nuestro señor; aunque claramente parecía estar subestimando a Takeda, durante toda nuestra aventura podía señalar la diferencia entre Takeda y el último señor feudal al que servi...para Takeda no éramos simples guerreros a su servicio, nos convertimos en su familia. Mantenerse alejado mientras el resto permanecemos en la batalla; sería deshonroso para el.


    Las palabras de Satoshi solo alimentaban una creciente tensión con Shinrin. Antes de intervenir sentí la mano Yin, percibí su incomodidad, entrelace mi mano con la suya, me recordaba a un niño temeroso.


    ... podrías llevarlo a la muerte.


    Shinrin debía estar por estallar contra aquel hombre. Yin sugirió al final alejarnos y entrenar en algún otro sitio.

    —Justo eso iba sugerir—apoye la idea de Yin— vamos debemos fortalecernos juntos Yin.

    Me levanté del cojín y dediqué una reverencia a ambos medicos—De nuevo gracias por la ayuda—agradeci a Shinrin— Debemos prepararnos para nuestra próximo movimiento.

    Dicho esto le indique a Yin para buscar la salida a un lugar para entrenar.

    >>¿Crees que haya algún Dojo para entrenar? Aunque puedes elegir donde podemos entrenar.
     
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