Mi sirviente es un dios

Capitulo 5:
En la punta de la lengua:

Kasai detecta a Hana y corre a buscarla para encontrarse con el Dios

El Dios cargaba a Hana en sus brazos, las ropas de ella estaban ciertamente un tanto desgarradas por el revuelo de hace minutos, por ende Kasai solo supone lo peor

La furia se apodera de el y su energía interior se incrementa explotando a su alrededor. Mientras la energía forma un circulo a sus pies y gira vertiginosamente su dragón surge detrás del mismo duplicando su tamaño por el incremento de energía.

Hisoka por otra parte no le dio mucha importancia a lo que sucedía. Estaba enfrascado en llevar a la doncella a un lugar mas apropiado.

— Quítate no tengo tiempo para ti —dijo Hisoka, seca y fríamente.

— ¿Qué le hiciste? ¡Suéltala ya no la toques!—Kasai estaba fuera de si y eso hacia que su energía se volviera más densa y oscura.

—Tch...No tengo tiempo para tratar a idiotas, ay que llevarla a un doctor — la mirada y palabras fría de Hisoka atacaba psicológicamente a Kasai.

Tras esto el decide pasar por un lado de Kasai, el sabia que había usado mucho poder en la pelea y había perdido mucha energía, por esto decidió evadir peleas innecesarias.

—Debería preocuparte por el estado de ella —expreso Hisoka, con la misma frialdad.

Kasai bajo la vista a la chica que yacía inerte en los brazos del supuesto Dios y se dio vuelta y emprendió la marcha.

—Sígueme, te llevare a la enfermería.

El Dios no dirigió una palabra, solo basto seguirlo, en el transcurso el Dios empezó a recibir el efecto al usar su técnica y este empezó a temblar, pero no paro, decidió hacer caso omiso a su estado. Al llegar a la enfermería este la recuesta en la cama.

—Si quieres esto lo resolvemos ya — Dijo Hisoka, enfocando su mirada a Kasai.

—Llamare al medico— salió de la sala, sin decir más obviamente algo paso y por eso el poder de aquel ser no era lo que había sido hace apenas unas horas. No pelearía con alguien que esta al límite de sus fuerzas

Tres minutos antes de que Hisoka llegara al monasterio, en un palacio color blanco al estilo Greco, pilares conformaban gran parte del lugar, los pilares tenían bordados dorados y jeroglíficos extraños, una reunió de varias personas se llevaba a cabo, el asunto, Hisoka.

— Esto se esta saliendo de sus manos Ndero-sama-dice —una de las sombras, con cierta preocupación.

—Sabía que no debíamos confiar esta misión a Kaedilan—dice la sombra más alta, con cierta burla en sus palabras.

—Lo siento Ndero-sama, merezco la muerte— dice Kaedilan el único al que se podía ver con la luz, arrodillado.

—Me pregunto porque fallaste, aun no se recupero por completo—dice la voz que proviene de la sombra del centro, sentada en un trono envuelto en oscuridad.

—Yo me are cargo— Dice la voz de una mujer, esto se notaba por su exuberante frente.

—Bien...te encargo esto Mizu-kun— la voz de el mas alto vuelve a retomar la palabra.

(Ahora resolveremos lo que teníamos pendiente Hisoka....) piensa la muchacha.

—Ahora busca un cuerpo con el que hacer el contrato rápido— exclamo el de el centro sin levantar la voz pero aun así con un tono alarmante.

En el templo la agitación todavía perduraba, la consternación de que Hana haya invocado a un Dios y esta haya vencida al dragón de Kasai se esparció como reguero de pólvora. Mientras en la enfermería un medico atendía a la inconsciente joven, Kasai se reunía con su maestro y padre de la joven para hablar sobre lo que paso.

Kasai estaba confundido por un lado no sabía si consideraba al Dios como su enemigo o solo estaba celoso. "Celoso” Esa palabra le retumbaba en su mente una y otra vez Hana solo era una niña a la cual entrenaba era como su hermana ¿o no? realmente sentía celos por que fuera un hombre su invocación o por que demostró mayor poder del que esperaba.

No se sentía orgulloso y preocupado pero no tenía celos de sus logros. Entonces era que fuera un hombre, analizando sus pensamientos supo, que nunca la vio como su hermana y que se acostumbro en ser él el único hombre en su vida y que ella le perteneciera. No le importaba que fuera un Dios Hana era suya y punto.

Por su parte el Dios analizaba lo sucedido hace minutos, sabia que Kaedilan era el principio, y que arriesgaría la vida de su nueva ama ¿porque me importa? el sabia desde el principio que así pasaría, pero otra cosa lo alarmo, Kasai al parecer estaba siempre en guardia al entrar en contacto visual con el, eso significaba que esta mortal era importante para él, eso lo hico dudar de su próxima jugada, sabia que un paso en falso y todos en el lugar se abalanzarían contra él.

Por ahora lo primordial es sanar a esa mortal se intenta convencer a si mismo el Dios, pero no resulto ser como esperaba.

Eso significaba que el próximo movimiento de Ndero seria pronto, lo alarmo la situación y decidió sentarse afuera de la enfermería, mantenía una esfera invisible para detectar cualquier movimiento pero eso no seria suficiente, tenia que hablar con ese mortal cuanto antes, pero las dudas empezaron a golpear al Dios acerca de esa idea, cosa que elimino al recordar los actos pasivos que tubo cuando le enseño la enfermería.

Kasai caminaba rumbo a la enfermería para ver el estado de Hana. Cuando se disponía a entrar Hisoka lo intercepto y su mal humor volvió a surgir.

— ¿Qué quieres?— dijo Kasai con frialdad.

— E venido a hablarte de la joven.

— Habla.

La actitud de los dos hombres era belicosa en extremó, las posturas y las sendas miradas que se lanzaban uno al otro dejaban en claro a cualquiera que los viera que no había amistad entre ellos.

—Mira, yo te odio y tu me odias, pero por ahora debes concentrarte en algo, la seguridad de Hana — explica el Dios, sin apartar la vista de su "amigo"

La tensión aumentaba entre los dos hombres, esta ya era palpable, pero un pequeño gemido hiso que los dos hombres bajaran la guardia al instante, al parecer Hana estaba despertando.

E visto que hay un poco de confucion en quien esctibio esta obra, en primer lugar me esta ayudando mi hermana Elizabeht wolf ayudo en mucho en la produccion y redaccion de este, en realidad podiamos decir que ella hiso la mitad xD bien espero que esto aclare la duda de varios, y muchas gracias Onee-chan

 

Lentamente Hana abrió los ojos para encontrarse en una habitación ya tan familiar para ella, un desasosiego la embargó al pensar que tal ves todo había sido un sueño que nunca había invocado a un Dios y que Kasai la llevo a la enfermería luego de otra explosión.

Quién que no fuera Kasai se preocuparía por ella, pero a su mente vino la imagen de un hombre muy diferente de Kasai. ¿Realmente lo soñé? No es que no tuviera sus buenos golpes en la cabeza, pero fue tan vivido, sobre todo el beso. Sus mejillas tomaron un color rosa que acentuaba sus delicadas facciones.

—Creo que tiene fiebre. — Kasai miraba a la joven, a la espera de una reacción de la misma.

— Pues si tiene fiebre bájasela, necesito que este sana— el tono irritante de Hisoka, revivió la llama de enojo de Kasai.

— Acaso me veo como una enfermera, idiota— cada palabra fue dicha como un insulto y Hisoka no permaneció impávido.

— Deberías aprender ya que como guerrero das asco— los dos hombres gruñían como animales mientras una guerra de poder se llevaba acabo. Las frentes de ambos era lo único que se tocaba y uno empujaba al otro y viceversa. Mientras una joven contemplaba todo y temía por su seguridad, ya que dicha pelea se llevaba acabo encima de ella. Cada hombre se encontraba a cada lado de la camilla sin darse cuenta que si alguno de los dos lanzaba un ataque ella seria la más lastimada.

Hana se arto de dicha pelea, y decidió tomar cartas en el asunto.

— Idiotas, ¿qué creen que hacen?— se incorporo rápidamente propinándoles un golpe a cada uno dejándolos tirados en el suelo y con caras de sorpresa y consternación.

— ¿Por qué nos golpeas?— ambos lanzaron la misma pregunta a la vez haciendo que el grito retumbara en la pequeña habitación y para consternación de ambos, Hana rompió a reír con muchas ganas.

— Tontos— fue todo lo que dijo mientras se sujetaba el estomago mientras se doblaba de la risa.

Las miradas se entrecruzaron entre los dos chicos, se dieron cuenta de la reacción de los dos, pero a vez de reír gruñen ferozmente mientras se miran como perros salvajes. Un estruendo surge de la habitación de alado, por ciertas razones (Hana principalmente) pusieron recientemente la sala de entrenamiento en un lado haciendo que las técnicas y explosiones de Hana fueran mas fáciles de tratar.

—Ya basta ustedes dos. Ahora sean buenos niños y dígame ¿por qué estoy aquí? — Ellas los miro con sus enormes ojos llenos de ternura por ambos y cierto reproche por la actitud de ambos.

— ¡Fue este Dios falso! —grita el rubio, esperanzado de que está reaccionara de mala forma en contra de Hisoka.
—Herí de gravedad a Kaedelan y este escapo, te desmayaste y te traje aquí—contesta Hisoka al ver la estrategia de su enemigo.

—Aja— la chica los miro a ambos ya que los dos seguían con su actitud belicosa— Hisoka, ¿cómo están tus heridas? — utilizo el tono más dulce que pudo, lo que alerto a Kasai ya que conocía que ese tono y algo dicho o echo por el Diosito molesto a la joven, en su fuero interno se dibujo una sonrisa maléfica en su imaginación, a la espera de la reprimenda que Hisoka tendría.

—Se sanaron, no soy tan débil como tu mortal, soy un Dios—exclama triunfal el azabache.

Hisoka mira con furia la respuesta del chico, pero recuerda lo anterior, el cuerpo del Dios temblando por su daño de energía y físico.

—La pregunta es ¿Ya te sientes mejor?— replica Hisoka, mientras miraba con seriedad a la joven.

—Sí, ya estoy mejor supongo que gaste mucha energía curando tus heridas— dijo tan dulce y con una expresión de total ingenuidad, que dejo perplejo a Hisoka por unos instantes antes de recordar quien estaba en la habitación y enojarse nuevamente.

—Yo no te pedí que me curaras, humana.

—Pues yo no vi otra opción si no mal recuerdo ¡te estaban dando una paliza!— exclamó la joven airada, dejando la fachada de una inocente niña para que la imagen de una arpía vengativa tomara su lugar.

—! Eso paso por que no terminaste el contrato a tiempo además, yo no te pedí ayuda ¡—grito con nerviosismo el Dios al ver que su enemigo descubriría toda la verdad de lo sucedido.

—Hana, tu nunca as hecho un sello de curación antes.....no inventes cosas— replico Kasai al ver o suponer la mentira de la pelirosa.

Hana giro su cabeza y miro o mejor dicho fulmino con la mirada a un atónito Kasai que se arrepintió de haber intervenido en dicha discusión.

Antes de que pudiera decir algo más Kashikoi entro en la habitación haciendo que los dos hombres se colocaran sigilosamente cada uno contra una pared. Él hombre sintió la tensión en el ambiente y decidió que era mejor separar a esos tres antes que todos terminaran en camillas dando demasiado trabajo al personal medico del templo.

—Kasai, vete a poner orden entre los nuevos aprendices. —Kasai hizo una reverencia y se retiro pero antes dirigió una mirada a Hana la cual fue correspondida por unos instantes— Hisoka e mandado a preparar una habitación para ti, será mejor que te vallas a descansar. — Pensó en protestar pero luego vio cuales eran las intenciones del anciano así que los dejo solos, antes de salir miro a Hana quien le regalo una mirada al igual que a Kasai y esto lo molesto más al darse cuenta que la joven lo miraba igual que a ese estupido.

—Padre— la voz de la joven fue un susurro compungido a la espera de la reprimenda.

—Hana, descansa mi pequeña, tienes una ardua labor por delante.— beso su frente y se retiro, dejando a una joven sorprendida.

Un niño de cabellera celeste corta, lentes grandes y ropa de entrenamiento (parecida a la de Hana en el primer episodio solo que esta tenia bordes celestes)caminaba por los pasillos del inmenso complejo, el lugar se había vuelto loco por las noticias de Hana que invoco a un Dios "acaso soy el único que eso le parece absurdo" meditaba entre suspiros el chico, mientras caminaba la figura de una mujer se aparece enfrente de el y le pide que le siga aunque no emitía sonido alguno, el chico prosigue a seguirla hasta la sala de exámenes que aun estaba chamuscada por el ataque infernal de Kasai, este solo mira el alrededor.
—Quisiera....—se decía a si mismo el peliazul.

—Fuerte—el susurro que provenía de todas partes y de ninguna al mimo tiempo.

— ¿¡Quien esta hay!?—grita con miedo el joven que mira alrededor en busca de alguien.

Una sombra lo sostiene y este cae en la oscuridad. Por su parte Hisoka Tiembla de pavor al sentir una presencia muy conocida "¡No puede ser!" piensa con pavor el Dios que rápidamente se levanta temblando de miedo.