Mi historia, Su historia, Nuestra historia (NxT,NxH,SxS,SxT,GxM)

Hola ! ya traigo la conti, esta vez no tarde mucho o eso creo, tratare de traerla cada 15 dias sin falta, pues la escuela me consume demasiado aunque no lo crean y mas por que ya inice con mis primeros examnes parciales pero bueno u.u a dar lo mejor !!! y gracia spor comentar esta vez fueron muchos los que lo hicieron y me alegro ,aunque los hayan borrado me yo si los pude leer y me hicieron muy feliz!! sin mas aqui el cap ¡disfrutenlo!​

Capitulo 10 Castigo​

Las luces de toda la casa se encendieron para ser apagadas a los pocos minutos después. Una furiosa rubia caminaba por toda la casa acompañada de una escoba, las demás la seguían fielmente, aunque claro a excepción de Hinata, quien tenía su tobillo lastimado.

—chicas dispérsense, yo iré a la derecha., y recuerden no encender las luces, actúen como si fueran ninjas—dijo al perderse en la obscuridad la Yamanaka.

Todas asintieron. Los chicos temblaban y rezaban por no ser encontrados. Esperaban el momento en que encendieran las luces, lo cual al transcurrir el tiempo no ocurría.

— ¿No crees que esto es muy sospechoso teme? —interrogo en susurro el rubio al azabache.

—Lo sé, a decir verdad se cual es su plan, así que abre bien los ojos—respondió de igual manera. —será mejor avisarle a los demás—saco su celular para enviar un mensaje.

El Uchiha pensaba seriamente la manera de salir, tenían la puerta a pocos metros de su escondite, el Uzumaki solo pensaba en que comería al salir de ahí.

—Naruto, no te muevas—advirtió seriamente el Uchiha.

-.-.-.-.-.--.-.-.-.--.-.-.-

Examinaba detalladamente el lugar donde estaba, sin duda se habia metido en un hermoso baño, se encontraba oculto tras la cortina de baño, a su mente vino la imagen de lindas chicas balándose ahí, las cuales salieron al sentirse satisfechas, luego entro un hombre gordo, lleno de pelos y suciedad. Eso basto para que dejara de fantasear y su estomago se revolviera.

Pudo percibir por el pasillo voces femeninas, recordó la razón por la que estaba ahí. Su cuerpo se estremeció al sentir como se acercaban lentamente más a ese lugar. Contrajo su cuerpo, en un intento fallido de desaparecer de ahí. Pudo respirar cuando las chicas comenzaron a alejarse.

Su celular comenzó a vibrar, lo busco y reviso, no era capaz de entender lo escrito en el.

-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-

Pudo sentir escalofríos al sentir como alguien se acercaba al refrigerador, lo abrió, saco algo y posteriormente cerro. El se encogió tanto como pudo, por suerte detrás del refrigerador nadie revisaba usualmente, claro excepto por cuando se realizaba la limpieza.

Su estomago comenzó a gruñir, el chico se sintió estúpido ¿Cómo podía darle hambre en ese momento? Por primera vez era capaz de comprender a Naruto, quien en los momentos más tensos o riesgosos como ese siempre tenía hambre.

Sintió un leve movimiento en el bolsillo de su pantalon, busco al culpable de tal cosquilleo, encontrando un mensaje en su celular, al leerlo entendió la horrorosa situación en que estaba, ahora menos podrirá relajarse.
-.-.-.--.-.-.--.-.-.-.-.-.-

Sai permanecía en la cesta de la ropa sucia, era de una mujer lo sabia por el agradable aroma que desprendía, además del diseño de las pocas prendas que podía ver y sentir.

En un inicio se habia metido a la lavadora, pero salió de ahí al imaginar si a alguien se le ocurría prenderla lo que le sucedería a él. Pudo ver atraves de los agujeros del cesto varias sombras atravesando el pasillo. Suspiro al ver que ninguna se habia dirigido a donde el estaba.

Un insistente movimiento producido en su pantalon lo saco de sus pensamientos, tomo su celular, el mensaje que recibió pudo entenderlo sin muchos problemas, intentando creer que no era cierto.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

El pelirrojo se estremeció al sentir como pasaban velozmente a un lado de la mesa donde el se ocultaba. Iban hablando en débiles susurros, difíciles de escuchar para el chico. Seguramente planeaban la manera de torturarlos.

Al no sentirlas cerca se asomo con sigilo, debía escapar de ahí, el lugar estaba despejado y salió corriendo en dirección a la puerta.

Jamás se percato de que en verdad estaba sumamente vigilado. Su celular comenzó a vibrar, lo tomo entre sus manos y reviso, al leerlo comprendió que habia cometido el gran error de su vida, por ser apresurado jamás pensó en sí el enemigo tenia un plan de ataque. Ahora era demasiado tarde, estaba atrapado.

Guardo su celular y permaneció de pie unos segundos para lanzarse a correr.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

El reducido espacio en el que estaba era un tanto incomodo, pero a fin de cuentas seguro. El ajetreado movimiento que producía su celular al vibra le molestaba, saco su celular y reviso la razón del insistente movimiento.

Tenía un mensaje, lo leyó y comprendió el porque no habia escuchado ningún ruido o rastro de luz, se suponía deberían armar todo un escandalo, mas no lo habían hecho. El chico se sintió un tanto asuntado, sabía que las mujeres eran inteligentes, pero no tanto.

Minutos después recibió un mensaje de Suiguetsu, quien era el único que no entendió el mensaje que el Uchiha les habia enviado.

Era claro lo que intentaban hacer, aprovechar las sombras y obscuridad que abundaban en la casa. La obscuridad como muchas otras cosas era un arma de doble filo y ellas habían aprendido a usarla.

A ellos les servía para ocultarse, sin embargo ellas podían cazarlos desde las sombras. Ellas se ocultarían al igual que ellos, eso era seguro, así podrían vigilarlos sin que se diesen cuenta y cazarlos a su gusto y antojo.

Haberse dado cuenta de dicho plan empeoraba las cosas, pues se estarían cuidando de hasta su propia sombra. Causando histeria entre todos ellos, en ese tipo de ocasiones era mejor no saber nada.

Le respondió el mensaje a Suiguetsu indicándole que no saliera por nada de su escondite.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Los segundos iban matando lentamente a los chicos. En cambio las chicas estaban totalmente listas, habían encontrado a sus presas. Era solo cuestión de tiempo para hacerlos salir como ratas de sus escondites.

--.---.---.---.

— ¿Porque sucede algo? —interrogo al ver la cara del azabache.

El Uchiha le hacia señales de que callara, sin embargo este alzaba cada vez más la voz haciendo preguntas.

—los en-con-tre—pronuncio una voz melosa atrás del rubio.

Ambos voltearon como robots en dirección a la voz, encontrándose unas orbes un tanto siniestros.

—Naruto, ¡corre! —dijo al levantarse en dirección a la puerta.

El azabache corrió tan rápido como sus piernas le permitían, en cambio Naruto corrió en otra dirección totalmente alarmado y desorientado.

— ¡Ahora chicas! —exclamo la femenina.

Una pequeña cuerda se levanto, haciendo que el Uchiha diera de bruces sobre el suelo, se cubrió la cara con su brazos y encogió para evitar golpearse la cabeza o alguna otra parte vital. Eso fue aprovechado por las dos chicas que tiraron de la cuerda quienes lo ataron.

El siguiente fue Gaara, el solo salió de su escondite, cuando recibió el mensaje era demasiado tarde, las chicas se abalanzaron sobre el y apresaron, arrastrándolo por el suelo. Intento forcejear mas le fue imposible.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

La respuesta que habia recibido del Nara tampoco le quedo clara ¿de que debía cuidarse, de su sombra? Una vez más se asomo para confirmar si el área estaba despejada, sonrió de lado.

Se arrastro por el suelo hasta llegar a la puerta del baño que misteriosamente se cerró en sus narices. Giro la cabeza a sus espaldas intentando ver algo, solo pudo divisara unas difusas siluetas, no necesito ver más para intentar salir corriendo.

Giro la perilla desesperadamente, en vano fue si intento, sintió un golpe en la comisura de las rodillas, callendo al suelo, sin darle tiempo a levantarse lo ataron como a un cerdo y sacaron del baño arrastrándolo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Su estomago hacia cada vez más ruido, intentaba controlar su cuerpo mas le era imposible, sintió el sigiloso movimiento de alguien acercándose al refrigerador. Intento callar una vez más los gritos de su estomago que por suerte cesaron justo a tiempo.

Alguien se apoyo sobre el refrigerador.

— ¿Dónde creen que estén escondidos los demás? —interrogo una dulce voz femenina.

—Buena pregunta, pero ya tenemos a varios capturados, solo es cuestión de tiempo.

—vamos a buscar a los restantes.

El Hyuga escucho asentir a las demás, eran aproximadamente tres, se sintió aliviado, era la segunda vez que se acercaban al refrigerador y no lo encontraban. Su estomago emitió un leve gruñido.

Una de las chicas percibió el leve ruido, se acerco al refrigerador y puedo percibir nuevamente el gruñido, sonrió de lado.

El genio se encontraba paralizado ¡había sido delatado por su estomago! Esperaba ninguna de ellas lo hubiese escuchado.

Con la mano la femenina dio señales a sus compañeras para que la ayudaran a empujar el refrigerador.

Se colocaron frente al refrigerador y empujaron hacia la pared, Neji quedo atrapado mas no dijo nada, al no recibir respuesta siguieron empujando con fuerza, hasta que ya adolorido el Hyuga decidió cooperar.

—Ya…basta—pronuncio una débil voz detrás del refrigerador.

Las chicas sonrieron de lado, tenían a otro más.

Movieron el refrigerador, encontrando a un Neji con la cabeza baja.

—Cooperas o quieres que te cazemos como animal—dijo divertida una la las chicas.

El chico volteo a verlas, no era capaz de distinguir quien era por las sombras.

—Coopero—pronuncio estirando sus manos para ser atado.
Las chicas se sorprendieron lo ataron de las manos y guiaron hasta la habitación de Tenten.

Shikamaru suspiro, podía escuchar constantes pasos pasar cerca, muy cerca de él provocándole pequeños sustos. Esperaría a que todo se calmar para salir, si era necesario lo haría hasta el día siguiente.

-.-.-.-.

Entro en una habitación guiado por las chicas, en el piso pudo ver a varios de sus compañeros atados de pies y manos: Sasuke, Naruto, Gaara, Suiguetsu. Se acerco a ellos para sentarse a su lado

— ¿Quién más falta? —interrogo el Hyuga.

—Shikamaru—respondió el Uchiha. —Son más hábiles de lo que esperaba, incluso atraparon a la cucaracha de Naruto.

El castaño volteo a verlo sorprendido. Era muy cierto que Naruto no tenia una brillante inteligencia, pero siempre encontraba la manera de escaparse sin ningún rasguño.

Una pequeña risa salió de los labios del joven de orbes opalinas.

— ¡Cállate! —exclamo furioso el Uzumaki quien lo habia escuchado. Tenia un semblante triste, y ¿Cómo no tenerlo? Habia sido atrapado el gran ¡Naruto Uzumaki! Por la persona mas débil o al menos considerada por él ¡la más débil e inocente!

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Flash Back<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

Sasuke le habia dicho callara y no se moviera, mas al inicio no entendía nada, cuando se percato de que alguien estaba a sus espaldas giro temeroso como un robot, al azabache le grito que corriera, y no necesito que se lo repitieran para hacerlo.

No supo a donde se dirigía, su cuerpo corría sin rumbo fijo. Subió velozmente las escaleras, en el pasillo diviso la luz proveniente de una puerta, sonrió de lado. Seguramente estaría vacía, podría colarse ahí, esconderse en el closet, debajo de la cama, etc. eso seria lo de menos, después de todo podría escuchar sus secretos y ver como torturaban a sus amigos.

Imprimió más velocidad en su correr, al entrar en la habitación choco con algo cayendo al suelo. Hinata estaba sobre él. Por el ruido las demás chicas acudieron a ver lo sucedido.

— ¡Bien echo, Hinata! —exclamo la Haruno levantando su mano empuñada.

Hinata quien habia estado esperando impaciente el regreso de las chicas, decidió ir a ayudarlas, se sentía inútil al estar ahí, mientras las demás se esforzaban por atrapar a los intrusos.

Se levanto con esfuerzo de la cama, una mueca de dolor se reflejo en su rostro, le dolía apoyar el pie. Se encamino a la salida, cuando algo la impacto derribándola.

Abrió los ojos como plato, estaba sobre el estomago del rubio de sus sueños. Sus amigas la felicitaron, la ayudaron a levantarse, luego se abalanzaron sobre el Uzumaki amarrándolo.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Fin Flash Back<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

Habían registrado la casa completamente, encontrando a la mayoría de los chicos, solo faltaba uno: Shikamaru Nara. Cansadas de buscarlo y no hallarlo decidieron pensar que ya se habia escapado.

Todas se reunieron en la habitación de Tenten nuevamente, ahora debían decidir como torturarlos. Debía ser algo divertido, vergonzoso y que les infundara temor o al menos pena por el resto de sus vidas.

— ¿Cómo deberíamos castigarlos? —pronuncio con un aura maligna la Yamanaka.

Todas sonrieron maliciosamente. Los chicos intentaron retroceder, en las manos de las chicas había toda clase de cosméticos, listones, moños y accesorios.

Se inclinaron frente a ellos con una dulce sonrisa.

—No irán a…—pronuncio el Uchiha temeroso.

— ¿Tu que crees, Sakura? —interrogo la Yamanaka.

—Yo creo que sí.

— ¡a no! ni se me acerquen—pronuncio gélidamente el Hyuga.

— ¡Eso debieron pensar antes de estar espiándonos! —exclamo la rubia de orbes verdes.

—Pero nosotros no queríamos hacer eso, Naruto nos secuestro, nosotros solo intentábamos salir de aquí sin problemas, si a alguien quieren castigar—hizo una breve pausa—castiguen a Naruto—dijo con cizaña el pelirrojo.

— ¡Si, castíguenlo a él primero! —pronunciaron todos al unísono.

El Uzumaki trago grueso, las chicas se dirigieron a él, lo tomaron del amarre de las manos y arrastraron alejándolo de los demás para iniciar a maquillarlo.

Los gritos de desesperación del chico retumbaban en toda la habitación. Las chicas parecían muy felices disfrutándolo, y los chicos reían a carcajadas, realizando comentarios burlescos.

— ¡Listo! —Exclamaron al unísono— ¿Qué tal quedo?

El rubio tenia su cabellera de lado adornada con un lindo broche rosa, una base de maquillaje en todo su rostro. Sus pestañas estaban enchinadas, su ceja depilada y bien delineada. Sobre sus parpados tenia sombras rosa, y delineador negro. Rubor sobre sus mejillas y un delicado labial rojo sobre sus labios.

Los chicos le lanzaron piropos al rubio sobre lo bien que se veía, aunque claro a modo de burla.

—Ahora el siguiente será…

Todos palidecieron, era cierto, tarde o temprano cada uno de ellos sería maquillado y peinado.

Al fin habia terminado la sesión de maquillaje.

Gaara, Suiguetsu y Sai tenían acomodada su cabellera al igual que Naruto de lado y con un hermoso broche, aunque de diferente color cada uno.

Todos tenían una base de maquillaje, rubor en sus mejillas, rímel sobre sus pestañas enchinadas, cejas perfectamente depiladas y definidas. Lo que variaba era el color de sus sobras, labial y en algunos su peinado.

Neji lucia sombras lila sobre sus parpados, labial rosa y su larga y espesa cabellera la tenía recogida en dos lindas coletas altas, su cabello caía grácilmente sobre sus hombros.

Sasuke tenia el cabello lo suficiente largo como para recogérselo en una linda cebollita adornada con palillos chinos y algunos broches para evitar se soltara su cabello en algunas partes, dos mechones enmarcaban su rosto. Llevaba sombras rosas y rojas, y sus labios un rojo carmín.

Gaara llevaba sombras marrones y labial rojo. Sai sombras rosas al igual que su labial. Suiguetsu Sombras azules y labial rojo.
Todas comenzaron a reírse a carcajadas, no hacían no el más mínimo intento de disimularlo, Ino saco una cámara y comenzó a fotografiarlos uno por uno y juntos.

—Chicas voy por algo para tomar—pronuncio la Subaku no.

Las demás asintieron, pues estaban muy entretenidas buscando ropa para vestir a los chicos, la chica de cuatro coletas bajo las escaleras con fastidio, sonrió al recordar a los chicos, en verdad parecían mujeres con ese maquillaje.

Llego a la cocina donde encendió las luces, saco un refresco del refrigerador, frituras de la alacena, ahora solo le faltaba tomar vasos, ya que lo desechables que tenían los pisaron por error al perseguir a los chicos.

Abrió una de las puertas, tomo los vasos necesarios dispuesta a marcharse. Apago las luces y encamino a las escaleras. Se regreso la recordar que le faltaba la salsa para las frituras.

Nuevamente abrió una puerta de la alacena.

— ¿Qué buscas?

—La salsa, pero no la hallo—respondió la rubia.

—Ten— respondió la voz, una mano dentro de la alacena estiro su mano con la pequeña botella de cristal.

—Gracias—dijo al cerrar la puerta.

Paro en seco, ¿eso habia sido una alucinación? Dejo lo que traía en sus manos sobre la mesa, se paro frente a la puerta de la alacena nuevamente, debía estar segura de no fuera una alucinación suya, además… ¡esa voz le era familiar!

Abrió de golpe la puerta, encendió las luces, llevándose una gran sorpresa. ¡Ahí estaba el chico que faltaba! Shikamaru Nara, y para colmo totalmente dormido. Comenzó a llamarlo tiernamente, quería ver su cara al verse descubierto.

El Nara abrió lentamente sus ojos ante el dulce e insistente llamado, se encontraba realmente incomodo, volteo a ver a la dueña de dicha voz.

—tsk, problemática—pronuncio al verla, se giro con trabajo dándole la espalda.

La Subaku No sonrió de lado con malicia. El moreno quien habia cerrado nuevamente sus ojos los abrió como platos ¡lo habían descubierto! Habia bajado la guardia ¿ahora que haría para escapar con vida? Siguió fingiendo estar dormido, ni loco voltearía a ver a la rubia, quien seguramente estaría divertida por el hallazgo.

Un golpe hizo gritar al moreno.

—Muévete, no te hagas tonto—dijo la femenina. —o… ¿quieres que te masacre?
—esta bien mujer—pronuncio al intentar salir de su escondite. — ¡Espera! Estoy atorado—dijo intentando salir sin resultado alguno.

Estar dentro de ese lugar era casi imposible, debido al estrecho lugar y a la comida que habia ahí, aunque claro toda en latas, cajas y sobrecitos.

La Subaku no comenzó a reír sin control, luego ayudo al Nara para salir de ahí.

—Vamos ayúdame a llevar esto—pronuncio al darle algunas de las cosa que ella cargaba al moreno.

—Pero yo me tengo que ir—dijo dudoso, le sorprendió que no lo golpeara o amarrara como a los demás.

—No seas tono, lo mejor es que te quedes esta noche, esta lloviendo horriblemente—señalo la ventana, una intensa luz casi cegadora se percibió a través de ella, era un trueno.

El moreno término aceptando, después de todo tenía razón la rubia.

— ¿y los demás chicos?

—No te preocupes, están bien.

Ambos subieron las escaleras y entraron en la habitación. Shikamaru se sonrojo levemente al ver a unas lindas chicas sentadas en el centro de la habitación en yukatas, todas bien arregladas y maquilladas, junto a ellas estaban sus compañeras de clase, quienes lo miraban confundidas.

Temari les dedico una mirada cómplice a las demás, las chicas la respondieron con una sonrisa.

—perdón por estar aquí—pronuncio rascándose la nuca el Nara.

—No hay problema Shika, toma asiento—respondió la Yamanaka.

Las chicas en yukata lo veían con sorpresa, poco a poco sus rostros reflejaban terror, por instantes parecían darle señas de algo. También habia un pequeño llamado Sanosuke, al parecer sobrino de Sakura.

—Es una tram…—pronuncio el Uzumaki, quien vestido con una linda yukata rosa se levanto para advertir a su camarada, mas fue callado por un fuerte golpe en el estomago por parte de la Haruno quien sonreía dulcemente.

—Sak-ku-ra-chan ere-s mu-uy ma-la—chillo la chica de yukata rosa, quien en verdad era Naruto retorciéndose en el suelo del dolor.

Cuando menos se lo espero las chicas se abalanzaron sobre el Nara cambiándolo, maquillándolo y peinándolo.

Al finalizar, el Nara al igual que los demás lucia como una bella mujer. Su yukata era verde y hacia juego con sus sombras de igual color, sus labios tenían un rosa muy suave. Su cabellera la llevaba suelta, adornada con un lindo broche en forma de flor rosa.

Sin perder tiempo Ino le tomo fotos. Para continuar su tortura los obligaron a ver una delas películas del momento, llena de dramatismo, amor y lágrimas: más allá del horizonte.

Naruto lloro junto a Suiguetsu y las chicas. Gaara, Neji y Sasuke los veían asqueados ¿Cómo era posible que lloraran por eso? Sai no entendía muy bien la película, pues habían muchas cosa no venían en los libros y cada que preguntaba era golpeado en la cabeza por interrumpir.

Despues de todo eso decidieron meterlos al closet. Tal vez los dejarían ahí hasta el amanecer.

Como aun estaban atados los arrastraron como un costal. Antes de que cerraran la puerta del closet el Uzumaki pidió un poco de comida, lo cual le negaron sin piedad.

A través del closet solo podían escuchar las risas de las chicas, hasta que lentamente comenzaron a cesar.

Todas se sorprendieron al no escuchar los quejidos de los chicos, se acercaron al closet, abrieron la puerta lentamente encontrándolos totalmente dormidos y en posiciones poco cómodas. Sonrieron dulcemente.

Bajaron a la cocina, prepararon unos sándwich, después de todo no eran tan malos y se habían portado muy bien con ellas en la feria.

Sanosuke jugaba entretenido con Kin y Tayuya. Con una bandeja de ricos sándwiches subieron, ahora el problema seria dárselos. Los habían tratado muy mal, seguramente desconfiarían de ellas y sus buenos sentimientos.

—Hinata, tú se los darás, nosotras nos haremos las dormidas—dijo la Yamanaka.

—y llévalos a la habitación de mi hermana, ahorita te digo cual es—intervino Tenten.

—pero ¿Por qué yo? —interrogo dudosa.

—Porque eres la única que no participo activamente en atraparlos—respondió dulcemente Matsuri. —en cambio yo…atrape a Gaara—dijo al voltearse para sollozar.

La pelinegra asintió. Regresaron a la habitación de la castaña, las chicas se tiraron en el piso y algunas otras sobre la cama simulando estar dormidas. Hinata llego hasta el closet, abrió la puerta y llamo dulcemente a Naruto.

El rubio de despertó sobresaltado al ver a la Hyuga ahí, Naruto se encargo de levantar a los demás. Todos se sorprendieron de ver a la Hyuga. Con cuidado los desato uno por uno pidiéndoles guardaran silencio, ya que lo estaba haciendo mientras las demás dormían.

Los condujo a la habitación que Tenten le habia indicado, les dio la bandeja con la comida que prepararon y bebidas. Emocionados le agradecieron nuevamente, en especial Naruto y Neji, aunque este ultimo no lo aparentara. Se dirigió a la puerta para marcharse.

—Dale las gracias a las chicas—pronuncio el Nara.

Hinata se detuvo, luego sonrió.

—Lo hare—pronuncio para salir de ahí.

En la habitación se limpiaron la cara con un desmaquillador que Hinata les dio antes de irse, se quitaron las yukatas y despeinaron. No llevaban playera ya que las chicas se las quitaron para que lucieran las yukatas. Solo llevaban su pantalon y calcetas.

Despues de comer, se acomodaron para dormir, no antes sin armar una guerra por quien dormiría en la cama. Gracias a que había demasiados peluches y cosas suavecitas en esa habitación pudieron dormir cómodamente.

Las chicas exhaustas también decidieron irse a dormir. Limpiaron el suelo, tiraron la basura y los trastes que habían usado los devolvieron a la cocina. Acomodaron varios futones para dormir cómodamente, Tenten se durmió sobre su cama junto a Hinata.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Hasta aquí el cap de hoy. Nuevamente ¡¡Mil gracias a todos los que comentan!! Los amo ♥ son mi fuerza para seguir escribiendo, y aunque borren sus comentario yo si lo

Próximo cap La rectora

Los días de descanso que su amado director les habia dado terminaron, ahora debían estar preparados para la visita de la rectora.

Les dejo unas preguntas para que respondan.

¿Les gusto el cap?
¿Esperaban que Shikamaru estuviera oculto en la alacena?
¿Hubo una parte favorita?
¿Les gustaría romance por parte de alguna pareja?
¿Qué esperan suceda en el próximo cap?

Tambien quiero invitarlas a leer mi ff
MISION:MATRIMONIO MODERNO
http://fanficslandia.com/index.php?threads/mision-matrimonio-moderno.16479/
Me agradaria ver sus comentario ahi tambien.

attt:Himeko-chan♥

 

Capitulo 11 La rectora​

Los traviesos rayos se colaban por las ventanas de la casa, todas comenzaron a despertarse, unas se dirigieron al baño donde se lavaron la boca, la cara y empezaron a arreglarse.

Otras aun permanecían profundamente dormidas.

— ¡Chicas ya levántense! —pronuncio la Yamanaka moviendo a la Subaku No —Sakura tu mueve a Tenten y Karin tu a Tayuya.

Las chicas obedecieron. La primera en despertar fue Tenten quien adormilada les pregunto ¿Qué hacían ahí?, Temari le arrojo una almohada en la cara a Ino quien furiosa le regreso el golpe con otra almohada. Tayuya comenzó a maldecir a Karin por despertarla, cuando las tres se despertaron completamente se disculparon sumamente avergonzadas.

— ¿Chicas, como le haremos para el desayuno? —interrogo Matsuri.

—No sé cocinar mucho pero puedo preparar algo—se ofreció la Hyuga.

—Chicas, recuerdan que hay chicos ¿No? —respondió con malicia el pequeño Sanosuke.
-
-
-
La puerta se abrió se golpe, dejando ver a las chicas ya arregladas y a un pequeño con ellas.

—Chicos, es hora de almorzar—pronuncio dulcemente Kin.

— ¿Y? ¿Para que nos necesitan? —respondió el Nara con fastidio.

—Es cierto ¿para qué?—intervino el pelirrojo— nosotros ya nos vamos.

—Yo creo que no será posible—respondió Tayuya con un aura amenazante. Los chicos tragaron grueso y juraron ver por un momento un látigo en sus manos.

Ataviados con lindos mandiles rosas, amarillos y verdes, otros solo con sus pantalones y sus torsos descubiertos, pues aun ninguno de ellos se habia puesto sus playeras, intentaban prepara algo decente para las chicas.

Las chicas disfrutaban ver sufrir a los chicos, jamás imaginaron verlos en ese estado de terror y desesperación. Despues de observarlos durante unos minutos de dieron cuenta de que iban paseando por la casa sin playera. Al cabo de unos minutos todas decidieron dejar de observarlos, lucían tremendamente sexis, tenían un buen físico incluso el Nara, quien nunca se le veía hacer ejercicio voluntariamente. Sentían como sus rostros ardían, se amontonaron en el espejo y comprobaron que parecían semáforos en rojo.

Treinta minutos después el almuerzo estuvo listo.

Ramen fue lo único que Naruto fue capaz de hacer. Sasuke, Neji y Gaara prepararon un omelet de huevo con jamón, se veía apetitoso. Suiguetsu y Sai prepararon una ensalada, y Shikamaru se encargo de preparar las bebidas.

—Chicas, este almuerzo esta… como decirlo—pronunciaba la Amma intentando ser cuidadosa con las palabras.

—Raro—dijo sin rodeos el pequeño Sanosuke—No saben cocinar ¿en verdad vamos a comer eso tía? —interrogo viendo a Sakura.

El inocente comentario del niño irrito a los chicos, quienes le dedicaron unas miradas de reproche, de no ser porque era un niño, seguro lo habrían hecho pagar caro.

—Descuida, es raro pero estoy segura de que sabe bien, al menos el huevo con jamón, porque quienes lo prepararon son unos genios—respondió con ternura la Haruno.

Se sentaron a la mesa, al menos las chicas y el sobrino de Sakura, lo chicos sirvieron.

— ¿Quién quiere ramen? —interrogo.

Ninguna de las chicas veía con buenos ojos el ramen. Seguro Naruto era un experto en eso, pero no creían que fuera un buen cocinero. Decepcionado armo un drama de lo herido que estaba porque nadie quería comer de lo que el habia preparado.

—Naruto-kun…s-si no t-te molesta…y-yo quisiera…—pronunciaba con gran dificultad intentando no parecer imprudente la Hyuga.

—Dime Hina-chan.

— ¡comer de tu ramen! —exclamo sacando fuerzas para hablar.

Un silencio se hizo presente. Desconcertados veían a la chica ¿en verdad estaba segura de probarlo?

Una sonrisa surco el rostro del rubio, quien al instante le sirvió a Hinata de su gran creación, ansioso por saber que opinaba se quedo parado junto a ella hasta que termino de comer, cuando la chica termino lo felicito pues sabia muy bien.

Las chicas terminaron de comer y se regresaron a la habitación de Tenten para arreglar sus cosas, ya era tarde y debían irse a su casa.

—Chicas ya terminamos de almorzar, de lavar los trastes y limpiar la cocina—pronuncio el Uchiha llamando la atención de todas.

Las miradas se posaron sobre la puerta, encontrando a todos los chicos recargados sobre el marco de la puerta y apoyándose unos sobre otros, esa escena parecía un harem de chicos guapos.

Desviaron su cara al instante, sus caras nuevamente ardían, no podían dejar que ellos se dieran cuanta.

—Bien, pues aquí están sus playeras para que se vistan, ya son libres—respondió la Yamanaka estirando sus manos con las playeras de los chicos y agachando la cabeza.

Sorprendidos de que los dejaran irse tomaron sus playeras y bajaron a la sala. Minutos más tarde Sanosuke bajo a la sala para estar con los chicos.

El pequeño intento entablar una conversación con las chicas, mas era completamente ignorado, fastidiado de no poder estar con las chicas decidió sacar provecho a todo lo visto y vivido junto a las chicas.

—y, dime papá ¿viene en camino otro hermanito? —interrogo con malicia el pequeño Sanosuke atrayendo la atención de todos.

Todos se observaban entre si ¿A quién llamaba papá?

—No me miren a mi, no es pelirrojo—se excuso Gaara.

—A mi tampoco no es albino—pronuncio retrocediendo Suiguetsu.

—No tiene los ojos de un Hyuga—dijo apresuradamente Neji.

Todos comenzaron a negarlo diciendo que no se parecía a ninguno de ellos, Sasuke se percato de que le niño lo observaba con gran interés, no despegaba la vista de él.

Fue cuando recordó lo sucedido la noche anterior con Sakura, cuando el pequeño fingió ser su hijo para quitarle de encima a las chicas. Una mueca de desagrado se formo en su rostro ¡era él a quien se refería con “papá”!

El pequeño avanzo hasta el azabache, él retrocedió de inmediato. Todos comprendieron a quien se refería por papá.

Miradas llenas de morbo llovieron sobre el Uchiha al igual que comentarios sobre lo precoz que habia resultado. El pequeño pelinegro se abalanzo sobre el azabache reclamándole por haberse olvidado de él, además de amenazarlo con decirle a su mamá.

Una nueva pregunta surgió ¿A que mamá se refería? Naruto coloco las llemas de sus dedos sobre sus labios mientras sostenía una sonrisa.

—No me digas que es Sakura-chan—articulo el Uzumaki.

Todos comenzaron a reírse, él suspiro, era demasiado.

Las chicas bajaron y se sorprendieron un poco de encontrar a todos los chicos aún.

— ¿No se habían ido? —interrogo Matsuri.

Sasuke aparto a Sanosuke, todos se vieron entre sí para finalizar con una reverencia. Se disculparon por lo ocurrido, aclararon que nunca fue su intención espiarlas. Claro a excepción de Naruto, pues el si quería espiarlas en venganza por no haberlo invitado.

—Matsuri y Temari vámonos—ordeno el pelirrojo al salir de la casa.

Las dos chicas asintieron, tomaron sus maletas y se fueron no sin antes despedirse de los presentes.

Sasuke se despidió, se dio la vuelta y camino a la puerta. Una pequeña voz lo detuvo.

— ¿Nos vas a dejar nuevamente papá? —interrogo Sanosuke a modo de reproche.

Todos se sorprendieron, Sasuke giro un poco su cuerpo, lo suficiente como para verlo, la mirada que le dedicaba era fuerte y penetrante, mas parecía no afectarle al pequeño.

—Vámonos entonces, los llevare a su casa.

El niño sonrió y alegre se despidió de las chicas, diciéndoles que eran muy bellas y pronto volvería a visitarlas. Luego sujeto a su tía de la mano y arrastro a la puerta.

—Naruto, ¿me podrías llevar a mi casa? Yo no traigo auto, cuando me secuestraste venia con mi hermano y él se fue —dijo Sai. El chico asintió y se despidieron.

Neji tomo a su prima y se la llevo, después de todo ella era su responsabilidad. Ino se fue con Shikamaru, vivían muy cerca el uno del otro y eran amigos desde pequeños.

El único chico que quedaba era Suiguetsu.

— ¿y tu no te piensas ir? —interrogo Karin.

—Claro, cuando tu te vayas, te llevare hasta tu casa—respondió como si nada el albino al apoyarse sobre la pared.

La pelirroja se sorprendió, pensó unos segundos su respuesta, aun estaba preocupado por ella.
—Esta bien, vámonos—hizo una pausa—Tayuya y Kin las llevaremos a ustedes también.

Las dos chicas que quedaban aparte de Tenten les pidieron se fueran sin ellas, ya que se irían más tarde.

La pelirroja de lentes asintió y salió de la casa junto a Suiguetsu, cerrando la puerta tras de sí.

El silencio reino en la casa, la castaña se sentó sobre el sillón. Las otras dos la imitaron.

—Tenten—pronunciaron atrayendo la atención de la castaña—queremos pedirte un gran favor.

La Amma las veía fijamente.

—Tuvimos problemas con los idiotas de nuestros hermanos, no nos querían dejar ir a la feria y ellos si iban a ir… y fueron—hizo una pausa—como no nos dejaron, tomamos nuestras cosas y nos fuimos—dijo la pelinegra.

—Nos dijeron que si nos íbamos no regresaríamos a la casa, aun así no fuimos, por eso queríamos ver si… ¿nos dejabas estar viviendo aquí, contigo hasta que lleguen tus papás? Justo para esas fechas llega Kimimaro, nuestro hermano mayor y entonces regresaremos.

Tenten lo medito unos segundos y accedió, total estaría sola y así tendría algo de compañía durante esos días.

Esos días fueron muy divertidos para las tres. Se dedicaron a jugar, reír y disfrutar esos días de descanso, incluso cada una conto varias cosas sobre su vida que nunca antes se habían revelado.

El día para volver a la escuela llego, las tres se levantaron algo emocionadas.

—Chicas yo preparo el almuerzo, mientras báñense y arréglense—dijo Kin al ver a la pelirroja y castaña aun en pijama tallándose los ojos.

Las dos asintieron y se fueron. Kin aparentaba ser muy fría y distante, mas era cariñosa, tenía el instinto maternal. Durante esos días parecía una mamá. Al despertar Tayuya y Tenten, el almuerzo ya estaba listo o en proceso.

Tenten se dedico a alistar su uniforme y el de sus amigas, los plancho y colgó en un gancho mientras Tayuya se bañaba y Kin terminaba el almuerzo.

La pelirroja salió del baño y entro en la habitación de Tenten envuelta en una toalla café.

La Amma tomo su toalla y entro en el baño. Tayuya seco todo su cuerpo, con la ropa interior puesta comenzó a buscar su uniforme, sonrió al encontrarlo perfectamente planchado y ordenado en un gancho. Se vistió con el y bajo.

—Kin, ya estoy lista, Tenten no tarda en salir para que entres a bañarte—comunico entusiasta la pelirroja.

La pelinegra volteo. Con una dulce sonrisa asintió.

—Ese es tu plato, el de la derecha de Tenten—indico la Tsuchi—Por cierto, me alegra saber que viví para ver la primera vez que portas tu uniforme de manera decente—dijo a modo de burla y salió corriendo.

Diez minutos antes de las dos de la tarde las tres ya estaban en la secundaria. Se sorprendieron de sobremanera al presenciar el radical cambio que habia sufrido la escuela en tan poco tiempo.

Había más plantas adornando las áreas verdes, bancas y árboles. Las puertas, ventanas y paredes habían sido remodeladas. Los mesabancos eran nuevos.

El director Jiraya les daba la bienvenida a todos los estudiantes. Se veía impaciente y nervioso. Claro, esperaba la visita de la rectora.

— ¡Hola chicas! —exclamo efusivamente Ino al verlas entrar al salón.

Las tres respondieron el saludo y tomaron asiento. Conversaron sobre lo que habían hecho esos días de descanso. Minutos más tarde llego Ibiki, su prefecto para darles un aviso.

—Bien como sabrán hoy vendrá la rectora, nuestra máxima autoridad, espero se comporten como es debido o lo pagaran caro—hizo una pausa—también he venido para decirles que tendrán que ayudar con la decoración para darle la bienvenida, todo debe estar listo antes de las cuatro de la tarde, esta actividad la realizaran únicamente los alumnos de tercer año, así que salgan—ordeno levantando su mano a la altura de sus hombros—. ¡Ha! una cosa más, los estaré vigilando.

Todos se paralizaron, Ibiki era alguien tranquilo y serio, pero enojado era terrible, sabia como atacar sus juveniles mentes y hacerlos sentir la peor escoria del mundo.

Salieron en orden al patio, encontrando varias cajas de cartón al centro del patio principal, poco a poco fueron llegando más alumnos.

— ¡Tenten! —exclamo una voz femenina.

La castaña se giro con una sonrisa y en saludo levantando la mano.

— ¿Estas bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame a una ambulancia? —preguntaba alarmada Ayame.

—No, ¿estas bien tú? Estas rara.

— ¿Cómo no quieres que este así? Después de haber visto ese video casi me agarro a golpes con Mayumi—respondió irritada y preocupada a la vez.

— ¿Cuál video?

— ¿Qué cual? ¡Tú me quieres matar ¿verdad?! Ese video que anda circulando por todos los celulares de los estudiantes donde Mayumi te agrede, lo bueno es que al final te defendiste—dijo abrazándola y acariciando su cabeza—donde se te vuela a acercar la mato—dijo reflejando en su voz que si lo haría.

—Creo saber de lo que hablas, pero… ¿quién grabo el video? Además eso ya paso, no hay que darle importancia, recuerda que me has enseñado eso—respondió intentando controlar a su amiga.

—Creo que te pegue mi corazón de pollo—Respondió orgullosa Ayame.

La voz del director a través de los parlantes llamo su atención, dando las reglas. En parejas de dos o equipos arreglarían una parte de la escuela, podían quitarse el saco o chaleco del uniforme para evitar ensuciarlo. No importaba como pero quería verlos relucientes cuando terminaran de arreglar la escuela.

Todos se disiparon, formando las siguientes parejas: Tenten y Ayame, Sakura e Ino, Temari y Matsuri. Kin y Tayuya, Karin y Shion. Los chicos parecían andar solos en su mayoría. Sasuke inmediatamente tomo a Naruto como su pareja, las chicas al escuchar eso de parejas voltearon a ver al Uchiha de manera aterradora, haciéndolo sentir un indefenso cachorro.

Shikamaru y Chouji se juntaron, Suiguetsu con Kiba, Lee con Neji, aunque no parecía, eran buenos amigos desde pequeños. Sai no tenía pareja y se integro con Ino y Sakura. Gaara busco a su hermana y a Matsuri.

Los preparativos iniciaron, muchos se quitaron el saco, chaleco, arriscaron sus camisas y aflojaron su corbatas.

Decoraban las paredes y barandales con el escudo de su escuela, flores coloridas, pequeños insectos, las serpentinas de colores y globos adornaban los techos y paredes de los patios y canchas.

La conversación que llevaban acabo era sobre el polémico video donde veían a Mayumi como una malvada. Muchos la agredían de forma indirecta y otros de manera muy directa, haciéndola sentir mal. Algunos la defendían atribuyendo a que debía andar en su días, en especial los hombres.

Al final todos veían con miradas llenas de reproche a la pobre castaña, quien no podía hacer más que agacharla cabeza.

—Y bien, ¿No te piensas disculpar? —interrogo el Uchiha frente a la castaña.

—la castaña se quedo pasmada, el ídolo de la escuela le hablaba por primera vez y era para decirle ¡que se disculpara! Desvió la vista y agacho la cabeza.

—No se que me hablas—respondió intentando que su voz no se quebrara.

— ¿Quieres que te lo muestre? Naruto tu celular—ordeno el azabache estirando la mano.

El rubio se acerco con su celular y se lo entrego al azabache.

El pelinegro se lo mostro a Mayumi, quien incrédula observaba el video, la habían grabado, ahora entendía como se habían enterado de eso y el porque se comportaban tan indiferentes con ella.

Los demás solo gritaban que se disculpara. La castaña sintió su cuerpo temblar, sus ojos se crisparon, estaba acabada.

Una voz llamo su atención.

— ¡Alto!... ¡Basta ya! —La Amma se veía agitada, como si hubiese de llegar de una larga carrera—Es estúpido que armen un alboroto por una tontería.

Mayumi levanto el rostro, ahora la estaban defendiendo, era demasiado ¿Dónde estaba su orgullo? No habia nada de el en esos momentos. Se incorporo, recuperaría algo del orgullo que siempre la acompañaba, saldría con la cara en alto.

—Gracias, pero no necesito que me defiendan—`pronunció con algo de orgullo—Lo que quieren es que me disculpe, eso hare.

Observo fijamente a la castaña, apretó sus manos unos instantes formando puños, luego las relajo dejándolas caer sus costados. Hizo la tan esperada reverencia frente a la Amma.

—perdón, fue muy imprudente actuar de esa manera. Nunca volverá a ocurrir algo similar, ni el que me disculpe—sentencio. Se incorporo y marcho del lugar dándoles la espalda.

La sonrisa en ambas hacia presencia. Ya estaba resultó ese problema, ahora lo que era más preocupante era terminar de decorar la escuela.

— ¡Un auto negro llego, ahí viene la rectora! —alarmo una voz a todos.

El pánico se desato. Los estudiantes corrían de un lado a otro guardando las cajas en los almacenes, recogiendo basura y empaques, arreglando su uniforme y peinado.

Jiraya salió de la dirección con un semblante serio, ajusto su corbata y espero junto a la puerta.

Los alumnos de tercero se formaron en el patio principal conforme a su grupo, minutos después los alumnos de primer y segundo grado les hicieron compañía.

Previamente habían preparado un pequeño escenario al que ascendió una mujer de rubia cabellera por las escaleras.

—Hola mis queridos alumnos, como sabrán estamos aquí para honrar la visita de nuestra amada rectora ¡Tsunade! —presento al señalarla con una mano, cediéndole el micrófono.

—Buenas tardes a todos, sé que es la primera vez que muchos me ven, no acostumbro a realizar visitas—hizo una pausa—esta es una ocasión especial, en los exámenes que se aplicaron anteriormente, esta escuela ha resultado ser la mejor en esta zona, por lo que se les premiara a los alumnos de esta institución de acuerdo a su grado escolar.

Un enorme grito efectuado por los alumnos presentes sacudió la secundaria, gritaban y se enorgullecían de ser los mejores y más el que recibirían un premio.

—Bien se que se sienten emocionados ¡pero déjenme hablar! —Ordeno la Senju callándolos a todos—Los de primer año podrán ir al zoológico y acuario de excursión gratis, los de segundo al observatorio que hay en las afueras de la ciudad gratis, y los de tercer año ¡iremos de campamento! —Aclaro su garganta—los recorridos serán programados, irán en el transporte de la escuela.

La euforia no se hizo esperar, en especial en los de tercero.

—Tenten ¿has visto a Matsuri? —interrogo preocupada la Subaku No.

La castaña negó. La rubia estaba muy preocupada, habia perdido de vista a la castaña de melena corta en medio del alboroto cuando llego la rectora, ahora no la hallaba ni a su hermano, y eso la estresaba.

>>>>>>>>

Hasta aquí dejo este cap. No esta muy interesante este cap. o así yo lo sentí, pero la verdad es que no he tenido mucha inspiración, además de haber estado en semanas de exámenes, espero y disculpen mi demora, tratare de subir el próximo cap. mas rápido, hasta entonces me despido.

Les dejare unas preguntas

¿Les agrado el cap. o les hubiera gustado un poco más de algo? Si es así digan para tratar de incluirlo
¿Qué creen que sucedió con Gaara y Matsuri?
¿Hubo una parte favorita?
¿Creen que son buenos los premios que recibieron por ser buenos estudiantes?

También me gustaría comparti un escrito naruhina se llama El final http://fanficslandia.com/index.php?threads/el-final.20861/ espero les agrade y comenten

Att: Himeko—chan♥

 

Hola! bueno les traigo la conti, creo que esta vez tarde un poco y la conti esta más corta, pero bueno, es que lo demás lo dejare para el sig cap.
por cierto muchas gracias por sus comentarios, los amo! ♥ aunque borren algunos, se les agradece y perdon hokague sama tenten, pero esa vez no tuve mucho tiempo.

​

Capitulo 12 ¡POR FIN LLEGA EL INVIERNO!​

La rectora seguía dando su aburrido discurso.

—Sé que están ansiosos por saber cuando podrán hacer validos sus premios, pero déjenme decirles que los de primero al igual que los de segundo podrán organizarse y pedirlo cuando deseen a partir de la próxima semana—hizo una pausa, ahora diría el tan anhelado premio para muchos de tercero, quienes se mordían el labio, las unas y los que tuvieran al alcance de la emoción—los de tercero podrán disfrutar de su premio hasta las vacaciones de invierno.

Se escucho la sonora carcajada de la rectora por todo el recinto mientras todos permanecían en silencio.

— ¡¿Qué?! —interrogaron todos los estudiantes de tercero al unisonó.

¡¿Estaba loca la rectora?! Ninguno creía lo escuchado, ¿Por qué serian los únicos que esperarían tanto? A los demás les dieron oportunidad de escoger la fecha.

— ¿Qué alguna objeción? —interrogo molesta la rectora.

Todos se estremecieron la verla molesta, era imponente esa figura femenina, nadie se atrevería a contradecirla o era lo que la mayoría decía.

— ¡Si! Yo no estoy de acuerdo, por que somos los únicos que no podemos escoger la fecha, ya no somos bebes y podemos cuidarnos—exclamo el Uzumaki al colocarse frente al escenario donde estaba la rectora.

Inmediatamente muchos gritos se escucharon apoyando al Uzumaki. La rubia de dos coletas bajo del escenario poniéndose frente a frente con ese alumno que se habia osado a desafiarla.

—Dime tu nombre.

—Naruto Uzumaki.

—la respuesta es fácil, escogí las vacaciones de verano para que todos podamos disfrutar de un relajante campamento en las montañas, creo que será más divertido en el crudo invierno.

—Espere dijo ¿disfrutaremos?

— ¡Claro! Yo también iré, son mi responsabilidad. No quiero que se pierdan o les pase algo.

—Ya le dije que sabemos cuidarnos solos. Y no necesitamos que una anciana como usted vaya a cuidarnos o necesitara más cirugías de las que se ha hecho.

— ¿Qué dijiste mocoso? —interrogo sumamente furiosa. ¿Como se habia atrevido a decir semejante barbaridad?
— ¿Acaso no escucho? Debería lavarse la oreja más seguido.

El rubio aun no percataba de lo peligroso que era decir semejantes palabras. En cambio los alumnos y los profesores si se habían dado cuenta, en especial los profesores, sabían el inminente peligro que corría ese chiquillo atrevido.

— ¡Profesores a sus puestos! —exclamo el director Jiraya alarmado.

.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-..

— ¡No es justo deberíamos estar con ellos! —chillo una castaña de melena—por sus gritos apuesto a que se divierten bastante.

—Lo sé, pero la puerta no se abre—respondió un pelirrojo.

Ambos permanecían sentados sobre unas colchonetas. La luz empezaba a escasear bastante. El sol comenzaba a ocultarse.

Desesperada la castaña se levanto y zarandeo la puerta varias veces en un fallido intento por abrir la puerta. Estaban atrapados en el almacén de deportes. Un idiota cerró la puerta sin fijarse si habia alguien dentro del lugar.

Al inicio se emociono la castaña al encontrarse sola con su amor platónico, pero ahora estaba decidida a salir a como diera lugar, odiaba los lugares obscuros a muerte. En las noches siempre dormía con una pequeña luz encendida. Era una fobia que adquirió a partir de un trauma en su infancia.

El Subaku No se coloco se pie sacudiendo su pantalon, ya se habia hartado de tanto esperar, y escuchar los lloriqueos de Matsuri. No era que la chica le molestara o cayera mal, mas era fastidioso escucharla llorar por más de dos horas.

Él sabía perfectamente que ella le temía más que a nada a la obscuridad y a los ladrones. Tenia que hacer algo, le molestaba verla en ese estado.

Examino todo el lugar, sonrió al encontrar una ventana en lo alto, seria un buen lugar para salir, sólo debía llegar hasta esa altura y salir, luego abriría la puerta por fuera y todo estaría arreglado.

—Gaara, ¡¿Qué vamos a hacer?! —grito al soltar por fin la puerta.

—Tranquilízate—respondió secamente, dirigió su vista la ventana y apunto a ella— ¿Ves esa ventana? Saldré por ahí y abriré la puerta por fuera.

La chica se tranquilizo unos segundos, pensó varias veces en el plan que el pelirrojo habia formulado, de manera inesperada se abalanzo salto hasta el Subaku No aferrándose a él.

— ¿qué haces? Suéltame —ordeno sorprendido.

— ¡No! —Exclamo aferrándose aun más a él—si lo hago me quedare sola y ¡No quiero! —pronuncio con voz quebrada.

El pelirrojo forcejeo varias veces intentando zafarse, sin resultado alguno. No era un gran genio como Uchiha Sasuke o Neji Hyuga, aunque en su ciudad natal si lo consideraban así, pero se las arreglarías para salir de ese problema.

Coloco su mano sobre la cabeza de la castaña procediendo a acariciarla suavemente intentando tranquilizarla.

—No te preocupes, yo estoy aquí—pronuncio, mas esta vez su voz sonaba aterciopelada no fría y hueca como otras veces.

La castaña levanto su rostro humedecido por el traicionero llanto que sus ojos derramaron.

—pero…

—Nunca te dejaría—hizo una pausa, lo que diría era demasiado cursi, pero era lo que en esos momentos sentía—siempre estarte contigo, para ti.

Matsuri abrió los ojos como platos, era la primera vez que el chico le decía palabras tan dulces por iniciativa propia.

— ¿me lo prometes?

—Te lo prometo, ahora suéltame.

Sujeto con delicadeza las níveas manos de la chica apartándolas de él, esta vez no hubo oposición.

El chico trepo unas cajas y estantes ágilmente, llego hasta donde se encontraba la ventana, subió uno de sus pies un poco más, luego el otro, debido a que la caja que piso estaba mal puesta, cayó al piso junto al pelirrojo de manera estruendosa.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

— ¡Naruto! No seas idiota y ven aquí ¡pídele disculpas! — exclamo la Haruno preocupada.

El rubio se dedicaba a ver fijamente a la rectora. No era capaz de percibir el inminente peligro en que se encontraba.

Un golpe por parte de Tenten lo hizo despertar, la castaña desesperada por ver que no reaccionaba decidió irlo a despertar.

— ¿por qué me pegaste dattebayo? —interrogo sobándose la cabeza.

—No seas un idiota y discúlpate por insultarla a menos que quieras estar tres metros bajo tierra—advirtió molesta la Amma.
El Uzumaki dirigió su vista a la colérica rubia, entonces trago grueso, nunca se detuvo a analizar la situación, en verdad corría peligro. La castaña lo sujeto de la cabeza forzándolo a realizar una reverencia, ella también lo hizo.

—Perdónenos—pronuncio apenada al realizar la reverencia.

El rubio simplemente murmuraba por lo bajo molesto, ¿por qué debía disculparse? Era cierto lo que habia dicho.

En una ocasión le pregunto al director por la edad de la rectora, la respuesta fue “tiene la misma edad que yo” y el director ya tenía cerca de cincuenta años, y mantener la apariencia de una joven de veinte años debía ser gracias la cirugía plástica.

— ¡chicos apártense! —exclamo su prefecto sumamente alterado al correr en dirección de ambos chicos.

Ambos se incorporaron confundidos, vieron a la rectora unos segundos y comprendieron todo ¡sus vidas corrían peligro! La rectora estaba rodeada por un aura sumamente peligrosa, no tardo mucho para que se lanzara peligrosamente en su dirección dispuesta a atacarlos. La castaña no supo que hacer y sólo se intento cubrir, el Uzumaki en cambio logro correr a tiempo.

El piso se rompió en cuanto el puño de la rubia hizo contacto con este, una nube de polvo se expandió impidiendo la clara visión de los presentes ¿qué habia ocurrido? Todos los alumnos e incluso algunos profesores se encontraban tonitos.

— ¡Tenten! —exclamo Amaya saliendo del shock con voz quebrada y sus obscuras orbes crispadas.

Le era imposible asimilar lo ocurrido, no tardo mucho en salir corriendo en la dirección donde se supone estaría la castaña, sin embargo fue detenida por sus compañeros, no querían que corriera la misma suerte que la Amma.

-
-
Creía que ese era su fin, lo único que fue capaza de hacer fue cubrirse o prepararse para lo que ocurriría, mantenía los ojos cerrados con fuerza, mientras cerraba sus orbes con fuerza. Escucho el estruendoso golpe, pero… no ocurría nada.

—Descuida ya estas bien—pronuncio una voz masculina.

La castaña abrió los ojos de golpe, desconocía por completo esa voz. No pudo evitar sobresaltarse al ver en la situación en que estaba.

¡Se encontraba en los brazos de un apuesto hombre! Su piel era blanca, su cabellera plateada, llevaba un peinado poco usual y parte de su cabellera le cubría un ojo. El ojo que se podía ver era negro y seguramente el otro también. Lo que más le asombraba era la edad que aparentaba ¡veinte años!
—Gracias—pronuncio con un leve sonrojo.

Él la llevo en be brazos hasta su respectivo grupo, la bajo con suma delicadeza, como si de una princesa se tratase.

— ¿Cuál es su nombre?—interrogo la castaña al misterioso joven.


—Kakashi Hatake y ¿el tuyo? —interrogo con una amable sonrisa.

—Tenten Amma.

El joven se alejo con caminar singular, reflejaba pereza con cada paso que daba, mas eso lo hacia lucir más llamativo. Entre él, el director y los demás profesores intentaban controlar a la directora que aun lo perseguía por todo el patio.

-
-
-

Aprovecho todo el alboroto que Naruto causo, los prefectos y maestros dejaron solos los grupos para controlar a la rectora, alejándose del suyo sin que nadie se diera cuenta.

No podía estar tranquila al no saber de Matsuri. Inicio su búsqueda por las canchas, luego en los salones, hasta que la pasar por el almacén de deportes escucho un estruendoso golpe, seguido de un grito.

Salió corriendo hasta ahí, esa voz era la de Matsuri ¿qué habia ocurrido? Abrió de golpe la puerta, es lugar estaba completamente obscuro. La única luz que habia era la entraba por la puerta que Temari abrió.

La castaña se encontraba de rodillas en el suelo, sobre su cabeza mantenía la cabeza de Gaara.

—Matsuri ¿estas bien?

El pelirrojo se incorporo con un poco de dificultad ya que le dolía el cuerpo por la tremenda caída, esa fue una señal de que estaba bien, sacudió su uniforme y metió sus manos en sus bolsillos.

—Temari—susurro la castaña, para levantarse corriendo en dirección a la rubia, quien extendió sus brazos para recibirla.

La castaña comenzó a llorar, la Subaku No la tranquilizo acariciando su cabeza y diciéndoles palabras reconfortantes, le guiño el ojo a su hermano que giro el rostro ignorándola. Los tres se dirigieron con los demás, por suerte nadie noto su ausencia.

Minutos después de que llagaron la situación se controlo y todo “volvió a la normalidad”

------//-------//--------//--------//--------//--------//--------//-------//------//-----

Por fin estaban en el mes de Noviembre. Los fríos vientos invadían el ambiente, los arboles y hojas marchitas adornaban las calles. En los aparadores de las tiendas lucían maniquís con ropa de invierno, y las decoraciones navideñas eran cada vez más.

—Chicas sentémonos a descansar—inquirió la castaña de melena corta.

—Yo la apoyo—añadió Tenten.

Todas asintieron. Habían caminado bastante, recorrieron todo el centro comercial de arriba abajo, ninguna compro nada, excepto Hinata.

—Esto de los intercambios es un fastidio—pronuncio Shion—. ¿Por qué tengo que regalarle algo a ese regordete?

—Vamos, tranquilízate—sugirió Ino. —por cierto ¿para quien compraste eso Hinata? —interrogo apuntando la bolsa que mantenía la pelinegra en sus níveas manos.

La Hyuga fijo su vista sobre su bolsa y sonrió.

—Esto es para Neji-oniisan, todos los años en navidad le obsequio algo.

Siguieron conversando durante mucho tiempo más hasta que decidieron marcharse, cada una tenía diversas cosas que hacer.

La castaña caminaba totalmente despreocupada, el bolsillo en su celular vibraba, lo tomo y contesto.

— ¿Naruto? ¿Cómo conseguiste mi número? —interrogo sorprendida, esperaba escuchar otra voz.

—se lo pedí a Ino, no te molesta ¿verdad? —La castaña negó—por cierto, Sasuke quiere hablar contigo—respondió la otra voz.

—Bueno, soy Sasuke—pronuncio una grave voz masculina que estremeció a Tenten.

—s-sí, soy Tenten. Dime en que te puedo ayudar—interrogo nerviosa. —Claro, aunque será mañana, por que hoy no puedo. Voy camino a mi casa y aun tengo tarea pendiente por hacer.

:::::::::-:::::::::-:::::::::-::::::::-:::::::-:::::::::-::::::::::-:::::::::-::::::::::-:::::::::-:::::::::-

Se encontraba totalmente concentrado en lo que hacia, no despagaba su vista del lienzo sobre el cual daba rienda suelta a su imaginacion. Su hermano mayor lo observaba con una sonrisa desde la puerta.

El chico limpio su pálida frente y sonrió como tantas veces solía hacer. Le sorprendió ver a su hermano recargado sobre el marco de su puerta.

—Hermano, ¿desde cuando estas ahí?

—Eso no tiene importancia. Me has vuelto a sorprender hermanito, pero… ¿Por qué estas tan emocionado haciendo eso, Sai? —interrogo confundido. Era inusual ver a su hermano tan entusiasmado.

—Ha, esto… es un regalo que le daré a unos amigos en nuestra graduación—Se levanto de su asiento dirigiéndose a su escritorio. Busco entre sus cajones unos papeles que luego le dio a su hermano.

—Son fotos.

El pelinegro asintió. Con esas y las demás que tomaría durante el transcurso de su ciclo escolar haría un álbum, donde sólo aparecerían dos personas en especial: Neji y Tenten.

Su hermano le pregunto si esos dos jóvenes eran novios o lago similar, él negó, afirmando que pronto lo serian y en verdad eso esperaba. En los libros que el habia leído decían que los regalos elaborados por uno mismo eran más valiosos que los comprados en una tienda departamental.

El estaba decidido a completar el álbum. Ya tenía las primeras fotos, una fue de cuando el genio, al bajar del autobús lo empujaron y para no aplastar a la castaña el puso su mano contra la pared y la detuvo de la cintura. Otra de cuando fueron a la feria y durante la pijamada, las habia conseguido de Ino. Las demás las habia tomado él mismo en la escuela cuando ambos estaban juntos sin darse cuenta o pasaban cerca el uno del otro sin percatarse.

Aunque aprovechando sus dotes como fotógrafo consiguió una de la chica que lo hacia sentir distinto y especial. Esa rubia tan segura de sí misma.

Lanzo un suspiro al viento, cuando pensaba en esa rubia no era capaz de quedarse tranquilo, algo cálido brotaba desde su fondo. Llenaba su corazón de gozo y placer, y la vez una tristeza enorme lo invadía.

Se sentía tan confundido ¿por qué los libros no decían algo sobre eso? Podría tener una enfermedad grave y él ni enterado. Angustiado por su salud tomo su abrigo y partió a la librería.

-.-.-.--..-.-.-
hasta aqui les dejo el cap. espero y les haya gustado.
esta vez no les dejare preguntas, espero ver sus comentarios y ya saben si hay algo que quieran recomendarme o quieren romance de una pareja en especial no duden en pedirlo!! me despido hasta le proxima

att:Himeko-chan♥

 

Hola! perdon por la demora, esta vez fueron pocos cometarios pero no mimporta ledy munira gracias por tu comentario, aunque lo hayan borrado y al fin te traje la conti !! espero y la disfrutes y gracias a Shayuri y Divafan por comentar!!

Capitulo 13 De compras​

Frotaba sus manos constantemente al tiempo en que lanzaba un poco de su aliento a ellas con la intención de calentarlas. Observo la hora de su celular por tercera vez, suspiro con resignación ¿Quién imaginaria que el gran Sasuke Uchiha fuera tan impuntual?

Una varonil voz a sus espaldas le saco un pequeño grito que ahogo de inmediato, se giro molesta.

—Vaya, pensé que nunca llegarías—le reprocho la femenina.

—Perdón, pero tuve varios inconvenientes al llegar aquí—se disculpo el pelinegro—ahora entremos, que hace bastante frio.

La chica no dijo nada, ambos entraron al centro comercial, pues era muy cierto que hacia bastante frio, lo que no entendía era si hacia tanto frio ¿por qué no llevaba un suéter o chamarra? Dispuesta a no quedarse con la duda lo interrogo.

—si tienes tanto frio, ¿Por qué no traes una chamarra o algo que te cubra?

—Por que cuando venia caminando para acá unas locas se interpusieron en mi camino, y me quitaron mi sudadera, apenas logre escapar de ellas—hizo una pausa, la femenina lo veía atentamente—también querían mis pantalones y una quería besarme—pronuncio lo último haciendo una mueca de asco al recordarlo.

La castaña comenzó a reír sin importarle que él la viera con una mueca de reproche y desagrado. Caminaron por el centro comercial dando vueltas sin sentido, ya que no entraban en tiendas y sólo veían los aparadores de reojo. La chica decidió parar.

— ¿por qué te detienes?

—Pues por que estamos dando vueltas en círculos, primero que nada dime a quien le vas a comprar el regalo ¿es mujer u hombre?

—Mujer, no te diré quien, pero es mujer.

La Amma sonrió, era un orgulloso. Entraron en varias tiendas, nada lograba convencerlos a los dos. Ella escogía cosas que usualmente una mujer no escogería y él cosas demasiado sosas, ya que creía eso le gustaba a las mujeres.

Al terminar de recorrer el primer piso del centro comercial se sentaron en una banca. El pelinegro se estremeció de manera brusca, cosa que noto su acompañante.

— ¿sucede algo?

—Están aquí—respondió pálido.
— ¿Quiénes?

—Ellas. Las locas que me querían desvestir.

— ¿Cómo lo sabes?

—Porque ahí vienen—respondió apuntando al frente.

La castaña levanto la vista, era cierto una multitud de chicas se dirijan a ellos, corrían a una gran velocidad, parecía más una manada de animales que chicas.

El Uchiha la sujeto de la mano, para salir corriendo de ahí. Subió al primer elevador vacío que vio, sus perseguidoras se decepcionaron al no alcanzarlo. Él lanzo un suspiro de alivio.

El elevador tenia las paredes de cristal, a través de las cuales era posible apreciar todo el centro comercial al tiempo en que subían o bajan por el.

—No deberías relajarte tan rápido, recuerda que hay escaleras eléctricas—le recordó Tenten apuntando a las dichas escaleras por donde subía una tropa eufórica de chicas.

Las chicas lo esperaban ansiosas en el siguiente piso para que en cuanto se abrieran las puertas ellas pudieran entrar e irse con él. Conforme se iba acercando el elevador era posible apreciar sus rostros llenos de impaciencia y ansias, mas el elevador nunca paro y continúo su camino.

Incrédulas mantenían su vista puesta en el elevador.


—Parece que va con alguien—pronuncio una de ellas.

—Puede ser que sea su novia—intervino otra.

—No creo que sea justo lo que hacemos, si es su novia hay que ponernos en su lugar, no creo que nos guste que alguien más ande detrás de nuestro novio, seguro nos molestaría—pronuncio una femenina de hebras azules, piel blanca y orbes verdes. Mantenía su cabeza baja—Yo… yo me voy, si tiene novia dudo que la deje por una de nosotras—se dio la media vuelta y se alejo de las chicas que poco a poco sintieron remordimiento.

Sin embargo esas palabras no causaron el mismo efecto en todas. La mayoría se fue, las que quedaban se rehusaban a reflexionar sobre si lo que hacían estaba bien o mal.

— ¡A la azotea! —exclamo una levantando la mano. Todas emitieron un grito y salieron corriendo por las escaleras rumbo a la azotea.

El Uchiha trago grueso al ver que quedaban varias que persistían en su intento de atraparlo, en cuanto paro el elevador sujeto nuevamente a la castaña y salió corriendo directo a la azotea.
Subieron unas escaleras de concreto y llegaron hasta el techo, ahí habia restos de lo un día fue una cafetería, se adentraron en el establecimiento. Todo estaba hecho un desastre, muebles rotos y llenos de polvo. Algunos insectos caminaban tranquilamente por ahí e incluso apreciaron ratas acróbatas, que se colgaban de los cables que aun quedaban.

El Uchiha no soltó la mano de la castaña en ningún momento, debido a que era la forma de guiarla sin hacer mucho ruido. Abrió una puerta vieja que rechino, dejando al descubierto un pequeño cuarto completamente sucio, sonrió de lado ante su descubrimiento. Se adentro en el obscuro cuarto jalando consigo a la castaña.

La femenina retrocedió dentro del cuarto, todo estaba en completa obscuridad. No podía ver ni su propia nariz, era frustrante y aterrador. Sintió algo moverse entre sus piernas, al imaginar que podría ser emitió un grito que se vio forzada a ahogar al recordar la situación en que estaban.

Unos brazos la rodearon, su corazón comenzó a latir a mil por hora.

—Hoy luces encantadora, esa ropa te queda de maravilla y también te cambiaste de peinado—le susurro el pelinegro al oído.

La castaña se estremeció. Esa vez lucia como una chica normal o común, su vestimenta consistía en una falda de mezclilla, debajo de ellas llevaba unos mallones y unas botas cafés. Llevaba playeras de manga larga con cuello redondo rosas y blancas y una chamarra un tanto bromosa rosa. Su peinado lo habia cambiado por dos trenzas.

— ¿qué diablos te pasa? —interrogo intentando sonar lo más normal posible— ¿tendrás fiebre? O ¿ya te volviste loco?

El Uchiha se sintió como un estúpido, retiro sus brazos de ella y suspiro.

—Lo siento, soy un estúpido—se disculpo—mi hermano me dijo que si le decía estas palabras a una chica y la abrazaba cuando por alguna razón me quedara atrapado con ella, la tranquilizaría y así no se espantaría.

La Amma se tapo la boca intentando contener su risa.

—pues te tomo el pelo, con eso sólo lograrías que se lanzaran sobre ti.

—y ¿por qué tu no lo hiciste? —interrogo confundido mientras fruncía el ceño, aunque por la obscuridad no se notara.

—por qué a mi me interesa otra persona ¿lo recuerdas? —Interrogo, el pelinegro asintió—espero que podamos ser amigos.

Esas palabras sorprendieron a Sasuke por completo, sonaban sinceras y cálidas, nunca antes una chica se acero a él con la intención de formar una amistad, todas buscaban ser sus novias o algo más.

Unas voces femeninas los hicieron callar, se escuchaban cada vez demasiado cerca, como acto reflejo Tenten retrocedió hasta pegar con la pared, pudo escuchar como discutían entre ellas, y como movían los escombros.

Poco a poco comenzó a relajarse, llevaban cerca de veinte minutos ahí, buscándolos, al final se retiraron. Esperaron unos minutos más para estar seguros de que ya se habían marchado, no querían llevarse una sorpresa desagradable.

Salieron y respiraron con tranquilidad al no ver rastro de ellas.

—Bien ahora vamos a lo que veníamos—pronuncio la castaña al estirarse—por cierto ¿Para quién es? Si no me dices no podre darme idea de que le gustaría, recuerda que cada chica es distinta.

El pelinegro suspiro, se acerco a ella y le susurro el nombre de la chica que le habia tocado en el intercambio grupal. Le habia pedido de favor que lo acompañara a comprar un regalo, ya que no tenia idea de que comprar.

— ¡Si es ella, es fácil! —exclamo emocionada.

Lo sujeto de la mano y arrastro al interior del centro comercial, ya que aun permanecía en la azotea. Llegaron a una tienda de aspecto extravagante para ambos, se introdujeron en ella en busca del tan ansiado regalo.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Caminaba lo más rápido que podía, ya llevaba cerca de dos días persiguiéndola ¡ya estaba harta! ¿Acaso no pensaba dejarla sola nunca?

—ya te dije que no, y déjame en paz—respondió de mala gana la femenina.

—Anda vamos, te lo cambio. Yo sé que te agradara—le respondió el chico.

Apresuro más su paso, era un completo caso perdido. Una sonrisa surco su rostro al estar frente al centro comercial, se adentro en el sumamente entusiasmada, dejando atrás al albino.

Se metió en la primera tienda que de ropa que vio, reviso la ropa que ahí vendían, no dudo en probarse varias prendas, debía escoger la ropa que usaría en navidad y la posada que les hacían en la escuela.

Salió del probador con un hermoso vestido verde, quería pedirle otro modelo a la señorita que la estaba atendiendo. Unos aplausos atrajeron su atención.

—Ese vestido te queda genial, zanahoria rayada—pronuncio el albino.

— ¿tú de nuevo? Ya te dije que me dejes en paz—respondió la pelirroja molesta. —y no me llames así, cara de pez.

—señorita, aquí esta la otra prenda que solicito—intervino una joven ataviada con el uniforme de la tienda.

—Gracias, ahora me podría traer el vestido beige que esta en el maniquí en talla chica—pidió cortésmente, luego regreso al probador para cambiarse.

Al salir nuevamente del probador hizo una mueca de fastidio.

— ¿todavía sigues aquí?

—Si, no tengo nada mejor que hacer, así que mejor me quedare a verte sufrir cuando no te quede el vestido que quieres—se burlo el Hozuki.

La pelirroja empuño su mano con una venita en la frente, ese chico la sacaba de sus casillas.

—Zanahoria, no me podre quedar contigo, me tengo que ir—pronuncio al revisar su celular, se dio la media vuelta emprendiendo su camino—y por cierto, creo que el vestido beige te quedara perfecto.

La chico de orbes purpuras salió de tal tienda, al pasar por las diversas tiendas para hombre que habia, decidido echar un vistazo, al final salió con una bolsa en mano y se marcho del lugar.

Tomo asiento en una banca, elevo su vista al techo observando las decoraciones navideñas que flotaban por el lugar, su vista se poso sobre un elevador. Aunque desde esa distancia reconoció al Uchiha, no era capaz de hacerlo con la chica que lo acompañaba, sonrió burlescamente y a su mente vino la idea de decírselo a Karin.

Movió su cabeza de un lado a otro, no podía decírselo a la pelirroja, seguro se pondría a llorar y haría todo un drama, extrañamente no quería verla así ¿desde cuando le preocupaba que le pasara a ella?

Unas voces atrajeron su atención. Sonrió débilmente al reconocerlas, se acercaron a él con una amplia sonrisa.


—Hola Suiguetsu, que inesperado encontrarte aquí.

—Sakura e Ino, lo mismo digo.

Ambas se sentaron a su lado, conversaron sobre temas sin gran importancia para sus vidas como la escuela.

— ¿y a que vinieron? —interrogo el Hozuki.

— ¿no es obvio? —respondió rodando los ojos la Yamanaka—pues a comprar.

— ¡huy! Perdóneme señorita—respondió con cierto sarcasmo.

—Ino, no seas tan grosera con Suiguetsu—reprendió la Haruno a su mejor amiga—como ya dijo Ino venimos a comprar los regalos para el intercambio, la vez pasada no logramos comprar algo, a excepción de Hinata—hizo una pasa—por cierto tu sabes que le podría gustar a Sasuke-kun?

El chico negó, el también estaba en la mismas circunstancias, no tenia ni idea de que le podría gustar.

—Tal vez el que podría saber puede ser Naruto.

—Es cierto, ese descerebrado es su mejor amigo, tienes su número ¿no? márcale—pidió la rubia.

El chico de orbes purpuras asintió, saco su celular y marco, esperaba impaciente a que contestara.

— ¿escucharon eso? —interrogo confundido.

—No, ¿Qué? —interrogaron ambas.

—me pareció escuchar el timbre de Naruto muy cerca de aquí—hizo una pausa—y créanme es inconfundible, es la única persona a parte de Chouji que trae como timbre una canción de ramen.

Ambas comenzaron a reír, en compañía del Hozuki se retiraron del lugar, aun habia otros lugares fuera de ahí por recorrer.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Soltó un suspiro de alivio.

—Eso estuvo cerca—pronuncio al pasar su mano por su frente.

—Eres un idiota, por eso te dije que no fueras—respondió un castaño de aspecto canino.

El rubio al pasar y ver a la Haruno junto al albino tan amistosamente sintió una gran intriga ¿acaso ya se habia olvidado del teme? Sin que se dieran cuenta se escabullo hasta sus espaldas, necesitaba escuchar su conversación.

Y así lo hizo, confirmo que la chica de hebras rosáceas platicaba con él para poder elegir el regalo ideal para Sasuke, justo en ese preciso instante se les habia ocurrido llamarle a su celular. Suiguetsu por suerte fue el único que escucho su timbre de celular, ya que enseguida salió corriendo de ahí.

—Ahora volvamos a lo nuestro—pronuncio Chouji.

Ambos asintieron.

— ¿Estas seguro de que están aquí, Naruto? —interrogo el Inuzuka desconfiado.

—Claro que sí, el teme me lo dijo y también hoy que hable a su casa su hermano mayor me lo confirmo—afirmo el Uzumaki.

Siguieron caminando y recorriendo las tiendas sin poder divisarlo.

— ¿Miren no es ese que va corriendo de la mano con esa chica? —interrogo Chouji al señalar el piso superior.

Sus compañeros levantaron su vista y sonrieron de forma pícara.

— ¡hay que seguirlos dattebayo! —ordeno el Uzumaki al salir corriendo en dirección del azabache.

Sus amigos no dudaron en seguirlo, llegaron hasta una tienda de chicas de apariencia extravagante. En sus rostros formaron una mueca de confusión ¿en verdad el gran Sasuke Uchiha habia entrado en una tienda así?

— ¿Chicos están seguros de entrar? —interrogo el castaño.

—S-si e-el ¡Si el teme entro aquí, yo también! —respondió el rubio intentando tomar valor.

El Akimichi asintió con la cabeza al tragar grueso. Los tres se adentraron en la tienda, con sus miradas buscaron al azabache ¿Dónde se habia metido? A sus espaldas escucharon varios murmullos a los que sin duda les prestaron su atención.

— ¿ya vieron a ese chico?

—si, si es muy guapo ¿Cómo no verlo?

—si, lo malo es que viene con su novia.

— ¿con su novia?

—si, yo los vi tomados de la mano cuando venían a aquí.

Los tres rieron con sorna, ya lo habían encontrado. Les interrogaron a las chicas donde se encontraba el chico que iba con su novia, las pobres femeninas casi se desmayaban al ver a Kiba y Naruto, lucían muy apuestos. Con un poco de dificultad les indicaron en que parte de la tienda se encontraban.

A lo lejos divisaron a la pareja que parecía pelear sobre ciertos accesorios y prendas de la tienda.

—Miren a quien tenemos aquí—exclamo pícaramente el Uzumaki al apoyarse sobre el hombro del Uchiha.

El azabache bufo molesto.

— ¿Qué haces aquí?
—tranquilo, no vinimos a molestarte, buscamos a Tenten. Por cierto ¿y Tenten? —interrogo al buscarla con la vista por la tienda.

La castaña suspiro ¿en verdad era tan idiota? Estaba enfrente de él y parecía no verla.

—Estoy aquí, Naruto—pronuncio al levantar su mano.

— ¡ha! perdón, pero es que esta vez te ves muy distinta y no te reconocí—la examino de pies a cabeza—pero te ves muy bien.

—Gracias—respondió con un leve sonrojo en sus mejillas.

— ¿Y a que vinieron?—interrogo confundida.

—pues…—respondió el Uzumaki.

Recorrieron varias tiendas en busca del regalo ideal. Los tres chicos habían ido en busca del Uchiha y la Amma para solicitarle ayuda, no tenían ni idea de que regalarle a una mujer. Y como la castaña era una mujer, podría ayudarlos.

Durante esos meses la chica de orbes marrones habia creado una buena amistad con todos los chicos del salón, al grado en que en varias ocasiones habia sido confidente de varios de ellos, como Suiguetsu.

Naruto, Chouji y Kiba encontraron rápidamente el regalo que creyeron ideal para la chica que les habia tocado, en cambio Sasuke aun no. Hartos Naruto, Kiba y Chouji se marcharon del centro comercial deseándole suerte a la castaña, pues seguramente no saldría de ahí en un siglo.

— ¡ya basta! Decídete por algo Uchiha o me iré y te dejare al asecho de esas chicas—amenazo señalando a un grupo de femeninas que se habia dedicado a seguirlos desde que entraron en esa tienda.

—Esta bien, pero…—el azabache callo al ver lo irritada que se encontraba la castaña, hecho un rápido vistazo a la tienda. Decidió escoger algo sencillo pero a la vez llamativo.

En frente de esa tienda se encontraba una tienda de mangas, revistas e historietas. Tenten lo sujeto de la mano y lo arrastro hasta ahí, con gran entusiasmo escogió varios tomos de diversos mangas y se encamino a la caja para pagar.

En la entrada diviso al Uchiha con la vista fija en una revista, se acerco a él con sigilo y sonrió con picardía.

—Vaya, vaya, así que Sasuke Uchiha tiene un lado tierno—pronuncio con sorna, ya que dicha revista hablaba sobre manualidades para regalar a tu pareja—si te interesa la puedo comprar por ti.

El Uchiha trago grueso, desvió su vista y emprendió su marcha fuera de ahí.

—Estas loca.

—¡mira! en la portada viene como hacer un conejito de felpa—pronuncio aparentando sorpresa—ahora que recuerdo, Sakura me dijo que ese era su animal favorito, en especial los blancos—añadió con malicia.

—Eso ya lo sabía.

—así que estas muy bien informado sobre los gusto de Sakura, que curioso ¿no?’

Él le respondió con su típico monosílabo.

— ¿quieres que compre la revista o no? —interrogo la castaña.

—No se me dan las manualidades.

—no importa, yo te enseño.

—has lo que quieras.

La femenina sonrió satisfecha, habia aprendido que ese “has lo que quieras” era un “sí” en las personas como él. Tomo dicha revista y la pago junto a lo que ella llevaba.

Tomaron asiento en una de las tantas bancas que habia, abrieron la revista y revisaron que necesitaban. Aprovecharon que estaban ahí y compraron lo necesario: estambre, felpa, listones, agujas, hilo, relleno, etc. Quien pago fue Sasuke.

En las afueras del centro comercial la castaña respiro profundo y estiro su cuerpo desasiéndose de todo el cansancio y estrés acumulado en su estancia ahí con el Uchiha.

—bien, ya me voy. Te cuidas—se despidió la castaña. Se giro con destino a la parada del camión.

— ¿A dónde crees que vas? —interrogo al sujetarla del brazo.

—A mi casa—respondió molesta.

—Dijiste que me ibas a ayudar, y lo vas a hacer—le recordó.

—pero hoy n…—no termino su frase, ya que él paro un taxi y lo abordo con la castaña sin darle tiempo a reaccionar.

La femenina sentía que el sueño la iba a vencer de un momento a otro ¡Sasuke vivía demasiado lejos! Llevaban media hora en ese taxi y aun no llegaban. Sus ojos brillaron al ver una enorme y hermosa propiedad, era a lo que llamaban una mansión. Con bastos jardines y un edificio enorme como casa.

Sintió emoción de sólo imaginar quien podría vivir ahí, una estrella o un político o alguien importante. El taxi tomo una desviación hasta ese lugar, el corazón de la castaña comenzó a palpitar ¿acaso el Uchiha vivía ahí? Volteo a verlo y sin preámbulos le interrogo, él formulo una sonrisa arrogante en su rostro, dando a entender que sí.

Se quedo parada como estatua en la puerta de la mansión, le costaba respirar, seguramente estaba soñando. Sasuke le pago pago al taxista y le dio una generosa propina, en esos momentos la Amma deseo trabajar para él, ¿Cuánto no sacaría con esas propinas?

El pelinegro le hizo una señal con la mano para que lo siguiera, segundos después lo alcanzo corriendo, entro con él en la enorme edificación quedando aun más asombrada. Definitivamente estaba soñando ¡era hermosa la mansión por dentro y fuera!

—Bienvenido, joven Sasuke—saludo una sirvienta al hacer una reverencia. —Veo que trae visitas ¿necesita que le lleve algo a su habitación?

—No, gracias—respondió al subir las escaleras, al darse cuenta de que la castaña seguía parada se giro a verla— ¿te piensas quedar ahí todo el día?

La Amma comenzó a seguirlo, llegaron hasta la habitación del chico, el color azul marino predominaba bastante. Ella tomo la bolsa donde venia lo necesario para la elaboración del peluche.

La castaña le indico que primero debía realizar los patrones del conejo en papel y luego con un gis marcarlo sobre la tela por el revés, recortarlo y coserlo a mano, pero sólo de manera momentánea, ya después lo harían con una maquina de coser.

Un grito de dolor salió de la habitación del pequeño Uchiha, era la vigésima vez que se picaba el dedo con la aguja. La chica de orbes marrones le corrigió la manera en que sujetaba la aguja, debido a eso se picaba tan seguido.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

les dejare unas preguntas:
¿Huboe una parte favorita? ¿Cual?
¿A que se debera la molestia de Karin al ver a Suiguetsu marcharse con otras?
¿porque tanta preocupacion de Suiguetsu respecto a Karin?
¿Creen que Sasuke logre terminar el conejito de felpa?

bueno, cuando publique el primer cap de mi ff fue a principios de este año, he de decir que tuve mucho miedo al inicio y aun lo sigo teniendo, pero el saber que tengo lectores que siguen esta historia me alegra y me anima a continuar y tratar de mejorar con cada capitulo más.
de todo corazón les deseo ¡¡¡UNA FELIZ NAVIDAD!!!♥

att:Himeko-chan♥

 

Hola! perdon por haber tardado tanto, me disculpo ya tenia el cap, pro por razones de tiempo y dinero no lo subi antes. Mil gracias a quienes comentan los amo! ♥ y tambien a los que le ponene en me gusta, gracias a ustedes ya llegue al cap 14 !! *aplausos* es mas de lo que una vez imagine sin mas, aqui les dejo el cap.

Capitulo 14 terminando los preparativos.​

​

—Vamos, no seas un llorón—reprendió la femenina con fastidio.



—No soy un llorón, ¿y que quieres que haga si me duele? —Respondió ofendido—Esta aguja me odia—añadió viendo con desprecio total a la pequeña y delgada pieza de metal— ¿Por qué no lo haces mejor tú?



—No, porque entonces no tendrá sentido. Se supone que tú lo debes hacer sólo, sin ayuda—se levanto del suelo. —Voy al baño—pronuncio antes de salir.



Cerro la puerta tras de sí. Segundos después escucho otro quejido del pelinegro, suspiro con resignación, fijo su vista en el suelo sorprendiéndose bastante. Habia caramelos tirados en el suelo y formaban un camino ¡¿Quién en su sano juicio tiraría dulces?!



Comenzó a levantarlos y sin percatarse comenzó a seguir el camino que formaban hasta que llego al interior de una habitación obscura, sintió como se cerró la puerta quedando la habitación en completa obscuridad.



Trago grueso y presiono los dulces contra su pecho temerosa. Unos brazos la rodearon estrechándola fuertemente.



—Te atrape—le susurro una seductora voz masculina.



La castaña sintió petrificar su cuerpo, dejando caer gran parte de los dulces.



—espera un momento, tu no eres mi hermano—pronuncio nuevamente el dueño de dicha voz al estrecharla nuevamente— o desde cuando eres tan bajito y delgado, además tu tienes algo suavecito al frente…



La castaña emitió un sonoro grito que retumbo en toda la mansión, sujeto al chico de la camisa arrojándolo contra la pared. Escucho estrellarse al chico con varias cosas y quejarse, con las manos busco la puerta o de donde encender las luces.



La luz inundo toda la habitación, dejando ver aun joven tirado en el piso, en cima de él había varias cosas como una lámpara, varios libros y otros adornos.



Se acerco con sigilo a él, respiro profundo al verlo totalmente atolondrado, se coloco de cuclillas frente a el, lo observo unos minutos, se incorporo y dirigió a la puerta. La abrió topándose con un Sasuke muy alterado, se notaba que habia corrido bastante.



— ¿estas bien? —interrogo agitado.



—Si, pero él…—respondió señalando al interior de la habitación.



El chico se asomo y sonrió con sorna. Se adentro en la habitación, movió al chico que permanecía inconsciente en el piso hasta despertarlo.



— ¡Oh! Sasuke-chan—respondió al abrazarlo fuertemente y restregar su mejilla contra la de Sasuke—pensé que te habías convertido en una mujer, aunque por la fuerza con que me arrojas contra la pared no cabe duda de que eras tú.



Ese comentario de alguna manera molesto a la castaña ¿Qué intentaba decir? ¿Qué tenia la fuerza de un hombre? por otro era una especie de alago hacia su fuerza.



—No sé de que hablas—le respondió secamente al intentar soltarse del abrazo.



—De cuando te tendí la emboscada con dulces, te abrace y te juro que hasta sentí algo muy blandito—respondió muy seguro aferrándose más a Sasuke.



—ya te dije que no sé de que me hablas.



—pero…



—A la que abrasaste fue a mi—intervino molesta y avergonzada la Amma, mientras cruzaba sus manos sobre su pecho intentando cubrirse.



—Él es mi hermano mayor Itachi—añadió Sasuke liberándose del abrazo de su hermano.



—entonces lo que sentí fue…—pronuncio incrédulo al abrir y cerrar su manos. La femenina se sonrojo violentamente y desvió la vista sin decir nada. El pelinegro mayor cayó al piso con una hemorragia nasal.



Sasuke entonces entendió lo sucedido, dejo a su hermano tirado y se regreso nuevamente a su habitación con la castaña. Ahí la regaño por ser tan ingenua y descuidada y también se disculpo por la conducta de su hermano.



A pesar de que regularmente era amargado, serio y reservado, también tenía un lado dulce, amable y sobreprotector. Seguramente Sakura se habia dado cuenta de eso, porque a pesar de que parecía un amor superficial, no lo era. En una ocasión hablo con ella sobre ese tema y se sorprendió bastante por lo que le dijo.



—En un momento regreso, no salgas de aquí—advirtió el Uchiha al salir de la habitación.



Un insistente movimiento en el bolso de su falda atrajo su atención, saco y celular y contesto.



—Hola Sakura, no, no estoy ocupada—hizo una pausa en la que escucho lo que su amiga tenia que decirle— ¿un regalo para Sasuke? —Nuevamente pauso su hablar, se levanto de donde estaba, hecho un rápido vistazo a las pertenencias del Uchiha—yo creo que una chamarra seria lo ideal—le sugirió muy segura, claro ya que le habían quitado una chamarra esa mañana.



Estaba tan entretenida en la plática con su amiga, que no se dio cuenta de que la puerta se estaba abriendo.



—oye, en verdad lo siento mucho—pronuncio una voz masculina desde la puerta.



Dicha voz paralizo por completo a la castaña.



—Tenten ¿Quién es? —interrogo la dulce voz de la Haruno a través del auricular.



—he…pues… ¡mi primo! Es mi primo—afirmo nerviosamente—Saku, tengo que colgar, adiós.



Se giro molesta por la interrupción. Le dedico una mirada llena de reproche al Uchiha que se erguía en la puerta con una sonrisa de lado.



—Vaya, así que ahora somos primos—pronuncio arrogantemente.



—cállate, tuve que decir eso ¿Cómo crees que le iba a decir que estaba con un desconocido? —se justifico molesta.



El arrogante semblante del Uchiha mayor cambio repentinamente.



—yo, en verdad lo siento. No fue mi intención hacer eso, te confundí con mi hermano menor—se disculpo al hacer una reverencia.



La chica estremeció al imaginar como la pasaría Sasuke con un hermano así.



—Esta bien, yo también me disculpo por haberte arrojado tan fuertemente contra la pared.



Cuando llego Sasuke saco a Itachi cerrándole la puerta en las narices.



-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



En una mesa pegada a las ventanas con el mentón apoyado en la palma de su mano veía pasar a la gente que pasaba por ahí.



—orden 526



La femenina se levanto de su asiento, para regresar con una enorme charola repleta de hamburguesas y una gran copa de helado. La coloco sobre la mesa y sin importarle que la gente la viera de manera extraña empezó a comer sin descanso.



No entendía muy bien el porque, pero estaba furiosa. Primero la molesta por dos días pidiéndole que le cambie a quien le toco en el intercambio y después de un momento a otro la deja sola, para irse con Sakura e Ino ¡¿Quién lo entendía?!



El sólo recordar su estúpida sonrisa hacia que se enfureciera más, en lugar de eso pensaría en su amado Sasuke y su futuro.



Se volverían novios en el transcurso de la preparatoria, cuando cumplieran medio año el le llevaría a su casa para presentarla con sus padres. Se casaría con él a los veinticuatro años, tendrían dos hijos, un niño y una niña. Ella seria una esplendida esposa, ambos se amarían por siempre, Sakura… buscaría a otro hombre.



Torció su boca en una mueca de desagrado, ya que en ese momento a su mente vino la imagen del albino y su boba sonrisa.



.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.



Arreglo su rubia cabellera frente al espejo hasta que estuvo satisfecha, reviso sus ojos y unto un poco de brillo en sus labios. Sonrió al ver que todo estaba en orden.



Tomo su mochila y partió de su casa rumbo a la escuela. Por la entrada de la escuela atravesaban varios alumnos, frente a la puerta un hombre vendía helados y paletas en un carrito, ahí diviso a Sakura junto Lee y Kiba.



Se acerco a ellos con una sonrisa y saludo, Sakura y Lee le respondieron rápidamente, en cambio el castaño tardo un poco y desvió su rostro evitándola, lo cual le resulto extraño.



Al terminar de comprar un helado los cuatro entraron en la escuela, llegaron a su salón ocupando sus respectivos lugares.



—Sakura ¿Qué crees? —interrogo la Yamanaka, la Haruno volteo a verla de manera interrogativa—Recuerdas el chico del que te hables—la femenina asintió—pues ayer fue a mi casa y…



La conversación era escuchada con gran interés por el Inuzuka que de manera discreta intentaba capturar cada detalle.



Cinco minutos después entro por la puerta del salón un Sasuke nunca antes visto, su cabello totalmente desordenado y su uniforme desalineado le daban un aire totalmente rebelde. Tenía una cara de pocos amigos, y amenazaba con eliminar a quien se atravesara en su camino.



El Uchiha tomo asiento en su banca, y se acomodo para dormir un poco, no soportaba el cansancio, sus ojos se cerraban contra su voluntad.



—Oye teme, ¿Qué te sucedió? —interrogo un Uzumaki preocupado.



El pelinegro movió ligeramente su cabeza para ver al rubio que esperaba una respuesta.



—Itachi me mantuvo toda la noche despierto—pronuncio al acomodarse nuevamente.



El Uzumaki cruzo sus brazos y se puso a pensar.



—al parecer algo malo le paso a todos, Tenten también llego igual que tu, Karin se ve muy mal y…—el chico pauso su hablar al ver entrar a una delicada pelinegra de orbes exóticas dejándolo sólo al Uchiha.



-



-



-

El receso llego después de varias clases llenas de aburrimiento en las que ni Sasuke, Tente y Karin fueron capaces de poner atención totalmente. Al sonar la chicharra la mayoría de los alumnos salieron corriendo en busca de comida.





Sasuke se levanto de su asiento y se dirigió a donde la Amma, quien aun terminaba de anotar algunos datos en su libreta. Observo lo que la castaña escribía con tanto afán.



—conejos…—susurro con un tic al ver le hoja repleta de tiernos dibujos de conejos.



La castaña volteo a verlo de manera aterradora, por su apariencia parecía más la niña del aro que una estudiante común y corriente de secundaria.



—últimamente no dejo de ver conejos—respondió con voz ronca—conejos, conejitos, conejos y conejitos y más conejos—pronuncio entre risas un tanto macabras.



La escena parecía sacada de una película de terror. En ese momento entro Ayame al salón, al ver su mejor amiga en tal estado intento hacerla reaccionar sacudiéndola suavemente, como no resulto le dio una suave cachetada.



Llevo su mano a su mejilla y con asombro vio a su mejor amiga.



—gracias—pronuncio con una sonrisa.



— ¿para que me llamaste? —interrogo Ayame con incertidumbre.



—pues necesitamos que nos ayudes en algo…



.

.

.



— ¡Eso es brillante maestra! —elogio Ayame a su antigua maestra de corte y confección fuera del salón.



—Claro, y si tomas la aguja de esta manera acabaras más pronto—añadió muy contenta de ser tan elogiada.



La pelinegra se esforzaba por sacarle platica a su maestra, la intercepto antes de entrar al salón donde se encontraban de contrabando Sasuke y Tenten. Mas las ideas y los temas sobre los que hablar se le estaban agotando.





En el interior de salón.



El salón era muy amplio y parecía un rectángulo. Al entrar había dos grandes mesas de trabajo con bancos en todos sus costados; al avanzar se encontraban cerca de treinta maquinas de cocer, aunque muy antiguas, era necesario darle a un pedal con el pie para hacerlas funcionar, ya que no usaban energía eléctrica. En una de ellas se encontraban el Uchiha sentado y Tenten lo supervisaba.



—Sasuke ya te volviste a ir mal—bufo con fastidio la Amma.



—Pues entonces mejor hazlo tú, así acabaríamos mas pronto—respondió igualmente fastidiado el Uchiha. Estaba claro que no llevaba bien con las maquinas de coser.



—Ya te dije que no tiene sentido si te ayudo de más, lo tienes que hacer con tus propias manos—hizo una pausa—ahora continua.



Coloco nuevamente el pedazo de tela debajo de la aguja metálica que tenia en la punta el hilo. Presiono con cuidado el pedal y sonrió al ver que por fin habia aprendido a manejarla, al terminar la pieza sonrió con satisfacción.



—Ya termine.



La castaña tomo la pieza y la examino detalladamente, sonrió al ver que por fin lo habia hecho correctamente.



A lo lejos escucharon a Ayame cantar una pegajosa canción. Era la señal de que la maestra estaba a punto de entrar en el salón. Con gran rapidez recogieron sus cosas y se dirigieron corriendo a los vestidores que habia en el salón.



Casi de inmediato escucharon la singular voz de la maestra que entraba al salón.



— ¿Y ahora que hacemos? —interrogo el pelinegro en susurro.



No podía darse el lujo de dejarse ser atrapado, seria un escandalo si descubrían que ¡Sasuke Uchiha se escabullo al taller de corte y confección para coser a un tierno conejito blanco!



La chica no le respondió, comenzó a tocar la pared del probador donde estaban.



— ¿Qué haces? —interrogo confundido.



—shhhh, no me dejas concentrar—pego su oreja a la pared y dio pequeños y suaves golpes a la pared hasta que encontró lo que buscaba—hay una pared sobre puesta de madera, podemos moverla sin problema, al quitarla encontraremos un pequeño cuarto que ya no se usa y veremos una ventana por la que saldremos. Ayame nos estará esperando del otro lado.



El chico la vio sorprendido, se notaba que ya tenía todo planeado.



-

-

-



—Karin, ¿en verdad te sientes bien? —interrogo preocupada Kin.



—Te ves muy mal—añadió Tayuya.



—Te llevaremos a la enfermería—sentencio la pelinegra.



La pelirroja sobaba su estomago constantemente, su rostro no lucia su habitual sonrisa, ni siquiera salió en persecución del Uchiha.





—Estoy bien chicas, sólo necesito comer algo caliente.



Las tres se acercaron a la cafetería que estaba atestada de alumnos que luchaban por conseguir algo de comida.



—Miren hay hamburguesas ¿no quieren una? —interrogo Kin con una sonrisa. Era sumamente raro que hubiera algo así en el menú.



La femenina de lentes sintió su estomago revolverse al imaginar una hamburguesa.



—Yo quiero helado de fresa—pidió Tayuya acrecentando aun más el malestar de Karin.



La femenina de orbes rubí salió corriendo en dirección al baño, intento vomitar, mas no habia ingerido alimento alguno desde el día anterior. Se mojo la cara y casi grita al ver el fatal estado de su rostro.



Salió del baño y diviso a sus amigas con lo que comerían en la mano.



—Karin, iras a la enfermería—sentencio Kin frunciendo el ceño.



La nombrada volteó a verlas con una cara amenazante.



—Sabes que eso no funciona conmigo—pronuncio con una sonrisa arrogante Tayuya quien junto a Kin la llevaron a rastras hasta la enfermería de la escuela.



Al final dejo de poner oposición, no quería llamar más la atención y peor en ese estado y tampoco tenia ganas ni fuerzas para resistirse.



Sus dos amigas la dejaron en la enfermería prometiendo regresar por ella a la hora de la salida.

La enfermera de ese día era una distinta a la usual. La atendió amablemente, le interrogo sobre que le dolía o que síntomas presentaba. La femenina sin dudarlo le comento todo y a que se debía que estuviera así.



El día anterior, domingo. Fue de compras y antes de regresar a su casa gasto lo que le quedaba de dinero en varias hamburguesas y una enorme copa de helado, lo que sufría era una indigestión por comer tanto. Ahora el sólo recordar o escuchar hamburguesa o helado de fresa le provocaban unas terribles nauseas, seguro no volvería a comer eso en bastante tiempo.



— ¿Por qué no le pediste a tu mamá una pastilla? —interrogo la enfermera estirando su mano con unas pastilla y un vaso con agua.



La pelirroja la tomo y le devolvió el vaso.



—porque es más probable que le haga caso a una fastidiosa mosca que a mi—pronuncio ocultándose entre las sabanas de la camilla donde reposaba.



—pero es tu mamá.



—Lo sé, pero no se interesa en mí, ni ella ni mi papá—hizo una pausa—varias veces me han dicho que yo fui un error, que no me odian, pero tampoco me querían… y siguen sin quererme. Sobre la escuela se conforman con que no repruebe, no les importa si mi promedio es bajo o alto.



Sin darse cuenta sus rojizas orbes se crisparon, agradecía seguir oculta entre las sabanas, así no la vería si llegaba a llorar.



Sobre su cuerpo sintió un peso de inmediato se levanto quedando sentada sobre la camilla para ser envuelta en una cálido abrazo. Sus lentes se empañaron por el llanto ¿Cómo era posible que una extraña le diera lo que sus padres no le habían dado en quince años de su vida? Se aferro a esa figura que de alguna manera representaba a su madre, la madre que nunca ha tenido.


-


-


-



—Oye Naruto, ¿y Sasuke? —interrogo curioso Kiba al verlo solo.



El chico se giro mientras sorbía un jugo en caja y le respondió.



— ¡Quítate eso de la boca!



—Me dijo que tenía una cosa que hacer—respondió despreocupadamente.



Comenzaron una plática sobre cosas sin gran importancia como cuantos regalos recibirían en navidad o cuantas chicas se les declararían.



—oigan ¿saben donde esta Sasuke? —intervino Suiguetsu.



—hoy esta muy solicitado el teme—murmuro el Uzumaki muy pensativo.



—o ¿saben si la zanahoria rayada se sentía mal? —interrogo nuevamente el albino.



El rubio y el castaño formularon una sonrisa picara, insinuando que al chico le gustaba la pelirroja.



—no, no la hemos visto.



— ¿para que la quieres?



—necesitaba terminar un trabajo en equipo para la clase de historia—respondió y se retiro dejándolos solos.



Extrañamente no se sentía tranquilo en ningún lugar. Sentía que le hacia falta algo, como pelear con la chica de lentes. Se metió al salón, se sentó en su banca, coloco sus brazos en la mesa y recargo su cabeza en ellos, fijo su vista en el tranquilo panorama que el pequeño jardín le ofrecía.



Lanzo un suspiro al aire formándose una pequeña nube de humo blanco frente a él, sonrió con nostalgia. Pronto seria navidad.

-


-


-



Las clases habían llegado a su fin por ese día. La castaña se dirigía a la parada del camión, habia sido un largo y agitado día.



Sasuke no la dejaba en paz ni en sus sueños. Le habia llamado a su celular a las dos de la mañana ¡porque no sabia que más seguía! Maldecía la hora en que le dijo que lo ayudaría a hacer el conejito de felpa para Sakura.



Al llegar a la aparada del camión se sorprendió de no ver Sakura o a las demás. Nuevamente maldijo su suerte, ahora ella tenía que cargar con el conejito de felpa. Sasuke era un orgulloso y no quería que lo vieran con algo así o se burlarían de él, en cambio si llegaban a descubrir a Tenten con eso, no dirían nada ya que era una chica.



Al ver llegar el autobús abrazo la bolsa fuertemente, no quería perderla. Respiro profundo y se adentro en la multitud de alumnos que luchaba por subir al autobús.



Con gran esfuerzo y con empujones logro infiltrarse hasta la puerta del autobús, con alegría, cuando estaba a punto de sujetar la manija como apoyo para subir el autobús arranco.

Sumamente enojada emitió varios gritos dirigidos al chofer. No le importo mucho que los demás la vieran raro por el berrinche que hizo.



Inflo sus mejillas y cruzo sus brazos, esperando que el siguiente autobús llegara pronto.



— ¿por qué tan molesta? —interrogo una voz a sus espaldas.



La femenina se giro desconcertada, topándose con Sai y su sonrisa.



—oh… eres tú, pues porque el autobús se fue y me dejo—respondió molesta.



—Qué mal por ti.



Siguieron conversando hasta que el pelinegro dirigió su vista al frente.



—Mira quien viene haya—pronuncio haciendo que la castaña volteara a esa dirección.



Un inminente sonrojo se apodero de ella, su corazón latía aceleradamente. De manera inconsciente retrocedió un paso, hubiera continuado retrocediendo a no ser porque Sai se coloco a sus espaldas sujetándola de los hombros.



— ¡Neji, aquí estamos! —exclamo al levantar la mano el Uchiha.



—Sai ¿Qué haces? —interrogo desconcertada.



—le digo donde estanos ¿hay algún problema?



La Amma no podía controlar lo que sentía cuando estaba cerca de él. No quería parecer una tonta frente al Hyuga.



—Bueno, yo me voy a otro lado. Seguro querrán conversar y yo…



— ¿de que hablas? Te quedaras aquí.


—No, suéltame, por favor—suplico en vano la chica, pues Sai simplemente le sonreía sin afán de soltarla o dejarla ir.


Cuando el Hyuga llego le sorprendió ver a la castaña, a decir verdad, hacia bastante que no la veía.



Con naturalidad la saludo, aunque no iba solo, lo acompañaban Sora y Gaara, por lo que Tenten se convirtió en el centro de atención. Ver el autobús a lo lejos quito un peso de ella.



Como de costumbre los alumnos se arremolinaron en el autobús, esta vez

Tenten no tuvo que pelear o navegar entre los empujones, ya Neji, Sai y Sora se encargaron de abrirle camino entre los demás y quienes recibían empujones eran ellos.



Neji iba al frente, cuando llegaron el autobús ya estaba lleno, y el chofer a punto de arrancar.



El Hyuga le cedió el paso a la Amma quien acepto un poco apenada, después subió él y el autobús arranco, dejando a Sai, Gaara y a Sora en la parada del autobús.



A medio camino el autobús se fue quedando vacío y hubo un lugar disponible. Durante ese trayecto la femenina no fue capaz de entablar una conversación con él, se limitaba a verlo fugazmente por el rabillo del ojo.



El Hyuga se encontraba frente al asiento que acababa de desocuparse, se sentía un poco mal, seria la única que estaría parada en todo el autobús, hasta que se desocupara otro lugar. Lo malo era que seguramente el lugar que se desocuparía seria lejos del castaño, aunque tal vez desde ahí podría verlo.


No entendí muy bien lo que sentía, pero el sólo verlo le bastaba para ser feliz.


El Hyuga le hizo una señal con la mano para que se acercara, dudosa se coloco a su lado.


—Siéntate—indico secamente.


Sus ojos casi se abrieron como platos, era el único lugar disponible en todo el camión y ¡se lo cedía a ella! Intento poner algo de objeción, ese lugar lo habia visto primero él, por lo que le pertenecía a él. Mas cuando lo intento el simplemente le dedico una mirada que aceptaba objeciones o algo por el estilo.


Se sentó y mantuvo su cabeza baja. No porque se sintiera triste o mal, ¡al contrario! Se sentía muy, pero ¡muy feliz! El chico en el que se habia fijado era todo un caballero.


Una amplia sonrisa y un leve sonrojo sobre sus mejillas adornaban su rostro. Él permanecía de pie a un costado de ella. Minutos después el asiento que se encontraba a un lado de la castaña se desocupo, le femenina se hizo aun lado para que el castaño también pudiera sentarse.



—y ¿Cómo te ha ido en la escuela? —interrogo intentando entablar una charla con el chico.


Él volteo a verla levantando una ceja y sonrió de manera arrogante.


—Bien.


—Es cierto, hace mucho que ya no te veía—el asintió con la cabeza. Se golpeaba a si misma mentalmente, no sabia de que hablar— ¿te gusta la navidad? Porque a mi me encanta, puedes comer y comer, hay regalos… aunque nunca recibo uno en mi casa, a menos que sea un intercambio, pero hay muchos dulces y…—hablaba totalmente ilusionada.


El genio comenzó a reír por lo bajo, aunque la Amma se dio cuenta de eso lo ignoro.


—y a ti, ¿Qué te gusta?


El chico se sorprendió por la pregunta, la medito un poco y contesto.


—es difícil de explicar lo que me gusta, pero al igual que tu concuerdo con los dulces, aunque me agrada más lo salado. Los domingos voy a un tipo de escuela militar, no es por alardear pero soy de los mejores.



—y ¿Qué te enseñan ahí?


—Defensa personal, técnicas militares, manejar armas—hizo una pausa se quito el saco y arrisco las mangas de su camisa—ves estas cicatrices, me las hice la semana pasado al hacer pecho tierra.


La chica de orbes marrones sintió una gran admiración por él, con permiso del Hyuga toco sus cicatrices. Además le resultaba muy tentador eso de aprender a manejar armas, siempre le habían llamado la atención.


Sin saber como, el Hyuga comenzó a hablar sobre él, mientras la castaña ponía toda su atención en cada palabra que el genio emitía

.-.-.-.-.-.-.-.-..-.
Ahora les dejare unas preguntas

¿Hubo una parte favorita? ¿cual?
¿cual seria para ustedes el regalo perfecto?
si fuesen ustedes, ¿seguirian ayudando a Sasuke?
¿han comido tanto algo que les gusta, que despues lo termian aborreciando como Karin?

Espero lo hayan disfrutado, espero su comentarios. Recuerden que acpto criticas, sugerencias y pedidos.
los quiero mucho.

att:Himeko-chan♥

 

Hola a todos, les debo una gran diculpa, pero habia estado muy ocupada y la inspiracion se me habiaa cortado, mi cerebro estaba sobresaturado

Capitulo 15 Regalos, sonrisas y Navidad.​

​

Por fin había llegado el tan ansiado día del intercambio. Justo ese día terminaban las clases por ese año, ¡iniciaban las vacaciones de invierno! Y regresarían hasta enero.

La alegría se respiraba en el ambiente. Los alumnos entraban en la escuela con un regalo en la mano o incluso varios.

—Ya te dije que te hagas para allá, no te conozco—pronunciaba la femenina intentando empujar al azabache.

—Guarda silencio—le respondió secamente.

Se adentraron en el salón tomando sus lugares respectivamente.

Inflo sus mejillas, cruzo sus brazos y dirigió su vista a la ventana. El Uchiha era un fastidioso.

Ese día fue a la casa de la castaña donde paso la mañana entera. La despertó sólo para hablarle sobre Sakura y el regalo que le iba a dar. La hizo trabajar como su chaca; se comió el almuerzo que su madre le dejaba preparado en las mañanas y la hizo cocinarle más porque el señor no se había llenado con eso, como su uniforme se había arrugado al ir a la casa de la Amma, la hizo que volviera a plancharlo.

Y encima un grupo de sus locas fans la persiguieron cuando iba a la parada, porque al gran Sasuke se le ocurrió decirles que ella era su novia. Corrió varias cuadras sin descanso para poder deshacerse de ellas.

Mientras observaba a través de la ventana veía el alegre panorama, fue cuando por la puerta vislumbro entrar al joven de sus sueños: Neji Hyuga.

Su corazón se estremeció y los latidos incrementaron notoriamente. Ignoro la presencia de sus compañeros y salió del salón, quería salir corriendo al encuentro de Hyuga, pero ¿con que excusa? No tenía ninguna.

Se quedo parada en medio del patio, lo mejor era que regresara al salón y regresara cuando tuviera una buena excusa, sino se vería algo muy obvio y no quería que lo tomara a mal.

—Si no te apartas alguien te empujara—pronuncio una voz detrás de ella.

—Lo siento mucho—se disculpo al girarse—Neji…—susurro incrédula.

—Camina o alguien te tirara—advirtió al caminar.

—Cla-claro—pronunció al caminar en la misma dirección que él. Veía el piso y jugueteaba con sus manos dentro de los bolsillo de su saco—Ya pronto es Navidad…

Él joven asintió.

—Supongo que recibirás muchos regalos.

—En realidad no, pero siempre recibo uno de Hinata.

Llegaron al primer modulo, el rostro de Tenten perdió su sonrisa. Las pláticas con él duraban muy poco.

— ¿Quieres sentarte? —interrogo señalando la banca que se encontraba frente a ellos, justo afuera de uno de los salones.

Acepto gustosa. Desde ahí eran vistos por todos en la escuela, algunos lo veían con morbo y picardía otros con algo de asombro.

El timbre Sonó, y los alumnos entraron a “clases” que parecía más una especie de recreo que eso. Los maestros daban sus mejores deseos a sus alumnos, les daban pequeños obsequios como paletas, chocolates, etc.

La hora del convivio oficialmente había llegado. Una joven de hebras rosáceas se encontraba paseando por el salón con una bandeja de galletas que regalaría a sus compañeros.

—¡Sakura-chan! Yo quiero unas—Exclamo el Uzumaki mientras la perseguía.

—¡Hay! Naruto, eres un fastidioso, ya te dije que te esperaras. No encuentro a Sasuke-kun y a él le daré antes que a ti—sentencio dándose la vuelta.

En un rincón del salón entre varios de sus compañeros conversaba sobre sus planes de Navidad el Uchiha.

—Sasuke-kun—llamo la Haruno.

—Sasuke te habla tu novia—pronuncio burlescamente el Inuzuka.

—No es su novia, es su esposa—Secundo Suiguetsu recibiendo una mirada fulminante del pelinegro.

La joven se sonrojo violentamente antes los comentarios.

—¡Por supuesto que no! —intervino una voz femenina—Sasuke-kun es mío, no de ella.

—¡hay! Eres tú —bufo molesto el albino ante la intervención.

—Por supuesto que soy yo, ¿quien más?

—Cállate, Zanahoria rayada—respondió de mala gana.

—¡Cállame! si puedes, porque claro esta que no puedes.

Ambos iniciaron una guerra ya típica entre ambos. Momento en el que los demás se distrajeron y la Haruno aprovecho para acercarse a Sasuke.

—Sasuke-kun—llamó dulcemente—Hice estas galletas para ti y quiero que las pruebes.

El pelinegro levanto el rostro y arqueo ligeramente la ceja. La joven extendió la bandeja en donde llevaba las galletas para que él pudiera tomarlas.

Observo la bandeja fijamente, dudando en tomarlas, Sakura no tenia muy buena fama de cocinera y el único capaz de comer sin tantos problemas lo que ella preparaba era Naruto. Sólo en momentos como ese en verdad lo admiraba.

Estiro la mano y tomo la primera galleta que lucia “apetitosa”

— ¡No permitiré eso! —grito la pelirroja apartando al albino de su camino, mas el Uchiha ya había mordido la galleta.

Todos esperaban la reacción o comentario del chico, que masticaba tranquilamente la galleta sin hacer gesto alguno.

—Esta un poco dura, pero tiene buen sabor—pronunció.

Una dulce sonrisa adorno el rostro de la joven de orbes jade, posteriormente se abalanzo sobre su amado un una gran emoción invadiéndola.

—Gracias—le susurro al oído.

Las mejillas del mozo se sonrojaron tenuemente.

—Sakura, me aplastas.

— ¡Oh! perdón—se disculpo avergonzada.

Se retiro del lugar totalmente avergonzada y feliz al mismo tiempo. A partir del comentario del joven todos sin excepción alguna probaron sus galletas, incluso Karín que en un principio se rehusaba.

-------

—¡Muévete de ahí vago! —ordeno la rubia furiosa.

—Tsk, que problemática eres, yo llegue primero—respondió el moreno.

—No te pregunte.

—Vamos Temari, ya déjalo en paz—intervino Matsuri nerviosa.

La Subaku No volteo a verla con una mirada iracunda.

—Guarda silencio o sino—se acerco a la castaña de melena corta y le susurro al oído dejándola con los ojos en blanco y totalmente roja de la cara.

Matsuri se dirigió un rincón del salón donde permaneció de cuclillas frente a la pared, dibujando círculos imaginarios en el aire.

—¿Qué le hiciste mujer? —interrogo sorprendido de la reacción de la castaña.

—Nada, pronto se le pasara. Ahora muévete

—Ahí mucho espacio.

—Pero esa es mi banca.

—Todas son iguales.

—Todas menos la mía.

—pues esta igual de rayada y maltratada que las demás, mira para que veas leeré algo de lo que esta escrito aquí…

—¡Nooo! —exclamo abalanzándose sobre la banca tapándola con su cuerpo.

—¿Qué haces? ¿Estas loca, mujer? —Cuestiono totalmente sorprendido y confundido por la actitud de la femenina ¿Por qué era tan importante esa banca? Lo medito unos segundos; estaba igual de fea que las demás, llena de garabatos y abolladuras, lo único diferente era… ¡lo que decían esos garabatos!

La rubia volteo a verlo totalmente sonrojada, notoriamente avergonzada de su conducta.

El Nara se levanto de la banca.

—Es toda tuya—pronuncio al marcharse.

La femenina se acomodo de inmediato en su banca, saco su lapicera y comenzó a tachar y distorsionar los garabatos en la banca. Ni loca permitiría que uno de los chicos viera lo escrito y mucho menos ese “problemático”.


—Eres sucia Temari, deshaciéndote de las evidencias—pronuncio burlona la Yamanaka a su lado.


—Cállate Ino—sentencio molesta.

—¿No sería mejor aceptar que en verdad te gusta el vago tal y como lo dice en la banca? Porque esta escrito con tu puño y letra.

Lo que la rubia cubría y despedazaba era “Me gusta Shikamaru Nara, att: Temari”

—Eso fue por la apuesta que realizamos ¿Ya lo olvidaste? En mi vida aceptaría que me gusta ese vago y perezoso Nara.

—Si tú lo dices.

Claro, ella lo decía y así era. ¿Cómo podría gustarle alguien con quien siempre pelea y discute por todo? Se la pasa provocándola y fastidiándole la vida. De lo que si estaba segura cien por ciento era que el Nara se había vuelto una especie de plaga en su vida.


-
-
Merodeaba el salón por completo, no lograba sentirse cómoda, fastidiada tomo asiento en una banca junto a la puerta.
Ya había molestado a medio salón, incluyendo a la furiosa Temari ¡como le divertían sus reacciones! Como una de las populares de la secundaria recibió bastantes declaraciones, pero… ninguna que valiera lo suficiente. Hecho un fugaz vistazo al cielo, cerro los ojos y junto sus manos, acababa de ver una estrella fugaz ¡No desperdiciaría la oportunidad de pedir su deseo!

—Ino ¿Qué haces? —interrogo una voz detrás de ella.

Se avergonzó al ver que era la única que hacia eso, y se le explicaba la razón seguro le dirían “Ya no eres una niña para creer en esas fantasías”


—¡Nada! Sólo… —balbuceo buscando una explicación coherente.

—Da igual, ya va a iniciar el intercambio. Date pisa ¡Cerda! —comunico al alejarse de ahí la Haruno.

—Claro, el intercambio…

Volteó al cielo estrellado de esa noche una vez más. Lanzo un suspiro, debía olvidarse de esa estrella, ella no haría sus sueños realidad.

-
-

—¡Sean bienvenidos todos a este magno evento, donde como grupo intercambiaran algunos obsequios con esa personas que son especiales para ellos—pronuncio el rubio al centro del circulo que habían formado los demás, llevaba un enorme moño rojo en el cuello y sujetaba un cepillo a forma de micrófono.


—Si, si—secundo Lee, al igual que el Uzumaki llevaba un moño amarillo chillón y sostenía un peine en su mano—Lo has dicho muy bien Naruto, dejaran a un lado la coraza que cubre sus ardientes corazones, así abrazarán sus desnudos corazones sin importar nada, podrán unirse y demostrar sus más profundos sentimientos—termino con el rostro inundado en lágrimas.


—¿No creen que exageran un poco? —intervino Sakura a nombre de sus demás compañeros que veían la escena con los ojos en blanco, hasta cierto punto asqueados por sus “cálidos comentarios”.

—¡Por supuesto que no! Es más, me quede corto en palabras, debería expresarlo un poco más y…

—¿De donde sacaron esos ridículos moños? —interrogo el Nara recostado en el piso.

—Yo y Lee nos pusimos de acuerdo antes.

—¿Y los cepillos?

—Un momento ese cepillo es mío—intervino la Yamanaka apuntando a Naruto directamente con su dedo índice, el joven trago grueso.

—¡Y ese es el mío!—pronuncio Karin furiosa apuntando al chico con peinado de tazón, que sólo atino a retroceder.

Los dos chicos corrían desesperados intentando salvar sus vidas, pedían a gritos la ayuda de sus compañeros, mientras eran perseguidos por la rubia y la pelirroja.

Después de varios minutos sus compañeros se dignaron a ayudarlos, justo cuando habían sido alcanzados por las femeninas, les costo mucho trabajo separarlos.

—¡Vamos tranquilízate cerda! —pidió la Haruno forcejeando con la Yamanaka.

—Ese tarado se enterara de lo que sucede cuando se mete con mis cosas—respondió con un aura negra rodeándola.

—¡Karin cálmate! —suplicaban Kin y Tayuya aferrándose a las blancas piernas de la pelirroja.

—Tengo que despedazarlo hasta que no quede nada de él ¡¿saben cuanta saliva debió de haber salpicado sobre mi cepillo al hablar?!

—Karin—pronuncio una grave voz atrayendo la atención de los demás. Para su sorpresa era el Uchiha que permanecía sentado, no se había movido de su lugar, con su mano hizo una señal a la chica para que se sentara a su lado.

El grito lleno de emoción de Karin invadió todo el lugar, sin dudar se lanzo sobre el pelinegro que no emitió queja alguna. La chica parecía un pequeño cachorro al lado del Uchiha.

Los demás se abalanzaron sobre Ino que aun no cedía, terminaron amarrándola con una cuerda improvisada que hicieron uniendo sus bufandas.

—Ahora que ya han sacado a las locas del escenario continuaremos con…—Exclamo Naruto recibiendo una mirada fulminante de ambas —jeje perdón, a las damas del escenario continuaremos con el intercambio, el primero en dar su regalo será…

-o-o-o-o--o-o-o-o-o--o-o-o

Como se daran cuanta hize la letra más grande por una de ustedes me comento eso, bien esta vez no dejare preguntas, y tambien debo decirles que como recordaran el ff no va de acuerdo a la actual epoca de año, sólo esperen un poco más y el ambiente cambiara

att:Himeko-chan♥