Kioto Kioto

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 13 Octubre 2023.

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    Amelie

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    Afueras de Kioto/Sur
    [Oboro; Shinrin; Takeda; Yuzuki]
    [Ukita; Fuji; Yamagata; Hayato; Inukawa; Inuzuka; Takano; Hashimoto]
    [Tsubaki; Matsuda]

    Habían quedado en silencio con las palabras de Yuzuki; no sólo Takano, también era Hayato; Shinrin y los demás. Era una traición más, no de alguien distante como lo fue Natsu. No de alguien incontrolable cómo lo fue Mao. Era Kuroki, otro de los niños que Takeda decidió proteger cuando las guerras aun no estaban frente a ellos, a uno de los niños a los que había acogido con el apellido de su clan.

    Hayato tomó la mano que Yuzuki le extendía. El agarre fue distinto; fue fuerte. No buscaba lastimarla; era un movimiento que se reflejó al mismo tiempo en Takano con su abrazo hacia Yuzuki. Ambos necesitaban ese tacto para saber que lo que tenían frente a ellos aun existía; y casi a la par, el agarre se relajó. No querían lastimarla, no querían preocuparla más.

    Takano levantó la vista y clavó su mirada en Takeda; él también se encontraba mirándolo. Takano pensaba que encontraría una mirada rota, completamente destruída; una mirada a la que él reclamaría el estado de Yuzuki, una mirada a la que condenaría la confianza que le tuvo a un niño que decidió prácticamente adoptar. Todas esas emociones eran irracionales, en ese momento Takano no pensaba, sentía. Pues él también había confiado en Kuroki.

    Era una mirada que no era típica de Takeda; había resolución y odio en ella.

    —Los falsos guerreros son corruptibles. Estos siempre miran a los asesinos prosperar sin hacer nada. Kuroki ha decidido seguir ese camino; considera que el lado que tiene el poder podrá ayudarlo a alcanzar su máximo potencial; ha decidido tomar un atajo para obtener mayor fuerza. Se ha convertido en un traidor, nuestro enemigo. Y será el clan quién se encargue de matarle.

    [​IMG]

    —No habrá un ápice de piedad; sólo espero que el día que se encuentre bajo nuestro juicio... sus nuevos camaradas estén a su lado.

    Nadie se atrevió a romper aquella tensión. Las miradas se cruzaban unas a las otras sin realmente saber que esperar. Pero un ruido a la distancia los hizo distraerse de aquello; una pelea que se escuchaba muy cerca de ellos.

    Avanzaron hacia dónde se encontraba Tsubaki, quién peleaba con un hombre lleno de sangre y heridas; portaba una katana y un arco; su cabello algo largo y desatado. No tardó en ser rodeado por el resto de los presentes, y antes de que Tsubaki pudiera hacer algo; Fuji se interpuso.

    —Alto, Tsubaki —mencionó Takeda mientras Tsubaki volteaba a mirar a su señor, sonrió levemente al verlo allí con el resto.

    Y antes de que alguien pudiera preguntarse por el extraño; Fuji ya se encontraba en sus brazos.

    [​IMG]

    Matsuda había vuelto con ellos.

    Matsuda se encontraba en un mal estado; había perdido peso y estaba herido; pero no dejaba de sonreír mientras que Fuji no dejaba de llorar sobre su pecho. Takeda suavizó su mirada al ver a Matsuda. Yamagata comenzó a llorar en silencio mientras Ukita cerraba los ojos, se veía aliviado; pero la situación de Yuzuki no lo dejaría disfrutar aquella reunión. Levantó la vista y los observó; apretó sus puños.

    —Perdonen que rompa este encuentro—interrumpió Hashimoto —Pero debemos avanzar, no podemos quedarnos en territorio enemigo...

    De esa manera, con emociones entremezcladas; tuvieron que seguir adelante. Eso era lo que sabían hacer mejor.








    El rol de Yuzuki continúa en Tsu







    [​IMG]
    Castillo Imperial/Aposentos de la Emperatriz
    [Saizo; Kuroki]

    Saizo observó a Kuroki mientras este hablaba; no hizo ninguna expresión. Cuando Kuroki terminó de dar la información sobre Matsuda y Saizo se cruzó de brazos —Ha escapado; fue mucho más rápido que yo, tiene habilidades... mixtas —dijo sin saber cómo acomodar sus ideas —Estaba cansado, su cuerpo era débil; pero su voluntad se mantuvo firme — intentó aclarar —Ha entrenado rigorosamente en un corto periodo de tiempo —aseguró —sus movimientos aunque torpes eran efectivos. Al parecer en el tiempo que desapareció de Shizuoka desarrolló una nueva técnica de supervivencia. Si yo hubiera sido más rápido, no se hubiera escapado. Pero lo fue. Digno sucesor de los shinobis de Iga, que ahora sé que han dejado remanentes. Fue tonto creer que los shinobis de Koga no dejarían cabos sueltos.

    Saizo miró a Kuroki — Por las condiciones en las que se encontraba el cuerpo de ese hombre; puedo asumir que no entrenó en las mejores condiciones. Tal vez autoimpuestas por un rigor marcial o por imposición de un segundo involucrado —Saizo hablaba con astucia, buscaba entender a su enemigo. Algo en lo que podía coincidir con Takano, el estratega de los Minamoto —Aun así, aquel hombre se mantuvo leal a su señor y actuó para defenderlo, el solo contra todo un ejército. En cambio, tú estás en gran condición física y decidiste abandonar a tu señor a cambio de servir al mío.

    Saizo comenzó a recoger los restos del pequeño Kinsuke con cuidado, envolviéndolos en una de las sedas de aquella habitación —Quiero que entiendas algo. Ese tal Matsuda logró burlar toda la defensa del castillo Imperial. Sólo yo pude detectarlo... — dijo sin mirar a Kuroki, terminando de levantar los restos mientras le daba la espalda a Kuroki —... cualquier ataque sorpresa puedo detectarlo. Sacrifiqué demasiado por tener esta habilidad sin ser un insignificante shinobi.

    Ató un nudo en la seda; haciendo que el cuerpo de Kinsuke descansara en el interior; se hincó y dedicó un rezo al su pequeño señor.

    —Kuroki — dijo Saizo al terminar su oración— Te estoy dando la espalda; te estoy dando la única oportunidad que tendrás para salir de aquí sin una pelea. Yo me encargaré de justificar tu ausencia a Gendo y Akishino.

    Mientras el resto confiaba en Kuroki por demostrar su lealtad en el palacio Katsura; Saizo no parecía convencerse; este se levantó con ambas manos ocupadas cargando lo que quedó del pequeño Kinsuke; allí se mantuvo, esperando oír los pasos de Kuroki.

     
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    Kuroki Fusatada

    Saizo no reaccionó, y personalmente no esperaba que lo hiciera, solo escuchó y luego aclaró lo que pasó, aunque fruncí levemente el ceño ante lo que me decía, pronto se aclaró, y... debía admitir que me sorprendía ampliamente que Matsuda aún estuviese con vida, no me quería imaginar lo que tuvo que pasar...

    De cualquier modo, si a algo debía prestarle atención, era de la perspicacia de Saizo, parecía formarse un perfil de Matsuda muy rápido, pero no dije nada, aún así, era un detalle muy importante a tener en cuenta eso.

    Me dio la espalda, para empezar a recoger los restos mientras me seguía hablando, pero aprovechando que me daba la espalda, sonreí, con malicia, conteniendo las ganas de reírme de él.

    Este hombre... No me daba miedo, ni él... ni nadie.

    Relajé poco a poco la expresión y di un tranquilo suspiro.
    —Dejaré solo dos cosas en claro. La primera, si no fuese bienvenido al Imperio, Akishino ya se habría encargado de encerrarme o ejecutarme si no me hubiese dado una oportunidad, aún si soy discípulo de Gendo. Estamos en una situación crítica, no podemos estar desconfiando de nosotros ahora, Saizo... Y en segunda, si quieres que me largue del Imperio no lo vas a lograr, mi maestro es Gendo y mi nuevo señor en efecto es Akishino, así que si en serio hablarás con ellos, propón entonces que me expulsen, si es que en verdad me quieres dejar ir con vida. Me habría gustado explayarme porqué mi lealtad cambió tan radicalmente, pero ya veo que no va a servir de nada, así que, adelante, quédate con la imagen que desees y dame el perfil que gustes... Últimamente parece que a todos se les da demasiado bien—. Finalicé, sin miedo de mis palabras, como había dicho en Shima, me había hartado de contenerme, el miedo era nulo... Simplemente ya no era yo en casi ningún sentido.

    Pese que mis últimas palabras pareciesen tal vez conformidad, lo cierto es que un deje de rencor se dejó entrever, y fué hasta ese momento que ahora sí yo le dí la espalda a Saizo y empecé a retirarme...

    No iba a seguir perdiendo el tiempo con él...
     
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    [​IMG]
    Castillo Imperial/Pasillos
    [Kuroki]

    Kuroki salió de la habitación, Saiko permaneció allí. Reinó el silencio.

    [​IMG]
    Castillo Imperial/Clínica
    [Kuroki; Kira]
    El tiempo pasó y Kuroki se enteró de lo sucedido en las mazmorras, vio al equipo de Gendo completamente paralizados, y la mano de Gendo era un desastre; su pulgar de la mano derecha estaba ausente.

    —Se recuperará; podrá volver a sostener un arma —dijo Kira hacia Kuroki.

    Kira ya se había presentado formalmente con Kuroki desde que ingresó a la clínica y supo de la situación en las mazmorras; aun desconocían detalles debido a que ninguno estaba consciente o capacitado para hablar.

    Kira era una persona algo extraña; de hecho era un poco complicado saber si se trataba de un hombre o una mujer; debido a su juventud, su voz se mantenía neutra algo que lo ocultaba aun más. Pero la gran mayoría le decía señora. La razón de esto era su nombre, uno usado principalmente en mujeres.

    [​IMG]

    —Eres su nuevo discípulo ¿No es cierto? No debes preocuparte, no has perdido a tu maestro, Gendo es fuerte y la droga que le he administrado también, así que no tendrá problemas para recuperarse — mencionó mientras limpiaba sus manos.

    —Entonces un Fusatada —dijo con curiosidad — Pensé que los habían erradicado a todos, lamento mucho lo sucedido en tu aldea. Creo que esas son las consecuencias cuando hacen enojar al Emperador — secó sus manos con una tela junto a la bandeja de agua — No quiero imaginar por dónde empezara para aplacar a los rebeldes.


     
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    Kuroki Fusatada

    Me fuí en silencio después de las palabras dedicadas a Saizo, no era el único allí que estaba estudiando recelosamente lo que sucedía, pero al no percibir más actividad, pude dejar el palacio atrás...

    El día transcurrió, y lo dediqué en escalar los edificios que me parecían curiosos o sospechosos, buscando más que nada pistas o algo que me pudiera indicar el paradero de lo que fuese... Pero no dí con nada, incluso en momentos me desplacé con sigilo ante cosas que llamaban mi atención, pero todo era una falsa alarma...

    Me frustré, era algo esperable, por lo que al ver cómo la gente seguía tensa y aturdida por lo acontecido, decidí encaminarme al Dojo Militar para perder el tiempo, agarré un palo de madera que serviría para que entrenase yo solo y me dediqué a practicar una y otra vez un acomodo diferente de ataque, uno que desde hacía días que me daba una idea, pero no podía terminar de realizar bien y que de hecho me desgastaba mucho.

    Practiqué, practiqué... Practiqué bastante hasta que en determinado punto, pude darle una coordinación y fuerzas más que notables. Perfecto para repetirlo, insistí, hasta que comprendí cómo lo había realizado y con una fuerza indudablemente superior.

    Dejé salir aire por la boca cuando percibí que ya lo tenía, pero no quise distraerme más, dejé la espada de madera al ver que ya era tarde y se me ocurrió pasarme por la Clínica, allí, ya estaban Gendo y compañía, donde se hallaba una... Una persona, porque la llamaría mujer pero lo cierto es que entre más tiempo la veía, más difuso se volvía el género.

    Se presentó formalmente y correspondi, mientras me ponía al corriente de lo sucedido, al menos hasta donde se alcanzó... Ya que estaban todos noqueados y sedados, era evidente que no despertarían...

    Ví la mano de Gendo, y no expresé nada, de por sí eso de expresar algo se había quedado atrás, pero el detalle me dejó pensando...

    Kira me dejó en claro que despertaría y que podrá volver a empuñar un arma, aunque, personalmente, ese era el menor de mis preocupaciones ahora.

    —Me alegra escuchar eso; en efecto, soy su nuevo alumno, uno recién ingresado... Así que mi actuación para lo acontecido hoy fué indudablemente paupérrimo. No conocer la estructura de Kioto me dió una colosal desventaja—. Comenté, mientras me ponía a ver a Gendo, así como a Sayuri y a Daidoji... ¿Pero qué había sucedido? ¿Cómo era posible que de pronto fuesen derribados? En Shima se veían tan... Invencibles...

    El posterior comentario de Kira me hizo mirarla con atención, reconocían el apellido y personalmente no me sorprendía... El exterminio no debía ser novedad sobretodo si Gendo fué el líder de aquello, pero... Sentía que había algo en su forma de expresarse que me hacían sentir que querían transmitir algo más.

    Reconocía perfectamente la curiosidad de otra persona, especialmente si yo lo era por sobretodo.

    —Diría Wakayama... Pero si ya tenían a Takeda entonces ya debieron hacerse cargo, actualmente no tengo idea, varios aún me miran con desconfianza, es natural, recién el día pasado que vine—. Dije con calma, para mirar alrededor, las herramientas de esta clínica superaban de sobremedida a la de cualquier otro lado.

    Me quedé pensando unos momentos, cuando al final, decidí mirar a Kira y hablarle.
    —¿Puedo... Hacerte una pregunta..? Eh, ¿Señorita?—. Pregunté, esperando no incordiarle, era una verdadera novedad no saber cómo llamar a alguien con tanta ambigüedad en su género.

    >>Hace unos pocos soles parece que no solo mi presencia, si no mi nombre, Kuroki Fusatada, que parece haber cobrado relevancia con las personas con las que hablo. Y... Si bien me hago una idea por mi padre, Satou. No consigo entender porqué por ejemplo Sayuri parecía sentir euforia por escucharlo, contrario a Daidoji que parecía no gustarle para nada... Agradezco las disculpas por lo acontecido, aunque no creo que haya tenido nada que ver, el pasado es pasado pero... Verá, he estado sol y luna buscando respuestas de mi familia... De lo que fué el clan, para mí, de la noche a la mañana, todo era ceniza, destrucción y muerte. Y aún hoy, siento que faltan partes importantes... Partes, que no me terminan de resolver las preguntas que tengo—. Dije, antes de cerrar los ojos y suspirar.

    —Lo siento, tengo el mal hábito de dejarme explayar, cuando algo me da mucha curiosidad quiero descubrir lo que hay detrás.
     
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    Castillo Imperial/Clínica
    [Kuroki; Kira]

    Kira le sonrió —No debes disculparte por indagar en tu propia historia —dijo mientras lo invitaba a salir a una habitación más cómoda, al parecer Kira tenía una habitación propia junto a su clínica, algo que aseguraba su pronta atención a sus deberes como médico.

    —Se conoce a Satou Fusatada como una gran mente aquí en Kyoto; un buen investigador del camino del herrero. Aunque él no fuera uno. Akishino valoró esto e incluso le ofreció un espacio en su corte el cual negó; así cómo también revelar sus investigaciones sobre los mejores sables de Japón. — dijo mientras afilaba sus instrumentos de corte con una piedra —Gracias a él tu ahora maestro tiene esa famosa katana en su poder —revisó el filo de sus instrumentos cortando tallos de flores — Pero también se sabe que fue Satou quién engañaría a Kyogi, dándole pistas falsas que la llevarían a una muerte por Kato en Nagoya —sonrió —Tu padre era astuto; manipulador... pero sus emociones no eran estables. Creo que por eso tiene tanta admiración como desprecio entre los hombres de Gendo —Kira miró a Kuroki — Y si no sabes nada de todo esto es porque seguramente te quizo mantener alejado por sus propios motivos. Ya sabes... padres y su protección. A veces no muy lógica ¿No crees?

    Kira le volvió a sonreír —Ya es tarde. ¿Por qué no vuelves mañana? Seguramente ya estarán despiertos para entonces.

    [​IMG]

    Castillo Imperial/ Habitación de Kuroki

    [Kuroki]

    Fue Kira quién lo llevó hasta su nueva habitación; le explicó que estaría en el mismo piso que Gendo y los demás. Algo que hablaba de su rango actual al ser un cercano al clan Mori.

    [​IMG]

    El sitio daba hacia los jardines, dándole una vista privilegiada del castillo; evitando el tumultuoso escenario de la ciudad. Un sitio perfecto para la contemplación y reflexión.

    Allí pasó la noche hasta que amaneció; fue recibido con grato aroma de té y comida esperando fuera de su habitación. Una atención que siempre tendría estando en el castillo Imperial a cuidados de Akishino.

    También había una indumentaria funeraria color blanco en su habitación; al parecer habría un funeral para Kinsuke.

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    Kuroki Fusatada

    Kira dejó en claro que no debía disculparme por querer indagar en mi pasado, y luego se puso a explayar en respuesta a las preguntas que realicé, me llevó a una habitación a lado de donde estaban sus pacientes, mientras ella refinaba una aguja, yo la escuchaba, y lo que decía me comenzaba a sorprender.

    ¿Entonces mi padre llegaba hasta esos extremos? De verdad comenzaba a intrigar demasiado cómo lograba todo lo que lograba conocer, y creo que uno ya podía llegar a intuir lo que pasó, lo que llevó al clan a la extinción, pero lo que me intrigó, era que había engañado incluso a Kyogi para morir en Nagoya... ¿En serio?

    ¿Entonces sería que Taiki le siguió la pista? Pero... ¿Entonces porqué creería que muriendo Kato todo acabaría? No tenía sentido, si quería que Kato matara a su ex esposa, no habría intentado matarlo antes de Nagoya, ahí había algo raro...

    De cualquier modo, decir que mi padre se dedicaba a recabar información de sables no me cuadraba, no le quitaba mérito, pero... Lo que sabía... Parecía ir mucho más allá, si es que hasta tenía a, aparentemente, una Yokai terriblemente poderosa cautiva... Mi padre en serio conocía demasiado.

    Repudiaba lo místico y aún así estaba metido en eso...

    Lo último que dijo Kira me dejó pensando un instante, si... Todo apuntaba que, si mi padre no me había dicho nada, era por protegerme pero... Maldita sea.

    Si tan solo se hubiese sincerado...

    Suponía que por algo pudo dar con Senki, pero ahora con mayor razón era raro que me dejase portarla si yo quería, él debía conocer entonces las consecuencias por usarla, si en verdad me quería proteger, no me habría dejado utilizarla... ¿Puede ser porque yo era más fuerte ofensivamente que él?

    De todos modos, terminé afirmando con calma y la acompañé a conocer mi habitación, al ver que no salíamos del palacio, si no que me relataba que estaría en el mismo piso donde estaba Gendo y compañía, delataba el nivel que tenía en el Imperio.

    Le agradecí profundamente a Kira por su ayuda, y me dispuse a explorar brevemente la habitación para dar con el balcón, donde pude presenciar el imponente panorama, curiosamente silenciosa...

    Me quedé ahí, reflexionando lo que había sucedido hoy, lo que había estado diciendo y haciendo... Todo lo que había estado dejando y preparando para el futuro.

    Una brisa de aire resopló, lo que hizo ondear levemente mi cabello pero también el haori, mientras intentaba pensar... Lo que me llevó a esto.

    Me puse a pensar incluso si en verdad este siempre había sido mi destino, parecía... Como si de pronto, todo lo que había hecho ya no tuviese valor alguno aún si la gran mayoría de consecuencias de mis decisiones recientes y viejas aún persistían...

    Había sacrificado demasiado... No solo en objetos o valor, si no también como persona, y aún así... Parecía que seguía siendo... Inútil.

    Analicé por última vez lo acontecido, y todo lo que pude dar es que... De nada serviría ahora pensar en los detalles, tenía asuntos importantes con los que lidiar ahora.
    No podía confiarme en que Akishino me tenía confianza, me pidió destrozar a Takeda y no lo hice, su escape era muestra de ello... Y Saizo secundaba en la más que evidente desconfianza, debía mover con extremo cuidado mis piezas si no quería que el idiota estallara en mi contra. Todo... Todo con lo que contaba ahora solo era con Gendo, Sayuri e incluso me atrevería a decir que Daidoji, había hecho lo que querían ver y escuchar en Katsura, tenía que aferrarme a ellos aún si no quería.

    Todo lo que quedaba... Era seguir viendo lo que sucedería, por ahora... Seguir esperando un poco más.

    Con Takeda fuera de Kioto, Akishino reformulando estrategias y con Gendo con un dedo menos y el orgullo herido, parecía acomodarse perfectamente para lo que quería, era cuestión de tener cuidado con Saizo, después de todo, con la plática, había dado un dato muy interesante de su persona.

    Dí un suspiro, antes de dar la vuelta y meterme a la habitación para acostarme... Ya sería un nuevo día.


    La mañana había llegado y fuí despertando poco a poco, al menos no tenía algún hombre conmigo para asesinarme por, lo que supuse, mis palabras hacia Saizo los tomase como un desafío. Así que no estaba seguro si agradecer o maldecir que pudiese seguir con vida.

    Levanté medio cuerpo de la cama y volteé hacia la entrada, ahí donde se olía el té y el desayuno, tenía que confesar que había descansado como nunca, pero... A pesar de todo, no sentía disfrute alguno, y no podía estar del todo seguro porqué, de todos modos, el ser frío no ayudaba a no sentir mucho la intensidad de las cosas.

    Me levanté por fin y tomé las cosas para revisar de cerca lo que me habían dado, tratando de probar algo extraño en la comida o el té, pero no parecía ser el caso, así que esperaba no errar, y me dispuse a comer tranquilamente.

    Después, me dí cuenta que había una prenda allí, se veía ceremonial, y recordé lo de Kinsuke, por lo que debía apuntarse a eso, así que me dispuse a cambiarme, suponía que por mucho que no quisiera, tenía que tomarlo.

    Me quedé en silencio un momento, y luego me dispuse a salir, suponía que si no había nadie, tendría entonces que ver el estado de Gendo con Kira.
     
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    [Kuroki; Kira; Gendo; Sayuri; Daidoji]

    Kuroki apareció a primera hora en la clínica de Kira; ella le saludó amable, hoy en especial parecía más mujer que hombre pues llevaba su cabello sujeto por completo en la cabeza. Le indicó que entrara y allí pudo ver el estado de sus nuevos compañeros.

    Sayuri lloraba sentada en el futón; al ver a Kuroki se sintió avergonzada y desvió la vista.

    Daidoji saludó levemente a Kuroki; pero no había sonrisa en su rostro estaba muy deprimido.

    Gendo también estaba allí y a su lado estaba otro hombre, un nuevo rostro.

    [​IMG]

    Este último sólo reaccionó sonriendo a la entrada de Kuroki; pero Gendo lo recibió levantando su mano izquierda, aquella que no había sufrido percances; después, estiró su mano derecha para jalarlo desde el hombro de Kuroki. Kuroki lo sintió al instante, allí había un pulgar. Gendo sonrió ligeramente.

    —Temible la habilidad de Sen-dono ¿No es cierto?— dijo Kira observando la mano de Gendo.

    Kuroki también pudo verla, había un nuevo pulgar que se fusionaba con la demás mano de Gendo; un pulgar más pálido, más delicado y delgado que no hacía juego con las toscas facciones de Gendo. Un fino pulgar; perfectamente funcional. Lo único que denotaba la fusión además del tono de piel, era una fina línea dorada.

    Kira miró a Sen —Akuma no isha —El médico demonio — Puede unir carne humana sin necesidad de suturas y cirugías complejas.

    Kuroki había visto esa unión de piel; efectivamente no había suturas, era una fusión perfecta, sin algún rastro de cicatrices o futura piel el curación.

    —Yo puedo reconstruir todo; claro, mientras siga vivo. El pobre Kinsuke ya era imposible, ni siquiera estaba completo y... —Sen calló cuando Gendo le clavó la mirada con severidad. Sen se disculpó con una leve reverencia.

    —Pensaba usar la mano de cualquiera de los guardias inútiles que tenemos en el castillo —mencionó Gendo —Pero Sen sugirió utilizar parte de la mano cercenada de esa Minami.

    —Se ve ridículo, mi señor —interrumpió Sen — Aun podemos cortarlo y ponerle uno que sea mejor.

    —Este es uno de los dedos responsables de la muerte de mi padre; será de una mujer pero es de una fuerte. Será parte de ella la que me ayude de una vez por todas a eliminar a Takeda, el que tanto juró proteger.

    Sen hizo una mueca desaprobatoria, para él aquello no era su mejor trabajo.

    Kuroki lo sabía; aquello no era la habilidad del tal Sen, allí había una intervención externa, una de mayor poder. Y si algo sabía de ello es que había precios a pagar por poder obtenido. Observó a Sen a detalle, no se veía cansado cómo le sucedía a Rengo con los sellos de sangre. Era algo distinto.

    Sen sintió la mirada de Kuroki y sonrió —Le hubiera puesto toda la mano para que se viera mejor; pero tendría dos manos izquierdas —soltó una risa — Eso daría aun más risa que tener un dedo de mujer. Pero lo puede cubrir con guantes —dijo mostrando los propios, después llevó una de sus manos al pecho —Soy Senkaku Sawayama, no soy un médico, tampoco herborista o onmyoji, soy un simple artista del kintsugi. Créeme, es un arte que se volverá famoso.

    —Será temporal —mencionó Kira hacia Kuroki — Después de que rastreen al maldito que se llevó el verdadero dedo de mi señor.

    Sen volvió a mostrar una mueca desaprobatoria —Ya ni tendrá el mismo color, tendremos que hidratarlo... mucho trabajo. Sería mejor uno fresco y parecido a la constitución de Gendo —Suspiró — Trabajo innecesario.

     
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    Kuroki Fusatada

    Al llegar a la clínica, Kira me saludó, a lo que le correspondí, y me dispuse a ver el panorama, sin duda alguna, un escenario muy gris me recibió, al menos como primera instancia.

    Sayuri lloraba, lloraba porque era obvio el porqué, al verme, decidió desviar la mirada, y aunque quise dedicarle unas palabras de aliento como antaño habría hecho, la realidad es que por sentir no pude sentir siquiera esa chispa que me motivaba a hacerlo...
    Daidoji me saludó brevemente, a lo que correspondí, su depresión era palpable.

    Gendo si parecía estar algo más entero, me saludó, a la par que un nuevo rostro se presentaba, uno que indudablemente jamás había visto antes.

    El chico me sonrió, y pronto Gendo me jaló un poco, a lo que no evité expresar sorpresa, el pulgar de Gendo estaba allí, y aunque la diferencia se percibía... Era, increíble que eso funcionase.

    Vi el detalle del hilo dorado, y luego escuché a Kira, volteé a verla y luego al sujeto, parecía llamarse Sen, y no fue hasta que lo llamó "Médico demonio" que ya empezaba a hacerme una idea.

    La discusión se llevó a cabo, y resultaba que habían utilizado la mano de Yuzuki para esto, parecía que, de algún modo, el padre de Gendo había caído ante ella, o como mínimo, tenía que ver con ello, cosa que me intrigó, y juró que la destruiría junto a Takeda. A pesar de todo, Sen le insistía que era mejor usar otro dedo para fusionarlo, pero era inútil.

    Miré al joven a detalle, no parecía cansado, no parecía preocupado o algo, se veía muy entero para realizar algo tan... específico. Ni siquiera tenía que preguntar nada para saber que había intervención mística aquí, eso lo sintió el chico, a lo que me sonrió, y pronto se explicó.

    Senkaku Sawayama...

    Sawayama...

    Donde había pertenecido Hiraga...

    Luego de que terminasen de hablar, decidí que era mi turno.
    —Senkaku, es un placer conocerte—. Inicié, dedicándole una breve sonrisa.

    >>Supongo que te habrán hablado de mí, pero igual me presento, yo soy Kuroki Fusatada, el último de dicho clan y... Sí, ya me lo contaron todo, no hay rencor. Así que eres artista del Kintsugi, admito que jamás había oído hablar de eso, ¿de qué se trata?—. Pregunté, antes de dedicar un breve vistazo al resto de presentes.

    Volví la vista a Senkaku y añadí:
    —Eres del clan Sawayama, intuyo que en definitiva, mi nombre debe sonarte de algo... Mi maestro, Hiraga Fusatada, estuvo con ustedes, ¿no es verdad?—. Pregunté, a pesar de todo, tranquilo, no parecía que sintiera algún tipo de rencor o similar.
     
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    Castillo Imperial/Clínica
    [Kuroki; Kira; Gendo; Sayuri; Daidoji; Sen]

    Senkaku afirmó con fuerza hacia Kuroki acercándose a él.

    Daidoji negó —No le preguntes de historia a este hombre — dijo frotándose los párpados mientras Gendo comenzaba a reírse.

    —Me han hablado mucho te ti, Kuroki — dijo Senkaku — Gendo está entusiasmado de iniciar tu entrenamiento; por eso tuvo la urgencia de buscarme —Senkaku le señaló a Kuroki un jarrón que estaba en los utensilios de Kira, el jarrón había sido reparado, y líneas doradas lo mantenían en pie — Por qué tirar algo cuando puede ser reparado. ¿No crees? En casos simples como ese jarrón sólo junto las piezas, y lleno los vacíos con resina y un poco de oro finamente triturado. No sólo le doy nueva vida sino que incremento su valor.

    Senkaku miró a Kuroki — Hiraga... —mencionó con un poco de molestia en su voz —... llegó a Kioto después de la invasión a tu aldea — dijo haciendo una leve reverencia en disculpa — Vendió mucho de lo que tu padre sabía; en especial sobre los shijin— volvió a mirar a Kuroki — Tener todo el conocimiento pero sin la habilidad de aplicarlo es una desgracia; si hubiera nacido con energía espiritual hubiera sido tan poderoso —sonrió — Tu padre conocía tantas cosas, robó tantas otras; pero nunca decidió venderse ni por monedas o simple poder; algunos dicen que era cobardía... yo sinceramente creo que era integridad. Algo que Hiraga no poseía, pues fue él quien le daría a Taiki la información de tu aldea.

    —Se dice que tu padre descamó a Seiryu, uno de los shijin. Gracias a él se esparcieron esas famosas escamas que ahora no son tan escasas como lo eran antes — mencionó Kira.

    —Pudo haberlo matado. Y no lo hizo. Eso fue debilidad —intervino Gendo — Y difiero, Sen. Satou Fusatada tenía un precio; pero no eran monedas o poder. Satou sólo quería reunir a su familia, y con algo de información podía entregar hasta su propia vida. El Emperador lo sabía y usó eso en su contra —miró a Kuroki —Akishino ha querido muerto a tu padre desde hace ya varias estaciones pues se negó a estar en su corte debido a sus investigaciones. Por eso usó a Ishikawa quien le diría que si eliminaba a Kato, le ayudaría a traer de vuelta a su familia; a tu hermana, Kawa y a tu madre.

    —Lo de tu hermana era posible; pero lo de tu madre era una mentira — dijo Senkaku — Pero la finalidad no era matar a Kato; era mandar a Satou a su propia sentencia de muerte. Un fino espécimen, nuestro Emperador.

    —Un asesino... uno cobarde —dijo Gendo hacia Kuroki con una sonrisa — Y yo detesto esa debilidad.

    Gendo tomó sus katanas — Es hora de entrenar, Kuroki. Aprenderás a asesinar con fuego en la mirada. Porque así es como asesina un verdadero guerrero, de frente... jamás por la espalda.

     
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    Kuroki Fusatada

    Senkaku afirmó incluso con fuerza antes de acercarse a mí, no solo respondiendo brevemente mi duda, el cual dirigí mi mirada al jarrón, si no que terminé afirmando, creo que lo entendía, este susodicho innovador arte era uno que se dedicaba a... "Reparar" de forma literal lo que fuese, incluso la carne.

    Eso seguía sin explicar cómo lo realizaba, de dónde sacaba la intervención mística. Pero de cualquier modo, regresé mi vista a Senkaku cuando siguió hablando.

    Lo que contó después me hizo suspirar con discreción, siendo honestos... Me sentía profundamente decepcionado de uno de las pocas personas que admiré muy profundamente en mi vida... De todo lo que decía, se escuchaba que Hiraga no era más que un perro que ladraba mucho y mordía poco.

    Parecía que los Fusatada estaban destinados a fracasar y decepcionar...

    Luego habló Kira, algo que me extrañó mucho lo que dijo, ¿Mi padre había descamado a Kibo? No me cuadraba aquello, pero más de lo mismo, sin haberlo conocido, no podía estar seguro si en verdad lo hizo o no...

    Si es que parecía que mi padre sabía de los Shijin, esto en serio me abrumaba.

    Luego intervino Gendo, revelando lo que sucedió en realidad, parecía que el hecho de que hubiese muerto en Kamakura, había sido todo plan de Akishino, algo que... De nuevo, no me cuadraba en lo absoluto... Porque la misma Tamano había revelado que ella le había dicho a mi padre que si mataba a Kato, podría volver a ver a su esposa.

    De nuevo... La información estaba incompleta.

    Sentía que todos ellos me estaban mintiendo.

    Personalmente, no sabía del todo porqué, pero no sentía que Akishino se centrase ni mucho menos supiera sobre las cosas paranormales, podría creerme que todo lo había planeado Taiki, especialmente si Hiraga le había dado la información. Pero... Ni siquiera Taiki había dado con la Yokai antes que mi padre, podría incluso atreverme a deducir que Taiki, a sabiendas de que yo tenía la información a medias, fingiera las cosas para hacerse ver el maldito héroe y pudiendo matar a dos pájaros de un tiro...

    Primero siendo porque le robaría el poder a la Yokai, matándola de paso, y liberando de la maldición a la Emperatriz de quedar estéril, ¿Y en serio querían que lo perdonara? Que se fuera al carajo.

    Menos mal... Lo había detenido para siempre.

    Aún así, esto no respondía porqué Gendo mismo prefería ocultar la verdad, y evidentemente mantendría esa mentira por mi parte, pero seguía faltando algo en todo esto... Algo o alguien más...

    ¿Podría haber un tercer involucrado del que desconozca?

    Nuevos rostros no dejaban de presentarse, bien podría ser eso.

    —Vaya... Veo que mi padre siempre ha sido una figura controversial. Pero está muerto, eso ya nadie lo puede quitar—. Comenté brevemente y con calma, dando un suspiro.

    —Aun así, muchas gracias a todos, por resolverme mis preguntas—. Comenté, dedicándoles una breve sonrisa.

    Luego miré a Gendo de nuevo, volteando mi cuerpo hacia él y afirmé, poniéndome serio.

    —Y estoy listo, estaré preparado para cualquier tipo de prueba que se presente, demostraré que soy digno discípulo suyo—. Dije, con absoluta seguridad hacia Gendo.
     
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    Castillo Imperial/Clínica
    [Kuroki; Kira; Gendo; Sayuri; Daidoji; Sen]

    Gendo afirmó y tomó a Kuroki del hombro para guiarlo por el castillo, dejando atrás la clínica.

    —¡Da lo mejor de ti, Kuroki! — se escuchó la voz de Sayuri.

    —¡Brinca rápido al estanque!— le aconsejó Daidoji

    —Espero no vuelvan muy pronto aquí — mencionó Kira.

    —El dolor será pasajero; la fuerza que obtendrás de este será mejor recompensa —Aseguró Sen.

    Gendo avanzaba cómo si nada hubiera sucedido el día anterior; al parecer ninguna consecuencia parecía afectarle, sonreía emocionado con el nacimiento de un nuevo discípulo. Todo quien se cruzara en su camino, se hacía a un lado con velocidad y reverencia, demostrando el miedo que creaba en los corazones de todos los que le conocían.

    Castillo Imperial/Dojo
    [Gendo; Kuroki]

    El dojo se encontraba en la primera planta; Gendo deslizó la puerta y Kuroki pudo ver un dojo tradicional, pero los pasos de su ahora maestro no se detuvieron allí, avanzaron al otro extremo dónde también deslizó la puerta mostrando un gran patio de entrenamiento.

    Antes de salir; tomó una pequeña franela que tenía preparada cerca de la salida.

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    —El fuego puede ser mortal, un filo adicional al que guardas en el obi — dijo mientras le entregaba la franela; en su interior había un frasco con un combustible preparado y un pedernal — Esto siempre debes llevarlo cerca de ti; si permites que lo roben no podrás usar esta técnica, será tan valioso como tener tu sable.

    Gendo volvió a prepararse con Konton; la katana que le había prestado el día anterior; la sostuvo toscamente entre sus manos, acostumbrándose al agarre, no era el mismo; pero bastaba.

    —Un ataque con fuego exige tener medios disponibles; el material combustible siempre debe estar listo. El ataque con fuego requiere estar preparado para adaptarse y reaccionar ante los imprevistos; el viento debe estar a tu favor, si el viento arremete a tu rostro, el fuego no será tu aliado a tus manos. El agua en grandes cantidades al igual que la arena serán sitios a evitar en un combate dónde buscas la ventaja y a pesar de no tenerla; puedes usar la fuerza del combustible a tu favor —Sonrió — El fuego al instante provoca miedo en tu enemigo; lo desmoraliza.

    Sin previó aviso; Gendo golpeó la saya de Konton fuertemente en el piso —Desenvaina; sentirás el calor de mi espíritu —comenzó a desenvainar a Konton; Kuroki conocía esa arma; pero algo en ella ahora era diferente...

    El fuego comenzó a emerger mientras el filo veía la luz; el calor se sintió al instante.

    [​IMG]

    —La luz del fuego es una adicción; su calor un gran regalo que tu enemigo debe recibir. Hoy mueres o renaces —soltó una ligera risa; abalanzándose hacia Kuroki —Demuéstrame que no le temes a la muerte cuando te ve a los ojos.


    • Nivel=5
      PV= 200
      Fuerza= 20
      Protección= 10
      Katana Konton= +20
      Técnica= Gendōryoku (Fuerza de impulso)
      Potenciador=
      • El fuego se mantiene por 3 turnos
      • +4 al ataque

    • Fuerza= 20
      Protección= 10
      Agilidad= +2 defensa
      Fuerza de voluntad= +4 de ataque
      Katana= +12 ataque


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    Kuroki Fusatada

    Gendo me tomó del hombro mientras comenzabamos a retirarnos, incluso todos me dedicaron palabras de aliento, algo que agradecí internamente, avanzamos y todos se apartaban ante nuestra presencia, de cualquier modo, llegamos hasta abajo del palacio, en su primer piso, estaba un Dojo especial.

    Allí había toda una zona, pero lo que más destacaba era que atrás, había todo un patio, que fue donde nos dirigimos, aunque antes Gendo había tomado una franela.

    Tras unos pasos, Gendo me hizo entrega de la franela, el cual resultaba tener un frasco, y comenzó a explayarse, mientras tomaba a Konton, lo escuché con atención, delatando que el fuego parecía ser el principal arma de su poder, o al menos, como dijo, una herramienta secundaria.

    Como si en verdad fuese Kato, desenvainó, esto iba más allá de un mero entrenamiento, cuando Konton fué tocado al sol, sorprendentemente empezó a prenderse en llamas, había algo diferente esta vez.

    Miré sus ojos, los mismos resplandecian, y Gendo anhelaba que eludiese, y sin dejarme tregua, corrió a gran velocidad hacia mi.

    Lo miré, estaba sorprendido por lo repentino de esto, pero aún así, reaccioné, desenvainé la katana secundaria y me preparé para actuar, Gendo no lo sabía, pero ya había encarado la muerte antes e incluso, con Taiki me la había jugado...

    Lo ví acercarse a velocidad, y cuando todo apuntaba a que había reaccionado tarde, la realidad es que no era así, hice gala de mi agilidad y pude eludir con precisión el poderoso corte, uno como jamás antes había sentido, el fuego me abrazó por unos instantes, ya iba entendiendo el peligro y poder de esto...

    Aún así, después de ver qué había esquivado con éxito, miré de nuevo a los ojos a Gendo y preparé mi ataque para intentar hacerle daño, si es que tenía suerte... ¿Quería que sintiera su espíritu? Lo sentía... Ahora esperaba pudiera corresponder entonces.

    A HUEVO, ESO KUROKI CARAJO
     
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    Castillo Imperial/Dojo
    [Gendo; Kuroki]

    Kuroki pudo presenciar lo que intimidaba de aquella técnica. Estaba en un sitio abierto a plena luz del día; aun así, perdió la mirada de Gendo y sólo siguió la línea de acción que creaba el fuego, un movimiento estruendoso dónde el fuego parecía estirarse en un haz de luz. Pero el fuego iba detrás del impacto, el filo se acercaba a él antes de que el fuego lo hiciera.

    Las chispas brotaron cuando la katana de Gendoi chocó impactó en el suelo; allí el fuego los alcanzó y sintió el calor cerca de su rostro. El fuego se expandía por el suelo, fue rápido. La roca no se incendió; pero sobre de ella bailaron las flamas por unos instantes, demostrando el poder de aquel impacto. Kuroki había logrado esquivar, sintiendo el calor cerca de él; pero ni una simple llama logró rozar ni su ropa.

    Kuroki no esperó y atacó; pero también Gendo esquivó con velocidad su ataque.

    Cuando el fuego volvió a ser sólo una línea cubriendo la katana de Gendo, nuevamente Kuroki pudo ver el rostro de su maestro.

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    Una mirada de orgullo y satisfacción. No mostraba enojo, frustración; en este guerrero había un fuerte honor al combate, no demostraba un ego al ver que su oponente no recibía el impacto. Gendo estaba viendo a su nuevo sucesor, al futuro de su técnica.

    —Eres cómo yo —decía sonriendo — Tienes la mirada de alguien que no sólo no le teme al fuego —dejó escapar una ligera risa seca — Tus ojos no pueden desprenderse del fuego...

    [​IMG]

    —Quieres tener la fuerza y la implacabilidad del elemento; buscas su poder...— envainó de nuevo a Konton, matando el fuego del sable al enfundarlo —Ya tienes el poder del fuego; pero eso no es suficiente, debes ser superior; debes ser su dueño.

    Gendo se acercó a Kuroki —Se que esa mirada lo ha entendido todo...— Gendo miró hacia el dojo —¡Es el momento!

    Del dojo salió Saizo sosteniendo a un hombre; este intentaba soltarse. Lo lanzó para que cayera de rodillas frente a Saizo y Kuroki. Su manos estaban atadas detrás de él. Este suavizó su rostro mientras miraba al suelo.

    [​IMG]

    Por un momento; aquel hombre parecía ser Matsuda; pero no era él.

    Gendo miró al hombre hincado — Gracias a él; hemos perdido al pequeño Kinsuke y a la dama Shino. Su responsabilidad era no dejar pasar a nadie a los aposentos. Hoy, el gran General Ikeda no Kiteru morirá ante los deseos de nuestro Emperador.

    —Una manera sencilla para librarte de uno de tus rivales ¿No es cierto, Gendo? — preguntó Kiteru sin levantar el rostro.

    Gendo sonrió —Hoy, tu esperanza de recuperar Shimane muere. Todo tu esfuerzo soportando la estancia en Kioto, ir ascendiendo... para morir de esta forma. Aun puedes salvarte... si entregas el nombre de aquellos a los que ayudaste, dinos a dónde se fueron esos traidores y sabremos perdonar tu vida, y no tomaremos la tu hermano.

    —El error fue tuyo al traer a Fureku y Junpei desde Koga; sabía que los retenían para que yo mantuviera la frente al suelo. Se equivocan, yo sabía que no podría recuperar Shimane — Kiteru levantó la frente y miró directamente a Gendo —Pero no podía dejar que usaran a ese niño, no te iba a dejar el camino tan fácil. Gendo —sonrió —Será un honor reposar junto a Akamatsu no Kaji.

    Gendo borró su sonrisa —Ayudar a tomar la vida de un niño no te da el honor que crees haber obtenido. Cobarde.

    —Me hace cobarde; pero no estúpido ¿No es cierto? Eso fue lo que le dijiste a Takeda Minamoto, imbécil—gritó Kiteru mientras Saizo lo dejaba continuar — Cobarde fue tu plan; querer dominar con un niño. Se un verdadero hombre y enfréntate directamente al Emperador.

    Gendo avanzó hacia Kiteru; lo sostuvo del cabello con fuerza — Takeda no es estúpido; a mi desgracia. Lo dije simplemente para humillarlo. Si Takeda mataba a Kinsuke hubiera hecho el error más grande para su facción, hubiera hecho mi trabajo más sencillo; los enemigos que tenemos ahora podrían haberse vuelto nuevamente nuestros aliados ante tal grado de traición de parte de los Minamoto —sonrió — Ahora tenemos problemas más grandes tras su exitoso escape. La muerte del sucesor Imperial y la desaparición de nuestra Emperatriz... sin contar la muerte de Tomoe, eliminando a todo el clan Taira...—golpeó el rostro de Kiteru en el suelo y lo dejó allí con su propia fuerza.

    —Quería un camino con mucho menos sangre; pero ahora sé que no es posible —sonrió — Tú, todos los traidores; los clanes aliados a los Minamoto... Todo indica un gran cambio; el Imperio es mediocre — soltó a Kiteru — Y yo haré que todos entiendan algo... el clan Minamoto y Taira son débiles, sólo pelean por poder y pasión. Es momento de pensar por Japón... no necesitamos líderes débiles. Necesitamos fuerza, convicción y valentía. Ahora inicia la era de mi clan; seré visto como un tirano, un hombre despiadado... Pero Japón brillará nuevamente. Por fin entenderán la verdadera fuerza de este tierra.

    Gendo miró a —Kuroki; usa lo que te he enseñado. Desde ahora caminas a mi lado, hazme sentir más orgullo de lo que ya siento sobre ti.


    Escuela= Gendōryoku (Fuerza de impulso)
    Técnica= Hi no nagare (flujo del fuego)
    Ataque especial=Tsujikiri (probar un nuevo filo en cualquier persona) [d50]
    Maestro=
    Gendo Mori
    Técnica secreta= NO TIENE


    "Siempre mirarás al cielo para ver el humo negro. Yo soy el fuego, y tú no puedes ver el incendio, sólo la ceniza que dejo atrás."

    Descripción=

    • En todo el combate puedes utilizar el fuego; y cuando lo utilices debes tirar un d10, el usuario sólo tendrá una oportunidad:
    1-5 El fuego se mantiene por 3 turnos
    6-9 El fuego se mantiene por 6 turnos
    10. El fuego dura la totalidad del combate. (Una vez por guerra)​

    • El daño por fuego se sumará a tu dado de ataque por turno. Después de obtener el fuego en tu arma deberás tirar un d20 que indica el daño adicional. Este daño adicional se suma al daño de -15pv por turno al estar en llamas.
    1- el daño adicional es nulo al enemigo. Por un error te prendes en llamas a ti mismo con un daño adicional de +2
    2-10 el daño adicional es de +2 en este estado es un daño de tortura, la herida sangra y se cauteriza
    11-15 el daño adicional es de +3 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego.
    16-18 el daño adicional es de +4 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego.
    20 el daño adicional es de +10 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego. Si en este ataque el oponente bloquea, su arma se quebrará a pesar de poseer la cualidad de irrompible. Si en este ataque se obtiene ruptura, se quebrará el arma del oponente a pesar de poseer la cualidad de irrompible.

    • Si el enemigo obtiene ruptura en arma; el arma se quebrará si está en "estado fuego" a pesar de poseer la cualidad de irrompible.
    • El fuego sólo se propaga por contacto.
    • Si se está en un ambiente imposible para provocar que el enemigo se incendie (lluvias, etc) se podrá crear un daño por combustión (1 por combate) para ello debe tirarse un d5. Este daño es tanto para el enemigo como para el usuario. No podrá usarse adicionalmente al daño por fuego. No podrá usarse si el ambiente es propicio para el fuego.
    1- No hay daño por combustión
    2-4- el daño adicional es de +10
    5- el daño adicional es de +20
    Has sido alcanzado por las llamas; si tienen un río/lago/mar/arena cerca; podrás perder un turno para poder lanzarte a él y apagar el fuego. Si no es así; tendrás que rodar en el suelo esperando que las llamas se apaguen.

    • tirar un dado de 5; debe ser 4 o 5 para apagar las llamas (intentarlo representa perder un turno; perdiendo la oportunidad de tirar dados; se restará el pv perdido directamente a tu protección)
    • En cada turno en llamas perderás 15 pv (se suman estos al primer impacto)
    • No se puede apagar lanzando "agua" debe de haber un sitio con grandes cantidades de agua (Estanques; mar; río; lago, arena, etc)
    • Tus compañeros pueden ayudarte, perdiendo también un turno; también deberán obtener 4 o 5
    • Si el combate acaba y aun está en llamas; se podrán apagar sin necesidad de un dado.
    • Una larga exposición a las llamas podrán deformar tu apariencia (después del cuarto turno); si es que no mueres.
     
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    Kuroki Fusatada

    El ataque era sin duda alguna intimidante, el azote llegó y las llamas danzaron en el suelo, el salto que tuve que dar había sido extrañamente preciso, uno del que ni siquiera las llamas alcanzaron a rozarme.

    Era increíblemente diferente cómo algo tan sencillo como una katana prendiendose en llamas cambiaba por completo el tinte de predecir los ataques, aún así, pese a mi respuesta, Gendo consiguió eludir, y todo lo que quedó fué quedar de pié, mirando directamente al hombre, una vez que ya podía verle el rostro de nuevo.

    A pesar de todo, había algo extraño en todo, no sabría decir si místico, pero indudablemente, la imagen del fuego danzando y del cómo se desarrolló el ataque se me quedó, casi como si estuviese hipnotizado, a pesar de todo, no expresé nada, a menos de, tal vez, un poco de alivio de haber eludido ese ataque.

    No le tenía miedo, ni al fuego, ni a mis decisiones, a nada ya... Pero no hacía falta ser un profesional para saber que ese ataque pudo haber sido catastrófico a mí persona.

    Aún así, Gendo denotaba un fuerte honor, ya que no se mostraba frustrado por haber fallado el ataque, si no que él veía más allá, el veía en mí el futuro, lo sabía, no hacía falta preguntarlo, aún si no lo hubiese dicho.

    Era lo que estaba buscando...

    Habló, y de algún modo, comprendí perfectamente cómo debía lucir, todo era extrañamente claro, y comprendía por completo el alcance de Gendo, el porqué el fuego era su firma.

    Algo en el ataque se había quedado conmigo.

    Y una nueva literal llama se encendió en mí, una que jamás creí fuese a encenderse y del modo en como lo hizo, pero me hacía sentirme... Bien, y poderoso.

    Gendo habló por mí, enfundado a Konton, y volteó hacia el Dojo cuando había hecho ademán de enfundar la katana.

    Un nuevo rostro se hizo presente a lado de Saizo, y el hombre, acabó siendo obligado a arrodillarse, como hacía soles habían hecho conmigo en Mito, pero ahora yo era el que estaba de pie.

    El rostro se me hizo familiar, por un instante me preocupé, pero no era Matsuda, aunque decidí no dejarme centrar demasiado en ello.
    Ambos hombres empezaron a discutir, revelando que él era el responsable por la desaparición de Shino y la muerte de Kinsuke. Delatando también que, ya sabían que él era un hombre al que no le tenían toda la confianza, pues parecía que Gendo había hecho algo en Koga.

    Sin embargo, a pesar de todo, lo que se mostraba no solo era por ya no poder recuperar algo o no, si no que las razones de las acciones eran en extremo diferentes, todo era para reafirmar algo más grande, algo que Gendo ya había visto venir y quiso tomar cartas en el asunto, pero no le funcionó.

    Gendo parecía usar a Kinsuke para hacer algo mucho más grande, entonces no se enrabiaba por la muerte del sucesor de Akishino, si no se enrabiaba porque le habían quitado su medio de dominar... Y parecía que a Saizo no le importaba escuchar todo eso.

    Que detalle tan interesante.

    El Clan Taira aparentemente estaba fuera de juego, y digo aparentemente porque no me cuadraba que las cosas fuesen así, algo estaba sucediendo, algo del que de seguro ni los Minamoto estaban conscientes, y es cuando agradecí estar en donde estaba y ganar lo que había ganado.

    Por fuera, yo no hacía más que escuchar en seriedad y silencio, mirando al hombre, sin expresar nada. Kyuzo tenía mucha razón... A veces, es mejor solo escuchar.

    Gendo sentenció que el Imperio era mediocre, que ni el Clan Taira ni Minamoto valían la pena, que eran débiles y, entonces, solo quedaba uno que merecía el poder y el futuro... El Clan Mori.

    Todo estaba acomodado para rematar la situación, y era en extremo interesante escuchar esto, porque estaba percibiendo bastante, incluso Saizo no parecía reaccionar al hecho de oír como llamaba al Imperio mediocre, no era algo que me terminaste de fiar, pero eran detalles que tendría muy en cuenta.

    Aunque ya veía venir lo que seguía, Gendo me miró, por lo que le devolví la mirada y afirmé, preparando el frasco, la franela y el pedernal.

    Tal como decía Gendo... Era momento de iniciar la nueva era.

    Una vez todo hecho, utilicé el pedernal para prender en llamas la katana, a lo que me dediqué a verla un momento, viendo las llamas danzar unos momentos, mis ojos reflejando esa hipnotizante luz.

    No dije nada, solo me acerqué al hombre, y preparé mi ataque.

    Ikeda... Aunque no lo parezca, nos parecemos en varias cosas, espero que tu alma descanse, yo terminaré el trabajo sucio...

    Así tenga que dejar a las malas en claro, que insultarme y subestimarme es cometer un grave error.

    Sin mediar palabra, dí un tajo preciso y fuerte, lo suficiente para que el hombre también se prendiera en llamas, y acto seguido, enfundé la katana, matando el fuego en ella, sin dejarme resentir por la agonía que se estaba desarrollando.

    Simplemente... En verdad ya no sentía nada por todo esto, y ya estaba resignado a ello.
     
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    Castillo Imperial/Dojo
    [Gendo; Kuroki; Saizo]



    Lentamente vieron arder a su oponente; Kuroki pudo observar los rostros tanto de Gendo como de Saizo. Saizo observaba al castillo dándole la espalda a las llamas; un rostro calmado, imperturbable por los gritos, mirando al blanco reflejo de luz en el castillo.

    Gendo tenía los ojos en el mismo objetivo que Saizo; miraba al castillo pero las llamas estaban frente a él. Había una ligera sonrisa mientras las llamas se alcanzaban a reflejar en sus pupilas.

    —Todo va de acuerdo a las nuevas órdenes, Gendo— mencionó Saizo.

    —Bien... —dijo para después desviar la mirada hacia Kuroki — Quería obtener el Imperio de una manera civilizada; Kinsuke sería más fácil de enseñar y doblegar, me obedecería porque así lo indicaría su crianza; un plan largo y tedioso que estaba dispuesto a llevar a cabo hasta el fin —negó— No tenía otra opción en aquel momento; había un gran obstáculo. Ishikawa siempre había protegido a Akishino, siempre nos impidió hacer recomendaciones a nuestro señor; evitó que interviniéramos con cualquier decisión imperial.

    Los gritos de Kiteru se apagaron para siempre mientras la llamas lo seguían consumiendo.

    —Yo no podía hacerle nada a ese hombre; verme involucrado hubiera destruido el estatus que tanto he tardado en formar; sin saberlo, tú habías aniquilado a mi más grande obstáculo, un hombre al que jamás pude tocarle ni un sólo cabello. El bien y el mal es un término tan arcaico que da asco, ¿Qué puede definirlo? Es sólo un punto arbitrario en la moral de cada persona ¿Y quién dicta cual es la moral correcta? —Soltó una carcajada — La moral es un grillete del que debes liberarte.

    —Esa es una cualidad en la que te pareces a los shinobis de Koga— mencionó Saizo sin mirarlo, aun dándole la espalda a las llamas.

    —Pero a diferencia de ellos... ya no haré nada en las sombras. Levantaré todo este país con el poder de miedo. Arrancaré las debilidades de aquellos que no desean obtener el poder. Esa es la razón por la que lo que Takeda no puede pisar este castillo, no puede gobernar —le sonrió a Kuroki —Allí está el problema con Takeda. Si quiere el Imperio necesita desear el poder, no simplemente pensar que está en su derecho tenerlo por herencia de su padre; quién daba su vida por obtenerlo. El deseo por poder no se hereda; se lleva en el interior. Eso es lo que hace grande a un hombre —colocó sus manos sobre los hombros de Kuroki — Ese deseo lo quiero ver en ti. ¿De que sirve un guerrero perfecto si no tiene ímpetu?

    Gendo se separó de Kuroki y vio como las llamas en el cuerpo de Kiteru comenzaban a chirriar; indicando que el fuego estaba calcinando toda la sangre para llegar a los huesos.

    —Los huesos nunca ceden al fuego—dijo Gendo.

    El fuego es como la verdad; te consume rápidamente y te hace libre, pero al costo de la carne. La verdad te destruye como el fuego; y cómo él, la verdad es dolorosa porque uno siempre se aferra a lo que se vuelve imposible cuando se descubre lo que permanecía oculto. La verdad, al igual que el fuego; es difícil de controlar, es impredecible; pero al tenerla una se siente más poderoso aunque para ello hayas tenido que pasar por un dolor indescriptible.

    —Kuroki, ahora que estás de pie a mi lado todos buscarán dañarte, todo lo que es valioso en ti lo querrán poner en las llamas, porque ahora tú eres ese poder. Tú eres maestro del fuego... de este momento en adelante tu verdad es la absoluta hasta que llegue alguien más fuerte, alguien que sea como el hueso —Miró lo que quedaba envuelto en las llamas; los huesos sobresalían alrededor de trozos calcinados —Los huesos nunca ceden al fuego... —repitió Gendo; para después pisar con fuerza las llamas que envolvían los huesos, estos se partieron en pedazos mientras el fuego se dispersaba— Pero se quiebran al impacto; se trituran con la fuerza necesaria. Se esa fuerza, de ahora en adelante pisarás a cualquiera que estorbe en tu camino. Ese es el camino hacia el verdadero poder.

    —Es el momento —interrumpió Saizo.

    Gendo avanzó unos cuantos pasos hasta Saizo invitando a Kuroki a unirse a ellos —Akishino ha vivido ya demasiados años con su traición. La muerte de su hermano Haruki Yamato —dijo sin ninguna formalidad.

    Saizo le entregó una carta a Gendo; quien la abrió con delicadeza y comenzó a reír con una gran sonrisa en el rostro —Es perfecta —dijo para después mostrársela a Kuroki.

    No puedo más con esta verdad; tras la muerte de mi hijo Kinsuke a manos de un misterioso asesino ya no me queda nada.
    Por eso he decidido que mi muerte es inevitable.
    Necesito confesar los pecados de mi Emperador; una última traición para honrar a mi clan.
    Akishino asesinó a Haruki para tomar el poder; una de las manos con las que fue enterrado no era la suya.
    Esta mano aun puede ser recuperada de sus aposentos.
    [​IMG]

    —Shino no hubiera escapado del castillo por cuenta propia —dijo Gendo — Seguramente la muerte de Kinsuke la hubiera obligado a tomar su vida; pero hemos encontrado su cuerpo en la proximidad al castillo con esta carta en manos. O al menos esa es la historia oficial que diremos a los nobles.

    —Escapó con alguien pero el clan Taira y el Minamoto dejarán de importar cuando la verdad de la traición de Akishino salga a la luz. Recuperarla parece un esfuerzo inútil ahora que es incapaz de dar a luz nuevamente —
    la voz de Saizo era seria —Pero aun es un elemento que puede arruinar nuestros planes; es por eso que yo me encargaré de rastrearla y eliminarla.

    —Akishino ha sido el asesino de Haruki Yamato; en eso no mentimos —
    aclaró Gendo —Pero he sido yo quien lo incitó a hacerlo; Ishikawa también lo sabía y por ello dejé de ser consejero imperial. Pero después de largas estaciones; por fin puedo usarlo a mi favor. Akishino caerá; yo me casaré con alguna de sus hijas y de ese modo obtendré el poder absoluto. Yo seré Emperador, y cuando eso suceda... ya no esperaremos más como lo ha hecho Akishino a consejo de Ishikawa.

    Gendo apretó sus puños con fuerza mientras miraba el castillo —El tiempo ha permitido que nuestros enemigos crezcan, se fortalezcan. Yo no permitiré eso; daré inicio a la cacería, eliminaré a todos los que quieren pisar este castillo. Daré inicio a la verdadera guerra... no más juegos.

    Gendo volvió a girarse hacia Kuroki —Saizo buscará a Shino junto a Daidoji y Sayuri. Tú y yo iremos detrás de Matahachi; él fue quien me impidió hacer algo en la invasión al castillo; y ha robado algo que nos pertenece, un artefacto, un espejo que obtuvimos gracias a la muerte de mi hermana. Lo recuperaremos, y lo traeremos de vuelta. Esa será mi primera orden como Emperador.

    Gigavehl :/*-*\: por fin pude contestar!
     
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    Así... Estaba hecho, la breve labor había sido realizada, alcé la vista sin drama de por medio hacia Saizo y Gendo, y pronto me dí cuenta que estaban mirando ahora hacia el castillo, aunque a Gendo se le reflejaba parte del fuego en sus ojos, así como se alcanzaba a percibir una ligera sonrisa.

    Decidí imitarlos, mirando hacia el castillo, cuando Saizo habló de pronto, y volví la vista a Gendo mientras le prestaba atención. Explicándome lo que estaba tramando, y el porqué reaccionó como lo hizo, efectivamente, Gendo quería utilizar a Kinsuke, así le llevase años en ello, por eso también le había dicho lo que le dijo a Takeda cuando estábamos en el otro palacio, iba a servir como punto importante de aquello, pero al parecer, alguien o ya sabía esto, o lo vió venir, pues ya supimos qué fué lo que pasó.

    No solo eso, me sorprendió enterarme que Taiki había fungido como principal catalizador del mayor obstáculo de Gendo, parecía que Taiki no solo era el mejor amigo de Akishino, si no que incluso su principal consejero.

    Aunque no resolvía todas las interrogantes, sí que resolvía el porqué Gendo nunca hizo nada por detener la pelea que tuve contra él, porqué incluso decidió esperar por mí, ofreciéndome ser su alumno. No solo era porque evidenciaba el poder que yo poseia para no solo haberlo encarado, si no asesinado, si no era porque, de seguro, escuchó mis palabras que le había dedicado al hombre, o parte de ellas, y se dió cuenta justamente, que yo ya estaba harto de sentirme inferior al resto y, peor aún, ver a gente que se creía encima de los demás solo porque se sentían los elegidos del destino.

    Por eso debió haberme dedicado la moraleja cuando me esperó...

    Y esto explicaba porqué no parecían en lo absoluto desconfiados de que yo hubiese asesinado a Taiki, y, al contrario, siguieran apoyando a Gendo en mantener todo en secreto.

    Parecía que... Nuestros padres, el de Kohaku y mío siempre tuvieron más poder e influencia en Japón mismo de lo que pudimos imaginar...

    Luego comentó porqué le parecía absurdo e incluso ridículo que Takeda anhelase estar en el poder, ya que le faltaba lo que a Gendo, el deseo de poder, para él, no había verdadero líder si el mismo no anhelaba en primer lugar estar en esa posición que no fuese solo por herencia. Aunque tenía mi opinión al respecto, decidí no decir nada, por lo que solo seguí escuchando.

    Gendo me tomó de los hombros un instante mientras me hablaba, no le despegué la vista en ningún momento, dejándome en claro que, lo que buscaba Gendo en mí, era que, precisamente, anhelara ese nivel de ambición por el poder, que tuviese el verdadero ímpetu,

    Y era por ello que me había puesto a prueba como lo hizo, no me atacó solo para ver si eludia sus ataques, lo hizo porque sabía que si le tenía miedo, o a su técnica, o incluso a mis decisiones y a mi entorno sería suficiente para que hasta él percibiera que no tenía el espíritu... Y sin embargo, aquí estaba, no solo sin rasguño alguno, si no que demostrando justamente lo que él había estado buscando por tanto tiempo...

    Por eso veía el futuro en mí.

    No me dejó tiempo a reaccionar cuando lo vi aproximarse al cadáver quién ya exponía algunos huesos gracias al fuego, Gendo lo pisoteó mientras dejaba en claro que el fuego nunca aplacaba los huesos, en ese momento, tuve una breve reflexión acerca del fuego, algo que incluso ya comprendía en parte porqué la verdad siempre dolía tanto...

    Pero... A pesar de todo, yo siempre busqué el mismo, yo siempre estuve dispuesto a recibir todo el peso del mismo sin importar las consecuencias o el precio, siempre había estado decidido a indagar hasta el fondo de todo... Tal vez, y solo tal vez, por eso había acabado como lo había hecho, por eso era como lo era ahora, perdiendo por completo lo que fuí y lo que me volvía el chico que adoraban...

    Y aún así... Había algo...

    Aún había algo que me hacía no arrepentirme por nada de lo que hice.

    Tal vez mi pecado fué intentar redimirlos a todos, escuchar antes de juzgar y ejecutar... Pero no me podía importar menos.

    Ahora, por fin, conseguía lo que quería.

    Las palabras de Gendo acerca de que ahora yo era el elemento los entendí, toda esa breve reflexión me hizo entenderlo. El porqué lo decía de ese modo...

    No es que Gendo enseñase esto a alguien que fuese capaz de eludir sus ataques o incluso dañarlo, esto... Se lo enseñaba a personas que, justamente, tenían un espíritu tan poderoso como para incluso no dejarse doblegar ni siquiera por el peor de las adversidades, que se levantaba de los mismos y daba un nuevo impulso. El "ser" el fuego era el símbolo de que ni aún en medio de una tempestad así, te doblegarias...

    Por eso decía que ahora era maestro del elemento.

    Lo entendí, y solo observé en silencio cómo quebraba los huesos del ahora difunto, mientras aplacaba las llamas, aclarando que hasta que alguien más fuerte como el hueso llegase para destruirme, a menos, claro, que me volviese también en la fuerza antes que el oponente.

    Ni siquiera necesité preguntar nada, lo entendía a la perfección.
    —Jamás me había sentido tan capaz de hacer tantas cosas... Gracias, maestro—. Comenté brevemente, mientras me inclinaba un momento, agradeciendo la enseñanza, cuando ahora Saizo interrumpió.

    Me acerqué a él después de que Gendo me invitaste a estar con ellos, para escuchar el plan y lo que harían, Saizo no hizo ningún tipo de reconocimiento a Akishino, solo fué directo al punto, entregándole una carta a Gendo, quién parecía tan maravillado cómo cuando se hizo la noticia de Kinsuke, cuando me entregó la carta, lo comprendí.

    Esto se hacía pasar por Shino, y la revelación de que justamente un Yamato fuese asesinado por el Emperador era sin duda alguna una noticia increíble.

    Les devolví la carta mientras los escuchaba con atención, percibiendo al fin que Saizo no estaba a favor de Akishino, si no de Gendo, y que su desconfianza era como la de Daidoji, y a su modo, también me había puesto a prueba.

    Y podía estar seguro porque no hablaba de un modo que me amenazara, o dejase en claro que no me quitaría los ojos de encima. Hablaba con seriedad y yendo directo al punto, sin rodeos.

    Pero que reunión tan interesante...

    —Es una carta realmente convincente, en efecto—. Comenté, tenía que reconocerlo.

    —Entonces no conocemos a los asesinos de Kinsuke como tampoco a los que se llevaron a Shino. Todo lo que tenemos es un Crisantemo blanco... Si me permiten opinar, creo que debemos tener extremo cuidado, si bien tenemos algo con qué destrozar por completo a Akishino, no sabemos si secuestraron a Shino o si la sacaron. Me resulta llamativo que Kinsuke aparezca muerto y Shino desaparezca, el ataque de la Boda fué muy grande, Matsuda no pudo haber actuado sólo, incluso me atrevería a decir que los Minamoto tampoco... Esto va mucho más allá, tenemos más enemigos aquí de los que podemos pensar, incluso me atrevería a decir que buscarán mermarnos poco a poco. Estoy seguro de ello porque no supe más de Matsuda por soles enteros... No sobrevivió, dió con algo, y ese algo lo mantuvo con vida... Estamos en medio de una gran conspiración como lo hace el Crisantemo blanco. Me atreveria a decir que estamos en una carrera, y si no damos con los cabos importantes, estaremos en desventaja—. Opiné, también con seriedad, estaba también intentando acomodar un poco todo lo que había visto, tal y como pensé, no me creía que el Clan Taira hubiese sido acabado, Murai había escapado, y desde lo de Masuyo que no sabía más, así que por ahí debía estar el asunto, pero de seguro ellos ya estaban conscientes.

    Nuevas piezas llegaban de pronto, y eso preocupaba, pero confiaba en que ellos ya tenían en cuenta el asunto, y sabrían cómo llevarlo.

    Al final, Gendo apretó los puños, mirando al castillo, y poco después a mí, a lo que simplemente afirmé, sin cuestionar nada, me parecía un buen plan.
    —Me parece un buen inicio, Matahachi me tiene un odio colosal, lo supe desde nuestro primer encuentro... Se contuvo por Shiori, pero ya no está, y de seguro va a pensar que yo tuve que ver, que fuí un terrible amigo... No se contendrá ahora que no está... Pues bien por él, porque yo tampoco—. Dije, haciendo bastante énfasis en esas últimas palabras.

    >>Él y su amigo del parche me deben una... Me derrotó porque me faltaba experiencia, no lo voy a negar... Pero ahora, es mi turno de aplastarlo, y vaya que lo haré en grande... Sentirá al fin la severidad que puedo expresar ante alguien como él que se atrevió a mancillarme—. Concluí, mientras afirmaba de nuevo.

    >>Gendo, por favor, entiendo que te provoca rabia por el cómo se ha desarrollado esto y hasta ahora puedes actuar con libertad, pero si ves desde otra perspectiva, si no hubiese sido así, yo no sería ahora su alumno... Yo no habría tenido el viaje que me llevó hasta el ahora, así como tampoco yo no habría entendido nada de esto. En lo personal, creo que podemos estar más que bien con eso, ¿Qué opinas?—. Opiné, dedicándoles una leve sonrisa.

    >>Efectivamente, los juegos se acabaron, ahora tenemos el ímpetu para acabar con esto, nadie se va a medir ya, Yuzuki me lo ha dejado más que claro... Así que es justo corresponder—. Finalicé, seguro de mis palabras.

    Sin dudas... Era momento de iniciar la jugada final.
     
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    Castillo Imperial/Dojo
    [Gendo; Kuroki; Saizo]


    Gendo afirmó a las suposiciones de Kuroki — Por el momento debes eliminar toda duda de nosotros; es por ello que la muerte de Kinsuke se le atribuirá al mismo asesino de Tomoe... Matsuda. Un Minamoto —sonrió ligeramente y miró a Saizo.

    —Esto ha sido el plan del crisantemo— intervino Saizo para después mirar a Kuroki —Ahora que estás con nosotros, creo que es necesario que entiendas a grandes rasgos quienes son los crisantemos. Desde hace ya un par de eras atrás; se formó un grupo especializado de shinobis al servicio del Emperador. Estos, a diferencia de los shinobis de Koga o Iga, no eran comprados por el mejor postor. Los crisantemos estaban al servicio del Emperador por honor, y para pertenecer a ellos debías pasar varias pruebas, aquellos que no lograban convencer a su líder eran asesinados por la orden.

    —Se llaman crisantemos porque son leales al Emperador, la familia Yamato siempre ha portado el emblema del crisantemo dorado. Y por ello, ellos decidieron autonombrarse los crisantemos negros — Agregó Gendo.

    —La orden del crisantemo negro aun existe, y es un peligro para nosotros de este momento en adelante; el usurpar el poder de un Yamato es un acto de gran traición para un grupo selecto de personas devotas al Emperador. Es difícil de entender, ya que el Emperador jamás va a poner todo el Imperio en manos de una sola facción; por eso también existen los famosos "Kitsune" e "Inu" de los cuales ya hemos hablado —Saizo parecía entender perfectamente estas facciones, algo que daba a entender a Kuroki que era él quien mantenía toda esa información para ayudar a Gendo, un estratega. El estratega del clan Mori. Kuroki ya entendía muy bien esos rangos en los clanes, y sabía perfectamente que ahora él también tendría un rango.

    —Los crisantemos negros son los protectores silenciosos del Emperador, fieles ciervos a las sombras. Los "kitsune" son shinnobis rebeldes, ayudan al Emperador pero bajo su propia moral y en las sombras. Los "Inu" son fieles guerreros al servicio del Emperador, la gran mayoría estrategas sobresalientes. Después estarían los shinobis de Koga e Iga, shinobis al servicio de cualquier señor que esté dispuesto a pagar la suma que ellos buscan —Siguió explicando Saizo —Es importante saberlos distinguir; pero no te confundas, todo es la misma basura...

    Gendo soltó una ligera carcajada, mientras veía cómo Saizo decía aquello con seriedad.

    —Cómo bien deduces, Kuroki. Matsuda no pudo haber actuado solo. Pelee con él, estaba desnutrido y pude ver su espíritu a través de sus ojos, una mirada enfocada pero muy cansada. No es la mirada de alguien que ha entrenado por un tiempo para atacar de tal modo, fue usado —agregó Saizo.

    —La ausencia de Shino y Konan es algo que delata al imbécil de Murai —señaló Gendo — Pero no se llevó los cadáveres de la plaza central y mucho menos pudo detener la muerte de Tomoe. Murai está débil y se nota.

    —Murai no planearía matar a Kinsuke. Por lo tanto creo que la muerte de Tomoe y Kinsuke fue realizada por los zorros; o una nueva facción —dijo sacando de entre sus ropas el crisantemo blanco.

    Gendo escuchó lo que Kuroki dijo sobre Matahachi, mostró su alegría al saber que compartían un objetivo sin necesidad de imponérselo, de nuevo confirmó su buen juicio al tomarlo como alumno —Matahachi parece un oponente formidable; pero tiene una gran debilidad. Su brazo derecho no soporta demasiado tiempo en el combate, un buen ataque en su punto débil y quedará incapacitado —dijo hacia Kuroki.

    —Pero no debes confiarte; con una flecha podría matarte —agregó Saizo —Su fiel perro siempre lo protege para que nadie se acerque a él... Rei es demasiado estúpido, por lo que su vida no tiene valor para él en combate; y un hombre que no tiene ya nada que perder es peligroso.

    —Son presas menores comparadas con otras que debemos encontrar —
    la voz de Gendo, tan confiada cómo siempre.

    —Los cazadores del Imperio —dijo Saizo deteniendo a Gendo — Han viajado en dúo mucho tiempo; no son shinobis, no saben cubrir su rastro de asesinos anónimos y aun así han salido ilesos a todas nuestras intervenciones. Son un dúo invencible en combate, la fuerza bruta de Rei es incontrolable y aun más si usa la escuela maldita que posee; una que conoces perfectamente, Gendo. Y Matahachi a distancia es mortal. Son de los pocos guerreros que saben combatir en un equipo impenetrable...— dijo Saizo para evitar que ambos subestimaran a sus futuros oponentes — En estrategia están en desventaja —dijo para después mirar a Kuroki —Ustedes poseen la misma escuela; una que Rei y Matahachi conocen. No pueden simplemente correr hacia ellos esperando que su ímpetu sea superior, su mente también debe serlo. Sen irá con ustedes; sabrá arreglarlos si se descuidan.

    Gendo comenzó a reír pero no alegó nada con Saizo y afirmó para después regresar su vista a Kuroki —El destino nos ha sonreído demasiado como para morir a manos de esos dos inútiles. Tienes razón, ahora puedo actuar con la libertad que siempre desee. Tomemos Japón de una vez por todas —dijo con seguridad —Les demostraremos lo que un dúo más capacitado puede hacer —volvió a mirar a Saizo — Sen podrá observarnos, estoy seguro que sus servicios no serán requeridos.

    Saizo afirmó —Entonces vayamos al salón principal... tenemos una reunión que atender antes de usar el blanco por luto.



    Castillo Imperial/Sala de audiencias
    [Gendo; Kuroki; Saizo]


    —Entonces son estas tus verdaderas intenciones... —la voz de Akishino resonó en el interior de la gran sala.

    Gendo no dejaba de sonreír siendo él y sus hombres los únicos que estaban de pie en aquella sala, mirando al frente. Sin miedo al actual Emperador.

    Allí, Akishino esperaba hincado, del lado derecho se encontraba Sayuri y del izquierdo estaba Daidoji; ambos sometiéndolo, detrás de él estaba Kuroki. A su alrededor estaban sentados varios nobles; todos con sus miradas pegadas al tatami, no podían creer lo que estaba sucediendo.

    Saizo estaba de pie en la entrada, de esa manera impediría que el traidor escapara. Saizo estaba de pie frente al Emperador, mientras que los nobles temblaban hincados detrás de él.

    [​IMG]

    —El usurpador Akishino... —dijo Gendo —Asesino de nuestro Yamato no Haruki...

    Los nobles ya habían visto las pruebas, leído la voz de Shino. Akishino debía ser condenado. Su legado estaba cimentado en una traición.

    —¿Y a esto cómo es que le llamas, Gendo? —preguntó Akishino —¿No es la misma traición de la que me acusas?

    —Yo te estoy dando un juicio digno, algo que le negaste a tu hermano. Un espacio que no debería darte para expresar arrepentimiento, pues podemos notar que no muestras ni un poco.


    —¿Te atreves a juzgarme cuando has sido tú quien implantó la idea de aquella traición en mi mente? —le recriminó Akishino.

    —Yo no derramé la sangre del Emperador a traición, puedes decir cualquier mentira para justificarte y aunque fuera verdad esto no te absolvería. Mataste a tu hermano... y expulsaste a su único sucesor —Alegó Gendo

    —¡Y ese sucesor fue asesinado!— gritó con furia uno de los nobles, era Sekaku, el médico que los acompañaría en su próxima misión. Una intervención perfecta para evitar más cuestionamientos sobre la idea sobre el asesinado de Haruki —Un adepto en la orden del crisantemo negro, a órdenes de Ogen-sama. ¿Quién más podría comandar a un crisantemo negro si no es el mismísimo Emperador?

    Los nobles comenzaron a hablar con fuerza entre sí, alegando algunos por Akishino, otros por Gendo.

    —Yamato no Taiyo — mencionó Saizo —Asesinado cobardemente; tampoco pudo luchar por su vida, murió en cautiverio por veneno. Cobardía...

    —Tú has sido quien eliminó a todos en Yamato, Kanagawa—
    recriminó Akishino a Gendo, se quería levantar pero Sayuri lo impidió — Tú fuiste quién eliminó a la familia Kamino, aquellos que estaban destinados a unirse en matrimonio con los Yamato.

    —¿Culpas al militar por ejecutar tus órdenes? — la voz de Gendo era seria.

    Murmullos nuevamente entre los nobles.

    —Yo, a diferencia del resto te estoy dando la oportunidad de eximirte. Toma tu propia vida —dijo Gendo —O un duelo que resultará en tu muerte. Si no aceptas ninguno, serás sometido y ejecutado.

    [​IMG]

    —Exijo un duelo —Akishino no pediría algo, era el Emperador. Tomaría su decisión como era pertinente.

    Sayuri le entregó a Akishino sus armas con respeto mientras este se ponía de pie frente a Gendo.

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    1. Puedes observar el duelo [No necesitas dados]
    2. Puedes pedir que el duelo sea contra ti [Un d50]
    3. Puedes asesinar por la espalda a Akishino [No necesitas dados]
     
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    Saizo decidió explayarse junto a Gendo acerca de lo que estaba sucediendo, y me dieron un mejor contexto de lo que estaba sucediendo, no solo con los Crisantemos, si no con los mismos Kitsune e Inu, entonces en teoría Murai había intervenido en el ataque a la Boda... ¿Acaso era algo que Takeda hubiese permitido? De otro modo no podría tener sentido, no pude estar mucho tiempo con él, si esto resultaba ser cierto... ¿Porqué no me dijo nada? ¿Acaso en verdad mis acciones no eran entonces similares a las de él? ¿O todo habrá sido una coincidencia? Tomando en cuenta lo de Matsuda... No lo creía así, pero seguía teniendo mis dudas.

    Solo seguí escuchando con cuidado, era como si de pronto, todo hubiese estado mucho más conectado de lo que se pudo haber creído... Y para cuando Saizo sacó el Crisantemo blanco, tenía sentido.

    Pero si algo había aprendido en todos estos días, era a no fiarme de lo primero que viese, si ni Saizo tenía por seguro qué había sucedido con Kinsuke y Shino, entonces algo estaba ocurriendo...

    Maldición, tal vez estaba más expuesto de lo que pude haber pensado en un inicio...

    Aún así, no mostré angustia, seguía estando bastante centrado en todo lo que habían dicho, los datos revelados, debería tenerlos muy en cuenta de ahora en adelante...
    —Así que eso es lo que sucede... Entonces con más razón habrá que actuar con precisión—. Dije, para después mirar a Gendo, el dato del brazo de Matahachi era uno realmente relevante, uno que personalmente no creí que tuviera, pero por mucho que me hubiese escuchado seguro de mí mismo, la realidad es que en el fondo no me quería confiar, eso lo seguía teniendo presente, había dicho que me sentía capaz de hacer tantas cosas, mas no que me sentía imparable, nunca era bueno hacer eso.

    Sabía que también ya jugaría un papel en el Clan Mori, la única pregunta ahí era... ¿Cuál?

    Pronto, se nos dejó en claro que debíamos ir a una reunión antes del blanco, por lo que regresamos al castillo...

    Ahí, ya todo se había desarrollado, ahora estaba detrás de Akishino, observando todo en silencio, estudiando, mientras los nobles estaban aterrorizados, lo normal.

    Hubo una fuerte confrontación entre Akishino y Gendo, Saizo como Senkaku habían opinado al respecto, y varios de los presentes mostraban duda, Sayuri y Daidoji sometían al Emperador, todo parecía acabado para Akishino, pero aún así, parecía dispuesto a luchar por su vida, uno del que llamó mi atención.

    No me inmuté, a pesar del ambiente, Sayuri le hizo entrega de sus armas a Akishino con respecto mientras por mi parte lo miraba.

    Personalmente, no me habría importado en lo más mínimo solo desenfundar y penetrarle el corazón a Akishino, pero justamente ahí había una fuerte discusión sobre cómo se traicionó a otros... Y no todos los nobles estaban de acuerdo, además, cabía señalar que Gendo dejaba en claro, muy en claro que el verdadero guerrero atacaba siempre de frente, jamás por la espalda.

    Percibía que Saizo y Gendo no les agradaban los shinobi, y mira, la casualidad que yo soy justo uno de ellos. Pero si entendía bien, a pesar de que tenía la oportunidad de acabar con esto, lo más seguro es que Gendo no me lo perdonaría, y no estaba muy seguro que convendría sacrificar aquello ahora, Gendo sabía lo que hacía, y si yo era su alumno, era porque me quería dejar en claro que encarar al enemigo siempre era lo mejor.

    Aunque en lo personal no me importaría romper esa regla cada que viera conveniente.

    Aún así, pese a todo, decidí quedarme serio en mi lugar, sin hacer nada... Observaría este duelo, uno que, en lo personal... Creo que poniendo otro contexto y dejando caer lo mío, nadie me tendría piedad alguna y ni me dejarían tener la oportunidad de luchar con nada. ¿Porqué tomarse la molestia?
    O bueno, pensaría eso de no ser por un detalle, pero decidí no darle más vueltas al asunto.

    No, definitivamente lo mejor era observar, Gendo no me había insistido tanto con lo de atacar de frente y con ímpetu por nada, ahora tocaría ver cómo pelearía el hombre...
     
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    Castillo Imperial/Sala de audiencias
    [Gendo; Kuroki; Saizo; Sayuri; Daidoji; Senkaku; Akishino]


    Akishino se aproximó a Gendo mientras este sonreía emocionado. Había esperado ese momento por tanto tiempo y por fin podía saborearlo. Notó como los suyos observaban sin intervenir, algo que también lo hizo sentir satisfecho y con mayor energía para la lucha.

    Los nobles se abalanzaron hacia la puerta, intentando alejarse de la reacción; pero incapaces de escapar, no por alguna restricción sino por intensión de presenciar aquello. No deseaban ver sangre, no querían crear caos o una nueva revolución; pero sabían que su responsabilidad era observar. Sólo dos nobles no se replegaron hacia la salida, uno fue Senkaku y el otro fue un hombre de cabello largo; quién observaba sin algún tipo de emoción en su rostro.

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    Akishino se acercó lentamente en guardia hacia Gendo. Iba a arriesgar todo; pero debía acercarse lo suficiente.

    —La traición siempre te alcanza... — dijo Akishino; no sólo para Gendo, sino también para sí mismo. El sabía que de aquello por lo que era acusado había sido cierto.

    —Matar a tu hermano para quedarse con su poder; erradicar a los Minamoto simplemente porque representaban poder. Eliminar a aquello que te alimenta no es sabio. Los ciervos mueren ante los lobos; pero si el lobo caza a todos los ciervos, causa la hambruna para toda su especie, su extinción... tu has erradicado a los Yamato. No yo —le recriminó Gendo mientras Akishino lo observaba con rabia. Gendo sabía perfectamente que era lo que le aconsejaba a Akishino; Taiki Ishikawa se lo advirtió. Pero poco pudo restaurar Ishikawa cuando las acciones de su mejor amigo ya habían sido ejecutadas.

    Akishino sería recordado como un traidor. Había caído en una trampa, una paciente trampa...

    Gendo rompió la defensa de Akishino al instante, lo había estudiado. Cada movimiento del Emperador, cada cambio de respiración; conocía todo de él mientras que Akishino no sabía nada de él, de sus deseos y ambiciones; de cómo Gendo deseaba que la aristocracia feneciera y un líder militar tomara el poder. No más arte o ciencia... sólo guerra.

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    La katana de Gendo atravesó el estómago de Akishino haciéndolo gritar de dolor —Si, la traición siempre busca venganza y la encuentra con la muerte. Pero hay algo que olvidas Akishino, algo que tu no posees... Habrás derrotado a Haruki; pero jamás fuiste más fuerte que él. Y eso es lo que me espera, quien busque derrocarme deberá doblegar mi poder... Y eso es imposible.

    Akishino cayó al piso aun en agonía cuando una flecha se dirigía al rostro de Gendo, este logró esquivarla para después mirar a Saizo; quien afirmó y salió de la habitación para intentar dar con la persona que lanzó esa flecha.

    El noble que se mantenía inmutable ante la escena se levantó; desenvainó su katana y cortó de un tajo el cuello de su Emperador; evitando su sufrimiento. Sus acciones habían sido tan rápidas que ninguno de los presentes pudo reaccionar a su movimiento.

    El honorable Akechi Nomiya — dijo Gendo ante el muchacho que ya envainaba nuevamente su katana con los ojos cerrados en señal de respeto al difunto Emperador; pero no lo reverenció, ya que había muerto como traidor — No merecía tu acto de bondad.

    Akechi hizo una leve reverencia ante Gendo.

    —¿Es cómo agradeces a tu nuevo Emperador el no tomar tu vida ante este acto de irreverencia? —
    Daidoji le reclamó a Akechi.

    —Cuando Amaterasu le ilumine en la ceremonia de poder; yo inclinaré todo mi cuerpo para evitar que el Sol queme mis pupilas —Dijo Akechi irguiéndose nuevamente —Por el momento; puedo verle a los ojos como un igual —Culminó para después retirarse de la habitación.

    Los demás nobles se quedaron en la habitación sin saber mucho que hacer; fue Senkaku quién comenzó a darles órdenes, mientras Gendo salía de la habitación haciendo que los nobles llevaran su frente al piso con cada paso que daba al exterior.

    Daidoji se acercó a Kuroki —Ese era Akechi... ha sido un estorbo por mucho tiempo. Es el primogénito del clan Nomiya de Gifu. No se muere; por más que sea enviado a peligrosas batallas, cómo podrás haberte dado cuenta, el maldito es veloz; una técnica de su padre. Y de todos los Nomiya, es el único que lo ha dominado.

    Sayuri se acercó a ambos —¿Quién habrá sido tan estúpido cómo para intentar matar a Gendo de esa manera? — dijo observando la flecha aun clavada en la pared.
    Gigavehl
    • Puedes seguir a Akechi
    • Puedes seguir a Gendo
    • Puedes permanecer con Sayuri y Daidoji
    • Puedes intentar buscar a Saizo (un d20 y debe ser de 15 o superior)
     
    • Espeluznante Espeluznante x 3
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