Kanagawa Kamakura

Herbolaria
[Momoka; Sasaki]

Sasaki observó a Momoka preparando la manzanilla; aun era algo inexperta, pero se notaba que sus manos habían hecho algo como eso; Sasaki lo notaba, cómo médico. Aquellos herboristas dedicados a la medicina solían tener algo de pigmento amarillo entre las cutículas por la recolección de ingrediente florales; a diferencia de los fabricantes de veneno, los cuales no usaban las manos para nada, usando sólo los instrumentos.

—Hay manera de enviar una misiva, si —dijo Sasaki —Ryohei podrá ayudarnos con ello.

Contenido oculto

Mori Sho aun no se ha ido de Kamakura; pero se va a ir a Minami. A menos que Momoka quiera ir a otro lado y llevárselo xD

 

Momoka Ashikaga

No tenían problema con que evaluaran mis trabajos, por algo era un estudiante y cualquier forma de mejorar era bienvenida, pero la mirada que sentí de costado por parte de Sasaki sí logró ponerme un poco nerviosa. De cualquier forma hice lo mejor que pude, logrando así obtener la anhelada medicina, no pude evitar sonreír ante el resultado. Me quedaba un largo camino por recorrer, pero eso no tenía por qué impedir disfrutar los pequeños avances. Tras eso, Sasaki respondió a la pregunta de la misiva, la cual tomé con una sorpresa que no demoró en tornarse en una alegría aun más profunda que la anterior, reflejada en una sonrisa amplia. Busqué calmarme antes de responder, por lo que la sonrisa se menguó a una más suave.

—Encantada de recibir toda la ayuda necesaria —procedí entonces a hacer una leve reverencia—. En verdad muchas gracias. ¿Me acompañas, entonces?

Las ansias me hormigueaban en el cuerpo, con la misiva podría librarme de que rumores maliciosos llegaran a oídos de mis padres, aparte de darles a entender que, dentro de lo posible, me encontraba bien. Aparte, según recordaba Minami me acercaba a Gunma, por lo que acompañar a Sho podría llegar a ser beneficioso para cualquier decisión que tomara luego.

Contenido oculto

En busca de Ryohei uwu

 

Herbolaria
[Momoka; Sasaki]

Sasaki la miró por unos instantes; iba a decirle que no la acompañaría, que él se quedaría a terminar de ordenar; pero sabía que aquella joven no conocía Kamakura, y no quería que terminara perdida o envenenada en algún sitio. Kamakura podía ser algo peligrosa para los nuevos visitantes.

—Sígueme — Su voz era neutra; y no coincidía con sus acciones, pues seguía ordenando la herbolaria. Y así lo hizo, ordenó todo antes de guiar a Momoka. Tal vez pudo decirle que la guiaría, pero que le diera antes un poco de tiempo para ordenar. Cualquier persona lo habría hecho; casi cualquier persona.


Castillo
[Momoka; Sasaki; Ryohei; Jiin]

Dos hombres conversaban en una de las salas a las que Sasaki guio a Momoka —El pelón es Ryohei

Contenido oculto: Ryohei

—El otro es Jiin; nuestro actual señor de Kamakura.

Contenido oculto

No muy lejos de allí, se encontraba Sho hablando con dos pequeñas; Sasaki las señaló —Ella es Kyoko y la otra es Himawari...— las volvió a mirar —¿O será al revés? —suspiró; algo apesadumbrado; tal vez un recuerdo amargo —Te dejo en sus manos, iré a... ordenar mis cosas— Tal vez, aquel hombre buscaba actividades para mantener su mente ocupada, y no recordar.

Contenido oculto: Kyoko y Himawari

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Mori

 

Momoka Ashikaga

"Sígueme" Había dicho, pero al contrario de lo que dijo continuo ordenando. La leve sorpresa se mostró en mi rostro, para después esperar con paciencia lo que tuviera que hacer. Y, tal como esperé, apenas terminó sus labores me guió sin mediar palabra, de todas formas sonreí en agradecimiento. Las calles eran oscuras y la brisa me generaba escalofríos, era definitivo que algo en el ambiente era distinto en esta ciudad. Pronto nos encontramos en el pasillo y sin ningún inconveniente de por medio, en completo silencio, llegamos a la sala donde se encontraba la persona que me podría ayudar. Tenía que admitirlo, las palabras con las que Sasaki se dirigió a Ryohei me dieron gracia en el fondo, pero estuve lejos de hacer siquiera una ligera mueca de risa. También volvió a presentarme a Jiin, aunque tuviera bien fresco su recuerdo de cuando llegamos, aunque la enfermedad que cargaba en ese momento me impidiera presentarme con buen porte.

—Buenas noches —saludé al par con una leve reverencia, para luego atender a las siguientes presentaciones de Sasaki. En eso el rostro apesumbrado de Sasaki logró captar mi atención, aunque fuera incapaz de descifrar que provocaba ese pequeño cambio—. Señor Sasaki —alcé la voz antes que se marchara, buscando su mirada para regalarle una suave sonrisa—. Muchas gracias por su ayuda —dije con un leve inclinamiento de cabeza. No era en verdad una gran recompensa y a estas alturas podía llegar a ser reiterativo, pero en verdad sentía que debía decirlo— Que llegue bien a la herbolaria—. Y tras decir eso no le molesté más.

Inhalé hondo y volví a mirar mi alrededor, exhalando por la nariz. Al divisar a Sho le saludé con un suave meneo de mano, desde lejos y sonriente, pero tenía otra cosa que hacer primero, así que me acerqué a Ryohei y Jiin. Tenía algo de nervios encima, pero si había sido capaz de hacer la tontería de dirigirme a Akishino, ¿por qué no podía repetir lo mismo ahora? Pero claro, sin que fuera una tontería.

—Soy Momoka —comencé con una leve sonrisa—, llegué junto al joven Kuroki y el resto— Y tras eso mi rostro se torno algo más serio—. Intenté ayudarlos cuando fueron en busca del joven Sho... pero ya sabrán que no nos fue muy bien —comenté eso último con una sonrisa apenada—. Me preocupa que rumores falsos sobre mí condición actual lleguen a mi ciudad, como sí estoy muerta o aún reclusa, así que me preguntaba si podrían ayudarme a enviar una misiva a la ciudad de Maebashi, en Gunma —proseguí con la seriedad correspondiente, para luego hacer una reverencia bastante pronunciada—. En verdad estaría muy agradecida de ser posible esa ayuda.

Tan solo era eso, poder hacerle saber a mamá que estaba bien. Que cualquier otra cosa que dijeran sería una mentira, que no tenían que ponerse en riesgo por mí. Que, de enviar una misiva, no llegara tarde a sus manos.

 

Castillo
[Momoka; Sasaki; Ryohei; Jiin; Sho; Himawari; Kyoko]

Jiin la saludó con alegría y Ryohei con una leve reverencia.

—Claro que es posible —mencionó Jiin sin antes consultarlo con Ryohei; éste lo miró y afirmó

—Sabemos cómo enviar mensajes sin alertar a los enemigos, puede contar con ello — dijo Ryohei para después salir de aquel sitio rápidamente.

—Fue a buscar la tinta y el papel —le avisó Jiin para que no creyera que se había ido sin el mensaje —Es bueno ver que lentamente se han recuperado; lamento mucho por la situación que pasaron, debo recordarles que en Kamakura tienen un sitio seguro para refugiarse —sonrió —Aunque no lo parezca por los recientes acontecimientos.

Ryohei volvió con lo necesario para la misiva; se lo entregó a Momoka —Cuando tenga todo escrito, tardaremos varios soles en entregarla; pero llegará lo más rápido posible.

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Mori

 

Momoka Ashikaga

La alegría no demoró en bañar mi rostro en cuento confirmaron que podían hacer posible mi petición, incluso con el gran agregado de que podían hacerlo sin alertar a los enemigos. Afirmé cuando Jiin aclaró que el señor Ryohei había ido en busca de tinta y papel. Reí con suavidad ante sus últimas palabras, nunca había conocido Kamakura antes, aunque si había escuchado sobre la gran fortaleza que poseían, por lo que no me quedaba más que confiar en las palabras de Jiin.

—En verdad, muchas gracias por la hospitalidad y ayuda que nos han ofrecido —agradecí con una pequeña reverencia, para luego erguirme con una suave sonrisa en el rostro—. Gracias a Sasaki por la medicina y a ustedes por brindarnos un lugar para estar hemos logrado recuperar fuerzas que nos hacían falta. Creo que hablo por todos cuando digo que estoy agradecida—. Incluso me estaban ayudando con la misiva, a mí, que en realidad no tenía por qué tener tanta relevancia, por lo que sentía que mis palabras no estaban de más y agradecería cuanto fuera necesario. En eso llegó Ryohei con los implementos adecuados para escribir la misiva—. Entiendo, no hay ningún problema con ello —respondí ante cuánto se demoraría en llegar la misiva.

Tras eso me posicioné para poder escribir la misiva con más comodidad, imbuyendo la pluma con tinta tras haberme detenido el tiempo necesario para pensar en qué escribir. Una vez preparada, la pluma cruzó con gracia y rapidez a lo largo de todo el papel, se notaba la concentración en mi rostro al escribir.

"Te escribo desde Kamakura, mamá. Debido a un par de inconvenientes me vi separada de mi escuadrón y en el intento de ayudar a unos jóvenes que me encontré por los bosques cerca de Yamato terminé recluida en Mito, Ibaraki. Te escribo esta misiva para informarte de que logramos escapar de aquella situación y ahora mismo me encuentro bien, por lo que si llega alguna noticia de Mito respecto a que estoy recluida o algo peor, no debes de creerles. Por ahora pienso acompañar a uno de los jóvenes que intente ayudar hasta Minami, para luego dirigirme a Maebashi.

Espero vernos pronto y con bien, cuídate como me cuidarías.

Momoka"

Solté un leve suspiro cuando terminé la carta, para luego volver a colocar las cosas que me entregaron con la pulcritud que tenían antes de usarlas. ​

—Aquí tiene—. Hice entrega de la misiva a Ryohei, con la suave sonrisa plasmada en el rostro, para luego erguirme y agradecerles una vez más con la leve reverencia incluida—. Confío en que llegará a manos de Azumi, es una médica reconocida en la ciudad, así que no debería haber dificultades en localizarla sí la buscan al decir que van por mi nombre. Ahora, con permiso.

Con al confianza de que la misiva estaba en buenas manos me despedí de ambos, para luego buscar a Sho con la mirada, más animada al tener la esperanza de que mi madre recibiría la misiva sin mayores problemas. Una vez localicé al joven de Yamato me acerqué a él y la niñas sin prisas.

—Buenas noches —dije con una leve reverencia—. Soy Momoka—. Me presenté a las chicas con una suave sonrisa, para luego dirigirme a Sho—, ¿ya tienes pensado qué hacer desde ahora? ​

 

Castillo
[Momoka; Sasaki; Ryohei; Jiin; Sho; Himawari; Kyoko]

Jiin le sonrió, no estaba acostumbrado a tal formalidad pero fue un aire fresco para él —Siempre podrás sentirte bienvenida en Kamakura; ayudaste a los nuestros, y eso no se olvidará.

Después Momoka comenzó a redactar y le entregó al culminar las letras a Ryohei. Todo estaba listo para enviarse —Me encargaré de que lleguen lo más rápido posible —culminó Ryohei antes de retirarse.

Momoka se acercó a Sho y las dos chicas, se presentó y ellas hicieron lo propio; mencionando sus nombres con el apellido Minami. Terminadas las presentaciones Sho suavizó levemente su garganta, la cual al parecer aun le dolía levemente —Pensaba volver a Yamato; pero me han insistido a que vaya a Minami; creen que su madre puede ayudarme. ¿Y tú, Momoka? ¿Piensas en volver a casa?

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Mori

 

Momoka Ashikaga

Kyoko y Himawari eran en verdad dos gotas de agua, yo ni siquiera tenía hermanos, así que cuando me tocaba presenciar dos personas identicas en apariencia no dejaba de sorprenderme. Al menos tenía sus kimonos como referente para diferenciarlas.

—Un gusto —respondí con una sonrisa a sus presentaciones, para luego centrarme en Sho, quien se debatía entre volver a casa o buscar ayuda con la madre de las gemelas. El recuerdo de su hermana logró menguar mis animos, así que cabizbaja pensé en cuál podría ser la mejor opción para él—. Uhmmm... Ah, sí, pienso volver a casa —respondí entonces con la suave sonrisa que casi siempre solía acompañarme, para luego plantear el asunto con más seriedad—. Puede que te convenga ir a Minami, ¿no? Si la ayuda es posible, sería mejor intentar abarcar el problema lo antes posible...— Miré otro momento el suelo, luego volví a sostener la mirada del chico con una sonrisa preocupada—, pero confío en que sabrás cuál es la mejor opción para ti. Si es que terminan por dirigirse a Minami, no tengo problemas en acompañarlos, me queda de paso—. La idea lograba subirme un poco los ánimos.

 

Castillo
[Momoka; Sasaki; Ryohei; Jiin; Sho; Himawari; Kyoko]

Sho afirmó —Ciertamente no sé que hacer; pero esta es la única solución que se me ha planteado, tal vez sea lo mejor. Sería un placer que nos acompañaras, Momoka — mencionó mientras terminaban de hacer los preparativos para irse.

Cuando terminaron; Jiin los despidió, dándoles unos caballos para que sus viajes fueran más amenos; no tenían demasiados ya, así que Momoka tuvo que compartir con Sho y Himawari con Kyoko.

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Mori

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El rol de Momoka continúa en Kai​

 

Ginko Harutomo

—No se preocupen, ahí adentro no hay nada ilegal— le comentó a los guardias que revisaban el bote, mientras él disfrutaba de su humeante pipa de opio. Luego se dirigió hasta el hombre que fue a darles la bienvenida y lo saludó con una breve reverencia.

—Estaré muy complacido de pasar a visitar a mi padre, pero antes quisiera acompañarlos hasta el dojo por si llegaran a precisar cualquier ayuda de mi parte en lo que mencionó Kato— redirigió sus últimas palabras hacia los Minamoto que lo aompañaban —Es lo que corresponde por el favor de haberme acompañado hasta aquí— agregó tras ofrecer su ayuda.

 

Togashi

Al reparar en los restos de navíos flotando en las aguas, Togashi no pudo evitar pensar en Gonsake. Se habían prometido luchar juntos, pero aquello quedaría momentáneamente en un plano más espiritual, quizás metafórico. Por la naturaleza de sus misiones debieron separar caminos, lo que lo dejaría otra vez en la incertidumbre sobre la suerte que estaría corriendo; el alejamiento tuvo el regusto amargo del pasado. Al menos, ahora sabía en dónde y con quiénes se encontraría.

Pelearían bajo el mismo estandarte.

Las palabras de Kojiro lo sacaron de su ensimismamiento. Su hermano se había recuperado en el transcurso del viaje, tal era la fortaleza de su cuerpo que le hizo falta poco tiempo para sostenerse en pie. Togashi lo había cuidado, se mantuvo a su lado y le dio conversación para que desconectara la mente de los azotes de dolor. Ahora comandaba el navío, sorteando con habilidad los restos de la guerra y alcanzando el puerto.

La ciudad permanecía en alerta, como era de esperarse. Él estaba al tanto de la batalla librada en ese lugar, con la que el enemigo intentó aprovechar la ausencia de Kato Harima a su favor. Pero Kamakura no era Wakayama. Los civiles lo dejaron en claro durante el ataque, haciendo que el Imperio retrocediera con la cola entre las piernas. Lastimosamente hubo destrucción y muerte, al final eso era lo único que dejaban las batallas. Ni triunfo, ni derrota.

Y se avecinaba el fuego desde Kioto.

Togashi obedeció las indicaciones de los guardias con su habitual solemnidad, mientras que Ginko trató de tranquilizarlos con los comentarios relajados que lo caracterizaban. El herrero no había llegado a conversar mucho con él, pero lo consideró un buen compañero de viaje. Así, terminado el registro, pudieron poner pie en la ciudad, donde fueron recibidos por un hombre al que no tardó en reconocer: Ryohei.

—Es un gusto volver a verte, Ryohei —respondió Togashi con una leve reverencia—. Me gustaría ver a Jiin para ponernos al día y saber qué necesita Kamakura —dijo—. También quisiera hacerle algunas preguntas a Jiin, pues he venido aquí porque necesito investigar un sitio en particular.

Miró Ginko y Kojiro, frente a quienes asintió ligeramente. Dio a entender que los dejaba libres con las decisiones que tomaran, sobre todo porque había notado la curiosidad de su hermano, probablemente querría explorar por su cuenta y hasta entrenar.

 

Castillo/Salón de audiencias
[Ginko; Yoro; Kotono; Jiin; Ryohei; Togashi; Kojiro; Hinata]

​

Ryohei los llevó hacia el salón de audiencias. Kojiro había decidido acompañarlos, estaba interesado en explorar pero no por su cuenta; qué mejor para él que acompañar a los locales.

Ryohei le mencionó a Ginko que esta vez no se encontraban en el dojo, cómo solían estar si Kato controlaba la prefectura, en esta ocasión Jiin se encontraba en el castillo con su esposa e hijo, y una visita.

Al ingresar al castillo pudieron notar una gran diferencia de la última vez en aquel sitio. Había muchas más reconstrucciones en la ciudad, más movilidad de civiles y un ambiente más ameno. Esta vez, algunos les sonrieron al pasar. El castillo y Kamakura se sentían más vivos qur nunca.

Al entrar al salón principal, Yorokubi corrió hacia Ginko, reconociéndolo de inmediato. Junto a Jinn se encontraba su mujer, Kotono. Y frente a ellos también había un rostro familiar; era Hinata de los Asakura; quien sonrió al ver a Ginko.

Hinata corrió hacia Ginko y le abrazó con fuerza; algo que lastimó al Harutomo.

—Togashi— lo reconoció Jiin mientras se acercaba a él, después miró a Ryohei —Gracias por recibirlos.

—¡Pensamos que el opio te había llevado! —dijo Hinata a Ginko, liberándolo de su abrazo —Vinimos aquí a preguntarle a tu padre de tu ubicación y nos informó que estabas con bien. Menos mal.

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Bruno TDF Slam

 

Ginko Harutomo

Le sorprendió ver una Kamakura más alegre y encendida que de costumbre, lo que lo animó a encender su pipa. "Cuando el Kato no está, los ratones hacen fiesta" pensó con una sonrisa que se sumaba al resto de caras contentas que merodeaban por el camino hacia el castillo.

Una vez adentro, lo recibió primero de todos el pequeño que corrió a saludarlo —¡Joven Yorokubi! ¿Cómo has estado?— se inclinó un poco para devolver el saludo, pero enseguida debió levantar la vista, pues otra sorpresa lo esperaba; Hinata también se encontraba ahí y nada pudo hacer para evitar ese abrazo de oso que ya se le venía encima.

—También me alegra verte, Hinata, pero me vas a quebrar una costilla— le comentó entre dientes hasta que lo soltó.

—Sí, todo esta bien—dijo sonriendo —Con este pequeñín nos metimos en un lío y desenterré por accidente una espada maldita— mencionó, mirando a Yorokubi con complicidad, era un alivio poder estar junto a ese niño sin una voz en la cabeza diciéndole que lo mate como cuando sostuvo esa espada —Después una cosa llevó a la otra y terminé viajando con Sora y Kato Harima hasta Wakayama donde ese loco se cargó a un ejército él solito... fueron unos días agitados— mencionó descargando el instrumento más pesado que cargaba; otro alivio —Pero Wakayama es una bonita ciudad, había artistas en las calles y una tienda con instrumentos musicales, así que traje souvenirs para mis tres Asakuras favoritos— le extendió el obsequio para que lo tomara —Quería traerte un Koto o un Wadaiko que son resistentes y colosales como tú, pero me era imposible transportarlos, así que te traje que este Shamisen que fue lo más grande que pude cargar— se llevó una mano detrás de la cabeza, con una risita avergonzada —¿Mi padre está en su cuarto habitual? Pasaré a saludarlo un momento, pero no se vayan sin mí si van al dojo, que también tengo curiosidad de ver qué hay...— mencionó esto último hacia los Minamoto que lo acompañanan, en especial hacia el herrero Togashi.

Contenido oculto

Amelie Bruno TDF

Mi intención es ir a hablar un ratito con el padre de Ginko que debe estar por ahí nomás en el castillo y volver enseguida.

No entendí si lo que pedía Kato a los Minamoto era ir al dojo o sólo a hablar con Jiin esté donde esté, pero si van al dojo no se olviden de llevarse al Ginko! xd

 

Castillo/Salón de audiencias
[Ginko; Yoro; Kotono; Jiin; Ryohei; Togashi; Kojiro; Hinata]

​

Hinata soltó a Ginko y le sacudió los hombros para acomodar todo lo que pudiese haber roto; así no funcionaba el cuerpo pero para Hinata aquello era lo más sencillo por hacer. Después de sacudir al pobre Ginko recibió el shamisen con un rostro de incredulidad; y por primera vez, tomó algo con delicadeza entre sus manos —¡Siempre quise uno de estos! —dijo emocionada —Pero papá siempre decía que sería un desperdicio; pues lo rompería...— dijo acomodándose para intentar tocarlo, y al instante de que posó sus dedos en las cuerdas, estas se tensaron y rompieron.

Mientras tanto Jinn asimilaba lo que Ginko había dicho de su padre, y mostró preocupación.

—¡Papá tenía razón!— dijo acongojada para después mirar a Ginko — Perdón, pediré que lo arreglen por mi y lo guardare en el exhibidor familiar — después esperó a que Ryohei afirmara a Ginko.

—Su padre está en su habitación como es lo usual — dijo Ryohei hacia Ginko para después verlo partir hacia allá sin escolta alguna. Era curioso ver como los Harutomo siempre parecían conocer todos los lugares que pisaban, mostrando familiaridad y despreocupación en su andar.

Habitación médica
[Ginko; Sasaki]

Sasaki levantó la vista al instante cuando el aroma a opio lo distrajo de su lectura. Por un breve instante pensó que en la entrada veía a su hermano, obviamente no era así —Ginko... —le sonrió levemente—... has fumado muy recientemente.

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Slam

 

Ginko Harutomo

No pudo evitar soltar una carcajada cuando Hinata cortó las cuerdas y eso que había sucedido lo más esperable.

—La próxima contrataré unos caballos para traerte un Wadaiko—

Luego se dirigió hasta el recinto de su padre y éste lo recibió con un comentario sobre su hábito con el opio.

—Culpable— respondió tranquilamente, levantando un poco las manos con una sonrisa —¿Cómo estás, papá? Contigo nunca es claro si es un regaño, un reproche resignado o una simple observación. Mamá solía ser mucho más clara y directa, seguro me daba un coscorrón— hizo una pequeña pausa al notar que estaba hablando de su madre, cosa que no solía hacer, pero continuó como si aprovechara la inercia para hacer un poquito de catarsis —Siempre me pregunté cómo hacían para entenderse... ¿Y cómo fue que terminaron juntos? Creo que nunca te lo pregunté—

 

Togashi
Salón de audiencias

Al atravesar sus calles, pudo constatar que Kamakura ya no se encontraba envuelta por ese aire denso, pesado, y hasta ominoso, que había percibido en su única visita. A su alrededor pudo ver algunos daños estructurales que testificaban la batalla que allí se libró, en ausencia del Águila, pero eran muy escasos en comparación a las reconstrucciones. El movimiento era constante, había más voces murmurando conversaciones entremezcladas y, en general, toda la ciudad se notaba más animada. Más viva.

Lo mismo podía decirse del castillo, lugar en el que Jiin se acercó a recibirlos. Togashi le dedicó una leve inclinación de cabeza a modo de saludo, pero no llegó a decir nada a causa de las escenas que se produjeron alrededor de Ginko, las cuales se dedicó a presenciar con algo de entretenimiento. Primero se le había acercado un niño que, según tenía entendido era el hijo de Jiin, también reconoció a Hinata en el momento que estuvo a punto de causarle heridas internas a su compañero y miró con interés los instrumentos que fueron repartidos a modo de regalo. Mantuvo la compostura frente al pequeño incidente del shamisen, porque tenía su costado cómico, y finalmente volvió a centrarse en Jiin cuando Ginko fue llevado a una habitación para reunirse con los suyos.

—Es bueno ver que Kamakura se levanta con fuerza —dijo—, quedé realmente preocupado cuando supe que habían sido atacados. Si hay algo que podamos hacer para ayudar a la ciudad, no dudes en pedirlo —habló, con su solemnidad usual.
>>Y confirmo lo que ha dicho Ginko. Había un ejército cerca de Wakayama para amedrentar a sus habitantes y al señor feudal, pero Kato y Sora vencieron a sus comandantes, tras lo cual convencieron a los soldados para que se unan a nuestra causa. Posteriormente llegaron barcos con el mon de los Minamoto, por lo que podemos garantizar que Wakayama quedó asegurada. Ginko, Kojiro yo pudimos venir gracias a estos hechos.

Hizo una pausa para dedicarles una mirada, tanto a Jiin como a su familia.

—El motivo por el que estamos aquí… Es porque Kato me dio cierta información, sobre algo que me puede ser de utilidad. Y quería preguntar algunas cosas al respecto.

 

Castillo/Salón de audiencias
[Ginko; Yoro; Kotono; Jiin; Ryohei; Togashi; Kojiro; Hinata]

​

Jiin afirmó ante Togashi —Mi padre no suele dar información sin razones, en sí no suele darla aunque las haya. Parece que considera inútil hablar si no hay una persona inteligente que tome sus palabras con sentido. Al parecer te considera inteligente o al menos interesante ante sus ojos —sonrió negando, pues a pesar de todo lo que su padre representaba, le quería y admiraba como el guerrero que era.

—Dime en qué puedo ayudarte.

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Bruno TDF

Habitación médica
[Ginko; Sasaki]

Sasaki sonrió ligeramente ante la pregunta; miró a Ginko como si buscara algo, un "algo" diferente en su hijo — Siempre fui más callado que tu tío; pero éramos iguales físicamente —inició mientras terminaba de ordenar los documentos frente a él; para no perder el hilo de lectura — Cuando tu madre se acercó a hablarme yo fui tajante y descortés... "No soy Ujihisa..." recuerdo haberle dicho para después darle la espalda — negó algo avergonzado — Tu tío tenía una personalidad interesante que atraía a las mujeres, y yo estaba acostumbrado a ser confundido con él. Por ello yo jamás fumé, pensé que con eso podrían distinguirnos, no funcionó. Esos ligeros detalles son notados por pocas personas.

Ssaki era una de esas personas que notaban esos detalles; por eso podía distinguir si su hijo había consumido algo, si su ropa estaba mal acomodada, si algo en el había cambiado... Ginko había heredado o aprendido de él sin darse cuenta, incluso se podría considerar un gran detective.

—"Eres Sasaki, no estoy equivocada" me respondió tu madre a pesar de mi voz seca y distante —Sasaki continuaba su historia — "Tú preparaste el arroz; un poco de vinagre y cebollín encima. Eres el único que busca levantar el sabor del arroz en estas tierras" —sonrió hacía Ginko, era una sonrisa tan sincera que contagiaba —En esos momentos aun seguíamos aquí en Kamakura, mi hermano, los Asakura y yo. Fueron tiempos difíciles, fríos; todos entrenando porque se decía que una guerra se aproximaba, por lo que aquellos que cocinábamos debíamos ser prácticos, nutrir a los guerreros era una tarea sencilla; pero yo agregaba algo de sabor a su dieta. Nadie lo notaba pero aquello no me importaba, yo lo notaba y para mi eso era más que suficiente.

Sasaki entrecruzó los dedos, temblaban levemente, era emoción contenida —Kinoha lo notó —el nombre de su madre resonó en la memoria de Ginko, hace mucho tiempo no lo escuchaba — "Te traje más especias... " recuerdo que me dijo mientras volteaba a ver lo que había traído —soltó una risa, algo extraño en él —Me trajo plantas venenosas, y yo creí que intentaba indigestar a todo el ejército. Se lo recriminé y noté la vergüenza en su rostro, ella no quería envenenar a nadie y me expresó con angustia que ella las había probado hace unos momentos y pensó que sabían muy bien —Miró a su mesa de trabajo, seguramente allí su madre había dejado las plantas en el pasado...

Contenido oculto: Flasback

Sasaki miró las plantas en su mesa y supo perfectamente que eso traería diarreas incontrolables; por lo que debía actuar con rapidez. Buscó entre sus frascos el indicado.

—Toma esto, curará tu estómago — dijo Sasaki hacia Kinoha quien no tomaba el frasco de la mano de Sasaki—Entre más rápido lo tomes, menos mal sabrá.

—Quiero morirme — Dijo Kinoha cubriendo su rostro avergonzado.

—Eliminaste un peligro para tus compañeros al arrancar todas estas hierbas—mencionó Sasaki para demostrarle que no debía castigarse tanto por un error que se pudo evitar. Sabía que Kinoha era leal a sus compañeros y a la guerra; pero no consideraba que debía morir por ese simple error.

Kinoha descubrió su rostro, mostrando el enrojecimiento de este.

—Tal vez también seas alérgica a...

—¡Quiero morirme de vergüenza!— Kinoha interrumpió a Sasaki con un fuerte grito — Quería asombrarte y terminé ridiculizándome ante ti. ¿Esta es la historia que le quiero contar a nuestros hijos cuando crezcan? ¡¡Ah!! —dijo volviéndose a cubrir el rostro.

Sasaki podía ser serio e incluso estoico en algunas situaciones; pero se jactaba de ser observador y no fue capaz de notar ese ligero detalle desde el inicio. Aun así, no era una piedra que seguía sin notarlo, sus manos comenzaron a temblar... emoción contenida.

—Podemos decirles que nos conocimos paseando cerca de un estanque lleno de flores de loto —dijo sentándose a su lado, tranquilizándola... correspondiéndole.

Kihoha volvió a descubrir su rostro para buscar el de Sasaki. Miró sus manos, temblando aun con el frasco en ellas; Kinoha tomó el frasco y lo bebió de golpe.

—¿Me lo juras? —preguntó Kinoha.

—No puedo. Debo contarles la verdad para que sepan diferenciar hierbas venenosas — Bromeó Sasaki para después mirarla directamente a los ojos.

Ella le sonrió avergonzada. No habían dicho nada... pero lo habían demostrado todo.

Sasaki miró a Ginko —Nos entendíamos sin palabras. Observábamos los detalles —le sonrió —Saber cocinar ayuda mucho también... por eso te he enseñado lo mejor que sé.

Contenido oculto

Slam

 

Togashi
Castillo (Salón de audiencias)

Jiin remarcó que Kato no acostumbraba a proporcionar información, ni siquiera cuando existían motivos sólidos para hacerlo, frente a lo cual Togashi se limitó a asentir en un gesto comprensivo. No olvidaba la mañana en la que se halló frente al Harima, en el Dojo de Kamakura, con un Takeda inconsciente en sus brazos y Kuroki a su lado; Kato no se molestó en responder las preguntas que le había hecho sobre la caja de música y los demonios carmesíes, apenas le concedió las palabras suficientes para hacerle entender que no valía el mínimo gasto de saliva. La experiencia le hizo entender que existían más lenguajes aparte de las palabras. Fue un aprendizaje que le habían transmitido tanto padre como hijo: pudo acercarse a Takano a través del entrenamiento físico, y Kato lo tuvo en consideración luego de que Kojiro hiciera hablar a su forja, al empuñar a Haiku.

Tomó con calma que lo calificaran como alguien posiblemente inteligente o interesante. Hace algunos días habría sentido un involuntario orgullo ante tales nombramientos, sobre todo si lo avalaba un guerrero del tenor de Kato. Sin embargo, su actitud se había moderado tras la plática con Kyuzo, y todo lo que trajo consigo. Se mantuvo humilde, procurando mantenerse más en el sendero del humilde artesano que en el del orgulloso herrero.

Miró a Jiin, carraspeó ligeramente y recitó las palabras que dijo el padre de éste:

—“Debajo del puente en Kamakura hay una vieja herrería. Sé perseverante y encontrarás algo de utilidad allí” —hizo una pausa para que las asimilara—. Han pasado muchas cosas desde la última vez que estuve aquí, Jiin; lo que debes saber es que, actualmente, me desempeño como herrero. Kato me dio esta pista luego de enfrentarse en un duelo a Kojiro; la nodachi que porta fue forjada por mi mano —dijo, tranquilo, mirando a su hermano con una leve sonrisa; era de afecto hacia el joven, no de orgullo.

>>Mi intención es investigar esa herrería —dijo, volviendo a girar hacia Jiin—. Y me sería de gran ayuda conocer algunos datos sobre ese lugar. Por ejemplo: Su historia, los herreros que allí se desempeñaron y si tenían alguna especialidad. Y, en particular, me gustaría saber cómo era Kato Harima frente a la forja…

Al terminar de hablar, tomó a Asahi en un puño y la sacó de su cinturón, manteniéndola dentro de su saya. La enseño a Jiin.

—En mi viaje, me enteré que esta katana la forjó él. En mis manos, tomó el nombre de Asahi.

 

Castillo/Salón de audiencias
[Yoro; Kotono; Jiin; Togashi; Kojiro; Hinata]

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Jiin pidió permiso de tomar a Asahi con un movimiento de manos, al hacerlo pudo desenvainarla con el mayor respeto; sonrió con melancolía en su mirada, una que permanecía clavada en el brillo de la katana, cómo si en ese brillo pudiera ver una escena, algo que le evocaba recuerdos dolorosos.

​

—Ni mis hermanos ni yo ganamos el privilegio de conocer esa herrería, esta es la primera vez que puedo observar a detenimiento un arma suya, intentar verlo como el herrero que también es— dijo sin despegar la vista de Asahi —Escuchábamos rumores. De niños tuvimos mucha curiosidad de buscarla; creo que fue mi primera vez que escuché los silbidos... la primera vez que conocí la famosa habitación de la reflexión del monte Genji. Pasé allí demasiado tiempo y pensaba en quién podía haber creado aquella prisión tan impenetrable con sólo madera...El guerrero perfecto, se crea en soledad, ¿Cómo crear a un demonio? Las distracciones mundanas arruinan al guerrero; estas deben desaparecer. Destruye lo que más ama; puede que caiga en el abismo del olvido o renazca como demonio. Y cuando adquiere la mirada de un demonio, será capaz de derrotar al otro; así su sangre trasciende, el legado sigue —Recitó absorto. Fue Kotono quién logró sacarlo de sus recuerdos con su mano reposando en el antebrazo de Jiin, calmándolo al instante.

Jiin sonrió al sentir a Kotono y después enfundó a Asahi para volver a extenderla a Togashi —No sabíamos de ese sitio hasta hace algunos soles; cuando Kuroki y Satou desafiaron a mi padre en dicho lugar.

Miró a Togashi — Fuera de aquella armería quedó la tumba de Satou Fusatada; su arma aun clavada allí por Kuroki. Sólo debes bajar por el puente que ha sido reconstruido; el acceso ahora es más sencillo, aun así debes cuidar tus pies para no resbalar, la caída sería fatal.

—¡El demonio carmesí!— gritó Yoro emocionado —Allí también vivió el demonio carmesí.

Jiin miró a su hijo y lo cargó —¿Le has visto?— preguntó preocupado.

Yoro negó —Tío Ren me dijo, demonio que da mueido mucho mueido — decía aun sonriendo —En la montaña de noche; al fondo del puente y el el río

—Fantasmas... — interrumpió Kojiro — Kaori me hablaba mucho de ellos; estaba fascinada con sus historias; ella creía en una vieja leyenda que decía que Kaito Harima; el padre de Kato; decía que su hermano y él habían vendido sus almas a un demonio a cambio de un arma muy poderosa.

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Bruno TDF