Habitación secundaria

Se trata de una habitación blanca con ornamentaciones doradas, sigue el mismo estilo victoriano de decoración que los pasillos y otros espacios de la casa. La cama se encuentra arreglada perfectamente.
Cerca de los cristales de la ventana, que permiten una vista de la terraza y la piscina, se encuentra una pequeña mesa con un par de sillas.

A la derecha de la puerta hay un escritorio, encima tiene varios cuadernos de bocetos, lápices de grafitos, gomas de borrar y una laptop cerrada. Mientras tanto a la izquierda hay un balcón como el del pasillo, separado de la habitación por una puerta de cristal.

Aquí y allá, sin alterar el orden de la habitación, hay más cosas de arte, desde un caballete hasta canvas de diferentes tamaños y pliegos de papel. Casi parece una copia de la sala de arte del Sakura.

No tiene pinta por la decoración, pero esta es la habitación de Katrina Akaisa.

Conecta con: Pasillo

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Estado de Nova: Despierto (se puede lanzar otro dado de cincuenta caras porque Shiori Kurasawa se retiró), pero al estar en compañía de Katrina no hace falta.

¿Qué hará cuando se acerquen? Dado de cincuenta caras.

• 1-14
• 15-30
• 31-50
• Personas rasguñadas hasta ahora

• ???
• 
  
  ♠ El gato abre los ojos pero no parece atemorizarse por tu presencia, se queda en su almohadón esperando por tu siguiente movimiento.​
  
  Deben lanzar un siguiente dado de doce caras (lo pueden lanzar todos los presentes en la habitación pero quien lo falle no podrá acariciar al gato de no ser que alguien lo acierte y le haga ver al animal que no se le hará ningún daño).
  
  ♣ 1-6: El gato se asusta por un movimiento brusco o un ruido exterior, te rasguña pensando que le harás daño y permanece en su almohadón, con el pelo erizado.
  ♣ 7-12: El gato se levanta y busca que lo acaricien.​
• ???
• 
  ♠ Shiori Kurosawa.

 

—Uy, espero que no estés insinuando lo que creo que estás insinuando, Shio-chan~ —solté, con un claro tono de indignación fingido, incluso llevándome la mano al pecho y todo—. Pero digamos que sí, we had our fun~

Lo último lo dije recuperando ya el tono normal y la sonrisa sedosa. Al fin y al cabo, le había sacado un polvazo, algo de hierba y la seguridad de que, si me apetecía, podría volver a tirármelo otro par de veces, y era realmente lo único que necesitaba de él.

Mientras ella bebía de la copa, me di cuenta que sobre la mesa había un pequeño bol con frutos secos. Me hice con un puñado para llevármelos a la boca, y tan centrada estaba en ello, que me pilló un poco desprevenida notar que la morena me enganchaba de la mano para arrastrarme al exterior del salón. Eso, por supuesto, no significó que opusiese resistencia, porque no fue el caso ni de lejos.

Seguí bastante centrada comiendo mientras subíamos las escaleras y fue en el pasillo de arriba que ya tuve que dejar de comer y, no sé, poner las neuronas a pensar o algo para intentar adivinar la habitación de Katrina.

>>Veamos... si yo fuese la habitación de Katty-chan, ¿dónde me pondría? —murmuré, llevándome una mano hacia el mentón en un gesto reflexivo y paseando por el pasillo para examinar las diferentes puertas—. Here~

Juraría por cualquier cosa que había acabado abriendo una puerta al azar y que no seguí ninguna clase de lógica, así que las probabilidades de haber fallado eran bastante altas. Y, claro, esa fue mi primera impresión al ver el panorama.

>>Nope, it cannot be this one.

Retrocedí sobre mis pasos, cerrando la puerta y todo con ello, pero me quedé mirando la misma un par de segundos, pensativa y con el ceño fruncido. Volví a abrir y me adentré mejor en la habitación, mirando alrededor con más atención. Y tuve que hacer un esfuerzo titánico por no partirme el culo ahí mismo, mientras iba viendo las cosas de la academia en el escritorio o los lienzos repartidos por ahí, indicando de manera bastante clara a quién pertenecía el cuarto.

Me dejé caer sobre la cama y reboté un par de veces en la misma antes de echarme hacia atrás, tumbándome por completo. God it was comfy.

>>Oh God, Katty-chan, I cannot respect you anymore...

Contenido oculto

Hitori oh vaya, mira eso, una cama y estamos solitas 7u7

 

Me erguí en la cama como un resorte y le di otro vistazo general a la habitación tras escuchar a Shiori, sin poder ni pretender esconder la diversión en mi rostro. Busqué después a la chica, alzando un poco las cejas al ver que dudaba tanto en entrar y apenas lo hacía con un paso. No es que fuese de mi incumbencia, y en general me daba igual, pero digamos que tampoco iba a perder la oportunidad de intentar descubrir algún cotilleo.

—¿De qué conoces a Katrina, Shio-chan? —pregunté, así sin más, como si fuese una pregunta de lo más rutinaria y sin ninguna intención detrás.

Bastante obvio que los rumores que rodeaban a Akaisa habían llegado a mis oídos hacía tiempo y la información se había quedado guardada en algún punto de mi memoria vete tú a saber por qué, pero igual podía hacerme la tonta con una facilidad ridícula. Y, bueno, los rumores no dejaban de ser eso, rumores, y habría que contrarrestar los datos~

Sea como fuere, la presencia del gato no me pasó desapercibida tampoco y un chispazo de emoción de lo más infantil me cruzó el rostro con ello. Me quité los guantes a la velocidad de la luz, dejándolos sobre la cama, y me levanté para acercarme al cojín donde estaba durmiendo. Me agaché en un intento de ser silenciosa y extendí la mano para intentar acariciarle la zona entre las orejas con cuidado.

>>Shio-chan~ Look, a kitten~

¿Qué? Hasta yo tenía un soft spot por los animales, tan hija de puta no era.

Contenido oculto

GATETEEEEEE

 

Me había distraído echándole un ojo a la habitación a pesar de movimiento que había detectado. Los lienzos puestos aquí y allá, pinturas a medio terminar, bocetos, algunos eran manchones de pintura directamente; la verdad era que nunca me había parado a observar las cosas de Katrina con detenimiento, a pesar de que había estado dentro de la casa un par de veces.

—La conocí cuando ella tenía doce. Lo primero que le pregunté era si hablaba japonés bien, esperando porque el semáforo cambiara para cruzar un paso de cebra —dije y se me escapó una risa—. Luego de eso seguimos pasando tiempo con ella. Ah, quiero decir, nosotras y mi hermano mayor.

Los tragos me habían aflojado la lengua más de la cuenta, porque desde que había entrado al Sakura me había evitado el tener que hablar de Kaoru y todo el asunto, siendo que los únicos que lo ubicaban eran Katrina, Al y, por rebote, Jezebel; luego Koizumi se sumaría a esa lista cuando se transfirió recientemente.

La verdad bastante poco me interesaba lo que Welsh hiciera o no con esa información, que en sí era bastante críptica. Seguí caminando despacio con la habitación, dándole un trago a la copa de vez en cuando, al menos lo hice hasta que vi a Alisha reaccionar. Se sacó los guantes como un relámpago y se acercó a donde había detectado el movimiento antes, alertándome de la presencia del gato.

El animalito abrió los ojos con cierta pereza, revelando que así como su dueña sus ojos eran heterocromos. Se estiró y todavía atontado se quedó quieto ante la aproximación de la rubia aunque no parecía todavía muy convencido del asunto.

Dejé la copa en la mesa cercana e imité a Alisha, acuclillándome y estirando la mano hacia él.

—Hola~ —dije con voz suave pero pareció escuchar un ruido, se aplastó contra su almohadón y me lanzó un golpe con las garras descubiertas, que me acertó en el dorso de la mano. La retiré rápidamente y me levanté, dándole espacio, en sí no estaba molesta al pobre lo habíamos despertado porque sí—. Parece que tiene el carácter de Akaisa-senpai.

Recordé de repente a Astarte, el gato negro que había entrado luego de que se me fuese la puta pinza en la enfermería el día de las pruebas, se había dejado cargar como si nada. En parte era gracioso que el gato de Katrina específicamente me hubiese rasguñado, parecía que me tuviera mala leche por lo que le había hecho a su dueña.

Contenido oculto: Resultado.

Dado de 15-30: El gato abre los ojos pero no parece atemorizarse por tu presencia, se queda en su almohadón esperando por tu siguiente movimiento.
Debes lanzar un siguiente dado de 12 caras que definirá la reacción final de Nova, este dado lo pueden lanzar todos los presentes en la habitación pero quien lo falle no podrá acariciar al gato de no ser que alguien lo acierte y le haga ver al animal que no se le hará ningún daño.

Yo acabo de tirar mi dado en el post anterior, como resultado:
1-6: El gato se asusta por un movimiento brusco o un ruido exterior, te rasguña pensando que le harás daño y permanece en su almohadón, con el pelo erizado.

Actualizado el primer post del tema con su estado y las opciones desbloqueadas.

 

Eh~ ¿Desde los doce añitos? Qué curioso. Pensar que en esa época Kat estaba conociendo a Shiori y a su hermano mayor en un semáforo, seguramente recién llegada a Japón, y yo estaba aún en Estados Unidos sin tener ni la más mínima idea de que eventualmente mis padres me mandarían aquí... y ahora estábamos todos ahí, en esa fiesta. La de vueltas que da el mundo~

Nova no se inmutó mucho ante mi acercamiento, lo que decidí por considerar como una victoria porque bien podría haberme arañado. Y hablando de arañar, fue la pobre Shio la que acabó sufriendo ese destino por algún motivo. Solté una risa ligera mientras me incorporaba, cogiendo su mano entre las mías con cuidado para mirar la herida.

—Le decimos gatita a Katrina por algún motivo, ¿sabes~? Además, dicen que los animales se parecen a sus dueños. ¿Te duele? —busqué su mirada después de unos segundos, no siendo muy difícil a pesar de la oscuridad, y no solté su mano en ningún momento—. ¿Sabes dónde está el baño? Al menos podemos intentar desinfectarlo un poco~

 

No me había detenido a pensar que Alisha, como extranjera que era, también se había tenido que mudar como Katrina y vete a saber a qué edad le había tocado a ella, porque la experiencia no parecía agradable para nada ahora que tenía algo más de edad. Si me dijeran que debía dejar Japón era posible que entrara en una crisis como la que me había hecho reventar el móvil contra el espejo de mi habitación el otro día.

Pero a veces no se tenía opción y yo lo sabía bien.

El rasguño en sí no era la gran cosa, apenas una cinta roja que como tal no estaba sangrando porque había retrocedido a tiempo de que la garra del gato se hundiera con ganas en la piel. Cuando Alisha tomó mis manos entre las suyas estuve por retirarla, porque para la gracia obviamente había sido la mano izquierda, la dominante, que todavía tenía las heridas algo frescas del incidente con el espejo del baño.

En sí tenía las manos en la mierda, con esas heridas, los rasguños y todavía algo resentidas por haberme desquitado con los arbustos de la entrada de la academia luego de la llamada de Hiroki. La venda de Hiradaira había ayudado, luego el cuidado de Al también y después el mío, pero tampoco era mágico e iba a tardar sanando.

Negué con la cabeza ante su pregunta, la verdad había dejado de sentir dolor físico desde hace días, al menos luego de chispazo inicial. Se desvanecía, se perdía entre el fuego y lo alimentaba como si fuera oxígeno.

—Es la puerta junto a las escaleras, igual que el de abajo —respondí mientras buscaba sus ojos para dedicarle una sonrisa tranquila—, pero de verdad estoy bien, senpai.

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Do as u wish con la pendeja uwu 7u7

 

Ya se venía sabiendo que yo no prestaba mucha atención a mi alrededor; no en tanto no me interesase, quiero decir. Por ese mismo motivo no había caído en todos los rasguños sobre la piel de Shiori hasta que, bueno, tuve la mano delante de mis ojos. Recordé entonces lo que había oído de que a una chica se le había ido la pinza no sé cuándo y había roto un espejo del baño, rumor al que no le presté mayor importancia 'cause whatever.

No pensé que la loca de turno hubiese sido Kurosawa aquí presente.

Pero como todo en esta vida, no tenía el suficiente interés para indagar de más en el asunto. Lograba imaginar lo justo para dejarlo pasar, que tenía que ver con el perro gruñón y su desaparición misteriosa, así que eso fue lo que hice.

—Then you'll endure it~ —susurré tras recibir su mirada, con una sonrisa que le quitaba peso a todo el asunto.

Solté su mano y decidí llevar una de las mías hasta su rostro, jugueteando con un mechón de pelo que se le había vuelto a escapar de la trenza antes de intentar devolver a su sitio con cuidado. Sin perder la sonrisa suave en ningún momento, me hice con su máscara y se la quité con delicadeza, dejándola a un lado en el escritorio.

>>En el peor de los casos, puedo distraerte~

Pasé los dedos por su mejilla y mandíbula, rozando apenas la piel, hasta que alcancé un costado de su cuello y pude anclar la mano con algo más de fuerza. Eché un vistazo fugaz hacia la puerta de salida que había quedado detrás de ella mientras mi inclinaba, solo para comprobar que aun tenía tiempo, y cerré finalmente los ojos cuando atrapé sus labios con los míos.

Fue un roce tentativo, de todas formas, aun le estaba dando tiempo a quitarse si así lo quería. No había sido mi intención apresurar el asunto, porque también me lo pasaba bien provocando, jugando y tentando hasta conseguir lo que quería, pero había oído algo de movimiento en el pasillo y mira, al menos tenía que intentarlo antes de que pretendiesen interrumpirnos o algo.

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No me puedes decir eso con la pendeja de Ali-chan cuz, well, now we have this (?)

 

En sí una ventaja de todo el asunto es que sabía que Alisha no se interesaba lo suficiente en bueno... nadie, como para indagar en esas mierdas, además de que ya debía tener una imagen mental del asunto que no se alejaba de la realidad con algo de suerte, después de todo Hiroki había sido su compañero de clase y se había tirado todo el rollo en la azotea, cuando nos largamos.

Todo me daba bastante igual en tanto me librara de preguntas, la verdad.

Seguí sus movimientos cuando tomó el mechón de cabello después de haber dejado ir mi mano, no era estúpida así que ya había calculado por dónde iba el asunto poco antes de que me quitara la máscara del rostro. Choqué con sus ojos azules luego de haber desviado la mirada al objeto cuando lo dejó sobre el escritorio, me recordaron al cristal coloreado y me vi reflejada en ellos como si fuesen un espejo.

Bueno igual le había dicho que luego de un par de tragos podía intentar convencerme.

Sentí el tacto de su mano hasta que finalmente la ancló en un costado del cuello, noté el vistazo que le echó a la puerta pero cuando regresó la vista a mí le lancé encima una sonrisa por demás curiosa, no perdía la tranquilidad de siempre pero tenía detrás de sí cierta doble intención, algo de malicia si se quiere. Me hizo algo de gracia lo tentativo del beso aunque se agradecía que me diera un margen para mandar todo a la mierda si quería.

¿Lo iba a hacer? No tenía muchas ganas.

Ladeé apenas la cabeza y profundicé el beso sin demasiada prisa, me importaba poco o nada que hubiera gente que nos pudiera interrumpir el espectáculo. Deslicé las manos sobre sus hombros, rozando su piel hasta que terminé por enredar las manos detrás de su nuca. Me colé en su boca pues porque me vino en gana, honestamente, digamos que tampoco había que ponerse tan delicado con las oportunidades.

Y, para variar, estaba furiosa todavía con todo.

 

Digamos que tenía mis expectativas puestas en un 50%. Y no es que dudase de mis capacidades, pero no conocía lo suficiente a Shiori para poder leerla, mucho menos viendo que su estado era el que era por la situación en la que se encontraba.

Acabó decantándose por corresponderme y, bueno, ¿qué más podía hacer salvo regocijarme en ello? Me sonreí en mitad del beso, justo cuando ella decidió profundizarlo, y la dejé hacer sin ninguna clase de oposición o queja por mi parte. La mano que se había quedado libre acabó buscando su cintura, y rocé la pequeña porción de piel que su conjunto dejaba al aire con la yema de los dedos, hasta alcanzar su espalda baja para afianzar el agarre ahí y atraerla más hacia mi cuerpo.

Dejé que se colase en mi boca en lo que aprovechaba el momento para girarla y buscar empujarla hasta que su cuerpo quedó atrapado entre el mío y el escritorio. Una vez ahí me digné finalmente presionar su lengua con insistencia y busqué colarme para poder recorrer su boca, un poco por encima aún antes de separarme al fin. Había bajado ambas manos hasta la superficie de madera, rodeando su cuerpo, y su agarre en la nuca no me permitió alejarme mucho de sus labios, aunque no fue la intención en ningún momento.

Me incliné de nuevo y dejé un beso fugaz en la zona cercana al lóbulo de la oreja.

—¿Y bien~? —susurré, sin poder esconder el ronroneo que me vibró en el pecho—. Better~?

 

Había sentido la sonrisa colada a mitad del beso, obviamente sus apuestas habían acabado por ser un éxito y pues nada, que se regocijara en ellas todo lo que quisiera. Me importaba poco o nada en ese punto, después de todo no era le primera vez que me comía a alguien por el puro placer de hacerlo, sin nada por detrás, así que tampoco había nada parecido al remordimiento como hubiese sido el caso en otras circunstancias.

Su tacto en la zona de piel descubierta me erizó ligeramente, cosa de nada, y para cuando quise darme cuenta me había acabado arrinconando contra el escritorio. Se coló en mi boca, la recorrió y de pura manía ya me presioné apenas contra ella mientras seguíamos toda la parafernalia. Cuando se separó tampoco aparté las manos de donde las tenía.

Que me dejara el beso cerca del lóbulo de la oreja me arrancó una risa baja que seguramente la alcanzó a ella.

Bueno, no sería yo quien le dijera que me seguían yendo más los tíos~

Aproveché la movida para inclinarme, dejarle un par de besos en el cuello y el hombro, así como si nada. Solo separé la mano izquierda de su anterior posición para juguetear con su gargantilla, que para sorpresa de nadie discurría por su pecho así que me permití un roce que aquí y allá que bien podría pasar por accidental.

—Me lo podría pensar~

 

En esencia, me venía ya dando bastante igual si tenía preferencia por los chicos o por las chicas mientras tuviese el suficiente interés para dejarme seguir con la jugada como pretendía. Había sido una buena manera de empezar la tontería, eso sí, y seguiría tirando de ella mientras me sirviese. Tampoco iba a ser yo la que la culpase por preferir a los tíos, siendo que por mi parte... bueno, no había mucha preferencia.

Igual la chiquilla me siguió sorprendiendo, aprovechando la posición para dejarme un par de besos sobre el cuello y el hombro, así como si nada. Luego sentí su mano jugando con la gargantilla y sus dedos rozándome la piel aquí y allá, ¿accidentalmente? Sí, claro.

Como si no fuese una zorra que se conocía todos los jodidos trucos.

—Fair enough~

Me erguí y volví a inclinarme para buscar sus labios, colándome en su interior desde el principio para poder recorrerla con mucha más intención que anteriormente. Aun así volví a separarme antes de profundizarlo demasiado y comencé dejar un reguero de besos húmedos a lo largo de su cuello y escote, hasta llegar al límite del mismo.

Y encima seguíamos en la habitación de Katty-chan, so fucking kinky~

>>¿Algo más que la señorita quiera probar esta noche? —susurré, mirándola desde abajo con una sonrisa ligera—. Digo, me siento generosa, así que aprovecha para pedir~

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Pero bueno shio-chan, eres un hueso duro de roer huh (?)

 

Podía decirse que lo había sabido siempre, la capacidad que tenía para esa clase de mierdas. Lo único que me faltaba como tal era experiencia, obviamente, porque había usado el potencial en dos objetivos nada más durante, ¿qué? ¿Año y medio? ¿Dos años? Altan había sido algo menos difícil de empujar el vacío aunque no lo pareciera, pero Hiroki había dado algo de guerra la verdad.

Tampoco se me podía pedir mucho si todo lo que había hecho era revolverme con pandilleros por puro amor al arte.

Me gustaban los retos o era suicida simplemente.

Por otro lado era evidente que Alisha no se iba a tragar lo de que mis roces habían sido accidentales, pero que me preguntara si me importaba. Cuando se inclinó par besarme la recibí sin problema, dejándola colarse desde el inicio y me sonreí contra su boca porque la verdad ya estaba en mi puta salsa; al bajar incliné la cabeza lo suficiente para darle todo el acceso que le diera la gana y me desinflé el pecho despacio al sentir los besos sobre la línea del escote.

La verdad estar metidas en la habitación de la chica a la que había abofeteado le estaba poniendo algo de calor extra a esa mierda, aunque claramente no iba a admitirlo en voz alta en el futuro próximo.

Me habló desde abajo y la mente me lanzó un chispazo extraño que me puso en movimiento, llevé la mano a su nuca y la empujé apenas contra mí, como incitándola a seguir lo que había comenzado. Podía entrar alguien en cualquier puto momento y a mí ya se me había ido la pinza.

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shio: me siguen yendo más los tíos
also shio: pero bueno termina lo que comienzas smh

 

No pude evitarlo, una risa brotó directamente desde mi pecho cuando sentí su mano presionándose contra mi nuca, haciendo que el aliento húmedo chocase directamente contra su piel. Me relamí los labios y aproveché el impulso para deslizar la lengua de vuelta a su cuello

Such a liar, Shio-chan~

Me erguí apenas cuando tuve la oportunidad, dándome algo de espacio sin liberarme en ningún momento de su agarre. Lo hice para poder quitarme la máscara y dejarla por ahí, igual que para quitarme las pinzas del pelo que le permitieron a mi melena caer en una coleta alta. Así, con una mayor cuota de libertad, llevé una mano hacia su mejilla y la acuné para volver a besarla. No tardó mucho en deslizarse hasta buscar su cabello, sin embargo, enredando los dedos en la mata de carbón para poder manipularla.

Tiré de su pelo ligeramente, obligándola a girar la cabeza para permitirme un mejor acceso dentro de su boca que, por supuesto, aproveché para recorrerla como me viniese en gana todo el rato que me apeteciese. Ya no había motivos para controlarse, ¿verdad~?

La otra mano viajó hasta alcanzar su clavícula y rocé su piel hasta alcanzar de nuevo el límite del escote, solo que en aquella ocasión colé los dedos dentro de la tela. Busqué el pezón, ya endurecido, y lo pellizqué y masajeé con ganas, recibiendo sus reacciones con cierto interés.

>>Kuro-chan~ —jadeé cerca de sus labios, sin dejar de observarla y sin dejar de tantear su pecho con mi mano—. Voy a necesitar que me lo digas, ¿sabes? Hasta dónde quieres llegar~

Antes de alcanzar el punto dónde no me pueda controlar más.

 

Solté el aire un poco de golpe cuando deslizó la lengua por mi cuello y sin que siquiera fuese del todo consciente se me formó una sonrisa de mierda en los labios, porque me siguieran atrayendo más los hombres o no tampoco iba a ocultar que ese espectáculo estaba bastante bueno.

La vi erguirse lo suficiente para sacarse la máscara y soltarse el moño, liberando la coleta. No tardó mucho en volver a besarme y ahogué un suspiro en su boca cuando su mano encontró mi cabello, tirando para ajustar mi posición; le di el accesos que quisiera un poco porque sí, al menos un rato antes de buscar presionarme contra su boca.

Su roce en el límite del escote me arrancó otro suspiro que murió en su boca, entre nuestras lenguas, y cuando alcanzó el pezón un chispazo me dio directo en el centro de la cabeza, jodiendo un montón de conexiones de golpe. Se me escapó una risa al escucharla hablar, poco o nada me importaba terminar el trabajo con Alisha, pero mejor si lo terminábamos vaya.

Volví a besarla, me colé en su boca y me empujé en ella con maña, suspirando al tener todavía su mano en mi pecho. Solo me separé para decir una única cosa.

—Vas a tener que cerrar la puerta, Ali-senpai~ —murmuré contra sus labios y me obligué a tragarme la risa—. No soy fan del público.

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woah im- well

 

Si mis cálculos eran correctos, era bastante probable que Shiori aquí presente solo se hubiese acostado con Hiro-boy, y si seguía tirando de las matemáticas, dudaba que hubiese sido muchas veces. Lo que, si resultaba ser cierto y no solía fallar para esta clase de cosas, me causaba bastante gracia viendo que la cabrona estaba ahí presionándose con tanta maña contra mí.

¿Y quién iba a ser yo para negárselo~?

Le dejé hacer un poco porque sí, un poco porque... no sé, me causaba algo parecido a la ternura o algo así. Y, de todas formas, bastante ocupada estaba disfrutando de notar sus reacciones ante el tacto de mi mano como para importarme mucho lo que hiciese con la boca.

—¿Ah, no~? —solté junto a una carcajada suave, aflojando el agarre de su pelo—. What a pity~

Le dediqué una caricia por el cabello después de sacar la mano de la mata, mientras que la otra había acabado rozando su labio inferior con el pulgar después de hacerla salir finalmente del vestido. Sin decir nada más, me encaminé hacia la puerta y ni siquiera tuve el interés de ver si las personas que había escuchado seguían por el pasillo o no, la cerré con la sonrisa felina plasmada en mi rostro.

La poca luz que había conseguido entrar por la rendija de la puerta desapareció de golpe y si bien la luna reflejaba algo de brillo a través de las ventanas, fue mayormente oscuridad lo que nos estaba rodeando en ese momento. Y en ese instante, aun más que antes, fue que me moví con la fluidez y comodidad de sentirme en casa. O en mi puto elemento, en definitiva.

Volví hacia la posición en la que había dejado a la chica y rodeé su muñeca con mi mano, tironeando ligeramente para pegarla a mi cuerpo. Le aparté de nuevo un mechón rebelde del rostro, con una caricia terriblemente suave que paseó por su mejilla, y volví a engancharme en su nuca para atraparla los labios al vuelo. Fue un beso más lento, pero también más profundo y con bastantes más ganas que los anteriores.

Fue cuando apenas afiancé el agarre que comencé a moverme también, arrastrándola conmigo, hasta que di con el borde de la cama y me dejé sobre la misma. Tampoco había que ser un genio, pero digamos que como otros que me conocía, las neuronas se me activaban de sobremanera para lo que me interesaba y había hecho un mapeo bastante concreto de la habitación de Katrina, permitiéndome llegar al objetivo sin mayor percance.

No me separé en ningún momento de sus labios, pero mis manos habían comenzado ya a hacer su propio camino hasta su espalda, buscando el cierre del top para poder quitárselo, tirarlo por ahí y hacerme con sus pechos. Los masajeé, volví a dejar un reguero de besos húmedos por todo su cuello y al alcanzar uno de los pezones, le di un lametazo pronunciado antes de llevármelo a la boca y juguetear con la lengua como me venía dando en gana.

Contenido oculto

Pedazo de tochacos me estoy aventando de la nada con las zukulemcias, wth (?)

 

Contenido oculto: Hermana ya no sé, mejor le clavo el spoiler

Poco o nada me interesaba qué estuviese pensando Welsh de la situación general que de por sí intuía que no debía ser mucho más, pero aún así era un poco irónico siendo que en el fondo siempre me había interesado al punto de lo obsesivo lo que la gente pensara de mí. Era parte de lo que me había hecho robar el rostro de Kaoru y básicamente aprendido a acompasarme a los demás sin demasiado esfuerzo.

Me dejó ir el cabello luego de que le soltara la mierda de que no me iba eso de tener público, siguió el numerito y finalmente cerró la puerta. Me quedé en mi lugar, apoyada en el escritorio, y la esperé con la perfecta conciencia de que en medio de la oscuridad debía estar en su puta salsa. Era, después de todo, la misma clase de desastre que Katrina.

Me rodeó la muñeca y cuando quise darme cuenta ya me había pegado a ella de nuevo, me besó con mayor profundidad y mis manos fueron a anclarse bajo sus orejas, por la mandíbula, de forma que me puse empujar dentro de su boca al ladear la cabeza. Sentí que me arrastró consigo y sonreí contra su boca cuando encontró la cama.

El camino de sus manos por mi espalda me erizó la piel, lo mismo cuando el aire recibió mis pechos desnudos cuando se deshizo del top del vestido. Suspiré al sentirla besarme el cuello de nuevo mientras también atendía mis pechos, el aire se me congeló en la garganta un segundo cuando alcanzó el pezón con su boca y mi mano reaccionó sola, fue a dar a su coleta y se enredó entre su cabello con cierta fuerza.

Lo cierto es que estaba empezando a sentirme cómoda en medio de las sombras.

En el mundo negro y rojo.​

Con un movimiento la hice separarse para volver a buscar su boca con cierta ansiedad, me colé en ella de inmediato y con la mano libre recorrí su nuca, la costado de su cuello, sus clavículas y rocé apenas la piel del escote.

Bueno, pero vaya vestido aparatoso tenía puesto, ¿no?

 

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Vaya, pero si no estaría la niña también en su jodida salsa ahora que estábamos casi completamente a oscuras, ¿eh? Y por mi parte estaba disfrutando como una jodida cabrona, qué decir, de cada una de sus reacciones. La piel erizándose y los suspiros que no se dignaba a contener eran solo pequeños detalles que, sin embargo, no dejaban de echarle gasolina al incendio.

Fue cuando enganchó su mano en la coleta que sentí un chispazo de lo más jodido recorrerme la espalda, provocándome un ronroneo suave justo después. Obedecí a su petición implícita, profundizando el contacto de mi lengua contra su pezón, y es que había algo simplemente demasiado satisfactorio en tener a una chica como Kurosawa en esa situación, así que no me salía del coño no darle lo que pedía.

Buscó mi boca de nuevo y se la concedí, dándole espacio a colarse en ella y hacer lo que le viniese en gana. Misma filosofía seguí con su mano, sintiendo apenas su recorrido solo porque mi cuerpo estaba ya algo sensible, y aunque noté sus intenciones, pues no hice nada al respecto. Digamos que no había esperado cobrarme mi premio tan pronto en la noche y no había barajado la posibilidad de que el vestido fuese una molestia, pero para nuestra fortuna, ese tipo de cosas nunca me habían parado.

Sea como fuere, mis manos volvieron a moverse con sus propias intenciones y, tras alcanzar de nuevo su espalda para haberla pegado más a mí durante el beso, deslicé la yema de los dedos a lo largo de la misma hasta alcanzar la falda. Había sido bastante molesta hasta el momento así que no tardé en buscar también su cierre y deshacerlo con la mayor rapidez que me fue posible.

Conseguí hacerlo sin mayor dificultad, años de práctica o algo así, y cambié nuestras posiciones mientras empujaba la prenda para que cayese finalmente al suelo. Solo me separé de su boca cuando supe con seguridad que la había dejado tumbada sobre la cama y no mucho después comencé a dejar un reguero de besos húmedos por su piel, desde la barbilla hasta el bajo vientre.

Para lo que yo solía ser, la verdad es que me tomé todo el jodido tiempo del mundo para ello, dejando apenas unos milímetros de distancia entre beso y beso para hacer el camino lo más largo posible. Acabé agachándome a mitad del proceso, y bastante poco me importaba hacerlo, mis manos se afianzaron en el interior de sus muslos para instarla a separarlos un poco y busqué su mirada desde abajo apenas un segundo después de dejar un par de roces tentativos por encima de la tela de su ropa interior.

Sabía que el azul de mi ojos tenía que estar ya opacado desde hacía un buen rato, y aun así también podría asegurar que hubo un brillo felino en los mismos mientras esperaba una reacción.

Venga, linda, deja salir lo que tienes~

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Bueno, yo asumiendo que la falda tiene cremallera o algo por el estilo solo porque me sale del coño sabes (?)

 

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Un suspiro pesado abandonó mi pecho cuando obedeció mi petición de profundizar el contacto contra mi pezón e inmediatamente después lo siguió una sonrisa de mierda, la sentí pero ni siquiera me molesté en contenerla. Estaba disfrutando todo el rollo como una jodida cabrona, digamos que era lo único que había logrado regresarle el calor a mi círculo de fuego y dado el caso, me iba a aferrar a ello sin pensarlo.

La besé con unas ganas que te cagas porque sentía el cuerpo caliente, envuelto en fuego otra vez, y solo allí podía volcarlo. Un escalofrío de lo más jodido me recorrió el cuerpo cuando sentí sus dedos deslizarse hasta alcanzar el cierre de la falda, lo bajó y no tardó en invertir las posiciones en lo que mandaba la falda a la mierda. El recorrido de besos consiguió arrancarme más suspiros, uno tras otro y arqueé un poco la espalda por reflejo cuando alcanzó el vientre bajo.

Separé los muslos cuando me instó a hacerlo y cuando me rozó por encima de la ropa interior el aire se me congeló en los pulmones unos instantes, me removí en mi lugar, ansiosa, y mi mano izquierda fue a parar de nuevo en la coleta solo para asirme a algo. Una risa ronca me surgió directo de la garganta, vete a saber por qué, se me estaba yendo la pinza ya o algo.

—Vamos, senpai —solté un poco porque sí—. ¿A qué esperas?

 

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Mira no sé, pero pedazo mood me está metiendo so la dejo por aquí (?)

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Su pregunta me sacó otra risa nasal que fue a chocar directamente contra la tela de su ropa interior. Ah, bueno, de verdad que tenía razón. ¿A qué mierdas esperaba exactamente? Si igual hasta tenía yo más ganas de comérmela que ella de ser comida. Porque... ¿qué chica había sido la última afortunada que decidí tirarme? ¿Eris?

¿Y ahora volvía a una niña de las buenas?

Qué puta gracia, de verdad que nunca aprendía nada. Al menos le estaba asegurando una linda compañía en el infierno a Satán, qué sabía yo.

Deslicé la lengua un par de veces a lo largo de la tela, con la única intención de seguir jugando con ella, y en el proceso arrastré las yemas de los dedos por la cara interna de sus muslos solo para cambiar a las uñas cuando llegué a la parte exterior. Enganché los dedos al elástico de sus bragas cuando le alcancé las caderas y me erguí un poco para poder quitárselas, deslizándolas con suavidad a lo largo de sus piernas y dejando que cayesen al suelo sin mayor complicación.

Llevé de nuevo mi boca a su intimidad cuando esta estuvo libre al fin y no tuve ninguna clase de reparo en devorármela según me viniese en gana. Besé y lamí la zona sin dejar ni un milímetro sin atender, hasta que acabé por centrar toda la atención en su clítoris, y acompañé en todo momento los movimientos con mis dedos para asegurarme de que lo estuviese siempre disfrutando.

Después de un rato me separé, colé un dedo en su interior y atendí el botón hinchado con el pulgar, inclinándome sobre ella hasta volver a besarle la piel del escote.

—¿Te gusta así, linda? —murmuré, con la voz ronca, buscando su mirada desde aquella zona.