Gifu Gifu

Casa (Este/Periferia)
[Aoi; Akihito; Fureku]

Fureku afirmó ante la pregunta de Akihito —No he podido dormir bien; tengo miedo —dijo tallándose los ojos para después responder a la sonrisa de Aoi con una parecida —He estado pensando, sé un poco de política y creo que al ya no tener a Tomoe con nosotros... hemos perdido valía a ojos del Emperador. No creo que Gendo estuviera actuando solo ¿No creen? Sería cómo revelarse ante el Imperio. Y eso sería estúpido ¿No creen? — se talló el rostro.

—Tengo miedo de seguir perdiendo amigos, de perder a Murai... así como perdimos Otsu, cómo perdimos Koga. Todo fue tan fácil para el enemigo — sin separar sus manos de su rostro, comenzó a llorar —¿Qué vamos a hacer? Ya no tenemos nada.

Contenido oculto

Nekita
Ayeah Me debes el d10 :3

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Casa (Este/Patio)
[Seikanji; Bokuso; Saito; Manzo]

Las palabras de Seikanji levantaron una cólera incontrolable en Saito; quién se abalanzó sobre un abatido Seikanji. Bokuso trató de intervenir pero no logró detener la naginata de Saito que se incrustó en el hombro de Seikanji.

—¡COBARDE!— gritó Saito con furia, sacando la naginata al instante; pero no parecía que detendría allí su ataque. Pero antes de que Saito volviera a atacar; Seikanji sintió como su cuerpo parecía moverse solo rápidamente. Aki había intervenido, lanzándose hacia él para alejarlo del peligro.

Saito miró a Aki mientras ella también sostenía la mirada a Saito.

—¡No interrumpas este juicio! — Saito le recriminó a Aki —Es mi deber impartirlo.

Aki señaló a Saito —Tú estás interponiéndote también en mi deber; él es mi paciente, y mantenerlo a salvo siempre será mi prioridad, y si no desistes...—tomó su arco

—Tú no lo entiendes; por su culpa, mi familia está destruida

—Culpas a una persona de la crueldad de otra; anda, ataca entonces. Termina lo que tu enemigo buscaba, haz el trabajo por él, sé su peón; vuélvete su ejecutor —preparó la flecha — No ganaras honor matando a tu hermano, y si intentas matarlo perderás tu vida por mi flecha, sólo le entregarás al asesino de tu familia la satisfacción de saberse ganador.

Bokuso reparó en las facciones de Aki, parecía estar reflexionando.

• Seikanji
• Saito

• 
  Nivel= 5
  PV= 53
  Fuerza= 15 +5 velocidad
  Kodachi= +2 ataque
  Kodachi rara= +9 ataque
  Protección= 15
  Intuitivo= +3 suerte
  Salud de hierro= +1 defensa
  
• 
  Nivel: 4
  PV= 57
  Fuerza= 15
  Protección= 15
  Naginata= 10
  

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rapuma

 

Fujiwara no Riku

Camino al bosque (oeste)

Compartí una caminata con Yato hacía el bosque como una que podría llamarse incómoda.

"Puedes estar tranquilo". Le dije pensando en sus gestos, en sus acciones que parece no tiene la seguridad de hacer. "No tienes que forzarte por encajar o demostrar nada. Estamos juntos, y no vamos a desconfiar entre nosotros". Lo ha mencionado mucho, lo que llamaría la mancha que dejó su padre sobre él.

Hice una pequeña pausa, recordando el momento en el cual se unió al Clan. Si podría llamarse de ese modo. "No somos muy diferentes los dos". Le sonreí en esas últimas palabras.

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Bosque (oeste)

Compartí algo de la atención de los alrededor como Yato, manteniendo atención a cualquier suceso inesperado. Todo podría apuntar de algo que este por venir.

No fue así... Por ahora. Y eso fue lo mejor. Separados como estábamos.

Pronto, finalmente vallamos a quien buscábamos.

"Kumiko". Le saludé al reconocerla. "Tenía que venir, después de todo lo que tu padre nos contó. También, acabamos de llegar y él ha preguntado por ti".

Podría ver acabado en unas simples presentaciones, pero un desconocido llego y arruinó lo que podría haber sido una reunión rápida.

Lo mire en silencio, no estando seguro de si debíamos intercambiar palabras. Pero me moví unos pasos adelante junto a Kumiko. Un simple acercamiento, nada que podría afirmar que la protegería de si resultaba una amenaza.

"Has estado intranquila, ¿Es por esta reunión?". Le susurré, lejos del oído de ese hombre y evitando mencionar que Dazai me dio esa información. "Le dices que somos de confianza, ¿Él lo es para nosotros?".

"¿Estarás bien sola?". Pregunte, sin estar seguro de como respectar una respuesta. No estaba dispuesto a dejarla. Pero es desconocido si nuestra presencia podría ponerla en peligro.

 

Akihito Shishio

Se distrajo jugando con la primera nuez que tomó de aquel arbusto mientras asentía a las palabras de Fureku, había tenido la esperanza de que hubiera descansado un poco, pero era consciente de que eso también era demasiado pedir, para alguien como él ya debía ser bastante pesado tener que huir de la ciudad donde ya había obtenido un poco más de libertad desde que el señor Akamatsu le había dado permiso, mientras que al mismo tiempo perdía personas que se habían hecho cercanas a él.

—Gendo puede tener justificaciones meramente personales relacionadas para actuar de esa manera —Como sospechar que Koga fue quien le quitó a su aprendiz, y claro, aquella molestia que le tuvo a Seikanji al grado de ir a por su familia —, pero también puede ser cierto que sepa que no recibirá alguna clase de consecuencia al respecto por...las razones que mencionas.

Suspiró antes de ocultar su rostro unos segundos en sus manos, pensando en todo lo que había pasado antes de hablar.

—Todavía nos mantenemos de pie, así que no hemos perdido todo...—Eran menos, sí, pero la gran mayoría todavía seguía respirando y se mantenía unida. Se movió a su lado y con delicadeza acarició con una mano sus hombros para tratar de consolarlo —. Seguiremos adelante, eso lo que haremos. Continuamos con los planes, nos seguimos moviendo porque eso es lo que menos satisfacción les va a dar... no vernos caer en desesperanza.

 

Casa (Este/Periferia)
[Aoi; Akihito; Fureku]

Fureku abrazó a Akihito con fuerza, y lloró. Lloró como si hubiera estado conteniendo sus emociones por mucho tiempo, se cansó de hacerlo. Sin pensarlo demasiado, también tomó el brazo de Aoi. Fureku era una persona muy sensible, el dramatismo siempre parecía estar a su alrededor; pero en estos momentos no estaba siendo histriónico como solía serlo, verdaderamente estaba roto.

Empezaron a oír unos pasos; la persona se quería hacer oír, sabía que no era bueno tratar de ocultarse de un grupo de shinobis. Lentamente su silueta apareció y lo reconocieron como Matahachi.

Al instante, Fureku soltó a Akihito —Verás... yo... — dijo Fureku limpiándose las lágrimas.

Matahachi mostró genuina preocupación al ver que el joven Ikeda lloraba; miró a Akihito y por un instante pareció enojo, pero se disipó al instante—Perdón por llegar tarde, tengo que atender varios asuntos.

Fureku negó para después abrazar a Matahachi; este lo detuvo delicadamente — Señor Ikeda — dijo de manera contundente, recordándole su posición de noble; pero Fureku alejó las manos de Matahachi para abrazarlo sin contención alguna, y allí, volvió a llorar. Matahachi lo miró y cedió; también consolándolo.

Tal vez, Fureku y Matahachi tenían una historia en común.

—Señor; señora... — dijo Matahachi con respeto — Iré a reunirme con una valiosa aliada; Hannya sabe de esto pero aun no he informado a Murai; no quiero que se exponga.

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Nekita
Ayeah

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Bosque (Oeste)
[Yato; Riku]

Yato permaneció en silencio ante las palabras de Riku antes de llegar al bosque; pero sonrió, aquello pareció tranquilizarlo un poco.

Ya en el bosque; Kumiko reaccionó a las palabras de Riku con una sonrisa, después miró a Rei.

—Yo no soy de confianza — dijo Rei cruzándose de brazos.

—Él es compañero de la persona con la que iba a reunirme aquí — dijo ante Riku para después dirigirse a Rei —Dile al cuervo que lo esperaré en el nido; tengo visitas, no las haré esperar porque él ha sido impuntual. Y que al llegar espere un fuerte regaño por dejarme esperando tanto tiempo.

Rei sonrió —Me encantará poder pasar este mensaje —dijo mientras volvía a girar para retirarse; sin despedirse de los presentes.

Kumiko miró a Riku y Yato —Perdónenme por favor, la reunión que estoy esperando debió efectuarse hace unos días; pero han llegado tarde y ustedes se han adelantado, junto a mi padre; a quién no esperaba ver.

—Señorita Kumiko...—mencionó Yato con cautela, llamando su atención — Ese hombre; le conozco. Es Rei Shishio, es un hombre del clan Taira — esto último lo dijo hacia Riku

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Monpoke

 

Seikanji

Abrió los ojos justo en el momento en que la naginata atravesaba su piel y desgarraba sus músculos con la afilada punta. Su hombro nunca volvería a tener el movimiento libre de antes, de por vida cargaría con aquél problema. Pero incluso así, con el hombro quemando, sintiendo su sangre hirviendo, no sintió dolor. El dolor provenía de otra fuente, de otro mundo. Fue ver aquellos ojos de odio en los de su hermano Saito, una mirada asesina lista para ejecutar un movimiento dañino; listo para asesinar.
Cuando el impactó llegó Seikanji sólo vio en los ojos oscuros de su hermano cómo su propia imagen se desdibujaba bajo los ojos ardientes, como dos brasas de fuego. Borrando todo rastro de amor o cariño que pudiera tener para con él.

Ése fue el dolor que quemó a Seikanji por dentro, como el fuego de Iga, como el fuego de Koga.

Estaba preparado para su ejecución, para recibir su castigo y de ese modo quizá poder limpiar su espíritu. Pero antes de que Saito terminara con el castigo, Seikanji sintió que caía hacia un costado, evitando el ataque por poco. Pensó que quizá podría estar muerto, pero ahora sí sentía el dolor de la herida, haciendo que su cuerpo temblara un poco, como si hipara. Ese dolor fue el que lo trajo nuevamente al mundo de los vivos en el momento en que reconoció las manos de Aki y su voz. Volteó a verla desde el suelo, viendo sus cabellos rojos, su mirada convertida en llamas y su nariz perfecta. Incluso en aquella situación podía apreciar la belleza carente de burdos maquillajes. Incluso en esa situación sintió deseos de estar cerca a ella.

—Aki... -murmuró débil, reincorporándose con la mano sobre la herida de su hombro, intentando en vano frenar la sangre que salía profusa y caía en hilos rojos por su brazo hasta llegar a sus dedos.

—Él tiene razón. Dejé que ese hombre me vea el rostro. Yo mismo me expuse y con ello a mi familia. —miró a Saito y a su vez a Manzo. —No los merezco y estaré siempre arrepentido por lo estupidez. Aki... —miró a la arquera y por primera vez, como ella había dicho en Otsu, dejó que su verdadero rostro saliera a la luz, porque con ella se sentía protegido. —Y por mi exceso de confianza sentencié a las sombras en Koga. Por intentar sacar a Konan de allí trunqué sus planes y ahora ya no podrá volver contigo. Lo siento, lo siento mucho Aki. Fue mi culpa, es todo mi culpa. Desde que me uní a ustedes no traje más que problemas.

Su voz se cortaba por momentos, hablando rápido, como un adolescente asustado que ya no sabía su lugar en el mundo.

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rapuma respuesta que me envío rapuma

 

Fujiwara no Riku

Entrecerre los ojos a la retirada del hombre, Rei Shishio, un Taira ¿O dos? ¿Aquí?

"¿Crees que nos haya reconocido?". Le pregunté solo a él. "¿Sabes algo de un cuervo? Sabemos que están aquí, esperemos no sea lo mismo por su lado". Un nombre ya mencionado varias veces. "Seguirlo podría ser imprudente, será mejor resolverlo con cuidado".

"Está bien". Respondí a Kumiko, quien podría saber en donde se estaba involucrando. "Entiendo si tienes unas responsabilidades...". Me trabe la lengua antes de seguir diciendo más, ahora el tiempo podría ser crucial. "Vamos hacía la casa, seguro querrás reunirte con tu padre"

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Picando a la casa?

 

Akihito Shishio

No se resistió en lo absoluto a que Fureku lo abrazara. No tardó ni un segundo en abrazarlo con fuerza para consolarlo, darle un pequeño espacio donde sentirse seguro para llorar todo lo que quisiera sin decir nada, tan solo manteniendo caricias constantes en su espalda o cabello con una de sus manos.

Era sin lugar a dudas, bastante duro observarlo de esa manera, más cuando sabía que él también deseaba hacer lo mismo, llorar y gritar de frustración al ir de una mala situación a otra sin realmente mucho espacio de procesar nada, o sentir que realmente podía simplemente dejarlo salir porque en parte se sentía responsable de todo eso.

"Ya habrá un tiempo y lugar, cuando salgamos adelante."

Cuando escuchó ruidos su cuerpo se tensó un poco, rápidamente trató de buscar la fuente del sonido y tan solo mantuvo una de sus manos sobre Fureku para tener su mano libre sobre el mango de su katana en caso de que fuera un desconocido, pero al ver Matahachi rápido apartó la mano de su arma antes de apartar aquella que todavía mantenía a Fureku cerca al ver que él hacia lo mismo.

—Buenos días...—Saludó cordial, sonriendo con tranquilidad, ignorando aquel gesto de enfado hacia su persona para tratar de no hacer la situación algo más incómoda. Se reincorporó y tomó su lugar al lado de Aoi solo por si acaso.

¿Habían acaso interrumpido algo sin querer?

—...No soy un señor...—murmuró en voz baja más para sí mismo que para ser escuchado por él, ya había logrado hace tiempo librarse de ese título con Seikanji para que alguien que estaba seguro tenía su misma edad lo llamara de esa forma —, ¿es allí donde se encuentra mi padre? No lo he visto en el refugio y... no creo que esté debería estar muy alejado de usted.

 

Aoi Nobunaga

Cuando Fureku tomó su mano Aoi se envaró, apartándose de él tanto como la largura de su brazo, rígido de incomodidad, le permitía.
Puso todos sus esfuerzos en no cortar el contacto de forma brusca, pero desvió a la mirada de la escena y dejó que Akihito se ocupara de consolar al joven.
Algo que, desde luego, ella no se veía capaz de enfrentar.

Cuando Matahachi hizo su entrada, ella se encontraba mirando en su dirección por lo que aprovechó la llegada para retirar sus dedos con suavidad y alivio y limpiarlos discretamente contra sus ropas.

Escuchó sus palabras y frunció el ceño con suavidad. Al igual que con Akihito, estaba segura de que ir solo en aquellos momentos era un error para Matahachi.

— Iré contigo. — Se limitó a responder, ajustando la katana y el arco con intención clara. — No dejaré que hagas el idiota como en Koga.

 

​

 

Casa (Este/Periferia)
[Aoi; Akihito; Fureku; Matahachi]

—Lo siento — fue lo primero que dijo Matahachi hacia Akihito —Tu padre, Rei. Si — dijo sin tanta habilidad como solía mostrar en sus oraciones — Así es, allí se encuentra, le he pedido que adelante un poco mi camino.

Después escuchó a Aoi y se dio tiempo de sonreír levemente, después bajó la mirada al suelo — Por amor se suele hacer estupideces —levantó la vista, y observó hacia Aoi —Lamento haber entorpecido los planes, estoy en deuda con usted.

Matahachi mantenía formalidad con los presentes; tal vez por el detalle de sentirse culpable al no haber planificado bien sus acciones en la guerra de Koga —Me vendría bien ser acompañado de ustedes; tienen habilidades de las que yo carezco.

—Iremos — aclaró Fureku.

Matahachi negó instantáneamente —No será posible. Prefiero evitarlo por el momento. Me gustaría que esperaras con Murai y los demás.

Fureku bajó la mirada —No soy tan inútil.

—No lo eres. Pero prefiero que permanezcas junto a Murai — dijo con seguridad — No podrás convencerme de lo contrario.

Fureku suspiró, derrotado.

Miraron a Fureku regresar sano y salvo a dónde el resto para después seguir a Matahachi.

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Nekita
Ayeah

Continúan en bosque

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Bosque (Oeste)
[Yato; Riku]

Yato negó —No lo creo; yo a ese hombre lo vi cuando estuve brevemente en Tonami, sabía que era de los Taira porque lo vi hablando con hombre llamado Kotetsu — dijo con molestia —Ese hombre tenía guardada la cabeza de un consejero de mi señora Shingen. Aquel hombre no me vio, ese tal Rei. Pero iba con otro sujeto; un niño — suspiró — Hablaron con Kotetsu, o pelearon. Discutieron del asesinato de los Ikeda y de un sitio... Chi no Okama (El caldero de sangre) que se encuentra en la isla de Oki en Shimane. Tal vez, el cuervo sea el niño con el que iba Rei.

De esa manera, avanzaron junto a Kumiko hacia su hogar.

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Monpoke continúa en casa oeste

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Bosque (Oeste)
[Matahachi; Rei; Aoi; Akihito]

Rei caminaba en el bosque cuando se encontraron con él. Este pareció sonreír por unos momentos hasta que notó la presencia de Akihito; su sonrisa se desvaneció y adoptó un rostro ceñudo e irritado.

—¿Has pisado heces? — preguntó Matahachi a Rei — Porque traes cara de haberlas olido.

—¡Cállate! — gritó molesto

Matahachi lo miró extrañado; no era usual que contestara verdaderamente enojado; solía responder burlón, no irritable. Por lo que decidió pasar al tema importante — ¿Has visto a...

—¿Por qué has traído a estos? — interrumpió Rei

—Son nuestros aliados, y yo he estado cometiendo errores, necesito más mentes para...

Rei tomó del brazo derecho de Matahachi con fuerza —Son niños débiles; incapaces de protegerse por sí mismos. No serían nada si Murai no hubiera decidido adoctrinarlos... son... son...

Matahachi mostraba un rostro de dolor intenso; pero no lo externaba. Rei lo notó y lo soltó al instante.

—Lo siento; lo olvidé... —se disculpó Rei.

—Es evidente — reclamó Matahachi mientras llevaba su brazo izquierdo a detener el derecho —¿Dónde está Kumiko?

—Ha dicho que te verá en el nido. Y esperes el regaño pertinente por llegar tarde —mencionó Rei. Ni siquiera pudo burlarse de Matahachi con ese comentario como lo había pensado, estaba molesto.

—Vayamos...— mencionó Matahachi para que el resto lo siguieran.

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Nekita
Ayeah

Continúan en casa oeste.

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Casa (Este/Patio)
[Seikanji; Bokuso; Saito; Manzo; Aki]

Saito fue contenido por Bokuso; mientras este trataba de contener las emociones del joven al que vio crecer.

Mientras tanto, Aki miraba la herida de Seikanji y comenzó a tratarla con cuidado —Konan también cometió errores... — dijo con voz suave — ... el decidió callar siempre; hablar sólo cuando era necesario. Eso lo convirtió en una persona solitaria, incluso a las demás sombras les tomó tiempo entenderlo; pero él no siempre fue así, podría decirse que hablaba de más —apretó la herida con fuerza antes de comenzar a cerrarla —Murai nos enseñó que lo más importante era regresar; el falló en ello, el decidió quedarse sin decir a los demás su plan.

Aki tardó un poco más; calló mientras suturaba para no equivocarse. Después comenzó a vendar la herida. En ese momento; Saito ya permanecía llorando a brazos de Bokuso; mientras que Manzo estaba a su lado.

—Yo soy la primera en agradecer que intentaras volver por Konan —dijo con lágrimas en sus ojos — Pero también agradezco que no he perdido a los dos — bajó el rostro y comenzó a llorar con fuerza.

—Gendo me ha quitado tantas cosas... y parece que disfruta haciéndolo —la voz de Aki era trémula — Ese hombre busca escusas pequeñas para crear gran dolor.

Bokuso los miró —Entonces eres tú —dijo hacia Aki — Tú eres la hija de ese demonio... los mismos ojos...

Saito miró a su maestro para después reparar en Aki; al instante, su ira volvió.

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rapuma Hagas lo que hagas necesito un d20 y esperemos sea superior al que tirará Bokuso

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Casa (Oeste)
[Toshiko; Kirara; Yami; Shinko; Riku; Yato; Kuro/Taro; Kumiko; Dazai]

Yato y Riku volvieron con Kumiko; Dazai los recibió de inmediato con alegría. Kumiko abrazó con fuerza a su padre, Toshiko; mientras que los Fujiwara observaban aquella reunión.

Taro volvió a un lado de Yato y jugueteó entre sus piernas.

Kumiko se presentó. Y cuando lo hizo; fueron interrumpidos por un grupo de personas....

Era aquel hombre de los Taira; pero esta vez venía acompañado de otras tres personas. Una de ellas, la que parecía ser mujer, estaba enmascarada.

Contenido oculto

Kumiko les sonrió —Bienvenidos. Creo que es tiempo de presentaciones...

Toshiko corrió hacia uno de ellos y lo abrazó con fuerza —Mi pequeño Karasu — dijo con gran alegría.

—Cuervo...— dijo Yato hacia Riku.

Contenido oculto

Monpoke Karasu significa cuervo.
Nekita
Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Observó marchar a Fureku y se volvió para seguir a Matahachi en silencio. No sin antes asegurarse de que portaba todas sus armas y que la máscara aún cubría su rostro.
Anduvo tras los pasos del joven, pisando los mismos puntos exactos para hacer coincidir sus huellas y deteniéndose cuando éste asi lo hacía en un exceso de precaución.
Aquel hombre parecía guardar siempre un as bajo la manga, por desesperado o estúpido que fuera el truco en cuestión.

Asistió en completo silencio al intercambio entre Matahachi y Rei, manteniéndose indiferente ante las palabras de desprecio de éste último hacia ella y Akihito. Sólo se movió para continuar la marcha cuando ellos lo hicieron. Siguiendo el mismo patrón.

Los condujeron hacia una casa donde otras personas saludaron, pero Aoi continuó en silencio, estudiando a cada uno de los presentes con la mirada.

Se colocó junto a la puerta, analizando la estancia y cada una de las posibles salidas en caso de que aquello fuera una trampa, y tomó con suavidad la manga de Akihito entre sus dedos para tirar de él hacia sí, para asegurarse de que su único aliado de confianza de mantenía también fuera de peligro.

Aguardó con paciencia, esperando que la extraña situación se explicase por sí sola.

 

Akihito Shishio

Asintió con cierto alivio de saber la localización “exacta” de su padre, así sabía que simplemente podía estar relajado cuando volvieran al lugar seguro y no tenía que estar pensando que estaría simplemente acechando por allí.

—¿Acompañarte? —Preguntó un tanto confundido viendo como se desarrollaba la conversación con Fureku, ¿qué cosas se suponía que iban a aportar si ni siquiera sabían lo que iba hacer o con quién?

Miró a Umi con esa misma confusión y preocupación, como si hubiera una forma de simplemente deslindarse de eso antes de que simplemente se vieran obligados a avanzar. Ya durante el bosque, tan solo se fue retrayendo ligeramente detrás de Aoi ante la presencia de Rei, como si agregar algo más de distancia física fuera a ayudar un poco más al humor de su padre, aunque sabía bien que tampoco era algo demasiado probable.

Además al contrario de lo que había creído, ver sus interacciones más de cerca no le ayudó en lo absoluto a tratar de definir qué clase de relación tenían, ya que ante la sorpresa del mismo Matahachi, le indicaba que esa escena en específico no era en lo absoluto normal entre ambos.

Y finalmente, luego de un poco más de caminar por los bosques, llegaron al punto de reunión y casi de manera inmediata dirigió su vista a Matahachi, ¿en serio esta era su reunión? Le parecían demasiadas personas para “una aliada”.

No le gustaba demasiado.

Aun así, sonrió a los presentes e hizo una pequeña reverencia antes de obedientemente retroceder hacia el lado de su compañera, que de igual forma, le parecía también el área más segura donde estar en esos momentos.

 

Fujiwara no Riku

Casa (Oeste)

Por unos instantes pareciera que todo podría postesgarce, que habría el tiempo para comunicar eso a Kirara y Shinko y planificar algún tipo de plan.

No esperaba que entre media de nuestra llegada habría visitas. Uno de esos el sujeto del cual nos despedimos, acompañados de otros tres.

Dile al cuervo que lo esperaré en el nido...

Este es el nido. ¿Por qué de hacer esta casa su punto de reunión? ¿Por qué ahora? ¿Hubiera sido mejor dejarla y conversar con esa persona lejos de aquí?

Mire a Yato, despegando solo prendió ojo de esta visita que fue recibida entre abrazos, y confirme a sus palabras. De alguna forma, estábamos en esto los dos...

¿Cómo advertiria a Kirara y Shinko? ¿Eran consciente Kumiko y Toshiko del bando de estas personas? De ser así, no creo fuera capaz de recibirlos de tal manera frente a nosotros...

Demaciado incógnitas, está situación me molestaba. Con tan sencillo que sería saltar al ataque, evitar cualquier riesgo futuro de forma inmediata... Pero, ¿Cómo terminaría si combatimos? ...

Me acerque a Kumiko por detrás, con una falsa sonrisa a los visitantes, como si la cuidara. "Ya conocimos al 'hombre que no es de confianza' ". Dije en voz alta recitando el título que Rei nos provio antes, esperando ser escuchado en esta conversación, pero sin oponerme a al oído de nadie. "Y el chico debe de ser su compañero, ¿No?". Incline un poco la cabeza, en duda al mirarlo. "Pero creí se trataban de dos personas, no cuatro".

Esto último lo dije sin intención de acusar, estábamos aquí y éramos visitantes también. No tendría porque juzgar quienes vengan aquí.

"¿Son aliados?". Esto último lo susurré hacía ella, dejando entre ver algo de mí desacuerdo en esta situación con desconocidos.

No tengo el porque de oponerme a sus relaciones, siempre y cuando no lastimen a las mías...

 

Seikanji Yamagawa

Cuando Aki comenzó a tratar su herida y a hablarle, para de algún modo mantenerlo alejado del dolor que pronto tendría que aplicar, algo extraño empezó a agitarse en él. Cuando sintió los dedos de ella, un absurdo y loco deseo de tomar esa mano y dejar descansar sobre su mejilla sobre ella lo dominó. Seikanji estaba angustiado pero ahora era una extraña y dulce angustia que lo envolvía.

Por eso se sintió miserable cuando Aki comenzó a llorar. Un gran silencio pareció de pronto caer sobre el alma de Seikanji, uno de esos silencios en los cuales zozobra la razón. La abrazó con la misma torpeza de los cachorros al dar sus primeros pasos, la atrajo hacia su pecho y Reiko se acercó a ellos para lamer la mejilla de Aki. Era increíble cómo aquél animal, una bestia de la naturaleza, sabía cuando Seikanji sufría y como el sentimiento se transmitía hacia la arquera.

Pero de pronto Reiko se detuvo y observó a Bokuso directo a los ojos tras sus palabras.

-¿Que harás ahora que lo sabes, Bokuso-sensei?

Seikanji se había apartado un poco de Aki, con la herida en su hombro aún latiendo, tomó las kodachis del suelo y clavó su mirada en la de él. La pregunta había sido casual, como quien le pregunta a un amigo, pero su mirada y su cuerpo transmitía lo contrario. Reiko gruño levemente, con su cabello erizado tras su cabeza; así de conectados estaban.

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Post enviado por rapuma

 

Casa (Este/Patio)
[Seikanji; Bokuso; Saito; Manzo; Aki]

—Entonces ella... — mencionó Saito hacia su maestro.

—Es la hija del asesino de tu madre — recalcó Bokuso mientras en Saito empezaba a arder nuevamente el odio, uno que en esta ocasión, Bokuso no frenaba.

Saito preparaba su arma nuevamente, así como Seikanji preparó sus kodachis. En esta ocasión, también Bokuso se preparó. Ambos se abalanzaron mientras Aki también preparaba su arco.

La ira es un arma muy poderosa, nubla la mente del más sensato; da la fuerza necesaria al más débil; brinda coraje a aquellos que parecen no poseerlo; pero también dota de estupidez a aquellos con gran pesar en su corazón. La ira; tal vez era el arma más fuerte que poseía Gendo Mori, la capacidad de implantarla en cualquier persona que lo conociera; pero no sólo provocaba que ese sentimiento cayera directamente sobre él, Gendo tenía la habilidad de expandir ese sentimiento, era capaz de provocar que las armas fueran usadas sobre personas a las que algunas vez amaron.

​

—¡No! — el grito de Saito fue ensordecedor; soltó su naginata al ver como esta traspasaba el cuerpo de su hermano menor —¡Manzo!

Aki dejó caer al instante su arco, corriendo hacia dónde estaba Manzo, revisó la herida; si actuaba con velocidad tal vez aun lograba salvarlo; pero sus manos temblaban, tenía miedo.

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rapuma Maldito dado de evento xD
Bueno, tira un d20, debe ser superior a 10 para salvar a Manzo.

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Casa (Oeste)
[Toshiko; Kirara; Yami; Shinko; Riku; Yato; Kuro/Taro; Kumiko; Dazai]
[Matahachi; Akihito; Aoi; Rei]



La tensión era palpable; se mantenía presente en cada mirada. Incluyendo la de Kumiko.

Kumiko no respondió a Riku; pero se dirigió al nuevo grupo de cuatro personas —¿Acaso te he dado permiso de traer invitados?

—No, lo siento — respondió Matahachi haciendo que Toshiko se separara de él.

—¿Quiénes son ellos?

—Aliados — respondió Matahachi hacia una molesta Kumiko.

—Una respuesta muy rala, necesito que entres en detalle — exigió la mujer.

Matahachi suspiró —Estos últimos días no he estado actuando con precisión; he fallado, he provocado que mis planes se retrasen por simples sentimentalismos —miró a Akihito y Aoi — No diré sus nombres, son sólo de ellos; pero los he traído aquí porque en ellos he visto la cualidad de poder mantener una mente serena en eventos difíciles.

—¿No era esa una de tus cualidades?— reprendió Kumiko

Matahachi agachó la cabeza, y llevó todo su cuerpo al tatami en una disculpa, colocando su frente en el suelo. Kumiko y el resto de personas que permanecían junto a ella no podían verlo. Pero Rei, Akihito y Aoi podían notar cómo Matahachi estaba conteniendo sus emociones, cerrando con fuerza los ojos y consiguiendo la fuerza necesaria para hablar. La posición de disculpa fue más un descanso necesario para ocultar lo que sentía.

—Kaji ha muerto... y

Kirara miró a Shinko, ambos estaban completamente perdidos. Pero Yato reaccionó a aquel nombre, abriendo ligeramente la boca en una señal sutil de asombro.

Matahachi soltó un quejido desde su pecho; era un llanto sostenido, pues se negaba a llorar allí; frente a desconocidos.

—Por eso he llegado tarde... madre.

Kumiko se acercó a Matahachi; se hincó a su lado y lo sostuvo de los hombros, acarició con delicadeza el derecho. Matahachi levantó el rostro, estaba rojo; pero no tenía lágrimas, ni una sola. Kumiko lo abrazó con fuerza.

—Estás cometiendo muchos errores; y este... podría resultar beneficioso o simplemente desmantelar todo lo que hemos construido —dijo Kumiko con delicadeza; pero el contenido de las palabras era severo —Aun eres muy joven... —negó — Este error es mío.

—Los reunidos aquí... hablaremos sobre un grupo de shinobis el cual nos está atacando a ambos — interrumpió Toshiko para llamar la atención de los presentes y desviarla de Matahachi y Kumiko

— Son asesinos contratados por una de las familias más grandes de Kioto, y se han encargado de destruir lentamente a dos clanes... los ha puesto uno contra el otro a base de artimañas...— reclamó Yami, mirando a Riku, Kirara, Shinko y Yato.

—El crisantemos negro...

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Monpoke
Nekita
Ayeah

 

Seikanji Yamagawa

Su mirada se convirtió en una lúgubre promesa de sangre; ya no le importa que Saito atacaría junto a Bokuso, él estaba listo para defender con uñas y dientes a la persona que sentía que era muy especial en esos momentos. No dejaría que nadie la lastime e intentaría que no volviera a llorar, al menos en su guardia. Y si tenía que cortar para siempre con el lazo familiar que se sostenía débilmente como la hoja de un árbol a finales de otoño, estaba dispuesto a hacerlo.

En eso pensaba mientras se afianzaba en el suelo, con una guardia baja acostumbrado a las técnicas de su hermano, pero Bokuso sería algo nuevo, ya que está vez atacaría a lastimar; no se contendría como en los entrenamientos.

El restallar del acero y la sangre explotando en el aire, seguido de un desgarrador grito de locura.

—¡Manzo!

Corrió detrás de Aki, obviando toda hostilidad latente en el aire, como si aquél accidente diera una tregua al fuego que estuvo a punto de quemar los cimientos de los Yamagawa para siempre.

Lo giró y puso una mano sobre la herida, presionando como Aki le había enseñado. Miró con desesperación a la arquera, buscando en sus ojos el muelle que necesitaba en aquella tormenta que parecía no menguar. Le tomó las manos a ella y las colocó con fuerza sobre la herida, evitando el fluir de la sangre por un momento.

—Firme, no tiembles. No tengas miedo.

Intentó sonar firme mientras él se ponía manos a las obras, cortando vendas con sus dientes y preparando las herramientas que había adquirido, empezó por lo primero, las agujas y el hilo de cerdo. Y aunque la situación apremiaba, trabajó con delicadeza, siendo gentil con su hermano menor que era capaz de entregar su vida para que todo ese absurdo conflicto terminara.

Manzo, menos que nadie, merecía morir allí.

 

Fujiwara no Riku

Me despuce a guardar silencio mientras se lleva esa escena entre Cuervo y Kumiko. Pero escuché, permanecí atento.

Kumiko parecía tener orden sobre el chico, a la vez que se veía arrepentido de sus acciones. Tal vez, me apresure a juzgar... Pero sin despuesto a relajar.

Finalmente, se soltaron esas palabras que esperaba no llegar a oír... Una sospecha, ahora parcialmente confirmada... Esperaba seguir equivocándome... Yo no sabría que hacer.

Los ha puesto uno contra el otro a base de artimañas

Tenemos enemigos, quizás demaciados, pero en mí mente hay uno por encima de la lista...

Hay otra facción de shinobis... una mucho más peligrosa de lo que puedan ser los Sugita...

Los ha mencionado antes, lo vuelve a hacer ahora.

Ese hombre es sólo una herramienta más.

Una herramienta, una flecha lanzada hacia nosotros. Para ponernos uno contra el otro.

Podría resultar beneficioso o simplemente desmantelar todo lo que hemos construido.

"Desmantelar todo, que palabras apropiadas". Dije hacía los presentes, en un tono bajo contenido. Apenas sin dejar que la rabia hiciera soltar mí lengua.

Respire con fuerza, apreté lo puños, y sentí ni corazón martillando en pecho. Este momento. Esto es importante, hablar e informarse o callar. O matar...

Mire a los presentes, excluyendo por ahora al Cuervo, juzgando. "Lo hacen, ¿No? ¿Saben quien podrían ser? ¿Y todavía piensan hablar con ellos aqui?". Y aún así, y aún así se atreven...

Me fijé en Yami unos instantes, quien más relación a tenido con estas personas, debe saber algo. ¿Qué no nos han dicho?

"Diganlo, que planean... Donde encajamos". Termine, apretando lo dientes. Que lo digan, que dejen atrás esas preguntas y sospechas. Digan lo que quieren proponer...

Porque quiero ser quien juzgaría, quisiera ser el vergudo y actuar ahora mismo. Deshacer todo antes de que empiece, evitar que nos dañen.

Pero no me toca decidir. Mire a Kirara, ella debe escuchar, hacer las preguntas y armar este plan. Debe decidir.

Y con ello, podrán decidir cual es la verdad más justa.

¿Que quieres que decidamos? No, esto NO.

No lo voy a aceptar.

 

Aoi Nobunaga

Escuchó atentamente, paseando la mirada por los presentes de uno en uno memorizando los rostros que le eran desconocidos y reencontrándose con otros que ya había visto en ocasiones anteriores.

Por suerte sólo uno de los presentes conocía el suyo y esperaba que siguiera siendo así, tampoco pensaba desvelar su voz por el momento a pesar de que pocos la reconocieran. Se limitó por tanto a inclinar la cabeza ligeramente en dirección a Yami, invitándolo a continuar con sus explicación.

No tenía intención de iniciar una lucha inútil por lo que, por el momento, se limitaría a escuchar lo que aquel extraño grupo tenía que decir... Un enemigo común podría convertirlos en aliados temporales después de todo.

 

Akihito Shishio

Si la situación por si misma ya era incómoda, tan siquiera para él aumentó mucho más cuando se reveló la naturaleza de dicha aliada con respecto a Matahachi. No solo era una reunión táctica, era una reunión familiar en la cual estaban empeorando por falta de justificaciones con un verdadero peso para aquella mujer.

Y no la culpaba en lo absoluto, ni siquiera él sabía de dónde había sacado esa presunta cualidad que "les permitía" estar allí presentes.

"Los reunidos aquí... hablaremos sobre un grupo de shinobis el cual nos está atacando a ambos"

Su rostro inmediatamente se relajó al alejarse un momento de la conversación que estaban teniendo de forma mental, ¿sería eso también parte de la paranoia que perseguía a Haku desde que habló con él en Koga? ¿La razón por la cual habían sido abordados también por los rombos? ¿La explicación para ese ataque tan preciso en Otsu?

Respiró hondo y mantuvo su mirada en aquel hombre que hablaba, completamente atento a sus palabras puesto que el crisantemo solo podía relacionarlo a una familia en especial, y no le gustaba en lo absoluto esa opción.