Aichi Chiryu

Casa de Armamento
[Misato; Yin]

El anciano sonrió enormemente al observar aquella arma, después levantó la vista hacia Misato — Proviene de una familia muy honorable —dijo con devoción —Toru Aoyama fue el hombre que liberó a la familia Ise de ser perseguidos por un hombre de nombre Bokuso —mencionó con pesar, su leve sonrisa se opacó — Fue su abuelo quién tuvo que ayudar a los Ise a esconderse, a ocultar quienes eran y las grandes habilidades que ellos tuvieron simplemente para no volver a ser buscados —llevó su mano a su pecho — Yo fui ayudado por su abuelo cuando me amenazaron para revelar la nueva ubicación de los Ise, pues por mucho tiempo aun vendía sus armas —miró a Misato y sonrió nuevamente —Quién diría que su nieta también me salvaría de otro hombre del Imperio con las mismas preguntas que ese tal Bokuso.

El anciano volvió a mirar la katana y sonrió —Esa katana seguramente tiene grandes historias que contar.

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Escuché atenta la historia del anciano y me di cuenta como el destino podía dar muy grandes sorpresas, observe a Aoyama y recordé que si bien fue Seishin el que lucho contra Masaki y Shi, aún así estuvo presente como la primera vez que salvo a este buen hombre.

Repetí la hazaña del abuelo y eso me hacía sentir feliz.

—De verdad me alegra saber esa parte de la historia y ver qué aún...se conserva parte de nuestro honor.

Esquive la mirada del herrero observando hacia ningún lado, en serio el trato recibido en Chiryu era muy...raro y jamás pense en imaginar recibir ese trato en mucho tiempo.

—Fueron muchas batallas con esta espada, pero...no fue hasta la caída de Hiroshima que pude volver a reencontrarme con ella. De tan solo 14 veranos fui elegida para luchar para el único clan con poder en la prefectura; los Ichinose, sentía que tenía lo suficiente para demostrar mi habilidad con ella...pero solo recibí despreció, el señor feudal ordenó quitarla de mis manos y para recuperarla debía sobrevivir tres inviernos con una vieja katana en batallas contra bandidos—rei un poco recordando la confianza del señor Ichinose por ganar—al final había quedado mal y seguí con vida. Más que estar feliz de tener una guerrera leal prefería morir.

Negué con la cabeza como al final si regreso a mis manos, pero no de la mejor forma.

—Siempre busco excusas para no devolverla, peor aún, descubri en el día del asalto Taira que la katana de mi abuelo sería una ofrenda para salvarse, dolía ver como después de muchas batalla el no...sin embargo el no contaba con que su hijo la regreso en secreto a mis tierras, fue el único buen gesto pues el....—observe de reojo a Yin y preferí callar sobre los sentimientos del malcriado primogénito Ichinose—era un presumido pero supo enmendarse...finalmente viví unos días como una ladrona en mi propia tierra para recuperar el tesoro de mi abuelo.

Amarre de nuevo la katana a mi cintillo luego de permitir al anciano escuchar aquella pequeña historia.

—Es por eso que siento algo extraño ser tratada con honores luego de vivir a la sombra de otro clan. Ahora mi familia está igual escondidos como los Ise...tengo curiosidad por ellos pero mejor dejémoslos ocultos por su bien.

 

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[Misato; Yin]

El anciano escuchó atentamente e incluso Yin apretó los puños al escuchar de ese joven de los Ichinose —Lamento que su familia deba permanecer oculta; pero es bueno saber que están con bien, en lugar de ser esclavos de los Taira —mencionó con pesar; después miró a su alrededor, cerciorándose que nadie escuchara —Tal vez la familia Ise pueda ayudarla a mejorar su katana, si es que le interesa —dijo en voz baja, para después buscar entre sus cosas, y extenderle un viejo papel a Misato.

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Terminé de contar aquella parte de mi historia y el señor mostró su compasión por mi familia que algún lado de Aomori debian vivir de la hospitalidad de los locales.

—Espero verlos algún día, aún deben pensar que mori durante el ataque Taira.

Antes de decir algo más el armero se acerco a murmurar información de interés. Abrí los ojos sorprendida al mencionar que los Ise podían ayudar a mejorar mi arma, el extendió un papel y al observarlo vi que se trataba de un mapa con una ubicación en especial.

—¡Pero si es este lugar! Un lugar muy lindo a mí parecer, su gente hace unas muy lindas coronas florales—exclame en voz baja cuidando la valiosa información que me habían confiado—Agradezco su ayuda señor iré con cuidado...aunque ya conozco a una buena persona en ese lugar.

Me aparte del señor y observé a Yin quién parecía algo pensativo ¿Acaso habría imaginado algo sobre Ichinose? En todo caso el nunca tuvo oportunidad conmigo.

—Señor ¿Tiene en su poder alguna Yoroi personalizada? Muy pronto enfrentare enemigos peligrosos y no debo darles más oportunidades—dije sin ánimos exigentes, si el no podía esperaba que los Ise pudieran hacer algo al respecto.

 

Casa de Armamento
[Misato; Yin]

El anciano afirmó —Desde que fallé al señor Kenzaburo en aquella pelea dónde me pidió una protección, decidí comprar algunas provenientes de Nagoya; no son yoroi personalizados pero sirven para defenderse... aunque si va a seguir la pista para dar con los Ise, creo que sería mejor que con ellos invierta — bajó la mirada, pues no le gustaba perder negocios; pero Misato era distinta, era su salvadora.

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Ikoma-kun puedes comprar un yoroi simple; el anciano te lo deja a mitad de precio (500 monedas)

 

Misato Aoyama

En mi mente conté cada moneda que aún conservaba en mi poder, en si...todo ello sería un costo considerable, mejorar el arma y hacerme con un Yoroi personalizado. Debía por lo menos conservar algo si quería conseguir mi objetivo principal.

Al ver al hombre no pude evitar ver su semblante que parecía frustrado.

—Ire a encontrarme con ellos señor, tengo lo suficiente para comprar una Yoroi simple a su precio, pero pienso tomar el riesgo y obtener ambas cosas de los Ise—dije rechazando la oferta del buen armero, confiaba que al menos pudiera conservar unas 600 monedas con la ayuda de mi pareja.

—De verdad le agradezco la información señor, espero muy pronto vuelva y pueda ayudar comprando algo de su armería—agradeci con una reverencia breve, fui con Yin para indicar que tomaría un nuevo rumbo.

>>Dentro de poco debemos partir, el pueblo no queda muy lejos y se que seremos bienvenidos también.

 

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[Misato; Yin]

El anciano afirmó sin ningún rencor; a él le emocionaba que pudo ayudar a Misato.

Yin sonrió al escuchar las palabras de Misato —¿En qué sitio no recibe una cálida bienvenida? —dijo maravillado.

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El rol continúa en Aisai​