Daichi Nishimura [Casa de armamento] Pensé un momento al escucharla hablar sobre los arcos y las flechas, coloqué mis dedos sobre mi barbilla, mis ojos se fueron al techo: "250... Suena bien, ¿no?", me cuestioné. Miré a Heya que había decidido que su espada también fuera analizada, asentí levemente.—Pues me llevo el arco y 10 flechas, por favor...—asentí, casi de manera impulsiva, luego me quedé callado por un momento. En mis ojos intenté buscar hacia el exterior del lugar, intentando encontrar algún lugar para realizar un disparo de prueba. Suspiré no parecía haber nada. Luego, me quedé callado, escuchando a la mujer hablar arma de combate, necesitaba saber su historia. Al final, no aprendí mucho, pero era satisfactorio saber que se trataba de un arma más que digna para el combate, la miré por un momento envainada y sonreí... Sin sentir dolor en mi cicatriz. Asentí con mi cabeza, tomándola con respeto y colocando la correa alrededor de mi cintura, asegurándome que estuviese ajustada. Busqué en mis bolsillo la cantidad de dinero necesaria para pagar por el arco y las 10 flechas, estaba convencido de que ahora tendríamos una ventaja táctica en nuestro viaje, solo... "Espero no haber olvidado disparar...", suspiré por un momento hasta que apareció Misato de la nada. La seguí con la mirada como entraba al lugar hasta que hizo el comentario de Kioshi. —Justo pensaba ir, Kioshi podría tener información sobre donde conseguir caballos...—dije alzando mis tres dedos, hacia mucho tiempo que no me sentía así de entusiasmado por una situación...demasiado tiempo desde que había montado un caballo.—Ya casi terminamos...—dije con una ligera sonrisa, esperando por mi nuevo armamento con dinero en mano y que mis compañeros terminasen.
La noche llegó y Misato apresuró su paso hacia la casa de armamento antes de que la obscuridad reinara en el Santuario. Casa de armamento (Misato; Heya; Daichi; Misato) La mujer primero tomó con cortesía la katana de Misato —Será un placer —dijo mientras la inspeccionaba; la desarmó para encontrar la firma del herrero, también encontró un nombre —Toru Aoyama — mencionó —ese es el nombre del antiguo portador de esta arma, y su herrero también es muy bueno — volvió a ensamblar la katana —Me gustaría saber más de la historia de sus katanas, pero aun soy una novata en todo esto —mencionó sin mostrarse avergonzada, estaba segura de que mejoraría algún día. Entregó la katana a Misato y se alejó para traer las nuevas armas de Daichi; el arco era perfecto para aquel precio, le serviría si practicaba, con él —Si quieres practicar aquí afuera, hay un sauce que puedes utilizar; así podrás recuperar tus flechas sin problema— Contenido oculto: Misato En tu siguiente post tírame un dado de 20 caras por favor Eso le dará el valor de ataque a tu katana Contenido oculto: Daichi Con el arco tiras tu dado normal de ataque por nivel 1 (dado de 15) Además un dado de puntería (5) si obtienes 5 se suman +5 de daño a tu ataque Al ser un arco simple no es pesado; por lo que no tienes el -5 de penalización del arco personalizado. Contenido oculto Herrero nivel 2 mejoran armas (máximo un dado de 10 caras)
Misato Aoyama Sonreí cuando la herrera mencionó el nombre del abuelo escrito en la katana, la misma cumplía su misión de continuar en manos de la nueva generación Aoyama aunque no como planeó al principio, pero que sin duda el abuelo estuviese contento y orgulloso de su heredera. —Segun contó el abuelo se forjó en Kioto, también fue en reconocimiento a su nata habilidad samurái— Tome la espada con igual respeto para atarla al obi— Descuida algún día tu talento quedará reluciente y pulido como las mejores katanas...siempre y cuando no desistas a cada golpe que forja tu camino. Note de soslayo que la noche había llegado al pueblo. Mi mente divago por un segundo sobre que hubiese ocurrido de continuar en el templo, la curiosidad era inevitable pero mi deseo era reunirme con el resto. —Parece un lindo arco Daichi san...aunque algo simple— dije al observar curiosa la nueva arma adquirida por Daichi, un arma de ataque a distancia era una adición necesaria a nuestro grupo— pienso que sería lo ideal, veo en usted un gran talento tras lo ocurrido en Iga se que su habilidad le compensara— alente a Daichi a probar su nuevo arco, en el tiempo que estuve en el clan no había visto habilidades a parte de la katana en mis compañeros asi que no podía resistirme a ver otras destrezas. Enfoque mi vista en las pocas armas que ofrecía la casa de armamento, lamentando que aún no lleve otra arma a mi lado...esperaba pronto tener el dinero necesario algún día. Contenido oculto jo un siete ;w; dicen que es de buena suerte y espero así sea
Daichi Nishimura [Casa de Armamento] "—Si quieres practicar aquí afuera, hay un sauce que puedes utilizar; así podrás recuperar tus flechas sin problema.—" Asentí con mi cabeza, me encontraba entusiasmado casi como un niño, sostení el cuerpo de madera y lo estudié con detenimiento, escrudiñe la curvatura y la tensión en la cuerda. Sujeté con firmeza las flechas y sabría que no se romperían, coloqué la aljaba con flechas en mi lado derecho, mientras sostenía el arco con una mano mirando en dirección a donde se encontraba el sauce. Me gire por un momento, para hacer una reverencia de agradacemiento a la mujer herrera, salí del lugar, con un leve trote, dislumbré la oscuridad de la noche, iluminaba por la luna y algunas lámparas. "Debo probarlo, aunque sea tarde...", susurré en mi mente, memorias de mis cacerías de ardillas volvían, recuerdos de Hokkaido, recuerdos de mi pueblo costero. Miré al Misato, cuando pronució la primera oración y asentí, pensé por un momento, pero entusiasmado le dije.—Es simple, pero cumple con su función, señorita Misato, tengo que probarlo, pero...—me detuve un momento.—Hace tres años desde que no tenso la cuerda de un arco, espero que sea cierto lo que dice sobre mi habilidad, temo que solo se haya tratado de algún tipo de suerte lo ocurrido en Iga...—sonreí nervioso en su dirección luego me acerqué al sauce con lentitud, quedé cubierto por su la sombra de sus hojas, pero quería sentir su tronco por un momento. La aspereza de madera, seguido de la irregularidad, me gire sobre mis pies y caminé varios pasos para alejarme del tronco. Tomé aire con mi nariz y lo solté porla boca. Mantuve mi mirada fija en el tronco del sauce, alcé el arco sujetándolo con mi mano derecha, con los dedos de mi mano izquierda tomé una flecha de mi aljaba y con lentitud la coloqué contra la cuerda de mi arco. Volví a respirar, calmado, tensé la cuerda en un solo movimiento, pude dislumbrar como mi pulso temblaba un poco, mientras apuntaba. Mantuve mi visión en el objetivo por un segundo, manteniendo la respiración, solté la cuerda que sujetaba la fecha, dejando que tomara vuelo con destino desconocido.
Tanaka Heya Casa de armamento Asintió a las palabras de la herrera y agradeció por el servicio. De cualquier modo, no tenia las monedas para mejorarla. Saludó con un gesto a Misato que llegaba del templo y aguardó mientras analizaban su katana. —Bueno, mi arma no tiene mucha historia. La obtuve del herrero de mi pueblo cuando era pequeño, antes de que... — "dejara de existir" "fuéramos atacados""huyera""los abandonara" A Heya le sorprendió la naturalidad con la que iba hablar del tema, sus pensamientos se atoraron en su garganta antes de que pudiera darles forma para poder salir por su boca. —...antes de que tuviera que dejarlo. —Terminó la frase y no volvió a hablar. Acompañó a Daichi y a Misato y observó el tiro. Nada mal, al parecer la práctica no se había perdido con el tiempo. Aprovechó para acercarse, observó el corte que hizo la flecha en el árbol, la retiró con cuidado y se la dió a Daichi de nuevo. Antes de un posible segundo tiro, aprovechó para recoger un poco de la corteza del árbol. Comenzaba a anochecer, por lo que esperó a que sus compañeros terminaran antes de continuar el camino
Casa de armamento (Misato; Heya; Daichi; Misato) La mujer devolvió la katana a Misato con una reverencia mientras eschaba a Heya algo confundia y melancólica con sus palabras —Armas de Kioto siempre resultan ser una joya —mencionó antes de que se encaminaran a ver la práctica de Daichi fuera del negocio —Gracias por su compra — concluyó. Al salir de la casa de armamento se enfocaron en la prueba de Daichi, quien logró perforar el árbol en una lína recta perfecta; dónde había enfocado su vista fue el lugar preciso donde la flecha se clavó, haciendo un sonido que parecía un silbido. Había sido un tiro perfecto, digno de admirarse. Algunos agricultores que regresaban a sus casas vieron aquel entrenamiento y aplaudieron la precisión. Heya después recuperó la flecha la cual le devolvió a Daichi, que gracias a un tiro recto salió del árbol sin dificultad. Comercio (Misato; Heya; Daichi; Misato) Era momento de volver con Kioshi quien ya los esperaba fuera del comercio, era una pequeña casa que había sido adaptada, en su interior se podían ver arreglos florarles, algunos dulces típicos. Detrás había separado un pequeño establo donde varios caballos se mantenían resguardados en un pequeño techo de paja. Kioshi se encontraba debajo de una linterna arreglando flores cuando los vió y sonrió. Se acercó a ustedes y les colocó una corona de flores en la cabeza a cada uno, tuvo que pedirles que se agacharan un poco para que lograra hacerlo. —Considérense invitados especiales en Aisai, se dice que siempre es de buena suerte las cosas que trae un río; esta vez han sido tres personas — mencionó mientras los invitaba a entrar; pasando los arreglos florales, la casa volvía a verse como un hogar en lugar de un simple negocio. En el interior los esperaba una cena, cortesía de Aisai; tazones de arroz con salmón encima; aquello era un plato bastante lujoso para una aldea tan pequeña; al parecer su economía iba bastante bien. Al parecer en el negocio no había nadie más que Kioshi; al menos se esperaría ver a padres o abuelos, pero no era así; pues sólo había cuatro tazones en la mesa —Por favor, coman, después de ser arrastrados por el río seguramente sus cuerpos necesitan esta energía— dijo mientras ella se sentaba para iniciar a comer.
Daichi Nishimura [Casa de Armamento] La flecha voló en el aire, la cuerda del arco chocó contra mi antebrazo derecho, dejando una ligera marca rojiza, sentí como mi memoria muscular había regresado. Escuché el silbido d ela flecha volando en el aire antes de estamparse contra la corteza del arbol, quedando clava de manera horizontal. Solté todo el aire, parpadée un par de veces impresionado, miré el arco con detenimiento. "Hokkaido...", susurré en mi mente, perdiendome en la palabra de mi tierra tan lejana, remojé mis labios levemente, antes de percatarme que Heya se acercaba en mi dirección con la flecha intacta. Sonreí, mientras me sacaba de mis pensamiento.—Gracias, Heya.—respondí tomándola y dándole una pequeña reverencia con mi cabeza. De pronto pude escuchar un par de aplausos a varios metros de nosotros, me giré confundido, eran un par de agricultores, parecían que regresaban de los campos de trabajo y se habían detenido para ver mi prueba del arco. Sintiendo verguenza, realicé una reverencia en su dirección.—¡Muchas gracias!—dije casi en un grito ahogado, mi mente se quedó en blanco, antes de volver a mi postura erguida. Tomé el arco y lo colgué de mi hombro, ya era suficiente práctica. Miré a Heya y Misato, sabía que era momento de encaminarnos hacia el comercio de la señorita Kioshi. [Comercio] Llegamos al comercio. El camino fue callado, pero pude ver el lugar que buscabamos. Kioshi se encontraba en el exterior y nos hizo entrar en el comercio, de manera sorpresiva nos colocó una corona de flores sobre nuestras cabeza, parpadee varias veces confundido antes de bajarme un poco y permitir que la colocara encima. Estaba confundido, pero sonreí. Dentro nos esperaba comida, el aroma llegó a mi nariz haciendo que mi estómago comenzara a rugir: "¿Hacia cuánto que no comíamos?", pensé, pero no podía recordarlo, fue antes de que el río nos trajera, eso era seguro. Me senté en el suelo, frente a uno de los platos y coloqué las armas a un lado, me sorprendió no ver a nadie más, solo a Kioshi que nos acompañaba. —¿Usted está sola, señorita Kioshi?—pregunté sin pensar. Después me callé y el tazón de arroz con salmón. Entonces, pude escuchar los caballos en la parte posterior, sonreí levemente. —¡Muchas gracias, por la comida!—hice una pequeña reverencia frente a la mesa para los demás presentes y comencé a degustar del platillo con calma.
Misato Aoyama Cuando pude sentir la katana nuevamente en mis manos di una pequeña reverencia por el legado del abuelo. —Un espadachín bien entrenado puede aumentar su valor y letalidad—respondi al comentario de la herrera, simplemente al recordar las palabras del abuelo sobre el valor de una katana forjada en la capital imperial. Al salir vimos como la ciudad se preparaba para resguardarse, acompañe a Daichi hasta el sitio de práctica donde demostró su precisión de forma impecable. —¡Bien hecho Daichi!—felicite con entusiasmo y un breve aplauso al aludido, pero debíamos ir con Kioshi no debíamos demorar más de lo debido. En el comercio... Kioshi nos recibió en el lugar luego de una mediana caminata, el comercio tenía un toque cálido y acogedor con vistosos arreglos florales, no podía negar el encanto que producía en mi; incluso atreviendome a olfatear fugazmente. Kioshi nos coloco unas muy hermosas coronas florales —¿Tu las hiciste? Son muy lindas...¡De verdad me encantan!— no pude evitar dar unos saltitos por el adorable detalle, su trabajo fue hecho con verdadero sentimiento tal como mi hermana Shizune las fabricaba en nuestra infancia. Pero las sorpresas no acabaron... En la mesa un platillo vistoso daba muestra de la buena época que el pueblo transitaba...el aroma abría el apetito lo que nos llevó a sentarnos cada quien en la mesa. —¡Gracias por la comida!—agradecí manos juntas y palillos listos para disfrutar la cena en completa paz.
Comercio (Misato; Heya; Daichi; Misato) Kioshi sonrió ante el comentario de Misato y afirmó orgullosa —Claro que si; son tan lindas como su visita en Aisai; nos agrada recibir visitantes —rió ocultando su sonrisa con el dorso de su mano —aunque ustedes llegaran por accidente — Dentro del comercio se sentaron alrededor de la mesa para cenar, agradecieron la comida y comenzaron; Kioshi afirmó hacia Daichi —Así es, perdí a mi madre ya hace varios inviernos —dijo mientras sostenía su tazón —Y mi padre está al servicio de un clan en Kioto, tomé el negocio de mi familia desde ya hace mucho tiempo, las flores es algo que disfruto; cada estación son nuevos colores y formas; el florecimiento jamás para, y eso me llena de alegría — dijo con una gran sonrisa —Las flores me han dado demasiado, por eso yo doy mi esfuerzo y vida en el campo —sus manos estaban vendadas, seguramente pasaba todo el día cuidando de ellas junto a más agricultores —La agricultura es nuestro mayor ingreso, si no entregamos a la tierra lo mismo que ella nos da perderemos ese equilibrio —Mi padre me enseñó que siempre debemos tratar con excelencia a los visitantes, pues han recorrido caminos difíciles como para ser mal recibidos en una ciudad — dijo señalándolos — Por eso quiero que su visita a Aisai sea inolvidable; no sólo por los bellos paisajes sino por la cálida bienvenida.
Tanaka Heya Comercio Estaba algo confundido por las coronas de flores, sin embargo no pudo evitar sonreir mientras escuchaba las palabras de Kioshi y sus compañeros. El lugar tenia una variedad de arreglos florales, de las cuales no todas reconocíó Heya; para dar paso al interior de la casa donde cuatro tazones los estaban esperando, haciendo que se diera cuenta del hambre que inconscientemente había ignorado hasta ese momento. —Gracias por la comida— agradeció con una reverencia antes de acercarse a la mesa y sentarse en el suelo para comer. Degustó el plato mientras escuchaba la conversación. Algo de melancolía cruzó por la cara de Heya cuando Kioshi mencionó a su madre, y le llamó la atención el porqué estaría su padre sirviendo en la ciudas imperial. Continuó escuchando mientras comía y aprovechó para cambiar un poco el tema de conversación con la última frase que escuchó —Y lo está logrando. A pesar de que llegamos a Aisai por accidente, no olvidaremos la hospitalidad y calidez con que nos han recibido, menguando los problemas que pudiéramos tener. ¿Cómo podemos agradecerle por el gesto?
Comercio (Misato; Heya; Daichi; Misato) Kioshi negó ante Heya —Ya han hecho suficiente — mencionó con tranquilidad — Los visitantes siempre ayudan a la economía de una ciudad, ustedes no han sido el error a la regla, veo que han invertido en Aisai —dijo señalando con sus palillos el arco que ahora portaba Daichi —Seguro que a Matayo le han hecho el día al comprar un arma de guerra — rio, se veía que los ciudadanos de Aisai se conocían muy bien. —Heya, si levantaste flores hace un rato seguramente necesitarás pasar a la herbolaria para crear medicamentos — Kioshi era muy observadora —Puedes hacerlo en la mañana del siguiente día, seguramente ya cerraron el negocio, pero así aprovecharán y descansarán en el Shukusha de Hinu — No sólo era observadora había algo más detrás de todo ello — Este negocio es el que más monedas trae hacia Aisai, digamos que tanto la venta como la siembra son los aspectos más fuertes en la economía de la Ciudad de las flores — se levantó para traer el té que estaba hirviendo hacia la mesa, dejando vasos de porcelana frente a cada uno mientras servía un té bastante aromático —Las flores dan trabajo a muchas personas aquí, desde agricultores, hasta comerciantes, las plantas se transportan en carretas hacia varias ciudades, por lo que nuestro sistema es muy importante, mi deber es mantener el orden de este negocio y de Aisai — sopló al té en su vaso y le dió un sorbo —Soy la regente de esta Ciudad, es por ello que conozco a mi gente, y ustedes han traído gran alegría con su llegada, en verdad somos nosotros los que agradecemos su presencia. Si necesitan algo más no duden en preguntarme
Comercio (Misato; Heya; Daichi; Misato) La cena había sido placentera, habían conocido más de aquella ciudad y su buena economía; Kioshi los consideraba invitados de honor, es por ello que hizo un descuento considerable a la compra de caballos, les entregó tres por ciento cincuenta monedas, estarían listos para su viaje esa misma noche. Shukusha Volvieron al Shukusha recibir sus ropajes arreglados, no se quedaron a dormir, decidiendo que partir a Nagoya era más importante, subieron a sus caballos y comenzaron su viaje; llegarían a Nagoya al medio día. El rol continúa en Nagoya
El rol de Misato proviene de Chiryu Afueras de Aisai [Misato; Yin]Llegaron al anochecer del mismo día a aquella pequeña ciudad que Misato ya conocía; en el camino se encontraron a unos bandidos los cuales no representaron un problema para ambos; pero si llegaron agotados. Los recuerdos de aquella ciudad aun estaban presentes en la memoria de Misato, recordó a la pequeña Kioshi; recordó su extraño encuentro en el santuario y por supuesto a la herrera, la cual mencionó que vendía sólo herramientas para el arado, incluso había visto la katana y reconocido a su abuelo; pero mencionó que ella era una novata, aquello resultaba extraño. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama La ciudad estaba no muy lejos por lo que al llegar la noche nos cubrió apenas rondabamos las afueras de Aisai. En el camino de nuevo unos bandidos deseaban robarnos pero finalmente cayeron...aunque fue muy agotador. Nuevamente deberíamos descansar en el Shukusha pero si podía ubicar a Kioshi podría tal vez ayudarme con los Ise. Al caminar por la entrada recordé que la ciudad demostraba su encanto a la luz del sol. Otra cosa era la extraña niña en el santuario, prefería pasar de largo de aquel lugar y centrarme en el clan de herreros . —Yin seguro recuerdas mi corona de flores en Nagoya—dije en referencia al regalo que recibí, mismo que tras varios soles se habían marchitado—Fue justo aquí que la recibí. Otra cosa que me dejó en duda fue la herrera novata que vio la katana del abuelo...pero dijo no saber mucho por su nivel ¿Era solo otra aprendiz? —Iremos al comercio, tal vez Kioshi este cerca.
Afueras de Aisai [Misato; Yin] Yin sonrió al recordar aquella corona de flores, agradecería a Kioshi por tan bello regalo hacia Misato; pero cuando escuchó de la herrera su semblante cambió —O habrá mentido... ¿Pero que sentido tendría? ¿No estaría feliz de ver a una Aoyama? Comercio [Misato; Yin] Juntos se encaminaron hacia el comercio; y se sorprendieron en ver personas trabajando a esas horas de la noche; grandes cantidades de arreglos florales. Eran hermosos; pero uno sobresalía del resto; uno que estaba preparando Kioshi con una mirada completamente enfocada. Contenido oculto Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama —No lo sé pero algo averiguaremos al llegar. Pensaba en ir preguntar a Kioshi todo lo que pudiera saber, fuimos hasta el comercio donde podía escuchar ciertos pasos que indicaban actividad. Al llegar deslicela puerta encontrándome una escena que me confirmaba todo. En horas de la noche el comercio desbordaba vida y trabajo. Sin mencionar palabra alguna entre mientras quedaba anonadada por la belleza de los arreglos florales, algo digno de ver. Sacudí mi cabeza e intenté concentrarme en encontrar a Kioshi. No muy lejos del lugar pude encontrarla, sobre todo por el hermoso arreglo floral que manipulaba con dedicación, pero ¿Que evento tendría lugar para tal? ¿Será algo para celebrar en Nagoya? O tal vez... —¡Señorita Kioshi!—Salude alegre y con voz baja, no quería asustarla y arruinar su trabajo—Me alegra verla de nuevo y visitar su pueblo...—observe de nuevo alrededor aún intentando deducir la razón de los arreglos florales. >>Veo que están muy ocupados ¿Habrá algún festival en Nagoya?
Comercio [Misato; Yin] Kioshi miró a Misato y sonrió alegre; era una chica muy amable, de un carácter afable y honesto; Misato no tenía que leer más allá de sus emociones para entenderla. —Señorita Misato— saludo alegre — No es un festival en Nagoya; es una celebración en la gran capital. Kioto. —La gran ceremonia nupcial entre Taira no Tomoe y Minamoto no Takeda —interrumpió un hombre igual de alegre que Kioshi, seguramente su padre; pues mostraba una frente con arrugas —Y mi querida Kioshi prepara uno de los arreglos más importantes. Kioshi afirmó —La glicina azul, la flor del emblema Minamoto —señaló la flor azul para después mostrar las pequeñas flores en botón —El crisantemo, la flor de la familia Imperial — por último señaló el tazón plano dónde se suspendía todo el arreglo ikebana. No había plantas u ornamentos deteniendo las flores, era simple presión y control de las formas, un sublime equilibrio —Heike. —¿Heike? —preguntó Yin, pues no conocía aquella palabra. Kioshi asintió —Es otra manera de referirse a la familia Taira; Heike significa la familia del equilibrio. Todo este arreglo habla de la unión de estas tres familias, y como el conjunto de estas seguirán creando la paz absoluta en Japón. Heian... la era de paz. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama Escuché atenta las palabras de Kioshi sobre el trabajo tan arduo, la verdad ya me figuraba la razón en cuanto vi el arreglo floral y el tipo de flores presentes en el mismo...era el arreglo floral para la boda en Kioto. Sonreí admirando su trabajo pero muy en el fondo la preocupación aún seguía presente; Rengo aún estaba en manos Taira con el objeto de continuar el engaño de la boda, de permitirlo eso complicaría mucho el otro frente de batalla donde Rengo debía estar sin falta, debía encontrar información sobre su paradero pronto. —¡Ya recuerdo, hace poco me enteré de la noticia!—exclame fingiendo sorpresa, Aisai no sabía mi procedencia del clan Minamoto y mucho menos sabía sobre el engaño de los Taira tampoco pensaba revelar nada por el momento. —Por cierto, he venido a buscar informacion pero si está muy ocupada iremos a descansar al Shukusha, nuestro viaje ha sido muy largo. Podía que estuviera en un lugar seguro pero prefería ser discreta al momento de preguntar sobre un clan sin más opciones que ocultarse.
Comercio [Misato; Yin] Kioshi negó —Estaba a punto de terminar, aun puedo ayudarlos si es que lo necesitan. Yo no asistiré a la boda, mi padre lo hará —dijo mirando a su padre, el hombre alegre que seguía revisando cada arreglo —Viajará con urgencia en barco, saldrá este mismo día hacia Nagoya para llegar al puerto en Osaka, así llegará a tiempo, sin demora alguna —mencionó con orgullo aun sin dejar de mirar a su padre. Pero al terminar esa frase, volvió la vista a Misato —Dígame en que puedo ayudarla. Contenido oculto Ikoma-kun