Aichi Aisai

Misato Aoyama

Al parecer Kioshi no tendría mayores inconvenientes para ayudarnos, salvo su padre que mostraba un cierto entusiasmo por el evento a celebrar en Kioto...feliz por una farsa. No estaba aquí para desenmascarar una mentira, tenía un importante encuentro justo ese día.

—Entiendo, ah con respecto a eso...—observe alrededor, aún si el lugar no tuviera mayores peligros no podía evitar sentí cierta incomodidad por averiguar la ubicación de los Ise—Deseo ver a la armera del pueblo, quiero saber si aún está...y encontrar a ciertas personas relacionadas a mi clan—mi voz redujo su tono llegando a ser como un susurro. Confiaba lo suficiente en aquella chica como para esperar una respuesta clara de su parte.

 

Comercio
[Misato; Yin]

Kioshi afirmó —Justamente nos ayudó a arreglar la carreta para que soportara todo el peso de los arreglos, pues no podemos permitirnos fallos, o no llegarían a tiempo — dijo con sinceridad— Seguramente ya habrá cerrado pero puedo acompañarlos para asegurarme que los reciba, por favor, síganme.

Kioshi avanzó felizmente por el pequeño pueblo hasta llegar a la armería.



Casa de armamento
[Misato; Yin; Kioshi]

El sitio estaba cerrado; pero aun había luz en su interior. Kioshi se acercó a la puerta shoji y golpeó a la madera con ligereza.

—¡Junko! soy yo, Kioshi.

No tardaron demasiado en que saliera una mujer joven pero con gran musculatura; Misato pudo reconocerla, ella la había atendido aquella vez que viajó con Daichi y Heya.

—¿Necesitan algo más de mi, Kioshi? — preguntó la mujer algo adormilada

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Kioshi respondió afirmativa mi pregunta sobre la herrera, ella había ayudado en el mantenimiento de una carreta para transportar los arreglos.

Al culminar seguimos a la chica por el pueblo hasta la armería dónde se podía ver algo de luz en el local, esperaba no ser inoportuna en su descanso luego de un pesado trabajo en la forja. Al llegar Kioshi llamo a la mujer y no tardo mucho en responder mostrándose ante nosotros.

—Oh ya estabas descansando, de verdad lo siento—me disculpe con una breve reverencia, sonreí a modo de saludo a la chica, se trataba de la misma que atendió mi katana—seguro tuviste un día largo y de mucho esfuerzo. Es solo que he venido para un asunto en especial.

Desamarre con cuidado a Aoyama sujetando con cuidado, de manera muy fácil la luz tenue permitiría apreciar su aspecto.

—Hace unos cuantos soles revisaste está katana y pudiste ver el nombre de su antiguo dueño; Toru Aoyama—empece por recordar aquel día—el cual es ni mas ni menos que mi abuelo, quien fue mi primer maestro...me llamo Aoyama Misato. Y he venido por una información dada por un herrero en Chiryu luego de salvarlo de un espachin cruel—vi a los ojos a la armera—el herrero cuidaba algo o mejor dicho el escondite de un clan en especial, ese mismo clan fue salvado por mi abuelo y encontró refugio aquí en Aisai. El herrero me confío su información y así poder encontrar a los Ise y contar con su ayuda.

Espere atenta la respuesta de la armera, más adelante podría saber el porque no hubo reacción el día que desarmo la katana y vio el nombre de mi abuelo.

 

Casa de armamento
[Misato; Yin; Kioshi]

La armera la miró impresionada y unas lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos —Ese apellido —las lágrimas cayeron — No lo había escuchado en tantos años —dijo abriendo las puertas completamente para que pasaran.

Al entrar; vieron la armería principal; lentamente fueron guiados por Junko hasta la parte trasera; dónde pudieron observar un modesto hogar; había una mesa con sólo un tazón de arroz a medio comer; dando a entender que Junko estaba sola. Pero había dos almohadillas, tal vez, en algún momento vivió acompañada. Junko los invitó a sentarse, ofreciéndoles las dos almohadillas que tenía; Yin se sintió incómodo y dejó que Misato y Kioshi tomaran las almohadillas; pero Kioshi negó, alegando que ella debía irse, que los dejaría con Junko.

Junko insistió a Yin a que tomara la almohadilla y por fin lo hizo.

—La familia Ise llegó acá, a Aisai. Tu abuelo trajo a la familia a este pequeño sitio; dónde su líder decidió que debíamos pasar desapercibidos. Mi padre, él siempre estimó mucho a tu familia —dijo mirando a Misato — Cuando vi el sello de los Ise en el nakago de tu katana no supe como reaccionar; es un tema sensible, y tenía miedo de que usted no fuera verdadera dueña de aquella arma, que la estaba usando para obtener información de la familia Ise —Bajó la mirada, estaba apenada — No sólo portas esa arma; sino que ahora vienes en recomendación de un herrero aliado. No tengo motivo alguno para no creer en ti, además... —volvió a levantar la mirada — Tu mirada es noble.

La mujer sonrió —Mi nombre como ha dicho Kioshi es Junko; toda mi familia es del clan Ise; pero estamos ocultos bajo el apellido Togo.

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—Yo sólo soy una simple negociante; mi padre me enseñó lo básico en herrería pero nunca profundizó en su enseñanza, tenía miedo de que cayera en la persecución de nuestro apellido. Mi padre se llama Katsushiro, actualmente está en Nara junto a mi madre. Y conmigo vivía otro integrante de la familia; mi abuelo, Goro; también se dedicó a los metales pero el en pequeños detalles como la joyería —Junko sonrió orgullosa — Yo considero que mi abuelo era el mejor tallador de jade, aun hay piezas que él hizo que la familia imperial poseen.

Yin notó la ausencia del señor Goro y bajó la mirada entristecido; Junko lo notó al instante.

—¡Oh no! —gritó Junko al entender que Yin se lamentaba por la muerte de Goro — Mi abuelo sigue vivo; sólo que ya no se dedica a la joyería —Volvió a mirar a Misato —Se fue de Aisai justamente cuando tu familia llegó a la ciudad, venían como refugiados. Un hombre enorme y apuesto los guiaba; era uno de esos hombres del norte, ataviado en pieles y mirada pesada; se hacía llamar Inukawa; él mencionó que guiaría a los refugiados a Aomori. Por ello mi abuelo se fue con ellos, en respeto a la familia Aoyama —talló su frente — No creí que hubiera otra Aoyama por los caminos; pensé que todos estarían en el Norte.

Junko miró su tazón de arroz; no había preparado más porque no tenía más por él día de hoy; y ya había empezado a comer de allí; ofrecerlo sería una grosería —Le debemos tanto a la familia Aoyama; Yo era una bebé cuando tu abuelo nos ayudó; no recuerdo su rostro; pero lo tengo muy presente todos los días; salvó a mi familia —volvió a mirar a Misato —No tengo mucho que ofrecerte; pero puedo guiarte a Nara, sé que mi padre ayudará a una Aoyama.

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

La chica estuvo cerca de romper en llanto apenas mencioné a mi abuelo y nuestro apellido, casi sentí que debí tener más tacto, sobre todo si la había despertado de su sueño.

Accedimos al interior del local para un encuentro y charla más segura, el local contaba con una humilde pero cómoda estancia, indague en diferentes direcciones pero nada más me decía que la chica estaba con algun acompañante.

Al sentarnos no parecía haber espacio para uno de los tres y Yin no quería ser grosero y cedería la almohadilla para Kioshi, no obstante ella declaro no permanecer y regresar al comercio.

Cuando no hubo más inconvenientes Junko relato parte de la historia y el porque de haber ocultado su reacción cuando reviso mi katana. Ella desconocía mi apellido y debía guardar el secreto a toda costa.

—Quede atrás pues fui la única que decidió servir como guerrera del clan Ichinose, pero tras el asalto Taira a Hiroshima escape apenas con vida y fui encontrada por un viejo comerciante llevándome a salvo por unos días a su hogar—observe mi katana recordando días pasados—solo regrese para recuperar la katana del abuelo y huir de nuevo—suspire con pesar—no creo que mi familia sepa si aún estoy viva.

La chica también se había ofrecido a guiarme a Nara donde su padre era el más adecuado para la tarea de herrero.

—Nara...recuerdo que hay fue donde inicie mi viaje con Takeda—mire a los ojos a Junko y sonreí—estaria muy agradecida de recibir tu ayuda.

 

Casa de armamento
[Misato; Yin; Junko]

—Su familia puede saberlo si así lo desea; si usted sabe como llegar a Nara yo puedo entregarle algo para que mi padre no desconfíe de usted; y yo podría emprender un viaje a Aomori, allí buscaría a su familia y les informaría de usted —Junko buscaba ser de ayuda para Misato, se notaba en cada una de sus palabras; estaba muy agradecida con su familia. Pero su mirada fue brevemente de duda al escuchar aquel nombre —Inició su viaje con... ¿Takeda? ¿Takeda Minamoto? Debe ser él, él vivía oculto en Nara, eso lo sé por mi padre precisamente —Junko respondía su pregunta por sí misma — ¿Irá después a Kioto? Porque si es así podemos pedirle al padre de Kioshi que avise a su señor que llegará tarde a la celebración.

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Junko ofreció dar fe de vida a mi familia en Aomori, era una oportunidad para dar cierto alivio a mi familia...sobre todo a Kaede.

—Hubiese preferido mantener mi presencia oculta por mucho más tiempo pero...creo que deberían saber que aún conservo mi vida, pero sobre todo para mí hermana menor Kaede—Busque entre mis pertenencias y allí di con el peine que ella me había obsequiado al partir a la casa feudal Ichinose—Segun supe ella no quería huir sin saber algo de mi. Se negaba a aceptar mi muerte.

Frote el peine con el aprecio y valor como si de alguna pieza de joyería valiosa.

Tras haber aceptado el tema recayó en el nombre de Takeda, según sus palabras ella ya sabía de el gracias a su padre, casi no pude evitar una cara de estupor cuando menciono un viaje a Kioto. El corazón del imperio.

Bien sabía que no podías entrar en la ciudad imperial sin invitación, caso contrario habría terribles consecuencias ¿Que podía hacer en Kioto? No sabía si Shinrin podía haber dado con Rengo, desconocía muchas cosas, así como en Aisai desconocían el gran teatro que era la boda.

—Mi señor debe estar enterado y la verdad primero debo atender otros asuntos.

 

Casa de armamento
[Misato; Yin; Junko]

Junko afirmó con fuerza, orgullosa de su nueva misión —Iré a Aomori entonces; buscaré a su familia, y les informaré que usted se encuentra con vida — dijo para después levantarse y dirigirse hacia una vieja vasija, forrada con barro para evitar que se abriera con facilidad; Junko la sostuvo entre sus manos y con dificultad se la extendió a Misato —Dele esto a mi padre en Nara; él sabrá que viene de Aisai. Su interior es muy valioso, no se lo entregaría a alguien que no tuviera mi entera confianza. Usted es nieta de Aoyama Taru, eso es más que suficiente.

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Ikoma-kun Obtienes vasija misteriosa
Puedes viajar a Nara o hacer otra cosa en Aisai. Si quiere viajar directamente, puedes tirar dado de movimiento en tu siguiente post, o en tu post anterior si es que ya no tienes nada más por narrar.

 

Misato Aoyama

Junko parecía muy dispuesta a revelar la verdad a mi familia, así mamá y papá podrían tener la certeza de no haber partido dejando atrás la vida de una de sus hijas.
—Que los dioses guíen tu camino Junko, se que los harás feliz.

Al menos tendrían algo de mi parte y ellos no debían sentir que todo estaba perdido, sobre todo para Kaede, no sabía si los dioses brindaron alguna oportunidad de verlas de frente ...con vida.

La chica me otorgó una vasija como muestra de confianza, misma que esperaba recibir del padre de Junko una vez pise la armería de su padre en Nara. Sostuve su posesión más preciada y di una rápida reverencia para ella.

—El abuelo debe estar feliz por tu ayuda, iré dentro de poco pero antes—observe a Yin y de nuevo a la chica—ire al Shukusha por algo de tranquilidad para nosotros.

 

Casa de armamento
[Misato; Yin; Junko]

Junko se sintió honrada con las palabras de bendición que Misato le profesó; se le notaba el entusiasmo en la mirada, algo que delataba su educación fuera de las normas de corte, se comportaba como una simple artesana, la cual haría lo que fuera por el apellido que salvó al suyo.

Yin sonrió levemente; él si había sido educado en la nobleza, y sabía como se debía comportar frente a las personas, conocía el decoro y la elegancia; pero las simples palabras de Misato lo desarmaban, lo hacían susceptible, no había barrera que él pusiera que Misato no pudiera cruzar.


Shukusha
[Misato; Yin]

Juntos avanzaron hacia el Shukusha. Una mujer los recibió sonriente —Bienvenidos a Aisai — miró sus ropas, no tenían grandes daños; pero si se encontraban algo sucias de los viajes — ¿Desearían que laváramos sus prendas? No es un precio adicional si paga la estancia

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Ikoma-kun Misato y Yin no pagaría nada. (está incluido en su manutención)

 

Misato Aoyama

Luego de aquel encuentro fui en compañía de Yin hasta el Shukusha, la batalla contra los bandidos había desgastado nuestras energías y no era buena idea continuar sin un buen descanso y alimento.

—Es un gusto visitar su posada—respondí al saludo de encargada—asi es señora, ha sido un largo viaje y nuestra ropa necesita un cuidado pleno.

Observe a Yin y le sonreí, parecía muy agradecido por mi elección de tomar un descanso en la posada.

—quiero que te relajes y comas adecuadamente ¿si? Ya después habrá tiempo de viajar.

Al llegar a una habitación me despoje de mis vestimenta cambiandola por las que prestaban en el Shukusha. En medio de aquel ambiente, recordar a Nara fue recordar cuando el clan iniciaría su camino. En nuestro viaje más de una vez el destino reveló caminos algo...inesperados.

 

Shukusha
[Misato; Yin]

La mujer les indicó su habitación; no eran espacios muy amplios pero eran cómodos, tenía lo necesario para descansar de un largo viaje; pero no tenía las grandes comodidades como para permanecer allí por días; eso hacia notar que en Aisai su mayor ingreso no era el turismo.

—Tú abuelo conocía mucho más de lo que un simple samurái podría —Mencionó Yin después de colocarse la yukata que el establecimiento les había ofrecido — Creo que la historia de tu clan puede tener más detalles ocultos —hablaba con seriedad — Hizo muchos movimientos en secreto, como el resguardar a la familia Ise; eso no es algo que se encomienda a un guerrero; aunque también puede que actuara de manera independiente —sonrió —La historia de tu familia cada sol me parece más interesante —miró a Misato — Y sin saberlo, creo que te has movido de una manera muy parecida a tu abuelo ¿O crees que me equivoco?

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Salí de la habitación con la yukata reemplazando mi vestimenta, en una habitación Yin esperaba con su acostumbrada sonrisa, vi que el lugar no era muy amplio pero era lo bastante cómodo para un buen descanso.

Luego Yin opino sobre los movimientos del abuelo y lo que era igual de probable, la mano del clan Aoyama en asuntos ¿secretos? Solo sabía que mi clan buscaba un lugar reconocido junto a los Taira como una fuerza capaz de contenerlos, pero aquello era un sueño muy lejano.

—Tal vez más adelante pueda descubrir algo interesante...el abuelo le gustaba sorprender.

Y sin saberlo, creo que te has movido de una manera muy parecida a tu abuelo ¿O crees que me equivoco?

Escuchar esa afirmación me hizo suponer como a pesar de todo seguía los pasos de mi abuelo, no estaba muy clara sobre sus motivaciones, las mías eran claras y era casi como una guerra oculta que debia continuar, una en la que seguro debía actuar al margen del resto del clan...el mundo Shinobi sin duda era algo que jamás esperaba conocer a fondo.

—Solo busco mejorar cada día y eso solo debe ser una señal de que llevo un buen rumbo.

 

Shukusha
[Misato; Yin]

Yin le sonrió y afirmó —¿Entonces viajaremos a Nara? —preguntó con tranquilidad mientras preparaba el futón en el suelo —Llevar un buen rumbo... — repitió — Nara es de dónde proviene el joven Yamagata y la señorita Fuji ¿No es cierto? —preguntó Yin — Podremos avisarles a sus familiares de su estado, seguro están muy preocupados.

Yin extendió la mano hacia Misato, invitándola a compartir su lecho.

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Ikoma-kun

 

Misato Aoyama

Mientras Yin acomodaba el futon deshice el nudo dejando libre mi cabello. Mientras lo hacía pensé en los Fujibashi y en qué podrían estar, en Matsuda y su paradero, los Shinobi de Koga habrían sumado otro razón para no mostrarles clemencia si el ya no estuviera con los vivos.

—Estare muy feliz de llevar buenas noticias a la señora Hatsu sobre su hija... aunque Matsuda...—hice un breve silencio pues no quería imaginar destinos fatales— tal vez la señora nos agradezca con una buena comida.

Extendí mi mano para dejarme llevar, sin pensarlo deje acurrucarme por Yin, levanté la mirada y sonreí para brindar una suave y calida caricia a su rostro. Debíamos descansar y partir a Nara donde un viejo amigo del abuelo recibiría una visita muy especial.

 

Shukusha
[Misato; Yin]

Después de un descanso; pudieron salir para dirigirse a Nara; pero antes tendrían que pasar por la prefectura de Mie; y aquellos recuerdos serían más tórridos que la tormenta que se cernía sobre ellos, amenazante.

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Ikoma-kun

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El rol de Misato continúa en Iga​