Historia larga 25 historias aleatorias.

Contenido oculto

Bueno, esta historia surge a partir del challenge que Fernandha está haciendo, que os recomiendo que echéis un vistazo porque le está quedando genial <3
Historia larga - Fanfic - Lista aleatoria

Yo he cogido la idea y, debo admitir, la he cambiado bastante (?)

Lo que yo he hecho ha sido poner la lista en shuffle y coger las primeras 25 historias y a partir de esos títulos crearé 25 pequeñas historias. No tienen que tener relación entre ellas y todo eso, ya sabéis.

1. BTS - Save Me [195 palabras]​

Las manecillas del reloj continuaban haciendo su constante ruido mientras él miraba por la ventana, perdido en la inmensa belleza de la luna.

En aquella tranquila noche, la luna se alzaba orgullosa mostrándose completa ante los ojos de los humanos.

Sus dedos jugaron, traviesos, en el vacío, sabiéndose seguros bajo el control de su dueño.

Su mente, sin embargo, viajaba lejos, lejos de ahí. Vagaba, pensando en aquella persona. Esa chica que se había apoderado de todos sus pensamientos.

Él lo sabía, sabía que ella podría salvarlo. Si ella le extendía las manos… él se salvaría.

Lo sabía, estaba seguro, ella la persona que lograría salvar su oscuro corazón del vacío que se estaba apoderando de él. Porque cada sonrisa que ella le dedicaba, hacía que viese el mundo un poco más brillante, y cada vez que ella lo animaba, nada importaba, todo problema se iba.

Sonriendo como no lo había hecho en mucho tiempo, apoyó su cabeza sobre los brazos extendidos, sintiendo la suave brisa nocturna moviendo sus cabellos.

Cerró los ojos y sintió como su corazón se ablandaba y su alma se apaciguaba, pensando en ella y su sonrisa.

Pensando en su salvación.

 

2. KARA - Damaged Lady [308 palabras]​

Estaba harta.

Harta de aquel hombre que la ilusionaba con falsas promesas de amor, con falsas declaraciones y falsa actitud. No podía creer que siguiese pensando que ella era tan tonta.

Porque no lo era.

Si seguía con él era porque estaba enamorada.

Pero ya le había demostrado que él no sentía lo mismo… una vez más.

Miró su vestido, extasiada. Ella había estado horas delante del espejo, probándose toda clase de conjuntos, maquillándose, poniéndose guapa para esa cita y él… no le había dicho nada al respecto. Apenas la había mirado o le había hablado desde que se sentaron. Estaba más interesado en aquella camarera.

—Cariño, ¿qué quieres de postre?

Otra vez esa palabra. “Cariño” ¿Por qué era tan falso? ¿Por qué mentía tan descaradamente? ¿Por qué jugaba así con sus sentimientos?

—Quiero que te vayas a la mierda —espetó, poniéndose en pie con brusquedad. No aguantaba más tanta hipocresía.

—¿C-cariño? ¿Qué e-estás diciendo?

La chica no respondió, simplemente sacó el anillo que él le había regalado de su dedo y lo tiró a la mesa. Posteriormente cogió la copa de champán y la vertió, sonriendo falsamente, sobre su cabeza.

—No vuelvas a llamarme cariño.

Y tras aquella escena que había dejado a todo el restaurante mirando con asombro a la mujer, se alejó de la mesa, dejando al hombre impactado y sin capacidad para moverse.

>>Por favor, damas y caballeros, sigan con su cena, que les aproveche —dijo, mirando a todo su improvisado público, mostrando aquella irónica sonrisa una vez más.

Y se fue.

Se fue de aquel restaurante, sintiendo que podía volver a respirar libre de nuevo.

Y sabía lo que haría.

Se pondría sus pantalones y su camiseta favorita, se quitaría el maquillaje e iría con sus amigas de fiesta. A bailar toda la noche, a coquetear con chicos, a disfrutar… a ser libre.

 

3. AOA - Miniskirt (acoustic) [35 palabras]
​

Se miró en el espejo de cuerpo entero, dando una vuelta sobre sí misma.

Sí, aquella minifalda le sentaba fenomenal. Sabía que lo conseguiría. Estaba segura, conquistaría su corazón con aquella prenda en su posesión.

 

4. SPICA - Lonely [520 palabras]​

Sola.

Así se encontraba, sola y perdida en aquella ciudad. Su ciudad natal y en la que había vivido siempre, la que también conocía… y sin embargo, se encontraba perdida.

Dando tumbos por una de las calles más transitadas, sintiendo como todas las miradas, cuchicheos y risas se centraban en ella. Pero le daba igual. Todo era tan difuso a su alrededor que le daba igual.

Su cabeza daba vueltas, su vista se empañaba y las luces de neón de los grandes edificios solo conseguían darle más dolor de cabeza.

Sentía que si daba un paso más, sus pies se romperían debido a los tacones que llevaba. ¿Por qué no se los quitaba? ¿Qué le impedía quitarse esos malditos zapatos que se había puesto para salir? Quizás el hecho de que todo el cuerpo le doliese.

En realidad, ella no podía moverse. No. Eran sus pies los que se movían solos, a pesar del dolor y del desconcierto. Simplemente se movían, caminaban, sin un rumbo fijo.

Huían.

Sabía que su cara estaría lleno de maquillaje corrido debido a las lágrimas. O quizás no. Quizás estaba llorando tanto que las gotas saladas ya habían borrado toda marca de rímel o lápiz.

Se preguntaba, ¿dónde acabaría? No tenía ningún lugar al que ir, ningún lugar donde refugiarse. Había perdido a todos sus amigos y hacía tiempo que no sabía nada de su familia… y todo por culpa suya. Por culpa de ese desgraciado que le había arruinado la vida y que seguía haciéndolo días tras día.

Desgraciado que acabaría encontrándola y pidiéndole perdón, se disculparía por haber jugado con sus sentimientos como siempre hacía y prometería no volver a hacerlo nunca más.

Para volver a repetirlo la semana siguiente.

Era la misma historia que se repetía día tras día, una trampa mortal de la que no se sentía capaz de escapar.

Sus piernas no pudieron más.

Desfalleció, sollozando mientras se apoyaba como podía en una pared de un edificio abandonado cualquiera.

—¿Señorita…?

¿Señorita ella? ¿Quién sería capaz de llamarla así viendo el estado tan deplorable en el que se encontraba?

Intentó dirigir su vista hacia una figura joven que se acercaba. La voz le pareció masculina pero no podía fiarse de sus sentidos.

>>¿Qué le ha sucedido? No tiene buena cara… ¿quiere ayuda?

¿Quién lo diría? ¿Un chico algo más joven que ella parándose para ayudarla? ¿Debía fiarse?

No tuvo tiempo de pensar, sintió como unas cálidas manos la ayudaban a ponerse en pie y, haciendo pasar su delgado brazo por sus fornidos hombros, la ayudaba a seguir caminando.

No se negó ni se opuso. No tenía fuerzas. Podía hacer lo que quisiera con ella porque le daba igual… cualquier cosa era mejor que lo vivía a diario.

>>Se pondrá bien, señorita. No es justo que chicas como usted siempre sufran así… no se lo merecen en absoluto.

¿Quién era él? ¿Una especie de ángel guardián de las jóvenes desamparadas? Si conseguía enfocar un poco su mirada, podía observar un joven bastante atractivo pero de aspecto amable que le sonreía.

No sabía por qué, pero sentía que quizás, no todo estaba perdido.

Contenido oculto

También os habéis dado cuenta de lo mucho que me gusta el angst, ¿verdad?

 

5. FIESTAR - Mirror [303]​

—Qué patética eres…

La chica se encontraba sola en su habitación, con un aspecto deplorable, mirándose en el espejo. En un espejo que le devolvía un patético reflejo.

Y lo sabía, sabía que cualquiera que la viese pensaría lo mismo. Daba pena en todos los sentidos.

Pero no podía dejar de llorar. Aunque quisiese, las lágrimas salían de sus ojos sin permiso, a todas horas, en todos momentos. Porque cada pequeña acción le recordaba a él, a todo lo que han pasado y la realidad le golpeaba, recordándole que ya no estaba ahí, junto a ella.

¿En qué momento todo se desplomó? ¿Dónde se equivocaron? ¿Qué salió mal? ¿Por qué se fue? Preguntas que cada noche la atormentaban y que no la dejaban descansar.

No dormía, apenas comía y solo lloraba, solo sabía llorar y lamentarse.

Se miraba en el espejo, su aspecto degradándose cada vez más. Su pelo enmarañado, sus ojeras, sus ojos rojos, la ropa desgastada y un constante pañuelo en su puño. Su bonito rostro, con esos ojos azules tan llamativos y que tanto gustaban, cansado, agotado, desgastado…

Por qué el espejo no mentía, el espejo la reflejaba con honestidad. Parecía una persona loca, porque estaba actuando como una loca. Parecía una persona agotada, porque no paraba de llorar y no dormía.

Parecía una persona patética… porque realmente estaba siendo patética.

“Necesito que me salves” pensaba, sabiendo que la única persona que podría salvarla era la misma que la había destruido.

Pero lo cierto era que la única persona que podría salvarla, era ella misma. Solo necesitaba más sesiones delante del espejo, más reflejos de su estado, para darse cuenta que nadie la ayudaría, que no existían los príncipes, que solo se tenía a ella misma y que se recuperaría de aquello.

Pronto volvería a reflejarse feliz en el espejo.

 

6. 9muses - Sleepless Night [307]
​

3:00 AM

Aun soy incapaz de dormir.

Las pastillas no me hacen efecto aunque haya aumentado la cantidad. Cuando cierro los ojos, la ansiedad se apodera de mí.

Soy incapaz de conciliar el sueño.

Me bajo de la cama y me acerco al cajón que esconde mi pequeño tesoro.

Los dos blancos relojes siguen guardados en su caja. El perfume aun desprende ese aroma que me recuerda a él. Los tacones que iba a usar ese día tan especial, brillando bajo la luz de mi lámpara.

Extiendo mi mano a una pequeña cajita, una que no sobresale mucho a pesar de su lazo rojo brillante. Cojo el anillo que hay en su interior y me lo coloco en el anular.

Levanto la mano. El diamante brilla a pesar de la oscuridad.

Mis ojos se empañan.

¿Por qué te dejé ir? Eras tan bueno. Me cuidabas siempre, me escuchabas, te preocupabas por mí, eras perfecto… fui tan egoísta, fui tan estúpida. Te dejé escapar y ahora ya no estás aquí.

Si me enfermo, nadie me cuidará. Si tengo problemas, nadie me escuchará. Nadie se preocupa por mí, a nadie le importo, nadie quiere ocuparse de mí…

Tú eras el único que me quería, pero yo nunca me quise y nunca fui capaz de quererte como tú lo hacías conmigo.

Me pongo en pie, tambaleando, me acerco a la cocina.

Quizás las pastillas no me ayuden a dormir. Quizás nunca más concilie el sueño. Quizás nunca te olvide.

Cojo una botella de vodka del cajón y comienzo a beber.

Quizás es lo único que me queda.

Beber todas las noches e intentar olvidarte, aunque sea por 20 minutos.

Miro el reloj.

4:00 AM

Cojo el móvil.

Marco tu número.

Pero no respondes. No me respondes…

Dejo caer el teléfono contra el suelo y sigo bebiendo.

Otra noche en vela.