Aiden — Puede que no parezca fuerte, pero por lo que sabemos solo está haciendo su trabajo, no está teniendo malas intenciones ¿O solo porque alguien es más debil justifica el usar la violencia? — Negué con la cabeza, mientras observaba al resto de niños con expresión seria, pensativo. — Hay que probar si se puede solucionar hablandolo, antes de tomar cualquier medida drástica. Dejadme intentarlo, vigilen que no pueda haber interrupciones ¿Sí? — Entre a la oficina solo, de forma algo apresurada y cerre la puerta tras de mí, esperando que con el ruido aparte la vista de sus papeles . — Perdón que tenga que entrar de forma repentina, pero no tenemos mucho tiempo. — Le miré como si fuese a alguien que conociese de antes, pero enfocado en lo que estaba diciendo, teniendo una confianza en que me escucharía. El tono era directo y con un grado de urgencia. — La antena de la radio está comprometida, si mis lecturas son correctas no solo la frecuencia que está emitiendo ahora es dañina y puede que detone otras cosas, sino que en los próximos minutos se abrirá una brecha que lo volvera vulnerable para que usen la transmisión — Miré al digivice cuando mencione lo de las lecturas, fingiendo que era un aparato especial que me estaba dando otro tipo de información. — Debes frenar la transmisión y hacer un chequeo de la antena antes que sea demasiado tarde. Puede que sea dificil de comprender pero si se salen con la suya, todos los que estén en el edificio corren riesgo. Posponer la transmisión del próximo programa con tal de evitar que tomen control del canal y poner a salvo a las personas que trabajan aquí es un pequeño precio a pagar. Confío en que esta vez harás lo correcto una vez más — Seguí hablando con total seguridad en lo que decía, terminando lo último con algo que de cierta forma le daba a entender que aunque no lo recordase yo ya había estado con él. Para agregar un poco a la confusión, junto a la urgencia que acarreaba en mis palabras. Si se preocupaba por la gente del lugar esperaba que pudiese ser suficiente para que pueda frenar la transmisión aunque sea por unos momentos.
EDIFICIO (TORRE RADIO) [Kaye, Aiden, Hiori, Kaede] Aiden ingresó a la oficina del director y cerró la puerta. Los demás niños ya no verían lo que pasaba, pero podían escuchar si colocaban sus orejitas detrás de la puerta. —¿Eh?— exclamó el director, saliendo de la abstracción en la que lo tenían sumergido sus papeles y escuchando todo el discurso de Aiden. —Vaya, ¿otra vez?— negó con la cabeza el hombre, mientras se ponía de pie —La última vez fueron unos veganos extremistas que querían dejar un mensaje— se dirigió hacia un teléfono que se trataba de una línea interna —Lo que no entiendo es por qué enviaron a un niño— dudó unos momentos, pero finalmente tomó el tubo —Está bien, de todos modos justo ahora venía el programa con menor audiencia de la radio; un ufólogo que habla sobre supuestos avistamientos de objetos voladores no identificados— marcó unas teclas y enseguida se comunicó con alguien del otro lado. Luego de hablar unos momentos por teléfono, el director había logrado cancelar el siguiente programa. —Listo, ya está saliendo al aire el anuncio de que cortaremos la transmisión durante una hora, es todo el tiempo que puedo darles para que lo solucionen— Una vez afuera, Masaru seguía en la azotea, pero su gesto ahora era de aburrimiento. —Parece que se detuvo— comentó indiferente, con una mano en la cintura. Si se asomaban, podían ver que el Golemon efectivamente se había detenido en mitad de su recorrido. Contenido oculto: ETIQUETAS Ayeah Monpoke Santygrass Ikoma-kun Lo consiguen! La transmisión se detiene y Golemon se ha calmado. Pueden volar hasta donde está detenido para hablar con él.
Saiyanboy.Jr Para bien, era gusto dejarle está tarea a alguien mayor. Pero todavía tenía el deseo de al menos poder satisfacer mi curiosidad y ver lo que hacía. Luchar por escuchar detrás de la puerta era casi un desafío, por suerte logrando seguir la pista lo suficiente para escuchar que había tenido éxito. "Es hora de la siguiente parte". Me voy alejando de la puerta, de nuevo correteando por los pasillos, dando marcha atrás a nuestro pasos y llegar a la azotea. ... Era momento de volver a volar.