Calles de Ritto [Hoshi; Rengo; Dozan; Akihito; Seikanji; Aoi] Rengo observó como todos trataron de alcanzar a aquella mujer; y sin entender por qué, el también los imitó; pero ella fue mucho más rápida que la misma Reiko. —Esa mujer... —dijo Hoshi —... si venía a decirnos eso; sabe quienes somos. Pero sobre todo... —miró nuevamente hacia el oyaji —... debemos irnos —dijo sin responder a Seikanji ni a Akihito; se acercó a Reiko y le dió a olfatear una prenda ensangrentada. Reiko salió disparada. —Sigámosla— dijo subiendo al carruaje; jalando la brida del caballo. —Yo puedo llevarlo...— sugirió Rengo para que Hoshi descansara. —No, no sólo ustedes fallaron; yo también lo he hecho con ustedes. Debo compensar el error que he cometido —miró a Aoi — Hay una misión que siempre se sobrepone a cualquiera en Koga. Murai ha sido siempre muy claro al respecto —volvió a mirar hacia el camino, siguiendo a Reiko — Si Gendo toma algo de nosotros... nosotros lo tomamos de regreso. Contenido oculto Los etiquetaré en Uji El rol continúa en Uji
El proviene de Kioto La ciudad, antes recorrida por infinidad de comerciantes, ahora se veía desolada, incluso en aquel sitio los yokai no parecían aglomerarse como en ciudades más centralizadas o de mayor densidad de población. Senkaku le había entregado un bento a Kuroki mientras el iba comiéndose el suyo con sumo gusto hasta que un hombre los vio llegar y se interpuso en su camino. Contenido oculto —Vaya, vaya; Senkaku Sawayama ¿No es cierto? —preguntó sin ningún cuidado por el respeto al clan Sawayama mientras Senkaku tocaba su rostro como si algo le hubiese faltado. Senkaku se talló los párpados al notar su despiste. El guerrero después miró a Kuroki — Y traes un amigo junto a— pausó para mirar a los shinigamis — más fenómenos —Volvió a mirar a Senkaku — ¿También escalaron escaños simplemente por caerle bien a grandes rangos? —Ay, Genpachi — dijo Senkaku con un tono de voz hastiado —No deberías hablarle así a un Mori —dijo para señalar el mon en el yoroi de Kuroki. Genpachi volvió a mirar a Kuroki y negó — Entonces otro como tú, ¿eh? —dijo empujando a Sen para después arrebatarle su bento y lanzarlo lejos. —¿En serio era necesario hacer eso?— preguntó Sen mientras guardaba sus palillos los cuales ya no tenían propósito —Bueno, danos permiso que vamos al Oyaji. Genpachi no se movió; y mas guerreros avanzaron hacia ustedes, al parecer guerreros del cuartel. Contenido oculto Gigavehl ficha actualizada
Kuroki Fusatada Terminé acomodandome junto a Gendo mientras lo escuchaba relatar su historia... El cuál básicamente abarcó desde su infancia hasta la actualidad, en la mayor parte del tiempo me mostré atento, mientras en otros compartía su risa, aunque en los momentos en silencio me hicieron reflexionar. Había... Mucho por asimilar, muchos nombres, muchos eventos... Momentos clave, el modo en como la perspectiva de las cosas cambiaban ciertos eventos al verlos desde el lugar de Gendo, no estaba seguro si era capaz de seguir el paso como en un inicio creí, pero igualmente, bien decían que la información era poder, y debía tener en cuenta eso... Acabé aceptando la bebida, y yo también confirmaba que no necesitaba nada de parte de los sirvientes, al final, nos pasamos quién sabe cuánto tiempo discutiendo el asunto, con el Eclipse era difícil saberlo, pero realmente era lo de menos, al final, acabamos por levantarnos, mientras Gendo pedía los Kunai que le había pedido. Miré a Gendo y le sonreí, afirmando. —Volveremos padre... Sabes que cuentas con eso—. Respondí, buscando transmitirle esa confianza, y vaya que quería hacerlo... O si no, de nada habría servido todo esto. Ahí terminó llegando Senkaku, quién emocionado vino anunciando lo que había empacado, admito me sorprendió verlo expresarse con tanta energía y alegría, se notaba que casi no salía de Kioto. —Bueno, ya somos dos, seguro que hará más ameno el camino—. Respondí con dejé de alegría, ya había olvidado desde hacía cuánto que veía emoción genuina, al menos, con algo más normal. Acabamos despidiéndonos y los Shinigami ya me estaban esperando, por lo que no tardaron en unirse a los dos para seguirnos en silencio, mientras miraba curioso la conversación tan emocionada de Senkaku, hablando sobre el estreno de la ropa que llevaba ahora para hacer el viaje. —Parece que vamos a vacacionar en vez de ir a una misión—. Dije hacia el chico, soltando una breve risa, el comentario no era a malas, era de hecho genuino, me llamaba la atención su modo de expresarse actualmente, dando mi opinión cuál podría ser el camino difícil. Afuera de la ciudad nadie nos estorbó, y Senkaku extendió el mapa, a lo que volví a mirarlo cuando mencionó que primero nos tomariamos un descanso, algo que curiosamente me hizo sentir bien. —Ah... Un baño no tanto, pero sí necesito relajarme, desde que tomé la decisión de matar a Amaterasu que ya no he podido parar, he estado bajo mucho estrés últimamente—. Respondí con calma, riendo un instante por lo que lo deje sacar su instrumento, a lo que ahora sí, dejamos Kioto. Acabamos llegando a Ritto, dónde estaba comiendo con calma, aún reflexivo sobre bastantes cosas, especialmente teniendo en cuenta la historia de la vida de Gendo, ambos estábamos conversando de manera trivial, mientras veía que la presencia de los Yokai era mucho menor, aunque no tardamos en dar con alguien, o mejor dicho, que esa persona diera con nosotros. Seguí comiendo tranquilo mientras lo veía, no lo reconocía de nada, aunque si que fruncí el ceño un poco confundido... ¿Y a qué esta hostilidad? Senkaku parecía darse cuenta de algo, como si fuese un fallo de cálculo, y acabé sonriendo con calma, por lo que di un último bocado, me limpié y lo guardé todo mientras dejaba de lado aquél bento, supongo que ya se había acabado la calma. Escuché la breve discusión de ambos, añadiendo el accionar del tal Genpachi contra Senkaku de arrebatarle su bento, bueno... Debo admitir que eso estaba de sobra. —A ver caballeros, yo no conozco qué clase de relación tengan ustedes, pero no vine a provocar problemas... Sí, soy amigo de Senkaku, pero solo estoy de paso junto con él y mis "fenómenos" como has decidido llamarlos. Yo tengo el rango que tengo gracias a méritos, si es eso lo que le molesta—. Dije, mirando directamente a Genpachi. >>Veo que usted también ha traído amigos, no hace falta ponerse violentos, creo que Senkaku está dispuesto a dejar pasar todo esto si nos dejas avanzar, ¿O acaso hay algo de lo que estoy siendo ignorante?—. Añadí, hablando con calma, si, pero también lo miraba con seriedad, era evidente que este chico estaba teniendo una actitud... Singular, cuánto menos. Que bueno, si en verdad sangre se iba a derramar... No me iba a quejar yo, después de todo, era lo que buscaba para acelerar ciertos planes.
Hubo silencio de parte de todos los presentes, parecía que querían esperar a una reacción violenta para atacar; pero no la hubo. —Vienen conmigo; tienen una invitación — intervino un hombre que avanzó interponiéndose entre Genpachi y sus hombres; no portaba armas, sólo una pipa de la que se desprendía un aroma a lavanda. Contenido oculto Senkaku comenzó a reírse —¿Tan confiado estás en tus habilidades que sigues usando ese aroma?— preguntó a aquel hombre para después mirar a Kuroki —Es el dueño del oyaji local —le explicó señalando al que portaba la pipa. —Confió más en las habilidades de mis honorables invitados — dijo aquel hombre dejando caer la ceniza que desprendía la pipa — Y tú también andas muy confiado, hasta se te olvidó cubrir tu rostro como es lo común. Síganme. Senkaku avanzó y jaló suavemente a Kuroki para que lo siguiera; dejando a Genpachi atrás. —El clan Chosokabe — le explicó Senkaku a Kuroki — Eran más partidarios de los Yamato que de los Mori; por eso están así de molestos esperando que nosotros seamos los que ataquemos primero. Desde la muerte de Akishino, se han desestabilizado mucho las jerarquías. —Fueron advertidos por Kuyo — le regañó aquel sujeto a Senkaku — Gendo no debió haber tomado el mando de esa manera. Senkaku soltó una risilla —Tú qué dices, Kuro. ¿Ves a Gendo como un buen Emperador? Somos ahora sus consejeros, debemos darle nuestra opinión —después negó, recordando el rostro de Saizo —O mejor nos seguimos callando. Oyaji [Kuroki; Senkaku; dueño del Oyaji] Era una residencia enorme para ser considerada una simple posada; pero muy pequeño para ser un castillo o palacio, incluso la casa de algún señor feudal. Había árboles de sauce rodeando todo el complejo, y sólo había una entrada abierta al público; dónde un hombre en un fino haori recibía a los huéspedes acaudalados, demostrando el cuidado que se tenía para que no cualquiera pudiera ingresar, ustedes ingresaron sin ningún tipo de inspección. El sitio era hermoso; los pabellones se dividían por un estanque de peces koi; no era un sitio bullicioso como una posada cualquiera, por lo que no debería ser tan complejo dar con un huésped poco común. Fueron recibidos por tres sirvientes, los cuales les entregaron yukatas, calcetines y sandalias nuevas para caminar por aquel sitio. Los guiaron a un salón dónde los recibieron con sake de bienvenida. —Refrésquense un poco —indicó el dueño — Iré por lo que me encargó mi hermano. Siéntanse como en casa —dijo ofreciendo una gran reverencia. Senkaku sirvió el sake y dio un pequeño sorbo — Después de un largo viaje siempre es bueno refrescarse. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Esperé en silencio y en calma la reacción de Genpachi y sus hombres, el miedo no existía, me sentía profundamente confiado y respaldado gracias a mi padre y los demás Shinigami, aún así, no quise perder detalle, y parecía que aquellos estaban esperando una reacción violenta... Cosa que captó mi atención... ¿Será que buscaban pretextos entonces? Ahí, alguien más hizo acto de presencia, con una pipa en la boca olor a lavanda, algo que me recordó vagamente a Ginko. Lo saludé brevemente inclinando un poco la cabeza, sin saber cómo reaccionar del todo, cuando Senkaku interactuó con él, incluso explicándome que es el dueño del local al que íbamos. Gemí en forma de confirmación, su presencia parecía que sería clave para que este extraño episodio pasara, por lo que el hombre parecía más confiado en nosotros de lo que podría aparentar, diciendo que confiaba en nuestras capacidades, aquello captó mi atención, pero no dije nada, solo recogí de nuevo el bento y seguí comiendo cuando tocó moverse de nuevo... ¿Así que Senkaku acostumbraba ocultar su rostro? Eso era nuevo. Terminé compartiendole del bento por si quería, mientras escuchaba su explicación y dejábamos a esos hombres atrás. —Asi que por eso esa bienvenida... Querían una excusa para atacar y seguramente para respaldar de muchas maneras sus acciones, por eso a veces es bueno dejar que los otros hablen—. Comenté, a lo que me puse a pensar en la parte de ser los ahora consejeros de Gendo. >>Es un buen Emperador, posee una forma de hacer las cosas que no cualquiera entendería. Es un hombre con una personalidad muy fuerte. —y volátil—. Pero yo creo que si llegamos a hablarle las cosas conmigo presente, como mínimo lo reflexionará, aún así, comparto que es mejor hacerlo con cuidado—. Añadí, después de haber escuchado su vida, creo que ya entendía mejor su forma de ser. Acabamos llegando a destino, donde parecía ser un sitio muy elegante, no hubo drama alguno al ingresar, y terminé admirando el entorno, parecía que los sucesos de la guerra y el Eclipse no los inmutaba. Sin embargo, la presencia de la gente aquí era digno de observar, seguramente no podría hacer nada extraño o se darían cuenta. Acabé cambiándome cuando llegó el momento, agradecí la bienvenida y terminamos sentandonos al fin, dónde hasta nos dejaron una botella de sake, ah, ojalá poderle compartir algo a mi padre. —¿Hermano?—. Pregunté con calma después de que el dueño se retirase, parecía ser un hombre muy informado, por lo que aquella mención me hizo pensar, fué ahí que agradecí el gesto y decidí dar un sorbo. —Sin dudas, Sen. Aunque admito que hay algo que me confunde un poco... ¿Porqué me trajiste aquí? ¿En verdad solo es para relajarse antes de ir a la misión como tal?—. Pregunté con calma mientras justamente me ponía cómodo, pero igualmente prefería echar un poco de atención alrededor, poseyendo lo que tenía, no dudaría que sería un objetivo muy jugoso para más de uno. >>Veo que se conocen desde hace mucho... ¿Quién es él?—. Pregunté como último con mi característica curiosidad.
Oyaji [Kuroki; Senkaku; dueño del Oyaji] Sen había aceptado parte del bento con suma alegría mientras terminaban de acomodarse en sus nuevos asientos. Senkaku afirmó cuando Kuroki habló de los dotes de líder de Gendo —Creo que es muy cierto lo que dices; tú eres buen catalizador para nuestro señor. Suele no hacer mucho caso a lo que los demás decimos. Al que más toma en cuenta es a Kuyo; pero eso es por su habilidad estratégica y no porque sea de su completo agrado —llevó su mano al pecho — Yo no le disgusto; creo que le parezco divertido —sonrió — Le gusta la habilidad que tengo, combina muy bien con sus métodos a pesar de que no nació para ese tipo de usos creo yo —se sinceró sobre el tema del que antes hablaban mientras se servía un poco más de bebida. —Aquel hombre. ¿No viste el parecido? — preguntó Sen y sonrió— Se llama Anzai, es el hermano menor de Kuyo y dueño de los oyaji más caros de Niigata —la prefectura de los Azakura— También tiene este que es el más importante para nosotros; tiene otro en Wakayama, el de Mito en Ibaraki — estas dos últimas prefecturas también bajo el actual control Minamoto —Y el de Uji en Kioto — Afirmó al asegurarse que no olvidaba ninguno. Todo este tiempo Anzai fue un buen espía del grupo de los Fujibashi. El grupo de shinobis al mando de Matahachi. —Nos enteramos un poco tarde de la identidad del falso Kaze, ese Matahachi siempre ha sido un gran estorbo para nuestros planes; pero Kuyo siempre ha mantenido su vista en objetivos alcanzables —soltó una carcajada —No es por insultar a mi señor Mori; pero él y sus planes se guían en sus emociones, todos los Sawayama creemos que debió haber dejado su obsesión por Matahachi hace mucho tiempo. No le gusta perder —Sen miró a Kuroki y alzó su masu para brindar con sake —Gendo mando a Daidoji a matar a Matahachi; y seguramente lo ha logrado —bebió con calma demostrando su mesura con el alcohol. —Yo te traje aquí para que Anzai nos entregué lo que tardó tanto en recuperar — sonrió y señaló el mon de los Sawayama en su ropa; misma que ahora Kuroki también traía como obsequio de aquel lugar. —Los Sawayama tenemos el poder político del Imperio; incluso encima de los Mori, eso no es ningún engaño. Y por mucho tiempo se pensó que sería mejor que un Sawayama tomara la posición de Emperador —negó —Pero Kuyo fue quién negó esto; él, cómo nuestro líder, tiene nuestro total apoyo y le aseguramos que así se mantendría si él buscaba el poder absoluto; pero él no quiere ser el Emperador, la verdad es que nunca entendí el por qué; pero si el apoya a mi señor Mori como Emperador, yo también lo haré sin ninguna apelación —comenzó a reírse y dejó el masu sobre la mesa —Ya me desvié un poco del tema; lo siento. Quería darte un poco de historia de mi clan; pero seguro ya has escuchado mucho de parte de Gendo. Anzai entró a la habitación sosteniendo un objeto envuelto en seda. —El clan Sawayama te tiene un regalo; pues creemos que puede ayudarnos en esta misión —dijo mientras Anzai descubría el objeto, uno que Kuroki ya conocía. Senkaku se levantó y tomó la pequeña caja de música entre sus manos y la abrió para que escucharan la melodía. —Esta cajita la tuvo tu padre por mucho tiempo —Agregó Anzai. El shinigami no reaccionó para no revelar emociones. —Hasta que tuve que recuperarla. Un objeto de Kyogi que Kuyo pretendía recuperar para asegurar que podíamos controlar a Rengo —Concluyó Anzai. —¿En verdad creías que íbamos contra ese demonio sin un plan? —preguntó entre risas Sen, mientras le extendía la caja de música a Kuroki. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Escuché la respuesta de Senkaku en la primera parte, quedándome un poco reflexivo acerca del verdadero uso de su habilidad, aún así, secundaba que yo era un buen catalizador de Gendo, por lo que dí un sorbo con calma. —¿Y qué clase de uso quieres darle en realidad a tu capacidad?—. Pregunté con calma, mientras lo seguía escuchando. Así que Anzai... El hermano menor de Kuyo, encima, por las ubicaciones y ya el conocimiento que poseía, ahora lo entendía... Era un espía, y gracias a ello debieron enterarse de todo el asunto de Matahachi, la confirmación vino en las posteriores palabras de Sen, a lo que terminé replicando su gesto para con la bebida. —Bueno, no te voy a engañar yo tampoco, Gendo se deja guiar mucho por las emociones... Y ambos sabemos que si bien en momentos no está mal, tampoco es bueno siempre hacerlo, así que tampoco es que pueda culparte por decir eso—. Respondí, mientras seguía escuchandolo y daba un sorbo, incluso miré hacia mi vestimenta, cierto, estaba ahí plasmado la imagen de los Sawayama... Volví a alzar la vista y empecé a reflexionar si de algún modo todo aquello no tenía algún especie de significado de más, especialmente al escuchar las palabras posteriores de Senkaku... Al final le sonreí y negué. —No te preocupes, conozco ya la historia de mi padre, sí, pero no la de los Sawayama de forma más explícita, si es que sabes a lo que me refiero—. Respondí, a lo que termine dejando el ahora recipiente vacío para voltear a ver a Anzai, quién traía consigo algo. Ahí, lo reveló, y lo reconocí de inmediato, pese a las pocas veces que lo había conseguido ver... Ahí estaba, de alguna manera, la caja musical. Si había alguna duda, aquello se disipó cuando Sen la abrió, y aquella melodía resonó... En verdad era esa. Escuché a ambos hombres, y cierta sorpresa se me escapaba, pues termine levantándome también, mientras ahora recibía la caja musical y la mire con atención, a la par que varios recuerdos me invadían... "—Debes huir Rengo, lo que te espera aquí no es agradable, pide ayuda de tus hermanos y escapa —No te preocupes Mara, no pienso abandonarte. Te dajaría solo y si lo hago nadie podrá protegerte." Recordé fragmentos de la vida de Rengo cuando me lo confesó en Kamakura, la primera vez que lo visitabamos. Las palabras, los eventos, el intercambio entre Rengo y los suyos, entre Mara... De alguna manera... Me hicieron apretar ligeramente mi agarre en la caja musical, pues... De cierto modo, me veía reflejado en esa situación. Y aún así, cada quien tuvo en quién apoyarse todo ese tiempo, estuviese presente o no, nunca estuvo nadie solo. Ya había reflexionado bastante al respecto, y debía admitir que incluso cierto rencor contra Shiori me nació, pero tampoco podía simplemente dejarme llevar... No solo por cuestión emociones, si no porque también era capaz de ver... Todo lo que ella sacrificó por mí, por lo que en su día era un simple desconocido, y aún así, podía sentir su apoyo a día de hoy, así como mi padre y los Shinigami, los únicos en todo este podrido mundo que lo hacían... Lo único que necesitaba para seguir adelante y de todos los que esperaba que jamás me dieron. "Esta es mi habitación, mi sitio seguro; tu lo entenderás porque veo que eres alguien sensible y creo que tu tienes al menos a alguien a quien recurrir cuando estás triste, yo no tuve eso, así que aquí siempre regresaba a llorar aquí cuando era niño" Seguí recordando la conversación, lo extenso que había sido... Lo tarde que me dí cuenta el nunca haberme desahogado en lágrimas o con alguien... "Me sorprende que ahora mismo te sientas intimidado. ¿Crees en verdad que soy intimidante? Tal vez estando furioso sí, en parte lo estoy, pero también tengo miedo y frustración como tú, Rengo. ¿Tu crees que no te entiendo? ¿Tu crees que cuando te dije en Shizuoka que quería conocerte eran palabras vacías? ¡No! ¡Porque es la verdad! En un inicio claro que no podía entenderte, para mi eres una persona enigmática. Pero todos tenemos una razón para hacer las cosas. No me importa si de verdad eres el asesino de Hana. Lo hiciste por algo, y yo quiero saber el porqué" Si bien Rengo no había sido el responsable de su muerte, se culpaba como tal; así como yo lo hacía con Shiori, Rengo había hecho las cosas como en su momento creyó mejor, como en su momento creyó justo, y en verdad... Dioses, en verdad que no lo culpaba, algo similar quería oir para conmigo... Una maldita duda, de quién fuese... Pero no, nada... "Proteger es el fin de mi existencia; si no defiendo a aquellos que me han ayudado ¿De qué sirve estar vivo?" Y ahí estaba básicamente mi anterior y principal motivo por el que hacía las cosas... Por ello sabía que matar a Taiki iba a ser algo muy rudo, básicamente dejar morir a Shiori pese a nuestra promesa también... Dañar a Yuzuki también sería crudo, lo sabía, siempre lo supe... Pero todo era con el fin de desbaratar al Clan Mori y aliados desde dentro, yo no lo veía de otra manera, creía que por lo menos al morir me llevaría eso, no rechazaba ningún juicio ni su sentencia final, fuese cual fuese, porque yo ya sabía que estaba condenado... Pero ver cómo ya nadie dudó y reforzaron lo que entendieron... Genuinamente pasó lo de aquella pregunta... Morí... En más de un sentido, morí antes de darme cuenta. "Kuroki... Tu nombre significa árbol negro; pero si escribo tu nombre sólo con kanjis significa demonio negro" Recordé esas últimas palabras de Rengo, mientras a la vez las de Gendo... "Kaito Harima lo entendió muy bien: Destruye lo que más ama; puede que caiga en el abismo del olvido o renazca como demonio, y cuando adquiere la mirada de un demonio, será capaz de derrotar al otro; así su sangre trasciende, el legado sigue... ¿Lo entiendes, Kuroki? Sólo un demonio puede levantar a otro." Recordar toda aquella frase de Kaito era... Singular cuánto menos. "Este es mi momento Kuroki; y lo disfrutaré hasta el final. Pero yo buscaré al demonio que te levante; tú serás el siguiente después de mí." Recordé esas otras palabras de Gendo también... "Yo te metí en todo esto... Perdóname" Y fugazmente llegaron las de Rengo, poco después de la primera muerte de Kyogi en Nagoya... "¿Pero sacrificar tu amistad por mi vida? Ni hablar..." Y ahí estaban las mías en ese mismo instante... Uno que otros podrían decir hipócritas para lo sucedido con Shima... Pero la realidad, es que tampoco actué diferente para cuando me enfrenté a mi propia hermana bajo la vigilancia de Kyogi en Chiryu, en aquél santuario abandonado... De haber estado acompañado, lo sé... Habría hecho exactamente lo mismo, lo habría dado todo por luchar contra lo que yo consideraba un mal absoluto... Mi fin, siempre, lo había visto como eliminar cuanto mal hiciera falta, corregir lo corrupto, y si no, eliminarlo a toda costa... No sin antes entender, escuchar. Siempre sentí que ese era el modo correcto de hacer las cosas... Escuchar, juzgar, y luego ejecutar, algo que creí haber dejado claro en los Minamoto... Pero nadie lo vió... "¡Maldito niño desgraciado! ¡Debimos matarte! ¡A ti y a Kobayashi! ¡Teníamos que matarlos! ¡Malagradecidos, codiciosos infelices! ¡¿Qué querías de nosotros?! ¡¿Qué más querías, maldito mocoso?! ¡Te van a cazar como una plaga, todos ellos! ¡¿Me escuchas?! ¡Vas a morir por lo que le hiciste a Takeda y por lo que acabas de hacerme a mí!" Y por último las palabras de Yuzuki en Katsura, dentro de Kioto. Todo mientras la caja seguía sonando, siempre con esa... Melodía tan hipnotizante. Incluso las palabras de Kohaku se resumían bastante bien con ese otro día, debí entenderlo, debí aceptarlo... Debí... Solo dejarme llevar, pero me negué, todo porque había entendido mal, todo porque incluso yo confié en que el clan entero juzgaría adecuadamente mi caso. Y ahora... No podía verlos igual de podridos como los mismos Mori y el Imperio. No, definitivamente de haberme dejado llevar no habría sucedido nada del Eclipse ni los Shinigami, sin embargo, también seguramente habría sido una carcasa vacía como Kohaku había conseguido hacerme sentir... Y no como ahora, que aún tenía una última y sagrada misión... Purificar al mundo Estaba claro... ¿No? Mi demonio era Rengo, siempre lo había sido... El hombre que había ayudado con tanta honestidad, humildad y generosidad... Debía verme ya como un monstruo, no hacía falta darle muchas vueltas... Era la posibilidad obvia, no podía simplemente engañarme por más tiempo. La batalla final estaba aquí, y era hora de acabar con esto, no me importaba si solo debía luchar contra él o contra todo el ejército... Yo me seguía sintiendo vacío, abandonado, traicionado... Roto... Pero aún con voluntad, aquella que siempre me había seguido todo el tiempo. Aún tenía la voluntad de acabar con todos... Si era preciso. —Para haber creación... Debe haber antes destrucción—. Dije de pronto, pensando en voz alta, sin embargo, la frase a secas se prestaba para mucho... Desde mis reflexiones hasta el actual suceso, ellos lo podrían tomar como que para que el Imperio de Gendo se alce, debían morir demasiadas personas. Pero yo y mis Shinigami lo sabíamos bien, me refería a que para conseguir mi propósito, antes todos deberían morir, pues para mí, ya no había alma que valiese la pena... Todos... Debían ser purificados. La caja siguió sonando, acabando sus últimas notas antes de cerrarla, sí... Lo tenía en claro desde que mi padre me reveló todo, para esto había nacido... Para esto me había fortalecido, para el día en que todo culminara de una buena vez. Para destruirlo todo, y... Si era preciso, yo mismo tomar el liderazgo absoluto, y forjar primero al país para que las injusticias, las traiciones y los abandonos parasen de una buena vez, después... Seguramente seguirían los demás. Era momento de purgar para el nuevo mundo. Acabé suspirando, cerré los ojos un momento y asentí, guardando la caja. Luego miré tanto a Senkaku como a Anzai, por lo que les dedique una breve sonrisa... Esta vez ya no habían dudas, mis objetivos estaban claros. —Acabemos con Rengo, y con esta guerra—. Dije como último, tranquilo, así como realizado.
Oyaji [Kuroki; Senkaku; Anzai] Sen miró sus manos y y las sacudió —Mi habilidad es un recurso que debería ser puramente médico, justo así lo usaré contigo si alguien te desprende algo. Pero te advierto que no funciona si te decapitan, ya lo revisó mi señor Mori —hizo una mueca de desagrado — Hay cosas que ya no pueden unirse porque están demasiado rotas. Senkaku comió un poco y cuándo escuchó de la historia de su familia asintió —Somos una familia complicada al relacionarse; pero no compleja de explicar, somos muchos porque siempre se nos ha dicho que dar descendencia es importante. Yo no he tenido hijos porque nunca me ha interesado nadie y vivo en el privilegio de que Kuyo jamás me ha obligado a formar una unión con nadie, todo por mi habilidad la cual funciona en el castillo —sonrió al darse cuenta que estaba siendo muy cercano con Kuroki — Y Kuyo, pues —Hizo una mueco como de dolor — siempre quiso esperar a que Keiko regresara. Anzai le propinó un golpe y Senkaku se quejó — ¿Y tú? ¿Qué excusa tienes para no tener descendencia? —Me fui de casa desde que era pequeño para cumplir mi misión ¿En serio crees que iba a tener tiempo? —se justificó Anzai —Eras shinobi, no esos se multiplican como conejos. Ve a Murai —le reclamó Senkaku. "Para haber creación... Debe haber antes destrucción" Senkaku y Anzai dejaron de discutir al escuchar la voz de Kuroki quien parecía estar reflexionando. Y cuando por fin Kuroki reafirmó su misión, ambos afirmaron con seriedad. —Anzai ya nos ha adelantado un poco de información, cómo ciertas habilidades en los Minamoto; pero él conoce la periferia. ¿Podrías darnos mayor información de nuestros enemigos? Debemos formular un buen plan para acabar con ellos y que no tengamos sorpresitas molestas. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Gemí reflexivo ante las primeras palabras de Sen, así que serviría de todo menos a que alguien le corte la cabeza... Eso era digno de tomar en cuenta, la verdad es que tenía sentido aquello. Luego platicó un poco más acerca del Clan Sawayama, por lo que al parecer en verdad nunca hubo mucho trasfondo con ellos, era más una enredadera de relaciones, algo que me llamaba la atención. —Entiendo—. Dije en respuesta a lo de Kuyo y Keiko, comprendía el porqué de su expresión. Entonces era verdad, los Sawayama tienen el poder político... Otra buena razón para exterminarlos si ya estaba determinado a borrarlo todo. De ahí fue que devino toda esa reflexión, hasta que pude mirar a aquellos hombres una vez más y escuché su pregunta, por lo que procedí a afirmar y suspirar ampliamente, caminando un poco mientras trataba de hilar todo... —Será complejo pero... Veamos—. Dije, tomando un poco más de arroz con los palillos antes de pedir una pluma y una hoja de papel, lo bueno de haber practicado esto de la caligrafía en Kioto me había ayudado a refinar mucho esto, así que aquello se me daba natural. >>Todos sabemos que Takeda tiene como mano derecha a su estratega, Takano, pero eso incluye a Yuzuki, uno diría que serían los objetivos relevantes y podría ser, pero realmente Takeda es el que necesita del resto, sigue sin tener un brazo, eso le cuesta compensarlo en combate, por lo que es obvio que los suyos buscan ser algo más que solo su brazo faltante—. Inicié, mientras iba anotando nombres, anotaba también las cualidades de cada uno hasta donde alcanzaba mi conocimiento. Takeda poseía actualmente una templanza realmente elevada, lo había visto en Katsura, pero no era imposible quebrarlo, aún así, su poder de palabra pesaba. Yuzuki era la principal que lo respaldaba, escribí que ella portaba conocimiento para hacer venenos, así como una katana especial para untarla en el mismo y que aquello durase más tiempo en la hoja, aunque ponía un signo de interrogación por el tema de que le había cortado la mano, desconociendo si en verdad ella también intentaría entrar en combate, pero conociendo su personalidad, era muy probable que no se dejase vencer, por lo que eso terminé diciéndoles, además de poseer una relación muy cercana, básicamente de madre a hijo con Rengo. Takano era muy bueno no solo peleando, si no destacando en estar incluso desarmado, el hecho de dejarlo sin ninguna arma no implicaba que no pudiera seguir luchando, estaba enamorado profundamente de Yuzuki, así que ahí tenían algo emocional a aprovechar, aunque terminé advirtiendo que conociendo al hombre y viceversa, tal vez podría provocar lo contrario, pero si se podía aprovechar el impulso inicial, seguramente era donde se debía atacar. Sabiendo que la Minami podía emplear venenos, pasé con el resto, entre ellos Hideyoshi, aquél diplomático que resultó también ser un hábil guerrero, aunque con una carencia importante, les dije y anoté que este señor le gusta mucho ser teatral, en el sentido de dedicar frases y momentos incluso peleando para enaltecer no solo su propia visión de justicia, si no también su propio ego. Es astuto, pero cuando cree tener el control de algo, no lo suelta hasta que ve que es demasiado tarde, así que cualquier oportunidad que se le otorgase que enaltezca ese orgullo personal, podría vulnerabilizarlo con algo sorpresa, aún así, era importante señalar su capacidad de emplear dos Nodachi. Luego teníamos a Misato Aoyama, una Shinobi con un sigilo perfecto, siendo ella la verdadera Shinobi de los Minamoto, con ella no sabía qué tanto decir ya que nuestros caminos se habían separado demasiado, pero sabía y recordaba que había progresado bastante en dicho sendero... Era crucial ponerle un ojo, seguramente tendría bastantes habilidades en su haber, luego finalicé contando que debía tener algún tipo de amistad poderosa o incluso relación con un sujeto llamado Yin, sin olvidar que la misma Misato y él aprendieron la Escuela de Kato Harima, por lo que actualmente no sería descabellado verla portando dos katanas a la vez, y sobraba decir que cualquiera con el doble de poder de ataque era muy peligroso, mujer con capacidad de emplear venenos y antídotos, tal vez sería un objetivo digno de darle prioridad. Luego estaba Ukita Nagasada, el actual líder de los Emishi, el Clan del Norte, desconocía bastante de estos en lo personal, solo terminé contando la misma historia que él me había relatado en el mismo Shimotsuke, donde se había ganado el título a pulso, así que era algo digno de tomar en cuenta, pues cualquier cosa que yo desconocía podría ser problemático para la batalla final. Luego pasé a Matsuda, un hombre de quién también desconocía mucho, conté que tuve cierta amistad con él, pero desde su intento de seguir de cerca a Shino Taira desde Shizuoka que más nunca supe de él hasta la penúltima boda en Kioto, que Saizo había descubierto que Matsuda había sido el responsable de haber dado ese disparo tan difícil... Ahí recomendé personalmente vigilar de cerca todas esas personas capaces de emplear arcos, como el mismo Matahachi quién parecía tener un talento innato para ello, y creo que era así, ya que no dudaba que más de uno quisiera hacerse los valientes tras varios metros atacando a distancia. Y sí, sabía que Matahachi ya debía estar muerto a estas alturas pero... Personalmente, tenía un mal presentimiento... Terminé pidiendo otra hoja, y seguí anotando, ahora escribiendo ahí el nombre de Kato Harima... ¿Quién no lo conocía? Hablar de él estaba de sobra, pero terminé revelando que la mayoría de cosas que hacía era porque el mismo hombre hacía básicamente lo que veía más conveniente, pasando a veces por encima de las órdenes, Takeda no lo veía como un objeto, si no como alguien que demuestra de sobra lo que es capaz de hacer, siempre. Otros del Clan sí que lo veían más como una pieza estratégica de guerra, sin importar si incluso aquello les daba cierta inmoralidad, los Minamoto sabían bien la clase de poder que tenía combatiendo. Rengo Harima, era difícil hablar de él, y no solo por lo emocional, si no porque posiblemente era de los que más conocía de todos. Nuestro principal objetivo, terminé señalando que le tenía un profundo cariño a Kohaku como a Yuzuki, él fué de hecho el responsable de poder despertar el poder espiritual del Ishikawa gracias a una serie de factores, porta y controla la katana Shi sin problemas, un chico que desconocía a ciencia cierta la clase de reacción que tendría para conmigo, cabía la posibilidad de que fuera el único de todos los enemigos que quisieran dialogar antes que nada... Si es que lo dejaban en primer lugar. Luego pasé con Kohaku Ishikawa, comenté que tanto él como Takeda eran bastante similares en métodos y personalidades, mencionando su capacidad de emplear energía luz gracias a que Rengo le había ayudado a despertar esas capacidades, anoté y dije que sabía que alguna deidad lo había contactado para alguna misión en extremo importante, una que a día de hoy seguía desconociendo ya que jamás la mencionó. Desconocía el alcance de su poder y sus actuales capacidades, pero también lo pondría con cierta prioridad, más que nada por el factor de desconocer qué tanto era capaz de realizar con su energía, y no, no me quería fiar de que el Eclipse lo debilitara, especialmente teniendo a alguien como Rengo de su lado. Luego finalicé con Ginko Harutomo, un médico de los Minamoto, a quién también había conocido muy poco, solo sabía que fumaba opio y que parecía tener la extraña capacidad de emplear energía espiritual, o como mínimo sabía cómo bloquearla, ya que lo había visto confrontar a Kyogi en Nagoya y pudiendo suprimir su poder, algo que hasta la misma mujer había hecho mención de ello, sin mencionar que sabía desarmar varias veces... Alguien no diría que fuerte, pero sí sabiendo como ser un incordio, aunque hasta donde supe no era alguien destacable en fuerzas, así que debía ser relativamente fácil deshacerse de él. De ahí fui anotando otros nombres, como Tsubaki, Togashi, Riku, Sora y demás nombres, pero aquellos quedaron como último en una hoja más con datos superficiales porque nunca pude saber mucho de ellos, anotaba lo poco que sabía, más que nada que habían estado mejorando, otros como Riku directamente solo una vez había interactuado con él y había sido en la guerra de Shizuoka, algo que me parece que ni tomó en cuenta que yo recuerde. Aún así, dejé anotaciones extra, como que supe que Kohaku había logrado dar con Suzaku, un shijin en Shimotsuke gracias a que yo había descifrado un enigma, esto gracias a que había llevado cierta amistad con Byakko, o mejor dicho Seiryu, otro shijin por medio de comunicación telepática, algo que ya había dejado de existir hace varios soles. De ahí seguí anotando, aunque luego sin mencionarlo ni escribirlo, sí me pregunté qué había sido de mi hermana... Kawa. Desde Shima que ya más nunca supe nada... ¿Seguiría por ahí? Me seguía preguntando si alguna vez volvería a aparecer... Y de qué modo. De ahí, finalicé anotando como último que Kohaku tenía un respaldo enorme de varios individuos, evidentemente no dije nada de mi reunión secreta para con Matahachi en Kioto, pero sí lo que ví en Shima, habían muchas personas que de la mayoría ni reconocía, y a otros apenas por encima. Por lo que sí señalé la importancia de esto, considerando que el sujeto tenía una misión importante en tema espiritual, seguramente no lo dejarían caer tan fácil, sin importar lo que debiesen sacrificar. —Vaya... No me había dado cuenta que ya no me gusta hablar mucho—. Dije como último, suspirando ampliamente mientras me sentaba de mejor modo por fin, pues había estado en cuclillas todo ese tiempo para mantenerme concentrado y escribir de mejor modo, por lo que me tallé los ojos—. Esencialmente es todo lo que conozco de ellos antes de haber abandonado el clan, evidentemente ha pasado mucho tiempo, así que lo tomaría con palillos esto, pero no dudo que parte de lo ahí escrito se mantenga a día de hoy—. Añadí como último, dejando que ambos hombres revisaran lo que vieran necesario.
Oyaji [Kuroki; Senkaku; Anzai] Ambos escucharon con atención a Kuroki y señalaron un par de nombres que Kuroki fue escribiendo, había datos que desconocían y que gracias a él podían tomar en cuenta. Anzai afirmó y se llevó el escrito; después miró a Kuroki y sonrió —Mi hermano me ha pedido que termine con otras molestias. Tendré que dejarlos disfrutando de su estancia en privado. —¿Vas a ir con Kumiko? — preguntó Senkaku. Anzai sonrió y afirmó — Por supuesto, Kuyo me lo ha encomendado. Además, ¿Quién mejor que yo para darle la noticia de la muerte de su hijo? — se burló — Y de una vez terminar con el crisantemo blanco de raíz. Sen miró a Kuroki —Yo quisiera quedarme aquí disfrutando de las instalaciones antes de seguir con nuestra misión; debemos dejar que pase un poco de tiempo para asegurarnos que exiliaron a Rengo del equipo. Así será más fácil atacarlo; pero... —Senkaku parecía muy entretenido — Podemos desviarnos un poco e ir a Gifu con Anzai y eliminar esas molestias. ¿Qué dices? Además... así podremos enterarnos cómo va la guerra. —¿Gendo no creerá que estás desafiando sus órdenes? —preguntó Anzai Senkaku subió y bajo los hombros —Daidoji tardará en llegar con Rengo; y aunque quiera esperar un poco aquí a sus noticias, creo que es mejor hacer algo de utilidad. Además será una misión sencilla —miró a Kuroki y prosiguió a volver a preguntar— ¿Qué dices, Kuro? ¿Te gustaría matar a algunos estorbos? Contenido oculto Gigavehl