Salón de teatro Noh [Kuroki] La mujer le sonrió y Kuroki notó una cicatriz en el cuello de aquella mujer —Akemi, mi señor. No dijo ningún nombre de clan, simplemente su nombre sin honores; pero aquella mujer había sido educada en la nobleza, o al menos en una familia importante; su cabello largo hablaba de un cuidado previo, aunque también podría ser una simple cortesana pero Kuroki no la había visto entre los rostros del palacio Katsura. La cicatriz en su cuello le hizo recordar que mientras los hombres tomaban su vida llevando un tanto a su estómago y haciendo cortes específicos; las mujeres tomaban sus vidas con un corte al cuello, tal vez esa mujer sintió la necesidad de cometer seppuku; pero no resultó en su muerte. Todos los demás comenzaron a reorganizar aquel salón mientras los artistas parecían agradecer a Akemi; tal vez ella ni siquiera pertenecía al grupo del teatro Imperial. Habitación de Gendo [Kuyo; Kira; Gendo; Kuroki] Kuyo se encontraba visiblemente más tranquilo; limpiaba su estación de trabajo, había utilizado carbón activo; miró a Kuroki quien entraba a revisar el estado de Gendo —Bufotoxina— explicándole cuál había sido el veneno —Menos mal no fue tetrodotoxina—dijo enseñándoles una escama blanquecina en sus manos —Esta escama parece que ha perdido sus propiedades, a pesar de que todavía hace un sol atrás estaba perfecta. Es un ingrediente relativamente nuevo —le sonrió —De hecho, fue tu padre quién lo trajo a la luz —dijo extendiéndole esa escama blanca. Aquella escama poseía un tenue aroma, tal vez proveniente de los demás ingredientes de Kuyo —Antes poseía un brillo azulino; ahora se ha perdido. Tal vez posean algún tipo de caducidad, tendré que investigar más al respecto —miró a Gendo —Puedo usar a Bokuso como objeto a experimentación; necesitamos saber si la tetrodotoxina se ha vuelto a convertir en un veneno sin cura. Gendo le sonrió —No puedes contener tu excitación por torturarlo ¿No es cierto? —Mi señor; no me debe hablar con esas palabras — Kuyo guardó sus pertenencias en un pequeño cesto ordenado alfabéticamente con sus ingredientes y formulaciones — Sólo necesito que me autorice hacer algo al respecto; o puede encargárselo a Kira o Daidoji si es que así lo prefiere. Pero me preocupa no actualizar mi conocimiento; si no prevenimos los peores escenarios, estaremos en desventaja a los nuevos eventos —miró a Kuroki con molestia— Como este eclipse. ¿Sabemos algo al respecto? Gendo soltó una carcajada. —Una señal divina, Kuyo. No quieres explicar las acciones de los Kami. —La ausencia de sol no es algo que deba alegrarnos —recriminó — Si esto no se soluciona a la brevedad, las plantas morirán y con ellas, nosotros. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada No me había dado cuenta, pero aquella mujer presentaba una cicatriz en el cuello, incluso si me había dado su nombre, ese simple detalle me intrigó... ¿Era posible cortarse el cuello y dejarse una cicatriz sin morir? Aunque dicha mujer se notaba que era parte de este lugar, su rostro no lo reconocía de nada... Era extraño. De cualquier modo le agradecí y continué mi camino, lo achaqué a una de las tantas cosas singulares de Kioto y seguí mi camino, fué como acabé dando en la habitación de Gendo y ahí pude enterarme por fin de lo que estaba sucediendo, por lo que Kuyo terminó explicándome la situación, a lo que al ver a Gendo con bien, no evité en sonreír con alivio, todo estaba bien... Miré a Kuyo y le presté atención, mientras recibía algo curioso que ya había dejado de ver desde Shimotsuke, y eso era una escama, al verlo de cerca, me percaté de un curioso aroma, no lo reconocía de ninguna parte, y luego recordé por supuesto a mi padre y de nuevo ese dato de que el mismo le había hecho algo a Seiryu. —Ah si, conozco esa historia—. Respondí con calma, viendo ahí a Kira, aunque hasta ahí me percaté que no estaba Yokubo... Luego miré una vez más la escama, mientras recordaba esa curiosa reacción que tenía el mismo con alguien como Yoko, y luego recordé también a Kibo... La mención de que hace un ayer esto estaba bien y de pronto había, al parecer, "caducado" me hizo empezar a sentir algo extraño en mí... Algo... Que no sabía cómo interpretar en esos momentos. La discusión pasó a lo concerniente a Bokuso, y las ansias de Kuyo de torturarlo, aunque no pude ni decir nada cuando me miró con molestia preguntando por el Eclipse... Maldición, ¿Es que iré con el traje no había servido de nada? —Y yo que venía a preguntar al respecto...—. Respondí con tranquilidad, como quien apenas se estaba enterando de todo esto y venía por respuestas que no había en primer lugar, claro que no lo habría. Al final se dejó una sentencia sobre las consecuencias de esto, por lo que terminé reflexionando un momento al respecto, no es que realmente yo me preocupara pero... Suponía que tenía un punto. —Si las plantas van a empezar a morir habrá que comenzar a ver el modo de evitarlo mientras tanto, pero creo que mi Maestro tiene razón, ni yo entiendo las acciones de los Kami y porqué hacen lo que hacen, yo solo venía a comprobar la situación y me alivia ver que todo está en orden—. Dije sin mayor dilema, si, era obvio que me estaba haciendo idiota al respecto, pero sinceramente solo quería conseguir lo que buscaba aún, el resto no me interesaba...
Habitación de Gendo [Kira; Gendo; Kuroki] Kuyo —Maravilloso —su comentario sarcástico se acompaño de un bufido de molestia— Me retiro; veo que esta conversación no llegará a ningún lado con tal nivel propositivo —dijo con un hartazgo mientras se retiraba de la habitación. —Estamos preocupados de la decisión que has tomado, Yokubo nos lo ha contado todo— agregó Kira mientras revisaba que el estado de Gendo fuera el óptimo. Gendo soltó una risa —Tal vez buscaba que me enojara contigo por actuar sin informarme; pero mi unión contigo es distinta, y es algo que Yokubo no ha entendido. No te aprecio porque seas un simple sirviente. Eres lo que siempre busqué en un alumno, alguien que supiera apreciar mi fuerza pero aspirara a superarla. Gendo le daba todas las libertados a Kuroki que no le permitía a muchos; incluso a Saizo a quién consideraba su mejor amigo. —Pero sabes, Kuro — el rostro de Gendo se tornó serio; su voz dejaba de transmitir alegría — Creo que Yokubo ha demostrado una falta de respeto hacia ti traicionando tu confianza ¿No crees? Kira miró a Gendo preocupada con lo que este comenzaba a insinuar —Vaya, Gendo. Aquí a todos se nos han pasado errores como esos. Incluso Kuro te quitó el placer de disfrutar a tu nueva mujer. Creo que no se necesita que corra más sangre. Yokubo sólo está demostrando sus celos hacia Kuro, si lo ven desde un lado más neutro, es como un hermano celoso del otro. —Si Kuro no fuera tan gran discípulo; ya lo hubiera matado por actuar a mis espaldas, Kira. Yokubo sabe muy bien que delatar a Kuroki podía llevarlo a su muerte. Esto va más allá de simples celos, esto es un atentado —miró a Kuroki —¿No crees? Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada En otro contexto tal vez me habría reído de la reacción de Kuyo, después de todo, desde su modo de expresarse cuando el mismo Gendo me lo presentó ya me decía que no nos llevaríamos muy bien incluso si yo lo intentaba, pero... Había algo en sus palabras y sarcasmo que me hizo entender otra cosa, y, hasta cierto grado, me hizo temer pero no porque él me hiciera algo... No totalmente. Las palabras de Kira disiparon esa duda, y no tardé en expresar todavía más seriedad... ¿En verdad Yokubo les había contado todo? ¿Pero porqué? ¿Entonces a qué tanta maldita planificación? Incluso a mí no me hubiera molestado ir como estaba ahora ante todo mundo a revelar que yo había asesinado a Amaterasu, ¿Pero esto..? La respuesta de Gendo me hizo ver todavía más el porqué me apreciaba tanto, y acabé afirmando conforme a sus palabras, pues justamente quería eso, superarlo, sin embargo, su posterior seriedad se vinculó con el mío, aunque admitía que en primer lugar me estaban invadiendo las preguntas del porqué Yokubo decidió decirlo todo, pensar en una traición tan delicada fué lo último que se me cruzó por la cabeza... Si no fuera porque Gendo lo había mencionado. Y de nuevo, ahí estaba yo pensando en que una verdadera traición era la última opción a barajar para mí. Kira se preocupó, pero las posteriores palabras de Gendo solo me dejaron todavía más serio... No, debía ser eso, debía ser un atentado de toda regla... De otra manera no tendría sentido, esperar tanto para este momento... Nisshoku, debía ser eso. Utilizarme... Una maldita vez más me querían utilizar. Inconscientemente apreté los puños de la rabia solo de pensarlo... Pero pronto traté de relajarme, pues Yokubo no era el único involucrado, ahí estaba Giotai también, ¿Y si Yokubo está siendo el farol? Pero... Tampoco dudaba que ambos conspiraran, yo después de todo lo hago a mi manera. Sin embargo... Ya sabía yo que esto había sido demasiado fácil, era en parte mi culpa no haber hecho algo por frenarlo hasta cierto grado, pero lo que no se esperaban era que Gendo no reaccionó como querían. Sí, me habrían dado la excusa para matarlo, pero sin dudas no habría sido aún el modo. —Yokubo sabe perfectamente las consecuencias de algo como esto, en efecto... Que primero me ayude, que yo confíe en él y ahora esto... Sí, me parece a todas luces un atentado. —negué—. Y yo confiando en él, aunque honestamente sospecho de algo más... ¿Qué les dijo exactamente?—. Pregunté a pesar de todo tranquilo, aunque en mi interior estaba rabioso. >>Entiendo la preocupación, honestamente no pensé que se enteraran tan rápido, de todas maneras en este tipo de cuestiones no me gusta hablarlas con alguien como Kuyo... Verán, Gendo sabía que yo quería una katana que fuese similar a una que el mismo Kaito hizo, una con fuerza espiritual, no hay siquiera algún secreto al respecto, así que fuí con Giotai y ahí también estaba Yokubo por petición suya, todo fué tal como se dijo, con la diferencia que prometí no decirle nada a nadie directamente con lo que haría, por ello no me sorprende que la noticia debió ser sorpresiva, de ahí todo el asunto del traje del Zorro Negro y demás, yo solo quería una katana similar a la que mostré, todo lo demás fué idea de Giotai y Yokubo. Literalmente yo solo ejecuté el paso final; tal como dijo mi padre, aspiro a ser más fuerte, y esto era parte de ello. De cualquier modo, la guerra sigue vigente, sería bueno tener todo el poder posible para acabar con ellos, ya después veremos qué hacer—. Relaté con calma, para después dar un suspiro y cruzarme de brazos. >>Con respecto a Yokubo... Sin duda alguna estoy ofendido por lo que ha hecho, y si pienso en tomar medidas al respecto, pero... Si esto resulta que incluye también a Giotai, entonces sería bueno que como mínimo escuche qué tiene que decir Yokubo, sí, sospecho que Giotai podría tener que ver, pero no quiero apurarme al respecto—. Dije aún serio. Aún si se trataba de Yokubo, no quería tomar medida alguna sin antes escucharlo yo mismo, no era lo mismo juzgar de una vez por lo que habían hecho a que te dieras la oportunidad de escuchar las razones, a veces, las cosas cambiaban demasiado solo por ese detalle... Después de todo, no era la primera vez que yo hacía algo similar, es más, posiblemente haya sido yo el único que siempre intentaba hacer algo así.
Habitación de Gendo [Kira; Gendo; Kuroki] —Nos dijo que aceptaste un trato con yokai para obtener —Kira señaló la nueva katana — más poder. Con ello aceptaste matar a un Dios. Ambos siguieron escuchando a Kuroki, Kira afirmaba en completo silencio ante las palabras de Kuroki; pero fue Gendo quien en el mismo silencio, parecía sonar distinto. Su rostro no era conciliador, era un rostro de enojo clavado en Kuroki. —Aceptas matar a un Dios sin titubear —La voz de Gendo severa, de un padre molesto regañando a su hijo —¿Pero buscar estar seguro de si Giotai también es culpable? —negó furioso —¡TODOS SON CULPABLES! —gritó con tal fuerza que Kira cerró brevemente los ojos, pues no quería ver a Gendo castigar a Kuroki como lo hacía con Saizo. Pero este no lo hizo, se contuvo. —Buscaste poder, lo has conseguido. Es evidente que ellos te usaron pero tú también a ellos; así es el mundo. Pero debes demostrarles que usarte tiene un precio —Gendo seguía demostrando su molestia ante toda esa situación — ¿Quieres darles un juicio? Estupideces... tú dictas sentencia, déjate de debilidades como esta —Gendo se levantó y salió de aquel lugar no sin antes ver a Kuroki —Estoy decepcionado. Pensé que buscabas caos, ahora veo que aun tienes miedo a las consecuencias. Kira se acercó a Kuroki; sus manos temblaban cuando una de estas se colocó delicadamente sobre Kuroki —Ese hombre te aprecia mucho, no ha levantado su mano en tu contra; nos encargó ayudarte a colocar un nuevo yoroi, uno con el mon del clan Mori —dijo con una voz baja que imitaba a sus manos, trémula. Kira abrió una gran caja de bambú y le mostró el nuevo yoroi dorado, el dorado era el color de los Yamato. Del crisantemo. El momento de la la reunión con Kumo se acercaba, el tiempo ahora no parecía transcurrir con la ausencia del sol; pero la posición del eclipse hablaba por sí misma, el medio día estaba sobre él, debía atender esa reunión o decidir si ignorarla. Contenido oculto Gigavehl Yoroi personalizado
El rol proviene de Mizayu Casa abandonada [Norte] [Kohaku; Matahachi; Reijiro; Oshin; Tamura; Keita; Daigo; Kumo] A pesar de traer los amuletos, avanzaron un tanto alejados de los yurei y yokai; estos se dirigían al cementerio así que se alejaron de ustedes cuando avanzaron hacia la casa abandonada. Nadie entró a aquella casa, esperaron en el exterior; esperando ver a alguien avanzando hacia ellos. —Capital —mencionó Matahachi mirando a la gran muralla. Oshin miró con seriedad a aquel complejo, fue la única que no separó su mirada de aquella cuidad. Keita y Daigo llevaban a cabo su propia conversación —...si escapó con el diplomático de los Mori, seguro está en esa ciudad Kumo vio regresar a su ave, el mensaje había sido recibido. —Va a llover —mencionó Kumo olfateando el aire. —Lo que nos faltaba — reclamó Tamura — Esperemos adentro, segura esta agua estará helada, no quiero que nadie se enferme. Matahachi negó —Debe vernos a todos, no quiero que crea que ocultamos a alguien. Reijiro miró el cuartel a un lado —Al menos podemos esperar en el techo de la entrada de ese viejo cuartel. Estaremos protegidos de la lluvia que se avecina y visibles. No debemos padecer para que ese niño vea que somos honestos. Matahachi miró a Reijiro y sonrió —Usted tiene un honor que pocos conocemos; como shinobi, uno aprende a desconfiar de todo, ver a personas a la distancia supone un peligro; un arco, un kunai, una aguja; todo es deshonesto. Esperemos un poco más, si comienza a llover nos metemos a esta casa. Contenido oculto Gigi Blanche
Kuroki Fusatada Pues sí, genuinamente Yokubo les había contado todo... Esto, era el colmo... Cuando ahora pensé en reformular lo que había dicho, la mirada y palabras de Gendo me llamaron la atención, y antes de que pudiera hacer nada, el hombre reaccionó casi violentamente, pero con fuerza, eso inclusive me tensó hasta cierto grado, solo alcanzando a abrir ligeramente la boca por haberme quedado en el proceso de hablar, sentenciando que simplemente mi mentalidad era inútil y débil, haciendo incluso que Gendo se decepcionara... Entonces, ¿En verdad este hombre quería que no titubeara y solo... Castigara? Me había mostrado que podía llegar a tener algo de paciencia con su círculo cercano, pero... ¿Me había equivocado? A pesar de que creí que había dejado entrever que yo ya tomaría el juicio final como mejor viera, sin rechazar incluso un asesinato contra Yokubo, parecía haber sido... Insulso para él. No supe qué decir, tampoco me había dejado margen, simplemente comenzó a retirarse, lo seguí con la mirada, y cuando intenté ahora sí hablar, de nuevo Gendo me miró y me sentenció una última cosa, dejando en claro que yo aún temía a las consecuencias, algo que por supuesto me descolocó... Quiero decir, sí, era así pero... Tampoco era tan explícito. Intenté aclarar un punto al respecto pero... Ni siquiera pude decir nada de nuevo cuando Gendo ya se había ido... Yéndose en el proceso mi oportunidad para preguntarle acerca de su vida directamente, por lo que terminé aflojando un poco el cuerpo por la decepción de esto. Entonces... ¿Si era así? ¿Así funcionaba esto? ¿Así funcionaba el mundo? ¿En el que simplemente lo que hacías merecías recibir una repercusión de ello sin cuestionamientos? ¿Si alguien te faltaba al respeto simplemente llegabas y destruias? ¿Sin preguntas? ¿Sin peros? Solo... ¿Solo sentencia? Pero entonces... Si hubiera sido yo así con Rengo... Si yo no me hubiera dado la oportunidad de conocerlo más a profundidad tanto a él como a Natsu... Por una vez expresé una seriedad diferente desde lo de Shima, y esa fué cierto grado de tristeza... Pues, si bien no me quería fiar tan fácilmente de lo que Gendo hacía y me decía... ¿Que tal si esto terminaba siendo una norma general en todo? ¿Y yo en verdad solo era un imbécil que creía poder hacer un cambio incluso hasta este grado? Podría llegar a entender porqué Natsu hizo lo que hizo, incluso Masuyo a pesar de que carecía de detalles... No los culpaba al cien, sabía que lo que hacían era de corazón pero... Inclusive lo hacía hasta cierto grado con mi propio padre, aunque... Si al final del día, las cosas se movían de este grado... Entonces- En ese instante me exalté ligeramente al sentir el tembloroso toque de Kira, y la miré mientras le prestaba atención ya que estaba casi susurrando de forma temblorosa como su agarre. Me explicó por encima las razones por las que no me atacó, y luego me mostró lo que Gendo había preparado... Un Yoroi, uno incluso personalizado. Al final, di un suspiro, un poco decaído aún, pero terminé afirmando. —Hey Kira, gracias, de verdad, calma, ya se le pasará y hablaré con él, como bien dijiste, todos cometemos errores, es solo que... Ah...—. Dije, suspirando un poco cansado ya, y luego me froté un poco la frente. —es complicado, ya sabes, igual ya veré qué hacer con Yokubo, no hace falta que intervengas más...— Luego de decir eso, miré el Yoroi y me acerqué a revisarlo, notando los detalles, a lo que de alguna manera empecé a pensar en algo, y luego simplemente afirmé, decidí tomar el Yoroi de todos modos y miré a Kira. —Bueno, debo retirarme, gracias por curar a Gendo—. Dije como último, manteniendo también la voz baja, y luego comencé a retirarme. Ahí, pude dar a un pasillo en el que decidí ir a ver hacia el Eclipse y en dónde estaba, ya se veía por encima, debía ser mediodía... Ya había pasado el tiempo. Me quedé ahí un momento, suspirando, para después retomar mi marcha y comenzar el muy extenso camino hacia lo que había preparado... Cumpliría mi palabra, me reuniría con el Crisantemo y vería lo que haríamos, aunque hasta cierto grado irónicamente la moral la tenía un poco movida en estos momentos, simplemente me coloqué la armadura y seguí mi camino...
Casa abandonada [Norte] [Kohaku; Matahachi; Reijiro; Oshin; Tamura; Keita; Daigo; Kumo] [Kuroki] Kuroki avanzó hacia la salida del castillo; a diferencia de otras veces, nadie lo seguía, los sirvientes lo dejaron irse sin preguntas, los guardias lo reverenciaron al irse. Un orden de Gendo seguramente, a pesar de su queja reciente, no había cambiado los términos de su estancia; confiaba plenamente en él. Avanzó por las calles de Kioto y escuchó atento. Era evidente que las personas callaban si Gendo estaba cerca; pero la gente aun no entendía que debían tener ese mismo criterio con Kuroki. Kuroki salió de la ciudad por el norte, pasando muy cerca de las cabezas y una mano expuestas en picas en el mercado. Una ligera lluvia comenzó a caer cuando Kuroki se acercó a la casa abandonada; en el exterior esperaban rostros conocidos. Matahachi, Kohaku y Reijiro eran bastante conocidos, Kumo también era fácil de distinguir. Pero había muchas más personas desconocidas; un muchacho, se veía joven. Contenido oculto Dos más que parecían ser compañeros; pues conversaban entre ellos. Contenido oculto Por último, una mujer. Contenido oculto Matahachi avanzó hacia Kuroki —Es un grupo que ha venido conmigo —miró a Kumo —Me informó que querías establecer contacto con el crisantemo —volvió la vista a Kuroki —Yo dirijo al crisantemo blanco, la nueva orden del viejo crisantemo negro. Y estoy dispuesto a escucharte —miró a sus acompañantes — ¿Quieres que los míos esperen en el otro edificio mientras hablamos? No quiero que sientas que esto es una amenaza, verás; no estoy en los mejores términos con Gendo y necesitaba asegurar mi seguridad; pero sé que contigo estaré salvo, has propuesto algo que es beneficioso y me gustaría escucharte; pero antes— Matahachi pausó. Se colocó de rodillas y llevó su frente al suelo en disculpa absoluta. La gran mayoría de sus acompañantes reaccionaron con asombro. Matahachi era alguien pulcro quién odiaba manchar sus ropas, y allí estaba, llenándolas de lodo junto a su frente. —Kuroki Fusatada — inició Matahachi — Pido perdón por todo el daño que te he hecho; cómo mencioné en Yamato, yo acompañé a Gendo al exterminio de tu gente. No merezco tu perdón; pero espero que a pesar del odio que aun albergues en ti por culpa mía, puedas escucharme. He sido obstinado al sobresaltarme contigo en Yamato, por someterte en aquel sitio; pero ruego que recuerdes que a pesar de mis acciones, los llevé con bien a Shimotsuke, dónde a pesar de mis órdenes no los dejé a su suerte, liberándolos de las ataduras. He rescatado a Hina, la hermana de Sho, y cómo ya bien sabes, reubiqué a sus hombres para que no fueran asesinados. En mi maldad también hay bondad. —pausó levemente para respirar profundamente y luego proseguir — También deseo que recuerdes que te confié mi nombre; pues me vi en la necesidad de darte algo a cambio de lo que te he quitado, no es equiparable en lo absoluto; aun así, te di lo más importante para mí en aquel momento, además de prevenir a los tuyos de no acercarse al peligro que era Kioto. Hoy estoy a tus pies pidiendo que puedas escucharme; y sólo levantaré mi rostro si me lo permites. Contenido oculto Gigi Blanche Gigavehl
Kohaku Ishikawa Habiendo resuelto todo, finalmente nos pusimos en camino hacia Kioto. El desfile de yōkai conseguía congelarme el aliento aún a la distancia, en cierta forma podía sentir... la energía que emanaban, densa y oscura. Me esforcé por controlar mi nerviosismo y avancé junto al resto, intentando no pensar en lo que Mara me había confiado. Al menos, al parecer, Rengo estaba a salvo. Eso me aliviaba. La muralla que rodeaba la capital era imponente e impenetrable. La observé un rato mientras esperábamos, pues era mi primera vez allí. Mi padre... había vivido aquí estos años, detrás de estas paredes. Miré alrededor, absorbiendo los escasos detalles que me permitieran el eclipse, y suspiré. En el cielo se acumulaban nubes espesas lentamente, las cuales bloqueaban la poca luz que provenía de las estrellas. Chiasa se había acurrucado entre las solapas de mi ropa, contra mi pecho, y le rasqué la cabecita, intentando regularme a mí mismo. Las primeras gotas comenzaron a caer, parpadeé al sentirlas contra mis ojos al alzar el rostro y luego, una silueta se dibujó en el horizonte. Me tensé, fue inevitable, y tomé mucho aire. No moví un solo músculo hasta que distinguí su cabello blanco, su contextura delgada, y supe con certeza que se trataba de Kuroki. Hachi avanzó y yo me quedé en mi lugar, serio. No reaccioné de ninguna forma al ver que había decidido revelar su conexión con el crisantemo blanco, carecía de fundamentos para juzgar su decisión; sólo esperaba que fuera una buena idea. Todo marchó según lo hablado en Mizayu hasta que... Hachi se hincó en el suelo y fruncí el ceño, confundido. No sólo eso, también llevó su frente hacia el barro. Recorrí a los demás con la vista y luego regresé a su silueta encorvada. Pidió disculpas, disculpas por lo ocurrido en el pasado, y me removí ligeramente. Me parecía noble de su parte que decidiera iniciar pidiendo perdón, pero esto... ¿no era un poco extremo? ¿Por qué le rogaba como si le debiera algo? Mi semblante se mantuvo contraído pero permanecí en silencio, pues entendía que no era mi lugar interrumpir. No quería arruinar las negociaciones por una imprudencia.
Kuroki Fusatada Fuí abandonando el Castillo y esta vez nadie me siguió, cosa que por supuesto me mantuvo muy tranquilo, aunque seguía sin confiarme, no quitaba que esto era mejor en varios sentidos, los guardias acabaron por reverenciarme mientras yo simplemente seguía mi camino, mis acciones para con Gendo no se habían inmutado, aquello debía salir como era esperado, supuse. Nadie hizo preguntas, nadie me detuvo y yo simplemente continué mi camino sin mayor dilema, escuché a la gente, escuché lo que murmuraban ahora que Gendo no estaba aquí, y algunos rumores... Eran singulares por decirlo de alguna manera, algo que solo me estaba dejando pensando y comenzando a considerar otros escenarios que ahora parecían inminentes. Conforme fui llegando al norte, ví las estacas en el mercado, y no evité pensar en ciertas cosas, comencé a recordar ciertos momentos de todo este viaje y empecé a temer ahora sí, con mayor razón debía apurarme y zanjar con esto si es que mis sospechas podrían ser verdad, ya que de ser así... A pesar de todo, mantuve un andar tranquilo a donde me dijeron, tratando de pensar quiénes serían los miembros de dicho grupo y el cómo llevaríamos el asunto, ¿Serían rostros desconocidos? ¿Habrían rostros familiares? ¿Habría sido buena idea ya más allá de solo mi venganza? El tiempo pasó, y las gotas fueron anunciando una llovizna que no tardó en llegar, aquello me hizo detenerme un momento, mirando hacia el oscuro cielo con cierto fastidio... ¿En serio? ¿Ahora debía querer llover? Sin darme cuenta ya estaba por llegar a la edificación, ahí pude reconocer tres rostros... Uno de ellos ya me sospechaba que podría verlo de nuevo incluso en este contexto... Pero dos de ellos no, y no me gustaba para nada, no sonaba a que fuesen parte de ese grupo y eso me hizo expresar bastante seriedad, pero igual traté de calmarme, di un amplio suspiro y terminé de caminar hacia ellos, ya estaba ahí, era absurdo dar media vuelta ahora. Otros rostros estaban presentes y esos no los reconocía de nada, era un equipo de toda regla, pero la opinión personal acerca de eso decidí no pensarla mucho por ahora, ya que Matahachi no tardó en aproximarse hacia mí y comenzar a hablarme, con un tono... Que personalmente me tomó bastante desprevenido. Me esperaba como pasaba con Kohaku, tensión, seriedad... Incluso de Matahachi esperaba hostilidad, explícita o pasiva, pero... Recibía formalidad, así como un tono calmado y casi que cuidando lo que decía, y aunque aquello último lo entendía, definitivamente no era la clase de recibimiento que esperaba. El chico aclaró las dudas obvias, la razón de la reunión en un lugar tan remoto, la presencia de los demás, pero más importante aún... La razón por la que él estaba dando la cara, pues él resultaba ser el líder del Crisantemo Blanco, los remanentes del Crisantemo Negro, tal como Kumo me había dicho... Eso sí me sorprendió, expresando parte de ello, pero incluso pasó a algo completamente genuino cuando lo ví inclinarse por completo hasta el suelo, era una disculpa completamente sincera, sin importar que el barro ya estuviese presente, aquello hasta me hizo sentir pena, y no era una negativa, era... Era más bien por otras razones. —¿Matahachi..?—. Murmuré aturdido, incluso retrocediendo ligeramente por la sorpresa, y eso que yo no sabía que este hombre tendía a ser muy pulcro. Sus posteriores palabras dejaron de ser referente al caso, no dejaban la formalidad y el cuidado, pero ahora se pasaba al grado personal, uno que inevitablemente me hizo recordar lo sucedido en Yamato, en Shimotsuke... Me hizo recordar efectivamente lo que me había hecho para con la flecha, disfrazado de una venganza por mis actitudes. Escuché la esencia de lo que quería decirme, mientras iba calmando la postura, me mantuve viéndolo unos instantes sin saber qué hacer al momento, pues en definitiva esto me había tomado por sorpresa, pero... Además de eso, también sentí algo que la verdad quería dejar de sentir, y eso era un peso muy en específico el cual me hizo expresar mucha incomodidad, una que ni con Giotai tuve ganas de mostrar. —Matahachi... Levántate, por favor, siento que no puedo hablar adecuadamente si no te miro directamente, entiendo tus intenciones, pero... Bueno, creo... Creo que no hacía falta, al menos no para conmigo—. Pedí, pero no con un tono autoritario, no como una sentencia, solo había... Tensión, y no porque yo temiera por un ataque, si no que era una tensión de culpa hasta cierto grado. Esperé a que se levantase, desviando un momento la vista de él a un punto muerto, no veía los rostros de los demás, tampoco es que en esos momentos me importara, solo quería centrarme en Matahachi, y después de un breve suspiro, volví a mirarlo. —No sé... Si alguna vez lo supiste, o si alguna vez alguien te lo dijo pero... Yo no era alguien precisamente rencoroso, Matahachi. Yo siempre quise ser alguien con la capacidad de ser la Redención hecha persona... O mejor dicho la Esperanza; y no solo por un mañana mejor, por que la guerra se detenga ya; no, si no también Esperanza en que hasta los más crueles tengan una razón de ser... Una razón de que los actos viles tienen una causa en específico, uno cruel, tal vez, pero motivante al final de cuentas... Bondad en la maldad, je, nunca lo había visto así—. Comencé, aún expresando esa incomodidad, para luego darme un momento y calmar ahora sí esa expresión. —lo que quiero decir Matahachi, es que... Lo merezcas o no, hayan motivos o no, te perdono, en verdad. Puedes creerme o no, puedes quedarte con eso o pensar que estoy mintiendo, creo... que como me escribiste en su día, si decides no creerme no te culpo, pero si lo haces, sería maravilloso... Y ahora te devuelvo esas palabras. Te perdono Matahachi, no solo porque efectivamente había una razón de ser por las cosas que hiciste, si no porque... Al final de cuentas, estabas siguiendo órdenes, Gendo me lo dijo todo... Me dijo cómo obedeciste mientras... M-Mientras Shiori no, —aquél nombre me costó pronunciarlo—, e intuyo que solo quería que te odiara con más fuerza... Pero no lo hice, pues, ella... Te estimaba demasiado, no recuerdo bien si llegó a hablarme de ti pero, lo ví en su día en Yamato, en su rostro... Ella te apreciaba mucho y... Y creo que yo también fallé mucho en haber visto que no me concernía al final haberme metido como lo hice en ese asunto, era tu amiga, pero también la mía, y sé que ella habría anhelado que nos lleváramos bien, ahora... Es obvio que es imposible, pero creo que como mínimo y por una vez pudiendo hacer una cosa bien en su honor, puedo intentar quitarte el peso de lo que le hiciste a mi gente, pues el verdadero asesino es Gendo, no tú, eso lo tengo muy claro, el que debería disculparse soy yo, al menos en lo concerniente a eso. Así que puedes estar tranquilo... ¿Si?—. Continué, serio pero también tranquilo, tal vez mis expresiones y forma de hablar no ayudaban, pero estaba siendo honesto, bastante, tal vez... También en el fondo estaba buscando aceptar ya parte del daño que al final de cuentas me negaba a aceptar, a pesar de que el asunto para con Shiori fuese más allá de lo que parecía, pero... ¿Cómo aclarar eso? Era tan frustrante... —Gracias por todo tu apoyo Matahachi, siento no haberte correspondido como buscabas, al menos, supe lo delicado que era lo que me revelaste, y por ello es que hasta con el clan lo guardé conmigo cuanto me fué posible, solo pasando la advertencia de que la boda para con Kioto sería un error si los Minamoto intercedian—. Aclaré como último, para dar otro pesado suspiro, aquello me había costado más de lo esperado. Solo hasta ahí, me atreví a mirar a los demás, solo por encima. —Pueden quedarse si eso sirve que en su defecto seas tú el que se sienta más seguro, es evidente que me han dado un voto de confianza, podrán negarlo, y tienen razones, pero precisamente esas razones hacen que los valore, suficiente riesgo era venir hasta aquí, incluso si es en las afueras de Kioto, pude haberles preparado una trampa, y aún así, aunque sea un mínimo de duda, pero duda al final de cuentas me tuvieron... Y eso era justamente lo que necesitaba, creo que lo justo sería que también hagan participe de lo que se hable aquí, ¿No lo crees?—. Pregunté, y es que aquello era verdad, eso era lo que confiaba en lo más profundo de mí que inclusive Takeda como mínimo me tenía; una duda, una que le hiciera preguntarse un "porqué" de mis actos, y justamente eso me daba el margen para poder al menos explicarme, no buscaba redención... Solo... Un momento. —Pero estaría bien meternos, ¿No? O si no la lluvia nos va a alcanzar.
Casa abandonada [Norte] [Kohaku; Matahachi; Reijiro; Oshin; Tamura; Keita; Daigo; Kumo] [Kuroki] Matahachi afirmó y se levantó; Daigo y Keita por una inercia respondieron para ayudarle; llevaban poco acostumbrándose al rostro de Matahachi; aun así sentían que le conocían de hace ya mucho tiempo, y le cuidaban como a un mayor a pesar de su juventud. Eso hablaba del respeto que le tenían a la figura que representaba. Todos entraron a la casa abandonada mientras sacudían un poco la lluvia y el fango. Aquel sitio ya era acogedor porque habían precalentado el fogón, así que entrar allí se sintió como un abrazo; a pesar de que algo del viento se colaba por hendiduras o espacios ligeramente abiertos. —Creo que Shiori hizo bien en seguirte; ni tú ni ella debían disculparse conmigo, ella no me traicionó, eligió correctamente en cuanto a valor moral, haberla juzgado estuvo mal. Mis métodos al igual que los tuyos fueron cuestionables; yo servía a un hombre despreciable con el que no coincidía en valores, aun así no me detuve. Tu ahora caminas esa mis senda. Y es por ello que quiero entender — se explicó mientras todos se acomodaban alrededor del fogón; haciendo algo de informalidad en aquel asunto tan importante. Kumo incluso se distrajo cuidando las plumas de su búho. —Pocas personas entienden este tipo de planes, unirse con el enemigo siempre resulta un desgaste emocional que pocos suelen ver e incluso sobrellevar—dijo hacia Kuroki mientras extendía sus manos al calor para absorberlo y evitar comenzar a temblar. Esperó a que una de sus manos tomara más calor para después llevarla a su hombro — Mientras tu mente se mantenga más fuerte que su ambiente, tu personalidad sale ilesa. Yo tuve que soportar demasiado por varias estaciones; pero no me era sencillo hacer lo que tú estás haciendo en este momento, a mi siempre me acompañaban guardias, era raro que pudiera salir solo. ¿Cómo has ganado tal grado de confianza? —sonrió —Gendo no podía confiar en mí; pero Akishino si lo hizo, aun así no me dejaba deambular solo, él creía que alguien iba a matarme, me cuidaba como creo que hubiera cuidado a un hijo. Supongo que en tu caso no ven debilidades dignas de preocupación, sabrán que puedes defenderte. Aun así, me parece asombroso lo mucho que has logrado en tan poco tiempo —A Matahachi siempre le había gustado moverse inteligentemente en el Palacio, esquivar a los Mori, conversar con los Sawayama y asombrar a los Yamato por cualquier cosa que hiciera. —Hay tanto que puedo contarte; pero necesito entender primero por que has decidido seguir a Gendo — mencionó con confusión — Y cuales son tus verdaderos objetivos —junto sus manos, analizando — Has mencionado que quieres que la guerra termine. Para que eso suceda Gendo y los suyos deben morir; todos. Incluso aquellos que puedan ser inocentes a tu vista —suspiró —La muerte es necesaria; así se empiezan los nuevos cimientos, si queda vivo algún partidario de Gendo puede que más adelante conspire en el nuevo gobierno —miró a Kuroki —Seguro ya has conocido a Kira. Una mujer muy agradable, un hombre; la verdad es que nunca he querido adentrarme en ese tema con ella. Pero verás, a pesar de que salve vidas; salva las equivocadas. No todas las vidas son iguales ¿No crees? Oshin miró con una molestia hacia Matahachi; una que no supo ocultar. Contenido oculto Gigi Blanche Gigavehl