The Big Bang Theory [Big Bang Theory] El secreto de sheldon

Era jueves por la noche, y como siempre, los chicos jugaban Call of duty. Aunque ésta vez, sólo estaban Leonard, Raj y Howard. Por alguna razón el maniático al que todos conocían como Sheldon Cooper, no se encontraba en esos momentos.

—¿No les parece raro que Sheldon no aparezca siendo jueves de Call of duty? Él nunca falta… —preguntó Raj, controlando su mando sin dejar de mirar a la pantalla.

—¿Realmente importa? Por fin una noche tranquila… sin que él me reclame por sentarme en su asiento, sin escucharlo quejarse porque no le pusieron pollo en su ración de comida, sin oírlo hablar sin parar de la teoría del gato de Schindler —dijo Howard, aliviado.

—Hace mucho que no habla del gato de Schindler —comentó Leonard, mirando a sus dos acompañantes para luego desviar la mirada a la pantalla del televisor—. ¿Qué pensarían de Sheldon si él fuera…?

—¿Agradable? —intervino Howard.

—No… si él fuera idiota… —hubo un minuto de silencio y todos se miraron con extrañeza—. ¿Y si Sheldon fuera sólo un tonto que no sabe nada de física, si su IQ fuera de menos de 90…?

—Creo que preferiría a ese Sheldon… —confesó Raj.

En ese entonces, Leonard se puso a pensar.

¿Qué sería de él entonces?

¿Se habrían conocido?

¿Él tendría una mejor vida?

¿Habría conocido también a Penny?

Era posible que consiguiera un mejor compañero… un compañero que no tuviera un ataque de descontrol cada vez que tomase café… un compañero que no lo hiciese firmar un estúpido contrato que dijera que cuando una chica se quedara más de diez noches consecutivas o más de nueve noches en un período de tres semanas o todos los fines de semana de un mes más tres noches extra, se activaría el protocolo de la co-habitación.

O simplemente alguien que no enloqueciera cada vez que escuchara que alguien pronunciaba la palabra “Wheaton”.

Durante un rato jugaron con toda paz, escuchando las explosiones del video juego, deleitándose con sus increíbles gráficos, y formando campañas online en el mismo.

De pronto, la puerta se abrió, y se vio la figura de un hombre alto y blanco, que los miraba a todos con normalidad, y sin ningún deje de egoísmo o indiferencia.

Todos pusieron en pausa el juego y se miraron entre sí.

—Vaya, Sheldon, qué sorpresa…—dijo Leonard un poco sorprendido por la actitud del chico, no había pronunciado ni una palabra desde que había llegado.

Sheldón caminó y miró a cada uno de ellos.

—Lo sé… quieres que me quite —dijo Howard a levantándose del lugar de Sheldon.

—No, no hay problema… —dijo él simplemente.

Se dio la vuelta, y se encaminó a su habitación. Cerró la puerta con delicadeza, dejando solos a sus amigos.

—Tiene que ser una broma… —dijo Howard sorprendido.

—Alguien debió de usar el De Lorian de “Volver al futuro” para así cambiar los hechos históricos lo cual ha hecho que esto pasase exactamente a ésta hora y en éste momento —dedujo Raj.

—Esto no es normal —dijo Leonard.

Al siguiente día, Sheldon se había despertado antes que su alarma, ya era de esperarse.

Leonard salió y saludó a Sheldon.

—Buenos días, Sheldon.

No oyó ninguna respuesta, y ya no sabía qué hacer a esas alturas, ¿acaso el hombre lo estaba ignorando?

—Buenos días, ¿Sheldon, pasa algo?

—Ah, buenos días Leonard. ¿Qué si pasa algo? ¡Nooo! —dijo él jugando con varios cubiertos.

—¿Qué estás haciendo?

—Estoy armando una torre de cubiertos —le dijo, y puso un tenedor sobre otro, pero al final siempre terminaban cayéndose.

—Sheldon… estás raro… —puso una mano sobre su mentón y lo miró algo extrañado.

En ese entonces llegó Penny, saludó a Leonard y miró a Sheldon atentamente.

—¿Qué está haciendo?

—Armando una torre de cubiertos.

Ella lo miró con cara de no creerlo, y después se acercó a él y posó una mano sobre su espalda, acariciando suavemente la seda de su albornoz negro.

—Cariño, ¿estás bien? ¿Has tomado mucho café? ¿Has tenido pesadillas o algo? —la rubia le miró con preocupación, buscando una respuesta.

¿Debía hablar?

¿Debía decir lo que le pasaba?

Entonces tomó una decisión.

Se levantó y se fue a su cuarto.

—Rayos… me preocupa. Él nunca es así —comentó la chica.

—Algo debe de haber pasado.

—Deberíamos averiguar qué.

—¿Por qué no lo hacemos? —sugirió Leonard—. Le seguiremos sin que se dé cuenta.

—Es buena idea.

Y así lo hicieron, ambos fueron después del trabajo y siguieron a Sheldon, para ver porqué llegaba tan tarde a casa, y porqué tenía esa actitud tan extraña.

Los dos se vistieron conforme para que nadie los reconociera. Penny se había puesto un chándal negro y unos lentes oscuros, también llevaba el pelo recogido en una coleta y una gorra, y Leonard por otro lado, una chaqueta de color Beige, y unos pantalones de mezclilla de color azul oscuro.

Ambos llegaron a la tienda de cómics. Cuando entraron, se escondieron detrás de la sección de historietas viejas, donde no muchos pasaban. Y disimulaban estar buscando algunas de ellas.

Observaron desde el ventanal como le compraba algunos cómics a Stuart, el dueño de la tienda.

—¿Lo trajiste? —preguntó el hombre, cuando Sheldon se inclinó en la barra.

—Aquí lo tienes —dijo y le entrego un paquete.

—Vale, aquí está tu parte del trato —éste le entregó una caja mediana.

Él la abrió de inmediato con impaciencia.

Era un pequeño tren de oro. Con accesorios blindados y resplandecía ante la luz.

Sheldon lo tomó y lo abrazó.

—Bien, pero no me gusta mentir —dijo abrazando su tren.

—Oh, vamos. Una pequeña mentira no le hará daño.

—Vender sus figuras de acción originales de La Guerra de las galaxias es algo muy fuerte —admitió avergonzado.

—¡¿Cómo?! —Leonard se sobresaltó y caminó con furia con la intención de abalanzarse sobre Stuart.

—¡Leonard! —dijo Penny—. Son sólo unos muñecos… ¿qué tienen de importantes?

Leonard miró al piso y asintió, haría y diría cualquier cosa para impresionar a esa mujer.

—Tienes razón, no vale la pena.

Los tres salieron de la tienda, claro que Leonard estaba muy molesto con Sheldon, aunque no lo aparentaba y trataba de disimularlo.

Ahora ya sabían porqué se había comportado así desde el principio. A Sheldon no le gustaba mentir, y cada vez que lo hacía, actuaba así.

 

Umm. Me simpatizó, mas no me gustó :/

No me termina de cuajar la idea que sea, solamente por una mentira. Cuando ya hay patrones más estables de cómo actúa cuando lo hace. ¡La única a quien le tocó Sheldón! Esperaba mucho más, hay tanto que se puede hacer. Borrachera, un virus, contusión, algo que le seajustara el cerebro y fuera común y corriente.

Lo del asiento, creo que hasta con el Ooc al su máximo esplendor, Sheldón no cedería su asiento, menos a Howard xD Me dio risa eso, de lo alarmante.

Y al final, Sheldón vendió los muñecos de él? Creí que eran los de Leonard, y asdf. Lo que sea por un tren carajo! xD

Le faltó, bastaaante. Demasiadas cosas podían ocurrir con Sheldón, demasiadas :c

8/15.

 

Mmmm, no me gustó mucho.

Me pareció un tanto forzado, aburrido, no me entretuvo mucho. Es más, esperaba más del fanfic. Sheldon es un gran personaje del cual se puede sacar mucho, pero no explotaste eso.
La idea de la mentira podría haberse expandido más, terminando en un desastre, como siempre ocurre cuando Sheldon miente. xD Hubiese sido más divertido así. Creo que el "cambio" en la personalidad de Cooper fue mínimo, casi no se notó, lo que me preocupó un poco. Podría haber sido más exagerado, cosa que se notara la transformación... En fin.

Calificación: 6/15.