Viendo entradas en la categoría: Reseñas
-
Lucius aparece sentado y con un aire pensativo, quizás demasiado. A su lado está el libro “Por el Emperador”
—Cuando estaba hablando de las aventuras de Ciaphas Caín en el post anterior, surgió el tema de su psicología, o más bien de sus problemas mentales. Calma, no es como que el personaje esté a dos pasos de caer en un manicomio, pero tiene un conflicto interno interesante. Cuando empecé a hablar con mi amigo fan de Warhammer 40k sobre la saga de Caín, una de las cosas que me dijo fue “No se cómo no lo fusilaron”, lo cual me dejó pensando: En efecto, el comisario es, a primera vista, merecedor de una corte marcial que lo condene a morir fusilado por cobarde; sus memorias son una confesión total y una prueba más que suficiente y están en manos de la Inquisición, órgano de espionaje encargado de vigilar a todo el Imperio y de acabar con traidores, herejes y con la influencia xeno; la inquisidora Amberley Veil es la recopiladora de sus memorias auténticas dentro del universo y se las está mostrando a miembros de su organización, con notas al pie inclusive. Con todo esto, el protagonista es considerado uno de los más grandes héroes del Imperio y a su muerte (por causas naturales) fue enterrado con todos los honores militares (1). Lo normal sería que lo repudiasen y lo expusiesen como un fraude, pero la realidad es mucho más complicada.
Primer punto: Es demasiado útil como fuente de propaganda.
—A lo largo de su vida el comisario se ha enfrentado a casi todos los enemigos del Dios Emperador de la Humanidad y su Imperio —Lucius alza las manos cerradas y va levantando dedos mientras enumera—:Ha luchado contra tiránidos, ha tenido duelos contra caudillos orkos, voló en pedazos una tumba necrón inundándola de promethium (petróleo) y activando una carga explosiva, ha evitado estallidos sociales y guerras civiles interplanetarias provocadas por robagenes, fue el artífice de la liberación de un planeta entero y ha llegado a enfrentar y vencer a demonios y marines espaciales del Caos; todo con un índice de bajas mínimo, lo cual es todo un logro en sí mismo si tenemos en cuenta el bando por el que lucha y el universo en el que esta ambientada su historia. Obviamente no estaba solo en estas hazañas, lo acompañaban en todo momento miembros de las unidades con las que servía, además de su ayudante Jurgen y en un par de ocasiones la inquisidora Amberley, pero la gente a la hora de contar la historia suele enfocarse en él por su carisma natural, porque les resulta inspirador, porque Jurgen es demasiado poco marcial como para mencionarlo (tiene una extraña afección en la piel y mal olor), y por propaganda. El hombre es hasta la figura central de una secta religiosa en un planeta llamado Tallarn, de donde provienen unos regimientos de la Guardia Imperial conocidos por su especialidad de combate en entornos desérticos y por su devoción religiosa. Y en otro, Perlia, lo llaman Caín El Libertador. No me extrañaría que hubiese panfletos con su cara y la pose del Tío Sam señalando al lector. ¿Y han visto las portadas de las novelas? No paran de pintarlo como un héroe sin igual y, conociendo a la burocracia imperial, es muy difícil que esto cambie.
Punto dos (y más importante): ¿De verdad Caín es un fraude?
—A lo largo de la saga no para de echarse tierra encima diciendo lo bajo, ruin y cobarde que es y lo mucho que ansía evitar el peligro. Si empezó su carrera militar en el 12mo de Artillería fue porque esta se suele encontrar casi siempre lejos de la primera línea y por lo tanto lejos de las balas. Casi en cada ocasión en la que dice o hace algo que de cara a la galería le muestra como alguien que se preocupa por sus hombres añade como comentario al lector que solo lo hace porque su imagen así lo exige y uno pensaría que el tipo es el máximo hipócrita de la galaxia… Si no hubiese ocasiones en las que no lo hace. Para empezar, siente mucho aprecio por su ayudante. El mismo confiesa al escribir su historia que le echa de menos y podemos ver cuánto le quiere en la primera novela. En “Por el Emperador” hay una parte donde están explorando unos túneles para buscar la base de unos robagenes y son atacados. Para intentar reunirse con Amberley y escapar Caín manda a Jurgen a abrir un agujero en la pared con su arma y, cuando van a irse, ocurre un derrumbe y Jurgen junto a otros soldados queda del otro lado. Déjenme que lea el fragmento que sigue.
Las páginas del libro son pasadas hasta que llegan al fragmento en cuestión. Lucius se aclara la garganta y procede a leer.
“En circunstancias normales la idea de estar a salvo de una horda de robagenes tras toneladas de mampostería me hubiera hecho sentir un intenso alivio. Solo cabe pensar que me di un golpe en la cabeza o algo así, porque inmediatamente comencé a escarbar entre los escombros, intentando abrirme paso de nuevo hacia el pasadizo, que a esas alturas ya estaría decorado con las vísceras de los demás. Solo desistí cuando noté una mano sobre mi hombro.
“—Déjelo, Ciaphas— Amberley negó con la cabeza, apesadumbrada—. Ya no puede ayudarlos. —Me levanté lentamente, sacudiéndome el polvo de la ropa y me pregunté si conseguiría arreglármelas sin Jurgen. Trece años era mucho tiempo juntos, después de todo, y lo iba a echar en falta.””
—Jurgen es tan importante que la primera reacción de Ciaphas al escapar del peligro, sin ni siquiera detenerse a pensar en lo que está haciendo, es ponerse a apartar escombros, a pesar de que lo más probable (y a la postre afortunadamente falso) es que su ayudante este muerto. Esto que estamos viendo es una retrospectiva desde su punto de vista totalmente subjetivo y convencido de que él es un completo fraude, de ahí que lo achaque todo a un supuesto golpe en la cabeza.
“Pero el comisario no solo siente aprecio por su ayudante, también por sus subordinados del regimiento. En la novela siguiente, “Cavernas de Hielo”, Caín decide liderar un grupo para explorar unos túneles que están bajo una estación de promethium porque hay trabajadores que han desaparecido de forma misteriosa y el teme que pueda haber una brecha en las defensas de la estación, además de que al haber nacido y vivido en un mundo colmena tiene una gran habilidad para orientarse en entornos cerrados y estrechos. Claro, él pone la excusa de que es mejor eso que luchar con los orkos afuera entre la nieve. Sin embargo, durante la exploración de los túneles llegan a una parte que no aparece en los mapas y el hielo se empieza a agrietar bajo los pies de una soldado llamada Penlan. Su primera reacción es gritar para advertirle, pero no lo hace a tiempo y la soldado cae por un agujero. El sargento al mando del pelotón, Lustig, grita por el comunicador y luego intenta avanzar, siendo retenido por el comisario porque no sabían que tan profunda había sido la caída. Cuando Penlan vuelve a comunicarse, dando la certeza de que esta con vida, el comisario se asoma por el agujero, nota como parte de la caída fue amortiguada por una especie de rampa natural de hielo y da gracias al Emperador por ello. Entonces, cuando van a sacar a la soldado con una cuerda, ella dice que hay algo ahí abajo. En cuanto logra distinguir el sonido de una bestia, el protagonista se une al esfuerzo de hacerla subir y es el quien le extiende la mano para que termine de regresar, aferrándose a ella en vez de soltarla cuando algo tira de Penlan hacia abajo, cosa que Caín trata como una insensatez de su parte. Más tarde, cuando ya han confirmado que hay algo extraño en los túneles y se dirige a matarlo con una unidad más grande, algunos soldados son heridos y él hace otra breve mención sobre cómo llevarlos de vuelta a la base de operaciones es lo más coherente con la imagen que quiere proyectar”.
“El último ejemplo viene de la siguiente novela “La mano del traidor”. En una parte están intentando detener una ceremonia llevada cabo por adoradores del Caos que se han atrincherado en un edificio. Si bien los guardias les superan en entrenamiento y en potencia de fuego, los herejes son más y tienen barricadas. Un asalto frontal será exitoso fuera de toda duda, pero se saldaría con muchas bajas. Aquí un comisario estándar sacaría la pistola, daría un breve discurso sobre combatir a los enemigos del Emperador y ordenaría atacar, pero el protagonista no hace eso. Se puede notar la tensión con la que intenta buscar otros métodos para entrar mientras el tiempo se agota, porque sabe lo sangriento que será atacar sin más. Al final la suerte se pone de su lado, pues unos marines espaciales del Caos que están bajo las ordenes de un dios diferente al que es adorado por los herejes atrincherados aparecen, abren una brecha en las defensas y los guardias avanzan tras ellos dejando a un grupo detrás para cubrir las salidas. Y, además, mientras esto ocurre un comisario rival llamado Thomas Beije aparece para arrestarle y el protagonista es defendido por sus soldados, los cuales apuntan a Beije y sus hombres sin dudarlo, enfadándose cada vez más mientras este primero amenaza con matar a una sargento y luego insulta a la coronel al mando del 597. Al final el protagonista lo reta a un duelo por el insulto y, cuando la coronel Kasteen, la líder de su regimiento, se lo menciona; él le quita hierro diciendo que se lo tomó como un insulto al 597 en general, cosa que la coronel no se termina de creer”.
“En cada ocasión en la que el protagonista actúa llevado por sus impulsos y su instinto, este busca proteger a quienes están con él y les muestra que les quiere y solo trata esas acciones como una farsa posteriormente, después de décadas de servicio militar y de estar acarreando un serio problema mental”.
“Entonces, si está claro que Ciaphas Caín si siente aprecio por sus compañeros de armas, ¿Por qué insiste tanto en que él es un fraude? Mi teoría al respecto, que es la aceptada por el fandom, es que padece del Síndrome del Impostor”.
“¿Y esto que es? Pues es una afección psicológica en la que quien la padece no para de pensar que no es tan bueno en lo que hace como las otras personas le dicen, dicho rápido y quizás un poco mal. Y lo que Ciaphas piensa de sí mismo encaja con esta descripción, pero ahondemos un poquito más, que esto se pone interesante”.
"Para los fans de la franquicia no es un secreto que el Imperio de la Humanidad es un régimen fascista a escala galáctica. Cumple casi todos los puntos con los que Umberto Eco definió el fascismo, pero de todos estos los que interesan en este caso son el culto a la acción por la acción en sí, la dedicación de la vida a la lucha, el elitismo y el culto al heroísmo y a la muerte. Según la doctrina del Imperio, los humanos son una especie superior cuyo deber es aniquilar al resto y quedar como los únicos en toda la galaxia. Intentar parlamentar con las otras especies, los xenos, puede ser visto como traición y herejía. La muerte en batalla se considera algo normal y que no se debe de temer, sino aceptar y no con resignación, sino como una parte más del noble deber de un soldado (2). Los comisarios, oficiales dedicados a mantener la lealtad y la disciplina de los regimientos de la Guardia Imperial, son capaces de matar a un soldado para asustar al resto y mantenerlos luchando (3) y, por supuesto, aquellos que alcancen grandes logros militares son celebrados y tratados como héroes, creando propaganda en torno a ellos para exhortar a los soldados a seguir su ejemplo. Ciaphas Caín es la antítesis de este tipo de persona. Para empezar, no desea morir; eso lo deja claro en todas las situaciones. Aprecia a sus subordinados, por lo que no puede matarlos sin más e, incluso, admite que es mucho más laxo con su disciplina de lo que debería. Y, en lugar de arrojarse como perro rabioso sobre los xenos, opta por dialogar siempre que puede, como en el cuento “The only good ork” donde hace un trato con un orco para luchar contra los tiranidos y luego batirse a duelo 1 vs 1 o en “Por el Emperador”, donde apela a la doctrina del Bien Mayor o Bien Supremo de los Tau para evitar que se desate un tiroteo que escalará con facilidad a un conflicto armado en poco tiempo. Y, como ha quedado claro anteriormente, dado que respeta a los miembros del regimiento 597, siempre busca la forma de que salgan la mayor parte de ellos con vida de cada misión. Él es consciente de la contradicción entre su forma de actuar y la doctrina imperial y la solución a la que ha llegado es que es un completo fraude. Además, se puede considerar que esta culpa surge después de disfrutar de las partes buenas de su fama heroica y de que el mismo no se ha dado cuenta o quizás no quiera ver el desarrollo por el que ha pasado. Si bien en un principio era un cobarde, con los años ha terminado por convertirse en un militar con valor y capacidad de mando, además de un instructor que intenta meter en las cabezas de sus cadetes que tratar con respeto a los soldados de los regimientos donde servirán hará que estos no los maten por la espalda y luego los reporten como muertos por el enemigo. Simple y llanamente, el comisario es un tipo de héroe que no encaja en el mundo que le ha tocado vivir, y esto Amberley lo sabe. Lo conoce desde la fundación del regimiento 597, contempló como este apartaba escombros con desesperación tras pensar que Jurgen había muerto y ha compartido muchos encuentros íntimos con él (4) como para hacerse una idea no solo de la fachada que proyecta al mundo y lo que él cree que es su verdadero él, sino de lo que está aún más oculto tras eso y del problema psicológico que arrastra y que mantuvo hasta el final de sus días. Y es que un héroe imbatible como Ciaphas Caín no puede tener ningún problema, ¿verdad?"
"Al final y aunque no pare de negarlo a cada oportunidad que tiene, Caín es un héroe. Lo que pasa es que no lo es en el sentido en el que el Imperio define a sus héroes: Militares metidos hasta las cejas en su ideología fascista, que no se detienen ante nada (lo cual incluye pero no se limita a un montón de muertes aliadas y enemigas) para lograr su cometido, todo por la gloria del Imperio (no de su gente) y del Dios Emperador. Caín es diferente, más apegado a la idea que tenemos nosotros sobre la heroicidad: Cumple con el deber que le han encomendado, pero no anda buscando pelea como un animal sediento de sangre. Aprecia a sus compañeros y no los trata como objetos, aunque viva y muera diciendo que si lo hace. Si bien tiene opiniones negativas sobre las otras especies de la galaxia producto de la educación que ha recibido, su odio a estos no es su motivación para luchar, sino el cumplimiento de su deber como militar y la supervivencia de aquellos que luchan a su lado, asi como la protección de aquellos que no pueden luchar. Aunque nunca lo creería si se lo dijeran, Ciaphas Cain es un héroe merecedor de todo el respeto de la gente de su mundo. Y también del nuestro."
1-Aunque figura aun como “vivo” dentro de los archivos del Administratum. La cantidad de veces que Caín ha sido dado por muerto en combate solo para aparecer vivo tiempo después han sido tantas que los burócratas tienen la orden expresa de no cambiar su estatus sin importar que. ¿Quién sabe? A lo mejor algún día se levanta de la tumba y en ese caso cambiar su estado provocaría aún más papeleo del que ya hay.
2-Donde mejor se ve esto es con los Korps de la Muerte de Krieg, regimientos formados por soldados con máscaras de gas y estética de militares alemanes de la Primera Guerra Mundial que luchan a muerte sin retroceder nunca contra cualquier enemigo que les señalen como forma de expiación por una culpa hereditaria que tiene todo su planeta de origen por haber sido arrasado totalmente en una guerra civil planetaria.
3-En el juego Warhammer 40k: Dark Crusade, los pelotones de la Guardia Imperial pueden tener a un comisario, el cual puede incrementar la cantidad de daño que hacen los guardias de su pelotón disparándole mortalmente a uno de ellos. Naturalmente, esta baja puede ser repuesta con mucha facilidad.
4-La inquisidora se siente halagada de que él la considera “la única mujer letalmente peligrosa en su vida”. -
Lucius aparece sentado en un sofá. A su lado hay una pequeña mesita con varios libros puestos uno sobre otro, además de un termo con una taza. Con total calma, vierte el contenido del termo sobre el recipiente y luego lo toma, haciendo que el líquido se remueva.
—Recientemente me he aficionado al universo de Warhammer 40k, ese en el que solo existe la guerra a lo largo de toda una galaxia, con los humanos bajo un gobierno fascista cuya maquinaria de guerra les mastica y traga sin piedad en la búsqueda de la supuesta superioridad del Imperio sobre el resto de las especies de la galaxia, que no es que sean unos pacifistas inocentes precisamente. Conocí la saga hace tiempo, porque tengo un amigo que es fan perdido y me animó a probar algunos videojuegos inspirados en este universo, más concretamente la saga Dawn of War; pero como lo que más le gustan son los marines espaciales y como la información que me llegaba me los pintaba como estos supersoldados de alineamiento Ultra Legal que se la pasan gritando “¡Por el emperador!” que yo encuentro tan insoportables, pues no me leí nada y me giré hacia las versiones de fantasía de este universo, Warhammer Fantasy y Blood Bowl, que es además de fantástica la variante humorística y deportiva. Después el hecho de que el tuviese como imagen de Whatsapp a un tipo de soldado de WH40k que no había visto nunca me provocó curiosidad y empecé a buscar obras centradas en otras facciones. Quise encontrar algo de los Tau, que son los que mejor me caen, pero no hubo suerte. Lo que si encontré fue un montón de novelas protagonizadas por el verdadero ejercito del Imperio: El Astra Militarum, mejor conocida como La Guardia Imperial.
Lucius pone una mano sobre la pila de libros mientras bebe de la taza.
—Estos son los libros que leí antes de la saga de la que quiero hablar: “Quince horas”, de Mitchel Scanlon; “Gunheads”, de Steve Parker; y las novelas de Steve Lyons “Guardia de Hielo” y “Los Muertos Andantes”, además del cuento “Abajo, entre los hombres muertos”. Todos centrados en los peores aspectos de la guerra desde el punto de vista de miembros de la Guardia: Comisarios, oficiales y soldados, todos humanos normales y corrientes salvo aquellos con partes cibernéticas en sus organismos, enfrentados a auténticas pesadillas vivientes y dirigidos por unos altos mandos a los cuales no podrían importarles menos. Leerse estas historias lo deja a uno con la sensación de que no existe nadie feliz en este universo maldito… Hasta que te topas con el comisario Ciaphas Caín, creado por Sandy Mitchell.
Lucius levanta una novela mientras sonríe. En la portada se ve a un hombre de uniforme militar oscuro sosteniendo un estandarte con una mano enguantada mientras que con la otra empuña una pistola. En el titulo se lee “Por el Emperador”.
—Primero que nada: La portada siempre miente. Puede que nuestro querido protagonista aparezca en ellas como un oficial aguerrido dispuesto a enfrentar lo que le pongan delante y que es un comisario estándar, de esos que les disparará por la espalda a sus hombres al primer titubeo que les note para que su muerte sirva de ejemplo a los demás… Y eso contrasta con la realidad: Ciaphas Caín es un aprovechado, un tramposo y un cobarde sin parangón, la antítesis de lo que un comisario debería ser; o eso asegura el, ya que la historia está narrada en primera persona desde su punto de vista, al menos la mayor parte del tiempo. La saga, que mezcla cuentos y novelas, recorre los principales acontecimientos de su vida militar, desde su asignación por iniciativa propia al 12mo de Artillería de hasta su último combate, ya viejo y con más de dos siglos de experiencia militar colgándole de las costillas. Cada historia es totalmente independiente de las demás y su orden de publicación no corresponde con el cronológico, aunque se suelen hacer menciones puntuales a hechos ocurridos en obras anteriores. Si bien la ambientación es ese nebuloso futuro donde solo existe la guerra, el acercamiento del autor a este es todo lo desenfadado que se puede ser en circunstancias así, con el protagonista haciendo constantes comentarios internos sobre lo que opina de cada situación y persona con la que se cruza y sobre cómo lo único que ansía es una taza de un té especial llamado tanna y que por una vez le asignen una misión tranquila.
“Cabe mencionar también que el comisario está bastante centrado en lo que le ocurre a él en cada historia, así que para mayor contexto la inquisidora Amberley Veil, recopiladora de las memorias de Caín dentro del universo de WH 40k, suele recurrir a fuentes secundarias que, según ella, son de mucha menor calidad narrativa; como las memorias de la general Sulla, la cual aparece en las novelas como una teniente perteneciente al regimiento en el que Caín sirve durante la mayor parte de su vida, el 597 de Valhalla, a la que él considera una militar capaz y al mismo tiempo una fuente de irritación, ya que su comportamiento es el de alguien que se ha tragado sin masticar toda la propaganda del Imperio sobre ellos mismos y sobre sus oponentes y cuyo método de exterminar a todos los enemigos del Emperador de la Humanidad de forma fanática contrasta muy bien con el enfoque pragmático de Caín, creando una suerte de reflejo distorsionado donde Sulla es todo lo que su comisario debería ser. Además, para añadir insulto a la injuria, Caín sabe que la teniente le considera una especie de ejemplo a seguir, lo cual le causa aún más molestia”. Y, por cierto, no es la única fuente a la que acude Amberley (gracias al Emperador), sino que en cada novela podemos tener puntos de vista complementarios distintos, casi todos igual de exageradamente patrióticos y que contrastan muy bien con el punto de vista principal. Personalmente, yo los compararía con ver un capítulo de “La Ciencia de lo Absurdo”: Sabes que esos pobres desgraciados van a hacer una trastada y te quieres quedar a ver”.
“Llendo con otros personajes recurrentes en el elenco de la saga, tenemos al artillero Jurgen, el ayudante del comisario, que aparece por primera vez en “Fight or Flight”, el primer cuento de la saga y que hasta ahora solo he podido encontrar en inglés. Casi siempre estará un paso detrás de su jefe con el arma lista y a ser posible con un poco de tanna para cuando se lo pida. Es con Jurgen con quien se ven las facetas más sentimentales del protagonista; pues se nota el cariño que le tiene a su ayudante, forjado tras muchas ocasiones en las que habrían perdido la vida de no estar juntos (1). Otros personajes del regimiento que son recurrentes son la cabo Magot, la coronel Kasteen y el mayor Broklaw, junto con otros militares bastante variopintos que dotan al 597 de vida, mostrando como, si bien los altos cargos militares y administrativos del Imperio los ven solo como números en tablas y fichas en un mapa, son personas que intentan seguir adelante en esas circunstancias que les han tocado vivir (2) (3)”.
“Pero la mejor parte de toda la saga es la mente del protagonista, o mejor dicho la opinión que él tiene de sí mismo. A lo largo de sus aventuras Caín deja en claro varias veces, como si quisiera que quien leyese sus historias no lo olvidase, que el actúa siempre buscando su propio beneficio. Todas las veces en las que aparenta preocuparse por sus hombres son pura fachada destinada sobre todo a evitar que estos le odien y le disparen por la espalda a la primera oportunidad que encuentren y siempre busca estar en la parte menos peligrosa del combate. Sin embargo, la suerte ha querido que siempre encuentre el peligro haya donde va, teniendo que actuar como el héroe que, según él, no es. Peor aún, con cada hazaña involuntaria su fama de héroe imbatible crece sin parar, para su disfrute y terror; porque si bien le encanta el masaje en el ego que supone que la gente lo reconozca, lo alabe y trate con respeto, a la hora de la verdad todos esperan que se arroje de cabeza a la batalla, obligándolo a hacer precisamente eso para evitar que la verdad salga a la luz, resultando siempre en que las cosas salen bien y él se cubre de gloria involuntaria (4) … O eso parece a primera vista. El personaje esta tan bien escrito que ha suscitado varios debates sobre su psicología que se salen del objetivo de esta reseña y que serán objetivo de un artículo posterior”.
Lucius acaba el contenido de la taza con un último sorbo.
—Me considero afortunado por haberme cruzado con estos libros y me sentiría satisfecho si con esto al menos una persona más los disfrutase. Si les gusta Warhammer 40k, están pensando en entrar en la franquicia o les gusta la ciencia ficción militar, esta es una apuesta segura. A diferencia del tono medio deprimente de ruina totalmente asegurada que hay que encarar con valor de la mayoría de las novelas, esta saga es mucho más relajada y por momentos graciosa, lo cual no quita los peligros que enfrentarán Cain y sus camaradas de armas en cada ocasión. En lo personal, creo que vale la pena.
Luego llega el silencio; parece que Lucius ha perdido el hilo. Se queda pensativo unos segundos, hasta que sonríe y chasquea los dedos.
—¡Claro, los nombres! ¡Los nombres hacen falta y solo he mostrado uno! Jeje, perdón. Como dije antes, el autor es Sandy Mitchell. Hasta ahora en español he encontrado los tres primeros libros: “Por el Emperador” (For the Emperor), “Cavernas de Hielo” (Caves of Ice) y “La Mano del Traidor” (The Traitor’s Hand). Las siguientes son “Death or Glory”, “Duty Calls”, “Cain’s Last Stand”,”The Emperor’s Finest”, “The Last Ditch”, “The Greater Good”, “Old Soldiers Never Die”,”Choose Your Enemies” y “Vainglorious”. También hay tres recopilaciones (lo que en inglés llaman ómnibus) que agrupan los primeros diez libros, más algunas historias cortas protagonizadas por el comisario y una por su ayudante, titulada “A Mug of Recaff”.
Tras una pausa, Lucius deja la taza en la mesa y se acomoda en el sofá, formando un tejado con los dedos.
—Por cierto, si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí: He estado bebiendo tanna todo este tiempo. Y digamos que entiendo la afición del comisario a esta bebida.
1-Se podría considerar que las memorias de Caín son en parte su propia forma de dejar constancia de la existencia de Jurgen, pues se deja entrever a lo largo de la saga que, a la hora de contar las hazañas del comisario, su compañero siempre se omite y eso es algo que le duele.
2-Mención especial para Jinxie la Gafe, apodo bien merecido de una soldado apellidada Penlan, la cual es parte de la línea de dialogo más graciosa de la novela “La Mano del Traidor”.
3-En la novela “Cavernas de Hielo”, por ejemplo, Caín menciona que ha tenido que mandar a parar varias peleas de bolas de nieve entre los soldados del regimiento para que se centren en la defensa de la zona que les han encomendado proteger.
4-Para muestra, dos botones: En la novela “Death or Glory”, las acciones de Caín que tenían como objetivo recorrer todo el camino hacia donde están sus aliados después de haber caído tras las líneas enemigas terminan con el siendo llamado Caín el Libertador, pues estas actúan como una especie de efecto dominó que afecta a los invasores y devuelve la moral a los defensores. Y en la novela “La mano del traidor”, el hecho de que acabase (con ayuda de sus hombres en un caso y de sus enemigos en el otro) con dos berserkers de Khorne, entre otras cosas, derivan en la creación de una secta religiosa que le considera una encarnación de la voluntad del Emperador. -
—¿Saben una cosa? Hace un tiempo intente leer la saga de Drzzit Do’ Urden, la saga del elfo oscuro. El problema es que no me enganchó. La sociedad de los elfos oscuros es bastante cruel y todo eso, pero el protagonista de la saga no paró de parecerme un Gary Stu: Un prodigio para la espada que, si no recuerdo mal, podría haber sido un muy buen mago; arrasa con casi todo el mundo en las pruebas de combate y la derrota que recibe en la primera es porque un “amigo” suyo lo ataca por la espalda sin que él se lo espere. Y eso es lo otro, el tipo es un buenazo ingenuo en una sociedad matriarcal mortal como el veneno de una viuda negra al punto que no lo entiendo (pongan un pin en el hecho de que mencione una araña), y bueno, al final sé que termina escapando de ahí y teniendo aventuras con su equipo de fantasía genérico. Ah, y se me olvidaba, también tiene una pantera mágica. Todas estas cosas añadieron las historias de Drzzit a la pila de historias de fantasía que me terminaron decepcionando, junto con las novelas protagonizadas por la Compañía del Mago Rojo de Dragonlance; la de Tanis el semielfo o como se llame. Y es que esta lucha del Bien contra el Mal ya aburre y menos mal que la fantasía ha ido por otro camino…. Y en medio de esto apareció en mi radar Adrián Tchaikovsky y su libro: Spiderlight.
Lucius levanta un libro. En la portada se ve a un grupo de aventureros genérico de cinco personas, más un… Ser extraño que es difícil de notar a primera vista, ya que esta agachado entre una mujer con una espada y un hombre con dos cuchillos. La luz que viene desde arriba parece no llegar hasta él.
—Después de leer esta novela quiero seguir leyendo a este hombre y es que desde los dos primeros libros del Mundodisco no había visto nada que le suelte tantas patadas a la fantasía épica. No llega al nivel de comedia de Terry Pratchett, claro; creo que eso sería imposible, pero es una obra de bastante calidad. Su premisa es muy simple: En el mundo de fantasía más genérico que podría ser creado por un escritor se ha alzado un Señor Oscuro estilo Saruman (porque vive en una torre y es un mago) llamado Darvezian, con el objetivo de subyugar a todos los reinos de la tierra. Afortunadamente, una profecía salida de vayan ustedes a saber dónde dice que dicho Señor Oscuro podrá ser derrotado. Obviamente sería demasiado que la profecía fuese clara (Y esto causa problemas al grupo por la mitad de la novela) así que, con una interpretación que más o menos da un norte nuestro grupo de 5 aventureros se lanza en su misión para detener a Darvezian. El grupo está conformado por:
1- Dion, una clériga con bastante fe en la Luz del dios Armes.
2- Lief, un pícaro enrolado en la misión después de que (al fin) lo agarrasen con las manos en la masa.
3- Cyrene, una guerrera especializada en el tiro con arco, aunque también es buena con la espada y que no acepta ningún tipo de condescendencia.
4- Harathes, un caballero lleno de fervor por su deber y de odio a la Oscuridad.
5- Penthos, un mago estilo Gandalf con mucho poder y aún más ego.
—¿A que es el equipo protagonista más cliché de mundo? Está diseñado para que se cubran entre todos los puntos débiles y aprovechar las fortalezas de cada miembro, tal y como ocurriría en un juego de rol de fantasía. Entonces tenemos a un grupo genérico en un mundo de fantasía sin mucha definición que tiene en sus manos la misión más estándar de todas. ¿Qué tiene de buena esta historia?
"Pues que parte de ahí para satirizar todos los tropos de la fantasía épica. Y esto se ve desde su arranque. Adrián Tchaikovsky es muy consciente de que las primeras líneas de una novela que se llena de estos clichés para luego echarlos por tierra son muy importantes y el inicio es magistral: Los protagonistas atraviesan un bosque oscuro lleno de arañas; pero esto se ve desde el punto de vista de las habitantes del bosque. Vemos como las arañas se llenan de miedo mientras son quemadas sin misericordia por los poderes de Dion y Penthos. Al final las supervivientes se congregan en torno a su madre, la Gran Araña, la cual les cede uno de sus colmillos a los héroes y a una de sus hijas a cambio de que perdonen la vida del resto. Y esta araña, llamada Enth, se convierte en el principal personaje de la historia y a través de la cual se plantea la pregunta más importante: ¿De verdad los que están del bando de la Luz no hacen nunca nada malo?"
"Una vez han salido a un claro fuera del bosque, Penthos hace un hechizo con el que transforma a Enth en un ser humanoide. Dicha transformación es dolorosa, provocándole gritos ante el shock de su nueva realidad…. Y nadie parece darle importancia a su sufrimiento. Penthos hasta llega a decirle “Has renacido, alégrate”, cuando pregunta que le han hecho. A partir de aquí Enth se ve bajo la obligación de aprender que significa ser humano y el grupo de héroes empieza a pasar por una evolución de personaje: Para empezar, Lief el pícaro delincuente es quien mejor le trata, invitándole a beber con él cada vez que hacen una parada en un lugar habitado; Dion pasa por una crisis de fe al tener que usar métodos y medios de la Oscuridad para llegar hasta Darvezian, Penthos afloja un poco el ego (solo un poco) y acaba juntándose más con Lief y lo que el en un principio ve solo como “su creación” y en cuanto a Cyrene y Harathes… Esos dos…
Lucius aparta la mirada y queda con una expresión y una postura en la que parece la estatua de “El Pensador”.
—Miren, hablando claro, los que mandaron a los protagonistas a esta épica aventura debieron de haberse buscado a algo mejor que Harathes. El sujeto es una basura como persona, es quien más maltrata a la araña y además se deja llevar por los celos cuando parece que Cyrene se está poniendo cercana con un explorador que los acompaña durante un trecho del viaje porque antes de eso se lo llevó al catre una vez y llega hasta el ridículo para intentar mantenerla a su lado, derribando para el lector lo poco que quedaba de su imagen de paladín. Además, suelta la mejor joyita de odio de toda la novela. Mucha atención:
“—¿Y qué pasa? No es una persona. Es un animal si me apuras, un monstruo, una criatura tocada por la Oscuridad. Nos pertenece para darle uso o destruirlo si lo consideramos adecuado. Soy un hombre, un hijo de la Luz, Es mi derecho destruir esta abominación si resulta ser una amenaza para mí o para cualquier otro ser humano. No tiene derecho a la vida.”
Despues de una pausa y un largo suspiro, Lucius vuelve a hablar.
—Sí, eso lo dice Harathes. De Enth. Y no al principio de la historia precisamente. ¿Y ya mencioné que es el que más se las da de justiciero de entre los protas? No me extraña que Cyrene termine prefiriendo acostarse con… —Lucius se lleva una mano a la boca como si hubiese estado a punto de decir algo que no debería. Obviamente fue algo calculado—¡Ups, mejor no cuento nada y les dejo la sorpresa!
“En cualquier caso, la novela es divertida, corta (en versión digital tiene 215 páginas) y se disfruta en poco tiempo. Si les gusta la fantasía, la literatura humorística (esperen a que vean la escena del “debate teológico”) y/o los juegos de rol, este libro seguro que les gusta también. No es una cura contra la aracnofobia, pero seguramente cuando la acaben quieran abrazar a Enth, en cualquiera de sus formas. Y antes de despedirnos, una pregunta importante: ¿Alguna vez se han preguntado por qué los Señores Oscuros siempre viven en lo alto de una torre? Digo, para irse a dormir tienen que subir un montón de escaleras…