Viendo entradas en la categoría: Realidades

Estoy pensando en crear un blog. No como este, ya que este va un poco a lo loco y publico cada mil años. Pero un blog serio, posiblemente de alguna novela seria que me ponga a escribir muy pronto. Aún no sé de qué tratará (creo que me mordió un p*to zombie de pequeño, ya que solo hago historias sobre ellos y no contemplo otra temática, cosa que debo cambiar) pero estoy seguro de que será algo serio y que tendrá todo mi esfuerzo. Este blog sería más para escribir lo que piense, ya que no lo lee ni Dios (me río) y pues, no hay que mezclar puros pensamientos con inspiración modo novelista. Ya que quiero ser escritor, ya que es mi vocación y mi deseo serlo, ¿qué c*ño? Habrá que ir forjando la leyenda. Mí leyenda (inserte momento final y épico). Ya, y eso, adiós guapos/as.

Hoy es el día de la Tierra. Pero, ¿sabéis qué? Deberían ser todos los días.

Porque le dedicamos un puto día y los demás lo contaminamos. Y hablo en ámbito general, no quiero decir que todos contaminéis. Pero a este paso al que vamos en unos años (años, años, años) no quedará nada de lo que tenemos ahora. Y es que el planeta no es nuestro; nosotros somos de él. Hemos nacido y prosperado en él, y no se merece lo que la especie humana le estamos haciendo. Yo siempre he pensado que somos el cáncer de la Tierra. Y aún sigo pensando eso. Yo hago todo lo posible por no contaminar, y cómo yo hay millones de personas más. Pero es algo que tendrían que hacer todos. Hay que cuidar el planeta, por su bien y por el nuestro.

Este es el único hogar que tenemos.

Hey, quien seas el que está leyendo esto. Si es que está leyéndolo alguien. No tengo nada importante que decir así que tampoco es que sea esto tan interesante cómo para perder unos pocos minutos de tu vida y leerlo.

Estás últimas semanas ha sido todo un caos. Desordenes sentimentales, rutina rota, pensamientos en descomposición, nostalgia asumida... ¿Que decir? Lo típico en mi jodida vida.

No sé que me depara el futuro, y aunque me gustaría saberlo, me caliento la cabeza pensando. Pero bueno, cosas de la vida. (?

De todas formas, esto está abandonado... bueno, lo estaba.

Paseando a mi perrita, se ha cruzado conmigo una pareja de jóvenes (no les echo más de 30 años) bastante alegre. Cogidos de la mano, sonriendo... Ella apoyaba la cabeza en el hombro de su amado, y se les veía bastante felices. Paseaban relajados.

Escribo esto porque, algo me llamo la atención.

Sí. La complicidad que tenían se sentía en el aire. Era verlos y hasta tú te sentías bien. Sin duda alguna, la felicidad de esa pareja danzaba por el aire.

Ojalá algún día tuviese una complicidad así, daría gusto caminar así.

Dicen que cada persona es un mundo, refiriéndose a que cada persona tiene sus gustos, habilidades y maneras de enfrentar las cosas. Pero yo soy un mundo... extraño. Llamadlo raro, llamadlo exótico; llamadlo cómo queráis. No quiero decir que sea una persona "rara" en el termino de referirme a que haga cosas raras, porque no me refiero a mi en ese modo, no hago nada raro (justificando like a boss) sino que soy, de algún modo, diferente al resto (por lo menos a la mayoría de gente, tampoco me considero el cero a la izquierda). No hago lo que la mayoría hace, por decirlo de algún modo. Bueno, ya sabéis que hoy en día la juventud se la pasa de fiesta y bebiendo o fumando y todo es muy bonito y bla, bla, bla (generalizo, pero no todos son así). Los pocos adolescentes que no hacemos nada de eso nos la pasamos pues, leyendo, escribiendo, pensando; haciendo cosas que la mayoría no tiene cómo prioridad o no presta atención (estoy orgulloso de ser cómo soy). Tampoco tengo ese gran grupo de amigos con el que pasar la mayoría de las tardes (lo tenía, pero eran tan subnormales que llegó un momento en el que debía separarme de ellos, ya sabéis eso de "mejor sólo que mal acompañado") aunque me gustaría, de algún modo, tener algún grupito así de gente agradable y no gilipollas (respetando a los que van con gilipollas). Puedo estar muy bien y feliz y al momento deprimirme o sentirme mal, debido a lo increíblemente nostálgico que soy, ya que si de pronto algo me recuerda o me hace pensar en que las cosas podrían irme mejor, PUM, caigo. Me hundo en mis pensamientos (tampoco es que entre en depresión, por favor, coherencia) y tardo lo mío en salir de ahí. Soy así, y es inevitable. Pienso en que sería de mi en ese momento de haber cambiado algunas decisiones de mi vida, o de haber elegido otro camino viable; ¿sería más feliz? ¿siquiera sería un tanto feliz? ¿sería peor que ahora? Imposible de saber. Con todo esto no quiere decir que no esté contento con lo que soy o que no sea feliz, de hecho, las cosas no me parecen ir mal, y, hay días en los que a optimista no me gana nadie. Soy una persona que toma decisiones morales por si propio bien, y no es ser egoísta ni egocéntrico, sino previsor. Porque los problemas te pueden saltar en la cara si andas despistado, o si cometes algún error garrafal del que te das cuenta tarde. Pero ya no, ya no a mí. Si algo va a explotarme en la cara, sabré porqué y cómo evitarlo. Tengo pocos amigos con los que ir, de hecho, los puedo contar no con ambas manos, con una. Es difícil encontrar gente que piense cómo tú o que acepte tu locura y la disfrute, y sobretodo, que esa persona también esté loca de cojones. No muchas personas llegan a caerme bien, y veo claramente las intenciones de cada uno conmigo. Se ganará mí confianza quien sea tal y cómo es y no cambie de faceta con otras personas. A veces, pienso que yo soy el raro y que no tengo mucha gente a mi alrededor porque no hay quien me entienda, salvo yo. Y es así, sólo yo me puedo entender. Pero, ¿qué tendría de interesante si no fuese un misterio el resolver mis jodidos acertijos mentales? Puede que yo sea el raro, y los demás normales. O puede que sea al revés. Al fin y al cabo, cada persona es un mundo.

Es jodidamente tonta. Pero es espectacular. Me encanta. La quiero. Es la única que puede alegrarme o entristecerme el día. Y eso es lo peor; que me hace el bien, pero puede hacerme el mal. Puede destruirme en segundos. Soy tan vulnerable ante sus manos cómo lo es una hormiga ante nosotros. En nuestras manos está dejar que la hormiga viva (si has matado una, eres un asesino. Yo lo soy ;-; ) o que muera, acabando con su vida. Pues ella puede hacer lo mismo conmigo, puede hacerme feliz o puede hundirme. Y que una persona tenga semejante poder a su antojo, pues puede ser preocupante. Porque yo la quiero, más allá de ser amigos. Pero, ella, no. Eso creo. Prácticamente estoy a su merced. Y no sé si es bueno, si es malo, si no importa... no lo sé. Pero tengo miedo, por primera vez en una situación así. Y el miedo puede ser real.

¿Por qué hay tantas mentiras en el mundo? Todas nos rodean.

En la política hay mentiras. En la televisión dicen mentiras. En la calle se oyen mentiras. Tú propia gente te puede decir mentiras. Hasta lo que haces puede ser una simple mentira (y para dramatizar) hasta tú y tú rutina podéis ser una mentira. Pero, ¿por qué? ¿Por qué mentir?

Siempre surge la excusa de "es una mentirijilla" o "las mentiras pequeñas no son malas" y cómo no, surge el tonto de turno que dice: "¡¿Y si tienes que mentir o te matan?! ¡¿Que harías?!".

Sinceramente, mi mente, ruidosa y muy cabrona en ciertos momentos, piensa: "Tío, dale un guantazo a este hombre antes de que su ideología pase de generación en generación". Pero reaccionas con un: "Pues miento", para no sufrir uno de sus discursos sobre los pros y contras de una mentira.

Y cuando he dicho "pues miento", ya lo he hecho, he mentido (Ha sido una pequeña mentira, no me miréis así, con tal de que se calle, le das la razón cómo a los locos :v).

Y es cuando te das cuenta, de que siempre van a haber mentiras en tú vida. Y hay que joderse.


PD: Durante este escrito, el 'tonto de turno' no ha sufrido ningún golpe por mí parte. Eso sí, se lo merecía. Por tonto.