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  • Chris Solis
    Era otra calurosa tarde de verano en la cuidad, el sol parecía derretir todo lo que estuviera a su paso, el equipo Mystery Skulls no era excepción.

    -¡¡Vivi!! Me muero de calor… agua… ¡¡Agua!! –decía Mystery tirado en el jardín de una casa cualquiera.

    -Lo siento Mystery, tendrás que esperar –suspiro la chica de cabello azul cubriéndose los ojos del sol. –No creo que estemos tan lejos de una tienda, solo ten paciencia.

    -Paciencia me sobra, pero no sobreviviré mucho más… -jadeaba el pobre perro sin querer levantarse ya que el concreto de la acera estaba bastante caliente.

    -Tenemos dos opciones, podemos buscar alguna tienda a algunas cuadras de aquí, o… esperar a que los chicos terminen de reparar la camioneta –Vivi se cruzó de brazos mirando al perro.

    Mystery levanto las orejas y miro a Vivi con espanto -¿Qué estamos esperando? ¡Hay que buscar una tienda! –Se levantó del pasto y jalo a Vivi en dirección desconocida.

    -¡¡Mystery!! ¡¡¡Más despacio!!! –la peli azul corría lo más rápido que podía detrás del perro.

    -Se cómo son esos dos, tardaran horas para reparar la camioneta, para ese entonces seré un perro disecado en la exhibición de algún museo.

    -No lo entiendo… hasta hace unos meses ellos eran más rápidos reparando la camioneta… -suspiro pesadamente por culpa del esfuerzo que hacia al correr bajo un sol tan violento.

    -Deben ser cosas… cosas… cosas de humanos… -Mystery miro para todos lados algo nervioso –Realmente no los entiendo.

    -Ni yo Mystery, Ni yo…

    El hecho de que su perro se comportara algo nervioso al mencionar a sus amigos le parecía algo extraño, pero no se sentía con energías para resolver un misterio menor, si pensaba más en ello de seguro se le derretiría el cerebro; así que se conformó con seguirle el paso al perro y desear encontrar lo más pronto posible una tienda con bebidas frías para ella y sus compañeros de equipo.

    Mientras tanto, en el taller mecánico del tío de Arthur, también conocido simplemente como el Taller Gratuito del Equipo, Arthur y Lewis ya habían terminado de arreglar la mayor parte del motor de la camioneta de los misterios.

    -¡Agh! ¿Por qué nadie me advirtió que el motor se sobrecalentaría con este calor? –Arthur maldecía mientras se encontraba bajo de la camioneta.

    -Bueno, tú eres el que sabe de motores Arthur, no esperes mucho de nosotros –sonreía burlonamente el chico de cabello morado y piel morena pasándole las herramientas a su “amigo”.

    -Lo se… pero debieron suponerlo –tomo las herramientas bastante desganado y dejo de hablar por un momento -¿Sabes algo…? –dijo dirigiéndole la pregunta a la única persona presente en el taller.

    -Mmm… ¿Qué cosa? –Lewis lo miro un tanto curioso.

    -Hace bastante calor el día de hoy… -Arthur salió de debajo de la camioneta con el cabello atado en una coleta para evitar que le estorbara y la cara manchada con aceite -¿No crees que deberíamos darnos una ducha? Los demás no deberían de tardar en llegar y estamos todos manchados de aceite.

    Lewis sonrió de manera picara y se acercó a su compañero –¿No crees que la tina del baño de la casa es demasiado pequeña para los dos?

    Arthur se sonrojo por el malentendido que había creado y le dio un empujón al ex jugador de futbol americano para mantenerlo a una distancia más o menos segura –No me refería a que nos diéramos un baño juntos, ¡idiota!

    -¿Entonces a que te referías, Pequeño Napolitano? –Lewis se acercó más a Arthur y le cerró el paso frente a la camioneta.

    “Pequeño Napolitano” como le jodia ese apodo… bueno, no, no le jodia el apodo en sí, lo que le jodia es que Lewis lo llamara así siempre que estuvieran frente a Vivi; ¿qué le costaba tener algo de discreción frente a su mejor amiga?, si no fuera porque Vivi era algo despistada ya habría golpeado a Lewis, porque si el perro era capaz de notar la obviedad de lo que pasaba y la chica no, eso daba mucho que decir.

    -¡Y-Yo me refería a que cada quien se diera su baño por separado! ¡¡Nunca en mi vida lo aria contigo en la tina!! –“oh Fuck” eso fue lo que pensó Arthur al darse cuenta de lo que había dicho, ahora si no habría forma de salvarse del chico fanático de las alpacas.

    -¿Entonces podemos hacerlo en cualquier otro lugar que no sea la tina del baño? Me parece genial –tomo a Arthur de las caderas y lo cargo como si de una princesa en apuros se tratara.

    -¡¡Bájame idiota!! Tampoco me refería a eso –Forcejeo todo lo que pudo, pero Lewis era mucho más fuerte que él. –¡¡No será hasta el día que mueras que podrás hacerlo donde quieras conmigo!! –Digamos que tiempo después se lamentó de sus palabras.

    -Puedo esperar hasta ese día –soltó una sonora carcajada y entro a la Mystery camioneta. –Hay que ventilar este lugar –dejo a Arthur en el asiento trasero y encendió la camioneta solo para hacer funcionar el aire acondicionado –Increíble, realmente eres bueno reparando cosas.

    -Es obvio, soy el mejor mecánico que pudo tener el equipo –sonrió orgulloso el de cabello rubio.

    -Eres el único mecánico que ha tenido el equipo, Arthur –lo corrigió entre risas el menor.

    -¿A si? Pues soy el mejor novio que has tenido, enorme pedazo de bobo –le gruño algo cabreado el mayor.

    -Arthur… -Lewis se sonrojo notoriamente a pesar de su piel morena.

    -¿Qué qu…? –Arthur no pudo terminar la pregunta ya que se le habían abalanzado encima y unos labios posados sobre los suyos le impedían el hablar.

    Lewis se separó apenas unos centímetros del rostro del contrario y acercándose a su iodo susurró –Eres el único novio que eh tenido Arthur… y espero que así sea siempre.

    Arthur no sabía cómo reaccionar ante aquello, era común que Lewis fuese bastante cariñoso en algunas ocasiones, pero no era común verlo así de cursi, o bueno, no era muy común, ya que siempre que este se ponía cursi las cosas solían dar un giro un tanto… los pensamientos del mayor fueron interferidos al sentir como una escurridiza mano se metía por debajo de su camisa y le acariciaba la pelvis. Oh condenado imitador de Dito del que había escogido enamorarse.

    La traviesa mano de Lewis ascendía con lentitud por su torso mientras las yemas de sus dedos le ponían la piel de gallina –L-Lewis… para... en la camioneta no… -su voz temblaba por la vergüenza de verse en esa escena tan comprometedora con el que hasta hace unos meces había considerado aun su mejor amigo.

    -¿Por qué debería parar? Dudo que Vivi y Mystery regresen pronto, además… nadie lo notara –apretó traviesamente uno de sus pezones y el pequeño y casi inaudible jadeo del otro no se hizo de esperar; como adoraba esa voz, tan inexperta y tímida como la primera vez. -¿De veras quieres que pare?

    -No me hagas responder a eso… -se cubrió el rostro con las manos tratando de esconder su sonrojo y ya no notar la picara mirada puesta sobre él; bien sabía que cuando comenzaban con los juegos ya era imposible parar –Solo continua y evita reírte…

    -Lo primero lo are con gusto… lo segundo ya es más difícil de cumplir –apartó las manos de Arthur y comenzó a besarlo con una pasión solo comparable con la de las películas, algo tenían ellos dos que los volvía una pareja única.

    Si, realmente eran una pareja única y bastante singular además del hecho de ser hombres, algo había en ellos que los hacia resaltar, una chispa siempre presente en sus miradas.

    El beso se volvía cada vez más apasionado y una húmeda lucha de lenguas se escondía entre sus cavidades; Lewis subió por completo la camiseta te su novio hasta tener a la vista todo su torso y pecho el cual no dudó en acariciar muy lentamente para torturarlo un poco. Arthur se separó del beso debido a la repentina falta de aire en sus pulmones aun conectado a la boca de Lewis por un fino hilo de saliva que se rompió segundos después, se sentía un poco mareado, o más bien embriagado, por las sensaciones que le recorrían desde el torso hasta la espina dorsal, si Lewis seguía siendo así de tortuoso acabaría por volverse loco; abrió la boca para poder hablar y solo consiguió jadear de manera suplicante.

    -Lewis... M-mas... Quiero más... - cerro los ojos y abrió las piernas dándole a entender al menor que podía hacer lo que quisiera.

    Estaba claro que el peli morado ya se esperaba eso, porque en menos de un segundo ya se encontraba entre las piernas del rubio abriéndole el pantalón y quitándoselo junto con la ropa interior que este traía puesto.

    Arthur no pudo evitar jadear al sentir su miembro libre de la presión que ejercía la ropa contra su intimidad y poco después sintió una placentera descarga eléctrica por todo su cuerpo en el momento que Lewis tomo con su mano el duro miembro comenzado a masturbarlo.

    -Con gusto te daré más… pero tú tienes que pedírmelo… -De a momentos aflojaba el agarre dándole un placentero masaje a su pareja, hacia bastante calor ahí, pero no se debía al calor del verano, realmente estaba sintiendo un gran calor extenderse en todo su cuerpo cada vez que escuchaba los indecentes sonidos del rubio.

    -Idiota… ahh… t-tu lengua… con tu lengua… -Hacerse el de rogar no serviría de nada con el moreno, ya no podía soportar más las simples caricias que estaba sintiendo, necesitaba sentir más cosas.

    Lewis lo miro con una sonrisa lujuriosa y bajo su mirada hasta el erecto miembro del contrario, tenía tanto antojo de querer probarlo que no se hizo esperar y dio una leve lamida a la punta.

    El rubio arqueo la espalda y se cubrió la boca con el antebrazo para evitar dejar escapar algún otro ruido lascivo que le provocara su pareja; eso no funciono mucho cuando Lewis decidió meter todo el miembro en su boca y mover la cabeza con rapidez, no logro contener más sus gemidos y sus manos se enredaron en el cabello del peli morado indicándole que continuara con aquello. La parte trasera de la camioneta se había vuelto un gran escondite pasional desde su primera vez, ya era algo casi normal el frecuentar esa parte cuando los demás no estuvieran cerca, el problema era el limpiar una vez que habían acabado, había veces en las que realmente el lugar se veía como un desastre sin reparación, pero por suerte Arthur sabia algunos trucos de limpieza que los salvaba.

    De repente algo llamo la atención del rubio, Lewis se había detenido justo antes de que pudiese terminar, además de que ya no llevaba puesta su ropa, estaba completamente desnudo ante él, y con solo bajar un poco la mirada pudo notar como su parte baja se encontraba igual de dura que la suya.

    Sintió como Lewis se posicionaba contra su entrada y hacia un poco de presión para entrar, esta vez no dolería tanto, ya tenían algo de práctica en esto.

    -Lewis… No seas muy rudo esta vez… -decía entre pequeños jadeos abriendo las piernas para darle más acceso a su entrada.

    -Sabes que prometer este tipo de cosas no se me da muy bien, me hacen sentir un completo mentiroso –el peli morado lo tomo por las caderas y comenzó a penetrarlo muy lentamente, no lo hacía por tener cuidado, lo hacía para que su noviecito le suplicara por más.

    -Ahh… Lew… está caliente… -se retorció un poco y lo miro suplicante –siempre entras tan despacio…

    -¿Quieres que lo haga más rápido? –objetivo al 90%.

    -S-si… más rápido…

    Objetivo al 100%, entro por completo dentro del rubio y comenzó con unas cuantas estocadas profundas –Ngh… Arthur... Estás algo apretado…

    -¿De quién es la culpa? –alargo los brazos alrededor del cuello del moreno y lo atrajo hacia el mismo para plantarle un sorpresivo y profundo beso.

    Así estuvieron por largos minutos, entre besos, caricias y jadeos, estaban en un ambiente tan íntimo que casi se sentían en las nubes, era su paraíso prohibido y nada les podía evitar sentirse así, tan enamorados los dos, que nada los podría separar sin importar que pasara.

    Los dos ya habían acabado su travieso asunto cuando Vivi y Mystery habían regresado, la Mystery Camioneta estaba impecable, reparada y lista para la siguiente investigación.

    -Y bien Vivi, ¿Cuál es el siguiente caso? –pregunto Lewis observando a su novio mientras este guardaba sus herramientas.

    -Qué bueno que lo preguntas LewLew, ¡el siguiente misterio es asombroso! Se trata de una caverna que muchos dicen que esta maldita por un espíritu horrible y malvado que posee a las personas–decía la peli azul haciendo muchas muecas terroríficas intentando imitar a un monstruo.

    Arthur había regresado al lado de sus compañeros y miraba con algo de indiferencia a su compañera y amiga de la infancia –Genial, mas espíritus falsos que intentaran darme un buen susto…

    -No saque conclusiones repentinas Bro, la persona que nos contrato se veía bastante seria ante este asunto, no hay que subestimar lo que pueda pasar –Mystery parecía bastante preocupado y nervioso de solo escuchar sobre la cueva, era algo muy extraño en él, pero casi nadie le dio mucha importancia.

    -Bien, en ese caso hay que descansar para estar bien despiertos mañana, si los datos que nos dieron son exactos… saldremos del taller en la mañana y estaremos llegando a la cueva más o menos al anochecer.

    Vivi asintió efusivamente mientras Arthur giraba los ojos con indiferencia y Mystery lo miraba preocupado, Lewis prácticamente los acababa de mandar a todos a la cama, nada fuera de lo normal en el sobreprotector chico, nadie discutió y cada uno se acomodó en el interior de la camioneta.

    Quien diría que esa sería la última misión prácticamente normal que tendría el grupo de jóvenes, el incidente que se avecinaba no sería más que el principio de una serie de misterios y aventuras mucho más emocionantes pero peligrosas y tal vez un inolvidable reencuentro de un amor que se había dado por muerto luego del incidente… y claro, alguien tenía una promesa por cumplir ahora por mucho que se avergonzara después.

    Pero bueno, parte de la historia ya la conocen… –susurro –pero no se dejen llevar mucho por la supuesta relación amorosa que muestra el video, eso fue idea del director –una infantil risita se escucha –perdón si muchos no me conocen, soy Galaham, el hámster de Arthur y… espectador de “toda” la trama en general –apaga el computador dando un salto sobre el botón –muy pocos conocerán este pequeño suceso, por lo que decidí publicarlo en el blog personal de Arthur… así que si no saben más de mi tal vez debería recomendarles que me busquen en el refugio animal más cercano que tengan… pero si llegan a saber más de mí, entonces Arthur me perdono la vida –sonrisa infantil –¡hasta la próxima chicos!
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