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  • Arleet
    Magia. Sólo en eso puedes pensar cuando ese bello lugar viene a tu mente. Nieve, frío, diversión y amistad; nuevos amigos y encuentros inesperados.

    Hace poco estuve allí, viviendo en una habitación de hotel con otras cinco chicas. Amigas que se convirtieron en hermanas, con quienes compartí momentos inolvidables que quedarán guardados para siempre.

    Visité lugares que creí sólo podría ver a través de la computadora, que sólo podría apreciar mediante fotografías y que el deseo de ver todo eso por mi cuenta quedaría en un simple sueño. ¿Quién pensaría que podría vivir todo eso junto con mis amigas?

    Patiné sobre hielo, dando giros raros y cayendo al suelo de formas dolorosas y demasiado graciosas como para no reírse. Pude molestar a todos mis amigos que se caían y esquivar a los que se agarraban con su vida de las barandillas. ¡Volé! Pero les juro, no sé si me divertí más mientras volaba o luego cuando aterricé con un amigo de cara al hielo.

    Tuve la oportunidad de tirarme y hacer culipatin, ¡de rodar en la nieve y quedarme dura mientras esperaba no haberme lastimado!

    Pasé horas sentada en el pasillo de mi piso, hablando junto con mis amigas, un grupo de porteños que estaban al lado nuestro y un grupo de chaqueños que se quedaban al frente. Hablando, riendo, haciendo amigos que seguramente no volveríamos a ver pero pasando de los más divertidos momentos con ellos. Lo que fue hacer poses raras frente a la cámara de seguridad con ellos.

    Gané cientos de moretones también que hasta hoy estoy descubriendo. Estuve en un colectivo por cuarenta y cuatro horas seguidas, para luego sentir como los siguientes nueve días pasaban como si fueran simples segundos. Me quejé y reí, lloré y sonreí. Pase momentos que simplemente sé que no volveré a pasar, porque aunque tenga en algún futuro la oportunidad de volver a ir, nunca volverá a ser lo mismo porque no será con mis amigas.

    Todo lo que viví, todo lo que experimenté, no hubiera significado nada si no lo hubiera hecho con ellas. Si no hubiera gritado y peleado, si el deseo de romperle el celular a una y cerrarle la boca a la otra no hubieran llegado a ser tan fuertes como para estar a punto de hacerlo.

    ¡Cómo me divertí con mis coordinadores! Las burlas y las caras pintadas, el agua y las puertas a punto de tirarse para que nos despertáramos luego de haber dormido sólo media hora. Las fotos tomadas a escondidas y los apodos para poder hablar libremente sin que ellos se dieran cuenta. Lo que daría para volver a despertarme con ellos gritando desde el pasillo.

    ¿Alguna vez se despertaron luego de haber dormido diez minutos, para correr por todos lados preparando una mochila y buscar la ropa que dejaste esparcida por todos lados, golpeándote con el techo y gritando al ver el reloj descubriendo que ibas tarde? Así es como te despiertas las primeras siete noches que pasas ahí. La octava directamente no duermes, yo no dormí porque estuve con mis amigas corriendo por todos lados preparando mis valijas y llorando al cerrar la habitación por última vez.

    Porque eso es lo peor. Los días pasan como segundos, cuando la espera pasó como años de lentitud, y recién caes en cuenta de que el tiempo terminó cuando tienes que cerrar la puerta y tomar el ascensor para volver a subirte al colectivo. Cuando tienes que cerrar la puerta del que fue tu departamento, tuyo y el de tus amigas, ahí te das cuenta. Es ahí cuando sabes que tienes que decirle adiós a la nieve y al frío, a las excursiones y la convivencia con tu nueva familia.

    Y aun con el dolor y las lágrimas de dejar todo eso atrás, con las sonrisas y ese lagrimeo al recordar todo lo que viví, me siento feliz porque logré cumplir un sueño. Quizás fuera un sueño tonto, y yo junto con el resto de los que fueron estemos exagerando al estar en una "depresión post-Bariloche", pero siento como la alegría me inunda al poder decir: estuve allí.

    No les cuento todo esto para alardear o para mostrar que pude ir cuando muchos otros no pudieron. Lo hago para mostrar que así como yo pude cumplir este sueño, todos ustedes pueden cumplir distintos sueños. Ningún sueño es imposible, y menos si es uno por el que luchas y trabajas todos los días para lograrlo.

    Si en verdad lo deseas y luchas por él, lo más seguro es que lo logres en un futuro cercano o no.
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