Viendo entradas en la categoría: Eneagrama y eneatipos

  • Kaisa Morinachi
    Analizando mi Eneagrama con menciones al MBTI, en mi caso INFP, porque influye mucho.

    Procedo a tener esta reflexión con las canciones de Sleeping At Last:



    Eneatipo 6
    El Leal
    Atractivo, responsable, ansioso y sospechoso.
    El tipo comprometido y orientado a la seguridad.

    [​IMG]
    "El tipo comprometido, orientado a la seguridad. Los Seis son confiables, trabajadores, responsables y dignos de confianza. Excelentes "solucionadores de problemas", prevén problemas y fomentan la cooperación, pero también pueden ponerse a la defensiva, evasivos y ansiosos, estresados mientras se quejan de ello. Pueden ser cautelosos e indecisos, pero también reactivos, desafiantes y rebeldes. Por lo general, tienen problemas con la duda y la sospecha. En su mejor momento: internamente estables y autosuficientes, defendiéndose valientemente a sí mismos y a los demás."

    Miedo Básico: De estar sin apoyo y guía

    Deseo Básico: Tener seguridad y apoyo

    Eneagrama Seis con Ala Cinco: "El Defensor"

    Eneagrama seis con ala siete: "El amigo"

    (Toda la información sacada de la página web The Enneagram Institute)
    Quiero empezar esto con una reflexión: "He vivido con miedo, cuando me di cuenta de cuánto miedo tenía, de cuánto desconfiaba, de cuánto temía a todo, a todos... fue, en cierto aspecto, increíble. Vivía insegura, precavida; no vaya a ser que haga algo que les haga enojar, no vaya yo a provocar la ira a mí, no vaya yo a dar motivos para que me insulten, para que me molesten. He vivido a la defensiva, precavida, cuidando mis acciones en medida de lo posible, pero... con el paso del tiempo aprendí a confiar. Me costaba horrores confiar y ni en mis mejores amigos podía confiar, claro, era su amiga, era su hermana, era su hija, en parte sabía que nunca me harían nada...

    Pero simple y llanamente nunca confié del todo en alguien..." Hasta ahora.

    Ahora por fin siento que al menos en mi núcleo seis, luego de fuertes altibajos, de estos años universitarios que, como todo lo nuevo y desconocido, me estresa, me pone contra las cuerdas, me altera, me hace cosas horribles... Por fin aprendí, por fin conseguí valor.

    Por fin he madurado, no lo digo solo yo, más bien solo reconozco que efectivamente, lo he hecho. Lo ha dicho mi pareja, me lo a comentado una amiga de otra manera, mi papá me lo dijo explícitamente e incluso ese viejo mañoso que es mi abuelo lo dijo:

    "Has madurado, ya no ves el mundo como antes", "Siento que eres más madura que yo", "Te encuentro más madura que..."

    Pasé de ser una chica temerosa, insegura, que no quería ser herida, pasada a llevar, que actuaba siempre con precaución y le costaba confiar en otros e incluso en sí misma. Siempre hablaba con duda, buscando así la validación de los otros con esas preguntas tales como: Está quedando bien, ¿no?, y muchas más parecidas.

    Allá, por mis doce años o puede que once, una profesora de cerámica que quiero con todo mi corazón me lo hizo saber: Hablaba siempre buscando esa validación. Me dijo que confiara más en mí misma...

    Y me conmuevo... recién, recién puedo sentir que sí confío en mí.

    Es que pareciera absurdo el temor y la inseguridad que poseo, porque no era solo desconfiar de otros, ¡Tampoco confiaba en mí! Y era agotador y me privaba de un montón de cosas... En mis peores momentos era agresiva y siempre conflictiva, tomaba todo como un ataque, porque mis inseguridades me hacían ver todo de manera negativa.

    Leí por ahí que la herida del Seis es sentirse insuficiente en su infancia, el típico niño o niña que recibe comentarios como: "Pudiste haberlo hecho mejor", "Las cosas no son así", etc, etc. Esos pequeños que no importa lo que hagan, siempre reciben un pero seguido de una cosa negativa.

    Y sé por qué existe eso. Ya sé... y sé muchas cosas... que no es necesarias profundizarlas, porque son heridas que ya se van cerrando y dejan de doler y tengo mejor relación con los causantes.

    Sé, más que nunca, que esas palabras que me marcaron de por vida son propias fallas, gajes del oficio.

    Que nunca fue mi culpa, era muy pequeña para afrontar un mundo que, para mí, era exigente, cruel y sobre todo atemorizante.

    No era mi culpa no sentir ningún lugar más seguro que la soledad, no era mi culpa ocultarme de aquellos que me molestaban.

    Nunca fue mi culpa llorar.

    No es culpa de la niña no tener la fortaleza de afrontar esas cosas que, ahora con 19 años, reconozco adversas para alguien no solo muy sensible a su entorno, sino que posee una neurodivergencia que le hace recibir todo ese mundo de otras maneras.

    ¿Por qué soy Seis? Porque vivo con miedo, o más bien vivía con miedo...

    Pero un seis no es solo miedo.

    Claro que no:

    Aquel que fue pisoteado, callado y aquel cobarde que escapó temiendo por su vida puede sanar, transformarse y volverse de las personas más justas y, de ahí su nombre: Leales.

    Yo, una 6w5, sí me identifico con la palabra "El protector", porque al final del día es lo único que deseo: Proteger al desvalido o incluso a quién no lo es...

    Bajo la premisa de que no quiero que otros sufran lo que yo sufrí, pero sobre todo porque de pequeña, acosada escolarmente por chicos que me duplicaban la edad incluso... me lamenté de ser débil.

    De llorar, de asustarme, de no ser capaz de hacerles cara.

    "Sí ellos quisieran pegarme, yo nunca hubiera podido hacer nada para defenderme" Confesé una vez, llorando por un recuerdo que no creí tan... duro, viviendo en carne propia, ya con quince años aprox, el temor que viví desde mis seis a mis nueves años...

    Mis amigas, por suerte, incluso mi hermana estaban ahí para reconfortarme, pero me quedó esa reflexión:

    Años, AÑOS viví con la idea inconsciente de que cualquier persona no era solo capaz de ofenderme, burlarse o contradecirme. Sentía que cuál fuera el motivo, cualquier contradicción o motivo que "yo" diera podía terminar con una agresión.

    Porque sí vi cómo hombres peleaban entre ellos... vi hombres golpeando mujeres, una sola vez, pero lo recuerdo vivaz mente y seguro por eso siempre pensé que, aunque nunca me hubieran golpeado, un chico cuando quisiera podía golpearme.

    Y años viví sin saber que le temía a eso:

    A que me agredieran...

    Pero ahora sé, más que nunca, no solo que pocas personas se atreverían a agredirme. Mis acciones, más bien las buenas, ha provocado en las personas a mi alrededor un efecto algo común...

    "Si alguien te hace daño, se las verá conmigo"

    Y me conmuevo, porque por fin sé que, por más que no me gustaría que se metieran en mis conflictos y ojalá nunca pasara eso, que si llego a ser vulnerada como siempre temí...

    Me defenderán.

    Y yo también lo haré.

    Y, siempre supe, que poco me importaba qué hicieran conmigo, por más que me doliera y si que me lamentara, salto más ante las injusticias sobre otros que sobre las mías. Ahí el defensor:

    He vivido soportando este dolor, pero no voy a tolerar que otro le infrinja ese dolor a otro, menos aún si siento que no lo merece.

    Y he tenido momentos dónde, sin ser consciente del todo de peligro, me meto para buscar detener conflictos... ahí me doy cuenta mi crecimiento en nueve:

    Mantener calma y buscar la paz ante situaciones adversas que, antes, me hubieran paralizado del miedo.

    Y el miedo no se pierde, sigue ahí, cuando paso esas situaciones difíciles termino escondida, temblando, llorando... y por fortuna siempre he tenido a alguien ahí para darme un abrazo y cobijo mientras me rompo en lágrimas.

    Porque el miedo nunca se irá, pero mi corazón se fortalece y mi cabeza madura, como bien aprendí de no sé dónde:

    Los miedos pueden ser más grande que tú, pero con esfuerzo, con apoyo, incluso cariño y comprensión, confiando, llegará el día en que ese miedo no sea más grande que tú...

    Tú serás más grande que ese miedo, lo tomaras entre tus manos y sabrás manejarlo...

    No dejar que el te maneje a ti.


    Ya no tengo miedo, creo que mi Seis está sano... pero entonces, ¿Por qué sigo, sigo y sigo siendo alguien que comete errores?

    ¿De dónde viene esta rabia, de dónde surge este rencor?

    No es por el miedo, porque el Six, mi núcleo, está bien, son los otros dos: Mi auxiliar, Dos, y mi punto ciego, Uno...

    Como esta entrada quedó larga, dejaré los otros con sus respectivos análisis: Celos, rencor y cariño incondicional en Dos. Optimismo, estoicismo, perfeccionismo e idealismo en Uno.


    Gracias por leer <3

    A continuación, páginas que hablan del Eneatipo Seis para quién quiera profundizar:

    "Type Six" - The Enneagram Institute
    "Eneatipo Seis..." - DesQbre

    Por último, dos canciones, una que me recuerda a Six Insano y otra un Six más neutral tirando un poco más a Sano.



  • Kaisa Morinachi
    Analizando mi Eneagrama con menciones al MBTI, en mi caso INFP, porque influye mucho.

    Procedo a tener esta reflexión con las canciones de Sleeping At Last:



    Eneatipo 6
    El Leal
    Atractivo, responsable, ansioso y sospechoso.
    El tipo comprometido y orientado a la seguridad.

    [​IMG]
    "El tipo comprometido, orientado a la seguridad. Los Seis son confiables, trabajadores, responsables y dignos de confianza. Excelentes "solucionadores de problemas", prevén problemas y fomentan la cooperación, pero también pueden ponerse a la defensiva, evasivos y ansiosos, estresados mientras se quejan de ello. Pueden ser cautelosos e indecisos, pero también reactivos, desafiantes y rebeldes. Por lo general, tienen problemas con la duda y la sospecha. En su mejor momento: internamente estables y autosuficientes, defendiéndose valientemente a sí mismos y a los demás."

    Miedo Básico: De estar sin apoyo y guía

    Deseo Básico: Tener seguridad y apoyo

    Eneagrama Seis con Ala Cinco: "El Defensor"

    Eneagrama seis con ala siete: "El amigo"

    (Toda la información sacada de la página web The Enneagram Institute)
    Quiero empezar esto con una reflexión: "He vivido con miedo, cuando me di cuenta de cuánto miedo tenía, de cuánto desconfiaba, de cuánto temía a todo, a todos... fue, en cierto aspecto, increíble. Vivía insegura, precavida; no vaya a ser que haga algo que les haga enojar, no vaya yo a provocar la ira a mí, no vaya yo a dar motivos para que me insulten, para que me molesten. He vivido a la defensiva, precavida, cuidando mis acciones en medida de lo posible, pero... con el paso del tiempo aprendí a confiar. Me costaba horrores confiar y ni en mis mejores amigos podía confiar, claro, era su amiga, era su hermana, era su hija, en parte sabía que nunca me harían nada...

    Pero simple y llanamente nunca confié del todo en alguien..." Hasta ahora.

    Ahora por fin siento que al menos en mi núcleo seis, luego de fuertes altibajos, de estos años universitarios que, como todo lo nuevo y desconocido, me estresa, me pone contra las cuerdas, me altera, me hace cosas horribles... Por fin aprendí, por fin conseguí valor.

    Por fin he madurado, no lo digo solo yo, más bien solo reconozco que efectivamente, lo he hecho. Lo ha dicho mi pareja, me lo a comentado una amiga de otra manera, mi papá me lo dijo explícitamente e incluso ese viejo mañoso que es mi abuelo lo dijo:

    "Has madurado, ya no ves el mundo como antes", "Siento que eres más madura que yo", "Te encuentro más madura que..."

    Pasé de ser una chica temerosa, insegura, que no quería ser herida, pasada a llevar, que actuaba siempre con precaución y le costaba confiar en otros e incluso en sí misma. Siempre hablaba con duda, buscando así la validación de los otros con esas preguntas tales como: Está quedando bien, ¿no?, y muchas más parecidas.

    Allá, por mis doce años o puede que once, una profesora de cerámica que quiero con todo mi corazón me lo hizo saber: Hablaba siempre buscando esa validación. Me dijo que confiara más en mí misma...

    Y me conmuevo... recién, recién puedo sentir que sí confío en mí.

    Es que pareciera absurdo el temor y la inseguridad que poseo, porque no era solo desconfiar de otros, ¡Tampoco confiaba en mí! Y era agotador y me privaba de un montón de cosas... En mis peores momentos era agresiva y siempre conflictiva, tomaba todo como un ataque, porque mis inseguridades me hacían ver todo de manera negativa.

    Leí por ahí que la herida del Seis es sentirse insuficiente en su infancia, el típico niño o niña que recibe comentarios como: "Pudiste haberlo hecho mejor", "Las cosas no son así", etc, etc. Esos pequeños que no importa lo que hagan, siempre reciben un pero seguido de una cosa negativa.

    Y sé por qué existe eso. Ya sé... y sé muchas cosas... que no es necesarias profundizarlas, porque son heridas que ya se van cerrando y dejan de doler y tengo mejor relación con los causantes.

    Sé, más que nunca, que esas palabras que me marcaron de por vida son propias fallas, gajes del oficio.

    Que nunca fue mi culpa, era muy pequeña para afrontar un mundo que, para mí, era exigente, cruel y sobre todo atemorizante.

    No era mi culpa no sentir ningún lugar más seguro que la soledad, no era mi culpa ocultarme de aquellos que me molestaban.

    Nunca fue mi culpa llorar.

    No es culpa de la niña no tener la fortaleza de afrontar esas cosas que, ahora con 19 años, reconozco adversas para alguien no solo muy sensible a su entorno, sino que posee una neurodivergencia que le hace recibir todo ese mundo de otras maneras.

    ¿Por qué soy Seis? Porque vivo con miedo, o más bien vivía con miedo...

    Pero un seis no es solo miedo.

    Claro que no:

    Aquel que fue pisoteado, callado y aquel cobarde que escapó temiendo por su vida puede sanar, transformarse y volverse de las personas más justas y, de ahí su nombre: Leales.

    Yo, una 6w5, sí me identifico con la palabra "El protector", porque al final del día es lo único que deseo: Proteger al desvalido o incluso a quién no lo es...

    Bajo la premisa de que no quiero que otros sufran lo que yo sufrí, pero sobre todo porque de pequeña, acosada escolarmente por chicos que me duplicaban la edad incluso... me lamenté de ser débil.

    De llorar, de asustarme, de no ser capaz de hacerles cara.

    "Sí ellos quisieran pegarme, yo nunca hubiera podido hacer nada para defenderme" Confesé una vez, llorando por un recuerdo que no creí tan... duro, viviendo en carne propia, ya con quince años aprox, el temor que viví desde mis seis a mis nueves años...

    Mis amigas, por suerte, incluso mi hermana estaban ahí para reconfortarme, pero me quedó esa reflexión:

    Años, AÑOS viví con la idea inconsciente de que cualquier persona no era solo capaz de ofenderme, burlarse o contradecirme. Sentía que cuál fuera el motivo, cualquier contradicción o motivo que "yo" diera podía terminar con una agresión.

    Porque sí vi cómo hombres peleaban entre ellos... vi hombres golpeando mujeres, una sola vez, pero lo recuerdo vivaz mente y seguro por eso siempre pensé que, aunque nunca me hubieran golpeado, un chico cuando quisiera podía golpearme.

    Y años viví sin saber que le temía a eso:

    A que me agredieran...

    Pero ahora sé, más que nunca, no solo que pocas personas se atreverían a agredirme. Mis acciones, más bien las buenas, ha provocado en las personas a mi alrededor un efecto algo común...

    "Si alguien te hace daño, se las verá conmigo"

    Y me conmuevo, porque por fin sé que, por más que no me gustaría que se metieran en mis conflictos y ojalá nunca pasara eso, que si llego a ser vulnerada como siempre temí...

    Me defenderán.

    Y yo también lo haré.

    Y, siempre supe, que poco me importaba qué hicieran conmigo, por más que me doliera y si que me lamentara, salto más ante las injusticias sobre otros que sobre las mías. Ahí el defensor:

    He vivido soportando este dolor, pero no voy a tolerar que otro le infrinja ese dolor a otro, menos aún si siento que no lo merece.

    Y he tenido momentos dónde, sin ser consciente del todo de peligro, me meto para buscar detener conflictos... ahí me doy cuenta mi crecimiento en nueve:

    Mantener calma y buscar la paz ante situaciones adversas que, antes, me hubieran paralizado del miedo.

    Y el miedo no se pierde, sigue ahí, cuando paso esas situaciones difíciles termino escondida, temblando, llorando... y por fortuna siempre he tenido a alguien ahí para darme un abrazo y cobijo mientras me rompo en lágrimas.

    Porque el miedo nunca se irá, pero mi corazón se fortalece y mi cabeza madura, como bien aprendí de no sé dónde:

    Los miedos pueden ser más grande que tú, pero con esfuerzo, con apoyo, incluso cariño y comprensión, confiando, llegará el día en que ese miedo no sea más grande que tú...

    Tú serás más grande que ese miedo, lo tomaras entre tus manos y sabrás manejarlo...

    No dejar que el te maneje a ti.


    Ya no tengo miedo, creo que mi Seis está sano... pero entonces, ¿Por qué sigo, sigo y sigo siendo alguien que comete errores?

    ¿De dónde viene esta rabia, de dónde surge este rencor?

    No es por el miedo, porque el Six, mi núcleo, está bien, son los otros dos: Mi auxiliar, Dos, y mi punto ciego, Uno...

    Como esta entrada quedó larga, dejaré los otros con sus respectivos análisis: Celos, rencor y cariño incondicional en Dos. Optimismo, estoicismo, perfeccionismo e idealismo en Uno.


    Gracias por leer <3

    A continuación, páginas que hablan del Eneatipo Seis para quién quiera profundizar:

    "Type Six" - The Enneagram Institute
    "Eneatipo Seis..." - DesQbre

    Por último, dos canciones, una que me recuerda a Six Insano y otra un Six más neutral tirando un poco más a Sano.



  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso