Viendo entradas en la categoría: Cuentos
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Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.
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Porque es realmente muy bueno el juego y me he vuelto un poco a pesar de que sólo llevo medio día jugándolo, pero al entrar aquí recordé que me había inscrito al concurso de micro cuentos, lo había olvidado completamente. Así es la semana de exámenes finales, aun así me siento un poco mal por ello, bueno ya nada se puede hacer, quizá el próximo concurso.
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El diálogo ocurrió en Adrogué. Mi sobrino Miguel, que tendría cinco o seis años, estaba sentado en el suelo, jugando con la gata. Como todas las mañanas, le pregunté:
-¿Qué soñaste anoche?
Me contestó:
-Soñé que me había perdido en un bosque y que al fin encontré una casita de madera. Se abrió la puerta y saliste vos.
Con súbita curiosidad me preguntó:
-Decime, ¿qué estabas haciendo en esa casita?
Francisco Acevedo. Memorias de un bibliotecario.a Misuzu le gusta esto. -
Hay ocasiones en las que escribo pequeños fragmentos de historias de personas que no existen que me son imposible de terminar, como si esas personas no quisieran que sus vidas fueran contadas, como si no quisieran que sus pensamientos se fueran a mis palabras. Son tantos que tengo libretas y kilobytes llenos de estos fragmentos, pero hoy quiero compartir este de dos enamorados que no quieren que termine la historia que con ellos había empezado.
a Cygnus le gusta esto.