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  • Lost Lenore
    Dolor ¿que hago contigo? No puedo escuchar, ¿donde estás? No te veo ¿que sucede? Lo siento, intento, pero no puedo evitarlo, no siento nada más que solo eso, dolor.

    Un destello y desapareces, yo te lo pedí, pero te extraño, quiero que me beses aunque nunca te lo he confesado, aún recuerdo, y es el recuerdo de ti lo que me mantiene vivo.

    Regresa.

    No. Espera, no puedes, no te dejaré regresar, yo se lo prometí a tus padres, te cuidaría en la salud y la enfermedad, en la tristeza y la pobreza, aunque no fueras mi mujer, ni yo fuera tu marido, te salvaré, hasta que la muerte nos separe.

    "Pero la muerte ya los separó".

    ¿Que? ¿Quien ha dicho eso? ¿Serás tú, Dios? ¿En verdad existes? ¿Tantos años desafiandote para conocerte así? No lo creo, estoy delirando, esa voz es más dulce, excitante, encantadora y sensual, como un sueño, y me atrapa en la melodía de cada palabra... es su voz, pero no es ella, lo sé, Amarantha no tiene voz desde ese día, Amarantha hizo un voto de silencio por mamá y papá, Amarantha, Amarantha, es lo único que me consuela, su nombre, siempre fue así, aunque ese no fue su nombre siempre.

    "Despierta, Antwan, es hora de regresar a la vida".

    Y despierto.

    ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    He llegado a saber que hace muchos años ocurrió algo inesperado: la Luna y el Sol se enamoraron. Una unión muy peligrosa, pero entre más peligro exista la atracción será más. Tanto fue su amor que Luna y Sol desearon un hijo tener, pero carne y hueso le iban a conceder, y así fue.

    Bellaby era su nombre, la mujer más hermosa que algún día pudo pisar el suelo de nuestro pueblo, fue escogida entre todas para hacer nacer ese bebé. Bellaby era su nombre, y ella aceptó.

    De producto del deseo, la lujuria y el amor nació el hijo de la Luna y el Sol. Un varón. Hermoso como ninguno, y con una singularidad que lo haría destacar entre muchos, en su rostro, justo en sus ojos, un brillo incomparable, gris y dorado eran, cada uno destellaban en su tono. Lleno de energía y poder inexplicable, el pequeño fue creciendo, y para Bellaby, quien era constantemente señalada por criar sola al niño, no fue fácil, pero mientras tuviera a su hijo, y él a ella, todo era felicidad.

    Pero en poco los rumores del hijo pródigo se fueron extendiendo hasta llegar a oídos que no debieron llegar. Un poderoso rey, quien creía que era dueño de todo y todos deseaba tener el poder que el niño emanaba y fue tras él.

    Y ahí es cuando en verdad nace Antwan.

    Su madre no tardó mucho en ser encontrada, y al no decir donde había enviado a su hijo fue a dar a la horca. Huérfano desde ese momento, el pequeño niño empezó su travesía escondido en la carreta de un viejo campesino, que al darse cuenta que un polizonte llevaba, abandonó al chiquillo a su suerte en medio de la nada.

    Pero no se preocupen, que el niño era listo, y sus padres, sus verdaderos padres, siempre velaban por él, lo protegían desde donde les era permitido, lo cuidaron hasta que alguien más lo encontró, un hombre, un hombre verdadero, de esos con modales y olor a jabón artesanal, que tan pronto vio al pequeño decidió criarlo como suyo en compañía de su esposa que encantada lo recibió.

    Y así es como nazco. Este es el fin y el principio del pequeño hijo de Sol y Luna. Antwan.
    a Rue Z le gusta esto.
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