Historia corta ZERO ZONE: The Fallen December [Season 02]

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Zurel, 19 Agosto 2018.

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  1. Threadmarks: Capítulo 08: Operación The Fall.
     
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    9 Abril 2016
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    Escritor
    Título:
    ZERO ZONE: The Fallen December [Season 02]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    5947
    Reydelaperdicion
    Muchas gracias por tus comentarios, Rey. Me alegra mucho que notaras el nivel que tiene Liz en la lucha, ciertamente, ella posee un nivel muy cercano al que tiene Keith, pero no es igual. Liz es buena luchando, pero su fuerte está en otra cosa, si eres perspicaz, te darás cuenta de ello en este capítulo. Gracias por tu apoyo, y no te preocupes si no puedes leer el capítulo hoy. Por cierto, ya corregí los errores. Saludos.

    Kay Greenwish
    Hola, Kay, me alegro que te gustara la confrontación de Liz y Keith, aun debo ir mejorando en ese aspecto, pero estoy seguro que lograré hacerlo sobre la marcha. Estoy intentando se lo más descriptivo posible para que no se pierdan detalles importantes.

    Vaya, no creí que Ángela te pareciera de esa clase de personas, es curioso, yo nunca la vi así. La escena la escribí de ese modo solo para mostrar que Zelig está bien para ese punto, pero no hay más razones fuera de esa. Igual, comprendo tu opinión y la respeto, aunque no fue mi intención mostrar a Ángela de ese modo. Espero que Ángela no se convierta en uno de los personajes odiados junto con Alven XD. Gracias por hacerme marcar esos errorcillos, ya los corregí. Saludos.

    El momento de publicar el siguiente capítulo ha llegado, le diré que este capítulo es uno de mis preferidos y es uno de los capítulos largos de esta temporada, pero no se preocupen, este es el último de ellos. Aquí se marca la recta final, después de este falta el penúltimo y el último capítulo para darle la bienvenida a la siguiente temporada. Espero que les guste y que sea de su agrado. Nos vemos la próxima oportunidad.

    Capítulo 08: Operación The Fall.

    Tras terminar la batalla de Keith y Liz, un soldado llegó para informarle al Equipo Negro, que se solicitaba su presencia en la Sala de Operaciones del complejo. Al escuchar al soldado, todos los miembros del equipo se dirigieron al lugar donde los necesitaban.

    Sala de Operaciones, Komplexe S.O, Neubiberg, München, Baviera, Alemania.

    Keith y compañía llegaron a la Sala de Operaciones, una sala redonda de unos cincuenta metros cuadrados. Allí los esperaba Elster en completo silencio, con sus brazos cruzados tras su espalda. El vice canciller logró notar que Keith tenía una herida en su brazo derecho, cosa que le sorprendió bastante, esa herida solo podía significar que Liz sabía defenderse. Le alegró saber que su querido sobrino había seguido sus órdenes.

    —Muy bien, dado a que el Equipo Blanco ha sido aniquilado. Ustedes trabajarán bajo mis órdenes a partir de este momento —Les informaba Elster—. Hay una misión importante que iniciaré a explicar a continuación.

    Todos prestaron mucha atención a las palabras de Elster, entre él y los jóvenes se materializó un holograma de toda la ciudad de Múnich, también las fotografías de dos personas que trabajaban en el gobierno.

    —La misión tendrá por nombre; Operación The Fall —Elster observaba a todos fijamente—. El día de mañana, el presidente Heinrich Schwartz y el canciller Gunther Falkenhorst, se presentarán frente al Nuevo Ayuntamiento en el centro de la Marienplatz en Múnich. Ambos darán un discurso para alentar a la población a seguir adelante tras El Diciembre Caído.

    Las dos fotografías se movieron al lugar donde ambos darían su discurso, según la información que tenía Elster.

    —El objetivo es muy simple; Eliminar al presidente y al canciller al mismo tiempo.

    —¿Al mismo tiempo? ¿Es posible algo como eso? —Astrid no creía posible algo como eso.

    —Sí, es posible. —Informó Manfred al ver a la joven de cabellera azulada.

    —¿Hay algún método en particular que debamos usar? —Maike quería saberlo para estar informada de lo que tenían que hacer sus compañeros.

    —El método que ustedes utilicen es irrelevante, solo necesito que la cumplan a la perfección —Elster vio a Keith seriamente—. Keith, ¿crees que tu equipo esté a la altura de esta misión?

    —Por supuesto, no hay necesidad que preguntes. —respondió el joven, confiado.

    —Espero que tu confianza no se convierta en tu caída.

    Eslter se dispuso a salir de ese lugar para dejar a Keith y compañía realizar la estrategia que utilizarían en la misión, pero antes de salir le lanzó un chip a su sobrino.

    —En ese chip se encuentra toda la información adicional que necesitas saber, Keith.

    —Bien. —Keith recibió el chip sin problemas mayores.

    —Si no son capaces de realizar esta misión, les sugiero que se suiciden, porque de no hacerlo, yo mismo enviaré soldados a matarlos a cada uno de ustedes. —Les dijo Elster, sin piedad alguna, sus ojos se clavaron en todos como afiladas agujas.

    Las palabras de Elster dejaron congelados a todos, menos a Keith, quien confiaba en las capacidades de su equipo, sabía que lograrían cumplir la misión con éxito. Elster se marchó de la habitación tras decir aquellas palabras tan despiadadas, el sonido que hizo la puerta al cerrarse sacó a los jóvenes del trance en que se encontraban.

    —No se preocupen, chicos —Les dijo el líder para tranquilizar a todos—. Cumpliremos la misión a como dé lugar, se los prometo.

    Al escuchar a Keith, los jóvenes se sintieron más tranquilos, sus palabras demostraban una extraña confianza que contagió a todos, al mismo tiempo que les regaló valor, a pesar de las duras palabras de Elster. Todos volvieron a ver detenidamente el mapa de la ciudad para iniciar con la estrategia.

    —Tenemos solo dos objetivos frente al ayuntamiento. ¿Alguien tiene sugerencias? —decía Keith al ver el holograma.

    —Señor, para esta misión sugiero utilizar un explosivo remoto. —Sugirió Manfred, creyendo en la solución más rápida.

    —Utilizar un explosivo de esa clase es muy arriesgado. Sabes muy bien, que esos dispositivos solo tienen un alcance de cien metros —Astrid no estaba de acuerdo—. Utilizarlo requiere estar a esa misma distancia del objetivo.

    —Además, si tenemos en cuenta que levantarán un perímetro de seguridad alrededor de ambos, no creo que sea lo más indicado. —comentó la rubia.

    —Maike, tiene razón, mejor no utilizar ninguna clase de explosivos. —Terminó por decir Keith, en desacuerdo con esa idea.

    —La mejor opción, sería utilizar un arma francotirador. —Sugirió Liz.

    Keith se sorprendió al escuchar a Liz, en ningún momento le había hablado de esa clase de armas, supuso que tenía conocimiento de las armas de la Tierra, ya que fue enviada hasta ese planeta con alguna clase de propósito, que obviamente desconocía.

    —Continua, Liz, ¿cuál es tu idea? —Keith quería saber que tan elaborada era la idea de Liz.

    —Si el mapa es correcto, lo mejores puntos para disparar a los objetivos serían desde aquí. —Liz señaló un edificio pequeño y una iglesia que se encontraba a la derecha, ambos frente al ayuntamiento.

    —Uno es el Deutsches Museum y el otro es la iglesia Peterskirche —decía Astrid, reconociéndolos—. Ambos son muy buenos puntos.

    —El mejor lugar que tiene la iglesia es desde la torre panorámica, desde ahí se tendrá una visión muy amplia de ambos objetivos —Liz vio a Keith—. Si el que está en el museo falla, el que esté en la iglesia tendrá oportunidad de disparar al objetivo restante.

    —Es una idea muy buena, me parece genial. —Maike estuvo de acuerdo al escuchar a Liz.

    —Muy bien, Liz, te felicito. —Le dijo el joven al sonreírle.

    —Gracias, Keith. —Sonrió Liz, feliz de poder ayudar a su equipo.

    Teniendo los puntos de ataque, ahora el equipo debía planear otros aspectos de la estrategia, como por ejemplo; el plan de escape. Los miembros buscaron lugares en el mapa que no fueran a llamar mucho la atención. Debían realizar todo con cautela, no podían darse el lujo de cometer algún error sin importar que tan pequeño fuera.

    —Debemos buscar un lugar que no llame mucho la atención para instalarnos. —decía Maike, preocupada, necesitaba un lugar adecuado donde pudiera comunicarse con sus compañeros.

    —¿Qué tal un lugar turístico? Aquí está el Rindermarkt, no se encuentra muy lejos, pero tampoco muy cerca de la Marienplatz. —Sugirió Astrid.

    —Suena bien, no creo que llamemos mucho la atención en ese lugar. —Maike le sonrió a su amiga al ver que su idea era buena.

    —No está mal. —Musitó Manfred, sorprendido del lugar escogido por Astrid.

    Keith estuvo analizando el plan de la operación en base a las ideas de sus compañeros, también le echó un vistazo al chip que le había dado su tío, el cual logró revisar gracias al holograma que materializaba el brazalete que portaba en su brazo derecho.

    —Muy bien, el plan de la misión es el siguiente. —Todos volvieron a ver a Keith.

    —Te escuchamos, jefe —dijo Maike, sonriente.

    —Antes que nada, tomaremos un helicóptero que nos llevará hasta el Aeropuerto Internacional de Múnich, desde ahí tomaremos un vehículo color negro, y viajaremos hasta el Rindermarkt —Keith vio a la joven de cabellos rubios—. Maike, tú te encargaras de las comunicaciones.

    —Entendido.

    —Manfred, cuando lleguemos, tú te dirigirás hasta el museo y tomarás posición, mientras que yo tomaré posición en la iglesia Peterskirche.

    —Sí, señor. —Manfred no dudó ante las órdenes de su líder.

    —¿Y nosotras qué haremos? —Astrid y Liz se vieron al mismo tiempo, extrañadas, parecía que no formarían parte del plan.

    —Astrid, quiero que te mantengas al volante en todo momento, mientras que Liz las protegerá ante cualquier peligro. ¿Entendido?

    —¡Afirmativo! —dijeron ambas.

    —Perfecto, el plan inicia desde este momento, busquemos nuestro equipo y larguémonos de aquí.

    —¡Sí, señor! —Todos estuvieron de acuerdo con el plan de Keith.

    El equipo se marchó de la sala para ir directo al almacén donde guardaban todo su equipo militar, desde armas, municiones, granadas, equipos de comunicación, uniformes, máscaras nocturnas y demás objetos. Keith escogió un rifle que se desarmaba totalmente y que cabía en un maletín de negocios, hecho especialmente para esa clase de arma. También se vistió de saco y corbata, Manfred decidió hacer lo mismo, ambos se vieron al espejo y se percataron que daban la impresión de ser jóvenes de dieciocho años, cuando en realidad no lo eran.

    Aquella fachada tan formal les ayudaría a pasar desapercibidos, ya que al morir el presidente y el canciller, las personas correrían despavoridas y debido a eso los soldados del lugar estarían mucho más atentos a cualquier persona que resultara sospechosa en las cercanías del evento.

    Keith se sentía un poco nervioso porque sabía a lo que iba, sin embargo, no se dejaría manipular por esas emociones que solo le llenaban su mente de pensamientos negativos. Entrenó durante cinco años para ser el mejor, y ahora tenía que demostrarlo a como diera lugar. Cumpliría con la misión sin importar cuan arriesgado fuera, si no era capaz de cumplirla, entonces sus años de entrenamiento no habrían servido para nada.

    Cuando terminaron de equiparse, los cinco jóvenes se marcharon al helipuerto del complejo, donde lo esperaba el mismo helicóptero que los había traído al completar la presunta prueba final. Todos subieron a la máquina, que se elevó con rapidez para ir directo al Aeropuerto Internacional de Múnich.

    La noche empezaba a caer sobre Alemania, Keith veía por la ventana como las luces de la ciudad empezaban a encender conforme las tinieblas caían sobre ellos. Durante el viaje, Keith y sus compañeros durmieron durante algunos minutos, no habían tenido oportunidad de descansar tras terminar la prueba y ahora sus cuerpos suplicaban descanso.

    Aeropuerto Internacional de München, Hallbergmoos, Baviera, Alemania.

    Cuando Keith y su equipo empezaron abrir los ojos, el helicóptero estaba llegando al aeropuerto de Múnich, esperaron unos minutos para que la aeronave aterrizara. Al tocar tierra las puertas se abrieron a ambos lados, los chicos salieron rápidamente con sus salveques y corrieron al vehículo donde viajarían, una buseta de turismo color blanco, que no se encontraba muy lejos de ahí. Dos soldados los esperaban ahí, uno de ellos reconoció a Keith, ya que anteriormente Elster le informó sobre él y de su equipo, de modo que los dejó subir al vehículo sin mayores percances.

    Una vez adentro, Manfred se hizo con el volante, mientras que los demás subían todo su equipo al vehículo, una vez lo hicieron el moreno encendió el motor y presionó el acelerador para salir del aeropuerto, por suerte contaba con un GPS que le indicaba la ruta de salida, ya que al ser tan grande ese lugar, se perdería con mucha facilidad. Astrid encendió las luces internas de la buseta y empezó a ayudar a Maike con la instalación de todo su equipo. Esa buseta no tenía asientos internos, de modo que funcionaba perfectamente para esa clase de trabajo.

    Keith veía por una de las ventanas algunos de los aviones que pertenecían a la empresa en la que su padre trabaja cuando estaba con vida, sintió una extraña sensación de tristeza al pensar en todo el trabajo que realizó su padre en la compañía de la Deutsche Lufthansa. Todo el dinero que ganó durante años en esa empresa, no le sirvió de nada tras morir en El Diciembre Caído, hace cinco años. Ahora todo ese dinero le pertenecía por herencia a él, y no estaba seguro si en algún momento de su vida utilizaría parte de ese dinero para sus cometidos.

    El vehículo en que viajaba el equipo salió del aeropuerto por una ruta alterna que conectaba con las carreteras principales, Manfred hizo un nuevo cambio para acelerar a tope. Ya para ese entonces la noche había caído sobre el país, los faros centrales de la autopista iluminaban la carretera. Maike terminó de instalar todo su equipo gracias a la ayuda que le otorgó Astrid, pronto, la joven interceptó algunas transmisiones de radio de la policía alemana, la cuales señalaba el cierre de ciertas calles cercanas a la Marienplatz.

    Keith prestó mucha atención a lo que decían, todo parecía indicar que iniciaron los operativos antes de tiempo, se sintió tranquilo al saber que no cerraron ninguna de las calles que utilizarían para llegar al lugar. Debido a eso, le ordenó a Manfred que se diera prisa, debían llegar al lugar antes que las calles fueran cerradas en todo el perímetro.

    Manfred realizó un nuevo cambio para presionar el vehículo, estaba seguro que llegarían dentro de poco, no había muchos automóviles en la pista, pensó que se debía al cierre de las calles en la Marienplatz, después de todo, muchos de los automóviles que viajaban por esa autopista provenían de ese lugar.

    Rindermarkt, München, Baviera, Alemania.

    Treinta minutos después, Keith y compañía llegaron al Rindermarkt, un lugar donde se ubica una gran plaza, que se convierte en un pequeño mercadito de comidas durante la época navideña, para fortuna de todos, no se veía a ninguna persona por los alrededores. Manfred estacionó el vehículo debajo de algunos árboles, cerca de una iglesia que se encontraba en el lugar, el joven salió de la cabina para abrir la puerta lateral de la buseta.

    —Es el momento, démonos prisa. —Le ordenó Keith a su compañero, al salir del vehículo para disponerse a instalar todo su equipo de comunicación.

    —Debemos tener cuidado, Keith, los policías deben estar en alerta. —comentó Manfred al hacer lo mismo que su líder.

    —Lo sé, esto se podrá bueno. —Keith embozó una ligera sonrisa de maldad.

    Pocos minutos después, Manfred y Keith tomaron su maletín respectivo. Las chicas les desearon buena suerte, sabían que la necesitaría, cuando los jóvenes se marcharon corriendo de lugar, Astrid subió a la cabina del vehículo y tras acomodarse presionó un interruptor que polarizó todos los vidrios, ahora solo quedaba esperar a que todo saliera bien.

    Iglesia Peterskirche, München, Baviera, Alemania.

    Llegados a cierto punto, Keith y Manfred se separaron, Manfred continuó hacia el museo, mientras que el líder se dirigió a la iglesia donde realizaría el ataque, cuando vio que la iglesia estaba cerca, Keith caminó con mucha tranquilidad, quería evitar que alguien lo viera y sospechara. Antes de cruzar la última calle, Keith vio en todas direcciones en busca de alguna persona que rondara en las cercanías, se sintió tranquilo al ver que no había nadie, pensó que se debía a la presencia policial en las cercanías de la Marienplatz.

    Sin perder mucho tiempo, cruzó la última calle, llegando así a la entrada de la iglesia, empujó un poco la puerta y se percató que estaba abierta, cuando entró se sorprendió al ver que se realizaba un culto a esa hora. Muchas personas vieron a la persona que entró a la iglesia por culpa de terrible chirrido de las bisagras, Keith fue listo al sentarse en las primeras banquillas de la entrada para no levantar sospechas.

    —Maike, necesito que me envíes los planos de la iglesia. —Musitó Keith, disimuladamente.

    —En un momento, jefe, ¿qué es lo que suena? —Indagó la joven, curiosa. Su voz solo fue escuchada por Keith, quien llevaba un audífono en su oído derecho.

    —Se está realizando un pequeño culto, deberé esperar a que finalice.

    —Ya veo, acabo de enviarte los planos.

    —Buen trabajo, Maike, ya los recibí. —Informó el joven al darle un vistazo.

    —De nada, jefe, estoy aquí para ayudarte. —Mencionó Maike, orgullosa de sí misma.

    Keith cortó la comunicación con Maike para echarle un mejor vistazo a los planos, le importaba poco lo que el cura hablaba al frente. Según indicaban los planos, la puerta que conducía a la torre panorámica, estaba a la derecha del cura, tomando el punto de vista que tenía Keith en ese momento. Maldijo por lo bajo al darse cuenta que debía esperar a que terminara el culto.

    Deutsches Museum Shop Innenstadt, München, Baviera, Alemania.

    Manfred ya había llegado al museo, Maike le envió los planos cuando Keith le pidió los de la iglesia, la joven supuso que los necesitaría también. El joven de ojos verdes llegó a la entrada del museo y vio por una de las ventanas disimuladamente, se percató que todas las luces internas se encontraban apagadas, después vio a todos lados para verificar que nadie lo viera.

    Al acercar su mano derecha a la puerta, esta materializó un holograma donde se debía ingresar un código de seguridad. Manfred sin mucho problema digitó algunos códigos para entrar al sistema de la puerta, el holograma le mostró una lista de código binario con centenares de dígitos, pero sin problema Manfred manipuló algunos de ellos que estaban vinculados a la puerta y también a las alarmas del edificio, las cuales desactivó sin ningún percance.

    Una vez terminó, la puerta se abrió y Manfred se dispuso a entrar al museo con mucho cuidado, al cerrar la puerta se acercó a un terminal holográfico que se encontraba a su derecha. Manfred comenzó a hackear el sistema del museo para que las cámaras del edificio repitieran un fragmento de la imagen que grababan en ese momento, así podría caminar frente a las cámaras sin ser detectado.

    Manfred tenía claro que para lograr dispararle a los objetivos, debía ir a los pisos superiores del edificio, donde tendría una vista muy amplia de la Marienplatz. Antes de adentrarse más, activó un escáner infrarrojo que le permitía detectar fuentes de calor cercanas, Manfred caminó por distintas partes del lugar intentando detectar alguna persona detrás de la paredes que lo rodeaban, pero afortunadamente el escáner no mostraba nada, eso significaba que el museo estaba limpio, al menos, en ese piso.

    El joven subió por algunas escaleras que conducían a los pisos superiores del museo, cuando llegó el escáner le mostró a Manfred una fuente de calor muy cercana, el de ojos verdes pensó que se trataría de un guarda de seguridad. Manfred localizó al hombre que caminaba con dirección a una puerta, el joven rápidamente corrió hacia él a toda velocidad. Momentos antes de llegar, dejó caer su maletín y sacó un cable de acero, el cual utilizó para ahorcar al guarda de improviso.

    El hombre se vio súbitamente sorprendido por el ataque, rápidamente intentó forcejear para liberarse del ataque de Manfred, pero este utilizaba cada uno de los movimientos del hombre contra él, entre más se movía, más aumentaba la presión que ejercía el cable en su cuello. Finalmente, después de algunos minutos, el hombre murió por la falta de aire, su cuerpo cayó al suelo estrepitosamente. Manfred vio a ambos lados en busca de algún lugar donde ocultar el cuerpo del hombre, giró la manecilla de una puerta a su derecha, al ver el lugar se percató de que se trataba de una especie de oficina donde había un mueble muy similar a un armario, rápidamente lo revisó y se alegró al ver que se encontraba sin llave.

    No era muy grande pero sería un lugar adecuado para esconder el cuerpo de ese hombre, Manfred regresó al pasillo y tomó el cuerpo sin vida del guarda, con algo de dificultad lo arrastró hasta llegar al armario, donde lo escondió sin problemas mayores, cerró la puerta del armario y se dispuso a salir de esa habitación.

    Al regresar al pasillo, continuó subiendo hasta llegar a un pasillo con diversas habitaciones, revisó una de ellas para ver por la ventana, sonrió levemente al ver que desde esas ventanas tenía una vista muy buena de la plaza y del propio ayuntamiento. Sin embargo, debía buscar una habitación con una mejor vista. Manfred revisó varias hasta encontrar una que le pareció muy adecuada, para evitar algún problema mayor, activó el seguro de la puerta de esa habitación, no quería que nadie lo sorprendiera.

    Iglesia Peterskirche, München, Baviera, Alemania.

    El culto por fin había terminado, Keith esperó a que todas las personas salieran de la iglesia, el joven se mantuvo en su respectivo lugar en silencio, incluso después de que todas las demás personas salieran. Cuando la iglesia quedó vacía, el cura vio a Keith y se acercó a él.

    —Hijo, el culto ha terminado, puedes irte a casa. —Le dijo el cura, amablemente.

    —Padre, ¿puedo hablar con usted un momento? —Keith vio al cura a los ojos.

    —Por supuesto que sí, hijo, solo dame unos segundos.

    El cura cerró las puertas de la iglesia lentamente, sin saberlo, Keith se levantó y caminó hacia él con mucho cuidado, cuando el cura terminó de cerrar las puertas, Keith sacó un cable de acero y lo atacó al cuello sin dudarlo. El hombre intentó liberarse del ataque de Keith, pero este tenía mucha más fuerza, tras unos segundos el cura murió por la falta de aire.

    Al morir, Keith buscó las llaves de las puertas de la iglesia entre las ropas del hombre, una vez las encontró las utilizó para activar el candado de las puertas principales de la iglesia, para que nadie fuera a entrar al edificio por sorpresa. Cuando lo hizo, se dirigio a la puerta que daba a la torre panorámica y utilizo las llaves para abrirla, topándose así con varias escaleras, por las cuales decidió subir. Keith subió durante al menos un minuto hasta llegar a la cima. El joven se sorprendió al ver las gigantescas campanas de la iglesia, pero no le tomó demasiada importancia.

    Observó la ciudad desde ese lugar y vio que era perfecto, podía ver muy bien la Marienplatz, y lo mejor todo, tenía un visión perfecta de donde estarían los dos blancos, ahora solo debía esperar al día.

    —Líder Uno en posición. —Informó Keith a su equipo.

    —Líder Dos en posición. —dijo Manfred, informándole a todos sus compañeros.

    —Chicos, me alegro escucharlos, ¿cómo está todo por allá? —Indagó Maike desde el vehículo.

    —Despejado. —respondió Manfred.

    —Y tú, jefe, ¿cuál es tu estado?

    —Igual, Maike, despejado.

    —Perfecto, confío en que todo saldrá bien. —Les dijo Maike, se sentía preocupada por sus amigos, pero estaba segura que lograrían cumplir con la misión.

    —No te preocupes, cumpliremos con la misión, te lo puedo asegurar. —Keith intentó que su compañera se tranquilizara.

    —Ahora que lo mencionas, ¿por qué desea Elster que eliminemos al presidente y al canciller? —Indagó la rubia, curiosa.

    —Nuestro trabajo es solo obedecer órdenes, Maike. Las razones que existan, no nos deben importar. —Le reprochó Manfred, escuchando la conversación.

    —Lo sé, Manfred, solo tengo curiosidad. —dijo la joven, molesta, no podía creer que Manfred le reprochara una pregunta como esa.

    —Te daré tres consejos, Maike; Controla tu curiosidad, obedece las órdenes, no hagas preguntas, y te aseguro que todo irá como viento en popa.

    —Quiero recordarte que solo sigo órdenes de Keith, Manfred. —Maike se molestó mucho por las palabras de su compañero.

    —¡Cállense los dos! —Gritó Keith, molesto por escuchar la discusión de sus compañeros—. Cuando terminemos, podrán discutir entre ustedes todo lo que quieran, pero ahora, quiero que se concentren en la misión y nada más. ¿Entendido? —Las palabras del joven fueron muy serias.

    —Sí, señor. —respondieron ambos, avergonzados de recibir una llamada de atención por parte su líder.

    —Bien, Maike, quiero que te mantengas en alerta en todo momento, avísanos cuando sea la hora. —Ordenó Keith.

    —Entendido. —dijo la joven.

    —Manfred y yo descansaremos. Es hora de dormir un poco, antes del gran evento.

    Keith cortó la comunicación con su equipo, era momento de dormir unas cuantas horas, antes de que llegara la hora crucial. El joven se sentó en el suelo y se acomodó lo mejor que pudo, cerró los ojos para disponerse a descansar, Manfred también hizo lo mismo en el lugar donde se encontraba.

    Rindermarkt, München, Baviera, Alemania.

    Al cortar la comunicación con el líder, Maike se quitó los audífonos que tenía puestos, la joven vio a su izquierda por un momento y se asustó un poco al ver a Liz viéndola fijamente. Maike no se percató en ningún momento de su presencia, dado a que estaba muy concentrada en la conversación con sus compañeros.

    —¿Por qué me vez fijamente, Liz? —Indagó la joven, nerviosa.

    —Sentí curiosidad al ver lo que hacías. —respondió la joven, tranquila.

    —Ya veo, pero te pido que no lo hagas, me haces sentir muy nerviosa. —Le dijo la joven, sintiendo mucho calor por lo nerviosa que estaba.

    —No te preocupes —Sonrió—, no lo haré si te hace sentir así.

    —Oye, Liz, ¿puedo preguntar algo? —Quiso saber Astrid, desde la cabina, viendo a la joven de cabellos negros por el espejo retrovisor del vehículo.

    —Claro, ¿qué quieres saber? —Liz volvió a ver a Astrid.

    —¿Qué hacías en aquella base rodeada de tantos monstruos?

    —No lo sé con certeza —Negó levemente—. Keith me encontró dentro de una extraña esfera de cristal, desconozco cuanto tiempo estuve encerrada ahí.

    —¿Una esfera de cristal? ¿No sabes quién te obligó a entrar en ese objeto? —A Maike le entró la curiosidad al escuchar las palabras de la joven.

    —No, tampoco tengo idea de por qué estaban esas criaturas en ese lugar.

    —Es extraño. —Maike quería saber más de Liz, pero cada negación que hacía aumentaba más su curiosidad por saber quién era ella en realidad.

    —¿Qué te hizo entrar en nuestro equipo? —Astrid deseaba saber las razones de Liz para unirse a ellos.

    —No lo sé, creo que me uní a ustedes como agradecimiento a lo que hizo Keith por mí —decía Liz al ver a sus dos compañeras—. Sin embargo, acepto si me rechazan, después de todo, soy una completa desconocida para ustedes, así que no los culparía.

    Maike y Astrid sonrieron al ver a Liz, es cierto que era una completa desconocida y que la rodeaban muchos misterios, pero eso no significaba que la odiarían o rechazarían por eso, ya que de hacerlo, también odiarían a su líder.

    —Nosotras no te vamos a odiar, y muchos menos a rechazar, Liz. —dijo Maike, sonriéndole.

    —Maike… —Liz no podía creer lo que decía la joven.

    —Si te odiáramos por lo que eres, también odiaríamos indirectamente a nuestro líder. —Agregó Astrid, desde la cabina, sonriendo a la joven por el espejo.

    —¿Qué quieres decir? —La joven no comprendía las palabras de Astrid.

    —Si te odiáramos a ti por tus poderes, o por lo que eres, odiaríamos a Keith del mismo modo, ya que él también tiene poderes que desconocimos durante muchos años. Así que eso jamás ocurrirá. —Explicó Maike.

    —Ahora formas parte de nuestro equipo, Liz. Nunca te odiaremos, te lo puedo asegurar. —Terminó de decir Astrid.

    Liz sonrió al escuchar a sus dos amigas, había pensado que la odiarían por lo que era, pero se equivocó a juzgarlas de esa manera sin antes conocer su verdadero pensar. Ambas demostraron ser muy buenas amigas, y se sentía feliz de formar parte del equipo de Keith, no sabía con certeza por qué razón luchaban, pero no le importaba en absoluto, esas cuatro personas se habían convertido en una familia para ella, y estaba dispuesta a luchar a su lado sin importar a donde fueran.

    Las tres jóvenes se dispusieron a descansar, Maike y Liz se acomodaron juntas en un lugar, mientras Astrid hizo lo que pudo para poder dormir cómodamente en la cabina del vehículo. Tenían que estar listas para lo que acontecería al día siguiente.

    Marienplatz, München, Baviera, Alemania.
    17 de Agosto del Año 2193…
    10:30 A.M.


    —¡Jefe! ¡Despierta! ¡Jefe!

    Keith fue despertado por los gritos de Maike, los cuales resonaban en su oído derecho, el joven abrió los ojos y se llevó un fuerte destello por la luz de la mañana. Pronto, recordó que se encontraba en una misión, aquello hizo que se despertara en menos de un segundo.

    —Te escucho, Maike, ¿qué ocurre? —Keith prestó atención a lo que diría su compañera.

    —El presidente y el canciller se encuentra en camino a la Marienplatz. —Informó.

    —Entendido, mantenme informado.

    —Lo haré. —Maike cortó la comunicación.

    EL joven de cabellera negra empezó a armar su rifle para tenerlo listo, debía darse prisa antes que los objetivos llegaran, por un momento pensó que casi arriesga toda la misión por culpa del sueño, y es que no podía negarlo, las dos batallas que tuvo el día anterior lo dejaron completamente exhausto, ya que nunca había utilizado tanto sus poderes desde que los obtuvo.

    Sabía que como líder debía trabajar en ello, no podía darse el lujo de terminar desmayado si en alguna situación, tuviese que utilizar sus poderes durante mucho tiempo. Había conseguido el conocimiento para poder utilizarlos a su atojo, pero aún le faltaba la capacidad para evitar que esos poderes consumieran gran parte de su energía.

    10:45 A.M.

    Muchos soldados se encontraban velando por la seguridad de todos los presentes en la Marienplatz, muchos esperaban ansiosamente escuchar el discurso del canciller. Algunos se aseguraban de mantener vigilancia en las calles que conectaban con la plaza, otros requisaban a las personas que se acercaban al lugar, todo esto por razones de seguridad, ya que no quería sufrir un atentado terrorista.

    Keith y Manfred observan todo desde sus respectivos lugares, gracias a las miras telescópicas eran capaces de ver todo los preparativos sin problema alguno, a pesar que poco a poco se acercaba el momento crucial donde jalarían del gatillo, ninguno de los dos se sentía nervioso.

    11:58 A.M.

    Los minutos pasaron poco a poco, finalmente, a pocos minutos del medio día el presidente y el canciller de Alemana llegaron a la Marienplatz, ambos caminaron hasta llegar al centro del ayuntamiento, donde los aguardaba el atril donde darían un pequeño discurso frente a todas las personas que se encontraban en ese lugar, pero sobre todo aquellas que los veían a través de las diferentes cadenas de televisión del país.

    El primero en hablar ante toda la audiencia fue el canciller Gunther Falkenhorst, un hombre ligeramente obeso, calvo, tez blanca, ojos azules. Vestía un saco negro, camisa blanca, junto a una corbata roja, además de un pantalón y zapatos del mismo color del saco. Gunther era un hombre que todos los días de su vida realizaba el bien por todo su país, cada segundo, día u hora los usaba para tomar las mejores decisiones para su patria. Sabía de toda la destrucción que azotó a su país, y deseaba alentar a toda la población a seguir adelante a pesar de las dificultades.

    —El Diciembre Caído ha causado estragos en nuestro país, estragos que han perdurado durante cinco largos años en nuestras mentes. —decía el canciller al ver a toda la audiencia ahí presente.

    En ese mismo momento, el vice canciller Elster Wetzel se encontraba en su oficina, viendo la transmisión del mensaje que deseaba dirigir el canciller a todo el país. Su atención no estaba en el mensaje precisamente, sino en lo que ocurriría en los próximos minutos en ese lugar. Keith y sus compañeros de equipo estaban en alerta, faltaban muy pocos minutos para el momento crucial.

    —¡Manfred, encárgate del presidente! —Ordenó Keith desde su posición.

    —Entendido —Manfred apuntó con su arma a la cabeza del presidente—. Objetivo localizado.

    —¡Realizaremos el disparo a mi señal!

    —Afirmativo.

    Maike y Liz veían la transmisión del evento desde su equipo móvil, mientras que Astrid lo veía desde un holograma que materializaba el tablero del vehículo. Las tres tenían sus cinco sentidos tan agudos debido a los nervios, que podrían escuchar hasta el sonido de un cabello caer en cualquier lugar.

    —Pero no debemos sucumbir ante la desesperación —decía el canciller—, tenemos que seguir adelante en la construcción de nuestras ciudades, solo así retomaremos la vida que una vez teníamos.

    —¡Tres! —Keith miraba fijamente a su objetivo. Manfred puso su dedo índice en el gatillo.

    —Le hablaremos a nuestros hijos todos los días de nuestras vidas, que logramos superar una etapa de destrucción, a pesar de todas las adversidades, y les enseñaremos a seguir adelante sin importar cuán difícil sea la situación —Hizo un ligero silencio—. Tras El Diciembre Caído, fue liberada un arma silenciosa. Me refiero al virus Infinity.

    —¡Dos! —Keith ajustó levemente su mira. Manfred empezó a controlar su respiración.

    —Desconocemos muchas cosas sobre el virus, lo admito, pero les doy mi palabra a todos los ciudadanos —Hizo otro silencio—. Que haré todo lo que esté a mi alcance para erradicarlo de nuestras vidas, les prometo que traeré la paz y la seguridad a nuestro país, aunque me cueste la vida.

    —¡Uno!

    Justo en ese instante, Keith y Manfred presionaron el gatillo al mismo tiempo, frente a los ojos de todos vieron como emergió la sangre de la cabeza del canciller, el cual cayó al suelo sin vida junto con el del presidente. El disparo de ambos jóvenes fue tan preciso, que los dos sonaron como uno solo. Fue en ese momento que el caos reinó en toda la Marienplatz, miles de personas corrieron despavoridas ante el poderoso disparo, los soldados se pusieron en alerta ante la desesperación de todos los presentes.

    Keith y Manfred guardaron con calma sus armas, unas vez listos salieron de los edificios rápidamente, al llegar afuera caminaron por las calles tranquilamente hasta que fueron alcanzados por toda la multitud que corría despavorida y sin tener cuidado de los demás. Ambos utilizaron eso a su favor para mezclarse entre toda la multitud.

    Fue así que gracias al caos lograron llegar sin problemas mayores hasta el Rindermarkt, donde los esperaba su equipo, ambos subieron al vehículo y en ese instante Astrid encendió el motor, rápidamente presionó el acelerador para marchase de ese lugar. Esta vez decidieron tomar rutas alternativas para regresar al aeropuerto, cosa que no les importaba, tenían todo el tiempo del mundo para regresar al complejo.

    En el rostro de Elster se dibujó una sonrisa maquiavélica, estaba muy satisfecho con el resultado del ataque, todo parecía indicar que su adorable sobrino logró cumplir con su tarea a la perfección. No podía creerlo, Keith se ganó su respeto con tan grande logro, pensó que a lo mejor fue muy duro con él años atrás, pero todo eso al final había terminado valiendo la pena. Ahora que el presidente y el canciller estaban muerto, era el momento de iniciar la segunda parte del plan.
     
    Última edición: 5 Octubre 2018
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Hola. Lamento la tardanza, pero estaba ocupado. Pasaré a comentar el capítulo. Este comentario será corto, debido a que no tengo mucho que comentar en realidad, y eso se debe a lo centrado que fue el capítulo.

    Dado a que el capítulo se trató de una sola operación, es lo único que puedo comentar. Debo decir que no fue demasiado emocionante, debido a que uno ya intuye que la operación sería un éxito. Aunque fue algo interesante ver las estrategias que planearon para poder llevar a cabo dicha misión. ¿Realmente Keith tiene 11 años? Con esas estrategias que planea, parece de 21 XD. Creo que eso podría deberse al gran trabajo de Arman al entrenarlo.

    Al parecer, las dos chicas han aceptado a Liz dentro de su grupo sin demasiados problemas. Aunque me da la sensación de que no les agrada en realidad, y que solamente la aceptan porque Keith lo hizo. Espero que la relación de Liz con todo el equipo sea explorada a futuro. Teniendo en cuenta que solo quedan dos capítulos y que luego pasaremos a Extinction, espero que esos dos capítulos le hagan justicia a Liz como personaje. Sobre todo por la intriga que causó con respecto a Zellene.

    Con este capítulo y los anteriores, Keith se ha terminado de establecer como mi personaje favorito. Aunque considerando que Zelig en esta parte es demasiado blando, es lógico que eso llegue a pasar. Keith ha superado los traumas a su manera y ha forjado un carácter independiente. Zelig, en cambio, se vio superado por completo por el trauma que sufrió, y se volvió muy dependiente de Ángela. En otras palabras, Zelig está a kilómetros de acercarse a Keith. Una vez más, me alegra que hayas dado un reinicio, dado a que en la versión anterior Keith no llegó a desarrollarse así.

    Es lógico que Elster hizo lo que hizo debido a que quería escalar en el poder. Teniendo el cuenta que los "superiores" que tenía están fuera del camino, él podría tomar el control del país. Incluso puede aprovechar esos asesinatos y usarlos como excusa para no salir debido a que es algo peligroso y podría verse expuesto. Es una rata mañosa, pero realmente es interesante de ver. Me pregunto que pasará con el proyecto de Edmund ahora que el presidente ya no está. Imagino que tal vez Elster quiera financiarlo para ver que beneficios obtiene, o tal vez no. Aunque Edmund logró obtener el establecimiento para él, sin financiamiento, sus proyectos no seguirán.

    Como dije, no tengo mucho más que comentar. No hubo grandes errores, más allá de una coma mal ubicada. Cosa que no afectó la lectura. Eso será todo por ahora. Seguro que la semana siguiente podré leer el capítulo el mismo día que lo publiques. Saludos.
     
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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Primeramente, lo que puedo resaltar de esta primera gran misión para el equipo negro es, el crecimiento de Keith a la hora de liderarlo y guiar la misión. También me ha gustado el pequeño momento en que recordó a su difundo y sentirse triste. Debo decir que esperaba una misión para este grupo, no obstante, si esperaba un poco más de acción y emoción respecto a esta. Me pareció una misión un poco sencilla para el grupo, por lo menos a si lo vi yo.

    Lo que no me gustó para nada fue el papel que tuvieron las chicas en toda la misión. ¿Cuál fue el propósito de ellas? Si bien tuvieron una charla con Liz, aunque esta platica hubiera estado en otro lugar.

    Me hubiera gustado que Astrid (porque fue la que manejó al final), Malfred y Keith hubieran ida nada más. Y quizá Maike se hubiera quedado con Liz (aprovechar esa ocasión para conocerlas mejor). Después de todo, no tiene porque ser obligatorio que todos tengan que ir a una misión cuando solo se necesitan dos o tres personas. Igualmente, debo decir esto, es un poco duro y espero no ofender que no es mi intención, pero, tras terminar de leer este capítulo mis sospechas fueron colaboradas; los personajes secundarios me parecen que carecen de personalidad, de carácter y suelen parecerme muy planos. De Liz lo entiendo mas no de los otros.

    No he podido simpatizar con ellos. Por ejemplo, Evian a quien llegué a odiarlo (en ocasiones) por su personalidad. Zelene nunca me agradó del todo debido a su forma de ser. Edmund me parece alguien de respectar, Zelig tiene potencias y por ello me parece alguien interesante. Ellos me despiertan algo, y aunque no sean sentimientos positivos, despiertan algo, sin embargo, los miembros del equipo negro no hacen eso. Es como si fueran relleno. Y cuando leí Extincion también pensé lo mismo y creí que al leer de ellos en esta temporada, mi perspectiva de ellos cambiaría y los comprendería más, pero tristemente no fue así ya que, esa carencia la noté más en esta parte. Te enfocas más en describir detalladamente los edificios, calles y demás pero ignorar describir los sentimientos. Y eso suele molestarme un poco, esto que te digo es algo muy personal, pues siempre he preferido leer una historia llena de personajes carismáticos y que demuestres estar vivos, a leer algo “original” “detallado” o “innovador” (que eso siempre se agradece) pero un buen personaje hace que un historia se disfrute mejor.

    Aunque comprendo que es difícil manejar a varios personajes. Aun así, comprendí al leer una obra que, a pesar de crear personajes secundarios y hasta terciarios, éstos deben de tener una historia detrás y demostrar que pueden llegar a ser importante, no infravalorarlos simplemente porque sean pasajeros y, no solo describir que "exis" es así... se debe de mostrar, no contar.

    Y sobre Ángela, bueno, a veces uno escribe un personaje con la intención de que el lector lo ame o lo odie, pero al fin de cuantas el que lee es quien determinará la opinión. Respecto a ella, bueno, así es como la noté. Pero quien sabe, quizá más adelante cambie de opinión.

    Bueno, eso sería todo de mi parte. Nos vemos en la próxima actualización.
     
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  4. Threadmarks: Capítulo 09: Interés.
     
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Espero que las sospechas que tienes sobre la incorporación de Liz en el equipo se vayan difuminando a medida que avance la historia. Debo decir que me sorprende bastante que Keith se haya establecido como tu personaje favorito, teniendo en cuenta que lo llegaste a odiar en la versión de Z/N XD.

    Kay Greenwish
    Concuerdo contigo, Kay, es verdad que a Maike, Astrid, y Liz les hace falta más desarrollo que a todos los demás personajes mostrados hasta el momento, y creme cuando te digo que estoy de acuerdo con lo que dices. Sin embargo, el desarrollo para tales personajes no se lo puedo dar en estos momentos en esta historia, ya que está a muy poco de terminar, pero te prometo que les daré el desarrollo que se merecen a cada una de las chicas en algún momento.
    También estoy de acuerdo en que, quizás fue demasiado que todo el equipo viajara hasta el lugar donde se llevaría a cabo la misión, pues no lo vi de ese modo hasta ahora que me lo dices, pero descuida, ese detalle lo tendré en cuenta para futuras misiones.

    Bueno, ha llegado el momento de publicar el penúltimo capitulo de esta historia. No tengo mucho que decir, más que lo disfruten. Nos vemos la próxima semana con el ultimo capitulo de esta temporada.

    Capítulo 09: Interés.

    Alemania se encuentra en alerta roja ante el atentado que se llevó a cabo en la Marienplatz de Múnich. Muchas personas estaban consternadas ante la muerte del canciller, quien había sido un hombre de buen corazón, que amaba el bien sobre todas las cosas. Nadie sabía a ciencia cierta las razones para atentar contra su vida.

    Debido a las circunstancias, el gobierno alemán escogió a un nuevo presidente para tomar el lugar de Heinrich Schwartz, quien fue víctima del atentado. Este nuevo presidente respondía al nombre de Jürgen Ehrlich, este sería el encargado de dirigir al país, en parte, a través de esos tiempos tan oscuros que azolaban a Alemania. Ehrlich haciendo uso de su autoridad, escogió al vice canciller Elster Wetzel y lo nombró como el canciller oficial de ese país, tomando el lugar de Gunther Falkenhorst.

    Ehrlich sabía que su nominación como presidente era temporal, la única razón de escogerlo a él en ese tiempo, fue para que nombrara a un canciller ante la población, ya que tal nombramiento solo podía llevarlo a cabo el presidente federal, y para ello debían tener uno como tal. Sin embargo, Ehrlich estaba seguro que si realizaba un buen trabajo ante los ojos de la población, terminaría por ser el presidente oficial durante los próximos cinco años y Elster podía ayudarlo con esa meta, no había duda sobre eso.

    Komplexe S.O, Neubiberg, München, Baviera, Alemania.
    18 de Agosto del Año 2193…


    Los integrantes del equipo de Keith se encontraban descansando tras haber cumplido una misión que bien pudo haber terminado siendo la última. Keith y Manfred estaban en la sala de tiro, realizando una práctica rutinaria, aunque para entonces tenían una puntería envidiable, siempre existía un margen para mejor aún más. Las chicas, por otra parte, realizaban algunos ejercicios simples para fortalecer los músculos de sus brazos y piernas. Astrid levantaba dos pesas pequeñas, su compañera Maike hacía algunas lagartijas y Liz, simplemente corría en la cinta ergo métrica.

    —Chicas, ¿qué creen que haga Elster ahora que es oficialmente el canciller de este país? —Indagó Maike, curiosa. Había estado pensado en ello durante horas, y hasta el momento no se le ocurrió algo coherente.

    —No lo sé, Maike —Soltó Astrid, sincera—. Tampoco me importa lo que piense hacer. No entiendo por qué te importa tanto ese asunto.

    —Vamos, Astrid, admite que a ti también te entra curiosidad lo que piensa hacer el canciller. —dijo Maike, dejando las lagartijas para sentarse en el suelo a ver a su amiga.

    —No tengo que admitir nada, Maike, me importa poco lo que haga el canciller. —Afirmó la joven, dejando las pesas a un lado de una máquina.

    —Vaya, eres igual que Manfred —Maike se sentía desilusionada de Astrid, ella también parecía igual de aguafiestas que Manfred. Se sentía traicionada de ser mujer, esperaba que Liz la comprendiera y apoyara—. ¿Qué me dices tú, Liz? —Indagó la joven al ver a la mencionada correr en la cinta.

    Liz terminó la sanción que realizaba y cuando lo hizo apagó la máquina, pronto se acercó a sus amigas para disponerse a responder la preguntaba que le hizo Maike.

    —A mí tampoco me importa. —respondió la joven, directa, viendo fijamente a Maike a los ojos.

    —¿Qué? ¿Tú también? —Maike no comprendía a sus amigas, ahora se sentía realmente traicionada de ser mujer, no podía creer que sus amigas fueran así de malas.

    —No me importa lo que piense hacer el canciller, Maike, pero teniendo en cuenta su forma de vestir, de hablar, su comportamiento, y su frialdad, es obvio que planea realizar un conflicto interno. —Liz analizó muy bien a Elster, sus palabras dejaron sorprendidas a sus amigas.

    —¿Un conflicto interno? —A Astrid le pareció extraño que el canciller deseara algo así.

    —¿Te refieres a una guerra civil? —Maike pensó que a eso se refería Liz.

    —Es muy probable —respondió Liz con firmeza.

    —¿Por qué haría algo como eso? —Maike no comprendía las razones de Elster para hacer algo así.

    —Porque los conflictos como las guerras, generan dinero —Comentó Astrid—. Quizás Elster tiene en cuenta eso y por eso planea crear algún conflicto interno en el país para ocasionar una guerra civil. Y teniendo en cuenta que ahora es el canciller de este país, no sería ningún problema ocasionar un conflicto interno.

    —Es impresionante que sepas lo que planea hacer Elster, Liz. —Maike estaba muy impresionada por las capacidades de Liz para deducir algo como eso teniendo en cuenta algunos aspectos de Elster.

    —No es para tanto, Maike. Solo dije lo que pensaba sobre el canciller. —Liz se sentía avergonzada, no le gustaba ser el centro de atención. Su rostro se sonrojó levemente.

    —Lo que dice Maike es cierto —decía Astrid, recibiendo la atención de ambas jóvenes—. Impresiona que puedas analizar muy bien a las personas, y sobre todo realizar estrategias tan precisas. Gracias a tu estrategia, Keith y Manfred aún se encuentran con nosotros.

    —Vamos, Astrid, eso no es verdad. Keith y Manfred son muy buenos soldados, todo se debió gracias a sus capacidades. Yo lo único que hice fue otorgar la idea que creí más adecuada para la misión. —A Liz no le gustaba recibir todo el crédito de la misión, ella solo dio un pequeño granito de arena.

    —Aun así, eres impresionante —Maike sentía un poco de admiración hacia Liz—. No solo eres buena en el combate, también lo eres en la estrategia.

    Liz sonrió levemente, apreciando que sus amigas reconocieran sus puntos fuertes, es cierto que era buena en el combate, pero su verdadero fuerte era la estrategia. Liz no sabía dónde aprendió realizar estrategias y menos cómo analizar a una persona con solo ver su forma de actuar, debía admitir que hasta ella misma se sentía impresionada, pero le hacía sentir muy bien que las chicas apreciaran su fuertes, y más teniendo en cuenta que todos los que conforman el equipo son muy buenos soldados. Agradecía el hecho de no quedarse atrás de ellos, porque de ser así, solo sería una carga para todos, pero ahora estaba demostrado que sería una gran ayuda para todos.

    Maike estaba muy impresionada por las capacidades de Liz, ella era buena con los sistemas informáticos, pero su amiga tenía un gran don para analizar las situaciones y crear estrategias en base a las circunstancias. Se alegraba saber que su nueva compañera de equipo sería una gran ayuda más grande de lo que podría haber llegado a ser Evian.

    Astrid se sentía reconfortada al saber que Liz podía aportar grandes cosas al equipo. Al principio, no le agradó mucho la idea de que Liz formara parte del equipo, porque pensó que sería solo una carga. En aquel entonces, decidió quedarse callada porque sus compañeros no parecían tener problemas en aceptarla en el equipo, por lo que su opinión era irrelevante. Sin embargo, ahora se daba cuenta que Liz tenía grandes capacidades para la estrategia, por lo que era fundamental su incorporación al equipo, dado a que no muchos se especializaban en ese aspecto del combate. Astrid creyó que Keith tenia conocimientos sobre ello, y por esa razón decidió incorporarla al equipo, así que teniendo en cuenta ese pensamiento, ya no veía problemas para aceptarla cien por ciento como amiga, y como compañera.

    Instalaciones NGene, Grosshadern, Hadern, München, Alemania.
    20 de Agosto del Año 2193…


    Tras la caída del presidente Heinrich Schwartz, Elster se apropió del proyecto que había iniciado en las instalaciones NGene, el cual tenía por nombre; Proyecto Null Heer. Que consistía en la creación de humanos con la habilidad de manipular el virus Infinity a su antojo.

    En ese entonces, las instalaciones habían producido más de sesenta humanos modificados, 30 cada semana, 120 al mes, y 1440 en un año. Edmund logró aumentar la productividad de ese lugar con la ayuda de sus colegas, el proyecto Null Heer era toda una realidad.

    Ahora que el proyecto Null Heer le pertenecía, Elster decidió ir a las instalaciones para verificar que todo marchara a la perfección, cuando llegó al lugar fue recibido por Edmund, quien lo guío por todo el edificio NGene. Elster y Edmund ingresaron a los niveles inferiores de las instalaciones, ambos caminaron por un largo pasillo hasta llegar a una sección donde se podía ver a través de un vidrio, una habitación donde se encontraban varios contenedores cilíndricos, cada uno con un cuerpo humano dentro.

    —¿Qué es este lugar? —Indagó Elster, asombrado de ver aquello.

    —Aquí inicia el proceso de creación. Hay treinta contenedores, por cada uno de ellos creamos un Sujeto. —respondió Edmund, viendo el lugar donde llevaba trabajando varios años.

    —¿Sujeto? —Le pareció muy extraño esa clase de nombre.

    —Así llamamos a cada uno de ellos, ya que no pertenecen al linaje humano —dijo Edmund seriamente—. Son bestias creadas con el único fin de seguir órdenes, herramientas, para ser más precisos.

    —¿Acaso no usaron ADN humano? —Elster tenía cierto conocimiento de lo que hacían ahí.

    —Sí —Asintió—, los primeros treinta Sujetos que fueron creados eran híbridos, pero con el pasar del tiempo, todos los Sujetos que fuimos creando, empezaron a mostrar una estructura genética igual al del virus Infinity. El virus destruyó por completo todo el genoma humano que poseían. —Explicó Edmund al ver al canciller a los ojos.

    —Entiendo. —Al escuchar a Edmund, pensó por un momento en la posibilidad de que Keith ya no fuese un humano.

    Ambos continuaron caminado por el pasillo, Elster estaba muy impresionado de todo el trabajo que llevaban a cabo, había escuchado muchos rumores, pero se quedaban muy cortos a lo que realmente hacían en ese lugar. Se alegró al saber que Heinrich estaba muerto, porque él jamás lograría comprender la verdadera importancia que tenían esas instalaciones.

    —¿Cuánto dura el nacimiento de los Sujetos? —Quiso saber Elster, caminando a pocos metros atrás de Edmund.

    —El proceso suele durar alrededor de una semana, hemos logrado aumentar la velocidad de su metabolismo hasta en un ochenta por ciento.

    —Una vez nacen, ¿adónde son enviados? —Estaba muy interesado en saber todo los procesos que realizaban en ese lugar con los Sujetos.

    —Son enviados a una pequeña prueba de entrenamiento, solo para verificar que son capaces de utilizar sus poderes. Aquellos que no son capaces, simplemente los eliminamos.

    Los dos entraron por una puerta que conducía a otro pasillo, ahí Elster vio otra habitación a través de una de las paredes de cristal. La habitación que vio era enorme, podía ver cientos de Sujetos que habían sido creados en esas instalaciones. A muchos les estaban equipando una armadura negra con un casco completamente polarizado.

    —Aquí se les equipa la armadura que utilizarán, resiste múltiples ataques externos y potencia los poderes de los Sujetos. Está creada con una aleación metálica proveniente de los propios fragmentos que crea el virus.

    —¿Qué clase de ataques externos resisten?

    —Desde ataques de misiles hasta los ataques del propio virus Infinity. —respondió Edmund seriamente, viendo a los Sujetos.

    —¿Está diciendo que una persona con el virus no le causaría daño a los Sujetos mientras posean la armadura?

    —Así es —Asintió—, lógicamente, la armadura no es indestructible, se destruirá cuando alcance el nivel crítico de daño, pero resistirá gran parte del mismo.

    —Entiendo. Creo que es suficiente, profesor —dijo Elster al ver al mencionado—. Vine hasta aquí para verificar que todo marchara según lo planeado, pero el trabajo que han realizado superó con creces mis expectativas. —Elster le dio la mano a Edmund.

    —Gracias, señor.

    Edmund y Elster se estrecharon su mano en señal de saludo, el canciller estaba por marcharse de ese lugar, pero antes de dar el primer paso en dirección a la salida, quiso saber algo;

    —Por cierto, ¿adónde envían los cuerpos de los Sujetos que eliminan?

    —Son enviados a otro sector de estas instalaciones. —respondió Edmund.

    —¿Con qué fin? ¿Acaso no los incineran? —Le pareció muy extraño lo que decía Edmund.

    —Cuando los Sujetos mueren, sus cuerpos se transforman en fragmentos metálicos que no desaparecen, de modo que los utilizamos para extraer metal de ellos.

    —Entiendo.

    Elster no sintió compasión alguna al escuchar las palabras de Edmund, después de todo, los Sujetos eran herramientas creadas con el único fin de seguir órdenes, tal y como el profesor había dicho. No tenían por qué tenerles compasión, fueron creados como herramientas y morirían como lo que son. Wetzel reconoció que Edmund era un hombre verdaderamente inhumano, siguió procedimientos que otros no serían capaces de seguir por simples moralidades, se alegraba que el mejor profesor estuviese de su lado.

    Sala de Operaciones, Complejo S.O, Neubiberg, München, Baviera, Alemania.
    22 de Agosto del Año 2193…


    Keith y su tío Elster se encontraban solos en la Sala de Operaciones para discutir la segunda parte del plan. El atentado contra las dos autoridades más importantes del país era tan solo el principio. Keith estaba dispuesto a escuchar a Elster, pero no haría el trabajo sucio para siempre, su tío le prometió muchas cosas cuando ingresó a esas instalaciones y era el momento que empezara a cumplirlas.

    —Te escucho, ¿qué quieres? —Cuestionó el joven, directo.

    —Es el momento de iniciar la segunda parte del plan.

    —¿Acaso la muerte de las autoridades más grandes de este país, no fue suficiente para ti?

    —El atentado contra ellos tan solo fue la primera parte —decía Elster—. ¿Crees que te entrené solo para eso? No seas cretino, Keith.

    —Entonces, habla. —Keith frunció el ceño ante las palabras de Elster.

    —Dentro de poco, presentaré ante toda la población el nuevo ejército militar que tendrá este país, y quiero que durante la presentación, atentes contra el Palacio de Bellevue.

    —¿Atentar? ¿Quieres que lo destruya en su totalidad?

    —Por supuesto que no —Negó levemente—. Verás, hace algún tiempo, ordené instalar una bomba en un bunker que se encuentra bajo el palacio. Cuando la bomba explote, destruirá el palacio parcialmente.

    —¿Y cómo piensas que la active desde tan lejos?

    —La bomba está diseñada para ser activada a través de satélites, te daré los códigos de acceso para que puedas activarla.

    —Interesante —No sonaba mal la idea de Elster, parecía que todo lo tenía muy bien planeado—. ¿Qué planeas ganar con todo esto?

    —Algo muy sencillo; Poder militar, dinero, control, entre muchas otras cosas.

    —¿Dinero? Entonces, ¿piensas crear una guerra o algo así?

    —Así es —Asintió—. Los conflictos armados mueven dinero, Keith, con ello mantendré el control total de este país.

    —Muy bien, haré lo que me pides.

    —Hazlo y te prometo que te otorgaré todo el poder militar que desees, no creas que lo he olvidado.

    La últimas palabras de Elster le salvaron la vida, porque Keith estaba dispuesto a acabar con él si no cumplía lo que le prometió hace cinco años, por su bien esperaba que cumpliera. Llevaba mucho esperando a que su tío le otorgara lo prometido, y no estaba dispuesto a esperar por más tiempo. Elster estaba dispuesto a salir de ese lugar, pero su sobrino lo detuvo al decirle;

    —Espera un momento, Elster —dijo Keith. Elster lo vio ligeramente—. Hay algo que quiero preguntarte desde hace mucho tiempo.

    —¿Qué cosa?

    —Quiero saber cómo puedes saber cosas de las cuales nunca te hablé, por ejemplo; ¿cómo sabes que volveré a ver a Zelig?

    —Ah, es eso —dijo Elster, pensando que era algo mucho más importante—. ¿Quieres saberlo? Sígueme y te lo mostraré.

    Keith no dijo nada, simplemente se dignó a seguir a su tío, ambos salieron de la sala y se dirigieron al helipuerto del complejo. Cuando llegaron, subieron al helicóptero y este despegó a los pocos segundos, Keith no sabía con exactitud a donde se dirigían, pero estaba dispuesto a no realizar preguntas, ya habría tiempo para eso.

    Elbe Sandstone Mountains, Suiza Sajonia, Alemania.

    Tras una hora de viaje en helicóptero, Keith logró ver las Montañas de Arenisca del Elba, una cadena montañosa que se extiende entre el estado de Sajonia y la República Checa a lo largo del río Elba y al este los Montes Metálicos. Una cordillera que forma la frontera entre Alemania y la República Checa.

    Keith no entendía en absoluto que hacían en un lugar tan remoto como ese, pero de seguro Elster tenía sus razones. El helicóptero voló a través de algunas de las montañas del lugar, hasta llegar una pequeña área de tierra muy cerca de una de las montañas y también de un pequeño lago. El helicóptero aterrizó en ese lugar y una vez apagó lo motores ambos salieron.

    El joven se sorprendió al ver esas montañas de arenisca que intimidaban con solo verlas, sus colores grises, blanco y negro le daban un extraño aspecto metálico, aunque estas eran simples rocas de la época cretácica. Keith y su tío empezaron a caminar, ambos se adentraron en un pequeño bosque, que no duraron mucho en recorrer, ya que no tenían un gran tamaño de extensión, podía medir cerca de unos doscientos metros como mucho.

    Cuando salieron de ese pequeño bosque, se toparon con la mismísima montaña, la cual intimidaba en gran manera al estar tan cerca, verla fijamente daba la impresión que se derrumbaría en cualquier momento ante cualquier pequeño sismo que se presentara. Elster continuó caminando y detrás de él lo siguió su sobrino, ambos entraron a una extraña cueva que tenía esa montaña, conforme se adentraban les era cada vez más difícil ver su alrededor debido a la oscuridad que rondaba en ese lugar.

    Al ver que la oscuridad les impedía ver, Elster usó un pequeño bolígrafo que traía, presionó una sección en particular del objeto y al hacerlo activó un destello de luz muy potente, el cual iluminó todo su camino. Finalmente, tras adentrarse unos trescientos metros en las profundidades de esa cueva, llegaron a un área muy grande, donde Keith logró ver, gracias a la luz del bolígrafo de su tío, una gran roca de unos tres a cuatro metros de alto, el aspecto erosionado que tenía daba clara señales de que se trataba de una roca de meteorito.

    —¿Qué es este lugar? —Keith notó que su voz hizo eco en todo ese extraño lugar.

    Elster no respondió a la pregunta que le formuló su sobrino, simplemente se acercó a esa extraña roca lentamente. El tío de Keith sacó de su saco un pequeño fragmento que poseía la misma textura y apariencia de esa roca. Al sacarlo lo rosó con la extraña roca de meteorito y al hacerlo toda la roca empezó a brillar a través de múltiples grietas que tenía. La luz de sus gritas iluminó todo el lugar al mismo tiempo que materializó un gran holograma por todo el lugar, el cual mostraba un extraño mapa galáctico.

    —Así que aquí es donde se encontraban. —dijo una voz.

    Elster y Keith al escuchar esa voz se pusieron en alerta, ambos fijaron su mirada al lugar por donde entraron a esa cueva, pronto, lograron ver a un extraño joven de cabellos rubios y ojos dorados, vestido con un suéter de cuero negro y debajo una camisa roja, junto a un pantalón largo con diversas bolsas a los lados y zapatos negros, como complemento llevaba unos guantes negros que dejaban al descubierto la mitad de sus dedos.

    —¿Quién eres tú? —Indagó Elster al sacar su revólver calibre veintidós para atacar al joven frente a él.

    —Mi nombre es Ingel Endler —respondió el joven—, descuiden, no soy su enemigo. —dijo Ingel, con una leve sonrisa que demostraba maldad en estado puro.

    Frente a ambos se encontraba Ingel, el cual presentaba cambios muy similares a los de Keith, teniendo un cuerpo ligeramente robusto pero siempre manteniendo el aspecto delgado. Keith al ver a ese extraño joven, le recordó mucho a su viejo amigo Zelig, parecía que eran hermanos.

    —¿Ingel Endler? —A Elster le pareció muy extraño escuchar ese nombre, sobre todo porque recordó que lo había leído en algunos informes del gobierno. Al darse cuenta de ello, decidió no bajar su arma por seguridad—. ¿Eres hijo de Walden Endler y Kerstin Gründwald?

    —Sí, existió un tiempo en que fui su hijo. —sonrío de forma sínica.

    —¿Lo conoces? —Intervino Keith, quería saber si Elster conocía a Ingel de algún lado.

    —No exactamente —dijo Elster—. Hace once años, uno de nuestros equipos de investigación que se encontraban en el bosque Bávaro, fue destruido poco después de que se registró la caída de un meteorito en ese lugar. La familia de Walden Endler, se encontraba allí, todos fueron clasificados como asesinados, aunque nunca se encontraron los cuerpos de su familia y mucho menos de nuestros científicos —respondió el canciller—. ¿Cómo lograste sobrevivir? —Deseó saber Elster.

    —Yo fui quien asesinó a todos los que se encontraban en el bosque —Al decir esas palabras Keith y Elster se sorprendieron—. Acabé con todos ellos, incluyendo los miembros de mi familia. —Afirmó.

    —¿¡Por qué!? ¿¡Por qué hiciste eso!? —gritó Keith de inmediato, no era capaz de creer lo que escuchaba.

    —Porque ese día me convertí en Zoner. —Alrededor de Ingel empezaron a girar algunos hilos metálicos.

    —¿¡Zoner!? —Articuló palabra Keith, sorprendido.

    Tanto Keith como Elster estaban muy sorprendidos de tener frente a ellos a un Zoner, sobre todo porque eran muy similares a los humanos. Keith al ver girar los hilos metálicos alrededor de Ingel, cayó en cuenta de que él también tenía los mismos poderes que otorgaba el virus Infinity, eso fue suficiente para dar por hecho que él también era un Zoner, ahora entendía por qué aquella criatura de cristal de la base de Wittstock lo llamó «Zoner» cuando lo vio usar sus poderes.

    —Ahora entiendo lo que ha pasado —Elster comprendió mejor las cosas que ocurrieron hace once años en el bosque Bávaro—. ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres?

    —Quiero lo mismo que ustedes; poder, pero para obtenerlo, mi objetivo principal es restaurar a Zenon, el hogar de los Zoners.

    —¿R-Restaurarlo? —A Keith le pareció muy extraño lo que decía ese extraño joven.

    —Así es —Asintió—. Zenon sufrió diversos cataclismos que lo destruyeron, pero el mayor daño fue causado a raíz de incontables batallas. Ahora los fragmentos del planeta flotan en la inmensidad del universo… y cada uno de ellos no es más que un páramo estéril de lo que antes representó.

    —¿Y cómo planeas restaurarlo? —Quiso saber Elster.

    —Destruyendo este planeta. —respondió Ingel, directo.

    —¿¡Q-Qué dices!? —Keith se estremeció al escuchar la respuesta de Ingel.

    —Tú eres un Zoner —dijo Ingel al ver a Keith—. Deberías considerarte afortunado, ahora perteneces a una raza mucho más poderosa, tú puedes ayudarme a restaurar a Zenon, nuestro planeta. —Ofreció Ingel, extendiéndole la mano derecha a Keith para que se uniera a él.

    —¿¡Ayudarte!? ¿¡Acaso estás loco!? ¡No pienso ayudarte en ningún momento! —Afirmó Keith, molesto, no creía lo que escuchaba.

    —No sabes el error que estás cometiendo. —Amenazó Ingel al ver a Keith con una mirada penetrante.

    Elster analizó cada una de las palabras de Ingel, por un momento pensó que todo lo que decía era una locura, pero ciertamente, ese encuentro con ese extraño joven no era ninguna casualidad. Si ese Zoner frente a él amenazaba con destruir la Tierra, significaba que tenía los medios para hacerlo. Por lo que veía en ese momento, Keith no planeaba ayudar a ese Zoner con su cometido, pero él tenía otros planes.

    —Espera un momento, Ingel. Aunque Keith no piense ayudarte, yo planeo hacerlo. —dijo Elster, tomando por sorpresa a Keith.

    —¿¡Qué estás diciendo!? —Keith pensaba muchas cosas de Elster, pero involucrarse con alguien que no conocía, era algo que jamás pensó que sería capaz de hacer.

    —¡Tú, cállate, Keith! —Elster vio muy seriamente a su sobrino para que no se entrometiera. Después volvió a ver a Ingel—. Puedo ayudarte en lo que me pidas.

    A Ingel no le agradaba la idea de que un humano común se entrometiera en sus asuntos, pero era capaz de aceptar una buena propuesta cuando se la ofrecían.

    —Debo suponer que deseas algo a cambio, ¿no es así? —Ingel vio las intenciones de Elster, fue muy fácil para él notarlo.

    —Lo único que quiero es sobrevivir —respondió Elster, preocupándose más por sí mismo, que por todo lo demás—. Reconozco que si amenazas con destruir la Tierra, es porque debes tener los medios para hacerlo, por esa razón, prefiero estar de tu lado, antes que caer como uno más.

    —Haces bien en reconocer nuestro poderío —Asintió—. Si lo que deseas es asegurar tu existencia, solo debes hacer una sola cosa —dijo Ingel, viendo que Elster prestaba mucha atención a sus palabras —. Mantén bajo tu poder el meteorito que cayó hace once años en el bosque Bávaro. ¿Puedes hacerlo?

    —Por supuesto, no hay ningún problema. —dijo Elster, sintiéndose afortunado, ya que sabía quién tenía el meteorito.

    —Excelente. Entonces, nos volveremos a ver.

    Ingel se dio media vuelta para marcharse, conforme se alejaba su rostro dibujó una sonrisa siniestra al momento en que desaparecía del lugar en un puñado de rayos metálicos. Keith aun no creía posible hasta dónde podía llegar Elster con tal de salvarse a sí mismo. El joven no sabía que era lo que planeaba hacer Ingel en realidad con el meteorito que cayó en el bosque Bávaro hace once años, pero estaba dispuesto a detenerlo cuando lo volviera a ver.

    Keith quería discutir con Elster ese tema, pero entendió que por más que lo intentara, no llegaría a ningún lado al hablar con su tío, por lo que decidió dejar el tema de lado para centrar toda su atención en lo que importaba en ese momento; el extraño holograma que se había materializado a través de esa roca.

    —¿Qué es este holograma, Elster? —Quiso saber Keith al ver el gran holograma que materializaba esa extraña roca.

    —Este holograma es un mapa galáctico, contiene información diversa de todos los astros de nuestra galaxia.

    —¿Me has traído hasta aquí solo para ver un mapa sin importancia? —Keith tenía la impresión de que Elster le estaba haciendo perder el tiempo.

    —No es un mapa cualquiera Keith, este mapa posee la particularidad de mostrar pequeños eventos del futuro —Elster vio a Keith impresionarse—. Toca cualquier astro del mapa, y este te mostrará el destino que le deparará en el futuro.

    Keith aún no se creía lo que decía Elster, era muy difícil creer algo como eso, pero fue entonces que decidió hacer lo que decía. Keith tocó un planeta de los miles que mostraba ese holograma. Al tocarlo, el holograma le mostró al joven cómo un meteorito impactaba en el mismo, causando la formación de un anillo de rocas y polvo al mismo tiempo que convertía al planeta en una bola de lava. El holograma le mostró a Keith el año en que ese planeta sería impactado por el meteorito, y el tiempo que debía pasar hasta formar los anillos a la perfección. Keith no podía creerlo, ver algo como eso era algo sencillamente sorprendente, jamás se imaginó que algo así existiera.

    —¿Cuándo descubrieron esta roca, Elster? —Indagó Keith, interesado.

    —Fue descubierta en el año 2185 por el ex general del ejército Enriko Brauer. Su familia acampaba en las cercanías de este lugar, cuando Brauer salió a caminar un día de campo y terminó descubriendo la roca por accidente al explorar la cueva. El general nos informó sobre el hallazgo, así que enviamos equipos a investigar, yo y el presidente estuvimos presentes cuando se realizaron las investigaciones correspondientes.

    —¿Qué descubrieron a raíz de las investigaciones?

    —Nada, prácticamente. Se realizó la prueba de carbón para determinar la cantidad de años que lleva esta roca aquí y lo único que arrojaron los resultados fue que lleva más de dos mil años en este lugar. Aún se desconoce quienes la crearon y cómo es que funciona.

    —Entiendo. —Keith estaba desilusionado al no poder conocer más de esa extraña roca—. ¿Crees que Ingel sepa algo sobre esta roca? —Quiso saber Keith, creía que a lo mejor Ingel podía saber algo.

    —No lo sé, pero estoy seguro, que de saber algo, nos lo habría dicho. —respondió firme.

    —Puede que tengas razón. —Keith logró ver en Ingel que no era un tipo que se guardara las cosas, así que si él hubiera sabido algo respecto a la roca, seguramente lo habría dicho, más no lo hizo.

    —El holograma que proyecta la roca puede mostrar el destino de los astros celestes —Explicaba Elster—, pero por alguna razón, no puede mostrar nada del futuro de nuestro planeta. —El canciller vio detenidamente el gran holograma.

    Las palabras de Elster le parecieron muy extrañas a Keith, dado a que si el holograma no mostraba nada sobre el futuro de la Tierra, era imposible que Elster supiera sobre Zelig. Keith al ver que no había lógica, no tardó en hacerse escuchar.

    —No me vengas con eso, Elster —dijo Keith muy serio—. Si es así, ¿cómo demonios sabes sobre Zelig y sobre el virus Infinity?

    —Cuando nuestros científicos intentaron investigar la roca, uno de ellos la hizo reaccionar por accidente, causando que todos los que nos encontrábamos en este lugar, nos viéramos envueltos en una luz muy potente. La luz fue tan potente y rápida que nos tomó por sorpresa a todos, causando que nuestros ojos se vieran sometidos a ella. A raíz de ello, logré ver por unos segundos diversos eventos del futuro, todos relacionados a ti y a tu querido amigo Zelig.

    —Entiendo —Keith empezaba a entender cómo Elster conocía cosas de las cuales nunca le habló—. ¿Alguien más experimentó lo mismo que tú? —Keith quería saber si alguien más tuvo la misma experiencia que Elster.

    —Sólo el presidente Schwartz —respondió Elster—, pero a diferencia de mí, él vio algo relacionado a una tal «Primigenia» y una joven de nombre Liezel.

    —¿Liezel? —Nunca había escuchado un nombre como ese, pero le pareció muy lindo.

    —A raíz de lo que vio el presidente, levantamos investigaciones para saber más de ella —Explicó Elster—, descubriendo de este modo que Liezel y su familia habían sido asesinados junto al equipo de investigación que estaba en el bosque Bávaro en el 2182, en ese entonces no sabíamos lo que ocurrió, pero ahora que Ingel nos lo dijo, no cabe duda que fue él quien los asesinó.

    —Entonces, eso quiere decir que la tal primigenia que vio el presidente, no es más que la hermana de Ingel —dijo Keith, sacando conclusiones.

    —Así parece, ahora entiendo porque nunca logramos encontrarla en el bosque, y todo se debía a que está muerta. —Elster comprendió que todo el trabajo que realizaron tiempo atrás para encontrarla, había sido en vano.

    —¿Crees en realidad que es así? ¿No crees que exista la posibilidad de que aun Liezel se encuentre con vida?

    —No lo sé, ni tampoco me importa. Ahora todo eso es irrelevante para mí, Keith. No pienso gastar mi tiempo en algo como eso.

    Después de aquellas palabras, ambos dieron por concluida esa conversación y al hacerlo decidieron marcharse de esa cuerva de una vez por todas. Conforme avanzaban hacia la salida, Elster pensaba en la posibilidad de que Liezel, la primigenia, estuviera con vida en algún lugar. Después de todo, hace unos años recibieron el informe de una niña dentro del bosque junto a Zelig y cabía la posibilidad de que esa niña fuera la que había estado buscando Schwartz a raíz de las visiones que tuvo. Sin embargo, para ese momento, ya no estaba interesado en seguir con esas búsquedas, dado a que se habían realizado por orden del presidente Schwartz.

    Cuando salieron de la cueva, Keith empezó analizar todo desde el principio, iniciando con la conversación que tuvieron con Ingel y ante ello se sintió bastante preocupado, en especial porque Elster parecía querer ayudarlo sin preocuparse de las consecuencias.

    —Espera un momento, Elster —dijo Keith una vez salieron de la cueva.

    —¿Qué sucede? —Indagó Elster, viendo a su sobrino directamente al rostro.

    —¿Realmente, planeas ayudar a Ingel con su cometido de restaurar a Zenon?

    —Por supuesto —dijo firme, Keith se vio sorprendido—. No te sorprendas, Keith. Mi intención es sobrevivir, y no me importa tener que aliarme con nuestros enemigos.

    —¿No has pensado que Ingel puede solo utilizarte? ¿Crees que un humano le importe a un ser como él?

    —Estoy seguro que cuando llegue el momento, me convertiré en un ser como él y como tú, Keith. Lo único que debo hacer es cumplir con la tarea que me encomendó.

    Elster tenía mucha confianza en su futuro y Keith era capaz de ver ese exceso de confianza, que bien podía convertirse en su caída. Keith no era un experto, pero podía ver que Ingel solo planeaba utilizarlo para sus propios fines, y cuando cumpliera con su encargo lo eliminaría sin más. El joven quería intentar hacer entrar en razón a Elster, pero estaba seguro que sería en vano hablar con él, decidió que lo mejor era dejar las cosas tal cual, después de todo, no tenía por qué importarle la vida del desgraciado que lo encerró en unas instalaciones durante cinco largos años.

    Keith y Elster continuaron su camino hacia el helicóptero, en el camino Keith pensaba en las cosas que planeaba hacer Ingel respecto a la Tierra. No sabía cuándo ni dónde, pensaba Ingel llevar a cabo su plan, pero era consciente del peligro que representaba para todos, y si Elster pensaba ayudarlo, él no planeaba hacerlo, por lo que evitar la destrucción de la Tierra era una de sus metas ahora que contaba con un equipo.

    Al llegar al helicóptero, ambos subieron y poco después la aeronave se elevó en los cielos con dirección al Complejo de Operaciones Especiales. Keith intentaba no seguir pensando en todo lo que había hablado con Elster, pero no era posible lograrlo. El líder del equipo Negro estaba completamente seguro que Zellene era la misma Liezel, que hablaban los informes que mencionó Elster. Por lo tanto, no cabía duda que Ingel y Zellene eran hermanos, de alguna forma Zellene debió perder todos sus recuerdos, y por esa razón nunca mencionó algo al respecto de su vida pasada. Keith al saber ahora un poco más de Zellene comprendió que ella debía seguir con vida en algún lugar, no sabía dónde, pero si Ingel se encontraba con vida, con mayor razón lo estaría la Primigenia.

    Altstadt-Lehel, München, Baviera, Alemania.
    17 de Septiembre del Año 2193…


    Zelig se encontraba en su hogar viendo la televisión, a su lado tenía un pequeño ventilador que le otorgaba un poco de aire fresco, ese día estaba siendo muy caluroso por ser verano. Ángela preparaba un delicioso aperitivo antes de que llegara medio día, desde su lugar en la cocina podía escuchar el sonido del televisor, el cual no tenía un sonido en particular ya que el joven de cabellos rubios cambiaba canales constantemente en busca de algo interesante que ver.

    —¡Por el amor de…! —Decía Zelig desde el sofá—. ¿¡Es que acaso no hay nada interesante que ver en un día como hoy!? —Se quejaba el joven, molesto.

    —¿Por qué no ves una película? —Sugirió Ángela, desde la cocina.

    —Eso es todavía peor —Le dijo el joven sin dejar de cambiar canales—, ya he visto todas las películas que tenemos.

    —Entonces, juega algún video juego. —Sugirió nuevamente la rubia, intentado ayudar a Zelig.

    —Esa idea es mucho peor…

    En ese momento, todos los canales de televisión fueron interceptados para transmitir una noticia a todo el país. Zelig no lo podía creer, ahora sí que era una situación terrible, todos los canales transmitían lo mismo. Al ver que no había caso seguir cambiando canales, dejó cualquiera para ver de qué trataba el asunto, ya que se tomaron la molestia de interrumpirlos todos, debía tratarse de algo muy importante. A Zelig no le gustaba para nada los asuntos políticos y menos ver noticias, pero decidió dejarlo pasar por esta vez.

    El lugar donde transmitían en vivo era desde la Marienplatz en Múnich, donde fueron asesinados Heinrich Schwartz y Gunther Falkenhorst, hace un mes aproximadamente, en aquel lugar había cientos de personas, así como soldados en cada rincón del lugar. Según informaban, el ejército tenía múltiples francotiradores en distintos puntos de la plaza, esto como una medida de seguridad contra algún otro atentado.

    —El canciller Elster Wetzel se acerca al atril para iniciar su discurso. —Informaba la reportera.

    Las imágenes mostraban a Elster caminar hacia el atril, rodeado de algunos soldados que lo protegían ante algún atentado. Después de lo ocurrido, debían ser más cuidadosos con los asuntos respecto a la seguridad, en especial tratándose del canciller. Ángela se acercó a Zelig para ver de qué trataba esa transmisión, le pareció muy extraño que el joven viera noticias, nunca solía hacerlo.

    —¿Qué te ha pasado? Nunca ves noticias. —dijo la joven, muy extrañada por la actitud que mostraba Zelig.

    —No lo hago por mi gusto. Todos los canales han sido intervenidos por eso.

    —Mmm… —Susurró.

    Cuando Elster llegó al atril, todos los soldados se pusieron en fila tras él. Elster revisó algunos papeles, antes de aclarar un poco su voz al momento de hablar. Todos los presentes estaban esperando a escuchar las palabras del nuevo canciller, del cual desconocían hasta el momento. Elster miró a toda la gente ahí presente, antes de tomar un poco de aire para iniciar con su discurso.
     
    Última edición: 14 Octubre 2018
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Hola. Paso a comentar el capítulo. Debo decir que su inicio fue algo tranquilo, pero se fue poniendo más interesante a medida que avanzaba cada vez más. Al menos hemos podido ver una pequeña escena entre Liz, Astrid y Maike que nos ha dado la oportunidad para conocerlas a las tres un poco mejor. Aunque no lo considero suficiente desarrollo, creo que está bien que hayamos podido ver algo referente a las tres chicas. Y tal como sospeché, Astrid realmente no aceptó a Liz en el equipo de inmediato, y solamente se mantuvo callada por respeto a su líder, pero parece que la nueva niña le ha empezado a agradar.

    Elster es un tipo que tiene una ambición muy grande por el poder, y estoy seguro que eso lo llevará a la muerte en un futuro, aunque dudo que sea en un futuro cercano. No solo es un tipo sediento de poder, sino que también es un egoísta que no piensa en nada más que su propia supervivencia. Me alegra que Keith decida hacerle frente, al menos de momento.

    Es curioso que lo llegué a odiar en Z/N y que aquí sea mi personaje favorito, tal y como dices, pero creo que el cambio que has hecho a la historia ha sido el causante. Realmente, estoy llegando a ver a Keith como el bueno de la historia, ya que al menos quiere evitar que su planeta sea destruido. La aparición de Ingel fue algo que yo no estaba esperando. De hecho, no creí que lo vería de nuevo en un largo tiempo, y sin embargo, aquí está. Me sorprende lo mucho que ha cambiado su actitud, y se debe a que ahora es un Zoner. Eso quiere decir que la criatura que tomó posesión de su cuerpo hace tiempo también es un Zoner, que claramente ha llegado a la Tierra para restaurar a Zenón. Me pregunto que clase de especie será Liezel/Zellene, dado a que ella no obedeció las órdenes de dicha criatura. Sin embargo, si Keith es un Zoner y los poderes de Zellene (la que le entregó sus poderes) son iguales a los de ella, eso quiere decir que podría estar convirtiéndose en una Zoner ella también.

    Liz seguramente fue una creación hecha para enfrentarse a los Zoners, lo que quiere decir que eso la convierte en enemiga de Keith e Ingel, y también de Elster. A Keith esto le viene como anillo al dedo, ya que podrá aplicar el clásico "mantener a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca". Estoy seguro de que los 5 niños (Ingel, Zellene, Zelig, Keith y Liz) serán piezas clave en el desarrollo de la historia en un futuro. Muero de ganas de ver que tienes planeado.

    Esa roca que cayó en la Tierra realmente tiene un gran poder, dado a que si permite ver el futuro, le permitirá a todos los que tengan acceso a ella anticiparse a las cosas. Con el presidente muerto, Elster es el único (a parte de Keith) con acceso a ella. Y entre eso y el ejército de "Sujetos" que Edmund le está creando, además de la posición política en la que se encuentra, lo convierten en el tipo con mayor poder político hasta el momento. Tengo intriga por saber hasta donde llegará ese loco XD.

    Te marcaré estos errores que encontré. No son nada graves:

    Ahí no era necesaria la coma.

    La expresión correcta sería "que Keith ya no fuese un humano".

    El signo de interrogación debía ir al principio de la oración.

    Debería ser: "parecía que eran hermanos" o "parecían hermanos".

    Creo que quisiste poner "dicho" en lugar de "hecho".

    Con eso me despido por el momento. Esperaré impaciente el próximo capítulo que será el último de esta temporada. Saludos.
     
    Última edición: 14 Octubre 2018
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  6. Threadmarks: Capítulo 10: Conflicto Interno.
     
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Título:
    ZERO ZONE: The Fallen December [Season 02]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4688
    Reydelaperdicion
    Muchas gracias por tu apoyo a esta historia, Rey, bueno, ya estamos en el capítulo final y espero que te guste, o por lo menos, te agrade un poco. No esperes algo espectacular porque no hay nada fuera de lo común en este capítulo, pero aun así, tengo la esperanza de que llegue a ser de tu agrado.

    Quiero decirte que estoy de acuerdo contigo, Zelig ha sido un chico muy blando en esta parte, pero créeme cuando te digo que eso va a cambiar. No te preocupes por el desarrollo de las chicas, ellas lo tendrán a su debido tiempo, por el momento se mantendrán así porque ya estamos en el capitulo final de esta temporada. Espero que la siguiente, venga a ser un agrado mayor de lo que fue la version anterior. Una vez mas, gracías por tu apoyo, nos vemos la próxima oportunidad. Saludos.

    Gracias por los errores que me remarcaste, ya están corregidos.

    Bueno, hoy vengo finalmente con el ultimo capitulo de esta temporada, sé que debí publicarlo ayer, pero he estado ocupado y mi internet se ha vuelto una completa pesadilla últimamente, pero finalmente, aquí esta. Espero que les guste y sin más que decir, los dejo con la lectura, no sin antes decirle que nos vemos en la próxima temporada de la Zona Cero.

    Capítulo 10: Conflicto Interno.

    Zelig y Ángela veían la transmisión donde el canciller hablaría frente a una gran multitud de personas en el centro de la Marienplatz en Múnich. Elster veía a la gente que se encontraba en diferentes lugares, expectantes, de lo que diría en los próximos minutos. Ningún ciudadano podía ser capaz de creer lo que se vendría próximamente sobre el país.

    Centro de Control, Komplexe S.O, Neubiberg, München, Baviera, Alemania.

    En el Centro de Control se encontraba todo el equipo de Keith, pendientes a la transmisión en vivo que se llevaba a cabo en la Marienplatz. Maike se encontraba en una computadora, ingresando los códigos de acceso de la bomba que se ubicaba bajo el Palacio de Bellevue. Astrid preparaba todo lo necesario para establecer la comunicación cuando fuera el momento, ya que Keith se mostraría ante todos a través de un holograma que se mostraría frente a las personas de la Marienplatz.

    —¡Jefe! ¡Tengo el control de la bomba! —Informó Maike al entrar al sistema del explosivo por medio de los satélites.

    —Perfecto, Maike, espera a mí señal. —Le dijo su líder, con voz autoritaria.

    —Entendido, jefe.

    —Ha llegado la hora, señor. Elster iniciará con su discurso. —decía Manfred al recostarse en su silla, esperando a escuchar las palabras del mencionado.

    Liz ayudaba a Astrid con el equipo de comunicación, mientras que el líder prestaba atención a una pantalla holográfica donde podía ver a Elster listo para iniciar su discurso, el joven de cabellera negra prestó mucha atención a las palabras que diría su tío en ese momento.

    Marienplatz, München, Baviera, Alemania.

    —Hace aproximadamente un mes, perdimos a uno de los mejores hombres que ha tenido el gobierno de nuestro país en estos últimos años —Empezó a decir Elster ante la multitud—. Gunther Falkenhorst fue un hombre que adoraba el bien sobre todas las cosas, luchó todos los días de su vida para que este país prosperara por el buen camino. Su muerte ha sido un golpe muy duro para cada uno de nosotros, pero estoy seguro que su recuerdo perdurará por siempre en nuestras mentes.

    Todas las personas estaban atentas a las palabras que decía Elster, algunos grababan ese momento tan significativo para ellos con la ayuda de sus celulares, otros tomaban fotos. Elster veía algunas personas fijamente.

    —Los ideales de Falkenhorst eran muy sencillos: alcanzar la paz sobre todas las cosas a través del dialogo y no por medio de las armas. Por esta razón les puedo asegurar que existen personas en nuestro gobierno, así como de otros países que nunca estuvieron de acuerdo con los ideales de Gunther. A raíz de ello, sospechamos que pudieron haber contribuido en el atentado con organizaciones secretas para eliminarlo del camino.

    Los ciudadanos quedaron impactados ante las palabras de Elster, se asustaron mucho al saber que podían existir personas dentro del gobierno que promovieran la guerra con otros países, y más en esos tiempos, donde aún existían los conflictos entre naciones. Elster al ver el miedo en los ojos de muchos, vio la oportunidad perfecta para introducir al nuevo ejército que tendría el país de ahora en adelante.

    —Les aseguro que todas aquellas personas, responsables de atentar contra la vida de Gunther Falkenhorst, pagarán por lo que han hecho. Hoy les presento a la nueva incorporación que tendrá el ejercito del este país.

    Dichas aquellas palabras, sobre las cabezas de todos apareció un helicóptero negro, el cual se estabilizó sobre el canciller. Las puertas de la aeronave se abrieron al momento en que salieron diez soldados con armaduras negras, estos se lanzaron del helicóptero y cayeron de pie, formando así una fila atrás de Elster.

    Aquellos diez hombre tenían una armadura completamente negra, y todos contaban con un casco polarizado, en su espalda llevaban un arma francotirador adherida a la armadura por medio de imanes, también contaban con un revolver acoplado a la armadura en el área del muslo.

    —Les presento a los nuevos soldados de este país, serán conocidos como la E.S.K. Ellos se encargaran de llevar a todos los responsables de la muerte del canciller ante la justicia, y serán ellos quienes mantengan el orden y la paz en nuestro país.

    Todos se impresionaron al ver aquellos soldados con armadura negra, con solo verlos imponían sobremanera. Elster estaba contento al ver que todas las personas admiraban con detenimiento aquellos hombres, que habían sido producto del Proyecto Null Heer, del cual se apropió tras la muerte del presidente Heinrich Schwartz.

    En ese preciso instante se materializaron dos grandes hologramas que mostraron el Palacio de Bellevue en Berlín, todos vieron el holograma, no sabían a que se debía aquello, pero de pronto, hubo una enorme explosión que destruyó la mitad del palacio en menos de un segundo. Las personas que vieron eso quedaron impactadas al ver la explosión, Elster también estaba en la misma situación, no sabía a qué se debía aquel ataque.

    A varios metros a la derecha de Elster, se materializó otro holograma con la forma exacta de Keith, este vestía una gabardina negra con capucha, camisa, pantalón y zapatos negros. Debido a la capucha nadie era capaz de verle el rostro que era cubierto por la oscuridad misma.

    Los soldados normales y los de la E.S.K. apuntaron contra Keith, pero Elster levantó el brazo derecho en señal de que guardaran las armas. Elster sabía que no era una persona común y que todo era un simple holograma, así que no hacía falta jalar del gatillo.

    —¿Quién eres? —Indagó Elster, seriamente.

    —Mi nombre es Jake Graham. —respondió Keith, sin revelar su verdadera identidad.

    —¿Eres el causante del ataque al palacio?

    —Sí, y también de la muerte del canciller.

    Todos quedaron sumamente impresionados al escuchar las palabras de Jake, quien se daba a conocer como el asesino del canciller Falkenhorst. Las personas escuchaban con mucha atención lo que ocurría frente a ellos.

    —¿Por qué has atentado contra la vida del canciller?

    —Me ordenaron hacerlo —Ante la respuesta de Keith todos se preocuparon—. El canciller Gunther Falkenhorst no era un hombre como todos ustedes creen. Él tan solo es el primero de una larga lista de corruptos que gobiernan en este país.

    —¿Por qué haces todo esto? ¿Qué crees ganar con asesinar a personas inocentes?

    —La razón es muy sencilla: el más fuerte sobrevive, sólo el mejor logra tener en sus manos la prosperidad, eso quiere decir yo. Eliminaré a todos los corruptos de este país, continuando por usted, señor canciller. —Keith fue muy serio y directo en sus últimas palabras.

    —¿Eres consciente de lo que estás haciendo?

    —Por supuesto, este país necesita ser limpiado de corruptos como usted, y que mejor forma de hacerlo que eliminando la raíz.

    —¿Estás declarándonos la guerra? —Elster estaba muy molesto, al menos, así se mostraba frente a todos, pero internamente estaba feliz de que las cosas salieran como las tenía planeadas.

    —Tómalo como tú quieres. Sólo recuerda que la Organización Kraos eliminará a todos los hombres como usted, no importa si para ello debemos mancharnos las manos.

    —Tu confianza te hará caer —dijo Elster, notando mucha confianza en las palabras de Keith.

    —Eso lo veremos, señor canciller.

    El holograma desapareció dejando solo los dos restantes, donde se mostraba la destrucción parcial del Palacio de Bellevue. Elster vio que la gente parecía estar conmocionada, algunos empezaron a formularse si era verdad las palabras de Jake, mientras que otros apoyaban firmemente al canciller.

    —¡Les prometo que eliminaré a la organización Kraos! ¡No permitiré que nada ni nadie pisotee los nombres de nuestros mejores gobernantes!

    Tras aquellas palabras, muchos aplaudieron la valentía y las promesas que Elster juraba que cumpliría. A través de la transmisión, muchas personas en diferentes partes del país, empezaron a dividirse en dos bandos, aquellos que creían que la organización Kraos eran terroristas y los que apoyaban firmante las palabras de Jake, quien habló directamente al decir que todos los gobernantes de ese país eran unos corruptos.

    Sala de Entrenamiento, Complejo S.O, Neubiberg, München, Baviera, Alemania.
    Horas Después…


    Tras la presentación oficial de la E.S.K. ante toda la ciudadanía de Alemania, Elster ordenó desplegar diferentes escuadras por todo el territorio nacional. Ahora el ejército del país quedaría en segundo plano, ya que la E.S.K. se haría cargo de mantener el orden ante la ley marcial, que aún seguía rigente en ese país y ahora con mayor razón ante la amenaza que representaba la Organización Kraos.

    Elster regresó al complejo donde se reunió con Keith y su equipo, el canciller estaba contento al ver que su plan de crear un conflicto interno había funcionado a la perfección, solo era cuestión de tiempo para que empezaran las batallas en todo el país. Pero antes de eso, debía enviar a Keith a otro lugar, ya no podría continuar en el complejo tras convertirse en el líder de la organización que él mismo llamó Kraos.

    —Ahora que te has convertido en el líder oficial de la organización Kraos, deberás marcharte de aquí. —dijo Elster al ver fijamente a su sobrino.

    —Lo sé, ¿adónde iremos? —Indagó el joven, sabía que su tío lo enviaría algún lugar, pero no sabía con exactitud adónde.

    —Síganme, los llevaré personalmente.

    Keith y compañía siguieron a Elster hasta el estacionamiento del complejo, donde los esperaba un furgón de color negro. Los cinco jóvenes subieron al cajón del enorme vehículo, mientras que Elster subió a su limusina. La limusina salió primero del estacionamiento y el furgón después.

    El equipo de Wetzel no sabía a donde iban, pero sabían que cualquier lugar era bueno, mientras estuvieran lejos del canciller. Keith no lo soportaba y sus amigos mucho menos, realmente no los culpaba, ya que Elster se tenía un carácter insoportable y a pesar de los años, seguía siendo el mismo, parecía que era de esas personas que no cambiaban tan fácilmente sin importar el tiempo.

    Au-Haidhausen, München, Baviera, Alemania.

    Elster y compañía llegaron a la ciudad de Au-Haidhausen, ubicada en las cercanías del río Isar. La ciudad cuenta con algunas áreas verdes y con pequeñas playas en las orillas del río, donde los turistas suelen pasar la mayor parte de su tiempo durante el verano. En una de las áreas verdes muy cerca del río, se encuentra una instalación en ruinas, la cual se accede a través de un desvío en la carretera principal.

    La limusina y el furgón ingresaron a la ciudad por el desvío, ambos vehículos continuaron por un camino con solo un carril, a la izquierda se lograba apreciar el río Isar con sus aguas azul oscuro debido a la profundidad.

    Quince minutos después, ambos vehículos se detuvieron frente a las instalaciones abandonadas, las cuales tenían un aspecto blanco muy deteriorado por el tiempo, y la maleza de la naturaleza poco a poco reclamaba las ruinas como suyas, ya que por todos lados estaba cubierta por plantas así como de moho.

    El equipo de Keith salió del furgón al momento en que se detuvo, cuando lo hicieron vieron a Elster fuera del vehículo, los chicos caminaron hacia él al mismo tiempo que apreciaban aquel lugar tan destruido por el tiempo y por la maleza que poco a poco cubría las ruinas.

    —¿Qué es este lugar? —Preguntó Keith al ver a Elster, curioso por saber que hacían en ese lugar.

    —Esta será su base a partir de ahora. —respondió Wetzel, serio.

    —¿Esta pocilga? ¿Acaso bromea? —Manfred vio ligeramente a Elster, tenía suficientes agallas para hablarle así a Elster, no se dejaba manipular sin importarle de quien se tratara.

    —No se dejen engañar por las apariencias. —dijo Elster al comenzar a caminar.

    Elster y los demás se adentraron al interior de las ruinas, caminaron cerca de unos cien metros hasta llegar a pararse sobre una plataforma metálica, la cual empezó a bajar poco a poco, adentrándose así en las profundidades de ese lugar. La plataforma se detuvo al llegar a una habitación que parecía estar deteriorada por el tiempo.

    Todos empezaron a caminar hasta pasar de lado una puerta, llegando así a otra habitación muy amplia, Keith y sus compañeros se impresionaron al ver las decenas de computadoras que se encontraban en ese lugar, además de cuatro inmensas pantallas que mostraban cientos de cuadros en diferentes lugares del país. A la izquierda de esa habitación había una puerta que conducía a la sala de entrenamiento, armería y hangar. En la otra puerta del lado derecho llevaba a la zona de las recamaras, sala de ocío, y comedor.

    —¿Qué les parece? —Indagó Elster al ver que los compañeros de Keith se acercaban a todo el equipo tecnológico para apreciarlo con más detenimiento.

    —E-Es impresionante. —Maike estaba muy impresionada, ver tantas computadoras la hacían sentir como en casa.

    —El sistema que posee esta base se encuentra conectado a todas las cámaras de este país, podrán ver todo lo que ocurre sin problemas —decía Elster—, y también cuenta con conexión directa con los satélites. No deben preocuparse de ser detectados por otros gobiernos, es imposible incluso para nosotros detectar los sistemas de este lugar.

    —Supongo que no está mal. —dijo Keith ligeramente impresionado al ver el lugar que sería su base.

    Elster vio fijamente a Keith y este al darse cuenta de su mirada también hizo lo mismo, los chicos que veían el lugar se percataron del enfrentamiento que tenía su líder con el canciller. Los cuatro esperaban que no pasara nada malo, ya que esa mirada que se dirigían entre ellos, solía ser sinónimo de disputas.

    —A partir de este momento, eres libre de hacer lo que quieras, solo cumple tu parte y todo irá sobre ruedas.

    —No necesitas recordármelo, sé perfectamente lo tengo que hacer.

    —Perfecto, entonces no será necesario que nos volvamos a ver, al menos, durante algún tiempo.

    Después de aquellas palabras, Elster se marchó de ese lugar definitivamente, dejando la base completa a cargo de Keith y de su equipo. Ambos estaban felices de que no volverían a verse durante mucho tiempo, después de todo, nunca se llevaron bien y jamás lo harían, de modo que entre más lejos se encontrara el uno del otro, sería mucho mejor.

    A los pocos días, Elster le envió a Keith soldados, armas y munición para iniciar las primeras batallas en el país, con el pasar de los meses le otorgó armamento pesado tales como tanques, aviones y helicópteros. Las aeronaves y tanques militares eran asignadas a Keith, pero estas las enviaban al Aeropuerto Internacional de Múnich, donde esperaban a ser utilizados cuando fuera necesario.

    Obviamente, debido a la ley marcial muchas personas vieron aquello como algo normal, ya que muchos aeropuertos estaban siendo vigilados rigurosamente con la fuerza militar, todo con el fin de mantener el orden según las órdenes del canciller.

    Al pasar algunos años, miles de batallas se llevaron a cabo en todo lo hacho y largo del país, esto llevó a que muchas personas perdieran seres queridos a raíz de las batallas entre el gobierno y la Organización Kraos. Keith se las ingenió para dar por culpable al gobierno de las muertes de todos esos inocentes, y valiéndose de ello manipuló las mentes de muchas personas, para que estas se unieran a su causa.

    Gracias a eso logró crear toda una organización de más de cinco millones de personas que luchaban bajo sus órdenes y que estaban dispuestos a morir por sus ideales. Los rebeldes, como solía llamarlos su líder, se convirtieron en veteranos de guerra en algunos días, y a los pocos meses se transformaron en terroristas. Siendo capaces de reutilizar armamento militar para crear armamento aún más superior que el utilizado por el gobierno.

    La organización de Keith, creció a tal punto que su territorio militar aumentó en todo el país, y que se demostraba a través de más de diez bases que habían en todo el territorio nacional. Incluso se convirtió en una organización autónoma, de modo que llegado el momento, ya no necesitaba en absoluto de la ayuda de Elster para ninguna de sus operaciones.

    Keith continuó con su papel como el líder de una organización, que para muchos los consideraban como terroristas, mientras que para otros eran considerados «Liberadores», los cuales acabarían con la opresión del gobierno sobre el país. Elster, por su lado, siguió con su papel de canciller, prometiendo a la población que destruiría a la Organización Kraos, promesa que nunca llegaría, ya que la guerra era sinónimo de dinero, y no estaba dispuesto a acabar con un negocio como ese.

    Así, pasaron los años donde ninguna de las dos facciones ganaba el conflicto interno que se desató sobre Alemania, Elster le gustaba jugar a ser dios, y Keith estaba dispuesto a que disfrutara durante un tiempo limitado.

    4 Años Después…
    10 de Septiembre del Año 2197…
    Área de Desarrollo, Instalaciones NGene, Grosshadern, Hadern, München, Baviera, Alemania.


    El canciller Elster Wetzel se encontraba en el Área de Desarrollo de las Instalaciones NGene, un gran lugar donde se producía en masa, decenas de poderosas armas robóticas de destrucción masiva. Observaba a través de un gran vidrio panorámico, el ensamblaje y la producción de aquellas máquinas, las cuales estaban siendo ensambladas con piezas de metal, producidas a través del virus Infinity. Las cuales extrajeron de los cuerpos de los soldados de la E.S.K. que no fueron capaces de utilizar sus poderes.

    Sus cuerpos al convertirse en rocas metálicas, los convertían en un objeto perfecto para extraer metal infinitamente, de ese modo aprovechaban las características del virus Infinity, el cual explotaban al máximo haciendo uso de las características que le proporcionaba a cada uno de sus fragmentos.

    Las máquinas aún estaban en proceso de desarrollo y ensamblaje, pero el trabajo que llevaban para entonces se acercaba al noventa por ciento de su totalidad, por lo que en algunos años saldrían a luz para brindar apoyo a la E.S.K. Elster observaba con detenimiento todo el proceso que llevaban en el ensamblaje, con una sonrisa y con los brazos cruzados frente a él, esperaba impacientemente el día en que esas máquinas se dieran a conocer a la población.

    17 de Septiembre del Año 2197…
    Camino a Altstadt-Lehel, München, Baviera, Alemania.


    Era una noche muy oscura en las carreteras que conectaban con la ciudad de Altstadt-Lehel en Múnich, Ángela estaba preocupada de no poder llegar a tiempo para cenar con Zelig, y es que la oven debió regresar a Nünberg por una emergencia de última hora. Su hermana cuidaba de Evelyn en casa, y fue ella quien le informó que estaba en el hospital debido a una intensa fiebre que pudo ser letal para su vida, sino se hubiera tratado justo a tiempo.

    A Evelyn le suministraron algunos antibióticos que le ayudaron a bajar la fiebre y el doctor al darle la buena noticia, Ángela decidió regresar a Múnich, no sin antes prometerle a su hija que estaría con ella un tiempo, después de que le dieran el alta. Al estar más tranquila, la piscologa regresó de inmediato a la ciudad de Múnich, antes de que cayera la noche. Sin embargo, eso no fue posible, ahora se hallaba en el camino con el tiempo contrarreloj, no estaba muy segura de poder llegar antes de la cena.

    La ruta por la que viajaba Ángela era solo de dos carriles, la joven debió tomar rutas alternas, ya que las rutas principales aún continuaban en reparación tras El Diciembre Caído. La ruta era muy tenebrosa para la rubia, adonde quiera que viera todo era oscuridad, la única fuente de luz que tenía en esos momentos era los faros de su vehículo que iluminaba su camino.

    Ante todo, la joven intentaba mantener la calma, decidió poner un poco de música para calmar un poco sus nervios. Al escuchar una canción en particular que transmitían en la radio, se sintió mucho más tranquila, sonrió ligeramente al sentirse relajada, la música le ayudaba mucho en esa clase de situaciones. Su viaje continuó sin problemas a través de esa ruta tan tenebrosa, esperaba poder salir rápido de ese lugar, le deba un mal presentimiento estar en medio de la nada.

    En la oscuridad de la noche, un extraño ser aleteaba en medio de las tinieblas, Ángela, sin saberlo, era seguida por aquel extraño ser que aleteaba sin crear ruido alguno. La criatura se acercó a la derecha del auto para ver a su objetivo, Ángela sintió que algo la observaba a su derecha, dirigió su vista a ese lugar, pero aquel ser desapareció antes de ser detectado.

    La criatura se movió a la izquierda del auto para ver nuevamente a su objetivo, Ángela dirigió esta vez su vista hacia ese mismo lado, pero aquel ser volvió a desaparecer antes de ser detectado. Ángela empezó a sentir miedo, estaba segura que algo la estaba siguiendo, pero no sabía que era exactamente, de pronto, su miedo aumentó cuando la radio dejó de funcionar.

    Intentó encenderlo y apagarlo consecutivamente para que funcionara, pero sin importar sus acciones, nada funcionó, la radio no respondía en absoluto. Ángela estaba por presionar el acelerador del auto, pero aquella idea se desvaneció en un segundo, cuando aquel extraño ser aterrizó sobre el capó del auto, causando un estrepitoso ruido que dejó helada a Ángela.

    Aquella bestia alada era tan grande que Ángela no podía ver el camino por donde conducía, la mujer al desconocer totalmente aquel ser, empezó a gritar mientras movía de izquierda a derecha el volante del auto, intentando consigo quitar a esa bestia de su campo de visión. Sin embargo, la bestia no se movía en absoluto a pesar de los esfuerzos de Ángela, de pronto, la criatura destruyó por completo el cristal del automóvil con su cabeza.

    La mujer gritó con más fuerza al ver que la bestia acercaba su cabeza hacia ella, intentaba poder ver por donde conducía, pero le era imposible por el tamaño de esa cosa. Ángela sintió más miedo al percatarse que esa bestia le hablaba en un dialecto muy extraño.

    —¿¡Dónde está la Primigenia!? —Quiso saber la criatura, su voz demostraba furia.

    Ángela no fue capaz de comprender las palabras de esa cosa, su lenguaje era extraterrestre, sin duda, no parecía un dialecto que se le considerara humano. La mujer lo único que hacía era gritar desesperadamente, no entendía que era cosa, ni de dónde provenía, y mucho menos lo que le decía. No sabía qué hacer en ese momento, su mente no era capaz de formular ideas ante esa situación tan terrorífica para ella.

    —¡Dímelo! ¿¡Dónde está!?

    Sin saberlo, Ángela viajaba en el carril contrario de la carretera, de pronto, se escuchó un claxon que provenía de un furgón que se aproximaba al automóvil a gran velocidad, en ese momento la extraña bestia se percató de ello, rápidamente salió volando de ahí. Fue en ese segundo preciso en que el automóvil donde viajaba Ángela se estrelló con el furgón.

    Una potente bola de fuego se creó al momento del impacto, la explosión afectó al chofer del furgón, causando que este perdiera el control del vehículo y chocara contra la barra de metal a los lados de la carretera. El furgón se salió por completo del camino, volcando consigo la carga de combustible inflamable que transportaba, la cual explotó en una inmensa bola de fuego en forma de hongo.

    Aquel extraño ser vio la bola de fuego en todo su esplendor, estuvo ahí por unos segundos hasta que decidió marcharse de ese lugar, importándole poco lo que había causado al interferir en el campo de visión de Ángela. La bola de fuego ardió durante varias horas hasta el amanecer…

    19 de Septiembre del Año 2197…
    Cementerio Alter Südfriedhof, München, Baviera, Alemania


    Todas las personas que conocían a Ángela fueron informados de la muerte de la joven, ahora se encontraban de luto en el viejo Cementerio del Sur en Múnich, en ese lugar estaban todos los familiares, amigos y compañeros de trabajo que la conocieron. Evelyn veía el ataúd donde descansaban los restos de su madre, su tía intentaba ayudarla pero era imposible, la joven lloraba sin consuelo alguno.

    Zelig estuvo presente en el entierro de Ángela, aunque el joven vio todo desde la lejanía, muy cerca de algunos árboles del lugar. Cuando todo terminó, Zelig y Evelyn cruzaron miradas por unos segundos desde la lejanía. Zelig no sabía quién era realmente esa joven, y Evelyn también estaba en la misma situación, aunque era muy extraño la presencia del otro en ese lugar, continuaron su camino de regreso a casa sin problema.

    Una lágrima recorrió por el rostro de Zelig al momento en que este se ponía su capucha, el joven sabía que Ángela se había ido para siempre, pero ella siempre viviría en su corazón, nunca olvidaría todo lo que hizo esa mujer por él durante años. Se prometió a si mismo que siempre la recordaría hasta el último día de su vida.

    Zelig se sintió molesto al ver que su padre no estuvo presente en el entierro de Ángela. La joven le había dicho a Zelig que Edmund y ella siempre habían sido muy buenos amigos, y el hecho de que no estuviera presente demostraba que a Edmund nunca le importó en lo más mínimo su amistad con ella.

    Durante el camino, Zelig tuvo la impresión que la historia parecía repetirse, y es que años atrás perdió a su madre en El Diciembre Caído, y ahora la historia se repetía con la muerte de Ángela. Ambas mujeres fueron importantes para él, y parecía que el destino conspiraba para quitarle todo aquello que era importante en su vida.

    Aunque superar la muerte de Ángela sería difícil para el joven, no podía darse por vencido y terminar con su vida solo por su muerte. Zelig se prometió a sí mismo que seguiría adelante en honor a la mujer que consideró como su segunda madre, la haría sentir orgullosa a donde fuera que estuviera.

    El Diciembre Caído marcó drásticamente las vidas de muchas personas en todo el país, pero en especial las vidas de Zelig y Keith. Ambos perdieron personas importantes para ellos, y en base a esa experiencia tomaron diferentes caminos que los inclinaban a un mismo camino. Keith no sabía cuándo ni dónde volvería a reencontrarse con Zelig, mientras que este desconocía por completo el paradero de su viejo amigo y aún más lo que dormía dentro de su cuerpo.

    En la cima de un edificio, aquel extraño joven de nombre Rainhard se encontraba viendo una batalla que se llevaba a cabo entre la Organización Kraos y los de la E.S.K. del gobierno. Rainhard veía la violenta batalla entre ambas fracciones, aquello le hizo recordar el pasado.

    —Los humanos están siguiendo los mismos pasos de aquellos que se convirtieron en Zoners…

    Continuará…

    Datos Curiosos:
    E.S.K: Elite-Streitkräfe. Significa: Fuerzas Militares de Elite.
     
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  7.  
    Agus estresado

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    Hola, Zurel. Paso a comentarte el capítulo final de esta temporada. Debo decir que ha estado bien para mí. No ha sido la gran cosa, pero se han visto cosas muy interesantes. En primer lugar, la puesta en escena que el nuevo canciller llevó a cabo para plantar un conflicto interno en el interior del país, ha dado sus frutos. Imagino que con todo el conflicto que se armó, habrá amasado una gran cantidad de fortuna para él. Ahora mismo, ya tiene mucho sentido lo que ocurrirá con Keith en la parte próxima, ya que se explica como han obtenido la base y todo su equipo. Le habría restado mucho impacto si hubiéramos visto eso antes de lo que se vio en esta parte, así que estoy feliz de que lo hubieras reiniciado.

    En segundo lugar, parece que Keith no tiene pensado seguirle el juego a su tío por mucho tiempo. Imagino que llegará un momento en el que se canse y se decida a irse por su cuenta, y que la guerra ficticia que él y su tío están teniendo, pasará a ser una verdadera. Muero de ganas por ver eso. La verdad es que, con esta parte que pasó, Keith y Elster se han convertido en mis dos personajes favoritos.

    Me sorprende que haya aparecido una criatura alada, y que haya decidido atacar a Ángela y preguntarle por la primigenia. Eso quiere decir que, además de los Zoners, y las criaturas de cristal, hay más cosas allí dando vueltas. Ahora, lo que no entiendo, es por qué atacó a Ángela para saberlo. Es decir, Ángela no tuvo nunca contacto con Zellene. La única explicación que le encuentro es que Zelig sí, y que Ángela al estar tanto tiempo con Zelig, ha adquirido algunas características de la primigenia, o algo parecido.

    Te marcaré algunas cosas que no me han gustado del todo:

    1- La falta de protagonismo y desarrollo de Manfred, Astrid, Maike, y Liz. Keith fue el que movió casi todo durante esta parte. En el único momento en donde recibió ayuda fue durante la Operación The Fall y durante el atentado terrorista, pero la ayuda fue "mínima" por así decirlo. Los personajes han participado muy poco. Entiendo que no tengan poderes, pero no han aportado mucho a la trama. Más allá de un par de escenas con Manfred en los entrenamientos, o de Astrid y Maike en la misión, no se ha visto mucho de ellos. De Liz tampoco se ha visto casi nada. Más allá de su combate y su charla con las chicas, no destacó como esperaba que lo hiciera. Espero que se mejore en la siguiente parte.

    2- no has descrito a la criatura alada. No sabemos como es, y puede que nos estemos imaginando algo que tú no te has imaginado. Solo se sabe que es grande y tiene alas. Pero me hubiera gustado conocer más, como color de piel, masa muscular, o incluso características físicas de otras partes del cuerpo. En caso de un ser humano, no hace falta describirlo, porque todos sabemos como es uno, pero ahora no sabremos si la imagen de la criatura que tenemos en mente es la que tú tenías en mente.

    3- Zelig quedó muy "afectado". Pasaron varios años y su progreso no mejoró mucho. Eso me decepciona. Me hace ver a Zelig como alguien demasiado débil, cuando en Extinction (en Z/N) lo mostraste como alguien con un gran poder. Entiendo que hayas reiniciado la historia, pero espero que no sea tan fuerte en la siguiente parte. A lo que me estoy refiriendo es que la descripción que pusiste me hizo ver a Zelig como un "niño que necesita ser mimado". Cuando leí que Ángela aceleraba para llegar a cenar con él, eso me hizo pensar que Zelig es muy frágil. Porque si ella es psicóloga y estaba haciendo eso, era porque consideraba que lo necesitaba con urgencia. Entonces, ¿tan débil es Zelig mentalmente? Pasaron unos 9 años desde esa experiencia traumática. ¿Zelig aún necesita que Ángela se aleje de su hija? Ángela mencionó que no se llevaba a Evelyn consigo ni que tampoco traía a Zelig a su casa porque a Zelig no le gustaba la gente ni tampoco apartarse de allí. Pero 9 años después, parece que Zelig sigue igual de afectado porque necesita que Ángela esté con él, y no quiere moverse de su lugar de confort. Incluso Ángela dejó a su hija enferma para estar con él.

    Eso me hace sentir que los 9 años de tratamiento no sirvieron de mucho para ayudar a Zelig. Lo entendería en el primer año, pero pasaron 9. Ahora mismo, Zelig me desagrada por completo. No es una crítica a la historia, es solo que los personajes tan "débiles" me generan repulsión. En LY se decía que Zelig era especial y que Keith era débil. Pues, ahora se mostró todo lo contrario. Kieth se volvió muchísimo más fuerte e independiente sin necesidad de un niñero que lo cuide, mientras que Zelig no.

    Sé que ambos están destinados a encontrarse y luchar a muerte en el futuro. Espero, con toda mi alma, que Keith lo haga pedazos. Si tienes pensado que Zelig lo derrote, espero ver un cambio que muestre como él se vuelve más fuerte (el final del capítulo parece el puntapié inicial para que se dé). Porque si este Zelig tan débil llega a derrotar a Keith, te quemaré la casa XD.

    Ahora, una opinión sobre Rainhard. Me encanta el misterio que envuelve a este personaje desde que apareció por primera vez. Pero creo que ya se terminó el tiempo del misterio y que sería bueno conocer un poco más sobre él. ¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿Cómo sabe tanto? ¿Le interesa salvar a la humanidad? ¿Está ahí solo para ver? ¿Qué es lo que quiere en realidad? Estoy ansioso por conocer más sobre él.

    Te marcaré estos errores pequeños que encontré:

    Bueno, me ha gustado mucho esta parte. Esperaré ansioso por la siguiente. Saludos.
     
    Última edición: 23 Octubre 2018
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