Yo solo quiero estar contigo...

¿Quien es ella?
Ya era el día, estaba en los camerinos con las demás chicas que aparecerían en la obra. Una de ella me ayudaba a arreglarme el cabello. Me dieron un vestido largo como los que se usaban en la época de la obra. Color rojo, con algunos detalles en blanco en el corsé. La falda era roja hasta los tobillos y tenia encaje blanco hasta abajo. En mi cabello hicieron risos y me pusieron una corona dorada.


Todo empezó sin ningún percance, vi a Inuyasha, se veía tal y como un príncipe, y yo era su princesa. El traía una playera o camisa como quiera que se llamen color Azul marino, de manga y cuello, era de terciopelo. Traía una capa, unas mallas negras y botas cafés y Su espada de lado izquierdo.

Llego la hora del acto donde yo estaba en un balcón.

Pusieron muchas flores alrededor del balcón y bajo de el también.

Todo salió perfecto.

Era turno de la parte en que me besa, cuando supuestamente Julieta esta muerta.

El beso perfecto… recibimos muchos aplausos.

Nos fuimos a cambiar y me dijo:

—Oye Kagome… ¿Tienes algo que hacer hoy? —Me pregunto Inuyasha

—No, ¿por qué? —

—No sé, ¿si tu quisieras ir al cine conmigo? —

—S…Si, si quiero Inuyasha—Le dije y mi cara empezó a ponerse roja.

—Bueno voy, por ti a las cinco.—

Llegue a mi casa, y recordé mi sueño. Que se estaba volviendo realidad.

—Es coincidencia— Dije mientras escogía la ropa. —¿Qué me pongo? —

Después de sacar todo mi guardarropa me decidí por un pantalón de mezclilla. Una blusa de tirantes negra, me puse un collar de perlas. Y unas balerinas negras.

Se escucho el timbre.

Baje a abrir, era Inuyasha, se veía muy bien, traía un pantalón de mezclilla, unos tenis negros, y una playera azul marino con negro.

Eran las cuatro y media pero yo ya estaba lista y me dijo:

—Perdón que llegue temprano, es que no había nadie en mi casa que me detuviera así que me dije a mi mismo: mi mismo vamos con Kagome y asi podremos tener mas tiempo juntos, espero no te moleste— Me dijo

Yo aun atónita por lo que dijo le conteste:

—No, no te preocupes. Ya estaba lista de todos modos… ¿quieres pasar? —Le dije

—Me encantaría, pero que te parece si vamos por un helado antes del cine, ¿te parece bien? —Me dijo Inuyasha.

—Si… deja voy por mis cosas y aviso que ya me voy—Le dije
En el camino me encontré a mi mama y le dije.

—Mamá, ya me voy—

—¿Ya llego tu amigo? —Me contesto mi mama

—Si, está en la puerta—Le respondí mientras tomaba mi bolsa.

—Bien cuando regresen quiero conocerlo—

—Si, adiós mama—Salí de la habitación.

Regrese con Inuyasha que estaba recargado en la puerta.

—Listo— Le dije

—Bueno vámonos— me dijo mientras se dejaba de recargar.

Bajamos las escaleras del templo. Y allí se encontraba un coche color negro. Me quede muda al verlo. El me abrió la puerta y yo subí. No decía nada, porque esto era tan parecido a mi sueño que hasta miedo me daba.

El tomo asiento en el lugar del conductor y nos dirigimos a un centro comercial no muy cercas de nuestras casas.

Llegamos al centro comercial, estaciono el coche cerca de la puerta principal y entramos. Para llegar al la heladería había que pasar por el cine.

—Oye, hay que comprar los boletos de una vez, para no hacer fila al rato— Me dijo.

—Sí, vamos— le dije mientras nos dirigíamos hacia el cine.

Compramos los boletos para la película, era un comedia romántica con acción y fantasía, no recuerdo como se llamaba, pero trataba de una chica que caía en un pozo y la trasladaba a quinientos años atrás y conocía a un chico hanyou, se enamoraban y se casaban. Ya saben, cosas raras…

La función era a las cinco y media de la tarde y apenas eran las cinco teníamos media hora, que la utilizamos para ir por el helado, y fuimos a dar una vuelta al centro comercial que era bastante grande.

Ya era hora de la película, nos fuimos al cine compramos unas palomitas medianas y 2 refrescos. Y nos metimos a la sala.

—¿Donde te quieres sentar? —Pregunto Inuyasha.

—Hasta allá— le dije mientras señalaba con el dedo la última fila.

El solo sonrió, subimos hasta llegar a aquella fila alejada de todos.

Nos sentamos y dejamos los refrescos y las palomitas a un lado.

Empezó la función.

En la película estábamos en una parte donde se encontraban en la casa de la chica y estaban a punto de besarse pero el hermano de ella los interrumpió. Cuando en eso Inuyasha hace el truco de bostezar y estirar los brazos y me abraza. Y yo me recargo en su hombro.
Después de un rato, Inuyasha me volteo a ver, sus ojos tenían un brillo especial, y yo también lo miraba. Se fue acercando poco a poco. En ese momento que ya estábamos a nada de besarnos. Se encendieron las luces de la sala. No nos fijamos que la película estaba a punto de acabarse. Nos paramos y nos dirigimos al coche de Inuyasha.

—Oye a todo esto. ¿Dónde sacaste el coche? —le pregunte mientras él me abría la puerta.

—Es de Sesshomaru, mi hermano— Contesto mientras yo subía.

—Con que así se llama su hermano— pensé.

—Se deben llevar muy bien para que te lo preste— Le dije cuando él se subía al auto.

—Pues así que digas, que bien se llevamos, pues no pero el chiste es que me lo presto.

Arranco el auto, yo pensaba que ya íbamos a casa pero, no fue así, nos dirigimos a un restaurant que yo no conocía pero se veía muy lujoso. Se Llamaba l'amour de ma vie.
Nos acercamos y el Joven que se encontraba en la puerta nos dijo:

—¿tiene reservación? —

—Sí, Esta al nombre de Sesshomaru Tessaiga—le contesto Inuyasha.

—Claro, pasen por aquí—

Nos escolto hacia una mesa con dos sillas apartada de las demás. Y se retiro.
Era un restaurant elegante y morderno. Estábamos en un balcón, que daba a un jardín que el mismo restaurant tenia. Con velas alrededor de la mesa. Y el jardín lleno de hermosas flores de colores y en medio una fuente.

—Y no te llevas bien con tu hermano, Inuyasha— le dije en tono burlón.

—Pues cuando le conté de ti, cambio mucho—

—Me gustaría conocerlo— Le dije a Inuyasha

—Claro, después le digo que nos acompañe— Me respondió el chico de ojos dorados.

—Aquí tienen el menú, jóvenes— Nos interrumpió un mesero.

—Gracias— Dijimos Inuyasha y yo al mismo tiempo como si se tratara de una sola voz.

—Pide lo que quieras— Me dijo Inuyasha.

Después de un rato, el mesero regreso y nos tomo la orden.

—Kagome, quería preguntarte algo. —Me dijo Inuyasha.

—No… puede…ser… es lo mismo que mi sueño—pensé.

—Kagome… tu quisieras…—

—¡Inuyasha!—nos interrumpió una voz de mujer.

Una chica se acercaba a nosotros.

Inuyasha al escuchar la voz hizo cambio la expresión de su rostro completamente, como que no quería escucharla, y no volteo hasta que la chica se acerco y le tomo el hombro.

—Hola, Kikyo…—Dijo sin mucho afán.

—Inuyasha pero que cambiado estas, ven cena con nosotros— Le dijo la chica y lo jalo del brazo.

—No puedo, y no quiero, Kikyo— por favor déjanos. —dijo Inuyasha, yo no podía decir nada porque sentía que cualquier cosa que dijera no tendría lugar en la conversación.

—Bien… nos vemos. — La chica se fue.

—¿Quién era ella, Inuyasha? — le pregunte cuando vi que la chica estaba a una distancia que ya no escuchara.

—¿Por qué?, ¿Por qué tenía que aparecer ella? — Dijo, gruñendo y poniendo sus manos en su frente molesto.

—¿Quién es Inuyasha? —le pregunte con un tono de voz mas alto.

—Es…mi ex-novia—

Me quede congelada al escuchar eso, y no sabía que decir.

—Tenía que arruinarlo todo… —Susurro Inuyasha.

En ese momento, el mesero regreso con nuestra cena y nos dispusimos a cenar, pero ya no comentamos nada en toda la cena.

 

¿Dónde estabas?

Cuando llegamos a mi casa, Inuyasha estaciono el coche enfrente de las escaleras, se quedo callado. Como no decía nada decidí bajar del auto.

—Nos vemos el lunes— le dije bajando una pierna del coche.

—Espera... — musito Inuyasha tomándome del brazo.

Yo lo voltee a ver, el estaba con la cabeza agachada y viéndome de reojo.

— ¿Qué pasa? —le dije, con tono de preocupación.

—Es que… yo, quería decirte…— hablaba entre pausas y se acercaba poco a poco a mí.

—Si... ¿qué pasa Inuyasha? — susurre, yo también me acercaba mas y mas a su rostro.

Estábamos a punto de besarnos cuando escuche a Souta gritar:

— ¡Mama!, mi hermana ya llego—

Voltee y mire por la ventana. Souta venia bajando las escaleras.

Mire a Inuyasha y sonreí.

—Lo siento, Inuyasha— y le di un tierno beso en la mejilla.

El sonrió.

Souta estaba a un lado del coche, así que baje.

— ¿Qué pasa souta? — le pregunte en un tono algo molesto, y como no molestarme, si estaba a punto de besar al chico que realmente me gusta.

—Nada, solo vi que un coche que no reconocía se estaciono aquí y vine a ver qué pasaba— Sonrió con inocencia, y yo me calme un poco, al fin y al cabo el no sabía que pasaba allí adentro, de lo contrario, no hubiera molestado.

—Ok, Bueno ve con mama, dile que allí vamos Inuyasha y yo. — Recordé que mi mama me dijo que quería conocer al chico, así que no la desobedeceré, igual, y más chances de salir con él me da.

Souta regreso a casa y yo fui con Inuyasha.

—Vamos, que mi mama quiere conocerte— le dije sonriendo.

—Sí. —dijo sonrojado.

Bajo del auto y se acerco a mí, me tomo de la mano y subimos.

—Inuyasha… cuanto quisiera que…—Inuyasha interrumpió mis pensamientos.

— ¿qué pasa? —dijo Inu.

—No...Nada, jeje vengo pensando— musite.

Cuando al fin llegamos a la puerta de la casa, el me abrió la puerta y pase

— ¡Mama! — Grite

—Ya voy hija— se escucho la voz de mi mama arriba. Nos dirigimos a la sala Inuyasha y yo

—Siéntate Inuyasha ¿quieres algo? — Le pregunte a Inuyasha.

—No gracias. — respondió

Mi mama entro a la sala.

Inuyasha se levando y se presento.

—Buenas noches señora, mi nombre es Inuyasha Tessaiga. —Estiro la mano para estrecharla con la de mi mama.

—Buenas noches joven. — le sonrió.

Yo estaba en medio de los dos.

— ¿ya cenaron? — pregunto mi mama.

—Si— contestamos en unisonó Inuyasha y yo.

—Bueno, iré a la cocina a hacer un café, ¿gustas Inuyasha? — pegunto mi mama mientras se acercaba a la puerta de la cocina.

—No gracias señora. —

Después de un rato, Inuyasha se fue.

Subí a mi cuarto, me puse mi pijama. Mi favorita, es de blusa de tirantes color gris, con un corazón rosa en medio, el pantalón es hasta la rodilla también color gris, y con muchos corazones iguales a los de la blusa pero en chiquitos.

Y me quede dormida…

El lunes por la mañana, me dirigía a la escuela, todo era normal. Y me encontré a Kouga en el camino.

—¡Kouga! — Corrí acercándome a el

—Hola Kagome— Dijo mientras volteaba.

—¿Dónde estabas?, ¿por qué saliste en la obra? —

—Pues… tuve que salir de la ciudad— Contesto.

—oo... pues que mal Kouga, te perdiste la obra—

Kouga se quedo mirando a lo lejos. Yo estaba dando la espalda a lo que miraba. De repente., me toma de los brazos y me besa. Me lo quite de encima y me di cuenta que venía… Inuyasha.




Intento hacer las contis mas largas, pero no tengo tiempo :S
ya casi en Fin de semana y ya las haré mas extensas!

Cuidensee Nos vemos :D

 

Y… ¿Qué paso aquí?

Inuyasha paso a nuestro lado como si nada, mire a Kouga y no le dije nada solo lo mire. Fruncí el seño y seguí caminando a unos pasos de Inuyasha, pude escuchar unos pasos tras de mí, Kouga (seguramente), pero no quise voltear. Estaba molesta, enojada. Ya ni sabía que tenía, pero de que no estaba contenta con él, no lo estaba.

Llegamos a la escuela y de la nada de nublo, y empezó a chispear, pero ya estábamos dentro de la escuela cuando esto paso, así que no nos mojamos. Llegue a mi lugar, Inuyasha, alado de mi pero ni un hola, nada. Lo mire de reojo. Estaba recostado en la mesa del pupitre, sus brazos tapaban su cara.

—¿Qué pasa?, ¿se habrá enojado? Pero no fue mi culpa… yo no quería. — se me venían mil cosas a la mente. Pero me daba un poco de miedo hablarle al chico, pero quería… quería hablarle, era necesario después de lo
que nos paso en su casa. ahora más que nunca debía hablar con él.

—Inuyasha… ¿Qué tienes? — me daba una idea de lo que tenia, pero tenía que asegurarme y decirle “no pasa nada, yo te quiero a ti”, pero… no se algo me lo impedía.

Poco a poco levanto su cabeza y volteo a verme.

—Nada… o tal vez si tengo algo— me miro, entre enojado, triste, expresaba muchas emociones.
Yo también lo mire, no dije nada, quería abrazarlo. Pero en eso llego la maestra.

Le mande un recadito a Sango para pedirle consejo.

“Sango, fíjate que Kouga, me robo un beso en la mañana, Inuyasha nos vio y no me ha dicho nada, pero lo veo muy raro.. “

Y de regreso decía:

“pues yo diría que hablaras con el, arregla el asunto, se lo que pasa entre ustedes, no se dejen llevar por envidias”

En el receso…

Estaba lloviendo, todos estaban en el área techada de la escuela, Sango y yo nos sentamos en un pasillo que daba a los laboratorios. Y de rato llego Miroku e Inuyasha. Sango le dijo algo al oído a Miroku, y se fueron.
Dejándonos a Inuyasha y a mi solos.

—Inuyasha…—

—¿Qué pasa, Kagome? — contesto el chico de ojos dorados.

—Pues… es que— No pude terminar, la frase porque Inuyasha me abrazo.

—No digas nada… —Dijo Inuyasha, ya estando yo en sus brazos.

Me recosté en su hombro.

—Es el momento Kagome, dile que lo quieres, que ya es tiempo de que se enteren—

Estaba por decírselo cuando…

—Kagome, no te pude decir eso antes…—me quito sus brazos de mi, y puso sus manos sobre las mías. —Te
amo Kagome… ya, fue suficiente esconder esto. ¿quieres ser mi novia? —

Lo mire, me sonroje y sonreí, no reaccionaba, aun estaba en shock. No le dije nada solo lo abrace.

—Si, Inuyasha si quiero— puse mis manos en sus hombros y el tenia sus brazos alrededor de mi cadera. Nos
miramos, el se fue acercando poco a poco a mí y yo a él.

Cerré los ojos y sentí presión en mis labios. Creo que fue mejor que la primera vez que nos besamos. Fue muy lindo, porque en la parte que estábamos de la escuela no había muchas personas porque era un pasillo muy alejado de los demás.

Me volvió a abrazar. Y pude ver de reojo que Sango estaba asomada en el borde de la pared. Pero ella no vio que me fijaba, y se volvió con Miroku.

—Te quiero Inuyasha…—

—Yo no, yo te amo— lo dijo abrazándome mas fuerte.

Después de unos 10 minutos, dieron el toque, ya era hora de regresar a clase. Subimos las escaleras tomados de la mano, mucha gente nos veía. Como si fuera cosa rara.

Llegamos al salón, todos nos miraban, bueno a nuestras manos jeje, llegamos a nuestros lugares y lo mire y sonreí.

En la salida, aun seguía lloviendo pero, yo traía una sombrilla. Íbamos camino a mi casa, muy juntitos en el paraguas y en el camino encontramos a Kouga, yo no le dije nada. Pero Inuyasha. Levanto nuestras manos como “presumiendo” que ya estaba de novio conmigo. Y dijo.

—¡Como vez, perro rabioso! —

Kouga, nos vio y frunció el seño, y yo lo mire orgullosa de con quién iba, creo que después le podría hablar pero, no creo que sea lo mismo.

Llegamos a mi casa. El me dejo en la puerta pero como lo dije arriba, aun llovía. El se iba a ir y me quería dejar el paraguas pero yo le dije:

—Llévatelo, lo necesitas— Sonriendo y sin dejar de ver sus ojos.

—No, toma no tardo mucho en llegar a casa— se acerco a mi

—entonces…que te parece si te quedas a comer en mi casa. —Le dije acercándome más.

—¿Qué te parece si mejor yo te invito a comer?, y de paso hacemos la tarea ¿Qué opinas? —acercándose más a mí

—pues deja le digo a mi mama, y si me dice que si… pues nos vamos— le conteste.

Entre a la casa. Inuyasha también pero el se quedo alado de la puerta.

—¡Mama!, ¿puedo ir a comer con Inuyasha? — Dije.

—Si, hija, ve, ese chico me inspira mucha confianza. Puedes ir—me dijo mi mama

La abrace y me fui.

—Listo, vámonos— le dije a Inuyasha impaciente.

—Bien, vámonos— Me tomo de la cintura con la mano izquierda y con la derecha llevaba el paraguas.

De camino, le pregunte:

—¿y qué comeremos? —

—pues ¿Qué se te antoja? —

—mmm… espagueti…pero pues no se que tengas pensado—

—Pues podemos hacer espagueti si tu quieres— Me contesto Inuyasha.

Llegamos a su casa. Ya sabía dónde estaba cada lugar. Fuimos a la cocina y empezamos a hacer de comer.

Fue divertido porque no sabíamos que hacíamos, quedo muy raro todo, pero quedo sabroso. Después de comer nos fuimos a ver la tele en la parte de arriba de su casa. Y escuche que abrieron la puerta.

—¡Inuyasha! Ya estamos aquí—

Dijo una voz, pero no era de su hermano.

—¿Quiénes son Inuyasha? —

—Mis padres, los conocerás—

Me puse un poco nerviosa pero creo que todo saldrá bien.





espero les guste la conti, no ando muy inspirada estos dias pero bueno :S que se le puede hacer
cuidense

 

Ellos son mis padres.

Bajamos, y dos personas estaban allí. Una de ellas, era una mujer, cabello largo, lacio hasta la cintura, vestía con un pantalón de mezclilla, con unos zapatos de tacón alto color negro, y un blusón de estampado de cebra. La otra persona un hombre, alto y la verdad era apuesto, se parecía mucho a inuyasha, tenia cabello plateado, agarrado con una cola de caballo, estaba vestido con un pantalón de vestir negro, una camisa color crema, y un saco también negro
.
Alado de la puerta había varias maletas.

—¡Mama!,¡Papa! — dijo Inuyasha con entusiasmo mientras corría a abrazarlos.

Yo me quede a media escalera mirándolos.

Las dos personas al percatarse de mi presencia me miraron y de inmediato miraron hacia Inuyasha.

—Aah… Ella es Kagome, mi novia— Dijo inuyasha tomándome de la mano para bajar unos escalones que me faltaban.

Yo sonreí.

—Buenas tardes, Soy Kagome Higurashi, mucho gusto. —

—Buenas tardes, jovencita, yo soy Izayoi—Contesto, la mujer estrechándome la mano.

—Hola, yo soy Inu no Taisho—Respondió el señor, igual, estrechándome la mano.

Yo solo sonreía.

—Bien, ¿quieres un café Kagome? — Me pregunto la señora Izayoi.

Mire a Inuyasha, el asintió con la cabeza.

—Si, por favor— Conteste.

—Bueno iré a prepararlo, ¿tú también quieres Inuyasha? —

—Sí, mama, por favor— Respondió casi al instante Inuyasha.

—Yo también quiero— Dijo el padre de Inuyasha.

—¿Le ayudo en algo? — le dije a la madre de Inuyasha.

—No gracias, Kagome, tu aquí eres la invitada— me contesto, y me regalo una sonrisa.

Me fui al sillón donde se encontraba Inuyasha y me senté a su lado, en el sillón de la izquierda se encontraba su padre.

—¿y a donde fueron ahora? —Pregunto Inuyasha, me imaginaba que como estaban las maletas, pues acababan de llegar de algún viaje.

—Fuimos a Inglaterra, y a Francia— Contesto el Señor.

Me sorprendió que hayan ido hasta allá…

En eso, llego otro joven, de unos 20, cabello largo, plateado… ya era de familia eso. Tenía una mirada fría.

—¡Papa!,¿ cuando llegaron? —Dijo aquel chico. En ese instante, supe quien era ese chico, el hermano de Inuyasha, había escuchado su voz, pero
nunca lo había visto.

El miro hacia mí, y la verdad me dio un poco de miedo esa mirada.

—Mira Sesshomaru, ella es Kagome— dijo Inuyasha.

Sesshomaru se acerco a mi y me extendió su mano, yo extendí la mía, y le dio un pequeño beso.

—Es un placer, al fin conocerte— Yo me sonroje.

Inuyasha le quito la mano de la mía, y me abrazo.

—Bien Inuyasha, cuídala bien. —

No entendía bien lo que quería decir, pero, no creo que sea nada malo.

Después de un rato Inuyasha fue y me llevo a mi casa.

Hola!, bueno entre semana los capítulos serán cortos pero (si puedo) diarios o mínimo un dia si y uno no, y el fin de semana uno largo J

 

Nos fuimos caminando a mi casa, por lo mismo que estaba muy cerca, íbamos abrazados, esa noche era muy hermosa, había luna llena, con infinidad de estrellas.
Yo tenía pensando el “porque” de que viajen tanto sus padres. Inuyasha vio que venía distraída y me pregunto.

—¿Qué pasa, Kagome? vienes muy pensativa— Dijo volteándome a ver.

—Pues, venia pensando: desde que te conozco siempre estabas tu solo en tu casa con Sesshomaru .Tus papas viajan mucho, ¿verdad? — Le conteste y frene mi paso, volteándome de frente al chico de ojos dorados, y tomándolo de las manos.

—Pues sí, mi papa trabaja en una empresa internacional, y debe viajar constantemente para promocionar y dar a conocer los productos de la empresa. — Me dijo sonriendo

—Mmm… bueno creo que debe ser difícil para ti ¿no? —

—Pues sí, pero, ya me acostumbre. Cuando éramos más chicos nos dejaban con una tía. —Dijo Inuyasha.

Yo me acerque a él y lo abrace, le di un beso de piquito y le sonreí.

—Pues yo no te voy a dejar solo, te amo Inuyasha— Le dije mientras me acomodaba en su pecho.

—Yo también te amo Kagome, y no dejare que te pase nunca nada. —

Me miro a los ojos y yo le sonreí, Se acerco a mí y me beso tiernamente.

—Oye, ¿vamos mañana al campo? —Me dijo Inuyasha.

Yo asentí con la cabeza, me tomo de la mano y seguimos caminando hacia mi casa.

Al día siguiente…

Me levante, eran como las ocho de la mañana, era un día precioso. Abrí la ventana de mi habitación, sentí una pequeña brisa, que hacía que mis cabellos azabaches se movieran un poco. Recargue mi codo derecho en la orilla de la ventana y la mano la recargue en mi mejilla. Miraba como las hojas de un árbol que se encuentra enfrente de mi casa, se movían lentamente.

Mi celular sonó, voltee, rápidamente hacia mi escritorio, donde se encontraba mi celular, lo tome y vi que la llamada era de Inuyasha.

—¿Bueno?, ¿Inuyasha? —

—Hola Kagome, paso por ti en una hora, para que estés lista— Dijo Inuyasha.

—Ok, te espero—

—Bueno, te dejo, te amo—

—Yo también bye— Colgué el teléfono y lo puse en mi bolsa, para que no se me olvidara.

Abrí mi armario, tome una blusa color rojo, con un corazón blanco en medio, un pantalón de mezclilla. Y unos tenis rojo. Me agarre mi cabello con una cola de caballo. Tome lo que me iba a llevar. Y me fui a la parte de abajo.

Después de unos 15 minutos, llego Inuyasha.

Me subí al coche, le di un beso y le pregunte:

—¿Llevas ya la comida, o voy a hacer unos sándwiches? —

—No ya llevo todo. No te preocupes—

—Bueno vámonos—

Estuvimos en camino como por una hora, cuando se paso de la carretera a una brecha a la derecha. Lo mire y el también me miro y sonrió.

A unos cuantos kilómetros más adelante, se paro enfrente de una pequeña cabaña.
Inuyasha se bajo y me abrió la puerta. Y después fue a la cajuela del coche y saco una canasta. Y otra
maleta.

Se acerco a mí y me dijo:

—Ven, vamos—

Se fue hacia la puerta de la cabaña y abrió la puerta. Me dejo pasar primero.

Era una cabaña muy pequeña. Había una pequeña cocina del lado derecho. Del lado izquierdo dos sillones color café y de un lado había una chimenea. Y alado un comedor de cuatro sillas hecho de madera. Del lado derecho había unas dos puertas.
Inuyasha dejo la canasta y la maleta en la mesa del comedor, mientras yo checaba cada detalle de aquella acogedora cabaña.

—Ven vamos a caminar un rato— Me dijo Inuyasha mientras estiraba su brazo hacia mi— Lo tome de la mano. Y salimos de la cabaña.

Caminamos un poco y llevamos a un pequeño lago que estaba perdido entre los árboles, se miraba el reflejo del sol en el agua cristalina, y se alcanzaban a ver los peces nadando. También se veían plantas acuáticas en el fondo del lago.
Inuyasha me abrazo.

—¿quieres que vallamos a comer algo? — Me pregunto Inuyasha

—Ahorita estoy bien, no sé si tú quieras—Conteste.

—No, por eso te preguntaba. —

—Bueno, quedémonos un rato más—

Sentí una mirada entre los árboles, no decía nada, pero sentía que algo iba a pasar.

Voltee, me acerque a los arbustos y era un niño. Como de unos 8 años.

—¡Hola!— Le dije.

El niño dio un paso hacia atrás como asustado.
Inuyasha, al verme se acerco.

—¡Hola Shippo!— Dijo Inuyasha

—¡¡Hola!!—Contesto el pequeño.

—Mira Shippo, ella es mi novia, Kagome.—

Lo salude con la mano y sonrei.

—El es hijo de una prima que vive por aquí—Me dijo Inuyasha.

—¿Quieres venir a almorzar con nosotros?— Invite al Shippo.

—Si, claro— contesto.

Regresamos a la cabaña y tomamos la canasta. Nos fuimos entre los arboles pusimos una manta y nos sentamos a almorzar

 

Bueno este Fic es el primero que hice (y que aun no termina) pero como hubo un tiempo en que le puse atención, pues lo cerraron, pero aquí vengo de nuevo para continuarlo.
http://fanficslandia.com/index.php?threads/yo-solo-quiero-estar-contigo.15027/#post-417830
Les dejo el Link del Fic y el siguiente capitulo aqui...
Comenten !! :D

Regresamos a la cabaña…


En el camino nos encontramos a una amiga de Inuyasha.

—Hola Inuyasha—Dijo la chica. Era más o menos de mi tamaño, unos centímetros más pequeña. Cabello largo rubio, ojos grandes color miel. Vestía un pescador de mezclilla, una blusa color verde
azulado, y unas sandalias del mismo tono de la blusa. —¡Tanto sin vernos! —

—Hola, Natzuko, ¿como estas? —Contesto Inuyasha con tono alegre, mientras me tomaba más fuerte de la mano.

—Muy bien Inuyasha, ¿Qué haciendo por aquí?, ya hacía tiempo que venias…

—Pues vine con mi novia. — Dijo como adulándome.

Me acerque hacia la chica.

—Mucho gusto, soy Kag…—

—Si, si como sea…—Me interrumpió. — ¿Cómo te ha ido Inuyasha? — Se metió entre Inuyasha y yo, dándome a entender que yo “sobraba” en esa conversación.

Inuyasha, la hizo a un lado y me tomo de la mano, se acerco y me dijo al oído:

—No le hagas caso, es muy creída, vámonos mejor no quiero que empiece con sus tonterías contigo. —

Yo asentí con la cabeza.

—Eso no se hace Inuyasha, ¿Secretearse enfrente de los demás?, enserio que haz cambiado. —
Dijo con las manos sobre la cintura, y lo dijo en tono como reclamando.

—Natzuko, ya nos tenemos que ir, después nos vemos— Dijo Inuyasha.

Yo no dije nada. Me limite a mirarla. Y camine junto a Inuyasha.

Ella se quedo inmóvil como si hubiera visto algo… raro.

Yo me imagine que solamente nunca le habían hecho un desplante así, mas bien, ella los hacía a los demás.

Caminamos sin mirar atrás así que no sé exactamente que paso con ella.

Al día siguiente regresamos a la ciudad.

Estábamos en la carretera, con música algo bajita, íbamos escuchando una canción de Daft Punk, era el radio no recuerdo la estación. Yo iba mirando los paisajes desde la ventanilla del auto, e
Inuyasha estaba concentrado en el camino. Era un silencio un tanto incomodo. Él lo rompió tomándome de la mano y dándole un tierno beso.

—Te incomodo un poco, ¿verdad? —dijo.

—¿De qué hablas? — Me hice la que no sabía de que hablaba, pensaba que si le decía a Inuyasha, que si, efectivamente me había molestado la actitud de aquella chica, iría a buscarla, y no quería ocasionarle problemas.

—De Natzuko, fue muy…—

—Hablemos de otra cosa—Interrumpí

—Bien, ¿de que quieres hablar?.—

—De lo que quieras…—Dije desganada.

Inuyasha me miro con mil dudas en sus ojos… pero yo seguía perdida en mis pensamientos.

—Son demasiadas las personas que quieren a Inuyasha… ¿Qué estas pensando Kagome? ¡El solo
te quiere a ti! Si no se hubiera ido con otra hace tiempo. —
Me repetía una y otra vez…

Nos detuvimos, estábamos en lo más alto de una montaña, se alcanzaba a mirar un hermoso paisaje, muchos árboles un lago, pequeñas cabañas y uno que otro sendero.

Inuyasha bajo a abrirme la puerta. Me tomo de la mano para ayudarme a bajar. Yo seguía hundida en mis pensamientos.

—Dime qué te pasa Kagome, estas muy distraída desde que salimos de la cabaña— pregunto Inuyasha preocupado.

No sabía que contestarle, pensaba en que cualquier momento alguien llegaría y se llevaría a mi Inuyasha, era lo último que yo quería.

Lo abrace. El también lo hizo recargo su mentón en mi cabeza.

Yo no decía nada.

—¿Qué pasa? — Volvió a preguntar.

Lo mire a los ojos y me acerque para besarlo, el me correspondió inmediatamente.

—No quiero que te alejes de mi…—Susurre.

—No—Sonrió—Nunca lo hare.

Yo le devolví la sonrisa y volví a abrazarlo.

Después de un rato de descansar, Volvimos al camino. Solo que ahora no había silencios ni nada por el estilo, de vez en cuanto un “te amo”, o un beso en la mejilla se dejaban ver.

Nos acercábamos a un entronque, de un lado decía la ciudad, y del otro un pequeño puedo que la verdad no recuerdo su nombre. Obviamente, imagine que daríamos vuelta por el lado de la cuidad
pero no fue así. Giro hacia el pueblo.

—¿A donde vamos? — pregunte.

—Ya lo veras, ¿crees que puedas faltar a clases mañana? — Me miro y sonrió.

—Pues, no lo sé, le tendría que llamar a mi mama, se preocuparía si no llego—

—Bien, entonces llámale. —Saco su celular de su camisa y me lo dio.

Después de unos minutos batallando con mi mama, la logre convencer.

—Bien, si, si puedo faltar mañana—

Debo decir que no me ponía muy feliz de “echarme la pinta” porque no encontraba otra palabra para describir lo que pasaba. Pero estaba con Inuyasha. Todo lo valía, o al menos eso pensaba yo. Creo que más que nada lo hacía por tener un rato solo para nosotros dos, claro, hemos pasado mucho tiempo juntos, pero uno “realmente solos” yo creía que así seria en el campo, pero apareció Shipou, no me molesto, se me hizo un niño muy lindo. Pero Natzuko. Ya era diferente.

Después de una hora más o menos de camino al fin visualice al pueblo.

—Ya llegamos— Dijo Inuyasha emocionado.

 

CONTINUACIÓN...

Ya estaba atardeciendo, y se veían muchísimas luces alrededor. Inuyasha estaciono el coche. Salió y me abrió la puerta.

Había infinidad de gente, comprando comida, recuerdos, jugando en esos juegos (valga la redundancia) en los que avientas los aros y tienen que caer en la botella. O en las atracciones como: carritos chocones,
una pequeña montaña rusa y una rueda de la fortuna.

Todos estaban felices yo estaba extrañada de lo que pasaba. En mi vida había ido a este pueblo.

— ¿Te gusta aquí? — me pregunto Inuyasha.

—Si…—Le conteste mirando a todos lados indagando aun lo que pasaba.

Caminamos y unos niños nos dijeron:

— ¡Vengan! Si están enamorados…— dijeron en unisonó.

Inuyasha y yo nos miramos y sonreímos, y seguimos a los niños.

Nos llevaron hasta una casa que era una atracción, pues había una fila larguísima de parejas esperando a entrar. Había un letrero arriba de la puerta de entrada que decía: “Casa de los enamorados”, nos pusimos al final de la fila. Y esperamos nuestro turno.

Veíamos a las demás parejas salir muy felices, abrazados.

— ¿Qué pasara allí adentro? —Pensaba cuando los veía.

Al fin nos toco. Entramos y todo estaba obscuro

Sentí que me tocaban mi hombro. Iba tomada de la mano de Inuyasha así que inmediatamente lo abrace y
le dije no me sueltes… el, sonrió.

—Sigamos…—Dijo Inuyasha.

Camine junto a él, casi con los ojos cerrados, y sin dejarlo de abrazar.

— ¡Mira! —Grito Inuyasha.

Yo iba con los ojos cerrados y poco a poco los fui abriendo.

Era una de las clásicas lanchitas en forma de cisne. No pude evitar reírme.

—jajá ¡es clásico! —Dije.

—Es cierto, pero bueno sube a ver qué pasa— Contesto

Subimos al “cisne”, y nos acomodamos, yo lo abrace.

Después de un rato, se acabo. Y nos dirigimos a la salida.

— ¿eso fue todo? ¡Qué farsa! Yo esperaba otra cosa— Le dije

—pues sí, pero ha ¿Qué buen susto te pusieron? — contesto Inuyasha en tono burlón

—No me asuste, solo me saco de onda— lo mire, torcí la boca y me cruce de brazos

—Claro claro, como digas Kagome— Me abrazo.

Seguimos caminando, pasamos junto al juego de los aritos que tienen que caer en la botella, y vi un peluche enorme y me encanto.

Inuyasha vio que me gusto y cuando me fije ya estaba arrojando un aro a una de las botellas.

—Ten…—Ya tenía el peluche en las manos.

— ¿Cómo lo hizo? — pensé y lo mire, le di un beso en la mejilla y lo abrace.

—Bien sigamos— me tomo de la mano y seguimos caminando.

Cenamos y después seguimos caminando. Llegamos a un lago, no había luna, pero había muchas estrellas en
el cielo. Nos sentamos alado de él. Me recargue en su hombro.

—Kagome— dijo Inuyasha casi susurrando.

— ¿Qué pasa? — conteste.

Inuyasha me abrazo, y me beso. Pauso un momento el beso, sus labios aun rosaban los míos y dijo:

—Te amo— continuo besándome, no me dio tiempo de contestarle.

Cuanto termino el beso, se recostó y puso su cabeza en mis piernas.

Estaba muy pensativo mirando al cielo, no decía palabra alguna.

— ¡Mira la hora! — Dijo apresurado. —ya casi es la una, vámonos.

—Si— conteste y nos levantamos y nos dirigimos al coche.

Llegamos a la cuidad casi a las tres de la mañana. Me dejo en mi casa.

—Kagome— Me dijo cuando ya estaba por bajarme del coche.

— ¿Qué pasa Inuyasha? — le pregunte.

—Nunca… nunca dudes cuanto te amo, vamos a estar juntos siempre, y nada ni nadie nos separara. Sé que
hay muchas personas que nos quieren separar pero ninguna de ellas lo lograra—finalizo

—Si, Inuyasha— Le di otro beso. Bien nos vemos “en un rato” en la escuela.

Por la mañana, llegue a la escuela casi muerta de sueño. Y estaba Sango.

— ¿Qué pasa Kagome?, te ves muy cansada—

—Pues me desvele, todo el fin de semana me la pase con Inuyasha— me recargue en mi pupitre.

—Por eso no vinieron ayer… y no me contestabas el teléfono— dijo y cruzo los brazos
Sonreí.

—Así es, pero me la pase muy bien a pesar…— mire hacia la puerta.

—a pesar… ¿de qué? — dijo Sango.

Entro Inuyasha. Dejo sus cosas en su banca y me volteo a ver y me sonrió. Yo le correspondí la sonrisa. Y se sentó en la banca de Sango.

—Pues una chica… llamada Natzuko, que no me dio muy buena impresión. —

—mmm… hay muchas personas envidiosas— me contesto Sango.

Entro Miroku y se fue directo con Inuyasha, sin antes mandarle un beso a Sango a lo que ella correspondió y le
sonrió.

—Pues sí, pero bueno…dejemos de hablar de esas personas— Le dije bostezando.

Entro el profesor, Sango se fue a su banca e Inuyasha a la suya, alado mío. Nos tocaba historia, el profesor dejo sus cosas en el escritorio.

—Saquen sus libros y póngalos en la página 153—

Seguimos sus órdenes y el profesor empezó a apuntar unas cosas en el pizarrón.

Se escucho que tocaron la puerta, todos estábamos en silencio. El profesor abrió la puerta y era el prefecto, vi una sombra. Me imagine que hay un nuevo alumno en el salón. No sé bien que tanto decían. La sombra que vi,
se fue acercando.

Me sorprendí al ver quien era la aquella persona que entro…

—Ella es…—Dijo el profesor, se interrumpió y checo un papel que decía el nombre de la chica. —Natzuko
Aisaka.

Mire a Inuyasha, que también se miraba sorprendido.

Natzuko me veía de una manera algo amenazadora. Y yo lo hacía igualmente.

—Toma asiento donde quieras— Dijo el profesor.

Se sentó a unos 2 asientos de donde estaba Inuyasha.

Movió sus labios queriendo diciéndome algo, le entendí que:

“Ve alejándote de Inuyasha, o te va a ir mal”

Me voltee para otro lado, y después Inuyasha me hablo. Con un papelito en la mano.

—Ten— me puso el dichoso papelito en mi mesa rápidamente cuidando de que el profesor no se diera cuenta.

— ¿de quien es? — le susurre

—No lo sé…—

Abrí la notita y decía:

“a ver quién se queda con Inuyasha al fin… jajaja”

Hice bola el papelito y lo arroje. Natzuko sonreía.

 

Al día siguiente, la maestra de artes me pidió que si podía cantar una canción para un evento que tendría la escuela.

—Si, si me gustaría maestra, aunque… no tengo muy buena voz. — Le dije empezando con un tono emocionado, pero mi última frase se escucho muy desanimada.

—¡Claro que no!, tu tienes una voz muy linda, ¡vamos! ¡tu puedes Kagome! —

Le sonreí y asentí con la cabeza

A la siguiente semana, empezaban los ensayos. Fueron por mi al salón.

—¿A dónde vas Kagome? — Me detuvo Inuyasha tomándome del brazo .

—a lo que te conté del evento— Le dije algo nerviosa, porque el sabia que saldría en el dichoso evento, pero, no sabía que haría.

Me soltó del brazo. Le sonreí y le mande un beso. Me di media vuelta en dirección a la puerta del salón de clases.

En el camino me encontré a Natzuko.

Yo pase como si nada, pero ella, empezó a insultarme.

—¡a donde vas escuincla!—

—Es algo que no te incumbe Natzuko— Le respondí lo mas cortésmente que pude, pues no me iba a rebajar a su nivel.

Seguí caminando sin mirarla. Escuche que empezó a balbucear algo, pero no puse atención y seguí mi camino al salón de usos múltiples.

Empezamos a ensayar, hacia caso a todas las correcciones que me hacia la maestra de artes. Me puse nerviosa, pues, tengo muchos errores para cantar.

—Vas bien Kagome, solo te falta una pulidita. — dijo la maestra

—Lo sé maestra, solamente no quiero decepcionarla porque usted confía en mí para esto— le conteste algo cabizbaja

—Y no lo harás, lo se Kagome, eres muy fuerte y siempre sales delante de cualquier cosa—

—Gracias Maestra— Sonreí y continúe ensayando.

Después de unos minutos escuche que abrieron la puerta y la azotaron.

—¡Yo quiero cantar! — grito una voz.

—No puedes, ya tenemos quien cante, aparte, es quien la maestra considere bueno para esto— Dijo la ayudante de la maestra.

—no me interesa, yo quiero cantar… ¡quítenla y pónganme a mí!

—Natzuko, ya tranquila… no se puede, ya escogí a Kagome para esto. — Interfirió la maestra.

Me limite a mirarla.

—pero… maestra, por favor… creo que canto mejor que ella—

—Y así seas la mejor cantante del mundo, ya la escogí lo siento Natzuko—

Natzuko miro a la maestra, quería decir algo, pero solo tomaba aire e intentaba decir palabra pero no se le ocurría nada. Dio media vuelta y se fue.

Mire a la maestra.

—No te preocupes Kagome, son niñas envidiosas—

—Lo sé maestra, lo sé— conteste suspirando

—Continuemos—

Seguimos ensayando y en la salida estaba buscando a Inuyasha. Cuando lo encontré iba junto a Natzuko. Ella estaba muy cerca de el.
Natzuko me vio, sonrió y abrazo el brazo de Inuyasha.

Fruncí el seño, tome aire y me acerque. Inuyasha al verme soltó inmediatamente a Natzuko y corrió a abrazarme. Mire su cara de indignación, y
después no supe que paso con ella pues se perdió entre los demás alumnos.

Inuyasha me dio un beso, me tomo de la mano y seguimos caminando hacia nuestras casas.

—¿Qué traumas? — dijo Inuyasha

—¿Cómo que que traumo amor? — lo mire dudosa.

—¿Qué ensayas? —

—No lo diré— sonreí

—¿Porque?, anda Kagome— dijo con un tono algo enojado.

—¡Nop! — seguía sonriendo

—¡Kagome!, ¡dilo! — contesto aun mas enojado

—Jajá, Ni lo intentes Inuyasha, que no te lo diré—

—Tonta…— cruzo los brazos

—Tendrás que esperar, como todos—me recargue en su hombro

—No es justo—

—Al contrario, no sería justo que te lo dijera. Porque tu lo sabrías y todos los demás que también tienen la duda de que pasara, no. —
Inuyasha ya no contesto, pues con mi comentario no pudo decir otra cosa.

Llego el día del evento. Estábamos en el auditorio, me puse un vestido largo, strapless negro con unas partes brillosas. Mi cabello planchado, y
zapatillas plateadas de tacón

Tenía muchos nervios, nunca había cantado ante tanta gente.

—Ya casi es hora Kagome— me susurro la maestra

—Si— conteste.

—Me asome lo más discretamente que pude por el telón, Inuyasha estaba en la primera fila. Sonreí cuando lo vi… pero mi sonrisa se desvaneció al ver
quien se acercaba a el. Era nada más y nada menos que Natzuko.

—¡En 1 minuto Kagome! — levanto la voz la maestra.

Me pare en medio del escenario, tome aire y dije para mi misma:

—Tranquila, Kagome… tu puedes…—

—Para terminar nuestro evento, la alumna Kagome Higurashi, cantara Hijo de la Luna, de Mecano— Escuche a la maestra de ceremonias.

Se levanto el telón, no distinguía a nadie, solo veía sombras… aunque sabia el lugar de Inuyasha. El reflector estaba posado sobre mí. Empezó la música,
tome aire…

Tonto el que no entienda
cuenta una leyenda
que una hembra gitana
conjuró a la luna hasta el amanecer
llorando pedía
al llegar el día
desposar un calé

Mire a la sombra de Inuyasha, aun estaba cantando, me di cuenta de una sombra que estaba sentada junto a él, acercarse mas y mas.

Mire a otro lado, para no distraerme y que se me olvidara la canción.

y las noches que haya luna llena
será porque el niño esté de buenas
y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna
y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna.


Termine la canción, en todo el auditorio no se escuchaba otra cosa que no fueran aplausos y una que otra porra.

Sonreí, di las gracias y el telón bajo.

Di un gran suspiro, y me acerque a la maestra que estaba casi gritando de emoción.

—¡estuviste muy bien Kagome! —

—Gracias maestra— sonreí

—¡oh es cierto! — dijo la maestra que recordó algo—ahora vengo—

Se fue disparada hacia la salida. A los pocos minutos regreso.

—Kagome, hay una persona que quiere hablar contigo— Me dijo la maestra tomándome la mano llevándome hacia donde la persona.

—Hola Kagome, soy Gonshiro Watanabe—


Hola! perdon por tardar en subir la conti, pero aqui esta! tarde pero seguro jeje