Long-fic de Inuyasha - Yo comence La Broma [Inu&Kago]

Hola chicas aqui les dejo otro capitulo espero sea de su agrado.

Capítulo 110.- Si, no te amara tanto.​

Bankotsu se detuvo al ver que aquella chica de ojos color chocolate le impidió el paso—Vaya eres una chica bastante persistente, habla pues y que sea rápido que tengo cosas que hacer —espeto aquel joven seriamente con ella.​

Aquella joven le platico a Bankotsu lo que había pasado realmente— Kikio ayudo a Inuyasha para que escapáramos él y yo juntos además todas las intrigas que dijo de Sakura son mentiras. —Kikio te ama mucho.

Aquel chico la miro— ¿Por qué? Haces esto Aome.
— ¿Por qué quiero ver a Kikio nuevamente feliz?
—Feliz a pesar de las cosas que te hizo la ayudas.
—Si, además ellas es una buena chica, atrás de esa pose y en sus ojos a veces que refleja una frialdad, es sensible, amable, de buenos sentimientos.

El cuándo escucho hablar así Aome —Tienes razón ella es así—respondió con una sonrisa—pero creo que ella no querrá verme después de las cosas que le dije.

—No, te preocupes ahora mismo arreglo esto si me permites la citare en el parque y tu estarás ahí esperándola que te parece.
—Está bien.

Aome marco al móvil de Kikio, aquella chica de cabello negro estaba en su habitación recostada ya que no tenía ánimos de hacer nada su mamá ya no sabía que hacer desde que había llegado de Inglaterra se había encerrado en su habitación y no salía como antes.

Ella escucho su móvil pero no lo contestaba dejo que sonara por lo menos unas cuatro veces, pero aun insistía aquella llamada.

— ¿Quién será? De seguro es Yukari. —Al fin contesto.
— ¡Diga!
— ¡Kikio soy Aome!
— ¿Qué pasa? ¿Dónde estás?
—Mira amiga después te platico que te parece si nos vemos dentro de media hora en el parque Nishitama, tengo algo importante que decirte te espero.
— ¡Espera! —pero Aome ya no le contesto colgó el móvil, aquella joven se arregló para salir quería saber que quería.
—Listo Bankotsu así que arréglate ella te estará esperando y suerte nos vemos y gracias por escucharme.
Ella se retiró subió al auto. — Vámonos a tomar nuestro helado.
— ¿Qué paso amiga?
—Asunto arreglado—expreso con una sonrisa.

En la cabaña de los Hisakawa el abuelo estaba solo ahí meditando las cosas todo lo que estaba pasando con su familia que últimamente tenia conflictos tras conflictos, recordaba todo las cosas que su esposa le decía, su hijo, nuera, hasta su nieto Inuyasha en su cabeza vagaban aquellas palabras de su nieto el menor referente a Aome—Yo la amo.

—Dios que estoy haciendo casar a mi nieto con una chica que no ama es verdad lo que Hitomi me dice.

El abuelo al fin comprendió que no debía decidir sobre el futuro de su nieto y mucho menos de su felicidad, pero porque se había empeñado en hacerle la vida infeliz a Inuyasha y a esa pobre muchacha que su único pecado fue enamorarse.

Aquel hombre de ojos color dorado reflejo una tristeza que lo embargo en esos momentos, sintió una gran nostalgia en su corazón si todo esto que se estaba suscitando era solo su culpa nada más al ser un hombre estricto y que todos acataran sus órdenes él se preguntaba a si mismo que sucedía con él, si él no era así.

A causa de su forma de ser estaba alejando a sus seres queridos de él, sin pensarlo derramo lágrimas que cayeron sobre sus mejillas.
Se secó aquellas lágrimas, se levantó de donde estaba salió para afuera, camino por un largo sendero que dirigía al lugar donde había dejado el auto.

Mientras a Aome, Shippo y Sango se divirtieron mucho los tres tomaron su helado, fueron al acuario y a muchos lugares.

Aquel niño de ojos verdes estaba feliz al estar cerca de sus amigas Sango y Aome ese día para él y para ambas chicas fue muy agradable.
Ya cayendo el atardecer Sango fue a llevar a Aome a su casa primero y después al pequeño Shippo.

—Buenas noches señora Hisakawa aquí esta Shippo.
— ¡Gracias linda! Me dijo Izayo que estaba contigo y Aome.
—Sí, pues me retiro —espeto amablemente aquella joven.
—Adiós Sango—musito aquel niño de ojos verdes con una sonrisa.

Mientras acá en el parque Nishitama llego aquella joven al lugar donde la había citado Aome, miro a todos lados pero no la vio.

— ¿Dónde estás Aome? —se sentó en una de las bancas que estaban ahí, miro a varias parejas que pasaban por ahí, alegres, esto le dio cierta nostalgia.
En ese momento le dicen aquella joven de ojos negros— ¡Disculpe señorita me puedo sentar con usted!

Aquella chica al conocer aquella voz miro a un lado y no podía creer quien era se levantó de aquel lugar y la abrazo.

— ¡Bankotsu! ¡Bankotsu! —derramo unas cuantas lágrimas.
— ¡Kikio! Perdóname—el también la abrazo con fuerza y la beso tiernamente. —Ambos jóvenes arreglaron sus diferencias.

Por otro lado Sakura estaba con Hidate en una cafetería platicando—Vaya linda me entere que se pospuso tu boda con Inuyasha, pero ahora que inventaste.

Aquella chica de ojos azules lo miro —Es cosa que no te interesa Hidate, yo sé de mis planes y son solo míos.

Aquel chico la miro y toco con mano el rostro de aquella chica que él amaba desde lo más profundo de su corazón—Te conozco muy bien, tú puedes hacer lo que quieres con tal de conseguir lo que quieres y me supongo que inventaste una treta para convencer a los padres de ese torpe y tus padres de que tu estas embarazada.

Aquella chica de ojos azules se sorprendo—Que tonterías dices.
—Pues es la verdad ¿no? Esa es la manera de atrapar a un hombre linda inventar aunque no sea cierto. —esto lo dijo riendo aquel chico.
Sakura se levantó de la silla, dio media vuelta y se detuvo un momento— ¡Hidate!
—Sí, dime.
—En verdad me quieres como dices—dijo aquella muchacha seriamente con él.
— ¿Por qué? ¿Me preguntas eso Linda?
—Entonces te pido de la manera más atenta que no te vuelvas a cruzar en mi camino y no me busques nunca.
— ¿Qué dices? —expreso aquel joven desconcertado.
—Así, como lo acabas de escuchar, olvida lo que paso entre tú y yo. —Ella se fue corriendo de ese lugar.

Hidate no alcanzaba a comprender porque Sakura estaba tan obsesionada con Inuyasha, pero él creía que ella no lo amaba solo que su objetivo siempre fue separar a Aome de aquel chico llamado Inuyasha.

El recordó hace varios meses atrás cuando el señor Hisakawa fue a buscar a Sakura al colegio esto ha él se le había hecho sospechoso sin que se dieran cuenta aquella joven y aquel hombre él siguió a ambos hacia el patio de la escuela donde se sentaron en las bancas de ahí.

—Señor Hisakawa cuando regreso de su largo viaje —pregunto aquella muchacha con una sonrisa.
—Pues tengo apenas unos días hijas.
—Me supongo que vino a la boda de él joven Hisakawa y la señorita Nakagawa.

Aquel hombre se levantó de la banca dando la espalda aquella joven—Pues sí, pero me acabo de enterar que ellos rompieron su compromiso y no habrá boda por el momento.

— ¿Qué dice? ¿Pero cómo? Si ellos dos se amaban sin condición siempre desde niños eran el uno para el otro—espeto aquella chica.
—Eso también creía Sakura pero ahora me encuentro con esto, pero lo que no saben mi hijo, Izayo y mi esposa que la causante de este separación es de una chica que no le conviene a mi nieto en lo absoluto, a pesar de que Kikio lo engaño yo lo podría pasar por alto, pero que salga con un chica simple eso jamás.

—Vaya quien se iba a imaginar que el amor de Inuyasha y Kikio terminará de esa forma, lo siento mucho señor Hisakawa.
— ¡Sakura! Quiero pedirte un favor muy grande.
—Sí, dígame.
—Pues necesito que te hagas pasar por la nueva prometida de mi nieto.
— ¿Qué? —expreso aquella chica de ojos azules.
—Así ¿Cómo lo oyes?
—Aunque no lo creas Sakura yo siempre he sabido que tú amas a Inuyasha.
— ¿Qué dice señor Hisakawa? —respondió sonrojándose aquella joven.
—Pues prefiero que este a tu lado a que este con esa chica así que decides.
—Pues…—quedo por un momento en silencio—Esta es mi gran oportunidad de estar cercas de Inuyasha—Acepto señor Hisakawa dígame que tengo que hacer.
—Entonces que te parece si después te hablo y te explicare como haremos las cosas.
—Sí, señor estaré esperando su llamado.

Aquel chico salió repentinamente de sus pensamientos, no sabía que hacer pero tenía que tomar una decisión.
En la casa de los Hisakawa llego Sakura quería ver a Inuyasha platicar con él, toco la puerta y fue atendida por Sanae.

—Buenas noches señorita Minami, pase por favor.
—Se encuentra Inuyasha.
—Ahora mismo le hablare.

Sanae se retiró dejando a Sakura en la sala, mientras ella estaba ahí en ese momento llego Izayo al verla la saludo.

—Buenas noches Sakura ¿Cómo estás?
—Bien señora Izayo.
—Me supongo que vienes a ver a mi hijo verdad.
—Sí.
—Sakura ya que estas aquí aprovecho la oportunidad para platicar contigo, ven vamos al despacho ahí nadie nos interrumpirá.

Ambas se dirigieron para aquel lugar, entraron y tomaron asiento, Sakura no entendía porque la mamá de Inuyasha quiere hablar con ella.

— ¡Sakura!
—Sí, señora Izayo.
—Mañana iremos tú y yo a ver al doctor quiero que te den un chequeo completo.
Aquella joven al escuchar eso se sorprendió— ¿Qué?
—Así como lo oyes, precisamente hace unas horas hable con el doctor Watanabe y saque una cita así que mañana voy por ti a tu casa.

Sakura solo trago saliva no sabía que contestar en ese momento ya que si iba con el doctor la descubriría, ella se levantó del sillón donde estaba.

—No es necesario señora Hisakawa precisamente hoy por la mañana fui a ver al doctor Komori el medico de confianza de nuestra familia y me dijo que todo marchaba muy bien—Esto lo dijo con nerviosismo, pero ella no se da cuenta que Izayo se dio cuenta.

Izayo se acercó a ella y la tomo del hombro—Pues bien ya si fuiste entonces no es necesario de llevarte otra vez con nuestro doctor.

En eso fueron interrumpidas por aquel joven de ojos color ámbar— ¡Sakura! ¿Qué haces aquí? —espeto aquel chico de cabello plateado molesto con ella.

— ¡Tranquilo hijo! —expreso Izayo.
—No, madre como quieres que me tranquilice ella ya me tiene harto, además una cosa Sakura no quiero verte el hecho de que se pospuso nuestra boda no vamos a tener citas ni nada de eso.

Aquel joven de ojos ámbar salió enojado del despacho dejando a Sakura y ha Izayo sorprendidas.

— ¡Vaya! El nunca olvidara a esa chica como la odio —Lo dijo en voz alta que se olvidó por completo que estaba ahí Izayo.

Salió de ahí, sin decir nada más, en el pasillo se encontró con el señor Daisuke y sin mirarlo a los ojos se marchó. Detrás de ella venia Izayo gritándole.

— ¿Qué pasa aquí Izayo?
— ¡Abuelo!
— ¿Por qué iba molesta Sakura?
—Pues vino a buscar a Inuyasha pero usted ya sabe cómo es el con ella.
—Mmmh ya veo, pasando a otra cosa Izayo mañana tienes tiempo en la hora de la comida quiero platicar contigo.
—Sí, abuelo no tengo ningún compromiso.
—Entonces te espero en la empresa a las tres de la tarde.
—Está bien, va hacer cenar.
—No, iré a descansar fue un día muy agitado si llega mi hijo le dices que mañana nos vemos para que me platica sobre la junta.
—Yo le diré no se preocupe.

Aquel hombre se retiró dejando a Izayo confundida ya que se le había hecho raro el comportamiento del abuelo hacia su hijo ya que él había tratado mal a Sakura le habría llamado la atención en realidad no sabía que estaba pasando.

Ella fue sacada repentinamente de sus pensamientos — ¿Qué pasa linda?
—Inutaisho—ella miro a su esposo a los ojos—Pues estaba platicando con el abuelo y me dijo que mañana le platicaras de la junta, ¿A caso no estuvo presente?
—No, se salió a media junta dijo que se sentía mal, así que iré a verlo me quede preocupado desde medio día que se vino del trabajo.
—Apenas a cabo de llegar haces unos momentos.
— ¿Cómo?
—Así, como lo oyes.
—Entonces donde estuvo todo este tiempo.
—No, se pero hay algo diferente en el amor.
— ¿Qué dices? —expreso Inutaisho.
—Pues sí, hasta con decirte que Sakura vi no a ver a Inuyasha y se puso molesto con su presencia, el abuelo la vio salir molesta y no le dijo nada.
— ¡Ah! Izayo en verdad que no entiendo a mi padre.

Ella abrazo a su esposo y después lo beso—Sabes Inutaisho tengo una ligera esperanza que al fin mi hijo va hacer feliz a lado de la mujer que ama. —lo dijo con una leve sonrisa.

—A que te refieres.
—Pues no te lo diré por el momento cuando haga algunas investigaciones te contare.

Inutaisho miro a su esposa algo rara, pero confiaba en ella, mientras en la habitación de Inuyasha estaba en la alcoba mirando ese cielo oscuro aunque le había prometido a su madre no ver a Aome pero tenía tantas ganas de verla abrazarla y besarla así que no espero más y salió de la casa sin ser visto y se dirigió a la casa de aquella chica que tanto amaba.

Al igual aquella chica de ojos color chocolate no podía conciliar el sueño, en su habitación estaba recostada con la luz apagada solo entraba la luz de la luna.

— ¡Ahora que estará haciendo Inuyasha!

En ese momento tocaron la ventana de su habitación y se asustó ya que estaba en el segundo piso.
Se levantó rápidamente y gritaba desde su cama temerosa—tomo entre sus manos un florero que tenía ahí.

— ¿Quién anda ahí? —grito Aome y encendió la luz de su habitación.

En eso vio una sombra que no distinguió desde primera estancia se escuchaba que quería entrar a su habitación sonando la ventana.

—Sí, no se va hablare a la policía.
— ¡Aome! ¡Aome! Ábreme soy yo.

Ella al escuchar aquella vos conocida dejo el florero y corrió abrir la ventana al entrar aquel joven de ojos color ámbar, Aome se dejó ir sobre el tirándolo al piso y ambos se miraron a los ojos y estaban sonrojados.

— ¡Eres un tonto porque me asustas de esa manera! —Ella golpea a él con sus manos el pecho de aquel chico de cabello plateado.

Pero Inuyasha ya no la dejo seguir hablando y el beso callado lo escandalosa que se había puesto, ella rindiéndose ante él lo dejo de golpear correspondiéndole el beso de él.
Duraron por un par de segundos así, que la que se retiro fue ella para poder tomar aire, pero sin dejar de ver a su amado le sonrió levemente y sonrojada.

—Tenia tantas ganas de verte Inuyasha.
—Yo también preciosa, ya no soporta estar ni un día más sin ti pues sin tus besos no he conciliado es sueño.
—Me pasa igual mi querido y amado Inuyasha si vieras que siempre miro el cielo oscuro y estrellado y pregunto a la luna si volverás a mi lado—Esto lo dijo aquella joven de cabello negro y ojos color chocolate derramando unas cuantas lágrimas. —estas cayeron al rostro de Inuyasha tan cálidas.

Él se sentó y la abrazo con todas sus fuerzas — No, Llores no me gusta verte así.

Ella sentía como la abraza el con todas sus fuerzas, Aome se sentía protegida, amada por aquel muchacho de ojos color ámbar.

—Quédate conmigo esta noche Inuyasha —espeto aquella chica sonrojándose.
—Sí.

Esa noche Aome e Inuyasha se quedaron juntos ya casi amaneciendo él se fue dejándola dormida él se despidió dándole un beso en la frente.

Nadie se había dado cuenta que aquellos dos jóvenes habían pasado la noche juntos, pero no pasa nada entre ellos, el solo velo el sueño de la chica que amaba.

Cuando Izayo por la mañana fue a ver a su hijo a su habitación él estaba sumamente dormido y no lo quiso despertar para que se levantara a desayunar.

Ella miro su reloj eran la ocho de la mañana se retiró de la habitación le hablo a Sanae quien al escucharla fue con ella.

—Que se le ofrece señora Hisakawa.
—Mira voy a salir por el momento si Inutaisho o el abuelo preguntan por mí, les dices que no me has visto.
—Sí, señora lo que usted diga.

Izayo salió apresurada de la mansión subió a su auto y se alejó, mientras en Aome se había levantado y fue a desayunar, el abuelo hermano y su madre la vieron diferente estaba con un semblante diferente en su rostro reflejaba una felicidad que ellos al verla así se pusieron contentos.

Continuara…

 

Aqui les dejo la continuación una gran disculpa por actulizarlo muy tarde espero les guste:p

Capitulo 111.-¿ A Caso Podemos Enmedar Nuetros Errores? 1era parte.​

En ese momento tocaron la puerta y Zeika se levantó a ver quién era y se sorprendió al ver a Kouga.

—Pase joven.
—Gracias señora Higurashi vine a ver a Aome, me entere que regreso.
—Sí, está aquí nuevamente, pero siéntate ahora mismo le hablo.
—Gracias.
—Hija te busca el joven Kouga.
—Sí, ya voy—Ella se dirigió a la sala y saludo a su amigo.
— ¡Kouga!
— ¡Aome! Qué bueno verte nuevamente amiga y me alegra que estés bien.
— ¡Discúlpame por no avisarte que estaba aquí, pero he tenido algunos problemas y en muchas cosas que pensar, y a todo esto quien te aviso.
—Descuida, ni quien te imaginas quien fue —expresó aquel joven de ojos color azul celeste.
—Pues ni idea.
—Fue Jenny —dijo Kouga sonrojándose.
— ¡Vaya amigo entonces si van enserio tú y ella!
—Sí, nos hablamos por teléfono.
—Me alegro por ti y por ella.

Acá por otro lado Izayo fue al hospital general a ver al doctor Komori quería platicar con él, pregunto en recepción de enfermeras y la hicieron pasar con él.

—Buenas días doctor Komori.
—Señora Hisakawa que pasa acaso se siente mal.
—No, doctor solo que vengo a platicar con usted de algo muy importante sobre la señorita Minami, sobre su estado.
— ¿Cómo? De su estado yo que sepa ella no está embarazada—exclamó el doctor.
— ¿Qué dice?
—Así como lo oye, precisamente ella vino a consulta hace dos días, porque se sentía mal, solo era un resfriado, pero de estar embarazada no. —contestó el doctor.

Izayo al escuchar eso se sorprendió tanto que le agradeció sobre la información que le dio para ella fue muy importante—Gracias doctor y disculpe por entretenerle.

—No, se preocupe y me dio gusto verla.

Ella se despidió de él, y salió del hospital con una sonrisa al fin había descubierto a Sakura que había inventado estar embarazada de su hijo, tenía que contarle al abuelo las intrigas de aquella chica y que abriera los ojos.
Llego a la mansión y pregunto a Sanae si el abuelo y su esposo habían preguntado por ella.

—Sí, señora pero les dije que no la había visto tal como usted me lo indico, además el señor Daisuke Hisakawa le dejo un recado que la espera a las tres de la tarde en la empresa.

—Gracias Sanae, ahora iré con la abuela.
— ¿Señora ella no está?
— ¿Cómo?
—Solo salió pero no dijo a donde iba.
— ¿A dónde iría la abuela? —se preguntaba Izayo en esos momentos.

Mientras la señora Hisakawa llego a la mansión de los Minami, fue recibida por la madre de Sakura.

— ¡Abuela Hitomi! ¿Qué hace aquí?
—Setsuna podemos hablar.
—Claro.

Ambas mujeres se sentaron en la sala a platicar—A que dedo su visita.

—Pues tú sabes es referente a mi nieto y tu hija, debemos poner cartas sobre la mesa tu bien sabes yo sé que Inuyasha no ama a Sakura.
—Sí, en eso estoy de acuerdo Hitomi a mi Inuyasha nunca me ha gustado para mi hija, pero nosotros no podemos hacer nada ellos mismos han marcado su destino es estar juntos para toda la vida, que no se te olvide que mi hija está esperando un hijo de tu nieto y es inevitable ellos tendrán que compartir sus vidas. —Expresó aquella mujer molesta.

— ¡Setsuna! Te voy a preguntar algo, sé que te va a incomodar.
— ¿Qué es?
— ¿Tu estas segura que tu hija está embarazada?
— ¿Qué cosa estas diciendo Hitomi? —Setsuna se levantó de donde estaba muy molesta por el comentario de la señora Hisakawa. —Así que si viniste a insultar a mi hija es mejor que te vayas de mi casa y no vuelvas más.
— ¡Pero! —exclamó la señora Hisakawa.
—Vete no quiero ser grosera contigo.

L a señora Hisakawa se retiró sin decir nada más, Setsuna estaba muy enojada por lo que le dijo Hitomi, pero eso la había dejado con la duda sobre la situación de su hija.
Acá por otro lado Inuyasha estaba en la sala con su madre platicando, sobre Aome.

— ¡Hijo en verdad amas tanto a Aome!
—Sí, Madre la amo más que a mi vida.
Izayo miraba a su hijo —Inuyasha en parte tengo que agradecerle a Aome.
— ¿Qué dices mamá?
—Pues gracias a esa muchacha tu actitud ha cambiado, eres diferente.
—Tienes razón mamá, Aome me ha hecho cambiar sobre mi actitud, en la forma de ver las cosas —dijo aquel joven con una leve sonrisa a su madre.

En ese momento tocaron a la puerta y Sanae se dirigió abrirla y eran Miroku y Sango quienes fueron a ver a su amigo.
Izayo lo saludo y los dejos solos ya que tenía que ir a la empresa haber al abuelo, se despidió de ellos.

— ¡Inuyasha! ¿Cómo estás? —Preguntó aquella chica de cabello negro.
—Bien Sango—contesto el joven de ojos color ámbar.
—Pues nos alegra mucho que estén bien tú y Aome—dijo Miroku.
—La has visto estos días Inuyasha—musito Sango.
—No, amiga no la he visto por petición de mi madre.
— ¿Qué? —espetó aquella chica.
—Así, como lo oyes, no sé qué está pasando pero mi mamá me pidió tiempo y yo confió en ella.
—Pues es extraño no te parece Inuyasha—expresó Miroku.
—Sí, pero ya no quise preguntarle más y dejar las cosas así por el momento.
—A todo este Inuyasha y Sakura que opino de aplazar la boda.

Inuyasha los miro y respiro profundamente—Ella todavía no se hace a la idea se molestó mucho cuando se aplazó, además estoy en un problema que no sé cómo arreglarlo—esto lo dijo muy desalentado.

— ¿Qué pasa? —pregunto su amigo.
—Sakura dijo que estaba esperando un hijo mío y ya sabrán como se pusieron las cosas.
Sango se levantó del sillón repentinamente y sorprendida— ¿A caso tú y ella?

Inuyasha se sonrojo con la pregunta que le hizo su amiga y además en la forma que lo miraba su amigo con esa mirada picara hacia él.

— ¿Qué tonterías están pensando ustedes dos? Además entre Sakura y yo no ha pasado nada pero ella invento eso para que nos casáramos además es su palabra contra la mía, y mis padres y mi abuelita me dijeron que no permitirían que un Hisakawa se desobligaría y me hiciera responsable de mis actos.
—Entonces que vas hacer Inuyasha tendrás que hacer algo porque esa chica es capaz de conseguir lo que quiera sin impórtale nada es una chica de cuidado.
—Lo, se amigó —Tiene razón Miroku tengo que hablar bien con ella además es capaz de lastimar a Aome—Esto último lo pensó para sí mismo.

En la mansión de los Minami aquella chica de ojos azules estaba en su habitación, planeaba la manera de casarse lo más pronto posible con Inuyasha y alejarlo de Aome para siempre.

—Tengo que hacer algo pronto además el Señor Daisuke tiene que ayudarme—ella miro su reloj eran las dos de la tarde tomo su bolso y salió a toda prisa.

Su madre que estaba en la sala al verla le hablo y le dice que tiene que hablar muy seriamente, pero aquella chica sin mirarla—Lo siento mamá no tengo tiempo de platicar contigo tengo cosas que hacer por el momento—ella salió dejando a su madre apurada y confundida.

Subió a su auto y se dirigió a la empresa lo más rápido que pudo, Izayo ya había llegado pero el abuelo estaba ocupado y se dirigió a la oficina de su esposo.

Quien al verla se sorprendió— ¡Izayo! ¿Qué pasa?

— ¡Tranquilo! Todo está bien es solo que el abuelo me invito a comer quiere platicar conmigo.
—Así que tú eres la persona que va a salir a comer con él, porque lo invite y me dijo que tenía un compromiso muy importante pero nunca me imaginé que fueras tu linda.
—Pues soy yo amor, además Inutaisho te tengo una noticia muy importante que decirte.

Acá por otro lado llego aquella joven a la oficina del señor Daisuke Hisakawa— ¡Disculpe señorita se encuentra el señor Hisakawa!

—Sí, esta señorita Minami, pero ahora está muy ocupado. —En ese momento salió el junto con otras personas con las que estaba platicando.
—Gracias señor Hisakawa entonces la semana que entra cerraremos s el trato.
—Está bien—acoto el señor Hisakawa.

Aquellas personas se retiraron y Sakura se acercó a el—Señor Daisuke tenemos que hablar.

—Lo, siento Sakura no tengo tiempo además tengo otros asuntos que arreglar después te hablare.
—No, señor tendrá que escucharme ahora—espeto molesta aquella joven.
—Está bien pasa y que sea rápido como te dije que tengo una cita muy importante.

Ambos entraron a la oficina—Señor Hisakawa le exijo que Inuyasha se case conmigo lo más pronto posible no puede dejarme así y mucho menos abandonarme con nuestro hijo.

— ¡Sakura! Tu ni nadie me exige lo que tengo que hacer, además mi nieto no se casara hasta que tenga prueba que tu estas embarazada de él. —dijo aquel hombre muy serio.
Aquella joven al escuchar eso por parte de él se sorprendió no podía creer que ya no tenía el apoyo de él.

—Sí, quiere pruebas pronto las tendrá —contestó aquella muchacha molesta con él y se retiró del lugar y en camino se encontró con Izayo quien al verla la saludo pero no recibió contestación por parte de ella.

— ¿Ahora qué le pasa a Sakura? —Ella siguió con su camino y llego a la oficina del abuelo.
Ellos salieron de ahí, pero antes el señor Daisuke le dijo a su secretaria que no lo molestara con ninguna llamada que anotara todos los recados.

—Sí, señor Hisakawa no se preocupe—contestó la secretaria.
—Hasta luego señorita Mary—dijo Izayo.
—Adiós señora Hisakawa.

Izayo y el abuelo se fueron a un restaurant que estaba cercas de ese lugar— ¡Izayo! Gracias.
— ¿Qué dice abuelo?
—Pues te agradezco que hayas aceptado mi invitación a comer.
—No, tiene que agradecerme —musito con una sonrisa.

Pidieron su orden, pero aun Izayo estaba con la duda de que quería hablar el abuelo con ella, solo tenía que esperar.
En la casa de Aome ella se estaba despidiendo de su amigo Kouga cuando miro a lo lejos que venía Kikio con Bankotsu.

¡Aome! ¡Aome! —gritaba aquella chica de cabello negro.
— ¡Hola! —ella espero a que los dos chicos se acercaran a ella.
—Buenas tardes Aome—dijeron en unisonó amos chicos.
—Buenas tardes Kikio y Bankotsu, pero pasen por favor.
—Gracias Aome solo que venimos agradecerte, si no fuera por ti aun Bankotsu y yo no estuviéramos juntos —musito Kikio sonrojándose y mirando a su novio.

—No, tienen que agradecerme, además me alegra que estén juntos.
Bankotsu también le agradeció a Aome por haberlos ayudado, después de despidieron de ella pero antes de irse Kikio.
— ¡Aome! Si algún día necesitas ayuda no dudes en avisarme yo estaré dispuesta ya que somos amigas.
—Lo tendré encueta amiga.

Aquella chica de ojos color chocolate al cerrar la puerta estaba con una sonrisa en su rostro y alegre su madre al verla así— ¡Hija! ¿Qué te sucede?

Aome corrió hacia su madre y la abrazo— ¡Mamá! Kikio vino a verme y sabes me dijo que soy su amiga y que si necesitaba algo no dudara en pedírselo.

—Me alegro por ti hija.
— ¡Mama! Mañana me acompañas a ver al doctor.
— ¿Aome estas enferma? ¿Qué tienes? —expresó Zeika preocupada por su hija.
— ¡Mamá! No te preocupes estoy bien—aquella joven se acercó a su madre y le dio un beso en la frente.
— ¡Segura Aome! —Aun preguntaba ella preocupada.
—Claro que si, además mañana te diré lo que está pasando, así que tranquila.
—Está bien.

En el restaurant estaban platicando el abuelo e Izayo sobre lo que estaba pasando con la familia.

— ¡Hija! Ahora que estamos aquí tú y yo quiero que hablemos claro y que me digas que es lo que sientes, dime en qué estado fallando, siempre he pensado que desde que llegue a la familia todo a cambiando.

— ¡Abuelo! —expresó Izayo.

—Anda dime Izayo no te detengas te escucho no sea tímida.

—Pues primero abuelo con su llegada a la casa fue una gran alegría tenerlo de vuelta en casa y más por la abuela Hitomi quien ella lo extrañaba mucho, pero yo lo que quisiera saber ¿qué paso con usted? ¿Porque esa actitud ante los demás? ¿Dónde quedo aquel hombre amable, gentil? Esto lo dijo con cierta tristeza aquella mujer de cabello negro.

El señor Daisuke tomo de las manos a su nuera y la miro a los ojos—Izayo tienes mucha razón si he cambiado mucho, pero nunca pensé en afectar a mis seres queridos con este cambio lastimarte a ti, mi hijo, esposa , mis nietos y a la familia Higurashi.

Izayo no podía creer lo que estaba escuchando por parte del abuelo cada palabra que decía el eran sinceras no mentía y miro a los ojos al abuelo y reflejaba tristeza.

—Abuelo no diga eso.

—No, Izayo los he lastimado a todos y por eso quiero enmendar mis errores con ustedes y me perdonen por las cosas que hice, y por eso quiero pedirte un favor tú como representante de la familia Hisakawa.

En eso interrumpió Izayo —Un momento abuelo yo no soy representante de la familia es usted—contestó aquella mujer de ojos negros.

— ¡Vaya Izayo! ¿Hasta insolente eres? —Esto lo dijo con una sonrisa aquel hombre.

— ¿Cómo? —exclamó ella sonrojándose.

—Tienes carácter Izayo tu eres la única que me retado y contestado desobedeciendo mis órdenes una tras otra.

—Pues así soy yo abuelo yo por mi familia haría lo que fuera por que estuviera bien.

—Creo que nos vamos entendiendo.

—Así que ahora quiero que me hables de la señorita Higurashi y de su familia.

— ¿Qué dice?

—Pues quiero saber más de esa jovencita.

Izayo empezó a platicarle al abuelo sobre Aome y su familia y como eran y también le dice que gracias aquella joven su hijo cambio en varios aspectos.

El abuelo escucho a Izayo y sin interrumpir todo lo que le platicaba sobre aquella chica el comprendió en ese instante que Aome era una chica sincera y además se dio cuenta que ella amaba sinceramente a su nieto.

Izayo miro a su suegro que sonreía levemente eso era algo bueno ya que él tenía tiempo que no hacia eso, cuando ella dejo de platicarle él dijo.

—Hija entonces necesitare de tu ayuda.

—Mi ayuda.

—Sí, necesito hablar con la familia Higurashi y principalmente con la señorita Aome, sé que ellos me odian por las cosas que le hice pasar—esto último lo dijo con melancolía.

— ¡Claro abuelo! Mañana mismo iré hablar con ellos y después yo le aviso cuando pueden verlo—respondió con una sonrisa ella.

—Bien pues, este asunto está arreglado y otra cosa Izayo volviendo al asunto que tenemos pendiente ahora sobre Sakura y su embarazo hoy fue a verme a la oficina no sé si te encontraste con ella en la empresa.

—Si ¿Qué paso?

—Esta niña fue a exigirme que quería casarse con mi nieto lo más pronto posible, pero se molestó tanto que cuando le pedí pruebas de su embarazo.

—Ahora comprendo porque la vi molesta abuelo, pues le tengo una noticia yo decide investigar por mi lado y resulta que ella no está esperando un hijo de Inuyasha hable con el doctor y me confirmo eso.

—Vaya que esta Sakura es una chica muy astuta, además Izayo hay otra cosa que decirte yo le propuse a esta joven que me ayudara a separar a mi nieto de Aome porque yo no quería que él se enredara con ella.

Pero fue tanto el afán de Sakura en separaros que se obsesionó tanto con él, ustedes tenían toda la razón destruí las vida de mi nieto, Aome y de Sakura.

Por eso cuando regrese de mi largo viaje de Inglaterra fui a buscar a ella a la escuela y le propuse que fuera la prometida de Inuyasha, pero nunca imagine que Sakura llegara tan lejos.

—Pues ella realmente se enamoró de mi hijo, abuelo.

—Sí, pero ahora que al enterarme que entre mi nieto y ella no pasó nada hablare con Sakura y arreglar este asunto antes de que esto llegue a complicarse más.

Izayo miro al abuelo —Estoy contenta de ver que usted sigue siendo el mismo de antes.

—Así que Izayo tengo una propuesta que hacerte pero esto será después de que hable con la familia Higurashi.

— ¡Una propuesta! —exclamó Izayo.

—Sí, pero por el momento no te lo puedo decir que es.

Aquella mujer de ojos negro se quedó intrigada por eso que le acabo de decir el abuelo ahora que tramaba pero, al parecer no era nada malo y ella solo contesto con la cabeza positivamente sin hacer más preguntas.

Ya estaba oscureciendo se les había ido la noción del tiempo, mientras en la mansión de los Hisakawa Inuyasha aún estaba platicando con sus amigos, después de una larga charla aquel chico de ojos color ámbar les dijo a Sango y Miroku en vos muy seria.

—Amigos tengo que decirles algo muy importante y sé que puedo confiar plenamente en ustedes.

— ¡Ahora! ¿Qué sucede Inuyasha? —expresaron sus amigos.

— ¡Sango! Me supongo que Aome ya te dijo que está embarazada.

Aquella chica de ojos color negros asentó con la cabeza positivamente con una sonrisa hacia su amigo.

—Pues quiero que no le digan a nadie por el momento. —expresó Inuyasha.

—No, diremos nada amigo, pero ni a tu mamá le has dicho.

—No, aun no creo que sea conveniente hasta que arregle mi situación con Sakura, además mi abuelo aun insiste en casarme con esa chica.

—No te preocupes nosotros no diremos nada—dijeron en unisón ambos jóvenes.

—Gracias amigos. —espetó con una sonrisa.

— ¡Pero Inuyasha! —En ese instante interrumpió Sango.

— ¿Qué pasa Sango?

—Si tu abuelo no desiste que vas hacer.

— ¡Sango! ¿Qué estás diciendo? —Expreso su novio.

— ¡Miroku! Sango tiene razón hay que ser realistas si esto llega a suceder nuevamente yo…—quedo por un momento en silencio y empuño sus manos.

Miroku al verlo así lo tomo del hombro—Amigo si tienes planeado hacer algo no dudes en pedirnos ayuda a Sango y a mí.

—Nosotros te ayudaremos en lo que sea Inuyasha—musito Sango.

—Lo tendré en cuenta.

En ese instante sonó el móvil de Inuyasha —Me permiten chicos—Él se alejó de ahí un poco—Diga.

—Hola Inuyasha.

— ¿Qué quieres? ¿Cómo te atreves a hablarme? —dijo aquel joven de cabello plateado molesto.

—Sé que estas molesto por lo que paso en el campamento, pero el motivo de mi llamada es para platicar contigo de algo muy importante.

— ¡Mira Hidate! Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.

—Tranquilo, sé que tú me odias pero tengo que hablar contigo de algo muy importante.

— ¿Qué dices?

—Así como lo oyes, te espero mañana en el restaurante Luna Azul a las diez de la mañana y no faltes. —Aquel chico colgó el teléfono.

continuara...

 

Capitulo 112.-¿ A Caso Podemos Enmedar Nuetros Errores? 2da. parte​

— ¡Hidate! ¡Hidate! Rayos ahora que tramara.

Sango y Miroku escucharon molesto a su amigo— ¿Qué pasa? Inuyasha.

—Ni, se imaginan quien me acabo de hablar.

—No, me digas que Sakura. —preguntó aquella chica de ojos negros.

—No, fue Hidate.

— ¡Hidate! —expresaron ambos chicos.

—Ahora que quiere—dijo Miroku.

—Quiere verme mañana que tiene algo importante que decirme.

—Me supongo que no iras verdad.

—No, se amigo.

—Es mejor que no vayas Inuyasha ha de ser una trampa de él y Sakura—manifestó Sango preocupada.

—Puede que tengas razón Sango, pero pensando bien las cosas iré a verlo.

Mientras ellos platicaban llegaron Izayo y el abuelo quien al verlos los saludaron.

—Buenas noches chicos.

—Buenas noches señora y señor Hisakawa —contestaron en unisón Sango y Miroku.

Inuyasha solo miro a su abuelo él no lo saludo, él se despidió de Izayo y de los amigos de su nieto y se dirigió a su habitación.

—Lo siento abuelo pero yo por el momento no puedo hablarte hasta que aceptes mi relación con Aome—esto lo dijo pensando para sí mismo.

Izayo miro a su hijo y lo tomo del brazo— Estas bien.

—Sí, mamá—sonrió ante ella.

—Entonces nos retiramos Inuyasha después nos vemos, me hablas si quieres que te acompañe mañana—espetó Miroku.

—No, es necesario amigo, yo después te comunico lo que pase.

—Está bien, hasta luego señora Hisakawa.

—Hasta luego chicos que descansen. —dijo Izayo a Miroku y Sango.

En la casa de los Higurashi estaban cenando amenamente sonreían , Aome estaba feliz por lo que estaba pasando y ella sabía de antemano que al decirles a su familia que estaba embarazada apoyarían, pero su felicidad seria completa si estuviera al lado del hombre que ama sin condición y solo tenía que esperar.

Al día siguiente había amanecido soleado, Aome estaba desde su alcoba mirando aquel cielo azul suspiro hondo y profundo— ¡Inuyasha! Te prometo que desde hoy te estaré esperando yo confió que un día al fin podamos estar juntos—En ese momento fue sacada de sus pensamientos.

— ¡Hija estas listas!

—Sí, madre vámonos.

Ella salieron rumbo al hospital, pero aun Zeika estaba intrigada al no saber que le sucedía a su hija.

Llegaron y Aome pregunto en recepción por el doctor Komori, la persona que estaba atendiendo ahí le dijo a ella que esperara un momento para ver si la podía atender en ese momento. — ¡Disculpe señorita cuál es su nombre!

—Aome Higurashi.

—Permítame un momento.

Aome y su mamá esperaron unos segundos cuando llego aquella mujer y le dijo que podía pasar a verlo ya que estaba desocupado—Haga favor de pasar al consultorio tres señorita.

— ¡Gracias! —dijo amablemente Aome. —Se dirigieron al consultorio. —Mamá entra conmigo sí.

Zeika acento con la cabeza positivamente y entraron ambas al consultorio—Buenos días doctor Komori.

El doctor las saludo—Por favor tomen asiento. —Me supongo que usted es la señorita Higurashi.

—Sí, doctor.

—A qué se debe su visita señorita Higurashi.

—Pues últimamente he sentido algunos mareos, casi todas las mañanas presento nauseas.

El doctor la miro y le dijo que pasara a la mesa de exploración, ella se dirigió haya y el la reviso— ¿Qué más síntomas tiene señorita?

—Mmmh nada más doctor Komori, además también quería que me hiciera un chequeo completo pues usted ya se dio cuenta que estoy embarazada.

—Si, por los síntomas que me dijo, así que quiere saber cómo va en su embarazo verdad.

Aquella chica asentó con la cabeza positivamente —Quiero saber si todo estaba bien.

—Está bien—El doctor la reviso y le hizo un ultrasonido para ver cómo iba.

Zeika que estaba sentada estaba preocupada por su hija—Espero que mi hija no tenga algo mal—Pensó para sí misma.

—Señorita Higurashi al parecer va todo bien por el tamaño que se ve tiene ocho semanas de gestación.

Aome sonrió—Gracias a dios todo va bien. —doctor le puede ensañar a mi madre esto que estamos viendo.

—Claro ahora le hablo—Él se retiró de con ella—Señora Higurashi puede venir un momento.

La madre de Aome se levantó y se dirigió a donde le dijo el doctor, ella en ese instante se le vinieron un sin fin de cosas a la mente que estaba pasando con su hija.

Ella al acercándose donde estaba su hija recostada— ¿Qué sucede Doctor? —Mirando al doctor Komori con preocupación.

Aome miro a su madre y la tomo de la mano— ¡Mama! Tranquila estoy bien es solo que te tengo una sorpresa.

— ¿Qué pasa hija dime?

En eso interrumpió el doctor—Señora Higurashi pues la felicito dentro de nueve meses será abuela.

Zeika al escuchar eso por parte del doctor se sorprendió no podía creer lo que acabo escuchar—Quiere decir que mi hija está embarazada. —Expresó aun incrédula la mamá de Aome.

—Sí, así es su hija tiene dos meses de embarazo.

Ella miro a su hija la tomo de la mano— ¡Aome! ¡Aome! Mi linda niña es la sorpresa más hermosa que me has dado.

— ¡Mamá! Pensé que te molestarías conmigo por esto.

—no, Hija pero creo que debiste cuidarte por tu edad verdad doctor.

—Pues en eso tiene mucha razón señora Higurashi, Aome a partir de hoy seré quien lleve el control de tu embarazo, deberás cuidarte y seguir mis indicaciones ya que como dijo tu madre las pacientes embarazadas de 17 años son de alto riesgo por la edad.

—Sí, doctor seguiré sus indicaciones quiero que mi bebe nazca sano y fuerte.

—Pues me alegra escuchar eso de ti, así que puede levantarte y te daré tu siguiente visita.

Zeika estaba alegre por la noticia de su hija aun no podía asimilarlo, el doctor le hablo en ese momento a la enfermera que estaba ahí. —Señorita Sayaka.

—Sí, doctor Komori.

—Haga favor de llevar a la señorita Higurashi a archivo y luego saque una cita para dentro de quince días conmigo.

—Sí, doctor.

—Por favor síganme—espeto la enfermera.

—Gracias doctor Komori.

—De nada, pero si te siente más mal puedes venir.

—Está bien.

Cuando salieron iban por el pasillo y alguien miro Aome que salió del consultorio del doctor. —Pero que hace ella aquí.

Después de unos minutos Aome y su madre salieron del hospital—Hija vamos a desayunar algo te parece.

—Sí, madre—dijo con una sonrisa aquella joven de ojos color chocolate.

Acá por otro lado Inuyasha iba rumbo al restaurante Luna Azul para platicar con Hidate e investigar que quería decirle pero tenía que ser cuidadoso con él.

Al entrar aquel lugar uno de los meseros— Joven Hisakawa lo están esperando el joven Tsukasa sígame por favor.

Aquel joven cabello plateado siguió aquel chico hasta donde estaba Hidate—Gracias Yusuke.

—Vaya si viniste Inuyasha, gustas pedir algo.

—No, Hidate dime lo que me vas a decir ahora mismo.

—Así que quieres ir directamente al grano Inuyasha tú siempre tan desesperado, a todo esto ¿Cómo esta Aome?

— ¿Que te importa? —contestó molesto aquel chico de ojos color ámbar.

—¡Tranquilo! No es para que te molestes solo quería saber de ella.

—Entonces que vas hablar o no —espeto Inuyasha.

—Esta bien, pues primera mente que nada Inuyasha me entere que se pospuso tu boda con Sakura y sabes eso me alegra porque así tendré la oportunidad de conquistarla de nuevo.

— ¡Eres libre de hacerlo! No me interesa —dijo aquel joven de cabello plateado.

—Inuyasha tú nunca te has preguntado ¿como? y ¿Por qué? Sakura apareció repentinamente en tu vida y porque tu abuelo la propuso como tu nueva prometida.
Aquel joven de ojos ámbar lo miraba — ¿A donde quieres llegar con esto Hidate?
—Mira ponte a pensar un momento, cuando tú y Kikio terminaron su relación y tu abuelo se entero no se hizo extraño que de buenas a primeras te dijo que Sakura era tu prometida.

Inuyasha se quedo por un momento pensando ya que Hidate había tocado un punto muy importante—Si tienes razón.

—Pues déjame decirte que tu abuelo y Sakura ya habían planeado separarte de Aome.
— ¿Qué tonterías dices Hidate? Mi abuelo…—quedo por un momento en silencio —No puedo creer eso, que mi abuelo y ella planeron hacerme la vida imposible, no nada mas a mi si no a Aome. —Pero como te enteraste tu Hidate.

—Pues—El empieza a platicarle a Inuyasha como sucedieron las cosas.

Flash Back​

Hace varios meses atrás cuando el señor Hisakawa fue a buscar a Sakura al colegio esto ha él se le había hecho sospechoso sin que se dieran cuenta aquella joven y aquel hombre él siguió a ambos hacia el patio de la escuela donde se sentaron en las bancas de ahí.

—Señor Hisakawa cuando regreso de su largo viaje —pregunto aquella muchacha con una sonrisa.

—Pues tengo apenas unos días hijas.

—Me supongo que vino a la boda de él joven Hisakawa y la señorita Nakagawa.

Aquel hombre se levantó de la banca dando la espalda aquella joven—Pues sí, pero me acabo de enterar que ellos rompieron su compromiso y no habrá boda por el momento.

— ¿Qué dice? ¿Pero cómo? Si ellos dos se amaban sin condición siempre desde niños eran el uno para el otro—espeto aquella chica.

—Eso también creía Sakura pero ahora me encuentro con esto, pero lo que no saben mi hijo, Izayo y mi esposa que la causante de este separación es de una chica que no le conviene a mi nieto en lo absoluto, a pesar de que Kikio lo engaño yo lo podría pasar por alto, pero que salga con un chica simple eso jamás.

—Vaya quien se iba a imaginar que el amor de Inuyasha y Kikio terminará de esa forma, lo siento mucho señor Hisakawa.

— ¡Sakura! Quiero pedirte un favor muy grande.

—Sí, dígame.

—Pues necesito que te hagas pasar por la nueva prometida de mi nieto.

— ¿Qué? —expreso aquella chica de ojos azules.

—Así ¿Cómo lo oyes?

—Aunque no lo creas Sakura yo siempre he sabido que tú amas a Inuyasha.

— ¿Qué dice señor Hisakawa? —respondió sonrojándose aquella joven.

—Pues prefiero que este a tu lado a que este con esa chica así que decides.

—Pues…—quedo por un momento en silencio—Esta es mi gran oportunidad de estar cercas de Inuyasha—Acepto señor Hisakawa dígame que tengo que hacer.

—Entonces que te parece si después te hablo y te explicare como haremos las cosas.

—Sí, señor estaré esperando su llamado.

Fin Flash Back​

Inuyasha al escuchar lo que le conto aquel chico no podía creer que su abuelo llegara hacer eso. —No, no puedo creerlo que mi abuelo me hiciera esto.

—Inuyasha después de que te conté esto no solo debes cuidarte de tu abuelo si no de Sakura ya que es una chica bastante obsesionada contigo y hará todo lo posible por separarte de Aome.

—Lo se Hidate, además ella invento que esta esperando un hijo mío pero como has de comprender mis padres y los de ella le creyeron, para ser sincero no se que hacer para desenmascárala —esto lo dijo Inuyasha con desaliento y cruzándose de brazos.

—Tienes que hacer algo Inuyasha si no tu vida estará arruinada no nada mas la tuya si no Aome quien te ama demasiado, además a mi como me hubiera gustado que Sakura me amara como te ama Aome.

— ¡Hidate! —expresó Inuyasha.

—Así que eso era lo que te tenía que decirte.

— ¿Por qué? ¿Por qué me cuentas esto Hidate si tú y yo nunca nos llevamos bien, ni amigos somos?

—No, se Inuyasha pero cuídate tu y tu novia yo hare entrar en razón a Sakura.

Inuyasha lo miro y le tendió la mano— ¡Gracias! Hidate por decirme esto, ahora mismo hablare con el abuelo esto no se quedará así.

—No, debes agradecerme es solo que quise enmendar mis errores.

Aquel joven de ojos color ámbar se despidió de Hidate y se retiro del lugar, el subió a su auto pero no asimilaba que su abuelo se atreviera a tanto, el nunca se lo iba a perdonar estaba bastante molesto.

En otro lugar Aome y su madre estaban platicando— ¡Aome! Ese niño que estas esperando es del joven Inuyasha.

—Si, mamá.

—Pero hija el sabe de esto me supongo—preguntó con algo de preocupación.

Aquella chica de ojos color chocolate tomo de las manos a su madre—Si mamá y el se puso feliz al enterarse.

Zeika miraba a su hija contenta pero a ella no estaba del todo contenta ya que la felicidad de su hija no era todo completa los separaba aquel hombre que haría todo por separar a su hija y el joven Inuyasha.

Aome miro a su madre —Madre no te preocupes todo estará bien—dijo con una sonrisa aquella joven.

— ¡Hay! Aome tú siempre tomando las cosas tan positivamente, pero quiero preguntarte otra cosa los padres de el saben que tu.

—No, no saben es solo un secreto entre nosotros así que te pido mamá…En eso fue interrumpida por su madre.

— ¡Claro hija! No diré nada por el momento.

Mientras tanto en el hospital Sakura no se quería quedar con la duda que hacia Aome ahí y porque había ido a ver al doctor Komori tenia que investigar, aquella joven se dirigió con la enfermara Ayane ya que tenia tiempo que la conocía y ella la sacaría de la duda.

— ¡Hola Sayaka!

— ¡Sakura ¡ ¿Qué haces aquí? ¿A caso estas enferma?

—No, sabes ando buscando a una amiga mía que se sintió un poco mal y me dijo que iba estar aquí pero no la veo por ningún lado.

—Puede que esté en un consultorio.

—Tienes razón, pues ni modo esperare Aome—dijo con una sonrisa.

—No, me digas que te refieres a Aome Higurashi—pregunto la enfermera.

—Sí, Sayaka.

—Pues que crees tiene rato que se fue.

—No, no puede ser me puedes decir que tiene mi amiga estoy muy preocupada por ella—esto lo dijo fingiendo.

—Pues no soy la indicada para decirte esto Sakura pero tu amiga esta embarazada.

— ¿Qué? Embarazada.

—Si, tiene dos meses.

Sakura en ese momento se molesto tanto que se fue sin decir nada mas dejando a la enfermera hablando sola.

Aquella chica de ojos azules estaba en el estacionamiento enojada, tiro su bolso al piso y golpeando con su pie el piso—No, no puede ser esa sinvergüenza se a salido con la suya es seguro que ese mocoso que espera es de mi Inuyasha eso no se lo perdonare. —Subió a su auto y arranco muy recio mejo como una loca desquiciada.

Desde eso momento todo iba a cambiar Sakura que planeara hacer, Inuyasha le reclamará al abuelo, el abuelo que tendrá planeado hacer. Esto se vera en el siguiente capítulo.

continuara...

 

hola chicas pues otras ves por aqui después de un largo tiempo, pero habia estado muy ocupada y aqui dejo el siguiente capitulo espero sea de su agrado y es muy corto.

Capitulo113.- Él no te ama.

En la mansión de los Hisakawa Izayo llego a casa ya entrada la tarde, en la sala estaba la abuela Hitomi bordando y platicando con el pequeño Shippo.

—Buenas tardes abuela y Shippo.

—Buenas tardes —dijeron en unisón la abuela y aquel chico de ojos verdes.

— ¡Shippo! Sube a tu habitación la abuela y yo tenemos que hablar, mientras arréglate para cenar.

Aquel chico que estaba sentado en el sillón aun lado de la abuela se levantó —Si, tía—él se retiró dejándolas solas.

Izayo se sentó a un lado de la abuela y con una sonrisa en su rostro— ¡Abuela estoy muy feliz!

— ¿Qué sucede? Izayo ¿Por qué están tan alegre?

—Ni se imagina lo que acaba de pasar hace un momento, el abuelo al fin está recapacitando de todo lo que ha hecho.

— ¿Qué dices hija? ¿Cómo que Daisuke está cambiando? —Ella no podía creer lo que escuchaba por parte de su nuera sobre su esposo.

—Pues aunque no lo crea, por eso me invito a comer y platicar conmigo de todo esto que estaba sucediendo y además quiere disculparse con los Higurashi por las cosas que les hizo y por supuesto arreglar sus indiferencias con mi hijo Inuyasha.

—Pero hija, Daisuke debe estar preparado para lo que suceda no creo que los Higurashi lo perdonen así nada más porque si, al igual mi nieto. —espetó aquella mujer preocupada.

— ¡Abuela! El esta consiente de eso y dijo que aceptaría cualquier reproche por parte de ellos como de su nieto y por eso me dijo que quería una reunión con la familia de Aome este sábado en el restaurante Blue Moon, él quiere que asistamos Inutaisho , tu y yo que estemos los cuatro juntos.

—No puedo creerlo lo que me dices.

—Pues para ser sincera abuela yo también estoy algo confundida pero creo que el abuelo trama algo.

La abuela la miro desconcertada —Ya sabía que esto no iba hacer nada bueno Daisuke siempre tramando cosas que uno no sabe sin buenas o malas.

—No, no abuela yo creo que no es nada malo, pues me dijo que me iba a pedir un favor muy grande pero no quiso decírmelo.

Acá por otro lado en una habitación que ataba a media luz estaba aquella joven de ojos azules recostada en su cama, recordaba lo que le habían dicho sobre Aome que estaba embarazada, estaba sumamente molesta por eso, ella sabía a la perfección que ya había perdido para siempre a Inuyasha, pero no lo permitiría no se iba dejar vencer por aquella chica iba hacerlo posible por separarlos para siempre, nadie y nada la iba a detener.

Así que esa chica se levantó de la cama tomo su bolso y salió de su casa a pesar que era ya muy tarde subió a su auto y marco a un número en su celular.

— ¡Hidate! Necesito verte es urgente.

— ¡Sakura! Ahora que quieres no ves la hora que es.

—Sí, lo sé pero necesito platicar contigo te espero a dos cuadras de tu casa. —ella colgó sin escuchar mas aquel chico.

— ¡Espera! Rayos Sakura ahora que quiere tengo que ir aunque no quiera. —El salió y subió a su auto y se dirigió al sitio indicado por ella.

Él se estación ya que aquella chica ya estaba ahí esperándolo impacientemente al verlo llegar ella bajo de su auto.

Al igual el bajo del suyo y se acero a ella—Ahora que quieres Sakura.

—Hidate necesito tu ayuda —ella se acercó más a él, lo abrazo y llorando le decía que le ayudara.

—Ayudarte a que, Sakura.

—Ha separar definitivamente a Aome de Inuyasha.

— ¿Qué dices?—exclamó sorprendido aquel chico.

—Así, como lo oyes.

El miro aquella chica de ojos azules — ¡Por favor Sakura! deja las cosas así como están y es mejor que te des cuenta de una vez él nunca te amara.

Estas palabras resonaban en la cabeza de aquella joven y se tapa los oídos — ¡Cállate! ¡Cállate! Eso no es verdad yo sé que si él y yo nos casamos el me llegara a querer con el tiempo. —decía Sakura llorando.

Aquel chico la tomo de los hombros —Sé que estas palabras son muy duras para ti, pero tienes que entender que él ama demasiado a Aome.

—No, no es cierto.

El l abrazo fuertemente aquella chica—Así que debes olvidarlo y te pido que yo quiero ser aquel que quiere hacerte olvidar de él, porque yo te amo.

Sakura se sorprendió al escuchar eso por parte de él y se separó violetamente de él y lo miro a los ojos. —Lo siento Hidate pero yo no te amo, pero si no me quieres ayudar yo sola hare esto por mi cuenta.

Ella dio media vuelta sin decir nada más, dejando Hidate sorprendido — ¡Espera Sakura! No vayas a cometer una locura.

Pero aquella chica no le contesto ni nada subió a su auto y se fue, pero él se quedó preocupado ya que la conocía muy bien y era capaz hacer todo lo posible por hacerle la vida imposible a Aome.

Aome en su casa no se imaginaba que pasa a su alrededor, ella siempre estaba pensando en Inuyasha.

Al día siguiente amaneció un día como cualquier otro para aquella joven de ojos color chocolate, se levantó temprano ayudo a su madre en los quehaceres de la casa.

Estaba aprovechando sus últimos días de vacaciones ya que pronto iba entrar de nuevo a Sengoku, su mamá había hablado con el director Naraku Kobayashi y fue aceptada.

Estaba nerviosa ya que iba a ver a Inuyasha en el instituto nuevamente, fue interrumpida de sus pensamientos — ¡Hija! ¿Estás bien?

—Sí, mamá—sonrió levemente.

Estaban ambas platicando cuando tocaron a la puerta, Aome va y abre la puerta y se sorprende al ver quien estaba— ahí.

—Buen día Aome.

—Señora Hisakawa pase por favor.

—Gracias.

Izayo entro y Zeika la recibe —Pasa por favor y toma asiento, a que se debe tu visita—preguntó la mamá de Aome.

—Pues…—quedo por un instante en silencio y miro aquella chica de ojos color chocolate.

—Me retiro para que hablen a solas. —dijo aquella muchacha.

—No, Aome esta visita que vengo con ustedes también te incumbe a ti, así que por favor toma asiento.

Aome se sentó y miro a su madre quien ambas estaban extrañadas por la visitas de la señora Hisakawa.

—Bueno el motivo de mi visita es de que Aome y Zeika mi suegro quiere platicar con ustedes este sábado en el restaurante Luna Azul.

Aquella joven al escuchar eso se levantó de la silla donde estaba — ¿Qué dice? Yo hablar con eso señor jamás.

Zeika miro a Izayo —Lo siento mucho pero apoyo a mi hija en esto, él nos hizo mucho daño y creo que no tenemos nada de qué hablar con él.

Izayo se levantó del sillón y se dirigió con Aquella joven y la tomo de la mano—Lo entiendo y están en su justa razón en rechazar la invitación pero les pido que le den una oportunidad él es un hombre bueno.

—Pero él nos hizo tanto daño a mí como a mi familia, y eso nunca se lo perdonare—expresó Aome.

Su mamá al escucharla hablar así, se sorprendió — ¡Aome!

—Mira Aome solo te pido que lo escuches, además estaremos presentes mi esposo, la abuela y yo.

Aome respiro hondo y profundo —Está bien lo hare porque usted me lo pide y la estimo mucho, pero…. —Quedo por un momento en silencio.

— ¿Qué pasa Aome? —espetó Izayo preocupada.

—hablaremos con él, pero con una condición.

— ¡Una condición! —exclamó Izayo.

—Que la reunión se aquí en mi casa.

—Pues me parece perfecto por mí no hay ningún problema y por parte del abuelo tampoco lo habrá—respondió con una sonrisa Izayo.

—Entonces como a qué hora quieres que vengamos Zeika.

— ¿Qué te parece a las ocho?

—Bien aquí estaremos, entonces me retiro porque tengo que ir a la escuela ya que tenemos una junta los maestros, y a todo esto Aome volverás a Sengoku.

—Sí.

—Pues me alegra, nos vemos—Izayo salió a toda prisa rumbo a la escuela.

Cuando se quedaron solas en la casa, Aome se dejó caer al sillón —Mamá ahora que querrá el abuelo de Inuyasha.

—No se hija.

—Esperaremos hasta el sábado, pero eso si mamá si él nos ofende yo no me detendré y le contestare.

En ese momento suena el teléfono y lo contesta la mama de Aome—Diga.

—Buen día señora Higurashi, ¿Esta Aome?

— ¡Sango! Buen día ahora te la paso.

—Gracias.

—Amiga ¿Cómo estás? —preguntó aquella joven de ojos color chocolate.

—Bien, y tú.

—Pues también bien, no me puedo quejar.

—Amiga pues te invito a comer a mi casa que te parece.

—Pues no se Sango, es que no tengo ánimos de salir.

—Nada de eso, así que te espero en mi casa a la una de la tarde y no faltes.

—Está bien ahí estaré—se despidieron ambas chicas. —Mamá voy a salir Sango me invita a comer en su casa tengo que estar a la una allá.

—Pues anda deja ahí yo terminó ve arreglarte ya casi es la hora.

—Bien.

Acá por otro lado Inuyasha estaba como siempre peleando con el pequeño Shippo —haber enano que estás haciendo.

—Que te importa tonto. —aquel niño tenía un tiradero de papeles en el piso, colores, estaba dibujando algo.

—Haber déjame ver.

Pero aquel chico tapa aquella hoja con sus manos, no quería que su primo viera lo que estaba haciendo.

Inuyasha no podía ver aquel dibujo que estaba haciendo —Enséñamelo enano.

— ¿No?

—A como de que no—aquel chico de ojos color ámbar no se hizo esperar y le dio tremendo coscorrón.

Shippo al recibir aquel golpe tan fuerte por parte de su primo soltó la hoja, esta salió volando Inuyasha fue tras ella al momento que la iba a ver, aquel chico de ojos verdes se aventó sobre el para que no la agarra.

—No, permitiré que lo veas—musito Shippo.

—Condenado Chaparro bájate de mí, veré tu dibujo a como dé lugar —Él quería alcanzarla pero Shippo lo jalaba del cabello.

—No, lo veras.

Estaban discutiendo cuando aquel chico de ojos color ámbar miro que tomaron la hoja del piso—Mmmh , veo que aún no maduras hermano comportándote como un chiquillo a tu edad no se te hace que eres bastante grande para esto —dijo aquel joven de ojos color dorado a su hermano en tono sarcástico.

—Tienes razón primo es lo mismo que digo yo. —Shippo se bajó de él y corrió hacia Sesshomaru.

—Ven acá chaparro condenado esto me lo pagaras. —Él se estaba levantando del piso.

—Ten Shippo tu hoja—espeto aquel chico de mirada fría.

El tomo la hoja —mira Sesshomaru mi dibujo que te parece.

Sesshomaru lo miro—Sí que sabes dibujar muy bien, pero creo que le hubieras dibujada a ella otra pareja que sea madura y razone.

—Mmmh creo que tienes razón, porque este es muy infantil—ambos chicos miraban a Inuyasha

— ¿Por qué me miran así? De qué hablan. —expresó aquel chico molesto con ellos.

— ¿Qué te parece si le pongo de pareja aquel chico llamado Kouga?

—Sí, es indicado para ella.

—Pero de que rayos hablan torpes.

—Está bien te enseñare el dibujo. —Shippo extiende la hoja y se la muestra a aquel chico de cabello plateado.

Al mirar aquel dibujo Inuyasha se sonrojo ya que aquel chico de ojos verdes había hecho un dibujo de él y de Aome ambos vestidos de novios.

Shippo al verlo así— ¡Inuyasha! ¿Qué te pasa?

—No, no es nada.

En ese instante sonó el móvil de Inuyasha—Si, diga.

— ¡Inuyasha!

— ¡Miroku! ¿Qué sucede?

—Pues te espero en la casa de Sango a la una de la tarde espero que no faltes.

—Está bien ahí estaré. —el miro su reloj —me retiro tengo que salir.

Aome se estaba arreglando para ir a la casa de su amiga, pero en realidad no tenía ánimos de salir pero ella sabía bien si no iba se molestaría Sango con ella.

Se puso una falda corta color rojo, una blusa de tirantes en conjunto con unas sandalias ya que hacía mucho calor, se hizo una coleta.

— ¡Lista! Tengo que irme ya faltan quince minutos para la una.

Ella se despidió de su mamá, bajo esos grandes escalones se sorprendió al ver ahí a esa chica de ojos azules.

Aome paso como si nada, no quería hablar con ella, cuando Sakura se atravesó en su camino—podemos hablar.

—Pues tú y yo no tenemos nada de qué hablar —espetó Aome.

—Al fin conseguiste separarme de Inuyasha verdad.

—No, sé de qué me estás hablando—contestó aquella chica de ojos color chocolate—Así que no tengo tiempo de platicar contigo tengo un compromiso. —ella continuo bajando los escalones sin hacerle caso aquella chica de ojos azules quien al ver que la ignoro totalmente la tomo del brazo.

—A dónde vas aún no hemos acabado de platicar.

— ¡Suéltame!

— No, Aome solo quiero que entiendas que Inuyasha solo será mío.

—Pero él no te ama Sakura entiéndelo, no puedes retener a nadie a tu lado a la fuerza.

—Eso no me importa, así que te pido de las manera más atenta que te alejes de el para siempre.

Aquella chica de ojos color chocolate miro, a Sakura a los ojos reflejaba en ese momento una mirada fría y odio hacia ella.

Aome sintió un escalofrió que recorrió por todo su cuerpo —Ella se zafó de Sakura— pero aquella joven de cabello negro la siguió.

— ¡Espera Aome!

Pero Aome siguió bajando los escalones haciendo caso omiso a lo que le decía aquella joven—No dejare que te quedes con él, Inuyasha será solo mío entiendes.

La volvió a tomar de la mano y la estrujo muy fuerte que Aome trataba de zafarse — ¡Suéltame Sakura! Me lastimas.

Continuara…

 

Hola chica les traigo el siguiente capitulo espero sea de su agrado y gracias por seguire mi historia, esto me alegra para seguir escribiendo.

Capítulo 114.- La Reunión 1era parte.​

Ambas chicas estaban discutiendo en las escalones, pero aquella joven de ojos azules no la soltaba entre mas Aome se quería zafar, Sakura le apretaba más la mano.

—No, Aome no te voy a soltar hasta que me prometas dejar a Inuyasha para siempre.

Aome miro a los ojos aquella chica, le causo algo de temor ya que reflejaba ira sintió un escalofrió que recorrió por todo su cuerpo, tenía que ser cautelosa ya que esa chica era de armas a tomar.

—Sakura yo no puedo dejarlo entiende.

—Cómo es posible que una chica pobre, atrapara a Inuyasha eres hábil tuviste que hacer todo lo posible por enredarte con él.

— ¿Qué tratas de decir?

—Por favor Aome el mocoso que esperas es del, verdad.

— ¿Pero cómo lo sabes? ¿Quién te lo dijo? —expresó aquella chica de ojos color chocolate.

—Pes ya vez—dijo en tono burlesco. —Así, que pasaría si tú por accidente te cayeras por estos escalones.

Aquella chica de ojos azules aventó Aome, ella perdió el equilibrio por un instante — ¡Sakura! —cerro sus ojos ya que la caída era inevitable.

Pero en ese momento Aome sintió quien alguien la estrecho entre sus brazos evitando que ella cayera por esos escalones.

Al abrir sus ojos se sorprendió y se sonrojo al ver quien era— ¿Tu qué haces aquí? —se preguntaba Aome desde sus adentros.

El joven la miro pero sin dejar de abrazarla y con una sonrisa—Estas bien Aome.

—Si.

—Pero que rayos haces aquí, porque tienes que entrometerte en mis asuntos.

— ¡Sakura! Que tramabas hacer, estás loca.

—Es cosa que no te interesa, eres un entrometido Hidate.

Aquel chico dejo de abrazar aquella joven—Vámonos Aome.

Los dos dieron media para irse, pero Sakura aun molesta—Esto no se quedara así—gritaba aquella chica, pero Hidate y Aome la ignoraban.

—Rayos porque tenía que llegar el en este preciso momento.

Hidate y Aome subieron al auto, iban en silencio después de unos segundos ella fue quien hablo—Gracias —dijo tímidamente.

—No, tienes nada que agradecerme.

En ese momento aquella chica de ojos color chocolate no pudo evitar llorar, Hidate al verla así se detuvo.

— ¡Tranquila Aome! —Él se acercó y la abrazo—todo estará bien.

Acá por otro lado en la mansión de Sango, Inuyasha ya había llegado los tres estaban en la sala platicando, de que ya solo les quedaba dos semanas de vacaciones y entrarían nuevamente a la escuela.

Aquella chica de cabello negro miraba el reloj se había preocupado ya que su amiga llevaba media horade retraso, además le había mandado unos mensaje pero no recibió contestación alguna.

—Inuyasha, Miroku me permiten iré a ver cómo va lo de la comida.

—Tranquila Sango no te preocupes no hay prisa—acotó aquel chico de cabello plateado a su amiga.

—Pues si me preocupa, mira invitarte a comer y que todavía no esté lista —contestó ella con una sonrisa —Así que sigan platicando ahora regreso.

Ella se retiró de ahí, y marco al móvil de su amiga—Vamos, vamos Aome contéstame.

En el carro de Hidate, Aome aún seguía llorando por lo sucedido— si no hubieras llegado Hidate en ese momento no que se hubiera pasado.

—Por favor tranquilízate.

En ese instante sonó el móvil de Aome, ella se retiró de con aquel chico y busco entre su bolsa el celular. — ¡Diga!

— ¡Aome! ¿Dónde estás? Te mande mensajes y no me contestaste ninguno.

—Perdóname amiga es que estaba ocupada, pero ya voy para allá. —ella no quiso decirle lo que había pasado no quería preocuparla.

—Anda pues, no tardes más.

Se despiden ambas chicas—Hidate nuevamente gracias por tu ayuda pero me tengo que ir.

— ¿A dónde vas yo te llevo?

—No, no es necesario aquí adelante tomare el transporte.

—Nada de eso, además por lo que escuche vas tarde a tu cita.

—Está bien, me llevas a la casa de Sango.

—Claro. —Emprendió camino hacia allá, mientras iban Hidate le dice a Aome que se cuide de Sakura.

—Sí, es una chica bastante obsesionada con Inuyasha, porque nunca entenderá que él no la quiere.

—Pues, porque no quiere entender que él te ama a ti—esto lo dijo en tono triste aquel chico.

— ¡Hidate! ¿Qué sucede?

Aquel joven suspiro — yo amo a Sakura mucho pero, ella esta ciega de amor por Inuyasha.

—Se cómo te sientes, pero ahora que estamos aquí platicando tu y yo ¿Por qué? ¿Por qué? Me estas ayudando si ahora mas no recuerdo que tú y ella trataron por separarme de Inuyasha.

—Aome aunque no me lo creas quiero cambiar y pedirte una disculpa por las cosas que te hice.

Aome al escucharlo sus palabras de él eran sinceras—Está bien.

Llegaron a la mansión de su amiga, ella salió del auto de aquel joven, pero lo que Aome no sabía que Inuyasha estaba ahí con sus amigos.

Se despidió del el, toco el timbre de la puerta y fue atendida por la servidumbre—Buenas tarde señorita Higurashi pase, la está esperando la señorita Sango están en la sala.

—Gracias.

Ella se dirigió a la sala, pero mientras cruzaba un gran pasillo que la dirigía para allá, pensaba que tenía que darle una buena excusa a su amiga por la tardanza ya que no quería preocuparla por lo que había pasado.

Al llegar a esa gran sala, se sorprendió al ver a la persona que amaba con todo su ser, ella corrió hacia él, al igual aquel chico de ojos color ámbar al verla se levantó del sillón donde estaba y la abrazo.

— ¡Inuyasha! ¡Inuyasha! —ella lo abrazo con toda sus fuerzas y no pudo contener las lágrimas.

—Aome ¿Qué te pasa? —preguntó el preocupado.

Al igual Sango y Miroku se preocupan por ella ya que se miraba alterada — ¿Amiga pero que fue lo que te paso? —dijo aquella chica de cabello negro angustiada al verla así.

Aome miro los ojos a Inuyasha —Pues tuve un altercado con Sakura.

— ¿Qué dices? ¿Qué te hizo? —espetó aquel chico de cabello plateado.

Ella les platico lo sucedió entre ella y Sakura, ellos la escuchaban con atención Sango y Miroku no podían creer hasta donde llega aquella chica.

—Además si no hubiera llegado Hidate…—En eso interrumpió aquel chico de cabello plateado.

— ¿Qué tiene que ver Hidate en todo esto Aome? —acoto molesto.

—Pues él me ayudo Inuyasha.

—Bueno pero aun así tendré que ir hablar con Sakura y que te deje en paz, esto no se lo perdonare, así que Aome vamos al ver al doctor para que te revise.

Ella lo abrazo nuevamente y le sonrió—Tranquilo estamos bien.

—Segura.

—Pues esperemos que no vuelva a molestarte amiga—espetó Miroku.

—Así, que les parece si pasamos al comedor chicos y nos olvidamos por un momento de esto.

—Sí, —dijeron en unisón los chicos.

Pasaron al comedor tuvieron una rica comida, Aome estaba feliz al estar con Inuyasha ya que casi no se habían visto.

Los cuatro tuvieron una charla agradable y estaban contentos, después de la comida Sango y Miroku dejaron solos a sus amigos ya que tenían muchas cosas de que platicar.

Cuando se quedaron solos en la sala— ¡Inuyasha te he extrañado mucho!

—Yo también Aome, necesitaba verte, Sango y Miroku planearon esto, para que tú y yo estuviéramos juntos.

Aome sonrió—Si, ellos son unos excelentes amigos, yo nunca me imaginé que estuvieras aquí.

Aquel chico se acercó más a ella y la miro a los ojos, Aome se sonrojo por tenerlo tan cerca, Inuyasha la tomo del mentón y la beso apasionadamente.

Aquella joven correspondió aquel beso, después de unos segundos se separaron para tomar aire.

—Te amo, te amo Inuyasha.

—Yo, también mi linda Aome.

—Aome, ya que estamos aquí, volverás otra vas a la escuela.

—Sí, mi mamá ya hablo con el director Kobayashi —contestó con una gran sonrisa a su novio.

—Entonces ahí nos podremos ver más seguido—respondió el también con una sonrisa a ella.

—Oyes Inuyasha te puedo hacer una pregunta.

—Dime.

—Tu abuelo te ha dicho algo.

—No, es más ni siquiera he hablado con él. —musitó aquel chico cruzándose de brazos y molesto. —A caso él te está molestando—expresó Inuyasha.

—No, no.

—Entonces Aome si él te molesta no dudes en decírmelo.

Ella acento positivamente con la cabeza y sonrió levemente—Inuyasha no sabe nada de que su abuelo quiere hablar conmigo será no mencionarle nada por el momento—pensó para sí misma.

Aquel chico la miro distraída— ¡Aome! ¿Qué tienes?

—No, no es nada, no me hagas casos—ella lo tomo de la mano. —Ya quisiera que terminaran las vacaciones para volver a la escuela.

— ¿Qué dices? Si yo aún no quiero volver.

—Vaya sí que eres un tontito.

— ¿Por qué me dices así? —contestó molesto el con ella.

Aome sonrió a carcajada abierta y esto hizo molestar más aquel chico de ojos color ámbar. — ¿Qué te pasa tonta?

Aquella chica puso su mano en el rostro de aquel chico lo miro a los ojos — ¿Es que quiero estar contigo todo el tiempo a tu lado? En los tiempos de descanso.

— ¡Aome! —expresó Inuyasha sonrojándose.

Ya había pasado el día, ya eran las ocho de la noche y ella se despide ya que se le había hecho tarde.

—Deja te llevo linda—musitó Inuyasha.

—No, es necesario Inuyasha por el momento no quiero que tengas problemas con tu abuelo si se llega enterar que tú y yo nos vimos.

—Inuyasha no te preocupes Miroku y yo la llevaremos a su casa—interrumpió Sango la plática de sus amigos.

—Está bien.

Los cuatro salieron para afuera y se despidieron de su amigo, pero antes de subir al auto beso a Aome.

—Nos vemos y recuerda que te amo.

—Yo también te amo.

Ella miro como él se iba y dejo escapar un suspiro que su amiga, la había escuchado —Vamos amiga casi se te cae la baba, Si vieras tu rostro en un espejo.

— ¡Sango! —se sonrojo aquella chica por lo que le dijo su amiga.

Llevaron a Aome a su casa, ya ella en su habitación estaba recostada y recordando que estuvo con él.

Pero aun de su mente estaba aquella chica aunque Aome no quería aceptarlo, Sakura le había causado bastante miedo de tanto estar pensando se quedó dormida.

Pasaron los días y llego ese día inesperado la cena que iban a tener con el señor Daisuke Hisakawa, Ella estaba nerviosa porque no sabía que iba a pasar esa noche.

Entre su mamá y ella estaban preparando una buena cena, Souta también las ayudo al igual el abuelo.

— ¡Herman! ¡Ahora que quiere ese hombre!

—No, se Souta.

—Pues yo les digo de una vez que si ese hombre te hace llorara hermana yo no me quedare callado tu no estarás sola.

— ¡Souta! —expresaron en unisonó el abuelo, Zeika y Aome.

Aome al escuchar hablar así a su hermano se acercó y lo abrazo—Gracias hermano.

Continuaron con aquellos preparativos para la noche, al igual en la casa de los Hisakawa Inutaisho estaba platicando con su esposa.

—Izayo me preocupa que esta noche pase algo.

—Tranquilo amor, todo estará bien —musitó con una sonrisa aquella mujer de ojos negros.

En eso fueron interrumpidos por su hijo el menor—Mamá, Papá que les pasa se ven algo preocupado y que pasara esta noche.

—No, no es nada hijo lo que pasa que hoy tenemos un compromiso muy importante con unos empresarios y nos han contado que son personas muy exigentes.

—Vaya, pues sé que les ira muy bien—dijo aquel chico de ojos color ámbar.

—Gracias por tus deseos Inuyasha.

—Entonces esta noche no cenaremos juntos verdad.

—Sí, así es, pues si no se, quieren quedar solos se pueden ir al cine los tres.

—Pues Shippo y yo iríamos, pero Sesshomaru no creo que quiera salir con nosotros.

—Bueno, tu solo invítalo, a ver que te dice.

—Al rato se lo diré.

Ese día se había pasado muy rápido se estaban arreglando para ir a la casa de los Higurashi, aunque Izayo aparentaba estar calmada dentro de su interior estaba sumamente nerviosa ya cuando estuvieran ahí con ellos.

La abuela estaba en su habitación arreglándose al igual el abuelo, estaban en silencio cuando ella fue la hablo.

—Daisuke te quiero pedir un favor.

—Sí, dime.

—No, permitiré que sea grosero con la familia Higurashi.

—Tranquila Hitomi.

Al igual en la casa de los Higurashi se estaban arreglando para esa noche y recibir a los Hisakawa.

— ¡Mamá! Estoy nerviosa.

—Tranquila hija, tú no estás sola en esto.

—Gracias madre. —ella la abrazo.

—Aome a todo esto les vas a decir a los padres de Inuyasha que estas esperando un hijo de él.

Aquella joven dio unos pasos hacia atrás y miro a su madre— No, se mamá depende de lo que hable al abuelo de Inuyasha. Si no seguiré guardando el secreto hasta que Inuyasha y yo estemos juntos, pero esta noche madre se decidirá mi futuro presiento que esto no es una reunión de amistad, sé que el señor Daisuke tiene preparado algo y pienso que no es nada bueno.

—Hija no digas esas cosas. —dijo con gran preocupación Zeika.

Continuara…