Y en algún lugar de mi mente...

Tema en 'Relatos' iniciado por Selene Nicktá, 20 Agosto 2012.

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    Selene Nicktá

    Selene Nicktá Iniciado

    Aries
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    Escritora
    Título:
    Y en algún lugar de mi mente...
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1780
    Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue el cielo azul que estaba adornado con algunas nubes pequeñas, blancas y esponjosas, pero la luz brillante del sol me impidió seguir viendo por lo que tuve que cerrar los ojos y cubrírmelos con la mano. Logré incorporarme con la ayuda de la otra mano que tenia disponible, volví a abrir los ojos y los obligue a acostumbrarse a la luz del día. Al parecer me había quedado dormida en aquel lugar. En realidad, ni siquiera recuerdo como había llegado hasta allí. Intenté hacer memoria sobre lo que había sucedido antes. Nada. Rendida, me dispuse a observar mejor el lugar en el que me encontraba. Estaba parada sobre el césped más limpio y verde que nunca había visto en mi vida, parecía ser un campo; había unas pequeñas colinas y a lo lejos se podía ver una laguna y junto a esta, un árbol, el único en toda la zona. Me volteé para seguir observando pero en vez de encontrarme con más de este bello paisaje lo que vi fue todo lo contrario. Aquella parte del campo estaba más oscura, debido a que había un enorme muro de cemento cuya altura no parecía tener fin. En la base de este muro se podía ver un camino, también de cemento, y del otro lado un grupo de columnas alineadas en el mismo sentido que el muro y el camino; entre las columnas y el muro encerraban al camino.
    Aquella parte del lugar despertó mi curiosidad así que empecé a acercarme, pasé entre dos de las columnas y me quedé parada sobre el camino. Desde allí, pude observar mejor el lugar. A un lado, el muro, el camino y las columnas parecían infinitos pero del otro, a tan solo unos metros se podía ver otro muro, que parecía ser el fin de esa especie de pasillo, estaba pegado a una de las columnas y también al muro; todos tenían la misma altura. De aquel muro se podía ver una sombra, era extraño ya que en ninguna otra parte había una sombra tan oscura como aquella. Me detuve a observar un rato más hasta que vi que algo salía de la oscuridad de aquella sombra, era un hombre, alto y estaba vestido de militar. Me quedé paralizada ante tan repentina aparición, aquel hombre me miraba con una expresión dura y amenazadora, parecía que en cualquier momento iba a atacarme. Pero el miedo me invadió rápidamente cuando vi que el hombre sacaba un arma y apuntaba directo hacia mí. Y antes de que pudiese reaccionar, me disparó.
    Sentí la bala dentro de mí. Pero no dolía, nada más era una molestia en mi pecho. Bajé la cabeza para ver la herida y lo primero que vi fue la ropa rasgada por la bala, pero no había ni una sola mancha de sangre, aquello era solo un pequeño agujero negro en mi cuerpo.
    ― ¡Auch! ― le dije al hombre irónicamente mientras una sonrisa maliciosa se formaba en mi rostro.
    Fue entonces cuando de la misma oscuridad empezaron a aparecer más hombres, todos vestidos con uniformes de militar. De la nada sacaron sus armas y comenzaron a dispararme. Pero no me hacían daño, yo seguía ahí, parada, observando como aquellos hombres intentaban en vano matarme, y sin darme cuenta mi cuerpo estaba repleto de agujeros negros. Lo siguiente fue muy confuso, de pronto todo se volvió oscuro y empecé a escuchar gritos, pero no sabía exactamente qué ocurría a mí alrededor, no podía ver. Pero me sentía enojada, muy enojada.
    No sé cuánto tiempo pasó, hasta que volví a ver. Aun seguía parada sobre el camino de cemento pero mis ojos se detuvieron en algo que me dejó totalmente desconcertada. Todos y cada uno de los hombres que me habían atacado, estaban muertos. Me preguntaba cómo es que habían terminado de tal manera, pero pude encontrar una respuesta rápidamente cuando vi mis manos manchadas de sangre. Yo lo había hecho, no entendía cómo, pero no me importó. Y dándole un último vistazo a los cadáveres, comencé a correr por el lado opuesto, no sabía porque pero tenía que huir de ese lugar. Mientras corría advertí que el camino se inclinaba hacia abajo. Lo hacía cada vez más y más hasta que casi corría solo por el impulso que me daba aquella pendiente tan abrupta, pero el camino se inclinó tanto que mis pies dejaron de tocar el suelo y comencé a caer. Caí. Caí. Caí. Hasta que me estrellé contra una superficie dura que puso fin a mi caída. Intenté levantarme pero el dolor que sentía por la caída era tan intenso que eliminaba todas mis fuerzas. Así que decidí quedarme recostada un momento para recuperar energías. Pude notar que me encontraba sobre césped, además, mi cuerpo y rostro daban hacia el suelo, por lo que gran parte de este obstruía mi vista ya que era bastante largo. Agudicé los otros sentidos pero lo único que pude percibir era la tierra debajo de mi cuerpo y el sonido de una leve brisa que sacudía las finas hojas del césped. Hice un segundo intento de levantarme, esta vez con éxito. Lo primero que pude notar fue que todos los agujeros negros que tenía en el cuerpo habían desaparecido, mi ropa estaba como nueva y mis manos limpias.
    Me sentía completamente desconcertada y confundida con todo lo que estaba sucediendo, y cada vez más preguntas se formaban en mi cabeza ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué está pasando? Pero por alguna razón no me importó, jamás lo hiso. Aun así, el sentimiento de la duda estuvo presente todo el tiempo. De pronto, ese sentimiento fue remplazado por el de una inexplicable felicidad, sin motivo alguno comencé a sentirme extremadamente feliz. Observé el lugar, parcia ser el paraíso, arriba, el cielo de la mañana estaba tan resplandeciente con su color azul claro, y no había ninguna nube que lo cubriera; tampoco estaba el sol, solamente el cielo. En la superficie, una hermosa pradera se abría paso ante mí, con el césped de color verde, que estaba acompañado de hermosas flores amarillas, que en conjunto se extendían perfectamente por todo el suelo. No había rastros de ningún árbol por el lugar, pero algo muy particular si había en esa pradera. Y era un extraño círculo negro, al parecer hecho con restos de césped quemado, que estaba muy bien formado y en su interior el césped seguía siendo verde y con algunas flores en aquel sector. Pero no le presté mucha atención, estaba muy alegre y contenta, hasta empecé a saltar y correr de un lado a otro por toda la pradera, cualquier dolor que hubiese existido antes, tanto físico como mental, se había esfumado completamente.
    Una persona apareció tan repentinamente ante mí que me obligó a que me detuviera. Al principio no sabía quién era, pero esa impresión me duro tan solo unos segundos cuando pude reconocer de quien se trataba. Era una de mis amigas de la escuela, y al verla empecé a gritar de alegría:
    ― ¡Hey, mira donde estamos! ¡Mira donde estamos! ―decía yo, seguido de saltos y risas.
    Pero ella no contestaba, me miraba con la expresión seria. No había muestras de sentimiento alguno en su rostro, solo se quedaba inmóvil en su lugar, mirándome.
    ― ¿Qué te ocurre? ― le pregunté. Pero nuevamente, no obtuve respuesta.
    De repente, ya no sentí más el suelo bajo mis pies y vi como mi amiga se iba quedando cada vez más pequeña. Miré hacia abajo y todo se estaba alejando de mí. En ese instante me percate de que era yo la que se estaba alejando y que, de alguna manera, estaba elevándome hacia arriba. Me sacudí en un intento de bajar, pero fue inútil. Seguía subiendo y subiendo. De nuevo el miedo se apodero de mi, la pradera ya quedaba diminuta desde la altura en la que me encontraba. A mí alrededor, divisé las figuras de otras personas. Eran transparentes y se estaban elevando al igual que yo. Había personas de todas las edades y pude notar que algunos estaban igual o más asustados que yo mientras que a otros se les notaba alegres y tranquilos. Deduje que tal vez todos iríamos al mismo sitio, sea cual sea. Aun me estaba concentrando en observar a la gente que se elevaba conmigo cuando me di cuenta, de que ya me había detenido. La gente que antes había estado subiendo conmigo desapareció. Me encontré sola en… ¿El cielo? Estaba parada sobre lo que parecían ser nubes y alrededor todo era, cielo.
    En aquel lugar, frente a mí, apareció una diminuta luz blanca, pero estaba lejos por lo que intenté acercarme. “Detente” oí que decía una voz en mi mente y la obedecí. Aquella luz blanca se hacía más y más grande a medida que se iba acercando por sí sola. Hasta que se detuvo a tan solo unos metros de donde me encontraba, alcanzaba un tamaño mucho más grande que el mío y sin más, estalló en una luz tan enceguesedora por lo que tuve que cubrirme el rostro con el brazo. De pronto, la luz volvió a su brillo anterior pero esta vez pude ver la imagen de un hombre que me sonreía. Luego ese hombre pasó a ser la imagen de una mujer, después a la de un niño que se transformaba en la de una niña, después un anciano, otro hombre, mujer, adolescente, niño y así sucesivamente hasta empezar a cambiar de imagen tan rápido que ya no pude distinguir su aspecto. Nuevamente apareció ese sentimiento de felicidad. Pero esta vez era algo mejor, me sentía completa y llena de paz en todo mí ser. Y fue ahí cuando todo se volvió totalmente oscuro, para siempre.

    Lo primero que pude oír fue un sonido agudo y melódico que empezaba a molestarme. Levante el brazo y apague el despertador. Una vez que todo quedo en silencio, me quede acostada mirando hacia el techo de mi habitación, pensando. Otra vez ese sueño, ya era la tercera vez que lo soñaba. “Las cosas que pueden pasar en la mente de uno cuando duerme” pensé mientras me levantaba para ir a desayunar.







    Se podría decir que está vasado en hechos reales ya que es un sueño que tube hace tiempo y la protagonista de la historia seria yo xD
    Quisiera saber sus opinienes. Saludos!
     
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    nenufita

    nenufita Iniciado

    Piscis
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    ¡zas llego yo! solo te voy a decir una pregunta el sueño ese te duraria toda la noche no? por que vamos... menudo sueño... si yo cuando los tengo de la mitad no me acuerdo. xD
     
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    Selene Nicktá

    Selene Nicktá Iniciado

    Aries
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    Escritora

    Jajaja Si, es que duermo bastante xD. Pero a este sueño lo tube varias veces y se me ocurrió escribirlo. Y en la historia lo hice mucho más largo por las descripciones y todo eso :D
     
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