Wolves Temptation

Nota: Antes que nada la inspiración me llego derrepente, dado que tengo casi nada de tiempo libre iré actualizando poco a poco solo pido paciencia al moderador de la zona o algún administrador. Ya si de plano veo que mi historia no tiene para nada de seguidores entonces ahí si cierren el tema lol. ¿Mi historia? es un Jared/Kim/Brady dado que casi nadie se enfoca en estos personajes sobretodo Jared y Kim aprovecho para compartir un poco de mi gusto con los demás, espero sea de su agrado mi historia y bueno si ven algunos horrores ortograficos no se me espanten ya que mi ahora idioma es el inglés e olvidado mucho escribir muchas palabras en español pero intentare mejorarlos y si es posible encontrarme una beta, disfruten :)
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Prólogo​

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Adolescencia. Etapa que cada persona pasa después de pasar la niñez, aquella que deben pasar para poder completar el ciclo y llegar a crecer hasta la adultez. Sí, la adolescencia también conocida como la etapa más difícil dentro del comportamiento humano ¿Por qué? Bien para iniciar esta el tema de que nadie te comprende seguido de los mil dramas que se viven a diario y finalmente esta la parte del amor donde el adolescente no sabe realmente lo que quiere o eso era lo que yo tenía pensado.

— ¡Jared, Brady por favor paren! – Mi voz estaba llena de pánico y desesperación, no sabía realmente cuantas veces les había gritado que pararan en vano puesto que ninguno de los dos parecía escucharme ambos estaban sumergidos en furia. Si hubiese existido en los tiempos de la mitología griega podría decir que Jared y Brady podían ser comparados como una lucha de titanes que arrasaría con la de la tierra.

En cuanto vi que dejaron de empujarse e insultarse completamente y vi la ola de puños quede petrificada, mis piernas no reaccionaban mis ojos estaban más abiertos que dos platos grandes sentía como mi corazón latía frenéticamente y poco a poco mi cerebro le mandaba señales a mis piernas de ir y pararlos a ambos pero unas manos se enredaron en mi cintura intente quitarme de aquel agarre que me detenía de ir hacia ambos chicos, era Emily, solo alcance a entender que no me metiera en aquello.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que suceder esto? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? No había modo de pararlos, no podía, no había nada que hacer y me sentía insignificante. Detrás de mí y de Emily salieron como rayos Sam, Quil, Seth, Paul, Collin y Jacob. Sam, Paul y Seth fueron y tomaron a Jared mientras que los demás iban por Brady. Pude escuchar a la perfección desgarradores rugidos que provenían de los dos.

— ¡Paren de una buena vez los dos! –Era la voz autoritaria y profunda de Sam quien mantenía su vista en Jared para seguido dirigirse a Brady que parecía estar convulsionando dentro del agarre de los chicos al igual que Jared.

— ¡¿Cómo pudiste?! –Pude ver desde mi lugar como Brady con un tono lleno de dolor y furia se dirigía hacia Jared. Ambos seguían moviéndose violentamente de los agarres de los chicos hasta que sucedió lo que jamás en mi vida llegue a pensar que fuese real. Vivimos en un mundo donde aparentemente no se conocen muchas cosas y donde lo místico y mágico si existe. Observe con muchísima impresión como todos los chicos se alejaban rápidamente de Jared y Brady mientras ambos cambiaban rápidamente a unos enormes animales, para ser más exacta a dos grandes lobos, mucho más grandes que lo normal.

Y ahí estaba nuevamente en completo shock mientras veía como mi novio y aquel chico del que estuve enamorada por muchísimo tiempo peleaban ferozmente dando grandes rugidos de furia, pateándose, embistiéndose hasta que sentí completamente que el mundo se oscurecía lentamente, por fin mi cerebro se desconectó mientras mi vista se nublaba poco a poco, pude escuchar a Emily gritar a un lado mío ¿Lo último que alcance a ver? Fueron dos grandes pares de ojos que me miraban directamente, tanto Jared como Brady habían parado al escuchar el grito de miedo de Emily, así caía en la oscuridad total aun sin procesar del todo que tanto Jared como Brady eran dos lobos gigantes y que la causa por todo aquel ajetreo era nada más y nada menos que yo, Kim Connweller.