Winter Love

Re: Winter Love

Capitulo XVI:
Miedo

-¿Nos vemos mañana?-le pregunte una vez que los árboles desaparecían para dar a ver mi casa
-Sí. Te vendré a buscar-me contesto con su sonrisa divertida-Mañana nos vemos-hizo un ademán con su mano despidiéndose
-Sí. Hasta mañana…inuyasha-sonreí feliz que ahora todo era diferente. No me intimida más, no era frío ni calculador conmigo, más no dejaba de atisbarme con su mirada inefable y a las vez tan afable. Me moría por no apartar mis ojos en los suyos para obsérvalos, si era necesario una eternidad

Se marcho corriendo a una velocidad, que para mi era irracional; así llegaría en menos de las tres horas que correspondía el viaje caminando. Quede sorprendida al ver aquello “Bueno es un hanyou ¿no?” Pensé retirando mi estupor, ya que el no era humano, por lo tanto era común que pudiera correr a una enorme velocidad.
Con eso en la cabeza entre a casa torpemente, ya que tropecé en los escalones del porche, lo cual hizo que entrara bruscamente a la casa, pero no caí. Deje las llaves aun lado, al parece papá no había llegado y miroku obviamente no se encontraba, pero…¿por qué?

-Sango y Miroku-bisbisée pensativa-Es totalmente extraño. Sango que es una chica fría al igual que su hermanastro; me odia, ama a inuyasha y…¿es posible eso?-me hable a mi misma en voz alta, mientras me sentaba en el sofá meditabunda, sopesando la situación.


Una hora.


-¿Por qué no llegas?-preguntaba con voz impacientada.

En esos momentos estaba haciendo la tarea del colegio, no obstante mis páginas estaban en blanco, ya que mi preocupación y nerviosismo me carcomían en esos momentos por la larga demora de Miroku. Era yo, el sonido de las manecillas del reloj y mi impaciencia. Uno de mis dedos tamborileaba en la mesa impaciente, no estaba estudiando, esperaba a un primo que estaba con la chica que me odiaba. Suspire al tiempo que cerraba mis ojos resignada y los volví a enfocar en el reloj de mi muñeca.
Me levante con apatía hacia el equipo que tenia cerca del televisor y lo prendí, algo de música me haría bien, Espero. Comencé hacer las tareas.
A mitad de mi labor escuche que la puerta se abría y salte asustada, ya que al fin estaba concentrada para hacer la maldita tarea para la semana.
Sin tener oportunidad de ver quien era, ya se había asomado y mis sospechas eran ciertas, miroku había llegado. Su rostro era impasible y ni una pizca de arrepentimiento, creo que se la paso muy bien
-Es tarde-le anuncie, disimulando mi curiosidad por saber que había pasado
-Lo siento-me respondió, desordenando mis cabellos
-¿Se podría saber donde te encontrabas?-por su puesto que sabia donde estaba, pero en estos momentos debía mentir
-Por ahí, por ahí-asevero algo distraído-Tengo hambre-cambio el tema rápidamente, quería eludir el tema. Suspire, algún día lo perseguiré y veré que pretende. Lo observe que se tocaba el estomago que le gruñía ¡Por dios que hambriento! Reí por mis pensamientos
-Ok, preparare la cena-dicho esto me fui a ordenar mis cuadernos para luego preparar la cena que tanto esperaba mi primo.

Miroku no salio más de la habitación, hasta que llego papá, lo saludo y se fue enseguida. Estaba bien despistado


-¿Le ocurre algo a miroku?-pregunto mi padre que también se había dado cuenta de su comportamiento
-No lo se, también me lo pregunto-le conteste pensativa-Hoy llego tarde, hace media hora nada más-
-Bueno…-río. Al parecer algo paso por su mente, que ignoro totalmente-Talvez encontró a una chica por ahí-

“Talvez encontró a una chica por ahí”

-Hay no-bisbisée temblorosa
-¿Te pasa algo a ti también?-
-Hummm…no-mire las escaleras que conducían a las habitaciones y por donde miroku había subido para ir a la suya ¿enamorado? Ja, Ja. No-Haré la cena, tu mientras descansa ¿Cómo te fue?-
-Oh, Mucho trabajo. Han habido muchos casos de maltrato a las esposas de hombre que consumen drogas, o implemente hombres descontrolados-
-Eso…es terrible-pensar que mi Papa haría algo así me asustaba
-lo se-me acaricio el cabello con dulzura, dándose cuenta de mi susto-Esos son los viejos trabajólicos y locos-río, mientras pasaba una mano por detrás de mi espalda para apoyarla en mi hombro y así conducirme a la cocina-Mañana me toca otro duro día, así que iré a darme una ducha y vuelvo-dicho esto me beso la frente y se fue.

***​

Durante la cena, el silencio, en estos momentos era evidentemente extraño. Papá y yo mirábamos al causante de este repentino silencio. Miroku estaba ensimismado en sus pensamientos; no había tocado sus alimentos ni picoteado, tenía el tenedor en mano pero solo lo observaba con un juguete cómico.
-¿Cómo estuvo tu día Miroku?-fue mí padre quien dio el primer paso en sacarlo de sus pensamientos. Él se sobresalto al escuchar la repentina voz de papá en el silencio absoluto.
-Normal-respondió algo por primera vez en la cena, disimulando muy bien su tranquilidad. Sabía perfectamente que algo le perturbaba, y por primera vez tomo un bocado de su plato y se lo comió.
-Kagome me comento que llegaste media hora antes que yo ¿Te encontraste con un amigo?-Pregunto atisbando con su mirada. Miroku conservo su rostro sereno, sabiendo adonde quería llegar mi padre
-Para nada. Solo paseaba, estaba bastante aburrido-arguio sin problemas aun tranquilo
-¿Y tu kagome donde te encontrabas?-ahora era yo. Me tense por la pregunta ¿le diría la verdad sabiendo que a mi padre no le agradan los taisho?
-Llegue directamente a casa después de clases-asevere, cerrando mis ojos para que mi padre no pudiera ver la mentira en ellos-Hice mis deberes, y antes de eso me llamo Rin-mire con acritud a miroku, quien tensaba la mandíbula, evidentemente por mi mirada
-¿Y que dice?-Me pregunto sin quitar su mirada seria del plato
-… -si iba a decírselo que sea ahora ya, sin vacilaciones-Me llamo llorando, me decía que acaba de terminar contigo-
-¿Por qué, si ella era una buena mucha…?-
-La distancia tío, la distancia. Estoy arto ya de solo hablar con ella por teléfono, además se acabo, solo la Quiero como una amiga, nada más-espeto dejando el tema por terminado

***​

El despertador sonaba como todas la mañanas con su estruendosa melodía. Una vez que lo apague iba a volver a dormir, cuando recordé que Taisho vendría, me levante rápidamente.

Pase al baño, me duche, me lave los dientes y arregle mi alborotado cabello negro; me lo alise un poco para que quedara bien y que no tuviera tanto volumen como hace unos minutos. Entre a mi habitación y ordene rápidamente todo lo que estaba en el suelo tendido, dejándolo en mi escritorio.

Baje de dos en dos los escalones.
Mi papa ya se había ido y mi primo estaba ahí tomando su desayuno, cuando me vio se levanto de inmediato para servirme el desayuno.
-Gracias-dije a la vez que me sentaba y miraba el televisor, dándome cuanta de algo-¿Ya dieron el tiempo?-pregunte a la vez que miraba las noticias de cada mañana
-Así es, pero no alcancé…-
-No te preocupes, no lloverá ni nevara-le sonreí despreocupada por mi aseveración
-¿Cómo lo sabes, si el cielo esta horrible?-me pregunto escéptico a lo que acaba de decir
-Aunque el día este feo se nota-justifique aún tranquila-Cuando te acostumbres aquí podrás adivinar el tiempo-Mientras hacia el mohín reía divertida por su expresión
-Ok prima, nadie te entiende-miro dubitativo y luego sonrió divertido-Deberías ser meteoróloga. Pero no quiero hablar de eso…-
-¿Qué ocurre?-pregunte mientras comía de mis cereales
-Alguien te espera afuera-Designo con su dedo pulgar detrás de si la parte delantera de la casa, donde se encontraba un chico sentado en la rama de un árbol. La comida se me obstruyo. Di una palmaditas a mi pecho y pasaron con dificulta. Mire a primo y luego dije:
-¿Desde cuando?-
-No hace mucho, pero es raro que taisho te espere-me miro desmesurado
-Gracias-mi parsimonia en mi tono de voz era por su reacción de tan pocos amigos ¿No le agradaba Taisho? Lo siento pero el no tiene por qué decirme lo que debo hacer o con quien debía juntarme, acaso ¿el no esta con Sango?

Me levante, deje el bol en el lavamanos; me dirigí a la puerta y voltee para despedirme-Que te la pases bien- Nos vemos-abrí la puerta y me dirigí al árbol donde Inuyasha estaba sentado. No era muy alto, tampoco debía ser tan alto para no llamar tanto la atención-¿Me demore?-
-Algo-admitió sin reprimir una sonrisa divertida en su lívida cara
-Lo siento-
-agradece que aún existe la paciencia en mí-río al tiempo que bajaba sin dificultad el árbol donde estaba sentado algunos minutos antes
-Gracias, enserio-sonreí divertida-¿Qué hubiera pasado si tu paciencia se agotara?-
-Muchas cosas-contesto así de simple, sin ir a detalles, lo que yo deseaba saber
-Muchas cosas…¿Qué cosas?-Despertó mi curiosidad
-Por ejemplo…-en ese momento su rostro se puso serio y apareció su mirada gélida, esa mirada que no me gustaban de él-Que pueda perder el control y convertirme-apaciguo su gélido rostro y sonrió-Por eso trato de trabajar con mi paciencia y que no se me vaya de las manos-
-Entonces no te haré esperar más-un escalofrió recorrió mi espina dorsal y me estremecí. Si lo hacia impacientar ¿me mataría?-
-hey, tampoco soy un monstruo, depende de las circunstancia. Esto no es nada-se río adivinando mis pensamientos. Suspire tranquila


Caminamos sin dejar de hablar de nuestras vidas, de su familia, de la mía, de las cosas que hacíamos a diario, como: pasear por el bosque, algo que a los dos no encantaba hacer a diario, teníamos la misma opinión sobre el lugar; lo que hacíamos siempre cuando nos encofrábamos a solas en el agradable lugar; que hacíamos cuando pequeños; cuando cada uno se entero de nuestras habilidades, etc.
Este ha sido el primer viaje al colegio que se me ha hecho corto.

-una pregunta…-me hablo inuyasha cuando caminábamos por los pasillos, ya que al llegar al colegio el dichoso silencio había vuelto, al parecer se volvía muy riguroso en la escuela. Tengo muy bien entendido que odiaba hablar con la gente y tener amigos. Es un antisocial de primera-¿Cómo vez tu a ese koga?-Lo mire dubitativa por la pregunta tan repentina. Él no me miraba, estaba serio ¿Qué sucedía?
-Él es una persona egocéntrica, jactancioso, insistente, pedante. uy me irrita-farfulle molesta por imaginarme su rostro y arrogancia
-¿Qué no son amigos?-
-Éramos-le corregí de su error-La tonta fui yo por acercarme a él-volví a farfullar engorrosa
-¿Acercarte a él?-
-Cuando tenía quince años me gustaba y estaba loca por él-explique sonrojada de esa inmensa tontería; y es más contársela a Taisho me daba aún más vergüenza-Rin me ayudo, hasta que pude tener una amistad con él. El sueño de toda enamorada se cumplió-
-Fueron novios-estipulo-¿Cuánto duro eso?-me instó. Sus ojos tenían un brillo muy particular. Me dio vergüenza en esos momentos, no deseaba decírselo ¿mentiría?-Dime la verdad-asevero adivinando nuevamente mis pensamientos, o más bien mi rostro
-Un…un día-Pude ver como Inuyasha ponía sus ojos en blanco con tal información
-¿Un día?-
-sí, un maldito día-refunfuñe- No lo soporte más. Lo único que deseaba era que lo besara y yo me rehusaba, pues el insistía; Ahí fue cuando me di cuenta de que él no era para mí-Inuyasha río divertido y luego me regalo una gran y hermosa sonrisa
-Jamás había escuchado algo similar. Me dio mucha risa, lo siento-
-ja, ja, demasiado tarde. Al final koga no estaba enamorado de mí y un año después me viene con que si. Nadie lo entiende-suspire-y así es como me molesta cada día-
-No te preocupes conmigo estará bien lejos-me afirmo con su aspecto impertérrito y decidido
-Tampoco es…-
-es que no lo quiero cerca, ni a un metro de ti, ni de mí. No me inspira confianza-Lo mire suspicaz y con duda

***​

Nos sentamos en nuestros asientos como era comúnmente- El profesor comenzó su clase a lo que yo le prestaba mucha atención, ya que era una de las materias, para mí la más interesante.
Y desde aquí comenzó mi ataque

Dos ojos carmesí miraban despectivamente a una silueta que no se disipaba muy bien; estaba fuera de control; tenía unas feroces garras y que decir de sus afilados y peligrosos colmillos blancos; su rostro horriblemente peligroso con una línea morada en las mejillas. Me dio mucho miedo al descubrir quien era ese temeroso personaje. Desde ahí comencé con mi ataque, a gritar de espanto, ya que vi demasiada sangre en las manos de este y en su rostro pétreo
-¿Kagome que te pasa?-me pregunto Rin angustiada por mi rostro espantado y mi trémulo cuerpo. La ignore, buscando con mi mirada a cierta persona que se cruzo en mi vida tan repentinamente y que tan de repente empecé a preocuparme terriblemente de él, hacerme falta
-Inuyasha-lo llame con voz asustada-Inuyasha
-Estoy aquí-me susurro muy cerca de mí. Lo mire asustada con su rostro dulce y tranquilo que me inspiraba calma. Agarre su mano con urgencia y le dije:
-Ten cuidado…-Solo asintió sin saber por que, pero aquí no podría preguntar y era mejor no hacerlo en esta instancia que estaba alterada, además habían personas escuchando
-La llevare a la enfermería-miro al profesor, quien asentía-vamos-me susurro muy bajito tomándome en brazos al ver que no reaccionaba, con dulzura lo hizo y me susurro “¿Pase lo que pase confiaras en mí?” comprendí que el había adivinado algo sobre mi visión, y yo solo asentí ahora más tranquila. Me beso la frente a lo que mis mejillas respondieron con un sonrojo. Luego me susurro nuevamente
“Me parece bien”

Lo último que me dijo antes de entrar a la enfermería fue:


“Pase lo que pase nunca dejare que te hagan daño, menos yo”

…continuara…
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Hoolas!!!
Sorry por demorar es que el colegio me ta dejando sin tiempo =/ por eso e demorado.
ademas he llegado tarde por el dentista y blaaa toa la cosa xD
lo siento pero bn
aqui la conti
bai!
atte.chidori03

 

Re: Winter Love

Capitulo XVII:
Frente a Frente


Cuando desperté no me encontraba en el colegio, me encontraba en una habitación que no era la enfermería. Me encontraba en una amplia y cómoda cama, llevaba aún mi ropa para el alivio mío. Aparte las sabanas de mi cuerpo con la cabeza que me daba vueltas, mis pies tocaron el suelo y me levante tambaleándome; cerré mis ojos para equilíbrame, y una vez sin sentir mareos abrí los ojos lentamente.
Inspeccione la habitación, era grande de un color opaco, gris; habían varios estantes de música, libros, colecciones de autos de juguetes eran todos muy lindos, todos eran unos clásicos, algunos de esta época pero la mayoría eran clásicos. Había un equipo de música y un plasma, luego el escritorio, cuadernos por todas parte “Es peor que yo” pensé divertida. Cuando mire uno de los cuadernos reconocí la letra de inmediato, sabiendo perfectamente que ese cuaderno pertenecía a…

-Oh por dios estoy…-
-En mi habitación, sí-se escucho una voz a mi lado. En la puerta se encontraba Taisho, apoyado en el marco de este tranquilo observándome tediosamente
-Lo siento-respondí entrando en si, dejando el cuaderno en su sitio-¿No estaba en la enfermería?-
-Nunca entraste-me informo cerrando la puerta tras sus espaldas-Cuando te desmayaste, fingí llevarte a la enfermería, pero en realidad ibas a mi casa


“¿A su casa dijo? ¡Estoy en su casa!”

-¿Y que paso con los demás?-pregunte sentándome en la cama, disimulando mi nerviosismo e incomodidad.
-Te deje en un banco, fui a la enfermería y le pedí un certificado. Tuve que rogarle de mil formas, hasta que resulto y se lo di al profesor, informándole que te llevaría a tu casa-
-¿Por qué hiciste eso?-Pregunte aún más confundía ¿Por qué me llevo a su casa?
-Estoy preocupado-Respondió sin vacilar, sin inmutarse. Me sonroje preocupado ¿por mi? Pero aclaro-Por lo que viste hace un rato-me decepcione, creía que estaba preocupado por mi. Al parecer se dio cuenta de mi expresión y aclaro bien el asunto.
-Quiero…-

Alguien golpeo la puerta, luego se escucho un “¿Se puede?” no hubo respuesta. La puerta se abrió dejando entrar a una mujer más alta que yo pero más baja que Inuyasha.
-¿Creo que la señorita Kagome se encuentra bien?-me observo con sus ojos cafés amablemente-Mucho gusto soy la madre de Inuyasha-Hizo una reverencia amigable. Sentía una sensación extraña con ella, como si fuese…mi madre
-U…un gusto-
-No la cuestiones ahora, deja que descanse-le reprocho a inuyasha, quien dudoso se encontraba. Estaba anocheciendo y bien sabia que debía volver a casa
-No lo se…-
-Tu padre estará feliz por ver a tu amiga-sonrió, dándole a entender un mensaje detrás de esa palabras. Solo pude ver que asentía al comprender, pensativo aún-No tardara en llegar-se dirigió hacia a mi comprendiendo mi preocupación-En verdad el desea verte, a pasado tanto tiempo, estas tan grande-me miro como si fuese mi verdadera madre. Me acaricio la mejilla dulcemente como si me echara de menos. Esa señora me hacia familiar tanto que quede absorta en mis pensamientos, adivinando su nombre que perfectamente sabia que lo tenia en la punta de mi lengua-Ahora me retiro-se separo de mi volviéndose a la puerta, cuando la abrió se volteo a ver a su hijo-No la presiones-dicho esto nos dejo solo y el silencio reino, pero luego lo interrumpí con mi voz
-¿Por qué tu madre me es tan familiar?-pregunte algo ida y meditabunda
-Cuando veas a mi padre tal vez sientas lo mismo-
-¿eh?-lo mire dubitativa. Recordé que mi abuela me había hablado del padre de inuyasha pero no lo conocía ¿O sí?-Inuyasha necesito saber la verdad. Se que mi abuela me oculto algo más y quiero saber la otra mitad de la historia-Hubo una pausa, corta pero incomoda. Los dos nos mirábamos serios y sinceros, pero ¿Por qué se me venia justo ahora en mi mente que su mirada era tan hermosa?
-Poco a poco lo sabrás, ahora relájate-me tomo de los hombro empujándome con delicadeza hacia la cama para apoyar mi nuca en la almohada y descansar
-Una pregunta, pero no quiero que te niegues a contestarla, por favor ¿Me lo prometes?-le pregunte al tiempo que descansaba en su cama y lo miraba. Sentí un peso al lado mió; se sentó en la cama pero sin voltear a verme, sus ojos no veían un punto fijo, si no al vacío. Suspiro, sabía que no podría contestarla hasta que sea el momento apropiado ¿Pero que se le iba hacer?
-Esta bien, pero solo una y no contestare más-me prometió ahora mirando la ventana y la hermosa luna menguante
-¿Nos conocíamos antes?-se tenso. Me dio la impresión que eso era un rotundo si, pero conseguí penetrándolo con la mirada para escuchar la respuesta con sus propias palabras-contéstame con la verdad-
-Fueron dos veces, luego no volví a verte hasta hace unas semanas-asevero sincero, le creía no había duda.
-Gracias-me senté a su lado-¿Me odias?-le pregunte de repente e inconciente de mi misma ¿Por qué sentía que recordaba todo?. Por fin me miro, pero ceñudo
-Que pregunta más absurda-se burlo mostrando una media sonrisa encantadora pero a la vez cítrica, sus ojos demostraban tristeza.
-Siento que no te agrado-Inquirí triste
-…Eres tonta-
-Puede ser que sí, pero se que me odias-espete para su sorpresa. Me miro a los ojos adolecido, eso le molesto
-Calla-bisbiseo entre dientes al mismo tiempo que apartaba su mirada de la mía, apoyando sus codos en su regazo, juntando así sus manos
-estoy en lo cierto-pensé. Ahora yo era la adolecida. Me desagrada pensar que sentía odio hacia mi ahora que comenzaba a sentir cosas nuevas por el.

Se levanto calmado y sin voltear me ordeno:
-Levante-de inmediato lo hice y me miro de frente-Llego papa-dicho esto abrió la puerta e hizo un ademán de que lo siguiera. Los seguí absorta preguntándome ¿Qué pasaría ahora en adelante?

El señor estaba ahí, sacándose su abrigo, parecía muy cansado. Su esposa estaba ahí recibiéndolo como toda esposa en la noche. Mis ojos se abrieron de par en par; mi corazón latió tan fuerte que creía que se me saldría por la boca. Me traía recuerdos, yo…lo conocía, sentí una fuerte atracción hacia el, como si fuese tan importante para mi como..un padre protector. Subió su mirada dorada hacia las escaleras y me sonrió. No parecía sorprenderse o lo disimulaba bastante bien. Inuyasha que estaba delante mió bajo las escaleras de una salto, íbamos en la mitad de este.
La casa era muy sofisticada, mejor que la mía, era grande, amplia. Para cinco personas estaba más que bien.
-Te pareces tanto a tu madre-susurro bajito y nostálgico. Recordé que el era la persona más importante para mama e hizo que mi corazón se estrujara.
-Inutaisho-susurre nuevamente inconsciente, absorta en mi misma sin prestar atención a las dos nuevas personas que llegaron al vestíbulo
-Así es ¿Me recuerdas?-Sacudí mi cabeza muy confusa y lo mire ceñuda
-No mucho…solo recuerdo lo que me contaron y deseo saber parte de la historia. Si desean que los ayude Quiero saber todo, detalle por detalle, por favor-pedí entrando totalmente en sí. Decidida y trémula me dirigí a ellos, sintiéndome indefensa y sola. Por primera vez sentí ganas de gritar y llorar con fuerza.

¿Los taisho eran mi otra familia?

…Continuara…

 

Re: Winter Love

Capitulo XVIII:
El punto de vista de taisho




Me sentía terriblemente incomoda. Mire a Taisho quien se acerco a mí a paso lento, me tomo la mano para obligarme a bajar el resto de las escaleras. Sentí un choque eléctrico cuando toque su enorme mano helada, pero era suave, cómoda.

-¿Qué hace esa chiquilla aquí?-Pregunto una voz ronca y fría, quien me interrumpió mi pequeño trance; Lo obsérvese. Se trataba de seshomaru, su hermano mayor y compañero de mi primo, también se encontraba sango a su lado.
-Seshomaru se más amable, deja tu riñeria en otra parte-le ordeno con acritud la voz fría de sango; era una evidencia del odio que se tenían entre los dos. Sus mirada se cruzaron y se observaron con desdén, por ende se podía apreciar el aire incomodo y tenso dentro del vestíbulo.
-No deseo peleas, por favor-pidió la madre de inuyasha que aún su nombre era un misterio para mí. Seshomaru se limito a irse nada más a zancadas bien rápidas, sango aún lo fulminaba con la mirada y cuando se fue sus facciones se tranquilizaron para mirarme a mi seria pero amigable.
-Creo que tenemos muchas cosas de las que hablar…-
-Y aclarar-termine diciendo un poco sobresaltada por el agarre de mi acompañante. Al darse cuenta me soltó con cuidado y se acerco a sango. Mi mente gritaba en que se quedara aquí a mi lado. Inutasho asintió feliz. Me recordaba perfectamente y estaba aún más feliz por parecerme a mi madre ¿Cuanto se querían ellos dos?
-Ven-me abrazo por los hombros y me empujo fuera de donde estaban los demás, al parecer hablaría solo con él.


Pasamos por corto pasillo, tenía tres puertas y un ventanal para salir afuera si uno lo deseaba. En una de esas tres puertas era la oficina de Inutasho, quien la abrió y me hizo pasar primero.
El lugar era amplio, había libros de todo tipo de tema por lo que pude ver rápidamente por el rabillo del ojo. Habían libros de derechos, política, medicina, etc.; había un hermoso escritorio y detrás un asiento de cuero negro, frente a el había un pequeño living y un equipo de música, tras este una colección de CD’S, diplomas, cuadros, etc.
Con un ademán me ofreció a que tomara asiento, aún sonriente y tranquilo no estaba nada tenso. Luego se sentó a frente mió.
-Bien…-suspiro ahora serie, gélido como su propio hijo o tal vez peor-Te contare todo desde un principio. No importa que la vieja kaede te haya contado la mitad del relato-
-¿Conoce a mi abuela?-le pregunte en el momento que escuche el nombre de mi abuela. Me sorprendí.
-¿Kaede? Claro era quien me reprochaba siempre por visitar a tu madre a hurtadillas-se río al recordar parte del pasado.
-Mi abuela dijo que no lo conocía muy bien-lo mire desconcertada, mi abuela me había dicho casi nada entonces
-Y era así-me afirmo-Sabes lo que tuvimos entre los dos, y ella solo nos escondía o me reprochaba todo el tiempo. Pero no estaba de acuerdo con nuestra relación, no obstante amaba tanto a su hija que no podía negarse.
-Cuénteme todo, por favor, usted me conocía y quiero saber si yo también lo conocía. Que era para usted…¿Qué paso?-Tenía una y un millón de preguntas que hacerle. Esta noche era larguisima, pensé en mi padre por un momento, que estaría sumamente preocupado. Pero eso no era lo que me mantenía pensativa, era la parte de la historia de Inutasho.
-Nosotros también perseguíamos a onigumo, ya que el osó a matar a uno de nuestros familiares por no apoyarlo en sus futuros planes. Nosotros somos gente pasiva, tendremos poderes, sí, pero no para fines malvados, solo si es necesario, nada más. No ocuparemos nuestros poderes por diversión u otra cosa. Onigumo mato a mi segundo hijo, Kyo y los padre de su mejor amiga, sango. Kyo conoció a sango cuando lo perdimos en una de nuestras vacaciones. Cuando lo encontramos estaba con sango y sus padres. Así fue como Sango no se separo más de kyo, incluso pensamos que cuando crecieran serian novios.
Un año después sus padre fueron asesinados junto con mi hijo-Crispo sus puños enojado, triste, frustrados; muchas emociones que corrían en su lívido rostro.
-Sango…-mis ojos se abrieron ¿Cómo era posible que ese espectro fuera de mi sangre? Me repugnaba completamente. Sango tal vez fue la que más sufrió; la muerte de sus padre, de su familia, de su mejor amigo.
-En esos momentos solo teníamos sed de venganza, al igual que Sango. Fue así que decidimos adoptarla. La entrenamos, sabiendo que era humana y no tendría nuestros mismos poderes sobre naturales, pero se desempeño muy bien, ahora tiene una fuerza fuera de lo normal, siendo una humana.
Luego de un tiempo fue nuestra única hija mujer y preciada en esta casa, tiempo después conoció a Inuyasha. le gusto, fue lo más cómico-sonrió divertido-Buscamos a Onigumo por diversos lugares, pero nunca lo encontramos. No tuvimos noticias de nada, hasta que nos enteramos de que el pertenecía a una familia de hechiceros y que ahora habían unos cuantos sobrevivientes, ellos eran su familia. Decidimos investigar y si ellos estaban a favor de su familiar los mataríamos, pero nos enteramos que no era así y fue como conocí a tu madre al igual que comencé a enamorarme a sabiendas de que tenía una familia y una esposa, y al igual que tu madre casada y con una hija de 5 años al igual que mi pequeño hijo. Todo se complico, comenzamos a vernos a hurtadillas en la casa de su madre, o en los lugares solitarios-esas revelaciones hicieron que mi corazón se cortara en mil pedazos ¿Mi madre con otro? No podía verlo con otro, eso me partió el corazón-Pero de algo te voy a asegurar pequeña kagome. Tu madre siempre estuvo enamorada de tu padre. Siempre me decía que nunca lo dejaría, que era su vida y su pilar más importante en su existencia, al igual que yo, eso tampoco quería decir que yo no quisiera a Izayoi-Su nombre me retumbo en mi cabeza. Izayoi ese era el nombre-en conclusión nosotros amábamos a dos personas.
Deseaba conocer a la hija de la persona que me enamoro en un día, ella solo sonrío y me dijo: ¿Qué? ¿Me la robaras? Si es así quiero conocer a inuyasha-río-la semana siguiente trajimos a nuestros hijos y la niña era tan hermosa, su cara era gordita, sus ojos tiernos e ingenuos, bajita pero era muy linda, mientras mi hijo era todo lo contrario era muy feo-río por la burla nuevamente, al parecer le gustaba los recuerdos, algo que me hizo feliz por un momento, ósea conocía a inuyasha…y ¿Él feo? Por dios, entonces…¿Estaré ciega?-era grande, con ojos feos y malhumorado siempre. Los dos tenían la misma edad, 6 años. Había pasado ya un año de nuestra relación. Inuyasha te recuerda perfectamente, pero tú al parecer no-negué con la cabeza afirmándoselo. Quede apenada-No te apenes esta bien. Eras pequeña. Inuyasha tiene una memoria de elefante no te preocupes, es su habilidad, a veces digo que tiene memoria fotográfica-me calmo, mientras se recargaba en el respaldo del sillón de cuero café oscuro-Te vi dos veces. Salimos los cuatro juntos, nos divertimos y tu solo querías jugar con inuyasha, mientras el se negaba. Era muy frío desde entonces y algo tímido.
-La parte fría sigue siéndolo-pensé de repente disimulando asombro ¿ahora no era tan frío? Seria una broma ¿No?
-Eras una niña muy abierta, feliz y molestabas a Inuyasha por ser un pesado, o lo jalabas, lo tomabas de la mano, lo abrazabas y le preguntaba millones de cosas-me miro con rostro burlón. Me enrojecí
-¿Que…Que cosas le preguntaba?-La voz se me quebró. Vergüenza, solo tenía vergüenza
-La segunda vez le dijiste que lo querías, después de una hora de tanto exhibir tus sentimientos le dijiste que serias su novia, luego le preguntaste si eras hermosa, a lo que mi hijo respondió con una negativa, y tú lloraste. Lo molestaste por ser un niño frío y pesado que no sabia tratar a nadie. Después me pediste que convenciera a Inuyasha. Te traía loca-río a carcajada suelta, eso me hizo sonrojar aún más y agradecí que estuviéramos solos-Pero con solo esas dos visitas te tuve un cariño asombroso, como si fueses mi segunda hija. Así que le prometí a tu madre que mi último hijo te protegería, y ese era Inuyasha. Luego murió cuando cumpliste tus siete años, de ahí ya no nos vimos nunca más, pero siempre mantuve la distancia lejos pero seguro. Tu madre me dijo que onigumo estaría detrás de ella y luego contigo por tener los mismos poderes, por ende nunca te deje. Cuando fue el momento nos acercamos a ti, al enterarnos que onigumo se movía nuevamente y decidimos que seria su última vez. Se lo prometí a tu madre, se lo jure que onigumo pagaría todas las que hizo y jamás dejaría que su hija le hicieran daño, primero muerto, por eso Inuyasha esta contigo-Lagrimas solo lagrimas deseaban salir de mis ojos trémulos ¿Cómo podía encadenar a su hijo para hacer algo como eso? Por eso me odiaba, tal vez Inutasho me tenía más cariño que su hijo o me odiaba por esclavizarlo.
-Me niego-hable con un hilo de voz, el fleco escondía mi rostro triste. Crispe mis manos, arrugando mis pantalones; mis lagrimas luchaban por salir-No puede esclavizar así a Inuyasha, el no lo desea ¿Por qué? El no se lo merece, mejor así sola-replique ahora mirándolo. No deseaba que Inuyasha me odiar más, que no se sintiera amarrado
-Es una promesa y el la acepto sin replicar, aunque quiere saber el por qué lo elegí a él-mientras decía eso se despeinaba algo confundido
-Lo mismo me pregunto yo-
-Al parecer mi hijo no tiene la memoria suficiente buena-Lo mire ceñuda y dubitativa. El me sonrió por el gesto-Es por que ustedes tienen unos lazos que los unen fuertemente y si los corto con seshomaru o sango seria fatal, ellos no son los indicados, ese era Inuyasha. Mi pequeño hijo podría haber sido frío cuando niño, pero tenía sentimientos. Me agrado la idea-Me explico, pero yo no entendí nada-Por eso ahora necesitamos de tu ayuda incondicionalmente, ahora que puedes ver visiones claramente y certeras, nos ayudarías bastante y es más si puedes ver a los monstruos que a creado onigumo-me miro ahora serio, desviando el tema que no tenía nada que ver con el tema verdadero.
-Sabe que lo ayudare siempre, ya que mi madre significo mucho para usted y para mí-
-No solo tu madre, si no tu. Todos saben lo que paso y lo aceptaron, Izayoi fue la primera, claro le bajaron los típicos celos, odio, todo, pero se arreglo. Te conoce pero de lejos nada más, ahora estaba feliz de conocerte mejor-
-Me alegro de verdad-Ahora fui yo quien sonrió sinceramente-Haré todo lo que este a mi alcance para ayudarlos a matar a onigumo. Estoy decepcionada y desconcertada, no puedo permitir que sea de mi familia-fruncí los ceños ahora fría y decidida. Ahora que sabía todo no había que retroceder al estar apunto de pisar el territorio de onigumo, de enfrentarlo
-Gracias. No fue tan difícil como pensé-se levanto para acercarse a mi y me acaricio la mejilla-Prometo que a ti no te pasara nada e Inuyasha no te odia pequeña-dicho esto se alejo de mi dejándome perpleja ¿Cómo lo supo?-Lo intuí, si es que piensas eso-mi miro indicando su cabeza y luego bajo la mano para acercase a la puerta-Ahora vamos, tu papá debe estar preocupado-miro el reloj que tenia colgado en la pared.
Me abrió la puerta e hizo un ademán para que saliera; luego el me siguió por detrás y salimos de ese pasillo. En el living se encontraba Izayoi Leyendo un libro al parecer antiguo, al darse cuenta sonrió feliz, dejando el libro en la mesa de centro y se levanto para abrazarme
-Estoy feliz de que estés aquí-me observo de abajo hacia arriba alegre-Haz cambiado, de verdad.¿No cierto amor?
-Eso es verdad, toda una señorita-Me ruborice.
Sentí unos pasos detrás de mí. Ladee mi rostro para observar a la persona que se acercaba, esas pisadas pertenecían a Inuyasha quien se acerco a mi para dirigirse a sus padre
-La llevo a casa-
-Estoy de acuerdo. Es tarde y su padre debe estar muy preocupado-acoto Inutasho quien le daba unas llaves al ojidorado
-Es más rápido-Concluyo, mientras Inuyasha lo miraba ceñudo
-Corriendo aún más-se explico al recibir las llaves
-La asustaras-Le replico poniendo sus ojos en blanco a lo que Inuyasha río
-Esta bien, pero si me ve un policía será culpa tuya-Ironizo, mirando las llaves divertido, luego se la metió al bolsillo y volteo
-Claro, claro si te pilla desángralo-mofo a carcajadas, recibiendo un codazo de su esposa, callándose de inmediato. Carraspeo-Tengan cuidado

***​

Había un camino en el bosque. No había que salirse del bosque para nada, aunque era algo temerario, ya que estaba todo oscuro. Tenía miedo de estrellarme, ya que iba algo rápido, pero admito que manejaba bien.
Lo observe como el miraba hacia delante algo despistado, estaba tenso al igual que yo. Dirigí mi mirada hacia la ventana sin saber que decir, que hacer, nada. Con el codo apoyado en el marco de la ventana se me ocurrió decir de repente:
-Tu padre es muy cómico-Sin mirarlo le confesé. Estaba incomoda ¡Como me sonrojaba!
-Lo es, pero a veces es un estupido-Gruño, al parece recordó ciertas cosas que lo hicieron fruncir el ceño
-Yo lo encontré bastante chistoso-sonreí por su declaración-Es cierto-mire mis manos ahora apoyadas en mi regazo, estaba tan nerviosa
-¿Qué es cierto?-Me miro confundido, a veces enfocaba su mirada hacia delante pero no estaba muy preocupado
-Mira hacia adelante. Nos vimos dos veces-
-No te preocupes no chocare. Así que mi papa te contó esa parte de la historia…-Murmuro creí ver a Inuyasha en un momento algo inquieto
-Si-me limite a contestar. No me atrevía a decirle lo que me dijo, era embarazoso. El me odiaba

El trascurso del viaje fue silencioso. Inuyasha puso algo de música, relajadora para mi gusto, ya que de repente me dio un sueño terrible. Me quede dormida una hora antes de llegar.
Cuando se estaciono fue un poco apartada de la casa, no quería llamar la atención. Me despertó con su mano en mi hombro y me sacudió un tanto, repitiendo mi nombre unas cuantas veces con su aterciopelada voz. Me estremecía. Cuando enfoque mis ojos se enredaron con los suyos tan hermosos ¿Cómo un padre podría decirle a su hijo que tenia los ojos horribles? Por dios si era los más bellos de este planeta. Ok tal vez este loca o…no lo se

-Ya es hora-Me susurro. Se separo de mí ahora que ya estaba despierta. Dejo andando el auto y se bajo, lo seguí
-Gracias por traerme y molestarte tanto-eso último no se refería solo ahora, si no de antes y para el futuro
-¿No te dije que te callaras?-Me pregunto con voz tranquila y baja. Estaba frente mió ahora, estudiándome con su mirada. Lo mire ceñuda
-Lo siento-bisbisee regañadientes. Iba a marcharme para no fastidiarlo más, cuando su mano se topo con mi mejilla, ahora sonrojada. Esto era revocable; mi corazón latía a mil por hora. Su caricia era suave, delicada y dulce. Me estremecí, ahora estaba hiperventilando
-Eres más mueve que una pluma, que la ceda. Si me preguntaras ahora si me gustas, esta vez no dudaría y diría que si-Dejo de acariciarme y me inspecciono con la mirada, ahora dulce-Incluso diría que eres la más hermosa que he visto jamás. Nos vemos Kagome-dicho esto, dejándome en un trance que ni siquiera podía moverme, subió al auto y se marcho. Una vez que desapareció con el automóvil reaccione por primera vez, tocándome la mejilla.

¿Qué fue eso?

Todo era confuso pero tan claro a la vez…
Suspire como una idiota, contenta. Sí estaba tan feliz y creo saber el motivo.

“El primer suspiro de amor es el último de la razón”

 

Re: Winter Love

Capitulo XIX:

Enfrentamiento

Hoy salí temprano de casa, con dos hombres dentro molestos por haber llegado tan tarde. Me había pasado del horario habitual, jamás nunca había estado tan tarde sola en el bosque; pero la verdad es que nunca estuve ahí.
No discutí más. Me fui a la cama sin cenar, ya que mi apetito había desaparecido por completo.
Ahora que ya era de día, decidí irme temprano. No quería encontrarme con Inuyasha, por ahora no, hasta que se aplacara mi nerviosismo.
Llegue a la escuela, sabiendo de ante mano que el llegaría en unos pocos minutos. Trate dentro de esos minutos distraerme con lo que sea, leer un libro de historia, lenguaje lo que sea. Diablos estaba muy nerviosa y el sonrojo no aminoraba, seguía ahí, pegado
-¡Kagome!-Eso me exalto mas y brinque en el asiento. Sentí una risita junto a mí. Ladee el rostro para ver al personaje al que le pertenecía la risita.
-Rin-suspire aliviada y me moví en mi asiento para estar frente a ella. Me levante precipitadamente y la abrase. Me sentía mal, ya que ayer no estuve con ella-Déjame decirte cuanto lo siento, Miroku…-ella me detuvo con un ademán en su mano. Se zafo de mis brazos y me miro
-No te preocupes. Lo supero de a poco-me tranquilizo
-Pero ayer no estaba para ti y tu estabas muy triste, mientras yo me desmayo y desaparezco-gire mis pupilas como si todo lo que hice fuera absurdo. Me sentía mal
-Tienes derecho a estar con taisho-me explico. Yo me estremecí por su comentario e iba a protestar cuando siguió con sus palabras-Además no estabas bien. Es bueno que te hayas ido a tu casa ¿Llegaste bien?
-Perfecto-le afirme-Dime…¿Cómo ocurrió?-Le pregunte seria. Yo ya tenía una idea de algo, pero deseaba escucharlo con sus propias palabras
-Cuando me vino a buscar al colegio, caminamos harto tiempo. Su rostro denotaba confusión, perturbación. Lo mire ceñuda y le pregunte que le ocurría. Se detuvo y me contó todo-Su rostro cambio a uno triste como si la herida que intento, de no se donde curar se le haya abierto-Le…Le…pregunte si había alguien más en su vida…y dijo-
-¿Qué dijo?-le pregunte automáticamente. Si Rin afirmaba que mi primo estaba enamorado, entonces…
-Me dijo que sí. Había una muchacha que lo volvía loco, que jamás había sentido algo similar; En ese entonces me sentí pequeña-se encogió de hombros, evitando llorar, yo la abrase
-Idiota-bisbisee. Entonces el sí estaba enamorado de Sango ¿Y ella lo estará?
-Oye…-se separo de mi después de unos largos minutos-¿Te gustaría salir por ahí después de clases?-me ofreció ahora que estaba más tranquila
-Claro, después de clases-confirme-
-Oye…es un chiste pero…creo que Koga esta celoso-me murmuro acercándose más a mi como si fuese un secreto confidencial-Últimamente a estado de mal humor, y cuando te ve con él aún más-
-Será por que le he ganado-asevere con suficiencia-El es bien rencoroso, además el deseaba que lo besara-hice una mueca de asco
-Él a veces demuestra que te quiere, pero tú no lo tomas en cuenta…aunque sí, él tiene sus defectos, es enojon, pero también tiene su lado tierno. Deberías conocerlo-la mire con escepticismo al tiempo que mis cejas se fruncían por el hecho de pensar que Koga me besaba o me acariciaba.
¿Yo acercarme a Koga? Mmmm…ya es demasiado tarde, no puedo querer a Koga ahora que mis sentimientos estaban claros, algo que no era el tiempo ni el minuto para darlo a luz.
-Estas loca. Yo y Koga jamás-Le deje en claro, mientras ella me mirada con decepción
-¿Ni una oportunidad?-mi insto
-Nada y se acabo-Zanje el tema de inmediato. No me gustaba hablar de aquellos temas, es más, cuando se hablaba de ello no podía mitigar mi frenesí.

-A sus puestos-Anuncio una voz masculina pero menos joven, era el profesor.

Me moví nuevamente para quedar frente a mi mesa, esperando a que Rin se sentara a mi lado, pero como resultado alguien más se sentó conmigo, y no era Rin, Ni Koga y mucho menos Bankotsu
-Inuyasha…-Susurre muy bajito, poco audible para el oído humano, pero para el fue fácil. No me respondió, si no me regalo una mirada diciendo “Silencio, las clases comienzan” Fruncí mis labios.

Media hora. No quería voltear a ver a Rin, aunque ganas tenía, pero tenía que disimular mis actos. Estaba inquieta, no podía prestarle atención al profesor por la persona que me acompañaba hoy como compañero de puesto. Lo observe por el rabillo del ojo, encontrándome con los suyos profundos. Los retire rápidamente sonrojándome, ladee el rostro hacia el lado contrario de Inuyasha para que no viera mis arreboladas mejillas.
Decidida y nerviosa, cambie la pagina de mi cuaderno y comencé a escribir una palabras; luego de eso arrastre el cuaderno hacia Inuyasha disimuladamente sin mirarlo; después fue él quien siguió arrastrándolo para tenerlo frente a sus ojos y comenzar a leer


“¿Por qué demonios Rin no esta sentada a mi lado?”

Distinguí en su rostro una sonrisa divertida por la pregunta, tal vez.

“Es fácil ¿es que acaso no es obvio?”

“Limítate a contestarla, por favor”

Le respondí ceñuda.

“Bien… ¿no puedo sentarme contigo tan solo dos horas de esta clase?”

“me da lo mismo, pero eres tan antisocial que me extrañó, así que no te puedo creer, lo siento. Cuéntame”

Le exigí saber
Al mirar mis palabras escritas en el papel suspiro resignado y comenzó a escribir nuevas palabras en el cuaderno. A veces se detenían, pensando en como explicarme para no confundirme. Esperé un rato.
Su rostro que antes era divertido cambio al serio de repente

“La sencilla razón que estamos ó estas en peligro. Nos observan”

Cuando lo leí trague saliva con dificultad, mitigando mi sorprendimiento. Cerré los ojos para que estos no se abrieran enormemente para luego llamar la atención. Mis manos trémulas que sostenían el lápiz, escribieron las siguientes palabras, mientras mi mente trabajaba a mil para tranquilizarme y decirme que desapareciera esa histeria.

“¿Desde cuando? ¿A dónde?”

“Desde que llegaste, creo, ya que me dejaste abandonado. Cuando pise un pie en el colegio sentí una presencia. ¿A dónde? No lo se con exactitud, pero esta cerca. Así que te pido que canceles tu salida con tu amiga y te quedes a mi lado, solo por hoy”

“Esta bien. ¿Estas seguro si es onigumo?”


“No lo es. Él no da la cara, debe ser uno de sus aliados o uno de esos elfos invisibles”

“¿Qué haremos?”

“Por el momento nada, es mejor no hacer un escándalo aquí. Tómatelo con calma que nada te pasara ni a ti ni a nadie de este establecimiento”

Me aseguro al ver en mi rostro algo de terror que trataba de aplacar, pero me era imposible. Al pensar que gente podría salir herida me estremecía y el pánico me inundaba

“¿Sango esta enterada?”

“Sí”

Sin más arranque la hoja del cuaderno y la arrugue para guardarla en mi bolsillo, para después botarla.

***​

Primer receso:

Baje con Inuyasha en un silencio profundo.
¿Se abra quedado mudo por lo de ayer? Imposible. Reí para mis adentro. O…¿No hay tema de conversación? Eso, es más factible. Sonreí. Sí, eso era.

-Pareces loca haciendo todas esas muecas-me asevero el ambarino, quien interrumpía mis pensamientos.
-Lo siento, es que era divertido-
-¿Qué pensabas?-me pregunto entonces con curiosidad
-mmm…Nada importante-Me encogí de hombro fingiendo poco interés
-Ya…-se tenso de repente, frunciendo sus labios disgustado. Seguí su mirada gélida, hasta encontrarme con koga cruzado de brazos esperando, esperándome
-Koga…-Bisbiseé. Cambio su posición acercándose de mi a paso decidido
-He de hablar contigo, por favor-Me pidió con voz hosca. Asentí-A solas-miro a Taisho, se dirigía a él. Sin respuesta alguna me observo vacilante. Asentí, diciéndole en mi mente “Solo unos minutos” luego me penetro con la mirada, sentí como si el hablara claramente a través de su mente “Aun así te estaré observando” y volteo, desapareciendo tras la gente.
-¿Qué quieres?-le pregunte fastidiada, una vez que estábamos a solas.
-Bajemos-Me ordeno. Siguió caminando como si nada, como si yo no existiera. Estaba extraño como había dicho Rin

***​

-¿Y bien? ¿Por qué estas así de hosco conmigo? ¿Hice algo mal?-Le bombardee de inmediato con mis preguntas para no escuchar las suyas, ni sus replicas y mucho menos deseaba hablar de la apuesta, ya que sabia que inuyasha escucharía.
-¿Por qué?-pregunto irónico y sonrió-Te lo tomas muy enserio Higurashi-¿Higurashi? Me tomo por sorpresa y eso me dio a entender lo serio que se encontraba, también lo sincero que seria con sus palabras-No seré romántico ni mucho menos melodramático. Lo odio, a sabiendas de lo que sabes sobre mis sentimientos, pero es patético repetírtelo millones de veces, siendo que no correspondes a ello. Me da coraje verte con otro, por eso estoy así y es más sentirme derrotado por ti, lo encuentro tan sarcástico-Sonrió con lo último que dijo musitándolo-Hiciste todo muy bien, muy detalladamente-Esta parte no me agradaba. Me arrepentí en ese momento


“Nunca debí aceptar aquello”

-¿Cómo engatusaste a Taisho he? No creo que él haya sido tu amigo de la noche a la mañana ¿O sí?-
-Eso no te incumbe Koga-decrete con displicencia-yo…estoy arrepentida, por tanto deseo que todo esto acabe-se lo deje bien en claro todo, antes de que me replicara. No deseaba seguir con aquella conversación
-¿Te rindes o tomaras tu victoria?-Me pregunto desafiante, penetrando su mirada gélida y decidida
-Me rindo-Respondí con un hilo de voz. Hice una ademán con la mano para que no comenzara a exigir-No te besare-le arguí rápidamente en un farfullo. Sin dar otra explicación me voltee sin escuchar ni una replica de parte de él.
-¡¿Por qué te rindes?!-Me pregunto a unos cuantos metros de distancia. Voltee
-No me lo preguntes, no lo se. Pero si quieres saber lo que creo, pues creo que arrepentimiento-Le explique solo una parte, la otra la dejaría en el baúl.
-Deberías darme ese beso-sugirió Koga, pero sonó despectivo-O…le diré a…
-Dile-interrumpí su amenaza, dejándole en claro mi valentía, además ¿para que acobardarse? si inuyasha ya se entero.
Suspire.
Esto era totalmente inoxerable, algún día pasaría, con ello me llevare su odio por siempre.
-Maldita apuesta-pensé engorronada.

Para cuando volví al salón, inuyasha no estaba, ni sus cosas. Sango estaba sentada ensimismada en no se adonde. No me atrevía a preguntarle nada, aún no le tenia confianza y todavía me seguía intimidando solo un poco, no tanto como al principio.
Me sentí culpable ¿Le habrá molestado? ¡Por su puesto que si!
Rin se sentó conmigo y me regalo una sonrisa, pero sus ojos no irradiaban ese júbilo esperado.
-¿Buscas a alguien?-Me pregunto al darse cuenta que miraba a distintas direcciones
-N…no-Le mentí dejando de buscarlo con mi mirada-Sobre lo de la tarde…-Comencé-No podrá ser, estaré ocupada…-
-No te preocupes-me tranquilizo con voz queda, pero sabia que la otra parte de ella estaba desilusionada, ya que estaba muy entusiasmada en la mañana.
-Rayos-pensé, mordiéndome el labio inferior-Será en otra ocasión. Promesa-levante mi dedo meñique. Pero concluí en mi mente que seria después de que todo acabara. Ahora que mis pensamientos me dijeron que podría arriesgar a mi amiga era mejor que no saliera conmigo y menos aún por haber visto en estos instante una visión que me hizo cambiar de idea, mejor alejarme de ella-Pero con una condición-le dije apartando su dedo meñique que estaba apunto de unirse con el mió
-¿Qué?-
-Debes esperar-le sonreí y lo estreche con el suyo.

***​

Corría, esquivando los árboles que estaban en mi camino, pisando las hojas que crujían al hacer aquella presión con mis pies. Estaba agitada, ya que iba corriendo varios minutos.
La lluvia poco me importo, es más adoraba que la lluvia golpeara mi rostro, sentía que se llevaba todo lo malo en mi.
Tuve una segunda visión y esa eran….Los Taisho. Los veía junto a mi, amigables todos, aunque claro Seshomaru indiferente como siempre, impertérrito. No estábamos en una reunión amigable ni mucho menos. Mi visón estaba dando por hecho que estábamos preparados para enfrentar a esos monstruos.
Me mordí el labio inferior, el pecho me dolía
…La primera visión que tuve en el día, fue aún peor y dolorosa. No se como pude mantenerme tan natural.

Me detuve, agotada. Trate de acompasar mi respiración, tranquilizándome. Me senté en la enorme raíz de un árbol, ignorando completamente que el árbol mojado por la lluvia me ensuciaría, pero descanse varios minutos, sintiendo las gotas de agua en mi cuerpo, en mi ropa que ceñida en mi cuerpo, gracias a las gotas; algunos mechones estaban pegados en mi rostro. Cerré los ojos y encontré paz, cero pensamientos e imágenes en mi mente, nada; pero no pude evitar ver como Inuyasha se acercaba en la lejanía, saltando en los copos de los árboles. Fruncí el ceño aún con mis ojos cerrados. No esperaba esa visita. Mi piel se erizo, sentí frio. Como quería resguardarme en sus abrazos
-¡ey!-replique al tiempo que abrí mis ojos-Idioteces mías-murmure molesta-¿Qué haces aquí?-le pregunte molesta, ya que en ese momento había llegado. Estaba detrás mió, en el próximo árbol, sentado como si nada
-¿Molesta?-pregunto sardónico, sin evitar una sonrisa burlona
-Para nada-Mi tono de voz sonó igual de sardónica que la suya. Me levante

De repente sentí una punzada en la cabeza, quedándome inmóvil tras Inuyasha, quien se puso tenso y miro arriba de su cabeza. Abrió sus ojos, tal vez para enfocar bien sus ojos de águila. De inmediato salto, esquivando algo que detecte perfectamente. Cayó al suelo sin ninguna complicación cerca de mí, yo aún estaba inmóvil
-¿Donde?-me pregunto en un susurro, inclinándose hacia delante, protegiéndome. Solo moví mis ojos, ahora gélido y comencé a observar a mi alrededor, ni siquiera eso no era necesario divisarlos sabia en mi mente donde estaba. Los veía tan claro que podía saber hasta su rostro demoníaco y sus próximos movimientos.

-A veinte metros frente a ti. Tiene una espada enorme, es su propia mano; tiene los ojos clavados en ti, ten cuidado-Le anuncie. Alcé mi mano frente a mí, indicándole al monstruo-Ahí-Desapareció de repente. Solo sentí una corriente de viento espantosa que me hizo tiritar. De un movimiento vertiginoso se encontraba detrás del elfo, algo inclinado hacia el lado izquierda. De su mano izquierda, estaba empuñando una espada vieja. Como pensaba, esa increíble espada se transformo en un increíble colmillo. Todo fue tan silencioso que el elfo no se dio cuenta hasta que su brazo izquierdo con la que llevaba su arma fue arrancada. Proferí un gemido y me cubrí mi boca con mis manos para mitigarlo. Luego pude ver como el elfo desaparecía-¡Se escapo!-comencé a correr hacia él, pero Inuyasha fue más rápido y me tomo en brazos, llevándome con él, hacia el invisible.
-Dime donde-Me ordeno, concentrando su vista frente a donde se imaginaba estar aquel elfo
-Sigue ahí. No esta muy lejos, unos cuantos metros más y listo-Le hice saber.
Bajo, dejándome en el suelo rápidamente pero con sutileza, volviendo a subir de un salto para derrotar de una vez por todas a su contrincante,
No vi nada gracias a los árboles que se interponían en mi visión.
De repente vi a un Inuyasha aterrizar en el suelo, fue derribado. Corrí hacia el. Había echo un orificio en el suelo, gracias al choque, dejando a inuyasha dentro del pequeño hoyo. Se sentó de inmediato sin inconvenientes. Estaba concertado, impávido, ansioso.
Sin decir ni una palabra, ni siquiera lo vi, tenía una velocidad sorpréndete. Me tomo en brazos y salto, esquivando un ataque de aquel ser. Abrí mis ojos y pude detectar a un elfo completo ¿Es que…?
-¡¿Se regenera?!-
-Así es-me lo confirmo con voz ronca
-¿Cómo lo derrotaras?-le pregunte ahora preocupada
-Todos en el mundo tienen punto débil-se encogió de hombro así de sencillo. Me dejo en el suelo, tomando con sus dos manos el mango de su espada y la alzo hacia arriba. Vi como una corriente como si fuese viento rodeara a la espada.
-Kaze no Kizu-susurro bien bajito y agito su espada. El suelo fue golpeado por más de tres corriente de vientos cortantes que se dirigían al monstruo, que fue derrotado de inmediato
-Se pulverizo…-susurre
-Así es. Es la mejor forma-comento una vez que la espada ya tenía su forma original y la guardo en su funda.-Atacarlos de frente no es la mejor solución, pero ahí que atacarlos en el pecho-Me explico, mientras se acercaba a mi-Ahora, lo más importante es tener más cuidado, ya que están recién movilizándose-Me ofreció su mano de ayuda para levantarme, a lo que yo estreche mientras hablaba
-Pero tu…¿No morirás?-Le pregunte algo ensimismada y avergonzada. Frunció el ceño confundido
-Seré honesto. No se si moriré durante la batalla, pero yo no me dejare vencer-Me confirmo. Atisbe para ver en su rostro si había un deje de arrepentimiento o algo así, pero sus ojos demostraban valor y determinación. Mi corazón se encogió
-Discúlpame-Musite con una media sonrisa que se dibujo en mi rostro
-¿Hummm?-Me observo sin preocupación, sin entender. Lo observe con culpa y dije
-No debí apostar tu amistad, ahora debes estar odiándome-fije mi mirada en las hojas del piso. Mí visión se nublaba gracias a mi cabello pegado en mi rostro por las gotas incesantes que caían del cielo
-He de admitir que me ha molestado, pero ya lo sabia-tomo mi rostro con sus dos manos para que así pudiera verlo. Él estudio mi rostro-¿Odiarte? jamás nunca-estaba serio pero angustiado al pensar que algún día el pudiera odiarme-Pero de una forma u otra debíamos estar así-
-Pero no lo deseas-Le corregí, a lo que el asintió
-Tienes la razón-acepto-Pero es algo que no puedo evitar, ahora no es solo de mi padre, si no mío-Me hizo entender antes de que protestara-Ahora lo hago porque lo deseo, no me siento obligado-aclaro rápidamente antes de que abriera mi boca
-Igual te causo molestia. Yo no desee que te amarraran a mi, ahora proteges de mí, aunque ahora lo desees, pero antes de conocerme no. Se que deseabas recriminármelo luego en la cara…lo…lo fastidiosa que soy-Mi voz se quebró en ciertas ocasiones y mis ojos que deseaban escurrir esas lagrimas que poco a poco se acumulaban, más no deje que me observara y desvié mi mirada aún entre sus manos, pero el insto a que clavara mis ojos llorosos a los suyos
-Ya no importa-me miro fijamente, serio pero de forma tierna. Sus ojos en ese momentos estaba aún más hermosos-Deseo protegerte…ahora lo quiero y sabes el por qué-me recordó. Asentí, cerrando mis ojos para que mis lágrimas no resbalaran. Me aparto esos mechones molestos de mi cara y acaricio mi rostro con el torso de su mano-No vuelvas a dudar jamás, estoy…-De repente sentí algo que rozaba mi oreja, concluí que era su respiración e hizo que me sonrojara y mi corazón latiera a mil-Estoy…dispuesto a arriesgar mi vida por ti-Abrí mis ojos de golpe, mis ojos se desorbitaron
-Pero…-replique al tiempo que su voz aterciopelada me detuvo
-Se lo que viste…y para tu preocupación no moriré tan fácilmente. Tus visiones no son certeras al cien por ciento. No te preocupes-
-Tal vez suene loco…tal vez jamás has hecho esto con alguien pero…-sonreí al sentir su frente apoyada a la mía, mezclando nuestra respiraciones. Se sentía bien todo-Promete no morir, prométemelo-Le rogué con voz ahogada.
-Que falacia dices-río con picardía, amaba ese ruido tan sonoro y adictivo. Tomo mis mejillas con sus manos sin apartar su frente de la mía-Es un hecho, niña tonta ¿Mejor?-
-Mucho mejor-sonreí-Muchísimo mejor-hice una mueca molesta y fruncí el ceño
-¿Qué pasa?-me pregunto sin apartarse de esa posición
-Vienen…-
-¿Vienen?-Me insto
-Son varios-acote
-¿Cuántos?-Volvió a insistir
-Cinco-asegure. Se separo de mi despacio y volvió a mirarme antes de voltearse, tomando posición defensiva-quédate detrás de mí, no te separes de mi-asentí valiente. Yo ya no temía si él estaba a mi lado, porqué confiaba en él-¿Pero…-aún así no dejaba de preocuparme-No será mejor si necesitaras ayuda?-
-Con la tuya basta y sobra, es más, Sango esta acercándose. Sintió el peligro-me aclaro una vez que hacia aparecer nuevamente su espada-¿Qué vez?-me pregunto al sentir el aire tenso a mi alrededor
-No están tendiendo una trampa-Asevere-no son cinco, si no diez. Vendrán de sorpresa, detrás de nosotros. Están más lejos, actuaran cuando te alejes de mí. Soy su blanco-
-Bien-susurro aún más entusiasmados-Toma-me dio la funda de su colmillo-Tiene la habilidad de hacer una barrera, te protegerá del peligro si me alejo, además sango no tardara nada-me explico, tomando una de mis manos para que sostuviera la fuerte funda de su espada

Los cinco elfos llegaron de un salto, todos con unas pequeñas risotadas de victoria y confianza. Podían oírse y estaban para visión de Inuyasha, pero de pronto desaparecieron dispersándose a diferentes direcciones.
-Están por todas partes, ten cuidado-
-Ningún problema. ¡Sango!-llamo sin voltearse ni inmutarse, sólo grito al mismo tiempo que tomaba posición de ataque.
-Hiraikotsu-Se escucho una voz lejana, pero un estruendo se acercaba y derribaba algunas ramas de los árboles que rozaban aquel objeto que ignoraba totalmente lo que era. Ese objeto se estrello contra los tres invisibles y luego se devolvió ahora a la aparecida sango, tomando en sus manos un enorme boomerang, fue arrastrada un tanto, mientras usaba sus pies y rodillas para mantener el equilibrio y detenerlo a tiempo
-Mantente cerca-me ordeno-Kagome explícale lo demás-Sin mas destruyo a uno sin ninguna complicación, mientras le explicaba a sango de los otros cinco que se acercaban. Sólo faltaban siete minutos para su aparición.
-Todo muy detallado, higurashi me sorprendes-me alabo-me encargare de ello, quédate aquí-dicho esto desapareció de un salto. Siendo humana era muy hábil y rápida.

Eran débiles, pero el estar invisibles era una gran ventaja para ellos y desventaja para Inuyasha y los demás, no obstante mientras mis ojos sean una amenaza tanto para Onigumo que para los elfos, los Taisho seguirán destruyéndolos como basuras y todo se será mucho más fácil y más rápido al encuentro con el personaje principal de todo aquello, el causante de tanta calamidad.

…Continuara…

 

Re: Winter Love


Capitulo XX:
Conexión


-¡¿Estas bien!?-pregunte con voz preocupada a sango, quien agitada, sucia y jadeante se encontraba con una leve herida en el hombro
-No te preocupes por mí, preocúpate por Inuyasha-Asevero. Se apoyo en el tronco del árbol más cercano
-¿Pero estas bien?-Inste al ver que aún estaba algo aturdida
-Algo grogui, pero se pasara-se tomo la frente con su mano y cerro los ojos-anda con Inuyasha-ordeno cortante
No le respondí. Me levante y fui hacia Inuyasha, quien se encontraba aún parado, meditabundo, con su espada aún en mano, esta rodeaba por barro aún más en la punta que apoyada se encontraba en la hierva húmeda.
Comenzó a llover nuevamente, mis mechones que una vez estaba apegados a mí, se volvieron a pegar en mi frente y mejillas, al igual que mi ropa que se ceñía a mi cuerpo. Me encontré con la espalda de Inuyasha, tan imponente, impertérrito y una postura inminente; sus ojos mostraban desdén. Me dio miedo, por tal razón que no me acerque, además estaba herido y frustrado.
-¿Estas bien?-pregunte con voz timidante, sacándolo de sus cavilaciones inmediatamente. Pude ver como se relajaba y guardaba la espada, es como si hubiera reaccionado recién.
-Solo un rasguño-aseguro, pero de inmediato salio un bufido dando a entender que no era sólo un rasguño-maldición-farfullo, separando su mano manchada en sangre del estomago
-¡Estas herido!-exclame horrorizada. Ver sangre era mi peor punto, no es que me desmayara, si no me ponía demasiado nerviosa y torpe.
-Sango-llamo con voz acuciante. Ella no se movió, sólo lo miro para esperar sus palabras-Lleva a Kagome a su casa -ordeno con algo dificultad
-¿Dónde iras tú?-Pregunto gélidamente como si no le importara su estado. Los mire ceñudo, no entendía nada y no deseaba irme
-No me iré-les interrumpí-¡Mira como estas! Y dices que me vaya, no puedo
-No seas terca-Gruño-Vuelve a casa-frunció el ceño, evidentemente su herida era profunda.
La pelea iba bien, pero en un momento su objetivo fui yo y para Inuyasha se le hizo más dificultoso. Los elfos fueron más rápido que él, más fue frustrante para él que unos debiluchos lo hirieran de tal forma.
-Quedaras solo-Inste en un susurro ahogado
-¿Y?-
-¿Volverás a casa rápido? ¿Cierto?-pregunte como si fuera una suplica. Él no se movió de donde estaba, pero pude sentir como se dibujaba un amago de sonrisa en su rostro
-Es lo primero que haré, ahora váyanse-miro a sango serio, quien asentía por el mensaje recibido-Cuídate-No fue un susurro, eran sus pensamientos.
Abrí mis ojos por la sorpresa, pude…Pude leer sus pensamientos, como si tuviera una fuerte conexión con él y no era la primera vez que leía sus pensamiento.

Estamos conectados, lose.

De un salto desapareció entre los árboles. Me quede mirando pensativa y preocupada, cuando sango interrumpió mi ensimismamiento susurro unas palabras tan rápido que no pude escucharlas claramente y de repente vi como algo salía de los arbustos, era una gatita pequeña, de dos colas, de un color amarillo bien pálido y rayas negras en su frente, era muy linda. Kirara, así la llamo cuando esta salto a su hombro.
-Quiero pedirte un favor-Le pidió-Quiero que me lleves a un lugar-Me miro haciendo un ademán de que me acercara.
La gata se convirtió de repente en una gran pantera. Sango subió, estiro su brazo ofreciéndome apoyo
-Sube-me ordeno.
Mire el gran gato vacilante, pero obedecí y me subí con ayuda de la pelinegra.
La pantera voló, al mismo tiempo que cerraba mis ojos con brusquedad. Temía a las grandes alturas.
Me agarre fuertemente de la cintura de sango, más escuche una risita perteneciente de ella y me sonroje apenada
-Lo siento-me disculpe sin abrir mis ojos cobardemente
-No lo sientas-Me consoló- me pasó lo mismo al principio, pero te acostumbraras-Me aconsejo-Es hermosa la vista desde aquí. Abre los ojos-Me pidió amablemente, sin rencores, sintiéndome bien en ese aspecto.
Abrí los ojos con confianza y suspire, mirando hacia abajo. Era verdad, la vista era hermosa.
-Verdad…-susurre con un hilo de voz. Aunque la vista fuese de lo mejor, sentía mareos
-¿Vértigo?-Se burlo
-Les tengo miedo-asevere, mirando el cabello de la pelinegra que flameaba en el aire, era realmente largo

***​

Aterrizamos un poco alejados de la casa, no era mucho. Kirara volvió a su figura pequeña y se quedo allí a la espera de su dueña.
Sango me acompaño hasta llegar a casa. De repente se puso tensa. Atisbe en su mirada, estaban gélidos. No me engañaba, estaban enamorados.
Miroku apareció, sorprendido por la persona con quien estaba acompañada; también se puso tenso y notoriamente nervioso.
-Sa…sango-Murmuro Miroku extrañado por su visita-¿Qué hace aquí? ¿Por qué esa facha?-La miro de abajo hacia arriba. Era verdad su vestimenta no era muy apropiada, ya que estaba echa harapos por la pelea anterior, y su hombro manchado de sangre ya seca, ya que ella misma había detenido la hemorragia
-Nada importante, unos rasguñones por enredarme tanto en el bosque-Se excuso con toda la calma del mundo-Decidí a acompañar a Kagome hasta su casa-Le regalo una sonrisa-Ahora debo irme-lo miro atisbando sus ojos amatista. Estaba segura que con sus miradas clavadas se comunicaban muchas cosas entre ellos-nos vemos-Zanjo, dándole una última mirada al chico y se fue corriendo entre los árboles

Hubo un momento de rotundo silencio, ya que miroku no reaccionaba. Ladeo el rostro mirándome escéptico; frunció el ceño al verme cruzada de brazos esperando una respuesta
-¿Qué?-pregunto simulando extrañeza y molestia
-Conoces a Sango-No fue una pregunta mas bien fue una afirmación
-La conozco de lejos-Mintió, pero dejo de mirarme en ese momento.
-No mientas…-
-¿Y tú? No me digas ahora que no estas con Taisho-Me interrumpió dejándome estupefacta-Esa noche que llegaste tarde a casa, estabas con Taisho ¿Cierto? Y hoy también ¿No? Mejor no, todos los días-espeto engorroso. Se cruzo de brazos esperando mi respuesta. ¿Cómo se había enterado de aquello?
-Ese día que terminaste con Rin, la dejaste y te fuiste con Sango. Te vi; y no negare que estuve con Taisho ese día, porque los encontramos a los dos juntos; tampoco negare que e estado con él, pero no es nada de tu estupida imaginación-
-¿A que no?-
-Claro que no-Asevere cortante-Estoy con él por prioridades. Se que lo tuyo con Sango no es ninguna prioridad-alce la ceja, sabía que no me creería
-Primero-indico-No puedo creer que estés todo el día con el por una “prioridad”; segundo Sango y yo no tenemos nada-explico
-Él no me puede gustar, no me gustara, ni siquiera le gusto; estoy con el por un motivo-No le di más detalle y lo adelante-Tampoco creo que tengamos algo-Sonreí-Pero te pido un favor no le digas de esto a mi padre-Le pedí
-¿Por qué?-Escéptico nuevamente se encontraba atisbándome
-Porque él odia a los Taisho, o no se-Exclame confundida. Quería saber más, todo estaba tan inconcluso y confuso-Si se entera que estas con Sango también se enojara y….un momento-Estaba a espaldas de él con los ojos desmesuradamente abiertos, trémula por el descubrimiento resiente y mi corazón que se estrujaba por la idea que salió de mi cabeza-Imposible-bisbiseé
-¿Qué es imposible?-Pregunto expectante sin entender nada
-Mi papá no odia a la familia en si, no odia a los hijos, si no al padre….-Puse el torso de mi mano derecha en mis labios-Mi papá Sabe…sabe ¿La verdad?-Pensé horrorizada. Era evidente que el odio que sentía por Inutasho era por-eso…-dije en voz alta
-Kagome-Me llamo aún más intrigado. Me tenía tomada de los hombros y me zarandeaba para que reaccionara. Sin darme cuenta estaba sollozando y me seque mis lágrimas con el dorso de mi mano

***​

Día Sábado, 10:00pm


Me encontraba Fuera del metro tren, en otra localidad de la ciudad, a las afueras de Tokio. Llevaba una hora cuarenta minutos de viaje; mi destino era la casa de Kaede, mi abuela.

Llegaría el lunes en la tarde, así de simple. Mi abuela llamo a mi padre, quien accedió con gusto, mi primo no dijo nada y nadie más supo donde iba.

El lugar donde vivía mi abuela se encontraba en la playa; su casa estaba cerca de ahí, a algunos pasos. En el sector donde se ubicaba, no había mucha gente, más bien se ubicaban en el centro. Era un lugar tranquilo y en el verano la playa se repletaba de gente.

La casa era de madera, color acre. La casa era pequeña, claro solo viven dos personas, estaba perfecto el tamaño. Dos habitaciones, un baño, un living y comedor, por último la cocina.
Había un pequeño jardín rodeado por un muro de cemento, no muy grande y poco resistente; también un pequeño portón de madera blanca. Toque el timbre, espere unos instantes, hasta que vi asomarse a mi abuela, quien se acerco, abrió y me abrazo fuertemente, dándome un beso en la frente.
-Es un agrado volverte a ver, hija mía-saludo alegremente separándose del efusivo abrazo
-Lo se ¿Él abuelo?-Le pregunte una vez que entrábamos a la casa
-Salió con sus amigos a tomar el té en la casa de uno de ellos-Me informo entrando a la casa. Ese típico olor a repostería inundaba estas cuatro paredes.

***​

-¿Dónde esta?-Se preguntaba una y mil veces el de cabellos plateados. No sentía su olor, ni su presencia cerca e ir a la casa de ella seria arriesgado, pero no tenía otra opción. Ni siquiera podía ubicarla por medio de su mente, su mente. Una media sonrisa se dibujo en sus labios. Es cierto….hace unos años atrás se sentía tan confundido, ya que escuchaba que alguien lo llamaba. Era todo muy irónico, pero cuando se dio cuenta que no era ninguna cavilación loca de su mente todo concordó. La chica a quien debía proteger ¿Cómo no pensarlo antes? Tenía una fuerte conexión entre ellos que no se podía cortar a excepción si uno de los dos lo deseaba y al parecer la chica no lo sabia desde entonces, ahora se dio cuenta y lo hizo, pero ¿Desde cuando? Aunque no debía alarmarse se notaba que recién lo descubrió, ya que su poder mental era tan débil.
Podía leer su mente con tanta facilidad, era la única y sabía que ella también podía leérselos.

Llego a la casa de los higurashi, donde supuestamente estaría Kagome dentro. No le quedo otra que entrar a hurtadilla, ya que sabía a la perfección que el señor Higurashi no lo haría entrar, además Kagome no le a contado nada al respecto de su familia, ni de él, nada.
Entro por la ventana de la habitación de la chica. No había nadie; salió por la puerta a una velocidad vertiginosa, con esto nadie podría divisarlo.
“No se encuentra”
Pensó mientras volvía a la pieza. Aún ensimismado en sus pensamientos encontró un pequeño papel cuidadosamente doblado en dos. Lo desdobló y encontró una nota en el, para él

“No intentes buscarme.​

Vuelvo el lunes en la tarde.​

Intento averiguar algo, te lo contare una vez que llegue​

Espérame y no me busques.​

Adiós.​

Kagome​

Arrugo el papel y lo boto al tacho de basura cerca del escritorio y se fue. Ya nada tenía que hacer aquí, si no esperarla. Si hubiera sabido donde se encontraba no lo hubiera pensado dos veces, iría.

***​

-Ve al grano Kagome-Me pidió dulcemente mi abuela. Estábamos sentada en la arena mirando hacia el mar. Me encontraba meditabunda, preparando mi discurso, pero cuando mi abuela rompió el silencio aún no lo tenía preparado.
-Bueno…-mire la arena nerviosa
-¿Es una duda que te deje inconclusa la última vez que hablamos del tema?-Negué con la cabeza
-No es eso-Empecé a jugar con la arena fría y llena de sus conchitas pequeñas-Es que…tengo un millón de dudas de lo que descubrí recientemente. Tengo la ligera sospecha que mi papá sabe la relación que tuvo mi madre con Inutaisho-Mire sus ojos cafés sorprendidos por mi comentario-Es que hace unos días lo deduje ¿Por qué mi padre odia a los Taisho? Y me di cuenta que no era un odio hacia su esposa e hijos, si no al padre, al esposo, al amante, a Inutaisho, por tanto tiene miedo que si yo me junto con esa familia tenga mala influencia o…me pase lo mismo-me entristecí, más no deje mostrar aquella debilidad y el sentimiento que e guardado hace unas semanas
-Tienes razón-acepto mi abuela-Creo que estas en lo cierto, pero el ya los conocía antes de que tu madre lo conociera. Ellos eran bien conocidos, además por ser vecinos
-Me preocupa, pero eso no es lo que vine a decirte-me acomode bien para preguntarle lo siguiente-¿Tú nunca supiste si mi madre tenía una conexión con Taisho?-Ella me miro dubitativa y me explique-…¿Pelearon juntos alguna vez? Ósea, me refiero ¿se unieron en una pelea?-
-Claro-aseguro aún sin comprender
-¿Nunca sintieron una conexión entre ellos, como si se llamaran por pensamientos o saber donde estas, sentir su dolor o conmoción?-
-Bueno tu madre me contaba muy poco sobre su relación secreta con Inutasho, pero a veces se comportaba extraño y se iba-me explico, dándole al blanco y entendió-¿Sientes algo con Inuyasha?-
-Algo parecido, lo que te dije anteriormente, me siento conectada a él no se como explicarlo, como si alma y corazón fueran ¿Uno?-fruncí el ceño al tiempo que ponía mis manos en la cabeza
-Ya se por donde vas…Creo… Inutaisho al jurar que su próximo hijo, Inuyasha te iba a proteger con su vida, tal vez ustedes dos tuvieron ese don único de la conexión cuando sus padres se unieron a uno solo. A tu madre tal vez le paso por el sentimiento mutuo y la sincronización en cada batalla con Taisho, y esa necesidad de destruir a Onigumo-Explico, dejándome sorprendida. Era lo mismo que sentía por él y nuestra sincronización, bueno había que practicar un poco más, pero lo más seguro que nosotros nacimos para conocernos.
-Entonces no solo estamos obligado a luchar juntos, si no que estamos unidos por medio de un vínculo-musite algo ida, mientras miraba más haya del horizonte. Todo me quedo claro del mensaje subliminal de esta historia de mi vida: Unir fuerzas con Taisho para matar a Onigumo sí o sí, no había otra opción.
-Nunca e entendido aquello, para mi es nuevo-reconoció la anciana tranquila-Tu madre me lo comento, pero eso era imposible de similar. Claro hay muchas personas que leen las mentes, pero no para tener una conexión tal como esta, es distinta-
-Es desagradable porque tus pensamientos están flotando en tu mente y no puedes guardarlos si no tienes un fuerza mental suficiente para crear un muro en el, dejando solo en libertad lo necesario-explique con algo de frustración, ya que era incomodo que alguien más escuchara tus pensamiento y viceversa, era totalmente incomodo
-Para ti es difícil…-susurro la abuela, dándole en el punto exacto
-Así es. Yo me acabo de enterar de esto y rápidamente pude saber que puedo ocultar mis pensamientos, creando un muro en ellos, pero se necesita de tanto trabajo que es difícil. Mi muro es frágil y fácil de derribar, quiere decir que necesito más práctica. Inuyasha lo sabe dominar por completo, por ende el sabia desde el principio, y mi pregunta es el ¿por qué él no me dijo nada?-mire confundida a mi abuela, quien se encontraba pensativa, encontrando una solución. Una vez concentrada me observo con ojos severos e impasibles
-¿Me quieres decir que también puede saber donde te encuentras?-asentí como respuesta, luego explique
-Pero ahora ni siquiera lo sabe. Trato con todas mis fuerzas que no lo sepa-Le asegure. No quería que me viniera a buscar, no quería verlo.
-Llámalo. Rompe esa barrera hija mía. Esa conexión no es solo mental, si no física también. Ustedes se llaman por otras razones, tu deseas que este aquí-me miro con ojos dulces y tranquilo, diciendo aquellas palabra con toda la seguridad del mundo
-De que hablas abuela…-sentía que me engañaba a mi misma
-Llámalo-me interrumpió e insto-Tráelo. Quiero ver al hijo de Taisho, por favor, Llámalo. Si rompes la barrera el vendrá a por ti, sin duda alguna-

…Continuara…