Wendy

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por George Asai, 14 Agosto 2013.

  1.  
    anime girl

    anime girl Iniciado

    Virgo
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    ¿Cuál es tu opinión general del capítulo?
    que es ASOMBROSA !
    ¿Estás de acuerdo con la teoría de la cuarta dimensión?
    ummm la verdad mi celebro no da para tanto XD
    ¿Y cuál fue tu escena favorita?
    cuando esmeralda libera a wendy :D

    P.D : estuvo genial eres mi idolo ( XD )
     
  2.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Antes que nada gracias por invitarme. Lamento haber comentado hasta ahorita pero no he tenido mucho tiempo jeje
    Bueno, me ha gustado la historia, la narración es sencilla por lo que la hace bastante llevadera (lo único que me fallan son los nombres del pelirrojo y del pelinegro, soy un poco distraida en ello)
    Es lindo en como llevas los hechos de wendy y su "opresor" (su nombre se me hace gracioso CX).
    ¿Cuál es tu opinión general del capítulo?
    Se volvió interesante la manera en la que Esmeralda uso sus poderes para salvar a Wendy, la verdad me estaba cayendo un poco mal al ser tan sensible...ojala logré relucir todo su verdadero potencial y volverse un poco más fuerte (física y psicologicamente) para que al fin alguien sea capaz de poner en su lugar a Wiccato, ya que es un despota por creer que es el más fuerte del mundo (tengo la esperanza de que Esmeralda lograra mínimo hacerlo callar jiji)

    ¿Estás de acuerdo con la teoría de la cuarta dimensión?
    Sinceramente yo si creo que hay otras dimensiones, pero creo que el pelirrojo tiene razón ¿cuál es el caso de ver lo que le sucede a tu otro "yo" lo único que tienes que hacer es continuar con tu vida y no desafiar las leyes de la vida, siento que Wiccato no tiene amigos y quiere ser su propio amigo como el doctor de phineas and ferb de la pelicula (lo se soy torpe:confused:)

    ¿Y cuál fue tu escena favorita?
    cuando el pelirrojo se puso a charlar como si nada, se me hizó tan gracioso, estas a punto de morir y te pones a platicar de los intereses de la otra persona jaja :D

    Gracias por tus invitaciones y espero me disculpes por haber tardado tanto ^^ hasta la próxima
     
  3.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
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    ¡Joder, que bueno que Wen-chan fue liberada! Pobrecilla... ahora sé cómo se sintió...

    Y también sabemos de trasfondo el por qué ella es inmune a los hechizos de Wiccato... a todo esto, ¿Será inmune a los mismos hechizos si otro ladrón o aprendiz los obtiene y los lanza hacia ella? Ojalá...

    Bueno, esto terminará pronto... o eso parece. Si lo alargas, NO PROBLEM ;P

    Perdona que no te comente largo, pero son las 5:30 AM y debería estar durmiendo xDDD

    Cuídate ;P

    Te haría un análisis pero las dos anteriores a mí ya lo hicieron :B


    ==[Nathancito estuvo aquí :3]==
     
  4.  
    Nao Kon

    Nao Kon Iniciado

    Leo
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    Hola!!

    Me retiré unos días y no había podido pasar a leer los nuevos capítulos, pero te diré que me has asombrado, realmente he quedado atrapada con todas esas escenas de acción, me ha parecido muy tierno que Carlos y Wendy se hayan declarado por fin, estoy ansiosa por saber como terminará todo.
    Me he confundido un poco con la explicación de Wiccato sobre la cuarta dimensión, concuerdo con Pablo sobre que es inútil haber desperdiciado tantos años en una búsqueda como tal, sobre todo dañando a personas inocentes como Wendy.
    Definitivamente mi escena favorita ha sido cuando Esmeralda logró por fin liberar a Wendy, me pareció muy tierno, esperaré el próximo capítulo y nos leemos a la próxima...

    Matta ne
    Nao♥
     
  5.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Título:
    Wendy
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    4461
    Y el penultimo capítulo de Wendy ha comenzado, espero les guste...


    Capítulo 6: Vs Wiccato


    Me puse delante de Carlos para protegerle de sus ataques, todavía contábamos con el famoso elemento sorpresa, por lo tanto, asestar un golpe furtivo era la mejor opción. Corrimos en dirección al mago con la intención de darle una buena patada giratoria, los golpes melee no iban a destruirlo, pero algo en el estilo de Carlos me tenía bastante interesada. Cuando nos acercamos lo suficiente mi compañero lanzó su ataque en dirección a la barbilla del mago, éste sencillamente retrocedió para dejar pasar el impacto hacia el aire. Segundos más tarde Wiccato utilizó su hechizo de levitación para lanzarnos las piedras que sobraban del piso, no nos tomaba en serio y eso nos dio el tiempo suficiente para esquivar rodando por el piso. No necesitaba hacerlo, con quedarme parada las rocas perderían levitación y caerían al piso inertes, pero no me convenía rebelar mi arma secreta.


    —Tus puños… —susurró Wiccato, al parecer él ya había notado que Carlos era especial, él no poseía grandes súper poderes como Casanova, pero eso no le impedía ser un guerrero aguerrido. Las manos del chico se movían de manera desigual, como si fuesen olas en la orilla del mar, totalmente impredecibles para cualquier hechicero.


    Yo también lo noté durante su pelea contra Pablo, Carlos se especializaba en fintas especiales que engañaban al rival para luego realizar contraataques mortales que usualmente acababan en muerte. Otra cosa que Carlos aprendió fue la anticipación, sus movimientos estaban diseñados para anticipar cualquier súper poder del enemigo, desde un rayo hasta golpes sobrehumanos.


    En pocas palabras…


    Era como si su arte marcial estuviese hecha para vencer monstruos.


    —¡Al ataque! —Lanzamos una combinación de patadas y ganchos, Wiccato evadía todo con problemas, pues al querer desplazarse con la técnica de teletransportación quedaba en un punto donde los puños de Carlos podían romperle el cráneo. Para poder esquivar totalmente debía teletransportarse hacia atrás, el mago trató de atacar con un rayo negro directo al corazón de mi amigo, no obstante, me interpuse frente a él y recibí de lleno aquel impacto. En condiciones normales me habría asesinado, pero al tener contacto conmigo la energía de Wiccato desapareció y el hechizo fue reducido a nada.


    —Imposible… —No le dejamos terminar la sentencia, pues corrimos nuevamente con una combinación bastante vistosa, Carlos realizaba unos ganchos tan extraños que casi me hicieron sonreír, Wiccato no podía hacer nada, si luchaba cuerpo a cuerpo Carlos lo molería sin mucho esfuerzo y si se alejaba yo me encargaba de neutralizar cualquier hechizo que nos lanzara. También era incapaz de chantajearnos con mis otros dos amigos, porque si descuidaba su atención de nosotros reduciríamos la distancia en medio parpadeo.


    No pude creer lo que estábamos haciendo…


    El gran mago Wiccato se vio forzado a retroceder y replantear su estrategia, esta ventaja no duraría por siempre, tarde o temprano él encontraría una manera de vencernos y remover esta inmunidad que ni yo esperé poseer. Atacamos al enemigo con una serie de golpes y patadas nuevamente, no obstante, Wiccato se puso serio y nos recibió con una muralla en llamas.


    —¡No funcionará! —Aquel mar de fuego desapareció en un santiamén, Wiccato intentó de todo, desde sus bestias mitológicas hasta rayos que harían ver al gran Zeus como un novato. Pero nada le funcionaba, sus mejores hechizos desaparecían al tocarme, no sentía ningún dolor, solo la ligera brisa del viento que me daba confianza para seguir atacando y poner fin a mi dolor de una vez por todas.


    —¡Furia del caos! —exclamó Wiccato, el mago perdió la calma, contra todo pronóstico comenzó a lanzarnos sus mejores hechizos, éste fue diferente a los demás, primero aparecieron los pilares, después varias bolas de fuego levitaron por todo el lugar y finalmente el espacio se transformó. Las gradas del coliseo se transformaron en un centro ceremonial romano, repleto de oro y estandartes desconocidos para mí…


    Esto dejó de ser hechicería, pues ningún hechizo existente podía alterar la realidad misma donde nos encontrábamos. Entonces solo había una respuesta para semejante hazaña: magia.


    El fuego se unió hasta formar un sol en miniatura, todas las esculturas se derritieron cuando sintieron la radiación solar tan cerca, Pablo tuvo que usar sus poderes nuevos para protegerse a sí mismo y a Esmeralda, no obstante, yo solo sentí una brisa caliente. Carlos me tomó del hombro, esa era la señal que esperaba, en vez de asustarnos avanzamos hacia el infierno terrenal con paso decidido, Wiccato tampoco se esperó esa reacción y por ello decidió arrojarnos su hechizo.


    —Es inútil… —Ni siquiera la magia fue capaz de tocarme, los milagros que alteraban la realidad se quedaron cortos ante la inmunidad. Wiccato no se detuvo ahí, trató de atacarnos con meteoros, volcanes, invocaciones demoníacas y terremotos. Nada funcionó, en condiciones comunes no habríamos durado ni medio segundo contra él, pero su propia paranoia provocó su perdición.


    —Mago, termina esta pelea sin sentido, Wendy es libre y nada de lo que hagas podrá evitarlo, pero tú puedes serlo también, no deberías atarte a la cuarta dimensión tanto como lo estás haciendo. —Carlos intentó razonar con ese hombre roto, Wiccato no tenía ningún motivo para seguir existiendo, toda su vida la pasó buscando la bendita cuarta dimensión, aquel milagro inesperado que le permitiría encontrar su verdadero “yo”.


    —Es tarde, pedirme eso es como gritarle a un compositor que destruya su obra maestra antes de terminarla. Ya no hay otro camino para mí, nuestras vidas se han cruzado en este punto sin retorno. Hasta ahora han resistido mis mejores golpes, supongo que debo ponerme realmente serio… —El cuerpo de Wiccato se transformó otra vez, sin embargo, no fue una mutación extravagante como antes, en vez de ello tomó la apariencia de un joven bastante común, con cabello negro y pantalón del mismo color.


    A primera vista no lucía muy amenazante, pero ante mis ojos despertó un temor que había sellado en lo más profundo de mi interior. Fue con esa apariencia que Wiccato se presentó ante mí hace más de doscientos años, con aquella sonrisa falsa y sentimientos traicioneros. Verlo me recordó todo el cautiverio, la soledad, el martirio de pasar encerrada día tras día sin recibir la luz del sol, como una hormiga bajo la tierra.


    —Has invocado tu verdadera forma, en verdad solo usabas la apariencia del anciano para asustarme, ¿verdad? —Podía parecer tonto, pero a mí me daba más miedo un anciano decrepito que un joven, no quería sonar hipócrita, pero Wiccato en modo normal era bastante atractivo. Para un mago retener su juventud conllevaba grandes ventajas, en primer lugar les permitía conservar sus mejores habilidades y también evitaban el desgaste físico por hechizos de alto calibre. Hasta el momento habíamos resistido los golpes con su fachada, pero ahora realmente venía con todo.


    Pablo y Esmeralda se unieron de nuevo al combate, con eso formamos una estrategia parecida a la anterior. Yo me puse al frente, Carlos atrás, Pablo tercero y Esme en la retaguardia.


    —No tenemos más alternativas que luchar, Wendy ve al frente y cúbrenos, yo me encargaré de los golpes a larga distancia, Carlos del combate cuerpo a cuerpo y Esme de protegernos con hechizos defensivos. ¡Es el momento! —comandó Casanova, ¿desde cuándo él era el líder?, bah la verdad me daba igual, este no era el momento indicado para discutir esos temas triviales.


    —Entendido —respondimos todos, posteriormente corrimos en línea recta contra Wiccato, el mago invocó del cielo un dragón de tres cabezas con cuernos y garras afiladas. Medía quince metros de alto y escupía distintos materiales por hocico, a pesar de lo intimidante que fue su aparición no detuvimos la carga. Sin embargo, cuando recibí el triple disparo sentí como si me hubiesen aplastado los órganos internos, el dragón lanzó un zarpazo directamente a mi estómago, traté de recibirlo y seguir adelante, pero el impacto fue tan fuerte que fui forzada a detenerme.


    —¿Estás bien? —cuestionó Carlos, asentí con la cabeza para calmarlos a todos, no obstante, esa bestia enorme preparó una triple llamarada contra nosotros.


    —¡Corte electrizante! —gritó Casanova, su ataque fue formidable y rápido, pero no podía competir contra esa bestia mitológica. La técnica de Pablo bastó para poder recuperarme y así recibir el impacto.


    —¡Sigamos adelante! —exclamé, posteriormente lancé una patada recta contra el dragón mágico, a primera vista parecía un movimiento estúpido, después de todo… ¿quién patearía a una bestia gigante cómo esa?, afortunadamente mi conexión con Wiccato me permitía anular su invocación y devolverlo al lugar de almacenamiento, en sí no derrotaba al dragón, solamente lo devolvía a su respectiva jaula. Cuando su mascota desapareció Wiccato conjuró un nuevo mar de fuego, pero en esta ocasión envolvió sus llamas con un resplandor carmesí que iluminó el lugar como un foco de alto voltaje.


    —Apocalipsis ardiente… —susurró, mis ojos se abrieron en par cuando vi ese enorme muro de fuego que se posó frente a nosotros, no sabía si mi resistencia me permitiría atravesar aquella marea peligrosa, pero ya no había vuelta atrás. Era ahora o nunca, ¡todo o nada!, con todo el valor del universo corrí en dirección al muro llameante que yacía frente a mí, los demás me siguieron sin cuestionarse nada, eso demostraba la gran confianza que ellos tenían cuando estaban conmigo.


    —¡Tu fuego no me afecta! —toqué las llamas con todo mi cuerpo, al hacerlo éstas desaparecieron como si nunca hubiesen estado ahí. Menuda ironía que pueda resistir ataques que nadie más puede, de hecho, si analizaba esta situación podía sacar una conclusión bastante irónica: Wiccato se encerró con la única persona en todo el mundo a la que no puede lastimar. Él me tenía atado con el contrato, pero sin él ahora yo me convertí en su mayor amenaza.


    ¿Cómo pudo un mago tan poderoso cometer un error así de grave?


    —Imposible, el apocalipsis llameante es mi segundo mejor hechizo, ¡con él puedo quemar una ciudad en un parpadeo! —alardeó Wiccato.


    —¿De qué te sirve quemar una ciudad si no puedes quemarme a mí? —respondí, por primera vez sentía seguridad y fuerza en mis palabras, mis amigos no se separaron de mí, ellos esperaban el momento perfecto para encarar un golpe que diera fin al encuentro de una vez por todas, pero ese bastardo no daba ningún punto ciego en su defensa.


    —No puede ser, ¡simplemente no puede ser!, ¡los mataré!, ¡eliminaré su existencia de los registros universales! —Wiccato comenzó a brillar, su cuerpo se vio rodeado por un aura blanca que lo hacía ver casi divino, de la nada aparecieron nubes y rayos de tormenta adornando el escenario catastrófico para su siguiente movimiento. En mis doscientos años de existencia jamás vi un hechizo como ese, de hecho, dudé de la misma inmunidad tras sentir una energía diferente…


    Aquel poder definitivamente no era de Wiccato…


    La fuente de energía parecía provenir de otro lugar, pues las corrientes de viento destrozaron las fachadas de coliseo y pradera, hasta que finalmente volvimos al escenario original: una habitación gigante sumida bajo la tierra. Ningún ataque pasado fue capaz de romper la realidad falsa que Wiccato levantó para realizar el ritual de los siete anillos.


    —Algo está saliendo del techo —comentó Carlos, todos alzamos la mirada en busca del objeto mágico que Wiccato había invocado. A primera vista parecía una lanza gigante, de esas usadas por el ejército romano hace más de dos mil años, pero al verla de cerca pude apreciar los detalles bíblicos más claros, en esa arma yacían grabados antiguos que ningún humano tuvo la suerte de ver.


    —Este es mi hechizo más poderoso, ni siquiera el gran Zeus pudo aguantar el impacto de esta cosa, me pasé todo el siglo pasado investigando la Atlántida y también los registros arcaicos de la humanidad. Y llegué a esta conclusión, el arma definitiva que acabó con los dioses y le dio paso a la edad del hombre. —No sabía si esa cosa era real o solo una imitación, pero aquellos relámpagos destellaban una fuerza terrible, mi cuerpo quedó paralizado por el simple hecho de tener que enfrentarme a eso.


    —Uh… me siento mal… —Esmeralda se tambaleó lentamente, estábamos aterrados, ninguno tenía la fuerza suficiente para resistir el ataque. Hasta el momento resistimos cualquier intento de Wiccato por destruirnos, luchamos contra todos sus hechizos y logramos mantenerlo a raya durante unos minutos. Pero la garrocha del arcángel Miguel no debía compararse con ninguna fuerza existente, ni siquiera los hechizos arcanos le competían a esa lanza forjada por una legión de Arcángeles y blandida por su mayor representante. La leyenda decía que un arcángel valiente, bajo toda la esperanza de la humanidad y su consciencia colectiva logró invocar un arma tan poderosa que dejó inútil al trueno de Zeus. Los antiguos dioses entraron en guerra contra los ángeles y ésta duró cerca de tres años, cuando las tropas del general Cronos fueron acorraladas en Atlántida el juicio cayó sobre ellos con forma de lanza y dio final a los años de dominación divina.


    Ahora la pregunta era…


    ¿Cómo vencer semejante cosa?


    Lo único que nos mantenía vivos era mi inmunidad a sus hechizos, sin embargo, ni siquiera yo sería capaz de aguantar un impacto de ese calibre.


    —¿Qué vamos a hacer? —preguntó Casanova, yo me hacía la misma cuestión millones de veces pero todavía no encontraba una respuesta digna.


    —¡Mueran! —Vimos caer nuestra perdición a una velocidad increíble, se movía tan rápido que apenas tuvimos tiempo de pensar, todo acabaría aquí…


    Maldición, ¡nos faltaba poco para ganar!


    ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?


    Esto no debía terminar así, me esforcé tanto para seguir viviendo, en verdad soñaba con vivir una vida normal, sin tener que lidiar con estos problemas. Deseaba casarme, tener hijos, nietos y poseer la dicha de ser llamada madre alguna vez.


    —No terminará, ¡Wendy intenta resistir!, Carlos y yo contraatacaremos cuando el hechizo se disipe. —Pablo Casanova se negó a rendirse, su valor contagió a todo el equipo, pues Carlos colocó su mano en mi hombro.


    —Si perdemos acá sería muy anti-climático, demos lo mejor y luchemos como verdaderos guerreros. —¿De dónde rayos sacaban esa confianza?, esos dos realmente lucían como hermanos en momentos peligrosos, la única faltante era Esmeralda, de ella no esperé mucho, pero grande fue mi sorpresa cuando sus ojos brillaron con un hermoso resplandor que reflejaba un valor sin límites.


    —Tú siempre me salvabas en clase, ¡ahora es mi turno de salvarte a ti! —Todos mis amigos contaban conmigo, esto no podía ser el final, ¡no después de haber encontrado una vida tan maravillosa!


    Nos formamos en fila india, yo iba al frente, Pablo detrás de mí, luego Carlos y al final Esmeralda. En lugar de llorar por una muerte inminente decidimos enfrentar su poder, corrimos directo hacia la enorme lanza con la ferviente convicción de ganar. Todo o nada, vivir o morir…


    ¡Llegó la hora de luchar!


    Fui una tonta al pensar que mis amigos se darían por vencidos, ellos llegaron hasta aquí nada más para salvarme, por lo tanto era mi deber luchar para protegerlos.


    Lejos estaba ya aquella chica débil que soñaba con tener un alma, ¡ahora me tocaba a mí hacer valer mis poderes!, rápidamente levanté los brazos para sujetar el arma gigante, no alcancé a medir cuanto medía, ¿sesenta metros?, ¿cien metros?, al final esa información resultaba irrelevante, todo lo que me debía importar era detener el ataque y dar una brecha en su defensa.


    Miles de cuchillas invisibles perforaron mi carne, pero las heridas se regeneraban de inmediato, mi inmunidad estaba siendo llevada al límite con el mero contacto, Wiccato incrementó el flujo de poder con toda la intención de aplastarnos, sentí cada gramo de su energía chocando contra mi cuerpo.


    —¡No te rindas Wendy! —gritó Carlos, sus palabras me dieron poder, acumulé todos los años de torturas en un solo punto, mi inmunidad se debía a un hechizo en conjunto con la naturaleza, por ello no podía ser removido ni trasplantado. A pesar del sangrado en mis muñecas continué sujetando la garrocha, afortunadamente la energía de Wiccato también corría dentro de mí.


    Fue ahí donde noté un detalle importante: Wiccato usaba sus hechizos conmigo, sin embargo… ¡no había razón para no usar sus propios conjuros contra él!, resistir este impacto tan profundo resultaba imposible para cualquier ser humano, pero mi plan no consistía en disiparlo… ¡sino en regresarlo!


    Desgraciadamente toda jugada requería un riesgo, resultaba imposible contraatacar teniendo semejante lanza encima, así que arriesgué todo en un solo movimiento, concentré la energía que habitaba en mi interior dentro de la lanza, gracias a las torturas mi ADN se combinó con el de Wiccato y eso me permitió redirigir la trayectoria del ataque.


    —¡Desaparece! —exclamé, en ese momento su propio hechizo se vio reflejado y el arma gigante ahora apuntaba hacia Wiccato. Aunque hubo un desperfecto en mi contraataque: había perdido la inmunidad.


    Si eso no vencía a Wiccato entonces estábamos acabados.


    —¡Qué carajo! —El mago no se esperó tal contraataque, ni siquiera su mayor defensa podía resistir la fuerza de su propia lanza. No obstante, Wiccato mostró nuevamente sus aterradores poderes cuando levantó un muro de piedra que le cubrió todo el cuerpo en menos de un segundo.


    El escudo del mago logró resistir el impacto, a pesar de recibir semejante ataque Wiccato seguía en pie. Su sonrisa malévola me causó gran temor, porque ahora no teníamos ninguna defensa para sus ataques. Aun así, noté en él cierto cansancio, bloquear su propia técnica debió dejarlo agotado, pues no sentí ninguna corriente energética corriendo por el lugar.


    Pablo se dio cuenta de ello, pues tanto él como Carlos corrieron directamente hacia Wiccato. El mago no lanzó nada, se quedó ahí parado viendo como los dos jóvenes corrían en su dirección. Esperaba que los atacase con algún hechizo bizarro que despedazara a mis amigos sin compasión, pero aquella jugada tétrica jamás vino.


    —¡Es tu fin! —Pablo Casanova lanzó un corte al pecho del enemigo, posteriormente el muchacho pelinegro le pateó el cuello. Wiccato no tenía energía para defenderse o contraatacar, por lo que recibió los ataques directamente.


    —¡Uh!, mis heridas no están sanando, ¿qué demonios hiciste? —El cuerpo de mi opresor cayó al suelo bajo un charco de sangre, Casanova lo miró fijamente mientras sonreía.


    —El poder de la reliquia está destruyendo tus células, no importa que tanto poder tengas, recuerda que las heridas causadas por un dragón jamás vuelven a sanar. —La barrera invisible que nos ataba desapareció, permitiendo la entrada del paladín Silver y su compañera Felicia.


    —Todo terminó, hemos ganado. —Me susurró Carlos al oído, a pesar de haber conseguido la victoria no tuve ganas de gritar o brincar por ahí como una niña emocionada por haber sacado un diez en matemáticas. Decidí acercarme a Wiccato con la mirada baja, se veía tan miserable rodeado en sangre putrefacta, como su cuerpo vivió más de lo que tenía permitido el proceso de descomposición se aceleró dramáticamente. El color de su piel se tornó gris, al mismo tiempo sus orbes perdieron brillo mientras se iban desvaneciendo lentamente.


    —Parece que bajé mi guardia un momento, felicidades niños, ustedes lograron lo que cientos de cazadores asesinos jamás pudieron, deberían sentirse orgullosos y al mismo tiempo confundidos. Ya no sanarán mis heridas y probablemente moriré en una hora cuando mucho, anda Wendy, toma tu venganza y acaba con tu dolor, ¿no era eso lo qué buscabas? —preguntó Wiccato, Casanova intentó pasarme su katana sin mirarme a los ojos, por un momento pensé en tomar el sable y cortarle el cuello a ese desgraciado. Nada me haría más feliz que eso, definitivamente no existía mayor placer que arrebatarle la vida a un ser miserable como él.


    Sin embargo, parte de mi alma se negaba a mancharse las manos, asesinarlo no cambiaría nada, pues siempre habrá gente malvada que contamine al mundo con sus pensamientos retorcidos.


    —Te odio, no sabes cuantas ganas tengo de hacerte pedazos, ¡eres lo peor!, ¡desearía que murieses de forma dolorosa!, yo no seré como tú, muere solo como siempre has estado. ¿Por qué arriesgarlo todo?, ¡por qué hacerme infeliz tantos años!, jamás me recuperaré totalmente, aún contigo muerto las pesadillas nunca desaparecerán, la sensación de no ser más que un juguete difícilmente se borrará de mi memoria. Todo por tu ambición, ¡qué tan mala era la vida para ti!, no lo entiendo, eres como un extraterrestre, tus ambiciones, sueños, metas y razones… nada en ti tenía sentido, incluso a la hora de tu muerte sigues con esa mirada fría y serena… dime, ¡¿todo esto tuvo algún sentido?! —grité con todas las fuerzas que me sobraban ese testamento tan largo, necesitaba respuestas y las quería ya mismo.


    —Cuarta dimensión, ritual de los siete anillos, inmortalidad, magia, sabiduría, cada concepto tiene un porqué y mi objetivo era llegar más allá de cualquier mortal. Me llamaban el mago de la realidad gracias a mi capacidad de modificar cualquier entorno con el uso de magia avanzada, tú eres la prueba más grande de ello, te reviví dos veces y tu consciencia siguió atada a este mundo. Cuando modificas la realidad a tu propio beneficio creas un milagro y ese milagro se transforma en algo más grande una vez que “el mundo” toma consciencia de ello. —¿El mundo?, ¿por qué Wiccato hablaba de algo tan grande como si fuese un individuo?


    —No lo entiendo, ¿qué es el mundo? —pregunté, Wiccato sonrió mientras miraba al techo perforado y acabado por la batalla pasada.


    —El mundo es un ser supremo, no tiene forma ni presencia, tampoco energía, pero está ahí, presente en cada realidad de los seres humanos. No importa la línea alternativa, “el mundo” se manifiesta a sí mismo como una entidad formaba por los pensamientos humanos. Así como la vieja teoría de Sigmund Freud decía: “todos los seres humanos en lo más profundo de nuestro interior pensamos lo mismo”, es decir, que nuestro origen tiene un principio. ¿No te has preguntado cuál línea temporal es la verdadera?, existen tantas posibilidades, millones y trillones de infinitos universos que desencadenan historias diferentes, pero ésta dimensión es especial, la mera presencia de Esmeralda de la Luz lo confirma. Algo grande viene, lo supuse desde el día en que tomé uso de razón… si hubiese llegado a la cuarta dimensión lo habría sabido, pero ya nada tiene sentido ahora. Derrotado por unos niños inexpertos, acabado por mi propio hechizo maestro, definitivamente esta realidad es diferente… —La piel de Wiccato se convirtió en polvo, el proceso comenzó desde sus pies hasta la boca, poco a poco el gran mago encontraba su final, a pesar de la humillación no se mostró desesperado ni hizo mayor alboroto. Sencillamente aceptó morir como vivió toda su vida: sereno.


    —Esmeralda no es tu juguete, ¿qué demonios vendrá?, ¿qué sentiste? —Pablo Casanova se alteró cuando escuchó el nombre de mi mejor amiga, no obstante, Wiccato lo miró y luego sonrió.


    —¿Creerás qué voy a decirte más?, averígualo tú mismo muchacho. —Ese bastardo siguió molestándonos incluso en sus últimos momentos, me di la vuelta para no verle más, Pablo se vio extrañado cuando lo hice, pues él esperaba que asesinase a Wiccato.


    —Hasta nunca, bastardo… —Pablo iba a degollarlo de un corte, pero Silver lo detuvo en el acto.


    —Espera, no te ensucies amigo mío, déjame esto a mí. —Silver aceleró el proceso cortando el cuello de Wiccato con un solo tajo, su cuerpo cayó desangrado y finalmente desapareció bajo una nube de humo —. Aunque sea un monstruo no quiero que pierdas la inocencia, mis manos ya están sucias con sangre ajena, la de Wiccato no es diferente al resto. —Al final fue Silver quien le arrebató la vida, no podía estar más de acuerdo, ninguno de nosotros deseaba convertirse en asesino y que lo hiciera el experto definitivamente fue la mejor elección.


    Regresé con Carlos para darle un fuerte abrazo, mis ojos por fin pudieron llorar lágrimas de alegría, la felicidad del momento era incontenible, no resistí mis impulsos juveniles y le di un fuerte beso en los labios. El muchacho correspondió mi muestra de afecto mientras acariciaba mis caderas suavemente, no me importó, él podía hacerme lo que quisiera ahora mismo.


    —Gracias por venir a salvarme, a pesar de no ser tu problema viniste corriendo como todo un héroe de cómics… —susurré bastante avergonzada, el rubor en mis mejillas era demasiado notorio, a pesar de estar cubierta de tierra y sangre mi piel aún conservaba toda su blancura.


    —Solamente un héroe tonto dejaría a su princesa bajo las garras del villano. —Carlos hablaba algo lento y se trababa de vez en cuando, nunca lo había visto así, el muchacho realmente estaba feliz.


    —Es cierto, ¡eres mi héroe! —Lo abracé más fuerte mientras él correspondía todas mis caricias, durante los siguientes minutos nos fundimos en un mar de besos apasionados, jamás creí que este día llegaría, pero aquí estaba yo, en los brazos del joven que amo y disfrutando una vida feliz.


    —Antes dijiste que no podrás recuperarte del todo, eso es mentira, mientras estés conmigo no dejaré que esos malos recuerdos te invadan. Ya cumplí una promesa aparentemente imposible, ¿por qué no cumplir otra? —Carlos en verdad lograba hacerme sonrojar, mi cabecita parecía un tómate maduro a punto de explotar, sus palabras fueron ambiciosas y hasta cierto punto fantasiosas. Pero luego de presenciar esa valentía sin igual comencé a creer que no existían imposibles en este mundo.


    —Muy bien, cada vez que tenga miedo iré contigo, me protegerás y cuidarás mucho… sabes, aquí entre nos… m-me gusta ser la princesa en apuros de vez en cuando, aunque ese rol le queda mejor a Esme. —¿Desde cuándo decía cosas tan vergonzosas?, mi cuerpecito se calentó mucho y mis mejillas solamente enrojecieron más.


    —No tienes que estar en apuros para ser una princesa, luches o no, siempre serás mi doncella, mi compañera y la mujer que amo, eso jamás cambiará. —¡Dios!, sus frases incrementaron los rubores de mi cara, para este momento ya parecía Esmeralda cuando Pablo le acariciaba la cabeza.


    —Te vez linda cuando andas sonrojada, creo que debería llamarte “Tomatita-chan” —bromeó él.


    —¿Desde cuándo soy una verdura?


    —Desde ahora —sentenció él.


    Estaba segura de que muchos días tranquilos llegarían, pero todavía tenía ciertas dudas respecto a Wiccato y su objetivo original.


    ¿Por qué estaba tan obsesionado con Esmeralda?


    ¿Qué significado tenía realmente la cuarta dimensión?


    Bah…


    Nada de eso me importaba ahora, todo lo que deseaba en este instante era comer un desayuno nada saludable con mis queridos amigos.

    Fin del capítulo.

    Y ahora las preguntas de siempre.

    ¿Cuál fue tu escena favorita del capítulo?

    ¿Qué te ha parecido el final de la batalla?

    Espero que les haya gustado, el siguiente cap será el último de esta pequeña novela.
     
  6.  
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    Escritora
    ¿Cuál fue tu escena favorita del capítulo?
    creo que tu ya sabes cual ^.^ :3

    ¿Qué te ha parecido el final de la batalla?
    pues la verdad la verdad ...estuvo bien intenso todo O.O



    bueno ternurita me avisas la conti he .. ;D
    :Q
     
  7.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Wendy
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1928
    Y finalmente les dejo la conclusión de esta novela corta, ha sido increíble poder escribir flores desde otro punto de vista, más porque ese arco fue uno de mis favoritos. Sin más demora el final.


    Epílogo



    El jodido despertador decidió descomponerse en un mal momento, cuando abrí los ojos el reloj ya marcaba las diez y media. De ser un día normal no habría tenido mayor problema, pero hoy no podía llegar tarde a la celebración.


    —¡Esmeralda nos quedamos dormidas! —exclamé, la jovencita se levantó media mareada de la cama, desde la derrota de Wiccato me vine a la casa de Esmeralda, sus padres me aceptaron sin rechistar y ahora prácticamente éramos hermanas. Dormir junto a ella era maravilloso, podía hacerle cosquillas y hacerla sonrojar con cuestiones tontas a cada momento.


    Además, la pobrecita tenía la costumbre de hablar dormida, ¡menudas grabaciones tenía en mi poder!, pero bueno, ahora no era tiempo de chantajearla con eso.


    —¿Qué te pondrás hoy? —Esmeralda se estaba poniendo un vestido largo y una blusa blanca muy primaveral.


    —Hm, supongo que un pantalón de mezclilla sencillo, en verdad te gustan los vestidos largos, ¿no es así? —Mi mejor amiga portaba un estilo bastante conservador, sus facciones femeninas se escondían bien en esos vestidos tan largos que parecían del siglo XIX, yo probé con algo más moderno, pero tampoco revelador. Aunque no tenía problemas con usar minifaldas, sin embargo, como íbamos al campo no me convenía para nada llevar ese tipo de ropa.


    —¡Me encantan!, de niña mamá me compraba vestiditos largos y por eso me gustan mucho. —Menuda inocencia tenía esta chica, si tan solo tuviese una pizca de maldad podría aprovechar ese cuerpo tan dotado.


    —¡Eres moe! —abracé a Esmeralda y la estruje contra mi cuerpo, ¡daban ganas de aplastarla más!, pero si la engullía con mi amor fraternal no iba a quedar nada para la cena, así que nos separamos y bajamos a desayunar.


    Nos servimos una ración de huevo con jamón hecha por la mismísima Victoria, a primera vista nos servimos lo mismo, pero Esmeralda se comió dos raciones mientras yo a duras penas terminé una. ¿Cómo rayos comía tanto y no engordaba?, la curiosidad me llevó a ponerme de pie y tomar a Esmeralda por las caderas, ¡ahí debería estar la grasa!


    Desgraciadamente no sentí nada fuera de lugar, la jovencita muy sonrojada se soltó de mi agarre y huyó. Pero esto aún no se terminaba… ¡definitivamente conocería el secreto de Esmeralda y lo usaría para mi beneficio!


    Comida sin dieta… ¡allá voy!


    —Oh, ¿tienes curiosidad verdad? —cuestionó Victoria.


    —Exacto —respondí a secas, posteriormente la madre de mi amiga me susurró algo al oído.


    —El secreto es… (CENSURADO) —¡Santo Dios!, al escuchar menuda revelación entendí que eso iba más allá del entendimiento humano. Ni siquiera Wiccato habría podido entender tal milagro de la naturaleza.


    Tras satisfacer mi curiosidad Esmeralda y yo salimos de la casa, nuestro destino era el nuevo parque a las afueras de la ciudad. El calor del verano pegó fuertemente sobre nosotras, por suerte ambas nos pusimos bloqueador solar.


    —¿Crees qué Pablo y Carlos ya estén allá? —Esmeralda estaba un poco nerviosa por mostrar su nuevo vestido ante Pablo, cuando todo el problema acabó supe que ambos ya estaban saliendo juntos.


    —Tranquila, a él le gustará mucho tu atuendo, sabes que Casanova te quiere por lo que eres, no por tu apariencia.


    —Gracias, tú también te vez muy linda, seguramente le gustarás más a Carlos.


    —Oh, claro que le gustaré, de lo contrario recibirá su castigo. —Me carcajeé fuertemente mientras levantaba mi mano diestra hacia el cielo, realmente lucía como una idiota pero no me importó en lo absoluto. Deseaba divertirme hoy, sin ningún tipo de regla fastidiosa que arruinase nuestro día especial.


    Llegamos al parque en cuestión de minutos, los árboles frondosos adornaban este bello escenario cubierto por flores, no éramos los únicos acampando hoy, pero eso no resultó ser mayor problema. Esmeralda colocó una manta grande sobre el pasto, posteriormente fue sacando algunas cosas necesarias como platos, vasos y cubiertos para el almuerzo. Ya habíamos desayunado, pero no sabíamos si los muchachos ingirieron algo antes de venir.


    —Esos dos tardan demasiado. —Me quejé, ¿tan vagos eran esos dos inútiles para dejar esperando a dos chicas lindas?


    —No te preocupes, aún tenemos todo el día para divertirnos.


    —Es que no lo entiendes, se supone que los chicos deben llegar primero para que así preparen todo y nos dejen el camino libre, ¡son las leyes morales!


    —Creo que estás exagerando, mejor ayúdame con estos cubiertos. —Esmeralda puso una carita bastante moe que resultó imposible decirle no, aunque me negase a admitirlo debía reconocer la habilidad de Esmeralda para calmar mis rabietas temporales. Cuando ella me ordenaba algo normalmente lo hacía sin cuestionarle nada, hubo una vez en la que casi me tragué vivo a Casanova por un comentario chistoso que hizo, pero un simple: “alto” de Esmeralda bastó para tirar el enojo por la ventana.


    —Como usted diga —respondí, acomodé los utensilios correctamente y luego los coloqué en un traste pequeño.


    —No creo que tarden más tiempo, esperemos pacientemente su llegada. —Esmeralda se acomodó en el tapete, posteriormente sonrió y empezó a tararear una cancioncita bastante pegajosa.


    —¿Cuál es esa rola?, creo haberla escuchado antes —comenté, la verdad tenía el recuerdo fijo de esa melodía, pero no lograba recordar.


    —¡Es el opening cinco de los monos radioactivos contra las arañas mutantes! —exclamó ella con los ojos brillosos, fue ahí donde cometí mi primer gran error del día: ¡hablar de los monos frente a Esmeralda!, la jovencita era una fanática extrema de esa serie y cualquier conversación respecto a ello podría traer severas consecuencias.


    Esmeralda me contó la historia de los monos radioactivos desde el primer capítulo, ¡hablaba tan rápido que no entendí una papa!


    “Recordatorio número uno: jamás mencionar ese anime otra vez”


    —Lamento la tardanza, pero me moría de hambre y busqué algo para comer. —Pablo Casanova llegó tras la tortura de los simios, Esmeralda se apenó mucho al verlo, quizá porque no esperaba que llegase tan pronto.


    —¿Y comiste algo decente? —pregunté algo molesta, pero Casanova negó con la cabeza.


    —Burritos… ¡de la tiendita! —Al escuchar eso perdí toda mi ira contra él, solamente los más desesperados o temerarios se comían esa basura. Pablo debió de estar realmente hambriento para ingerir esa mierda.


    —¡Dios mío!, ¿Pablo estás bien? —Esmeralda rápidamente sacó la torta que empacó la noche pasada y de inmediato se la arrojó a Casanova, el muchacho la devoró como todo un ogro. Pero no podía culparlo, cualquiera en su situación haría lo mismo.


    —Eres un tonto, ¡pudiste haber muerto! —grité mientras sobreactuaba un poco.


    —Es que tenía hambre, mi refrigerador amaneció vacío esta mañana y solo me alcanzaba para comprarme los burritos. No me los terminé, apenas les di el primer mordisco y los arrojé a la basura, ni siquiera las ratas querrían comerse eso. —Pablo se vio más calmado cuando terminó de ingerir la torta, el muchacho debería agradecer a Esmeralda por brindarle comida real y no chatarra de basurero.


    —Vaya, ¿por qué tanto alboroto? —Carlos llegó al cabo de unos minutos, el chico portaba una camisa roja y un pantalón de mezclilla negro, sus oscuros cabellos se movían lentamente al compás del viento. Me quedé embobada un momento al admirarlo, pero no debía expresarlo tan abiertamente o sino Pablo usaría mis reacciones para fastidiarme.


    —Pablo comió un burrito de la tiendita —comentó Esmeralda, Carlos abrió sus ojos en par y también corrió hacia Casanova.


    —Amigo mío, no arrojes tu vida de esa forma. —ambos chicos se abrazaron mirando al horizonte y levantando sus puños hacia el cielo. Me recordó a una escena de cierto anime que no deseaba mencionar por su contenido especial.


    Tras el susto matutino pasamos el resto de la mañana platicando y almorzando algunos bocadillos. Fue una celebración tranquila, no hicimos nada grande u ostentoso, sencillamente deseábamos pasar un tiempo a solas, sin tener que preocuparse por los peligros del mundo exterior. Las hojas verdes que caían de los árboles adornaron el suelo, varios animalitos se escondieron ahí o usaron esos elementos para la construcción de madrigueras. Al mismo tiempo sentí cierta fascinación por los pajaritos que cantaban sobre las enormes ramas.


    Mi cerebro todavía no asimilaba lo que ocurrió, a veces tenía pesadillas en las noches o recuerdos amargos que amenazaban con arruinar la poca felicidad lograda a base de esfuerzo y dedicación. Sin embargo, cada vez que dudaba mis amigos estaban ahí para apoyarme.


    Las horas transcurrieron con total normalidad, Esmeralda y Pablo se fueron a caminar por la arboleda dejándonos solos a Carlos y a mí. Me sonrojé mucho cuando lo tuve cerca, pues la otra parejita seguramente compartía un momento íntimo también.


    —¿Cómo te has sentido estos días? —preguntó Carlos, el chico me tomó la mano y la apretó un poquito.


    —Al principio no sabía muy bien qué hacer, pero gracias a ustedes he logrado despertar de la oscuridad y encontrar un significado a mi existencia. Yo no soy un objeto ni un experimento, mi única misión en el mundo es ser feliz… —Tuvieron que pasar más de doscientos años para que esas palabras saliesen de mi boca, Carlos sonrió mientras me rodeaba entre sus brazos.


    —Esa es mi chica, sabes algo… yo realmente admiro tu fuerza. Ni en mil años lograría tener el valor que tú tienes ahora mismo, mira que decir esas palabras con una hermosa sonrisa no tiene ninguna comparación.


    —Pero fui capaz de decirlas gracias a todos, pero principalmente a ti, en verdad te amo tanto Carlos, por favor nunca me dejes sola. —A veces mis pesadillas se tornaban traicioneras, soñaba que Wiccato revivía y los mataba a todos por igual.


    Después de todo: lo malo de ganar algo precioso, era que obtenías también un miedo terrible a perderlo.


    —Jamás te dejaré sola, ni hoy ni nunca, puedo ser un patán a veces o alguien cuyos sentimientos puedan ser considerados como fríos. Sin embargo, nunca voy a permitir que alguien te ponga un dedo encima, sé que eres fuerte y valiente, pero bajo mi protección ningún imbécil como Wiccato podrá hacerte derramar una lágrima. —Sus palabras me hicieron sonreír, estaba realmente feliz por haberme enamorado de un hombre maravilloso, Carlos acarició mi cintura con una suavidad que no podía describir.


    —Gracias… —Fue lo único que pude decir antes de volver a besarlo, esta vez fue más apasionado, metí mi lengua en su boca y él hizo exactamente lo mismo. Nadie nos estaba viendo y aunque nos vieran no tenía la intención de parar.


    Nuestra demostración apasionada duró cerca de dos minutos, Carlos separó sus labios y me sonrió.


    —Besas como toda una princesa —bromeó él.


    —Uh… idiota…. —susurré totalmente sonrojada.


    La vida no es ningún experimento, nadie tiene el derecho de probar su felicidad contigo, vive y se feliz. Es el único consejo que puedo darle a las generaciones futuras, mi historia aún no ha terminado, pues cada vida es una novela hermosa que va fluyendo con el paso del tiempo. No obstante, este capítulo oscuro de mi vida finalmente ha terminado.


    Fin


    Y bueno, las preguntas finales.

    ¿Cuál fue tu opinión de la obra en general?
    ¿Cuál fue tu momento favorito de toda la historia?

    ¿Y tu personaje favorito fue y por qué?

    La historia terminó, pero la trama de estos personajes no ha concluido, para los que se quedaron con ganas de más pueden leer mi novela central, Flores Entrecruzadas, algo larga pero mola :3

    Y sin más que decir, gracias por leer.
     
  8.  
    anime girl

    anime girl Iniciado

    Virgo
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    Pluma de
    Escritora
    ¿Cuál fue tu opinión de la obra en general?
    fue una lectura que .... la verdad no se como puedo describirlo ,pero cambia la manera de ver y de pensar en algunas personas que mezclan la realidad con la lectura.
    ¿Cuál fue tu momento favorito de toda la historia?
    no se muy bien como decidirme
    ¿Y tu personaje favorito fue y por qué?
    creo que carlos , por que es como uno de esos personajes de los cuentos de hadas, que es tu inspiracion para seguir adelante , te apoya por mas dificil que resulten las cosas , es como .... no lo se pero creo que ya te di una idea
    ( eso supongo )


    bueno fue genial leer tu " long-fic" :D cuando escribas algo mas y quieres que alguien lo lea no dudes en consultarme
    :) chao (^.^)/ besos .
     

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