Voluntad carmesí.

Capítulo 7.​

Revelaciones. Thelos, el máximo oponente de Maki. ​

Los helicópteros de rescate sobrevolaron los alrededores de la ciudad de Nueva York y aterrizaron en una alejada zona de casas abandonadas.
— ¿Se supone que aquí hay una base secreta? — le preguntó un escéptico Nicolás a Dante mientras el grupo descendía de los aparatos y caminaba por aquel inhóspito lugar. — No parece un sitio donde se escondería una organización secreta.
— Por esa razón es el sitio perfecto. — replicó el alquimista colocándose un nuevo cigarrillo en la boca mientras se agachaba y apoyaba sus manos en la tierra.

Reaccionando ante la energía alquímica, el sello grabado en aquel lugar de modo que fuese invisible emitió un claro brillo verde y abrió la entrada a la base, a la que se accedía por unas escaleras secretas que se adentraban en la tierra.
— Ese Thelos debe de ser muy rico para haberse permitido la construcción de un complejo semejante. — comentó Nicolás al encontrarse en el interior de una extensa instalación subterránea.
— Lo cierto es que parece ser que nuestro maestro es capaz de crear oro del aire. — dijo Dante, tecleando un código secreto para abrir la puerta que les cerraba el paso.

Hubo algo en el tono de voz del hombre de cabellos blancos que despertó en Albor la sospecha de que había algún tipo de información implícita en aquellas palabras que se asemejaban a un comentario bromista.
— ¿Qué has querido decir con eso, Dante? — le preguntó al guía mientras el sistema de sistema de seguridad reconocía el código tecleado como el correcto y les abría el acceso.
— No es lo que estás pensando, Albor. — se apresuró a decir el lugarteniente de Thelos. — Nuestro maestro es seguramente uno de los alquimistas más poderosos del mundo pero ni siquiera él ha logrado hallar el modo de llevar a cabo la Magnum opus de la alquimia, Yaku.

Todos excepto Katrina miraron a los dos alquimistas sin comprender de qué estaban hablando. Sin embargo, su atención se vio capturada por una fuerte discusión que estaba teniendo lugar al otro lado de la puerta.
— ¡Ya es la quinta vez que tu sombra me espía, Shadow! — gritó una mujer que llevaba el cabello recogido en un moño y utilizaba gafas de media luna. — ¡¿No puedes controlarla?!
— Sabes muy bien que no me obedece todo lo que quisiera. — replicó un joven vestido con un chándal de aspecto desarreglado. — De todos modos, deberías sentirte halagada por el hecho de que mi sombra te encuentre tan atractiva, Natalia.
— ¡Pues no me siento halagada! — exclamó la secretaria de Thelos. — ¡Lo único que significa que tu sombra me espíe mientras me ducho es que tú eres un pervertido!

Shadow iba a replicar cuando Dante interrumpió la pelea carraspeando y llamando la atención de sus dos compañeros.
— Dejad de montar una escena delante de los invitados. — les pidió de mala gana Katrina quitándose el molesto abrigo y colgándolo en un perchero.
— ¡Yo no he empezado! — replicaron los dos a la vez, lanzándose miradas asesinas— ¡No hables al mismo tiempo que yo! ¡Yo te meto una golpiza aquí y…!
— ¡Silencio! — gritó el encanecido hombre frotándose las sienes con aspecto agotado. — ¡Cada vez que escucho vuestras tontas discusiones, me da dolor de cabeza!
>> Natalia, haz el favor de guiar a las mujeres y a los niños, que seguro que están agotados, a la zona residencial. Shadow, acompáñanos a la sala de reuniones; tenemos un asunto urgente que tratar. <<

De modo que Albor y Nicolás descendieron todavía más en el complejo subterráneo mientras los demás eran guiados por Natalia hasta una zona situada a ese mismo nivel y apartada del resto del complejo, habilitada para residentes. A pesar de que deseaba acompañar a su padre para conocer más de aquel personaje llamado Maki que tanto había revolucionado sus vidas en unas pocas horas, Eva no tuvo más remedio que seguir a aquella mujer de severa apariencia hasta la primera de una hilera de habitación.
— Ésta será tu habitación. — le informó Natalia al detenerse ante aquella puerta. Señaló un interruptor y le explicó: — Si necesitas algo, pulsa este botón y vendré para ayudarte en lo que quieras.

La joven asintió y se despidió de los demás para entrar en un pequeño dormitorio que más bien se asemejaba a las llamadas celdas donde dormían las monjas de clausura. Pero tampoco podía quejarse, pues al menos seguía viva.

Antes de echarse sobre la vieja cama individual, se dirigió al baño para darse una buena ducha de agua caliente con el objetivo de relajarse tras todo lo ocurrido.

En el otro extremo del océano, los ciento ochenta y ocho representantes de los países que habían unido sus fuerzas de seguridad para formar la INTERPOL habían comenzado la reunión.
— Cinco alquimistas han sido asesinados en los últimos meses, todos ellos trabajando en proyectos diseñados por los gobiernos de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Alemania, Inglaterra e Italia. — expuso el moderador de la reunión a través del micrófono. — Además, debemos tener en cuenta la extraña destrucción que sufrieron el archipiélago hawaiano y la Isla Sur de Nueva Zelanda, así como el asesinato de un grupo de monjes y la destrucción de un antiguo monasterio en Suiza. Estos sucesos son los asuntos que debemos tratar en la reunión de este día.
— Parece que está sugiriendo que todos esos eventos están relacionados. — intervino el representante Canadá.
— ¡Por supuesto que están relacionados! — exclamó el representante de Italia. — ¡¿Cómo explicarías si no que cinco alquimistas de cinco países diferentes hayan muerto en tan poco tiempo?!

Aquel razonamiento lógico desató un murmullo general en los demás representantes, que se inclinaban los unos hacia los otros para expresar su opinión acerca de lo dicho.
— Lo único que sabemos a ciencia cierta es que esos alquimistas fueron asesinados, ya que sus cuerpos aparecieron sin una sola gota de sangre. No podemos afirmar así sin más que sus muertes y esos cataclismos tengan algo que ver.

El representante de Bélgica se incorporó para tomar la palabra y dijo:
— Tengo entendido que el nova Ithan Kin, una de las víctimas, se encontraba trabajando en las instalaciones gubernamentales de Hawai el día de su muerte. Es demasiada casualidad que todo el archipiélago se hundiese en el océano ese mismo día. Eso demuestra que quien matara al alquimista tenía en su poder una poderosa arma para acabar con todas las tropas instaladas en la zona.

El siguiente representante en intervenir fue el de Nueva Zelanda, que aportó nueva información al explicar que no habían sido cinco alquimistas, sino seis, los asesinados. Además de Ryan Core, un alquimista que trabajaba como oficial del gobierno, los agentes de seguridad habían encontrado el cadáver de Clarisa Sunday en los bosques de la Isla Sur. Sin embargo, aquella mujer no encajaba en el mismo perfil que las demás víctimas, ya que no trabajaba para el gobierno; era autónoma.
— Supongamos que todos esos sucesos están relacionados, lo que significaría que hay una gran organización dirigiéndolo todo. — razonó el representante de Francia cuando los demás hubieron cesado de murmurar por lo bajo. — ¿Qué tipo de organización tendría tanto poder como hacer esas cosas?
— A mí sólo me vienen a la mente el FBI y la CIA. — replicó el representante de Japón, logrando que estallase una nueva discusión entre las personalidades allí reunidas.

El moderador tuvo que esforzarse mucho para lograr reestablecer el orden en la reunión.
— Tal vez no se trate de una simple organización, sino de algo más poderoso. — intervino el representante de Inglaterra, cuya mirada se posó en el asiento que debería haber sido ocupado por el representante alemán. — ¿Dónde demonios está la voz de Alemania?
— Se fue hace treinta minutos a fumar afuera. — respondió el italiano, quien se dio cuenta de lo que el inglés estaba sugiriendo y preguntó: — ¿Crees que ha sido el gobierno Alemán el que ha hecho todas esas cosas?
— Pensadlo bien. — les pidió el inglés a los demás representantes, que se sentían asombrados por aquella insinuación. — Si no recuerdo mal, Alemania ha sido la responsable de que comenzasen todas las Guerras Mundiales al no conformarse con lo que tenía. ¿Quién nos asegura que esos miserables no están tramando un nuevo intento de hacerse con el poder?

La mayor parte de los presentes aclamaron su discurso y comenzaron a insultar a los alemanes y a desearles la peor de las desgracias. Fue entonces cuando uno de los representantes sentados alrededor del único asiento vacío se dio cuenta de que había un maletín negro abandonado.
“Ese alemán es un despistado.” pensó mientras se agachaba para cogerlo y abrirlo.

Al abrir el maletín, se horrorizó al reconocer un complejo mecanismo explosivo cuya cuenta atrás estaba llegando a su final, junto con el fin de aquella organización.

Habiéndose alejado en su limusina del cuartel general de la INTERPOL, justo en el momento en el que las tres agujas se reloj se encontraron en el número doce de su reloj, el agente de Maki observó la inmensa columna de humo y fuego que se elevó hacia el azulado cielo mientras todo el edificio se hundía, hecho pedazos por la explosión.

El prisionero se retorcía al sentir como sus huesos se reformaban y su cuerpo se alteraba a causa de la energía alquímica de Maki, que observó con total frialdad como el hombre estallaba violentamente derramando su sangre y sus vísceras por todo el suelo de la celda.
— No se preocupe, señor. — dijo Moros. — Un nuevo grupo de prisioneros están siendo traídos desde el continente.
— Bien. — comentó su maestro, limpiándose la sangre que había caído sobre su rostro. Señaló los cadáveres del anterior envío de prisioneros y ordenó: — Asegúrate de dárselos a Cerbero, que seguro que se está muriendo de hambre.

Mientras el homúnculo comenzaba a transportar los restos de los prisioneros, el alquimista regresó a sus aposentos y salió al balcón para ver la barrera que protegía la isla desactivándose para dejar pasar otros cuatro camiones. En ese mismo momento, toda la fortaleza se estremeció al tiempo que un rugido aterrador surgía de las profundidades.
— Paciencia. — le suplicó a la bestia a pesar de que ésta no podría oír sus palabras desde su lugar de encierro. — Pronto tendrás una nueva remesa de juguetes con los que entretenerte.

Su mirada se posó sobre los prisioneros que iban bajando de las camionetas mientras una extraña sensación de furor se extendía por su cuerpo. Desde que lograra descubrir la Verdad del mundo, sentía repugnancia por aquella especie que tan importante se creía pero que no valía más que una simple hormiga.
“Yo cambiaré todo eso.” prometió, arremangándose la manga derecha de la túnica y revelando un brazo derecho cuya carne estaba prácticamente muerta. “Claro que primero debo recuperar el Grimorio que ese Flamel me robó para poder curarme.”

A miles de kilómetros hacia el norte, en el país central de Suiza, un viejo conocido de Maki descubrió con mucho pesar los cuerpos sin vida de unos monjes cuyo único crimen había sido ser considerados una molestia en el camino de su ex-compañero.
— Parece que no eres capaz de darte cuenta del daño que les estás haciendo a los demás…ni a ti mismo. — susurró el anciano, que se acercó a uno de los cuerpos y dibujó el símbolo del mercurio, el elemento que representaba la conciencia.

El símbolo alquímico relució durante unos segundos y una imagen transparente de aspecto semejante al del monje asesinado apareció ante el anciano.
— Sabía que aparecerías tarde o temprano, Thelos. — susurró el alma del difunto.
— ¿Cómo podías saberlo? — le preguntó el alquimista. — Estoy seguro de que nunca has oído hablar de mí.

El espíritu se deslizó atravesando todo lo que encontraba y respondió:
— La muerte me ha permitido acceder a un plano de existencia mucho más elevado. Ahora soy capaz de ver y conocer todo lo que no podía en vida.
— Supongo que has visto el Bien. — dijo Thelos. Sin esperar una confirmación por parte del monje, le preguntó: — ¿Por qué os han asesinado los hombres de Marik?
— Por la ambición de la salud perdida. — respondió el espíritu con expresión ausente. — Buscaban el Grimorio de Paracelso que Nicolás Flamel le robó hace cientos de años con el objetivo de eliminar la enfermedad que atormenta el cuerpo de su maestro.
>> Las tumbas de Nicolás Flamel y de Perenelle, su esposa, se hallan escondidas bajo el cementerio de este monasterio pero están vacías. Ni sus cuerpos ni el Grimorio se hallan en esta tierra sagrada. <<

Tras agradecerle al espíritu su ayuda, Thelos le permitió reposar en paz, pues ya comprendía lo que había ocurrido. Siglos atrás, Nicolás había robado el Grimorio de Paracelso que estaba en manos de Maki y había huido junto con su esposa con los grandes secretos de la alquimia, y éste les había estado persiguiendo por todos los países, encontrando únicamente tumbas y pistas falsas.

Antes de que pudiese terminar su conclusión, su teléfono sonó.
— ¿Qué ocurre, Katrina? — le preguntó a la chica. Al escuchar las nuevas, abrió los ojos de la sorpresa y replicó: — ¡Tengo que ocuparme de inmediato de este asunto!

Colgó y miró a su alrededor en busca de un medio de transporte. Su mirada se detuvo en un águila que sobrevolaba el lugar trazando amplios círculos.
— ¡Transmigración! — exclamó al tiempo que trazaba sobre su frente el símbolo del mercurio.

El cuerpo que había tomado prestado cayó inconsciente mientras el animal se sacudía al sentir la invasión de una entidad ajena. Habiéndose apoderado del cuerpo del águila, Thelos la obligó a volar en dirección oeste, hacia Estados Unidos para evitar el estallido de una nueva guerra.

Diccionario del alquimista.​

Tomo 6.​

La Tria Prima o las Tres Bases es el nombre que recibe la conjunción de los tres elementos primordiales que dan lugar a la vida. Estos elementos son el azufre, que representa el aliento o energía que otorga la vida (vitalismo), el mercurio, que representa el alma o conciencia, y la sal, que representa el cuerpo físico.​

Estas tres bases surgen de la interacción entre los cuatro elementos de Empédocles (fuego, tierra, agua, aire). El fuego reacciona con el aire para dar lugar al aliento, el azufre; el aire reacciona con el agua para dar lugar al alma, el mercurio; y el agua reacciona con la tierra para dar lugar a la sal, el cuerpo físico. ​

Aparte de la reacción que experimenta con el agua, la tierra no reacciona con ningún otro elemento, sino que constituye la matriz donde tiene lugar el origen de las Tres Bases.​