Capítulo 3:Proyectos alquímicos; alto secreto. En el mismo instante en que los dos amigos se dirigían a la comisaría de policía más cercana para tratar de averiguar la causa de la explosión que había destruido el laboratorio de Hiperión, George Venom regresaba a su laboratorio de desarrollo de armas químicas, construido a diez kilómetros al oeste de Sídney, y descubría que alguien había asaltado el lugar, asesinado a sus compañeros y registrado sus archivos. — Que no hayan entrado en los archivos informáticos, por favor. — susurró el alquimista mientras se acercaba a su ordenador y tecleaba el código de acceso para abrir los documentos referentes a la nueva arma que estaban creando. Al comprobar que habían robado toda la información guardada en la memoria de la computadora, soltó una maldición y se apresuró a coger el teléfono para llamar al presidente de Australia. — ¡¿Cómo que no hay línea?! De pronto, todo el sistema eléctrico del edificio saltó, dejando al doctor Venom en la más absoluta oscuridad. El hombre utilizó su energía alquímica para dibujar el símbolo del fuego, una pirámide, e hizo aparecer una esfera de fuego en el aire, iluminando a la criatura más horrible que hubiese visto en toda su vida; se trataba de un oso de tamaño descomunal, de cuya cabeza nacían dos cuernos de toro al igual que dos grandes alas de murciélago lo hacían de su lomo. — ¡¿Qué demonios…?! — empezó a gritar antes de que la bestia se abalanzase sobre él y le destrozase el cuello con sus poderosas garras. Mientras caía al suelo y su vida llegaba brutalmente a su fin, el alquimista especializado en la utilización de toxinas y sustancias corrosivas pudo ver una figura humana oculta entre las sombras; no pudo asegurarlo por culpa de la escasez de luminosidad pero creyó percibir una sonrisa maléfica en el rostro del desconocido. “Me…ha robado los documentos del Proyecto Arsenic.” comprendió cuando vio que su asesino indirecto jugueteaba con una memoria USB. “Si el arma cae en malas manos, el mundo estará en grave…peligro.” — ¡No puedo creerme que la explosión se debiera a un error de cálculo de Hiperión! — exclamó un indignado Albor, que se paseaba por encima de los restos carbonizados del laboratorio del difunto médico. — ¡Él siempre fue muy cuidadoso a la hora de trabajar con sustancias químicas; nunca se equivocaba! — La verdad es que es muy raro. — corroboró Nicolás mirando con tristeza los cuerpos calcinados de los animales con los que su amigo había estado experimentando. Según los informes oficiales de la policía y de los bomberos, la explosión que había acabado con Hiperión y todo su lugar de investigación había sido provocada por una violenta reacción causada por la combinación de dos elementos cuya naturaleza era desconocida para ellos. Además, sospechaban que uno de los muchos contenedores de hidrógeno que el joven Lyt guardaba en su laboratorio había sufrido una rotura y había dejado escapar el inflamable gas, que reaccionó con la energía liberada por la reacción anterior y estalló destruyéndolo todo. — ¿Qué es lo que estamos buscando exactamente? — le preguntó el escritor al herborista. — No lo sé. — respondió Albor mientras removía los escombros buscando una explicación alternativa a lo ocurrido. Nicolás resopló y rebuscó entre las cenizas y el polvo de la mesa de trabajo de Hiperión a pesar de que creía que estaban perdiendo el tiempo. Fue entonces cuando descubrió una carpeta de cuero en perfectas condiciones oculta bajo los desechos; el color gris oscuro de sus duras tapas se confundía fácilmente con el de las cenizas que lo cubrían, volviéndolo prácticamente invisible para cualquiera que no se hubiese molestado en revolver la suciedad. — Me parece que he encontrado algo, Albor. — alzó la voz para llamar a su compañero al tiempo que tomaba la carpeta. — ¿Qué es? — le preguntó el alquimista acercándose rápidamente. La tapa de aquel cuaderno, que había sobrevivido mágica e inesperadamente al fuego, estaba adornada con la figura en relieve de un fénix volando en medio de un círculo de llamas; sobre la imagen, escrito con letras doradas, se leía “Proyecto Phoenix”. — Esto tiene pinta de ser importante. — comentó Nicolás, que abrió las anillas para poder descubrir el contenido de aquella misteriosa carpeta. Lo primero que vieron al abrirla fue una carta dirigida a ellos y escrita de puño y letra de Hiperión. Los dos amigos apenas cabían en sí del nerviosismo, pues sospechaban que aquellas eran las últimas palabras del alquimista médico. Queridos compañeros, Si habéis encontrado la carpeta y estáis leyendo está carta, significará que yo habré muerto. Me gustaría haber tenido la oportunidad de despedirme en persona pero me temo que no me queda tiempo, ya que debo contaros algo importante acerca del contenido de la carpeta. Sé que sabéis que hace cuatro meses estuve visitando a Scarlet Johan, el presidente de Alemania, quien había oído hablar de mis conocimientos de medicina y alquimia y me había enviado una petición para que acudiera a ayudar a su hijo, gravemente enfermo por razones desconocidas. Durante el tiempo que pasé en la ciudad de Berlín para ocuparme del hijo del líder del país, al que ayudé a recuperar completamente su salud sin ningún problema, experimenté un acercamiento con un alquimista especializado en la manipulación del fuego y de la energía calorífica llamado Ash Firewave. Pasábamos mucho tiempo juntos y hablábamos de nuestros trabajos e investigaciones en nuestras respectivas materias dentro de la disciplina de la alquimia. Al principio pensé que se trataba de un tipo legal pero durante una visita sorpresa a su laboratorio descubrí esta carpeta sobre su mesa. El único modo de que podáis comprender lo que sentí al leer su contenido es viéndolo con vuestros propios ojos. No dudé ni un momento en robar los archivos y tomé un avión que me trajera de vuelta a Londres para ocultarlos, pues podrían causar un gran daño si cayeran en las manos equivocadas. No obstante, supe de inmediato que había agentes enemigos acechándome; gente capaz de hacer cualquier cosa por conseguir los archivos sin detenerse por los remordimientos. Sé que no me queda mucho tiempo de vida pero no me importa, pues es más importante evitar que se hagan con algo tan peligroso como lo que he descubierto y lo que vosotros vais a descubrir. Una vez haya muerto, debéis aseguraros de mantener a salvo los documentos del Proyecto Phoenix. No acudáis a la policía, ya que podría haber enemigos infiltrados. Tampoco acudáis al presidente Snow, cuya mente podría corromperse si llegara a descubrir el gran poder destructivo del proyecto. Lamento mucho obligaros a entrar en una situación tan peligrosa. Me despido para siempre, amigos…, hermanos. Atentamente, Hiperión Lyt. Cuando terminaron de leer la carta, Nicolás y Albor se miraron a los ojos. Aquella carta era la prueba tangible de que las muertes de Hiperión y de Clay no habían sido simples accidentes, sino asesinatos a sangre fría. Empujados por la adrenalina, se apresuraron a extraer los documentos, consistentes en una gran multitud de folios llenos de complejas fórmulas matemáticas y químicas. — No tengo ni idea de lo que es todo esto. — gruñó Nicolás, frustrado por su incapacidad de comprender el significado de todos aquellos símbolos. Albor, por su parte, tenía una ligera idea de lo que eran aquellos documentos, pues reconocía muchas fórmulas alquímicas relacionadas con el uso del fuego y la energía calorífica. Además, había leído el nombre de lo que parecían ser los compartimentos de un objeto cuyo objetivo principal era desatar un gran poder ofensivo empleando poderosas reacciones de combustión. — Es un arma de guerra, un arma alquímica. — susurró con los ojos abiertos como platos. — El Proyecto Phoenix consiste en la construcción y desarrollo de un artefacto ígneo. — Estás bromeando, ¿verdad? — le preguntó su horrorizado compañero. — ¿Por qué iba un alquimista a desarrollar un artilugio semejante? Además, si eso fuera cierto, significaría que Alemania se está preparando para una guerra, pues ese tal Firewave era alemán, ¿verdad? — La cuestión ese que tenemos ante nosotros la explicación de las muertes de Hiperión y de Clay. — dijo con gravedad el herborista, quien había olvidado lo ocurrido en el depósito de cadáveres. — Sí, Nicolás, estoy absolutamente seguro de que Clay también fue asesinado aunque aparente que fue atacado por una bestia salvaje. El problema es que no podemos acudir a la policía por el riesgo de que haya espías infiltrados en los organismos de la ley. — ¡Destruyámoslo! — exclamó Nicolás tras meditar buscando una solución. — ¡Si lo destruimos, nadie podrá llevar a cabo el desarrollo del artilugio! Albor negó con la cabeza y replicó: — Hiperión ya habría destruido la carpeta de no saber que eso era y es completamente imposible. — ¿Imposible? — preguntó el escritor sin comprender. — ¿Cómo que imposible? No creo que sea tan difícil destruir un fajo de simples papeles. — Simples papeles que han sobrevivido a una explosión que ha dejado en ruinas todo este lugar. — le recordó el alquimista. — La razón por la que Hiperión no destruyó los documentos antes de morir y por la que nosotros tampoco podemos hacerlo es porque pertenecen a otro alquimista, que se habrá asegurado de que su proyecto esté protegido de cualquier daño. — ¿Cómo es eso? — Los alquimistas tenemos por costumbre marcar nuestros trabajos y anotaciones con un símbolo alquímico especial que impide que nadie ajeno pueda destruirlos. — se explicó Albor partiendo de su propia experiencia en aquella disciplina. — Da igual los métodos que se utilicen; el símbolo los mantiene protegidos. Él único que puede destruir esos documentos tras la imposición del símbolo es el propio alquimista que los creó. — ¿El único que puede destruir los planes del Proyecto Phoenix es el propio Ash Firewave? — preguntó Nicolás. — No sé porqué pero me parece que él no haría algo parecido. Albor asintió para demostrar que estaba completamente de acuerdo con su compañero. Ambos se encontraban ante un dilema del que dependían las vidas de sus respectivas familias y las suyas propias. ¿Qué podrían hacer para asegurarse de que el contenido de aquellos documentos no cayera en manos de los asesinos de Hiperión? A miles de kilómetros de la capital de Inglaterra, el escudo energético que rodeaba la isla de Madagascar, convertida por acuerdo presidencial en una prisión destinada para retener a los culpables de haber cometido crímenes imperdonables durante la Tercera Guerra Mundial, se deshizo para permitir que el helicóptero procedente de Sídney aterrizara en aquellos terrenos, llenos de exuberante fauna y flora antes de la construcción de la inmensa fortaleza. — ¿Has tenido un vuelo agradable, Némesis? — le preguntó Carl a la hermosa mujer que descendió del aparato seguida por un inmenso oso que cargaba con el cadáver de George Venom. — No mucho, la verdad. — replicó con dureza su compañera mientras sacudía su ondulante cabello con furia. — No me acostumbro a esos ridículos cambios horarios humanos. Una figura vendada de los pies a la cabeza surgió de las sombras proyectadas por los altísimos muros de la ciudadela y, susurrando con una voz fría e inhumana, le preguntó a Némesis: — ¿Te has asegurado de no perder ni una gota de la sangre del alquimista? — ¡Yo también me alegro de verte, Phobos! — exclamó la mujer con sorna. — ¡Como se nota que eres un hombre; siempre directo al grano, sin preámbulos! — ¿Lo has hecho o no? — volvió a preguntar Phobos, a quien Carl llamaba a sus espaldas hombre-momia, ignorando las pullas de Némesis. — ¡Sí, no he desperdiciado ni una gota de su sangre y no he permitido en ningún momento que ésta se coagulara! ¡También he logrado obtener los planos del Proyecto Arsenic por si lo dudabas! Phobos no añadió nada más, sino que le ordenó por gestos que le siguiera al interior de la prisión. Mientras avanzaban pasando a través de dos hileras de celdas llenas de presos arrinconados por la desesperación, Némesis le preguntó a Phobos: — ¿Dónde está Maki? — Nuestro señor se encuentra en el laboratorio. — respondió el hombre vendado. — Por lo que sé, parece que está creando a otro de los nuestros. — ¡¿Otro más?! — exclamó la mujer. — ¡Contando a Moros y a nosotros dos, ya ha creado tres! Phobos simplemente se encogió de hombros y continuó guiando a Némesis hasta la sala principal de la fortaleza, en la que un hombre oculto bajo una capa negra jadeaba y se retorcía a la vez que una energía etérea abandonaba su cuerpo y se mezclaba con el contenido de un recipiente cercano, canalizada a través de los símbolos de la Tria Prima, los tres símbolos que representaban al azufre, mercurio y sal. Némesis, que había nacido de ese mismo proceso alquímico, observó con asco como la fuerza vital de su creador se combinaba con la sangre que éste había derramado en el recipiente y con un viscoso líquido blanquecino (mejor no especificar qué era). Al finalizar el proceso, apareció un ser deforme y transparente en medio del líquido del cilindro. — Señor, ¿se encuentra usted bien? — le preguntó Phobos a Maki mientras le ayudaba a incorporarse y sentarse en el único sillón que había en la estancia. — Sólo…un poco agotado. — respondió el encapuchado, que se esforzaba por respirar con normalidad. — Cada vez me cuesta más…dividir mi alma. Oculta bajo la capucha, la mirada de Maki se clavó en Némesis, quien descargó el cuerpo del doctor Venom y extrajo la memoria USB donde estaba guardada toda la información referente al Proyecto Arsenic. — Estoy muy orgulloso de tu gran capacidad para llevar a cabo tus misiones, Némesis. — comentó el líder del grupo haciendo girar el dispositivo entre sus manos. — El sacrificio del fragmento de alma que utilicé para crearte ha resultado ser muy beneficioso a pesar de todo. Sin embargo, ahora tengo una nueva misión para ti: tendrás que ir a Alemania y… — ¡¿Estás de broma, Maki?! — le interrumpió la mujer, repentinamente furiosa. — ¡Acabo de regresar de una misión en Australia y ya me estás pidiendo que vuelva a viajar al extranjero! ¡Das demasiadas cosas por supuesto, mal…! Antes de que pudiera acabar de quejarse, una fuerza invisible comenzó a comprimir con fuerza su corazón y su garganta, doblegándola y asfixiándola. Estando la borde de la muerte, Némesis cayó al suelo y trató de dirigirle una furiosa mirada a su creador, que permanecía tranquilamente sentado en su cómodo sillón. — Vigila tus palabras, Némesis. — le advirtió Maki. — Tu cuerpo fue creado a partir de mis fluidos corporales; tu alma no es otra cosa que un fragmento desprendido de la mía; y tu energía vital formó una vez parte de mí. Puedo destruirte con la misma facilidad con la que te creé, ¿comprendes? — S-sí. —jadeó Némesis cuando la presión sobre su pecho se hubo desvanecido. — Como te iba diciendo, querida, partirás con Carl a Alemania; tenéis que haceros cargo del alquimista conocido como Ash Firewave para atar los cabos que faltan en lo que se refiere al Proyecto Phoenix. — continuó explicando el encapuchado. — Sí, señor. — susurró la mujer, derrotada al ver el riesgo que supondría desobedecer una orden de su creador. — Todo se está cumpliendo según lo planeado. — se dijo Maki con una notoria satisfacción en su voz. — Moros ha acabado con Hiperión Lyt, quien robó los documentos relacionados con el Proyecto Phoenix, y con su ayudante, quien resultó que simplemente llevaba una carpeta falsa como señuelo. Sin embargo, tal y como yo pensaba, los documentos han llegado a manos de Albor Silver y, una vez haya llegado el momento, pasarán a ser de mi propiedad junto con la sangre de ese herborista. Y se echó a reír con una risa tan macabra, tan propia de un lunático, que incluso asustaría al más valiente de los hombres. Diccionario del alquimista.Tomo 2. El uróboros es un símbolo que representa a una criatura serpentiforme que se devora a sí misma empezando por la cola y repitiendo el proceso en un ciclo sin fin, simbolizando la continuidad inevitable del tiempo y de la vida. En la práctica de la alquimia, este símbolo representa la unificación de los elementos espirituales con los elementos del mundo físico, ambos sometidos a una transformación eterna resultada de los procesos de creación y destrucción. Del mismo modo que la energía, el uróboros nos dice que la materia nunca desaparece, sino que se transforma descomponiéndose y volviendo a recomponerse.
Vale, Hiperion esta muerto o no??osea las cosas no cerraban como para concluir que el estaba muerto, muchas cosas no encajaban, bue en todo caso mas adelante se sabran las cosas... una pregunta, ¿todavia estan en la tercera guerra mundial?por que si es asi el proyecto Phoenix le va a servir mucho a su dueño, o simplemente quieren empezar otra... y esas personas que estan al mando de Maki son transmutaciones verdad, o otra cosa, ya que Eva es una transmutacion pero ella no necesito un pedazo de alma de Albor para nacer.... y por lo menos me saque la curiosidad de saber quien se llevo la sangre de Ithan, pero todavia nose para que la quieren, bueno vamos a ver como siguen las cosas para sacarme las dudas n.n avisame cuando subas la conti n.n.....chaito!!!!!
Oh por Dios, con cada capítulo me dejas sin palabras. Ocurren tantas cosas que no sé ni por dónde comenzar. Ahora sabemos que Hiperion sí está muerto por la carta que encontraron Nicolás y Albor, también por el hecho de que Moron fue el que se encargó de hacerlo... ¡y a parte otro alquimista muerto en Sidney! El Proyecto Arsenic y el Proyecto Phoenix deben de ser de suma importancia como para matar a aquellos alquimistas, aunque aún si no tuvieran nada que ver con aquellos proyectos esas personas los hubieran matado, ¿esa es la naturaleza de los creados por medio de la alquimia? Por ejemplo Fausto era un matón de primera, pero por lo visto Eva no lo es, por lo que me está haciendo pensar que su personalidad tiene que ver con su creador. Ese Maki, él debe ser el malo de la historia ¿no?, fue muy interesante la manera en que crea a otros "seres humanos" Me quedé con la boca abierta cuando leí la parte donde les da un pedazo de su alma, ¿es por eso que son malos? ¿porque tienen un pedazo de alma de un hombre malo? La historia cada vez más toma un rumbo más interesante, y por supuesto, con cada capítulo, comprendo más el mundo alquímico. Lupus, es una historia que solo alguien teniendo ya en mente por completo la trama y estar informado de la alquimia, sin mencionar de contar con una buena redacción, podría hacer. Así que, ¡mis respetos, lupus! :) Espero pronto continuación, haber lo que el destino le espera a Albor, gracias por avisar.
Me temo que el misterio de Hiperión y el de la sangre robada serán desvelados en el futuro. Sin embargo, sí puedo decirte que la Tercera Guerra Mundial ya acabó En lo que se refiere a Némesis, Phobos y Moros, todos han sido creados gracias a la alquimia. La razón por la que ellos, a diferencia de Eva, han necesitado un fragmento de alma para nacer también será revelado a medida que la trama avance.
Hola gracias por invitarme, y disculpa por no pasar antes, me ha gustado mucho, esta atrapantee!!!!:3 tantas cosas les pasaron, esa explosión junto con el destructor Fausto que fue creado, además de la "muerte" de Hiperion y el proyecto Phoenix. Lo que más me gusto fue la creación de la chica que llamaron Eva ajaajXD, porque lo demás me lo imagine muy sangriento, espero y no logren matar a Albor Silver, aunque aún me pregunto porque habrán extraído toda la sangre a Ithan...esta muy emocionante!!!:3 Saludoss!!!
Bueno muchas gracias por esperarme sé que es algo tedioso esperar a alguien y que no comente :( Bueno olvidando eso, ya había leído tu escrito, pero por falta de tiempo no pude comentar, lo haré, aunque ya no de una manera tan detallada u.u espero me perdones. Bien ahora nos adentramos en una época futura donde el ser humano ha vivido otras grandes catástrofes en la historia, la tercera guerra mundial, ¿no?, si recuerdo bien. La primera parte despertó un interés similar que Resident Evil, donde realizan experimentos en plantas y todos los problemas que surgen. Además, la creación de esa isla, el chico de cabello rojo fuego, Fausto, con el simple hecho de poseer un poder de una magnitud impresionante me quedó claro que él será un punto clave en esta batalla, además de todo lo relacionado con la piedra filosofal, que veremos después. Ahora, ¿cómo es que Albor creó una chica con una inteligencia algo infantil?, es totalmente lo opuesto a Fausto, además, todo está pasando por algo, aunque en definitiva no creo que esta historia vaya a ser romántica, ¿o sí?, no me gustaría, esta historia tiene para más que un romance chicas cuidado. Pasando a la muerte de Hiperión, y la carpeta que les dejó a sus amigos como evidencia del Proyecto Phoenix, son los secretos que encierra la conspiración de Maki, tal vez, ¿o será otra cosa más siniestra? Además, el Proyecto Arsenic también me tiene intrigada, ¿cómo es que haya lugares en varias partes del mundo unidos para proteger o estudiar misterios indescriptibles?, hay algo que me tiene intrigada, ésta histora no se parece a cualquiera que haya leído de ti, aunque al principio creía que sería más específica xDD. Ahora, ¿como es que Albor pudo crear a esa chica sin utilizar su alma?, ¿es por eso que no tiene de momento inteligencia y/o percepción de la realidad?, buenas intrigas, por favor si subes algo más no dudes en llamarme esta vex vendré corriendo n.n Disculpa la demora, tenía más preguntas pero no las recuerdo ¬¬ y tenía más teorías, pero igual creo que volveré a leer para recordar. Saludos...
Capítulo 4:Vidas arruinadas. Un ladrón de lo más extraño. “Guardaré los planes del Proyecto Phoenix en mi caja fuerte.” pensó Albor mientras conducía de regreso a su casa, dirigiendo miradas de reojo al cuaderno en el que estaban guardados los mencionados documentos. Antes de salir del laboratorio de Hiperión, Albor le había comunicado a Nicolás que se encargaría de ocultar y proteger personalmente los documentos por los que habían matado a su amigo. Cuando el escritor replicó que aquello pondría a su familia, el herborista había razonado que tendría muchas más posibilidades de proteger la carpeta y a sus seres queridos gracias a sus poderes alquímicos, poniendo fin a la discusión (claro que Nicolás tampoco había puesto mucho empeño en proponer ser él quien protegiera el proyecto). Sintiéndose observado por una multitud de ojos invisibles, llegó a la mansión y se dirigió directamente a su despacho para dejar el peligroso cuaderno en el interior de su caja fuerte, cuya combinación sólo era conocida por él. — Cariño, ¿ocurre algo? — le preguntó su esposa, que no entró en la habitación a tiempo de verle meter algo en la caja de seguridad. — Sólo que no logro hacerme a la idea de que no volveré a hablar con Hiperión. — respondió Albor, diciendo la verdad a medias. No deseaba preocupar a su esposa explicándole acerca de la existencia del Proyecto Phoenix. — ¿Por qué están los niños tan alterados. — preguntó al escuchar un grito proveniente del salón. — Esa chica…Eva…ha hecho algo asombroso. Tienes que bajar para verlo con tus propios ojos. Llevado por la curiosidad, el alquimista siguió a su esposa hasta el salón, donde sus hijos le suplicaban a Eva que repitiera lo que había hecho y Albor se había perdido. Para su sorpresa, un enorme naranjo había crecido en un rincón de la estancia llenando el aire con el dulce aroma de los azahares. Lo más extraño era que en ese rincón antes había un excelente ejemplar de geranio plantado en una maceta, cuyos trozos de cerámica se hallaban desperdigados por el suelo. — ¿Qué es lo que ha ocurrido, William? — le preguntó a su hijo mayor, el más tranquilo de los tres jóvenes. — No lo sé, papá. Eva se estaba paseando por todo el salón para explorar y sintió interés por el geranio. Se acercó a la planta, la tocó y ésta comenzó a crecer y a transformarse en…un naranjo. “¿Ha transformado un espécimen de geranio en un naranjo? Eso es una manipulación de la esencia, algo que nadie ha logrado jamás.” pensó el asombrado Albor, que miró fijamente a su creación jugar con los pequeños. Eva se dio cuenta de que el herborista le observaba, le dedicó una gran sonrisa en la que también participaron sus ojos y dijo su primera palabra: — Papá. Durante los cinco meses que siguieron a aquel extraordinario suceso, Albor apenas tuvo tiempo de recordar el oscuro secreto que había guardado en la caja fuerte, pues estaba demasiado ocupado asombrándose con los prodigios de Eva, cuya mente se iba desarrollando a una velocidad superior a la de cualquier humano a pesar de su estado inicial. En esos cinco meses, comprobó la gran capacidad de aprendizaje de la chica, a quien acabó considerando un miembro más de su familia. Aquello supuso un alivio para los demás, pues el herborista solía aprovechar las comidas para soltar largos y complejos discursos sobre alquimia que ellos no podían seguir. La existencia de Eva, quien soportaba y comprendía toda aquella cháchara hasta el punto de poder dar su opinión cuando no se mostraba de acuerdo con la de su creador, les facilitó la vida a todos. — Nada de hablar de trabajo en la mesa, cariño. — le reprendió Helen a Albor una noche en que la familia Silver invitó a cenar a Nicolás y a Sandra en el jardín de la mansión. — No teníamos suficiente con Albor que ahora tenemos una versión femenina suya. — gruñó Nicolás, haciendo reír a los demás comensales. — Debéis de ser testigos de muchos debates, ¿verdad? — Ni te lo imaginas. — respondió Helen mientras repartía la paella que había preparado. — Ya no participamos en los discursos de mi marido pero ahora escuchamos dos discursos a la vez. — Pues yo creo que eso es lo mejor para Eva. — declaró Sandra tomando el plato que le tendió la anfitriona. — Guapa e inteligente, será el sueño de cualquier hombre. — ¡Si sólo tiene cinco meses! — exclamó un sorprendido Albor. Una nueva carcajada general recorrió la mesa ante esa reacción tan paternal por parte del herborista. Algo violenta y sonrojada, Eva Silver se concentró en la deliciosa comida de su madre. A pesar de que sabía que su vida era resultado de un experimento alquímico, no podía estar más agradecida de haber sido creada por un hombre tan bueno como Albor Silver, quien se había convertido en su figura paterna. Era imposible que pudiese encontrar un hogar más tranquilo y feliz que aquél en el que residía. Sin embargo, todo lo bueno parece estar condenado a acabar, y aquella agradable velada, llena de alegres conversaciones y divertidos juegos, acabó bruscamente con una gran explosión en la cocina. — ¡¿Qué ha ocurrido?! — le preguntó Albor a la cocinera, quien salió de la estancia en llamas tosiendo a causa del humo junto con los demás criados. — Ha sido…una especie de bola… Antes de que la rechoncha mujer pudiese acabar la explicación, una enorme figura cuadrúpeda surgió de la oscuridad de la noche y la derribó, poniendo fin a su vida de un mordisco en el cuello. El mismo destino sufrieron los demás criados, quienes fueron cazados como conejos por otras tres criaturas idénticas a la primera. Albor nunca había visto animales semejantes. Parecían ser mastines, pero su tamaño era mayor al de cualquier especie de perro existente. Sus ojos, ardientes como las llamas del infierno, brillaban en la oscuridad, reflejando su instinto depredador y su deseo de carne y sangre humanas. Con la sangre de la cocinera goteando entre sus fauces, la primera bestia en atacar se acercó al aterrorizado grupo paladeando el aire con una larga lengua bífida, como si saborease el temor de sus presas y lo disfrutase más de lo que disfrutaba alimentándose. — ¡Símbolo alquímico del elemento tierra: escudo de roca! — gritó Albor al ver que la criatura acechaba especialmente a la asustada Laurana, trazando un triángulo equilátero invertido atravesado por una línea recta horizontal. Impulsado por la energía alquímica del herborista, un fragmento de terreno se elevó a tiempo de bloquear el ataque de la bestia, que retrocedió agitando la cabeza y rugiendo de furia. El golpe debía de haberle roto la mandíbula inferior. — ¡Coged los coches e iros! — les gritó Albor a los demás, lanzándole a Helen la llave del coche. — ¡¿Y qué harás tú?! — le preguntó la mujer, tomándola en el aire. — ¡Entretener a estas bestias! Mientras los demás obedecían sus indicaciones y corrían hacia los vehículos, Albor volvió a dibujar en el aire el símbolo alquímico de la tierra y encerró a la bestia en una jaula de roca lo suficientemente resistente como para soportar sus embestidas. — No me imaginaba que tú, un simple herborista, pudieses dar tantos problemas. Albor entrecerró los ojos y vislumbró una figura que se acercaba acompañada de varias esferas de fuego. Se trataba de un joven que hablaba y respiraba a través de una máscara especial. Su cuerpo emitía una intensa energía alquímica que agitaba la capa que lo cubría del cuello a los pies, irradiando el aire que le rodeaba. — ¿Eres tú el que ha enviado a esas bestias a atacarnos? — le preguntó, alzando la voz para hacerse escuchar a través del rugido de las fieras y el crepitar de las llamas. — Creo que eso está más claro que el agua. — dijo el líder de aquellas criaturas. — Mi nombre es Moros y he venido para encontrar ciertos documentos acerca de un proyecto alquímico del que tú ya has oído hablar, Albor Silver. “¿Cómo sabe que los tengo yo? pensó el herborista. — No tengo ni idea de lo que estás hablando, Moros. Los músculos de la cara del enemigo se tensaron en una siniestra sonrisa que fue tapada por la máscara. — No sabes mentir, Albor. — susurró mientras las esferas de fuego comenzaban a girar rápidamente a su alrededor. — Puedo sentir que los latidos de tu corazón se han acelerado al mencionar el Proyecto Phoenix, el cual está guardado en tu caja fuerte. Entrégamelo o sufrirás las consecuencias. — ¡Nunca! Con un ligero movimiento de sus brazos, Moros envió una lluvia de bolas de fuego contra Albor, que se apresuró a bloquearla con su escudo de roca. — Eres bueno. — comentó Moros al ver que su rival reparaba su escudo cada vez que veía que estaba a punto de derrumbarse. — Se nota que has entrenado duramente tu mente para poder soportar una presión semejante. — ¡Esto no es ni siquiera una pequeña parte de mi poder! Oculto detrás de su escudo, el herborista trazó el símbolo de la tierra y lo combinó con el símbolo del agua, un simple triángulo invertido, para crear un complejo entramado de líneas verdes. — ¡Combinación de tierra y agua; Símbolo del elemento vegetal: captura de las enredaderas! Varias grietas se abrieron a los pies de Moros, que se vio inmovilizado por la hiedra e incapacitado para seguir lanzando sus ataques de fuego. — Una combinación elemental, un proceso difícil de realizar en una situación normal, mucho más si se intenta hacer en la intensidad del combate. — se dijo mientras luchaba por liberarse de las delgadas pero fuertes plantas que su enemigo había invocado. — Realmente te he subestimado, Albor Silver. Sin embargo, yo tengo un as bajo la manga. El hombre que había planeado el ataque silbó con fuerza, llamando a las bestias que habían permanecido ocultas en las sombras de la noche hasta ese momento. Moviéndose velozmente al escuchar la señal de su líder, los gigantescos mastines rodearon a la familia y los amigos del herborista, que palideció al escuchar sus gritos de terror. — ¡Ellos no tienen nada que ver con esto, maldito! — le gritó a su prisionero, que sonreía con crueldad ante su desesperación. — Si quieres salvarles, entrégame los documentos. Albor jamás se habría imaginado forzado a elegir entre dos terribles opciones. Si no obedecía las condiciones de Moros, su familia y sus amigos serían asesinados por aquellas bestias. Pero si le entregaba los planos del Proyecto Phoenix, le estaría entregando un arma cuyo poder destructivo era equivalente al de una bomba atómica, capaz de destruir centenares de kilómetros en un único ataque. — Veo que eres un hombre muy frío si eres capaz de dejar que tus seres queridos sean asesinados ante tus ojos. — dijo Moros antes de lanzar otro silbido. Desesperado, el herborista observó a las bestias abalanzándose sobre el encogido y atemorizado grupo, conformado por las personas más importantes para él. No obstante, los mastines no tuvieron la oportunidad de matar a ninguno de ellos, pues una extraña barrera de energía bloqueó su ataque y los hizo desaparecer con un estallido de luz cegadora. “Eva.” pensó Albor viendo que el cuerpo de su hija desprendía una energía alquímica muy extraña. Moros, aprovechando la distracción del alquimista, se liberó de las ataduras y arrojó una poderosa corriente de fuego contra Eva y los demás. El flamígero ataque destruyó los medios de transporte disponibles sin lograr atravesar el extraño escudo de Eva. — No me esperaba que hubiese alguien más que practicase la alquimia en esta familia. —comentó el atacante, cuya energía alquímica se disparó hasta el máximo. — ¡Veamos si puedes detener esto! Grandes fragmentos de tierra, mayores que los que Albor había estado controlando hasta entonces, se elevaron y chocaron entre sí para formar una inmensa esfera de roca, que fue arrojada con fuerza contra la familia Silver y los Flamel. Sin embargo, antes de alcanzar su objetivo, fue destruida por una repentina lluvia de diamantes provenientes del cielo, donde tres helicópteros militares volaban sobre la zona de batalla. — ¡¿Quién eres tú?! — le preguntó Moros al responsable de que su ataque no tuviese éxito, un encanecido hombre bien trajeado. — ¡Dante Medigh! — respondió el recién llegado alquimista haciendo un gesto a los pilotos para que aterrizaran a recoger a las víctimas del ataque. — ¡Y yo soy Katrina Lan! — chilló una extraña chica apareciendo tras el hombre con aspecto de mayordomo. — ¡Ven aquí si quieres que te dé una paliza! Moros levantó una ceja al ver el extraño aspecto de la tal Katrina, vestida con ajustadas ropas de cuero de las que colgaban varias cadenillas. El pelo de la joven caía hacia atrás con la excepción de un mechón que ocultaba su ojo derecho. — No creo que tuvieses ninguna oportunidad, mocosa. — se mofó con una sonrisa de autosuficiencia. — ¡Eso ya lo veremos! — gritó la indignada Katrina, que trazó a gran velocidad el símbolo del aire. — ¡Símbolo del aire: cuchillas! Moros no pudo hacer nada por evitar el veloz ataque, que acabó seccionando por completo su brazo izquierdo y partiendo su cuerpo horizontalmente por la mitad. — ¡Subid a los helicópteros! — les ordenó Dante a las familias. — ¡No tardará en reanimarse! — ¿Reanimarse? — preguntó Albor, el último en subir al aparato. — ¿Qué quieres decir con reanimarse? El hombre de cabello blanco simplemente señaló el despedazado cuerpo de Moros, que estaba comenzando a reconstruirse lentamente. “Ese tipo no puede ser humano.” pensó el herborista con presteza mientras se elevaban y se alejaban del que había sido su hogar durante toda su vida, destruido por la ambición de lo que quiera que fuese Moros. Ajena a los terribles acontecimientos que estaban teniendo lugar en Inglaterra, situada a miles de kilómetros de Nueva York, Elena Drevox se codeaba con importantes personalidades invitadas por su padre con motivo de su cumpleaños número diecisiete. Los Drevox eran una de aquellas familias que se habían visto beneficiadas durante el transcurso de la Tercera Guerra Mundial al obtener ganancias gracias a la compra venta de armamento. Estas familias adineradas ya no vivían en la ciudad, donde vivían las gentes menos favorecidas, sino en grandes mansiones construidas a las afueras, una de las cuales, la de los Drevox, sería el escenario de un suceso muy extraño. — Esto es muy aburrido. — les confesó Elena a sus amigas cuando el último de los invitados, todos mayores que ella, le hubo presentado sus respetos y se hubo marchado para hablar con el señor Drevox. — La verdad es que preferiría estar moviendo el esqueleto en una de esas discotecas que hay desperdigadas por la ciudad. — ¿Con la chusma? — le preguntó una asombrada Tina, la más adaptada de las tres amigas a ese estilo de vida de nobleza. — Tal vez coquetear con algún chico y…dejar que la naturaleza siga su curso. — continuó Elena sin hacer caso de su amiga. — Aquí todos son hombre de negocios nada atractivos, gordos y calvos. — No todos. — puntualizó Ángela, señalando a un joven que se acercaba a ellas. Desde luego que aquel hombre no era como ninguno de los demás invitados de la fiesta a pesar de que iba vestido con traje de etiqueta como ellos, pues debía de tener únicamente un año más que las chicas. Llevaba su largo cabello, rojo como la sangre, recogido en una cola de caballo. “Que guapo es.” pensó la cumpleañera, que alejó a sus amigas a empujones y se preparó para recibir las felicitaciones de aquel desconocido. — Felicidades por su cumpleaños, señorita Drevox. — dijo el pelirrojo, cuya voz parecía tener un efecto hipnótico, haciendo una ligera reverencia ante la chica. — Puedes llamarme…Elena. — le concedió la homenajeada, atrapada por dos ojos inhumanos pero no por ello menos atrayentes. — ¿Quién eres tú? No recuerdo haberte visto nunca en ninguna de las recepciones de mi padre. — Mi nombre es Fausto y soy el hijo de un antiguo compañero del señor Drevox que trabajó a su lado durante el envío de armas a las tropas instaladas en Alemania. — respondió el invitado. — Él deseaba venir pero recibió un mensaje urgente de Washington y me pidió que acudiera a la fiesta en su lugar. Y me alegro de haber aceptado su proposición porque me he encontrado con una chica muy bella. — Seguro que hablas de mis joyas. — replicó Elena, completamente sonrojada, deslizando los dedos sobre su collar, sus anillos y sus pendientes. — Del mismo modo que una urraca es atraída por los brillos, yo he sido atraído por ti, Elena. — declaró Fausto. Miró a su alrededor y preguntó: — ¿No te aburres en un ambiente semejante? ¿No te gustaría divertirte de verdad el día de tu cumpleaños? — ¿Haciendo qué? — le preguntó Elena, cuyo corazón parecía a punto de explotar de lo fuerte que latía. El pelirrojo sonrió pícaramente y respondió: — Lo que tú quieras. Claro que necesitaríamos estar en un lugar más privado. Esas eran las palabras que la joven Drevox había estado esperando desde que comenzara aquella corta conversación. Dándole las gracias al cielo, les hizo un gesto de aprobación a sus amigas y guío al atractivo Fausto hasta su habitación sin que nadie se percatara de ello. Nadie se dio cuenta de que la homenajeada había desaparecido hasta que su padre la llamó al escenario para el discurso anual. Tras comprobar que no se encontraba en el gran salón, el señor Drevox se dirigió a la habitación de la chica, horrorizándose al encontrarla desnuda en la cama y fumando un cigarro con una sonrisa de satisfacción. — ¡Padre! — chilló Elena tapando su desnudez con las sábanas. — ¡No me digas que tú has…! — empezó a gritar su padre acercándose a ella con la mano levantada para castigarla. Lo único que salvó a la hija de la mayor azotaina de su vida fue la visión de los joyeros abiertos y las alhajas desaparecidas. El señor Drevox estaba furioso. No era sólo que Elena se hubiese dejado embaucar para comportarse como una fulana, sino que la muy estúpida se había dejado engañar por un ladrón. — ¡Guardias! Fausto caminaba hacia la salida muy orgulloso de sí mismo cuando todas las alarmas de la mansión saltaron y los guardias comenzaron a movilizarse. La diversión sólo acababa de comenzar. Diccionario del alquimista.Tomo 3. Los símbolos alquímicos, llamados también sellos, ocupan desde figuras geométricas hasta complejas imágenes metafóricas. Cada símbolo tiene un significado propio, la mayoría relacionados con los elementos naturales. Los novas canalizan su energía a través de los símbolos alquímicos para producir un determinado efecto sobre los elementos representados por esos símbolos, los cuales pueden combinarse de diferentes formas para dar lugar a nuevos elementos. Por ejemplo, en este capítulo vemos que Albor combina el símbolo de la tierra con el del agua para dar lugar al elemento vegetal, permitiéndole ejercer influencia sobre el reino de las plantas.
Hola de nuevo lupus, ahora vengo a comentar un poco más jajaja. Ahora mmm no resolviste ninguna duda mía, pero igual sabías lo que pondrías ¬¬ Por fin vimos que Eva sacó al exterior uno de sus poderes *no creo que sea el máximo sería muy poco*, vimos a Moros intentando matar a ambas familias, lo cual ya sabíamos que pasaría, sin embargo aún queda decir que Albor escondió los documentos, pero, ¿por qué en una caja fuerte?, no me parece el lugar más correcto para guardar una cosa de tal magnitud, no, lo más seguro es que hay sido una copia o algo falso. Me sorprende la manera en que Eva aprende tan rápido, y tiene poderes incluso más especiales que los de los propios alquimistas, además de que su inteligencia sobrepasa muchas cosas, wow ¿siempre eres así lupus? Ahora queda lo de Fausto, no sé por qué, pero está actuando de una manera independiente, ¿o alguien lo está controlando para que realice ordenes?, en especial porque se coló a la fiesta de la chica y además robó cosas de valor, ¬¬ ¿está intentando encontrar algo, o conseguir dinero?, no entiendo del todo su comportamiento. Las escenas del ataque a Albor y su familia, fueron buenas, me recordaron a las peleas de Naruto jajaja con un toque Fullmetalishero jajaja, junto con la combinación de tales elementos que hacen surgir otros, aunque eso ya es... y la acción nunca debe faltar, porque me tenías amarrada a la silla jajaja. Me intriga Katrina, no sé por qué, pero hay algo en su manera de ser y también el por qué de su rescate es algo inquietante, ne fin leeré el próx. cap para saberlo. Gracias por la invitación, nos vemos depués n.n
Pues, bieeen ficticio, eh, eso de estar diseñando un fertilizante y de pronto, ¡plum! Sin más ni más “uy, me salió un ser humano” jaja, no está muy bien pensado aún... por lo que espero que ya hayas preparado o que prepares una muy buena explicación para todo ese asunto, aunque no es ninguna explicación, siempre puedes copiarte de historias que ya existen y decir cosas como que “el alquimista derramó por casualidad unas gotas de sustancia-X a su infusión de azúcar, flores y muchos colores”, pero en si está buena la historia, me agrada. Tengo que decirte, que en primera instancia no me agradó mucho que la hayas estado ambientando en un ambiente militar, con cuartos de pruebas científico-alquimistas (), y un elicoptero en el que muere un profesor bajo situaciones que involucran intereses gubernamentales no muy claros, es que como ya he dicho en la historia de “Digimon Alemán”, toda la onda que tenga que ver con guerras armamentistas, en su más clara esencia, no me agrada mucho. Punto a tu favor haber creado una linda mutante con atributos herbarios que involucre a la vida, fertilidad, tierra y naturaleza, en contraposición a nuestro protagonista con sabores de guerra, maquinarias, artificialidad y destrucción; a lo que tengo que decir... no se si lo habrás diseñado todo de ese modo, pero te salió la perfecta contraposición héroe, anti-heroe y después de escribir estas palabras se me ocurren millones de cosas interesantes que podrías hacer con tu historia, pero no diré ninguna, porque no quiero arruinar tu originalidad. >>>LEYENDO EL SEGUNDO CAPÍTULO, LEYENDO... Oh nooo, lo hiciste, la combinación, madre de la criatura botánica es... ¡desconocida!, no pudiste haberlo hecho así!... pero eso es lo que dice , como sea, el que uno de los personajes se llame Carlos no me va a amarrar a tu historia por el resto de mi vida, eh (jojojo). Y vaya, el gran interés repentino que la mujer artificial tiene por sus piernas, pies, y sus primeros intentos por caminar me traen a la memoria, rápidamente, esa escena en la que Ariel camina por primera fuera del mar en el conocido largometraje de las industrias Disney, “La Pequeña Sirenita” (jojojo), esperemos pues, que no te quedes cortos de ideas y termines haciendo que ella se enamore de un mortal llamado “Erick”. ¿Un teléfono?, vaya, la mataste, ahora me siento viendo “Alf”. Támesis, mmmm, una locación real, vaya, interesante desafío a tu cultura. En fin, me parece que va bien la idea, has escogido muy bien los sucesos que han ido pasando, aunque me parece que el segmento en el que das a conocer a Nemesis, le has dado demasiado texto a “los malos”, y me da la impresión que se te están escurriendo demasiados datos importantes, como lo de la sangre del alquimista, el hombre espectral oculto tras una capucha, y todo eso sumado a ese comentario del alma que se divide me ha hecho acordar ya a Harry Potter, pero quiero creer que es sólo mi imaginación (jojo). Como desde el principio, la historia va por buen camino, espero saber pronto que naturaleza tendrá la relación entre los dos vivos artificiales del inicio, y que tipo de batallas ofrecerás entre todos ellos, porque por el momento, me parece que debería de ir contando a cuatro de estos seres.
Hola, gracias por avisarme :3 ha estado muyyy buenoo, emocionante!!! sobre todo la pelea entre Moros y Albor Silver, que bueno que Eva pudo proteger a la familia y que este aprendiendo tan rápido, sin duda espero que sea de mucha ayuda para ellos, estuvo muy bien descrito y atrapante :3. Por otra parte ya suponía que Fausto tendría que volver a aparecer aunque esta vez fue más sutil, ya sabe expresarse y controlarse, y sin duda es más fuerte, aunque esa chica fue muy fácil de engañar para las estrategias de Fausto, pero su aparición me dejo con muchas interrogantes y con curiosidad :3, pero continues así de bien, me ha encantado. Saludos!!!
Hola Lupus n.n bueno, a ver, primero que mal hizo Albor a llevarse esos documentos a su casa, primero ya que sabia que eran sumamente peligrosos e hizo caso omiso, o simplemente por esa razon decidio llevarselos el... despues lo de Eva, es estupendo como aprende tan rapido, al igual que cuando saco sus poderes para salvar a su familia de los ataques de Moro. después esta el tema de Fauso, osea que onda con ese, yo pensé que solo le interesaba matar pero veo que no es así, ya que se apareció en la fiesta haciéndose pasar por otra persona, pero para que robo las joyas?para tener dinero? ya que yo me acuerde vos aclaraste que Ithan le dio voluntad propia asi que no creo que lo estén controlando...o capas que si, habría que verlo... cada ves esta mas enrredado, claro para mi, ya que se plantean mas misterios y aparecen nuevas cosas...pero bueno eso es lo interesante no?n.n avisame de la conti, chaito!!
Gracias por avisar. Bien, ahora pasando al capítulo, me parece interesante que los poderes de Eva estén despertando, también que dejaste más que claro que estos van como... evolucionando con el tiempo. Me quedé algo pensativa al ver que habían pasado cinco meses y Albor y su familia seguían a salvo, pensé que Maki actuaría enseguida, pero ahora veo que decidió dejar pasar cierto tiempo. Oh sí, esto parece estar haciendose más interesante con dos personajes nuevos. Dante y Katrina, al parecer la importante en todo caso sería Katrina porque si mal no entendí Dante es su mayordomo. Me encantó su entrada, más que todo porque nos diste una apariencia física de Katrina la cual la hace ver rebelde. Y por último, ¡Fausto apareció de nuevo! Me ha gustado mucho volver a leer de él, al parecer ya aprendió a como comportarse como un ser humano sin estar de matón. Pero por lo que se ve, necesitaba dinero, ¿ira a algún lugar en especial? ¿tiene a alguien en mente? Amo esa personalidad tan intrigante de él. Sin más que decir, espero leer pronto la siguiente continuación. Cuídate.
Capítulo 5: Un tablero de ajedrez de tamaño mundial. Junto con las alarmas, los dispositivos de seguridad se activaron con la orden del señor Drevox y sellaron todas las ventanas y puertas con placas de duro acero. — Parece que no me va a ser fácil salir de aquí. — susurró Fausto cuando tres guardias bloquearon su camino hacia la escalera que conducía a la puerta principal. — Eso es lo que deben de pensar estos idiotas. — ¡Deténgase y ponga las manos sobre la cabeza! — le ordenó uno de los guardias apuntándole al pecho con su arma. Moviéndose a una velocidad prácticamente imposible de seguir, Fausto les arrebató las armas y les dejó inconscientes con sendos golpes en la nuca. Pero un gran grupo de vigilantes apareció a su espalda en el mismo instante en que el último de los tres primeros guardias caía al suelo derrotado. — ¡Ríndete! — gritaron los nuevos guardias, todos armados con ametralladoras. — ¡Pon las manos donde podamos verlas! — Como queráis. — replicó el pelirrojo alzando las manos. Para sorpresa de los guardias, un gran rayo surgió de las puntas de los dedos del ladrón y se estrelló contra el techo provocando un violento derrumbamiento de la estructura sobre ellos. — Si me disculpáis, tengo asuntos que atender en la ciudad. — se burló Fausto dándoles la espalda y comenzando a descender la escalera. No pudo llegar al último peldaño antes de que el grupo de guardias que le estaba esperando en la planta baja descargara sobre su cuerpo una lluvia de balas de ametralladoras. Sin embargo, el ataque sólo logró dejar en mal estado el esmoquin de Fausto, cuyas heridas se cerraron al instante reduciendo a simple polvo las balas que habían perforado su carne. — ¡¿Qué demonios eres tú?! — gritó el líder del grupo, aterrorizado ante la evidente inmunidad del ladrón a sus disparos. Mostrando sus afilados incisivos en una siniestra sonrisa, Fausto apoyó sus manos en los pasamanos de la escalera, cuyos materiales comenzaron a desprender un brillo carmesí. — Tú mismo has contestado a tu pregunta. — declaró desatando una repentina ráfaga de energía. Tanto el metal de las barandillas como la piedra de los peldaños, irradiados por la energía del pelirrojo, transmutaron en una corriente de arena que engulló a los asombrados soldados y despejó el camino hacia la salida. Lo único que se interponía entre la puerta y el joven era la cubierta de acero de cincuenta centímetros de espesor. — Esto es como un juego de niños. — susurró Fausto, de cuyo cuerpo volvió a surgir una ráfaga de energía. Toda la planta baja de la mansión se estremeció y se vio asolada por el desagradable sonido del metal combándose, pues la energía de la creación de Ithan empezó a ejercer una fuerte presión sobre la placa que bloqueaba el camino. Finalmente, tras unos minutos doblándose y chirriando, la placa salió disparada hacia el exterior de la casa llevándose una gran parte de la pared y de la puerta consigo. Pero las dificultades no acabaron ahí, pues el señor Drevox había colocado guardias ocultos en el bosque que rodeaba la mansión. — Como despilfarra el dinero ese hombre. — comentó el pelirrojo mientras se preparaba para atacar a los hombres armados. No necesitó desatar su fuerza contra los soldados, pues una oscura figura recorrió las filas enemigas a gran velocidad. Las heridas aparecían sobre los cuerpos de los guardias como si fuesen producidas por cuchillas invisibles. — No era necesario que intervinieses, Jared. — le dijo Fausto a su recién llegado compañero. — Sabes perfectamente que podía yo solo contra estos insectos. — ¿Qué te cuesta darme las gracias? — le preguntó Jared, sorprendiendo a los heridos con su aspecto al exponerse a la luz proveniente de la mansión. Bajo la luz artificial, la piel del compañero de Fausto se mostraba cubierta por un espeso pelaje dorado cubierto de motas negras. Reluciendo en el centro de dos círculos negros semejantes a prominentes ojeras, unos ojos felinos observaban con atención los alrededores. Pero los rasgos que más llaman la atención de la gente eran sus finos bigotes de gato, la larga cola y las garras felinas. Para cualquier persona que hubiese oído hablar de ese tipo de seres, estaba más que claro lo que era Jared: una quimera humana. — No te quejes tanto, compañero. — se burló Fausto caminando por encima de los heridos junto con el hombre-leopardo. — Zarpas no arma tanto escándalo a la hora de trabajar. — ¡Porque ese chucho espera a que le lances un hueso o algo así! — replicó Jared, que siempre se ponía nervioso cuando le comparaban con su amigo de la infancia. Como si estuviera furioso por aquel comentario, una camioneta apareció por el camino que conectaba la mansión con la ciudad llenando el aire nocturno con el rugido del motor. — ¡¿A quién has llamado chucho?! — le gritó un enfurecido Zarpas, el conductor del vehículo de escapada, a Jared. Al igual que su amigo, Zarpas, cuyo verdadero nombre era Joseph, era una quimera humana. Lo que les diferenciaba era el animal del que poseían características, siendo el de Jared un leopardo y el de Zarpas un lobo de pelaje negro y ojos plateados. — Creo que está bastante claro que a ti, Lassie. — respondió Jared, cruzándose de brazos y mirando con fiereza al hombre-lobo. — ¡A mí no me llames como a esa perra! — gritó Zarpas dándole golpes en el pecho con sus garras. — ¡Tú no eres más que un minino! Una de las consecuencias de que Jared se convirtiese en un hombre-leopardo fue la adquisición del don de entender el lenguaje felino, y parecía ser que los felinos se sentían muy humillados cuando los humanos utilizaban la palabra “minino”, característica que Jared también había adquirido. — ¡Un mano a mano entre tú y yo, Zarpas! — rugió poniéndose a cuatro patas y preparándose para atacar. — Desde luego. — corroboró el hombre-lobo con una feroz sonrisa, imitando la postura de ataque de su amigo. — Da igual lo rápido que seas, pues mi fuerza es mayor que la tuya. — Damiselas, dejad vuestras riñas para un momento más apropiado porque tenemos compañía. — les ordenó Fausto refiriéndose al grupo de coches patrulla que se acercaban a la mansión. — ¡Es la pasma! — exclamó Zarpas. — ¡Si nos atrapan, acabaremos en el trullo! — ¿Pasma? ¿Trullo? — preguntó Jared, tan burlón como siempre. — ¿A qué viene esa jerga callejera, Lassie? Zarpas le mostró los colmillos dispuesto a abalanzarse sobre él, pero Fausto le interrumpió encargándole que se ocupara de los coches de policía mientras Jared y él preparaban la camioneta para huir. — Deleitaré sus oídos con mi voz de cantante. — declaró la quimera, haciendo crujir sus nudillos como si se preparara para hacer algo muy pesado. Tomó una gran cantidad de aire y lo retuvo hasta que estuvo seguro de que los coches patrullas estuvieran lo bastante cerca como para escuchar su voz. Fue entonces cuando soltó todo el aire en un poderoso aullido que estremeció el aire nocturno e hizo que todos los animales del bosque, cuyos árboles comenzaban a fragmentarse por la vibración del sonido, huyeran despavoridos. La intensidad del aullido provocó que las ventanas de la mansión estallaran y grandes fragmentos de la estructura se desprendieran de la zona ya dañada por Fausto. Más importante fue su efecto sobre los coches patrulla, que chocaron entre ellos ya que sus conductores tuvieron que protegerse de la lluvia de cristales. El resultado de todo aquello fue una inmensa explosión que engulló a todos los policías que el cuartel había mandado para ocuparse del robo de las joyas. — Debería haberme dedicado a la ópera. — les dijo a sus compañeros, sentándose en el asiento del conductor y pisando el acelerador al máximo para huir lo más rápidamente posible. — ¿Te has hecho con las joyas, Fausto? El pelirrojo asintió y se recostó en la parte trasera de la furgoneta, habilitada para que se pudiera viajar cómodamente, para descansar. — Este ligón se ha llevado las joyas y algo más. — añadió Jared, nuevamente enfurruñado. — ¿Por qué no le cuesta nada llevarse a las chicas a la cama siendo un asesino que destruyó un archipiélago entero? Nosotros no logramos nada; sólo conseguimos decepción. — Es imposible que ninguna chica se fije en nosotros siendo quimeras. — afirmó Zarpas con tristeza. Los dos amigos suspiraron y pasaron el resto del trayecto a Nueva York en silencio. Con un vago movimiento de sus esqueléticas manos, Maki arrojó una fuerte bala de aire contra Carl, que se vio estrellado contra un muro de la sala y cayó al suelo escupiendo sangre. — Creo que sabes perfectamente que no tolero los fallos, Carl. — susurró el encapuchado mientras se paseaba con dificultad alrededor de su vasallo. — Una vez más has fallado en esa tarea y una vez más vas a ser víctima de un castigo ejemplar. Delante de sus creaciones, Maki hizo que el humano saliera disparado hacia el techo y volviera a caer con violencia contra el suelo. Un estremecimiento de la densa capa que cubría el cuerpo del alquimista dejó a la vista que se lo estaba pasando en grande castigando a Carl por su fracaso. — S-señor, yo…estaba convencido de que…esta vez la encontraría…— susurró éste, tratando de resistir el dolor. Su señor volvió a hacerle levitar y le obligó a extender los brazos y las piernas, del mismo modo en que un titiritero obliga a sus marionetas a moverse. — Pues parece que te equivocaste, Carl. — susurró con voz amenazante. — ¿Cuántas veces has fallado en esta misión tan importante, chico? ¿No te había dejado bien claro que encontrarlos era muy importante para mí, para mi misión? — M-muchas, mi señor. — respondió el vasallo, que abrió los ojos al sentir que los huesos de su brazo derecho se retorcían dolorosamente bajo el poder de Maki. — Exacto, Carl. — corroboró el alquimista con furor, volviéndose para que los demás supiesen que sus palabras iban para todos ellos. — Estoy jugando una delicada partida de ajedrez contra Thelos en la que el propio mundo es el tablero. Todo movimiento es esencial y debe ser calculado con precisión, pues un simple fallo puede darle al enemigo la ventaja que necesita. Carl dejó escapar un grito desgarrador cuando sus huesos se rompieron y los fragmentos atravesaron su carne. Respirando agitadamente, libre de la fuerza de su maestro, cayó al suelo tapándose la perforación con la mano izquierda. — Dejaré que sigas viviendo como recompensa por tus largos años de leal servicio, Carl. — le informó Maki, que se había vuelto a sentar en su sillón. — Sin embargo, tu vida llegará a su fin en cuanto cometas el más ligero error en tus próximas misiones. — G-gracias, señor. — susurró el humano, cuyo rostro estaba contraído por el dolor. En ese momento, Moros traspasó el umbral de la puerta cargando una caja fuerte de color verde. Por algún extraño motivo, parecía procurar no tocar directamente el metal, pues llevaba el objeto envuelto en su capa. — Rebusqué por toda la casa de los Silver y llegué a la conclusión de que el Proyecto Phoenix sólo puede estar dentro de esto. — les explicó a su maestro y a sus compañeros. — Sin embargo, el herborista utilizó un sello para que nadie más que él pudiese abrirla de ningún modo. Maki se incorporó y trató de abrir la caja extendiendo sus quebradizos dedos, viéndose rápidamente obligado a apartarse cuando el sello del alquimista le lanzó una descarga eléctrica. — Realmente he subestimado a Albor Silver, que ha tomado muchas precauciones contra un posible robo. — reconoció al comprobar que no podrían abrirla por sus propios medios. — Está muy claro que Albor Silver es el único que podrá recuperar los planos del Proyecto Phoenix. ¿He de suponer que no has logrado capturarle, Moros? El aludido se estremeció ante la invisible pero furiosa mirada de su maestro y se apresuró a justificar aquel fracaso, pues también había sido enviado para tomar la sangre del alquimista: — Estaba a punto de acabar con Albor Silver, señor, cuando dos alquimistas aparecieron y se lo llevaron junto con su familia. — ¿Quiénes eran? — gruñó Maki. — Creo recordar que se llamaban…Dante y Katrina. Todos los presentes pudieron sentir como la energía del encapuchado se disparaba repentinamente, señal de que la respuesta de Moros le había pillado por sorpresa. Por alguna razón desconocida, parecía que la aparición en escena de aquellas personas no era buena señal. A pesar del horrible dolor de su brazo derecho, Carl se levantó del suelo con una sonrisa de satisfacción al saber que él no era el único que había fallado en su misión. — Veo que tú también vas a contribuir al mal humor de Maki. — se burló de Moros, que le arrojó una ráfaga de aire cortante. Reuniendo las fuerzas que le quedaban tras recibir el castigo de su señor, Carl se arrojó al suelo para esquivar la ráfaga, que fue a chocar contra el recipiente donde se estaba desarrollando la nueva creación de su líder. El ataque hizo pedazos el cristal del cilindro y derramó su contenido al tiempo que cortaba de arriba abajo a la criatura, que ya había adoptado una forma cercana a la humana. “¡Ahora sí que la han hecho buena!” pensó Némesis esperando que Maki desatara su furia sobre sus dos estúpidos compañeros. Sin embargo, el alquimista encapuchado permaneció tranquilamente sentado en su sillón aunque su creación hubiese sido destruida antes de completar su crecimiento. Los demás pensaban que el nuevo homúnculo estaba muerto por el ataque de Moros pero pronto comprobaron que no sólo no estaba muerto, sino que las dos mitades de su cuerpo dieron lugar a dos mellizos, un niño y una niña de ojos grises y cabello blanco. — ¿Quiénes sois vosotros? — les preguntó Phobos a los gemelos. — Nuestro nombre es… — empezó a decir la niña con expresión ausente. —…Géminis. — concluyó su hermano, cuyo rostro, al igual que el de su hermana, no mostraba ninguna emoción. Dejando a un lado el interés que aquel extraño fenómeno había despertado en su interior, Maki se dispuso a dar órdenes a diestro y siniestro. La repentina aparición de Dante y Katrina era un claro indicio de que Thelos estaba moviendo sus fichas, y no estaba dispuesto a permitir que los años de continuos esfuerzos se vieran reducidos a simple cenizas por la acción de su viejo enemigo. — Némesis, quiero que guíes a Phobos y a varias quimeras hasta el escondrijo de los Silver y que les captures a todos. — le ordenó a la única mujer del grupo de homúnculos antes de comenzar a marcharse de la sala. — No creo que te resulte demasiado difícil poseyendo esa capacidad de sentir la energía alquímica de otras personas. — Sí, maestro. — aceptó Némesis a pesar de lo mal que lo pasaba durante los viajes, sobre todo cuando iba con Phobos, un silencioso y aburrido compañero. Acto seguido se volvió hacia el herido Carl y Moros. — En cuanto tu brazo se haya recuperado, partirás con Moros para continuar la búsqueda del grimorio que ese maldito Nicolás Flamel me robó. — decreto tratando de contener la ira que seguía sintiendo por los fracasos de sus vasallos. — No toleraré ningún otro error por vuestra parte. — Como usted ordene, maestro. — respondieron humano y homúnculo al unísono. Tomando su bastón, Maki se acercó a Géminis para estudiar a los dos hermanos. Le intrigaba el hecho de que su idea de crear otro homúnculo hubiese resultado en el nacimiento de dos hermanos mellizos. Supuso que el fragmento de alma que había sacrificado en el proceso presintió el peligro y se escindió en dos pedazos para animar las dos mitades del cuerpo físico, destrozado por el ataque de Moros. “No son hermanos mellizos, sino una entidad que habita en dos cuerpos diferentes.” comprendió el alquimista al recordar que se habían aplicado el nombre de Géminis a los dos. Oculta bajo la capucha, una oscura sonrisa se dibujó en su rostro. “Será interesante comprobar sus capacidades. Si Némesis y Phobos logran capturar a Albor Silver y a sus seres cercanos, podríamos usarlos de conejillos de indias.” Sus reflexiones se vieron interrumpidas por un poderoso rugido proveniente de la bestia a la que tenían encerrada en lo más profundo de la fortaleza. — Esa quimera tiene un poderoso instinto de batalla. — susurró el alquimista, que a veces se asombraba a sí mismo con sus creaciones. — Creo que deberemos sacrificar algunos prisioneros para que se entretenga un poco. Diccionario del alquimista.Tomo 4. Con la aparición de los novas y el temor de que la guerra se extendiera indefinidamente, se llevaron a cabo numerosos experimentos con el fin de crear armas biológicas que no afectasen a toda la población. Con ese fin, algunos alquimistas utilizaron las transmutaciones para alterar la fisiología de los seres vivos y convertirlos en armas de guerra. Se crearon de ese modo quimeras animales, cuyos cuerpos estaban compuestos por partes anatómicas de diferentes bestias o modificados para ser más feroces y letales. Durante la guerra, muchos niños quedaron huérfanos y desamparados, recorriendo las ruinas de las ciudades mientras el hambre y la miseria carcomían sus vidas. Llevados por el deseo de superar los límites establecidos y eliminar las debilidades humanas, algunos novas convencieron a esos niños que lo habían perdido todo para que se sometieran a diferentes experimentos alquímicos a cambio de comida y un refugio seguro, algo que aceptaron sin dudarlo ni un momento. El resultado fue la aparición de las quimeras humanas, personas combinadas genéticamente con animales mediante la alquimia. Estas prácticas fueron prohibidas por los gobiernos debido a que muy pocos niños toleraban la transmutación y morían violentamente en el proceso. Sin embargo, corrompidos por el deseo de ser más poderosos que sus competidores, algunos novas, protegidos por el anonimato, continuaron realizando estos experimentos, logrando algunos éxitos.
asdasdasd poderes que se van desarrollando, uno de mis personajes favoritos es eva, una quimera?? amo las quimeras muajajaja eso me recordó a una aventurilla que tuve con un grupo musicla llamado ensamble quimera ._. a ver, mmmm asdasdasd ya quiero leer mças esa quimera *¬* lo amo espero conti pronto muajajajaja perdón por no comentar antes♥ prometo comentar todo, me estare otro ratito conectada, ya que no tardo en irme a recostar =.= gracias por avisar, espero ver peleas, MUCHAS PELEAS. te espero♥
Cielos me ha tomado un buen leeme hasta lo ultimo,Que decir de la batallas de alquimia,en verdad emocionantes,me gusto la gran cantidad de ataques que se hicieron,esta historia es de las mas complejas que has escrito(segun yo) pues en cada cap aparecen y aparecen mas personajes que estoy dandome cuenta que sabes como darles a cada uno la participacion adecuada,Fausto un don juan sinverguenza y creo haber visto a cierto par que se me hizo conocido con sus compinches las quimeras pero now problem XD XD XD,Eva tambien al parecer tiene un gran cantidad de sorpresas guardadas,disculpame por no pasarme antes tratare de hacerlo con mas frecuecnia ok hasta el proximo cap....
Konichiwa!! bueno creo que este fue el capitulo mas largo, pero por lo menos se aclaran algunas cosas y aparecen nuevos personajes, por ejemplo las dos quimeras compañeras de Fausto, que por cierto es un creido importante, y la aparicion de los dos mellisos, o entidad, ya que es una en dos cuerpos...y por cierto que clase de quimera tiene escondida Maki?? ademas el hecho de que Dante y Katrina trabajan para Tehlos que parece ser un viejo enemigo de Maki, y al igual el hecho de que Nicolas le aya robado un diario, de cierta forma las cosas se van uniendo a medida que avanzan los capitulos...va eso creo yo... bueno, cuando subas la conti avisame si n.n...chao!!
Capítulo 6:Revelaciones. El maquiavélico titiritero llamado Maki. Tras haber rescatado a los Silver y a los Flamel, los helicópteros comandados por Dante y Katrina abandonaron el espacio aéreo de Inglaterra y sobrevolaron el océano Atlántico, pues ya no podrían vivir tranquilamente en aquel país. Aún así, las constantes quejas y preguntas las mujeres y los niños no estaban ayudando en nada a que el viaje se llevara a cabo pacíficamente. — ¡Si no os calláis, os arranco la lengua! — chilló Katrina, harta del jaleo. El aspecto físico de la chica no era el de una joven dulce y amable, por lo que nadie puso en duda que pudiera llevar a cabo la amenaza. El temor logró acallar los llantos y las preguntas al instante de que la amenaza fuese pronunciada. — No creo que sea necesario comportarse de ese modo para imponer orden, chiquilla. — le recriminó Dante. Katrina le sacó la lengua y replicó: — Eres demasiado blando y permisivo. Acto seguido se colocó unos tapones para los oídos, se recostó contra el respaldo de su asiento y cerró los ojos para tratar de dormir. — Disculpad su comportamiento. — les pidió Dante al asustado grupo. — Esta chica prácticamente ha nacido de la guerra y ha desarrollado una personalidad muy violenta con el paso del tiempo. Espero que podáis comprenderlo. — Es comprensible. — se apresuró a replicar Albor. — Sin embargo, quedan algunas incógnitas por resolver, ¿no le parece? Como sobre quiénes sois vosotros, cómo sabíais que estábamos siendo atacados y quién, o qué, era ese tal Moros. Su salvador extrajo un paquete de cigarrillos y encendió uno para poder relajarse y contar la historia con tranquilidad. — Creo que comenzaré con la última pregunta que has hecho, Albor Silver. — declaró abriendo la ventana para dejar que el humo del tabaco escapase. — Moros es lo que en alquimia se conoce como homúnculo. — ¡Eso es imposible! —exclamó el herborista, repentinamente sobresaltado al escuchar esa palabra. — ¿Qué es eso? — preguntó Nicolás, que ya se imaginaba que la conversación iba a ser complicada de seguir. — Un homúnculo es, en pocas palabras, un “ser humano” creado mediante una transmutación alquímica. — le explicó Dante, que utilizó la expresión ser humano como si lo pusiera en duda. — La reacción de Albor no es inesperada, pues ningún alquimista esperaría encontrarse con una de esas criaturas, pues su creación fue prohibida hace muchos años, muchos más antes de que estallase la Primera Guerra Mundial. De hecho, muchos trataron de crear homúnculos, ya que el éxito en esa misión daría a conocer a los alquimistas como humanos que poseían en sus manos el poder del Creador de dar la vida. >> Por supuesto, todos aquellos intentos terminaron en fracaso, y pronto se llegó a la conclusión de que un humano no podía crear a un semejante sin recurrir a los métodos convencionales. Hasta el comienzo del Renacimiento, se pensaba que era imposible crear un homúnculo. << — Entonces es imposible que ese Moros fuese un homúnculo. — intervino Nicolás. — A menos que ocurriese algo al comienzo del Renacimiento. — matizó su amigo, que ya sospechaba el rumbo que estaba tomando la historia. — Alguien logró hacer lo que se había considerado imposible durante siglos, ¿verdad? — Así es. — afirmó Dante mientras expulsaba una ráfaga de humo de las fosas nasales. — Al comienzo del Renacimiento, exactamente el 24 de septiembre de 1541, el primer homúnculo de la historia fue creado. Curiosamente, ese mismo día tuvo lugar la muerte de un hombre en extrañas circunstancias en la ciudad de Salzburgo. Ese hombre era… — Theophrastus Phillipus Aureolus Bombastus von Hohemheim. — concluyó el herborista. — Nunca había oído hablar de nadie con semejante nombre. — dijo Helen. — Porque gran parte del mundo le conoce por el apodo con el que él mismo se dio a conocer: Paracelso. — explicó su encanecido salvador. — Todo el mundo sabe que era un médico de gran talento y genialidad, pero se ganó muchos enemigos cuyos trabajos criticó. Sobra decir que también era un alquimista de gran poder y sabiduría a pesar de que muchos le tildaban de estúpido e ingenuo. — ¿Qué tiene que ver lo del homúnculo con Paracelso? — le preguntó Albor. — Ese hombre murió el mismo día en que nació el homúnculo, así que no tiene sentido que él fuese su creador. — Al contrario, el hecho de que los dos sucesos tuvieran lugar el mismo día y en la misma ciudad permite deducir que Paracelso logró llevar a cabo una transmutación para crear un homúnculo. — se apresuró a replicar Dante, que arrojó el ya consumido cigarrillo al océano Atlántico y cerró la ventana para proteger a los pasajeros del frío viento matinal. — Al fin y al cabo, nadie logró descubrir las causas de la muerte de Paracelso, aunque muchos pensaron que había muerto intoxicado por los numerosos minerales con los que experimentaba. >> Podemos deducir entonces que Paracelso logró hallar la fórmula alquímica para crear un homúnculo. Incluso conocemos esa fórmula y sabemos que se requiere del alquimista su sangre, su esperma, parte de su fuerza vital y un fragmento de su alma. Todos esos elementos combinados a través de los símbolos alquímicos de la Tria Prima dan lugar a una criatura de aspecto humano pero cuyas facultades van más allá de las de la naturaleza humana. << “Que asco.” pensó Sandra al escuchar los elementos de la fórmula. — Sospechamos que Paracelso estuvo investigando sobre el modo de provocar una escisión en el alma, algo técnicamente imposible si tenemos en cuenta que el alma es un elemento intangible, durante el tiempo que no pasaba viajando por Europa para acudir a las conferencias de medicina. — continuó explicando Dante. — Debió de hallar el modo de hacerlo y trató de llevar a cabo la creación de un homúnculo el 24 de septiembre de 1541. Suponemos que logró llevarlo a cabo con éxito pero que la criatura resultante se llevó toda su energía vital, causando su extraña y desconocida muerte. Por supuesto que el homúnculo murió, pues su vida estaba sujeta a la del alquimista que le había entregado su alma y su energía. Nadie habló durante los siguientes minutos que siguieron a aquella revelación tan oscura y aterradora de la alquimia. Sin embargo, todavía quedaba por aclarar la relación entre ese suceso de hacía más de quinientos años y el ataque que había tenido lugar aquella noche. — ¿Quién logró hallar las anotaciones alquímicas de Paracelso y las está usando para crear homúnculos? — le preguntó Albor a Dante, pues ya había comprendido la conexión entre los dos eventos. — Un alquimista llamado Maki. — respondió la adormilada Katrina, que había estado escuchando la conversación fingiendo que dormía. — Nunca he oído hablar de ese hombre. — Ninguna persona fuera de nuestra organización ha oído hablar de él. — dijo Dante mientras tomaba un segundo cigarrillo del paquete. — Aún así, se trata de una persona de gran poder e influencia sobre el mundo que conocemos. No sé si habéis oído hablar del caso del virus X. — Como si fuese posible que nadie supiese de esa tragedia. — gruñó Nicolás. En torno a 2099, dos años antes del fin de la Tercera Guerra Mundial, una misteriosa enfermedad se extendió rápidamente por las islas de Indonesia acabando con el ochenta por ciento de la totalidad de la población, especialmente con niños y ancianos. A pesar de las estremecedoras imágenes de la catástrofe, nadie dudó que aquello fuera algo normal, pues el aumento de víctimas mortales en la guerra propició la aparición de numerosas enfermedades por diversas partes del mundo. — Todo el mundo pensó que el virus X fue resultado de una mutación de un virus ya existente, alterado por la gran cantidad de productos químicos utilizados en la guerra, pero eso no es así. — dijo Dante. — Durante el año anterior a la aparición del virus X, tuvo lugar una serie de desapariciones en la ciudad de San Francisco. Muchas familias se vieron destrozadas al descubrir que sus hijos pequeños habían desaparecido y que la policía no lograba aclarar aquel suceso. Helen se estremeció y abrazó con fuerza a Laurana y a Carlos, que dormían apoyados en su regazo por el agotamiento debido al susto del ataque, imaginándose lo mal que se debían de haber sentido aquellas pobres madres. — ¿Y qué relación tiene el virus X, que apareció un año después, con esas desapariciones? — les preguntó Eva a sus salvadores. — Nuestra organización descubrió una base secreta situada en medio de la selva amazónica y perteneciente a un alquimista llamado Paladio, que trabajaba en el desarrollo de armas biológicas. — respondió Katrina, tomando un rol más activo en la conversación. — En esa base, encerrados en celdas de aislamiento, había cientos de niños muertos por lo que parecía ser un virus letal. Los síntomas de la enfermedad causada por el extraño microorganismo reaparecieron misteriosamente un año después, en las lejanas islas de Indonesia. — ¡¿Estás diciendo que alguno de los países sudamericanos fue el responsable de la muerte de millones de personas?! — exclamó Sandra, horrorizada por aquella revelación. — Eso debió de pensar el gobierno de Estados Unidos, pues el presidente ordenó un bombardeo masivo contra Brasil, en cuyo territorio encontramos la base. — dijo Dante. — Sin embargo, los brasileños nunca admitieron haber ideado semejante arma, y nuestro señor, Thelos, buscó por todas partes a Paladio, encontrándolo muerto y seco de sangre en Argentina. Eso le hizo pensar que el gobierno de Brasil no había tenido nada que ver con el desarrollo del virus X y que el alquimista había actuado siguiendo las órdenes de otra organización. — Y el líder de esa organización es ese tal Maki. — dedujo Albor, que no podía creerse que alguien pudiese conspirar de esa forma. — Exactamente. — corroboró la chica de aspecto rebelde. — Pero no sólo fue el cerebro que ideó la creación del virus X, sino que se aseguró de que el gobierno de Estados Unidos descubriera que la base de Paladio se encontraba en Brasil para conseguir que… —…que estallase una batalla entre Estados Unidos y Brasil, en la que ésta última se vio claramente superada y devastada. — concluyó Dante, que ya iba a por su tercer cigarrillo. — No sabemos exactamente la razón por la que deseaba extender esa enemistad entre los dos países. Eva nunca había sentido tanta indignación y furia contra las acciones de los demás pero no podía dejar de pensar en lo que había oído sobre la sangre drenada de ese tal Paladio. Recuerdos de noticias parecidas regresaron a su mente para añadir más horror a la información recibida esa noche. — ¿Ese Maki…está volviendo a hacer lo mismo? — les preguntó a los dos alquimistas que les habían rescatado de ese homúnculo. — En estos meses he escuchado que varios alquimistas han muerto y que sus cuerpos han sido vaciados de sangre. Katrina mostró una sonrisa cínica y le comentó a Dante: — Esta chica es lista, compañero. — Tal y cómo sospechas, muchacha, Maki ha estado enviando a sus vasallos para asesinar a varios alquimistas y robar su sangre. — respondió el hombre de cabello blanco. — No conocemos la razón por la que drenan la sangre de sus víctimas pero sí sabemos que los alquimistas asesinados trabajaban en diversos proyectos de alto secreto comandados por sus gobiernos. — ¿Les habrán asesinado para obtener esos proyectos? — les preguntó Albor, que recordó los importantes planos que había dejado en su caja fuerte, en ese momento en manos de Moros. — Suponemos que sí, pues el día en que descubrimos la existencia de la base de Paladio no encontramos nada referente a los planos del virus X. De hecho, el laboratorio parecía haber sido registrado con violencia. Fue entonces cuando Helen sospechó la razón por la que habían sido atacados por uno de los hombres de Maki. Lanzándole miradas asesinas a su esposo, exclamó: — ¡¿No estarás involucrado en algún proyecto del gobierno?! — N-no, cariño. — tartamudeó el herborista. — Al menos, no directamente. — ¡¿Qué quieres decir con “no directamente”?! Asustado por el furor de su mujer, Albor se apresuró a relatar todo lo que había ocurrido entre Hiperión y Ash Firewave y el descubrimiento del Proyecto Phoenix. — Comprende, Helen, que no podíamos dejar unos planos semejantes por ahí. — se justificó mientras se encogía en su asiento. — ¡¿Y preferiste poner en peligro la integridad de tu familia llevándolos a casa?! Mientras la pareja discutía acaloradamente y el sol se alzaba iluminando el cielo con una luz carmesí, el piloto le comunicó a Dante que estaban a punto de entrar en el territorio aéreo de Estados Unidos, a lo que el alquimista vestido con traje de negocios replicó que activara el campo electromagnético para evitar ser detectados por los controles. — ¿Por qué tenemos que pasar desapercibidos ante el gobierno de Estados Unidos? — preguntó un curioso Nicolás. — He visto que estos helicópteros tienen el emblema del país grabado en las puertas, así que pertenecen al gobierno. — Por desgracia, Maki tiene numerosos espías entre los agentes del gobierno, por lo que no podemos fiarnos de nadie. — respondió Dante. — ¿Y por qué estamos volando en unos aparatos pertenecientes a un grupo en el que no confiáis? Katrina mostró una sonrisa traviesa y replicó: — Porque nosotros también tenemos nuestros propios infiltrados en el gobierno. Miles de kilómetros atrás, en un pequeño apartamento situado en el centro de Lyon, un hombre veía las noticias por la tele, donde una reportera hablaba de la reunión urgente de la Asamblea General de la INTERPOL para tratar el asunto de los extraños asesinatos de diferentes alquimistas en distintas regiones del mundo. Fue entonces cuando tomó su móvil, que había comenzado a sonar unos instantes antes, sabiendo que su maestro era el único que tenía su número. — ¿Está todo preparado? — le preguntó la dura voz de su líder al otro lado de la línea. — Sí, maestro Maki. — respondió el agente. — Supongo que ha llegado la hora de actuar. — Supones bien. Infíltrate en la reunión de los representantes de la INTERPOL y cumple con la misión que te he encomendado. — Así lo haré, señor. Cuando el alquimista hubo cortado la llamada, el agente guardó su móvil, tomó su maletín y cogió los documentos de identificación del representante de Grecia, al que había asesinado junto con su mujer y sus hijos, cuyos cuerpos se hallaban tendidos en el suelo. — Con permiso. — bromeó mientras saltaba por encima de los cuatro cadáveres y salía del apartamento para dirigirse al cuartel general de la INTERPOL. Si el plan Maki salía bien, algo de lo que estaba completamente convencido, esa poderosa organización de seguridad internacional desaparecería a las doce en punto de ese mismo día. Diccionario del alquimista.Tomo 5. Creados mediante procesos alquímicos, los homúnculos son entidades de apariencia semejante a la de un humano pero de facultades superiores. En la antigüedad se creía que serían seres amorfos y pequeños que se volverían contra su creador y huirían. Con la nueva alquimia y gracias a los descubrimientos de Paracelso, se es posible crear un homúnculo perfecto. Para ello es necesario mezclar esperma y sangre del alquimista en un recipiente lleno de agua. El creador del homúnculo debe ceder parte de su fuerza vital a la mezcla y un fragmento de su alma, dando como resultado un ser similar a un embrión que se irá desarrollando hasta formar a la criatura. Es necesario emplear el símbolo alquímico de la Tria Prima para transmitir la energía y el alma a la creación. A pesar de que esta receta es la correcta, muchos alquimistas han muerto al intentar llevar a cabo la creación de un homúnculo por no poseer la suficiente fuerza vital ni la resistencia espiritual necesaria para darle vida al nuevo ser. No obstante, Maki no sólo ha podido crear un homúnculo sin perder la vida, sino que ha creado varios de estos seres y parece ser capaz de seguir sacrificando partes de su alma y su energía para crear más vasallos. ¿Cuál es el secreto de esa fortaleza tan inhumana?
Hola Lupus n.n bueno tenias mucha razón con lo que dijiste sobre lo de Maki, si que es algo inhumano ese ser, primero crea un virus el cual causa estragos en un país matando a casi toda su población, pero en lo que mi concierne lo peor fue usar a esos niños como conejillos de india para sus experimentos, totalmente despreciable, no puedo creer que sea tan ruin de cometer todas atrocidades solo para lograr su cometido...el sujeto debe de ser alguien sumamente importante como para lograr todo eso, tener infiltrados en muchas organizaciones importantes, al igual que lograr que los Estados Unidos comenzara una batalla con Brasil... y con respecto lo que contaste sobre los humunculos, bueno eso si que es mas raro, supuestamente es algo bastante dificil de crear ya que conyeva muchas cosas hacerlo y puedes poner en riesgo tu propia vida, pero el tiene ya muchos subordinados...o quizas lo que lo ayuda a mantenerse todavia vivo es que el usa la sangre que roba de ciertos alquimistas para crear alguno de sus sirvientes, si es asi por lo menos un misterio de tantos queda resuelto, y si me equivoco, bueno entonces lo sabre mas adelante... esto si que se pone mas interesante cada ves que avansan los capitulos, avisame cuando lo actualices nuevamente...besos!!
MAKI♥ puedo entregar a mi hermanita menor para que le hagan experimentos? no me enojo si le hacen daño jajajajaja éste cap me recordó demasiado a eso de Albert Wesker y racon city. Me gusta lo que escribes. Quiero ver más a Fausto y a sus quimeras. En fin, gracias por avisarme, me es un gran placer el leerte. Me avisas cuando haya conti ;D
Hola, gracias por invitarme, esto cada vez se pone más emocionante :3, me dio risa en cierto modo la discusión de Albor y su esposa XD, y ese Maki si logra que su plan sea efectivo, uuu que pasara:3. En errores no me fijé porque la trama esta muy atrapante. Saludos!!