Violencia...

Re: Violencia...

Violencia
Segunda parte.
Capítulo 1: Una simple pelea, un abandono
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Los días pasaban y el juicio había tratado de quedar en el olvido, con sonrisas, juegos y carcajadas.

La relación de Sakuno y Ryoma había sido más cercana luego del juicio, pero poco a poco, el joven de orbes miel se dio por enterado de quien era realmente el que le gustaba a su amiga, así era, a ella le gustaba Eiji. Fue un golpe bajo para el, pero prefirió no decir nada y apoyarla en silencio.

Por la parte de Sakuno… su cabeza no pensaba nada más que en dejar algo que nose acordaba ni porque o por quien lo empezó. Si, estamos hablando del tenis.

Un nuevo día casi terminaba, tan solo le faltaban las practicas de tenis. Ya había pasado por la dirección en busca de los papeles que decían que se podía retirar del club sin ningún problema, igual, lo iba a meditar un poco…

Entro y cerró con cautela la reja para entrar a las canchas. Trató de ser lo más disimulada al entrar, iba retrasada, pero aún así la descubrieron.

-¡Ryuzaki! ¡Vamos, ya a correr como todas las demás!- Ordenaba la entrenadora.

Ella asintió y se dirigió a correr como todas las demás. Se adelantó para estar al lado de Ann y conversar un poco para no aburrirse en el transcurso.

Una vez terminadas todas las vueltas mandadas, la entrenadora se dispuso a hablar.

-Bueno, ya que muchas de ustedes han faltado la última semana por diversas razones, más que nada esto va a las titulares.-Remarcó con énfasis.- Quiero que tengan un partido con algunas de las “novatas”.

Todo el club femenino aceptó. La entrenadora iba mencionado las parejas, la única que rogaba que no le toque con Hideko era Sakuno.

Aquella joven intimidaba mucho a la de orbes rubí, la molestaba cada vez que podía y apuntaba con quitarle su puesto de titular que tanto le costó conseguir.

-Y por último Takemura Hideko con Ryuzaki Sakuno.-Terminó por decir las parejas.-Vamos niñas a practicar.
-“Hay no… Bueno es solo un partido que te puede hacer, aparte Hideko no te va a comer ¿O si?, no Sakuno que estas pensando. Vamos calma, yo se que puedes.”-Se decía a ella misma mientras caminaba hacía una de las canchas, hasta cuando sintió como una pelota rozaba su campera.-Pero que…-Dijo sin entender.

Alguien le había arrogado una pelota, ya se había dado cuenta de quien era.

-Hi-Hideko, ¿podemos llevar la fiesta en paz?, aunque sea solo por esta vez.-Suplicante pidió, su compañera no respondió y se puso del lado opuesto de la cancha.

Las pelotas que mandaba Hideko, iban todas a la cara de su superior.

-¡Basta!-Pidió en un grito Sakuno, haciendo que la volteen a ver todos.-No pienso jugar con alguien que me agreda.-Se defendió y luego se dio la vuelta dispuesta a no jugar.
-Sakuno, por favor juega.-Pedía amable su entrenadora.-Vamos, yo se que puedes vencerle.-Le guiñó el ojo dándole ánimos.
-Profesora, tiene una llamada en dirección.-Interrumpió otra alumna.
-De acuerdo, vamos Sakuno, yo se que puedes.-Dijo por último y se dirigió hacia otra parte.

Sakuno seguía de la misma manera, apoyada en una parte del enrejado con los brazos cruzados y la raqueta a un costado, dispuesta a no jugar.

-Ohh, ¿es que acaso la princesa me tiene miedo?-Dijo desde otro lugar una chica de pelo azabache.
-No te tengo miedo Hideko.-Respondió con algo de duda en sus palabras.-No se que estoy haciendo acá, me largo.-Murmuró audiblemente dirigiéndose a la salida. Ya estaba a punto de abrir la reja para irse, pero una voz la detuvo.
-Como se nota que la huerfanita es cobarde.-Palabras suficientes para que a Sakuno la molesten.
-¿Co-como me llamaste?-Preguntó sin darse vuelta.
-¿A que parte te refieres a la huerfanita o a la de cobarde?-Contestó con una pregunta, pero sabía muy bien a que se refería Sakuno. A la palabra huerfanita.
-No tienes derecho a llamarme así.-Respondió entre dientes dándose vuelta.
-¿Porque?, si esa es la verdad Ryuzaki, te duela o no, es la verdad. Sos huérfana.-Volvió a decir con veneno en sus palabras.
-¡Ja! Seré huérfana… pero al menos tengo respeto.- Acercándose un poco más a ella. Las demás chicas dejaron de jugar y las rodearon en un círculo, como si de un espectáculo se tratase.
-¿Qué insinúas Ryuzaki?-Preguntó algo enfadada.

***

Mientras eso pasaba en las canchas de tenis femenino, en las masculinas se podía ver a todos los titulares entrenando con esmero. Todo estaba tranquilo, hasta que alguien llegó a alarmarlos.

-Profesora Sumire.-Decía jadeante un alumno.-Su…Su nieta está discutiendo con otra chica del mismo equipo.-Explico algo apurado.
-¿Sakuno?-Al ver que el joven había afirmado, sin dudarlo dos veces, salió para las canchas femeninas. Los demás chicos habían escuchado con total atención cada una de las palabras anunciadas.
-¡Vayamos a ver!-Gritaron algunos al unísono.

***

-¡Deja de llamarme huérfana!-Volvió a gritar con lágrimas en sus ojos.
-Eso es lo que eres Sakuno, todos te tiene lástima, por eso se acercan a ti, por lastima.-Recalcando las dos últimas palabras.- ¿O que? ¿Creías que se acercaban porque te querían? Si, puede ser que dos personas… Pero dime, ¿Echizen te quiere? O mejor aún. ¿Tezka?
-¡Cállate, no quiero escucharte más! Puede ser que no me quieran, pero YO tengo amigos a diferencia tuya.-La miró despectivamente, de la cabeza a los pies.- Yo tengo amigas y no perros falderos.-Dijo con sorna.- Tendrías que sentir más lastima por Megumi, tu supuesta amiga, antes que por mi. A ella la mandas como si de un perro obediente se tratase, sin que te importen sus sentimientos. “Megumi cállate” ¿Y que hace Megumi?, se calla. Tiene que obedecer a su ama.-Dijo con media sonrisa clavada en la boca.

Fueron varias las cosas que se digieron aquellas dos. Cosas que lastimaban a una y a la otra. Pero Sakuno fue la que le pegó en el punto débil de Hideko.

-¿Cómo era que te decían?-Pronunció con sarcasmo.- ¡Ah si, ya recuerdo! Ra…-Pero cuando iba a pronunciar la palabra completa alguien la agarró de la remera.

En ese momento la diferencia de estaturas entre ellas dos se hacía más notorio. Sakuno quedaba realmente más baja que su compañera.

-Dilo.-Reto.
-¿Qué es lo que querés de mi? Mis amigas, suerte. ¿Mi puesto entre las titulares?-Preguntó con seguridad.- ¿Qué querés que haga para que no me molestes más?
-Pierde contra mí y humíllate frente a todos.-Respondió con claridad.
-¿Estas loca? No hago eso, no lo hago. Si quieres ganarme hacelo limpiamente ramera.-Mientras sonreía pronunciaba con énfasis la última palabra. La que la retenía de la remera no soportó aquella palabra y la lanzó contra el enrejado, aun sujetándola de la remera.
-¡Sakuno, Hideko!-Pronunciaron ambas profesoras.

Al escuchar las voces de estas, Hideko bajó a Sakuno inmediatamente, y esta aprovecho para alejarse. Esta había sido la gota que rebalso el vaso, ahora era definitivo, el club de tenis lo dejaba.

Se volvió y agarro sus pertenencias, buscó entre la mochila aquellos papeles que le habían dado, solo faltaba la firma de la entrenadora, y se sacó la campera de titular con cuidado.

-Hideko… el puesto es todo tuyo.-Pronunció dándole la espalda.-Entrenadora-Volviendo hacía esta.- dejaré el club de tenis, muchas gracias por todo.-Terminó de decir y le entregó los papeles. Los que estaban viendo todo no podían creerlo, más que nada su abuela, alguien estaba dejando la titularidad y el club.

Salió de las canchas y regresó a mirar al ver que el equipo masculino había visto todo, los miró con ternura y se alejó poco a poco…

La verdad le interesaba poco y nada lo que pudiesen decir de ella. Pero las palabras todavía resonaban en su cabeza “huerfanita”, así la había llamado. Al fin y al cabo no era verdad, todavía tenía a su padre…

¿Habría hecho bien en dejar el club? Si, de seguro. El interés por ese deporte ya lo había dejado cuando entro a noveno, pero no se dio cuenta hasta hace un par de semanas. Creía recordar algo del porque empezó con aquel deporte, varias veces se veía animando a los jugadores titulares, junto con Tomoka. Pero era a uno en especial que admiraba y apoyaba. No recordaba su rostro, pero veía su espalda…

-¿Eiji? Jaja, lo dudo.-Decía acostada mientras caía en el dulce encanto de Morfeo.

Holaa!! ya volvi a mi dulce hogar :wiii: asi que les pongo conti... Bueno hay algo que no me gusta y no encuentro que es... ammm alguien sabe que es? ._. yo no sepo, bueno gracias a todas por los lindos comentarios ^^ y por esperar. Sin más que decir me voy.

 

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Capítulo 2: Mensaje... ¿Celoso?


El manto negro de la noche iba desapareciendo para dar lugar al calido amanecer. Los primeros rayos de luz atravesaban débilmente la ventana cubierta por cortinas, un leve frío se hizo presente en la habitación haciendo tensar cada uno de los músculos de la castaña y que de a pocos se levantara.

-Hace frío.-Susurró abrazando a su propio cuerpo.

Se quedó en el borde de la cama por unos minutos mientras se terminaba de despertar, hasta que escucho el ruido de su móvil.

Un mensaje.

-“¿Quién manda un mensaje a las seis y media de la mañana?, de seguro es Tomoka.”-Pensó mientras agarraba el móvil. Un leve sonrojo cruzo sus mejillas al leer el texto de mensaje.-Eiji…-Susurró con una sonrisa plantada en los labios, algo secos por el frío.

Jamás se imagino que él la iría a buscar. Se levantó con una sonrisa que cubría su rostro.

Se vistió como todos los días, para ir a la escuela, con el uniforme correspondiente.

Estaba emocionada, se arregló mas que otros días y se perfumó bastante. El olor a jazmín de su perfume le gustaba, aparte que era el que más usaba a la hora de escoger uno.

El timbre de la casa sonó, Sakuno bajó las escaleras corriendo. Su abuela era la que había atendido la puerta, esta, ya se imaginaba lo que planeaba Kikumaru… pero si su nieta era feliz con él, no le diría nada. Después de todo se lo merecía, aunque no quería que ella sufriese por ello…

Sakuno terminó de bajar las escaleras, se quedaron mirando por unos segundos, mientras un débil color se posaba en las mejillas de la joven de cabellos rojizos. Mientras su compañero le sonreía dulcemente.

-Ejem…-interrumpía la peculiar escena, Sumire.- Se les hará tarde.- Prosiguió empujando hacía afuera a ambos chicos.- Hay Sakuno…-Suspiro después de cerrar la puerta.

Eiji y Sakuno caminaron algunas cuadras en silencio, un tanto incomodo para la más chica que iba con la mirada en el suelo y con las mejillas teñidas de color carmesí; mientras el de ojos azules (o color chocolate, ya no sé), iba de lo más pasivo con las manos en los bolsillos y mirándola de vez en cuando con una sonrisa divertida.


Unas cuadras antes de llegar a la entrada del instituto, Eiji decidió romper el silencio.

-Sakuno, ¿lo de ayer, es verdad?-Preguntó con semblante serio.
-¿Lo de abandonar el club?-Preguntó como si fuese una afirmación.- Si, iba enserio.-Terminó de decir mirándole a los ojos y con la misma seriedad que él.- Sabes que Hideko hace ya bastante tiempo que me molesta,-Él afirmó con la cabeza.- entonces no tiene sentido que siga. Aparte que ya no quería seguir con el tennis, la verdad no recuerdo el porque lo empecé…

“…la verdad no recuerdo el porque lo empecé…” Ahora que lo decía, una vez había escuchado hablar a Tomoka, diciendo que Sakuno había empezado el tennis por uno de los titulares y que ese tenía su misma edad; y haciendo cálculos, para ese entonces, séptimo grado, el único que tenía su misma edad era Echizen… Pero no se lo diría.

Sin darse cuenta ya habían llegado hasta la puerta del establecimiento, haciendo que el joven salga de sus pensamientos al escuchar la voz de las amigas de su acompañante.

Al, Sakuno, oír que sus amigas la llamaban y le decían cosas por la compañía de Eiji, el cual no se dio cuenta al estar pensando, el color de sus mejillas que en un principio era leve, incremento notablemente. Volviendo a crear las risas entre sus compañeras.

Eiji lo único que notó de esta situación, aparte de que Sakuno gustaba de él, fue la mirada de resentimiento de Ryoma. El solo lo miró y sonrió en son de victoria, el de orbes ámbar solo apretó los puños y se apartó del lugar con Momoshiro.

No entendía porque le molestaba tanto, bueno si, pero de ahí a admitirlo había un gran abismo. Esto no pasó desapercibido por Takeshi, quien solo rió por lo bajo al ver a su amigo así… así de celoso, por alguien que veces atrás había llamado torpe.

El timbre indicó que todos los alumnos que debían entrar a sus aulas correspondientes.

Tengo sueñito :o, raro en mi... bueno, pero me había propuesto (?) ponerles conti así que lo hice... no sé si es larga, pero... *-* me di cuenta que tanta coma no hay, aunque hay, pero ya no como antes XD... Ya está la puse y ahora me voy, tal vez, a hacer noni. Chau, hasta la próxima ^^
Edit: Antes de que me olvide, ya lo estaba haciendo XD, mañana pongo la conti del otro fic =P, ya ta, eso era todo XD.