Drabble de Naruto - Vinculación exitosa.

Título: Vinculación exitosa.
Actividad: Palabra por palabra.
Palabra: Tóxico (2/30)
Palabras: 422
Personajes: Shikamaru & Temari



Ella elevó su copa de vino que giraba dedicándole una sonrisa que dejaba pocas dudas de sus intenciones. Él sostuvo aquella mirada llevándose la copa a los labios, ambos bebieron con un pacto en sus miradas.

―¿En que estás pensando?―Ella indagó un poco en la mente profunda de aquel hombre.

―Cosas por ahí, cosas por acá, aunque―acercó un poco su silla hacia ella, para acortar la distancia.―Justo ahora, solo puedo pensar en una sola cosa.

Deslizó de forma sutil aquellas piernas que eran ocultadas por el mantel de la mesa del restaurante más prestigioso de Japón. Sus labios acortaron dicha distancia hasta rozar aquellos rosados que lo tentaban con violencia.

Una fuerte punzada se originó en su nuca y frunció el ceño, deteniendo su avance. Sus manos se tensaron cuando aquella molestia se intensificó, causando metástasis en su cuerpo, su respiración se tornó agitada. Cerró fuertemente los ojos y el entendimiento lo abrumó de pronto, logró abrir uno de sus ojos mirándola con desprecio.

Ella sonreía engreídamente, se llevó los dedos a los labios.

―Lo siento cariño, eras tú o yo.

La traición sucumbió su cuerpo, que comenzaba a fallar, el sudor empapó su rostro, su visión se tornó borrosa.

―Temari, esto es un golpe bajo…

La rubia frunció el ceño― ¿Golpe bajo? Vamos Shikamaru, tú pusiste eso en mi copa, yo solo las intercambié, no estas tratando con una novata, puedes ser el mejor mercenario, pero yo, soy la horna de tu zapato.

El Nara cayó al suelo entre escalofríos, sus dientes castañeaban, la fémina se arrodillo mientras gritaba por ayuda. El veneno resultó más fuerte de lo que esperaba, desquiciante, abrumador, tóxico.

Aunque él no esperó caer en su propia jugada.

―Qué lástima, realmente me gustabas Nara, fue un placer conocerte. ―Susurró en su oreja.

Se mezcló entre la gente que los rodeaba intentando hacer algo para frenar los ataques del hombre.

―Mierda.

Sus temblorosas piernas lo levantaron como pudo y se abrió paso por la gente, que le insistía a que esperará por el ambulancia. Una vez fuera, se apoyó en el muro del primer callejón y con los dedos adoloridos buscó una jeringa, con fuerza la clavó en su pierna.

El antídoto.

Suspiró de alivio, eso había ido demasiado lejos. Buscó entre sus ropas hasta encontrar su móvil. Lo desbloqueó y sonrió con satisfacción.

Vinculación exitosa.​

―Temari, si tan solo supieras que yo soy la horna de tu zapato y una grande.


Shikamaru Nara, siempre iba un paso delante de sus víctimas.