Minato VILLA TOKYO [Disco]

La entrada al club fue el mismo sencillo trámite de siempre; un par de identificaciones falsas, un poco de encanto femenino y en menos de un minuto la música del local rebotaba en nuestro oído con una fuerza difícil de ignorar. No tenía realmente que recurrir al zorreo del guarda de la entrada, si tenía mi propio carnet falsificado con más edad y encima casi nunca se lo pedían a las chicas, pero era siempre tan divertido hacerlo que no podía evitar caer en la tentación.

La cuestión es que entramos todos sin mayor problema y me sonreí con todo el gusto del mundo al echarle un vistazo al espacio, arrastrando la mano por la coleta para llevarme el pelo por encima de un hombro y juguetear un poco con las puntas. Las cosas como eran, por mucho que me gustase salir para emborracharme, la mayoría de las veces el objetivo solo era encontrar a alguien para echar un polvo, y para eso no importaba tanto que el sitio fuese un pub de mala muerte o una discoteca tan fancy como aquella.

Pero, joder, a veces merecía la pena estirarse un poco con el lugar, ¿eh?

La voz de Joey fue la primera que se alzó sobre la música, sacándome de mi pequeño ensimismamiento y provocando que devolviese la coleta a su sitio de un movimiento rápido de cabeza. No tenía realmente ninguna preferencia, así que cuando Kat se adelantó para ofrecerse a acompañar al chico, simplemente la seguí con la mirada con una sonrisa suave. Saqué un par de billetes del bolso y se los extendí a Joey, sin especificarle nada sobre lo que iba a querer tomar porque sabía que él no lo necesitaba, justo antes de girarme hacia Jack.

—Claro que no, Jackie Chan, jamás me lo perdonaría~

Pura mierda soltaba, ¿eh? Pero servía para el caso, así que realmente no importaba.

Seguí al chico hasta la mesa que decidió escoger, con la suerte de encontrar una vacía y la certeza de que no nos la quitarían al ver al gigantón que me acompañaba, y me dejé caer en el sofá en cuanto tuve la oportunidad. Lo hice orientada hacia el lado de Jack, cruzándome de piernas y apoyando la cabeza en el brazo que había dejado sobre el respaldar del mueble.

>>Oye, Jackie, ¿tú qué esperas de esta noche? Dices que te hemos prometido una buena salida, pero para mí eso se cumple con un buen polvo, y no sé si eso deja el listón demasiado bajo para ti~ —solté mucho reparo, con la sonrisa inocentona encima.

 

La gente se decidió sin mayor problema, si no serían de lo más eficientes, y Jack eligió las mesas casi al mismo tiempo en que notaba a Katrina acercándose, enredándose a mi brazo y todo el rollo. La dejé hacer, por supuesto, me tragué la suficiencia que quiso permear mi sonrisa y mantuve la suavidad de mi expresión al oírla.

—Bueno, ¿cómo decir que no? —concedí, inclinándome cerca de su oído para que pudiera oírme sin problema.

Al erguirme noté que Jack le hacía un puchero a Alisha y estuve a nada de soltar la risa, porque el jodido grandulón tenía todo para triunfar pero se negaba a usarlo. Ali me alcanzó unos billetes, los recibí con la mano libre y le guiñé un ojo. En lo que finalmente se retiraban hacia las mesas, avancé en dirección a la barra sin demasiado apuro. Le eché un vistazo divertido a Katrina como si me estuviera tragando una broma que no iba a soltar, aunque en definitiva sólo anduviera siendo el cabrón tocahuevos de la vida entera. La barra estaba bastante atestada, normal, pero medio nos abrí el paso hasta despejar un espacio pequeño e igual aproveché el bug para no romper la cercanía.

En lo que el bartender aparecía, me sonreí y volví a inclinarme hacia su oído.

—No pensé que vendrías, pero ¿supongo estabas muy aburrida en tu casa~?

 

Honestamente también me dieron ganas de aplaudir la eficiencia con la que todos decidimos qué hacer, porque qué pereza tener que haber perdido tiempo ordenando algo tan simple como eso. Joey me dejó hacer, ni modo, así que todos los diablos contentos y escucharlo hablarme cerca del oído me hizo sonreír ligeramente. A ver, uno sabía disfrutar los pequeños placeres de la vida y eso.

Alisha le alcanzó dinero a Wickham que lo recibió sin más, ya cuando el par se retiró hacia las mesas nosotros avanzamos hacia la barra y no me pasó desapercibida la manera en que este salido me miró. Parecía estar tragándose su propia gracia como siempre, aunque esta vez dudaba que fuese a soltarla, al menos de inmediato.

En el intermedio nos abrió un espacio en la barra, obviamente sirvió de bug para que siguiéramos pegados y mira, ¿quién coño iba a quejarse? Me las arreglé para escarbar por el dinero sin demasiada prisa en lo que se aparecían para atendernos, estaba en eso cuando me habló al oído otra vez, ahora sí me permití una risa que no debió escucharse sobre la música ni nada.

Giré el rostro para encontrar sus ojos, sujeté el par de billetes entre el dedo medio y el pulgar, así que el índice me quedó libre y me lo llevé al mentón, pensativa, antes de volver a bajar la mano para dejarle ir una sonrisa de mierda.

—Una noche de fiesta es una noche de fiesta, cariño. Al ponerlo sobre la balanza, pues claro que me iba a aburrir más quedándome en casa sola~ —respondí entonces y me estiré hacia su oído—. Además, podré estar amargada, ¿pero quién rechaza invitaciones de chicos guapos así?

 

Un poco de gracia me hizo que se tomase la pregunta tan en serio, la verdad, si tampoco había pretendido que diese una respuesta tan extendida ni nada. Vaya, en parte era mi culpa porque un poco había olvidado que a Jack le encantaba hablar, pero en definitiva no era nada que me molestase demasiado. Lo escuché sin perder detalle de sus movimientos, con una sonrisa difícil de definir bailándome en los labios.

Hasta donde sabía, no nos traíamos nada entre manos, aunque tampoco nos costaría mucho a los tres ponernos de acuerdo si algo se nos ocurría, y por regla general solo nos dejábamos llevar por la corriente para ver lo que sucedía. ¿No era sí todo más entretenido? Solo seguir impulsos y no pensar en nada, ni siquiera en las consecuencias. Peligroso, también, pero definitivamente entretenido.

Solté una risilla divertida cuando me preguntó si aquello era lo único que pretendía conseguir de aquella noche, deslizando la vista por la sala hasta dar con Joey y Kat en la barra, aprovechando la facilidad que tenía para encontrar al chico en todos lados incluso con tanta gente alrededor, y me encogí ligeramente de hombros cuando volví a prestarle mi atención a Jack.

—Not really —contesté, simplemente, guardándome las ocurrencias debajo de la sonrisa suave de siempre—. ¿Ah, sí? No me había dado cuenta~ Igual a ti también te miran, Jackie, con lo guapo que estás~

Ladeé la cabeza cuando escuché lo de un posible juego o una apuesta, ensanchando apenas la sonrisa con la idea y entornando la mirada con ello, con un ligero brillo felino en los ojos que, por suerte, pasaría desapercibido en la oscuridad del lugar.

>>Fine. ¿Qué se te ocurre? Yo ya sé que pedirme de premio si gano, así que piénsatelo bien~

Negué después con la cabeza, cuando se preocupó por si me estaba aburriendo (como si tuviese mayor problema en decírselo o demostrarlo de ser el caso), y me giré finalmente para poder dejar la espalda apoyada en el sofá y observar mejor el panorama de gente bailando, hablando y liándose por todos lados.

>>Un par de veces, sí. Hay distintas zonas según la música que ponen y... ah, tiene patio interno al final. Creo que arriba tienen una zona VIP, pero ni idea, it's like super mysterious. He oído rumores de alguna mafia involucrada o algo —aquello último lo dije bajando un poquito la voz, inclinándome hacia el lado de Jack para que me escuchase aun así, y me erguí a los segundos como si nada.

 

Esa noche no nos corría ningún diablo, al menos allí, claro, de modo que le dejé tomarse todo el tiempo que quisiera para responderme sin alterar mi semblante ni un ápice. El alcohol adormecía, también activaba y en lo que a mí concernía, había cumplido su función de borronear a los fantasmas para permitirme algo de diversión. El resto podía reventar, poco me importaba, y Katrina podía tenerme allí que no iría a encontrar ni un fragmento de las verdaderas sombras que me llenaban el cerebro de ruido. De eso estaba seguro.

O al menos creía estarlo, claro.

Me empapé con su sonrisa de mierda, me provocó una satisfacción estúpida y siquiera me molesté en disimularla. Su primera respuesta fue de manual y luego medio le dejé la oreja para que se estirara. Mis ojos toparon con la hilera de botellas manchadas con los colores de los reflectores y sonreí, volviendo el rostro en su dirección casi de inmediato. Era una sonrisa de mierda, perfectamente equiparable a las suyas.

—Verdad —concedí, suave, y me encogí de hombros—. Habría sido un pecado.

Recargué entonces los antebrazos en la barra, el bartender por fin apareció y me estiré lo más posible para decirle mis pedidos, un botellín de cerveza y un mojito para Ali. Le alcancé el dinero, seguí vagamente los movimientos de Katrina y, por un designio divino, me di cuenta que Jack no nos había dejado indicaciones de nada.

—Eh, el grandulón va a morirse de sed así —dije un poco al aire, recordando ya de paso su oferta del trago, y quebré el cuello para ponerle ojitos de cachorro—. ¿No quieres tener los honores, Katty-chan~? Considéralo mi regalo.

Porque así como me veías y todo, la verdad era que genuinamente quería que Jack se divirtiera esa noche y quisiera seguir saliendo con nosotros.

 

Si me lo preguntaban los tres salíamos de un molde parecido, de ese que nunca externalizaba, que solo actuaba como un torbellino y todo quedaba oculto bajo los escombros. Según nosotros era más fácil así, podíamos tener razón hasta cierto punto, pero también era verdad que nos cargábamos hasta simplemente estallar y llevarnos todo por delante. Casi siempre era a otros, no tanto a nosotros mismos como pudiese parecer.

Como fuese, a lo que quería llegar es que seguramente no me daría cuenta de la mierda que este cabrón arrastraba consigo hasta que su bomba estallara, y seguramente lo haría lo bastante lejos para dejarlo correr.

El caso es que replicó mi sonrisa con la facilidad estúpida de siempre, no era ninguna sorpresa, y parte de la satisfacción jodida se me contagió también pues porque era esa clase de estúpida. Secundó lo que le acababa de decir y asentí con la cabeza sin prisa alguna realmente; el bartender apareció por fin, así que digamos que volcamos la atención en eso, me pedí una cerveza también y solté una risa por la nariz después, los ojitos de cachorro no pintaban allí pero tenían su gracia.

—Va, pero no me hago responsable de nada~ —Por un lado tampoco pretendía espantar al pobre desgraciado, además de que con ese tamaño seguro emborracharlo costaba un huevo, así que daba igual—. A ver, a ver... ¿Bebedor de cerveza? ¿Cócteles quizás?

La pregunta la solté bastante al aire, opté por pedir un Long Island sin motivo particular, todo era tan sencillo como llevar, extenderle ambas cosas y que se quedara con la que fuese de su preferencia.

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sowwy por la tardanza

 

Realmente no había motivos para que Katrina rechazara mi solicitud, aunque eso no me detuvo de sonreírle como un crío satisfecho con la paleta que sus padres por fin le compraron en la feria. Me salía con la mía, sin importar el contexto o la letra chica, lo hacía y si resultaba que me daba la puta gana podía seguir tensando cables. Esta vez como un jugador compulsivo o lo que fuese.

Yo al muchacho le veía más pinta de cervecero, bien negra y amarga, pero quizá me equivocaba y de repente le iba el té helado. Sería un buen plot twist, vaya, pero cada quien con lo que le hiciera feliz. El bartender tomó los pedidos y dos de ellos sólo eran botellas, así que en lo que se encargaba del mojito y el Long Island repasé a Katrina de soslayo, con las manos enganchadas frente al rostro.

—¿Al final qué tal te la pasaste en tu cumpleaños? —solté de la nada, recordando que en definitiva apenas habíamos cruzado palabra—. ¿Algo memorable para compartir con la plebe~?

El resto de las mierdas llegaron bastante rápido, básicamente nos ocupaban las cuatro manos pero aún así, antes de ir en busca de los chicos, detuve a Katrina por la cintura. Fue suave, silencioso, agarré también sus bebidas y las dejé en la barra. Retrocedí apenas, lo suficiente para dar con el taburete a mis espaldas, sólo me apoyé y medio la acomodé entre mis piernas.

—¿No te debo también el regalo de cumpleaños? —cuestioné, de lo más preocupado, y colé una mano en mi bolsillo—. Tengo algo que quizá te guste~

Lo que saqué de allí fue una pequeña bolsita plástica, de tipo ziploc, que abrí por debajo de la barra y simplemente le mostré su contenido: cristales. La miré, divertido, y deslicé la mano fuera de su cintura para apenas repasar su melena corta.

—Estás muy linda, Katty-chan, ¿te lo había dicho~?

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no tardaste, dw owo

 

Alcé una ceja, curiosa, en cuanto vi su reacción inicial a mi propuesta, y acabé por soltar una carcajada baja, encogiéndome de hombros mientras se iba explicando. A todo eso, estaba totalmente de acuerdo en que esos dos se liasen lo que quisiesen, pero estaba empezando a echar en falta tener una copa en la mano, por aquello de que le añadía más dramatismo a todos los movimientos.

—Está bien, así no se sienten left out de la diversión... aunque tengo que avisarte, Jackie, yo soy la buena de las tres~ —comenté, con un tono que pretendía sonar inocente a la vez que llevaba cierta seriedad, como si le estuviese avisando de un peligro inminente o algo por el estilo.

No era del todo mentira, aunque tampoco creía que fuese del todo verdad, pero sería divertido ver qué acababa opinando el chico al final de la noche. No que se fuese a hacer una imagen muy clara de nuestras personalidades en unas cuantas horas, pero por la gracia podía estar bien el intento.

>>Surprise~ —fue lo único que respondí a lo del premio, encogiéndome de hombros una vez más, como si nada.

No iba a revelar mis cartas tan pronto, ¿verdad~?

Luego me siguió la tontería de la mafia relacionada al club y solté otra risa, echándole un vistazo fugaz al techo. ¿No sería emocionante que de repente se rompiese una cristalera encima de nosotros y cayesen dos personas peleándose? ¿O un cuerpo, quizás? Como en la serie aquella de Netflix que Joey y yo nos vimos una vez, de unos niños ricos que se la pasaban todo el día de fiesta en una discoteca parecida a esta.

Somewhat accurate, if you ask me.

>>Más o menos, sí. Tenía 14 cuando llegué~ —contesté con sencillez, llevándome un mechón de pelo con los dedos para jugar con él y meneando el pie que tenía por encima en el aire—. Illinois. Tenemos un piso bien bonito en Chicago, a cinco minutos de la playa~ Y vine sola, aunque vivo con mi abuela, yep —suavicé apenas mis facciones al contarle todo aquello, especialmente con la mención final de mi abuela—. Aunque, to be fair, vivo a medio tiempo en el piso de Joey~ —añadí, soltando una risilla.

Le eché entonces un vistazo de reojo, recuperando la sedosidad de siempre, antes de volver a centrar mi atención en el resto de gente que había por la zona, como antes.

>>¿Tú sí has venido con tus padres, Jackie?

 

La verdad era con el licor nunca se sabía, uno podía ver a un gigantón de estos que de la nada se pedía un cóctel de lo más pancho y una chica de mi contextura pidiendo la cerveza más oscura y amarga que tuvieran en el catálogo. Igual habían cosas bien básicas que se lo podían ofrecer a cualquier diablo, así que un poco me movía por esa lógica. Ya si le estaba cumpliendo caprichos al inglés me la traía bien floja.

Solté una risa por la nariz cuando preguntó por mi cumpleaños y es que para la gracia apenas habíamos hablado, me encogí de hombros con livianidad.

—Me la pasé bien~ —contesté sin más, tampoco a soltarle ahí todos los detalles—. Nada que la plebe no se pueda permitir cualquier día, eso sí.

Las bebidas estuvieron listas bastante rápido, mi intención honestamente era ir a dejárselas al otro par para desocuparme las manos, el caso es que el jodido me detuvo por la cintura y me quitó las bebidas de las manos. En su momento me quedé un poco fuera de base, pero no tardé en dejarme hacer cuando lo vi apoyarse en el taburete de atrás. La estupidez me hizo sonreír, ni idea, se veía que hoy no andaba con ganas de morderle las manos a todos.

Encontré sus ojos, aunque deslicé la atención a la mano que coló en su bolsillo y me pregunté ahora con qué puta estupidez iba a salir. No decepcionó si debíamos ser honestos y la sonrisa me descubrió los dientes al ver el contenido de la bolsa, estuve a nada de soltar la carcajada incluso.

—Todo lo bueno se hace esperar por lo que veo~ —comenté entonces, la diversión se me debió notar desde la otra cuadra.

Ladeé apenas la cabeza en dirección a su mano cuando me alcanzó el cabello, volví a encontrar sus ojos y la sonrisa se me sosegó ligeramente, aunque no perdió la oscuridad que arrastraba. Me revolqué en el cumplido como una hija de puta, para qué engañarnos, y apoyé las manos en su pecho trazando caminos aleatorios con los dedos sobre la camisa.

—Regalo y cumplidos, podría acostumbrarme. —Subí por su pecho hasta anclar la mano en un costado de su cuello—. Sobre todo y si te pones así de guapo.

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-what a week huh
+captain, its wednesday

sorry again, desde el lunes he salido todas las tardes y me muero, mi batería de introvertida ya no da pa más

 

No había esperado una respuesta más compleja que la que me dio, así como tampoco me sorprendía la idea de que, efectivamente, se las hubiera arreglado para pasarla bien. Los imbéciles como nosotros siempre encontrábamos el bug para disfrutar las mierdas, lo traíamos en la sangre o algo. En fin, si tenía que ver o no con el cachorro ni siquiera se me ocurrió en el momento ni después, entre el alcohol que llevaba ya encima y, vamos a decir, ¿las distracciones?

Sí, bastante acertado~

Como que se dejara hacer, que ladeara la cabeza hacia mi mano o su sonrisa tras recibir mi cumplido. No era yo ningún adulador serial, pero tampoco lo juzgaba dentro del espectro del orgullo así que, en resumidas cuentas, si me salía del culo podía depositarla entre pétalos de rosa. Me daba igual. Seguí sus movimientos con calma, no me moví de sus ojos al sentir las manos en mi pecho y los caminos que comenzó a trazar, bastante vagos. Atendí, alcanzó mi cuello y ensanché apenas la sonrisa.

—Bueno, muchas gracias. —Me despegué unos centímetros del taburete, tenía el móvil en el bolsillo trasero del pantalón y me estaba molestando, así que lo quité y ya de paso aproveché la movida para quedarme a un suspiro de su boca. La sonrisa me descubrió los dientes—. Ya sabes, visto para impresionar.

Me quedé allí justo lo necesario para murmurar la tontería y luego regresé a mi posición original. Deslicé el aparato en uno de los bolsillos de adelante y me acomodé, como si nada. Bajé la vista a la bolsita, entonces, me sonreí divertido y tras echarle un vistazo a la señorita me mojé el dedo índice para que se le pegaran un par de cristales. Lo presenté entre nosotros, suavizando el semblante.

—¿Hago los honores? —Alcé las cejas, como si acabara de recordar algo, y una nota sedosa se me imprimió en el tono—: Ah, aunque ¿las damas no iban primero~?

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todas las cintitas con sus dark redish vibes and then: jackie chan

 

Alcé una ceja, repentinamente algo más divertida al escuchar sus "quejas" por mi secretismo, y giré la cabeza para mirarlo mejor. Ladeé un poquito la cabeza, llevándome la mano al mentón para adoptar una actitud pensativa, y acabé por abrir un poco los ojos después de un rato, como para indicarle que había tenido alguna especie de revelación o algo por el estilo.

—Esa no sería una victoria justa, ¿no crees? Así que, si quieres, puedo darte un adelanto de lo que quiero pedirte y, no sé, así no gano haciendo trampas~ —le propuse, con cierta inocencia encima que definitivamente nada tenía que ver con lo que estaba pensando en realidad.

Vaya, ni que me importase a mí demasiado ganar una apuesta aprovechándome del otro ni que estuviese haciéndole aquella oferta por otro motivo que no fuese mi propio beneficio y entretenimiento. No tenía nada de malo lo que le iba a pedir, de todas formas, que tampoco pretendía hacerle nada que no creyese que él también fuese a disfrutar, pero en definitiva mis intenciones estaban lejos de ser inocentes... como en casi un 99% de las situaciones.

>>El otro día conocí a una chica en el Sakura que viene de California, casualmente —comenté, un poco al aire, antes de soltar una risa ligera—. Supongo que sí, que estamos bastante unidas.

Por supuesto, disimulé bastante bien los recuerdos que me vinieron de mi pequeña aventura con Abby cuando la mencioné como la chica random que había conocido en la academia y, of course again, tampoco tuve ningún reparo en pasar de largo de su pregunta sobre los motivos que me habían traído a Japón. Ni siquiera Joey o mi propia abuela sabían la historia completa detrás de aquella decisión, así que era bastante obvio lo evitativa que me ponía con ese tema. Y si bien podía haberle simplemente mentido y decirle que sí, que había venido por granny, realmente no me daba la gana de hacerlo.

>>Son divertidos, los japoneses —respondí con tono casual, cuando terminó de responderme a lo de si había venido con sus padres—. Se escandalizan por todo, but at the same time, acaban buscándote porque quieren saber más sobre eso mismo. Al principio no creí que fuese a pasar, pero al final le pillas cariño a los japoneses estos~

No vi por donde comentar nada más respecto a lo que me había contado, a decir verdad. Había venido con sus dos padres, se notaba que tenían una buena relación sin necesidad de que él me lo hubiese confirmado, y seguramente gracias a ello lo había tenido bastante más fácil al llegar a un país desconocido. Y, ¿qué? ¿Acaso no me alegraba por él o algo así?

Well.

>>Just my gran, yes~ Y no tengo hermanos, nope. Supongo que ver cómo salí yo fue suficiente anticonceptivo para que mis padres dejasen de intentarlo, dunno~

 

Contenido oculto: dont mind mi editado del post solo por esto

Podía decirse que tenía el mood de la escuela y el de la noche, así parecieran el mismo de primera entrada. Cuando salía me soltaba más, digamos que aflojaba cuerdas y de ahí que estuviese más dispuesta a hacer el imbécil que en la Academia, era un poco un peligro si uno observaba el ambiente, ¿pero qué tenía de bueno lo que andábamos haciendo de por sí?

Como podíamos matarnos entre nosotros cualquier día solo nos poníamos estúpidos, era una suerte de ruleta rusa y se empezaba a notar, pero no me interesaba lo suficiente. Algún día nos daríamos cuenta que nos habían sacado de un molde tan parecido que daba puto miedo, pero no iba a ser esa noche, posiblemente tampoco ese año.

Contuve un poco la sonrisa cuando se despegó del taburete y quedó cerca de mí, repasé sus ojos con la vista con una calma que rozó lo estúpido y se me escapó una risa por la nariz al escuchar lo de que vestía para impresionar. A ver, no le iba a quitar razón en eso hoy por lo menos, el trabajo lo había hecho bien y no sería yo la que se quejara de poder deleitarme los ojos.

Seguí sus movimientos después de eso, se acomodó el móvil y tal, luego regresó la atención a la bolsa, se le notó la diversión y me quedé esperando cuando lo vi humedecerse el dedo para dejarlo con los cristales en medio de ambos. Claramente no era el fin de la mierda y me sonreí con ganas, ni siquiera lo pensé. La verdad es que Dios librara a cualquiera de acercar un mechero a la puta fuga de gas que éramos ahora mismo.

Así estuviéramos a los cuatro vientos me incliné, me llevé su dedo a la boca para hacerme con los cristales y para la gracia no aparté la vista de sus ojos cuando me monté el numerito. Regresé a mi espacio después, me relamí los labios y busqué las bebidas otra vez, como si nada.

—Thanks, babe —dije lo suficientemente alto para que me oyera—. Come on, la gringa ya debe extrañar tener un vaso en la mano.

Me adelanté algunos pasos, tampoco pretendía dejarlo allí tirado, y avancé con cuidado de que un empujón de alguien fuese a tirarme las cosas. Al llegar coloqué la botella de cerveza y el Long Island sobre la mesa, sin importarme mucho si interrumpía la conversación, ya la podrían seguir de todas maneras.

—Jackie~ —Llamé al gigantón sobre el sonido de la música—. Cerveza o cóctel, lo que prefieras porque nunca se sabe.

 

Solo necesité que se encogiese de hombros para que la emoción me embargase el cuerpo, porque no había que ser ningún genio para darse cuenta de que eso solo podía ser el gesto predecesor a una aceptación. Aunque, para ser sincera, entre que Jack se veía del tipo de persona que just goes along with everything y que yo tenía bastante confianza en mis poderes de convicción, aquella espera solo estaba resultando ser una excusa perfecta para echarnos más teatro encima. Aun así, esperé pacientemente a escuchar su confirmación verbalmente, y cuando la formuló, ni siquiera pretendí disimular la sonrisa victoriosa que se me plantó en los labios.

No le di tiempo a mucho más, en realidad, pues en cuanto terminó de hablar, apoyé una mano sobre el sofá y me incliné hasta alcanzar su posición. Con la mano que se me quedó libre alcancé su mejilla, acunándola ligeramente, y lo insté a girar la cabeza hacia mí, sonriéndole ligeramente antes de inclinarme y dejarle un beso en la comisura de los labios. Fue una cosa de nada, aunque me quedé un poquito más de lo necesario antes de separarme, y me erguí de nuevo como si nada.

Luego seguimos hablando, de los extraños gustos de los japoneses y de los hermanos, y aunque seguí la conversación en todo momento, lo cierto era que un poquito había acabado desconectado después del beso. Había sido una tontería, era plenamente consciente de ello, pero para las vueltas que ya le había dado a Jack y considerando su carácter... bueno, iba a considerarlo una victoria personal.

No mucho después aparecieron Joey y Kat con las bebidas, lo que resultó ser el último empujón que necesitaba para recuperar la emoción con la que había empezado la noche. Deslicé la mirada hacia el chico, claro, y le acepté la copa con una expresión de aprobación, pues tal y como había supuesto, había acertado de lleno con la elección. Aunque, bueno, ¡un mojito siempre entraba bien! Pero no le iba a quitar el mérito~

—No biggie~ —murmuré, como si en algún momento se hubiesen dirigido hacia mí, y extendí el brazo para atraer el Long Island hacia mi lado de la mesa—. Yo me encargo de que no se eche a perder~

Era obvio que me importaba bastante poco apoderarme de la copa aun cuando claramente nunca había entrado en los cálculos, pero siempre me daba todo bastante igual y especialmente si involucraba alcohol gratis. Alcé el mojito hacia arriba entonces, quizás para distraer la atención hacia otro punto o quizás solo porque me apeteció hacerlo sin más, e intercalé miradas entre los presentes con una sonrisa deslumbrante.

>>A toast, then! Por la primera noche de diversión de Jackie-chan en la ciudad~

 

Me permití ampliar la sonrisa también al recibir la de Jack, mero reflejo si éramos honestos, y asentí con la cabeza suavemente al escuchar que se quedaba con la cerveza como cualquiera esperaría. Igual en esta mesa a una mezcla de alcohol nunca le faltaría un dueño. Alcé las cejas al escuchar su pregunta, pero relajé los gestos al instante antes de responderle, además de que pasé por alto su carraspeo.

—Estuvo bien~ —concedí sin problema—. Nos quedamos un poco cortos de espacio, pero bueno, ya regresamos que es lo importante. Así no nos extrañan demasiado.

La gringa claramente se arrastró el Long Island, la dejé hacerlo porque de por sí era lo esperable y me acomodé en el sofá justo antes de que alzara el vaso del mojito. ¿Ya andábamos brindando? En fin, no importaba mucho tampoco, así que alcé mi propia botella y cedí a la tontería de Alisha sin demasiado problema porque lo dicho, una noche de fiesta, era una noche de fiesta y punto.

—Cheers~

Eh, ¿me habría perdido de la movida de Alisha? Una lástima~

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relleno puro y duro, pERO LO LOGRÉ TOMMY (??